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La inversión extranjera directa y la crisis cubana


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Antecedentes históricos
  3. Fin de la guerra fría
  4. Las Transformaciones en los 90. Las IED como la vía más probable para hacer frente a la crisis
  5. Conclusiones
  6. Recomendaciones
  7. Bibliografía

Introducción

A finales de los años 80, y en el transcurso de unos meses, ocurrieron unos acontecimientos los cuales fueron: la caída del Muro de Berlín y la disolución de la Unión Soviética. Pocas personas en el mundo pensaron que el proyecto revolucionario cubano, que fue iniciado a principios de los sesenta, podría sobrevivir; debido a que se ubicaba en un medio mundial crecientemente dominado por el avance de las ideas y las prácticas neoliberales de la expansión capitalista. Ante aquel impacto quedaban eliminadas, las condiciones externas en las que se había insertado la economía Cubana, la cual se había asentado en el tratamiento ventajoso de los vínculos económicos y financieros externos principalmente con la URSS (Las siglas significan la unión revolucionaria de sociedades socialistas).

Pero ante tal situación se decide realizar una apertura económica que tenía como función reactivar la economía y enfrentarse a una nueva realidad mundial de globalización económica e insertarse en ella.

Por medio de un análisis desde el punto de vista económico se reflejara los factores fundamentales, que lograron la maravillosa sobrevivencia de la experiencia cubana. También es necesario resaltar los rasgos más importantes de la sociedad cubana como por ejemplo: la primera etapa de definición socialista así como las contribuciones que recibió Cuba de las anteriores naciones capitalistas, entre otros.

CAPITULO 1

Antecedentes históricos

Este primer capítulo presenta una visión general de los antecedentes históricos, los cuales nos permiten establecer cuál fue la situación económica y social al inicio de la Revolución y la posterior vinculación con la URSS. Por ello se debe llevar a cabo una descripción generalizada de la sucesión de hechos que conllevan al quiebre de las relaciones con Estados Unidos y a la vinculación con la URSS y así tener una idea acabada de la posición en la que se encuentra Cuba para enfrentar la difícil situación, a comienzos de la década del 90, ante la caída del Muro de Berlín. A continuación se enumeran y se explican los siguientes hechos:

1.1 – El punto de partida. La situación económica y social al triunfo de la Revolución.

El punto de partida inicia con el panorama nacional en el año 1959 en el cual se definen los siguientes rasgos:

  • Completa dependencia norteamericana, la cual controlaba la industria exportadora fundamental (tenían 1.200.000 hectáreas que incluían el 25 % de las mejores tierras agrícolas), la energía eléctrica, parte de la industria lechera, el abastecimiento de combustible y, en medida importante, el crédito bancario.

  • Una estructura económica predominantemente agrícola, pues la más importante industria, el azúcar, era una producción primaria de base agrícola y el resto representaba un volumen poco significativo.

  • Una economía agrícola extensiva, latifundiaria, tanto en las propiedades de las compañías extranjeras como en las de una minoría cubana, con 114 grandes propietarios con el control del 20 % de las tierras, mientras una enorme masa campesina vivía en la miseria, agobiada por los intermediarios, sin crédito, con precios ruinosos.

  • Un desempleo y un subempleo (se refiere a la falta de empleo de una parte de la mano de obra) permanentes y masivos en proporción muy superior al de otros países de América latina.

  • Una economía totalmente abierta , una monoexportación azucarera que alcanzaba el 80 % del total de las exportaciones, y una concentración geográfica de las exportaciones e importaciones, dependiendo el 60 % de las primeras y del 75 al 80% de las segundas del mercado de Estados Unidos.

Es necesario mencionar que la industria azucarera, es una fundamental actividad del país, que se había apoyado en la expansión del mercado norteamericano desde las últimas décadas del siglo XIX en que ya ese país dominaba dicha producción. A partir de 1952, se dio entrada a una política económica que en esencia respondía a los intereses norteamericanos de evitar la crisis y acentuar su dominación sobre la economía cubana.

