La educación en valores de los jóvenes en base a la axiología guevariana (página 2)
Enviado por Amado Cruz
Los investigadores Roberto Muñoz y Alicia Pino, en su trabajo: "José Martí: una concepción alternativa sobre el desarrollo social" sostienen, acerca de los valores y el papel del componente ideológico en el desarrollo, que:
"Uno de los cuestionamientos más sobresalientes sobre el modelo de desarrollo globalizado neoliberal es el desarrollo del componente valorativo en el desarrollo espiritual de la sociedad actual, en correspondencia y como consecuencia de la naturaleza del propio modelo (8)".
Como evidencia la labor de ambos estudiosos, las sociedades actuales son objeto de la puesta en vigor de un modelo que implica una alta dosis de destrucción para el hombre y la humanidad. Representaciones, valores, evaluaciones, juicios, sentimientos, significados y sentidos que tienen cuerpo en las diferentes proposiciones actuales de solución de los problemas del desarrollo y se expresan en concepciones sobre la implementación de alternativas, que incluyen el análisis de cambios en los aspectos que los componen: sistema organizacional, técnico-económico y científico, por tanto, se constituyen en nuevas propuestas de aspiraciones sociales que representan.
El estudio realizado por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba señala que:
"Los valores son determinaciones espirituales que designan la significación positiva de las cosas, hechos, fenómenos, relaciones y sujetos, para un individuo, un grupo o clase social, o la sociedad en su conjunto. Están condicionados por las relaciones sociales predominantes, constituyen componentes esenciales de la ideología, expresión de la cultura y la historia de una sociedad en una época determinada, y de los intereses, puntos de vista, necesidades y contradicciones de los diferentes sujetos (9).
El citado documento expone que son: orientadores y reguladores conductuales, constituyen un sistema, por su interrelación, se jerarquizan, y guardan una relación con la moral, lo que constituye un elemento valioso a tener presente en el estudio de ellos.
Los valores son reguladores de la conducta de las personas en la sociedad porque crean todo un sistema de representaciones morales-ideales, principios, estimulaciones, estos son los valores jerarquizados y pueden ser de diferentes tipos: morales, políticos, estéticos, filosóficos, ect.
Los valores reflejan el contenido que debe exigirse en las condiciones actuales para poder adentrarse en la labor político-educativa que cada miembro de la sociedad cubana tiene que desempeñar, puntualizando que:
"Son expresión de la cultura y componentes de la ideología.
Sirven como elementos reguladores de la conducta, se erigen en norma ideal y modelan la forma de actuación.
Se ubican en el plano espiritual y designan una significación positiva en las cosas que se hacen.
Se forman en la vida diaria y se manifiestan en los hechos, fenómenos y relaciones entre los sujetos, ya sean en un grupo o clase social, o en la sociedad en su conjunto.
Participan de los sentimientos, los compromisos, las motivaciones, las actitudes y los intereses de cada individuo.
Para su educación requieren pensarse y desarrollarse en sistema, pues se interconectan e interactúan unos con los otros.
Están condicionados por el desarrollo y la experiencia histórico-social e individual y por los factores de influencia educativa (10)".
Como parte de la interrelación hombre-mundo, los valores son un proceso de la producción material y espiritual y se convierten en orientaciones conscientes del sujeto en dependencia del nivel de desarrollo alcanzado, la experiencia histórico-social e individual y el impacto de los factores de influencia educativa.
Fabelo Corzo ha expresado que "(…)cada sujeto social, como resultado de un proceso de valoración, conforma su propio sistema subjetivo de valores que puede poseer mayor o menor grado de correspondencia con el sistema objetivo de valores, en dependencia ante todo del nivel de coincidencia de los intereses particulares del sujeto dado con los intereses generales de la sociedad en su conjunto, pero también en dependencia de las influencias educativas y culturales que ese sujeto recibe y de las normas y principios que prevalecen en la sociedad en que vive. Estos valores subjetivos o valores de la conciencia cumplen una función como reguladores internos de la actividad humana (11)"
El sistema de valores interconectados de la sociedad cubana de hoy la identifica, al igual que a sus integrantes; cada cual tiene sus propias virtudes o pautas de conducta, que son el producto de los cambios socioeconómicos inherentes al período de transición del capitalismo al socialismo, además, influye la educación recibida de forma directa a través de los centros educacionales y de forma indirecta por la influencia de las organizaciones sociales y comunitarias. Por otra parte, la cultura, a través de las tradiciones y costumbres, juega también un papel significativo en la formación de los valores humanos; sin olvidar la influencia decisiva de la familia en la educación de las personas.
