Una mirada a los niños institucionalizados y a la zooterapia (página 2)
Enviado por Karin Jury de la Fuente
2. Niños institucionalizados
Berger y Luckman (1984), señalan que la institucionalización aparece cada vez que se da una tipificación reciproca de acciones habitualizadas por tipos de actores.
Asimismo Goffman en 1984 aduce que las niñas y niños institucionalizados permanecen en hogares convivenciales, lugares de residencia, donde una gran cantidad de individuos en igual situación, comparten una rutina diaria administrada de manera formal. La institucionalización instaura modos de actuar y de vincularse, diferentes a los practicados fuera de la institución (Garbi, Grasso, Moure, 2004).
Por otra parte, Foucault señala que en las instituciones, los procedimientos habituales son la distribución, clasificación, codificación, repartición de los cuerpos de quienes allí viven. El autor menciona varias características, tales como: mantenerlos en una visibilidad sin lagunas, formar en torno a ellos todo un aparato de observación, de registro y de anotaciones, construir sobre ellos un saber que se acumula y centraliza (Foucault, 1989 citado en Garbi, Grasso & Moure, 2004).
Nordys (2006), señala que la institucionalización es un estímulo altamente desencadenante de estrés y enfermedades que termina por somatizarse, ya que el niño no entiende por qué fue separado de sus padres o sólo interpreta el hecho como abandono y no acepta su ingreso a un ambiente extraño.
A partir de las diversas investigaciones que se han realizado en los últimos años, sobre los efectos de la institucionalización, se ha concluido que la vida en las instituciones y la deprivación intelectual, física, social y emocional que conlleva, se convierten en un factor de riesgo para el desarrollo del niño.
La institucionalización a pesar de no condenar a los niños hacia la psicopatología, los deja vulnerables en su desarrollo intelectual y físico, sus problemas conductuales, y sus relaciones de apego con sus cuidadores y pares.
- Institucionalización
- Características generales de la institucionalización en el Sistema de Protección Simple de Chile
Las modalidades asistenciales de protección se centran en la superación de la carencia o alteración de la tuición, con el fin de alcanzar lo antes posible la reinserción social de los niños. Su propósito principal es procurar la integración del niño a un medio familiar, ya sea el propio o uno sustituto y, en los casos que corresponda, apoyarlos hasta que pueda valerse por sí mismo (SENAME, 1990).
En el Servicio Nacional de Menores (SENAME), se considera como sujeto de atención a aquellos niños que carecen de tuición, o que si teniéndola, su ejercicio constituye un peligro para su desarrollo moral integral; son niños que presentan desajustes en su conducta o que se encuentran en conflicto con la justicia.
La línea de Protección tiene como objetivo modificar o superar las situaciones familiares y del entorno que determinan la vulneración grave de los derechos de niños, niñas y jóvenes que han sido vulnerados gravemente en sus derechos, con sus familias ausentes o inhabilitadas para su cuidado.
Las edades de los niños atendidos en los sistemas de protección fluctúan entre los 6 y 15 años, concentrándose la mayor población entre los 11 y 15 años (40%).
Las principales causas de ingreso a estos hogares son abandono paterno o materno y la orfandad materna, lo cual suma el 50%. El peligro físico y moral y el problema socioeconómico constituyen e 14%. Asimismo, el 35% de lo menores han ingresados por abandono paterno o problema socioeconómico. Los casos de orfandad total son mínimos en el sistema (SENAME, 1990).
La familia es quien decide frecuentemente el ingreso de los menores a los hogares, además un alto porcentaje de los ingresos es por orden judicial, mediante el Tribunal.
A partir de un estudio realizado por el SENAME en el año1998, se ha demostrado que la permanencia de los niños, niñas o jóvenes en las diferentes instituciones de protección simple, es mayor a lo esperado. El 38% de los niños permanece en el sistema más de dos años y casi el 70% de ellos lo hace por más de cinco años.
Con respecto al egreso, cabe señalar que, más de dos tercios de los niños internos lo hacen por interrupción del tratamiento, determinación del tribunal o fuga. Por lo cual, se hace menos frecuente un egreso con el problema inicial solucionado. A partir de otras investigaciones realizadas por el SENAME, se obtuvo que el 87% de los menores que han egresado de los sistemas de protección simple regresa a su familia (SENAME, 1988).
Los principales objetivos del SENAME son: garantizar el bienestar y protección de los derechos fundamentales de los niños, niñas y jóvenes atendidos y restablecer el derecho del niño a crecer y desarrollarse en familia, cuando por acción u omisión de esta o de los adultos responsables, han sufrido la vulneración de sus otros derechos. A partir de estos surgen los siguientes objetivos específicos:
- Satisfacer adecuadamente las necesidades de cuidado y desarrollo del niño, niña y joven durante todo el periodo de internación, en las áreas física, afectiva, intelectual, recreacional, cultural y social.
- Desarrollar acciones de reparación de los daños físicos y psicológicos que el niño, niña o joven presente como secuela de la vulneración de derechos que le ha afectado.
- Desarrollar y fortalecer los vínculos afectivos entre el niño, niña o joven y su familia
- Fortalecer y habilitar al núcleo familiar, propio o alternativo en el cumplimiento de las funciones de protección, educación y crianza, con el fin de reinsertar al niño, niña o joven en el más breve plazo.
- Preparar al joven para la vida independiente, cuando no existe posibilidad de inserción familiar.
- Promover la participación activa de la familia en la red social y de todos los sectores organizados e informarles de la comunidad en la tarea de reinserción sociofamiliar del niño, niña o joven.
Por lo general, las instituciones se centran en la atención del niño, dejando de lado el trabajo social con la familia, fundamentalmente por la falta de recursos humanos y materiales, y debido a que la subvención es entregada por un periodo ilimitado de tiempo. Dicha situación genera desajustes y desarraigo en el niño.
Existen cuatro principios fundamentales que deben considerar las instituciones en su proceso de atención e intervención:
- Integralidad de la atención: Todas las acciones que se realicen deben ser abordadas a través de un equipo multidisciplinario, integrador y participativo. Además deben implicar los aspectos fundamentales en el desarrollo de niños, niñas o jóvenes atendidos (individual, familiar, social y comunitario).
- Normalización de la atención: Se debe considerar al niño, niña o joven como sujeto inserto en un contexto social, por lo cual la institución a cargo, mediante el apoyo de instancias públicas o privadas, debe asegurarse de proveer los servicios que respondan a las necesidades fundamentales para su desarrollo.
- Personalización de la atención: La atención brindada al niño, niña o joven debe centrarse en las particularidades de cada situación. Además la relación con el personal (personas encargadas de su educación y cuidado personal), debe caracterizarse por la presencia de un vínculo afectivo y significativo. Por lo tanto este principio debe estar presente en todos los ámbitos de la atención.
- Participación: Se debe considerar al niño, niña o joven protagonista de su propio desarrollo y de las acciones requeridas para su integración social. Para esto se les debe informar y permitir su opinión en todas las acciones que les atañen. La familia debe ser parte activa de la intervención, debiendo estar informada y ser considerada en los procesos y tomas de decisiones.
