Descargar

El sexo más allá de la muerte (página 4)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

– Este es un santo!1 informó Eleuterio. Dio su vida y su amor a la humanidad entera.

Aprecié al amigo que nos recibió con un gran abrazo. De su cabeza y de su tórax se irradiaba intensa luz. La belleza de su mirada y de su rostro era angelical. Le recibí las vibraciones como poderosos rayos que me penetrasen todo el organismo. Me sentí reanimado. Nos ofreció enseguida un cáliz de fluídos. Es lógico, su Espíritu estaba en el plano Espiritual. Eleuterio mantuvo con él ligera conversación y el gran amigo sonriendo esclareció:

– Ahora comprendo la razón de esta visita. Es interesante el estudio que están haciendo en torno del sexo. Son numerosas las consultas que en mi trabajo de mediumnidad terrestre he recibido.Todos están angustiados, afligidos, queriendo una solución. Creo que el auxilio de usted en ese campo será inestimable. Como primera idea, lo hallo maravilloso! Ustedes no imaginan el desespero de esa gente! En realidad el sexo ha matado o tornado infeliz más gente que el odio, y tal vez más que las propias guerras.

De manera que toda contribución superior en el campo espiritual es inestimable tesoro. Les agradezco lo que están haciendo por la humanidad. Tengo certeza de que el número de consultantes desminuirá encontrando en el trabajo de ustedes respuestas a muchas indagaciones.

Contemplé al compañero que presentaba allí nueva contextura periespiritual. Noté que en su mente se irradiaba mayor poder. Sus ojos se tornaban más brillantes y él prosiguió:

– En mi caso por ejemplo, es una necesidad impuesta por el plano superior. Cuando fui llamado a reencarnar, los ingenieros y técnicos de la reencarnación, excluyeron de mi destino cualquier posibilidad de casamiento. Todas mis energías, dijeron ellos, deberían ser dedicadas o canalizadas para la recepción de libros espirituales, y en menor escala para la caridad cristiana. Los libros serían en la realidad mis hijos. Mi mayor sueño seria casarme y tener muchos hijos, dedicarme al hogar y dar todo a la compañera y a ellos. Sería lo mejor que me pudiera suceder en la Tierra; a pesar de todo, no tengo ese derecho. Debería abrazar a todos con el mismo cariño y con el mismo Amor. Es un imperativo de la vida mayor. Me resta en esta vida, tan solo el trabajo Cristiano. Fuera de eso, debería cuidarme para no perderme.

–Pero…una pregunta iba a ser formulada. por nosotros. No tuvimos coraje para hacerla.

Sin embargo, él, que ya leyera nuestro pensamiento esclareció:

Mi apreciado, toda sexualidad que se pudiera expresar, en nuestro caso, a través de los órganos ya desapareció. Ya hace mucho tiempo no tenemos cualquier vibración en ese sentido. Nos fue retirada esa posibilidad. Realmente, eso nos facilitó la tarea. En los primeros tiempos de nuestra encarnación aún sentíamos algunas vibraciones sexuales, después todo desapareció como una gran neblina. Nos quedó la alegría de amar solo espiritualmente.

En su fisonomía vimos una larga tristeza.

– No repare, mi amigo, dijo él. Mi ansiedad por tener hijos es tan grande que no puedo soportar los sentimientos. Mas en la próxima reencarnación tendré muchos hijos.

Salimos de nuevo, como quien se va despidiendo y él nos acompañó hasta la puerta. Los fluídos ingeridos nos daban nuevas energías y nos sentíamos recuperados. De repente él se dirigió a Eleuterio:

– ¿Sabe que recibí la noticia de que Tamerlán recibirá mañana en la noche y hasta la madrugada, el comando de las legiones de las tinieblas antes comandadas por Gregorio?

– Lo se, respondió el instructor. Tengo órdenes extraordinarias para comparecer y asistir a todo con el fin de realizar las debidas comunicaciones a las esferas superiores.

–Yo también espero estar allá – manifestó él – Emmanuel me prometió esa oportunidad, probablemente no nos veremos. ¿No es así? Porque estaremos en condiciones diferentes de vibración.

Comprendí que si yo fuese, también alteraría el programa.

La luna brillaba aún y por un momento asistimos al plenilunio maravilloso.

