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Sistema electoral y democracia en Venezuela: la teoría de la negociación, contexto de la democracia participativa


Partes: 1, 2

  1. Resumen
  2. Introducción
  3. Algunas consideraciones sobre el poder en Venezuela
  4. Los Actores Políticos, los Tipos de Interrelaciones y los Resultados
  5. La Confrontación Versus la Cooperación para la Formación del Consenso
  6. El Regateo Transaccional en la Política Nacional
  7. La Teoría de la Elección Racional en la Realidad Nacional
  8. A modo de conclusión
  9. Bibliografía

Resumen

El proceso de negociación es de primera consideración, hoy en el desarrollo de la vida política nacional, estando la gobernabilidad y la sostenibilidad del gobierno en una crisis muy severa, socavando la legitimidad para la permanencia en el poder, provocando la presencia de sectores de oposición en las calles, presionando por mejoras en todos los órdenes de la vida republicana puesto que estos, se han deteriorado notablemente, durante el gobierno revolucionario. Desde tiempos muy remotos, se han concebido las alianzas y los juegos, como manifestación de las interacciones humanas, para lograr fines de poder, para sí o para el colectivo, en tiempos breves, con el menor esfuerzo o costos para las partes, todo depende de cosmovisiones, para sentar las bases de la confianza y la permanecía, abriendo caminos para la comunicación, la cooperación y la negociación de los objetivos supremos nacionales, como la visión de país que se pretende establecer, en contraste, con el modelo político de democracia participativa y protagónica ansiado, establecido en la Constitución de 1999.

ABSTRACT:

Bargaining Power is the main, concern today, on venezuelan´s lived politically outcome, being govenment stability under several strikes and struggles from opposed groups in the principal cities Street, pushing up for better life political condition on all orders of our national lives, because the big political hole and economics indifference of revolutionary venezuelan´s government on principal aims and issues of ours lived years in democracy. Since old times ago human being used to developed games and pursuing publics alliances strategies, as human interactios for achieving power and political targets, it should be to itself as a selfish interests, or for collectives and towns purposes, all they reside on personal cosmosvisions, for political confidence and permanency through forcing communications ways for a more rational choices by used cooperative models of fixed national public objectives. They revolutionary govennment against democratic political model approved in venezuelan´s 1999 constitution.

