- Sexo por amor
- Evolución humana y vínculo de pareja
- Monogamia y poligamia
- Homosexualidad
- Naturaleza de la educación sexual
- Secuencia del apareamiento
- Masturbación
- Fases sexuales de la vida
- Transexualismo
- Exhibicionismo y voyeurismo
- Pedofilia e incesto
- Sexualidad y violencia
- Conclusiones
- Bibliografía
La conducta sexual podríamos decir que es el estudio de los comportamientos amorosos o sexuales. Y podemos ver que la conducta sexual humana ha estado presente en toda la historia del ser humano, por que las mujeres hace miles de años se apareaban con los que creían que eran los más fuertes y los mas jóvenes y eso en algunas culturas; otras culturas se apareaban con los viejos por que son los que ya tenían la experiencia; y asi sé hacian muchas otras reglas para aparearse.
Después ya como en el año 1500 d. C. los hombres elegían a la mujer con la que sé querían aparear o satisfacer sus necesidades, bueno eso ocurrió aquí en América. Después se dieron las clases sociales lo que origino que a las mujeres pobres se les usara y solo llegaban a tener el amor de los de su misma clase, pero a las mujeres con buen nivel social se les casaba primero y no con cualquiera sino con él más rico que se pudiera.
Para el 1800 d. C. las cosas fueron cambiando, no mucho pero si cambiaron un poco, pero en donde yo creo que si se dio un cambio fue del 1900 en adelante, como que las mujeres y hombres se casaban por que se amaban y no por clases sociales y además para esta era la homosexualidad fue apareciendo mas tanto en hombres como en mujeres, ya para finales del siglo XX las personas se abrieron mas y dieron a conocer sus preferencias sexuales, a principios de esto, pocas personas aceptaban sus preferencias sexuales, pero hasta hoy en día ya es lo suficientemente aceptada por todos.
Podemos decir que ha llegado a ser de lo más normal, llegando al grado de que los hombres y mujeres se cambien de sexo es decir que se vuelvan transexuales; pero no por que ya sea mas conocido deja de ser algo inmoral. El exhibicionismo y voyeurismo es otra cosa inmoral por que las personas permiten que otras personas vean como tienen relaciones sexuales, vean sus partes intimas; y las personas que ven esto caen dentro del voyeurismo. La pedofilia es la atracción sexual que siente un adulto por los niños, el incesto es la practica de relaciones sexuales entre parientes; este tipo de relaciones sexuales, cuando tienen como consecuencia el embarazo, el producto suele salir con problemas físicos, mentales, etc.
Aquellas personas que se casan a veces se casan por que se aman genuinamente o por que creen que aman, cuando sucede esto ultimo se suelen dar muchos divorcios lo que da a notar un poco de inmadurez mental.
Actualmente algunos adolescentes y jóvenes creen que ya saben todo respecto al sexo y que si tiene sexo no va a pasar nada, pero la realidad es que no saben nada entonces contraen enfermedades, o las chavas simplemente se embarazan.
La masturbación también es algo común en los adolescentes y jóvenes, que desde un punto de vista psicológico no tiene nada de malo por que los jóvenes o adolescentes están experimentando con su cuerpo y eso les permite conocer un poco mas de si mismos; en la actualidad este tema ya es conocido por varias personas y no provoca de indignación.
El sexo por amor, como bien claro se expresa es el sexo que se tiene con aquella persona que se ama y que se tiene con responsabilidad; y esto se debe de hacer de una manera correcta de acuerdo con la ley, es decir, el vinculo de pareja, la unión entre dos personas y esto quedaría dentro de la monogamia que es la unión entre un hombre y una mujer; a diferencia de esto la poligamia es la unión de una persona con varias personas mas y se divide en poliandria (matrimonio con varios hombres) y poliginia (matrimonio con varias mujeres).
Al final la sexualidad es un fenómeno emocional y de conducta relacionado con el sexo que comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como a los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol social. A veces a causa del sexo hay violencia en la pareja o en la familia, ya sea por que la mujer no quiera tener relaciones sexuales o por que el hombre abusa de los hijos sexualmente.
La relación sexual; el enamoramiento y el amor.
Para que un nuevo ser humano se origine, es necesario que un hombre y una mujer tengan una relación sexual, sin embargo, la relación sexual para los seres humanos no solo se lleva con el fin de la reproducción sino que existen finalidades que van mas haya de esto.
El deseo de establecer contacto de este tipo con otra persona ocurre debido a que durante dicho contacto se produce placer sexual esto es, se experimenta una sensación intima de mucho agrado a tal grado que el placer no solo tiene fines reproductivos, sino que es un medio por el cual podemos expresar nuestro afecto, y establecer así relaciones de pareja más estables y amorosas.
Además de placer los humanos experimentamos otras emociones tales como el enamoramiento y el amor; el primero es un estado en el que nos sentimos atraídos física y emocionalmente por otra persona. Nos gusta su pelo, su cara, su cuerpo, etcétera. ¿Por que nos enamoramos? Los biólogos y los psicólogos han explicado que es un mecanismo común que sirve para relacionarnos en pareja, muy parecido a la que ocurre en el resto de los animales.
En cambio el amor no es parecido al enamoramiento ya que el amor consiste en sentir afecto por una persona y demostrarlo con hechos es un sentimiento que nace debido al conocimiento que va teniendo de la forma de ser y de sentir de la persona amada y el cual crece con el paso de los años, para una persona joven o un adolescentes es fácil confundir el deseo sexual con el enamoramiento y el amor. Esto es normal ya que se encuentran en una etapa en la que comienzan a conocerse y a conocer a las personas, así como las relaciones que establecerán con ellas. Sin embargo, el deseo sexual, el enamoramiento y el amor son cosas distintas, pero pueden complementarse entre sí. Sin embargo, es muy común que la mayoría de las personas crean que la relación sexual consiste únicamente en el coito, pero esto es totalmente falso. Ya que durante una relación sexual lo más importante es establecer un contacto intimo, calido, respetuoso amable y de confianza entre las personas. Esto se consigue cuando existe una buena comunicación entre los integrantes de la pareja, y cuando hay caricias y besos que demuestran afecto esto se conoce como una relación sexual por amor y cariño.
EVOLUCION HUMANA Y VINCULO DE PAREJA
EVOLUCION HUMANA
1. Vida social
La mayoría de las especies de primates, incluidos los simios africanos, viven en grupos sociales de diferente tamaño y complejidad. Dentro de los grupos, los individuos a menudo tienen papeles multifacéticos de acuerdo con su edad, sexo, estatus, habilidades sociales y personalidad. El descubrimiento en 1975 en Hadar, Etiopía, de un grupo de varios individuos Australopithecus afarensis que habían fallecido juntos hace 3,2 millones de años parece confirmar que los homínidos primitivos vivían ya en grupos sociales. Los científicos han denominado a esta colección de fósiles La primera familia.
Uno de los primeros cambios físicos en la evolución de simios a humanos —la reducción del tamaño de los caninos en el macho —indica asimismo un cambio en las relaciones sociales. Los simios machos a veces utilizan sus grandes caninos para amenazar (o a veces luchar con) otros machos de su especie, normalmente para acercarse a las hembras o luchar por territorios o alimentos. La evolución de los caninos pequeños en los australopitecinos implica que los machos o bien habían desarrollado otros métodos de amedrantamiento o se habían hecho más cooperativos. Además, tanto las hembras como los machos tenían caninos pequeños, lo que indicaba una reducción del dimorfismo sexual con respecto a los simios. Sin embargo, aunque en los australopitecinos disminuyó el dimorfismo sexual en cuanto a tamaño de los caninos, los machos todavía eran mucho más grandes que las hembras. Así, los australopitecinos machos puede que compitieran de forma agresiva entre sí basándose puramente en su tamaño o fuerza. Hasta mucho tiempo después puede que la vida social humana no comenzara a diferenciarse mucho de la de los simios.
Los científicos piensan que algunos de los cambios más significativos que posibilitaron el paso de la vida social simiesca a la típicamente humana tuvieron lugar en especies del género Homo, cuyos miembros muestran un dimorfismo sexual todavía menor. Estos cambios, que debieron tener lugar en diferentes momentos, incluyen un prolongado tiempo de maduración de los recién nacidos que comprende un periodo posterior durante el cual éstos requieren un intenso cuidado por parte de los progenitores, vínculos especiales que llevan a un macho y una hembra a compartir actividades y aparearse, lo que recibe el nombre de emparejamiento y la focalización de la actividad social en un campamento o refugio seguro situado en un lugar especial conocido por miembros del grupo o de la familia.
