Desde el principio
Para comenzar el análisis de los medios y sus personajes mediáticos es necesario conocer quiénes son en efecto los "mediáticos" actuales por excelencia. Por otro lado, ya desde el planteamiento del tema dejamos en claro que los mediáticos son hoy por hoy una suerte de estrella en el firmamento televisivo y como tales la televisión los crea (o les da lugar), los potencia, los explota, y de ser necesario o pertinente, los sustituye y el público los termina por dejar en el olvido.
Vale resaltar que la potencial "carrera" de una mediático no sería posible de no ser por la puesta en escena de sus figuras al aire y de esto se encargan fundamentalmente los programas de chimentos. Como dice el dicho "no sólo juzgue al chancho sino al que le da de comer".
Por esta razón a continuación usted pasará a conocer a los mediáticos de la televisión argentina y a sus precursores, es decir, los conductores de los mencionados programas dedicados a la farándula.
¡Que se hagan los mediáticos!
¿Quiénes son? ¿De dónde salieron?
Silvia del Carmen Süller es una mujer nacida en Argentina que supo desarrollar una carrera como vedette, cantante, conductora y modelo. Sin embargo lo que realmente la hizo conocida fue su rol como mujer mediática y la pareja que formó con el conocido conductor televisivo Silvio Soldán.
Su primera aparición en TV fue como secretaria de Soldán en el programa "Grandes valores del tango" el 30 de marzo de 1986. Una vez enamorados Süller y Soldán, este le dio la oportunidad de coconducir junto a él un programa llamado "Domingos para la Juventud".
Guido Ramón Süller es el hermano menor de Silva Süller y del famoso futbolista Marcelo Süller (a este último no se lo reconoce como mediático). Guido supo encarar la carrera de actor, se recibió de arquitecto y como comisario de abordo pero, como a su hermana, lo que le dio un nombre propio en el ámbito televisivo fue sus innumerables apariciones de programas de chimentos haciendo todo tipo de declaraciones escandalosas.
Su debut en la televisión se produjo en 1985, con su participación en "Música en Libertad", tras haber ganado un concurso de belleza. Tres años después fue secretario televisivo en Las Claves del Nueve y en el año 1989 trabajó en el programa de la conocidísima conductora y actriz argentina Susana Giménez, donde era uno de los asistentes llamados popularmente "susanos", durando en ese oficio por tres meses. Tiempo después trabajó con el reconocido empresario y conductor argentino Marcelo Tinelli formando parte del Grupo "Gomazo".
Luego de 1991 abandonó la TV por muchos años, en los que se dedicó a ejercer como comisario de abordo. Con el ascenso mediático de su hermana, la vedette Silvia Süller, tuvo la oportunidad de volver a la televisión con apariciones en programas de chimentos como Rumores (conducido por Carlos Monti y Susana Rocasalvo), Intrusos en el Espectáculo (conducido por Jorge Rial), entre otros muchos donde opinaba sobre asuntos de la farándula.
Jacobo Luís Winograd es un empresario, actor, comediante y conductor de radio nacido en Chile pero naturalizado argentino.
Jacobo actuó por primera y única vez en el año 1999 en la película "Trampa para gatos III: el regreso de Jacobo", junto a la actriz argentina Flavia Miller y bajo la dirección de Víctor Maytland.
Su salto a la fama se produjo por el año 1996, cuando participó en el programa "Mediodía con Mauro", del conductor argentino Mauro Viale (personaje que pasaremos a presentarles a la brevedad), opinando sobre el denominado Caso Cóppola. Allí, participó junto a otros invitados y personajes de la "baja farándula", que debatían sobre la realidad del país. Hacia fines de los '90 continuó asistiendo a dichos programas, pero fue a partir del año 2000 cuando realmente se hizo habitué en programas de chimentos que tratan sobre cuestiones de la farándula, como el ya citado Rumores, Intrusos en el
Espectáculo e Indomables (nuevamente conducido por Mauro Viale). Desde ese momento Jacobo adquirió gran popularidad como el invitado frontal, que llevaba a incomodar a los demás invitados o bien a los panelistas del programa en cuestión, a raíz de sus comentarios.
Ricado Fort es un millonario que saltó a la fama por su gran calidad de excéntrico, una mezcla entre personaje pintoresco y ostentador. Su fortuna se acredita al emporio chocolatero de la marca Fel-Fort que fue creada por su abuelo. Ricardo Fort creó su imagen y personaje a conveniencia mostrándose como un sujeto exitoso y autosuficiente.
El primer intento de Ricky Fort para ser famoso lo tuvo hace más de 10 años, cuando se presentó como cantante en el ciclo "Movete", que la conductora argentina Carmen Barbieri conducía por América. A partir de ese momento, a Fort se lo vio noviando con algunas figuras rutilantes del espectáculo nacional, lo que le permitió aparecer de vez en cuando en las revistas del corazón. Sin embargo para Fort el plato fuerte llegó recién en el año 2009 cuando decidió pagarse él mismo un espacio televisivo en la madrugada del canal Trece para transmitir una especie de Reality Show donde él junto a sus amigos y pareja de turno recorrían el mundo. En el programa se podía a ver a Ricardo Fort presumiendo su estilo de vida millonario y ejecutando lo más impensados caprichos. De la mano de los conductores argentinos Alejandro Fantino y Santiago del Moro, Fort consiguió ser un invitado habitual en Animales sueltos (programa conducido por Fantino) e Infama (programa conducido por Del Moro), y varios ciclos que se encargan de hablar de lo que ocurre en la televisión (hablaremos más delante de ellos).
Adriana Beatriz Aguirre es una famosa vedette y actriz argentina, de larga trayectoria. Trabajó en catorce películas argentinas y en más de 40 exitosas obras de teatro.
En el año 1998 contrajo matrimonio con su polémico marido Ricardo García formando así una pareja de mediáticos ejemplar. Ricardo García comenzó siendo una especie de opinólogo en unos de los programas de Mauro Viale, que adquirió real fama una vez casado con Adriana momento en donde se mostró como un sujeto divertido que hacía reír a la gente con las desopilantes imitaciones del cantante argentino Sandro. A finales de 2009 se separa de Ricardo, y a principios de 2010 hubo enfrentamientos mediáticos entre ellos debido a la división de bienes.
Entre los años 2001 y 2003 se produjo un auge de su fama, al ser invitada recurrente en programas de TV como Rumores, Intrusos en el Espectáculo o ZapTV (Marcelo Polino), donde protagonizó peleas con otros mediáticos de la talla de Guido Süller, Silvia Süller, y su propio marido, Ricardo García.
Belén Francese es una muchacha argentina que tuvo la suerte de atraer la atención del un productor quien quedó impactado por el magnetismo que Belén tiene con la gente.
Este sin dudarlo decide convocarla a participar del casting para la obra teatral "Terminestor 2005" quedando seleccionada para hacer temporada junto a Jorge Guinzburg y el cómico argentino Miguel Ángel Cherutti en la cuidad cordobesa de Villa Carlos Paz.
De esta manera empieza su carrera profesional con una alta explosión en los medios lo que la llevo a estar considerada por el publico en general entre las mujeres más bellas de la Argentina. Luego participó del programa Show Match conducido por Marcelo Tinelli; desfilando ante la audiencia impacta enormente por sus curvas perfectas más su espontaneidad lo que genera una masiva repercusión en los medios. De cualquier como Belén Francese se muestra de un modo muy risueño y demuestra ser una mujer bastante ignorante. Marcelo Tinelli, incluso, se reía de ella en su cara ante las burradas dichas por ella reiteradas veces. Este papel de niña boba que desempeña al ser festejado por el panel del programa (que evidentemente le toma el pelo) ha desencadenado una serie de eventos impensados como que Belén haya lanzado un libro de rimas diciendo ser una "capo cómica" cuando en realidad todo lo que está dando más razones para que la gente no la tome en serio y se risa de ella y no con ella. Volveremos sobre este tópico más tarde.
Para ir finalizando nuestra presentación pasamos a introducirle a Amalia Granata, una muchacha que durante el Festival chileno de Viña del Mar 2006 trabajó como notera de un programa de televisión. En ese mismo año, participó en un segmento llamado MisiónSex del programa chileno REC. En Chile protagonizó varios escándalos mediático. Uno de los sucesos más importantes en su camino al mundo de los mediáticos tuve que ver con que estuvo relacionada sentimentalmente con el tenista chileno Marcelo Ríos. A comienzos de septiembre de 2006, Granata y Ríos se encontraron en una discoteca de Chillán. Horas más tarde, Amalia habló sobre su relación a la prensa. Al regresar a Santiago días después, Granata estalló en llanto en el programa Intrusos en la televisión porque Ríos se había enfurecido con ella por haber ventilado su intimidad en los medios de comunicación. En mayo de 2007 ingresa al reality show Gran hermano 2007 Famosos del canal de televisión argentino, Telefe, y resulta ser la primera expulsada del juego con el 54% de los votos.