Introducción

Durante los catorce años del Gobierno Revolucionario, como así se ha propuesto, se han modificado las líneas de conducta sobre las cuales las parte interesadas más vinculadas, gobierno, partidos políticos y grupos de intereses se convenían en resolver los conflictos que pudieran surgir de la dinámica social, política y económica, aplicando en ello, influencias y recursos de poder, que hizo posible las salidas políticas cuando estas eran improbables, ello fue muestra de algún orden de negociación entre las partes, que hacia posible algún tipo de retribución mutua que permitía llegar a ciertos acuerdos para la gobernabilidad y el desenvolvimiento político en libertad y paz ciudadana. En nuestro país a partir del pacto social, también conocido como pacto de punto fijo[1]que dio lugar a una concertación formal, social resultante del avenimiento Obrero-Patronal a la caída de la dictadura en 1958, que fundo la concertación en torno al denominado Pacto Institucional, con el concurso de los partidos mayoritarios para ese momento Acción democrática y Copey, conjuntamente con las organizaciones sindicales y empresariales, no sin existir dificultades ante las diferentes coyunturas económicas del país, "el drama fiscal del gobierno", un valor oscilante del petróleo[2]cuyo valor más alto fue de 29 dólares en 1981, manteniéndose en baja, para el año 1998, inicio un nuevo periodo en la vida republicana nacional, registró un valor de 16,8 dólares. Sin embargo, muestran los indicadores que la Republica, con un ingreso relativo bajo y con deficientes niveles de efectividad, permitió dar sustentabilidad al presupuesto nacional, acompañado de un crecimiento relativo en algunos sectores productivos financiado mayormente por el Estado. Por otra parte, la población como nunca antes, logró un ritmo de crecimiento estable, consolidando las principales ciudades en todo el territorio nacional, sin dar solución al problema esencial de la pobreza[3]dando un sentido incierto al desarrollo económico, político, social e incluso cultural, alcanzado durante los cuarenta años de democracia representativa. Es menester indicar, que ante las crecientes necesidades nacionales y las crisis políticas de febrero de 1992[4]lo cual fue un llamado de alerta que fue desatendido y menospreciado por quienes ejercían funciones de gobierno para el momento, sobre las desviaciones del sistema de democracia representativa en Venezuela, de finales del Siglo XX, existían sectores que requerían ser dignificados, los más necesitados, los más desposeídos del Soberano. Siempre se manejaron propuestas para la concertación dentro del marco del Pacto Social, que pudo mantener la estabilidad, sin crisis política o económica, que significaran un quiebre del orden establecido. En tal sentido, la Comisión para la Reforma del Estado y la Administración Publica, sirvió de mecanismo institucional, dentro del cual se conciliaban intereses y articulaban de manera tímida algunos proyectos populares, puesto que los planteamientos de carácter económico y social eran competencia de otras instancias, ameritándose una adecuada coordinación y voluntad política, para su mejor funcionamiento y utilidad, se formularon políticas, se desarrollaron planes para todos los niveles de la Administración Pública -Nacional, Estadal y Local- los cuales mayormente no lograron su implantación. De allí, que puede argumentarse, que los esfuerzos en la reforma del Estado tuvieron buenas intenciones, pero obviaron que el pacto ameritaba ser renovado con las nuevas fuerzas políticas y sociales, emergentes que requerían atención y su incorporación en un contexto de un pacto nacional con un alcance mucho mayor, de mayor amplitud, en pro de la estabilidad y la gobernabilidad democrática futura. A este respecto, considero de gran relevancia los supuestos y enfoques de la Teoría de la Negociación, para comprender y explicar los procesos políticos que impulsaron el cambio social para finales de siglo en Venezuela, para reconocer la naturaleza de las relaciones que se distinguen en la pugna entre quienes apuestan a la democracia y su fortalecimiento y de quienes aspiran un viraje hacia la antidemocracia, el Socialismo del Siglo XXI, un destino poco cierto, pero en la apuesta de quienes aspiran el viraje. Las transformaciones que ello supondría, y hasta qué grado la ciudadanía venezolana esta en conocimiento del costo político, económico y social de las mismas. La asistencia institucional de manera continuada, en la desintegración del sistema de contrapesos en el poder, concentrando los mismos el TSJ, quien se ha erigido por encima del cualquier supuesto de concertación nacional, como juez y parte del proceso transformador, asfixiando a la Democracia en Venezuela. Por la otra parte, identificar los obstáculos, que se ciernen en el presente nacional, para lograr el clima político necesario para construir un ambiente de participación que propicie el consenso, en torno a intereses mutuos, que permitan la reconstrucción nacional sobre la base de un conceso nacional-ganar/ganar- resultante de un nuevo pacto social, que haga viable la convivencia en libertad, en la democracia participativa y protagónica. La Teoría de la Negociación es aplicable a nuestra realidad política actual, presupone, que es necesario distinguir cuando los individuos o actores políticos tienen objetivos e intereses concretos compartidos en términos de mejorar su condición de vida, en contraste, con los individuos o actores políticos que tienen como objetivo prioritario la acumulación de diferencial, de allí la importancia del presente análisis, puntualizar que relaciones predominan, por quienes están dirigidas, con qué propósito, si es el de aferrarse a la posición de poder o todo lo contrario, como se concibe la transición en la obtención de los equilibrios que permitan la sustentabilidad y permanencia del gobierno en el poder, o su remplazo, son temas de mucho interés esenciales para el porvenir nacional.