1.1 Cuidados paternales
El ser humano, aunque tiene un cerebro grande, requiere, sin embargo, un periodo prolongado de desarrollo posterior al nacimiento y durante su primera infancia ya que su cerebro tarda bastante tiempo en madurar. Dado que el cerebro del australopitecino no era mucho mayor que el de un chimpancé, algunos científicos piensan que los homínidos primitivos tenían una velocidad de crecimiento más parecida a la de los simios y mucho más rápida que la del hombre moderno. Esta hipótesis está apoyada por estudios de fósiles de australopitecino en los que se ha analizado el desarrollo de la dentición —buen indicador del desarrollo general del cuerpo.
Además, el cerebro humano va aumentando a medida que el feto se va desarrollando, de forma que la mujer debe dar a luz en una fase temprana del desarrollo del bebé para que su cabeza pueda pasar por su conducto pélvico. Así, los bebés humanos requieren un largo periodo de cuidados hasta alcanzar una fase de desarrollo a partir de la cual ya reducen la dependencia de sus padres. Al contrario de lo que ocurre con la mujer moderna, la australopitecina podía dar a luz a un bebé en una fase avanzada de desarrollo porque su cráneo podía pasar perfectamente por su conducto pélvico. La necesidad de dar a luz en una fase temprana del desarrollo del feto —lo que requiere un periodo posterior prolongado de cuidados al recién nacido— puede haberse iniciado hacia la época del Homo medio con la especie Homo ergaster que tenía un cerebro claramente mayor que el de los australopitecinos y un conducto pélvico estrecho.
1.2 Emparejamiento
El emparejamiento, normalmente de duración bastante breve, tiene lugar en diferentes especies de primates. Algunos científicos piensan que en el ser humano se desarrollaron vínculos más prolongados al comenzar a compartir cada vez más los alimentos. Entre los primates, los humanos presentan un comportamiento diferente a la hora de compartir alimentos. El hombre retrasa la ingestión de los mismos hasta no haber vuelto al punto de reunión de los demás miembros de su grupo social. Esta forma de repartición puede haber surgido al mismo tiempo que la necesidad de atender durante un tiempo prolongado a los recién nacidos, probablemente hacia la época del Homo ergaster. El macho, al dedicarse a una única hembra y compartir alimentos con ella, podía aumentar las posibilidades de supervivencia de su prole.
Comenzaremos por establecer una fórmula tajante y un tanto dramática, pero no por ello menos cierta, que nos señale un punto de partida para los desarrollos que aquí intentamos presentar. Consideramos así que, en materia de relaciones amorosas, no existen parejas disparejas, por lo menos en el terreno de lo inconsciente (y como se verá enseguida, también normalmente en el social). Nuestra fórmula es ciertamente conclusiva y general, pero intenta dar cuenta del hecho clínicamente observable de que la gran mayoría de las parejas que de común podemos analizar se encuentran determinadas y signadas por una intrincada red invisible de elementos culturales e intrapsíquicos que condicionan y limitan las posibilidades de su unión e interacción. Tal vez sean precisamente las parejas que no cumplen esta fórmula las que eventualmente llegan a una ruptura; pero incluso en estos casos, en los que la unión aparentemente se ha disuelto, podemos observar a veces una dinámica relacional que no deja lugar a dudas: permanecen intrapsíquicamente unidos, vincularmente relacionados, en un equilibrio de fuerzas, ganancias y conflictos que llevan a pensar que el rompimiento o la distancia es parte necesaria en la continuidad de la unión, que esto es justamente la precondición de su emparejamiento. Volveremos más adelante sobre este tema.
Estos dos niveles componentes de toda relación -el cultural y el intrapsíquico-, han sido señalados por Lemaire (1971, 1979) como niveles institucional e instintual de la pareja. El primero hace referencia a los elementos socioeconómicos, y el segundo, a los de tipo biopsicológico.
En el nivel institucional aparece la búsqueda de homogamia, un mecanismo social tendiente a la unión por identidad, semejanza o mantenimiento del statu quo entre los compañeros amorosos.
"En su nivel más conservador y primario da lugar a la simple alianza de linajes (en casos extremos aun sin la participación decisoria de los cónyuges) que busca mantener o incrementar el status social y la fortuna económica. Por ende se suele elegir semejanza en características tales como origen de clase, raza y credo religioso, status social, nivel económico, nivel escolar y cultural, belleza física, etc. Los factores ideológicos tienen aquí un ámbito privilegiado de acción, dada su capacidad encubridora de las motivaciones reales de ciertas acciones individuales, familiares y sociales"
El nivel instintual hace referencia principalmente a los factores inconscientes que determinan en forma importante la elección y mantenimiento de una pareja. Estos factores están muy influidos por la matriz familiar de origen, por la evolución psicosexual de cada cónyuge y, consecuentemente, por el grado de resolución de los pasajes preedípico y edípico.
Dentro de este nivel es importante mencionar el papel desempeñado en la elección de objeto por la organización defensiva, especialmente por el conjunto de los mecanismos de defensa organizados contra las pulsiones peor integradas en el conjunto pulsional. Las características personales del compañero se eligen en vistas a reforzar los mecanismos de defensa destinados a cerrarle el paso a las pulsiones parciales, y principalmente a las que son extrañas al conjunto pulsional. Tal como lo describe Lemaire.
"…en la elección de pareja, el elemento más importante corresponde a la defensa contra la pulsión aislada, como si inconscientemente el sujeto percibiese un peligro más vivo en este plano. Él asocia su elección de amor principal con esta defensa contra una eventual claudicación, al elegir en su pareja aquellas características que no despertarán la pulsión y aun las que contribuirán a reprimirla mejor. Esta es sin duda la característica más destacable que en el plano de los procesos inconscientes establece una distinción entre la elección de objeto en la relación de tipo conyugal y en las otras formas de vida amorosa: la aventura pasajera, el coqueteo, el inicio de las primeras relaciones o los primeros sueños de amor de la adolescencia, y en cierta medida algunos tipos de relación poco duradera. (…) En estos casos, el aspecto hedonista y la búsqueda de satisfacciones pulsionales directas es exclusiva o ampliamente prioritaria: lo que se le pide entonces al objeto es fundamentalmente que sea el medio de una satisfacción, y si el objeto no responde a ello, la relación cesa inmediatamente. (…) En la relación presumiblemente duradera, por el contrario, aunque el aspecto hedonista y la búsqueda de satisfacción siguen siendo importantes, no son sin embargo los únicos que motivan la elección de pareja; y su carácterística más notable es que el compañero sigue siendo el elegido aun cuando, pasajeramente o de modo duradero, no brinde satisfacciones en estos planos elementales. Por el contrario, el elegido debe poder contribuir a mantener en el sujeto una cierta seguridad interior, para contribuir así a su organización defensiva".
La existencia de una función defensiva de la pareja significa que durante el periodo de búsqueda, consolidación o ruptura de la pareja, la relación va a ocurrir alrededor de dos ejes: 1) la lucha de cada uno de los participantes por conseguir a través de la relación con el otro el mayor grado de expresión de las necesidades, deseos y fantasías inconscientes propias y, b) el intento de hacer esto con el mínimo grado posible de confrontación con los propios miedos, temores y ansiedades.
En resumen, estos niveles intitucionales, instintual establecen, así, varias funciones:
"1) Logro de un lugar, un status y una apoyatura en la red social amplia (nivel institucional)
2) Apoyo e incremento de fuerza al unirse a un compañero, incluyendo lo económico (nivel institucional)
3) "Colmamiento" narcisista en el enamoramiento y formación de un sistema de confirmación e identidad externos en la pareja
4) Establecimiento de un sistema defensivo interpersonal (complementario al intrapsíquico y muy ligado a éste) mediante la elección de la pareja
Monogamia, regla predominante en la sociedad, es el sistema social que hace del matrimonio la unión de un solo hombre con una sola mujer. Sólo mediante el divorcio es posible una nueva unión. Se opone a la poliandria (matrimonio de una mujer con varios hombres) y a la poliginia (matrimonio de un hombre con varias mujeres), formas de matrimonio poligámicas.
Poligamia, forma de matrimonio en la que una persona tiene más de un compañero. La práctica de la poligamia incluye la poliandria (matrimonio con varios hombres) y la poliginia (matrimonio con varias mujeres).
La monogamia entre dos personas no infectadas que se guarden fidelidad absoluta sólo en el contexto del matrimonio es, junto con la abstinencia sexual, la opción teóricamente más segura. En otras palabras, la monogamia dentro del contexto del matrimonio sólo confiere una seguridad absoluta si se cumplen tres condiciones:
- que en el momento de iniciarse la relación ninguno de los dos miembros de la pareja se encuentre infectado
- que la fidelidad, a partir del matrimonio, sea absoluta
- que ninguno de los dos miembros de la pareja comparta material de inyección con otra persona.
