Descargar

Todos los problemas tiene solución y, los temibles medios de comunicación social

Enviado por ruanowilly


    1. Todos los problemas tienen solución
    2. Pecado reconocido es pecado perdonado; compartir los problemas es diluirlos y por lo tanto resolverlos
    3. Técnica y resolución de problemas
    4. Los problemas, dificultades, complicaciones y conflictos
    5. Los temibles medios de comunicación social

    TODOS LOS PROBLEMAS TIENEN SOLUCIÓN

    Y ES MEJOR SI LES ENTRAMOS EN EQUIPO

    Aquellos tiempos, si es que sirvieron, en que creíamos que una sola persona tenía la capacidad hasta para hacer el café y, al mismo tiempo invertir en acciones adecuadas, sin descuidar la ejecución, planificación y administración de una organización o institución pública o privada, ya quedaron atrás.

    Hoy, con nuestro mundo globalizado, con la Internet en la sala de nuestra casa y con los grandes o medianos bloques económicos, es indispensable hacer las cosas como Dios lo manda.

    Y en política, ya sea en nuestro grupo o partido, o bien haciendo Gobierno, el papel del líder es rodearse de una serie de líderes, o personas capaces en su propia disciplina, para ir conformando una serie de equipos para cada rama específica.

    Desarrollar cualquier organización o institución, darle vida, mantenerla y sacarla adelante, seguros que durará un buen tiempo en el mercado, ya sea económico o en el social y político, es y debe ser la meta de cualquiera que se precie de estar en el mundo de la dirigencia y del liderazgo.

    Contar con una serie de seres humanos, y ojalá, altamente calificados para que nos acompañen en la aventura de iniciar la carrera hacia la Presidencia de la República, nos permitirá estar seguros de lograrlo y, una vez en el Poder Público, ejercerlo en servicio a la comunidad y no en servicio personal de los miembros del team político que llegamos a disfrutar la tan ansiada miel del poder público.

    Todas las personas tenemos nuestra facilidad para algunas cosas y, unos más que otros somos, si pudiéramos decirlo, expertos en temas específicos.

    Esta potencialidad ya puesta en práctica con siete, diez o veinte mujeres y hombres dispuestos a conjugar el verbo Gobernar y sacar adelante los problemas, vicisitudes y emergencias de los gobernados, debe ser la meta del Señor Presidente.

    Y no saquear la nación.

    Hacer negocitos.

    O endeudar a nuestros nietos y bisnietos.

    Los mecanismos de control para que el grupo primario, es decir los asesores y consejeros, puedan mantener organizados a los demás miembros del equipo humano de trabajo, es decir el Gabinete conformado por ministros, secretarios y comisionados, debe estar enmarcado en el seguimiento, evaluación, retroalimentación, readecuación de los planes, cambios y por sobre todo medir la eficacia y eficiencia de los resultados obtenidos por medio y en la opinión pública.

    No olvidemos que es la opinión pública la que sostiene políticamente a los gobernantes.

    Y la opinión pública la conforman las expresiones a las que podemos tener acceso por los medios de comunicación social, periódicos, radio, televisión, cable, Internet, volantes, vallas, opiniones y editoriales, hasta lo que nos llega por medio de chismes, chistes, chismorreos, bolas, caricaturas y comentarios populares.

    Sin olvidar que un estudio científico de la opinión pública, como lo son las encuestas, estudios de opinión y preguntas inocentes en reuniones, pero periódicas y diseñadas para saber la verdad y no para auto babosearnos, nos permiten, al grupo, al Gabinete y al Presidente, saber con exactitud casi milimétrica lo que estamos haciendo, cómo lo hacemos y el grado de satisfacción o disgusto ocasionados por nuestras actividades políticas en el Gobierno Nacional.

    Claro que si no nos van a servir esos resultados para un carajo, y si no los utilizamos como mecanismos externos de corrección a nuestras actuaciones, no sólo demostramos una soberbia digna de una vedette o de una cabaretera, sino una enorme irresponsabilidad con la población a la que sólo se le permite –y la culpa es del Sistema Electoral obsoleto que tenemos- pronunciarse sobre las gestiones políticas de los políticos un día cada cuatro, cinco y seis años ante una cajita que, con su voto en mano, el día de las elecciones, castiga al grupo que no supo ni quiso interpretar los problemas sociales del país.

    Claro, y es comprensible, que si es problemático ponernos de acuerdo hasta con nuestro cónyuge, no digamos de tener un grupo de ocho o diez personas, y luego una serie de grupos adentro del Gabinete y de los cuadros medios del Gobierno, como que se ve complicado, complejo y una vana ilusión el obtener resultados satisfactorios al respecto.

    Pero para eso es que les presento este manual.

    Para considerar nuevas y novedosas formas de solucionar los clavos y problemas del día a día.

    Claro y por supuesto que los problemas se agudizan cuando le meten la mano las personas que conforman grupos, organizaciones y asociaciones.

    Pero eso sucede porque metimos perros y gatos en un saco y les pedimos que desmenucen una situación y presenten opciones de solución.

    Los resultados son pobres, precisamente, porque no hay una línea adecuada por la cual deban caminar y conducirse los participantes.

    Si a tres profesores de educación primaria les pedimos un análisis y la presentación de soluciones a los inconvenientes que padecen los miembros de la comunidad en la que dan sus clases, por supuesto que obtendremos una visión.

    Pero si a ese pequeño grupo le sumamos la presencia de uno o dos líderes comunitarios, del cura o pastor, del alcalde auxiliar, y de cualquier otro u otros representantes, el análisis se profundizará y las soluciones y propuestas tomarán en cuenta otros aspectos que a los tres profesores se les habrían pasado por alto.

    Y si a ese mismo grupo le agregamos y sumamos el concurso de un sociólogo, un ingeniero, un médico, un abogado, una trabajadora social y el apoyo de otros profesionales en las áreas que tienen que ver con y en la comunidad al respecto, sin ninguna duda que el resultado del trabajo emprendido por ellos será una pieza maestra en lo que a desarrollo humano y social de la comunidad se refiera.

    Y esa es la idea central de este capítulo.

    Presentar la serie de beneficios que se obtienen cuando en un grupo multidisciplinario todos trabajamos con un mismo propósito y fin; que no es otro que encontrar salidas adecuadas a los problemas y dificultades nacionales.

    También debemos saber, y estar listos, cuándo es mejor tomar decisiones personales y rápidas, pues como son de vital importancia no podemos darnos el lujo de convocar al grupo y esperar su integración, discusión, estudio y propuestas, mientras eso sucede se muere el paciente.

    ¿Verdad?.

    El mecanismo de la oportunidad y el momento adecuado para decidir son las armas del líder de líderes; y se supone que eso es lo que representa y es el Señor Presidente de la República para su amado pueblo.

    Y que por ellos vive, se desvela y estudia, así como dirige, controla y ejecuta.

    ¿Qué otra cosa si no eso son las hartas obligaciones presidenciales para con los habitantes?.

    El título de este capítulo es muy significativo, pues afirmar, como lo hacemos en esta parte (se fijó que sigo poniendo en práctica el método de no hablar nunca en primera persona), que todos los problemas tienen solución, pueda parecerles a algunos como cosa del diablo y harto exagerada.

    Pero no.

    Quizá unas pocas cosas y situaciones no tengan la solución que más nos satisfaga, pero en general, dicen los grandes pensadores que cuando aparece el problema, instantáneamente con él, surge la solución.

    Es decir que nos presentan a estas cosas como una dualidad y polaridad en la que, de un lado o extremo está el problema, y del otro, su correspondiente solución.

    Y, como con toda polaridad o dualidad, que están enmarcadas en una misma línea, hay una serie de gradaciones, tanto para agrandar o menguar el problema, como para su oportuna, conveniente y proporcional y apropiada solución, desde esa perspectiva debemos enfocarnos y alistar nuestras baterías.

    Por si no ha quedado claro el concepto de las dualidades y polaridades, y de la misma línea en que están problema y solución, perdámonos un poco y divaguemos al respecto.

    El Norte y el Sur, representan un muy buen ejemplo.

    Resulta que si empezamos a caminar al norte, y continuamos en esa línea, de repente nos encontramos en dirección al sur.

