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La descentralización (página 2)


Partes: 1, 2

Comenzando este tema importante se puede hablar del guano. El guano se recolecta de varias islas e islotes del Océano Pacifico, particularmente del Perú y Nauru, y en otros océanos (por ejemplo la isla Juan de Nova). Estas islas han sido el hogar de colonias de aves marinas por siglos, y el guano acumulado tiene muchos metros de profundidad.

El guano de las islas, particularmente las islas Chincha, en el Perú, fue explotado en el siglo XIX y principios del siglo XX y fue su gran producto de exportación durante mucho tiempo.

A partir del año 1845 comenzó a explotarse, y por sus propiedades como fertilizante era importado por países como Inglaterra y Estados Unidos. El guano peruano sigue teniendo gran demanda por ser un fertilizante natural, por mor del auge de la agricultura ecológica, que sustituyen los abonos artificiales por los de origen natura

Se nombraran algunos de los factores que definen la correlación de fuerzas que actúa en y sobre un país pero en éste caso de la población peruana que se denominaran factores fatales:

-La expropiación de las salitreras de Tarapacá, que dio origen a la guerra con Chile; y la "consolidación de la deuda interna". No sólo por su trascendencia, sino porque directamente han tenido que ver con el centralismo, frustrando la descentralización.

– Explotación del salitre en Tarapacá, en el extremo sur del Perú

– En 1838 y 1839, las exportaciones peruanas de oro y plata representaban el 81 y 80 %, respectivamente, de las exportaciones totales del país. Las cosas cambiaron radicalmente a partir de 1841, cuando se realizó el primer embarque peruano de guano hacia Inglaterra. Para 1850, habían sido ya embarcadas a ese país 340 mil toneladas de guano peruano. Al poco tiempo el guano pasó a representar el 60 % del valor de las exportaciones

– Pocos negocios como el del guano han tenido en la historia de la humanidad una significación económica tan grande, quizá sólo comparable, antes, con la explotación de la plata de América, y hoy, con el petróleo, el narcotráfico o la venta internacional de armamentos (lícita e ilícita).

– En 1873, el negocio del guano entró en una gravísima crisis. Y con ella la economía del presidente Pardo y sus amigos. Mucho se ha dicho que esa crisis fue el resultado de la sobre explotación a que había estado sometido el valioso recurso natural.

– El fenómeno natural que hoy conocemos como "El Niño", alejo mar adentro los cardúmenes de anchoveta de los que se alimentan las aves guaneras, disminuyendo así sensiblemente la población de éstas y, por consiguiente, la producción del estiércol.

– El hecho demostrable es que las ventas de guano bajaron en el período 1870–1875 a menos de la mitad de lo que habían sido hasta dos décadas antes. Colapsaba pues el negocio del guano.

– Por su escasa significación económica en las primeras décadas de ese siglo, por la distancia en que se encontraban los centros de producción salitrera, y las terribles "incomodidades" a que daba lugar el sequísimo y tórrido desierto tarapaqueño, Pardo y sus aliados habían dejado el negocio del salitre en manos que no eran las suyas: en manos de empresas chilenas e inglesas, y en manos de provincianos empresarios peruanos.

– Los asuntos del guano hicieron temblar en su tiempo la Bolsa de París: en efecto como lo el lunes 15 de noviembre de 1875 se creó un verdadero "pánico en la Bolsa de París . Es que el negocio del guano y todas sus repercusiones eran gigantescos.

– Pocos negocios como el del guano han tenido en la historia de la humanidad

Los conflictos sin duda merman las potencialidades internas de un país. De entre los que ha debido enfrentar el Perú a lo largo de su historia, ninguno ha tenido repercusiones tan graves y negativamente trascendentes como la guerra con Chile, que, entre otras consecuencias, terminó por liquidar el primer gran esfuerzo de descentralización de la historia de Perú.

La estructura social el gran catalizador interno

Los catalizadores son agentes químicos que usan los especialistas para acelerar o retardar según convenga una determinada reacción, un desenlace esperado. Hay condiciones que afectan la velocidad de la consecución del objetivo la descentralización de los factores endógenos, es uno la conflictiva estructura social prevaleciente que se puede identificar como "el gran catalizado retardador interno".

La gran heterogeneidad económica política social del país viene cumpliendo muy a pesar de la inmensa mayoría de los peruanos un papel retardador de la descentralización; conociendo la heterogeneidad social como la existencia de múltiples grupos sociales, regionales, nacionales y étnicos, etc. implica una gran diversidad de intereses y objetivos, no sólo no concurrentes, sino muchas veces divergentes.

Esa divergencia objetivamente los debilita, individual y colectivamente, frente a la centralizadora fuerza hegemónica interna los grupos dominantes. Lograr la unidad de las fuerzas sociales descentralizadoras, que son las únicas a partir de las cuales podría empezar a diseñarse realmente el desarrollo del país, no es cuestión de arengas, discursos ni slogans. Todos esos recursos, aun cuando son necesarios, nunca habrán de ser lo suficientemente aglutinantes.

La unidad sólo puede construirse sobre bases objetivas: intereses comunes que den paso a objetivos comunes. Y nada de ello puede lograrse a partir de palabras.

Todos los países desarrollados y descentralizados del mundo han sido construidos por sociedades homogéneas. Es clara e incuestionablemente el caso de Francia, Japón o Alemania, por ejemplo. Pero también han sido construidos por sociedades que sin ser del todo homogéneas, son predominantemente homogéneas, como en el caso de los Estados Unidos.

El contexto: factor determinante externo

El centralismo interno aunque sólo fuera inconscientemente desatará todas sus armas y todas sus furias, viejas y nuevas, contra la idea y contra el proyecto. Sino, fundamentalmente, porque el centralismo como está visto, no depende tan sólo del contexto interno, y no depende sólo de la forma de organizar el gobierno.

Es importante resaltar que el des centralismo por sí solo no representa símbolo de descentralización tal es el caso de Argentina, Brasil y México, siendo repúblicas federales, son no obstante países centralizados, aunque por cierto en una situación sensiblemente menos comprometedora y grave que la del Perú.

El contexto que define a los pueblos de América latina como republicas unitarias o como republicas federales es el contexto de Octava Ola de la civilización occidental que simboliza la del capitalismo mundial bajo hegemonía norteamericana.

