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Desconstrucción de la gestión escolar de lo rural (página 3)

Enviado por Aquiles Fuentes


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Apartar la unidad cultural del acontecer educativo nacional por el cúmulo de caracterizaciones inapropiadas de los calificativos relacionados con sus condiciones y particularidades para lo educativo, daría como resultado un distanciamiento reduccionista del valor humanista y formación humana, a la par del pregonar de crecimiento, desarrollo y progreso que por igual y por derecho les asiste. Sus realidades tienen que ser observadas y estimadas con mucho cuidado, ignorarlas puede llevar a sustentar en el tiempo verdades absolutas y abstractas por parte de quienes las imputan, por eso estos grupos sociales de lo rural, no pueden descuidar sus responsabilidades, necesidades e intereses para convertirse en un mito discursivo más.

Revisar el pasado, sentir el presente para mirar el futuro por encima de una condición rural, es alcanzar el consenso por la apropiación espacial con sentido de pertenencia, lo que supone trascender lo objetivo y lo subjetivo mismo de cualquier arrebato de cualidades por confundirse con el algo rural; este tipo de actitudes hace persistente la idea de palpar otras oportunidades hacia la búsqueda de cambios y transformaciones que otorguen al proceso de gestión educativa, la razón de fortalecimiento y enriquecimiento de una historia, cultura, e identidad diferencial que sería un reto interesante que estas comunidades deben posesionarse con claridad y pertinencia decisiva; como connota la Declaración Mundial sobre Educación para Todos (1990) cuando plantea que "Una política apropiada en materia económica, comercio, trabajo, empleo y salud, fortalecerá los incentivos de quienes aprenden y su contribución al desarrollo de la sociedad" (p. 183), se obtendrán razones para apoyar y consolidar la iniciativa de implementar programas educativos cónsonos con las realidades "reales" del medio rural y que supone desafíos por quebrar y desintegrar arquetipos y arquitecturas edificadas desde hace décadas por la complejidad de lo "complejo" de lo social que atañe a las posibilidades de la unidad cultural para desplazarse con certeza humanística y racionalidad de vida sobre en el espacio y en tiempo del claustro rural.

Mientras las reconstruidas realidades mantengan verdades ocultas pero posibles de ser cuestionables, la colación sobre lo rural, la ruralidad y el ruralismo no admitirán conjugaciones humanas universalizadas porque el proceso de educación que se emplee desde una nueva visión en términos y acciones comunes para la desigualdad, se estaría caracterizando como definición con propiedad para describir realidades situacionales clasificadas según ciertas formas de ser, pensar, actuar de manera de comprobar que hay una culminación discursiva de fronteras, que ahora en adelante surjan potenciales requerimiento por hacerse de un algo identificable distintivos a cualquier orden rural.

Bajo la criticidad del constructivo rural, se percibe toda una serie de argumentaciones que puntean que lo que estos grupos sociales reproducen, guarda poca relación con los acontecimientos de la dinámica de lo rural; existe una visión de aprobación y sentimiento de arraigo contundente por lo rural en un pensar desde lo educativo que suena como a ruralismo, impresión fuerte de pertinencia posesiva de un lugar que sólo y únicamente le es suyo y con el cual se identifican, de allí que lo de territorio como sitio o esfera de vida para su ruralidad, es una expresión que supone un estilo de vida apegada a todo lo que se perciba y sienta por rural, es una cosmovisión de cotidianidad y faena del pensamiento por revivir con características particulares de lo rural para indicar el área como geografía ocupada para determinado fin y lo que es propio de este contexto rural.

El hecho educativo asume otras connotaciones algo más complicadas que no justifican las realidades inmersas en este medio, ¿Será que hay un consenso por considerar las realidades educativas rurales desde la visión educativa impositiva como influjo rural-cultural generador de acciones educativas fuera del contexto? De acuerdo con G. Ugas (1.997), "Cuando las justificaciones anteriores no funcionan porque sus mecanismos de consenso, credibilidad y confiabilidad ya no se autolegitiman como antes – pues no hacen funcionar sus propios postulados – esto indica que existe un proceso de crisis" (p. 54), ahora bien, ¿Será qué esta crisis acontece por el conflicto implícito en los enunciados, o por la confrontación misma entre los actores por adjudicarse "sombras", funciones y patrones educativos por pertenecer justificadamente a un algo de manera pasiva, que le sea de su sola propiedad?, o simplemente en la complejidad ¿Habrá que crear una crisis ante la ausencia de una regla existencial que justifique la pérdida de valores, juicios estimables y razonables que se expliquen por sí mismas?, esto no es más que "Esta crisis de legitimación y diversidad… son para una sociedad, una cultura y una civilización que se desmoronan" (ídem, p. 55).

En cuestiones estratégicas y metodológicas, la gestión escolar vista como un conjunto de operaciones dirigidas a diseñar, organizar, ejecutar y evaluar el trabajo educativo que se desarrolla en las instituciones educativas, se sostendrá por la aplicación de planes, programas y proyectos dirigidos a fomentar políticas educacionales, y por ende, conseguir una efectividad de los objetivos planteados; ahora bien, ¿Cómo surge la gestión escolar de lo rural?, ¿Qué principios la sustentan?, ¿Qué la hace diferente a la aplicada en otros sectores?, hasta ahora su organización planificación y ejecución están sostenidas por orientaciones empíricas de lo rural, no hay diferencia, al igual que las gestiones utilizados en otros centros educativos distintivos a lo rural, igual se ignora lo humano y su relevancia humanística.

Con la masificación educativa en Venezuela, se inicia un proceso de creación, construcción y funcionamiento de escuelas en el campo, denominadas con el tiempo y de acuerdo al repartimiento de los sectores productivos de la nación, como rural; a partir de este proceso de expansión estructural, estas escuelas inician un proceso de gestión escolar de lo rural, basadas en la instalación, planificación, administración, dirección, control toma de decisiones que se aplican estrategias y metodologías dirigidas a formar y

…promover el aprendizaje de los estudiantes, los docentes y la comunidad educativa en su conjunto, por medio de la creación de una comunidad de aprendizaje donde se reconozcan los establecimientos educativos como un conjunto de personas en interacción continua que tienen la responsabilidad del mejoramiento permanente de los aprendizajes de los estudiantes, con el fin de formarlos integralmente para ser miembros de una sociedad. Todo esto ayuda a favorecer su calidad de vida y prepararlos para su vida en el mundo laboral. (http://www.educando.edu.do/articulos)

En atención a lo antes citado, la actualidad educativa venezolana viene desarrollando una serie de planes, programas y proyectos que buscan acentuar lo construido por rural, los contenidos miran lo rural, no al participante, este ser es objeto del objetivo, enseñar que lo rural es una forma sustentable de vida y no de desarrollo humano, convirtiendo la clase en el aula, en una rutina de transcripción de tareas al pupitre, computadora y pizarra, el maestro que en ocasiones desconoce hasta el vecino de la escuela, imparte valores de trabajo, amistad, cooperación y el colectivismo cuando están aislados, esto desvela el apropiamiento incisivo de lo rural.

El contexto histórico edificado y desarrollado para lo rural en lo educativo, se instala como orientación y normativo por gestionar lo escolar con base en lo construido por escuela, para el desarrollo pedagógico dirigido a un reducido grupo de estudiantes de manera de formarlos para el trabajo del campo, lo que desde esta concepción, se puede denominar gestión, las situaciones influyentes de lo edificado por lo rural ha regulado todas las posibilidades de avance; en este tipo de escuela de lo rural es donde los docentes planifican y ejecutan momentos de clases para diferentes grados en una misma aula, lo que se traduce en hacer nada.

Lo rural desde lo educativo siempre ha generado un tipo de relaciones humanas muy estrechas entre sus actores confrontando los universos de identidad histórica-cultural con las diferencias educacionales generacionales transmitidas provocando la instalación y uso frecuente de determinantes descriptivos de exclusión y de poca valoración que nada tienen que ver con las realidades y exigencias humanas; lo construido y aprendido desde la escuela de lo rural esta distante del grupo, lo rural no puede seguir siendo una modalidad de vida, cultura, historia; instructivo para pensar, sentir y actuar como algo rural.

CAPITULO III

Desconstrucción de la gestión escolar de lo rural

Gestión escolar de lo rural construido y usado como arquitectura conceptual

La gestión escolar de lo rural para el caso de este estudio, en cuanto a la posición del autor de la presente investigación, enfatiza que la naturaleza de este proceso educativo está centrado en un bagaje de acciones organizacionales, administrativas, de dirección, control, planificación y de evaluación normadas y reglamentadas por ordenaciones fijas de operación, que encierra enunciados, componentes estratégicos y de procedimiento que vulneran las orientaciones, desarrollo y planteamientos que como modelo de gestión debe contener; de aportar alternativas de solución a problemas socio-educativos en la organización escolar situada en lo denominado rural.