    Y si nos situamos en la línea ecuatorial, que es la que se supone divide equitativamente los hemisferios, con cada paso que demos hacia el norte o hacia el sur, de manera gradual nos estaremos acercando a cualquiera de sus extremos hasta llegar al Norte absoluto o al Sur total; pero si damos un paso más, después de esos extremos, por lógica, nos encaminamos en dirección opuesta.

    Al llegar del sur al Polo Norte y continuar nuestro camino, éste nos conducirá por el sur hasta el otro extremo, que es el Polo Sur.

    Las otras dualidades o polaridades interesantes son las que forman el Amor-Odio y la Debilidad-Fuerza.

    ¿Quién no ha repetido eso que del amor al odio no hay más que un paso?.

    ¿O aquella otra frase de sacó fuerzas de su flaqueza o debilidad?.

    Bueno, hoy sí, mis querid@s lectores, lo mejor es que continuemos.

    Pues bien, les decía, y perdonen que meta mi primera persona en esto, pero de vez en cuando no es tan malo hacerlo, que ahora ya podemos entender quizá mejor la idea central de este capítulo.

    Como ya sabemos que no existe una sola y única respuesta, propuesta y solución a un específico inconveniente, problema o emergencia, sino tantos como los puntos que hay en una línea (recordemos eso de las polaridades y dualidades que están en una misma línea y las líneas están compuestas de miles de puntitos, que en este caso representan esas variadas, locas y hasta despampanantes propuestas de solución), eso nos indicará que mientras más cabezas estén enfocando su atención a un algo, se espera por lo menos una propuesta por persona participante.

    Y le corresponde al Líder conjugar las respuestas y sacar la más apropiada, tomando en cuenta otra serie de factores para implementarla o cambiarla si las reacciones e impacto social es contraproducente para la comunidad o para el Gobierno.

    Para la lluvia, bendita agua que nos obsequia la madre naturaleza, algunos avispados seres humanos consideraron la posibilidad de sacar un dinerito extra de esa condición ambiental y surgieron la sombrilla, el paraguas, los protectores, capas, ropa especial impermeable, gorras, sombreros, botas y zapatos de hule y toda una gama de productos.

    Pero a nadie se le ocurrió poner en práctica nada que detuviera las lluvias pues el impacto negativo en el medio ambiente lo desprestigiaba.

    Aunque muchos sí influimos en las pocas lluvias que ahora caen en nuestros países pues, con la descontrolada deforestación, calentamiento y uso de substancias que degeneran a la naturaleza, hoy las lluvias no son como antes.

    Pero también podemos observar que las empresas y personas que tienen que ver con este problema, han tratado que la opinión pública no los trate tan mal, y unos ya promueven su imagen con publicar que ya no usan tal o cual tóxico o que los combustibles ahora tienen componentes que evitan gases y químicos nefastos para el medio ambiente, así como los grandes fabricantes nos juran que sus vehículos traen depuradores y filtros capaces de reducir notablemente la contaminación.

    Por igual, con la serie de propuestas, impactos, complicaciones e implicaciones, que pueden causar cualquier solución que nos propongan a los problemas nacionales, debemos estar listos para ir graduando, para arriba o para abajo, depende de las reacciones e impacto causado, y entonces estaremos listos para decir que estamos Gobernando nuestro país.

    ¿Ve usted qué simple y tranquilo representa gobernar, dirigir y presidir una nación?.

    Claro que en la búsqueda de soluciones adecuadas, prácticas y oportunas, si lo hacemos de manera correcta por medio de un grupo y de una serie de grupos, ahí, en la búsqueda, surge otro problemón del tamaño de la Basílica del Señor de Esquipulas, en Guatemala, mi amado terruño (un saludo cordial y abrazos para todos mis paisanos, me gustaría nombrarlos a todos, pero se me pueden quedar algunos nombres y después cómo me lo reclaman; así que salud y vida jóvenes), y hacer que perdamos la compostura, los buenos modales y hasta la razón.

    Antes de seguir disculpen el saludo a mis cuates y amig@s esquipultec@s, pero detalles como este son los que valen ante la comunidad y elevan los puntos en encanto, popularidad y amistad.

    ¿O no?.

    Más cuando como en mi caso es algo sincero y cordial.

    Y mis paisanos, amigos, desconocidos (ahora hay muchos extranjeros viviendo en Esquipulas que no conozco pero que ellos sí me conocen), uno que otro mal amigo y a los que les debo y que me deben, saben que hablo con el corazón en la mano.

    Les decía que la rivalidad existente y normal y esperada en los miembros de un grupo, unida a la ojalá sana competencia, celos, envidia y hasta el desafío que representan como motivaciones, estímulos y acicates para los que conforman los equipos de trabajo, puede ser tomado como otro problema adicional, o ser aceptado como una cosa muy positiva.

    Ahí si que depende del cristal con que veamos las cosas.

    A mí en lo personal representan más cosas buenas y positivas que negativas o problemas.

    Principalmente por que esos aguijones, si tenemos la capacidad de liderar, gerentear y dirigir a nuestros colaboradores, tendremos, así mismo, el genio para jalar de las cuerdas y orientar toda esa energía a nuestro favor y en beneficio de nuestro pueblo.

    Ahora bien, aquel que es un perfecto pusilánime y poco conocedor de los mecanismos de control de grupos y personas, se lo va a llevar la gran…, a él y a su Gobierno, y desgraciadamente al pueblo.

    El Presidente, tanto como el dirigente de su organización o institución, sólo tiene que tener los atributos, las agallas o sea el valor supremo que dan los pantalones bien puestos que mujeres y hombres por igual poseemos, para hacer una cosa sencilla: Administrar el procedimiento con los grupos.

    PECADO RECONOCIDO ES PECADO PERDONADO.

    COMPARTIR LOS PROBLEMAS ES DILUIRLOS Y POR LO TANTO RESOLVERLOS

    Y que mejor que comprender estas afirmaciones si ponemos un buen ejemplo, además que exponemos nuestros puntos de vista con bases sólidas y comprensibles.

    Veamos que es lo que sucede en un país, como cualquiera de la América Latina, en materia de seguridad, prevención y protección de la vida, bienes y derechos de los habitantes; en donde nuestros gobiernos, con esa obligación constitucional que tienen de mantener un clima estable en esta materia tan delicada, son totalmente incapaces de hacerlo.

    Para muestra un botón.

    Tomemos cualquier periódico, lo podemos hacer por la Internet, de cualquiera de nuestros países y la serie de delitos, crímenes, violaciones, robos y asaltos, aparte de todas las actividades derivadas por los señores que operan adentro del crimen organizado, narcotráfico, robo de carros, asaltos a bancos, secuestros, etc., etc., sencillamente se nos pararán los pelos de todo nuestro cuerpo.

    Eso sólo significa que la capacidad operativa de delincuentes, criminales y bandoleros es inmensamente superior a la capacidad preventiva de las fuerzas de seguridad pública, ya sea la policía, los fiscales del Ministerio Público, como los agentes del Gobierno que se mueven en la inteligencia militar o civil.

    Con esta triste realidad, y con el dilema de la inseguridad que a todos nos afecta, es bueno que veamos la manera de compartir el problema y reconocer las limitaciones del Gobierno y podemos empezar a diluirlo y encontrar por medio del concurso de las fuerzas vivas del país, la visión y el panorama adecuado para dar pasos en la buena dirección y detener e impedir que los chicos malos continúen teniendo de rodillas a los ciudadanos honrados, trabajadores e indefensos.

    Lo primero que hay que hacer es reconocer que con las actuales estructuras, miembros, personal, equipo e instituciones, ya es imposible continuar pues la corrupción, indiferencia e impunidad tienen carcomida las bases mismas del Estado como para poder hacer algo en beneficio de la población y en contra de delincuentes y criminales.

    Mucho menos que se pueda hacer algo contra los compadres y socios que los pícaros y malandrines tienen desde los más míseros puestos públicos hasta donde se sientan ministros, secretarios de Estado, inclusive casos hay que han llegado hasta la Presidencia, pasando por los mandos medios.

