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El sentido de trascendencia en el espacio existencial actual (página 2)


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El dios en el que creían o deseaban creer, era un dios complaciente de sus gustos y caprichos, que los amaba por encima de todas sus faltas como sus hijos favoritos, y por ello también les iba a otorgar el poder y control absoluto sobre sus naciones enemigas; es decir, que también era un dios guerrero, que estaba siempre a su favor. Por eso Fromm considera que, a pesar de los cuarenta años que Dios los hizo pasar en el desierto, para tratar de purificarlos espiritualmente, y liberarlos con la muerte de una generación, de todos los vicios y apegos de su pasado, no por ello, pudo lograrlo, ya que al llegar a la fulana tierra prometida, la nueva generación volvió a caer en el apego de sus tierras y a las tradiciones nuevas de sus pueblos conquistados; con lo que se da a entender que, este es un pueblo como dice la biblia de muy dura cerviz. Dios quiso liberarlos de todo tipo de sometimiento, es decir, desalienarlos de todo tipo de costumbres en donde se le da mucha más importancia al tener que a la condición de SER un mejor ser humano. Dios quería unos hijos que aprendieran a valorar su condición humana especial, que procuraran SER cada día mejores, y lo manifestaran en el trato hacia su prójimo. Pero este pueblo siempre vio a Dios como un ser proveedor de la satisfacción de sus necesidades y lo único que deseaban eran bienes materiales y poder.

De tal manera que, el Nuevo Testamento continúa en su protesta contra el Antiguo Testamento, en algunas de las concepciones desarrolladas en este, es decir, en contra de la estructura de la existencia que se fundamenta en el tener. Su protesta es aún más radical que la anterior protesta judía. El Antiguo Testamento no fue producto de una clase pobre y oprimida, sino que surgió de dueños de rebaños nómadas y de campesinos independientes. Un milenio después, los fariseos, hombres ilustrados cuya obra literaria fue el Talmud, representaban a la clase media; había algunos muy pobres y otros muy ricos. Ambos grupos estaban imbuidos por el espíritu de justicia social, la protección del pobre y la ayuda a todos los indefensos, como las viudas y las minorías nacionales (gerim); pero la mayoría no condenaba la riqueza como un mal o como incompatible con el principio de ser. (Véase el libro The Pharisees, de Louis Finkelstein.)

"Los primeros cristianos, al contrario, principalmente eran un grupo de pobres despreciados por la sociedad, de oprimidos Y parias, quienes (como algunos profetas del Antiguo Testamento condenaban la riqueza y el poder y denunciaban inflexiblemente la riqueza y el poder secular sacerdotal como males absolutos (véase El dogma de Cristo). En realidad, como dijo Max Weber, el Sermón de la Montaña fue la proclama de una gran rebelión de esclavos. Característica de los cristianos primitivos era una plena solidaridad humana, a veces expresada en las ideas de un reparto comunal espontáneo de todos los bienes materiales. (A. F. Utz examina la propiedad comunal de los cristianos primitivos y los ejemplos de los griegos más antiguos, que probablemente conoció San Lucas.)

Este espíritu revolucionario del cristianismo primitivo aparece con especial claridad en las partes más antiguas de los Evangelios, tal como fueron conocidas por las comunidades cristianas que aún no se separaban del judaísmo. (Las partes más antiguas de los Evangelios pueden reconstruirse por la fuente común de San Mateo y San Lucas, y fueron denominadas "Q" [del alemán Quelle, "fuente"] por los especialistas en la historia del Nuevo Testamento. La obra de Siegred Schulz es fundamental en este campo, y diferencia la antigua y la nueva tradición de la "Q".) (Fromm, 1985: 64-65)

De tal manera que Dios respetando el libre albedrio o capacidad de elección existencial, hizo todo el esfuerzo para procurar un cambio de valores morales y sociales que condujera a este pueblo por el camino del crecimiento o evolución moral y espiritual en comunión con él, y no lo pudo conseguir. Lo mas que pudo lograr con este pueblo fue que muchas de las normas que les impuso a través de Moisés fuesen respetadas como una ley moral, pero sin mucho amor por el bienestar del otro. Así que Dios mas adelante tuvo que enviar a Jesús como su hijo, a este pueblo, con el objeto de mostrarles cual es la dirección que deseaba realmente su creador que siguieran. Así pues, Jesús en todo su ministerio señalo de muchas y reiteradas maneras que la visión simplista que tenían de su padre como un Juez justo y guerrero no era la correcta. Trajo así la idea de un padre amoroso con sus hijos, para el cual, lo mas importante en la relación humana está caracterizado por el amor que se pueden manifestar los unos a los otros en el trato que se pueden dar. Trata así, de que se inviertan los valores en una sociedad regida por el afán de tener satisfacciones egoístas placenteras, riquezas y poder (según él los valores de Satanás), por un nuevo establecimiento social en donde lo mas importante es desarrollar lo mejor que Dios nos otorgo: nuestras potencialidades, es decir, nuestra condición de hijos de Dios, la buena semilla que hay en nosotros, o lo que somos REALMENTE, para así llegar a manifestar nuestras características verdaderamente humanas a los ojos de nuestro CREADOR, es decir SER lo que somos, y no un espantapájaros o morisqueta que refleja los valores alienantes de una sociedad perdida en la superficialidad y materialidad de la existencia efímera y sin trascendencia.

En estas afirmaciones anteriores, encontramos el postulado principal de que la gente debe librarse de la codicia y el deseo de posesión, y debe liberarse totalmente de la estructura de tener; y por contrario debe asimilar como el camino adecuado hacia su realización el vivir enfocados en el desarrollo de sus mas grandes potencialidades humanas, para lo cual, es que Dios nos creo, para que podamos manifestar mediante nuestras acciones que somos sus hijos. Así, todas las normas éticas positivas están enraizadas en la ética de SER REAL, y liberarnos del ego para poder compartir en base a nuevos valores, como la solidaridad. Esta posición ética fundamental se aplica a nuestra relación con los demás seres humanos, y con el manejo o administración de todas las cosas que necesitamos para nuestra existencia.

La renuncia radical a los propios derechos (San Mateo 5:39-42; San Lucas 6:29 s.) y también el mandamiento de amar a nuestros enemigos (San Mateo 5:44-48; San Lucas 6:27 s., 32-36) subraya (aún más radicalmente que "el amor al prójimo" del Antiguo Testamento) el interés en los otros seres humanos, y pide la renuncia total del egoísmo "norma, de que ni siquiera, se debe juzgar al prójimo" (San Mateo 7:1-5 San Lucas 6:37 s., 41 s.) es una extensión del principio de olvidar nuestro ego y dedicarnos totalmente a la comprensión y al bienestar de los demás.

En relación con las cosas, también se pide una total renuncia a la estructura de tener. La comunidad más antigua insistía en la renuncia radical a la propiedad; condenaba la acumulación de la riqueza. "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompe, y donde ladrones minan y hurtan; mas hacéos, tesoros en el cielo, donde ni polilla ni orín corrompe, y donde ladrones no minan ni hurtan; porque donde estuviera vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón." (San Mateo 6:19-21; San Lucas 12:33 s.) Con el mismo espíritu Jesucristo dice: "Bienaventurados vosotros los pobres, porque vuestro es el reino de Dios" (San Lucas 6:20; San Mateo 5:3). Desde luego, el cristianismo primitivo fue una comunidad de pobres que sufrían, mas tenían la convicción apocalíptica de que había llegado el momento de la desaparición total del orden existente, según el plan divino de salvación." (Fromm, 1985: 65-66)

Dios nos creo como sus hijos para que logremos trascender nuestro espacio-existencial, es decir, nos logremos conectar con su espíritu, y al hacerlo y estar en intima comunión con su ser y sentir toda su energía y poder, podamos reconocer el gran valor que tiene la vida que nos dio. Nos envió a este mundo para que aprendamos a SER mejores, a que evolucionemos como seres espirituales, por lo que en ese camino hemos de encontrar muchas trabas u obstáculos, que estarán allí para que los superemos, y nos ayuden a crecer cada día más.