La hegemonía norteamericana se ha impuesto virtualmente en todo el planeta. Hay pues virtualmente un sólo centro, y todo el resto forma parte de "su periferia". Es decir, Estados Unidos ha convertido el centralismo en un fenómeno planetario.

A lo largo de la historia, y en tanto perdura la hegemonía, todo lo que inadvertida o deliberadamente imponen los centros hegemónicos, se termina convirtiendo en una moda, que se generaliza y reproduce en el área de influencia, pero fundamentalmente dentro de los pueblos que no tienen cómo contrarrestarla.

Así, el mega–centralismo global da origen al centralismo en los países, y dentro de éstos al centralismo en las regiones, y dentro de éstas al centralismo en las provincias, y dentro de éstas al centralismo en los distritos No nos engañemos, es un asunto de siglos; este término pretende mostrar la significativa diferencia que existe entre la progresión histórica de algunos países desarrollados (Japón,Suiza, Inglaterra y Estados Unidos para el que hemos forzado el esquema) con la de los países subdesarrollados de América Latina.

-Japón es el único que nunca ha experimentado en su territorio la hegemonía de una potencia imperial. Nunca ha sido colonia.

-Suiza e Inglaterra, en cambio, han tenido en su experiencia, durante varios siglos, la hegemonía romana.

-Estados Unidos (como un brazo de la experiencia de Inglaterra, mas no en la experiencia de los pueblos nativos de Norteamérica, que fueron virtualmente exterminados); han ido alcanzando cada vez mayor desarrollo y riqueza, estos pueblos, durante los períodos de hegemonía del que han sido protagonistas en los últimos siglos, han incrementado su riqueza con la que extrajeron de sus colonias, y con la que siguen extrayendo de los espacios económicos que tienen absolutamente dominados.

– América Latina, en cambio, hace cinco siglos que ven frustrada la realización de su Proyecto Nacional, sometidos sucesivamente a la hegemonía de España, Inglaterra y Estados Unidos, y otros a la de Portugal, Holanda o Francia; hacia cuyos territorios, de muy diversas formas, han transferido y siguen transfiriendo riqueza.

El grafico presentado a continuación muestra el esquema del proceso histórico de algunos países

edu.red

Un déficit histórico inverosímil

Desangrado y destruido durante largos tres siglos por el imperialismo español, prolongado luego el saqueo, por otros dos siglos, por los imperialismos inglés y norteamericano, los sucesivos imperialismos han creado en el Perú un déficit históri-co gigantesco.

Para alcanzar los estándares de otros países subdesarrollados de América Latina aquellos que no sufrieron tan gravemente la explotación del imperialismo español, el Perú requiere, como mínimo y de acuerdo a estimados propios hacer un impresionante esfuerzo de inversión y, aunque sólo estimado para 20 años, un enorme incremento en algunos rubros del gasto social a cargo del Estado.

El objetivo de Perú se presenta a continuación:

Objetivo Inversión

Infraestructura de comunicaciones 185,250

Vivienda e infraestructura Urbana 154,100

Seguridad ciudadana * 10,000

Educación y Salud * 44,200

Desarrollo agropecuario 10,750

Desarrollo turístico 7,500

Nuevos puestos de trabajo 95,000

El total se eleva a la gigantesca cifra de 506 800 millones de dólares.

Déficit de las carreteras del Perú.

edu.red

El análisis que se podría dar al respecto es que si hoy la capacidad de inversión de Perú es del orden del 15 % del PBI si pudiera crecer excepcional y sostenidamente a un ritmo promedio de 5 % anual, se tendría que esperar por lo menos 105 años para equiparar al Perú con el nivel promedio de desarrollo infraestructural de los países mejor equipados de América Latina. Pero, además, siempre que ellos crezcan solamente a un ritmo promedio anual de 2 %

El difícil contexto internacional

El reto que tienen los peruanos es gigantesco, proporciones sobre las que nunca han tenido conciencia. Entre otras razones, porque las verdaderas magnitudes del desafío siempre han sido esquivas, o, en su defecto, porque de manera deliberada han sido sistemáticamente ocultadas a los pueblos del Perú.

Este pueblo tiene derecho a mejores condiciones de vida, en el hogar y en su propio entorno se deben trata de hacer lo posible por mejorarlas.

Descentralización: no una sino la condición indispensable para el desarrollo.

Si se toman en cuenta cada uno de los países desarrollados del Norte desde Japón , pasando por estados unidos y España , hasta Alemania , Suecia y los demás se debe de tener en cuenta consideraciones importantes.

  • 1- Han alcanzado el desarrollo países con culturas, idiomas y condiciones geográficas y naturales muy diferentes.

  • 2- Todos, sin excepción, son sin embargo al propio tiempo desarrollados y no centralizados; es decir, la descentralización sí es pues un común denominador del Desarrollo.

  • 3- Históricamente, sin excepción, el no–centralismo es decir, la dispersión natural de la población y de las actividades económicas en los correspondientes territorios de esos países– ha estado presente antes de alcanzarse el Desarrollo

En vista de todo lo anterior expuesto Perú tiene doble compromiso descentralizarse y desarrollarse; porque ciertamente el reto no es descentralizar la pobreza, mientras cada uno de los pueblos del Norte fue alcanzando el Desarrollo dentro de su propio contexto nacional absolutamente descentralizado, Peru tratara de emprender la tarea del Desarrollo a partir de un grave centralismo.

Pero también seguirá siendo adverso en el contexto internacional en tanto no sean capaces de diseñar:

  • 1- La propia y adecuada estrategia de descentralización y desarrollo.

  • 2- La más adecuada estrategia de dialogo negociación y concertación con los organismos internacionales.

Pero principalmente algo con lo que primordialmente se debe luchar que es responsabilidad directa e inexcusable de las mismas personas peruanas

El difícil contexto internacional actual

La hegemonía norteamericana

Hoy ya ningún economista del mundo, ni siquiera el más recalcitrantemente norteamericano, duda de la hegemonía real y efectiva de los Estados Unidos sobre el resto del mundo, pero, en particular, sobre las economías y en el fondo las sociedades de todos los países de América Latina. Un solo dato es reveladoramente suficiente: la economía norteamericana es cuatro veces la de toda América Latina.