El ambiente institucional de los Hogares de Protección Simple, presentan características que pueden afectar el desarrollo normal del niño, niña o joven atendido (SENAME, 1997), entre ellos encontramos:
A) Uniformación o masificación: El niño no es percibido como un individuo distinto del resto, y el ambiente no le ofrece un real reflejo de lo que él es. Esta característica puede afectar el desarrollo de las habilidades sociales, lo cual implicaría la perpetuación de las características presentadas por el niño al ingresar a la institución.
- Carencia de privacidad: Las instituciones carecen de privacidad, ya que son pocos los espacios propios o de los cuales se pueda disponer libremente. Por lo cual, los niños aprenden a no respetar los derechos propios o ajenos.
- Obligatoriedad: Las normas transmitidas como obligatorias no son interiorizadas por los niños y por lo tanto, se producen deficiencias en el autocontrol. Por lo general, los funcionarios poseen ideas cerradas e improductivas al analizar los problemas de los niños, lo que no contribuye a su solución.
- Inhibición de la iniciativa personal y de la motivación de logro: Generalmente las decisiones que se toman en la institución son independientes del comportamiento o de las peticiones de los niños. Por lo tanto es el funcionario el que decide por ellos. Esto afecta el desarrollo de la habilidad de comunicación, liderazgo y resolución de conflictos.
- Tendencia a generalizar el comportamiento: Es frecuente que el comportamiento de los niños sea generalizado a partir de un hecho específico, por lo que se les asigna un estereotipo negativo, aumentando la probabilidad de que dicha conducta vuelva a ocurrir.
- Inconsistencia: El ambiente institucional no es planificado de forma consistente, es decir no existen estímulos discriminatorios claros. Los funcionarios reaccionan de forma diferente ante la misma situación o presentan rigidez frente a situaciones que requieren flexibilidad. Esto afecta el desarrollo de habilidades de liderazgo y resolución de conflictos.
- Sobrevivencia institucional v/s aprendizaje normativo: La educación de los niños no es planificada, por lo cual se enfatiza sólo su custodia y la educación queda sujeta a variables arbitrarias, provocando desarmonía y retardo en su desarrollo.
- Doble pauta institucional: Existen dos modelos de aprendizaje (Sobrevivencia institucional y aprendizaje normativo), con la contradicción de lo que se dice y se hace. Además se plantea una doble pauta con relación a los modelos que se le presentan a los niños.
- Falta de separación entre lo técnico y lo afectivo: En las instituciones se suele castigar un comportamiento negativo con el retiro del afecto, en lugar de emplear medidas disciplinarias adecuadas, manteniendo la relación afectiva.
J) Manejo de conductas dependiendo del estado emocional: Las medidas que se toman son aplicadas cuando la emoción está presente, con lo cual se dificulta que el niño asimile su contenido. Esto afecta el modelado y las habilidades de asertividad, empatía y comunicación.
- Características socioemocionales y conductuales de los niños institucionalizados
Ferrandis (1993), señala que el niño al ingresar en una institución pasa por varios momentos críticos, los cuales se refieren a aquellas circunstancias en la que el niño está obligado a realizar un esfuerzo de adaptación, es decir debe lograr recomponer el equilibrio personal alterado por alguna situación nueva y/o amenazante. En estas circunstancias se ponen en juego varios procesos, tales como:
- La pérdida del vínculo afectivo frente al proceso de establecimiento y conservación del mismo.
- La pérdida de identidad y desvalorización, en oposición al proceso de construcción y conservación de la propia identidad y de la autoestima.
- La pérdida de referentes sociales en oposición al proceso de establecimiento de relaciones sociales positivas y estables que permitan al individuo sentirse miembro de un grupo.
- El desarraigo y marginación frente al proceso de inserción en la realidad, y el dominio de los mismos mediante su conocimiento.
Los momentos críticos más comunes que sufren los niños al ingresar en una institución, son los siguientes:
- Ingreso en la institución: Este primer momento es especialmente grave para el niño, ya que la separación y pérdida afectiva se vuelven una realidad. Los procesos psíquicos que se ponen en juego durante esta situación son:
- Separación y/o pérdida del vínculo afectivo.
- Pérdida de señas de identidad y del medio ambiente referencial.
- Desvalorización personal, autoinculpación ante la imposibilidad de comprender lo que sucede.
- Pérdida de los referentes sociales y desorientación respecto al papel que se debe jugar, y respecto a lo que se espera de él.
- Incapacidad de encontrar una imagen válida de sí mismo en el ambiente.
- Miedo o pánico ante los sentimientos de inseguridad.
- Tendencia a explicar de forma tolerable la situación, ya sea de forma irreal o fantástica.
- Tendencia a negar la situación.
Los niños pueden manifestar dichos procesos, mediante:
- Lucha contra la situación (llanto, rabietas, negativa al contacto, huida, entre otros).
- Depresión (inhibición, incomunicación, negativa a comer, tristeza, apatía, ansiedad).
- Adaptación (Disminución de los síntomas, mejoría superficial del estado general, negación de su situación).
- Incorporación de los hábitos y normas de la vida diaria: Es el momento en que la comprensión y adaptación a normas diferentes a las entregadas por la familia, constituye una fuente continua de conflictos.
Los procesos psíquicos involucrados son:
- Construcción de la identidad personal.
- Contención y límites de la propia identidad.
- Elaboración de una conciencia positiva de sí mismo.
- Socialización y aceptación de las normas sociales.
- Posibilidad de predecir razonablemente el medio ambiente persona y social.
- Confianza del niño en los adultos de los que depende.
Son manifestados mediante:
- La averiguación del sistema de normas en el que está inmerso, comparándola con su experiencia anterior y con el tipo de identidad adquirida. Probará su flexibilidad, buscará el límite de transgresión y autonomía.
- La averiguación de la función y el lugar de los adultos y de los iguales en el contexto normativo.
- Imposibilidad o dificultades para tolerar el sistema de normas.
- Adaptación a la escuela: Es otra situación compleja que debe pasar el niño, puede deberse a experiencias escolares anteriores escasas y negativas.
Los procesos psíquicos involucrados son:
- Eliminación de la vivencia de marginalidad que produce la institución, al percibirse como un "niño normal o como todos".
- Se produce un feedback entre institución-niño-colegio.
- Las normas de la institución varían en el colegio.
- Se pone en juego el autoestima, dependiendo del éxito o fracaso escolar.
- La escuela constituye el elemento fundamental de culturización.
Se pueden manifestar mediante:
- Imposibilidad de adaptarse a la escuela.
- Fracaso escolar.
- Agruparse para afianzar la identidad débil.
- Desmotivación para esforzarse en el ámbito escolar Inhibición del aprendizaje o socialización).
4. Los cambios durante el internamiento: Dicha situación obliga al niño a reconsiderar el papel que juega, la posición que ocupa y lo que se espera de él, lo cual evoca la separación afectiva vivida.
En este momento se involucran los siguientes procesos psíquicos:
- Separación afectiva de los vínculos estructurantes constituidos por sus educadores de referencia.
- Pérdida de las relaciones sociales establecidas dentro de su grupo de iguales.
- Obligación de establecer nuevas relaciones, de adaptarse a exigencias, valoraciones y normas diferentes.
Se manifiestan mediante:
- Desde la angustia hasta la depresión.
- Regresiones.
- Trastornos de conducta o transgresiones.