Sin embargo, aunque Jesús señalo que Dios es amor, en repetidas ocasiones también señalo que es muy exigente con los hijos de deciden seguir el camino señalado por él, lo cual causa susto o temor a la mayoría. Esto debido a que la gran mayoría no muestra la capacidad de dar el salto de fe que implica, ponerse en las manos de Dios y aceptar por completo su voluntad en nuestras vidas. Muchos dicen creer en Dios, pero son pocos los que tienen la confianza en que una vez entregados a SER lo que Dios les propuso que desarrollaran, fundamentados en él y en las potencialmente que les otorgo para llevarlo a cabo; entonces, creen que van a perder el completo y total control en sus vidas, y perderán su individualidad. Jesús señalo que para seguirlo había que nacer de nuevo en el espíritu; y en otra ocasión señalo que el que toma su arado no debe volver la mirada atrás. O como dijo Pablo: ya no vivo yo, sino es Cristo quien vive en mí.

Así que la mayoría cree es un esfuerzo sobre humano que deben hacer para desarrollar la buena semilla que Dios sembró en ellos. Pero no es así, puesto que Jesús les prometió a sus seguidores que, la cruz que ellos iban a tener que sobrellevar, no iba a ser superior a sus fuerzas, puesto que enviaría al Espíritu Santo para ayudarles en todo lo necesario a cumplir con el propósito para el cual Dios nos creo. También dijo que el mayor pecado que un ser humano puede hacer es el de la blasfemia en contra del Espíritu Santo. Se supone que cuando el Espíritu Santo se manifiesta, está allí implícito la manifestación de todo el poder de Dios, y quien habla en contra, esta declarando que no reconoce su poder. Así que como puede una creatura no reconocer a su creador, y mucho peor el procurar deshonrarlo? A los ojos de Dios es lo mas inconcebible, puesto que nos creo para que como sus hijos, cumplamos el propósito principal de nuestra existencia: de honrarlo en todo lo que hagamos.

UN NUEVO SISTEMA POLÍTICO

Como se señalo en la anterior cita de Fromm, los cristianos de la primera comunidad creían fervientemente en que Jesús había traído unos nuevos lineamientos de comportamiento político-social, que debían de procurar establecerlos en todas las comunidades con las que se relacionaban e integraban, puestos que a ellos les fue encomendada como última misión ir por todo el mundo a llevar estas nuevas ideas a toda la humanidad; para así, procurar la salvación del mayor numero de almas. Puesto que, consideraban que nos encontrábamos en una época en donde el ser humano llegaba al final de todo el tiempo que Dios había dispuesto para procurar su redención. De tal manera que, o nos convertíamos en verdaderos cristianos en espíritu, o nos condenábamos para siempre.

Luego al pasar el tiempo y asumir que ese fin del mundo no estaba tan cerca como se suponía, entonces comenzaron a concebir que estábamos iniciándonos en una nueva era: La era mesiánica. Dios había visto algún cambio favorable en la humanidad y nos había otorgado en su infinita gracia y misericordia algo mas de tiempo, para que el nuevo mensaje salvador llegase a todos los confines del mundo y así todos tuviesen la oportunidad de ser redimidos, y procurar su salvación.

Y desde aquel tiempo hasta nuestros días es mucho el camino recorrido en la evolución científico-tecnica y muy poco en comparación, en la evolución de nuestras relaciones sociales, y casi nada en nuestra evolución espiritual, por no decir mas bien, que hemos estado andando en un proceso de involución. Y en estos últimos siglos, el mal uso de los recursos naturales que Dios nos ha otorgado, ha llevado a un gran agotamiento de las fuentes promotoras del equilibrio de la vida en nuestro planeta, hasta el punto que, la mayoría de los científicos, incluidos los que se declaran a sí mismos como ateos, han declarado que de continuar el proceso destructivo que llevamos hasta ahora, es muy poco el tiempo que le quedará de vida a nuestro planeta. Por lo que volvemos ahora con mayor criterio que antes, y con pruebas en mano, como la deforestación de grandes zonas que antes eran pulmón de nuestro planeta, el derretimiento de los polos y con el consecuente levantamiento del nivel del mar, el calentamiento global, la destrucción de la capa de ozono, y todas las consecuencias que esto genera en cambios del comportamiento atmosférico y desastres naturales más reiterados que antes, la disminución de las fuentes de agua potable y de zonas fértiles para los cultivos y la vida de los animales silvestres y no silvestres. Con respecto a esto Fromm señala:

El concepto apocalíptico del "juicio final" fue una versión de la idea mesiánica, común en los círculos judíos de la época. La salvación y el juicio final serían precedidos de un periodo de caos y destrucción, tan terrible que los rabinos en el Talmud le pedían a Dios que los librara de vivir en el tiempo premesiánico. Lo nuevo del cristianismo era que Jesucristo y sus seguidores creían que el tiempo había llegado (o que se encontraba en un futuro cercano) y que ya se había iniciado con la aparición de Jesucristo.

En realidad, no podemos dejar de relacionar la situación de los primeros cristianos con lo que sucede en el mundo actual. Mucha gente, científicos más bien que religiosos (con excepción de los Testigos de jehová), cree que nos aproximamos a la catástrofe final del mundo. Esta es una visión sostenible científica y racionalmente. La situación de los cristianos primitivos era muy distinta. Vivían en una pequeña parte del Imperio Romano, por entonces en la cumbre de su poder y de su gloria. No había señales alarmantes de una catástrofe. Sin embargo, un pequeño grupo de judíos palestinos pobres estaba convencido de que este poderoso mundo pronto sería destruido. Por lo que respecta a la realidad, se equivocaron. (Fromm 1985: 66)

Así, que ahora llegamos de nuevo al mismo punto anterior, en aquel tiempo de las primeras comunidades cristianas se pensaba que Dios nos habría de eliminar de la tierra como consecuencia moral por nuestro comportamiento tan falto de amor. Pero en aquellos tiempos el ser humano no tenía las herramientas técnicas para ejercer tanto poder sobre las condiciones de la naturaleza como en estos últimos siglos. Luego que llegamos al desarrollo industrial y bélico, con la consecuente explotación agrícola-pecuaria y petrolera con todos sus derivados fósiles contaminantes; entonces ahora, nuevamente nos encontramos que nos sentimos al borde del apocalipsis, pero esta vez, no como un acto deliberado por Dios, sino como consecuencia de un desarrollo político-social y económico fundamentado en el egoísmo, avaricia y deseos de poder desmedido. De tal manera, que aquellos sistemas políticos que hemos creído, que hemos constituido como lo mejor de nuestro ingenio socio-cultural para regir nuestras vidas con un buen criterio de justicia y bienestar, entonces, nos han traído ahora a la situación de encontrarnos al borde del cataclismo, y esta vez como consecuencia de los desmanes que hemos llevado a cabo; que en términos religiosos se podría decir que es una consecuencia de nuestros pecados. Al respecto Fromm señala:

Vivir correctamente ya no es sólo una demanda ética o religiosa. Por primera vez en la historia, la supervivencia física de la especie humana depende de un cambio radical del corazón humano. Sin embargo, esto sólo será posible hasta el grado en que ocurran grandes cambios sociales y económicos que le den al corazón humano la oportunidad de cambiar y el valor y la visión para lograrlo.

Aunque en la vida privada nadie, excepto un loco, permanecería pasivo ante una amenaza a su existencia, los encargados de los asuntos públicos prácticamente no hacen nada, y los que les han confiado su destino les permiten continuar inactivos.