La palabra homosexual proviene del griego HOMO que significa mismo, es decir, una persona que gusta de personas de su mismo sexo. Se puede decir que la homosexualidad es una fuerte atracción preferencial hacia personas del mismo sexo, se les llama homosexuales a las personas que gustan de compartir sus cuerpos en lo sexual y tal vez en lo sentimental con personas de su mismo sexo.
Los estudios recientes han encontrado un rango entre el 1 y el 4 %, a continuación tenemos una muestra de esos estudios más recientes:
- En un estudio de 5,514 estudiantes universitarios canadienses de edades de 25 años para abajo se encontró que el 1% era homosexual y un 1% era bisexual (King et al., 1988).
- En un estudio de 8,337 hombres británicos se encontró que el 6.1% había tenido "alguna experiencia homosexual" y un 3.6% había tenido "1 ó más parejas homosexuales." (Johnson et al., 1992).
- En un estudio francés de 20,055 se encontró que el 4.1% de los hombres y el 2.6% de las mujeres tuvieron al menos un acontecimiento de índole sexual con persona de su mismo sexo durante su vida. (ANRS, 1992).
- En un estudio aleatorio Danés se encontró que un 2.7% de los 1,373 hombres que respondieron a sus cuestionarios tuvieron una experiencia homosexual (Melbye, 1992).
- El National Health Interview Survey hace entrevistas en los hogares de la población civil no institucionalizada. Los resultados de tres investigaciones, hechas durante 1990-1991 y basándose en más de 9,000 respuestas cada vez, encontraron que entre el 2 al 3% de la gente respondiente dijo Sí a un paquete de declaraciones que incluían "Eres un hombre que ha tenido sexo con otro hombre en algún tiempo desde 1977, aunque sea una vez " (Dawson, Hardy, 1990-1992).
- En un estudio aleatorio de 6,300 Noruegos, el 3.5% de los hombres y el 3% de las mujeres reportaron que habían tenido una experiencia homosexual alguna vez en su vida (Sundet et al., 1988).
Desde luego que aún los mejores estudios diseñados no proveen un porcentaje preciso y exacto. Los resultados de los estudios arriba mencionados, que consisten en estudios aleatorios de la población en general, están influidos por varios factores, como son la aceptación social de decir Sí y la fraseología de las preguntas. ¿Cuántas personas escondieron el hecho que eran homosexuales? ¿Cuánta gente dijo "Sí" a una pregunta fraseada ampliamente acerca del contacto homosexual, cuando en su caso sucedió en el contexto de abuso sexual cuando era un niño o adolescente? ¿Cuántos hombres dijeron Sí a haber tenido un contacto homosexual, cuando esto ocurrió en la prisión únicamente por la ausencia del sexo opuesto? ¿Y Cuántos hombres y mujeres que sienten atracción únicamente al mismo sexo dijeron "No" a la conducta homosexual porque ellos no han estado sexualmente activos, o porque no usan la etiqueta de "homosexual"?
Entre las causas más comunes para la homosexualidad, hay diferentes ideas acerca de por qué algunas personas experimentan atracción hacia su mismo sexo:
- Muchas personas que son atraídas hacia su mismo sexo tienen un sentido de ser diferentes desde muy temprana edad y consecuentemente creen que nacieron homosexuales.
- Otras personas creen que algunas personas son homosexuales porque así lo escogieron. Para la mayoría de las personas homosexuales esto no es verdad.
- Muchas personas creen que algunas personas son homosexuales por lo que les sucedió durante su vida. Pueden haber sido lastimados emocionalmente y esto puede afectar la manera de cómo se siente con ellos mismos. Pueden que hallan sufrido un abuso sexual o hayan tenido una mala relación con los padres. En este punto cabe destacar los siguientes aspectos: los factores con los cuales se nació (temperamento, predisposición genética, etc.), experiencias negativas en la infancia, la situación familiar de la persona (buena o mala), la cantidad y el tipo de apoyo que estuvo disponible para ayudar al hijo al joven a enfrentar lo que estaba sucediendo, el tipo de entrenamiento moral que se le dio al niño, las decisiones que se tomaron en respuesta a los sentimientos y atracciones, cuán claros o confusos son los roles sexuales en una cultura, etc.
EL PROBLEMA DE LA BISEXUALIDAD.
Bisexualidad es el potencial de estar erótica o románticamente atraído por personas de cualquier sexo. Así mismo, un bisexual es aquella persona que siente una atracción erótica por individuos de ambos sexos.
Sin embargo, definir la identidad sexual de cada individuo no es tarea fácil. Definirla es algo muy personal: muchos individuos que mantienen relaciones sexuales con miembros de ambos sexos pueden no considerarse o llamarse a sí mismos bisexuales. Quizás se consideren más como heterosexuales, o más como homosexuales. Para entender esto podemos ejemplificarlo de la siguiente manera: el hecho de que un hombre tenga contacto sexual con una mujer, no significa necesariamente que ella en particular le atraiga sexualmente. Puede ser que él únicamente quiera guardar apariencias o demostrarse a sí mismo algo. Ahora bien, en el caso de la bisexualidad, se aplica lo mismo: una persona que se sienta ya sea homosexual o heterosexual y tenga relaciones con ambos sexos no es necesariamente bisexual. Esta persona tendrá la identidad que internamente mejor le venga, con la que se sienta más a gusto.
Sucede algo similar en el caso contrario. Puede ser que una persona se considere a sí misma bisexual debido a sus sentimientos por ambos géneros, pero que mantenga relaciones con persona(s) de un mismo género. Aquí se aplica nuevamente lo de la identidad: esta persona se siente bisexual, y aunque tiene una predilección o interés por involucrarse con un solo sexo, su sentir es para con ambos sexos a fin de cuentas. Aquí podría entrar el caso de un bisexual monógamo, lo cual es perfectamente válido, siempre y cuando así lo quiera y decida la persona.
Ahora bien, un bisexual no se siente forzosamente atraído por hombres y por mujeres de igual manera. Una persona bisexual (hombre o mujer) puede preferir las relaciones con mujeres por encima de las relaciones con hombres, o preferir las relaciones con hombres por sobre las relaciones con mujeres, o bien, tener la misma preferencia por ambos sexos, concibiendo el amor erótico en este último caso, como un estado donde no importa el sexo de la pareja, sino su carácter.
LA VIDA SOCIAL DE UN HOMOSEXUAL.
En un principio los lugares homosexuales (baños públicos, saunas, bares, etc.), fueron una variaciones de los que se conoce como burdel; espacios donde se podía comer, beber, consumir drogas, mantener encuentros ilícitos, presenciar actos eróticos, obtener material pornográfico, etc. Al igual que en los burdeles el contacto sexual no implicaba compromisos morales ni sentimentales, en realidad se trataban de burdeles gratuitos.
Hoy en día se ha comercializado con la homosexualidad al crear lugares de encuentro "gay", donde no necesariamente se va a tener o buscar un encuentro sexual, más bien se va en busca de un espacio donde se pueda interactuar con personas del ambiente y poder moverse abiertamente como si fueran heterosexuales. Independientemente siguen existiendo los "burdeles gratuitos", donde se va en busca de sexo gratuito y sin compromisos.
NATURALEZA DE LA ORIENTACION SEXUAL
La orientación sexual es un componente de la identidad de la persona, que consiste de muchos otros componentes como la cultura, la etnicidad, el genero y rasgos de personalidad. La orientación sexual consiste de una fuerte atracción emocional, romántica, sexual y afectiva que una persona siente hacia otra. La orientación sexual es un continuo. En otras palabras, una persona no tiene que ser exclusivamente homosexual o heterosexual, sino que puede sentir grados variados de atracción hacia ambos géneros. La orientación sexual se desarrolla a lo largo de toda la vida de la persona – diferentes personas se dan cuenta en diferentes momentos en sus vidas que son heterosexuales, gays, lesbianas o bisexuales.
La conducta sexual no es igual a la orientación sexual. Muchos adolescentes – como muchas personas adultas – pueden identificarse a si mismos como homosexuales o bisexuales sin haber tenido ninguna experiencia sexual. Otra gente joven ha tenido experiencias sexuales con personas de su mismo genero pero no se consideran gays, lesbianas o bisexuales. Esto es relevante particularmente durante la adolescencia porque es un periodo de experimentación – característica de esta etapa del desarrollo.
