Jurispludencias legislativas sobre delitos contra la libertad sexual (página 3)
Enviado por Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
2. Vulvovaginitis traumática. Inflamación irritativa vulvovaginal que sigue a ciertos tocamientos vaginales y que se caracteriza clínicamente por enrojecimiento, dolor, tumefacción y flujo purulento. Sin embargo, existen también vulvitis y vulvovaginitis espontáneas en niñas que viven en medios carentes de los más elementales recursos higiénicos. Por ello, para atribuirles un origen de agresión sexual debe esperarse a que se curen a fin de comprobar si ha habido lesión himenial. Este dato, unido a la posible existencia de equimosis y erosiones vulvares y perineales, es lo que indicará su etiología traumática.
3. Presencia de restos o partes fragmentadas de cuerpos extraños en el interior de vagina o cavidad rectal.
Cuando esta forma de penetración se reitera, constituyendo el llamado atentado crónico, no suelen observarse los síntomas anteriores, habiendo descrito los autores clásicos ciertas modificaciones en las partes sexuales de las víctimas:
1. Dilatación del orificio himenial, con depresión del himen y ensanchamiento de la vagina.
2. Desarrollo del capuchón clitorídeo y de los labios menores.
3. Estado marchito de las partes genitales y su desarrollo prematuro.
4. Formación de un infundíbulo a expensas del conducto vulvar.
Las lesiones del himen ocasionadas por penetración digital se acompañan de excoriaciones generalmente curvilíneos típicos de las lesiones por uñas, pudiendo ocasionarse desgarros totales. Algunos autores consideran que las lesiones por dedos y/o uñas generalmente se ubican en la región anterior del himen (entre las IX y III con el paciente en decúbito supino).
Otras circunstancias de hecho
Son aquellas situaciones en se realiza cualquier otro acto de naturaleza sexual que atenta contra el pudor. El hecho material que, en este caso, da nacimiento al delito puede ser cualquier clase de acción obscena, distinta a la penetración, que violenta la libertad sexual de la víctima. Desde el punto de vista médico-legal, muchas acciones susceptibles de ser consideradas como agresión sexual carecen de interés práctico, ya que por su naturaleza es imposible demostrarlas de modo objetivo, escapando así a la competencia del médico legista. Las acciones que sí pueden dejar huellas biológicas en el cuerpo de la víctima son:
1. Tocamientos realizados con el pene.
2. Tocamientos realizados con el dedo.
3. Tocamientos con cuerpos extraños sin penetración.
Como tocamientos en sentido estricto, se comprenden todos aquellos realizados sobre los órganos genitales de las víctimas o aquellos realizados en cualquier parte del cuerpo con el pene. En los niños, el autor suele ser un adulto que procede a maniobras masturbatorias. En este supuesto, salvo que haya habido contaminación por enfermedades de transmisión sexual, tales maniobras no dejan huellas.
En las niñas, los tocamientos, casi siempre realizados por sujetos masculinos y adultos, se realizan con el dedo, el pene, o cuerpos extraños. No hay penetración, limitándose las maniobras al exterior de la vulva. Dichas maniobras alcanzan un grado de violencia variable, que justifican algunas lesiones que pudiesen encontrarse.
Los síntomas que es posible encontrar en los casos de tocamientos únicos o escasos son:
1. Traumatismos genitales. Sólo se producen cuando las maniobras tienen una violencia inusitada o incluso brutal. Consisten en desgarros del himen, por cuerpos extraños de volumen suficiente o superficie irregular, o en lesiones traumáticas de las vías genitales, mucho más raras.
2. Contaminación venérea. Es posible a través de tocamientos de las partes venéreas con instrumentos contaminados con bacterias o virus. En estos casos, además del examen de la víctima, con las respectivas muestras bacteriológicas e inmunológicas, debe procederse al examen del instrumento con análisis que demuestren la presencia del agente contaminante. Se debe realizar una investigación similar a objetos de uso común, que puedan encontrarse en el medio en que vive la víctima.
3. Vulvovaginitis traumáticas.
Peritación médico-legal
Los objetivos que, desde el punto de vista médico-legal, debe cubrir una pericia médico-legal en un delito contra la libertad sexual son los siguientes:
1. Evidenciar los hechos (acceso carnal, penetración bucal o anal, penetración de objetos, otros actos de naturaleza sexual).
2. Analizar las circunstancias (uso de fuerza o intimidación, medios utilizados, etc.).
3. Aportar datos que permitan identificar al culpable (y en su caso establecer las bases de su imputabilidad).
4. Valorar la situación psicológica del sujeto pasivo (trastorno mental, privación de sentido).
Además se debe llevar a cabo, en gran número de ocasiones, una función asistencial que depende del estado de la víctima y/o del autor en el momento en que se lleve a cabo el reconocimiento y de las circunstancias en que se realice el mismo.