A mediados de ese año, se fue a vivir a Rumania junto a su por entonces novio, el famoso futbolista argentino Cristian Fabián pasando a formar parte así del selecto grupo de mujeres que se casan con futbolistas que a nosotros, los argentinos nos gusta llamar "botineras". Las botineras como Amalia salen completamente del anonimato debido a la fama de su compañero. Luego de un tiempo, Amalia y Fabián se separaron y, al igual que en el caso de Adriana Aguirre y Ricardo García, hubo puja escandalosa y mediática por la repartición de bienes y tenencia de su hija Uma en los programas de chimentos.
Otra figura mediática que realmente se "hizo de cero" fue Wanda Nara, una muchacha argentina que saltó a la fama por un video altamente erótico donde se la mostraba practicándole sexo oral a un muchacho. Luego de un tiempo y después de haber pasado por cuanto living de programas Wanda se terminó convirtiendo en la nueva "lolita" quien se "salvó" de por vida ya que se encuentra casada actualmente con el futbolista Maxi López.
Hete aquí a los máximos referentes de los programas de chimentos de hoy:
Como ya hemos mencionado anteriormente los mediáticos son personajes que emplearon los programas de Chimentos para hacerse conocidos. El primer programa de color de la Argentina data del año 1996, su conductor era Mauricio Goldfarb, más conocido como "Mauro Viale".
Mauro en realidad era periodista inclinado a la rama deportiva pero de buenas a primeras devino en un conductor de programa de farándula (y no tan farándula porque tocaba temas judiciales importantes) llamado "Mediodía con Mauro".
Lo llamativo del programa eran primordialmente los invitados que no necesariamente debían de ser personalidades famosas del espectáculo. Allí un día podía estar de invitado el mundialmente conocido ex futbolista Diego Armando Maradona y al otro día un travesti desconocido. Lo que era novedoso para ese entonces eran los debates y disputas que solían armarse con gran frecuencia al aire entre los invitados, donde se llegaba al punto del griterío, los tirones de pelo y hasta golpes de puño.
"Mediodía con Mauro" es considerado por los estudiosos del medio como el hito que marcó el principio de la "TV basura" en la Argentina. En dicho nuevo formato personajes ordinarios cobraban relevancia, uno podía tener sus "5 minutos de fama" y si tenía 5 minutos más de suerte podría llegar a trascender en el medio como ocurre hoy en día con frecuencia.
Luego del hito de Mauro Viale hacia finales de los años "90 una fuerte crisis económica afectó a la Argentina, por ellos los productores se vieron obligados a tomar grandes decisiones y a poner cartas en el asunto.
Una de estas cartas, sin duda bien jugadas, fue la fuerte apuesta a programas de chimentos dedicados íntegramente a la farándula del espectáculo. Un ejemplo fehaciente es el programa que estuvo conducido por el periodista especializado en el tema, Marcelo Polino. El programa se llamaba ZAP TV y tuvo lugar entre los años 2000 y 2003.
Una vez más lo que llamaba la atención era el nivel de escándalo y disputa que se alcanzaba en el aire, pero en este caso el denominador común entre los invitados es que todos estaban relacionados de una forma u otra con el medio artístico. Para ese momento la locura al rojo vivo, el sensacionalismo en cuánto al tratamiento de las notas y la primacía por el interés del programa en ahondar en la vida privada –más que en la vida artística- de las "estrellas" (famosos con una carrera artística seria) y los "estrellados" (meros oportunistas que aprovechaban el hecho de ser "el hijo, el amigo o el conocido de" para aparecer en TV) eran los condimentos claves del éxito.
Podemos decir que aquí fue donde realmente nacieron los mediáticos que conocemos hoy en día, tales como los Süller y Jacobo Winograd, a quienes hoy por hoy su trayectoria en el medio y como mediáticos les han dado una marca personal inconfundible.
Luego con el pasar de los años devinieron numerosos programas de esta índole tales como "Rumores en el espectáculo" –con la conducción de los argentinos Carlos Monti y Susana Rocasalvo- "Los profesionales de siempre" –actualmente conducido por Viviana Canosa e "Intrusos" – conducido por Jorge Rial- que ya lleva 10 años en el aire del canal América.
Debido al gran éxito de este linaje de programas otros formatos como ficciones y programas culturales se vieron diezmados (sobretodo los culturales cuya existencia en programas de aire actualmente es casi nula). Paulatinamente los mediáticos pasaron a tener un lugar más establecido tanto en la sociedad como en la grilla de programación. Así se fue exorcizando y creando el perfil mediático: no son conductores, no son actores, no son modelos, ellos actúan presuntamente de sí mismos.
Sin duda uno de los ingredientes picantes de estos programas es que todo ocurre en vivo y en directo, se supone que nada está escrito y cualquier cosa por más loca que sea puede, súbitamente, ocurrir ante los ojos de miles de personas expectantes.
El "vivo" es todo un soporte en la televisión, de allí es que procederemos a ahondar a continuación en los formatos de Reality Show y Reality Fiction, fieles incubadoras de nuevos mediáticos.
Se le llama Reality Show a la TV basada en hechos reales que tiene lugar en vivo o bien que están grabadas pero sin editar, es decir que es un material crudo que nadie modificó en pro o contra de nadie. Simplemente es "la verdad" y, de hecho, así se lo da a conocer. De este formato se han desencadenado varias ramas, entre ellas los Talk Show, y los shows donde muestran operativos policiales o rescates tomados por un "cámara testigo", entre otros.
Lo esencial es que todos estos programas tiene como protagonista al hombre común quien se ve sometido a una existente, pero muchas veces bien camuflada, manipulación del contexto real en que se mueve. Se pretende dar cuenta de una presunta realidad objetiva cuando ya desde el paquete de presentación el ideador del formato acotó astutamente las posibilidades del participante propiciando de alguna manera, directa o indirecta, las reacciones de los mismos.
Como podemos suponer, y conjunto con la intensión de los productores de sacar un producto altamente comercial, ya nos podemos dar una idea de estas "reacciones incitadas", estas puede ser: euforia, histeria, locura, todos factores pregnantes que el espectador espera ver. Es como una novela, si no hay un nudo la historia no avanza. Aquí como no se trabaja con personas que sean artistas, es decir que son seres humanos corrientes sometidos voluntariamente a esta especie de "experimento social", y como esto no es una ficción (donde existe un guión determinado) uno debe impulsar a que algo de drama se suceda, sino esta apuesta al Reality sería en vano.
Lo que aquí nos importa no es tanto el formato en si sino todo lo que se genera a partir de estos programas: debates, artículos periodísticos y hasta programas de chimentos donde se habla y exponen opiniones a cerca de las relaciones interpersonales entre los participantes del reality en cuestión.
Así, conforme el programa va avanzando los participantes cada vez se hacen más conocidos. Aquí ya tenemos todo un progreso, porque la persona pasó de ser nadie a ser un alguien con relevancia televisiva.
Sin embargo, hay que echarle un vistazo al contexto de la situación del reality en si, con esto queremos decir que hay tantas ramas de reality que hay que ver que nos propone este desde un principio para nosotros y sobre todo los productores de un programa de chimentos elijan tocar el tema de uno o varios participantes que les "están haciendo ruido".
Hubo realitys como POPSTARS donde el objetivo era conformar hacia el final del ciclo un grupo pop, o bien el más reciente llamado TALENTO ARGENTINO (Telefe), donde todo el formato en si se resume en una especie de casting televisivo.
Pero no solo están estos programas disponibles sino que hay otros reality como el mundialmente conocido GRAN HERMANO, que nos propone otra dinámica. Aquí la mayor diferencia es que en los realitys como Popstars, las productoras convocan gente con algún tipo de talento artístico y en Gran Hermano solo convocan gente común que no necesita, bajo ningún punto de vista, tener conocimientos de un arte. En este caso el "arte" en cuestión es uno mismo: el propio psiquismo humano que nos hace salir a relucir ciertas conductas ante ciertos hechos o escenarios (que en este caso son preconcebidos por el formato como ya hemos dicho anteriormente).
Finalmente, cuando surge un ganador de este tipo de competencias y este sale a la superficie del mundo real no televisivo se encuentra con un montón de sujetos que lo conocen y saben todo de él, es decir que quien puede soportar un tiempo considerable encerrado en una casa conviviendo con gente desconocida pasa por un proceso de popularización que desencadena en la inminente fama del sujeto en cuestión.