La adolescencia en personas gays, lesbianas o bisexuales sigue un patrón de desarrollo que es similar y a la vez diferente de sus contrapartes heterosexuales. Todos los adolescentes enfrentan algunos retos de desarrollo como pensar sobre su selección de carrera, el desarrollo de destrezas sociales y ajustarse al grupo de pares. La juventud gay, lesbiana y bisexual debe además hacer frente al prejuicio, la discriminación, y la conducta y mensajes violentos en sus familias, escuelas, y su comunidad. Estas conductas y mensajes afectan negativamente la salud física y mental, y la educación de la gente joven gay, lesbiana y bisexual. Estos estudiantes suelen reportar que faltan a la escuela debido al miedo a ser hostigados por otros estudiantes y recibir daño a su propiedad en la escuela, con mas frecuencia que los estudiantes heterosexuales. Los anuncios de la "terapia reparativa" y los "ministerios de transformación" tienden a exacerbar el riesgo de hostigamiento, daño y temor.
Por estas razones, muchas veces la experiencia de la juventud gay, lesbiana y bisexual es de soledad, miedo al ostracismo, y falta de apoyo familiar y de los pares. La juventud gay, lesbiana y bisexual tiene pocas oportunidades para observar modelos adultos positivos debido al prejuicio cultural general que hace casi invisibles a las personas gay, lesbianas y bisexuales. Es este aislamiento y falta de apoyo lo que explica en parte la alta tasa de dificultades emocionales http://www.apa.org/pi/lgbc/publications/ – b
intentos de suicidio, conducta sexual arriesgada y consumo de drogas que reportan estudiantes gay, lesbianas y bisexuales en comparación con estudiantes heterosexuales.
La juventud gay, lesbiana y bisexual tiende a no pedir ayuda debido a su legitimo miedo de ser hostigados o heridos. Por eso es importante que su ambiente sea tan abierto y de la mayor aceptación como sea posible para que sientan comodidad compartiendo sus ideas y preocupaciones. El personal de las escuelas necesita entender la naturaleza del desarrollo de la orientación sexual para proveer un ambiente de aceptación y apoyar el desarrollo saludable para estos jóvenes.
"Salir del armario" se refiere al proceso de reconocer la atracción y la identidad gay, lesbiana o bisexual de uno mismo y revelarla a otras personas. Este proceso es diferente para cada joven; sin embargo la mayoría le revela su orientación a otras personas en el orden siguiente: a otra persona par gay, lesbiana o bisexual, a pares Íntimos heterosexuales, a miembros cercanos de la familia y finalmente, a padres y madres.
Mucha gente se pregunta por que la juventud y los adultos gay, lesbianas y bisexuales sienten la necesidad de "salir", o sea, revelar su orientación sexual a otras personas. Esto es la expresión de una tendencia normal de querer compartir información personal de uno con otras personas que nos son importantes, y debe ser considerada como tal por las personas alrededor de jóvenes gay, lesbianas y bisexuales. Es saludable para la juventud el compartir con amistades y sus familias su más reciente "enamoramiento" o que hicieron durante el fin de semana. Este proceso sin embargo, es muchas veces difícil para la juventud gay, lesbiana y bisexual porque hay un fuerte (y muchas veces bien fundado) temor al rechazo.
La relación sexual.
Anatómicamente, el hombre con su pene y la mujer con su vagina son complementarios y todo confluye para favorecer la aproximación sexual.
Esta relación corresponde a dos funciones que, antaño consideradas como una sola, la reproducción, es decir la continuidad de la especie; por otra parte procura el placer y permite (algo muy importante) el placer del otro.
Consta de cuatro fases, fase de excitación, más o menos prolongada, fase activa o de meseta, que empieza con el acoplamiento, fase orgásmica, que puede faltar en la mujer y fase de relajación o de resolución.
Fase de excitación
Esta dominado por el deseo, mediante caricias, los cuerpos se buscan y aprenden a reconocerse, se establece así la intimidad amorosa de la pareja.
Las necesidades sexuales difieren mucho de un individuo a otro, el deseo, sus motivos y objetos varían según el caso.
Bajo la influencia del deseo el hombre reacciona mediante la erección del pene; la mujer, mediante la lubricación de las vías genitales. La erección se manifiesta a través de un fenómeno bien visible, se sabe que estado de flacidez la longitud y el diámetro del pene es variable, de un individuo a otro, o en el mismo, por ejemplo varían por condiciones como la temperatura, el pene en erección es sensible igual a todos los hombres.
Este dato dejara de intranquilizar a muchos jóvenes por la pequeñez de sus de sus órganos genitales, ya que la Virilidad no esta ligada al tamaño ni a la longitud del pene. De la misma manera en la mujer se producen modificaciones en las vías genitales, la vagina elabora un líquido que al lubricar las paredes facilitara el acto sexual, resultado de una fluencia sanguínea en las paredes vaginales, que se tornaran más obscuras y congestivas, el mismo mecanismo produce la erección del pene, la vagina ya esta dispuesta a recibirle.
Fase de meseta
Esta fase empieza con la introducción del pene en la vagina y finaliza con el orgasmo, en el hombre los testículos aumentan de volumen es un 50% y a causa de un acortamiento del cordón espermático se eleva el escroto.
Es ambos miembros de la pareja se producen fenómenos generales, respiración rápida, aceleración del pulso, aumento de la presión arterial. el rubor sexual se acentúa más o menos y pueden producirse contracciones en los músculos, voluntarios e involuntarios, que confieren expresiones faciales inesperadas.
En la mujer se advierte una elevación y retracción del clítoris que se encuentra cubierto por su capuchón, ello explica el hecho de que el clítoris se haga menos evidente, el tercio inferior de la vagina se estrecha: la abertura del conducto, a ese nivel, se reduce a la mitad, con lo que abraza literalmente al pene; mientras la parte superior de la misma se infla.
El orgasmo
Se define como el punto álgido del placer sexual, su culminación.
En el hombre se caracteriza por una serie de contracciones rítmicas precediendo la eyaculación; primero surge el liquido de los testículos, y posteriormente el de las demás glándulas. El femenino se caracteriza por contracciones rítmicas del tercio inferior de la vagina no es constante y puede faltar en los primeros coitos; en numerosos casos sólo ocurre después de cierta iniciación y adaptación progresiva a la vida sexual
La mujer es más sensible que el hombre a la atmósfera del lugar, a determino clima, el hombre deberá ser cuidadoso en esos pequeños preludios y ser muy delicado ya que tienen mucho valor para ella, y poder encontrar juntos la satisfacción de sus deseos.
Fase de resolución
Esta fase inicia con la relajación de las tensiones musculares.
En el hombre empieza con la reducción del pene a su tamaño habitual, esto en dos tiempos el primero rápido y el segundo más lento, aquí existe un periodo refractario, durante el cual el hombre es insensible a las excitaciones sexuales y su pene no adopta la posición erecta, esto es variable y tiende a prolongarse con la edad.
En la mujer, se observa el regreso a la normalidad de la respiración del pulso y de la presión arterial, la desaparición del rubor sexual, los órganos genitales vuelven a su posición inicial, primero el clítoris y después la vagina y el útero; finalmente el cuello baja y tiende a dilatarse.
Cuando un varón llega a la adolescencia empieza a atravesar importantes cambios en sus emociones. La conciencia sexual se acentúa e intenta liberar la tensión erótica mediante la masturbación, esto se acentua cuando no tiene pareja. Muchos hombres continúan masturbándose durante toda su vida, incluso cuando mantienen relaciones con otra persona. Según diversos estudios, un 94% de hombres se han masturbado alguna vez hasta llegar al orgasmo. Mediante la experiencia personal se aprenden las técnicas y ritmos que dan mejor resultado. De esta forma el hombre conoce sus respuestas y se puede anticipar al orgasmo. El uso de lubricantes reduce la fricción y puede hacer que aumente el placer.
El método clásico
En general, el hombre se masturba sujetando con una mano el cuerpo de la verga e imprimiendo un movimiento rítmico de vaivén, al mismo tiempo que acaricia el tallo de arriba a abajo. La mayoría estimula también el glande y el frenillo (bajo el glande, en la parte inferior). Algunos consiguen llegar al orgasmo frotando el glande cada vez más rápido. Para otros, con una sensibilidad extrema, esta maniobra puede ser dolorosa. El nivel de presión, la rapidez y la amplitud del movimiento varian de un individuo a otro.