El referido autor realiza un análisis pluridimensional al expresar que los valores se deben estudiar desde las tres dimensiones en las cuales ellos se manifiestan: objetiva, que es aquella que se revela independientemente de la conciencia, existe fuera de ella. La segunda dimensión es la subjetiva, "(…) entendida como el proceso de reflejo individual o colectivo que se forma a partir del resultado de la influencia del valor objetivo; subjetivización, manifiesta cierta independencia relativa con respecto al sistema objetivo de valores; donde los intereses, y el lugar social que desempeñan los grupos humanos o individuos tienen un papel fundamental. La tercera dimensión son los valores instituidos y oficialmente reconocidos".
Como orientadores y reguladores de la conducta constituyen un sistema, pues guardan relación dinámica unos con otros, y conforman una jerarquía entre ellos, que es decisiva en los momentos de elección moral.
Sobre el tema, Fidel Castro Ruz ha expresado: "Para mí educar es sembrar valores, inculcar y desarrollar sentimientos, transformar a las criaturas que vienen al mundo con imperativos de la naturaleza, muchas veces contradictorios con las virtudes que más apreciamos, como solidaridad, desprendimiento, valentía, fraternidad y otras(12) ".
Se conocen como componentes fundamentales para la formación de los valores, el cognitivo, afectivo-volitivo, ideológico, las experiencias morales acumuladas en las relaciones y la conducta de la vida cotidiana.
El estudio realizado en la década del 90 en Cuba por personalidades como Fabelo Corzo, García Batista, María Isabel Domínguez y Cintio Vitier, sobre los valores, su formación, educación y las principales causales del problema de estos y el deterioro de los mismos, permitió que desde diferentes aristas analizaran los valores y sus debilidades fundamentales en la sociedad cubana, para comenzar un proyecto de educación y formación de los valores desde la escuela como máxima responsable del desarrollo de la personalidad (13).
El citado estudio declara como un deber de toda la necesidad de adoptar medidas que reviertan las debilidades manifestadas y de fortalecer un programa desde la escuela, atendiendo a lo referido por Fidel Castro Ruz, cuando señala:
"La escuela ocupa el lugar principal dentro del conjunto de influencias que actúan en la formación (…) En el seno de cada centro de estudio, (…) la labor educativa dirige toda la vida del escolar. El corazón del trabajo educativo es la labor de los profesores. Si esta funciona mal, funciona mal todo el sistema de trabajo. (14)"
En cuanto a su educación es un proceso activo, complejo y contradictorio como parte de la formación de la personalidad, que se desarrolla en condiciones histórico-sociales determinadas y en la que intervienen diversos factores socializadores. Esta se realiza a más largo plazo, la educación conduce necesariamente a la formación y viceversa, ambas responden a las exigencias sociales que demandan las condiciones históricas concretas (15).
La formación de valores se determina no sólo por los valores existentes o predominantes en la sociedad, sino también por la experiencia individual del sujeto, mediatizada por la particular influencia educativa en la que él participa. Este proceso es el resultado de la intervención de elementos conscientes e inconscientes del hombre, pues, las nuevas generaciones se apropian de disímiles valores mediante la transmisión y la asimilación inconsciente y espontánea de los mismos.
La escuela y la familia se destacan entre los agentes socializadores como formadoras universales de los valores que la humanidad ha acumulado a través de la historia, pero no solo estas instituciones son las responsables de la referida educación, sino también otras que junto a las organizaciones sociales y de masas desempeñan este rol en la sociedad cubana actual. Para lograr cambios profundos y duraderos en las personas es imprescindible modificar los valores, que son los que condicionan las conductas y las actuaciones de los individuos.