"La política económica aplicada planteaba la expansión del gasto público, a partir de lo cual crecería el mercado interno y se generaría un terreno propicio para el incremento de las inversiones norteamericanas no azucareras, lo cual sería un elemento compensatorio de la crisis recurrente en el sector azucarero. La estructura agraria quedaba intacta y se mantenía la masa de asalariados agrícolas capaces de asegurar la producción azucarera. La política aplicada condujo a una expansión inflacionaria de la economía, que se solventaba con importaciones, a costa de la disminución de las reservas de divisas acumuladas durante la II Guerra Mundial." Lo que se da a partir de 1952 y hasta 1958, es por tanto, un proceso de crecimiento sin desarrollo. Toda esta panorámica es muestra evidente de las profundas deformaciones estructurales de un país monoproductor y monoexportador en donde la burguesía nacional no estaba interesada en cambiar los grandes contrastes existentes.

1.2 – El modelo de desarrollo a partir de 1959: Ruptura de las relaciones con Estados Unidos, comienzo de la vinculación con la URSS.

Con el triunfo de la Revolución cubana, los objetivos pautados como estrategia de

desarrollo económico y social de Cuba esbozados desde 1953 en el histórico razonamiento de defensa, de Fidel Castro, conocido como -La historia me absolverá-, en donde se resumen los principales problemas a erradicar como el de la tierra, la industrialización, la vivienda, el desempleo, la educación, la salud del pueblo; estos seis puntos, junto con la conquista de las libertades públicas, se convierten en la esencia de la política económica y social del país, comenzando así un período de grandes transformaciones y cambios, que tuvo como primer objetivo hacer desaparecer las bases de la economía capitalista y neocolonial (nueva forma de neocolonialismo). Con ello se puso fin a los mecanismos de dependencia y dominación de los monopolios estadounidenses y a la gran propiedad privada sobre los medios de producción.

"En los dos primeros años de la Revolución (1959 y 1960), si bien es cierto que resultó imposible elaborar una estrategia de desarrollo, fue la etapa de las medidas de corte popular y una aguda lucha de clases. En esencia, la política económica aplicada, tuvo como objetivo principal garantizar la continuidad y el éxito del proceso revolucionario."

La política económica aplicada desde 1959 introdujo cambios de gran importancia. La nacionalización de los principales medios de producción del país vino a alterar a fondo el régimen de la propiedad; el gobierno comenzó a asumir un papel destacado en la actividad productiva, a la vez que se deterioraron los mecanismos del mercado en la regulación de la economía.

Ante los importantes cambios introducidos, donde se busca edificar una nación libre de ataduras de la dominación extranjera, surgen contradicciones con el imperialismo norteamericano y sus aliados, lo cual aceleró el proceso de diversificación de los mercados externos del país que se había emprendido como parte de una política económica independiente. De tal forma, lo más significativo es el inicio de los vínculos económicos con la URSS y otros países socialistas. Había una estrategia que querían poner en marcha por tres vías por las que se trataría, en adelante, de aplastar a la Revolución:

  • Las presiones diplomáticas para el aislamiento con las naciones Latinoamericanas.

  • Las agresiones económicas.

  • La ayuda armada a la contrarrevolución, lo cual significaba hasta la posibilidad del empleo de las fuerzas militares de la nación.

"Los medios de difusión masiva norteamericana lograron justificar, dentro de su país, la política agresiva contra Cuba, al hacerle ver al pueblo norteamericano que sólo prevalecía una actitud deliberadamente hostil hacia Estados Unidos en el régimen de Castro. Así, justificar la presión norteamericana sobre la isla, implementada a través de medidas concretas tales como planes de desestabilización, vuelos de inteligencia militar sobre Cuba, promoción del aislamiento político y económico, maniobras militares alrededor de la Isla, e intervenciones militares en otros países del Caribe."

"En aquel mar de restricciones comerciales, el gobierno cubano intentó crear y

defender internamente el régimen revolucionario y establecer relaciones extranjeras que protegieran y aseguraran dicho régimen. Por ello el 13 de febrero de 1959 Cuba firmó un convenio comercial mediante el cual la URSS habría de comprarle 5 millones de toneladas de azúcar durante un período de cinco años a los precios del mercado mundial. Se acordaba conjuntamente la contratación de un crédito por 100 millones de dólares, en condiciones muy ventajosas para la Isla, pues era pagadero en doce años y a un interés sumamente bajo.

A partir de este momento, Estados Unidos, comenzó a explotar al máximo el asunto del comunismo en Cuba, siendo el tema central de todo análisis, comentario o referencia con respecto al problema cubano. A pesar de que la URSS tenía relaciones comerciales y diplomáticas con otros países de América Latina, en el caso de Cuba la firma del convenio y el posterior restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre las dos naciones fueron hechos asumidos por los círculos gubernamentales de Estados Unidos, como la prueba inequívoca de que la Revolución Cubana se abría hacia la esfera de influencia soviética y marchaba de manera inexorable hacia el comunismo.