La sistemática más adecuada para llevar a cabo este reconocimiento abarca tres aspectos:
1. Reconocimiento de la víctima.
2. Reconocimiento del autor.
3. Reconocimiento del lugar de los hechos.
RECONOCIMIENTO DE LA VICTIMA
Él diagnóstico médico legal de la víctima de abuso sexual se basa en una eficiente y meticulosa historia clínica, la cual es dirigida y destinada a aportar pruebas que puedan tipificar el delito, está de por sí es complicada puesto que muchas veces la víctima se encuentra traumatizada y por razones obvias es poco colaboradora con el interrogatorio y el examen físico, o bien se trata de un menor que además tiene dificultades para expresar adecuadamente el suceso, todo ello implica el seguir una metodología, existiendo para ello protocolos establecidos a los cuales el médico legista debe ceñirse al momento de realizar su pericia. Sin embargo en el transcurso de una consulta médica puede verse él medico no especialista obligado a realizar un examen del área genital, en el cual puede haber sospecha de un abuso, por esta razón es necesario tener conocimientos sobre el tema para poder orientar adecuadamente él diagnostico y referirlo a un servicio de medicina legal.
Anamnesis
Es el relato y trascripción de los hechos. El médico debe limitarse a transcribir lo que la víctima cuente. Escribirlo con letra legible y términos claros. Se recogerán los datos personales y sociales de la víctima: nombre y apellidos, DNI, teléfono, dirección, personas que le acompañan. Debe describir tipo de agresión sexual: vaginal, anal, oral, otras. Armas o utensilios utilizados. Fecha, lugar, hora y circunstancias de la agresión. En relación con el agresor debe describir la víctima, las características físicas y si es conocido o no. Cómo se defendió y qué lesiones le pudo producir al agresor o agresora, si hubo eyaculación o no, el número de agresores. Preguntar si hubo testigos. Se debe preguntar sobre los actos realizados después de la agresión sexual: aseo personal, si ha tomado algún medicamento, si se ha cambiado de ropa, si ha presentado la denuncia de la agresión a la Policía, al Juez o al la Guardia Civil. En el caso de abuso a menores, la historia clínica se le hará al interesado o al padre, madre o tutor del menor, pero, cuidado, porque puede que alguno de ellos esté implicado en el maltrato sexual. También hay que contemplar cuanto tiempo pasa el menor con sus padres, familiares y con extraños, y los antecedentes clínicos y sociales de los mismos. Hay que realizar una historia ginecológica: fecha de la última regla, cálculo de una posible ovulación, uso de anticonceptivos, si tiene relaciones sexuales y la fecha última. Si tiene alguna enfermedad. Se hará una valoración del estado general: psíquico, emocional y físico. Debe considerar entre los antecedentes aquellos que tengan especial relevancia con el delito, por ejemplo si tiene historia anteriores de maltrato infantil, si proviene de una familia de alto riesgo (Disfuncional), si padece enfermedades orgánicas que puedan confundir el diagnóstico (Enfermedad de Crohn, entre otras), si tiene alguna alteración del comportamiento, algún grado de déficit intelectual, si consume drogas, etc. En el desarrollo del interrogatorio medico y relato del hecho lo más difícil es hacer empatía con el paciente para poder rescatar datos veraces del suceso, recordemos que en muchos casos hay victimización, amenaza, seducción o simplemente la víctima trata de borrar el suceso de su memoria como un mecanismo de defensa. Otra dificultad al momento del interrogatorio lo constituye la victima infantil, puesto que muchas veces su declaración es puesta en duda, sobretodo si el menor se retracta de lo revelado inicialmente como ocurre muchas veces, ya sea por miedo, temor familiar o poca experiencia del entrevistador; sin embargo ciertas características presentes en el relato nos orientan de la veracidad del mismo. En estos casos durante el relato el menor suele describir la anatomía o fisiología sexual mostrando un conocimiento no acorde a su nivel de instrucción, detallando eventos como el coito, la eyaculación, etc. Además demuestra durante el relato un grado de emoción, muchas veces miedo al recordar el hecho, temor a la muerte o sentimientos de autoculpabilización por lo ocurrido, esta descripción incluye situaciones típicas de abuso realizadas por el agresor hacia la víctima como son la amenaza, el chantaje, la seducción. El relato en general debe ser espontáneo, fluido, con precisión de algunos detalles importantes; si bien puede haber cambios en algunos puntos de la declaración conforme esta avanza, lo hechos sustanciales en si no deben variar.
Grafico : Anamnesis En La Víctima De Abuso Sexual. Fuente: Juan Carlos López
Santillán. Bases diagnósticas en la víctima de abuso sexual.
Examen Médico:
El examen por parte de un médico no se debe demorar por ninguna razón, dado que muchos signos de lesiones relacionadas con el abuso sexual son temporales. Lo ideal es que el examen se realice dentro de las 72 horas después del hecho o de su descubrimiento.
Este examen médico debe ser detenido y minucioso. En un primer momento se valorará el aspecto general de la víctima: estado de las ropas y cabellos, talla y peso, existencia de marcas de venopunción, etc.
