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Antropología, medicina y bioética (página 2)


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Medicina y Antropología: confluencias y desencuentros.

La Medicina (del latín medicina, de mederi que significa curar, medicar) es la ciencia dedicada al estudio de la vida, la salud, las enfermedades y la muerte del ser humano, y que implica el arte de ejercer tal conocimiento técnico para el mantenimiento y recuperación de la salud, aplicándolo al diagnóstico, tratamiento y prevención de las diferentes enfermedades. La Medicina como disciplina orientada al cuidado de la vida humana, forma parte del cuerpo de las Ciencias de la Salud y se ha considerado el arte de curar y prevenir enfermedades. Su desarrollo a acompañado al del hombre desde los inicios de la civilización y su práctica ha evolucionado desde ritos religiosos hasta el intervencionismo tecnológico con que contamos en la actualidad.

El mundo occidental asume a los textos hipocráticos, en los que se abordan enfermedades desde perspectivas naturalistas, como las primeras descripciones de práctica médica. Hipócrates y la Escuela Alejandrina rompen con las ideas que admitían las intervenciones de fuerzas divinas en la producción de enfermedades.

La Roma Antigua, por su parte, desarrolló las escuelas y figuras médicas de origen griego, sintetizando y superando algunos trabajos helénicos. La herencia griega es conservada durante la Edad Media, y transmitida principalmente por traducciones hechas por árabes y persas, que completaron muchas observaciones griegas y crearon Escuelas de Medicina y hospitales que sentaron las bases de los modernos estudios universitarios. Durante este último periodo la práctica médica se consideró un privilegio casi exclusivo del cuerpo clerical.

El Renacimiento fue un período caracterizado por el conflicto entre la autoridad de los antiguos y la observación directa en contacto con la realidad, manifestándose en primera instancia en la anatomía. Destaca la figura de Vesalio y su aporte a la misma.

A partir de la segunda mitad del siglo XVII y a través del siglo XVIII, la información existente se va precisando, ordenando y completando. El microscopio marca un hito fundamental en la biología. Surgen nuevos planteamientos, como la generación espontánea y la preformación. Comienza a constituirse una primera etapa positivista. Surgen concepciones dispares como la mecanicista o yatromecánica y la vitalista o yatroquímica en la fisiología.

El siglo XIX representa históricamente el siglo de la clínica y la fisiología, en el contexto de la revolución industrial. Se desarrollan al máximo los métodos de exploración clínica. La noción de la evolución, la definitiva fundamentación de la teoría celular, el conocimiento de la naturaleza y la fecundación, influyen en la biología en general, logrando un gran desarrollo también la fisiología. El laboratorio en la investigación médica adquiere una prominente importancia durante la segunda mitad de este siglo, con el rigor científico y la amplitud lograda por la microbiología. Se consolidan diversas especialidades, todo esto ayudado por las adquisiciones científico-técnicas y las necesidades sociales que van surgiendo. En lo que respecta a la cirugía, esta logra gran desarrollo posibilitado por la introducción de la asepsia y de la anestesia.

En el transcurso del siglo XX se profundiza el desarrollo de las técnicas de exploración, diagnóstico y tratamiento, como la radioterapia, y aplicación de distintos radioisótopos. Importantes adelantos se lograron también en el campo de la electrónica, con la invención de la electrocardiografía y la electroencefalografía. Nuevas disciplinas se van desarrollando, como la genética, la endocrinología, la bioquímica. El descubrimiento de la penicilina abre las puertas al tratamiento de las enfermedades infectocontagiosas. Disciplinas como la genética, la inmunología o la cirugía se desarrollan hasta extremos inimaginables.

La antropología es una ciencia comprensiva general que estudia al hombre en el pasado y en el presente de cualquier cultura. Esta se divide en dos grandes campos: la antropología física, que trata de la evolución biológica y la adaptación fisiológica de los seres humanos, y la antropología social o cultural, que se ocupa de las personas viven en sociedad, es decir, las formas de evolución de su lengua, cultura y costumbres.

Antropología física

La antropología física es una rama de la antropología que tiene como objeto de estudio las interacciones de procesos biológicos y sociales y sus efectos sobre las razas humanas, entendidas éstas no solo como objetos de naturaleza básicamente biológica, sino como el terreno mismo de la interacción biosocial, lo que implica un conocimiento de los dos ámbitos, pero sin reducirse a ninguno de ellos.

El término "antropología física" ha sido sustituido por el de antropología biológica, que describe una instancia cualitativamente superior. Esta denominación ha quedado en desuso, como así también la diferenciación entre razas humanas, la frenología y algunos otros métodos y clasificaciones utilizados por esta.