Lo más importante es el ritmo: la regularidad crea la tensión sexual. También puede acariciar, masajear o sujetar los testículos al mismo tiempo, o frotar el periné (zona situada entre los testículos y el ano). Presionar la base del tallo aumenta la sensibilidad y facilita la erección. Para cambiar, acaricie suavemente con los dedos el pene y los testículos hasta tener una erección, luego utilice 2 o 3 dedos y el pulgar, en lugar de utilizar toda la mano, para efectuar el movimiento de vaivén.
Un poco más difícil: intente mantener un dedo en el frenillo, deslizando los otros dedos y el pulgar por encima del pene, en un movimiento corto. Para estimular zonas diferentes, basta con efectuar el movimiento girando la muñeca y la palma del otro lado del pene.
El orgasmo.
Se suele tardar entre 2 y 5 minutos en alcanzarlo. Aunque depende del estrés, el cansancio y la excitación. La mayoría acarician el pene (o frotan el glande) cada vez más rápido cuando sienten que va a llegar el orgasmo. Otros sujetan sus testículos o la base del tallo mientras están eyaculando. Si desea retardar la eyaculación, debe ir más despacio o detener el movimiento, y luego volver a empezar. La sensación de placer durará más y el orgasmo será, sin duda, más intenso (aunque, al contrario, puede resultar menos fuerte si lo ha retardado durante demasiado tiempo). Cuando el hombre llega al orgasmo, ralentiza o detiene la estimulación. En ese momento, el pene y, sobre todo, el glade son extremadamente sensibles.
Para aumentar la excitación y el placer.
Puede masturbarse en la cama, en el sofá, etc., pero también de pie o delante de un espejo: eso no quiere decir que sea narcisista y, en cambio, puede contribuir a aumentar la excitación. Los "auxiliares", revistas y películas porno, no son precisamente muy "eróticas". Las fantasías sexuales son un estimulante mucho más eficaz. Algunos hombres se sientan incluso sobre sus manos antes de masturbarse. Así, las manos estarán medio dormidas y resulta más fácil imaginar que es otra persona quien le está acariciando.
Utilización de un gel lubrificante.
Muchos utilizan la saliva para lubrificar el sexo; de esta forma las sensaciones de la masturbación se parecen más a las de una penetración. Sin embargo, a veces la saliva no es suficiente. La mejor solución es utilizar una leche hidratante, o mejor, un lubrificante a base de agua. Además de ser (casi) interminables, proporcionan una sensación diferente, ya que permiten un frotamiento más intenso con toda la palma de la mano directamente sobre el glande (parte muy sensible). El lubrificante a base de agua evita que los penes sensibles se irriten.
Con una almohada para más realismo.
De pie o de rodillas con una almohada doblada delante de usted, de tal forma que simula la cavidad vaginal y le permite fantasear con el coito. También puede colocar la almohada a la altura de la ingle, frotando el pene de adelante hacia atrás y hacia arriba. Esta técnica permite aumentar la excitación. Justo antes del orgasmo, puede pasar, si lo desea, al método clásico o a una estimulación más directa. Si no, acelere el movimiento como durante el coito. Gracias a esta técnica podrá dar un toque realista a sus fantasías.
3.1 – EL PERIODO DE LA ADOLESCENCIA
Comprende de los 12 a los 19 años, es una época de rápidos cambios y difíciles empresas. El desarrollo físico es sólo una parte de este proceso, porque los adolescentes afrontan una amplia gama de requerimientos psicosociales: independización de los padres, consolidación de las cualidades necesarias para relacionarse con los compañeros de la misma edad, incorporación de una serie de principios éticos aplicables a la realidad práctica, fomento de las capacidades intelectuales y adquisición de una responsabilidad social e individual básica, por nombrar sólo algunos. Pero a la vez que el adolescente se encara con tan compleja sucesión de dificultades concernientes a su evolución conjunta como ser humano, debe dirimir su sexualidad aprendiendo el modo de adaptarse a los cambiantes sentimientos sexuales, escogiendo cómo participar en las diversas clases de actividad sexual, descubriendo la manera de identificar el amor y asimilando los necesarios conocimientos para impedir que se produzca un embarazo no deseado. No es extraño que en ocasiones el adolescente sea víctima de conflictos, sufrimiento y desconcierto.
Por otro lado, la adolescencia también es una etapa de hallazgo y eclosión; una época en que la maduración intelectual y emocional corre paralela con el desarrollo físico y genera una libertad y un creciente apasionamiento vital. La adolescencia no es únicamente un periodo de turbulencia y agitación, como quieren las concepciones tradicionales, sino que, a la vez, suele ser una fase de goce y felicidad que marca el tránsito agitado y tumultuoso al estado adulto (Offer y Offer, 1975). La naturaleza paradójica de la adolescencia se patentiza sobre todo en la esfera de la sexualidad.
Aspectos psicosexuales de la adolescencia
Fantasías sexuales
Los sueños y las fantasías sexuales se tornan más frecuentes y explícitos en la adolescencia, muchas veces como elemento auxiliar de la masturbación. Parece ser que la fantasía, en el marco de la adolescencia, cumple varios cometidos: realza por lo general el placer de la actividad sexual; puede sustituir a una experiencia real (pero inasequible); origina excitación o provoca el orgasmo; constituye una especie de plataforma de ensayo mental de cara a ulteriores situaciones sexuales (aumentando la tranquilidad y anticipándose a posibles problemas, igual que ocurre con el ensayo de cualquier otra actividad) y, en fin, supone un medio de experimentación sexual sin riesgos, controlable y nada conmocionante. La experiencia del adolescente, en cuanto a la exploración del alcance y aplicabilidad de las fantasías, repercute decididamente en su actividad sexual y en la propia seguridad a la hora de desempeñarse sexualmente en fases posteriores.
Independencia
A medida que el adolescente pugna por consolidar un sentido de identidad e independencia personal con respecto a sus padres y a otras figuras autoritarias, adquieren gran importancia las relaciones recíprocas con los compañeros y compañeras de la misma o parecida edad. Así, por ejemplo, la necesidad de libertad que experimenta el adolescente se acompaña normalmente del imperativo de ser como sus amigos, por más que en ocasiones ambas exigencias sean contrapuestas o antagónicas.
Las presiones del grupo de edad a que pertenece el adolescente varían según las colectividades sociales.
En su ansia por liberarse de la supervisión de los padres y de los adultos, algunos adolescentes ven en el sexo un medio de demostrar su aptitud para tomar decisiones propias y de presentar cara a la escala de valores de la otra generación. Pero la conquista de esa libertad no es tarea fácil, ya que los adolescentes adquieren de un modo y otro un considerable legado sexual de sus mayores y de la generación correspondiente en el que se incluyen pautas discriminatorias hacia el sexo femenino y un intenso sentimiento de culpabilidad sexual. Han cambiado antes las actitudes que la conducta, puesto que hoy está muy extendida la idea de igualdad entre ambos sexos No obstante, perdura en ciertos aspectos el criterio de la superioridad del varón. Aún se espera que sea éste el que tome la iniciativa sexual, y si es la mujer la que lo hace, lo más probable es que se la tache de "atrevida" o "calentorra". Los adolescentes no se han desembarazado de todo vestigio de problemas sexuales, mala información y desconcierto en materia de sexualidad; más bien parece que hayan sustituido determinados problemas por otro contingente de dificultades.
3.2 – LA PRIMERA ETAPA DE LA EDAD ADULTA (18-30 años)
El primer ciclo de la edad adulta, que comprende aproximadamente desde los 20 a los 40 años, es un periodo en que los individuos toman importantes decisiones en su vida (matrimonio, trabajo, modelo de vida) y pasan de las ambiciones relativamente no verificadas de la adolescencia a una madurez personal decantada por la realidad del mundo en que viven. Para la mayoría de las personas es un época de creciente responsabilidad sobre las relaciones interpersonales y la vida de familia.
En los últimos años, se observa en general una clara propensión a contraer matrimonio a una edad más tardía que en décadas anteriores. Como resultado de este fenómeno muchos jóvenes, varones y mujeres, mantienen la soltería durante un lapso de tiempo considerable, lo que sin la menor duda ha alterado las pautas de comportamiento sexual que regían en tiempos de Kinsey. Hoy, buen número de personas entre los 20 y los 30 años consideran que la adquisición de experiencia sexual es un paso inicial que facilita la acertada elección de pareja, en contra de la idea antes vigente de preservar la virginidad. Erikson (1968) observa que el desarrollo de la capacidad para una convivencia íntima es uno de los principales objetivos del joven adulto.