La Revolución Cubana y su sistema de valores
La ideología de la Revolución Cubana y su sistema de valores, tienen aceptación y también rechazo en la sociedad cubana; ella es la ideología dominante y como tal impone su sistema de valores, para lo cual se apoya en las diferentes instituciones socializadoras, entre ellas están: la familia, la escuela, las organizaciones de masa y sociales, los medios de difusión, etc. Ello no quiere decir que en la sociedad cubana no estén presentes otros valores que son expresión de otras ideologías opuesta a la ideología antes citada y que luchan contra ella. Esas ideologías tratan de aminorar la unidad ideológica y debilitar los valores de la revolución y el socialismo; de ahí la importancia del trabajo político-ideológico como factor esencial en la lucha por la prevención de estos valores.
A la ideología de la Revolución Cubana le son inherentes valores proclamados por la Revolución tales como:
Dignidad: "Es el respeto a sí mismo, a la patria y a la humanidad".
Patriotismo: "Es la lealtad a la historia, (la patria y la Revolución socialista y la disposición plena de defender sus principios para Cuba y para el mundo".
Humanismo: "Es el amor a los seres humanos, y la preocupación por el desarrollo pleno de todos sobre la base de la justicia".
Solidaridad: "Es comprometerse en ideas y acciones con el bienestar de otros: en la familia, la escuela, los colectivos laborales, la nación y hacia otros países. Es estar siempre atentos a toda la masa humana que lo rodea".
Responsabilidad: "Es el cumplimiento del compromiso contraído ante sí mismo, la familia, el colectivo y la sociedad".
Laboriosidad: "Se expresa en el máximo aprovechamiento de las actividades laborales y sociales que se realizan a partir de la conciencia de que el trabajo es la única fuente de riqueza, un deber social y la vía para la realización de los objetivos sociales y personales".
Honestidad: "Se expresa en el actuar de manera sincera, sencilla y veraz. Permite expresar un juicio crítico y ser capaz de reconocer sus errores en tiempo, lugar y forma adecuada, para contribuir al bien propio, colectivo y de la sociedad. Es lograr armonía entre el pensamiento, el discurso y la acción".
Justicia: "Es el respeto a la igualdad social que se expresa en los seres humanos, sean creadores de los mismos derechos y oportunidades, sin discriminación. Pero al mismo tiempo existen actitudes tales como: el individualismo, el egoísmo, la indiferencia, etc., que caracterizan a determinados sectores en la sociedad cubana, que tratan de hacer preservar sus intereses, a lo que se unen las acciones del imperialismo norteamericano en su empeño por destruir la Revolución y su sistema de valores".
También uno de los valores jerarquizados socialmente es la honradez, que se define en la rectitud e integridad en todos los ámbitos de la vida y en la acción de vivir de su propio trabajo y esfuerzo. (16) La honradez constituye el objeto de investigación lo que implica un mayor análisis de este valor.
La concepción Guevariana sobre la honradez como valor se manifiesta en muchos aspectos de su obra; así como en su actuación, sobre la cual se han referidos muchas personalidades, sobre todo Fidel Castro Ruz. Entre los momentos en los cuales se evidencia el valor honradez en la obra del Che están:
"En nuestro caso, hemos mantenido que nuestros hijos deben tener y carecer de lo que tienen y de lo que carecen los hijos del hombre común; y nuestra familia debe comprenderlo y luchar por ello (1)"
"Todos y cada uno de nosotros ponga puntualmente su cuota de sacrificio, consientes de recibir el premio en la satisfacción del deber cumplido, consientes de avanzar con todos hacia el hombre nuevo que se vislumbra en el horizonte"
(…) "pero sabemos que tenemos que nutrirnos de la sabia y que esta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo".
"El trabajo es un premio en ciertos casos, es instrumento de educación, en otros, jamás es castigo".
Cada sociedad es portadora de determinados valores, que son asimilados por los niños, adolescentes y jóvenes, en forma de orientación valorativa, de acuerdo con las particularidades de la sociedad en que viven, las características de cada etapa de su desarrollo y sus experiencias personales.