El control norteamericano de las políticas reales y efectivas que imponen directamente esos dos importantísimos organismos multilaterales, Lo cierto es que, en las actuales circunstancias, agobiados por la pobrísima capacidad de ahorro interno y por la insoportable magnitud de la deuda externa, el gobierno de Perú ha sido presas que con enorme facilidad y docilidad se han tragado las pastillas de las "recetas" del FMI y el BM, o, si se prefiere, unas desagradables e ineficaces "pastillas de alquitrán".

Veletas o marionetas

A pesar de que "históricamente América Latina ha tenido más independencia intelectual que cualquier otra región" en la práctica las políticas económicas aplicadas en nuestros países se han diseñado o inspirado generalmente afuera. Para Perú, seguir a pie juntillas la "moda", las han aceptado siempre como "las adecuadas para alcanzar el Desarrollo.

Dejándose guiar por la moda en los años cincuenta se colocó de moda keynesianismo norteamericano, y porque eran la "moda", fueron puestas en práctica por gobiernos, pero sin que ninguno reparase en que en ellas no había ninguna palabra en relación con la "descentralización.

El "keynesianismo" fue la primera ineficiente que se obligó a adoptar. La pregunta es si ¿el estado había sido "el Estado" el secreto del Desarrollo que ya habían alcanzado los países del Norte al iniciarse el siglo xx? No, el secreto del Desarrollo de los países del Norte no había sido la "preponderante participación del Estado en la Sociedad". Los secretos habían sido, por el contrario, y principalmente, la "descentralización política", la alta predisposición al ahorro y la inversión, y la consecuente y cuantiosa "inversión descentralizada", realizada no en pocas décadas sino durante siglos

La Receta del "estatismo keynesiano"

  • 1- la tecnocracia internacional del FMI, el BM y el resto de Instituciones Financieras Internacionales;

  • 2- la profesión económica estadounidense y la pléyade de PhD"s latinoamericanos en Economía que luego de ser formados y graduarse en Norteamérica han llegado a nuestros países a ocupar importantísimos cargos en el manejo de los asuntos económicos y financieros.

  • 3- el Gobierno de los Estados Unidos –el "amo no tan encubierto" los intereses comerciales de Occidente –los "amos encubiertos".

La novísima "pastilla de alquitrán"

La nueva receta, la del "Consenso de Washington". Sus diez componentes son:

1) Disciplina fiscal;

2) Una sola tasa de cambio (la que fije el mercado).

3) Apertura comercial (con arancel bajo y uniforme).

4) Apertura financiera (los intereses los fija el mercado);

5) Reforma fiscal (ampliación de la base tributaria y cambio de impuestos directos por indirectos);

6) Prioridad del gasto público en infraestructura, salud y educación);

7) Promoción de la inversión extranjera directa;

8) Privatización de las empresas estatales;

9) Desregulación (eliminación de barreras burocráticas a la actividad económica)

10) Asegurar y ampliar el derecho de propiedad.

Los intereses, siempre los intereses

Es en el hueco de los grandes intereses económicos y políticos de Norteamérica e Inglaterra donde se encuentra ciertamente presente, aunque magníficamente oculta y bien disimulada, la profunda consistencia de esa aparente dualidad.

En el contexto de la Guerra Fría, los Tigres del Asia pertenecían al área más sensible de la frontera geopolítica entre el capitalismo y el comunismo. Y como los países desarrollados tienen una gran conciencia de la importancia económica, política y militar de sus fronteras, a cualquier precio, incluso al de quebrantar las leyes del Mercado, alentaron al grupo de los Tigres del Asia para que se convirtieran en la mejor vitrina de los éxitos del capitalismo.

En cambio, en América Latina, ya no había urgencia porque ya no había peligro: la Unión Soviética apenas podía seguir apoyando económicamente a Cuba.

La revolución comunista había dejado de ser una amenaza en América Latina y no había necesidad de violentar nada, menos las impasibles leyes del Mercado.

El doble código monetarista se explica porque en el Asia era conveniente una política económica del heterodoxo cuasi-estatismo keynesiano y en América Latina convenía la ortodoxamente monetarista. Mas no es que aquélla conviniera a los Tigres del Asia y ésta conviniera a los pueblos de América Latina, ambas, convenían invariablemente sólo a los grandes intereses del capitalismo mundial.

Quizá la mejor prueba de ello es el hecho de que terminada la Guerra Fría, derribado el Muro de Berlín, disuelta la Unión Soviética, eliminado el gran peligro de contaminación y expansión comunista en Asia, los portaestandartes del capitalismo mundial, de la noche a la mañana, abandonaron a su suerte a los Tigres del Asia, y éstos, casi sin saber bien cómo ni por qué, ingresaron a una crisis económica fenomenal de la que aún no se reponen del todo.

En definitiva, debe quedar bien claro a todos que el asombroso surgimiento de los Tigres del Asia y su no menos lamentable caída, han sido, una vez más, milagro y obra de Washington con el incuestionable apoyo de Londres y las otras capitales del Norte.

Las profundas inconsistencias del sistema del Consenso de Washington

Debemos tener clara conciencia de que el popular sistema del "Consenso de Washington" carece de apoyo científico y hasta puede decirse que es sospechosamente incompleta.

En efecto hay graves notorias y omisiones, pero también no está libre de inconsistencias y de parcialidades tendenciosas que desnudan su carácter ideológico, subjetivo e interesado, que científico.

  • 1. La primera omisión, es el hecho de que en el sistema del "Consenso de Washington" bajo ningún aspecto se intenta enfrentar el grave problema del centralismo de nuestros países.

  • 2. En segundo lugar, en el sistema del "Consenso de Washington" se confunde y no se hace distingos entre mercado y mercado real, atribuyéndole a éste la capacidad de asignación racional de los recursos que sólo tiene el mercado. Esto es el mercado ideal, el mercado de competencia perfecta y el mercado teórico, que sólo existe en libros y en la mente de algunos economistas.

  • 3. El sistema del "Consenso de Washington" prohíbe en la práctica a nuestros países diseñar y establecer las mismas inteligentes estrategias económicas, de crecimiento y desarrollo, que sí se han aplicado y siguen aplicando consistentemente en el Norte, sea Estados Unidos, Europa o Japón, y que libremente se dejó practicar a los Tigres del Asia.