Por lo general, el adulto joven no se halla tan sujeto a la "presión de los compañeros de su edad en materia sexual" como lo está el adolescente, sino que predomina en él la fuerte necesidad interna de "foguearse " sexualmente. La libertad de movimientos respecto de los padres y los límites que imponen al adolescente va acompañada de un acceso más fácil a un entorno más íntimo, a un lugar en el que poder estar solo, sea un apartamento, la habitación de un motel o un centro de vacaciones, lo que conlleva de paso mayores oportunidades en el terreno sexual. Dentro de ese estado de soltería se observan varias formas comunes de comportamiento sexual:
El experimentador parece evaluar los lances sexuales atendiendo a la frecuencia, diversidad y eficacia en el desempeño amoroso; él o ella dan la impresión de considerar la vida como un copioso super orgasmo sexual y su actitud es, normalmente, ésta: "Ahora es tiempo de pasarlo en grande, porque luego voy a sentar la cabeza".
El buscador pugna por hallar la unión ideal (y la compañera perfecta con la que casarse) a base de continuas experiencias sexuales, confiando en dar así con lo que anda buscando. La vida en común puede convertirse en un campo de pruebas cuando se entablan relaciones sobre esta base.
El tradicionalista participa de buena gana y placenteramente en la actividad sexual, pero conserva el coito para las "relaciones serias". Es posible que antes de contraer matrimonio el tradicionalista tenga varias parejas sexuales, pero siempre de una en una durante un periodo de tiempo dado. Es indudable que podrían reseñarse otros modelos o formas de comportamiento sexual, pero los tres enumerados parecen ser los más corrientes.
Los primeros años del estado adulto son una época de incertidumbre sexual para unos y de satisfacción plena para otros. A veces la sexualidad se tuerce debido a sentimientos de culpa o de inmoralidad que el individuo, hombre o mujer, arrastra de antiguo. La preocupación que tenía el adolescente acerca de su idoneidad sexual no ha desaparecido del todo, y el joven adulto continúa preocupándose también de su prestancia física, dotes sexuales y destreza personal en el amor. Es posible que aún no se hayan resuelto los conflictos en torno a la identidad sexual, e incluso para los que han logrado aceptar y asumir su condición de homosexuales o bisexuales, las presiones y prejuicios sociales pueden suponer obstáculos y dificultades.
Pese a la existencia de tales problemas, los jóvenes adultos son hoy más activos en el plano sexual que sus homólogos de otras épocas. Un factor determinante que contribuye a este cambio es el relativo abandono de los viejos postulados discriminatorios, según los cuales las aventuras amorosas prematrimoniales estaban prohibidas a las mujeres, pero no a los hombres. Por todo ello no sorprende que las diferencias en la banda de actividad sexual entre varones y mujeres se hayan reducido en gran medida con respecto a las que regían en otros tiempos.
En la actualidad los adultos jóvenes se enfrentan con algunos conflictos sexuales suplementarios que vienen a ser una especie de reacción antagónica del lema "cualquier cosa vale" de las décadas de 1960 y1970. Por ejemplo, si bien en los últimos treinta años se ha producido un cambio de actitud espectacular en lo que atañe a las relaciones sexuales prematrimoniales, la promiscuidad sexual sigue siendo objeto de reprobación más o menos larvada. Además, si bien la mayoría de los solteros, hombres y mujeres, estiman que no es necesario querer a la pareja de turno para tener relaciones sexuales placenteras, se empieza a observar un desencanto creciente en lo que concierne al sexo fortuito o accidental y a los amores de una noche.
Parece que esta tendencia se debe, al menos en parte, a la cada vez más consciente aprensión al contagio venéreo. Por otra parte, entre los jóvenes adultos homosexuales que, como grupo, tienen normalmente muchos más contactos sexuales fortuitos o accidentales que sus homólogos heterosexuales, el miedo al SIDA ha hecho que últimamente redujeran el número de sus parejas sexuales y se observara un interés más palpable por entablar relaciones "monógamas".
No obstante, el miedo no es el único factor que interviene en el ámbito del sexo ocasional. Muchos de los jóvenes adultos que hemos tenido ocasión de entrevistar se muestran disconformes con otra secuela del sexo accidental, y es su naturaleza relativamente impersonal. Si bien la disminución de restricciones en la conducta sexual crea un ambiente propicio para la libertad de expresión sexual y de elección de la pareja, esta libertad no es siempre inequívocamente positiva. La libertad sexual puede ser motivo de desengaño, opresión y conflictos de la misma manera que puede producir satisfacción, en el sentido de que "en la medida que diversifica y amplía la experiencia, también diversifica y multiplica el dolor inherente a ella, los errores que podemos cometer y el daño que recíprocamente podemos causarnos.
Claro está que muchas veces las situaciones de carácter sexual en la primera etapa de la edad adulta son cordiales, apasionadas, compensatorias y sin perturbaciones. Incluso el sexo accidental cumple una serie de funciones, tanto orgánicas como psicológicas, y, desde luego, no hay razón para poner reparos a las evasiones placenteras. Sin embargo, hoy empieza a dominar claramente la tendencia a mantener relaciones sexuales en un contexto de afecto mutuo, como se aprecia muy en especial en la propensión cada vez más evidente de las parejas jóvenes a "cohabitar", es decir, a la vida en común.
En contraste con la vida de soltero, el matrimonio se rige por otros módulos de expresión sexual. Para bien o para mal, lo cierto es que la mayoría de los jóvenes adultos terminan contrayendo matrimonio. Al tiempo que la novedad de la felicidad conyugal de primera hora se diluye en el proceso de aprender a convivir, respetando los hábitos y peculiaridades mutuos – de la misma forma que los afanes primerizos por conquistar el mundo dan paso a una focalización más práctica en los pormenores de la vida cotidiana-, la relación sexual tiende a ser menos incitante y, a veces, menos gratificante para uno o para los dos miembros de la pareja.
La paternidad menoscaba la intimidad, añade exigencias nuevas y llega incluso a producir agotamiento. Es difícil pensar en el sexo cuando se ha pasado la jornada vigilando los pasos de un niñito de dos años, de la misma manera que la excitación sexual se aminora o desaparece después de haber estado 14 horas seguidas trabajando.
Aunque no se pierda ni se sacrifique el goce sexual, éste debe soportar el contrapeso de otras necesidades y responsabilidades, lo cual constituye un hito experimental de primer orden en esta fase de ciclo vital. Los que no consiguen culminar con éxito este proceso de integración es probable que se sientan menos satisfechos en el plano sexual, lo que puede inducirles a buscar aventuras con otras mujeres, o recurrir al divorcio. En la actualidad estas salidas son harto comunes y bien conocidas de los investigadores.
Hay parejas que dan cima al "sueño" de hallar la dicha conyugal, lo que consiguen mediante una convivencia armoniosa, educando a sus hijos, guardándose fidelidad mutua y profesándose un cariño sin fisuras. Otros matrimonios se atienen a una versión corregida de esta pauta: desaparece el amor, pero subsisten los elementos restantes. Y, en fin, los hay que experimentan con nuevas varientes del modelo ideal, bien sea renunciando a tener hijos, no observando la fidelidad mutua o relegando la dicha matrimonial a un segundo plano. La impresión que externamente causa una pareja casada y la realidad interna que preside su unión no siempre guarda una coherencia lógica. Un indicio concreto de que muchos matrimonios no son felices lo tenemos en las tasas de divorcio que se dan en nuestra sociedad.
Es difícil discernir en qué medida la insatisfacción sexual es una causa primaria de divorcio, pero los consejeros matrimoniales saben bien que los problemas sexuales suelen ser un elemento común en los matrimonios que se tambalean.
Por otra parte, hay personas que deciden casarse aun a sabiendas de que existe una disfunción sexual. Quizá confían en que la dificultad desaparecerá con el paso del tiempo-cosa que normalmente no ocurre- o bien adoptan una actitud de "despreocupación" que resta importancia, con toda intención, al papel del sexo antes incluso de que se consume el enlace.
A partir de los 40 años, el individuo entra en un periodo de transición de la juventud adulta al estadio de la madurez.
Sexo, género y sexualidad:
Por sexo entendernos todos aquellos caracteres físicos y biológicos, incluidos nuestras gónadas y nuestros genitales, y por el que pasamos a ser hombres o mujeres según sean estos unos u otros (sexo de asignación). Hay varios tipos de sexo, el cromosómico, gonadal, genital, psíquico y social. Normalmente todos ellos coinciden, y entonces se adopta el rol sexual esperado. Si el psíquico no concuerda con los restantes, hablamos de una discordancia con el rol presumiblemente esperado y se adopta una identidad de género distinta
En principio, el sexo y el género no conllevan a un determinado tipo de sexualidad (en su globalidad) ni a una determinada orientación sexual. Así, la orientación sexual es la atracción física hacia una persona por razón de su sexo (que puede ser heterosexual o homosexual, básicamente), mientras que la identidad sexual es el rol que adopta socialmente uno mismo, sea éste el esperado o no por razón de su sexo asignado. Por tanto, no hay que confundir la transexualidad con la homosexualidad ni con el travestismo, pues en ellos intervienen diferentes factores de los que resultan comportamientos diferentes, y en ningún caso no patológicos en sí mismos.