Lo interesante es la relación que tienen estos nuevos famosos y su público. No olvidemos que quien siguió el ciclo desde el comienzo o bien desde la mitad (donde van quedando realmente las personas que tienen un gran carácter como para afrontar el encierro y los enfrentamientos, que terminarán siendo, una vez fuera, los más reconocidos) pudo hacer un seguimiento de la evolución personal del sujeto. Consideremos que quien se mete en Gran Hermano, está dispuesto a que 35 cámaras y 70 micrófonos (aproximadamente) lo estén registrando las 24 horas del día. Los espectadores desde su casa ven la formación del mounstro televisivo, que empezará a hacer estragos una vez que emerja a la realidad, cuando todo el mundo lo reconozca y le pregunten cuestiones comprometedoras en los programas de televisión (seguramente, de alguno de los enfrentamientos acontecidos dentro de la casa). Es en ese momento donde la televisión termina de crear un "yo televisivo".
Y ni hablar si el carácter de la persona que sale de la casa es controversial, allí tendrán los productores y conductores de programas de chimentos una tarea fina: lograr que explote en su programa una gran polémica y de ser posible que está tenga vinculación con otro personaje de la casa o del medio.
Así se va trenzando día a día una especie de novela y lo llamativo es que aquí no hay actores sino una mera parva de gente que se hizo conocida a cambio de vender su "privacidad" gratuitamente a todo el país y el exterior.
A este punto queríamos llegar, porque en este lugar es donde viene a entrometerse un nuevo género televisivo llamado: Reality/Ficción. Veamos de qué se trata.
Reality Ficción: La "realidad" supera la "ficción"
Si han leído con detenimiento el planteo anterior, involuntariamente han de ser testigos presénciales del nacimiento de un nuevo personaje mediático. O al menos pueden dar constancia de una de las formas por las cuales estos personajes se forman y se dan a conocer públicamente.
Hacia el principio del planteo del trabajo hicimos hincapié en el interés de los productores por enterarse y difundir detalles de color y/o hasta escabrosos de la vida privada de los artistas del medio. Nos referimos a artistas que muchas veces trabajan en novelas que se ubican en el horario central de la grilla de programación. Todo el mundo, por ejemplo, parece querer saber que es de la vida amorosa de Gonzalo Heredia (actualmente "Malparida" Canal 13) solo por decir algo.
Hoy en día con la emergente popularización de los mediáticos estas cuestiones que tienen que ver con este linaje de actores y artistas ha sido dejada de lado, por lo menos momentáneamente.
Conjunto a este hecho las audiencias de las telenovelas no han de ser el mejor o el más esperado. ¿Qué es lo que está ocurriendo?
Para empezar hay que resaltar que dentro de la programación de cada canal, los programas que eligen convocar mediáticos superan ampliamente en cantidad y horas a las ficciones. ¿Para qué quiero mirar una novela si esto de aquí, que me presenta Rial, es similar y encima es real?
El siglo XXI es la etapa de primacía de la exposición de las vidas privadas de la gente y sobre todo de los mediáticos. Ellos no trabajan en una ficción sino que hacen de su vida su propia novela la cual los programas de chimentos se encargan de engalanar, contar y vender.
Conforme a este fenómeno los mediáticos asumen una suerte de fama que se acrecienta considerablemente a tal punto que luego de un tiempo, son convocados para desempeñar la veta de actores en tiras.
¿Por qué ocurre esto?
Porque la gente vio formarse a este mediático como tal, lo acunó desde un principio: "la gente los ve nacer" porque, encima, desde el vamos ya nos están ofreciendo su vida privada, factor que por alguna razón siempre se buscar saber de los artitas.
En este caso el sujeto ya lo dio todo, la gente ya experimento y llevó a cabo previamente una etapa de identificación. Al productor solo le queda ofrecer un gran contrato para que este sujeto, autentico aunque prefabricado, aparezca en su tira (u obra) y que este sea su "carta bajo la manga" que lo catapulte al éxito.
Ahora bien, debemos aclarar que el reality show solo es una de las tantas formas que posee un sujeto para saltar a la fama de la pantalla chica.
Miremos el caso de los hermanos Süller, ellos tenían carreras artísticas y hasta títulos universitarios, pero lo que los terminó haciendo famosos fueron los vínculos que mantenían con el medio y su gran capacidad de vomitar declaraciones de color al aire en desmedro de otro.
Podemos también analizar el caso de Wanda Nara, ella era una chica normal que saltó a la fama gracias a un video que consiguió alta difusión en Internet donde se la veía manteniendo relaciones sexuales saltó. Una vez en la tele y aprovechando su fama emergente se le trató de buscar un rasgo que la haga "funcional" (televisivamente hablando) para que como estrella que es alguien la pueda explotar. El único atributo que se le pudo encontrar a Nara fue su voluptuoso cuerpo, cosa que le abrió las puertas de los teatros y varios programas de chimentos y certámenes (Bailando por un Sueño, Show Match Canal 13).
Caso parecido es el de Belén Franccese: si bien, en principio, su cuerpo fue lo que le dio fama no es lo que nos llama más atención de ella, sino su falta de inteligencia. ¿Cómo decirlo? Actúa como niña tonta, ¿Es o se hace? De cualquier manera esto ha causado repercusión y actualmente un país entero llora de risa con la sarta de estupideces que es capaz de decir en un tono aniñado.
Hasta aquí tenemos varios factores televisivamente funcionales: un buen cuerpo, una lengua picante y una supuesta necedad. Cada uno de estos factores se le atribuye al mediático de uno en uno, aunque a veces los mediáticos suelen tener más de una de estas características por cabeza como es el caso de Amalia Granata, una mujer hermosa con un carácter podrido sumamente irritable.
También vale destacar la revolución mediática que se llevó a cabo en el año 2009 con la aparición del millonario Ricardo Fort, él nos aportó a esta lista de funcionalidades el factor excentricidad que resultó (y resulta) ser por demás avasallador.
Pues bien, aquí ya tenemos al elenco armado, solo falta la puesta en escena. Y es así donde volvemos a recurrir, como no podría ser de otra manera, a los programas de chimentos.
Conforme a que cada mediático tiene una personalidad dada, los programas de chimentos televisan enfrentamientos entre formulas truculentas que darán mucho que hablar. Allí el factor drama se hace presente de manera increíble. Se arma una parafernalia sin precedentes donde las barbaridades expresadas pueden llegar a acusar a su interlocutor de homosexual (tema siempre recurrente), puede haber pujas telefónicas de algún otro mediático que quiera acotar algo a la cuestión. En si el nivel ofensivo muy pocas veces es medido ya que todo pasa en tiempo real a personas reales con situaciones reales. Eso es, al menos, lo que la tele nos quiere vender.
Lo curioso es que la trascendencia por días y hasta semanas de ciertas cuestiones personales trasladadas a la televisión llevan al espectador a hacerse ciertos planteos.
Hoy en día el espectador a evolucionado mucho y ha creado una especie de barrera inmunológica donde se detiene un momento a pensar acerca de los contenidos televisivos que le proponen y elije creer en algo y no creer en otra cosa. Es que son muchas las veces que los actos televisados por los programas de chimentos son tan desopilantes o indignantes que uno se cuestiona si realmente no hay nada detrás.
Es evidente, aunque se lo niegue hasta el cansancio, que buena parte de los escándalos mediáticos son armados adrede por la producción del programa o bien inducidos por la misma mediante la comunicación telefónica con el personaje en disputa o cosas por el estilo. En varios casos se dice que los parlamentos de los mediáticos son estudiados y guionados previamente a la salida al aire.
Aquí es donde aparece un nuevo formato televisivo llamado Reality Fiction, donde la "primicia" del reality show se junta con el drama de la ficción, en una conjunción explosiva que lleva a nuestros espectadores a la vera de una historia que tiene cincuenta por ciento de verdad y cincuenta por ciento de mentira.
Este género nacido de dos formatos en si dicotómicos le sirve tanto a los productores de los programas de chimentos como a los mediáticos. Partiendo de la base del bajo presupuesto que supone la realización de un programa de chimentos y la necesidad imperante de los mediáticos de promocionar su imagen constantemente para no quedar en el olvido y poder conseguir la entrada a ámbitos netamente artísticos (como las ficciones y el teatro), la realización del reality fiction es todo una modalidad renovadora y sobre todo, rendidora para el bolsillo del realizador.
Lo alarmante de este aspecto es que el imperio buscavidas de los mediáticos y de los productores (que son en si los que ponen el dinero) se va expendiendo a varios otros programas de entretenimiento y máganize tiñéndolos de un manto de gran mediocridad.