El ensamblaje de gestión escolar de lo rural construido y usado como arquitectura-conceptual, desprende diferencias interpretativas abstractas alineadas y sustentadas por imágenes y caracterizaciones deficientes de sentido comprensivo en cuanto a lo epistémico, ontológico, etnográfico, estratégico, metodológico, que explique su funcionamiento y contextualización que admita ubicar un estudio indagatorio en un momento referencial para un análisis particular; el procedimiento en sí mismo, posee complicaciones filológicas y gramaticales claras para obtener una interpretación; no denota concreción, su acción está fundada en la autorregulación; gestión que se revela así misma como alineación en un conjunto de operaciones dirigidas a dar preeminencia, permanencia, adecuación y pertinencia al conocimiento rural como todo aquello conocido por educar.

En el modelo de gestión escolar de lo rural, evidentemente hay debilidades para ordenar y ejecutar trabajos dirigidos a la formación y llevar un particular gobierno en la escuela; un modelo exclusivo que carece de visión situacional contextual que contribuya a plantear estrategias para el estudio y praxis de una formalidad educacional sustentada por el pensamiento humanista que se dirija a las necesidades del ser humano que aprende en condiciones de estrechez intelectual y sujetos a específicos saberes directamente proporcionales a llevar a cabo, determinadas tareas gestionarías, actos dominados en su totalidad por la cosmológica holística de lo rural.

El modelo de gestión escolar está altamente ruralizado, observa agotamiento e inconsistencia para definirse y aplicarse en solicitudes donde hay que tomar decisiones puntuales para actuar frente a problemas institucionales, sociales y educacionales; para activar, dinamizar contactos y medios comunicacionales y de participación; como gestión escolar continua centrada en lo rural, promueve y ejecuta quehaceres encaminados a afianzar el aislamiento, conformismo y sedentarismo cognitivo-educativo; descontextualización en la programación, desarrollo, estudio, evaluación, control organizacional y para el planteamiento de metodologías educativas, pedagógicas, didácticas y evaluativas que inventen la adquisición de conocimientos para la enseñanza y el aprendizaje en contrariedad a las emergentes insuficiencias educacionales presentes en quienes están involucrados con la escuela de lo rural.

En este modelo de gestión escolar de lo rural, es evidente que se deja de lado habilidades procesales importantes como la de prever lo futuro, al no tomar en cuenta los estudios diagnostícales, resultados integrales y las situacionales socio-educativas coetáneas de las personas encerradas en lo rural de la institución escolar; carecer de fórmulas proyectivas educacionales que se orienten a educar lo humanístico como necesidad indispensable e inherente a su condición; concebir cambios que de alguna manera u otra, proporcionen el beneficio de efectuar una gestión eficiente y de crecimiento; de anticiparse a las dificultades al planear e introducir alternativas y oportunidades para enfrentar lo que demandan las circunstancias problemáticas; emprender relaciones de interacciones personales y de actividades de carácter proactivas, ideando lo proactivo como un contiguo de disposiciones o saberes para oponer potenciales complicaciones emergentes sin procurar superar la gestión empleada en las escuelas rurales como modelo conservador en el que lo planificado no atina a dar respuestas concluyentes como reacción por aportar solución a conflictos y a lo instalado como mecanismo para formalizar al sujeto que aprende, como un ser con arraigo y permanencia para lo rural.

Desde el concretismo positivista conceptual con el cual se ha declarado y entendido la gestión escolar de lo rural como sistema de administración y dirección de una escuela en la geografía de lo rural, se acentúa la práctica y diligencia del tecnicismo de gestar en atención a síndromes empíricos de un algo, como dice el propio Derrida (ob.cit) "…de algo que no está presente en ninguna parte…" (p. 13), donde la única posición de gestión ha sido la de crear semióticas rutinarias, donde el docente oficia y cumple solo tareas reescritas para que de alguna forma se alcancen objetivos, que en esencia, no involucran axiomas reales consustanciados con las condiciones y naturaleza del ser humano que en el orden escolar, sufre una transfiguración netamente ruralista, interiorizando un tipo específico de placer por sentirse geográficamente satisfecho de ser parte de un algo que lo ha considerado un subyugado objeto de la gestión de lo rural; evidente manipulación de la condición y esencia humana.

Este tipo de gestión educativa llevada a cabo en la escuela rural ha estado sujeta a la rigidez de las posiciones y decisiones formalistas instrumentales de administrar y dirigir, derivadas de caudillajes políticos que imponen reglas, normas, principios y prácticas teóricas no consustanciadas con las situaciones existenciales dinamizadas por entornos, contextos, activos de conocimiento, formación y desarrollo humano; intencionadamente ha influenciado en el continuo educacional de las escuelas rurales y sociedad en particular, crear y desarrollar sombrías ilustraciones en la oscuridad y ocultismo presentes en los manuales, textualidades, formas concretas pedagógicas y de disposición escolar para formar una entidad específica humana radicalmente velada como sujetos rurales.

Dentro del conocimiento educativo, la gestión escolar de lo rural siempre ha implicado sometimiento a una administración ajustada a finalidades de implementación extemporánea de planificaciones inconsistentes de acciones que en nada tienen relación con los aspectos diagnosticados, lo que da como resultado, uso inadecuado e irrelevante de saberes, habilidades y programaciones de experiencias cargadas de subjetividades que hablan en un estilo soliloquio como geografía, para poner en práctica puntos de conexiones para ser utilizados por los sujetos implicados en las tareas educativas como relativos conceptuales que con el tiempo y nivel educacional del individuo, se instalan como universos de comportamiento y conducta, desviando al sujeto a la conquista del mundo netamente rural, consiguiendo de manera elocuente, dar forma y figura a un orden de vida ruralizado.

En atención a la caracterizaciones expuestas en párrafos anteriores y a partir de una argumentación crítica derivada del estudio de la gestión escolar de lo rural, existen posibilidades y posiciones reflexivas por desarrollar estrategias que formalicen y operen el proceso por desconstruir la muy pésima interpretación, conceptualización y polisémica edificación reinscrita, desarticulada, desenfocada y descontemporánea gestión escolar de lo rural. El modelo empleado de gestión en la geografía de lo rural ha servido como medio y soporte de compendios denominados saberes campesinos, saberes que hasta los momentos solo son utilizado para educar para la vida rural, lo que exterioriza que la escuela de lo rural, sigue siendo rural porque su gestión no ha cambiado, que todo lo gestado nunca ha contado con la anuencia valida de un estudio dialéctico-epistémico que sustente que lo gestionado o lo que hay que gestar, contenga una inclusión educacional real por desarrollar lo planteado universalmente, a lo que corresponde y es inherente a la formación humana como entendido fundado por lo filosófico de lo humanista.

La desconstrucción constituye un procedimiento indagatorio con la cual se busca comprobar que lo rural es un algo sin referencia humana, que en sí misma es una idea-imagen insostenible, inexistente, intangible, que no representa alguna posición teórica o estudio científico, concepto, conexo a un medio o forma geográfica que sirva para dar sentido de algo esencial tangible, que es una identidad o descriptor de seres humanos particularmente determinados por lo rural; proceso de gestar que tiene consigo debilidades cognitivas, perceptivas, emotivas y verdades humanas que son expuestas en el acto escolar como sujetos inferiores que hay que integrar como entes consumados para la existencialidad paradójica envilecida, para la constitución humana natura-geo-vida salpicada de ruralidad.

Los indicadores reflexivos derivados del análisis del estudio sobre el constructivo discursivo incisivo de lo rural, están a la disposición educativa; estas caracterizaciones aportan alertas, señales y posiciones críticas lógicas deconstructivas que demuestran que la gestión escolar de lo rural es solo un mecanismo enérgico rutinario gestionario que no cuenta con validez y confiabilidad de gestar; en lo escolar, hay un especial rumor que habla sobre un "perfil conceptual" que se define como endiosada idea-saber por instalar, entender y declarar que lo rural escolarizado, es un "lugar humano", lo que indica que la tradicional gestión, solo ha desarrollado y alimentado modos de percepción y concepción educativa rural de vida del tipo frontera-fronterizada por conocimientos empíricos que surgen de la cultura, historia y cotidianidad rural entremezclados con signos y formas humanísticas imperceptibles y en relación a la racionalidad por explicar ¿Cómo se origina y activa una gestión escolar solo como consecuencia e iniciativa de lo rural?¿Cuáles condicionantes estratégicas son trazadas a partir de líneas bien definidas, consienten lo rural como círculo de "vida"?, toda respuesta está condicionada a tipologías interpretativas de movilidad e importancia racional explicativas que resultan en decir que este tipo de gestión tradicional, se apoya sobre un monumento, arquitectura, discurso, dialéctica, epistémica, etnográfica y sociológica edificadas por la intencionada ignorancia aprendida por gestión, proceso que desconoce lo que dice conocer y sobre la rutinaria formalidad de gestionar cualquier idea de desarrollo, progreso o de inversión que sustente algún beneficio escolar y donde solo se gestiona todo lo que es crónica rural, lo que domine al hombre para lo rural; es decir, gestión escolar de lo rural es ruralidad, no educación y formación humana humanizada.