En este contexto, el juego y la razón de poder, se hacen presentes, por una parte, la Teoría de Juegos[5]que introduce el concepto de equilibrio[6]como una resultante de los procesos de negociación, donde la disposición de información y conocimiento de las reglas del juego, por parte de los jugadores es determinante para el resultado final, que representa un beneficio para una de las partes, en tanto que puede representar una pérdida total o absoluta para la otra, cada escenario de juego contiene: Jugadores, naturaleza, acciones, información, estrategias, pagos y resultados, para lo cual cada jugador en atención a su percepción de la realidad y conocimientos de la misma, desarrolla otras manifestaciones en su comportamiento como de confianza, disposición, oportunidad, credibilidad, tolerancia y moralidad, como aptitudes personales determinantes en las jugadas y sus resultados. En tal sentido, la teoría ofrece un terreno muy fértil para el diseño de estrategias y políticas públicas, que identifiquen los equilibrios y maximicen la utilidad social o colectiva y la determinación anticipada de los costos de no acertar en la jugada. Por la otra, la Teoría de la Decisión Racional, que postula que toda decisión, esencialmente las "publicas", debe contener una estructura de justificación, sólida y consistente, que comprenda los elementos instrumentales de la misma, así como su aspecto normativo, el supuesto ético sobre los que soporta la decisión, los cuales son partes indispensables para su evaluación técnica. De allí, que la Teoría de la Elección Racional[7]es una herramienta de la que dispone la Gerencia, tanto privada como pública, para la optimización así como también para anticipar los resultados posteriores a la decisión, como sus costos y beneficios, identificando el camino crítico y las restricciones o limites a superar en cada punto o nodo en particular, para lograr los objetivos propuestos, en esta teoría, lo común es que el resultado de la situación depende de lo que las partes hacen durante su relación en los contextos decisionales. Por ello, los aspectos referidos por Schick[8]como la certeza, el riesgo, la intención, la intuición, los recursos, utilidad/perdida, el chance, el tiempo e inclusive las emociones, son cruciales para alcanzar los resultados en los términos racionalmente óptimos, de allí que ambas teorías, resultan del todo pertinentes y oportunas, su aplicación en las condiciones que se están generando en el país en la búsqueda de la paz y la concertación entre gobierno, oposición democrática y sectores sociales como los colectivos y las agrupaciones estudiantiles, por la libertad, la vida, el trabajo, etc. Por ello considero, que la racionalidad debe guiar las conductas y decisiones de nuestros dirigentes, por encima de los comportamiento utilitarios o egoístas[9]para que en el juego político, opten por la construcción de la estabilidad nacional, y de manera afirmativa, por los equilibrios en favor del interés público, y no por aquellos aferrados a su situación de poder, carentes de sensibilidad ética sobre la distribución de los beneficios o las perdidas, resultantes de las decisiones de gobierno y a la forma diseñada para repartir las mismas en el ámbito de lo político, lo económico y lo social.

DESARROLLO

Algunas consideraciones sobre el poder en Venezuela

La crisis política, no es un hecho nuevo, por la cada vez más sentida polarización política de la sociedad Venezolana a escala nacional, sino que esta se ha hecho más profunda a partir de la declaración del deceso del Presidente Hugo Rafael Chávez Frías en marzo de 2013, generándose la ausencia absoluta del cargo de Presidente de la República, se convocó a elecciones presidenciales, con Presidente Interino, designado de manera muy informal pero consciente por el Presidente Chávez, en programa televisado en diciembre de 2012 antes de su muerte, como un por si acaso, por lo que al momento de la muerte del Presidente Chávez, el presidente encargado tenía severas restricciones Constitucionales[10]para acudir a la convocatoria a participar en las elecciones presidenciales de abril. No obstante, una vez más, del modo común aplicado durante los catorce años de gobierno chavista, contrario a toda norma constitucional vigente, menos aún de corte moral, intervienen ágilmente los máximos poderes para la paz, la concordia y la democracia ciudadana, por una parte el Tribunal Supremo de Justicia y por la otra el Poder Electoral, se las arreglan para cumplir con la solicitud de Chávez y en un plazo muy breve, revisten y maquillan de legalidad a la norma, para la postulación de Nicolás Maduro en las Elecciones Presidenciales de abril de 2013, contra Capriles en Representación de la MUD, tendencia opositora que agrupa a organizaciones y partidos políticos de oposición, en condiciones de competencia política desigual, con todo el poder aplastante de la maquinaria gubernamental, para no dejar dudas y ratificar a Maduro como el Presidente Constitucional, donde a pesar de severas denuncias de supuestas irregularidades[11]antes en y durante el proceso electoral, con un clima de ventajismo gubernamental-propagandístico, se le designa Presidente muy entrada la noche, por el CNE, con un escaso margen de un 1.4% de los electores de un total de participación del 79.69% del Registro Electoral para la fecha. A partir de entonces, con un estilo de gobernar "egoísta", solo el partido PSUV gobierna, desconociendo a las fuerzas opositoras para la construcción de la gobernabilidad, asumiendo como conductas visibles en las interacciones básicas entre las partes, Gobierno-Sociedad: la imposición, la coerción, la promesa y el conflicto, no se aprecia en el contexto, signos afirmativos- transacciones que beneficien ambas partes, la responsabilidad de cumplimiento, la cooperación, la implementación de políticas de inclusión, la solución a los problemas o calamidades nacionales, con la porción (la otra mitad del país que no asienta el proyecto político) no incluida. Durante el 2013, el país vivió la política del continuismo a las directrices del Presidente Chávez, convertido en mesianismo por sus seguidores, contenidas en el Plan Simón Bolívar 2007-2013 y ahora en el Plan de la Patria 2013-2019, del cual los Poderes Públicos manifiestan públicamente su afiliación y apego leal a las ideas del Socialismo del Siglo XXI, sin hacer discusiones sobre el futuro nacional y de la Forma de Estado que implica su implantación, al estilo de un pretorianismo Institucionalizado en el seno de los poderes públicos, contrarios al mandato de independencia y autonomía de Poder, particularmente de aquellos Poderes que en nuestra sociedad han evolucionado en la construcción de la Democracia Venezolana y del Estado de Derecho, que definió a nuestro país en el Siglo XX, en contraste, con la nueva forma de Estado enunciado como el Estado Social de Derecho, que amplia en gran medida los derechos políticos, sociales y económicos a disposición de los ciudadanos, artículos 62 y 63, de la Constitución Nacional, donde se procura la democracia participativa y protagónica del pueblo, cuando así las condiciones políticas y sociales lo determinen, a partir de la evaluación (publica), de carácter estratégica de los costos, oportunidades y beneficios en materia de ciudadanía, en la profundización de los Principios Constitucionales, y en las potenciales pérdidas materiales y humanas que pudiera causar, para el patrimonio nacional y no del modo contrario.