Por esta razón amén de que su hogar natal sean los programas de chimentos, la programación de otros formatos tambien convocan a los mediáticos con el propósito de poner una nota de color al producto. Y terminan así promoviendo la expansión mediática a más de un producto y haciendo factible que siempre haya un mediáticos al aire en nuestra televisión.
Hasta aquí hemos dicho que "la televisión sin dinero" a partir de los años noventa ha propulsado la efervescencia de los programas de chimentos y de reality. Ya hemos reconocido a estos programas como las principales incubadoras de mediáticos, pero estamos dejando pasar un género: Los programas de archivo.
La nueva incubadora mediática
Los llamados programas de archivo se han hecho muy conocidos y solicitados en los últimos tiempos. Se trata de programas que se encargan de mostrarnos un compacto con lo que ellos consideran los "mejores" momentos de la televisión. En si serían una especie de "resumen televisivo" que nos ofrece ver lo más relevante de la programación actual, siempre relatado y apuntado con cierto humor.
Se podría decir que este género nació de la mano de Raúl Portal cuando hacía el programa llamado PNP (perdona nuestros pecados). Este programa exhibía los errores que se sucedían, sobre todo, durante las grabaciones de programas de ficción. Este fue el primer programa que se dedicó a sustraer material televisivo para hacer una conjunción de él y luego hacer un programa.
Luego le siguieron programas como TVR (Televisión registrada, Canal trece / Canal 9), RSM (El resumen de los medios, América), Bendita TV (Canal 9), Duro de Domar (Canal trece/Canal 9) y Zapping (Telefe).
Estos programas ofrecen compactos de los mejores momentos de la grilla actual de televisión.
A simple vista nos puede parecer que todos estos programas son "más de lo mismo" pero en realidad todos los compactos desarrollados siempre están direccionados conforme a la ideología del canal, pero lo que sí podemos decir es que todos tratan de darle a los contenidos expuestos un tinte humorístico.
Gracias al gran archivo del que disponen las productoras de estos programas y de las manos hábiles de los editores, estos programas han sabido divertir a la audiencia en el ya popular "la tele se ríe de la tele".
Es muy gracioso cuando la producción encuentra dos declaraciones de la misma persona y las hace contrastar una con otra dejando en evidencia al personaje en cuestión. Este es un factor, sin duda, del gran éxito que saben tener los programas de archivo de hoy en día.
Por otro lado no debemos dejar afuera el contexto social donde estos programas han de brillar. Tengamos en cuenta que la gran mayoría de los adultos se ve obligada a trabajar y, por ende, dispone de muy poco tiempo para sentarse a ver la televisión. Estos programas son perfectos para atender a las "necesidades" de la clase trabajadora en cuanto al poco tiempo para ver la tele. Estos programas les facilitan un resumen de todo lo que ha pasado dentro del ámbito de los canales de aire de televisión.
Ya desde el planteo de la descripción de los programas de archivo podemos vislumbrar que estos funcionan como parte de la fiebre mediática que nos atañe.
Si estamos diciendo que estos programas se dedican a hacer un programa en base a trozos de otros, no es sorpresa que los mediáticos aparezcan en ellos. Si estamos diciendo que estos programas de archivo apelan a juntar los momentos más desopilantes, de color, que hicieron ruido en la semana o en el día堦iquest;Cómo podemos esperar que no estén plagados de mediáticos, si ellos acaparan gran parte de la programación?
Tal vez, la idea planteada de hacer un programa en base a otros no sea mala, pero sí se vuelve repetitiva cuando uno realmente se pone a tocar trozos de diferentes programas porque en todos o casi todos hay mediáticos. Esta repetición constante de los actos mediáticos en los programas de archivo podría haber cansando a toda la audiencia. La producción, conciente de aquello, plantea los programas actuales de archivo desde el papel del que "se sienta a observar y juzgar las gansadas que día a día son televisadas". Como un ser "superior" que da cuenta de la impertinencia de los actos mediáticos y se ríe de ellos o los juzga de algún modo.
Dijimos anteriormente que la audiencia ya habituada a este linaje de programas ha desarrollado un espítiru más crítico a cerca de los contenidos que nos ofrece la tele, se pone en papel de juez. Los programas de archivo se ponen en ese papel, precisamente, para que el espectador se sienta identificado y se ría. Como si la televisión fuera nuestra mejor amiga con la cual comentamos las intimidades de un tercero. De aquí, a nuestro criterio, el gran éxito del programa de archivo.
De igual modo, amen de cualquier complicidad exitosa programa/audiencia, no podemos negar que estos programas de archivo se volvieron parte del circulo mediático.
Para colmo, los programas de archivo han tenido gran aceptación desde el principio por cuestiones ya mencionadas y ocupan, por lo general, horarios centrales o previos al clímax central que todavía sigue ocupado por la ficción.
Pues, haciendo retrospectiva podemos decir que tenemos un cobertura mediática las 24 horas: empezando por los magazines televisivos matutinos, pasando a las tardes de los programas de chimentos y finalizando a la tarde noche con los programas de archivo.
Así, paulatinamente los contenidos de los programas se ven empobrecidos por tanto conflicto y chabacanería propias de los mediáticos. No obstante, por algo los productores siguen apostado la misma carta. Resulta ser que los mediáticos dan mucho rating a los programas.
Pero堦iquest;por qué ha de ser que la gente consume este tipo de televisión basura? ¿Cuál es el factor neto de atracción de la audiencia?
Los mediáticos y las audiencias
Sin duda alguna, hay algo de estos sujetos mediáticos que capta nuestra atención. Para entender mejor este tema será necesario dar artilugios psicológicos al respecto para entender como funciona nuestra conducta ante la televisión.
Una importante cantidad de los mensajes televisivos sientan su potencial en la utilización de mecanismos de seducción. A uno no lo pretenden convencer, sino que lo pretenden seducir.
Como estamos hablando de la televisión hay que dejar en claro desde un principio que ésta toda la vida utilizó la vía emotiva de nuestro ser para llegar a nosotros y no así la vía racional. La televisión no trabaja en la argumentación sino en la fascinación.
El fenómeno de la seducción pone de manifiesto las contradicciones del psiquismo humano. De manera consciente o inconciente, de manera intencional o no, el seductor (el mediático ayudado por la producción de un programa) focaliza la atención del seducido (es decir, los televidentes) hacia unos aspectos aislados de su personalidad (ya sea el atractivo físico, la fuerza, el ingenio, etc.) camuflando otras dimensiones que podrían resultar perjudiciales para sus intereses (sobre todo los intereses comerciales que se suponen atribuir a la imagen de un mediático).
De esta manera podría decirse que la seducción representa el triunfo de la metonimia, en el sentido de que consiste en conseguir la adhesión hacia una persona a partir de la adhesión hacia una parte de ella.
La seducción funciona a partir de dos mecanismos del psiquismo humano (el controlador de nuestra conducta) que se activa a partir de un fenómeno llamado "deslumbramiento". Este fenómeno provoca en nosotros una fragmentación selectiva: el adormecimiento de la racionalidad, como consecuencia del dominio de las emociones, y transferencia globalizadota que es otro fenómeno que se realiza por la activación del pensamiento primario.
Las emociones intensas que nos hacen vivir los programas de dominio mediático de alguna manera nos "deslumbran", hasta el punto de adormecer toda capacidad reflexiva, analítica y crítica. En este caso puntual, en relación a los mediáticos y los programas de chimentos, el espectador, como bien decíamos antes, desarrollo una sexto sentido que lo invita a dudar de la veracidad de los escenarios expuestos, pero amén de notar concientemente este hecho sigue consumiendo el producto porque le pasa a deslumbrar el cinismo de los realizadores en transmitir un panorama e insistir desde el formato para que la gente se lo crea, aunque claramente sabemos que no es verdad lo que se expone.
Al adormecer, de algún modo, la capacidad crítica propia del pensamiento secundario, la realidad queda en manos del pensamiento primario, que juega a favor de la estrategia seductora, porque sus mecanismos son simplistas, elementales.
Luego de la primacía de las emociones, pasamos al proceso de "transferencia globalizadota", este proceso surge como consecuencia de la activación del ya mencionado pensamiento primario. La seducción, que parte de la fragmentación, se fundamenta en la hiperestimulación emotiva, y la emoción es globalizadora, es decir, tiende a proyectar sobre el conjunto el valor de la parte que captó nuestra atención. La emoción aprovecha el carácter elemental, simplista, del pensamiento primario y de los mecanismos asociativos que activa.
La percepción, en cuanto a fenómeno primario, tiende a buscar al orden, y en ese sentido tiende a complementar aquellos estímulos que son fragmentarios. Estos principios primarios tienden a ser complementados siguiendo los principios más elementales, los más cómodos, los que exigen menos esfuerzo.