En efecto, cuando se trata de pensar en lo suyo, los economistas del Norte sí son conscientes de que el mercado no sólo no resuelve todos los problemas, sino que son incluso conscientes de que espontáneamente el mercado ni siquiera resuelve bien el conjunto parcial de aquellos problemas que enfrenta.

De allí, las imperfecciones del mercado, los economistas y políticos de los países del Norte admiten e incitan que en sus territorios, sin excepción:

  • Se proteja y hasta subsidie a la agricultura.

  • En muchos de ellos se proteja también a la industria, o específicamente a algunos tipos de industria.

  • Se deje en manos del Estado algunas actividades a las que se considera estratégicas.

  • 4. El sistema del "Consenso de Washington" habla consistentemente de la extraordinaria importancia de la inversión extranjera directa, en el entendido de que ella puede ser un aporte necesario para que nuestros pueblos logren el tan anhelado desarrollo.

Si bien, se refiere a la hipótesis de la inversión extranjera como palanca del desarrollo, los economistas de Washington tienen primero la obligación moral, profesional y científica de responder y objetar estas interrogantes y respuestas:

  • ¿Cuándo y dónde ha quedado comprobada esa hipótesis?

Nunca y ningún otro lado. Por primera vez, y al cabo de miles de años de historia, recién se está ensayando y experimentando ese sistema con resultados aún inciertos en los países del Tercer Mundo.

  • Si más de dos millones de millones de dólares invertidos hasta hoy en América Latina han reportado resultados insignificantes, ¿cuánto deberá invertirse para que realmente nuestros países alcancen el Desarrollo?

Pues una suma astronómica que hasta ahora, ni con el auxilio de las computadoras nadie se ha atrevido a calcular, lo que sería aún más dramático, nadie se ha atrevido a revelar.

  • Y si como sospechamos, la suma fuera realmente astronómica, ¿en qué plazo podría concretarse ese aporte y en qué plazo alcanzaríamos el Desarrollo? ¿y por qué se silencia esos datos?

En uno y otro caso de bastante más que de un siglo. Y se calla en todos los idiomas para evitar el escándalo y la vergüenza del engaño al que inicuamente se nos viene sometiendo.

  • ¿Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, Suiza o Japón, alcanzaron acaso el Desarrollo con la contribución de la inversión extranjera?

No. Por lo menos no con la inversión extranjera directa y voluntaria. Porque la participación cuantitativa de esa inversión extranjera directa y voluntaria en el Desarrollo de esos países ha sido absolutamente irrelevante.

  • ¿Reconocen los afamados economistas de Washington que ha habido en la historia otro tipo de inversión extranjera, la indirecta e involuntaria, que sí fue una contribución decisiva al enriquecimiento de muchos de los países Desarrollados de hoy?

No. Nunca lo han admitido, aunque históricamente resulta una verdad irrebatible y monumental como las Pirámides de Egipto.

  • ¿Debemos seguir considerando homogéneas todas las formas en que se presenta la actual inversión extranjera directa? ¿Tienen todas acaso el mismo impacto en los subdesarrollados países anfitriones?

No. No son ni debe seguirse considerando iguales a todas las formas de inversión extranjera directa.

En resultado, no se requiere una gran especialización en Economía para apreciar el sustancial y distinto impacto, crecientemente positivo, que tendrá el país anfitrión.

  • 5. El sistema del Consenso de Washington habla consistentemente de apertura comercial. Esto es dejar que las mercancías circulen libremente y sin tropiezos de un país a otro.

En realidad, no se trata de otra cosa que de ampliar sistemáticamente los mercados a los productos del Norte que, con productos manufacturados, concentra el 80 % de la producción mundial.

  • 6. También el sistema del Consenso de Washington habla consistentemente de apertura financiera. Esto es dejar que los capitales circulen sin tropiezos libremente por el mundo.

Una vez más, el sistema encubre un sesgado e interesado propósito: que los capitales del Norte (el acreedor) circulen libremente y sin restricciones en el Sur (el deudor), ingresando y saliendo de éste en el volumen y en el momento que lo impongan los intereses del Norte.

Aunque la mayor parte de los economistas olvidan y dejan de tenerlo en cuenta, el fin de la Guerra Fría ha hecho más urgente al Norte, y en particular a los Estados Unidos, la exigencia de la apertura financiera del Sur.

Y es que con el fin de la Guerra Fría han quedado libres los inmensos flujos de capital con los que Estados Unidos se había convertido en el mayor deudor mundial.

  • 7. Para terminar, El sistema del Consenso de Washington incurre en una omisión de evidente inconsistencia. En efecto, como está dicho, en ella se reclama, proclama e impone el derecho a la libre circulación de mercancías y de capitales.

Las mercancías, como es de saber, son el resultado final del proceso productivo y en éste, como también se sabe, los factores que intervienen, además de la tierra y las fábricas son:

  • El capital.

  • El trabajo.

La teoría económica, y no de ahora sino desde bastante tiempo atrás, reconoce explícitamente que la existencia de mercados de competencia perfecta pasa por la libre circulación del capital y del trabajo.

Es por ello que reclamar el derecho a la libre circulación del capital y al propio tiempo dejar de reclamar el derecho a la libre circulación del trabajo es una omisión deliberada y simultáneamente, una inconsistencia inexcusable. Y a explicación es muy simple.

Debe buscarse una vez más en torno a los intereses de los grandes centros de poder político-económico del Norte.

Ciertamente, cuando a través del FMI y del BM reclaman e imponen el derecho a la libre circulación del capital, están objetivamente actuando en función de sus intereses, su conveniencia: ampliar los mercados de sus capitales financieros, para así obtener mayores ganancias y dividendos. Ya que son conscientes de que ese reclamo y esa imposición invariable los benefician y los enriquece aún más.

  • 8. Pero hay todavía otra seria y grave omisión en el sistema del Consenso de Washington.

En efecto, debería consignarse el grave e importante tema de las cuantiosas deudas que agobian a los pueblos del mundo.