5. Visitas familiares: En una situación ideal se intenta mantener la relación entre el niño y su familia, para su posterior inserción familiar. La institución debe supervisarlas.
Los procesos involucrados son:
- Para las familias es una situación difícil, ya que deben afrontar la tensión emocional y el sufrimiento de la separación.
- Cuando la familia está vinculada con el niño con sentimientos de posesión, las visitas adquieren características de reivindicación de la propiedad.
- Para el niño, las visitas tienen un significado de reencuentro y esperanza de recuperar una situación.
- Surgen sentimientos de culpa, temor y ansiedad que distorsionan las relaciones durante la visita.
- La visita significa mantenimiento de la relación, por lo cual mantiene al niño en el lugar de la separación y no en el de la pérdida.
- Con el paso del tiempo las visitas mantendrían sus efectos positivos, sólo si permiten el mantenimiento de los vínculos maternofiliales.
Estos se manifiestan en:
- Conductas ambivalentes del niño, ya sea alegría, indiferencia, evitación de la visita o llanto.
- Ansiedad del niño que responde a un cúmulo de temores.
- Las reacciones del niño se pueden ver complicadas por las actitudes y reacciones de la familia.
- Si no acude quien esperaba a la visita, sus reacciones pueden ser de frustración, rabia y depresión.
6. Fines de semana: En esta situación es posible conservar y construir la propia identidad con sus raíces familiares y sociales, y realizar un proceso de socialización aceptable.
Los procesos involucrados son:
- Mantenimiento y evolución de los vínculos familiares.
- Mantenimiento de las raíces sociales, culturales e incluso antropológicas.
- Conocimiento y vinculación a su realidad, exigencias y limitaciones.
- Las relaciones que se establecen en el núcleo familiar pueden ser complicadas por las fantasías del niño y su familia respecto a su mutua relación, las expectativas de la convivencia, entre otros.
- Para los niños más pequeños, el momento de volver al Centro será siempre traumático al suponer una separación reiterada.
- Acogimiento familiar: Este momento es el resultado de un fracaso, de una pérdida y de la imposibilidad de la relación familiar natural.
Los procesos que se ponen en juego son:
- Experiencia de ser abandonado
- Deseo de ser querido y de volver a tener satisfacciones afectivas
- Temor a nuevas situaciones de abandono, insatisfacción y de pérdida
- Deseo de ser un niño normal que vive en una familia
Estos son manifestados en:
- Negativa a salir, lo que implica la negativa a aceptar su situación, a cambiar de familia, a perder lo que hasta el momento ha tenido.
- Ansiedad ante el cambio (desórdenes somáticos o conductuales) y/o situación depresiva.
- Necesidad de saber con quién se irá, a dónde, quiénes y cómo son.
- Deseo de conservar sus cosas.
- La salida de la institución: Si los niños dejan la institución cuando son pequeños, los vínculos afectivos familiares pueden restablecerse. No obstante si salen tarde, la situación es complicada, puesto que han renunciado previamente a una vida familiar normal, a sus expectativas afectivas y vitales.
Los procesos implicados son:
- Los niños mayores deben enfrentarse al mundo sin saber cuál es la manera oportuna de hacerlo.
- Se sitúan ante un medio que le es desconocido, pues no han crecido en él.
- El concepto de sí mismo elaborado en un medio afectivamente pobre, les hace sentirse muy inseguros.
Nordys (2006), señala que como consecuencia de la institucionalización puede aparecer lo siguiente:
- Depresión.
- Regresión.
- Interpretación errónea de la situación por el niño.
- Somatización.
- Amnesia o estados pseudo delirantes.
- Déficit perceptivo y motor.
Los efectos a mediano y largo plazo, mencionados por Nordys (2006) son:
- Modificación del carácter y la personalidad.
- Alteración de la capacidad del niño para relacionarse con figuras parentales.
- Dificultad para relacionarse con sus pares.
- Disminución de su capacidad de adaptación a la rutina escolar.
- Rendimiento escolar deficiente.
- Depresión infantil.
Algunas de las consecuencias para lo menores institucionalizados, pueden ser conductas de agresividad, frustración y hostilidad; sentimientos de inseguridad, baja autoestima y fuerte alteración emocional. Algunos autores mencionan que el abandono y rechazo infantil son precursores esenciales del abuso sexual.
Gonzalez, Miranda, Lagos & Vargas (2001), son de opinión que los niños institucionalizados carecen de una adecuada estimulación social, lo cual implica que se altere su vida afectiva y se manifieste en:
- Sentimientos de abandono y soledad.
- Apatía y desmotivación.
- Desesperanza.
- Dificultad para manejar emociones.
- Baja tolerancia a la frustración.
El impacto más importante de la institucionalización es en el ámbito emocional, puesto que un desarrollo normal requiere de un vínculo afectivo y cercano a las figuras parentales. Los niños necesitan formar un vínculo seguro hacia la madre, el padre u otro miembro de la familia o cuidador cercano; el adulto debe brindar una relación cálida, cariñosa y estable, debe ser responsable y estar atento a todas las necesidades del niño, incluso la subsistencia, protección, bienestar y afecto.
Los niños institucionalizados presentan fuertes sentimientos de angustia, soledad y tristeza en la situación de abandono. Lo cual se agudiza cuando se encuentran en una situación de contacto con algunas cuidadoras, que por la cantidad de menores recluidos, no prestan la atención necesaria para atenderlos efectivamente y afectivamente. Esta carencia afectiva es la que genera los sentimientos de ansiedad.
Con respecto a la autoimagen de estos niños, cabe señalar que se encuentra distorsionada o empobrecida, además se encuentra teñida de características negativas, asociadas a un sentimiento de minusvalía personal, lo que les impide emprender acciones encaminadas al éxito y la resolución de problemas. Se observa la predominancia de vivencia, como: conformismo, resignación y fatalismo (Cortes, 1988).
Además, presentan una gran incapacidad para elaborar una imagen coherente de sí mismo, debido a que se encuentran muy implicados en la acción y en el aquí y ahora, lo cual dificulta abstraerse de esa situación y reflexionar acerca de su propia identidad. Por otra parte, presentan un profundo vacío de sí mismo, lo que se traduce en la incapacidad de asumir su propia historia, de vincularse con el pasado, enraizarse en el presente y proyectarse al futuro.
Valverde (1986), desglosa el problema de autocontrol de estos niños en tres aspectos fundamentales:
- Habilidad instrumental: Manipulación de algunas situaciones que hacen los niños para obtener el máximo de gratificaciones en el mínimo tiempo posible.
- Reacciones exageradas: Respuestas conductuales que sobrepasan la dimensión del estímulo que las produce.
- Imprevisibilidad de la conducta: Descontrol del comportamiento en situaciones extremas.
A pesar de que se ha observado que estos niños son incapaces de controlar su comportamiento, las situaciones y la adecuación entre una a otra, a largo plazo. Presentan la capacidad de ejercer un gran control sobre determinadas situaciones concretas a las que se ven enfrentados. (Cortes, 1988).