    Reconocido, con la suficiente humildad y solvencia moral esta serie de limitaciones, esta serie de barreras, debemos dar el segundo paso y convocar a las fuerzas vivas de nuestro país para que nos sentemos todos, sin salir de allí, hasta encontrar puntos y soluciones que nos permitan implementar cosas nuevas, creativas y novedosas capaces de sacarnos de la crisis profunda en inseguridad e impunidad que nos manejamos.

    Si ni con esa serie de recomendaciones, e implementación de las nuevas líneas propuestas, conseguimos detener o limitar al crimen y a los delitos, la población ya no achacará la culpa de esto exclusivamente al Gobierno de turno, menos al Presidente de la República; y los medios de comunicación y las personas que emiten opinión pública al respecto, tendrán que reconocer que se hicieron los más y mejores esfuerzos en conjunto con la ciudadanía para paliar este peliagudo problema.

    Por lo tanto se diluirán las consecuencias, los costos políticos y las facturas que en otro caso, como en el actual, sólo el sector gubernamental tiene que asumir y enfrentar.

    Caramba, si el problema lo dividimos entre todos, las consecuencias de un posible fracaso también, así mismo, habrá que dividirlo entre todos.

    Vaya pues, dirá la gente y los medios, ni entre todos pudimos, con razón no podía el Presidente, el Ministro o el Director de la Policía.

    Pero si hay pequeños, medianos o grandes éxitos en el combate a la inseguridad y a la impunidad, por supuesto que los habrá pues será cosa consensuada la nueva línea de acción y políticas que se implementarán, el único que sale ganando, en materia política, es el Gobierno y con él su Presidente a la cabeza; y quedará el Primer Mandatario como el gran héroe nacional.

    ¡Qué gran líder tenemos!.

    ¡Qué gran Conductor de la Nación elegimos!.

    ¿No valdrá la pena hacer los cambios adecuados en la Constitución para permitirle a este benefactor nacional que se reelija cuantas veces quiera?.

    Tampoco.

    No empecemos a confundir el sebo con la manteca.

    Por supuesto que la ciudadanía también salimos beneficiados, pues conseguimos vivir en un ambiente menos hostil y más seguro para invertir, trabajar y lucir nuestros bienes ganados legítimamente.

    ¿Les quedó claro este concepto de diluir y compartir los problemas nacionales con los demás?.

    Claro que, si en materia de Seguridad y Prevención nada se puede hacer, lo que nos quedará será la implementación de la Ley de Orden Público y decretar un Estado de Excepción, restringiendo algunas garantías y derechos constitucionales hasta que las cosas mejoren o cambien.

    Muy bien, entonces continuemos.

    Primero que nada tenemos que hacer un mapa de las vicisitudes y grandes temas nacionales, y ya con este trazo y sabiendo sus implicaciones, tenemos que convocar a todos los sectores y sus representantes a un Gran Pacto de Gobernabilidad.

    Luego de eso listar los grandes problemas nacionales y comisionar personas de gran arraigo, respeto y notabilidad, para que se hagan cargo de presidir las mesas respectivas y que junto a los convocados, expertos y especialistas en cada materia específica, conozcan, discutan y propongan acciones, cosas y actividades en busca de soluciones.

    No hay que olvidar que nuestro respectivo país, por su propia estructura socio política, está o puede estar dividido en estados, regiones, departamentos o provincias, municipios y comunidades, como para que no montemos, en cada una de esas divisiones, a su vez, esquemas y modelos en su escala respectiva para tratar los temas, problemas y dilemas estatales, regionales, departamentales o provinciales, municipales y comunitarios.

    Todo por supuesto, bajo la figura, imagen y presencia, sin olvidar las bendiciones, del Señor Presidente de la República, como el responsable directo de este gran diálogo nacional.

    ¡Que viva tan conspicuo ciudadano!.

    Y permítame aquí hacer otro paréntesis.

    Por si usted no sabe eso de conspicuo, que a mi en lo personal me pasó y cuando me dijeron que yo era un conspicuo guatemalteco, mi primera reacción, y lo hice, se los juro que lo hice, fue enfrentarme con el fulano ese tan malcriado y abusivo, según mi ignorancia en el tema, y ni bien había terminado de decírmelo, en el tono más grandioso, que yo gritarle con todas mis fuerzas y no lo niego un poco más que encabronado,… más conspicuo lo serás vos, hijo de tantas por cuales…

    Tuvo que ser otro amigo, que se metió entre ambos antes que corriera sangre, que me explicó, como hoy lo hago con algunos de ustedes, que conspicuo es una palabra que encierra grandes atributos y en vez de ser un insulto, como yo, torpe de mí, lo había tomado, era un halago grandilocuente.

    Y que se refiere a alguien que es o ha sido notable, insigne, distinguido, grande, glorioso, célebre y que puede llegar a ser hasta inmortal.

    Bueno es hora de regresar al punto en que nos quedamos antes de este pequeño lapso.

    El secreto del éxito de estas técnicas políticas, para el que decida aplicarlas, está en que no debemos ser nosotros, los gobernantes y mucho menos el Presidente, quienes propongamos nombres de los representantes de la sociedad civil y mucho menos las condiciones bajo las cuales se deberán sentar tales representantes.

    El Gobierno y el Presidente nombrarán a sus respectivos representantes que tendrán un papel de árbitros y de jefes o directores de debates, que de otra cosa.

    Y las únicas condiciones que se impondrán serán el respeto mutuo y la libertad de acción, sin ninguna cortapisa, limitación o estorbo gubernamental o presidencial.

    Los medios de comunicación, de acuerdo a la línea constitucional, deberán tener libre acceso a las fuentes de información y podrán trasladar libremente lo que se trate y los puntos que consideren interesantes resaltar en sus respectivos medios.

    Con esta nueva fórmula que tiene ingenio, creatividad y participación ciudadana, será difícil no encontrar salidas, así mismo, ingeniosas, creativas y que representen el verdadero sentir de las mayorías pues estamos actuando de manera madura y consensuada.

    Eso sí, la única condición del Presidente y de su Gobierno, que deberá hacerse pública y refrendarse ante los convocados, será la de respetar las deliberaciones, propuestas y consensos, así como la de hacerlos vinculantes en la política gubernamental y trasladarlos al Congreso de la República para que los señores diputados, en un gesto patriótico, puedan convertirlos en Política de Estado o Políticas Públicas.

    Si nos acostumbramos a compartir los grandes y medianos problemas nacionales, así como a escuchar sugerencias, planteamientos y propuestas, tanto como a evaluarlas y ponerlas en práctica, podemos dejar una grandiosa contribución cívica nacional puesto que predicamos con el ejemplo en materia democrática.

    Todas las personas tienen algo digno y adecuado que proponer.

    Y merecen el respeto de ser escuchados y tomados en cuenta.

    Que de a sombrero que sólo para las elecciones tomemos en cuenta a la población y de manera avorazada salgamos a encuestarlos para saber que esperan de los políticos para proponérselo los candidatos y hacer puntos, pero sólo pensando en el día de las elecciones.

    Tomar en cuenta a la población, integrada principalmente por los jóvenes y mujeres que asumen el control de sus hogares por la irresponsabilidad de nuestros machos latinoamericanos que se dedican a engendrar muchachitos sin importarles el futuro de los hijos o el de las madres, debe de ser la clave en esta nueva tónica social.

    Durante los casi tres, cuatro o cinco años y meses que transcurren entre campaña y campaña electorales en nuestros países, los políticos lo que menos hacemos es tomar en cuenta a la población.

    Si nos tocó la maravillosa suerte de haber convencido y persuadido a más ciudadanos que los que convenció la oposición y nos hacemos acreedores a ganar las elecciones y gobernar nuestro país, lo primero que hacemos es cerrar filas, romper las estructuras partidarias, que no es lo mismo que el partido político que nos llevó al poder público, y según nosotros dedicarnos a ejercer el poder.

    Y si no ganamos las elecciones y somos de los grupos que no teniendo de otra nos proclamamos de la oposición al régimen, por igual nos enconchamos durante esos tristes tres, cuatro o cinco años y fracción, sin levantar muchas olas, no vaya a ser que nos desgastemos antes de tiempo.