El plan estratégico de lo rural en el componente educativo de la gestión, es difundido, promovido y masificado a través de episodios discursivos educacionales sosegado, preciso, evidente y muy bien encaminado a conservar lo rural como lugar habitable para determinado ser humano y grupo de personas agrupadas en la llamada comunidad; se catequiza la gestión escolar y lo rural en un diario enunciado y oratoria con puntuales intenciones de asignar cualidades discriminatorias, excluyentes de crear la tipología particular de conciencia uniforme que instruye "cualidades" de pensar, sentir y actuar exclusivos educados como rurales; esta ontología propia de la sistematización de saberes empíricos puestos a la orden del proceso educativo escolar de lo rural, es lo que ha facilitado el "aprender" para el vivir geográfico.

La gestión escolar que negocia, gesta y desarrolla lo rural como algo necesario para quienes allí viven, convierte el proceso educativo en un acto arcaico que origina como consecuencia innecesaria, comunidades, pueblos, caseríos, rancherías, como convenciones humanas de agrupación espacial inventadas, alineación feroz de valores patrimoniales de comuna que se organiza como fauna rural, ordenación que se apodera e influye en gran medida sobre el planear la gestión escolar dentro de una espiritualidad vocacional generacional de orientación para la formación educativa que facilita la retransmisión y expansión de costumbres, hábitos y signos de vida que inducen a dotar conductas y actitudes colectivas que desvelan mundos referenciales de identidad por lo rural como perfil y figura que se idealizan en grados de pertenencia y apropiación; semblantes que deforman el contacto y el contexto mismo de lo rural.

Para causar el conflicto y la tensión argumentativa desconstructiva, es necesario fragmentar la gestión escolar de lo rural en dimensiones mínimas manejables que precisen los mecanismos con los cuales se ha construido al sujeto que concibe, ejercita y aprende lo humano como lugar geográfico rural; por lógica se sabe que en el proceso gestionario escolar rural, no existe una visión y orientación racional para crear, inventar, acondicionar, dotar y formar al hombre como un ser especial sin condiciones humanísticas, lo que si se debe tener en cuenta, es la imperativa necesidad de formar al hombre como un ser con posibilidades, con conocimiento, espiritualidad, como un ser poseedor de valores y racionalidades para enfrentar compromisos con determinismo, decisiones claras y firmes para la superación responsable de saberse merecedor de oportunidades y constructor de su propio futuro, donde toda limitación sea la encrucijada para propiciar experiencias por cultivarse para crecer y cambiar; en lo social, aprender a modo de ser individual, a convivir y compartir, vivir en comunidad para actuar frente a los problemas en grupo, para aprender de quienes dominan el conocimiento como fuente colectiva para cambiar, a producir, a coexistir y obrar según sus creencias, expresiones, costumbres, tradiciones e historia propias de una identidad individual-comunitaria; de los recursos, entendidos como los medios materiales, equipos y económicos creados u obtenidos por sus capacidades y habilidades centradas en la acción de una cultura de mostrarse desposeído, limitado por lo aprendido de que todo hay que dárselo.

La escuela rural gestiona lo rural como saberes, su cosmovisión des-humanizada, es semblanza de necesidad, es ya la manera de proceder; donde la textualidad oral y escrita, cuenta que "La desconstrucción está inscrita en la textualidad como su "ruina", porque el texto debe ser destruido y como "principio", porque esa destrucción es el punto de partida de un nuevo enfoque analítico, cognoscitivo, interpretativo, significativo, etc." (Derrida J.; 1995), lo que cuestiona acervos elementales de cultura por hablar y escribirse como ser rural, para que la pedagogía y didáctica gestionada para la clase en aula, solo sirvan para reescribir la copia, la caligrafía y la tarea se centren en el hacer rural, lo que da a las textualidades, un orden imposible de continuar reproduciendo.

En esta fragmentación surge un verbo transfigurado lleno de acción y apariencia cultural como modelo, figura, conducta y comportamiento reproductivo de posición y despliegue de entidad escolar fracturada y dispersa, que no tiene esencia de significación, porque solo se muestra como continuo dividido en la dispersión consciente de "hombre sin sociedad", sin panorámica para actuar en las realidades universales del quehacer humano, humanista para humanidad.

Este modelo conservador de gestión escolar de lo rural revierte la cotidianidad de la escuela-comunidad en trances reveladores de vida que deforman el constructivo de lo denominado por estilos de vida, para erigir el inmodesto mundo de valores y hábitos sometidos por la filosofía ruralista, posición que estima la vida re-enseñada en la gestión escolar de lo rural, como explicita mundialización discursiva, fatigosa, ideológica, emocional y de sensibilidad, donde no se adquiere el sentido de la lógica de diversidad en las no esclarecidas normalidades rurales.

Toda interpretación rural, es especulativa en cuanto a ver y descifrar al hombre en sociedad como unidad cultural liberada, aunque casi siempre se use lo rural como "medio" de comportamiento, de acción, de vida, es natural pensar que este tipo de conjetura de querer realizar el llamado sueño de liberación, de autonomía, todas difieren de lo construido por lo rural como modelo educado; es de considerar que en la desconstrucción, el argumento sobre la unidad cultural y el hombre, concede comentarios que estimulan la idea de liberación como particularidad de aprender para ir tras de toda esperanza de libertad, libertad para la plenitud de la voluntad por alcanzar el saber negado por el discurso y modo de vida aprendida de rural, para cambiar el vínculo "gestión escolar de lo rural" por la de un proceso que dignifique su presencia desde otros contenidos de gestión más propios y alentadores que admitan desligarse del trágico sumario de regir y convenir la enseñanza a partir de la aplicación desconcertante de un sin fin de planes, programas y proyectos que en nada contribuyen a mantener la insistente disculpa del pensamiento de la estrechez y del infortunio con la que se ha ilustrado la categoría de identidad de deliberar, concebir y conducirse en lo rural como perfil de vida.

Fatigar el discurso establecido de gestión escolar de lo rural, es confrontar y crear compromisos dialécticos frente al soflama y lectura que envuelven y en pretendida posición discursiva "intentan" ejercer dominio de sentido y significación como autoridad que acontece en el pensamiento rural instalado; el esfuerzo de lo que representa este suceso, implica una formalidad argumentativa que avive el desmontaje, esto significa que:

Desconstruir, consiste, en efecto, en deshacer, desmontar algo que se ha edificado, construido, elaborado, pero no con vista a destruirlo, sino afín de comprobar cómo está hecho ese algo, cómo se ensamblan y se articulan las piezas, cuáles son los estratos ocultos que lo constituyen, pero también cuáles son las fuerzas no controladas que ahí obran… (De Peretti, C., 1998, p. 1)

Cualquier teoría o práctica que por derivación mueva o moralice a quien aprende, interesa; no se puede organizar, planificar o idear un proceso de gestión escolar de lo rural como proceso para constituir, cultivar y emplear gestiones como simple trámite escolarizado de conocimientos y lucubraciones para educar en función a introducir aprehensiones sensorio-emocionales con significantes de ánimo por posesionarse de instrucciones de conductas y comportamientos centrados en modos de sedentarismo para cautivar lo humano como un universo rural en quienes experimentan contactos educativos disociados para dar forma de vida silvestre.

Esta perspectiva estratégica del discurso educativo, tiene su activo en la gestión escolar de lo rural cuando advierte que hay disposición condicionada, intencionada de ingratitudes valorativas y de virtudes por fijar en el hombre un logocentrismo, término que se traduce en la manera de instalar una idea cualquiera textual o discursiva como un logos, logo entendido en el presente estudio, como entes versados o en su defecto como alguien experto en la vida rural;   es decir, proceder en función a una correlación idea-concepto-significado, cuya dinámica educada se articula por palabras adyacentes por relacionar un modo de trasmisión y pensamiento, para inscribir de forma estratégica una secuencia de acciones rurales como uso desmedido instrumental de significantes, que como proceso emplea lo rural como gestión escolar; la palabra es pensada y desarrollada como un término continuo de enunciar, determinar y dominar la re-inscripción del conocimiento humano como sentido rural documentado para dar como derivado un bagaje de apariencia socio-geográfica que dispone el uso de la noción para erigir, cavilar, conducirse y generar un interés escolar-rural definido por signos y símbolos (concepto-imagen) como sistema de códigos que catalogan al sujeto de escuela como sujeto-objeto con descriptores y caracteres, poseedor de pocas sensibilidades y espíritu determinista, quien asume el compromiso de lo histórico, cultural, las costumbres inspeccionadas y reorganizadas como ideo-grafías, como  supuesto perfil o distintivo con la que personifica una existencia o un pensamiento de convicciones no derivadas por etimología, discursos o expresiones precisas que signifiquen que en el sentido de disertación de la gestión implique ser las razones de gobernar y re-dirigir lo humano a una edificación educacional de vida escolar rural.

En este sentido reflexivo, el logocentrismo de lo rural educado como símbolo referencial significante, cambia a un soflama, es decir, a dar un significado disimulado con el que cualquiera pretenda falsear o engañar de que se provee conciencia como algo rural incondicional; donde este intermedio, produce modos perdurables de fisionomía perceptibles como signos formadores de algo rural; entonces, en cuestiones de desconstrucción, hay un tratamiento epistémico de contradecir las generalidades preliminares porque son necesarias para la sedimentación y extracción de lo oculto de lo implícito y explícito del logo rural que gestiona la escuela, lo que permite desplegar una tendencia crítica-argumentativa por desmontar el bagaje textual construido.