Nordys (2006), señala que la inclusión de niños y niñas en instituciones que fungen como casa-hogar, genera consecuencias negativas en la formación psicológica y social de los mismos, lo cual se ha calificado como "síndrome de carencia afectiva". La Organización Mundial de la Salud clasifica este trastorno como parte del comportamiento social, cuyo comienzo habitual es en la infancia. Estos trastornos se aceptan como la consecuencia directa en los infantes de la carencia de parientes, principalmente las figuras paternales, los abusos emocionales continuos y el maltrato grave. Aparecen con los cuidados inadecuados para el niño y la niña y sobre todo aquellos relacionados con una respuesta pobre y carente de calidad antes las demandas del niño o niña y la incapacidad de los padres para llevar a cabo su función, por abandono físico o emocional.
En el ámbito familiar son niños pasivos con una gran carencia de afecto, debido a la falta de relaciones afectivas propias de una familia. Estos niños observan un gran contraste entre el bienestar que poseen en el hogar y la pobreza que hay en sus familias de origen, esto los desorienta, por lo cual muchos de ellos prefieren permanecer en el establecimiento (SENAME, 1990).
Un trastorno que puede darse en estos niños es el llamado trastorno reactivo emocional, el cual es un estado que se presenta en la lactancia y en la primera infancia y se caracteriza por anormalidades persistentes en la forma de relación social del niño, acompañada de alteraciones emocionales que son reactivas a cambios en circunstancias ambientales en la vida del niño. Sus características principales son:
- Temor y preocupación inconsolables.
- Empobrecimiento de las relaciones del niño con sus pares y/o adultos.
- Autoagresiones y/o agresiones a sus pares o adultos cuidadores.
- Tristeza.
- Retardo en el crecimiento y desarrollo.
El desarrollo emocional de estos niños en situación irregular, es disarmónico y se encuentra constituido principalmente por una gran carencia de estimulación afectiva (Sepúlveda & Contreras, 1985 citado en Cortes, 1988), lo cual se puede deber a la incapacidad de los padres para satisfacer las necesidades afectivas del niño en forma adecuada. Dicha carencia influye en su desarrollo biológico, psicológico y social.
La afectividad alterada se manifiesta en el plano conductual, mediante alteraciones en la capacidad de relacionarse afectivamente con otros, se observa a través de la desconfianza, indiferencia afectiva, labilidad emocional y dificultad para la expresión de las emociones (Valverde, 1986, citado en Cortes, 1988)
3. ZOOTERAPIA
- El hombre se ha relacionado de una forma especial con los animales desde tiempos remotos, no obstante es en épocas recientes cuando se descubre los beneficios que esta relación implica en el bienestar de las personas y su salud.
- En la antigua Grecia se pensaba que los perros curaban enfermedades, por lo cual estaban presentes en los templos de sanación. Además Hipócrates señalaba que, montar a caballo era un remedio eficaz para curar el insomnio.
- 3.1 Historia de la Zooterapia
La contribución de los animales para la calidad de vida de los seres humanos ha sido registrada de manera formal e informal a lo largo de la historia.
El primer registro que se tiene respecto de este tema, ocurre en Inglaterra en el año 1792. El médico William Tuke, fue el primero en emplear a los animales domésticos como coterapeutas en una institución que atendía a individuos con deficiencias mentales. Su objetivo era mejorar las condiciones infrahumanas que había en los manicomios de dicha época y enseñar a los pacientes a autocontrolarse, por lo cual les permitía cuidar de los animales como reforzamiento positivo (Jofre, 2005; Prado, 2005). Además creía que la mayoría de las enfermedades mentales podían ser curadas. Por esta razón integraba a los pacientes en diversas actividades, dentro de las cuales, se incluía el cuidado de animales de compañía como parte de la terapia (Arnaiz, 2005).
Posteriormente en el año 1867 los animales se emplearon en Bethel, un centro para epilépticos ubicado en Alemania. Hoy en día, es un sanatorio que atiende a 5.000 pacientes aquejados de trastornos físicos y mentales, en el que varios tipos de animales forman parte activa del tratamiento, y su cuidado es una parte importante del programa (Zamarra, 2002).
Desde principios del siglo XX, se comienza a utilizar animales con un propósito terapéutico, en diversas instituciones, tales como: hospitales psiquiátricos, centros de recuperación de soldados heridos, hospitales de epilépticos, etc. (Arnaiz, 2005).
En Estados Unidos, la US Army Veterinary Medicine Branch of the Health Services Command, desde la segunda guerra mundial ha usado animales "terapeutas" para el confort del personal hospitalizado y sus familias (Zamarra, M. 2002).
En 1942 los terapeutas perciben los beneficios de la Terapia Facilitada por Animales (TFA) en disturbios mentales o físicos. En un hospital de la Fuerza Aérea de Nueva York, soldados con estrés postraumático ayudaban a cuidar animales de hacienda como parte del tratamiento, y podían ocupar perros de compañía durante su recuperación (Triverdi e Perl, 1995; George, 1988 citado en Prado, 2005). Sin embargo los progresos alcanzados en estas actividades, no fueron consignados por escrito.
En 1948 el Dr. Samuel B. Ross fundó en las cercanías de Nueva York el centro Green Chimneys, una granja para la reeducación de niños y jóvenes con trastornos del comportamiento mediante el trabajo con los animales (Zamarra, M. 2002).
En 1953 el psiquiatra estadounidense Boris Levinson, es el primero en usar a los animales en psicoterapia y en terapia facilitada por caninos (TFC). (Prado, 2005). Asimismo, demostró los beneficios de tener un animal en la consulta mientras se atiende a niños mediante el relato de sus experiencias junto a su perro Gingles y sus pacientes introvertidos, los cuales se desinhibían y superaban sus miedos frente a la presencia del perro. A partir de esto, señaló que el animal actúa como catalizador, facilitando la comunicación entre el psiquiatra y los niños (Shapiro & Rapkin, 1989). Ésta fue la primera iniciativa en pesquisa científica con animales como agentes terapéuticos (Mallon, 1992 citado en Prado, 2005).
A partir de los años 60 comienzan a efectuarse numerosas investigaciones acerca de la influencia de los animales de compañía en la salud humana. Desde entonces, se han encontrado beneficios en el aspecto físico, mental y social (Shapiro & Rapkin, 1989; Katcher & Beck, 1983)
En 1966 el músico ciego Erling Stordahl fundó en Noruega el Centro Beitostolen, destinado para la rehabilitación de invidentes y personas con discapacidad física, en el cual perros y caballos intervenían en el programa, con el fin de animar a los pacientes a hacer ejercicio. Muchos de los pacientes de aquella institución aprendieron a esquiar, montar a caballo y a disfrutar de una vida más normalizada que incluyera una cierta actividad deportiva (Zamarra, 2002).
En el año 1969 Levinson publica su libro titulado "Psicoterapia Infantil Asistida por Animales de Compañía". En el que señala que los animales pueden ser considerados mágicos, ya que son capaces de estimular a los niños (Levinson, 1969)
En 1974 Samuel y Elizabeth Corson realizaron un programa para evaluar la viabilidad de la Terapia Asistida con Animales de Compañía en un hospital psiquiátrico, obteniendo excelentes resultados. Emplearon perros con 50 pacientes que no respondían al tratamiento tradicional, obteniendo un aumento en la comunicación, autoestima, independencia y capacidad de asumir responsabilidad para el cuidado de los animales (Zamarra, 2002).