Hoy el FMI, el BM, el Club de París, las agencias financieras internacionales y los países acreedores, legítimamente y con todo derecho reclaman a los pueblos del Sur el pago puntual de sus compromisos financieros internacionales.

Les preocupa seriamente la cuantiosa magnitud a la que ha llegado la Deuda Externa en cada uno de nuestros países, y la cuantiosa cifra a la que ha llegado la suma total.

Para nadie es un secreto que los afamados programas de ajuste que impone el FMI a nuestras economías no tienen tanto el propósito de alentar el Desarrollo de nuestras sociedades, sino garantizar a los acreedores el pago puntual de las cuotas de la Deuda Externa. En realidad, hasta podría decirse que, legítimamente, el FMI actúa como un interventor.

Importantísima clarinada de alerta

Esa parte del sistema es quizá el menos nuevo de sus componentes. Tanto que tiene ya largamente casi un siglo de vigencia. Más aún, es uno de los principales paradigmas con los que se forman los economistas de casi todo el mundo.

El sistema de la bondad genérica de la inversión extranjera directa ha estado sustentándose en los principios más profundos de la teoría económica neo-clásica.

Ella sostenía que todos los productos son básicamente iguales entre sí. Se debe a ello que resultaba tan bueno para las sociedades que se estableciese una fábrica de jabones que una de automóviles, por ejemplo.

A partir de allí, se dedujo que era igualmente benéfico para nuestros países que se instalara entre nosotros una transnacional para producir muebles o tractores u otras para extraer hierro, cobre, petróleo, gas natural o fosfatos.

Con ese sustento teórico, desde hace ya bastante tiempo, empezaron a llegar a nuestros países innumerables empresas transnacionales.

Las primeras, como está dicho, actuaron con desenfreno e inescrupulosa voracidad, interviniendo incluso descaradamente en la vida política de nuestros pueblos.

Hacia los años cincuenta, empezaron a surgir las primeras voces de alerta. En efecto, lúcidos intelectuales empezaron a advertir que en nuestro suelo recalaban sólo empresas transnacionales exclusivamente orientadas a la actividad primario-extractiva: plátano, azúcar, café, cacao, algodón, caucho, petróleo, cobre, hierro, zinc, tungsteno y harina de pescado.

Pronto sin embargo quedó en evidencia que al propio tiempo que éramos grandes exportadores de materias primas, también éramos grandes importadores de productos industrializados cada vez más elaborados.

En la década de los sesenta, quedó en evidencia que los productos que exportábamos eran cada año más barato, y los productos que importábamos eran cada año más caros. Esto se debía a que cada año teníamos que exportar y trabajar más.

Nuestras exportaciones de materias primas eran cada vez más baratas por la conjunción de dos razones: por un lado, la oferta de materias primas había aumentado considerablemente, en tanto que las propias transnacionales, en competencia, habían instalado empresas extractivas en muchos lugares del mundo. Del otro, en el desarrollo tecnológico surgió la disminución de la demanda. Sólo uno de esos factores habría sido suficiente para deprimir los precios.

La presencia de ambos factores llevó sin remedio los precios al suelo. Más las propias transnacionales extractivas no salieron perjudicadas ni con la caída de los precios ni con la caída de la demanda. Es decir, la crisis estructural que habían suscitado no las afectó porque ellas pertenecían a grandes cadenas de integración productiva en las que lo que habían dejado de ganar en la actividad extractiva, lo recuperaban con creces en sus actividades de transformación industrial.

Desafortunadamente, allí no queda todo. Los economistas peruanos Santiago Roca y Luis Simabuko, acaban de hacer una importante científica que directamente tiene que ver con lo que venimos analizando.

Las contradicciones políticas y económicas de Roca y Simabuko son enormes. El país debe prescindir y ahuyentar la inversión extranjera, y ni siquiera en las actividades primario-extractivas. Algunas de ellas son:

  • 1. El país debe diseñar y poner en práctica una estrategia de desarrollo industrial y de servicios en la que cada vez los productos finales tengan más valor.

  • 2. El país debe diseñar y poner en práctica una estrategia de desarrollo a resultas de la cual cada vez más dejemos de producir en actividades con rendimientos decrecientes, y cada vez más nos orientemos a ofrecer bienes y servicios con rendimientos crecientes.

  • 3. El país, en acuerdo con las empresas involucradas, nacionales y transnacionales, debe proponerse firmemente incorporar cada vez mayor tecnología a las actividades extractivas porque contribuiría a incrementar los estándares de vida de la población.

  • 4. El país, en acuerdo con las empresas involucradas en actividades primario-extractivas, nacionales y transnacionales, actuales y futuras, debe proponerse firmemente incursionar en actividades de transformación industrial progresivamente cada vez más elaboradas, tanto para el mercado interno como para la exportación.

  • 5. La reducción del índice de participación de las actividades primario-extractivas en la economía del país no puede dejarse a la acción libre del mercado, porque los resultados que se obtienen por esa vía son pobrísimos.

  • 6. El crecimiento y el nivel de vida depende del tipo de bienes y servicios que un país produce.

  • 7. Finalmente se debe enfrentar la nueva era de globalización y comercio logrando que se asegure la producción de aquellos bienes y servicios que generen un crecimiento más rápido y una mejora en el nivel de vida para todos. Pues bien, todos estos lineamientos significan en términos prácticos lo siguiente:

  • A. El país no debe aceptar ninguna nueva inversión en actividades primario-extractivas si no incluyen por lo menos las actividades de transformación industrial inmediatamente subsecuentes.

  • B. En tal sentido, en negociaciones absolutamente limpias y transparentes, con la participación de los mejores especialistas, con la participación de las regiones involucradas y respetando su aspiraciones y legítimos intereses, debemos ser capaces de ofrecer los mejores estímulos posibles a fin de concretar inversiones en las que la actividad primario-extractiva se complemente con actividades de transformación industrial.

Las lecciones que nos deja todo esto

Como afirma el título de esta sección, debemos ser capaces de sacar partido a todas y cada una de las oportunidades favorables que se nos presentan, hasta las más insignificantes.

Debemos sacar el mejor partido a las propias indudables contradicciones en las que visiblemente cae el Norte. Sin embargo, nuestra actitud y nuestra conducta deben ser absolutamente responsables y respetuosas.