Se presento también otro problema para Cuba que fue el petróleo. "Sus orígenes se encuentran en la reacción petrolera aprobada en 1959 por el Gobierno

Revolucionario, el cual había decidido que las compañías no podían repatriar más de un 50 % de sus beneficios, debiendo ser reinvertido el 50 % restante. Ante esto, las compañías optaron por tratar de mantener sus márgenes de beneficios monopolistas por medio de un aumento proporcional de los precios, en las ventas entre las subsidiarias. Además, apoyadas en la cancelación a los créditos cubanos acordada en Estados Unidos a finales de 1959, exigieron que las importaciones de petróleo fueran abonadas al contado. Como Cuba no podía pagar en esas condiciones detuvieron sus importaciones de petróleo. Debido a esto, Cuba hizo contacto con un proveedor soviético de petróleo, cuyo precio, incluido el transporte, representaba un 29 % menos que el fijado por los productores norteamericanos. De esta manera, los dirigentes de las compañías declararon categóricamente que no refinarían petróleo proveniente de la URSS. El objetivo económico inmediato de la maniobra norteamericana era claro: poner a la economía cubana ante la perspectiva inmediata de una paralización por la ausencia de combustible. La posición del Gobierno Revolucionario fue terminante, el 1º de julio decidió la intervención de las refinerías del consorcio petrolero norteamericano Texaco, Esso y Shell, esta era la única respuesta posible para garantizar la refinación de combustible."

"El 24 de Junio de 1960, el presidente Eisenhower solicitó al Congreso el poder discrecional para cortar la cuota de importación de azúcar y el 6 de Julio de 1960 cortó la cuota azucarera de Cuba y canceló 700 mil toneladas pendientes de la cuota de 1960, privando así a la Isla de su principal fuente de ingresos por exportaciones."

Ante la aprobación de la Ley Azucarera aprobada por el Congreso norteamericano, la reacción cubana no se hizo esperar. Fidel Castro anunció el 6 de agosto la nacionalización de las grandes empresas norteamericanas en el país. La medida contra las propiedades norteamericanas en Cuba fue una respuesta a la agresión económica de Estados Unidos. Esto representaría el segundo movimiento dentro de la esfera diplomática para ejercer más presión a la revolución.

"Tras los episodios del petróleo y de la cuota azucarera, el caso cubano quedó convertido en un problema central de la política norteamericana, hasta tal punto que fue uno de los temas principales de política exterior en la campaña electoral por la presidencia. Según el Wall Street Journal del 20 de octubre, Nixon presionó en Washington, después del debate con Kennedy para decretar el 19 de octubre el primer embargo parcial de mercancías a Cuba, con el cual se daba el primer paso del bloqueo económico que pretendía doblegar a la Revolución Cubana. La medida fue presentada como represalia por la nacionalización hecha por el Gobierno Revolucionario de los bancos extranjeros radicados en el país y de 382 empresas privadas, incluidas varias norteamericanas."

Con posterioridad a las disposiciones de agresión económica, quedó patente que sólo restaba por ejecutar un movimiento para el derrocamiento de la Revolución: la agresión armada. El fracaso de Playa Girón ha llenado incontables páginas de la prensa y libros. No es el objetivo del libro hacer un análisis profundo de esta parte, pero es de gran importancia remarcar cómo calificó a este acontecimiento Fidel Castro: "La primera gran derrota del imperialismo yanqui en América". Así, el fracaso del tercer movimiento para dar fin a la Revolución, consolidó, de hecho, su existencia.

Como se puede apreciar, el acelerado avance de las transformaciones hacia el control del Estado sobre la economía y el comienzo de una importante vinculación con la URSS fue respuesta a los golpes aplicados por la política norteamericana, como necesidad de fortalecer el poder político y económico de las fuerzas populares.

"La Revolución Cubana comenzó por afectar aspectos esenciales de las relaciones de dependencia que el país mantenía con Estados Unidos, y, desde ese momento, fue casi unánime el rechazo entre los círculos gobernantes a la posibilidad de cambios, aunque fuesen reformas que no transformasen de manera definitiva los vínculos de dominación. Por otro lado, tal actitud era consecuencia lógica de la estrecha línea de dependencia de Cuba hacia Estados Unidos, asentada en la monoproducción azucarera y el monopolio comercial, que habían hecho de la Isla."