1Fraterna consideración Chico X.

CAPITULO XXXVI

Consideraciones finales

Eleuterio me golpeó en el hombro y continúo diciendo:

– Mi apreciado, pocas cosas tenemos par hacer ahora dentro del breve programa trazado por nuestros mayores. Estamos ya en las puertas de la clausura de nuestras tareas. Como usted sabe el tiempo que nos fue concedido para el estudio del sexo en la espiritualidad, fue limitado. Quieren los Espíritus superiores que orientan este trabajo, que entreguemos por ahora una breve noticia del asunto, de manera a preparar la mente humana con sede en la Tierra para mayores esclarecimientos en un futuro próximo. Buscan ampliar la verdad. Con tragos, poco a poco, el hombre irá recibiendo y comprendiendo todos los problemas. Para que la pedagogía sea eficiente debe ser administrada con sabiduría. Creo que fueron abordados asuntos de real interés para todos.

Miré a Eleuterio y le admiré la postura y la sabiduría, cambiando de tono, él dijo:

– Antes de despedirnos tenemos que asistir a una reunión muy seria que fue programada por las tinieblas. Recibí órdenes para estar presente con usted.

¿Reunión de las tinieblas? Murmuré

– Infelizmente, los Espíritus inferiores que asolan la Tierra buscando desviar al hombre del Camino del Bien, pretenden reunirse en una gran asamblea. Es cuando Tamerlán asumirá el puesto dejado por Gregorio. Dice la noticia recibída, que él pretende trazar su programa de guerra a los espiritualistas. Iremos como observadores. Yo para el Mundo Espiritual y usted para el mundo de la Tierra.

Sentí un corrientazo en la espina dorsal cuando oí esas palabras de Eleuterio. ¿Quien era yo para asumir tamaña responsabilidad?

Eleuterio sonrió.

– Mi amigo, responsabilidad es lo que cada uno asume en todo instante, en cualquier lugar del Universo, porque en todas partes la Ley de Dios nos alcanzará.

– ¿Y quien es Tamerlan?

– Tamerlán – dijo el instructor con cierta tristeza – Tamerlán es un genio del mal. Espíritu que hace milenios, de reencarnación en reencarnación, comanda siempre pueblos bárbaros y belicosos, asola ciudades y destruye pueblos. Inteligencia fulgurante para el mal, irreconciliable con Dios, él viene conquistando la admiración de las masas inferiores del Mundo Espiritual. Consiguió ahora, después de tantos siglos, el comando de las fuerzas que nos combaten.

– ¿Y usted que va a observarlos quien es? Instintivamente emití una carcajada casi sin querer. El Espíritu me abrazó y dijo:

– Otro viejo general….

En un relámpago, no sé cómo, comprendí que Eleuterio y Tamerlán eran enemigos acérrimos que se combatían desde el comienzo del mundo. Por eso él fue escogido para estar presente en la reunión. Yo aún quise preguntar en ese momento; mas Eleuterio me convidó.

– Vamos, ya es la hora, la reunión va a comenzar.

Fue rápido, porque a través de la volición espiritual, en breves instantes estábamos en una montaña enorme. En la puerta de inmensa gruta que el tiempo construyera en la roca, millares de espíritus de fisonomías horribles allí se apostaba.

– Nadie nos verá – afirmó el instructor – Nada tema. Entremos.

Sentí cierto recelo, pero acompañé a Eleuterio, que atravesó la puerta serenamente por el medio de todos.

En realidad, nadie nos percibió.

CAPT. XXXVII

En el Reino de Tamerlán

Penetramos en la inmensa caverna, espaciosa, repleta de Espíritus oscuros y crueles. El silencio era general. Esperaban la llegada de Tamerlán. Él jamás se atrasaba. Luchaba y trabaja como un perfecto reloj. Ahora iría a asumir sus nuevas funciones como jefe de los legionarios de las sombras.

Gregorio había sido capturado por los enemigos y la legión estaba sin jefe.

En el horario marcado, un susurro recorrió la multitud. Nosotros habíamos entrado allí vibrando en altísima frecuencia, de tal manera que nadie nos podía ver o percibir. Una mesa de piedra rústica servía de tribuna para el General, pues Tamerlán significaba un General para su legión.