Este complejo proceso de educación, responde a todo el sistema de influencias educativas, en el que ocupa un lugar fundamental la escuela y la familia. Cabe reiterar que los valores constituyen un contenido de la educación y su formación en el proceso básico para elevar la calidad en la labor que se realiza con las nuevas generaciones. Es por ello que, cada uno de los factores de la sociedad que tiene una función educativa, debe definir el rol específico que le corresponde, en el reforzamiento de los valores, como encargo social asignado por el Partido y el Estado.
Es importante, por tanto, precisar la definición y los modos de actuación que permiten medir dichos valores compartidos. Los referidos modos de actuación constituyen instrumentos de trabajo para los educadores que atienden directamente a los adolescentes y jóvenes porque ellos permiten tener un criterio de medida para determinar los cambios conductuales que se producen.
Es preciso adentrarse en los modos de actuación que se erigen socialmente como reguladores en la conducta de los cubanos y cubanas en la actualidad y ellos son:
"Vivir con lo que se recibe sin violar la legalidad ni la moral socialista.
Administrar los recursos económicos del país, en cualquiera de sus niveles, de acuerdo con la política económica trazada por el Partido.
Velar porque los recursos económicos se destinen hacia su objeto social.
Combatir la enajenación de la propiedad social en beneficio de la propiedad individual.
Respetar la propiedad social y personal, no robar.
Enfrentar las manifestaciones de indisciplinas, ilegalidades, fraude y hechos de corrupción (17).
Estos modos conductuales son los que deben educarse y manifestarse en la conducta de los jóvenes internos de los centros penitenciarios cubanos.
Importancia del estudio y potenciación de los valores morales en los jóvenes
En la base de toda visión del mundo, de todo proyecto, de toda determinación de meta a alcanzar, en fin de toda orientación a disposición de la personalidad, de toda actitud y conducta humana subyace un valor plenamente significativo para el hombre, por eso para el éxito de cualquier proyecto social es importante tener en cuenta las necesidades, intereses y valores que mueven y orientan a los hombres y en especial los valores morales.
El análisis sobre la esencia de los valores destaca cómo en los mismos se encuentra la materialización de un cúmulo de experiencias sociales e individuales, y que representan en su conjunto, una imagen idealizada a la que se le adjudican el carácter de universalidad, deviniendo elemento normativo de la actividad por el sentido que adquieren en el contexto histórico.
Los valores existen no porque sean un simple reflejo cognoscitivo o valorativo, sino porque son un producto de la actividad práctica de los hombres. Es en el proceso de producción, en el curso de su práctica social donde el hombre materializa el producto de su trabajo, sus fines e intereses, los cuales son expresión de sus necesidades, pero no de un productor aislado, sino de las necesidades sociales.
Estas necesidades son objetivas, son expresión de tendencias reales del desarrollo social y constituyen el resultado de la necesidad histórica, su contenido se forma en última instancia, sobre la base de la síntesis de necesidades individuales de millones de hombres pasados, presentes y futuros, por ello, en el proceso de formación de valores no se pueden obviar las condiciones económicas, sociopolíticas en las cuales se encuentran insertados los hombres, pues conociéndolas es posible avizorar con claridad hacia dónde se orientan las diferentes aspiraciones de los mismos.
La sociedad como resultado del cambio que se produce en sus condiciones económicas realiza una renovación constante y gradual de sus valores. Si en condiciones de estabilidad la tarea de educar, formar o potenciar valores es difícil este proceso en condiciones de tensión extrema, resulta más difícil pues implica la búsqueda de nuevos asideros espirituales, de un reordenamiento de la moralidad, que no se puede dejar a la espontaneidad ni al azar, sino que debe trabajarse más sistemáticamente y con más profundidad dada la situación. Por eso el estudio de los valores y el trabajo para su potenciación, es un proceso de alta complejidad teórica y práctica.
Los valores, constituyen formas ideológico-valorativas de la conciencia social, las cuales se diferencian por el modo en que reflejan al ser social y por la función que cumplen dentro de la sociedad, diversificándose en diferentes formas de la conciencia social a saber: la filosofía, el arte, la política, la jurídica, la religión, la ciencia, la moral.