    La razón principal de los partidos políticos, no vaya usted a creer que es proclamar candidatos y llegar al poder, eso decimos los que tenemos especial interés en mantener esa visión; el verdadero rumbo e interés de un partido político es la interpretación, intermediación y representación del sentir ciudadano, de los problemas y situaciones de la población en general, y la defensa de los intereses nacionales, de la democracia y de la constitución, para fortalecer el estado de derecho.

    Presentar candidatos a puestos de elección popular es una consecuencia de la interpretación, de la intermediación y del grado de representación que tenga cada partido político en la vida nacional, estatal, regional, departamental o provincial y municipal.

    Es ese sentido, y en este tema tan importante, es necesario insistir en la imperiosa necesidad de sentarnos muchos representantes y hablar, exponer, pelear, discutir, proponer y hacer todo lo posible por que las estructuras obsoletas que actualmente tenemos cambien y que surja, por nuestra participación activa, una nueva nación y una nueva forma de gobernar.

    Se supone que el Congreso de la República, por medio de los señores y señoras que representan a sus respectivos distritos electorales, mejor conocidos como diputados y diputadas, son los encargados no sólo de legislar, sino que, por su misma investidura de representantes o delegados de cientos de miles de pobladores, deberían de ser los encargados de manejar y buscar precisamente las mejores salidas, soluciones y propuestas a la grave crisis que padece nuestro país.

    Pero los chicos del Congreso se han dedicado a otras cosas y la población sigue en el mismo marasmo de subdesarrollo, atraso, inseguridad, impunidad, serios problemas económicos y una caótica situación para nuestros hijos y futuras generaciones.

    Uno de los temas, indispensables a tratar en esta modalidad de sentarnos a desmenuzar a nuestra nación, será, indiscutiblemente, las tareas específicas y la fiscalización que debe asumir el Congreso como institución y los diputados como los más altos representantes de nuestra población.

    Ellos, en el Congreso, han conformado Comisiones de Trabajo dependiendo de los temas nacionales. Así tenemos una Comisión de Gobernación, de Asuntos Municipales, de Protección al Consumidor, de Derechos Humanos y en fin de varios otros tópicos.

    ¿Han contribuido para el bienestar nacional?.

    ¡NO!. Para nada.

    Pero el mecanismo es excepcionalmente adecuado.

    ¿Por qué si a los dignos representantes nacionales no les ha funcionado podrá funcionar esta propuesta que hoy hacemos?.

    Por una simple razón.

    El interés político, electoral, muchas veces económico, de negocios y financiero, de los señores diputados, es otro al nacional, estatal, departamental o provincial, municipal y comunitario.

    Analizar la problemática de nuestro país, bajo la óptica del interés nacional, con la fiscalización de los grupos de ciudadanos de la sociedad civil y de los medios de comunicación, puede garantizar el relativo éxito de esta empresa y propuesta.

    ¿No le parece que merece la pena probarla?.

    TÉCNICA Y RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS

    Exactamente así se llamaba una materia que cursé en la Facultad de Ingeniería de la Gloriosa Universidad de San Carlos de Guatemala, allá por los años 1975 y 1976, no recuerdo muy bien la fecha ni él o los catedráticos que nos impartían esa delicada y básica cátedra, pero en esa clase y asignatura se nos daban los pasos lógicos, matemáticos y de sentido común para entrarle a los problemas en orden.

    Eso es importantísimo para tenerlo en cuenta.

    El orden en que demos los pasos para entrar en la posible solución, permitirá convertirla, con certeza, en una real solución.

    La secuencia, disposición de ánimo, los métodos legales, morales y basados en la Constitución, la disciplina del grupo de trabajo, el respeto a la jerarquía legal de nuestro ordenamiento gubernamental y la proporción exacta, para no perder el norte ni la dimensión del lugar en donde estamos, es el resumen de esa técnica estudiada en la Facultad de Ingeniería de la USAC para resolver problemas.

    Cualquier problema, que no se nos olvide.

    La proporción y dimensión pueden variar, pero en esencia esos son los pasos que tenemos y debemos dar.

    El entusiasmo, la emoción y, aún la excitación, no son suficientes para resolver las cosas.

    Los excesos en las emociones y sentimientos, así como la terquedad y el machismo, tanto el masculino como el femenino (el machismo femenino es tremendo), lo que hacen es que primero nos permiten cosechar aplausos y hasta los votos para ganar una elección, pero cuando nos tenemos que enfrentar a esa triste, amarga y dura realidad, hasta peligrosa para otros, ya encaramados en puestos altos o en la Presidencia de la República, nos hunden y tragan por completo.

    Por supuesto que las emociones y los sentimientos, como la tenacidad que no terquedad, son las chispas que nos permiten encender grandes acontecimientos y movimientos sociales, pero deben estar acompañados por grandísimas sumas de sentido común, lógica, matemático proceso y una gran proporción racional.

    Por supuesto que los sueños y las ilusiones son los motores del desarrollo, pero, sin una pizca de proporción racional, no son más que vanagloria y pesadillas que hacen que surjan los grandes fantasmas y monstruos que más temprano que tarde nos cobran las facturas por el engaño hecho, la estafa de conciencias y el desencanto dejado en nuestros semejantes.

    ¿Cumplir o no cumplir?.

    ¡Eh ahí el dilema!.

    La eficacia y la eficiencia son los factores, juntos los dos, que nos permitirán conseguir esas soluciones graduales a los problemas nacionales.

    Producir efectos positivos, palpables, medibles y evidentes, pero por sobre todo de beneficio general, serán posibles sólo si tenemos montada una estructura eficiente y eficaz, pues de qué nos sirve tener un carro último modelo sin llantas y sin motor, o bien uno completo pero sin un piloto que lo conduzca adecuadamente.

    De nada. Eso sería como no tener nada.

    Y así luce un Presidente o un Ministro y Secretario de Estado que, incapaces de generar hechos tangibles, medibles y positivos en el país, tendrán que sufrir el escarnio, la vindicta pública y la pérdida de credibilidad, confianza y simpatía que se suponía tenían al llegar al Gobierno y cuando fue electo como Presidente en las elecciones.

    La técnica para solucionar inconvenientes, problemas, conflictos y emergencias es una en la cual el elemento quizá más importante está en la comprensión de los seres humanos que lo padecen, pues sensibilizados al máximo de la situación padecida o afrontada por una comunidad o en el nivel nacional, y asumiendo una posición de identificación personal en eso, el Presidente de la República, si fuera el caso o los representantes del Primer Mandatario, que lo pueden ser ministros, secretarios o funcionarios de mediana y alta categoría en el Gobierno, podrán hablar el mismo idioma con los que lo padecen.

    Es decir que la persona a la que se acuda, por parte de una comunidad en busca de solución a su problemática, tiene dos cosas que hacer.

    La primera, después de escuchar o leer los planteamientos comunitarios, es asumir una comprensión total de la situación y si no se tiene, preguntar y hurgar hasta tenerla.

    Con eso nuestros interlocutores, la ciudadanía que padece las limitaciones del problema que nos plantean, van a guardar una tranquilidad y descanso pues depositaron la carga en alguien en quién confían va a encauzar las cosas en su beneficio.

    Y la segunda, es que nos tenemos que identificar plenamente con el problema y con quienes lo padecen, para entrar en sintonía y armonía, es decir la sensibilización social con la comunidad.

    Claro que si pasado un tiempo prudencial sin que esas personas sepan de nosotros y sin que experimenten que no fueron baboseados o tonteados una vez más, y no les hagamos llegar noticias nuestras, tanto a favor o negativas, la intercomunicación, el canal y la simpatía que abrimos mutuamente, se pierde por completo y lo peor es que se corre la voz que no somos más que farsantes iguales o peores que los que anteriormente ocuparon nuestro puesto.

    La desilusión y el desengaño son terribles para la población.

    Las expectativas que se generaron, por nuestra postura de comprensión e identificación con ellos, se transforman en falta de confianza, incertidumbre y llega, inmediatamente, hasta la enemistad.

    Pues bien, siguiendo con la línea, luego del planteamiento del problema, y luego de asumir nosotros la responsabilidad de ser canales para traer y tener la mejor solución, debemos de concentrarnos en el problema en sí.

    Y con el equipo de trabajo, bajo nuestro cargo y al servicio de la institución en la que estamos, proceder a buscarle todas las aristas al asunto.