Eleuterio me dijo en voz baja:

– Guarde el mayor silencio porque estamos en el Reino de Tamerlán y aquí manda él.

Un gran acontecimiento estaba por suceder.

Por primera vez noté preocupación en la mirada de Eleuterio.

– Mi hijo, ese Tamerlán, Genio del Mal, debe trazar directrices peligrosas de combate a las fuerzas del bien. Debemos estar vigilantes.

Gregorio ya buscaba la Espiritualidad, aunque de manera inconsciente. Este no, aún vibra en las fajas más inferiores, a pesar de tener potente inteligencia. Cerebro dinámico dirigido para la destrucción de todo lo que es bueno y Divino. Quiere sabotearnos el movimiento de liberación.

Eleuterio se silenció y yo vi. en esa mirada algo de tristeza.

Tamerlán entró. Es de gran estatura, fuerte, musculoso, de paso firme y decisivo, figura extraordinaria de Mongol. Cabellos negros, enormes bigotes al margen de la boca y aspecto Chino. Mirada que emitía llamas. Entró y saludó mal a la multitud, como si fuese un nuevo Napoleón. Al frente de la mesa se paró y se dirigió a sus camaradas:

– Señores, Espíritus del submundo asumo ahora las legiones y el poder de las tinieblas!.

Nadie dijo nada. Reinó el silencio más profundo.

Recorrió con los ojos toda la multitud y luego habló:

– Que nadie intente irrespetarme porque será castigado! La venganza de Tamerlán es cruel e infinita. Quien no me quiera seguir, que diga ahora y se manifieste. Tendrá la libertad para retirarse! Fuera de eso será castigado si viniere a cometer falta en el futuro. ¡Nosotros no perdonaremos a nadie!

Con esa afirmativa retiró del bolso de la túnica un mapa, lo colocó sobre la mesa y con una especie de lápiz rojo en la mano declaró:

– No seguiremos el camino de Gregorio que fracasó. Tomaremos nueva ruta.

Afirmando eso, envolvió el extraño mapa de lo alto hacia abajo y gritó:

– Iremos a combatir a los espiritas y a los Espíritus aquí:

Y con un trazado rápido escribió. SEXO

El silencio se sintió de nuevo.

— Compañeros, habló de nuevo, solamente existe un camino para destruir a los fanáticos de la Espiritualidad Superior. Atacarlos sin tregua en el Castillo del Sexo. Pocos son los que resisten la furia sexual. ¡Ni los héroes ni los santos! Atacaremos primero a los líderes del Espiritismo y aquellos que se tornaran paladines de la Espiritualidad en el Mundo. Nuestro campo de batalla será el campo sexual donde el hombre es más débil. Tengo la certeza de que pocos quedarán de pie! Destruidos los innobles hijos del Cordero será fácil destruir la masa!.

Después de hablar, una onda de aplausos invadió el local. En verdad era una idea genial. Tamerlán sonrió.

— Ordeno a nuestros amigos que dirigen, organizar grupos para el ataque. No perdonen a hombres ni mujeres. Desprestigio, desgaste, y desmoralización a través del sexo, ¡y saldremos victoriosos!

Nuevos aplausos. Tamerlán, con un gesto rápido de despedida, salió.

Nosotros también nos retiramos. La luna brillaba en el firmamento.

Eleuterio comentó:

— Realmente ahora estoy preocupado. Ni Adán resistió la fuerza del sexo.

Espíritu genial y malo, Tamerlán va hacer mucho daño a nuestras huestes. Necesitamos preparar nuestras defensas. ¿Usted mi hijo, entendió lo que él dijo? –

Con un gesto de cabeza le dije que sí.

— Pues ellos, atacarán a los espíritas en su fragilidad, que es el sexo, procurarán aproximar a los lideres las mujeres que con ellos tuvieron vínculos en el pasado, que en otras vidas fueron sus esposas o sus amantes y a través de ese viejo amor buscarán desmoralizarlos en el mundo e inutilizar la obra evangélica que estén realizando, por el escándalo. Precisamos andar rápido, antes que su devastación sea muy grande!

–¿Mas, no habrá tiempo para salvar a alguien?