"Por eso, en la medida en que los pasos sucesivos del Gobierno Revolucionario tendieron a demostrar su firme voluntad de permanecer fiel a los intereses populares, de no ceder ante las presiones norteamericanas, y de no atemorizarse ante la posibilidad de anudar lazos con el campo socialista encabezado por la URSS, la política de Estados Unidos fijó como objetivo el derrocamiento de la Revolución, siendo el objetivo principal de la política norteamericana en América Latina evitar una nueva Cuba."

"Esta primera etapa culmina con la abierta guerra económica desatada por Estados Unidos contra Cuba, lo cual aceleró el proceso de diversificación de los mercados externos del país que se había emprendido como parte de una política económica independiente. De tal forma lo más significativo es el inicio de los vínculos económicos con la URSS y otros países socialistas, cuya ayuda fue decisiva en los momentos en que Estados Unidos bloqueó la venta de petróleo, suspendió la cuota azucarera y finalmente instauró en la práctica el bloqueo al embargar las mercancías cubanas compradas a Estados Unidos. En aquellos momentos, la URSS salvó al país del colapso económico, garantizando el suministro de petróleo, comprando el azúcar dejada de adquirir por Estados Unidos y ofreciendo créditos para la compra de alimentos y otros productos."

1.3 – Vinculación estrecha con la URSS.

"El giro cubano, de su relación con Estados Unidos hacia la URSS, en cuanto a relaciones comerciales y ayuda económica, se aceleró con dos acontecimientos: la crisis de los misiles, que produjo la interrupción de todos los vuelos norteamericanos a Cuba, y la decisión de la Organización de Estados Americanos (OEA) de expulsar a Cuba, la cuál es oficialmente proclamada el 3 de febrero de 1962, manteniéndose ininterrumpidamente hasta la actualidad, iniciándose con ello su gradual aislamiento hemisférico occidental."

"La plena independencia económica respecto de Estados Unidos se logró al precio de ampliar la dependencia con la URSS."

"A partir de allí, los objetivos económicos estratégicos, buscaron crear condiciones para aprovechar la estructura económica heredada del modelo capitalista periférico y utilizarla como pivote del desarrollo económico, propiciando la creación de la infraestructura indispensable y proporcionando los medios de acumulación necesarios para la ulterior industrialización del país. El sector agropecuario, en especial la producción azucarera, sería el pivote del desarrollo económico del país."

En Enero de 1964 se firmó con la URSS un convenio comercial que garantizaba la compra de 24,1 millones de toneladas de azúcar a Cuba entre 1965 y 1970, a un precio asegurado de 6,11 centavos de libra, que garantizaba ingresos suficientes para financiar la estrategia de desarrollo. Con otros países socialistas también se firmaron convenios que aseguraban mercados estables al azúcar cubano (ya en 1963 el comercio con el campo socialista era el 75,8 % del total, mientras que con la URSS era del 40 % de ese total)."

"La estrategia de desarrollo se sustentaba en la idea de que el fuerte empujón al resto de la economía vendría dado por la inyección de recursos que recibiría la agricultura y la industria azucarera, lo cual permitiría el volumen de ingresos necesarios, vía exportaciones de azúcar, y conduciría a la expansión de otros sectores, que a la vez de servir de apoyo a ese desarrollo azucarero, ampliarían la base industrial del país. Sin embargo, en términos generales puede decirse que los objetivos económicos fundamentales de la estrategia de desarrollo entre 1965 y 1970, sólo lograron cumplirse parcialmente."

"En estos años, se realizaron proyecciones a mediano plazo y se firmaron nuevos e importantes acuerdos económicos con la URSS y con otros países socialistas, que permitieron una base sólida para la culminación de la estrategia planteada. Dentro de esto, cabe destacar el ingreso al Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) en 1972, del cual Cuba, era observador desde 1964, recibiendo categoría de miembro especial lo cual incluía tratamiento comercial preferente por parte de los miembros más desarrollados."

El significado económico de esas relaciones puede resumirse en los siguientes aspectos.

  • Mercados amplios y estables para los principales rubros de exportación cubana y para nuevas producciones.