    Una lluvia de ideas, o tormenta de ideas como la llaman otros, es primordial pues deja que nos conectemos con los pro y contra de las cosas; y permitirá afianzar nuestros conocimientos, ampliarlos e interiorizarlos para futuras ocasiones.

    El equipo, como ya lo dijimos, deberá estar conformado por personas de diferentes disciplinas, pero no debemos permitir que la última palabra la tome un técnico, un profesional o profesionista en equis o ye materia.

    La última palabra la tenemos que tomar nosotros, los políticos, pues tenemos, o se supone que tenemos, la sensibilidad en la piel y los sentimientos en la mano, capaces de evitar que la decisión fría, sin corazón ni sentimientos de un profesional o un técnico, en vez de fortalecer y solucionar las cosas, las puedan empeorar.

    Un político, ya lo sabemos, es aquella persona que encuentra las mejores soluciones de aplicación general y que antepone el interés personal, individual y local, por uno universal.

    Los técnicos, los expertos profesionales en la materia, son excelentes para que recopilen datos, chequeen y retroalimenten las computadoras y también para que interpreten los resultados.

    Hasta ahí.

    Los políticos somos los que debemos asumir la responsabilidad de proponer soluciones, de llevarlas a cabo y de rectificar si fuera el caso.

    La mejor solución, y por supuesto es la que todos andamos buscando encontrar para implementarla, es aquella que permite que todos salgamos ganando.

    Si logramos contribuir en las comunidades y en el ámbito nacional con una solución integral –ojalá que no se nos olvide esta palabrita de integral-, estaremos contribuyendo a la superación y desarrollo humano y social de nuestros conciudadanos, pues eso significa que no dejamos puntos ni cabos sueltos y que durante la construcción y búsqueda de soluciones, nuestro equipo y nosotros, contemplamos todas las posibilidades, efectos, impacto y huellas.

    La solución no es tan simple como llevar alguno que otro satisfactor a la comunidad y asunto acabado.

    Esta visión fantasmagórica de muchos torpes metidos a políticos es la que ha contribuido al desprestigio de tan noble profesión y es la que ha ocasionado corrupción e impunidad en ambas vías, en el funcionario y en algunos "empresarios" que, por meterle mano al Presupuesto de Ejecución, no parpadean por vender hasta su madre.

    Por supuesto que a la madrecita de ellos, de los pícaros y largos.

    Solución política es la decisión profunda que toman y asumen los dirigentes que se precian de tener sabiduría, cordura y sensibilidad social, que tienen como fin único el provocar una respuesta lo más rápido posible pero que reúna las condiciones de llevar satisfacción y que tenga la intención de servicio comunitario.

    Por supuesto que los réditos cívicos, políticos y hasta económicos que se puedan obtener, como una consecuencia de hacer las cosas correctas y adecuadas, por supuesto bajo condiciones de moralidad y de legalidad de nuestro país, ahí están y es legítimo reclamarlas sin ninguna presión y mucho menos por haber condicionado a los beneficiarios.

    Si cometemos el infantil error de dejar o fijar condiciones políticas, electorales, sexuales o monetarias en aquellos o aquellas a los que llegará la solución, el pago de esa tontera y brutalidad es espantosamente caro.

    El desprestigio, desconfianza y patanería nos acompañará de por vida, y se acrecentará conforme se vaya sabiendo de boca en boca.

    Así que mucho ojo y cuidado con ser un patán o un gángster en esto.

    Solitas vienen las cosas, no hay ni que presionar ni que exigirlas.

    El resultado de un buen trabajo, y solucionar las cosas sin pedir nada a cambio, al contrario dejando una excelente impresión de servicio, siempre quedará a la vista de cualquier persona, institución y organismo.

    Recordemos que si no me quieren hacer caso, porque se creen más listos que yo, sólo pensemos un momento en que los que vendrán a ocupar nuestro lugar, por medio de las implacables elecciones y votos de aquellos a quienes creímos babosearnos, nos pueden contar las costillas y eso sólo puede significar la diferencia entre el prestigio y la cárcel.

    ¿Usted qué decide?.

    No se le vaya a ocurrir ni pretender que usted es más listo que este manual.

    Okey.

    Bueno sigamos con el tema.

    Cuando dejamos apuntado lo legítimo en reclamar y buscar los réditos o ganancias cívicas, políticas y hasta económicas, quisimos dejar sentado unas cuantas cosas que no tienen nada que ver con el despojo o con el saqueo de los bienes del Estado o de cualquier otro ser humano en la vida particular.

    No.

    Por supuesto que si tenemos el prestigio y el carisma de ser buenos administradores de la cosa pública, en cualquier elección o selección que se haga y en la que nos presentemos a competir, nuestras cartas de presentación estarán en la dirección del servicio desinteresado, humano y social que promovimos.

    Podemos ganar elecciones.

    Podemos estar en juntas directivas de asociaciones y organizaciones nacionales, estatales, regionales, departamentales o provinciales y municipales; y aspirar a puestos en los niveles internacionales, pues no tenemos ni dejamos colas que nos pisen o machuquen.

    Y luego de nuestro paso por la administración pública, con esa gran experiencia adquirida, con nuestro espíritu lleno de servicio comunitario y con la visión adecuada para promover soluciones integrales, será cosa fácil ir a empresas, instituciones y organizaciones, nacionales, extranjeras y transnacionales, con una pretensión salarial de primer orden.

    Y así se obtienen todos los réditos cívicos, políticos, humanos y económicos que llenarán de orgullo a nuestra descendencia.

    Ya imagino la vergüenza de aquellos descendientes de gobernantes corruptos, ladrones y matones.

    Claro que la disfrazan con el cambio de nombre y con la fortuna heredada.

    Que viva la corrupción y el crimen, dirían algunos.

    LOS PROBLEMAS, DIFICULTADES, COMPLICACIONES Y CONFLICTOS

    En nuestros países del Tercer Mundo, como el subdesarrollo es la fuente de todos los problemas, dilemas y complicaciones, es necesario trasladarnos a las manifestaciones y padecimientos que realmente sufre en carne propia la población.

    El grueso de las personas, por las condiciones de extrema pobreza y de pobreza que padecen, sus mayores dificultades son del orden económico, pues el hambre, la falta de vivienda, la ropa y la falta de oportunidades para trabajar y superarse, representan el dolor de cabeza en su familia.

    Claro y por supuesto que si consigue que por el día alguien les paga cuatro o mejor si son seis o diez dólares, tiene que hacer verdaderos malabarismos para evitar que un ladronzuelo cualquiera lo asalte y le quite el sustento de su familia.

    O lo peor que lo dejen mal herido en un robo. O muerto que sería el acabose para su familia.

    Entonces podemos partir, o dividir, en dos causes la problemática de nuestra población.

    Por un lado el esfuerzo para conseguir el dinerito para pasar el día y por el otro la serie de tretas y trucos para esconderlo hasta llegar al hogar sin que algún vivillo malandrín, de los que tanto abundan, se lo arrebate en un asalto callejero.

    Aunque también se combina con el otro asalto a mano armada que hacen con nuestros centavitos los comerciantes e industriales, ya que por los productos y mercancías que ponen a la venta, con los precios de los artículos de consumo popular y diario, mejor conocidos como canasta básica, se esfuma nuestra plata en un dos por tres; y la cantidad de cosas que antes podíamos comprar y conseguir con la misma cantidad de dinero, hoy, apenas significan o la mitad de ellas o menos.

    ¿A cómo irán a amanecer los precios mañana y dentro de un mes?.

    Esto de verdad es otro atraco a nuestras economías familiares.

    Ya vimos anteriormente, en uno de los primeros capítulos de este manual, toda esa cascada de inconvenientes que se derivan del subdesarrollo, y también expresamos nuestra solución para eso; lo que debemos hacer, cada uno de nosotros, no sólo los gobernantes sino que también y en mayor escala los gobernados, es colaborar para ir destruyendo las causas de los inconvenientes sociales.

    Y una buena medida para esto radica en fortalecer o crear, si no existe, la organización de grupos de vecinos para que ellos puedan participar directamente en su propia comunidad.