Siempre al proceso educativo y a quienes corresponde gestionar, les asiste ingenuamente el ignorar por ignorar o desconocer lo que conocen, con lo cual no han podido desligar lo rural de la necesidad de formación humana a partir de dimensiones humanistas-humanidad-humanizantes, ¿Por qué esto?, por el dominio del desconocimiento del potencial que ejerce el signo de lo rural y su deidad por ocupar definiciones e interpretaciones de significantes desde un mismo sentido y una misma comprensión, lo que induce a precisar que lo edificado por la textualidad, oralidad, escritura y funcionamiento de gestión de lo rural, no hay cambios, siendo la causa de que lo rural se mantenga de manera imperativa sobre la organización escolar, actores del proceso educativo y el quehacer escolar como un encierro histórico delineado, desentonando con todo lo que se puede intentar formar como humanismo, lo que representa no desestimar cualquier estrategia desconstructiva muy a pesar de la resistencia involuntaria edificada por la semiología, como disertación de los códigos escritos y seriados para dar forma a la vida social rural, lo que por sinonimia, da significado a lo rural; ante esta situación, queda claro que no se pude posponer la desconstrucción de esta mundialización logocéntrica o movilidad escolar del imperceptible símbolo nominal ruralizado solo para componer y gestar una escuela-fábrica de humanidades como algo más que hay que ruralizar.

Esta práctica gloriosa del modelo netamente tradicional de gestión escolar de lo rural para desarrollar un estándar de administración y ejecución de operaciones de adoración e identificación de simbologías rurales para dar soporte a quienes aprenden y conviven lo educativo como sujetos atados al orden ruralizado de una vida impávida de muerte silente cargada de olvido; los caracteres semióticos de la gestión de lo rural, dan demuestra de que existe un deslizamiento de sumarios semánticos que instalan propiedades rurales que conspirar contra lo humano para cultivar un sujeto en un objeto controlado

Hay variantes intencionales por impedir el plantear procesos para lograr la comprensión lógica que explique cómo se ha situado el pensamiento del hombre al margen de un medular recinto que lógicamente no consigue aturdirlo, alterarlo, moverlo o modificarlo; es decir, desconstruir el argumento instalando a partir de lógicas explicativas de posición indiscutible que consiga alejar al ser humano de la profundidad oscurantista, entendida como el episodio de obstrucción metódica de que se propague la ilustración rural en las variedades sociales públicas para continuar lo edificado por lo rural como imagen y código malicioso para tratar de educarlo como "asunto de gestión" escolar, para llevarlo al posicionamiento desmesurado de contenidos, conocimientos, procedimientos e instrumentos para aprender lo rural como un monólogo discurso del indigno juego de la demostración del logo-engaño que fija la existencialidad humana a partir de la mera aplicación de programas de estudios incitados, perpetuos y aglutinados de formalidades de saberes reunidos para la práctica diaria al culto de "clases socio-rurales" para crear la eterna obediencia de cualidades inscritas en estilos de romances emocionales empíricos que den continuidad al forjamiento de lecciones para autografiar frustraciones como seres excluidos por la gran idea-logo discursiva-profesional de una gestión pensada para la escuela de lo rural que ha desgastado al hombre y su pensar filosófico de formación, actuación y proceder en complicadas interpretaciones humanas-espirituales imperceptibles y categorizar a todo sujeto-objeto como producto del quehacer escolar que siempre ha estado dirigida a "fabricar" subyugados para la sumisión y al encierro de un estado de in-animación forzada de voluntad para no poder pensar, reflexionar, cuestionar o simplemente explicarse.

Hay algo claro en todo el discurso educativo logocéntrico interpuesto en la gestión escolar de lo rural que tiene por direccionalidad de acción céntrica y ratificar lo rural escolarizado para administrar, planificar y evaluar al hombre-geográfico solo como datos, cifras, cálculos estadísticos de sujetos-objetos cualicuantitativos del proceso educativo, solo para determinar alcances ponderados de resultados que se obtienen como respuestas planificadas; como seres humanos claustrados por la regulación de un patrón de gestión normado de instrucciones y tecnologías de enseñanzas y de aprendizajes de vida reconstruidos por una fija sistematización, dirección, programación y uso de sub-culturas administradas para la adquisición infructuosa de rudimentos escolares para inducir saberes des-alineados con la actualidad gestionaría educacional y movilización generacional, por dar maquillaje, particularidades y señalamientos descartados por la dinámica del pensamiento post-modernista emergente que va contra la transferencia impávida de mensajes incitados de gestión escolar discursiva-logo-conceptual rural con el que inhabilitan el impulso, mejoramiento, pluralidad de modelos de gestión escolar que favorezcan la formación, crecimiento y desarrollo del componente humano que consienta la construcción de una concepción universalizada de humanidad sin que lo rural sea su identidad .

En el proceso de evolución que experimentan de forma silente las sociedades en lo conocido por rural, siempre ha estado en proporción a los esfuerzos y luchas de emancipación generadas en su mayoría por la confrontación constante entre dinámicas de lo cultural, la historia, educación, economía, sociedades de poder, conflictos, discusiones y resoluciones territoriales colocadas como luchas por imponer y someter al pueblo a la no valorización de lo humano y al humanismo, al crear diferencias de clases y educar en función al discurso culturizado para ricos y pobres, por emplear demarcaciones geográficos naturales como mundos por esparcir a los hombres en territorios de ignorancia como condiciones de ser, episodios gestionados para la escuela como modelos y estrategias por educar como rural, reduciendo las oportunidades, habilidades, conocimientos a filosofías de verdades silvestres, geográficas, de zona, territorio como orden individual, social; para la instalación de reglas, normas, y formas educadas rurales.

Poder discursivo y la acción escolar rutinaria mundializada de lo rural

La cosmovisión con que se impregna la gestión escolar de lo rural, conlleva a realizar ejercicios críticos-reflexivos específicos de estudio, observación, análisis y descripción de cómo el modelo tradicional de gestión logra fijar condicionantes espaciales-geográficos de lugar para lograr un tipo de estreñimiento (pereza forzada) cognitivo cultural, popular y rural para dar paso al desenfrenado arraigo de costumbres, hábitos, rutinas escolares y sociales sombrías que impactan cualquier intento de desarrollo, crecimiento o equilibrio entre las relaciones naturales, sociales y humanas; esta continua degradación de lo humanista sigue manifestándose una y otra vez en los intereses por imponer y defender un saber, uso, cualidades de vida rural, en estilos y metodologías de clases escolar con tonalidades de rural, de populares, donde se debe sustentar lo educativo y la gestión estratégica de país sin denominación de país; cuando por insubstancial humanidad se está envejeciendo al hombre trascendental.

La manera en la cual el extraordinario y elocuente discurso de las sociedades del conocimiento y organizaciones de poder han tenido interés por mantener el más vivo tradicionalismo y costumbrismo de transmisión generacional escolarizado de las luchas de las clases populares, rurales e históricas, al considerar que ellas forman la fisiología de toda disposición social alrededor del "orden" que requiere del proceso para la permanencia de educar sobre sus objetivos y en referencia a la amplitud de la palabra codificada para que se viva sin importar el "humanismo del hombre". Defendiendo de acuerdo a sus propósitos la tradición de lo popular, una de las primordiales luces de resistencia a la forma de la ruralidad como pretensión de llevar y enfrentar en términos específicos, cualquier "reformación" del pueblo como área de ocupación y diferenciación social.

Las evoluciones sociales de lo rural como cultura de algo social visto como popular, están vinculadas a cuestiones filosofantes del discurso generacional que educa con normas tradicionales de vida, de ahí que, el ruralismo es explicado equivocadamente y de forma exigua para connotar un género particular de individuos radicalmente conservadores, con caracteres de carencia de humanidad, que según la modalidad de educación rural, miran atrás y se mundializan en el anacronismo de la ruralidad.

La filosofía de lo rural disfruta de su realidad explicativa intencionada de determinismos en la concentración de mensajes simples y expresiones deliberadas de lo humano como objeto que no denota concretamente un ser transferible, cambiante; su finalidad, no es la de sugerir comparaciones sin complicaciones  etimológicas, se centra en significaciones naturalistas del hombre derivadas de sus impresiones y supuestos empíricos tras el planteamiento de mundo inteligible de conciencia humana como resultado de la posición de la filosofía para tratarlo como un ser más al cual se le educa en función de sus propiedades y normas, lo que para la filosofía de lo rural no es más que la transmisión análoga del mundo inconsciente del hombre sensibilizado por la naturaleza y geografía que lo sustraen para su domesticación pasiva de la vida.

Entre la filosofía de lo rural y el hombre escolarizado, hay una reproducción de conocimientos discursivos naturalistas en relación afín de su logo-figura de la expresa etimología que subyace en el lenguaje de los significados y significantes para cultivar léxicos admisibles de lo rural sobre cualquier hombre a educar, afrontar toda tentativa teórica de la ontología que intente dar racionalidad y cuestionamiento al pensamiento humano ante lo rural escolarizado.