— Mi amigo, en ese problema sexual pocos quieren ser salvados. Mas necesitan comprender que el amor que les surgió sonriente y amigo en el camino de la vida, es el amor ilegal, o impuro; pues fuera del matrimonio les será fatal. Espíritus dominados por el escándalo sexual rodarán en los siglos y perderán el derecho de pregonar la palabra de Cristo!

–¿Pero es el amor puramente espiritual entre las criaturas?—interrogué aflicto. ¿Deberá el cristiano mantenerse apartado de las criaturas del otro sexo?

–No, eso no, más lo que no podrá hacer es entregarse al comercio sexual inutilizándose a sí mismo a través del escándalo. El amor fraternal es Divino, y el amor sexual es sagrado. mas el mundo tiene su moral que debe ser respetada hasta que un día cambie. En cuanto a eso, debemos esperar en la planicie. No todo es lícito, afirmó el apóstol Pablo, aunque por ahora todo pueda ser permitido, Guardemos por ahora la moral Cristiana.

Observé que Eleuterio tenía prisa.

Antes de partir, miró el cielo estrellado que hablaba del inmenso Universo de Dios y me convidó.

— Oremos.

Escuché en su voz que pronunciaba las más bellas y profundas palabras del mundo.

La brisa me rozaba el rostro.. Cuando abrí los ojos, él ya no estaba..

CAPITULO XXXVIII

Complemento del libro

Los capítulos expuestos en adelante son temas muy interesantes cómo complemento del libro Sexo más allá de la muerte de André Luiz y el médium Ranieri

Y LA VIDA CONTINUA

Dictada por Andre Luis a Chico Xavier.

Es el caso de Evelina, La mujer que en su vida de encarnada sostenía romance con dos jóvenes. Uno de estos, el señor Serpa, programó el asesinato de su rival, de tal manera que esto pareciese un suicidio, y luego de consumado el delito se casó con Evelina. Al reencontrarse en la Espiritualidad con su otro ex novio Manzini, después de la desencarnación. Este, en ese encuentro, en su instinto lujurioso quiso someter a la ex novia, a la práctica de relaciones sexuales.

A continuación parte del drama:

Manzini la convidó a un pequeño paseo por el parque de la institución en que se albergaba, y en pocos instantes, están, el uno al lado del otro, con pasos lentos, entre macizos de flores y árboles protectores, respirando el viento embalsamado de nutritivos perfumes.

Él inició el diálogo: –¿quién es el viejo de esa foto que llevas en ese cinto terciado?

La interpelada se mostró penosamente impresionada por la agresiva frase, pronunciada en tono sarcástico; sin embargo, respondió, gentil: __ se trata de un amigo notable, a quien debo inestimables favores.

El porfió:

– Comprende que sufrí mucho para encontrarte….Ahora no cedo tu compañía a ningún hombre, aunque ese hombre fuese tu padre…

Ella se disponía a responder con moderación, pero, Manzini continuó, eufórico.

– Evelina, tengo un mundo de cosas por conocer, por preguntar y por oír de ti… No sé, realmente, si he estado loco. ¿Dónde estamos? Qué hacemos? …. Mientras tanto, prefiero hablar de ti y de mí, únicamente de nosotros dos….

A esa altura del diálogo, se encontraron con un pequeño y bonito cenador, totalmente cubierto de enredaderas.

Tulio Manzini, con voz suplicante, imploró hiciesen allí una parada de descanso. Sentía dolores cuando se movía en demasía, alegó. Desde el disparo recibido, no se sentía el mismo. Evelina obedeció maquinalmente impulsada por la compasión.

Se acomodaron ambos en uno de los bancos existentes en el recinto dulce y rústico..

El muchacho paseó la mirada por todas las direcciones, como certificándose que se hallaban completamente solos, y a continuación, cerró la única puerta del recinto, que pasó a recibir la luz y el aire a través de las altas y estrechas ventanas que casi llegaban al techo. Volviéndose a su compañera, mostraba en el semblante tamaña expresión de sensualidad que la señora se estremeció.

– ¡Evelina! …. ¡Evelina!….- rogó él, apasionadamente – tú sabes lo que he esperado por este momento de felicidad, durante todos estos años de angustia… ¡ Tu y yo juntos!…

Ella no fue totalmente insensible a la llamada afectiva de aquel hombre joven al que amara, y se enterneció. Recordó las noches de susurrante ternura, en los parques y en los cines, antes de comprometerse con Serpa. ¡Si¡ … Aquel era .Manzini, el muchacho que tanto la impresionara!