    Por medio de esta actividad podemos ejercer un mejor control sobre nuestras autoridades locales, municipales, provinciales, estatales y nacionales y pedirles cuentas de las obligaciones pendientes con nuestras comunidades.

    Claro y por supuesto que también debemos participar y formar parte de organizaciones cívicas y políticas (que no necesariamente partidos políticos) para ir, poco a poco, depurando las existentes de personas que únicamente han estado allí buscando resolver sus propios problemas sin acordarse de la pobre gente que vive en condiciones inhumanas.

    Vuelvo a repetirlo, los medios de comunicación social, al alcance de la población, son eso, un medio, una manera y un canal del sentimiento, padecimientos, logros y vivencias de los habitantes de un lugar.

    Y no hay peor cosa, para un político, funcionario o empleado público, que aparecer en los medios de comunicación siendo criticado o puesto en entredicho y dejado en mal predicado, pues su carrera, su prestigio y la simpatía, que se supone son los activos de una persona en las condiciones y a cargo de una institución gubernamental, sufren por esas publicaciones o comentarios.

    Así que la población tiene en sus manos un elemento sumamente importante para paliar sus pequeños o grandes inconvenientes con dejar en entredicho a dirigentes y funcionarios, mientras no se asuma una actitud de Estado para darle una completa vuelta a las estructuras que nos rigen y conseguir quebrar y salirnos del círculo vicioso del subdesarrollo.

    Eso sí todo adentro del marco legal que tenemos.

    Las puertas hay que tocarlas.

    Si no las abren los funcionarios o no nos atienden, habrá que botarlas.

    Quién mejor que los habitantes de las poblaciones para saber exactamente cuáles y qué son sus prioridades, como para que permitamos, como pueblo, que sean los funcionarios públicos o los trasnochados Presidentes a los que, en una noche de inspiración, se le haya ocurrido que lo mejor para equis lugar o pueblo sea tal cosa, sin consultarlo tan siquiera con quienes padecen y viven la miseria, los atrasos y hasta los abusos.

    Estas cosas son las que por medio de la fiscalización y el control ciudadano se pueden evitar.

    El gasto que tiene programado el Gobierno hacer por medio de su Presupuesto aprobado en Inversión Social, tiene que estar planificado en realidades y no en elucubraciones de funcionarios públicos que no conocen el contexto y la naturaleza de los lugares.

    Y, volvemos a repetirlo, aquí interviene la comunidad por medio de sus representantes y la fuerza de los dirigentes para hacer valer sus puntos, necesidades y prioridades.

    A nosotros, los políticos en activo, los que podemos llegar a formar parte del Gobierno, desde posiciones altas y principalmente al Presidente de la República, nos competen dos cosas.

    Una, la más importante, que es lograr la verdadera interpretación de los problemas nacionales, estatales, regionales, departamentales o de provincia, municipales, comunitarios, familiares y personales que se padecen y sufren en nuestro país, para entonces planificar debidamente el cómo y con qué entrarles.

    Y segundo, llevarlas a cabo.

    La ejecución de las obras, servicios y solución a los problemas comunitarios, es la esencia de un Gobernante para que por medio de esos frutos pueda ser calificado en su función para la cual fuimos electos.

    ¿Acaso no recordamos lo que como candidatos prometimos a diestra y siniestra?:

    ¿Ya se nos olvidaron esas caras sonrientes, llenas de esperanza y de gratitud hacia nuestras peroratas, discursos e intervenciones públicas, que vimos personalmente en cada una de las miles de personas que nos hicieron el gran favor de estar de pie ante nuestras presentaciones públicas en plazas, parques, calles, teatros, estadios, mercados y viviendas a las que llegamos en busca de su voto y apoyo electoral?.

    No podemos dejar de estar en comunión con la población.

    Y no podemos dejar que sean otros los que impidan esta línea directa de contacto comunitario que conseguimos durante las elecciones.

    Pero en primer lugar no debemos permitir que nuestras actitudes, olvidos y pedantería, con los humos del poder ya mareándonos, nos pongan una venda en nuestros ojos, mente y sentimientos, capaz de voltearle la espalda a la sociedad, pues el sistema tan débil que nos sostiene en el poder, eso es, un hilito delgado y fácil de reventar por cualquier manifestación popular en contra nuestra.

    La opinión pública, no lo olvidemos, es el sostén de un Gobierno.

    Y cuando la venerada opinión pública se va perdiendo y somos sujeto de su crítica y de su inconformidad, empecemos a rezar y a orar pues nuestros días están contados.

    Pasar a la historia como uno más de los corruptos, malandrines y faltos de acciones a favor de la población, como que no fue nuestra primera intención cuando decidimos luchar por alcanzar la Presidencia.

    Y pasar a la historia como el más pura… de los Presidentes de nuestro país, por no saber Gobernar, interpretar y realizar las funciones que como tal nos obliga la Constitución, la moral y la parte humana, dependerá del corazón y mente del Señor Presidente que en sus manos lo tiene todo, absolutamente todo, como para ser tan ingrato y tan poca cosa a la hora de ejercer el poder público a favor de ese pueblo que lo eligió.

    Un Presidente sólo tiene una razón de existir en el ordenamiento legal de un Estado, y esta es la búsqueda incesante de soluciones adecuadas para la problemática nacional.

    No hacerlo y no encontrar ese camino, despierta una serie de suspicacias en el soberano pueblo y deja a tal ingrato personaje como un pelele y como un grandísimo tal por cual.

    Los impuestos que pagamos los habitantes son precisamente para que el Poder Ejecutivo, en la persona del Señor Presidente de la República, tenga la disposición de los grandes recursos para hacer obras y crear las condiciones para la superación personal, familiar y comunitaria de la población a la que Gobierna.

    El entorno y medio ambiente de un país necesitan de ser modificados por medio de Políticas de Estado o Políticas Públicas en inversión social, pues, sin recursos, el desarrollo integral humano y social de nuestros pueblos se sigue posponiendo ad infinitum.

    Pero disponiendo del dinero fresco, producto del pago de impuestos, es un pecado no hacer todo lo que está al alcance del Gobierno.

    Será cosa indispensable que lo más rápido posible se ponga en práctica la Política de Descentralización, Desconcentración y Modernización del Estado, en nuestros países, como la garantía de la ciudadanía en que por fin, y sin tanto melodrama o trucos oficiales, desde sus municipios y comunidades se generará el desarrollo, el crecimiento y la inclusión en la vida nacional.

    Los problemas, dificultades, complicaciones y conflictos que padece nuestra población en los lugares en que sobreviven, podrán ser tomados en cuenta por las autoridades locales para que, con los recursos que el Estado les facilite, puedan ellos llevar y hacer efectivo los Planes de Desarrollo Comunitario previamente planificados.

    La población tiene voz y voto, no sólo durante el período de campaña y el día de las elecciones, sino que todos los sagrados días de su existencia en nuestro país, por lo que Presidentes, ministros, secretarios de Estado y los demás medianos funcionarios públicos, tienen la harta obligación de velar, constantemente, por el bienestar general, la superación y el desarrollo.

    Nuestros países, por estar bajo el estigma de tercer mundistas y supra subdesarrollados, somos los que más debemos estar unidos entre sí para conseguir que la Comunidad Internacional, principalmente los que pertenecen al Primer Mundo, es decir las naciones súper desarrolladas, nos traten como a hermanos menores y nos tiendan las manos para ayudarnos a salir de este hoyo profundo en el que cada día nos hundimos más y más.

    Aquí también se requiere, por parte del Presidente de la República, dos cosas.

    Una, que declare Estado de Calamidad y de Emergencia Nacional en nuestro país, pues la pobreza, la miseria, el atraso, los abusos y la discrecionalidad, como primer producto del subdesarrollo, nos tienen hundidos en las desigualdades, exclusiones y discriminaciones, que no nos permiten superar y extirpar la corrupción, impunidad, incapacidad, desprecio y la indiferencia, que son la base para que las constantes violaciones a nuestros derechos individuales sean pisoteados y violados día con día, y que nos tienen condenados y condenadas a sobrevivir en un clima inaguantable de inseguridad, alto costo de vida, desempleados, sin ninguna protección como consumidores, y en condiciones de insalubridad y de falta de educación sin precedentes.