Para poder efectuar el reconocimiento a la presunta víctima será necesario tener un instrumental mínimo: Mesa ginecológica, espéculos vaginales de diversos tamaños, lámpara de luz, hisopos, frascos estériles, un peine o cepillo, sobres de papel, suero fisiológico, jeringuillas, y si fuese posible una luz de Wood.
Posteriormente se deben abarcar los siguientes aspectos:
1.- Reconocimiento ginecológico, génito-anal o bucal:
Valorando la existencia de traumatismos, así como su naturaleza, tipo e intensidad, y la existencia de secreciones (que pueden ser propias o del agresor), su cantidad, color y olor, ampliando este estudio a la parte superior de los muslos y, en el caso de que se trate de una agresión por vía oral, al resto de la cara, sobre todo a las zonas periorificiales.
En primer lugar, en los casos de penetración por vagina las lesiones generalmente son debidas a la desproporción entre el pene y los genitales, apareciendo con ello una contusión en los labios vulvares, con desgarro del himen, posibilidad de rotura de las paredes vaginales e incluso en algunos casos provocando la rotura de la bóveda vaginal con la consecuente aparición de herniaciones de vísceras por aparato genital.
Indicar:
1- Lesiones en el introito vaginal, horquilla vulvar superior e inferior.
2- Tipo de himen: En caso de hímenes típicos estos presentan áreas donde es más frecuente se produzca el desgarro (Ej. El himen anular suele desgarrarse a horas II, V, VII, X). Además describiremos si se trata de un himen con bordes dilatables (himen complaciente).
3- Lesiones del himen: tales como equimosis, desgarros recientes, desgarros antiguos, los cuales deben ser ubicados según el sentido de las manillas del reloj.
En este caso lo fundamental es determinar el posible desgarro del himen, lo que será indicativo de la penetración del pene u otro objeto de características contusas en la cavidad vaginal. Estas visualizaciones se efectúan mediante la llamada Luz de Wood. Las lesiones que se objetivarán dependerán de:
– Orificio orgánico de penetración (vagina).
– Naturaleza y tamaño del objeto penetrante.
– Características anatómicas de la víctima.
– Fuerza con que se realiza la penetración.
La rotura del himen generalmente no es similar en todos los casos, por lo cual en el momento de la descripción de ésta se realiza haciendo referencia a una esfera de reloj que se sobrepone de una forma imaginaria al círculo himeneal, así en los informes aparecen «roturas a las 3 y a las 9».
Aparte de esta lesión tan típica y clarificadora a la hora de efectuar un informe pericial, pueden aparecer otra serie de lesiones sobreañadidas, que dependerán de la brutalidad con que se realice el coito, aunque éstas suelen ser más frecuentes en edades entre los 6 y los 12 años.
En segundo lugar, si la penetración ocurre por vía anal, es preciso tener en cuenta los componentes anatómicos de la zona para comprender que en caso de penetración se producirá la rotura del esfínter anal externo y con ello la contractura del esfínter interno, dando lugar a una parálisis antálgica esfinteriana importante. Se evalúa el estado de los pliegues perianales describiendo si existe asimetría o borramiento, el estado del esfínter anal y si hay dilatación refleja o espasmo del mismo. Inspeccionar cuidadosamente, en lo posible con colposcopio buscando erosiones, excoriaciones, fisuras, desgarros, equimosis, hematomas o cicatrices. Se deberá consignar la tonicidad del esfínter anal que puede estar disminuida, con salida de gases y materias fecales. Si se cuenta con un servicio de proctología, teniendo dudas sobre la tonicidad del esfínter anal, se puede realizar una manometría o electromiografía del esfínter anal. En caso de sospecha de lesión rectal, se realizará un tacto rectal buscando una posible rotura del recto o la presencia de un cuerpo extraño que tendrá tratamiento quirúrgico de urgencia. En presencia de lesiones papulares y ulcerativas se solicitará examen de VDRL. En caso de visualizar tumoraciones papilomatosas hay que pensar en condilomas acuminados.
Las lesiones que con mayor frecuencia aparecen serán:
– Fisuras anales, que en algunos casos es preciso efectuar el diagnóstico diferencial con los cuadros de estreñimiento, aunque en estos últimos casos las heces serán duras, y con las características propias de estos casos.
– Otra lesión que aparece con mucha frecuencia es el llamado Signo de Wilson-Johnson, que consiste en la aparición de un «desgarro de la mucosa anal a las 6», y que suele tener su origen en un mecanismo de tipo defensivo que realiza la víctima. En los casos de posibles lesiones anales y como a veces su visualización resulta difícil se aconseja la utilización de una solución de azul de toluidina al 10%. A veces es necesaria o conveniente la realización de un examen endoscópico, incluso bajo anestesia.
Y en tercer lugar cabe la posibilidad de que la penetración ocurra por vía bucal. En estos casos las lesiones que se dejan en la víctima resultan difíciles de determinar, pues en algunas situaciones no aparecen o bien no las hay. De todas formas existen determinadas maniobras o técnicas encaminadas a determinar posibles hallazgos, entre ellos:
– La realización de enjuages con suero fisiológico, ya que en determinados casos y hasta en un período de 16 horas posteriores a la penetración pueden aparecer espermios en dicha solución.