¿Es posible que hayamos perdido el más fuerte de todos los instintos, el de conservación? Una de las explicaciones más obvias es que los gobernantes hacen muchas cosas que les permiten fingir que están actuando eficazmente para evitar una catástrofe: sus interminables conferencias, sus resoluciones y conversaciones sobre desarme causan la impresión de que los problemas se han identificado y que están haciendo algo para resolverlos. Sin embargo no hacen nada realmente importante; pero gobernantes y gobernados anestesian sus conciencias y su voluntad de sobrevivir, aparentando que conocen el camino y que avanzan en la dirección correcta. (Fromm 1985: 28-29)

En el mundo occidental consideramos a la democracia como el mejor sistema político, y en otras partes han considerado que el socialismo (la mayoría de la veces ateo, o sin Dios) es la mejor respuesta a la convivencia humana mas satisfactoria. Y si nos ponemos a analizar cualquiera de los sistemas políticos que hemos implantado en toda nuestra historia, entonces nos encontramos que siempre ha sido algo parecido: Un pequeño grupo más fuerte se impone sobre los otros y procura someterlos utilizando su poder por medios bélicos, físicos, ideológicos, culturales, políticos y económicos. Al implantarse el nuevo sistema con todas sus estructuras de funcionamiento jurídico y administrativo de todo lo existente en su entorno, y comenzar la aceptación del nuevo régimen administrativo, entonces el común de los individuos a los que se han impuesto, comienzan a trabajar o brindar tributos con su esfuerzo, para el mayor bienestar de esas elites que se encuentran en el ejercicio del poder. Que por su puesto siempre se venden con su ideología publicitaria como los salvadores o promotores del mejor sistema social, cuando en realidad con sus posteriores obras demuestran que, lo único que parece interesarles es el bienestar de ellos y su pequeño entorno de familiares y amigos más cercano. En otras palabras son los egoístas avariciosos descritos anteriormente, que para llegar al ejercicio del poder vendieron una imagen de ser mucho mejores que los anteriores, pero luego al poco tiempo suele caer su fachada, y el pueblo termina por darse cuenta que son igual o peor aún que los anteriores. Al respecto Fromm hace un comentario acertado:

… el egoísmo que genera el sistema hace que los gobernantes antepongan su éxito personal a su responsabilidad social. Ya no nos sorprende cuando los dirigentes políticos y los "ejecutivos" de los negocios toman decisiones que parecen beneficiarlos, y que al mismo tiempo son nocivas y peligrosas para la comunidad. Desde luego, si el egoísmo es un pilar de la ética práctica contemporánea, ¿Por qué habrían de actuar de otra manera?(…) Al mismo tiempo, el público en general está tan egoístamente preocupado por sus asuntos particulares que presta muy poca atención a los problemas que trascienden el terreno personal. (Fromm 1985: 29)

Por todo ello, y tomando en cuenta que siempre al tratar de constituir una nueva nación, cada quien parece querer o desear establecer en los parámetros reguladores el mayor beneficio hacia su pequeño círculo; entonces diríamos que el sistema de gobierno que ha sido más honesto a lo largo de la historia es el de la monarquía. En ese reino todo el mundo tiene bien claro a quién le sirve, y cuál es su posición y función dentro del sistema establecido. Pero en ese reino, todos serian mas felices si tuviesen en claro también, que todos son miembros de una misma familia en donde el rey es su Padre, y que este padre vela por el bienestar de todos sus hijos.

Y ese era precisamente el sistema instaurado en las primeras comunidades cristianas, con la gran diferencia de que el mismo tenía una estructura circular por debajo de su Padre, y en donde todos eran respetados como iguales ante los ojos de su Rey (y no piramidal como la que se implanto después al ser contaminada por ideas corruptoras provenientes de concepciones políticas humanas) en donde todos los individuos que aceptaban por voluntad propia, ser miembros de ese reino, también asumían, que sus vidas habría de ser dirigida por un ÚNICO ser, por el hecho de que también reconocen que es superior a todos, en todos sus valores éticos, que posee las ideas o concepciones mas sabias, que es bondad y AMOR absolutos, puesto que es el diseñador y Creador de todo lo existente. Entonces indiscutiblemente, no puede haber un mejor reino que aquel que es dirigido de acuerdo a la voluntad de Dios. Y si este sistema también decayó fue producto de que muchos de sus miembros comenzaron a perder la comunión espiritual que tenían antes con Dios, y colocándolo en una posición marginal de su existencia, debido a que comenzaron a distraerse en sus ambiciones egoístas, o intereses políticos, sociales, económicos etc.

Ya todos hemos comprobado que todos los sistemas que hemos desarrollados utilizando los mejores criterios humanos terminan siempre cayendo en hábitos de corrupción que conllevan al decaimiento o derrocamiento del mismo, para constituir otro con las mejores esperanzas para luego volver a llegar al mismo punto sucesivamente. Al respecto Fromm señala:

Debemos tomar más en serio que la mayoría de la gente al cristianismo primitivo, para comprender el radicalismo casi increíble de este pequeño grupo, que pronunció su veredicto del mundo existente basado tan sólo en su convicción moral. Por otra parte, la mayoría de los judíos que no pertenecían exclusivamente a la parte más pobre y más oprimida de la población, pensaban de otra manera. Se negaron a creer que había empezado la nueva época, y continuaron esperando al Mesías que llegaría cuando la humanidad (y no sólo los judíos) alcanzara el reino de la justicia, de la paz y del amor, y éste se realizara en un sentido histórico y no escatológico. (Fromm 1985: 66)

Ahora bien, al parecer esos judíos se equivocaron, y si nos preguntamos ¿porqué todos los sistemas de gobierno que han sido implementados guiados por ideas y valores exclusivamente humanos, es decir, colocando a Dios al margen de su constitución y estructura institucional han culminado en la decadencia producto de su corrupción? La respuesta es sencilla: en todos ellos cuando han ido en su proceso degenerativo, es porque los principios éticos y valores de sus integrantes no han tenido como centro en su dirección a la conexión espiritual que deberían de tener con Dios; en otras palabras la mayoría de sus miembros se han olvidado de él, y por el contrario le han dado la espalda a su sabiduría y aún a sus preceptos universales. Hasta en los grupos que parecían ser mas espirituales o tenían mejor comunión con Dios, esto ha sucedido. Al respecto Fromm comenta:

Como resultado de que no reapareció Jesucristo, su muerte y resurrección se interpretaron en los Evangelios como el principio de una nueva era, y después de Constantino se intentó cambiar el papel mediador de Jesucristo por el de la Iglesia papal. Finalmente, para todo fin práctico, la Iglesia se convirtió en el sustituto (de hecho, pero no en teoría) de la nueva época. (Fromm 1985: 66)

Así que la iglesia paso a convertirse en una institución oficial, con fines políticos terrenales (aunque no se manifieste abierta y públicamente hoy en día al respecto estos intereses, sino solo subrepticiamente), y asimiló parte de la corrupción que en tales sistemas existía, al pasar a formar parte de ella. Como institución puede dedicarse a pregonar valores morales elevados con sentido espiritual, pero sus fundamentos estructurales continúan siendo sobre los valores políticos terrenales y no sobre los espirituales que promueve.

A algunos seres Dios le ha facilitado el ejercicio del poder y en algunos casos, hasta se lo ha puesto en bandeja de plata, sin embargo en el proceso del ejercicio, sea por distracción en diversas tentaciones a las que es sometido, o que caen en la pereza, la comodidad y aburrimiento de sus rutinas; entonces van perdiendo con ello la buena comunicación con su director, y pierden el estado de armonía establecido con él, y por lo tanto la gracia y bendición. Esta historia la hemos leído en muchas ocasiones en la biblia. Siempre que un dirigente era suplantado por otro o derrotado, era porque él y su pueblo habían perdido el estado de gracia ante los ojos de Dios.

Así que, si nosotros la hemos perdido, podemos comenzar por tratar de recuperarla. Ciertamente que hay un dicho popular que afirma: que nadie aprende por experiencia ajena. Pero como hemos llegado a la orilla del abismo en donde, o reflexionamos sobre todo el desastre y desmanes que hemos llevado a cabo a lo largo de la historia y proponemos enmendarnos, o sencillamente nos extinguimos, y lo más triste, por omisión y/o voluntad propia. Entonces, nos vemos obligados a decidir actuar ya! Si es que deseamos vivir.