    Y dos, que salga personal y directamente, hasta lograrlo, a buscar el apoyo incondicional de los países desarrollados, de los organismos multilaterales y de la comunidad internacional, pues desde aquí en nuestro respectivo país, solos y a la buena de Dios, luego de estos más quinientos años de estrecheces en las que nuestros ancestros, abuelos y padres sobrevivieron, es un crimen obligarnos a nosotros y a nuestros hijos, nietos y futuras generaciones, a seguir padeciendo la misma pobreza física, humana y emocional heredada y abonada con las alhajas que hemos tenido como gobernantes.

    Así que aquí están y estos son o deberán ser los argumentos para utilizar en la próxima campaña electoral.

    Y lucirnos como los nuevos generadores de riqueza, superación y desarrollo sostenido.

    ¿Qué tal?.

    Ya está trillado eso de ofrecer soluciones y parches en la inseguridad, en el desempleo o en cualquier otra de las derivaciones de la problemática económica que hemos y estamos padeciendo.

    ¿Quién nos creerá que nosotros sí podemos en donde todos los demás presidentes han fallado?.

    Pero si basamos nuestro Programa Electoral y Político, en un eventual Gobierno que haríamos, en estas dos propuestas, declarar el Estado de Emergencia Nacional y comprometernos a salir en busca de los recursos, apoyo y auxilio de la Comunidad Internacional, téngalo usted por seguro que la población puede empezar a soñar con un futuro como el que siempre hemos merecido todos.

    ¿Qué le parece?.

    Sólo le recuerdo, si es usted el que tiene a bien seguir mi consejo y logra que cuaje esta promesa electoral y es electo Presidente, que los derechos de autor abarcan la utilización de todos y cada uno de los capítulos y partes de este maravilloso manual.

    No olvide que la reproducción, total o parcial, así como electrónica, y la utilización para fines personales de este librito, con los cuales usted o cualquiera de los que hagan uso de la magia aquí encerrada logren llegar a las deliciosas mieles del poder público, tiene que ser debidamente compensada.

    ¡Cuidado y omite este pequeño detalle!.

    O.K.

    Me quedo confiado y tranquilo en su buena fe y en que podré ser tomado en cuenta y que podré estar fácilmente a la par del próximo Señor Presidente.

    ¿Verdad?.

    Le vuelvo a recordar que la ingratitud se paga con creces.

    LOS TEMIBLES MEDIOS DE COMUNICACIÓN SOCIAL

    Que no son ni buenos ni malos, todo depende del cristal con que los miremos y de las consecuencias, buenas, malas o regulares que nos afecten, luego de ser tomados en cuenta por ellos, como noticia, comentarios, editoriales, chistes, bromas, burlas y programas o publicaciones especiales que nos dediquen.

    La palabra temible no la uso aquí en el sentido peyorativo que algunos ineptos, obscuros, largos, pícaros y malandrines de la política la entienden, pues para ellos los medios de comunicación, aparte de meterse en lo que no les importa, de hablar puras pajas y de inventarse toda una serie de hechos sólo para vender y colocarse en mejores lugares que su competencia, no sirven ni siquiera para anunciarse porque son muy pocas las personas que ven televisión, oyen radio o peor aún que leen periódicos y revistas.

    No.

    Dejar sentado este calificativo de temible, cuyo sentido, o el sentido que le quise dar, no es otro que el de terrible, eso es lo que significan o deben significar para los seres humanos que se meten a cosas de grandes, es decir a ser figuras públicas.

    Y un político, ganador, perdedor o en la lucha por conseguir éxitos, eso es lo que es.

    Y no digamos ya como Presidente, ministros y altos funcionarios públicos.

    Cualquier cosa que digamos, hagamos o sugiramos será trasladada a la opinión pública por los chicos y chicas que se dedican a reportear, a cazar noticias y a conseguir reacciones.

    Y por supuesto que como no pueden imprimir, transmitir o comunicar todo el contenido de nuestras declaraciones, extractarán lo que para cada uno de ellos, sus jefes y el director, crean es lo que hay que resaltar en la nota.

    Y por supuesto que las notas, mientras mejor presentadas, más resumidas y condensadas se presenten a la consideración de la opinión pública, en esa medida los medios consiguen mantener la atención y hasta la admiración en las personas que les hacen el favor de comprar el periódico o la revista que editan, así como escuchar y ver los radioperiódicos y los tele noticiarios.

    Todos buscamos, en nuestras variadas actividades, cualquiera que estas sean, ser los mejores, los que vendamos más y los más prestigiosos.

    Y los medios de comunicación no son la excepción.

    Por eso hay que tomar en cuenta un montononón de asuntos con ellos y con sus miembros.

    No en balde se les conoce como el Cuarto Poder.

    Y si hacemos una reflexión sobre el siguiente estribillo nos será de mucha utilidad al respecto.

    Cuando un periodista o medio de comunicación está preso o limitado en sus funciones, el pueblo está preso con él y limitado en su desenvolvimiento ciudadano.

    Y otra cosa que no debemos olvidar es que ellos, como instituciones que son, y nosotros como seres humanos, metidos a políticos, nos diferenciamos en dos cosas.

    Una, es que ellos, los medios y periodistas, cuando nosotros entreguemos el poder, nuestros cargos y obligaciones, siguen en sus funciones y continúan informando, comentando y haciendo reportajes.

    Y la otra es que, como funcionarios públicos, estamos obligados a cumplir y hacer que se cumpla la Constitución, las leyes, normas y moralidad en nuestro país, y la libre emisión del pensamiento, así como el libre acceso a las fuentes de información son garantías sagradas que debemos cumplir y fortalecer por el mismo bien de nuestra democracia.

    Los periódicos del país, juntos, son leídos por cientos de miles de paisanos en nuestro respectivo país. Cada habitante de la nación escucha varias horas diarias las estaciones de radio. Varios millones de ciudadanos, incluyendo a sus familias, ven la televisión nacional o el cable todos los días.

    Que no se nos olviden nunca esos datos.

    Así que no hay más que portarnos bien para evitar que en cualquiera de las fiscalizaciones populares, comunitarias o de los ágiles reporteros y de los medios de comunicación, nos agarren con los calzones en las manos haciendo porquerías, triquiñuelas con los dineros del pueblo o cosas inmorales.

    El pobre de Bill Clinton, por olvidarse de estas nimiedades, y por quitarse las tensiones que provocan el cargo de Presidente, puso e hincó a la Mónica en menesteres quita estrés y lo pillaron y se lo llevó Judas al pobrecito.

    No hay satisfacción más grande, para nosotros los que nos dedicamos a la vida política de nuestro país, que aparecer en los medios de comunicación social pues, con foto a color, grandes desplegados y comentarios de nuestras altruistas actividades, o con declaraciones por la televisión, el cable o por las emisoras de radio, podemos estar seguros que los paisanos que nos oyen, leen y ven quedarán con la boca abierta por los conceptos tan vanguardistas que manifestamos.

    Pero ni Dios lo quiera y salimos en los medios con notas, comentarios o informaciones perjudiciales, negativas y hasta extremistas, sobre nuestra vida, actos y hechos públicos, y no importa si son ciertos o puros inventos de algún baboso tales publicaciones, la cosa es que ya nos llevó la grandiosa…, pues la impresión que queda en la mente y sentimientos de los que se enteran de tales cosas, embustes o verdades a medias o enteras, no es otra que compararnos con otros políticos que actuaron igual que como hoy nos presentan.

    Todo aquello que sale publicado como noticia, comentario, reportaje o crítica, quienes se enteran asumen que es verdad pues, si los impresiona sentimental y emocionalmente, primero lo aceptan como real, luego lo procesan para después transmitirlo, de boca en boca lleno de los detalles personales, la sal y pimienta que siempre le ponemos a los chismes y chismorreos de barrio, hasta convertirlo en un hecho que juramos nos consta.

    El problema no es de los medios ni de los periodistas, es de las personas públicas y de los políticos que no supieron o no saben que el secreto es sencillo.

    El comportamiento adecuado, apegado a la ley, a lo moral y a lo estrictamente profesional, en nuestros campos, es el antídoto a las malas noticias sobre nosotros.