En 1977 se funda en Estados Unidos la institución Delta Society, dedicada a realizar investigaciones para fundamentar la importancia de los animales en las personas y el impacto que presentan en la salud y el bienestar humano. (Rodríguez, 2005).
En el año 1980 Friedman, Lynch y Thomas, publican un estudio realizado con 92 pacientes, llamado "Animales de compañía y supervivencia en pacientes un año después de salir de una unidad de cuidados coronarios" (Public Health Rep 95: 307-312 citado en Zamarra, 2002).
En 1981 se comienza el entrenamiento de perros en la prisión de mujeres de Purdy, en Washington. Su finalidad era realizar TAAC con personas discapacitadas, lo cual permitía a las reclusas cuidar un ser vivo, aumentar su autoestima, aprender un oficio y sentirse reinsertadas socialmente al ofrecer estos perros a personas con minusvalía (Zamarra, 2002).
En 1982 Earl Strimple, comenzó a implementar un programa llamado PAL, en la prisión de Lorton (Washington).
En el año 1987 se crea la Fundación Purina que promueve el papel de los animales de compañía en la sociedad, mediante la campaña antiabandono de animales y el apoyo para implementar programas de TAAC, dirigidos a persona marginadas, ya sea por edad, delincuencia, capacidades o enfermedad. A cambio de la ayuda que brinda esta institución, se solicita a los centros beneficiados que evalúen los resultados de las intervenciones con animales y que compartan sus descubrimientos en los Congresos realizados por la fundación. Las personas que componen su Comité Organizador son Catedráticos de Psiquiatría, Psicología y Veterinaria de las Universidades de Barcelona, Madrid, Navarra, Sevilla y Valencia. Además, la Fundación dispone de un fondo editorial distribuido en las Bibliotecas de Facultades de diversas Universidades y en la del Museo de Ciencias Naturales de Madrid. Dicha fundación publica una revista llamada Amigos (Zamarra, 2002).
En 1990 se creó La Fundación ONCE del perro-guía, la cual pertenece a la Federación Internacional de Escuelas de Perros Guía (Zamarra, 2002).
En 1991 Anderson y col, publica "Propietarios de mascotas y factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares" (Medical Journal of Australia 157 (5): 298-301 citado en Zamarra, 2002). Dicho estudio se realizó con 6.000 pacientes y se observó que los que tenían mascotas mostraban menores cifras de tensión arterial, colesterol y triglicéridos (sobre todo en mujeres de más de 40 años).
Además en el año 1991 se evidenciaba que hay menos problemas de salud en el primer mes después de adquirir una mascota, lo cual se mantiene hasta 10 meses, según el estudio de James Serpell en el Reino Unido "Efectos beneficiosos en los propietarios de mascotas en varios aspectos de la salud y comportamientos humanos" (Journal of the Royal Society of Medicine 84 (12): 717-720 citado en Zamarra, 2002). Entre otras cosas, aumenta la autoestima y se realiza más ejercicio.
En ese mismo año en el primer congreso internacional: El hombre y los animales de compañía, beneficios para la salud; laurel Redefer, presentó los resultados de una investigación con niños autistas acompañados de un perro.
La Sociedad para la Prevención de la Crueldad en Animales de EE.UU., continúa realizando un programa de Terapia Asistida con Animales que comienza en el año 1981 y visita 20.000 pacientes al año. Se realiza con entrenadores voluntarios que realizan en promedio de una a tres visitas al mes y tienen lista de espera. En 1993 ya había 7.000 perros terapeutas en el Reino Unido (Zamarra, 2002)
En 1993 en el segundo congreso internacional: El hombre y los animales de compañía, beneficios para la salud, se presentaron los resultados de una investigación con niños con problemas de conducta, hiperactividad y DDH.
Ese mismo año la Fundación Purina fundó el primer programa con animales de compañía para la rehabilitación y la integración de internos en varias prisiones españolas.
En el año 1995 Ian Robinson señala que la compañía de mascotas presenta beneficios en los indicadores psíquicos de estrés, como la HTA o la ansiedad, disminuyéndolos significativamente (Zamarra, 2002). Además se establece el primer programa de terapia con animales para personas de la tercera edad de la Residencia Gent de Reus, en Tarragona.
En el año 1998 se lleva a cabo la 8ª Conferencia Internacional de Interacción entre Hombre y Animales en Praga, en la cual interviene la Dra. Karen Allen, de la Universidad de Nueva York. En este año el 32% de los psiquiatras de Estados Unidos, emplean animales de compañía como complemento en sus terapias psicológicas. (Zamarra, 2002).
En 1999 se inauguró la escuela de perros-guía de la ONCE en Boadilla del Monte. Este es un centro de adiestramiento de perros para personas ciegas en Europa, con una capacidad de adiestramiento de más de un centenar de perros al año (Zamarra, 2002).
En el 2004 se celebró en Barcelona el VI Congreso Internacional "Animales de compañía, fuente de salud" de la Fundación Affinity. En las diferentes conferencias y mesas redondas participaron prestigiosos profesionales de España y de otros lugares del mundo.
En la actualidad la Fundación Purina realiza diversos programas de Terapia Asistida con Animales, dirigidos principalmente a personas con dificultades en las relaciones, con cuadros confusionales (alzheimer, demencias, esclerosis múltiple), con alteraciones del desarrollo, discapacitados físicos y psíquicos, entre otros (Arnaiz, 2005).
3.2 Conceptos relevantes
Es necesario aclarar los conceptos involucrados en la Zooterapia, ya que se tienden a confundir.
- Zooterapia es definida como un tratamiento con fines terapéuticos que incluye el empleo de animales para mejorar las condiciones de salud psíquicas y físicas de pacientes (Rodríguez, 2005). Además se define como un programa de metodología psicoeducativa que incluye asistencia animal, con una metodología determinada.
Rodríguez (2005), las define como procesos con un objetivo establecido en el que un animal especialmente entrenado es parte integral del tratamiento.
Por otra parte Jofré (2005), la define como un programa de intervención, dirigido por un miembro del equipo de salud especialmente capacitado, donde un animal que reúne condiciones físicas y sociales, forma parte integral de un proceso de rehabilitación o tratamiento.
- Terapias Asistidas con Animales (TACA) son definidas por la literatura anglosajona como intervenciones en las que un animal es incorporado como parte integral del proceso de tratamiento, con el objetivo directo de promover la mejoría en las funciones físicas, psicosociales y/o cognitivas de las personas tratadas y las cuales deben ser dirigidas por un especialista en TAA (Zamarra, 2002)
- Actividades Asistidas con Animales (AAA) son intervenciones con animales sobre la motivación, culturales y recreativas en las que se obtienen beneficios para incrementar la calidad de vida de las personas. Se da en diversos ambientes por un entrenador especializado en AAA, que puede ser un profesional o un voluntario que posea y aplique conocimientos sobre la interacción entre animales y humanos (Zamarra, 2002). En otras palabras consisten en visitas informales de mascotas a una persona o grupo de personas, en que dichos encuentros no siguen un modelo fijo ni preestablecido (Rodríguez, 2005).
- Pet Therapy es una terapia en la cual se emplean diferentes especies de animales para la recuperación o el mantenimiento de la salud humana, a través de una relación interpersonal.