El valor moral expresa: "La significación social positiva de un hecho, fenómeno, en forma de principio, norma o representación del bien, lo justo, el deber ser, con un carácter valorativo y normativo a nivel de la conciencia, que regula y orienta la actitud de los individuos hacia la reafirmación del progreso moral, el crecimiento del humanismo y el perfeccionamiento humano (17)".
La asimilación de las normas morales requiere de un proceso formativo y de incorporación paulatina a través de la práctica educativa de los sentimientos, responsabilidades y actitudes morales que pasan a incentivar internamente a los individuos y se transforma en el contenido de su conducta, en la dirección y movilidad de toda su actividad.
En este contexto la educación moral se coloca en un plano importante, pues su tarea estratégica de dotar al hombre de un sistema de valores, convicciones y hábitos que regulen su comportamiento, acrecenta su significación, como estimulador de la conducta y actividad humanas.
Como fenómeno social la moral se origina por la necesidad de concordar la conducta de cada individuo con los intereses de los demás y de la sociedad en su conjunto, cuando se dan las condiciones para que esta contradicción, personalidad-medio social, no tenga un carácter antagónico, de aquí, las importantes funciones normativas reguladoras y valorativas que desempeña en la conciencia, relaciones y actividad humana.
Al estudiar la moral en el conjunto de los múltiples aspectos que se relacionan con ella, debemos considerar que es una de las formas de la conciencia social que ejerce la función de regular la conducta de los individuos en todas las esferas de la vida sin excepción alguna. Ella se apoya en la persuación, el ejemplo, la educación y las tradiciones, y en la fuerza que entraña la autoridad moral de diferentes personalidades, organizaciones e instituciones.
Al surgir en las fases iniciales de la sociedad, la moral ha seguido desarrollándose en el trascurso de los cambios ocurridos en las diferentes formaciones económico-sociales, con la aparición de las clases adquiere carácter clasista y refleja la lucha entre ellas.
A la sociedad socialista le corresponde la moral socialista, que expresa una serie de principios de la vida y normas basadas en la lealtad a dicha causa, la conciencia del deber social, el colectivismo, el humanismo, el patriotismo, el internacionalismo, etc.
El desarrollo de una adecuada formación moral implica la consolidación de una serie de eslabones que garanticen que las exigencias de la sociedad para con la personalidad, puedan convertirse realmente en valores morales. En el desarrollo moral desempeña también un papel fundamental el proceso de formación de los ideales morales.
Le corresponde al marxismo esclarecer este problema demostrando el papel que le corresponde jugar a la práctica productiva en el proceso de formación de lo ideal, mediante ella el hombre crea los medios indispensables para poder vivir, producir y reproducir sus propias relaciones sociales y a la vez ir creando su mundo de representaciones ideales, de toda su cultura.
Es a través de la práctica que el hombre comprueba la veracidad de sus representaciones, de sus conceptos. Es la práctica humana lo que decide sobre la realidad de los valores que guían su actividad. La acción recíproca de lo material y lo ideal explica el modo práctico de actuar del hombre y las formas en que este se representa esa acción.
El hombre actúa primeramente siguiendo pautas trazadas por generaciones anteriores y en el curso de su actividad va creando, junto a los productos materiales, formas nuevas de la propia actividad, esquemas nuevos adecuados a la circunstancias que ha transformado convirtiéndose en guía de su actividad posterior.
De esta manera se van formando los ideales morales, la sociedad partiendo de la experiencia de generaciones anteriores, de los patrones morales establecidos, acorde con las condiciones históricas en que vive va creando un modelo moral, que le permite trazarse proyectos para conducir su actividad.
En este sentido resultan muy valiosos los trabajos realizados en nuestro país por Fernando González Rey. Este autor señala el ideal como un modelo conscientemente, elaborado que el adolescente se propone a alcanzar en su conducta, ya que los ideales-señala- constituyen elaboraciones intelectuales, que se desarrollan en una unión indisoluble con los principales motivos y necesidades del adolescente, los que pueden orientarse tanto hacia personas concretas como hacia elaboraciones abstractas y generalizadas por el adolescente (19).