La misma simpatía y la misma voz de enamorado, sugiriendo la renovación del destino. Instintivamente, recordó las infidelidades del marido, la burla revestida de bellas palabras que tantas veces recibiera de él en casa y, por un momento, el corazón osciló otra vez entre los dos, como ocurriera en los tiempos de noviazgo … Tulio estaba ahora ante ella, prometiendo de nuevo un amor ardiente y tranquilo. … se sintió como embriagada por las consideraciones que oía,

Pero la consciencia vigilante la condujo al reajuste.

Se sentía dominada por un extraño sentimiento que la inducía hacía él; sin embargo al mismo tiempo, algo en Manzini, en aquel instante, le imponía miedo y cierta repugnancia. No era ya el caballero de otra época. Se mostraba imponderado, degradado moralmente. Evelina, recuperada, se confesaba a si misma pues no le cabía el derecho de ceder a ninguna sugestión incompatible con su dignidad femenina. Ella era casada, debía al esposo lealtad y acatamiento. La consciencia controló la sensibilidad. El conocimiento de los compromisos adquiridos le conservó el alma noble y sincera. Se impuso fortaleza y serenidad, decidiendo permanecer por encima de emociones que no se justificaban.

…Mientras semejantes reflexiones le calentaban la cabeza, Manzini proseguía:

– Déjame recostarme en tu regazo, solo un momento ¡Evelina! quiero sentir el calor de tu corazón…. Tengo necesidad de ti, como el sediento cuando se aproxima a la fuente! ¡Compadécete de mí¡ …

Notando los gestos de desconsideración que él pasara a asumir, la muchacha intentó retroceder y replicó valiente:

– ¡Tulio, detente ¡ ¿no sabes que me casé con Caio, que tengo la responsabilidad de un hogar?

Oh! El infame … Entiendo que mi larga ausencia te haya llevado a casarte con ese canalla, pero eso no se queda así, no!

Y, después de pausar algunos instantes, prosiguió para la compañera aterrada:

– Evelina, sé que tú no eres indiferente a lo que siento¡ ¡vamos ¡…. ¡Di que prestas atención!….

Acto seguido intentó besarla.

A pesar de su asombro y temor, ella recobró ánimos y, retrocediendo, reaccionó indignada:

– ¡Tulio! ¿qué es esto? ¿No estarás loco?

– He pensado en ti, día y noche… desde que recibí el balazo del que llevaré a la cárcel no tengo a nadie más en el pensamiento ¡…. ¿no te compadeces de mi"?.

El tono conmovedor de aquella voz le habría herido hondo el alma; sin embargo, la señora Serpa objetó firme. :

Comprendo tu estima y agradezco el recuerdo, pero consideras justo atacarme así, irrespetuosamente, cuando ya te dije que tengo un marido, y, por ello, cuentas para rendir.

Manzini se calló por un momento, enseguida, exhibió en los ojos desvariados la perturbación que pasó a dominarle los mecanismos de la mente, transfiguró el llanto en escarnio y se deshizo en terrible carcajada.

– ¡Un marido! … ¡Un marido, aquel canalla ¡…se burló — el pueblo de donde vengo ahora, el pueblo de la tierra de la libertad, tiene toda la razón… Entiendo, tú ahora formas parte de los santos, pero yo no soy un enmascarado, soy lo que soy, un hombre con las funciones que me son propias…te quiero a ti ¿y eso te escandaliza? ¡Buen chiste!…. Tú eres una mujer como las otras, Tú no eres mejor que todas aquellas que conozco en la tierra de la libertad, solo que tú te ocultas en la capa andrajosa de la disciplina

– Si – suspiró Evelina, molesta – no niego mi fragilidad humana… ¿No crees sin embargo, que la disciplina es la mejor manera de educarnos y de dignificar nuestros sentimientos?

– Ja.. Ja… Ja!…. se mofó él – obediencia es la camisa de fuerza en la que los hipócritas meten a los simples, pero tú cambiarás de ideas…

La muchacha agobiada se confiaba en la oración muda implorando socorro a los poderes del Mundo Mayor.