Ahora bien hasta aquí queda claro que hay cosas de la televisión y el espectáculo que esta nos propone, que nos deslumbran y seducen pero en si ¿Por qué nos seduce lo que no seduce?
Pues bien, Fréud decía que en la fascinación el objeto ocupa el lugar ideal del yo, de uno mismo, esto tiene su porqué al saber que en el fondo detrás de todo experiencia seductora hay, pues, una experiencia narcisista.
La seducción no es otra cosa más que la búsqueda inconciente de uno mismo en otra persona. En la experiencia de dejarse sacudir se refleja una búsqueda y, en consecuencia, una aceptación de la propia limitación.
Consecuentemente, en el elemento seductor el sujeto se está contemplando a sí mismo en sus expectativas, en sus deseos y anhelos.
Estos postulados de la psicología nos liberan un poco el panorama del camino a descifrar: el por qué de la gran audiencia que se le atribuyen a los mediáticos, pero aún así nos va sembrando más dudas como por ejemplo: ¿Cómo es posible que estemos buscándonos a nosotros mismos en personajes como Guido Süller que poco tienen de positivo para ofrecernos?
La respuesta a este auto interrogatorio se encuentra muy dentro de nosotros, en nuestro inconciente, lugar en donde por cuestiones sociales o de la misma autoestima reprimimos nuestra maldad.
El mal, como el bien (y hasta un poco más que el bien), tiene sus armas de seducción y ya que forma parte de nosotros mismos, en cuanto está además reprimido, encuentra en estas experiencias televisivas una oportunidad de exteriorizase y hacerse presente, una oportunidad de ser vivenciado.
Es sabido, y no hace falta ser ningún gran pensador, que lo prohibido fascina más que lo permitido, llameselo "el bien". Así como también seduce la maldad, también seducen otros caracteres negativos como la fealdad, el egoísmo, el materialismo, el narcisismo, el estereotipo de belleza, el machismo, la locura, la ausencia, la máscara, dos ingredientes que forman día a día la realidad mediática y de los programas donde estos aparecen. Estos últimos ayudan a la proyección de sentimientos negativos (odio, agresividad, desprecio) sobre un personaje o una situación que suponen a menudo el rechazo inconciente a reconocerse en esa persona o en esa realidad, que en el fondo es una proyección de nosotros mismos.
La razón, en parte, de la existencia de los mediáticos y sus escándalos representa para el espectador la posibilidad paradójica de plasmar en la pantalla los propios monstruos interiores, las fuerzas no dominadas, de las amenazas internas.
Los mediáticos a la larga representan para uno un modo de exteriorizar nuestro mal, es decir le damos una existencia al mismo pero a la vez se la negamos porque expresamos desprecio hacia las apariciones de los mediáticos y sus cuestiones personales en casos, nefastas.
Es todo un gran ida y vuelta, un círculo vicioso que contamina televisivamente muchos programas y nos satura por su reiteración y su chabacanería.
¿Cómo hemos de hacer para librarnos de algo que en si mismo nosotros desde nuestro inconciente propiciamos?
¿Qué satisfacía televisivamente esta necesidad de exteriorizar nuestro mal antes de la aparición de los mediáticos?
La respuesta para esta última pregunta se encuentra en los noticieros, allí hay otro foco infeccioso de mal gusto. Como es sabido que lo negativo vende más que lo positivo, los productores se abusan muchas veces de la emotividad y/o del mal gusto de las informaciones y sus coberturas creando así una sociedad sensacionalista y muchas veces pesimista porque por televisión no hacen más que ver como se cae a pedazos el país y el mundo.
Sin embargo este es un tema en el cuál no vamos a ahondar demasiado, porque no nos es pertinente aquí, lo que podemos decir, sí, es que los programas de chimentos y sus inherentes mediáticos están más al alcance que los noticiosos y de ahí su déficit.
A lo largo de los años siempre ha estado latente el debate acerca de la aparición de la llamada "TV basura", con su éxito, en contraposición con la TV cultural.
Siempre se le quiso buscar una razón al fracaso, que la mayoría de las veces, tuvieron los programas culturales al aire. Porque amén de que los medios masivos de comunicación parecen abrir la puerta del refinamiento intelectual, cultural y espiritual a millones de espectadores por medio de programas culturales, estos fracasan porque tales millones eluden estos contenidos prefiriendo lo ligero, lo superficial y lo trivial.
Hubo varias ideas por parte de los entendidos para remediar este panorama. Un postulado decía que los gustos mejorarían si la gente recibiese únicamente programas de tono elevado y alta calidad moral y artística durante un período suficiente hasta que el público desarrollara interés hacia ellos.
Esto podría funcionar, pero los antecedentes de los programas culturales son muy poco alentadores. Los productores de tales ciclos perderían plata hasta que la audiencia eligiera ver su programa teniendo tantos otros sensacionalistas mucho más "divertidos" para ver. Esto sería inaceptable, por eso pocos eligen apostar por una propuesta cultural.
Aquí hay todo un tema de debate. Durante el año hemos hecho salido a la calle a encuestar a la gente a cerca de los contenidos televisivos actuales. Curiosamente todo los encuestados se acusaron de indignados y descontentos con lo que la televisión propone.
El común de la gente, actualmente, expresa verbalmente el deseo de ver programas culturales en la televisión abierta.
Dado a que nuestra programación tiene altos contenidos de entretenimiento ligero (programas de chimentos, programas de archivo y realities), la simultánea accesibilidad a un programa cultural se encuentra minada de dificultades para llegar a ser una realidad. De este modo la diversidad de contenidos parece utópica si se ve como están las cosas.
No obstante, encuestas recientes han comprobado que un 40% de quienes tenían educación superior (gente que se supone que debería tener adhesión a programas culturales) eligieron el entretenimiento ligero. Es que en general, hay una gran tendencia hacia una relación inversa entre la magnitud de la audiencia y el mérito cultural del programa en cuestión.
¿Por qué ha de ocurrir esto?
Analizaremos una pauta. La primera es la gran dificultad con que los seres humanos adquirimos el concepto del otro. Con esto nos referimos a una persona que no es uno mismo.
Entendidos en el tema como Piaget indican que la capacidad de asumir diferentes perspectivas sociales se desarrolla gradualmente, que se correlaciones con la edad cronológica de la audiencia. Esa comprobación de la psicología del desarrollo documenta el surgimiento relativamente lento del concepto del otro.
Los medios, teóricamente, eliminan a ese "otro" y solo nos presentan símbolos impresos, sonidos o imágenes pero nunca personas. Restablecen la oportunidad de disfrutar de la estructura inicial de tomar sin dar cuenta de las necesidades recíprocas del que da.
Los medios permiten a una persona reasumir la mismapostura que cuando bebe, la de creer que el estimulo, una vez fuera de la visión, deja de existir. La realidad en cambio, está constituida por personas y cosas que resisten, relacionan, exigen.
No es raro entonces, que, cuando la gente está cansada, frustrada y atosigada, recurra a los medios masivos de comunicación, donde las personas y las cosas son efímeras. Así los medios maximizan la gratificación inmediata de las necesidades, minimizando el esfuerzo intelectual.
En si, hay un hecho inminente: la población no ha sabido elegir a la televisión como medio para adquirir conocimientos culturales, sino que ha recurrido a ella para distenderse y divertirse.
Este segundo uso de los medios nos sugiere audiencias poco interesadas en prestar real atención a un contenido, no es que la gente viene cansada de su día laboral y se sienta en el sillón a ver tele pretendiendo recibir una clase de arte, la gente no disponen de ese ánimo, ni de ese interés. Lo que quiere la gente es algo, si se quiere, más ameno, más ligero.
De igual manera hay otros factores que ayudan a explicar mejor lo recién dicho. En nuestra realidad, los humanos pasamos por tres fases de socialización.
La primera incluye el aprendizaje, el perfeccionamiento en la dirección de la conducta prescrita. La segunda incluye la conducta relativamente estable, aceptable, cotidiana en el nivel de socialización logrado. Y la tercera incluye los contragolpes de la represalia, mitigación e indemnización.
Lo que ocurre es que el proceso de socialización es inconcebible sin comunicación.
La televisión como parte importante de la socialización plasma estas tres etapas en tres tipos de mensajes diferentes:
Los mensajes directivos provienen de figuras de autoridad. Ordenan, exhortan, instruyen, persuaden, instan en la dirección del aprendizaje, de nuevas interpretaciones que representan avance en la estimación de las figuras de autoridad. Los mensajes directivos requieren esfuerzo intelectual sustancial y consiente por parte del que aprende.
Los mensajes protectivos incluyen todos los mensajes cotidianos enviados y recibidos en la tarea habitual de vivir. Requieren relativamente poco esfuerzo intelectual conciente.