Con esto se desea aclarar, que en el desarrollo de los nuevos procesos cambios políticos no deseamos retroceder, sino avanzar. Tenemos todavía sociedades en donde existe una organización política con criterios democráticos, en donde existe el reconocimiento público de sus reyes, aunque estos no posean una función practica muy marcada en la dirección o sentido de las políticas de su gobierno, las cuales si recaen en figuras como un primer ministro, quien si tiene todo el poder de conducir tal dirección. Así mismo, si la sociedad es capaz de aceptar especies de figuras decorativas en su vida política ¿porque no puede aceptar el tener presente en sus vidas, con un mayor criterio de su realidad a su Creador como su Rey? Sobre todo tomando en cuenta que este es el SER mas sabio, generoso y bondadoso que podría dirigir los procesos políticos de nuestro mundo, eliminando en su desarrollo todas las acciones que conlleven a la degeneración o corrupción dentro del sistema social. Por ejemplo, hemos escuchado que en algunos países orientales han desarrollado y establecido muchas leyes fundamentados en su constitución en la orientación que han encontrado en la biblia, con lo cual, han introducido en su sistema político de vida cotidiana valores de origen espiritual cargados de una gran sabiduría, que han sido muy exitosos en la generación de mayor bienestar en el más amplio sentido de la palabra, en la vida de todos sus ciudadanos. Fromm no reconoció de manera directa que estuviese de acuerdo con el desarrollo de políticas de gobierno absolutistas, puesto que tampoco, parece haber concebido una estructura político-social fundamentada principalmente en la condición espiritual de la humanidad, puesto que debido a su concepción histórica, las instituciones que comenzaron sobre un fundamento parecido en el pasado (como ya hemos comentado con anterioridad), en el camino perdieron su sentido direccional. Sin embargo si reconoció que todas aquellas formas de organización política conocidas hasta ahora han fracasado en la construcción de una sociedad sana y de gran bienestar para todos sus miembros, y al respecto señala cosas como éstas:

(…) hay otra explicación más del debilitamiento de nuestro instinto de conservación: en la vida se requerirían cambios tan enormes que la gente prefiere una catástrofe futura al sacrificio que tendría que hacer hoy en día.

(…) hay otra, que es una de mis razones para escribir este libro. Me refiero al concepto de que no tenemos otras alternativas que los modelos del capitalismo cooperativista, el socialismo socialdemócrata o soviético, o un "fascismo (tecnocrático) con una cara sonriente". La difusión de este concepto se debe a que hemos hecho muy pocos esfuerzos por estudiar la posibilidad de crear modelos sociales enteramente nuevos y de experimentar con éstos. Desde luego, mientras los problemas de la reconstrucción social, aunque solo sea parcialmente, no preocupen a nuestros mejores científicos y técnicos, nos faltará imaginación para crear alternativas nuevas y realistas. (Fromm 1985: 29-30)

Para Fromm, un sistema político debería estar fundamentado principalmente en la racionalidad humana, aunque en muchas de sus ideas y sus valores humanitarios, muestra también su sentido o condición espiritual. En él la espiritualidad y racionalidad humana deben de ir de la mano, es decir que expone una racionalidad que al mismo tiempo es espiritual, aunque no lo declara abiertamente como tal; por lo que podríamos suponer que en Fromm la espiritualidad humana está supeditada a la racionalidad, y por ende, nuestra razón debe encarar los desafíos de nuestro tiempo, para superar la actual crisis. A lo que podríamos añadir que no estamos de acuerdo con tal concepción, ya que consideramos que: al ser creados nuestra constitución tuvo como fundamento el espíritu de su Creador, y nuestra racionalidad se fundamenta en ello.

Tomando en cuenta esto último como premisa principal, comencemos entonces por analizar ¿cómo hemos caído en un estado de conciencia moral anti reflexivo y antinatural, que ha conllevado a la gran corrupción y degeneración no solo de las estructuras socio-políticas, sino también, de todos los ecosistemas y por todas partes hemos llegado a envenenarnos a nosotros mismos, donde parecería que estuviésemos procurando a propósito nuestra extinción total? Ningún otro espécimen natural procura su extinción y la del entorno que le proporciona su fuente de vida. Y debe de ser por que las demás especies tienen mayor conciencia, de la presencia en sus vidas de su Creador y mayor comunión espiritual con él. Y con ello, por allí podríamos asimilar la primera lección acerca de ¿cómo salir de la problemática en la que todos nos hemos involucrado directa o indirectamente de algunas formas?

La sociedad de ideologías plurales

Hasta no hace mucho tiempo atrás, la gran mayoría de los seres humanos provenientes de las diversas culturas habían tenido ciertos valores o una concepción ética de la vida. Así la mayoría, había desarrollado una idea más o menos clara de lo que está bien y lo que está mal; mas sin embargo, en relación a toda la historia comentada anteriormente y muchísima más (que no cabría en este trabajo porque nos desviaríamos mucho de su objetivo); podemos concluir que, hemos llegado a un punto donde el común de los seres humanos ha perdido la claridad de sus fundamentos éticos. Vivimos en una sociedad en donde todo o casi todo pareciera ser valido o aceptable, de tal manera que la noción de lo que es: bueno o malo, beneficioso o perjudicial, positivo o negativo, lo perteneciente al lado de la vida o constructivo y lo perteneciente al lado de la muerte o destructivo, ya no se encuentra claro para la mayoría de los seres humanos. De allí que como consecuencia directa, hemos podido llegar al punto de desequilibrio natural tan pronunciado, que podría extinguir toda la vida del planeta.

Como comentamos antes, el sistema industrial y el consecuente mercantilismo ha conllevado a una gran divergencia en los valores establecidos anteriormente, fundamentado en que el egoísmo formar parte constitucional de nuestro sistema natural, por no decir mas bien económico y político. Producto de ello, ahora vivimos en una sociedad en donde se tiene un gran respeto al derecho egoísta de las minorías en desmedro de los valores que antes eran universales; y de esta manera, hemos pasado a construir una sociedad donde son tan grandes las divergencias en el comportamiento moral de los individuos que la componen, que las concepciones éticas han quedado en una posición marginal, ya que el común de los integrantes de la sociedad en la confusión e incertidumbre de la validez de los fundamentos de los diversos y muy diferentes comportamientos sociales y su substrato ético, han preferido adoptar la posición de indiferencia ética ante la vida; es decir, donde todo es justificable y valido, entonces es mejor no opinar y mucho menos tratar de influir con alguna crítica constructiva, no vaya a ser que estos acarree una sanción moral o hasta jurídica dentro de nuestro sistema, donde impera la ambigüedad y la incertidumbre también en sus fundamentos estructurales. En otras palabras, la matriz egoísta del sistema ha conllevado a generar que en donde antes había un valor social establecido, ahora en cambio hay temor, puesto que ya ni siquiera sabemos a que nos estamos sujetando axiológica y estructuralmente en nuestro medio social. Así que de tanto sentir temor, éste se ha constituido en el fundamento principal de nuestro sistema social, analizado con exhaustividad por Fromm en su libro: Miedo a la libertad. Hemos preferido llegar a vivir en la incertidumbre de nuestros fundamentos políticos, sociales y éticos disimiles y divergentes, a arriesgarnos a luchar por construir un sistema mucho mas sano y de mayor bienestar, porque además nos paraliza la falta de criterio para saber por dónde podemos comenzar tal construcción social, debido a la ignorancia y oscurantismo en que hemos vivido sometidos últimamente. Sin embargo, todos o por lo menos la gran mayoría de los seres humanos, poseemos una condición en común que nos puede alumbrar el camino hacia la realización de tal anhelo: NUESTRA CONDICIÓN ESPIRITUAL, que aunque algunos no la tengan muy desarrollada, aún así tienen la potencialidad de conectarse con el espíritu de su creador para reencontrar el sentido de dirección que mayor bienestar nos traerá, acompañado por el desarrollo de nuestro propósito existencial como individuos y como civilización.

Fromm señala, que está pérdida de valores y sensibilidad humanos tan pronunciada, comenzó con la llegada del desarrollo industrial y los valores de egoísmo y avaricia que traía en su sistema, como requisitos imprescindibles para su implementación, y que fueron vendidos como si fuesen valores naturales de la especie humana. Debido a ello, el ser humano al asimilar esto que se le inculco, desarrollo una relación mucho más hostil y rapaz con la naturaleza, y aprehendió a valorar mucho más a los objetos inanimados y las maquinas, que a los mismos seres vivos.

La gente se negó a reconocer que estos rasgos que habían dado el ser a la sociedad industrial no eran impulsos naturales, sino producto de las circunstancias sociales.