La generalidad y colocación instaurada de lo rural no obedece a razones comunes o reflexivas por dar a entender de que toda esta formación ideográfica, se deriva por la caracterización de un espacio (dominio territorial) donde el grupo social ocupante sea descrito y señalado como un componente localizable con determinado ámbito natural, que además, añade definiciones y caracterizaciones poco "reales" en relación con sus realidades, acá sencillamente lo humano se nombra como el conjunto de elementos "objeto-componente-cuerpo-espacio" condicionados a la permanencia de un relato de vida y discurso por priorizar lo rural como única valoración humana.

La fluidez discursiva y el evento rutinario mundializado de lo rural, pertenece a estructuras bien sencillas, planeadas e implantadas sobre estancias para el pensamiento limitado, cerrado, fundados y educados como el territorio donde la acción humana debe estar dirigida a cumplir, actuar o sentirse identificado con lo rural, ser rural y sobre todo, pensar para lo rural aunque dentro de la semiótica simbólica no exista lógica; su complejidad des-marca al hombre de la esencia y naturaleza donde le corresponde actuar en armonía con cualquier área, zona, territorio, lo que lo suprime a un encierro epocal, histórico, cultural, educacional y al profundo ensueño costumbrista que no le ha permitido trascender, y lo más delicado, Ser; en referencia a esto, se considera que:

El habitus es: "Pasado que sobrevive en la actualidad y que tiende a perpetuarse en el porvenir actualizándose en las prácticas estructurales según sus principios, ley interior a través de la cual se ejerce continuamente la ley de necesidades externas irreductibles a las constricciones inmediatas de la coyuntura." (Bourdieu, P., 1998, p. 97 y sig.)

Estas expresiones y formas de entender lo rural como idea que explique lo social y lo colectivo en lo rural, se torna más complicado cuando las relaciones se pasean cómodamente entre libres formas de ignorancia-ignorada o ignorancia para ignorar, de interrogantes sobre ¿Cómo puede ser que quienes integran la unidad cultural, pueden posicionarse de estructuras psico-afectivos y estados socio-emocionales aprehendidos para apropiarse y hablarse rural para vivir en lo rural?

La visión ontológica de lo rural cuenta con particularidades con las cuales este tipo de organización expone la forma explícita de su historia y cultura en entidades productivas de su propia dinámica, la viven dentro de una existencialidad cuestionable cuando el ser se muestra mítico en conformidad sin dejar lugar para ejercitar la dialéctica y la criticidad que ayude desde toda racionalidad, reflexionar sobre formas humanas más "Humanísticas" que emprendan la desconstrucción de lo rural.

La limitación perceptiva, del sentido y de la pregunta, han tenido en el hombre y en su unidad cultural, una práctica silvestre de "vida" instruida y formada para pensar y actuar de manera adicta a lo natural, sujetos a la relatividad de existir en lo rural con fuerte aprehensión, pertinencia y pertenencia; claustro eterno que divide cada instante, tarea, sentimiento, emoción, en territorios que dominan lo humano y disipa cualquier intento de confrontación racional del hombre por validar lo humano.

Las fronteras apócales que poco a poco han dibujado sucesos conscientes de transmisión generacional, cultural y estilo de vida, modelaron en el hombre de lo rural, la gran noción sinonímica etérea de "frustración", limitación para pensar y empujar la vida a otros puntos humanos diferentes al constituido; traducido en romper y movilizar la extraña afición diferencial colectiva de lo rural hacia el contacto peligroso de elementos transculturales que pueden forzadamente impactar en la eliminación de la memoria colectiva histórica y cultural de lo aprendido, lo que haría desaparecer la institución escolar rural y por ende, toda forma de hombre-tierra hasta ahora gestionado por los planes educativos asignados por el poder central encargado de hacer valer lo rural a través de la escuela del campo.

La intención constituida de lo rural es algo más que una identidad, es situar, describir, señalar e instaurar procesos de pensar y sentir emocionalmente este mundo desde la inmovilización del ser en la obsesión por edificar la ruralidad como territorio de vida, existencia, ocultando figuras humanas con disfraces de costumbrismo funcional y elocuente, influenciado y magistralmente conducido por sociedades con poder y dominio (económicos-religiosos-medios de comunicación-ideológicos), que logran envejecer al hombre en el tiempo rural, convertirlo en una unidad inmutable, conformista, sedentarita subyacente con "vida rural".

Desde la reconstrucción y aparición sucedida con el transcurrir epocal y por condicionamiento social, lo rural se ha constituido en un molde cósmogeográfico único en conformidad con otros lugares inventados que surgen de la lucha y el conflicto social mismo, por la diferencia y la diversidad. La estructura de lo rural se consolida a través de un mensaje que aprovecha la dispersión de la conciencia y el pensar racional, para enterrarlo en un área de dominio natural, que envuelve y envilece lo humano en la geografía de la idea cosificada de sociedad rural, para alcanzar universos de identificación apropiación y fundamentos de lo rural.

Todo parece una contrariedad con muy poca confrontación, dadas las numerosas interpretaciones que ha merecido lo rural desde enfoques limitantes que condescienden en conveniencias aprehensivas de imágenes, de puntos construidos y recreados para la pobreza, para la miseria, abandono y cotidianidad que procede de la naturaleza impactando la sensibilidad y emotividad por visualizar lo humano en la sencillez de lo humano mismo.

Lo rural en sí mismo representa la interferencia entre la ignorancia y la posibilidad racional, equilibra y desequilibra, el continuo balanceo entre perpetuar o trascender, lo que lleva a pensar que cualquier desajuste que origine lo rural, estará en la unidad y un primer intento por desmovilizar lo rural a territorios deformadores y construcción de espacios relevantes para sociedades aún más productivas, con mutaciones colectivas consustanciadas con la humanidad. Pensar desde otra perspectiva, será filosofar con lo rural, como razón lógica del hombre por disculparse ante sus limitaciones y ontológicamente, sobrevivir bajo lo rural.

Han sido muchas las gestiones escolares realizadas por aplicar lo rural como arsenal de planes, programas, acciones e inventivas surgidas de propuestas por disminuir o erradicar la entendida deficiente calidad de vida con la cual las comunidades de lo rural se han alimentado; el centro activo de esta gestión ha sido siempre, el interés de ejecutar transitorias políticas estamentales de impulso para la resignación de los poblados a sombras imperceptibles como lo rural.

El intento estratégico por instalar lo rural como hecho educacional de y para la vida, se sustancia en el sistema de gestión escolar como cuestión a priori textualizada, su "moldura" de proceder conserva símbolos tradicionales de fijación y reinscripción administrativa de programas de estudios dirigidos a la formalización de trasladar a las comunidades escolares y sociales, el saber rural, sustentar recapitulaciones de conocimientos, experiencias científicas y tecnológicas que en nada ayudan, estos saberes en desuso siempre son expresados en una moldura referencial de reorientaciones que dejan de lado "El análisis genealógico de la cuestión educativa; interpreta críticamente la estructuración de los discursos pedagógicos derivados de marcos socio-culturales y prácticas educativas con pretendidas soluciones universales" (Ugas, G., 2003, p. 10).

Contraria y lamentablemente el tiempo y los resultados están a la vista, dicen que estos módulos curriculares postulados por la modalidad de Educación Rural, sólo han esgrimido el reproducir más aprendizajes "de inutilidades" que sin temor a equivocaciones, solo generan la "recreación" de cualidades y estimaciones de pobreza (cultura de la excusa) como resguardo cognitivo para la privación, limitación y análisis de las posibilidades de mirar diferente; para la práctica de una económica mono-tecnicistas del materialismo geo-territorial con el que se enseña para el definitivo claustro de oportunidades por diversificar prontitudes de desarrollar oportunidades de trabajo y sustento, formación animada de estados de ánimo de conformismo y de limitarse.

Es evidente que ir a la escuela para estudiar bajo el "interés" de ser beneficiarios de programas escolares como el alimentario, solo han servido para dar pie a desvalorización de las responsabilidades de los representantes de cuidar la nutrición diaria fuera de la escuela; estrategia de la improvisación gestionaría, que muchos responsables de la acción educativa, llevan a cabo como la implantación de una programación que solo limita el rendimiento estudiantil, al alcance de determinadas subjetividades educativas.

Para quienes participan en un nivel en especial como la primaria, en ocasiones son forzados por la voluntad de determinados representantes a dejar los estudios, no continuar, la idea, colocarlos trabajar ahora el campo; ¿Por qué?, en la actualidad, la excesiva manutención gubernamental de la llamada "soberanía social", ha generado altos niveles de dependencia en función de esperar a que el estado resuelva la vida que ellos no han podido resolver, lo que ocasiona en el presente, el fuerte rechazo por el trabajo agrícola y abandono del campo; el estado con sus políticas sociales, ha creado seres dependientes y a alumnos desertores, que ahora pasan a formar parte de ciertas listas de beneficiarios.

En relación al estado docente y sus políticas sociales de crear y activar planes de estudios alternativos para "graduar docentes", ha sido de una influencia algo negativa, los "nuevos" actores educativos llegados a lo rural, se fusionan rápidamente con lo rural por la educación formativa recibida; lo que abre la interrogante, ¿La actualidad de la gestión escolar de lo rural en las escuelas, sigue centrada en "reforzar" lo rural por encima de lo humano? ¿Las universidades "alternativas" forman al estudiante de educación bajo la filosofía de la pobreza, para educar en pobreza?