  • Volúmenes crecientes de suministros importados, con considerable estabilidad en los abastecimientos de combustibles, materias primas, maquinarias, equipos y bienes de consumo, asegurados por períodos de cinco o más años.

  • Una relación de precios de intercambio superior a la del mercado mundial, en virtud de los precios acordados para las principales exportaciones cubanas. Se calcula que en la década del 80 ello significó ingresos superiores en algo más del 50% de los que se hubieran obtenido con los precios del mercado mundial.

  • Financiamientos para el desarrollo y para equilibrar la balanza de pagos, otorgados en condiciones muy favorables, pagaderos a largo plazo y con bajos tipos de interés.

  • Desarrollo de ramas de la economía inexistentes al triunfo de la Revolución y creación de las bases para desarrollos futuros más complejos. Esto se logró mediante el aporte de financiamiento, suministros corrientes, asistencia técnica y calificación de especialistas y técnicos cubanos.

"El intercambio comercial con estos países llegó a representar entre el 80-85 % del total realizado por el país. Todo esto permitía contrarrestar los efectos del bloqueo norteamericanos para el desarrollo económico cubano."

El país disfrutara de ventajas comerciales derivadas de la inserción en el CAME y de los precios ventajosos que la URSS pagaba, visto en una perspectiva de más largo plazo, ataba a la economía doblemente. Primero, porque consolidaba la dependencia de la dinámica de la economía del azúcar, y segundo, porque esa dinámica se basaba en una relación de precios fuertemente divorciada de los costos internos de la producción azucarera y a la vez en una comparación internacional, que si bien hacía ver que la especialización cubana era conveniente, no se apartaba en lo absoluto del principio de las ventajas comparativas, con un doble efecto negativo en el largo plazo, primero, por lo que el principio mismo significa desde el punto de vista de la especialización productiva, y segundo, porque los precios de referencia del producto que se tomaban en cuenta (del de los países socialistas) estaban bastante alejados del de los productores más eficientes, de donde las ventajas comparativas obtenidas no resultaban una buena señal para la especialización productiva.

A principios de la década del ochenta las relaciones económicas soviético-cubana alcanzaron su cenit con la firma de numerosos acuerdos entre los que se destacan un plan para el desarrollo económico y científico-tecnológico de Cuba centrado en el azúcar, el níquel, los cítricos, la energía nuclear y termoeléctrica y las prospecciones geológicas. Se obtienen nuevos créditos por un total de 1800 millones de dólares y nuevos acuerdos de cooperación a largo plazo (cuya finalidad era fortalecer la integración de Cuba con el COMECOM y su independencia de las economías de mercado), la creación de empresas mixtas soviético-cubanas y exportaciones conjuntas a terceros países, incremento de la eficiencia de la utilización cubana de la ayuda socialistas. Durante toda esta etapa los precios soviéticos del azúcar fueron considerablemente más altos que los precios del mercado mundial, y lo mismo puede decirse de los precios del níquel (en 1985 los soviéticos lo pagaban a más del doble de su precio mundial).

La URSS vendió petróleo crudo a Cuba a precios considerablemente menores que el precio mundial. La URSS hizo otra importante concesión: pagar a Cuba en divisas por todo el petróleo que ésta lograba ahorrar respecto al abastecimiento acordado; la URSS exportaba dicho petróleo a otros países y pasaba los beneficios a Cuba, que, a su vez los registraba como reexportaciones de petróleo. La combinación de todos estos subsidios resultó en un considerable beneficio neto para Cuba durante toda esta etapa.

El modelo económico tuvo en la implantación del Sistema de Dirección de la Economía (SDPE) su principal componente, este creó determinadas expectativas que no poseían una base real producto de que los niveles alcanzados por el comportamiento de la actividad económica no estuvieron vinculados solamente al sistema. Las incompatibilidades entre la implantación del SDPE y el diseño general de la política económica limitaron la posibilidad de hacer más coherente los aspectos principales de la estrategia de desarrollo. La implantación del sistema contribuyó también a la acentuación del crecimiento no equilibrado de la economía y a la consolidación de importantes desproporciones en el proceso de desarrollo.

"Así, a mediados de 1983, comienzan a manifestarse los primeros síntomas de crisis aunque hacia fines de 1984 quedó evidenciado claramente que había comenzado el agotamiento del modelo, lo cual estuvo determinado fundamentalmente, por la imposibilidad de mantener el crecimiento de la economía sobre una base extensiva y a la presencia de dificultades en el funcionamiento del Sistema de Dirección de la Economía."