No es menos importante este factor: la relación de la gente con la naturaleza se volvió muy hostil. Por ser "caprichos de la naturaleza", que por las condiciones mismas de nuestra existencia estamos dentro de la naturaleza, y porque con el don de nuestra razón la trascendemos, hemos tratado de resolver nuestro problema existencial renunciando a la visión mesiánica de la armonía entre la humanidad y la naturaleza, y al conquistar la naturaleza, al transformarla para nuestros fines, su conquista se ha convertido, cada vez más, en equivalente de destrucción. Nuestro espíritu hostil y de conquista nos ciega al hecho de que los recursos naturales tienen límites y pueden agotarse, y que la naturaleza luchará contra la rapacidad humana.

La sociedad industrial desprecia la naturaleza, todas las cosas que no están hechas por máquinas, y los pueblos que no son fabricantes de máquinas (las razas no blancas, con las recientes excepciones de Japón y China). Hoy día la gente se siente más atraída por los objetos mecánicos, por el poder de la máquinas, por lo que no tiene vida, y cada vez más por la destrucción. (Fromm 1985: 26-27)

Y de esto podremos sacar la idea también, del porque como seres humanos comenzamos a perder el desarrollo de la facultad de comunicarnos espiritualmente con nuestro creador. Ahora si retomamos la última idea del capítulo anterior, y reflexionamos en la manera como han procurado llevar su vida en este planeta el resto de las especies, también podemos concluir que han tenido una conciencia más clara y limpia que los humanos. Aún cuando digamos que ellas se dirigen por sus instintos naturales, también podemos decir, que estos instintos les fueron otorgados por su Creador, y en todo caso son dirigidos por una sabiduría muy superior a la nuestra. Decimos que son irracionales, y ¿acaso nuestro comportamiento destructivo es una buena muestra de nuestra racionalidad?

Deberíamos de sentir vergüenza ante la presencia de estos animalitos. Pero ahora poniendo a un lado los sentimientos de vergüenza y culpa, tomemos el lado constructivo de la reflexión y comencemos a observar de nuevo como los antiguos sabios orientales, la manifestación de Dios y su sabiduría a través del comportamiento de sus creaturas en el estado mas natural posible. Si estudiamos de nuevo por ejemplo la obra de Confucio, podemos apreciar que la concepción del bien y la del mal no es tan ambigua, como hoy en día lo apreciamos dentro de nuestro entorno social. La ambigüedad que hoy en día experimentamos es producto del relajamiento muy pronunciado de los grados de tolerancia de la presencia del mal, o la manifestación de éste lado oscuro en nuestras vidas. Como señalaban estos antiguos pensadores orientales, la vida necesita para su desarrollo la presencia de energías que podemos llamar negativas y otras positivas o lo que llaman el Ging y el Yang. Una planta necesita de la luz del día, pero también la oscuridad de la noche para crecer y desarrollarse sana y fuerte. Así en la naturaleza podemos apreciar las diversas manifestaciones energéticas, que como un concierto de música clásica, muestra una clara dirección de sus notas musicales, para poner en común armonía todos los instrumentos, para así generar una muy hermosa melodía. En la relación entre los animales podemos observar como algunos juegan, y otras veces como el de una especie mata al de otra para sobrevivir o en beneficio de alimentar a sus congéneres, y una que otra vez se podrían observar excepciones a algunas reglas naturales establecidas dentro de su comunidad, pero en términos generales, la relación entre animales y plantas silvestres se fundamenta en una búsqueda de la supervivencia en común armonía con su entorno. En otras palabras, en ellos se manifiesta constantemente el equilibrio de esas fuerzas energéticas que mencionamos.

Volviendo a las relaciones humanas, es mas que evidente que ese equilibrio lo hemos perdido hace mucho, y necesitamos recuperarlo con urgencia, pues de ello depende nuestras posibilidades de supervivencia. Y si nos preguntamos ¿Cómo podemos lograrlo? La respuesta la tenemos en el conocimiento que podemos adquirir de la observación de esos espacios naturales. Observación que implica mucho más que ver con los ojos, conlleva a aprehender con el espíritu, esas leyes que tienen tan bien instauradas esas especies animales, y que nosotros no debimos haber perdido. Cuando por ejemplo un grillo y una rana hace su canto, con ello está haciendo aquello para lo cual su Creador le dio la vida; así a cada especie le dio ciertas potencialidades que al ser manifiestas o poner en práctica, con ello honran a su Creador. Sin embargo, la gran mayoría de los seres humanos parecen ser los únicos seres vivos que no tienen interés en manifestar las potencialidades que su Creador les otorgo, para que con ello honrarlo.

Es por esta falta de conciencia, de tener presente que somos creaturas de Dios, y que vinimos a este mundo con un propósito definido por él, por lo cual, nos encontramos al borde de nuestra propia destrucción. En otras palabras, la falta de conciencia de la presencia de Dios en nuestras acciones, ha conllevado a lo que llaman el relajamiento de las costumbres; a la extrema tolerancia sobre las acciones de corrupción que vemos en nuestro entorno, y por último al apoyo de implementación o legalización de políticas que van en detrimento de nuestra estructura social, o conllevan a una degeneración más aguda de las ya existentes. Si estudiamos un poco de la biblia Satánica o fundamento axiológico de la llamada Iglesia de Satán, nos encontraremos que los valores que parecen dirigir y prevalecer en este mundo actual en todas sus esferas, son los expuestos en este libro poco constructivo, o mejor dicho destructivo del desarrollo social que necesitamos.

Esas leyes universales que los animalitos y plantas parecen tener mucho mas claros que nosotros, debemos entonces, procurar rescatarlas en pro de nuestro propio bienestar, y por supuesto, de los demás seres del planeta. Si consideramos que en la escala animal somos los seres superiores de nuestro entorno, entonces debemos demostrarlo con la manifestación de una condición evolutiva superior en nuestra condición espiritual, porque hasta ahora los seres que hemos llamado inferiores han mostrado una conexión mucho mas armoniosa con los demás seres de su entorno y con su Creador. De tal manera que, consideramos inconcebible el desarrollo de un nuevo sistema político-social y económico sustentable en el tiempo, construido sobre una base lógico-racional exclusivamente, sin tener para ello como fundamento principal la conexión espiritual con nuestro Padre y Creador.

Conclusiones sobre el análisis de los valores desarrollados en nuestro espacio-existencial

Según la percepción de Fromm, el mundo como lo hemos conocido hasta ahora, se ha vuelto aterrador. El ser humano en su concepción general, vive en permanente estado de angustia y miedo, sometido por el aislamiento en la soledad de su ignorancia, con un sentimiento de desconcierto y vacio existencia en el que su vida parece haber perdido todo valor, y bajo el cautiverio del estado de alienación social y político en el que se ve obligado a vivir.

Espiritual y moralmente el mundo está en un declive constante y permanente, que ha llevado a nuestra sociedad a una especie de agonía; y en semejante estado de crisis, el ser humano se encuentra en una encrucijada, en donde tiene que decidir si escoge el camino de la muerte, o el de desarrollar una nueva conciencia en favor de una vida REAL y PRODUCTIVA. Y es a esto último, es a lo que parece apostar Erich Fromm.

Este pensador crítico del funcionamiento de nuestro sistema socio-político, muestra una visión optimista en la condición humana. Parece ser una utopía lo que concibe como una posibilidad de nuestra existencia; en la que podemos llegar a ser aquello, para lo que según él estamos llamados: personas conscientes con capacidad crítica, libres para escoger un destino de vida más pleno, en el que procuremos enriquecer, de manera espiritual, moral y cognoscitivamente nuestro SER. Es decir, desea que lleguemos a convertirnos en seres que vinieron a este mundo para honrar su existencia, con la manifestación del Amor hacia su experiencia vital. En una palabra que lleguemos a ser lo que somos potencialmente: HUMANOS REALES. Y dejemos de ser la caricatura o los títeres del sistema económico, político y social, que se nos quiere imponer.

La fuerza de donde habrá de salir energía semejante, para cambiar el estado general de la situación actual, se encuentra en la capacidad de amar que potencialmente esta en todos los seres humanos. Aún cuando a muchos seres humanos se les ha educado para que funcionen como un engranaje mecánico dentro del sistema, es decir, se les ha enajenado su consciencia con una gran cantidad de presiones sociales; y se han transformados en una especie de maquina generadora de riqueza material, como único producto. Aún así, tiene la capacidad según Fromm, de despertar de semejante estado de conciencia.