– También resulta interesante la toma, mediante hisopos, a nivel de la cara interna de los incisivos superiores.
– Y por último se debe analizar el paladar pues en este lugar se pueden hallar determinadas equímosis, como consecuencia de la acción succionadora a que es sometida la víctima por parte del agresor.
2. Examen Paragenital:
Se limita a las zonas límites del aparato genital, y aparecen como consecuencia de determinadas maniobras de fuerza o intimidación de la víctima. Así podremos encontrar de forma general:
– Equímosis puntiformes o ungueales a nivel de las caras internas de ambos muslos, rodillas, así como a nivel de los glúteos.
– Heridas contusas (por mordeduras) a nivel de los muslos o incluso en zonas vulvares.
3. Examen Extragenital:
Consistente en la presencia de todo tipo de lesiones a nivel del resto de la superficie corporal. Las localizaciones más frecuentes, así como las lesiones que con mayor frecuencia suelen aparecer, son:
– Equímosis, contusiones, heridas contusas e incluso quemaduras a nivel de las mamas.
– Signos de asfixia, como consecuencia de acallar a la víctima mientras se realizan las acciones violentas.
– Contusiones y heridas de diferentes tipos en cualquier parte del cuerpo, encaminadas a reducir a la víctima y teniendo en cuenta la desproporción física que suele existir entre el/los agresores y la víctima.
Se especificará la localización, naturaleza, tipo e intensidad, y la existencia de manchas de sangre, esperma o de otro tipo. Se puede recurrir, en el caso de que existan signos de mordeduras, a tomar un molde de éstas por medio de material plástico, que permitirá compararlo con el obtenido de los dientes del presunto autor, cuando éste sea detenido. Frente a la sospecha de un embarazo por presentar útero aumentado de tamaño o amenorrea previa, se realizará una exploración ginecológica ultrasonográfica por vía abdominal o transvaginal. Si no se dispone del equipo, se medirá la altura uterina y se auscultarán los latidos cardiofetales y las características del feto como presentación, movilidad y vitalidad.
Grafico : Exámen Físico En La Víctima De Abuso Sexual. Fuente: Juan Carlos López Santillán. Bases diagnósticas en la víctima de abuso sexual.
4.- Reconocimiento psíquico
En el que se hará una primera valoración de la repercusión que, a este nivel, haya podido tener la agresión o de la existencia de enfermedades psiquiátricas desconocidas con anterioridad o que se encuentren en fase aguda en el momento de la exploración. A efectos de que el resultado de la exploración pueda ser totalmente aprovechado en la instrucción sumarial es conveniente la realización de fotografías de todos aquellos hallazgos que se consideren de interés.
Recojo de muestras
Una vez realizada la exploración de la presunta víctima será necesaria complementarla con la recojo de muestras, para su posterior análisis en el laboratorio y una vez efectuado este estudio, ser interpretada nuevamente por el perito. Las debe realizar el médico forense o por lo menos en su presencia. Es aconsejable que la persona se desnude sobre una sábana blanca donde se recogerán sus ropas, de este modo se garantiza que no se pierdan pelos, fibras, etc. Se examinarán para ver si están rotas, si tiene manchas de semen, sangre, si tienen adheridos pelos.
Se debe hacer:
1. Una búsqueda de esperma a nivel vaginal, ano-rectal u orofaríngeo. Debe recordarse que la presencia de espermatozoides en líquido seminal puede comprobarse hasta 48 horas después de la eyaculación. Cuando se trate de un coito bucal, se debe hacer una limpieza dental tanto en la cara anterior y posterior. Es factible encontrar espermatozoides hasta 8 horas poscoito.
En el caso de que la víctima sea un varón, se debe realizar una toma de muestras a nivel del glande y, sobre todo, del surco balano-prepucial, ya que es posible el hallazgo de células vaginales a este nivel.
2. Una búsqueda sistemática de enfermedades de transmisión sexual.
3. Pruebas de embarazo.
– Las tomas, tanto vaginales, anales como bucales se efectuarán mediante hisopos secos y estériles, siendo conveniente el recojo por medio de dos hisopos, guardándose posteriormente en sus fundas correspondientes y sin añadirles ningún tipo de medio conservante.
– Se recomienda asímismo la realización de un lavado vaginal, anal o bucal, con aproximadamente 10 ml. de suero fisiológico estéril. El lavado se recogerá en un tubo apropiado que pueda cerrarse herméticamente, y que será mantenido en refrigeración (4-8°C) hasta su remisión a laboratorio.