La crisis política continuada en Venezuela, acompañada del discurso radicalizado del Presidente de la Republica y otros representantes del oficialismo, con la apropiación de la cobertura de la casi totalidad de los medios de comunicación a nivel nacional, con la aplicación desmedida de la fuerza pública, propiciando una espiral de violencia– protestas pacíficas asediadas por colectivos armados pro-gubernamentales-, muchos de ellos con milicianos captados de las instituciones y poderes públicos, propiciando mayor violencia sobre el conjunto de las diferentes ciudades, se constituyen en Observables[12]más que suficientes, de la complejidad de los hechos que convergen en nuestra actualidad, para dar muestra de una crisis profunda de la legitimidad política – tanto de origen como del desempeño– de Nicolás Maduro como Presidente Constitucional de Venezuela, para el periodo 2013-2019.

Es notorio señalar, que dada la actual situación nacional no se perfila una salida consensuada o resultado de una consulta pública ante la crisis política y lo que se sugiere desde el gobierno es una especie de reconciliación nacional, sobre supuestos que notablemente, agravan la crisis de gobernabilidad, puesto que no han existido negociaciones efectivas y transparentes que ofrezcan confianza en los distintos sectores que conforman las fuerzas políticas nacionales y satisfagan las expectativas de los demócratas, estando las mismas dirigidas por un sector que ejerce recursos de coerción y presión desde las instituciones republicanas, para convencer al otro y no en construir los equilibrios de Nash, tan necesitados para el sano desenvolvimiento de la vida ciudadana y el desarrollo económico y social.