Se trata, por el contrario, de llegar a alcanzar una estatura moral respetable que, a pesar de las diferencias notables de poder político efectivo con que nos supera el Norte, nos coloque en el diálogo y la negociación en pie de igualdad frente a él.

La próxima y Novena Ola de la historia.

Por múltiples razones, pues, a diferencia de todas las experiencias históricas precedentes, esta vez a la luz de la economía, la sociología, la psicología, la propia historia y otras ciencias sociales, el tránsito entre la ola actual y la siguiente, viene siendo objeto de atenta observación, y en especial sobre las formas y evidencias en que se viene manifestando.

Y no puede dejar de preocupante el hecho de que, ostensiblemente, Japón también apunta a mantener el megacentrismo mundial y, en consecuencia, a convertirse también en firme obstáculo para nuestros intentos de descentralización.

Una propuesta para la descentralización del Perú

La mayoría de los textos que han enfrentado el tema de la descentralización, ubicándolo en un contexto histórico y económico, han puesto énfasis en los aspectos administrativos y legales del asunto; y, por lo general se han quedado en ellos. Esos asuntos, sin embargo, ni son los únicos ni los primeros a enfrentar. Entonces se diseñaran tres líneas de conducta que deben imponerse en el país de Perú y grandes lineamientos estratégicos que se creen indispensables para alcanzar el trascendental objetivo estratégico de la descentralización.

TRES DECISIVAS Y TRASCENDENTALES LÍNEAS DE CONDUCTA.

Se ha escrito bastante en el Perú respecto de la necesidad de imponer nuevos valores y estilos; según:

  • José María de Romaña, dice que "urge una nueva cultura de esfuerzo, cumplimiento de los compromisos, competitividad, calidad total, ética, imaginación, audacia, disposición al cambio y a la innovación, visión de futuro, pensamiento aplicado, gobernabilidad, iniciativa privada al máximo, etc.", para desarrollar a Perú.

  • Ricardo Tenaud, ha puesto énfasis en que se debe desterrar: la negligencia, la apatía, la resignación, la falta de sentido de responsabilidad, la falta de honradez, el incumplimiento de la ley, el despilfarro; y que, al propio tiempo, debe imponerse el cuidado, la previsión, la fiabilidad, la disciplina, el rigor y la organización, pero también el respeto al público.

Ninguno de estos valores o virtudes, ni individualmente ni en conjunto, conducen por sí mismo al desarrollo. Quizá la mejor prueba de ello la constituye el hecho de que millones de personas llenas de esos defectos que hay que desterrar, asumen como por encanto todas y cada una de las virtudes señaladas cuando se trasladan a vivir y trabajar a los países del Norte.

Sin duda se quiere desterrar todos y cada uno de los defectos que se ha señalado, y a imponer esa larga lista de virtudes. Pero se cree que más importante resulta que se impongan tres líneas de conducta trascendentales:

  • El diálogo: un camino lento pero seguro.

El paternalismo y el autoritarismo son básicamente incapaces de un diálogo auténtico; ellos no entienden, ni entenderán jamás, que el diálogo, aunque es el camino más lento que la imposición, es un vía más segura, el verdadero diálogo sólo podrá darse en el contexto de la descentralización; el pueblo de Perú debe de terminar por imponer el dialogo para que este sea el principal estilo de conducta, tanto como individuos y como organismos, distritos, provincias departamento o regiones.

  • El derecho a decidir y equivocarnos.

El centralismo autoritario pretende cercenarle al país de Perú su derecho a tomar decisiones y a errar; siendo, como es, la única forma de aprender. Bien se sabe que el hombre y los pueblos sólo aprenden por ciencia y por experiencia; más también se sabe que, respecto al desarrollo, aún no hay ciencia del todo conocida. Y lo poco que se conoce, se conoce mal, siendo entonces que el único camino disponible es la experiencia. Entonces el pueblo debe experimentar ya que ellos mismos tendrán el derecho de criticarse y evaluarse constructivamente.

  • Estímulo, cada vez más estímulo.

Estímulo y sanción, son los dos grandes recursos para formar y educar a los individuos, pero también a los pueblos. En cambio el paternalismo ha creado una sociedad virtualmente esquizofrénica; no porque no existan el estímulo y la sanción, sino porque se aplican exactamente en el sentido inverso a como se debería. Entre nosotros, históricamente, se estimula o premia lo que se debe castigar, y se castiga o sanciona lo que se debe premiar.

Entonces debe imponerse esta otra y sana política: premiar, sin excepciones, siempre que realmente corresponda y en proporción al mérito; y sancionar, sin excepciones, siempre que realmente corresponda y en proporción al delito. Cuando esto ocurra, también como por encanto, asomarán y se difundirán todas y cada una de las virtudes de las que nos hablan De Romaña, Tenaud y Mavila, y adquirirán proporción marginal los defectos que ellos mismos señalan.

GRANDES LINEAMIENTOS ESTRATÉGICOS.

  • Hacia una República Federal.

Perú tiene, quizá como ningún otro país en América Latina, razones objetivas y suficientes para ser una República Federal; por el contrario, no existe razón ni condición objetiva alguna para ser, como es, una República Unitaria.

Los pueblos del Perú, tienen legítimo derecho a constituir una República Federal, y es necesario que adquieran conciencia de que ese debe ser el centro principal de sus preocupaciones políticas inmediatas y mediatas, fundamentalmente por el hecho de que la centralista Constitución Política del Perú, pensada y redactada, es un obstáculo que es imperioso e imprescindible remontar.

Los pueblos del Perú deben presionar al actual y todos los gobiernos que sea necesario, hasta cambiar la Constitución y que ésta reconozca la existencia de un Perú unitario pero federal.

  • El Gobierno Federal y Regiones Federales.

El país debe diseñar una clara distinción entre las responsabilidades del gobierno federal central y las de las regiones federales.

En tal virtud, el país debe proponerse como meta que en un plazo que quizá no deba superar a 20 (veinte) años el gobierno federal sólo maneje la fracción de presupuesto general estatal que resulte necesaria para el cumplimiento de dichos propósitos y que, según experiencia de países desarrollados, no debe pasar del 42–54 % del total, largamente distinto del 96 % que controla hoy.