La antropología física a la vez se subdivide en distintas ramas:

 Forense

 Primatología

 Osteología

 Somatología

 Ontogenia

 Paleoantropología

 Paleopatología

 Antropología genética

Ecología humana

Por esto la antropología física no puede ser igualada con la biología o con las ciencias sociales, a pesar de que tome métodos y técnicas de ambas. El énfasis en una postura biologista ha llevado a los antropólogos físicos hacia lo que se ha denominado desde hace varios años biología humana, y, por otra parte, a estudios de estricto corte social. Ambos extremos no son sinónimos de antropología física.

 Antropología Forense

Es la aplicación de la ciencia de la antropología física o antropología biológica a el proceso legal. Se trata directamente con la parte de identificación mortuaria y a la vez se puede decir que esta reconstruye la circunstancias de muerte, equivalente a la reconstrucción de la biografía biológica antemortem del individuo, con el propósito de establecer cómo era el modo de vida de la víctima antes de su muerte, sus enfermedades y hábitos profesionales. Este procedimiento se conoce también como osteo-biografía. Se divide en tres ramas importantes, relacionadas con otras tantas ramas de las ciencias antropológicas: la antropología forense, la arqueología forense y la antropología cultural forense.

 Primatología

Debido a que los seres humanos son primates emparentados genéticamente con otros simios y monos el estudio de la conducta, la dinámica de la población, los hábitos alimenticios y otras cualidades de los mandriles, chimpancés, gorilas y primates análogos, constituye una dimensión comparativa esencial de la antropología.

 Osteología

Se puede definir como la sección de la disciplina que estudia los huesos y su aplicación en la parte socio biológica, y como la forma de estudiar los huesos de manera determinada y regional.

 Somatología

Es el estudio del cuerpo humano y las relaciones que este establece con el medio ambiente y la cultura, así como la estructura del hombre y los diferentes tipos de ambiente donde habita.

 Ontogenia

Estudia los cambios químicos, físicos y neurológicos que experimenta cualquier organismo desde el momento en que es concebido hasta que muere.

 Paleoantropología

Es la rama de la antropología biológica que se ocupa del estudio de la evolución humana y sus antepasados fósiles, en otras palabras de los homínidos antiguos.

 Paleopatología

Es la ciencia que estudia las enfermedades padecidas por personas o animales en la antigüedad, a través de vestigios hallados en los huesos e inmediaciones donde se hallan dichos restos.

 Antropología genética

Se define como la aplicación de técnicas moleculares para poder entender la evolución homínida, en particular la humana, relacionándolas con otras criaturas no humanas.

 Ecología humana

Se puede definir como de la materia del mundo entero en afectos de la física biológica estudio de la relación existente entre el hombre y el medio ambiente en el cual se desarrolla.

Antropología social o cultural

La antropología social o cultural es la rama de la antropología que se ocupa de la descripción y análisis de las culturas. Uno de los temas principales de la antropología cultural, por lo tanto es, la relación entre los rasgos universales de la naturaleza humana y la forma en que se plasma en culturas distintas. El estudio de las razones de las diferencias culturales "motivadas por razones ambientales o históricas", y de la organización de estas en sistemas globales ha ocupado también buena parte de los esfuerzos de la disciplina. La antropología cultural incluye también el estudio de la religión como un elemento común a todas las culturas. Es más apropiado llamarlo "fenonemenología de la religión" y podría incluir apartados como: fenómeno religioso, religiosidad popular, ceremoniales, ritos, etc. La fenomenología de la religión no hace exégesis o defensa de ninguna religión y explica el hecho religioso desde diversas disciplinas: economía, sociología, psicología, literatura, lingüística

Aunque hoy se considera una subdisciplina de la antropología cultural, históricamente ésta procede de la etnología, que se ocupa de recoger material que permita describir e interpretar las distintas culturas. El estudio de la etnología se originó en el siglo XIX, cuando estudiosos e historiadores buscaron por primera vez proporcionar una interpretación sistemática de los mitos, tradiciones y costumbres de los pueblos extraeuropeos recopiladas por exploradores y misioneros; esta primera fase de la disciplina, desdeñosamente denominada "antropología de poltrona" por las generaciones posteriores, estuvo caracterizada por la falta de contacto directo entre investigadores e investigados, y por la dedicación a problemáticas predominantemente históricas y genéticas. Los teóricos de esta primera generación (entre ellos James Frazer y Edward Burnett Tylorâ) se ocuparon del problema de la difusión de los elementos culturales, de los métodos de transmisión del contenido cultural y de la elaboración de soluciones alternativas a problemas tecnológicos comunes. En línea con la filosofía positivista dominante en la teoría de la ciencia de la época, el consenso disciplinario se inclinó por suponer que las diferentes culturas pasaban por una serie homóloga de etapas en su evolución, aún sin tener necesariamente contacto entre sí.