Los Actores Políticos, los Tipos de Interrelaciones y los Resultados

Son muchos los factores que concurren en nuestra realidad política nacional, para encontrar discrepancias entre las fuerzas políticas confrontadas en la política actual que se realiza en Venezuela. ¿Cuáles son las visiones de país confrontadas entre las fuerzas oficialistas de izquierda y las fuerzas opositoras democráticas de derecha? El cálculo de las acciones sobre cuáles podrían ser las vías para maximizar el logro de los fines y sus respectivos presupuestos dentro del marco de la institucionalidad democrática, el refinamiento de los contrapesos en el ejercicio del poder, como se están adecuando para garantizar el fiel cumplimiento de los derechos humanos fundamentales, los cuales por definición son de carácter particular con alcance universal. Al respecto, es relevante conocer que están realizando en la actualidad los Poderes Públicos, en sus respectivos ámbitos, para la preservación o el mantenimiento de los principios de seguridad, libertad, igualdad, equidad y justicia, ante la ley, los cuales deben privar en el Estado Social de Derecho, que es expresión del grado de desarrollo político e institucional alcanzado en democracia para la convivencia ciudadana. El control absoluto de las comunicaciones[13]conjuntamente con la modelación de opiniones y la imposición de la visión oficial, sobre los eventos y acontecimientos en desarrollo, parte de la misma, mediante la coacción o la amenaza de castigo, la típica cadena de radio y tv a diario con fines impositivos, pretendiendo una hegemonía cultural. Primeramente, mediante el control casi absoluto de los medios de comunicación y de difusión de información a escala nacional. En segundo lugar, se puede apreciar la intención de controlar la oferta curricular docente, de los niveles de primaria, bachillerato e incluso de la educación superior, como así lo podemos apreciar en el perfil de la Universidad Bolivariana de Venezuela, UBV, como un contrapeso a las Universidades Nacionales y las Sedes de la Universidad Experimental de la Fuerzas Armadas, UEFA, que aspiran competir con los Centros de Educación Técnica Superior y Universitaria, en la configuración de un Currículo uniforme y centralizado, consistente con la hegemonía ideológica-cultural Comunista, como una propuesta anticapitalista y antiimperialista. Acá en esta controversia, a mi entender, se encuentra uno de los mayores obstáculos a lograr puntos de acuerdo o de equilibrio en favor de la consolidación de la democracia o del quiebre político a favor del comunismo. Adicionalmente a la confrontación de dos modelos políticos: El de Democracia Pluralista y Protagónica, comprobado en su funcionabilidad e historicidad encontrándose definido en la Constitución de 1999. El otro, llamado Socialismo del Siglo XXI, con más desaciertos que aciertos, pero con seguidores políticos que arremeten con intimidación contra los grupos opositores y aplican consignas fundamentales y excluyentes, contrarias a cualquier oferta política amistosa o cooperativa, para alcanzar acuerdos entre las partes que le impriman viabilidad y permanencia a los mismos. Por otra parte, las fuerzas políticas representadas se encuentran sometidas a una elevada polarización. Primeramente, están centralizadas en el Partido Socialista Unido de Venezuela, PSUV[14]que aglutina todas las fuerzas de izquierda que sobrevivieron a la Partidocracia[15]de finales del siglo pasado, y aquellas otras que se han reorganizado a partir de la implantación del Socialismo del Siglo XXI, que se encuentran aglutinadas dentro del PSUV, como células bajo la Dirección Central del Partido, desde donde se ejecuta y diseña la estrategia y política de gobierno a puerta cerrada, bajo los preceptos implantados por Chávez, inspirados por los hermanos Castro y el Comunismo, a quien le han profesado ilusión de fe, transponiendo Símbolos Patrios y la Doctrina de los Libertadores, dando una lectura a la historia diferente a la contadas por nuestros historiadores, pero llena de anécdotas y cuentos, como las que narraban los juglares en tiempos remotos. Adicionalmente, la frecuencia de los mensajes y su difusión en cadena de Radio y TV, recurrentemente durante estos catorce años de gobierno revolucionario, permite aseverar sobre la estructuración de una maquinaria de propaganda y movilización política, que involucra a todos los Poderes e Instituciones Públicas con sujeción al TSJ, plenamente identificado con el Gobierno Revolucionario, actuando como uno solo de manera antidemocrática[16]renunciando a su independencia y contrapoder, propiciando y facilitando el viraje hacia la antidemocracia, sin contar aún con la otra parte nacional, representada por la Mesa de la Unidad Democrática, MUD, que resulta inicialmente como una vía de integración de la representatividad de los diferentes partidos políticos, responsables de la llamada partidocracia, del siglo pasado, que han requerido transitar por el completo desconocimiento por parte del gobierno como fuerzas políticas opositoras, para sentir el imperativo de conformarse en un frente único o de coalición política, que haga posible la competencia política en condiciones de paridad, en la que los partidos políticos y sus representantes, están cediendo en algunas de sus aspiraciones, sometiendo a la consulta de sus miembros las postulaciones, abriendo los espacios para los diálogos y encuentros necesarios, para alcanzar los acuerdos dirigidos al rescate de la institucionalidad democrática, la participación y el protagonismo ciudadano, como lo invoca la Constitución de 1999. Es importante indicar, que existe aún un porcentaje equivalente el 25%, aproximado del Cuerpo Electoral, como actor difuso, que no siente confianza o le es indiferente el destino nacional, que se erige a partir de los resultados electorales. Este segmento es relevante para el destino político nacional, los cuales en mi opinión, representan un segmento políticamente conquistable por las fuerzas que están identificadas con la democracia, por ser este un sistema demostrado en su efectividad para gobernar, con mecanismos de contrapesos en el ejercicio del gobierno, para el desarrollo económico y el desenvolvimiento social, con libertades y derechos plenos para la participación y el protagonismo de los ciudadanos.

Por otra parte, la lucha o resistencia contra las ideas que se difunden como verdades asociadas a un sistema de creencias que están vinculadas a unos intereses, al modo de ver el mundo, la forma que se quiere implantar a través del poder. Un obstáculo fundamental que estimo hay que considerar, es la dificultad de anticipar el resultado posible dentro de las circunstancias presentes, a partir de las interacciones[17]entre las partes, sus percepciones particulares sobre las restricciones objetivas y las creencias sobre cómo debe ser la Venezuela posible, los asuntos tácitos o implícitos de cómo deberían ser las cosas, podrían sugerirnos cuales son las expectativas y las consecuencias, en términos de acumulación de poder, ante determinados cursos de acción de tomarse la decisión, Lukes (2007)[18] En estos escenarios de coyuntura, la monopolización completa del poder en manos del Estado o de un sector político en particular, la reacción de un actor, va a producir una acción o una inacción en el otro actor, lo que va suministrar información sobre la posición particular del actor y de su interés en específico, con respecto al conjunto social.