– En caso de que haya o no constancia de posibles manchas de esperma, es imprescindible el envío de prendas de la víctima que llevase en el momento de la agresión, así como cualquier tipo de objeto o soporte del lugar de los hechos, donde se sospeche que pudiera haber restos de semen. A veces ocurre que las ropas se encuentran mojadas o húmedas; en estos casos se recomienda dejarlas secar antes de ser envueltas y empaquetadas. Como complemento a estas tomas se recomienda la toma y remisión de sangre (5 ml. de sangre con anticoagulante) de la víctima y si es posible del agresor o agresores para poder efectuar una comparación del perfil genético con los restos de semen que pudiera haber en las ropas o tejidos remitidos. Estas muestras se deberán enviar en tubos apropiados, cerrados herméticamente y enviados refrigerados (4-8°C) al laboratorio, por el medio más rápido.
Para completar el recojo de muestras se hace necesario la extracción de 5-10 cc. de sangre adicionados de anticoagulante, que servirán para el estudio de la serología de HIV, hepatitis B y sífilis. Igualmente se recomienda comenzar la vacunación de hepatitis B en todas las víctimas de violación, una vez sea conocido el estado inmunológico de la paciente, poniendo la primera dosis lo antes posible tras el momento de la denuncia. En líneas generales es de desear que no hayan transcurrido más de cuarenta y ocho horas desde la toma de muestra hasta la llegada al laboratorio para realizar el estudio de enfermedades de transmisión sexual. Con todo lo analizado se considera fundamental el conocimiento, manejo y aplicación por parte de los profesionales de Atención Primaria de estos conceptos y circunstancias legales necesarias para cumplir el papel de auxiliar de la Administración de Justicia cuando sea necesaria su intervención.
Tratamiento
Debe incluir los siguientes aspectos, teniendo siempre en cuenta los resultados del examen realizado:
1. Sedación o tratamiento psiquiátrico de urgencia.
2. Tratamiento médico o quirúrgico de las lesiones existentes, tanto genitales como extragenitales, incluyendo una profilaxis antitetánica.
3. Prevención de las enfermedades de transmisión sexual.
4. Prevención de un posible embarazo.
Recojo de elementos de prueba
Para el médico no especialista, es de interés insistir en la importancia que tiene su colaboración en la investigación del delito con el recojo de los distintos objetos que, tras ser convenientemente analizados, sirvan de elementos de prueba.
Esto se refiere tanto a la ropa que llevaba la víctima en el momento de la agresión como a la ropa de la cama en la que se ha llevado a cabo la primera exploración, partículas que pudieran provenir del lugar donde se produjeron los hechos, los posibles restos de piel encontrados en las uñas, vello púbico, pelo de cabeza y cuerpo, etc. Asimismo puede ser de gran valor el obtener una muestra de sangre y otra de saliva a efectos de llevar a cabo las pruebas de identificación en su caso. Todos estas objetos deben ser recogidos, cuando sea posible, incluso antes del reconocimiento médico a efectos de evitar pérdidas de los mismos; la forma más adecuada de realizar esta recogida es desnudando a la víctima sobre una sábana. Una vez recogidos todos los indicios, deben ser adecuadamente reseñados y envasados, de tal manera que no sufran deterioro antes o durante el transporte, así como custodiados hasta que éste se lleve a cabo. Una vez finalizada la totalidad de la exploración y de los estudios subsiguientes, se debe intentar contestar a las siguientes preguntas:
1. ¿Hay evidencia médica que confirme las alegaciones de la víctima?
2. ¿Ha tenido lugar un coito recientemente?
3. ¿Hay evidencia del empleo de violencia o de intimidación?
4. ¿Hay evidencia del empleo de drogas para inducir la privación del sentido?
5. ¿Hav trastornos mentales? ¿En que grado? ¿Fue do el consentimiento?
6. ¿Son coherentes los hallazgos con la historia contada?
7. ¿Se ha producido embarazo o contagio sexual?
Grafico : Exámenes de Laboratorio en caso de Abuso Sexual. Fuente: Juan Carlos López Santillán. Bases diagnósticas en la víctima de abuso sexual.
El diagnóstico diferencial
Debe hacerse con otras enfermedades, deben ser siempre considerados por el medico, pues muchas de estas patologías pueden simular lesiones similares a las halladas en las victimas de abuso sexual, por ello deben estar presentes en la mente del médico a fin de no dar diagnósticos erróneos.
Grafico Diagnóstico de Laboratorio en caso de Abuso Sexual. Fuente: Juan Carlos López Santillán. Bases diagnósticas en la víctima de abuso sexual.
RECONOCIMIENTO DEL AUTOR
En la práctica no es frecuente que se lleve a cabo inmediatamente después de los hechos, por lo que muchas veces se pierden elementos que podrían ser de gran importancia como indicios. Los objetivos de este reconocimiento son:
1. Evidenciar la existencia de signos del coito.
2. Evidenciar la existencia de signos de lucha.
3. Buscar elementos de identidad, tanto para comprobar los que pudiera haber dejado sobre la víctima como a efectos de posibles estudios posteriores de paternidad.