- Hipoterapia o Terapia con Caballos es definida por el National Center for Equine Facilitated Therapy (NCEFT) de EE.UU., como una forma especializada de terapia física que emplea equinos en el tratamiento de desórdenes del movimiento asociados con diversas patologías, tanto neurológicas como neuromusculares (Retamal & Hargreaves, 1999).
- Equinoterapia o Rehabilitación Ecuestre es un método terapéutico y educacional que utiliza el caballo dentro de un abordaje multidisciplinario en las áreas de la salud, educación y equitación; buscando el desarrollo biopsicosocial de personas portadoras de discapacidad y/o necesidades especiales.
Asimismo Rodríguez (2005), la define como una técnica por medio de la cual se busca lograr un bienestar en el paciente mediante el contacto con delfines.
- Delfinoterapia es definida como un procedimiento terapéutico basado en un trabajo dirigido al paciente, no solo dentro sino que también fuera del agua, el cual se relaciona con las características de tolerancia y apertura de los delfines. (Retamal & Hargreaves, 1999).
- Visitas programadas con animales de compañía son programas en el que un número de personas voluntarias recurren con su mascota a un centro o residencia de salud, con el fin de realizar un intercambio relacional con los residentes o pacientes del centro en cuestión.
- Animales de compañía son animales utilizados para acompañar a las personas que los poseen, no obteniéndose de ellos en general, beneficio económico alguno, y que además necesitan que se les dispense una serie de cuidados, considerándose en muchos casos como un miembro de la familia (Salama, 2003).
3.3 Descripción
La Zooterapia permite elaborar un dispositivo terapéutico específico, que se basa en la interacción entre los seres humanos y los animales, la cual ayuda en la rehabilitación y a mejorar la calidad de vida, ya que el contacto con los animales provee de una fuente inagotable de estímulos.
Funciona a base de la interacción entre el paciente y el animal elegido. La constancia, la presencia de un terapeuta y el acercamiento a la naturaleza y el instinto animal, permite que el ser humano se reconcilie con su propio instinto y despierte su propia intuición. A partir de señales producidas entre el animal, el paciente y el terapeuta se produce una mejora en las relaciones de las personas, tanto consigo mismas, como con los demás.
Cientos de estudios en todo el mundo están utilizando metodológicamente las terapias facilitadas con animales para mejorar la conducta y los problemas emocionales en personas deprimidas, ancianos, esquizofrénicos, epilépticos, ciegos, sordos y pacientes en rehabilitación. Todo esto debido a que la interacción entre los animales y los humanos ayuda al proceso de rehabilitación y mejora la calidad de vida de los pacientes.
Isabel Salama (profesora Honoraria del Departamento de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en Terapia Asistida con Animales), señala que los animales permiten tranquilizar el inconsciente del paciente, evitando que se ponga en contra de su sistema intelectual. Es decir, debido a que gran parte de la neurosis, se relaciona con el confrontamiento entre el sistema emocional e intelectual de los seres humanos, la zooterapia elude que los deseos e impulsos del paciente entren en conflicto con la racionalidad, y por lo tanto se generen sentimientos de culpa, depresiones, ansiedad y dolencias graves.
Los animales que intervienen en un proceso terapéutico son denominados coterapeutas. Estos coterapeutas forman parte importante en las sesiones, ya que facilitan la obtención de información necesaria del paciente.
El cambio terapéutico se produce a través de señales subliminales de los animales que se comunican directamente con nuestro inconsciente, además inducen un estado alterado de conciencia curativo y sano. Los animales trasmiten su sensibilidad hacia el estado de ánimo del paciente, ayudan a destruir las corazas defensivas y a conocerse mejor a sí mismos (Estivill, 1999).
La zooterapia es considerada un eficiente complemento de los tratamientos médicos o psicológicos tradicionales, puesto que los efectos se obtienen en un menor tiempo que en una terapia o tratamiento convencional. Es un tipo de estimulación distinta y más natural, donde el trabajo con el lenguaje no verbal es importante, al igual que el trabajo con la postura del cuerpo.
En la actualidad, los animales que se pueden integrar en las diversas modalidades de Zooterapia son perros, caballos, delfines, animales de granja y todas las especies que se encuentran en los zoológicos.
La Zooterapia es realizada por un equipo multidisciplinario, en que se integran profesionales de la salud, tales como: Psicólogos, kinesiólogos, médicos, entre otros. Además de Veterinarios, adiestradores profesionales y auxiliares.
El profesional de la salud debe dirigir las diversas actividades que se despliegan durante las sesiones del tratamiento, de acuerdo a las características de los pacientes y a las demandas que surjan. Dichas actividades, se desarrollan en un tiempo limitado y se basan mayormente en el juego, complementadas con caminatas junto al animal.
Este tipo de terapia no produce efectos secundarios indeseables, siempre y cuando el animal sea sano, tanto física como psíquicamente y salvo accidentes, que siempre pueden ocurrir. Además, permite abordar diversas patologías y problemáticas, ya que se trabajan con pacientes de todas las edades. Puede usarse para el tratamiento de niños con retraso mental o trastornos generalizados del desarrollo, tales como: el autismo.
Los objetivos o fines que se establecen en Zooterapia, son traducidos en efectos terapéuticos positivos y son clasificados de la siguiente manera:
1. – En el aspecto físico:
- Mejora de la motricidad fina.
- Mayor dominio corporal.
- Mejor manejo de una silla de ruedas.
- Facilitación del equilibrio al estar parados.
- Reducción de la presión arterial.
2. – En el aspecto psíquico:
- Aumento de la interacción verbal entre los integrantes de un grupo.
- Incremento de la capacidad de prestar atención o la concentración en una tarea.
- Ofrecimiento de momentos de esparcimientos o recreación.
- Mejora de la autoestima.
- Reducción de la ansiedad, estrés o depresión.
- Logro de una mayor autonomía y confianza en sí mismo.
3. – En el aspecto educativo:
- Mejora de la comunicación verbal y no verbal.
- Desarrollo del lenguaje y ampliación del vocabulario.
- Incremento de la capacidad de atención y concentración.
- Proveer una ayuda para ejercitar la memoria de corto y largo plazo.
- Mejorar el conocimiento de las nociones de tamaño, color, entre otros.
4. – En el aspecto social:
- Favorecer el deseo de comprometerse en una actividad grupal.
- Mejora de la interacción con otras personas y con el mundo exterior.
- Mejora de la interacción con el equipo de profesionales.
- Desarrollo de la conciencia sobre otro.
- Crear conciencia sobre el sentido de responsabilidad a través del cuidado constante de una mascota.
- Aumento de los niveles de ejercicio.
5. – En el aspecto emocional:
– Facilitar la expresión y el control de los sentimientos.
Desde el aspecto científico se explica el fenómeno de la Zooterapia como un tratamiento que induce la liberación de endorfinas, lo cual genera sensaciones de tranquilidad que distencionan y gratifican los procesos mentales del ser humano.
Dichos efectos se presentan con mayor intensidad en los niños, puesto que predomina en ellos el pensamiento afectivo por sobre la racionalización y el control de los impulsos instintivos primarios, propios de los adultos. No obstante, tanto niños, como jóvenes, adultos y ancianos pueden beneficiarse de este tipo de terapia.