La Confrontación Versus la Cooperación para la Formación del Consenso

La reacción de un actor, en particular ante la acción o elección realizada por un adversario, podría en su propósito y razón de ser, inducir a una profundización de la crisis, o por el contrario a la búsqueda de vías para crear caminos para la paz y la conciliación. Hemos sido testigos en los tiempos presentes, de cómo públicamente el discurso ha adquirido tonos subidos, se manifiesta una ausencia de mesura en las maneras de manejar el diálogo, nuestro mecanismo básico de entendimiento para el acuerdo, concebir la otra parte, que en número se equiparan según el resultado de las Elecciones Presidenciales de 2013[19]a partir de ese momento el oficialismo, las conductas y percepciones de sus dirigentes, con capacidad de ejercer influencia, contienen elementos hostiles hacia los sectores de la oposición y personeros de otros países, que expresan con libertad sus opiniones contrarias, sobre las conductas de los sectores oficialistas que se expresan con un alto contenido valorativo, excluyente, propias de los regímenes políticos despóticos, provocando mayores reacciones en los sectores contrarios de oposición, agudizando de manera recursiva la crisis y el desgobierno, que demanda la radicalización del socialismo para hacer irreversible el giro hacia la antidemocracia. Por ello, estimo en este punto del desarrollo, connotar a la confrontación, como el asumir posturas contrarias de desacuerdo o choque entre los interés de las partes, las ideas e inclusive las acciones. En tanto, que por cooperación, como el desarrollo de conductas orientadas al trabajo efectuado en conjunto para el logro de propósitos y fines mutuos. En las condiciones presentes en el país, se pueden apreciar, ante el descontento popular por múltiples causas, una crisis severa de gobernabilidad, que se hace indispensable para el gobierno del Presidente Maduro, construir o generar una imagen de estabilidad política, para lo cual, en una convocatoria de dialogo con opacidad de consenso, alterna una mezcla de ambas conductas en la interacciones fundamentales entre el gobierno y la oposición, sintiendo el gobierno temor de revertir, ceder espacios a las fuerzas opositoras, ante la creciente ola democrática[20]que cada día adquiere mayor volumen y consistencia, por ello asume posturas de mayor radicalización ante la población, indistintamente de los costos políticos y sociales que ello pueda provocar.

El Regateo Transaccional en la Política Nacional

Por regateo[21]quiero significar el proceso de negociación, entre comprador y vendedor, de debatir para llegar a un acuerdo a fin de lograr alguna ventaja, podría ser una rebaja en el precio. En situaciones más complejas, como la presente en la realidad política nacional, apreciamos que el regateo está ocupando espacios políticos, lo que amerita una ambientación o condiciones muy particulares, mediante el cual los actores correspondientes, frente a una situación o un hecho social, económico o político, requieren lograr un acuerdo en el cual se sientan representadas ambas partes, para lo cual presentan una variedad de propuestas respecto a las condiciones o componentes respectivos, evaluando los beneficios y los costos implícitos, hasta lograr un punto consensuado que genere beneficios mutuos, logrando así posiciones de equilibrio. Desde sus inicios, el gobierno revolucionario en su viraje, ha tomado acciones anti populares, a través de las leyes habilitantes, el decreto ley, el reglamento y otras vías llenas de artificios, mediante la sujeción de los poderes públicos al gobierno, es el caso de las expropiaciones y toma de propiedades por los colectivos, además del creciente intervencionismo del Estado y sus fuerzas milicianas en ámbitos de desempeño estrictamente privado, mediante medidas compensatorias que solo favorecen al sector oficial y a sectores vinculados al mismo. El hecho es que el gobierno dice dar el dialogo, pero no cede en posturas y avanza el ritmo de la radicalización hacia el socialismo, todo ello en un clima político inestable, restando libertades y restringiendo derechos y garantías, tanto económicas como políticas, en otras palabras se da la sensación de dialogo, en tanto refuerzan las transformaciones desconociendo la otra mitad de país, que siente la fuerza y el poder de la imposición. Por ello, en este escenario, era del todo improbable obtener mayores logros por parte de las fuerzas opositoras, de manera que realizaron las acciones de protesta de masas, que sin lugar a dudas lograron convencer al gobierno y a la opinión pública, tanto nacional como internacional, sobre la necesaria mediación de un tercer actor político, que sea lo más neutral e independiente, para seguir avanzando en el dialogo por la paz y el futuro nacional.