4. Valorar su estado psíquico.
La sistemática adecuada que podría en cierto modo asimilarse al de la víctima incluyen los apartados:
Anamnesis
En ella los aspectos más interesantes son los que hacen referencia a la existencia de trastornos psiquiátricos crónicos, entre los que son de particular importancia el alcoholismo o las alteraciones de conducta, la existencia de enfermedades de transmisión sexual y la presencia de patología orgánica que Condicione una impotencia u otros trastornos de la esfera genital.
Examen médico
a) Reconocimiento médico. En él deben estudiarse las lesiones que hayan podido ser producidas por la víctima durante la agresión, como consecuencia de las acciones de tipo defensivo' si éstas han tenido lugar, a efectos de valorarlas adecuadamente. Entre las lesiones más frecuentes se encuentran estigmas ungueales, equimosis, erosiones y mordeduras, todo ello de localización variable, aunque predominan en cara, manos, extremidades inferiores y órganos genitales.
b) También debe realizarse un estudio minucioso en cuanto a la existencia de manchas biológicas o no biológicas que tengan relación con el delito y sobretodo, en cuanto a las primeras se refiere, manchas de secreciones provenientes de la víctima
c) Reconocimiento psiquiátrico. Se llevará a cabo una primera valoración del estado psíquico del agresor, valorando la existencia de cuadros agudos, o de crisis agudas que aparezcan en el curso evolutivo de una enfermedad crónica, y estados de intoxicación.
Dado que este punto puede llegar a ser un atenuante del delito.
d) Estudio de patologías orgánicas concretas que tengan una relación directa con la esfera genital. Por ej: impotencia sexual
Recogida de muestras
Al igual que en el caso de la víctima, debe procederse con la mayor celeridad posible a esta recogida de muestras, lo que impedirá que se pierdan pruebas de gran interés judicial. Debe comprender los siguientes aspectos:
a) Recogida de manchas tanto biológicas como no biológicas.
b) Búsqueda sistemática de enfermedades de transmisión sexual.
c) Estudio de espermatozoides y su movilidad en el líquido seminal.
d) Recogida de los elementos de prueba
Se debe recoger la ropa, pelos y vello púbico, saliva y sangre para determinaciones identificativas, etc. También puede ser de importancia, si el reconocimiento es muy precoz, realizar una búsqueda de células vaginales, que se debe llevar a cabo en el glande y a nivel del surco balano-prepucial.
EXAMEN DEL LUGAR DE LOS HECHOS
Tiene por objeto, fundamentalmente, la búsqueda y recogida de manchas (de esperma, orina, sangre, saliva, etc.), así como de pelos y fibras. Es también de interés la recogida de muestras del terreno, pinturas, etc., que se pondrán en relación con los elementos encontrados tanto sobre la víctima como sobre el autor.
Data del atentado sexual
Es éste un problema que se plantea con frecuencia, aunque, dadas sus innegables dificultades, no siempre puede resolverse de modo satisfactorio. Tan sólo en los casos de acceso carnal con desfloración es posible alguna precisión.A los fines de este diagnóstico se ha dividido el tiempo que sigue a la desfloración en varios períodos. La división más simple distingue dos épocas en este lapso: desfloración reciente y desfloración antigua. La primera comprende el tiempo durante el cual aún se perciben signos reparativos de las roturas del himen y la segunda, el período en que éste ha adquirido ya un estado inmutable. Cuando, además del desgarro del himen, se producen otras lesiones, es posible precisar la data de la desfloración durante períodos de tiempo más largos por la diferente evolución d cada una de aquéllas, lo que ha permitido a algunos autores establecer una división en mayor número de períodos.
En los casos más favorables pueden concurrir varios signos que, analizados en conjunto, permiten una precisión cronológica más estricta. En resumen, para establecer la fecha se tomarán en cuenta los siguientes signos:
Cicatrización del himen.
Ésta no se efectúa, como en las heridas cutáneas, por abocamiento de las superficies seccionadas, sino que consiste en la reparación in situ de una fina mucosa que sustituye la de la zona desgarrada: la nueva mucosa tiene una coloración rosada como la del reste de los órganos genitales.
La cicatrización del himen es rápida: DEVERGIE estimaba que en 3 0 4 días desaparecerían los signos de viva agudeza de la herida. TARDIEU indicó casos excepcionales en que la cicatrización se efectuó en 15 o 20 días. Bastan estos dos testimonios para ver que la Variabilidad del tiempo de cicatrización es bastante grande y no permite precisar con exactitud la data de la violación.
No obstante, si el reconocimiento tiene lugar dentro de los 6 u 8 primeros días después del atentado sexual, puede aventurarse un diagnóstico cronológico bastante aproximación a la realidad tomando en consideración el estado evolutivo del proceso cicatrizar. Pasados 15 días de la desfloración, las dificultades son tan grandes que es prácticamente imposible determinar la fecha en que tuvo lugar por la simple inspección del himen.
Transmisión sexual de enfermedades y fecundación.