Considera Fromm que a la par del conocimiento científico-técnico, debe de ir la evolución moral y capacidad crítica, para equilibrar el desarrollo del crecimiento humano en sentido positivo o PRODUCTIVO. De no ser así, estima que el camino que llevamos nos lleva hacia un estado de apatía moral, a la esterilidad de la mente y el corazón, a caer en la esterilidad intelectual, y por lo tanto a crear un mundo de seres incapacitados o inadecuados para vivir en sociedad; en otras palabras vamos en camino de convertirnos en dinosaurios sociales, es decir, seres que se desenvuelven en una estructura tan descompuesta por la mayoría de sus miembros, que puede hacer a cualquiera incapaz de establecer parámetros claros, para desarrollar relaciones saludables.

Durante la historia de la humanidad el ser humano se ha encaminado en un proceso evolutivo en algunos aspectos, en el que ha logrado desarrollar grandes avances en muchos campos del saber, y también de sus habilidades técnicas y prácticas en relación con el manejo de su habitad; pero en épocas más recientes pareciera ir en sentido contrario. Si el ser humano no utiliza toda su sabiduría a su favor, para salir de la coyuntura que se le ha presentado, según Fromm, entonces se dirigirá hacia su destrucción. Es decir, o nos realizamos como verdaderos seres humanos o nos destruimos; porque el mundo social y físico siempre está en movimiento, el cual puede ser positivo o negativo, no hay término medio. Según él, sus estimaciones sobre nuestra realidad se encuentran apoyadas también, por el análisis e investigaciones que los científicos han realizado sobre la condición física del planeta, sobre el mal trato que le hemos dado, en el uso de sus recursos naturales, y la mayor parte, como producto de los valores mercantilistas que imperan en nuestro tiempo.

Pareciera que los valores morales, ideales espirituales e ideas científicas que regían la conducta humana en un pasado no muy lejano, están atravesando grandes y rápidos cambios, como si una fuerza dinámica y centrifuga estuviera dividiendo o esparciendo en un muy amplio perímetro, todas aquellas energías positivas que unificaban y dirigían a la humanidad con un propósito más o menos claro, y hacia un sentido de desarrollo común. El individualismo y egoísmo parecen ser los valores y fuerzas negativas que orientan hoy en día a la humanidad, en la diversidad de sentidos contrarios de sus propósitos u objetivos de desarrollo.

Hubo un tiempo en que las primeras sociedades divididas en clases, eran regidas con poderes absolutistas, porque la humanidad no tenía la confianza, ni la madurez suficiente de auto regular sus relaciones dentro de un régimen donde unos consideraban tenían más derechos y privilegios que otros. Bajo el ideal de democracia actual, se nos vendió la idea de que el ser humano tiene principios universales en los que se fundamentan sus derechos, y conforme a los cuales debería regir su conducta. De esa idea de libertad de derechos, surgió la diversidad de principios e ideas contrapuestas, conforme a los cuales muchos pretenden vivir, y una gran mayoría confundidos por todos ellos, han caído en un estado de anomia moral, en donde creen que la sociedad a llegado al punto, en donde todo absolutamente es válido, si se tiene o puede conseguir una justificación.

Debido a ello estamos en crisis y al borde de caer en la anarquía social, es decir, nos encontramos en un camino dirigido hacia LA DESTRUCTRUCIÓN DE TODAS LAS ESTRUCTURAS SOCIALES, sencillamente porque poco a poco hemos ido perdiendo la fe o confianza en ellas. La mayoría de las estructuras sociales han caído en una profunda y asquerosa corrupción, sencillamente porque los individuos que la integran han sido nutridos por los valores e ideales sociales confusos, dispersos, corruptos, etc., que los han llevado en la dirección tan poco clara, por no decir oscura y solitaria de su existencia. Es triste ver a los niños y jóvenes de nuestra época atontados por las distintas drogas, que pareciera fuesen creadas con la finalidad de adormecer y degenerar sus capacidades cognoscitivas, morales y espirituales; para poder conservar y continuar el estado decadente del sistema, que tiene como única finalidad el lucro y la vida cómoda de algunos pocos. A la mayoría de los muchachos, los vemos estando sumidos en la nueva droga legal de nuestro tiempo: frente a la pantalla de un juego cibernético o virtual; y algunos padres creen que ofreciéndoles el uso de esos aparatos, los preparan mucho mejor para el futuro. Cuando en realidad un niño que crece muy apegado a este tipo de droga, por lo general pierde su capacidad para pensar, se convierte en una especie de autómata que solo reacciona a su medio, pero no es capaz de criticar sus estructuras, y por ende, de hacerlas evolucionar; puesto que la mayor parte de su tiempo vive en su mundo virtual en el que impera la violencia y destrucción, que algunas veces también proyectara sobre su mundo más real. Y todo aquello que no evoluciona se degenera, como lo muestra la dinámica Hegeliana; o nos dirigimos en un sentido constructivo o destructivo, pero siempre estamos en movimiento.

A pesar de todo ello, las fuerzas unificadoras capaces de llevar de nuevo al ser humano hacia un sentido y propósito definido positivamente, aún existen. Puesto que si no existieran no hubiésemos podido llegar a constituir, establecer y mantener en pie, a las sociedades actuales en las que vivimos. Sin embargo, no basta solo con que existan. Esas fuerzas deben de crecer e iluminar a toda la humanidad, hacia un nuevo despertar de su consciencia que les dé un sentido y propósito apasionado y REAL por el cual luchar.

LA LUCHA QUE PROPONE

Aún cuando el mundo parece estar en un estado de adormecimiento o anomia moral. Aquellos que tienen la lucidez para despertar a los otros de su letargo, no son precisamente los líderes políticos y económicos de nuestra época, sino algunos de los espirituales, intelectuales y científicos. Los primeros parecen ser quienes hasta ahora tienen el mayor poder de sometimiento sobre las masas, y el interés de tenerlas adormecidas en la oscuridad de su consciencia; y son quienes nos han llevado principalmente hacia la situación crítica que padecemos.

Así que los segundos son quienes están llamados a unificar o integrar nuestra condición humana, hacia la búsqueda de un sentido o finalidad más PRODUCTIVA de nuestra existencia, como lo propone Fromm. Esto es algo que no puede hacerse sobre la base de consecución de logros, fundamentados en las probabilidades que tenemos de evolucionar como sociedad, en base a lo que tenemos, sino sobre la base de las potencialidades que tenemos como seres humanos. Pareciera que fuese un proceso desgastante, de nadar en contra de la corriente; pero si miramos toda nuestra historia pasada, y las grandes revoluciones que han cambiado positivamente algunas relaciones humanas; han sido conquistas que se han logrado gracias a la visión y empecinamiento de unos pocos que lucharon obstinadamente, en contra de los valores establecidos en su tiempo, difundiendo sus ideas y valores, para iluminarnos y liberarnos de muchas cadenas, fundamentadas principalmente en prejuicios dogmaticos establecidos por quienes pretendían someterlos. Y muchos de ellos pagaron su atrevimiento con el sacrificio de sus vidas de una u otra manera, por lo que demostraron que poseían un gran interés en el bienestar y progreso de su entorno social, por encima de sus intereses individuales. Y semejante sacrificio solo puede darse sobre el fundamento de la fuerza o energía más poderosa del universo: el AMOR. Y al referirnos a él estamos hablando de los fundamentos axiológicos, sobre los que regimos nuestra conducta, es decir, en los valores positivos o constructivos con los que como un valor lo define Erich Fromm, y no simplemente al sentido sentimental y vulgar que le suele otorgar la sociedad mercantilista, de la que nos referíamos antes.

Pero en nuestra época nos enfrentamos a nuevos retos, que no existían en el pasado. En un mundo global como el que vivimos pareciera que es mucho más fácil el comunicarnos, debido a las facilidades técnicas que tenemos para ello. Sin embargo, en la práctica hoy en día, nos parece más difícil el ser escuchados, y en algunas ocasiones entendernos y comprendernos, debido a la gran cantidad y diversidad de informaciones contrarias que surgen sobre cualquier asunto, y que parecen embotar la capacidad crítica del receptor de estos diversos mensajes contradictorios, por lo que, el común de los ciudadanos quedan en un estado de inanición social. Nunca antes la civilización se había visto sumergida en tan gran variedad de ideales religiosos y espirituales, económicos, socio-políticos y especializaciones científicas, con las concepciones tan disimiles que ello conlleva, y la confusión que genera en la mayoría de sus receptores. Por los que debemos de buscar puntos de unión en donde logremos converger en un propósito de desarrollo común, provechoso al desarrollo de espacios vitales que nos llene de sentido y plenitud la existencia.