La homosexualidad implica relaciones afectivas y/o sexuales entre personas del mismo sexo, es decir, entre dos hombres (gays) o entre dos mujeres (lesbianas). El homosexual se siente a gusto con su propio sexo (biológico) y con todos sus caracteres primarios y secundarios, es decir, no experimenta ningún rechazo hacia su morfología sexual (genitales,…). Por tanto, solo se diferencia del heterosexual por su orientación sexual.
El Travesti es aquella persona que se viste con ropas del otro sexo para satisfacer un deseo erótico-fetichista, pero de ninguna manera desea un cambio real de sexo, ya que se siente plenamente identificado con el sexo de nacimiento. Dado que la identidad sexual y la orientación sexual son dos conceptos distintos, no excluyentes entre sí, los transexuales pueden ser homosexuales, heterosexuales, bisexuales o asexuales (al igual que el resto de la población). Así, hay transhomosexuales o transheterosexuales, siendo un transhomosexual aquél o aquella que tras un cambio de sexo, mantiene una relación con una persona del mismo sexo social al cual o ella pertenece ya en la actualidad.
Definición:
El término transexualidad fue citado por primera vez por Hary Benjamin en 1953, quién matizó la definición, ya ofrecida antes por Cauldwell. La transexualidad es el deseo irreversible de pertenecer al sexo contrario al genéticamente establecido (o sea, al de nacimiento, ratificado por sus genitales) y asumir el correspondiente rol (el contrario del esperado), y de recurrir si es necesario a un tratamiento hormonal y quirúrgico encaminado a corregir esta discordancia entre la mente y el cuerpo.
La transexualidad no es una elección. Por tanto, se nace transexual. Aunque no se conoce el origen de este trastorno, existen básicamente dos teorías al respecto, aunque es probable que sea el resultado de múltiples factores. La teoría psicológica sostiene que en algún momento de la vida del transexual (especialmente en los primeros años de vida), se produce un trauma y, por tanto, cree que la afloración de este trauma a la superficie debería curar al transexual. Actualmente y tras intentos fallidos de curaciones de transexuales está siendo relegada por la teoría biológica, que por el contrario, se basa en la existencia de diferencias biológicas entre los transexuales respecto de los demás individuos. Últimamente, presta mucha atención a los baños de hormonas durante el desarrollo prenatal y su posterior influencia en el desarrollo de la identidad del individuo, y considera que el tratamiento más viable es la terapia hormonal y la intervención quirúrgica.
Voyeurismo o escopofilia
El voyeurismo o escopofilia es una perversión que satisface una tendencia parcial infantil y consiste en presenciar el acto sexual o de la desnudez ajena, en todos los casos, su practicante concentra la atención sobre el acontecimiento y no sobre la personalidad de los individuos observados.
El exhibicionismo
(es el reverso de la escopofilia)
La persona efectada por esta perversión siente la necesidad irreprimible de exponer sus órganos genitales a la mira de desconocidos, especialmente de muchachitos o muchachitas. Satisface así la tendencia infantil al placer de ser visto, pero también intenta que los espectadores sean testigos de su virilidad que siente desfallecer.
Pedofilia
Búsqueda del placer sexual, por medio de las relaciones sexuales con niños. Expertos mundiales indican que para la calificación de pedofilia como trastorno sexual es necesario que la conducta se prolongue durante un periodo de al menos seis meses, incluyendo fantasías, impulsos o comportamientos sexuales con niños pre-púberes o un poco más mayores, por lo general de doce años o menos. Puede darse de diferentes formas: con relación a la orientación, puede ser de tipo heterosexual, homosexual o ambas; con relación a objeto, éste puede ser exclusivamente pedofílicos o no. Las conductas de la pedofilia van del simple exhibicionismo hasta la penetración. El adulto suele ganarse la confianza y el cariño del niño y, por lo general, es alguien conocido o familiar Se distinguen dos variantes en la pedofilia: la sentimental homo erótica y la agresiva heterosexual. Los sentimentales homo eróticos tienen poco o ningún interés por las mujeres, toda su capacidad sexual se concentra en los niños, concretándose bajo la forma de caricias que le provocan el orgasmo. Los agresivos heterosexuales intentan satisfacer sus impulsos con niñas, con métodos que van desde la seducción a la violencia, terminando (muy pocas veces) en homicidio sádico-criminal. ¿Como se da el abuso sexual a menores? La mayoría de los abusos sexuales ocurren en el propio hogar de las/os menores, y el agresor es generalmente el padre, el padrastro, el hermano o cualquier pariente cercano que tiene fácil acceso a la víctima. En estas circunstancias el abuso sexual se le llama incesto.
EL MENOR COMO SUJETO
El menor es suficientemente apto desde el nacimiento, para dar un sentido a su vida. El acto de mamar, jugar, dar los primeros pasos, etc., son maneras del niño de afirmarse como sujeto autónomo de deseos, frente a los adultos.
La prueba de esta autonomía está en el hecho de que las palabras y gestos de los padres sólo tienen sentido para el niño cuando son percibidos e interpretados por él, a su manera. El bebé sólo aprehende lo que puede asumir, personalmente, dándole un significado propio. En la edad escolar, el menor se distancia más de los adultos al adquirir una cierta manera de saber, de sentir y de ver las cosas. Su filosofía del mundo y de la vida se convierte en "escuela propia" diferente de la de los adultos. En la
adolescencia la autonomía toma mayor dimensión con la capacidad de estar solo, de crear un proyecto de vida y de sentir su propio mundo interior.
El hilo conductor de este proceso interior hacia la autonomía es la sexualidad con la crotización del cuerpo, las nuevas posibilidades de relacionarse, la curiosidad persistente y la fuerza del deseo.
Cuando la sexualidad se altera, es toda la personalidad la que entra en crisis, con pérdida del gusto por vivir. Por eso, cualquier interferencia sexual por parte de los adultos, a nivel del cuerpo o de los deseos del menor, como acontece en la pedofilia, compromete gravemente su felicidad.
El adulto que respeta la dinámica propia de la autonomía infantil está atento a sus manifestaciones sexuales y, lejos de interferir, procura vivir con el menor, aprendiendo con él.
EL MENOR COMO OBJETO
El menor es un objeto para el adulto, cuando éste, incapaz de contener sus impulsos, los proyecta inconscientemente en la persona del menor, volviéndose ésta una ocasión de placer, una compensación afectiva, una oportunidad para tenderse a sí mismo en el futuro un subterfugio ante el miedo a la muerte. Esta
actitud perversa del adulto puede comprometer seriamente la relación del menor consigo mismo, con el mundo y con los demás. El hecho de que el menor no se mueva no significa que no tenga un espacio propio de proporciones ilimitadas. El hecho de no hablar no significa que no tenga deseos de comunicarse. El hecho de ser biológicamente inmaduro no significa que no tenga una vida sexual propia que respetar.
¿Cuál es la incidencia?Los abusos sexuales no son sucesos aislados. Generalmente ocurren a lo largo de mucho tiempo, meses o años. Además, al contrario de lo que puede suponer, se producen en todas las clases sociales y son muchas las niñas y niños afectados. Entre el 20 % y el 30% de las mujeres han sido abusadas sexualmente en su infancia o adolescencia. Alrededor del 15 % de niños también lo han sufrido. Sin embargo, el silencio y el secreto que rodea a estas experiencias, y que permite que se sigan repitiendo, nos hace pensar que son casos raros. Por eso es tan importante que hablemos de la existencia de los abusos sexuales y los reconozcamos como un problema social que hay que abordar. ¿Cuáles son los comportamientos o formas de presentación? Los comportamientos abusivos van desde acciones que no suponen un contacto sexual como las proposiciones verbales o la exhibición de los órganos genitales, hasta la penetración anal o vaginal. Algunos de estos comportamientos son: " Exhibirse desnudo delante de la menor con el fin de excitarse sexualmente. " Observar a la niña vestirse o desvestirse o cuando está en el baño, orina, etc (con el mismo fin). " Tocarle, besarle, agarrarle. " Forzarle a ver imágenes o películas, escuchar conversaciones sexuales, posar para fotografías, ver o presenciar actividades sexuales. " Sexo oral o vaginal. " Ser sometida a tratamientos médicos innecesarios. Es importante, sobre todo, considerar que una conducta es abusiva cuando es vivida y sentida de este modo por la niña, niño o adolescente, cuando es mirada o tocada de un modo que la hace sentirse intimidada. ¿Cómo saberlo? La mayoría de las niñas y niños que están siendo víctimas no se lo cuentan a nadie porque creen que la gente va a pensar que no es verdad. A veces desconocen incluso el vocabulario necesario para hablar sobre el tema y por lo tanto no pueden adecuadamente. Aunque generalmente no lo expresan verbalmente, sí lo hacen mediante algunos cambios en su comportamiento.