Los mensajes restaurativos, inclusive las fantasías individuales, son aquellos con los cuales el individuo se alivia del esfuerzo de adaptarse de la fatiga de conformarse
Sin duda los mensajes restaurativos tienen gran auge en los contenidos televisivos actuales. El aspecto restaurativo del común de los mensajes que salen por la tele es atendido en abundancia – aunque no, por supuesto, de modo exclusivo – por los tipos de contenidos de los medios masivos que tan deplorables parecen a quienes tienen gustos exquisitos, basados en el refinamiento.
De igual manera, creemos que hoy por hoy la audiencia se ha vencido por hartazgo. Es decir, la gente está harta de los contenidos mediáticos emitidos casi constantemente en todos los canales de aire.
Más allá de cualquier tipo de seducción que nos pueda incitar el mal, la chabacanería y lo banal, creo que se ha llegado a un punto de abuso de este recurso y, por añadidura, un punto cúspide de saturación de la audiencia.
Si bien al principio de este apartado dijimos que la propuesta de los teóricos de una programación íntegramente cultural para adecuar a la audiencia, era descartada por las sumas incalculables de dinero que esto podría significar de nos ser exitosa la norma, nosotras creemos que un intento semejante podría llegar a triunfar.
Verán, a como se observa el panorama social actual de la audiencia, hoy por hoy un programa culturar podría llegar a tener gran éxitos por diversos motivos, a saber:
La gente ya ha visto hasta el hartazgo programas de alto contenido mediático y ha dado cuenta de lo poco constructivo de estos.
Un toque de distinción entre tanto material amarillista ganaría por "curiosidad" de la audacia no experimentada y por interés neto de los letrados. Con esto queremos decir que si hay un programa cultural la gente lo vería porque, simplemente, es algo diferente a lo que le vienen ofreciendo constantemente y los intelectuales lo verían porque al fin emiten algo de su posible interés.
Las generaciones anteriores han vivido una etapa de la televisión muy diferente a la actual, donde los mediáticos no existían y la gente encontraba interés en otras cosas. Esas personas estarían gustosas de la existencia de un buen programa de arte por ejemplo.
Estas solo son meras hipótesis acerca de lo que podría llegar a ocurrir con un programa cultural hoy en día.
Sin embargo hace falta que alguien vuelva a invertir en un formato como este. Hemos visto que hoy el bolsillo rebosante es el de quien con dos pesos –por así decirlo- arma una revuelta televisiva, cosa que se ha hecho tendencia en este último siglo.
A nuestro entender la aceptación de los programas que ofrecen conflictos mediáticos pasan por tópicos mucho más profundos que la seducción del mal y los mensajes restaurativos.
Creemos que el déficit económico experimentado en el año 2000 ha dejado secuelas sociales de importancia, más allá de las falencias que ya teníamos durante los años anteriores a la crisis.
El país devino en momentos muy duros sobre todo en lo que seguridad, salud y educación respecta. Todas las generaciones han nacido con una idea de país diferente y las generaciones anteriores han tenido que pasar por un proceso social transformador.
La televisión no se vio exenta de ello y los realizadores tuvieron que buscar una manera de salir adelante con su estilo de vida.
Ustedes se preguntarán ¿Por qué la TV empezó a hacer famosos? ¿Por qué las productoras cada vez contratan menos actores, locutores de verdad y periodistas?
Las respuestas para estos interrogantes se encuentran en la necesidad televisiva, tanto de los formatos como de los realizadores, de autoabastecerse.
Véanlo de este modo: la crisis abrió una nueva era de la televisión, era en la cual había que salir adelante a como de lugar con poca plata. Lo importante es poder crear algo redituable.
La televisión creo a los nuevos famosos, acá llamados mediáticos. Estos personajes que un día aparecen en la TV con una declaración escandalosa, llamado la atención de la audiencia y que al otro día, por la pasividad del medio y por lo llamativo de sus acciones, este sujeto ya es conocido por un país entero.
Puesto a que la TV los crea, la TV los explota y ellos a su vez van sumando escalafones en la fama y en beneficios personales. Tengan en cuenta que los mediáticos como producto de la televisión son usados por ella misma como una salida redituable porque los explotan y les pagan poco o ni siquiera se les paga por aparecer en programas de televisión.
Luego, conforme pasa el tiempo y el itinerario de barbaridades hechadas al aire, estos personajes logran una aceptación casi por hartazgo de la audiencia.
Como postula de teoría hipodérmica "Miente, miente que algo quedará".
Hay una cadena de doble beneficio, mientras los productores se llenan de plata con una participación casi gratuita de un mediáticos, estos cada día se hacen más famosos.
Llegado un momento la fama del mediático es tal que es solicitado por otros productores. En ese momento conforme a que la fama es tal, el mediático va adquiriendo un precio de cotización en el marcado de los espectáculos y son solicitados en los programas para levantar rating.
Un lugar donde han derivado gran parte de los mediáticos ha sido al teatro de revista donde la novela mediática se extiende.
Aquí el círculo tiende a querer cerrarse cuando caemos en la cuenta de que el año va pasando y el verano se acerca.
Para la época veraniega los teatros de revista son muy visitados. Allí tendremos otro foco de explosión mediática y donde el reality ficcion se hace presente.
No es casual que algún mediático del elenco de una de esas obras tenga un conflicto, para esta época del año, con algún artista reconocido (que puede formar parte de la misma obra o no). Estos supuestos conflictos atraen automáticamente a las cámaras de cuanto programa de chimento y mágazine haya.
El conflicto en cuestión es un conflicto estratégico. De esta manera, si un mediático que actúa en una obra se pelea con otro artista o mediático, hace publicidad de la obra por todos los canales.
Se ha comprobado que los conflictos internos entre el elenco han atraído a numerosas filas y han significado, muchas veces, el éxito de la obra en cuestión.
Aquí se confirma lo propuesto por el teórico latinoamericano Orozco Gómez cuando propone una comunicación de tres niveles:
La Pantalla frente a la Audiencia
La Audiencia frente a la Pantalla
La Audiencia más allá de la Pantalla
Este último nivel sugiere que lo que acontece en la televisión da a lugar a debates, artículos periodísticos, da que hablar a la gente aún cuando esta apaga la televisión.
Gracias a que la gente tiene en cuenta lo que acontece en le televisión, y sobre todo tiene en cuenta los escándalos mediáticos. Por esta razón este público se ve tentado a comentar lo ocurrido con lo suyos e incluso en casos, asiste a las obras donde estos mediáticos están, para ver de qué se trata.
Cuando la audiencia está frente a la pantalla generalmente se da un gran fenómeno de identificación. Teniendo en cuenta de que los mediáticos saltaron de ser gente corriente a ser "famosos", la audiencia los considera "uno de ellos".
En ocasiones los mediáticos poseen una historia de vida detrás que en algún momento se llega a conocer casi por completo. La gente empieza a desarrollar una visión diferente porque se da cuenta de que muchas cosas por las que tuvo o tiene que lidiar el mediático son las cosas con las que tiene que lidiar el común de la gente "común".
Acá viene a tomar protagonismo el concepto de POPULAR. Lo primero que se induce a decir es que "la gente desarrolla mecanismos de identificación porque se estamos tratando de personajes populares", pero ¿A qué se considera popular hoy?
Muchas veces hemos escuchado la palabra popular empleada para referirse a los barrios de clases más bajas y/o trabajadoras y a la cultura consumida por ese sector de la sociedad. Como también se la emplea con frecuencia para apuntar a un producto cultural que tiene relevancia por parte de los sectores menos letrado, como lo que "adoran los ignorantes".
Estas dos acepciones del término popular son las que se usan hoy por hoy, pero anteriormente la situación no era tan así.
Hoy bien podemos decir que Ricardo Fort y Guido Süller son sujetos Populares ya que supuestamente los que siguen sus pasos son los "ignorantes", los que no tiene nada bueno que hacer de sus vidas.
Antes lo popular era lo referido al Pueblo, como lo tradicional, lo familiar, ese era el concepto que se tenía, como lo que era conocido masivamente atreves de la TV que todo el mundo consideraba "sano" y tradicional.
Un ejemplo claro de esto anteriormente, eran las ficciones que se prendían de la fama de actor principal para asegurarse un público determinado y masivo.
La ficción Rolando Rivas Taxista es un claro ejemplo. Rolando Rivas, taxista fue una telenovela argentina protagonizada por Claudio García Satur y Soledad Silveyra y creada por Alberto Migré, uno de los libretistas mas famosos de Argentina en la década 60-80.
Para este tiempo lo que atraía al público eran especialmente los actores principales.