A comienzos del siglo XX, los trabajos de Bronislaw Malinowski supusieron una modificación radical en las estrategias de investigación de la antropología. Aún sin apartarse de una teoría científica positivista, Malinowski abordó el estudio directo de los pueblos investigados mediante el trabajo de campo, sosteniendo que los materiales recopilados por misioneros o legos introducían graves desviaciones y sesgos para el estudio, al interpretar de manera incorrecta el sentido de muchas de las prácticas. La metodología desarrollada por Malinowski en sus investigaciones sobre los nativos de las islas Trobriand (Nueva Guinea) implicaba el traslado del investigador al hábitat de la cultura investigada y la inmersión en sus propios hábitos comunitarios, en la llamada observación participante. Vehementemente defendida por su autor y por Franz Boas, rápidamente se convirtió en el método estándar de la disciplina. Uno de los resultados más importantes obtenidos mediante el método de la observación participante fue la constatación de que hábitos o tradiciones de apariencia similar podían cumplir funciones radicalmente diferentes en culturas distintas, obligando a estudiar detalladamente el contexto y a prescindir de clasificaciones universales.

Los documentos escritos se producen ya desde que los países europeos exploran

América del Norte, Central y Sur, por citar los que actualmente están en el grupo cultural latino. Los autores fueron navegantes, misioneros, exploradores, comerciantes, viajeros, geógrafos, historiadores, antropólogos y etnólogos. La época descrita se inicia en el siglo XV y el período más importante es entre el siglo XVIII y el siglo XIX. El ámbito fue desde Tierra del Fuego hasta Canadá.

En la Historiografía hispana hay un importante catálogo de obras, quizás cientos, cuyo tema es América latina y su método es de cuadernos de campo y recopilaciones de fuentes escritas y orales.

Antropología médica: comunión entre ciencias

La relación entre la medicina y la antropología ha estado marcada por diversos encuentros y desencuentros. Desde el campo disciplinario de la antropología, la medicina está integrada a la cultura, y cada cultura cuenta con su interpretación de lo que es el fenómeno de la enfermedad; se habla entonces de medicinas que llegan a ser tantas cuanto alcanzan a ser el número de culturas existentes.

En nuestra sociedad las medicinas que corresponden a las diversas culturas coexisten, se divulgan y se influyen mutuamente. Sin embargo, se presenta el dominio o hegemonía de una sobre las otras, una medicina que tiene como eje a la ciencia y cuyo aporte es la objetividad, que se ha convertido en la medicina oficial al contar con el apoyo de los Estados. Gran parte de la medicina científica se apoya en la experimentación, lo que ha permitido la consolidación de un cuerpo de conocimientos que se expande y diversifica continuamente, desarrollando especialidades a un nivel sin precedentes y colocando en un plano secundario y hasta subordinado a otras prácticas médicas.

Por diferentes circunstancias, en el desarrollo del ejercicio profesional médico se ha dado prioridad a un tipo de conocimientos, excluyendo otros. Este modelo médico dominante en los servicios asistenciales y en la formación universitaria, ha hecho énfasis en la dimensión biológica del proceso salud-enfermedad.

Si consideramos a la medicina como campo profesional donde se conjuntan conocimientos, técnicas y habilidades que tienen como objeto el estudio del ser humano desde el proceso salud-enfermedad, entonces se hace evidente que no debe ser reducido a lo biológico, ya que incluye lo social y lo psíquico.

El fenómeno salud-enfermedad aunque se expresa en lo individual se refiere a procesos colectivos, que son a la vez fenómenos históricos. A los largo de su evolución, el hombre se ha enfrentado a la enfermedad. Las condiciones socioeconómicas y culturales de una sociedad favorecen un tipo de patología determinada, a la vez, se construyen una serie de teorías que intentan determinar la etiología y orientan la práctica médica.

Cuando el médico se pregunta ¿cómo se conocen las enfermedades en el hombre?, ¿como las concibe el hombre enfermo?, las respuestas las construye de acuerdo a los conceptos de su sociedad y de su época.