La gestión escolar de lo rural nunca ha representado ser un reto, como proceso pierde de vista la utilidad o el beneficio educativo que se espera cumplir, su componente estructural está basado en un tajante dominio de acomodada orientación y valoración por no considerar el éxito escolar, punto de referencia organizacional, funcional y de visión prospectiva; básicamente este tipo de gestión escolar para lo rural en sí misma, no forma parte de la administración y dirección de la gran importancia de emprender líneas de compromisos ventajosas para indagar y suministrar soluciones a razón de las exigencias o como fórmulas para conducir la organización escolar y a todos sus integrantes al éxito; por lo tanto, este estilo de gestión no constituye un trámite metodológico que compruebe ser un proceso definido valorativo de procedimientos que consienta concebir el desempeño de las operaciones emprendidas, como trances de innovación y desarrollo dirigidos a la escuela.

Bajo el supuesto de lo que representa la gestión escolar como proceso para el cambio educativo, en referencia a lo diseñado en el Proyecto Educativo Nacional (PEN, 2001), para la escuela localizada en la geografía rural, es preciso comentar que el PEN, para lo único que ha servido, es para subrayar complicaciones y confusiones sobre si la promovida reforma de la gestión que se lleva a cabo en los centros escolares tipificados para este ejemplo de plantel, se ha obtenido algún resultado significativo clave que pueda expresarse como cambio de lo desarrollado como educación.

En cuanto a lo mencionado, existen dudas, hasta el presente la escuela sigue siendo la misma escuela ruralizado, nunca ha obtenido beneficios por cambiar, modelar y redirigir el proceso de gestión hacía una razón de importancia por transformar la forma y el fondo del asunto, cuestión que en décadas lo único que ha institucionalizado, son modelos tradicionales de gestar y desarrollar un orden de educación específico para el claustro del ser humano en una neo-esclavitud desplegada por acciones productivas de lo rural, para incidir en la orientación educativa sin oportunidades para cambiar.

La educación es el hecho único que puede producir cambios y transformaciones, es la condición humana del ser espiritual práctico y pensante que puede lograr cambios en el espacio de lo rural por encima de tomar lo rural como elemento y realidad excusada que fragmentan la individualidad y el colectivismo en conformidades para no contactar posibilidades de actuar de modo educado en cualquier lugar que perfile o modele al hombre y la unidad cultural de manera más amplios, selectivos, diversificados y diferenciales, que validen el propósito de "de-formar" lo rural hacia otra dimensión cultural más real, más sentida y dirigida a las posibilidades humanas.

El proceso de educación desde la gestión escolar, centra su interés de trabajo en conocer al sujeto individual y social que aprende, de contrariar u oponerse al sistema simplificado de acciones de lo rural como punto de partida para fracturar y disipar todo discurso o acto empírico de lo rural; frente a esta dualidad construida, es conveniente que para desmontar todo este aparataje planeado de gestión escolar rural, saber que la esencia será la habilidad estratégica desconstructiva que admite un estudio, análisis, comprensión y comentario argumentativo que demuestra que en la "auto-contradicción textual-significado del postulado gestión rural", existe solo una posición magnificada y trágicamente cultivada como proceso de "reproducciones educacionales" que difieren del modo filosófico humanista y que deja al descubierto errores de razonamiento antagónico, las objeciones colocadas de manera aparente, quitan la máscara y desvelan la contradicción subyacente entre lo que es gestión y la tesis con el cual se sostiene lo rural, para desarrollar en la escuela la mundialización de lo rural sin que entre estas dos tendencias, exista separación de acción por gestar y usar lo rural; entre estas disparidades dialécticas, está la clave de la acción deformadora del sujeto no humanizado.

Al plantearse en la escuela la aplicación de una gestión escolar que involucre al hombre como algo no rural en acciones y provocaciones que originen terminologías formativas innovadores y consustanciados con el ser humano, la sociedad, la ética y la moral para concebir sociedades distintivas sin exclusiones y sin apelativos discriminatorios, sin que las organizaciones de poder sean quienes tomen las decisiones, es parte del interés desconstructivo; la escuela y el docente, deben formar parte de las prácticas de gestión institucional pro-desarrollo como agentes de cambios, con orientaciones educativas que estén por encima de cualquier sugerencia apriorística rural.

Como entidades activas y vivas, la escuela y el docente son piezas claves del conflicto y la confrontación contra lo rural por estar a la par del conocimiento como columnas transformadoras de la idea explícita e implícita de lo que ha implicado lo rural; dejarse envilecer, llevar y sentir por la mundialización de lo rural como existencialidad, sería continuar cerrándose en educar para lo rural; a la escuela y al docente, corresponde conformar e integrar un equipo diligente de lucha por aleccionar sin que los elementos geográficos constituyan compendios de gestión y medio para la formación educacional de condicionamiento humano; la educación no puede estar fragmentada en diferenciales discursivos, la acción educadora debe ser un acto de transformación humana y por lógica un acto realizable en cualquier espacio, condición, pensar o sentir.

Lo rural tiene su organización e intento de mutación en un espacio para la diferenciación social en términos que deploran la razón humana, de las personas que allí coexisten al imponer un conjunto reglamentado de ideas simplificadas por describir, señalar y limitar las oportunidades del individuo en sociedad al aminorar o desanimar la voluntad de saber en efímeros aprendizajes de faenas u oficios como actos que consiguen situarlo y perpetuarlo en el pensar el cómo y para lo rural, lo que representa, mutilar al hombre de pensamiento y palabra.

Cuerpo de comentarios argumentativos de la desconstrucción de la gestión escolar de lo rural

El comentario argumentativo de la desconstrucción de la gestión escolar de lo rural, basa su posición sobre la reflexión crítica filosófica, sociológica y humanista de que el logocentrismo textual y lingüístico rural, en sí misma, no significa en esencia concepción alguna de "hombre en sociedad, ni sociedad de humanos".

Hay intencionalidades para impactar el pensamiento y la praxis edificada de lo rural, la razón no debe existir en ningún contexto, forma o propiedad calificativa de humanidad, porque es bien consabido que lo humano es identificable y descriptible en toda su magnitud, existen puntos racionales para enfrentar y desmontar la territoriedad supra socioemocional que ha generado la pobreza cognitiva organizada y vinculada a poderes discursivos "hombre-organización", dosificados por la aplicación de recetarios subrayados por modalidades de educación rural, módulos curriculares, planes, programas y proyectos desarrollados por tareas de administración, dirección, control, toma de decisiones y quehaceres dirigidos a educar lo rural como estilo y forma de vida, historia y cultura que únicamente han conducido a la deformación situacional educadora por parte de personas con indigencia humana; es decir, carencia de un ser humano con esencia y posibilidades racionales que muevan la voluntad de querer hacer algo positivo.

Al ser humano escolarizado intrínsecamente por una gestión rural, se le administra y direcciona como emisor-receptor de datos socio-educativos con acercamientos espaciales referenciales de lugar, zona, territorio o sector, del abreviado y distorsionada realidad de existencia de vida armónica socio-natural, lo que minimiza las posibilidades de cambios y trascendencias en y para cualquier dimensión, contexto o ámbito; de todas las necesidades e intereses que el hombre y toda sociedad consigan manifestar y permitir hacerse de sus propias voluntades.

Conseguir cambiar lo rural comenzando por un proceso de gestión escolar de carácter científico que implique humanidad, que genere objetivos, principios, uso de teorías innovadoras, de estrategias basadas en el hacer diario de tareas, actividades y acciones son válidas sí conducen a conocer, resaltar y valorar al hombre como hombre sin apelativos, membrecías y señalamientos de rural; es humanizar y dinamizar el proceso educativo con determinantes de formación hombre-unidad cultural, que logren que la escuela y su gestión, se realicen en función a la trascendencia humanizadora, de no ser vistos como simple hombre y sociedad, más bien, como identidades que se saben conducir en lo educacional hacia la alineación de seres humanos y sociedades consustanciados y entendidos de lo que son y representan como sujetos universales y entidades existenciales proclives a producirse.

Al asumir el desconstructivo rural, hay una fuerza intencionada por desarrollarse en relación a epítomes de conocimientos, de estudios humanistas que otorguen amplitudes y emancipaciones para acabar con el encierro, control y manipulación de saberes establecidos como contenidos aisladores; para ambas entidades, es activar la confrontación y en conflicto con lo rural, como mediación exclusiva para la no diferenciación y exclusión.

Al cambiar el hombre y las sociedades, hay grandes oportunidades de construir perspectivas y horizontes posibles con mayor sensibilidad hacia sus realidades y en quienes las ostentan desde la educación, porque el papel fundamental de producir estos cambios, les asiste y pertenece para llevar a cabo ejercicios deconstructivos de lo rural desde una praxis escolar distintiva y fuera del mismo contexto, contexto aquél que los ha mutilado y fosilizado.