La Teoría de la Elección Racional en la Realidad Nacional

3.1 La Situación Nacional

En la Venezuela de nuestros días, después de una jornada de confrontaciones de más de dos meses continuos de protestas, derivado esencialmente por asuntos estrictamente domésticos, de orden económico y social, como el desabastecimiento generalizado, agotamiento o limitada disposición de insumos básicos, deterioro pronunciado de los servicios básicos, como la electricidad, el agua potable y el transporte público, la alta criminalidad con impunidad, el sesgo ideológico de la oferta curricular de la docencia tanto pública como la privada, la inflación y el encarecimiento del costo de vida y muchas otras razones, que en este momento se escapan del presente análisis, como la elevada ineficacia en el desempeño del funcionario público, lo cual ha generado condiciones de inestabilidad e ingobernabilidad, en muchos sectores de la población, donde los representantes estudiantiles acompañados de una porción significativa de integrantes de la sociedad civil, en distintas ciudades del territorio nacional, han sido denunciados por el gobierno como actos terroristas, por lo que su conducta en este periodo se puede caracterizar como respuestas institucionales con un elevado componente de aplicación de fuerza, tanto de las fuerzas que componen el gobierno, como en el caso de las de oposición, han coincidido después de sufrir pérdidas en ambos bandos, que es necesaria lograr ciertas alianzas para la convivencia pacífica, sin embargo, el dialogo se presenta en el marco de un escenario de dialogo con opacidad, donde se persiste desde el gobierno en el leguaje de exclusión, sin ánimo de ceder o al menos de dar muestras que se está cediendo en posiciones, ante la elevada infectividad de las políticas públicas, durante trece años más uno, de gobierno revolucionario. Este escenario nacional, en el que uno de los actores políticos se siente de antemano con una postura autoritaria, ejerciendo manifestaciones imperativas, que bien, podrían entenderse como expresión de la aplicación de dosis administrada de coerción sobre el otro, ya sea de manera directa, expresando a viva voz "no volverán", o de manera indirecta, dando declaraciones sobre el carácter antipatriótico de los sectores opositores con los que se reunirán para negociar. Por la otra parte, se encuentra el actor oposición, quien se dice representante de los sectores no representados en el oficialismo, además, aspira ser oído por el gobierno y conserva esperanzas sobre un posible cambio de giro, como producto de las conversaciones, que podría suscitarse en la política, a partir de una toma de conciencia de sectores gubernamentales sobre el costo político económico y social de mantener políticas cuya efectividad aún está a prueba, ante una realidad cuya población esta reclamando soluciones urgentes en la Venezuela petrolera. En este escenario, es imprescindible redefinir reglas de juego, que propicien la confianza y certitud de resultados con beneficios, cuyos equilibrios se construyan en los supuestos de solución propuestos en gran medida por Nash y Harsanyi[22]para analizar situaciones como la presente, cuya realidad similar a un juego es dinámica y con información incompleta o peor aún distorsionada, para lo cual las proposiciones axiomáticas propuesta por los autores podrían ser útiles, para lograr los equilibrios o soluciones, a los problemas y preguntas como "lo socialmente deseable", que en la Mesa de Negociación se propongan, como una vía para la construcción de la paz y el mantenimiento de la gobernabilidad, como una solución plausible, de lo que puede pasar, por lo menos hasta la mitad del periodo de gobierno del Presidente de Nicolás Maduro. Bajo estas premisas, estamos en presencia de un proceso de regateo o de arbitraje, entre el gobierno y los sectores de oposición, que estimo por el tiempo de larga concedido, más la poca receptividad frente a las solicitudes formuladas, las reglas y los pagos o beneficios propuestos, no se están cumpliendo, generando incertidumbre entre las partes y desconcierto en los acompañantes y asesores invitados. En este sentido, está quedando en evidencia que los actores políticos reunidos, no son todos los que son, y por ello no están completos en la Mesa negociadora, por lo que podría sugerir que cualquier solución o equilibrio que se proponga podría disparar una nueva situación de mayor complejidad, por un nuevo equilibrio de Nash, poniendo de relieve la presencia de otras contradicciones, requiriendo recurrir a soluciones cooperativas, con incentivos para ambos sectores, asumiendo acuerdos previos entre las partes, a partir de la reformulación subsiguiente a las posiciones subjetivas de los actores, para poder así lograr el equilibrio.