Mientras tanto, el compañero avanzaba mofándose.

– Mira dentro de ti misma y verificarás tu disfraz….tú eres un ángel con pies de plomo, Igual a los otros monos disfrazados que andan por ahí. Olvídate de eso…! Todos somos libres… ¡libres, hijos de la naturaleza para hacer lo que queramos!… proclama tu independencia si no deseas acabar en la senzala (1) de los tartufos (2) de la sumisión!….

  • (1) Grupo de casas o alojamiento destinados a los esclavos.

  • (2) Hombre hipócrita; falso devoto.

Manzini, se acercó a ella y estaba a punto de agarrarla, cuando alguien providencialmente llamó a la puerta.

A pesar de la contrariedad, Tulio se rehizo, y fue a atender la llamada.

El mensajero explicó enseguida su condición.

Se trataba de un ayudante del instructor Rivas y venía de su parte, con el fin de conducir a la hermana Evelina Serpa al Instituto de prevención espiritual, para la solución de un asunto importante.

La señora respiró aliviada y notó que fuera escuchada en la silenciosa petición, mientras agradecía, en pensamiento, el amparo salvador, Tulio, seguido igualmente de cerca por el emisario, regresó a la casa de reajuste, donde fue recogido en la celda especial, destinada al servicio de aislamiento y tratamiento.

CAPITULO XL

Este capitulo fue extraído del libro Cristo Espera por Ti recibido por Waldo Vieira Romance de Balzac

Aquí tenemos el caso de Charlotte; una bella mujer que aprovechando sus atributos femeninos, abusó de algunos hombres haciéndoles sufrir y sacando desmedidas ventajas a su favor. He aquí los resultados en su vida de mujer desencarnada.

– ¿Yo, vivir en un cuerpo de hombre? No, no es posible! No lo puedo admitir!.

Repetía esas frases para si misma, sacudiendo la riendilla que la envolvía en tenue neblina, dejando ver en el gesto, la despejada cabellera encaracolada sobre los hombros recubiertos de sutilísima túnica.

Sus conjeturas, tan diversas al padrón del pensamiento local, se proyectaban de por si, y sin querer, quien la observase, le examinaría en su intimidad.

– No, no hay engaño! Soy mujer, no soy hombre! La deuda es incoherente e inadmisible…

Discutiendo consigo misma, extendía las manos en movimientos angustiosos, como quien ya agotaba los límites de la paciencia.

Se balanceaba en la planicie de luz, en el brillo de la aurora como a perderse de vista, poblada de jardines y alamedas, ondulando en eterna primavera. Huyendo a los cuestionamientos, contemplaba la belleza encantada vibrante en la atmósfera, vivificando contrastes inimaginables y componiendo sinfonías de matices en los confines del aire libre. Pasaban criaturas sobre los balcones enredados por docenas de ramilletes multicolores y así embellecidos sus vestidos se batían eclipsados por el esplendor del ambiente.

Ahora Charlotte caminaba, rodeando los manantiales, las formas decoradas, los espejos del agua que presentaban incesantemente lo inconcebible en kaleidoscopios de reflexiones, hacía envolver las múltiples acuarelas entre chorros espumantes como cataratas invertidas, aplicando esencias en tragos melodiosos.

Sin embargo nada les deshacía el flujo de las ideas, la fuerza obsesiva de las interrogaciones. Le pesaban los párpados de pestañas vibrátiles, cual molduras de sombras, vedándole el mirar en la porcelana de las pupilas. Se inmiscuía entre entidades ceñidas de irisado fulgor, algunas solitas, también los matrimonios, reunidos en grupos y en caravanas deslizándose entre las plantas olorosas, asistiendo al desenvolvimiento de escenas multiformes con algo de indiferencia, como si estuviese en un grandioso estudio de montajes cinematográficos. Seres de plateada frente, fases de neblina espesa plenas de placidez espiritual, cuerpos esculturales de armoniosa hermosura, a esparcir irradiaciones de luna opalina, le sonreían sin retribución. .

– ¿Tendrán problemas como yo? ¿Tendrán paz?.