Además, se ha señalado que las funciones corporales y el estado psíquico se encuentran estrechamente vinculados, por lo que diversas enfermedades orgánicas y la resolución de las mismas, son consecuencia de múltiples procesos mentales. El sistema inmune modula el accionar de la mayoría de las patologías, según el estado mental del paciente. Por lo tanto, el principal beneficio de la interacción entre las personas y los animales, radica en los estados de alegría, tranquilidad y optimismo que esta puede provocar, lo cual facilita la recuperación orgánica de cualquier enfermedad.
Los principales efectos orgánicos que provoca la Zooterapia son:
- Estimulación de la producción de células, endorfinas y hormonas.
- Permite la distracción de los dolores y estados depresivos de los pacientes, mediante la entretención brindada.
- Facilita la interacción entre las personas, disminuyendo la sensación de soledad.
- Favorece la autoestima de los pacientes, mediante el ejercicio, la actividad, la alegría y el optimismo.
3.4. Beneficios de la Zooterapia
Los beneficios de la Zooterapia o Terapia Asistida por animales han sido evidenciados por diversos estudios científicos.
- En niños y adolescentes se ha observado que estimula el desarrollo psicomotor y del lenguaje. Permite una mejor comunicación no verbal, aumenta los niveles de autoestima, popularidad y competencia social. Además presenta una serie de ventajas para niños con discapacidades físicas o psíquicas, trastornos emocionales, jóvenes delincuentes, niños autistas o alumnos con necesidades educativas especiales (Zamarra, 2002).
En pacientes pediátricos la presencia de mascotas reduce los niveles de ansiedad y estrés durante los procedimientos dolorosos, desvía la atención de los niños y los padres hacia los animales, mejora las relaciones interpersonales con el equipo de salud y promueve el autocuidado (Jofré, 2005).
En personas mayores permite protegerlas de estados de soledad, les proporcionan risa e incrementan la actividad física y el desarrollo muscular. Les permite sentirse útiles por tener a alguien a quien cuidar, ser independientes, optimizar su atención y la percepción y mejorar su comunicación verbal (Zamarra, 2002).
Los estudios demuestran que en hogares de ancianos, mejora la depresión, disminuye el sentimiento de soledad y caminar junto a la mascota estimula la actividad física ( Jofré, 2005).
En la salud mental, la Zooterapia presenta beneficios importantes, por ejemplo en las unidades psiquiátricas con adultos depresivos permite disminuir las tasas de suicidios y el tiempo de ingreso en hospitales psiquiátricos. En las personas adultas con retraso mental se ha observado un aumento del vocabulario oral comprensible, en la comunicación no verbal y en la motivación (Zamarra, 2002).
En los minusválidos físicos, es importante el papel que cumplen los animales, ya que los acompañan y les facilita las relaciones sociales.
En centros penitenciarios se ha observado que reduce la violencia y los comportamientos antisociales, suicidios y adicción a las drogas. Además mejora la relación entre los internos y con los funcionarios de la prisión. Mejora la autoestima, permite desarrollar sentimientos de compasión, paciencia y confianza y facilita la reinserción, mediante cursos de formación ocupacional para internos.
En casos de víctimas de abusos y maltrato, y en el caso de jóvenes que maltratan animales se trabaja Terapia Asistida por Animales de Compañía para frenar el aumento de generación de la violencia (Zamarra, 2002).
Jofré (2005) señala que la interacción mascota-paciente puede incidir en la salud psíquica y cardiovascular, en el apoyo e independencia de discapacitados (animales de servicio) en el desarrollo psicomotor del niño, y en la autovalía, mejoría del ánimo y estimulación motora de los ancianos. Además aumenta la concentración plasmática de endorfinas, ocitocina, prolactina, dopamina y disminuye la concentración plasmática de cortisol (sustancias que influyen en el estado de ánimo y conducta).
Rodríguez (2005), señala que la Zooterapia produce los siguientes beneficios, tanto para niños como para adultos:
- Empatía: Incrementa la capacidad de entender a otra persona e identificarse con ella.
- Enfocarse hacia el exterior: Permite que las personas con enfermedades mentales o baja autoestima se conecten con su entorno y no sólo con sus problemas.
- Crianza: Permite desarrollar la habilidad de participar en el crecimiento y desarrollo de otro ser viviente, mediante el cuidado de un animal.
- Rapport: La relación con el animal permite superar las resistencias iniciales del paciente, al proyectar hacia el terapeuta el cariño que le genera la mascota.
- Aceptación: Permite que las personas se acepten a sí mismas, ya que los animales los aceptan tal como son.
- Entretenimiento: Los animales permiten disminuir sentimientos de soledad y brindan alegría, puesto que su presencia es entretenida.
- Socialización: Los animales favorecen la socialización entre los pacientes, sus familias y los médicos y brindan un espacio agradable de conversación.
- Estimulación mental: Los animales son una gran fuente de estimulación, debido a que aumentan la comunicación con otras personas, evocan recuerdos y son una fuente de entretenimiento.
- Contacto físico: Mediante el contacto físico con los animales se favorece el desarrollo de relaciones sanas y maduras.
- Beneficios fisiológicos: Permiten que el paciente se relaje, disminuya la frecuencia cardiaca y la presión arterial.
Por otra parte, cabe señalar que los beneficios de la zooterapia, han sido clasificados de la siguiente forma:
– Reducción de la presión arterial.
– Fortalecimiento de los músculos.
– Recuperación de los enfermos cardíacos.
- Aspecto físico:
- Aspecto mental:
- Reducción de la ansiedad y el estrés.
- Estimulación de la memoria próxima.
- Mejora del estado de ánimo.
- Aspecto social:
- Facilitación de la interacción con otras personas.
- Mejora en la socialización.
- Estimulación de la comunicación.
- Acompañamiento.
Los beneficios indirectos de la Zooterapia son:
- Tanto las familias, como el personal médico de las instituciones que la realizan, pueden ser beneficiados.
- A través de las actividades se puede educar y crear conciencia en las personas, acerca de las necesidades y responsabilidades que significan el buen trato con los animales.
- Los animales que participan en la terapia son tratados y mantenidos en las mejores condiciones, además de recibir el cariño de todas las personas que lo rodean.
- Las personas implicadas en la Zooterapia, sienten la gratificación de desarrollar actividades de ayuda social.
Indicaciones
La Zooterapia puede beneficiar a cualquier tipo de persona, no obstante es indicada en personas que presenten alguno de los siguientes trastornos o enfermedades:
- Discapacidad física o psíquica.
- Hipertensión.
- Estrés.
- Autismo.
- Psicosis.
- Depresión.
- Crisis existenciales.
- Rehabilitación por accidentes.
- Toxicomanías.
- Problemas en las relaciones sociales.
- Problemas de aprendizaje.
- Problemas de conducta.
3.5 Modalidades Principales
Por lo general, se describen tres modalidades importantes para trabajar con animales: La Hipoterapia, Delfinoterapia y las visitas programas con animales de compañía.
En dichas terapias se trabaja normalmente con personas enfermas o discapacitadas. No obstante, se han realizado trabajos con animales de tipo preventivo, dirigiéndolas a personas sanas, con estrés o sometidos a labores rutinarias.