La medicina moderna en general considera la enfermedad como un hecho anatomofisiológico, se tiende a ver como una entidad objetiva que esta localizada en algún lugar del cuerpo y que perturba el proceso fisiológico. El médico utiliza los conceptos y prácticas dominantes, pero se enfrenta a los diversos modos de entender la enfermedad y a múltiples propuestas terapéuticas. Para prevenir, curar o rehabilitar debe conocer las formas de organización, conocimientos y valores de la sociedad y de los grupos sociales en donde realiza su trabajo, ya que cuando se construye la realidad inevitablemente se transita por el sendero de lo ideológico. Así, la interpretación sociocultural de la enfermedad incluye múltiples aspectos: campos de conocimientos, técnicas médicas, tecnologías, recursos e instrumentos, medicamentos, plantas, animales, ritos, símbolos, ideas, conductas, procedimientos, las lógicas internas tanto del facultativo y de la institución de salud como de los pacientes y sus familiares, la tradición, la verificación empírica y la experiencia, así como la confrontación con la teoría, el grado de aceptabilidad de la práctica terapéutica, la forma en la que los valores sociales incluidos en la profesión permean la práctica terapéutica, entre otros. Aparecen tanto las bondades como las incongruencias de las prácticas médicas, por eso es necesario conocer y confrontar diversas cosmovisiones del proceso salud-enfermedad.

Antropología Médica

La antropología médica es un subcampo de la antropología social o cultural. Es la traducción al castellano del término medical anthropology que sirve, desde 1963, de etiqueta identificativa de la investigación empírica y la producción de teoría por parte de los antropólogos sobre los procesos sociales y las representaciones culturales de la salud, la enfermedad y las prácticas de atención o asistencia relacionados con ella. En Europa, el término "antropología médica" fue el término elegido en los años cuarenta para designar los estudios filosóficos sobre la salud/enfermedad, como traducción del término neerlandés "medische anthropologie" acuñado en el siglo .XIX. Algunos autores plantean que el concepto de antropología médica se origina en la década del '70, justamente cuando nace la bioética, otra disciplina vinculada al mundo científico y médico que ha ido adquiriendo gran relevancia en los últimos años. La antropología médica entiende que la enfermedad no es un concepto ni una experiencia universal. Las enfermedades tienen fuertes componentes culturales que deben ser respetados. Estudia los problemas de salud humanos y los sistemas terapéuticos en sus contextos sociales y culturales más amplios. Recurriendo a las ciencias biológicas y sociales, así como a la clínica, los antropólogos médicos han hecho grandes aportaciones al conocimiento y mejora de la salud humana y los servicios sanitarios en todo el mundo. En consecuencia, el auge de esta subdisciplina en años recientes ha sido notable, como reflejan las numerosas publicaciones y encuentros de especialistas, los programas de formación y su influencia fuera del ámbito puramente antropológico. La antropología médica no se caracteriza por un solo paradigma teórico. Por ejemplo, la descripción y el análisis etnográfico de la religión y de los sistemas terapéuticos son tan antiguos como la propia antropología, mientras que enfoques nuevos, como la antropología medica crítica, son producto de las tendencias intelectuales más recientes. Aunque dicho ámbito de actividad intelectual es muy diverso, cabe identificar cinco enfoques básicos: biomédico, etnomédico, ecológico, crítico y aplicado. Estos enfoques comparten tres premisas fundamentales:

  1. La enfermedad y la curación son fundamentales en la experiencia humana y se comprenden mejor holísticamente en contexto con la biología humana y la diversidad cultural.
  2. La enfermedad representa un aspecto del entorno que sufre la influencia del comportamiento humano a la vez que requiere adaptaciones bioculturales.
  3. Los aspectos culturales de los sistemas de salud tienen importantes consecuencias pragmáticas en la aceptabilidad, efectividad y mejora del cuidado sanitario, en particular en las sociedades multiculturales.

 Enfoque biomédico

Aunque no siempre se reconoce así, gran parte de la investigación en antropología biológica con recurso a la epistemología científica convencional y centrándose en la biología humana y las consecuencias sanitarias de diferentes esfuerzos e incidencias, es parte de la antropología médica. Por ejemplo, se reconoce desde hace tiempo que la enfermedad ha sido un importante agente de selección natural en la evolución genética y cultural. Los antropólogos biomédicos han usado los estudios inmunológicos para examinar el curso de las epidemias y las adaptaciones fisiológicas humanas a determinadas demandas o esfuerzos relacionados como las propias infecciones, la privación alimentaria, la altitud o las temperaturas extremas.