Si se han producido, estos hechos permiten establecer la fecha probable de la violación por el estado evolutivo en que se encuentre la enfermedad comunicada o el grado del desarrollo del producto de la concepción, respectivamente. Estos dos elementos de juicio, sin embargo, sólo pueden orientar respecto a una época de amplios límites, pero no permiten puntualizar con exactitud. En la actualidad, el empleo de los ultrasonidos en el diagnóstico de la gestación permiten no sólo afinarla con seguridad en momentos muy precoces, sino obtener indicaciones muy precisas
Traumatismos. Cuando el atentado ha tenido lugar mediando la violencia, los traumatismos que son su consecuencia, tanto genitales como extragenitales, deben también interpolarse como elementos aprovechables para el diagnóstico cronológico, utilizando los conocimientos sobre la marcha evolutiva del proceso cicatrizar de aquellas lesiones, que señala la data con la aproximación propia de este fenómeno biológico.
Examen a la luz de Wood. La luz de Wood, en la oscuridad, hace resaltar diferencias aromáticas según la época de las cicatrices, por lo que puede constituir un recurso valioso en la determinación de la data de la violación. Se trata, no obstante, de una valoración subjetiva cuyos resultados dependen de la experiencia del observador. El instrumental que exige, aunque no excesivamente oneroso, pone esta técnica, a menudo, fuera del alcance del práctico.
Presencia de espermatozoides. Por otra parte, la presencia de espermatozoides en la vagina también permite delimitar el tiempo transcurrido desde su depósito en la misma. Según diferentes autores, las posibilidades de detección oscilan, como término medio, entre 8 y 72 horas. Partiendo de estos datos es posible lograr en los casos favorables una diferenciación de cuatro períodos, según el tiempo transcurrido desde la desfloración. Aunque tal vez sean excesivamente temáticos, su conocimiento permite una orientación práctica:
1. Desfloración recientísima. Es aquella en que la lesión himenal aparece al estado de viva agudéz. y de herida abierta (menos de 3 días después del coito).
2. Desfloración reciente. Se caracteriza por un estado reciente de cicatrización del himen, con la nueva mucosa de aspecto sonrosado y aún congestivo (más de 3, pero menos de 6 días después del coito).
3. Desfloración cercana. En este período, la lesión himenal está ya totalmente cicatrizada, pero si ha habido lesiones extragenitales, éstas tienen aún los caracteres de recientes. Si se produjo un contagio venéreo, ha dado, manifestaciones sintomáticas (hasta 12 o 15 días después del coito).
4. Desfloración antigua. Este período se significa por la restitución ad integrum de todas las lesiones genitales y extragenitales. Dentro del mismo, se llevan a hacer algunas indicaciones cronológicas por el examen a la luz de Wood, que señalaría la data de las cicatrices; por el momento evolutivo de la infección sifilítica, si la hubo, y por la cronología. del embarazo, en su caso. En ausencia de estos indicios es imposible. hacer llegar el cronodiagnóstico más allá de la escueta conclusión de que la data del coito es antigua.
Debe advertirse que los plazos indicados son sólo aproximados, puesto que lo que caracteriza tales periodos son los cambios anatómicos, y éstos varían casi de caso a caso, según las circunstancias individuales que concurran.
Parafilias
Esencialmente consisten en que el individuo tiene unas necesidades y fantasías sexuales intensas y recurrentes que generalmente suponen:
Objetos no humanos.
Sufrimiento o humillación propia o del compañero.
Niños o personas que no consienten.
Hay que tener muy en cuenta que las imágenes o fantasías parafílicas pueden ser estímulo de excitación sexual para una persona sin ello llegar a ser una parafilia. Por ejemplo, la ropa interior femenina suele ser excitante para muchos hombres. Será parafilia sólo cuando el individuo actúe sobre ellas o cuando le afecten en exceso:
1. Exhibicionismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, ligadas a la exposición de los propios genitales a una persona extraña. En ocasiones el individuo se masturba al exponerse o al tener estas fantasías.
2. Fetichismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican el uso de objetos inanimados (fetiches). Ropa interior, zapatos, botas, son fetiches comunes. El individuo se masturba mientras sostiene, acaricia, etc., el fetiche o le pide al compañero que se lo ponga. El objeto ha de ser marcadamente preferido para lograr la excitación sexual. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
3. Frotteurismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican el contacto y el roce con una persona que no consiente. Teniendo presente que lo excitante es el contacto pero no necesariamente la naturaleza coercitiva del acto. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
4. Pedofilia
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican actividad sexual con niños prepúberes. Los niños suelen ser menores de 12-13 años y el individuo ha de tener por lo menos cinco años más que el niño para que sea considerado el trastorno. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
5. Masoquismo sexual
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implica el acto (real o simulado) de ser humillado, golpeado, atado o cualquier tipo de sufrimiento. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
6. Sadismo sexual
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican actos (reales, no simulados) en los que el sufrimiento físico o psicológico de la víctima es sexualmente excitante. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
7. Fetichismo transvestista
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implican vestirse con ropas del sexo contrario. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas. Generalmente guarda una importante colección de ropa para transvestirse cuando está sólo, luego se masturba imaginando que otros hombres se sienten atraídos por él como si fuera una mujer.