El resto, íntegramente, debe pasar a ser administrado por los gobiernos regionales y los municipios provinciales y distritales.

Responsabilidades del Gobierno federal central:

a) Relaciones internacionales

b) Defensa nacional

c) Policía federal

d) Legislación de carácter general

e) Jurado Nacional de Elecciones

f) Corte Suprema de la República

g) Definición de normas y parámetros nacionales (en educación, salud, vivienda, actividades productivas, transportes y comunicaciones, etc.)

h) Ejecución de grandes obras de interés multiregional

i) Operación de proyectos de interés general

j) Administración provisional y temporal de un Fondo Nacional de Compensación que distribuya los "nuevos ingresos" a las regiones con menos recursos.

Responsabilidades de los gobiernos de las regiones federales y/o provincias:

a) Policía regional

b) Legislación de carácter regional

c) Jurado Regional de Elecciones

d) Corte Superior

e) Adecuación de las normas y parámetros nacionales y definición de las normas y parámetros regionales.

f) Ejecución de obras de interés regional.

g) Operación de proyectos de interés regional

h) Las provincias y/o distritos, según corresponda en cada caso, deben asumir íntegramente las responsabilidades de manejar y operar los establecimientos de educación y salud que hoy maneja el Estado.

  • No uno sino mil responsables.

El país no puede seguir siendo manejado por una persona, el poder y los recursos estatales que hoy absurda e ineficientemente se concentran en una persona, debe ser transferido a 10 000 ó 12 000 personas en todo el territorio nacional.

A fin de mantener el mínimo de coherencia que hoy se da en torno a las elecciones generales y municipales, la elección de los gobiernos regionales debe representar el derecho de los presidentes regionales a conformar libremente, pero como resultado del diálogo interno, sus propios gabinetes de secretarios regionales.

  • Los gobiernos y su duración.

Se debe desterrar de una vez por todas, el mecanismo y derecho constitucional a la reelección. Por lo demás, y aunque mucha gente interesadamente se niegue a admitirlo, la reelección, querámosla o no, implica invariablemente el mal uso de los recursos económicos y políticos del aparato oficial, malgastándose en la propaganda oficialista, ingentes recursos que deberían tener propósitos de inversión, nobles y constructivos.

  • El Presupuesto del Estado: instrumento decisivo.

Durante el proceso de transferencia de las responsabilidades del actual Estado centralista a las regiones, el Presupuesto del Estado Peruano debe constituirse en un importantísimo instrumento descentralizador. En efecto:

  • a) Trasladar, dentro del cronograma preestablecido, año a año, sin excepción, cada vez más recursos a las regiones y provincias, representará un reto formidable y una experiencia altamente aleccionadora.

  • b) A fin de expresamente fomentar la descentralización, en tendencia sistemáticamente creciente hasta alcanzar una meta razonable, y luego progresivamente decreciente, los sueldos y salarios de la administración central y regional deben claramente privilegiar a quienes trabajan fuera de Lima y a quienes trabajan cada vez más lejos de los centros regionales.

  • Agroindustria, turismo y oro: opciones estratégicas.

Perú tiene tres rubros en los que cuenta con ventaja comparativa absoluta respecto de la mayor parte del resto de los pueblos de la Tierra:

  • 1) Su riquísima potencialidad agronómica, en razón de su azarosa pero virtuosa combinación de latitud geográfica y diversidad de pisos ecológicos

  • 2) Su enorme potencialidad turística

  • 3) Su gigantesca potencialidad minera, a disposición de una masiva, mediana y pequeña minería, y, en particular, del larguísimo afianzamiento histórico, de minería en lavaderos de oro.

De manera asombrosa y extraordinaria estas tres grandes potencialidades están increíblemente repartidas a lo largo y ancho del territorio nacional. Las tres son de una potencialidad descentralista enorme. Ninguna de ellas, sin embargo, ha sido puesta aún, decidida y audazmente, al servicio del Proyecto Nacional Peruano.

Desde una perspectiva, el Proyecto Nacional que Perú deberá poner en ejecución desde los primeros días del siglo XXI será apoyarse en tres pilares fundamentales:

  • 1) La agricultura tecnificada

  • 2) El turismo

  • 3) La explotación masiva de la riqueza minera y aurífera

Son los tres más importantes rubros de nuestra economía en los que el país tiene ventaja comparativa absoluta.

  • Incentivos sólidos y de muy largo plazo.

Ninguno de los incentivos que en algún momento han sido creados y puestos en práctica en Perú fueron diseñados pensando realmente en los intereses y en el futuro del país. Sin embargo, en el contexto de un gran proyecto de descentralización, debemos ser capaces de diseñar incentivos realmente contundentes, decisivos y persuasivos, que, además sean de largo plazo: 150 y hasta 200 años, inmodificables, que den una clara, transparente e indubitable señal a todo nuevo inversionista, peruano o extranjero.

Por lo demás, los estímulos e incentivos deben restringirse, casi única y exclusivamente, a las tres actividades consideradas estratégicas y palancas de nuestra descentralización y desarrollo: las actividades agropecuarias y afines, las actividades de producción y servicio relacionadas con el turismo, y las actividades de producción y servicio relacionadas con la explotación de lavaderos de oro y otras formas de mediana y pequeña minería.

Por excepción, y durante por lo menos un plazo de 100 años, debe incentivarse también, decidida y resueltamente, sin excepción, a todas las nuevas actividades productivas y de servicios, de todo género, que se establezcan en las áreas de frontera con los países vecinos, dentro de, por ejemplo, los 100 kilómetros adyacentes a las mismas.

Y, sin retaceos de ninguna índole, deberán gozar de éstos y los otros incentivos, aquellas empresas o inversiones que, instalándose en áreas de frontera, correspondan al propio tiempo a una o más de las tres actividades consideradas estratégicas.

Fiscalización y sanciones.

Debe ponerse en práctica en el país una agresiva, sólida y consistente política de fiscalización y sanciones a todas las formas abiertas y encubiertas de uso ilícito de los estímulos económicos, a fin de garantizar una mayor eficiencia, tanto en la concesión de los estímulos, como de la ejecución de la fiscalización y de la administración de las sanciones.

  • Premios y reconocimiento.