Estos comentarios argumentativos, que explican el procedimiento interpretativo alcanzado sobre la desconstrucción de la gestión escolar de lo rural, no expresa que hay que reeditar el proceso, lo que si explica y sostiene, es que de acuerdo a lo expuesto por Jacques Derrida en la carta a un amigo japonés (Traducción de Cristina de Peretti, (1997) en El tiempo de una tesis: Deconstrucción e implicaciones conceptuales) es dar sentido a los argumentos cuando señala, que "…una lengua llegada a su perfección se ha desconstruido y alterado por sí misma, por la sola ley del cambio, ley natural del espíritu humano…" (pp. 23-27)

Este esclarecimiento derridiano pone en evidencia que lo gramatical, lingüístico y etimológico de lo que es desconstruir, es argumentar sobre la posibilidades de hacer un desmontaje de la gestión escolar de lo rural, para dar sentido y forma a los comentarios empleados que permiten localizar y desvelar que las partes del procedimiento gestionario construido por la totalidad de lo rural como acto escolar, no hay intentos ni posiciones educacionales que verdaderamente digan algo importante de formación rural para ser objeto educativo de educar al hombre.

Los componentes y relaciones que contradicen la tradicional gestión escolar de lo rural, determinan que existe una posición crítica clara que evidencia que la totalidad de esta edificación de lo rural, no es más que la adición sostenida de la representación logocéntrica, textualizada, mundializada y vociferada de componentes fabricados en lo educativo para ser administrados como conocimientos reusados para formar un algo que "señale" un lugar natural geográficamente determinado, usado como sistema discursivo que da pie a la elaboración en serie de definiciones y caracterizaciones de una especie psico-emocional de ambiente-espacio perceptible, originado por sucesos-contactos fenomenológicos que en cuestiones netamente científicas, son solo conexos que aplican terminales lugareños-territoriales por encima de la verdadera formación educativa de la esencia humana.

El estudio comprueba que en la gestión escolar de lo rural no se cuenta con un proceso de análisis crítico que distinga, compare, asocie que lo instalado desde la hipertextualidad del significado logocéntrico-rural, es una mera supremacía discursiva de ruralidad-pobreza, sentido, estado senso-emocional de postración socio-histórico-educativo-cultural con el que se escolariza desde lo educativo al hombre y comunidad geográficamente rurales con conocimientos netamente de estructura rural, ordenación de verticalidad que se sitúa muy por arriba de la esencia y posibilidad de formación humana, donde los dispositivos pedagógicos gestados son organizados, planeados y ejecutados sobre la base de saberes condicionantes que tratan despectivamente a los sujetos como objetos-educativos.

Las anteriores descripciones oportunamente se pueden confrontar filosóficamente a partir de lo expresado por el Dr. Luis Peñalver en la tertulia que sostuvo el 08-06- 2012 con los estudiantes de postgrado de Gerencia Educacional en la sede de la UPEL, durante la clase de Nociones de Formación Docente facilitada por el Dr. José M. Farías P., cuando impacta de manera ruidosa la desconstrucción aquí planteada, con la reflexión "todos somos seres, humanos cuántos somos", lo que es recurrente pensar en relación al desmontaje, ¿Los seres de lo rural, cuándo son humanos?; desconstruir no es edificar nuevamente, es lograr desvanecer lo rural y humanizar lo humano.

Los seres humanos tratados y formados a través de la implementación instrumentalista gestionada a partir de planes, programas y proyectos reproducidos por la cotidianidad de la clase en la escuela de lo rural, no son más que la receta para una condición, clase, categoría o clasificación por definir algo vivo que "nace, se desarrolla y muere", dentro de este reino rural; lo humano es educado sobre la base de contenidos referenciales programáticos reinscritos en vaivenes obstrucciónales de estatus valorativos que al fin y al cabo, no son más que la escenificación de un teatro humano.

En la gestión escolar de lo rural, hay una holística rural estructurada a partir de partes teóricas irrelevantes que se constituyen como procesos recurrentes a tareas por administrar, dirigir, planificar, controlar, tomar decisiones, supervisar y evaluar que adiciona complicaciones por la manera irregular con la cual da tratamiento al saber y formación humana; si se analizan las partes integradoras del todo rural, se explica que

…el reconocimiento de que un todo no es la suma de sus partes sino una totalidad regida por relaciones internas que constituyen una estructura. Estructura puede ser la disposición de un todo en partes y la solidaridad con que se condicionan; un orden de entidades: totalidad, transformación y autorregulación; un sistema en donde una modificación de un elemento implica la de los demás. (Lugo G., A., 2003)

Si las partes integrales que dan forma y figura a la "organización" de lo rural en lo escolar, fueran separados por el estudio crítico-reflexivo para dejar en evidencia que hay anuencia que precisa que en la práctica de la acción del proceso educativo para la formación, existe entonces de fondo un trabajo escolar de lo humano con significancia y sentido instrumentalista-positivista de un logo-rural con el que se disgregan y alejan las partes de gestión escolar al exteriorizarse carencias de pertinencia, significado, concepto, influencia, sentido, propósito; las partes de lo integral humano están disipados de la totalidad conocida, cada parte está dispersa de la totalidad conocida humana, montado y dejado como esencia el efecto de la crueldad rural sembrada.

En el estudio de la gestión rural subyacen contradicciones de ideas que conducen a percibir la existencia de un camino escolar sin cimentación e intención por saber, conocer, explicar que existen racionalidades que pueden ayudar con la gestión sobre la posibilidad de hacer cambiar la organización escolar a dimensiones espirituales-humanas que favorezcan el desprendimiento vida-logo-rural, que hay una tipología oculta de una herencia humana generacional con pensamiento liberador que estima de forma de valoración histórica, cultural y educativa lo humano como una actitud de plenitud, dotado de condiciones y capacidades; responsabilidades, idoneidad para desarrollar una organización que de funcionamiento escolar a un conjunto de posibilidades de crecimiento, evolución, desarrollo por animar el pensamiento hacia la práctica de intentos de cambiar, que no solo sirvan para mantener lo educativo-escolar trasdimensional, si no la oportunidad de sacarlos del letargo y postración con los cuales los modelos de gestión de escuela de lo rural la ha afectado.

La litúrgica protocolar suscrita en la gestión de lo rural, sin lugar a dudas está centrada en la organización y práctica de una escuela altamente impersonal, donde toda forma de alineación, acciones de trabajo y personas, mantienen caracteres actitudinales y de comportamientos inconsistentes con lo real de lo escolar al no haber mutabilidad y movilidad por disponer de acciones motivantes por hacer cambiar la tradicionalidad de formar a partir de condiciones que nunca han sido motivo de estudio; la excesiva normalidad manifiesta en la conducta del orden normado de creer hacer algo escolar, hace incuestionable y visible la coexistencia de conveniencias de compromisos basados en formatos instrumentados por organigramas, planes, proyectos, reglamentos, que para nada funcionan, que no son aplicados, que no dan respuestas a las realidades, que son solo rituales a seguir para nada hacer.

El estudio de desconstrucción comprueba que dentro de todo este especulado gestionario de lo rural se tiene concepciones y logo-conocimientos subordinados a la interpretación superficial, falta de estudio, formación en gestión, un conjunto de rutinas-empíricas de preparar y usar planes, programa y proyectos; de reglamentos y normativas que no suman, especializan o diversifican las tareas propias de una gestión escolar orientadas a la transformación escolar y humana; fragmentar las partes integrales para revisar con propiedad su esencia, es la oportunidad de realizar una gestión diferencial dirigida al logro de que las escuelas de lo rural, se concentren más en lo humano, no en elementos y acciones gobernadas a forzar al hombre a hacerse pertinente a un determinad lugar–geográfico como simbolismo estadístico, meros datos, o grupos perpetuos.

Observar la escuela como un centro reproductor de saberes, a la gestión como un modelo instrumental de tareas que se repiten cada año, es mirar al hombre rural omnipresente, un ser escolarizado sin dimensionalidades humanas, a un estudiante aprendiendo el diario contenido de años anteriores, sin complementación para potenciación individual y colectiva, cosa que la gestión en su intrínseca realidad histórica genera solo más división, homogeneidad cultural y educativa; nada de un ser humano racional consustanciado con la tensión universal humana presente, sin preocupación por el devenir humanista de ser; la gestión escolar de lo rural en si misma se ha convertido en la regla premiosa del quehacer burocrático cuya frecuencia se desvanece dentro de su propia rutinaria práctica; su propiedad como gestión, no plantea alternativas utilitarias por articular la complejidad de los sujetos en cuanto a desarrollar habilidades emergentes tanto individuales como grupales de modo que sus acciones siempre abandonan el sentido de necesidad, avance o desarrollo que toda organización escolar de lo rural necesita en cuanto al planteamiento que por así decirlo, se consideren metas.

Se hizo necesario descomponer la gestión escolar de lo rural desde indicadores de propiedades de poca complejidad escolar, resultando comentar que para cambiar la escuela y por ende su imprecisión estratégica y de propósitos de la concepción humana, por su dimensión reduccionista avocada a la disposición de retrasmisión de tareas condutales que acentúan la vida rural y que dan cuenta de sostener a sus actores, procesos y evaluaciones en actividades rutinarias que no guardan intencionalidad alguna en querer cambiar; vale afirmar que la gestión desde óptica logocéntrica rural, se requieren vías y conocimientos más complejos, de coordinación y ejercicios de gestionar más originales que estén en íntima relación con las realidades escolares-humanas-colectivas actuales y futuras para alcanzar un estilo de educación y formación más centrada en lo humanista.