Debido a todo lo expuesto, la nueva dialéctica social debe fundamentarse en el principio de que la unión y la diversidad deben de ir encaminadas de la mano, como miembros de un mismo polo hacia la consecución de propósitos constructivos en común. Así hay países que se han abierto al derecho de las pequeñas minorías, pero muchas veces lo hacen sobre el detrimento moral de su estructura social, que debe velar por los derechos de la mayoría, a vivir en una sociedad que sea saludable psíquica, moral, material y espiritualmente. Entonces, no se puede construir un mejor sistema social, sobre la base de destruir los valores constructivos de una sociedad sana, es decir, sometiendo a otros al contagio de valores degenerativos de sus estructuras. Por ejemplo: hoy vemos que si dentro de una región, los políticos consideran ventajoso complacer a algunos miembros drogadictos de su sociedad, legalizando la compra-venta de su producto favorito; entonces, lo hacen! para ganar así su simpatía, y por ende, votos y también algunos beneficios económicos dentro de su estructura política-economica corrupta. Por lo que el común de los miembros de esa sociedad, pueden comenzar a percibir como muy normal el uso y hasta abuso de tales sustancias, que todos los que tenemos conciencia crítica y ética, sabemos el daño que ocasionan. Y así como este ejemplo, hay muchos otros, en donde lo que antes era considerado un acto corrupto, perverso o degenerado en la esfera sexual, económica, política, etc, entonces eso ahora a pasado a convertirse en un comportamiento considerado como normal. Debido a estos tipos de acontecimientos, muchos pierden su noción de lo que es bueno o malo, y algunos llegan a creer que cada uno tiene el derecho a conseguir lo que desee socialmente, así tenga que pasar por encima de su prójimo, atropellándolo o procurando su destrucción. Y llegamos a establecer la convivencia en un entorno social en donde lo que es corrupto, entonces parece llegar a convertirse en la norma de comportamiento.

Ahora si nos planteamos ¿cómo es posible que en la diversidad de concepciones logremos crecer, sin procurar destruir al otro que es distinto? La respuesta está en que, en conjunto, procuremos establecer unos nuevos principios universales, comenzando por fundamentarnos en aquellos que nos han sido útiles hasta ahora, como por ejemplo: Que mi derecho termina en el punto, donde su ejercicio no comience por perjudicar a mi prójimo. También en la mayoría de las religiones encontramos principios universales, que nos servirían de guía en la concepción de la nueva estructura social.

Pero todo esto podría llevarse a cabo de manera armónica, solo si además, el mundo en general, toma conciencia que estamos al borde del abismo, y podemos caer irremediablemente en él, si no cambiamos! Y debemos por comenzar a cambiar desde dentro de nuestro ser, enriqueciendo nuestra vida espiritual, moral, social, cultural, política, material, etc. Sino somos capaces de evolucionar como individuos, tampoco lo seremos como sociedad. Sin embargo, para que los individuos que están en la oscuridad, comiencen por salir de ella, y puedan evolucionar; necesitan que aquellos que tienen una conciencia más iluminada tomen o asuman el rol que este tiempo les impone, de llevar sus antorchas de luz a los otros. El mundo solo se iluminara, si comienzan a surgir estas pequeñas antorchas que transmitan su luz a los otros. Porque fundamentados en individuos que tienen un gran vacío interior o una escala de valores muy baja, no podemos crear una mejor estructura social. Así que es, desde el interior de nuestro SER, que podemos comenzar con el cambio de conciencia, en donde converjan la intuición con la razón, como medios de percibir y fundir nuestro mundo interior con la realidad exterior. Desde la individualidad consciente, crearemos la universalidad. Desde nuestro espíritu desarrollaremos nuestra comunión y armonía con Dios, nuestro entorno social, la naturaleza y la materia. Y desde nuestra libertad, crearemos nuestro destino.

Hoy en día como producto de esa crisis general que parece reinar en la humanidad, la mayoría de los seres humanos ha caído en una especie de depresión colectiva, aunque sea inconsciente, muchos parecen vivir su vida solo por vivirla, sin un sentido ni propósito claro. Tienen en su interior un gran vacio, generado principalmente por la falta de amor en su experiencia vital, y ésta es derivada de una experiencia parecida que han percibido y aprehendido de los seres de su entorno. Así que analizaremos la necesidad que tenemos como cultura, de reestructurar nuestros fundamentos y creencias sobre los nuevos conocimientos que hemos adquirido en los últimos tiempos, de manera intelectual o cognoscitiva, pero que no hemos podido aprehender de manera emocional, y asimilar en nuestra estructura espiritual.

Durante un periodo muy largo, se nos educo dentro de nuestro medio cultural con conceptos duales y contrapuestos, como por ejemplo: bueno y malo, causa y efecto, oscuridad y claridad, unidad y diversidad, materia y energía, etc. En la actualidad la misma ciencia ha ido correlacionando que las concepciones anteriores no eran del todo acertadas en relación con la realidad. Y debemos comenzar a desarrollar una nueva visión del mundo mas consecuente con la verdad. Por ejemplo, las nuevas investigaciones en los últimos tiempos han desarrollado nuevas teorías verificables, como la teoría cuántica sobre la materia, que ha demostrado que esta como se concebía antes, ya nos es verdad. Según ella, al analizarse las estructuras en su concepción mucho más pequeña, que la anterior atómica, se llega a apreciar que la esencia subatómica de la que considerábamos antes era la materia, ya no lo es! por que al llegar al análisis de estas estructuras nos hemos encontrado con que son pura energía. De tal manera que lo que antes considerábamos materia hoy en día posee otro substrato, que como cultura todavía no hemos podido asimilar. Así por ejemplo, la esencia de la naturaleza biológica de la vida de un organismo, es algo que la ciencia ha querido descubrir durante muchísimo tiempo, pero continúa siendo un misterio. En ella observamos unidad, integridad y también diversidad; hay en ella una correlación de fuerzas, de manifestaciones físicas de su estructura que están en tensión permanente por una energía inteligente que las coordina, y que por mas que deseemos darle una explicación racional empírica, no podemos, ya que la misma nos obliga a aceptar que la vida esta mas allá del reconocimiento que podemos hacer mediante un experimento o instrumentos, como tubos de ensayo, etc. La biología es una ciencia que trasciende lo empírico, y así, se ve obligada a reconocer la fuente espiritual de la vida.

De tal manera que las ciencias hoy en día, han tenido que ir cambiando sus maneras de analizar y hacer síntesis, de establecer nuevas analogías con razonamientos distintos, donde las experiencias de dominios del conocimiento que antes eran separados, ahora deben unirse para generar nuevas ideas o posibilidades que nos permitan comprender mucho mejor nuestra realidad, crear nuevos mapas conceptuales, o unir aquellos que antes estaban separados, para lograr realizar una descripción más objetiva y amplia de la vida y su significado. Y cuando logremos tras polar esta dinámica de las relaciones científicas al de las relaciones sociales, políticas, económicas, etc. Entonces podremos experimentar nuevas posibilidades de interrelacionarnos con mucho mas respeto, reconociendo que en la diversidad, esta la esencia de la vida con el componente espiritual que la sostiene.

El conocimiento que el ser humano maneja como cultura es ahora mucho más amplio, y por lo tanto, también es el más complejo; por lo que nunca antes estuvimos en una situación crítica tan compleja como ahora. Como en todos los procesos evolutivos, siempre a habido seres que se han quedado rezagados en la historia, por lo que también hoy, hay muchos dinosaurios sociales y en todos los campos y ramas del saber. Pero es en el ejercicio y la fuerza de los nuevos conocimientos, que podremos encontrar los recursos para salir de la crisis a la que hemos llegado como estructura social.