8. Voyeurismo
La sintomatología esencial de este trastorno consiste en intensas necesidades sexuales recurrentes y en fantasías sexuales excitantes de por lo menos seis meses de duración, que implica el hecho de observar ocultamente a otras personas cuando están desnudas o en actividad sexual. La persona ha actuado de acuerdo con estas necesidades o se encuentra marcadamente perturbada ellas.
Peritación médico legal en los delitos de exhibicionismo y provocación sexual
Cuando han tenido lugar hechos constitutivos de un delito de exhibicionismo y provocación sexual, se requiere la intervención del médico legista, con la cual se pretende aclarar tres aspectos:
1. Demostración de la realidad de maniobras impúdicas.
Esta demostración solo es posible en algunos casos concretos:
Actos de pederastia
Violencias sádicas
Ayuntamientos bestiales, etc.
Es necesario el examen tanto del autor como de la victima, que extenderá a investigaciones especiales, como:
La demostración del esperma en la cavidad anal
Manchas de esperma sobre vestidos o lugar de maniobras impúdicas
Búsqueda y estudio de pelos de regiones genitales que se encuentren sobre el autor y la víctima o en sus ropas interiores
Presencia de materias fecales sobre los genitales del autor de un acto pederástico.
2. Estado mental del inculpado
Ya se han señalado las diversas perturbaciones mentales, susceptibles de adquirir resonancia jurídica.
Cuando se trata de verdaderos enfermos mentales, en los que la desviación del instinto sexual es una expresión sintomática más de su trastorno general, es decir, de la Oligofrenia, Parálisis general, Demencias Orgánicas, Epilepsia, Esquizofrenia, etc. El perito medico debe pronunciarse por su inimputabilidad, proponiendo, si se considera necesario su ingreso en un establecimiento adecuado para su tratamiento.
En efecto dadas las características de su psiquismo, falta en ellos la conciencia del alcance del acto que realizan y por lo mismo son incapaces de inhibir el impulso patológico que los empuje a el. En cambio a la las acciones sexuales de los Psicópatas, la postura del perito medico debe ser diferente. En estos sujetos la inteligencia está intacta, no hay deformidad alguna del componente pensante de su psiquismo. Conocen perfectamente lo que hacen y las consecuencias que trae. Por otra parte su voluntad no se halla sustancialmente alterada, por lo que pueden dominar sus impulsos. Si no lo hacen es porque les resulta placentero, por lo que es imputable. Los mismos argumentos pueden esgrimirse frente a los Neuróticos en los que bajo la forma de obsesiones-impulsiones cometían el mayor porcentaje de delitos sexuales, pero ahora ni la obsesión ni la impulsión son irresistibles. La imputabilidad no está modificada tampoco en este caso.
3. Comprobación de estados patológicos en el inculpado
Aunque es una eventualidad rara, si se alega como justificación de actos con carácter de exhibicionismo y provocación sexual algún estado patológico del inculpado, se hace preciso el reconocimiento médico para comprobarlo, con lo que se hará patente la falta de voluntariedad y quedara sin base la existencia de delito. En cualquiera de los casos para que estas maniobras den lugar a un delito tienen ciertas circunstancias:
Que la victimas sea menor
Que la victima sea un incapaz
La peritación sexológica
El modelo a utilizar en la peritación sexológica dependerá de tres elementos: el caso, el actor y el perito. En términos generales se debe tener en cuenta tres momentos clínicos que deben responderse como interrogantes:
¿Por qué? = Etiopatogenia; ¿Qué? = Diagnóstico; ¿Para qué? = Conclusiones.
Los pasos del examen pericial de acuerdo con todo lo expuesto deberán cumplir cuatro momentos:
1. Diagnóstico psicopatológico de la personalidad del actor y su relación con su contexto sociocultural;
2. Diagnóstico de la perturbación sexual;
3. Investigación semiológica de la conducta delictiva;
4. Nexo psiquiátrico-forense.
Grados de peligrosidad
La tarea de predicción de la peligrosidad de un delincuente sexual ha de tener en consideración la gravedad y la frecuencia de las agresiones sexuales mostradas en la carrera delictiva. La presencia de los siguientes indicadores está asociada a un riesgo elevado de reincidencia:
1. Si el delito incluyó la violencia y puso en riesgo físico a la víctima;
2. Si hubo acciones excéntricas y/o la presencia de rituales;
3. Si es reincidente (no cambia su comportamiento ni aprende con la experiencia);
4. Si ha existido evidencia de alteraciones psicopatológicas graves;
5. Si el sujeto no reconoce el delito o lo racionaliza y no concientiza la idea de ser ayudado terapéuticamente.
6. Si no le interesa controlar su conducta sexual y se mueve con impulsión sexual gratificante;
7. Si vive en un medio sociocultural adverso;
8. Si su comportamiento es vivido en forma egosintónica.
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Autor: Ing.+Lic. Yunior Andrés Castillo S.
Santiago de los Caballeros, República Dominicana, 2014.
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