Todo el mundo veía este programa de tintes totalmente cotidianos, donde los actores actuaban roles de gente común con sus problemas. Aquí la gente pudo identificarse fácilmente y de allí su gran éxito.
Hay que tener en cuenta que antes no había tantos canales ni de aire ni de cable por lo que los canales de aire no se venían expuestos a una audiencia exigente "experimentada", no lidiaban con gente que ya "había visto todo" ni con la puja de anunciantes. Tampoco se tenía el problema de tener que competir con otros canales de aires y más aún con los canales de cable.
Hoy por hoy, los anunciantes son una parte importante, muchas veces estos eligen no invertir en programas. Esto sumado al espíritu de competencia entre canales lleva a los productores a mostrar los dientes y a apostar a lo más fácil que es hacer un programa de chimentos, donde se sabe que el sensacionalismo es tal que la gente se verá atraída. Los sujetos que allí figuran se hacen "populares" pero en el primera acepción de la palabra expuesta al principio de este tema.
Así vemos que el paso de la versión popular "positiva" a la versión popular "negativa" que se tiene hoy en día fue de la mano con la crisis televisiva de fines de los noventa que aún seguimos viviendo.
Los Nuevos Mediáticos Emergentes
Como si con los mediáticos que tenemos fuera poco, actualmente se vienen dando nuevos mediáticos emergentes.
Se trata de una nueva rama: Los Mediáticos Bizarros
Todo surge cuando Crónica TV (canal íntegramente noticioso conocido por su sensacionalismo sin escrúpulos) da espacio dentro de su programación a un segmento llamado "Hechos y Protagonistas".
Dicho segmento conducido por Anabela Ascar (periodista que antes era informante regular en el canal) invita a todo aquel que quiera mostrar algún talento o contar algo que le haya pasado.
Las personas que Hechos y Protagonistas saca al aire no necesariamente tienen que ser famosos, de hecho los únicos "famosos" que han salido hasta ahora solo han sido mediáticos ya reconocidos como Jacobo Winograd. Por el lado de la gente común que sale al aire en el programa podemos señalar que todos, casualmente, tienen alguna virtud extraña acompañada –muchas veces- de una contextura física particular (enanos, travestis, flacos desgarbados, obesos). Esta combinación da origen a las actuaciones más bizarras y sin sentido de toda la televisión.
Debido a esta exposición masiva de sujetos no conocidos han emergido lo que nos gusta llamar "nueva rama de mediáticos emergentes" cuyo atractivo no es un buen cuerpo ni una lengua afilada como el común de los mediáticos citados, sino que el atractivo de estos es simplemente su conducta confianzuda y su virtud en cuestión (que casi siempre no es una virtud bien lograda pero aún así es festejada).
Así nacieron las figuras mediáticas de Zulma Lobato y Fernandino "amigacho". Zulma Lobato es un hombre vestido de mujer que, en efecto, se cree mujer. Cuando Lobato se presentó en el programa de Anabela era poseedora de un aspecto deplorable, con muy poco maquillaje, un vestido y una peluca muy percudida que dejaba en evidencia su condición de travesti.
Zulma contó algo de su vida y luego señaló que la gente amaba su cantar. Luego de esta declaración Anabela le hizo cantar y ella eligió la típica canción de Estela Raval: "Resistiré". La actuación de Zulma resultó ser tan desafinada y deplorable como ella misma pero a la gente le causó cierto agrado y risa. Estos dos factores fueron los que hicieron que la carrera de Zulma emergiera.
Luego de un tiempo Lobato ya había pasado por cuánto programa de aire existiera y todos pasaron a conocerla. Zulma ya era una nueva "famosa", lo cual le sumo importantes beneficios ya que ella viene de una clase social muy marginada y necesitada. Por esto comenzaron a pagarle por sus actuaciones y ella invirtió ese dinero para comprarse peluca nueva, zapatos y vestidos.
Cuando creíamos que este bufón televisivo había explotado ya todo el tiempo televisivo tolerable surge algo nuevo.
Zulma saca su primer disco y tiene su primera pelea mediática con quien solía ser su "representante". Estas cuestiones propulsaron la carrera de Zulma. Sin embargo, la gente no hizo exitoso el lanzamiento de su disco. Zulma podría haberse desilusionado y desistido pero no fue así y le ofrecieron hacer teatro.
Por el otro lado nos encontramos a Fernando, otro bufón televisivo emergido de la mano de Hechos y Protagonistas.
Fernando se presentó a si mismo como un persona que había dejado de ser sordo y que ahora se encontraba haciendo campaña vegetariana. Fernando, más conocido como "Fernandino" al igual que Zulma poseía una particularidad: reemplazaba todas las C y las S de las palabras por la CH, cosa que llamo mucho la atención. Nadie se animaba a preguntarle a este risueño sujeto el por qué de su habla.
Como nota culmine Fernando salió hay aire cantando una canción pro vegetarianos en la cuál, paradójicamente, se burla de si mismo y de su hablar con la CH ya que la canción comienza diciendo "cha che chi cho chu, buenichimo".
La canción fue tan pegadiza, divertida y bizarra que todo el mundo la citó en algún momento al aire.
Luego, al igual que Zulma, Fernando recorrió todos los canales, hasta se lo vinculó emocionalmente con Guido Süller en una "novela" de toda una tarde en el programa "Sin Codificar" (América).
Aquí nos hicimos testigos de un verdadero reality ficción, donde el hijo televisivo de Guido Süller, Tomasito acusó que había encontrado dentro de la mesa de luz de Guido una carta que decía "Para Guido Chuller" en vez de Süller, típico de Fernando reemplazando las S por la CH.
No es posible que este sujeto siga hablando con la CH en la vida cotidiana. Esto es un pensamiento colectivo que mantiene todo el mundo, pero en los programas de aire se lo trató con tanta "seriedad" que uno no podía creer que alguien se creyera ese circo que evidentemente estaba armando por la producción.
Como ya dijimos en una ocasión en estos casos lo que nos deja atornillados a la pantalla es la incredulidad de los realizadores al pensar que alguien se podría llegar a creer algo de todo aquello.
Así los mediáticos Bizarros se están consagrando hoy por hoy, teniendo como disparador el programa Hechos y Protagonistas que permite a todos estos "fenómenos" tener sus cinco minutos de fama.
Mauricio Goldfarb, conocido como "Mauro Viale", es un periodista argentino. Comenzó en la especialidad deportiva y devino al espectáculo.
Comenzò como movilero y en 1977 se inició en el periodismo deportivo, donde relató semanalmente as transmisiones deportivas de fútbol durante la dictadura militar. Hacia fines de los '80 llegó a ser el relator principal del programa "Fútbol de Primera".
Al dejar el programa, pasó a cubrir espectáculos. Durante mediados de la década del '90, condujo "Mediodias con Mauro" en América TV, el cual tuvo muchísimo rating. Y en el cual comenzaron a aparecer los personajes que hoy en dia se conocen como mediaticos.
¿Qué es un mediático para usted?
No sé muy bien, un mediático está indefinido, es una persona que le gusta ir a la televisión todo el tiempo, a poner la cara a buscar fama, a llamar la atención. Supongo que el término mediático, que es nuevo, que no tiene definición concreta, se refiere a un señor que quiere llamar la atención todo el tiempo.
¿Cuál cree usted que son los rasgos característicos de una persona para ser considerada mediática?
Eso, querer llamar la atención todo el tiempo, opinar de cualquier cosa, llamar él para ir a un programa de televisión, estar pendiente todo el tiempo. Mirá que yo no sé lo que es un mediático porque yo tomo la profesión de manera muy rigurosa, entonces mediático es un termino que debe haber empezado en los programas que hice yo hace algunos años con gente que venía a opinar y opinaba, con gente que no tenía idoneidad. Supongo que esta muy despreciado el termino mediático, desprecia bastante.
¿Qué opina de la parafernalia que se arma en torno a ellos en los programas de aire? ¿Cree que hay algo guionado?
Supongo que hay algo que está influido, si te referís a los programas de Tinelli, con esos mediáticos. A mi no me gusta nada eso. Supongo que no están guionados, porque nadie le puede decir al otro lo que tiene que decir, como lo tiene que decir. Pero esta influido por el mismo contexto que ellos tienen, que es el que va a al programa de Rial o que se yo, sabe que va a hacer escándalo de la vida privada, porque sino no tiene raiting. Y no me cabe la menor duda de que hay códigos implícitos, esta el conductor, la producción, el que va a desarrollar un tema que no es importante como si fuera un secreto de estado; desde el programa de Tinelli hasta cualquier programa lo ven como si fuera el teorema de Pitágoras.
¿Usted cree que una persona elige ser mediático para obtener algún beneficio personal?