En Perú no ha habido nunca una consistente y generalizada política de premios y reconocimiento a los individuos o grupos que con su talento y esfuerzo estén contribuyendo al progreso.

Todavía hay tiempo de empezar a hacerlo; mas, en adelante, deben estar enmarcados y orientados en función del gran objetivo estratégico: la descentralización.

Deberá pues premiarse y reconocerse públicamente todo aquello que la incentive y promueva, todo aquello que objetivamente la vaya incrementando y afianzando.

Pesca, minería, energía: riquezas regionales.

Cada una de las distintas regiones del Perú debe tener absoluta y clara conciencia de que los recursos naturales de su suelo le pertenecen.

En palabras de Alfredo Pezo Paredes: "la auténtica autonomía regional está en la propiedad de que sus recursos naturales tengan los gobiernos locales y regionales y en la clara convicción de aceptar que el canon en su integridad les pertenece". Esto constituirá una de las palancas fundamentales para la construcción de las Naciones Regionales, en efecto, que por fin deje de fluir hacia Lima el grueso de la riqueza generada por la explotación de las grandes riquezas naturales distribuidas a lo largo y ancho del país.

  • Lima: "inversión cero".

Perú no puede seguir concentrando el grueso de sus más importantes inversiones para satisfacer prioritariamente las exigencias de Lima, sea en energía eléctrica, petróleo o gas, abastecimiento de agua dulce, insumos o alimentos; o para resolver sus problemas de comunicación como autopistas, trenes eléctricos, entre otros. Así, es obligación de todos los peruanos frenar a toda costa el centralismo asfixiante e hipertrófico de Lima, y la forma más eficiente no es otra que revertir la tendencia actual, es decir, pasar a realizar la mayor parte de las inversiones del país fuera de la capital actual.

  • Gobierno por objetivos.

El Perú por falta de un gran Proyecto Nacional, y de los correspondientes y coherentes proyectos regionales, en ausencia de objetivos generales y metas específicas, se gobierna en función del voluntarismo y espontaneismo gubernamental.

El país y sus regiones, provincias y distritos deben ser capaces de diseñar un conjunto de objetivos generales y de metas específicas para cada año y para cada gestión de gobierno, en todos los niveles y en todos los asuntos de interés público.

  • Una nueva capital para el Perú.

La capital del nuevo Perú, debe desplazarse a un punto de los Andes centrales o de los Andes Orientales. La necesidad de alcanzar este objetivo, y dotado de esas características, debe formar parte de la conciencia lúcida de todos los peruanos, sobre todo porque, a diferencia de hace 30 o 40 años, los extraordinarios avances de la informática y las comunicaciones a distancia permiten hoy superar inconvenientes que objetivamente antes eran insuperables, a menos que se incurriera en inversiones descomunales.

  • Un reto histórico fenomenal.

Basta reconocer que en la antigüedad, desde hace ya cuatro mil años, fuimos capaces de construir, en la más difíciles y empinadas laderas de la cordillera, hasta veinte millones de hectáreas de costosísimos andenes.

Pues bien, esta extensa propuesta obedece fundamentalmente a un propósito: a la necesidad objetiva de demostrar que, incluso en el contexto de la dependencia tecnológica, económica y financiera, dentro de un proyecto absolutamente descentralizador, efectivamente un pueblo puede explotar sus propios recursos de modo de generar excedentes cada vez más grandes que le permitan financiar con independencia y autonomía buena parte de sus gigantescas carencias.

Conclusiones

Hemos podido concluir que existe una desproporcionada conceptualización en el ámbito gubernamental acerca del desarrollo regional, y a su vez de una muy marcada y real falta de consenso político en torno a la necesidad imperiosa de descentralizar y democratizar las instituciones gubernamentales; así mismo, la crisis del sistema de planificación y la preocupación existente por los problemas de corto y plazo han restado audiencia y credibilidad al discurso pronunciado por los entes gubernamentales en las regiones, el cual a su vez no ha logrado comunicar las posibles ventajas económicas y sociales que a mediano y largo plazo representarían para las regiones.

Finalmente, es por demás oportuno poner de manifiesto la íntima relación entre la política de descentralización y el combate a la pobreza. En consecuencia, en la medida en que el país se centralice, y se debiliten las gobernaciones y las alcaldías, el combate a la pobreza se hará más difícil de lo que resulta hoy. De allí entonces, que dentro de la institucionalidad territorial para la superación de la pobreza, la política de descentralización debe estar en lugar preferente. No hay otra forma mejor para acercarse al ciudadano y hacerle partícipe de la solución de sus problemas más anunciantes. Por todo ello, la descentralización y el combate a la pobreza son caras de una misma moneda.

Recomendaciones

  • a) Darle forma y contenido a la Descentralización como política nacional para profundizar la democracia.

  • b) Poner en funcionamiento a los Consejos Locales de Planificación de los respectivos municipios, e insistir ante los gobernadores para que pongan en marcha a los Consejos Estadales de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas.

  • c) Reformar varias de las leyes producto de la habilitante para eliminar lo que menoscabe a la política de descentralización.

  • d) Profundizar los procesos de modernización organizacional de los estados y municipios para elevar su eficiencia y eficacia.

Sólo dando a la descentralización el lugar que le corresponde como política para profundizar la democracia y acercar el poder a la población, podremos hacer irreversible este proceso político, disminuyendo la tensión entre federalismo y centralismo.

Bibliografía

https://books.google.co.ve/books?id=XfQGGQyRL0EC&pg=PA138&lpg=PA138&dq=lineas+de+conducta+en+la+descentralizaci%C3%B3n&source=bl&ots=1kMEkGFitF&sig=LGwbkClrdx7JgQDsAiWw2UsvlYU&hl=es-419&sa=X&ei=7QLlVOS2F6qxsASR6oGADQ&ved=0CCgQ6AEwAg#v=onepage&q=lineas%20de%20conducta%20en%20la%20descentralizaci%C3%B3n&f=false

Libro descentralización si o si, Versión en digital.

 

 

Autor:

Bermudez leidys

Indriago Lorian

Lara Yudrianis

Leal Karen

Docente:

MSc. Ing. Turmero Iván

Enviado por:

Iván José Turmero Astros

CIUDAD GUAYANA, FEBRERO DE 2015

Partes: 1, 2
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