 Enfoque etnomédico

Las primeras investigaciones etnomédicas se confinaron al estudio de las sociedades no occidentales y culturas llamadas exóticas, y en general, se integró en el campo más amplio del estudio comparativo de la religión. Las ideas acerca de la enfermedad y los rituales terapéuticos se analizaron como ventanas sobre las creencias cosmológicas y los valores culturales subyacentes. A medida que se reconoció la intima relación entre los conceptos de enfermedad y de organización social, la etnomedicina pasó a centrar su interés en la investigación etnográfica. Fabrega (1975) definió este enfoque como "estudio de que piensan los miembros de diferentes culturas acerca de la enfermedad y como se organizan para recibir tratamiento médico, así como de la propia organización social de éste." Los estudios etnomédicos típicos se centran en la clasificación y el significado cultural de la enfermedad, los comportamientos de los enfermos en busca de salud y las teorías, el adiestramiento y las prácticas de los sanadores. Nichter (1992) describe doce áreas de trabajo etnomédico actual, incluido "el estudio del afligido cuerpo como espacio en el que contienden ideologías distintas y se desarrollan las emergentes a través de prácticas e instituciones médico-religiosas que guían la producción de saberes." El concepto de modelos explicativos de la enfermedad usados en la antropología clínicamente aplicada lleva la atención a las interpretaciones individuales de la causa, el curso y tratamiento de los episodios patológicos. Los conocimientos etnomédicos son importantes para entender como influyen las creencias culturales en los comportamientos relativos a la salud.

 Enfoque ecológico

El enfoque ecológico en la antropología médica centra su interés en como las pautas de comportamiento y culturales humanas configuran las complejas interacciones del patógeno, medio natural y huésped humano para producir enfermedades infecciosas. Los estudios ecológicos de la salud y la enfermedad han puesto sus miras más allá de los factores socioeconómicos locales que influyen en la frecuencia de la enfermedad para ponerlas en las fuerzas de política económica mayores que limitan las opciones comportamentales de las poblaciones. La antropología ecológica y la política examinan la influencia de los ambientes culturales, físicos y político-económicos en la distribución de la morbibilidad y la mortalidad. Los cuadros patológicos descritos con modelos epidemiológicos a menudo reflejan prácticas culturales asociadas con la dieta, los modelos de actividad, la sexualidad y otros. Además, las prácticas grupales culturalmente definidas, como la introducción de la agricultura de riego, pueden transformar el equilibrio ecológico de la enfermedad a favor del patógeno. Los análisis ecológicos en antropología médica revelan igualmente numerosos casos donde los cambios culturales mejoran el estado sanitario en algunos grupos.

 Enfoque crítico

La antropología médica crítica (AMC) comprende dos movimientos intelectuales influyentes en este campo a lo largo de las décadas de 1980 y 1990. Uno subraya los enfoques marxistas de las fuerzas político-económicas macrosociales para comprender como influyen en la salud y en la estructura de los sistemas sanitarios; el segundo es más epitesmológico y cuestiona los fundamentos de la teoría y la práctica biomédica contemporánea. Este enfoque se ha visto influido por pensadores postmodernos como Foucault, que ponen énfasis en la naturaleza social-contruccionista de la realidad y en el poder social inherente a instituciones hegemónicas como la "biomedicina". Lo que ambos movimientos tienen en común es la demanda de una nueva reflexión fundamental sobre las premisas y objetivos de la antropología médica. La orientación política-económica de la AMC considera las cuestiones de la salud en contexto con fuerzas políticas y económicas mas poderosas que modulan las relaciones humanas, configuran el comportamiento social y condicionan la experiencia colectiva. Los macroprocesos mundiales se ven como moldeadores de la práctica clínica e influyen en la distribución de las enfermedades. La medicina se asume no sólo como un conjunto de procedimientos y tratamientos, sino como una serie de relaciones sociales e ideología que las legitima.

 Enfoque aplicado

Se consideran dos ramas, la clínica y la relacionada con la sanidad pública. La antropología médica clínicamente aplicada se conoce mejor por el uso que hace de modelos explicativos para explorar las diferencias conceptuales entre las percepciones respectivas del médico y del paciente en lo concerniente a la enfermedad y la dolencia. Los antropólogos clínicos trabajan en escenarios biomédicos con los terapeutas y contribuyen al suministro de cuidados médicos, aplicándose al propio tiempo al adiestramiento de futuros profesionales. La investigación realizada por antropólogos médicos clínicos atiende pormenorizadamente a opciones de atención sanitaria, creencias sobre la enfermedad y eventos vitales; también, al estudio de las influencias culturales en el comportamiento del paciente, la distribución de las enfermedades, la experimentación de la dolencia y las interacciones que se establecen entre terapeutas y pacientes. Forman parte también del campo de estudio macroaspectos como los sistemas de prestación sanitaria institucional y los contextos políticos y económicos.