A la par de los nuevos conceptos el ser humano y la naturaleza ya no se deberían enfrentar como fuerzas opuestas. Así como el día y la noche ceden al otro su control de manera armónica, el ser humano debe buscar la manera de establecer la armonía con el entorno, mediante el uso del nuevo conocimiento que implica el ejercicio de amor y respeto al otro; para así poder liberarnos de las fuerzas destructoras del miedo, y las cadenas que nos oprimen producto de la ignorancia. Es algo así, como cuando se lleva a rehabilitación a un drogadicto que ha estado sumergido largo tiempo en su vicios, éste está muy apegado a sus costumbres que son destructivas, y en todo el proceso de rehabilitación, este tipo de pacientes debe comenzar por aprender a rehabilitar su voluntad, a desarrollar de nuevo su confianza en sí mismo, a desarrollar su autoestima y encontrar su amor propio, valoración de su integridad humana, y a establecer otro tipo de relaciones, aprendiendo así a expresar su confianza nueva y amor a los otros. Es de esta manera, como renacerá de nuevo su fe en la condición humana y se logrará rehabilitar, encontrando su dignidad e integridad en el nuevo espacio-existencial en el que comenzará a buscar su realización personal. Después de lograr el cambio, y luego de pasar un tiempo considerable, es que podrá darse cuenta que su evolución fue producto de la iluminación y amor que recibió, gracias a los seres de su entorno, que le ayudaron a tomar conciencia de su valor, y asumir con hechos concretos, la responsabilidad de su existencia en un sentido constructivo.

Esta analogía de la misma manera funciona para las fuerzas oscuras que han imperado en nuestra historia, tratando de sumergir a una gran cantidad de seres humanos, en un substrato de mundo opresivo y destructivo de su condición humana. Pongamos como ejemplo: cuando en los países latinoamericanos por fin se decreto la liberación de la esclavitud a todos los miembros de la raza negra o de origen africano, entonces, muchos de ellos se quedaron apegados a sus antiguos amos como trabajadores, porque no sabían que hacer con su reciente creada libertad, es decir, legalmente eran libres, pero el escaso conocimiento que tenían del mundo los ataba a quedarse en donde se encontraban. Sus amos los aceptaron como trabajadores en sus fincas, pero el trato, las condiciones de vida y derechos de los antiguos esclavos no cambio mucho. Con el pasar del tiempo las nuevas generaciones fueron abriéndose poco a poco un nuevo espacio de desarrollo en su entorno, sin embargo todavía tenían que luchar con los prejuicios que en contra de su raza o color de piel y cultura existía; estos prejuicios y cadenas se han ido disipando poco a poco, pero aún hoy en día existen, en ambos lados: opresores y oprimidos; con las subsecuentes consecuencias negativas en las relaciones de ambos. Estos cambios sociales que se dieron, fueron producto de la luz de nuevos valores y el amor que algunos, les dieron a sus semejantes. De no ser por los primeros que se levantaron, tales cambios no hubiesen ocurrido.

De esta manera, se puede concordar con Fromm, que los ejemplos históricos demuestran que la ignorancia y falta de amor, son precisamente las causantes de la mayor cantidad de cadenas o prejuicios, en los que se centran nuestras relaciones destructivas, con nosotros mismos y con los demás seres de nuestro entorno.

El proceso para desalienar y sanar a un individuo, es parecido al proceso que necesita una cultura, aunque en este último caso lleve más tiempo o generaciones. Así, un nuevo conocimiento constructivo puede llevar a la evolución de todas nuestras estructuras. Pero para comenzar, la sociedad tiene que comenzar a hacerse consciente de los problemas que tiene que enfrentar. De nuevo, y haciendo la analogía con un individuo enfermo por un vicio como la droga: si este es llevado en contra de su voluntad a una institución de rehabilitación, sin que haya reconocido la enfermedad que posee y que lo destruye, y sin que asuma la necesidad que tiene de salir de este mal, y de aceptar la ayuda; entonces, lo más probable es que al salir de la institución vuelva a caer en su círculo vicioso. Para salir de ello, debe comenzar por hacerse consciente de los problemas que tiene, para así luego aceptar que necesita ayuda, y poder encarar la búsqueda de su solución.

Así mismo, esta sociedad se encuentra enferma de un gran número de males, mucho de los cuales se resiste a reconocerlos y por ende la búsqueda de su solución. Y mientras tanto, si como sociedad no nos hacemos conscientes de los graves problemas que tenemos, y omitimos su existencia, como lo puede hacer un enfermo de cáncer o un drogadicto; entonces, las consecuencias negativas derivadas de tal omisión van a ir creciendo y agravándose cada vez más!

En nuestra cultura general y sus experiencias históricas, hay muchas divisiones, lo que nos impide reconocer la universalidad de la condición humana y la necesidad que tenemos de unirnos más, dejar de ser exclusivistas en nuestros pequeños espacios, hacernos conscientes de la necesidad de proteger y conservar las distintas culturas con sus particularidades, sus tradiciones, sus idiomas, su arte y su ciencia; y al mismo tiempo aceptar la necesidad de su interrelación y la unidad con nuestros espacios, para construir una estructura universal unificadora de diversos espacios o campos, y liberadora de los prejuicios de nuestra conciencia restringida.

Igual que los temores y dolores físicos y emocionales que invaden, y debe enfrentar un individuo que pasa por un proceso de rehabilitación, la humanidad como tal, debe estar dispuesta a pasarlos para poder llegar a su estado de salubridad. Para ello, se debe apoyar en la sabiduría la responsabilidad y la fuerza moral y espiritual de los seres humanos, que tendrán a su cargo el promover tal grado de desarrollo. Sin embargo, la nueva conciencia de la que hablamos aunque es imprescindible, no es condición suficiente para el cambio; se debe llevar a cabo un accionar constructivo y reciproco entre las diversas partes, con la inclusión de sus distintos elementos integrantes en el proceso, que implica la comprensión del otro, para superar todos los problemas derivados de los prejuicios, con sus consiguientes tensiones y rivalidades. La necesidad de complementarse el uno al otro, conlleva a la disposición de ceder espacios al otro, en donde por ejemplo: el poder de los sistemas totalitarios de gobierno de izquierda y derecha sea quebrantado, en pos del surgimiento de una nueva estructura democrática con una autoridad legitimada por la representación de todos los valores humanos y espirituales que hemos señalado, y que debemos rescatar y reincorporar en nuestra estructura social; autoridad ésta que no excluya, sino que incluya lo mejor de todos los sistemas políticos implementados hasta ahora, y que se fundamente en la búsqueda de la verdad, y de la unidad integral del conocimiento. En donde los individuos se sientan en confianza, seguros y protegidos. En donde las ideas secularizadas, dictatoriales y opresoras terminen; y logremos así entrar a una nueva era de la soberanía de la razón en comunión con el espíritu de Dios, fundamentada sobre la conciencia de horizontes ampliados del pensamiento humano, con un esplendor de su conciencia moral, sobre bases de grandes principios como la de los hebreos, los cristianos, la nueva era científica y dinámica, la protección al ecosistema, etc; en donde Dios este siempre presente en la relación del individuo consigo mismo, con sus semejantes y con todo su entorno natural y el universo. En donde se supere el egoísmo de naciones, razas, culturas, religiones o pequeños grupos, para aceptarse todos como hermanos, con los valores básicos de cada uno de sus pueblos, y la totalidad de la personalidad humana, que incluye no solo el aprecio de sus valores intelectuales y morales, sino también emocionales y espirituales, para poder alcanzar la libertad plena y la paz.

Para finalizar, consideramos que Dios nos creo para que transcendiéramos nuestra existencia utilizando la inteligencia, talentos o los dones especiales que nos regalo de manera constructiva, para vivir en plenitud y armonía con él y nuestro entorno; y con ello lo honramos como Padre. Ese debe ser el sentido y propósito para el cual y por el cual nos creo y existimos: el poder regocijarse con las libres y voluntarias manifestaciones de amor de sus creaturas. Y si no cumplimos con él, entonces en vano habrá sido nuestra existencia o paso por este mundo.

Fin

 

 

Autor:

Carlos Gustavo Guerra Lozada

Trabajo de tesis en realización para ser presentado en la

Escuela de Filosofía de la Universidad del Zulia.

Septiembre de 2014

Partes: 1, 2
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