Sí, tenían paz! Aureolados de efluvios los perfiles jóvenes ostentaban en los labios la flor de la sonrisa. En el roce de sus vestidos, en lo vaporoso de las formas, unas cintilantes y fosforescentes, y en otras se sentía la diafanidad de aquellos Entes sutiles como la luz. En las esferas de espumillas luminoscentes a irradiar múltiples matices en las fisonomías, con detalles de las más diversas características, evidenciaban las diversas providencias, el cosmopolitismo, el clima de fraternidad ideal.

En lo íntimo del alma los pensamientos de ella, en círculo se encontraban a sí mismos.

– Dios mío la tristeza de recordar ".

Tan cerca aún a la verdadera existencia… y un violento retorno de la patria de los Espíritus a la Tierra; fueron veintinueve años de crisis convulsiva, para afanarle los sueños de mujer.

– Heme aquí dominada por la frustración. Dejo en la retaguardia una vida en que no registro errores clamorosos, pero en la cual me amargué en continuas pruebas. Soy la viajera que partió sin el afecto, ni siquiera de un pariente para llorarme el adiós; Señor, Señor, ¿cómo entender esto?, ¿cómo entender?

Balanceaba la cabeza deseando evadirse de si misma. Aspiraba la poesía que esbozaba el lirismo acariciante capaz de sensibilizar el corazón más frío, en los bancos alfombrados, en las salas de espera, en los balcones que se erguían formando remansos deliciosos en el seno de la naturaleza. Por todas partes, pisaba tapetes de hierba iluminada, cual mar verde a reventar en espumas de flores, mimos jamás soñados a desabotonarse para ser urnas de nieve resplandecientes.

Inherente a todas las cosas, la luminosidad garantizaba impresionante ausencia de sombras y artificial claridad. Prodigios de imágenes empujando policromías de rayos, que fertilizaban de júbilo los horizontes recortados de armiños, como si fuesen bañados en las creaciones de soles sin ocaso.

– Por aquí jamás pasó el látigo de una tempestad!. Vivo un sueño por fuera y una pesadilla por dentro.

Semejándose a parasoles o jardines suspendidos en los árboles en floración, parecían entornar por los aires la propia savia en golpes de olores. Aún así la inquietud le crispaba el mirar. Del semblante melancólico nacía todo un poema de dolor a contrastar con el regocijo del paisaje. En ansias de paz interior desearía sumergirse en el desencanto, mas el ambiente en júbilo, retrocedía a las reflexiones derrotistas.

En el espacio, vivificando ideas, se presentaban energías diferentes. Fuerzas sutilísimas, de lo alto, predisponían a las almas a la reverencia, y a infundirles éxtasis supremo, en cuanto que, con suavidad indecible, pasando en la brisa, fluidos tonificantes le alzaban el ánimo. Generosa porción de alegría asociada a la serenidad imprevista, le visitó el ser. Y la calma le trajo a la superficie de la mente, como las ondas del mar lanzan escollos fluctuantes en la soledad de la playa, los verdaderos acontecimientos que le habían envuelto en la estadía terrestre.

Dominándose, ella expuso el mundo íntimo a manera de oración:

– "Señor mi Dios! me presento como invitada a estos jardines. No hace mucho, bondadosas criaturas me ofrecieron la pequeña suma de vida que me preparan para el retorno. Al examen muy claro, resalta otro derrotero de vida enérgica por demás; ¿por qué semejante rigidez? Intentando formular reclamos, heme aquí para las primeras entrevistas, sometiéndome a los preceptos a que me dispusieran. Reposé! Medité! Cumpliendo instrucciones, entre oraciones reconstruí mi propia historia figurada en representaciones sucesivas, en sentido contrario, desde la muerte hasta el renacimiento. Sondeé con sinceridad y auto crítica mis afectos e inclinaciones, auscultando el futuro. Me dejé conducir pasivamente por el amigo que me trae y me orienta. Mi Dios, yo tendré que vivir, muy pronto en un cuerpo masculino!. Es chocante y terrible! Todos mis ideales, tendencias y pensamientos, son de carácter femenino!. Imposible conciliar, en tales circunstancias, cuerpo y Espíritu.

Después de incesantes boberías, imagino ahora si los planes que se refieren a mi, no habrían sido tal vez, entregados equivocadamente, cambiados con otro candidato a la recorporificación en el mundo.