La investigación en la antropología médica aplicada a la salud pública tiene un énfasis programático en la atención sanitaria primaria y las intervenciones en terapias de nutrición y rehidratación que requieren participación comunitaria.

En general, la antropología médica intenta analizar los sistemas de ideas y significados de cada grupo humano dentro del proceso salud enfermedad, así como las prácticas de atención, permite entender como la cultura establece marcos de referencia que influyen en el comportamiento de las personas durante los episodios mórbidos.

El padecimiento es un concepto que ha sido manejado desde la perspectiva antropológica, entendiéndolo como el sentir y sufrir una serie de síntomas, tiene que ver con la experiencia vivida de vigilar los procesos corporales, las expectativas creadas alrededor de dichos procesos, las categorías y explicaciones del sentido común accesibles a todas las personas del grupo social y los juicios de los pacientes sobre como enfrentarlos. Para entender el padecimiento, se establecen modelos explicativos que son manejados por curadores y pacientes en todos los sistemas de salud, se ofrecen nociones sobre las enfermedades y los tratamientos y dan significado social a la experiencia de la enfermedad. Estos modelos explicativos pueden presentar diferencias importantes en los grupos sociales, incluso del mismo nivel socioeconómico y cultural.

La relación entre el médico y el enfermo presenta una serie de problemas que tiene su origen en las diferencias entre los modelos explicativos que comparten cada uno. Los conceptos de padecimiento son diferentes a los conceptos médicos de lo que es la enfermedad.

Antropología médica en Cuba

Los estudios de antropología se iniciaron con formalidad en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, por los doctores Luis Montané Dardé (1849-1936) y Arístides Mestre Hevia (1865-1952) quienes utilizaron la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la Habana (fundada en 1861) como tribuna de discusión. Juntos fundaron la Sociedad Antropológica de la Isla de Cuba el 7 de octubre de 1877, la cual estaba destinada a apoyar y divulgar las investigaciones de esta rama de la ciencia en la isla. Esta etapa inicial es la de las primeras exploraciones a sitios arqueológicos, a excepción de las realizadas por el geógrafo Miguel Rodríguez Ferrer en 1846 en asentamientos aborígenes.

Son los primeros estudios de antropología médica que se refieren a nuestra población o a una parte de ella, los dedicados a las enfermedades de los negros esclavos, a las medidas que debían emplearse para enfrentarlas o contrarrestarlas y a un sistema de atención medica muy particular dirigido a esta clase social de origen africano. Esta medicina era considerada de forma diferente a la de los blancos. Es por eso que en el génesis de la antropología médica cubana aparece la obra "El Vademécum de los hacendados cubanos" (1831) del francés asentado en Cuba Honorato B. de Chateausalins; pero se cuenta también con la obra de Francisco Barrero, la cual permaneció inédita por ciento cincuenta y cinco y años hasta que fue publicada por las investigadoras Lydia Cabrera y Teresa de Rojas. La antropología como ciencia del estudio del hombre se consolida en Cuba durante los primeros años del siglo XX gracias a la labor de Fernando Ortiz (1881-1969) el cual desbordó los estudios de antropología física y forense iniciados por el doctor Montané y desarrollar la antropología cultural y social, con su histórico estudio "Hampa afrocubana. Los negros brujos: apuntes para un estudio de etnología criminal." (1906)

En Cuba, como en otros países del Nuevo Mundo, la importación de grandes masas de poblaciones africanas, para que realizaran el trabajo mas duro e intenso, fue algo habitual desde etapas tempranas del siglo XVI, cuando los aborígenes de nuestra isla disminuyeron, al ser sometidos a la explotación y pasar de un sistema de vida de comunidad primitiva a uno esclavista en un período de tiempo muy breve. Una respuesta ante esta situación fue la práctica del suicidio en proporciones elevadas y la decisión de las parejas de no tener descendencia. Además, los agentes patógenos traídos por los colonizadores provocaban epidemias entre la población autóctona, al no tener esta ningún tipo de defensa inmunológica. Como consecuencia de la disminución de la mano de obra agrícola, los colonizadores que propiciaron el exterminio indígena comenzaron a introducir negros esclavos sometidos a inhumanas condiciones de trabajo donde primaba el hacinamiento, la escasa alimentación y los castigos corporales. Toda esta situación creo nuevas condiciones de salud y epidemiológicas en la colonia. La necesidad de mantener a la masa explotada en condiciones de salud relativas que permitieran el trabajo, hizo surgir un nuevo de tipo de medicina, destinada solamente a tratar esclavos. Uno de sus precursores fue Alejandro de la Fuente García, el cual estudió una muestra de 4 446 esclavos de La Habana entre 1580 y 1699 y describió no sólo las enfermedades que con más frecuencia los aquejaban (deficiencias nutricionales, disentería y síndrome diarreico agudo), además los agrupó según el tiempo de permanencia en la isla y su grado de adaptación en: Bozales, Ladinos y Azucareros.