- 3.5.1 Hipoterapia
Antecedentes Históricos
El ser humano desde siempre ha tenido una relación muy estrecha con los caballos. Desde su domesticación en el año 3000 a. C., ha sido útil como alimento, animal de carga, medio de transporte, herramienta de trabajo, arma de guerra en batallas, e incluso se ha utilizado para practicar deportes.
En tiempos remotos, los griegos aconsejaban practicar equitación para mejorar el estado anímico de los enfermos incurables. Incluso Hipócrates, el padre de la medicina, hablaba del saludable trote de los caballos en el año 460 a. de C.
En el siglo XVII, la medicina empleaba la equitación como método para combatir la gota, enfermedad importante de aquella época.
En 1875 el neurólogo francés Chassaignac descubrió que el movimiento del caballo puede mejorar el equilibrio, el funcionamiento de las articulaciones y el control muscular de los pacientes. Además se descubrió que montar un caballo mejoraba el estado de ánimo y beneficiaba a los pacientes parapléjicos y con trastornos neurológicos (Rodríguez, 2005).
Posteriormente, en la década de 1960 se desarrolla la terapia Asistida por Caballos en Alemania, la cual se extiende por toda Europa hasta los Estados Unidos.
Urra (2003), señala que la "Hipoterapia Clásica" de Europa es un reflejo del modelo alemán, el cual se constituye fundamentalmente por el movimiento del caballo y la respuesta del paciente.
En Chile, en el año 1986 la kinesióloga alemana Renate Bender comienza a aplicar la terapia asistida con caballos en instalaciones del Ejército de Chile (San Bernardo) y en los campos deportivos de la Universidad Católica de Chile.
En el año 1988 se realiza en Toronto el Congreso Internacional de monta Terapéutica, en el que se propone dividir la Equinoterapia en las siguientes tres áreas:
a) Hipoterapia.
b) Monta Terapéutica.
- Equitación como deporte para discapacitados.
Posteriormente en 1992 se funda la Sociedad Chilena de Kinesiterapia e Hipoterapia por Renate Bender y Ronald Wilins que al trasladarse a la Comuna de Las Condes, pasó a llamarse Corral Benedictinos.
En 1995 el Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS), aprueba en Chile el primer proyecto de Hipoterapia para beneficiar a 40 niños y jóvenes con discapacidad.
En 1996 la Municipalidad de las Condes (Chile), comienza a implementar el primer proyecto de Hipoterapia en la comuna. Posteriormente y debido a los buenos resultados obtenidos en dichos programas realizados se decide la creación de un programa permanente a desarrollar en todo el país, en los diferentes Centros Ecuestres del Ejército o de Carabineros de Chile, con el fin de ampliar la posibilidad de rehabilitación de la mayor cantidad de personas discapacitadas.
En el 2001 se realiza en la comuna de la Reina, el primer Congreso de Hipoterapia por el Club Ecuestre La Reina.
En el año 2002 se realiza en Talca (Chile), la primera actividad de Capacitación en Equinoterapia reconocida por el Ministerio de Educación a través del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) por intermedio del Organismo Técnico especializado en Capacitación (OTEC), Capeduc Ltda.
Descripción
La diferencia fundamental entre Equinoterapia e Hipoterapia, radica en la autonomía que pueda tener el paciente con relación al caballo. En la Equinoterapia el paciente presenta autonomía, ya que se busca controlar al caballo, guiarlo independientemente, hacer ejercicios y competir. Esta terapia ayuda en varios tipos de discapacidades especialmente en lo psicológico y emocional.
En la Hipoterapia, en cambio, el paciente no puede realizar la terapia sin el apoyo de otras personas, ya sea por incapacidad física o mental. Consiste en un tratamiento médico para ayudar a resolver problemas físicos y emocionales de cada paciente.
Cada una de las áreas se dirige a diferentes formas de discapacidad y emplean estrategias terapéuticas y pedagógicas. Además implican la integración de cuatro ámbitos profesionales: la medicina, la pedagogía, la psicología y el deporte. Por lo tanto, la Hipoterapia es considerada un conjunto de métodos mediante los cuales se logra rehabilitar a personas discapacitadas, empleando al caballo como terapeuta (Urra, 2003).
La Hipoterapia puede ser pasiva o activa. La pasiva se refiere al trabajo con patologías muy severas, tales como: pos-coma, parálisis cerebral severa, esclerosis múltiple avanzada, accidentes cerebro vascular severo, y por lo tanto no se cuenta con una respuesta evidente de parte del paciente.
El movimiento del andar en caballo es rítmico, variable y repetitivo y provoca oscilaciones de avance, retroceso, elevación, descenso, desplazamiento y rotación. Dichos movimientos tienen un impacto en el cuerpo sin movimiento del paciente, similar a la cantidad de movimientos que realiza una persona al caminar, lo cual varía de acuerdo a la intensidad del paso del caballo (Rodríguez, 2005). Dichos movimientos son un instrumento útil para la rehabilitación neuromotora, por su desplazamiento dentro del hábito adecuado y el impacto emocional que produce montarlo.
Antes de comenzar el tratamiento de Hipoterapia se realiza una evaluación de la afección del paciente, con el fin de conocer su grado de lesión y sus antecedentes médicos. Posteriormente, el equipo encargado de la terapia debe asegurarse de que el paciente pueda montar el caballo, prever los posibles efectos secundarios, escoger el caballo a montar y las actividades a realizar para establecer un plan de trabajo.
Al comenzar el tratamiento se requiere que el paciente se familiarice con el caballo y se contacte con él, ya que deben empezar un proceso de reconocimiento mutuo, lo cual puede durar una o dos sesiones. Además se incluyen actividades del cuidado del caballo, tales como: alimentación, cepillado o limpieza del establo.
El profesional encargado debe ubicar al paciente sobre el caballo y ponerlo en diferentes posiciones para que se active la circulación sanguínea, se mejore el equilibrio y el sentido espacial. El cuerpo del paciente recibe todos los movimientos de los músculos anteriores y posteriores, lo cual estimula su organismo.
Las primeras sesiones tendrán una duración desde 15 a 30 minutos, dos o tres veces por semana. A medida que el paciente mejora, los tiempos se ampliarán, llegando a sesiones de una hora.
Los pacientes que se pueden beneficiar de este tipo de terapia, son aquellos niños, jóvenes y adultos que presenten alguna de las siguientes enfermedades o trastornos:
- Autismo.
- Epilepsia.
- Parálisis cerebral leve y mediana.
- Esclerosis múltiple.
- Espina bífida.
- Distrofia muscular.
- Retraso mental.
- Mal de Alzheimer.
- Síndrome de Down.
- Hiperactividad.
- Síndrome de Rett.
- Síndrome de West.
- Síndrome de Joubert.
- Enfermedades degenerativas o traumatológicas (artritis, artrosis).
- Bulimia o anorexia.
- Estrés.
- Depresiones.
- Problemas de aprendizaje en menores.
- Alcoholismo o drogadicción.
- Conductas psicóticas.
- Problemas ortopédicos o reumatológicos.
- Secuelas de accidentes.
- Déficit cognitivos y sensoriales.
- Asma y alergias.
Página anterior | Volver al principio del trabajo | Página siguiente |