En la adolescencia, el ideal origina un sistema más o menos constante e intenso de aspiraciones morales que entran a formar parte de sus tendencias afectivas y que pueden convertirse en un conjunto complejo de fuerzas impulsoras que determinan la conducta. Al hacerse consciente, puede actuar en calidad de patrón moral mediante el cual el joven trata de transformarse a sí mismo y de valorar sus actos y de aquellos que lo rodean.
Por la gran importancia que revisten los valores morales y la formación del ideal moral para el buen desenvolvimiento social es que prestamos atención a esta problemática, haciendo énfasis con mucha más fuerza en los valores morales que potencian el Proyecto Histórico de la Revolución Cubana, pues al ser la moral el núcleo de la espiritualidad humana y un movilizador interno de la conducta tenemos que tenerla en cuenta a la hora de emprender un proyecto de construcción de una sociedad nueva como la sociedad cubana que se aspira a lograr.
Varios autores investigan el tema de los valores en la sociedad cubana, entre los cuales se pueden citar: "Formación de valores morales de Nancy Chacón (18); la Tesis en opción al grado de doctor "El perfil ético del hombre cubano", de Liliana Rodríguez y Matilde Molina (19); Aproximación a las aspiraciones, intereses y preocupaciones de los adolescentes cubanos de María Isabel Domínguez (20); El periodo especial y los jóvenes. Colectivo de autores (21); Los jóvenes cubanos y las actuales circunstancias. Elementos para una reflexión de Marta Díaz (22); "Aspiraciones, satisfacciones y expectativas de los jóvenes (23). Los citados autores prestan atención a esta problemática, ya que en las condiciones actuales, después del derrumbe del campo socialista, el país se ha visto inmerso en una crisis económica que ha desestabilizado la vida, tanto material como espiritual, de las personas, donde se han visto afectados los valores de naturaleza moral que potencian el Proyecto Histórico de la Revolución Cubana, los cuales jugaron y continúan jugando un papel decisivo en el proyecto social.
En la adolescencia comienzan a desarrollarse aquellos procesos internos que conducen a fines de la misma, a la formación de puntos de vista y valoraciones relativamente estables e independientes, a la formación de un sistema de actitudes hacia los que los rodea y hacia sí mismos, que resulta también relativamente estable.
El adolescente experimenta una necesidad de afirmar su individualidad y de ponerse a prueba. Ello va a marcar su desempeño como actor social, pues sin dudas constituye un grupo que se autorreconoce a la vez que es reconocido por los demás grupos sociales. Como actor social es portador de valores derivados de sus relaciones específicas dentro del contexto social, que influyen en su conformación de una visión del mundo, está inmerso en constante búsqueda de sentimientos, valores y actitudes que expresan una afirmación del presente y una inspiración hacia el futuro.
En los estudios de la adolescencia en nuestro país podemos destacar entre otros a Fernando González Rey, el cual señala que las cualidades que poseían alta estima social, eran esenciales para la formación de los ideales en los adolescentes. En estos funciona con fuerza un mecanismo imitativo hacia modelos externos en conjunción con un vínculo predominante afectivo en relación con ellos. En esta edad comienza a ocupar un lugar muy destacado en la esfera moral de la personalidad, el ideal moral, que gradualmente va dejando de ser un objeto externo de imitación para convertirse en una vía de autorregulación de la conducta.
El modelo ideal, no puede ser visto como una abstracción para admirar, sino que es una representación viva, posible de seguir en la vida cotidiana y para que cobre vida real debe partir siempre de las necesidades, intereses y preocupaciones de los propios adolescentes. Así, quienes se preocupen y ocupen de formar valores en las nuevas generaciones, deben plantearse un estudio concienzudo de aquel valor que desea formar, o sea debe poseer un profundo conocimiento sobre la esencia de los valores.
Entre otros aspectos, se debe conocer exactamente cuál es el contenido del valor, cuáles son sus posibles manifestaciones, en que concepto se concreta este valor y qué relación guarda dicho valor con otros valores imperantes en la sociedad.