Y son beneficios personales, ir a la televisión a la gente le encanta, es un beneficio personal. Creer que son famosos, tener la fantasía. Pedir algún bolo te dá beneficios.
¿En su experiencia que fue lo mas bajo que ha hecho un mediático para tener cámara?
Bajo no porque que se yo, la vida privada de ellos que se yo lo que hizo bajo pero no tienen identidad porque una persona que va y habla de cualquier cosa, con la misma fuerza por una cosa política, una cosa que descalifica por si misma.
¿Pero por ejemplo cuando vos hacías "Mediodías con Mauro" que fue lo peor
No porque el tema que hacia yo no era con mediáticos, era también con mediáticos, la gente esta confundida, no se que les enseñan a ustedes, pero "Mediodías con Mauro" era un expediente policial, no se si saben. Yo les explico para que entiendan, porque sino tienen malos profesores, diganles. El caso Coppola era un expediente de 400 fojas donde estaban involucrados a partir de la acusacion de la justicia un señor que se llamaba Coppola, otro señor que se llamaba Maradona, tres chicas que aparecieron como mediáticas pero que fueron procesadas por la justicia, todo eso en el marco de la droga. No era de los que van a opinar al programa de Tinelli para que les den un sueldo, eran procesados por la justicia, y en ese marco aparecieron los mediáticos como fríos, tontos, gente de baja estopa, de mala vida, yo que sé, pero dentro de un marco judicial donde terminó preso un juez, el juez de la causa, entonces todo eso termino con el caso judicial, pero los mediáticos eran frívolos, más que mediáticos eran frívolos. Después aparecieron, se nos colaron aquellos que opinaban, el caso de Jacobo Winograd y demás. Esas eran las circunstancias del caso, el caso era un caso muy grave. Eso era lo peor, que confundieron de ahora un mediático con un tema judicial donde además muchos fueron presos. Coppola fue preso, Bernasconi termino preso, los señores policías que pusieron la droga en el jarrón terminaron presos. Es bravo, es tema de la justicia.
¿Hasta donde cree usted que es viable la participación de mediáticos en programas de aire?
Que se yo no nunca considere un mediático, yo, este digamos, agregamos gente a lo que era el show de la televisión. Pero no se mediáticos, no creo que haga falta.
¿Hasta donde llega la ética a la hora de mostrar o no una posible actitud deplorable o "en desmedro" de un mediático hacia otra persona del medio?
Fabricar un tipo que habla mal de otro un poco ético, hay una justicia para eso, porque además si el tipo te injuria supongamos que el tipo dice las cosas que vos decís sobre la otra persona; injuria, habla cosas de la vida privada. Vos vas a la justicia; tenés demanda por injuria, podes demandar al tipo que es mediático, al señor conductor del programa, al productor del programa y al canal. Entonces la justicia siempre resuelve, yo creo que hay que ir a la justicia. A mi cualquier tipo que me injuria en cualquier marco, yo lo demando. Para eso esta la justicia. Eso regula todo, la justicia. El periodismo tiene que conocer bien como se maneja la justicia, el código procesal, el código penal, el código civil
¿Por qué la gente los consume?
Porque es muy atractivo, porque ver lo malo es muy atractivo, ver lo morboso, y ver las chicas de Tinelli, lo sexual, lo erótico y lo misterioso es muy atractivo. La atracción es por el opuesto, no es justamente lo que a uno le gusta sino lo prohibido. ¿Cómo no va a ser atractivo ver las pavadas que hace Tinelli?
Por Sabrina Schmalz
En conclusión yo pienso que si bien los programas de chimentos, reality y archivo tienen actualmente el monopolio del rating gracias a los mediáticos, esto es una tendencia en vías de desaparición.
Las audiencias día a día se tornan más criticas a acerca de los contendidos que la televisión les ofrece y lo que han de tomar lo juzgan y en casos deciden pasar de canal o apagar la televisión porque en todos los canales los mediáticos se hacen presentes.
Yo creo que el poco disimulo que se hace a la hora de usar material mediático en otros programas ha llevado a la gente a saturarse y acusar a la falta de los otro tipo de programas totalmente distinto como los programas culturales.
A mi visión creo que es cuestión de tiempo para que todo este dominio mediático comience a perder raiting, porque lo que pocos fundamentos tiene mucho le va a costar ser justificado por mucho tiempo.
Será también cuestión de tiempo que los productores caigan en la cuenta de tal falencia, pero lo que los va a hacer trastabillar a la hora de invertir en un contenido cultural es el miedo de que la gente no lo vea y que de este modo pierdan plata.
La cuestión económica ha de ser un factor determinante en la no variedad de contenidos televisivos y como este tema es un problema que no atañe solo a la televisión sino al país todo va a ser de largo trayecto el camino a solventarlo.
Creo que tendremos mediáticos por un par de años más pero que de un momento a otro, no tengo ninguna duda, van a perder su efecto de fascinación en la gente y vendrá su momento de decadencia televisiva.
Cuando ese momento llegue estaremos en presencia de una nueva era televisiva.
Por Nicole Michel Torino
En conclusión, yo creo que son dos los hechos más influyentes en el éxito de los mediáticos. Por un lado, la falta de problema por parte de estos de regalar su privacidad. En una era en la que la privacidad está hecha para ser publica, y no solo la de los mediáticos, sino también la de toda la gente, usuarios de Facebook, Fotolog, y otras redes sociales, en las que la gente no solo publica su intimidad, sino que también se entretiene con la de los demás. Entonces, si a todos pareciera interesarle lo que hace o deja de hacer el amigo de la novia del vecino, ¿cómo no van a entretenerse con los mediáticos? Si estos publican su privacidad ante las cámaras. No hace falta ni hacer un esfuerzo, con tan solo prender la tele podemos enterarnos de absolutamente todo. De sus cosas mas intimas, y es que los mediáticos y los productores saben que eso es lo que el publico quiere; los detalles mas privados. Y ya que la mayoría de los artistas no suelen prenderse a ese juego de publicar, lo que no se supone que se deba publicar, dejan libre ese lugar para cualquier persona que esté dispuesta a hacerlo.
Por el otro lado, está la forma en que ciertos formatos presentan a los mediáticos. Sobretodo los programas de archivo, se esfuerzan en poner al público en la posición de juez, de ser superior a los mediáticos, y estar capacitado para juzgarlos. Y esto permite que el espectador, disfrute del patético show que llegan a dar les mediáticos, sin sentirse culpable por el deplorable espectáculo que mira, sino, sintiéndose superior por no ser capaz de hacer las barrabasadas que ve.
Pero, ¿Cuándo tiempo más se va a seguir divirtiendo la gente con esto? Yo creo, que todas estas causas, que hoy en día potencian la aparición de los mediáticos, tarde o temprano (probablemente mas temprano de lo que suponemos) van a dejar de ser valederas y los mediáticos van a desaparecer.
En algún momento, la gente se va a dar cuenta del riesgo que supone compartir su privacidad con el mundo y de lo poco fructífero que esto resulta, y va a dejar de compartir su intimidad, y de interesarse tanto por la de otra persona con la que no tiene nada que ver, y de la cual, lo que haga o deje de hacer, no le va a influir en lo mas mínimo.
Por mas gracioso que resulte ver a un hombre vestido de mujer desafinando, una pelea en vivo, o escuchar las gansadas que puede decir una mujer haciéndose la nena, la gente se va a aburrir de, luego de pasar todo el día rodeado de gente común en situaciones comunes, llegar a su casa, y ver mas gente común, en situaciones comunes, pero ridiculizadas.
A mi no me cabe ninguna duda de que el publico va a volver a pedir verdadera ficción. En la cual suceden cosas irreales, pero no se espera que la gente las tome como reales, como sucede en el caso de la reality fiction.
Las funciones de la televisión son informar, educar y entretener, por ahora la parte del entretenimiento está cubierta y la de la información, grandes rasgos, podría decirse que también. Quiero ser positiva, y pensar que en un futuro, se va a empezar a explotar el lado educativo que la televisión puede tener si se lo permiten.
http://www.monografias.com/trabajos32/mediaticos/mediaticos2.shtml
http://www.monografias.com/trabajos55/tv-basura/tv-basura6.shtml
"Dos factores psicológicos en la conducta del público de los medios masivos de comunicación" – Wiebe, Gerhart
La Televisión subliminal – Joan Ferrés
– El modelo de las multiples mediaciones – Guillermo Orozco Gomez
Autor:
Schmalz, Sabrina Laura
Michel Torino, Nicole
Hasi, Fabiana Lourdes
Institución: I.S.E.R.
Carrera: Producción y dirección para radio y televisión
Materia: Géneros radiales y televisivos
2010
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