"A partir de esta fecha se introdujeron cambios en la política económica, dando inicio a la puesta en práctica de un conjunto de medidas para rectificar estas tendencias, denominado proceso de rectificación de errores y tendencias negativas y así comienza a encauzarse la estrategia del desarrollo en una dirección encaminada a apoyarse más en los recursos propios y a crear nuevas fuentes generadoras de ingresos externos, aprovechando recursos naturales y el potencial científico-técnico formado, lo cual ofrecía la posibilidad de lograr elevadas ventajas en el intercambio externo. De tal forma, sé prioriza un conjunto de programas estratégicos como el alimentario, el turismo y el biotecnológico, orientados a la consecución de estos fines."

1.4 – Resultados Económicos de las Políticas Implementadas.

Crecimiento promedio anual del PIB: 3,1% en todo el período; 2% entre 1959 y 1970; 8% entre 1971 y 1975; 5% entre 1976 y 1980; 8,5% entre 1981 y 1985; no crecimiento entre 1986 y 1989.

  • Cambios en la estructura del PIB (en %)

Sectores

1959 1988

Agricultura

22 9

Industria y Construcciones

29 36

Comercio y Servicios

  • 49  55

  • Cambio estructural al interior de la industria: disminuye el peso de la industria azucarera.

  • Cambios en la relación entre PIB y sector externo.

  • a. Se mantiene la proporción Exportaciones/PIB

  • b. Se incrementa la proporción Importaciones/PIB

  • c. Se genera un saldo negativo crónico en el balance comercial

Proporciones

1958 1988

Exportaciones / PIB

27 28

Importaciones / PIB

29 39

  • Avances en la agricultura.

  • a. Se duplican las tierras incorporadas al cultivo: de 2 millones de hectáreas bajo cultivo en 1958 se pasa a 4,4 millones en 1989

  • b. Mejoramiento sustancial de las condiciones de vida en el medio rural

  • c. Humanización del trabajo en el sector agropecuario: mecanización y quimización de las labores

  • d. Creación de más de 40 centros de investigación.

  • Avances en la industria.

  • a. Mayor integración agroindustrial que la presente en 1959: incremento del procesamiento industrial de materias primas agropecuarias tales como leche, carnes, hortalizas, frutas y arroz)

  • b. Establecimiento de una industria básica de fertilizantes

  • c. Ampliación de las industrias abastecedoras de bienes y servicios técnicos a la agricultura: producción y mantenimiento de la maquinaria agrícola, aviación agrícola, etc.

  • d. Incremento de la capacidad de molida de la industria azucarera en 12 millones de arrobas por día.

  • e. Fomento de la industria de derivados de la caña de azúcar.

  • f. Creación de la base energética nacional.

  • g. Creación de la industria de construcción de maquinaria y equipos.

  • h. Ampliación de la capacidad de producción de acero.

  • i. Organización de la base nacional de proyectos industriales.

  • j. Creación del complejo farmacéutico-biotecnológico.

  • Avances en la esfera social.

  • a. Esperanza de vida superior a los 70 años.

  • b. Mortalidad infantil se ubica alrededor de 11 por cada 1000 nacidos vivos.

  • c. Pleno empleo.

  • d. Desarrollo de la espiritualidad: arte, ciencia, conciencia política.

1.4 – Consideraciones finales del Capítulo 1.

Finalmente, de acuerdo a las medidas tomadas por los dirigentes cubanos durante todo este período, se puede afirmar que la política exterior cubana, "…modelada por el nacionalismo y el anti-imperialismo" ha seguido la siguiente directriz para aumentar su espacio político en estos años:

  • A inicios de los años 60, difundir un internacionalismo proletario, consolidando la revolución socialista, la cual está relacionada con el concepto anti-imperialismo, con la obligación de ayudar a sus pares ideológicos en otros países a capturar y consolidar sus revoluciones. Desde una perspectiva fidelista, dicha solidaridad se traslada inevitablemente hacia un compromiso paralelo con el anti-imperialismo, desde el momento en que las pretensiones hegemónicas de naciones como Estados Unidos son vistas como uno de los principales obstáculos al cambio revolucionario.