Estas reflexiones indican que cuando se forman valores debe pensarse en modos concretos y reales en los cuales se puedan materializar las orientaciones valorativas. Es importante para las nuevas generaciones conocer qué esperan los adultos y la sociedad de ellos, qué modelo de estudiante y persona desean formar en ellos. Importante aspecto de la orientación de este proceso lo constituyen la selección de métodos, las vías y los procedimientos para la formación del valor.
El método para que sea factible y efectivo debe ser lo más activo y participativo posible, que comprenda la intervención decisiva de ambos polos del proceso: el adulto y el menor y en consecuencia se exigirán espacios para la reflexión, así como de técnicas e iniciativas creativas viables.
La formación debe partir de la interiorización de que los valores no se imponen, sino que se cultivan. "Más que enseñar valores fijos, debemos instruir a valorar por sí mismo a nuestros jóvenes. (24)" Debemos ayudarlos a desarrollar las habilidades que conduzcan a conformar sus propios criterios con el de orientar su acción, prepararlos para que puedan valorar, de manera correcta cualquier hecho de la vida.
La juventud representa una etapa importante de la vida. Allí donde las decisiones se plantean al joven para que opte por las mejores elecciones en su vida; una carrera, un estilo de vida adecuado, hábitos sanos, un proyecto de vida que le oriente hacia la consecución de sus metas.
Se presta atención a los valores morales, pues en los cimientos del proyecto social están contenidos los ideales más puros de justicia social, independencia, humanismo, así como en el pensamiento y acción práctica de los máximos líderes de nuestro proceso revolucionario como José Martí, Ernesto Che Guevara y Fidel Castro, constituyendo el soporte espiritual del mismo
De modo que, los valores siempre constituirán las herramientas de formación personal, prevención moral y ética, que influirán positivamente en la vida de cada joven, siempre y cuando los incorpore en su práctica personal y formen parte de su actuar cotidiano.
Los jóvenes piden, entonces, una mayor congruencia de los modelos que pregonan dichos beneficios de los valores; la teoría ya la comprenden mejor, pero el ejemplo coherente de sus modelos son básicos para la credibilidad interpersonal, incluso social.
La axiología Guevariana. Su importancia para la educación en valores
En el pensamiento de Ernesto Guevara se vislumbran preceptos éticos que deben caracterizar al hombre de hoy y del mañana, el amor a la patria, a la humanidad, el internacionalismo, el compañerismo, la disciplina, la veracidad, la honradez, la sencillez, la modestia, la solidaridad, la intransigencia hacia la explotación y el rechazo al individualismo, el cumplimiento del deber, el amor al trabajo, el colectivismo, el espíritu de lucha ante las dificultades, la crítica y la autocrítica ante lo mal hecho.
En uno de sus textos, "El Socialismo y el hombre en Cuba", el Che aborda la necesidad de formar un hombre nuevo en el período de construcción de la sociedad socialista y expone como fundamentos que la imagen de ese hombre que se quiere con la nueva conciencia socialista, con los nuevos valores, todavía no está formada, y diría: "Su imagen no está todavía acabada; no podría estarlo nunca ya que el proceso marcha paralelo al desarrollo de formas económicas nuevas" …"las taras del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que hacer un trabajo continuo para erradicarlas".(1)
El Che se refería además, a la necesidad de que los jóvenes pensaran siempre en su forma de actuar como individuos, que debían estar siempre preocupados de sus propios actos, de sus ideas y de su conciencia ante los hechos de la vida, para que sus actos no mancharan su prestigio.
La concepción del Che acerca de que el interés material no debe predominar sobre lo espiritual, por cuanto los valores humanos distinguen la grandeza del hombre en la nueva sociedad, queda reflejada en varios de sus escritos, "(…) que no dejo a mis hijos y mi mujer nada material y no me apena, me alegra que así sea. Que no pido nada para ellos, pues el Estado les dará lo suficiente para vivir y educarse(…)"(1) y convoca nuevamente a la reflexión acerca de que en el socialismo a diferencia del capitalismo, los hombres pueden confiar en el Estado, que a decir del Che, le garantiza lo necesario para cubrir sus necesidades básicas materiales y espirituales.