La gestión escolar de lo rural en términos generales, se traza como una colección seriada, codificada e instrumentada de ocupaciones que desde una lógica educacional, no es más que un sumario de religiosidades administrativas poco utilitarias para dar cumplimiento a determinados normativos de dirección en una organización escolar para ejercitar un supuesto "hacer"; desde esta orientación, la gestión escolar de lo rural no considera a los actores educativos ni las contextualidades específicas de su campo de acción, lo que la convierte en modelos tecnicistas y mecanicistas de simples operaciones para organizar quehaceres que comúnmente no guardan relaciones intencionadas para desplegar cambios; ¿A qué se debe esto?, todo indica que este tipo de gestión tradicionalizada por el bagaje de imprecisiones epistémicas-científicas, nunca considera prever el futuro al no suponer que toda planificación tiene un carácter prospectivo, por lo menos en quienes le corresponde gestar; que no cuenta con una visión clara de las situaciones en conflicto, entrando en una expresa equivocación al momento de realizar proyecciones que son indispensables para generar estrategias, es evidente que en este modelo no se anticipa a los problemas, ¿Por qué?, su inconsistencia estructural desecha realidades y posibles respuestas proactivas, por no concebir aspectos metodológicos que favorezcan la aplicación de habilidades para asumir inmediatas decisiones, operaciones y tareas con las que puede hacer frente a los dificultades presentes y emergentes.

El concepto y práctica de gestión escolar de lo rural tal como se le utiliza actualmente, es el mismo modelo que por décadas ha mantenido aislada a la escuela, al hombre y a la sociedad del lugar rural, por seguir empleando instrumentaciones y corrientes marcadas por el positivismo teórico y el desconocimiento de la filosofía humanista, para centrarse únicamente en el desarrollo diario de la copia de objetivos, propósitos y actividades dirigidas a enseñar los mismos contenidos para obtener el mismo aprendizaje, ver la escuela como recinto de acopio, ratificar el estilo de pensar, sentir y actuar en función a todo aquello definido por rural.

El modelo de gestar lo rural niega la necesidad de descongestionar la administración, de la inclusión y participación social como una oportunidad de conseguir una intencionada integración de la comunidad para aportar alternativas de solución a los problemas y conflictos de escuela rural; permite sin la anuencia organizacional, la intervención extemporánea de grupos sub-organizados por la intencionalidad política-partidista obligante del estado docente para controlar y manipular deliberadamente la gestión escolar en función a plagar, desvirtuar, controlar y sostener un proceso ideológico que en nada tiene que ver o aportar a las necesidades escolares, convirtiéndose en centros de difusión partidista, que se logra con todo esto, acabar con lo poco que queda de una escuela.

La carencia de una mayor autonomía de gestión en la escuela de lo rural ha dado como resultado el uso modular de un sistema-programa de estudio cuya naturaleza y práctica la ha convertido en un régimen de gestión para la aplicación y ejecución de un currículo oculto dirigido a educar para la estrechez, conformidad, sumisión y el aislamiento; este tipo gestión no considera las posibilidades esenciales de actuar sobre intencionalidades para transformar la escuela y por ende, a todo aquello con dominio rural, ni las ideas que en realidad traten de anticipar las acciones sobre las necesidades educativas sin anteponer las reglas y normas acentuadas por la vigilancia administrativa.

Se hace rigurosa la necesidad de que la gestión escolar de lo rural se organice y se ejecute sobre la base del seguimiento de componentes, operaciones y medidas para un planteamiento real de principios, conocimientos epistémicos, de objetivos y campo de gestión; lo que implica, que tanto los actores como la institución escolar, asuman compromisos, valores y la naturaleza humanistas con vigencia y validez universal por aprovechar nuevas orientaciones estratégicas administrativas sobre los problemas que atañen lo educativo; desde esta disposición, se puede concebir que la gestión de toda organización escolar de lo rural, requiere de la diligencia de metodologías que consientan el óptimo desarrollo de quehaceres socio-educativos.

El estudio de la desconstrucción de la gestión escolar de lo rural, comprueba que hay una imperiosa necesidad de dedicar con urgencia conocimientos, actos epistemológicos, praxis de tareas y toma de decisiones generadoras de cambios en el pensamiento, actitudes, voluntades y disposición en las autoridades, docentes, estudiantes y comunidad en general, para conseguir transformar el actual proceso de gestión, frenar la injerencia de políticas partidistas-ideológicas y los estilos administrativos tradicionales que mantienen influencia opuesta al sentido de progreso y crecimiento de las instituciones educativas cimentadas por lo rural; para dar sentido y esencia de lo humano al quehacer educativo, que al momento de emplear las señaladas decisiones, estas puedan ser y sostenerse como un continuo práctico de procedimientos estratégicos favorecedores de lo educacional diseñado para toda escuela, sin que encima de la organización escolar se haga distinción geográfica, de área, zona o territorio, de grupo social o de determinada comunidad socio-escolar, necesariamente se deben articular medidas oportunas de políticas educativas para la consagración de un proyecto político-socio-educativo que en realidad, vaya en beneficio al desarrollo, progreso, avance de la escuela y del ser humano sin la suscripción cosmografía rural.

Los argumentos de la desconstrucción concernientes a la gestión escolar de lo rural, sostienen la propuesta de considerar para el diseño de una nueva estrategia de gestar, tomar parte del ámbito institucional educativo las orientaciones, fundamentos epistemológicos, metodologías y directrices perseverantes de ideas dialécticas sociológicas y de formación humana que asienten influenciar de modo continuo y efectivo sobre toda las concepciones y propiedades de lo rural que han dado a la escuela y a su proceso de gestionar, particularidades de cualquier tipo sin precisar la esencialidad humanista que debe prevalecer en lo educativo-escolar y no del lugar; donde se trate de dimensionar un horizonte de gestión que distinga la institución escolar y su comunidad educativa sin que se realice de manera aislada y bajo tensiones normativas, reglas y autoridad, ¿Qué se quiere concretar con esto?, que cualquier tratado de gestión no suponga un aparato o instrumento político y menos un modelo de exclusión y producción de diferenciales clasistas.

El ambiente de la aplicación desconstructiva describe y caracteriza posibilidades de generar una modalidad de gestión institucional escolar centrada en el interés, la orientación y fundamentación de causar corrientes analíticas e interpretativas creadoras de situaciones que den como resultado, gestar para concebir y emplear metodologías y estudios de formación humana a desarrollar a través de procedimientos educativos-escolares enriquecidos de conocimientos, siempre en intima afinidad con el acontecer, actualidad y no como una mera "modalidad" del sub-sistema de educación básica, cuya vil clasificación ya establece un particular "modo, uso, manera de ser" rural, que en consideración al desconstructivo, debe ser saturado hasta el límite por el conglomerado educativo escolar de forma de excluir todo intento rural como forma de vida.

El comentario derivado de la desconstrucción de la gestión escolar de lo rural, confronta las medidas administrativas y de gestión establecidas por instrumentos y mecanismos de particularidades para planificar, evaluar aprendizajes, organizar la institucional, aplicar estrategias y metodologías diseñadas en función a instaurar tensiones enérgicas sobre el ámbito educacional con incoherentes contenidos de arraigo, formación de un estilo de vida condicionado para lo rural y por la manera de gestionar adoptada relacionado a la implantación de un modo socio-educativo-cultural-histórico explícito de un modelo de gestión tradicional predominante; lo desconstruido, indica que en el lugar geográfico rural no hay gestión como proceso, escuela como centro para la formación, seres dispuestos a lo educacional; se argumenta que lo que hasta ahora lo que ha sucedido, es un proceso de caligrafía instrumental de organizar tareas llamadas gestión, un centro de acopio que le dicen escuela, de sujetos objetos de manipulación y control a partir de la explotadora intención realizada por actores politiqueros que sin definición de conocimientos y experiencias en cuanto a lo educación, logran solo llevar a cabo una total inventiva tradicionalizada generacional de humanos logo-rurales.

Todo lo argumentado y discutido de lo rural a partir de la desconstrucción, plantea estimular un proceso de gestión escolar hacia claves importantes de funcionamiento y uso estratégico de objetivos precisos que promuevan una planificación educativa consustanciada con las realidades actuales, con los estudios humanistas y actualidad de gestión, donde sea imperioso apoyar con urgente disposición un cambio metodológico de la gestión escolar de lo rural con inclusión de saberes, habilidades y experiencias que estén en íntima relación con los contextos, conflictos, problemas, oportunidades, posibilidades y con los entornos sobre los cuales se quiere proceder e impactar, con expertos dispositivos que sean manejados por los animadores implicados, en tareas escolares para concebir una gestión escolar con criterio colectivo, donde toda conducción y dirección del sistema educativo sea siempre flexible, expandible, transformador y humanista.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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