  • La Habana vio una clara unión, en la conexión con Rusia y Europa del Este, para contrabalancear la inmensa presión que Washington ejercía sobre la revolución en un esfuerzo por aislarla y por último destruirla. En efecto, el gobierno de Castro estaba bajo presión norteamericana tanto en lo militar como en lo económico. En ambas áreas estaba desapareciendo rápidamente el espacio operativo que se requería para proteger sus intereses y quizá incluso asegurar su supervivencia. Así, dado que el bloque soviético representaba una alternativa a las conexiones económicas cubanas, y que era además una fuente de asistencia para su seguridad, el pragmatismo y los principios ideológicos sugirieron un giro hacia el Este.

  • Normalizar las relaciones Sur-Sur: a través de contactos Estado a Estado y a través de una línea más moderada, estableciendo relaciones diplomáticas con varios países latinoamericanos.

  • Apertura a Europa Occidental y Canadá: han servido tradicionalmente como los principales puntos de acceso de la Revolución a los sectores de mercado altamente desarrollados de la economía global. Estas puertas de salida son vitales para Cuba. A pesar de su compromiso con el modelo socialista, Cuba, nunca mostró inclinaciones serias a retirarse enteramente del mercado mundial dominado por el capitalismo.

CAPITULO 2

Fin de la guerra fría

2.1 – Derrumbe del bloque socialista.

A partir del año 1960 Cuba obtuvo resultados económicos importantes, influyendo en ello los vínculos que se mantenían con el desaparecido campo socialista y la ex URSS en particular. El sólo hecho de que el 81 % de las exportaciones cubanas se orientaban al bloque socialista, de los que a su vez provenía el 85 % de las importaciones en 1989, puede ilustrar esa influencia. El desarrollo alcanzado por la economía cubana hasta mediados de la década de los 80, con un crecimiento promedio anual en el período 1975-1985 superior al 7 % estaba basado fundamentalmente en un modelo de tipo extensivo que se apoyaba en esas

relaciones con el campo socialistas.

Las relaciones con los países ex – socialistas contribuyeron al desarrollo cubano, en especial, a través de inversiones, programas y proyectos de desarrollo que requerían cuantiosos recursos, muchos de los cuales quedaron interrumpidos. El intercambio comercial con esos países se basaba en precios preferenciales dada la condición de país subdesarrollado de Cuba, y un intercambio comercial relativamente estable y mutuamente beneficioso.

En loa años de 1959 y 1989, Cuba no podía acceder a las fases de depresión o recuperación, a las fluctuaciones externas o a las ocasionadas por insuficiencia de demanda y multiplicación de la desocupación de mano de obra, que de manera típica se reproducen en las naciones del Mundo Occidental. Garantía de pleno empleo, mecanización de las labores agrícolas y trabajos manuales, despreocupación por los indicadores de productividad, son fenómenos de distinto signo que se combinan para imprimir características propias al sistema económico cubano.

La terminación de la Guerra Fría y la disolución del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) trastocaron de golpe las circunstancias políticas externas y el patrón de desarrollo de Cuba. La desaparición del modelo de relaciones con los países del CAME fue sin dudas el factor desencadenante de la posterior crisis de la economía cubana, sobre todo, por la magnitud que ello significó en cuanto a la disminución de recursos para el país. Se perdieron los principales mercados de exportación y los precios que en ellos se obtenían.

La destrucción del comunismo en la URSS y en Europa del Este, se vio reflejado en el discurso de Castro de julio de 1990,en donde mencionaba la voluntad que debía mostrar el pueblo cubano, para sobrellevar los grandes sacrificio ante los cambios masivos y negativos.

Por si fuera poco en los primeros años del 90, Cuba sufrió varios shocks masivos; el primero que se presento fue el de la economía cubana, en su conjunto, se encogió drásticamente entre el 35 y el 50%. Antes de 1991, la URSS, se llevaba el 63% del azúcar cubana, 73% de su níquel, 95% de sus cítricos y el 100% de sus exportaciones eléctricas. A su vez, Cuba recibía de la URSS, el 90% de su maquinaria y 31 otros equipamientos y el 98% de su combustible. En menos de 4 años, Cuba perdió 80 % de su capacidad de intercambio.

El segundo golpe que se presenta fue que EEUU se movió con velocidad para hacer más fuerte su embargo. En 1992, la Ley Torricelli entra en vigencia, empeorando así la situación de Cuba, al impedir a otros países comerciar con la Isla.