Otro de los temas relacionados con la antropología médica en nuestro país fue el estudio de los sistemas médicos, de las ideas sobre la medicina y la enfermedad, y las medidas terapéuticas que los habitantes tenían al arribo de los europeos. Un grupo de médicos de la recién fundada Sociedad Antropológica se sintió interesado en el tema y publicaron numerosas obras; la más relevante quizás es la del médico Enrique López Veitía (1857-1910) "Medicina de los siboneyes".

Siguiendo el curso de la antropología médica en Cuba, es necesario nombrar al doctor Raimundo de Castro y Bachiller (1878-1954), profesor de medicina legal que fue uno de los que mas aportó a esta disciplina durante la primera mitad del siglo XX y cuyos frutos ha recogido el actual Instituto de Medicina Legal, con una importante labor dentro de la Antropología forense de fama internacional, trabajo caracterizado fundamentalmente por la identificación de restos óseos, tanto desde la óptica de la Criminalística como del estudio de poblaciones aborígenes, fechado de restos óseos, utilizando las técnicas más modernas. También se ha especializado esta institución en estudios para determinar paternidad, huellas, etc. Esta especialidad altamente calificada ha sido solicitada incluso por países del área para identificar restos humanos, cadáveres, como fue un famoso caso de criminalística solucionado en Ecuador y más recientemente el hallazgo en Bolivia de los restos de la guerrilla del comandante Ernesto Che Guevara, que fueron encontrados, rescatados e identificados por un equipo de especialistas dirigido por su director Doctor Jorge González Pérez después de varios meses de ardua labor. Importantes también fueron las investigaciones de crecimiento y desarrollo humano llevadas a cabo por especialistas del Ministerio de Salud Pública, como fue la Encuesta e Investigación de Crecimiento y Desarrollo de la población infantil cubana, dirigida por el profesor doctor José Jordán, que culminó con el cálculo de las Tablas Cubanas de Peso Talla y Estatura, que hasta ese momento el desarrollo corporal de nuestros niños era evaluado por parámetros foráneos. En la actualidad continúan estas investigaciones en el Departamento de Crecimiento y Desarrollo que dirige el Doctor José Gutiérrez Muñiz en la Facultad de Ciencias Médicas "Julio Trigo". También se ha desarrollado la línea de investigación antropológica relacionada con la nutrición y los hábitos alimentarios en los diferentes grupos de población desde el Departamento de Antropología y Nutrición, del Instituto Nacional de Nutrición e Higiene de los Alimentos.

La Medicina y la Antropología a través de la bioética

La Bioética es una disciplina que se ocupa del cuidado y afirmación de la vida, atendiendo los dilemas suscitados por el desarrollo tecno-científico, en el marco de las ciencias, los valores y los principios morales. En la sociedad actual nos encontramos ante cambios generados por la investigación científica, principalmente en los campos de la Biología y la Física que afectan la vida, su calidad y su sentido, y que podrían convertirse en irreversibles.

El movimiento bioético surgió desde la ciencia, preocupada por sus avances en dominios antes insospechados, especialmente en la biomedicina, con intervenciones en la genética y la herencia humana, en el status del embrión, la contracepción, el aborto, la eutanasia, la definición de la muerte, la calidad de vida, la familia, la procreación asistida, la experimentación en animales y humanos, la utilización de recursos, la autonomía de la persona como sujeto moral; en fin, del paternalismo médico y muchos temas más que trascienden lo meramente biológico hacia lo social y lo cultural.

Los dilemas creados por la tecnociencia han estimulado la reflexión bioética como una disciplina que se ocupa del cuidado y afirmación de la vida para enfrentar dichos dilemas.

Esa reflexión surgida sobre los hechos de la medicina se ha extendido a todas las actividades de la sociedad tecnocientífica en que vivimos. La medicina contemporánea ha adquirido las formas discursivas de las ciencias naturales empíricas. Uno de los mandatos en el contexto intelectual de esas disciplinas es realizar todo lo factible, hasta el límite de su capacidad.

Tales disciplinas, especialmente las relacionadas con el cuerpo humano –cuyo paradigma es la fisiología- proveen la normatividad esencial que preside las nociones de salud y normalidad. Proveen, asimismo, las metáforas que permiten reinterpretar la vida social como un cuerpo sano, que puede perder algunas de sus partes pero que se conserva intacto en lo general. La transición entre la fisiología como disciplina del cuerpo humano normal y la medicina como fijadora de normas y reparadora de yerros en la sociedad general se encuentra en autores tan diversos como Rudolf Virchow en Alemania y Walter B. Cannon en Estados Unidos y no fue ajena a las teorizaciones de la sociología temprana de un Henderson o un Parsons.