Los costos implícitos, en este proceso político de negociación, por un acuerdo nacional que permita la gobernabilidad, son elevados principalmente para el gobierno, por lo que se imponen actuaciones del todo racionales, que deben ser enriquecidas con proposiciones acerca de los diferentes sectores que conforman el Ser Nacional, sus expectativas particulares y los beneficios mutuos a lograr, en cada estadio de la solución o equilibrio de Nash propuesto, es determinante para los negociadores comprender por encima de sus preferencias y valores de afiliación, que el bienestar colectivo, el bien común y la justicia, se imponen como valores a sustentar los comportamientos y las soluciones para incrementar o maximizar la utilidad, o encontrar el valor máximo de una función de utilidad[23]frente al resto, en el marco de un juego cooperativo, como se estima que son estas negociaciones para la paz nacional. La conducta racional se va a identificar con la maximización de la utilidad esperada, lo que presupone, que los negociadores definen la utilidad y ellos se comportan ordenando sus preferencias sobre las alternativas[24]funciones de utilidad, condicionando de cierta manera las estrategias que realizaran los subsiguientes jugadores.

  • La Cooperación consensuada para superar la crisis de gobernabilidad

La cooperación como actuación conjunta entre el gobierno y los sectores de oposición, en pro o en beneficio mutuo para el bienestar nacional, es hoy indudablemente una necesidad para construir una paz verdadera, que perdure en el tiempo con plena aceptación de los grupos más extremistas y radicales en ambos sectores, dando la certeza que reclama el momento presente para la gobernabilidad y la estabilidad institucional, que estimo es un anhelo nacional. Al respecto, se hacen manifiestos algunos temas referidos a la Filosofía moral y la Ética normativa[25]refiriendo que solo mediante la aplicación concurrente de ambos métodos es posible caracterizar tanto la red de propiedades formales que pretende explicar determinados comportamientos, así como los problemas valorativos fundamentales implicados en la elección de estrategias alternativas y el análisis del impacto ético que produce la selección de uno u otro marco de referencia. De hecho, ya se oyen denuncias sobre los incumplimiento a las reglas y pagos acordados, entre algunas de las partes que dice negociar, asunto que llena de mucha incertidumbre, sobre las expectativas de lo posible a ser alcanzado, en un clima de opacidad de consenso y acuerdos. Por ello, el carácter cooperativo del proceso negociador, deberá conducir a un acomodo sistemático de las reglas y de los incentivos o beneficios a lograr, superando –In situ- cualquier conflicto de intereses en el ámbito de la cooperación, puesto que de no ser así, estaríamos frente a un esquema en definitivo no cooperativo con sesgo antidemocrático, cuya solución a los problemas o interrogantes planteadas se darían en el marco del autoritarismo, representando un elevado costo políticos y social para el país en el mediano y largo plazo.

A modo de conclusión

El aporte que nos ofrece la Teoría de la Negociación como un proceso de sucesivos regateos y arbitrajes, en donde las interacciones humanas pueden ser explicadas a partir de la teoría de juegos y de la teoría de la elección racional o ambas, para seleccionar la estrategia que permita maximizar la utilidad esperada, son de primer orden y de gran utilidad, en el proceso iniciado para la construcción de la paz ciudadana en Venezuela 2014, en virtud que los problemas que en la actualidad vive la Republica, esencialmente de comunicación y de la negativa en la conformación de alianzas, como frente amplio, entre Gobierno y Oposición, por el imperativo oficialista de sustituir el modelo de democracia participativa y protagónica, establecido en la Constitución de 1999, por uno que no ha demostrado ser efectivo aún, después de 14 años de aplicación de facto, sustituyendo o remplazando principios de manera semi formal, coexistiendo liberalismo y socialismo, estando ambos modelos en un momento crítico, confrontado una lucha por su remplazo, promovida desde el gobierno, pero contenida, cada vez con más ímpetu por las fuerzas opositoras, que consideran dichas conductas y decisiones, desde todo punto de vista inconstitucional, por lo que podemos afirmar que el Sistema Político Venezolano, confronta severas perturbaciones que afectan la gobernabilidad y la permanencia del proyecto hegemónico del Socialismo del Siglo XXI, como proyecto político, cuya vigencia se ha tornado inviable para un grueso número de sectores de la población, que se irán sumando a la protesta y a las expresiones expositivas, en la medida que sientan truncados sus objetivos y expectativas de mejoras de calidad de vida. Por ello, el país reclama una cooperación sobre bases ciertas, que imprima confianza y credibilidad a la población, para conformar una alianza nacional, parecida a la de antaño, significando en la practica un viraje de retorno hacia la búsqueda de equilibrios consensuados en democracia, con la participación de todos los sectores nacionales para que sus resultados sean efectivos y duraderos.

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Partes: 1, 2
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