Por otra parte, desde el punto de vista militar, las fuerzas armadas cubanas, no escaparon al impacto. Cuba se vio impedida para conseguir armas y equipamiento para sus bases militares. Ni Moscú ni otros países de Europa del Este, tuvieron interés en ayudar a Cuba y enemistarse con EEUU. Así, las fuerzas armadas, quedaron reducidas a la mitad de lo que fueron en 1989. A partir de 1990, el entrenamiento de defensa tuvo que ser abandonado. Entre otras cosas, la falta de combustible fue un gran problema. Sin embargo, las fuerzas armadas han respondido de una manera muy original ante la pérdida de cooperación por parte de la URSS.

En síntesis, Cuba enfrentaba la peor crisis económica del siglo, asociada a factores como los que se indican a continuación:

  • El colapso del campo socialista europeo y la desintegración de la Unión Soviética, suprimieron los mercados tradicionales de exportación y las fuentes de adquisición de bienes y servicios, esenciales al funcionamiento productivo.

  • Deformaciones en la estructura económica e institucional que se expresan en baja eficiencia y entorpecen el desarrollo fluido de los intercambios con Occidente.

  • Desequilibrios macroeconómicos que reflejan en el interior de la economía las repercusiones de la ruptura del frente externo.

  • El embargo económico de los Estados Unidos, acentuado por la expedición posterior de las leyes Torricelli y Helm-Burton.

2.2 – Situación interna al inicio de la crisis y las alternativas ante el cambio.

Todas las evidencias internas y externas apuntaban a que Cuba, al igual que el resto de las Naciones que formaban parte del bloque de estados socialistas, también caería bajo el peso arrollador de las fuerzas del capitalismo. Pero hoy en día se comprueba que tales declaraciones no se cumplieron. El sistema socio-político de la Isla no sólo subsistió sino que logró, después de años de duras condiciones internas, que aun no han terminado, comenzar un proceso de recuperación económica y de reestructuración en su funcionamiento, que le ha posibilitado mantenerse, no sin un determinado costo en términos de sacrificios para su población.

Cabe destacar que durante años existió una coincidencia de intereses sobre un amplio círculo de temas entre el proyecto revolucionario cubano y las naciones del bloque oriental. Pero, al propio tiempo esas relaciones, que no siempre fueron concurrentes, se hicieron más estrechas en la medida en que crecía el aislamiento, las agresiones y amenazas a la Isla, imponiéndose imperativos de subsistencia y necesidades económicas, más que razones de comunidad histórica, cultural o de cercanía geográfica. Es justo reconocer que Cuba recibió una contribución vital de las anteriormente socialistas naciones europeas, tanto en el orden económico, como tecnológico y militar en un período que, sin aquella cooperación, hubiera sido materialmente imposible sostener el proceso revolucionario cubano.

Igualmente es necesario recordar que en Cuba, la instauración de un régimen socialista no fue resultado de una ocupación militar ni de una repartición post-bélica de territorios y esferas de influencia entre potencias, sino que fue producto de la evolución de una lucha de liberación nacional en un país subdesarrollado del Caribe contra un gobierno irreconocible y corrupto al servicio de los intereses económicos norteamericanos y donde las reivindicaciones socio-económicas y los principios de conquistar la justicia, la equidad y la independencia nacional, eran motivaciones que prevalecían sobre cuestiones de naturaleza filosófica o de intereses políticos.

En la nación caribeña, como también es conocido, nunca existieron conflictos entre minorías étnicas ni grupos religiosos o de otro tipo; poseyendo una sola nacionalidad (la cubana), forjada en los últimos doscientos años, con un único idioma y una misma cultura popular, y al estar Cuba, al estar separada de tierra continental, no se ha visto envuelta en situaciones de tensión por derechos fronterizos con estados cercanos.

Otro factor que se distingue en el caso cubano es el sostenimiento durante los últimos cuarenta años, del liderazgo y de un amplio consenso popular de una mayoría de la población en torno a una parte fundamental de los iniciadores de la guerra de liberación en relación con las experiencias de los anteriores países socialistas europeos.

Todas estas razones que mencionamos , podrían explicar también por qué, a diferencia del extinto bloque socialista europeo, la disyuntiva esencial interna a lo largo de las últimas cuatro décadas ha sido, principalmente, la viabilidad o no

del proyecto cubano desde un punto de vista económico; no existiendo serios problemas en cuanto a fundamentación y apoyo popular de intereses de grupos nacionales o de legitimidad política.

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