El origen cultural de las enfermedades y las propuestas surgen desde la bioética para abordar los conflictos que padecemos. Una mirada sobre las relaciones entre medicina y la ética nos muestra que no han estado exentas de conflictos a lo largo de la historia y se hace necesaria la presencia del derecho, constituyéndose la sociedad moderna en un entramado médico jurídico.

En su Ética Nicomáquea, Aristóteles dice que el fin (télos) de la medicina es la salud. Ocurre sin embargo, que la salud no es ahora algo comprensible de suyo, como lo fue en otras épocas. Algunos filósofos como Fernando Lolas ven la salud como un objeto, pero no un objeto cualquiera, sino uno que se construye a diario por personas que no la tienen por objeto de ciencia y que la viven como ritual de construcción personalísima.

La salud es modelada no sólo por el discurso médico y científico, también forma parte del discurso profano y del imaginario social expresado en los medios masivos de comunicación social, la ficción novelesca o el dogma religioso. Por tanto, la salud no es neutral y su evaluación siempre va a constituir un acto valorativo.

La salud no debe sólo existir, tiene que ser buena, conducir al bienestar y ser sinónimo de calidad de vida.

En la sociedad actual, la salud se ha convertido en valor de mercado. Es vendible, alquilable y se comercia con ella. Los principios tradicionales que han constituido el núcleo de la Bioética: justicia, no maleficencia, autonomía y beneficencia; resultan insuficientes para abordar la salud y enriquecer la práctica de la medicina.

La escuela de Heidelberg (llamada así en 1950 por Pedro Laín Entralgo) plantea imbricar la bioética con la medicina antropológica en un intento de rescatar la salud como valor. En esta escuela se destacaron figuras como: Ludolf von Krehl, Richard Siebeck, Víctor von Weizsäcker y Paul Christian. A pesar de que en décadas siguientes, el ímpetu de esta escuela disminuyó considerablemente, sus planteamientos sobre rescatar los aportes de la tradición antropológica son de gran importancia.

No debemos olvidar que si algo caracteriza a la cultura postmoderna es el ocultamiento de sus directrices, la fractura de los vínculos tradicionales y el escepticismo respecto del universal acuerdo. No se trata de visiones pesimistas de la vida, privilegio en el pasado de espíritus adelantados y sagaces como Schopenhauer. Se trata más bien de una generalizada desconfianza en los ordenamientos, las normas y los principios. Manteniendo, no obstante, una liturgia cosmética que parece reforzarlos. De allí la necesidad de «desenmascarar lo real» con ayuda de la reflexión y del esfuerzo.

Por tanto, en la investigación sobre los determinantes macrosociales de la salud y sus perturbaciones, en la práctica médica diaria, la reflexión bioética debe ser un componente sustantivo.

CONCLUSIONES

La antropología médica se ha ido conformando lentamente como una versión especializada que observa al ser humano desde la óptica de la enfermedad. "Las prácticas sociales en general, las biomédicas en particular, requieren de una orientación de sentido en vista del inestable equilibrio existente entre capacidad creadora y posibilidad destructiva".

El concepto de antropología médica se origina en la década del '70, justamente cuando nace la bioética, otra disciplina vinculada al mundo científico y médico que, al apostar por la afirmación de la vida como valor per se, entiende la salud como tal y que ha ido adquiriendo gran relevancia en los últimos años.

La antropología médica entiende que la enfermedad no es un concepto ni una experiencia universal. Las enfermedades tienen fuertes componentes culturales que deben ser respetados.

En Cuba, el desarrollo de la antropología estuvo fuertemente ligado al proceso de conformación de la identidad nacional, siendo las primeras investigaciones en este ramo las dedicadas al estudio de la las poblaciones aborigen y de origen africano. La antropología médica no comienza a afianzarse como disciplina hasta el siglo XX gracias a la contribución de numerosas personalidades como Raimundo de Castro y Fernando Ortiz, entre otros.

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Datos de la Autora

Victoria de la Caridad Ribot Reyes

Doctora en Medicina

Especialista de I grado y profesora instructora de Medicina General Integral

Master en Longevidad Satisfactoria

Maestrante de Bioética

Centro de trabajo: Policlínico "Carlos Manuel Portuondo" (Marianao, La Habana)

Partes: 1, 2
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