El legado del Che cobra hoy mayor vigencia, porque se está abocado a una batalla por la elevación de la cultura científica, política, moral e integral de la sociedad; la Batalla de Ideas, definida por el Comandante en Jefe como",(…) la batalla de la verdad contra la mentira, la batalla del humanismo contra la deshumanización; la batalla de la hermandad y la fraternidad contra el más grosero egoísmo; la batalla de la libertad contra la tiranía; la batalla de la cultura contra la ignorancia; la batalla de la igualdad contra la más infame desigualdad; la batalla de la justicia contra la más brutal injusticia; la batalla por nuestro pueblo y la batalla por otros pueblos, porque si vamos a su esencia, es la batalla de nuestro pequeño país y de nuestro heroico pueblo por la humanidad(…) (25)". En la obra del Che se distinguen con claridad estos propósitos encaminados a continuar el desarrollo de valores como la honestidad, la honradez, la justicia, la solidaridad y el humanismo, en los hombres y mujeres de la sociedad cubana.
Para el Che una conducta moral elevada ante la vida, significa no solo cumplir con las normas jurídicas, reglamentos y leyes escritas que rigen el momento y lugar histórico que nos ha tocado vivir, sino que, por encima de este importante aspecto, se trata de evitar que cualquier acto de nuestra vida diaria pueda retrasar o frenar el desarrollo socialista de la sociedad y por otro lado, de hacer cada día, con nuestra actitud, todo el sacrificio y el esfuerzo necesario para impulsar y acelerar la toma del poder por la clase obrera, derrotando a la burguesía y sus ideas retrógradas.
Señaló como aspecto fundamental, la necesidad de formar valores. El individuo debe participar conscientemente en todo el proceso transformador de la nueva sociedad. Llegar a la autorregulación de la conducta, en la que interviene la conciencia moral, es un elemento imprescindible en la formación del hombre nuevo. Es necesario señalar la importancia que tiene la autorregulación para que exista el dialogo y la participación consciente.
La importancia del proceso de formación de los valores morales es un elemento que está presente en todos los discursos del Che, como principio ético de la comunicación. Además siempre se mostró comprometido con la realidad cubana y con los principios de la Revolución, resaltando la necesidad de mantener nuestros valores y principios éticos, así como la preservación de los rasgos identitarios.
Otro aspecto de interés está relacionado con la claridad y sencillez del lenguaje utilizado por el Guerrillero Heroico en sus intervenciones, mostrando siempre sus principios éticos en consecuencia con el ejemplo que brindó a lo largo de su vida.
El eje que definió la vida de Ernesto Guevara fue la profunda unidad entre su pensamiento y su acción, en esta comprensión su imagen se ha convertido en icono. Es por eso que hoy al pasar por cualquier escuela primaria de nuestro país y escuchar en la voz de los pioneros: "seremos como el Che", vemos la vigencia de un hombre convertido en paradigma de toda América Latina.
El estudio de su vida constituye una fuente inagotable e inapreciable en la formación y consolidación de valores éticos, antiimperialistas e internacionalistas para las presentes y futuras generaciones del Continente.
CHE, que ha sido ejemplo a seguir en múltiples facetas de su vida es, sin duda, el símbolo, la concretización universal del hombre nuevo y de su moral.
Conclusiones
La educación en base a valores de los jóvenes constituye una necesidad constante de la construcción de la nueva sociedad que debe ser conducida a partir de estrategias previamente concebidas.
La vida y obra de hombres como el Che son referentes imprescindibles en la formación de las jóvenes generaciones, ya que sus ejemplos se erigen como paradigmas a imitar.
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24. Chacón Nancy. Formación de valores morales. La Habana, 1999
25. Carta de despedida del Che. [En línea]. [Consultado 25 enero 2010]. Disponible en: http://www.granma.cu/che/carta.html
Autor:
Lic. Aracelys Alfonso Peraza
Dra. Silvia Yolanda Chirolded Cepero
MsC. Ana Iris Díaz Martínez
MsC. María de A. Castillo
Enviado por:
Amado Cruz
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