    No hay nada más bochornoso que ser noticia o comidilla en comentarios y en editoriales.

    Claro que podemos también salir en la sección de obituarios y en las esquelas.

    Pero si por alguna razón nos toman en cuenta para sacarnos como noticia, y ésta es perjudicial para nosotros, ya nos llevó la tristeza.

    Y los medios de comunicación nada tienen que ver con nuestra buena o mala reputación.

    Se supone que los medios profesionales, independientes, honrados y dignos, como lo son la gran mayoría de ellos, al igual que las personas que le dan vida a estas empresas, eso mismo son.

    Normalmente los propietarios, socios y condueños eligen una Junta Directiva, un Comité o Grupo Editorial y luego un Director, gerente y jefes de información, redacción y cuanta sección se les ocurra tener, eso depende del tamaño, especialización y deseos de quienes toman las decisiones.

    Y normalmente también, todos ellos son profesionales de amplia experiencia, pues todo el andamiaje de una empresa comercial, que en el fondo de las cosas eso es lo que son los medios de comunicación social, descansa en la capacidad desplegada por los ejecutivos y, si hay parcialidad, pérdida de rumbo y de usar los medios para fines que no son los propios, con toda seguridad el medio que equivoca su camino sucumbe más temprano que tarde.

    Ejemplos hay muchísimos como para no tenerlos presentes y evitar esa tentación de desvirtuar el profesionalismo, ética y moral que deben tener, como condiciones ineludibles, los periódicos, las revistas, programas noticiosos transmitidos por radio, televisión, cable e Internet, y ser utilizados para intereses personales o gremiales, ajenos a los empresariales, perdiendo la brújula y la dirección correctas.

    No hay peor actitud que reaccionar con el hígado.

    Pero es verdaderamente terrible cuando lo hacemos contra periodistas y medios de comunicación, así como contra los comentaristas, editorialistas y los que emiten su opinión por cualquier medio.

    Ahí sí que lucimos como lo peor y, si algunos no sabían de nosotros, con esas patanerías, prepotencia y abusivez, quedamos retratados como viles.

    La democracia se sustenta y se fortalece, en un enorme porcentaje, por el comportamiento apropiado, positivo y solucionador de problemas de las personas que tienen a su cargo instituciones, organismos y oficinas públicas y del Estado.

    Pero se fortalece completamente cuando los medios de comunicación, como brazo social de la población, asumen con seriedad su papel para informar, velar, fiscalizar y mantener ojo al Cristo en los chicos y chicas que ocupan cargos de elección o de selección en el Estado, lo que de alguna manera, y por el temor a ser descubiertos, a quedar en entredicho o desprestigiados, detiene y desalienta cualquier intención pícara y corrupta de y en los políticos.

    Por supuesto que no todos comprenden estas cosas y valiéndoles veinte las funciones de los medios y de la opinión pública, muchos meten la mano en la gaveta, hacen negocios turbios, concesionan servicios y otorgan favores espléndidos a cuates, amigotes, familiares y compadres, y cuando son expuestos a la luz pública por los medios, le echan la culpa al amarillismo que los caracteriza para vender la cochinada que publican diariamente.

    ¡Qué bárbaros!.

    No hay consejos apropiados para tratar a periodistas, propietarios, socios, directivos, jefes y directores de los medios de comunicación, como no sean los mismos que debemos tener para con otras personas e instituciones.

    Ante todo el respeto por su trabajo.

    Sin medios de comunicación que sean canales para informar de esas negativas acciones y sin comentaristas o investigaciones periodísticas que saquen a la luz tales desmadres cometidos contra personas del pueblo, esos abusivos y corruptos siguen la fiesta sin limitaciones.

    ¿No le parece que lo mejor es la plena libertad en los medios de comunicación social para que las expresiones puedan llegar sin cortapisas hasta la población quien, en último y primer caso, es quien juzga y decide qué comprar para leer, qué estación de radio escuchar y qué canal de televisión sintonizar para ver?.

    Y si ya es fácil de comprobar que tal o cual medio no es más que uno abusivo, mentiroso, amarillista y denigrante, la gente lo desecha inmediatamente.

    Así que tranquilos que los mecanismos populares de control y fiscalización, para los medios de comunicación a los que se les va la onda muy seguido, también existen, funcionan y son implacables.

    Si se corre la voz, entre la población, que equis medio es uno parcial, mentiroso y abusivo, RIP para esa empresa.

    Recordemos que los políticos y las gallinas, como lo dijo un expresidente colorido y folclórico que tuvimos en Guatemala, el General Don Miguel Idígoras Fuentes, dijo él que se parecían porque un rato están arriba y otro abajo, y que la caca de las que están arriba cae sobre las de abajo, pero rápido las de abajo trepan y zurran a las que antes lo hacían en las otras.

    No nos olvidemos que cuando pasemos a formar parte de la población civil, despojados de poder, mando y de los miles de millones de dinero en los presupuestos que manejamos, somos sujetos al abuso y prepotencia de los nuevos gobernantes los que, sin medidas correctivas ni de fiscalización, y los medios de comunicación ese papel juegan entre otros, podemos ser masacrados por los que recién se acaban de subir a la estaca del poder y de la Presidencia de la República.

    Lo mismo que la manera en qué seremos recordados, para bien o para mal, por la historia, los comentarios, habladurías y chistes y chismes, tienen su asiento en la formación de opinión pública que se vaya dando de nuestra función como servidores.

    Y con los ejemplos de ciertos tipos que luego de pasar por la Presidencia hoy nosotros mismos los asociamos con masacres, robos descarados, prepotencia, abusos, homosexualismo, parranderos, borrachotes, abusadores y pega mujeres, negociadores, nuevos ricos, estafadores, malandrines y pésimos gobernantes, eso nos debería de detener o por lo menos hacer pensar dos veces en una profunda meditación al respecto, o mediana no importa, lo justo es que hagamos un alto y pensemos en la manera en que queremos ser recordados por las personas de nuestra generación, por la historia y por las futuras generaciones.

    Hemos tenido excelentes gobernantes que recordamos como paladines en la justicia, en la educación o en haber revolucionado el contenido social de nuestros países.

    Claro y por supuesto que ninguno de ellos hizo lo suficiente como para hoy gozar del desarrollo, del progreso, de la superación y de la riqueza, como sí la gozan otros ciudadanos de otras latitudes y países.

    Un Presidente, cuando lo seamos, que no se nos olvide esto que decimos, debe tener la capacidad de continuar comunicando sus mensajes; y decimos continuar porque si ganamos la elección fue por la capacidad de persuasión que le imprimimos a la campaña y persuasión no es otra cosa que la soltura para intercomunicarnos con los votantes, la población y en general con medio mundo.

    Es decir que en la oficina de Comunicación Social de la Presidencia de la República descansa la responsabilidad de la imagen, figura y carisma del Jefe de Estado, de su Gobierno y de cada uno de los funcionarios públicos que conforman el Equipo de Trabajo del Señor Presidente.

    Pero no para mentir, hacer trucos, menoscabar la integridad de los periodistas y reporteros, ni la de los columnistas, editorialistas o los que emiten su libre opinión, ni mucho menos para apabullar con medios propios la inteligencia de los habitantes.

    La armonía entre el Presidente y la oficina pública de comunicación social, con los seres humanos que conforman los medios de comunicación del país, sin importar su tamaño, ingerencia o importancia, debe ser la prioridad del Primer Mandatario y su Gobierno.

    Y esa armonía y basándose en el buen desempeño y a escuchar y dejarse empapar de los comentarios adversos y de la crítica constructiva, que además, como lo hemos venido diciendo, es gratis, valiosa, imparcial y por sobre todo directa y sin ningún tamiz del quedar bien de muchos de los que nos acompañan en la aventura de hacer Gobierno, nos permitirá ir rectificando el rumbo de la nave que los que votaron por nuestra opción nos dieron para que por medio de ella condujéramos a toda la nación hacia el desarrollo, la paz, la justicia, la libertad, la seguridad y por sobre todo al fortalecimiento de la democracia y del estado de derecho.

    ¿Será mucho pedir?.

    No lo creo.

    GUILLERMO RUANO GONZÁLEZ

    Investigador, Asesor y Consultor en Ingeniería Política y Comunicación.