INCESTO
"Incesto: Relaciones sexuales entre personas consanguíneas o afines, a quienes la ley prohíbe contraer entre sí matrimonio valido"
"El termino incesto deriva del latín "vinculum", de "vincere"… atar, significa atar o unión de una persona o cosa con otra".
Causas de Incesto
"Una de las causas del incesto es la violación, son figuras que van de la mano, las cuales se inician con toques no sexuales como son friccionar la espalda, forcejeos inapropiados, terminando en caricias sexuales. Puede terminar o no en penetración".
A menudo las personas que sufren de incesto, se vuelven más tímidas y retraídos, tienen problemas psicológicos y viven temiendo que algún día su familia los descubra y les vuelva la espalda aun sin tener culpa alguna. Otra de las causas de incesto es la violencia familiar, la cual trae como consecuencias daños físicos, morales y psicológicos. Otra de estas causas es la falta de cariño y atención debida a cada uno de los miembros de la familia; lo que puede ocasionar la obsesión afectiva por algún otro miembro de la familia. La falta de pareja por parte de una persona puede ser causa de incesto debido a que algunas veces esta tiene baja autoestima y se refugia en un pariente con el cual puede involucrarse sentimentalmente.
"El descuido de los padres hacia sus hijos es una causa de incesto, en donde el perpetrador, generalmente es un adulto que esta al cuidado de la victima, el mártir es especialmente un infante, un pequeño que no se da cuenta de los progresos sexuales de su protector, esencialmente si el consumador solo desea mostrarle carió y afecto. La victima del incesto usualmente guarda el silencio, sin buscar ayuda, por el abuso y las persistentes amenazas".
En caso de que el pequeño haya sido acosado por una persona ajena a el puede acudir a sus padres o familiares. Se piensa que esencialmente las victimas son mujeres, sin embargo los varones también son mártires de incesto. El asalto sexual consumado por un extraño ocurre solo una vez, en caso de incesto la victima sufre de continuo abuso. El sentimiento de culpabilidad y miedo producido por el abuso sexual de un extraño, puede ser aliviado por los familiares y cuando una persona es victima de incesto, la familia no interviene a su favor. El incesto ocurre en todo tipo de familia e inicia antes que el menor entienda el aberrante hecho. El perpetrador se vale de su autoridad y confianza para convencer a su victima diciendo que es para su propio desarrollo personal.
Causas de la fobia al incesto:
- Los humanos aprecian una natural antipatía al incesto, una especie de repulsión instintiva al mismo, por tratarse de enlaces consanguíneos.
- Las ligas incestuosas entre los humanos, producen descendientes degenerados.
- Las relaciones incestuosas causan repudio por la sociedad, ya que este acto aberrante va en contra de la religión y es un castigo divino.
Existen una sexualidad masculina y una femenina. En todas las sociedades se han asignado ciertos papeles que las personas deben desempeñar según sean mujeres u hombres. Hasta hoy en amplios sectores de nuestra sociedad, se espera que las mujeres cumplan con el arquetipo de ser delicadas, románticas, que sepan cocinar y cuiden de sus hijos y de su casa; y que los hombres sean fuertes física y emocionalmente, trabajen fuera de su casa y mantengan a su esposa e hijos estas características también son conocidas como roles sexuales, los cuales en ocasiones llegan a tomarse de una manera equivocada puesto que desde pequeños se nos inculcan una serie de esteriotipo que depende de la sociedad y el lugar donde nos encontremos tal vez esta forma de pensar, el entorno donde se relacionan las personas, la forma de vivir o la diversas vivencias de cada una de las personas son las que marcan en un futuro sus relaciones ya sean afectivas, laborales o sexuales, puesto que la conducta de mujeres y hombres esta determinada por sus caracteristicas biológicas, psicológicas y por la sociedad donde viven en ocasiones pueden causar la violencia en la familia y, por consiguiente la Violencia en la sexualidad.
Una forma de mostrar esto es en algunas regiones de la republica mexicana aun se sigue dando el machismo; El machismo puede definirse como el conjunto de ideas y conductas que asumen las personas que creen en una supuesta superioridad de los hombres sobre las mujeres. En general un hombre machista siempre quiere imponer su forma de pensar sobre las mujeres y para ello se vale de la agresión emocional, física y sexual. La realidad es que los hombres machistas son inseguros por que no han sido capaces de valorarse y desarrollarse de manera integral. Son incapaces de demostrar sus emociones, puesto que pretenden ser "muy fuertes".
La violencia sexual se da por desgracia muy seguido; por las violaciones que ocurren en todo el mundo por parte de las personas que no se sienten lo suficientemente completos para amar a alguien y demostrar su necesidad de amor y cariño lo que hay que saber es que nunca se debe tener un acto sexual de manera forzada; es decir nadie debe obligarte o presionarte para efectuarlo. Obligar a alguien a tener relaciones sexuales es un delito. Tu cuerpo es tuyo; si alguien trata de tocarlo sin tu consentimiento, la acción a seguir es denunciarlo a las autoridades.
La sexualidad en nuestros días ya es algo normal, que no nos es indiferente y que algunos le damos la importancia suficiente para que no nos pacen cosas indeseables.
Para que nosotros como jóvenes tengamos un poco de responsabilidad sobre nuestra sexualidad creo que es importante que nuestros padres nos orienten y nos den valores. Otra cosa que tambien a veces influye es el ambiente en el que nos desarrollamos y la cultura de nuestra familia.
La sexualidad a llegado a ser de lo más normal, llegando al grado de que los hombres y mujeres se cambien de sexo es decir que se vuelvan transexuales; pero no por que ya sea mas conocido deja de ser algo inmoral. El exhibicionismo y voyeurismo es otra cosa inmoral por que las personas permiten que otras personas vean como tienen relaciones sexuales, vean sus partes intimas; y las personas que ven esto caen dentro del voyeurismo. La pedofilia es la atracción sexual que siente un adulto por los niños, el incesto es la practica de relaciones sexuales entre parientes; este tipo de relaciones sexuales, cuando tienen como consecuencia el embarazo, el producto suele salir con problemas físicos, mentales, etc.
Aquellas personas que se casan a veces se casan por que se aman genuinamente o por que creen que aman, cuando sucede esto ultimo se suelen dar muchos divorcios lo que da a notar un poco de inmadurez mental.
Actualmente algunos adolescentes y jóvenes creen que ya saben todo respecto al sexo y que si tiene sexo no va a pasar nada, pero la realidad es que no saben nada entonces contraen enfermedades, o las chavas simplemente se embarazan.
La masturbación también es algo común en los adolescentes y jóvenes, que desde un punto de vista psicológico no tiene nada de malo por que los jóvenes o adolescentes están experimentando con su cuerpo y eso les permite conocer un poco mas de si mismos; en la actualidad este tema ya es conocido por varias personas y no provoca de indignación.
El sexo por amor, como bien claro se expresa es el sexo que se tiene con aquella persona que se ama y que se tiene con responsabilidad; y esto se debe de hacer de una manera correcta de acuerdo con la ley, es decir, el vinculo de pareja, la unión entre dos personas y esto quedaría dentro de la monogamia que es la unión entre un hombre y una mujer; a diferencia de esto la poligamia es la unión de una persona con varias personas mas y se divide en poliandria (matrimonio con varios hombres) y poliginia (matrimonio con varias mujeres).
Al final la sexualidad es un fenómeno emocional y de conducta relacionado con el sexo que comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como a los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol social. A veces a causa del sexo hay violencia en la pareja o en la familia, ya sea por que la mujer no quiera tener relaciones sexuales o por que el hombre abusa de los hijos sexualmente.
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PERETE SALAS RAYMUNDO
ESTUDIANTE (ADMINISTRACION)
INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL
CENTRO DE ESTUDIOS CIENTIFICOS Y TECNOLOGICOS No. 13
RICARDO FLORES MAGÓN