Llora, y las lágrimas copiosas no pueden interrumpir el curso de las amargas ponderaciones.

Se enclaustra en un cuerpo inhabilitado para pulirle los deseos, ¿y barajar las tendencias no sería por ventura, atravesar la existencia, como quien respira y sueña, entre las reducidas paredes de una cárcel? ¿Sería capaz de las renuncias exigibles para el caso? ¿Y los otros, qué pensarían de ella?. ¿Ella que pensaría de sí misma?

Mucho tiempo permaneció así, atragantada en dolorosos cuestionamientos. Y la atmósfera embalsamada pareció aumentarse en nuevos fulgores hasta que, en el azul rehecho de luminarias, se diseñó pequeña ventana de la cual le pareció irrumpir haces de sol más cintilantes aún.

Suave viento vino a tocarle las faces, ahogándole los oídos, susurrantemente. Ella, con vivacidad, se sintió espantada, fijando la mirada en la pincelada del oro secundario y, poco a poco, el chorro solar se transfiguró ganando consistencia, propiciándole la convicción de la presencia de alguien que viniese a buscarla entre la magnificencia de los prados y la música de las brisas.

En un instante, venerable cabeza se materializó causándole sorpresas, para luego irse definiendo una forma, cual neblina de apariencia humana, el estelar de la frente despidiendo envoltorios que abrigaban el cuerpo en verde fosforescente, imponiéndole reverencia se identificó como si posase en el aire, un hombre de luz, de plástica transparencia, después de traslúcida, luego vagamente condensada… más luego su túnica entretejida derramada de cintilaciones de las blanquecinas barbas, y del busto, parecía fluir la plata eterizada de un plenilunio que el tórax ocultaba.

Presa a lo irresistible de la atracción, ella siempre miraba.

Y distinguió el admirable contraste del rostro sin arrugas, pleno de frescura juvenil, enmarcado en abundante y grisácea cabellera, recordando la espiga a estremecerse con hilos liriales. Era el aura delicada como diadema de emanaciones. Le era transparente toda su alma en la franqueza del rostro que tal vez jamás sabría. – ¿se recogería sobre el antifaz impuesto por las circunstancias, cual ocurre al espíritu sumergido en la carne?. Partículas de estrellas le estructuraban las pupilas, le filtraban el mirar crepitante de inteligencia, anunciando permanencia de paz.

En el rostro de la joven la brusca aparición le diseñaba el asombro. En silencio deslumbrante, vio que la entidad, al mismo tiempo imponente y humilde, abría los brazos, extendiendo la mano radiante. La cabeza de nieve oro se movió y clara voz vibraba en los labios, en fluido francés, pausadamente:

– Charlotte, mi hija, que Dios nos armonice los propósitos! Estábamos en el Espacio Espiritual de Francia, en una esfera de pensamientos visibles, en los jardines de luz perpetúa. Aquí, en la convivencia de paz, se cultiva el amor puro que es el don inefable que no conoce declinaciones.

Meneando la cabeza ella ensayó en la tentativa de aceptación. En cuanto emocionada, percibió que las palabras escuchadas le refrescaban íntimamente. Se aquietó, entre sumisa y espantada y en un gesto del visitante, se sentó en uno de los alfombrados de grama. Sometida al envolvente magnetismo, continuó a escuchar:

-Me llamo Zéfiro. Nos hallamos en una psicoteca, lugar en que se concentran y se plasman creaciones mentales en cuadros y planos provisorios para uso general. La atmósfera aquí difiere de las otras por entretejerse de formas pensamientos educativas que, a través de procesos trascendentales, se tornan visualizables. Es éste un registro de conciencias, archivo mental de millones de existencias terrestres en las múltiples fases evolutivas de la humanidad, sirviendo, en muchos casos, también de recopilación de experiencias reencarnatorias de criaturas vinculadas a nuestro planeta, actualmente, en situación provisoria en otros globos del infinito. Ese material, tomado directamente de los protagonistas e impresos por sistemas especiales, posibilita extraer las evocaciones más recónditas, revolver el pretérito en la resurrección de las vidas extintas.

Trasbordó con el mirar el horizonte más allá y anotó:

-El cristo afirma: "hay muchas moradas en la casa de mi Padre". Estas construcciones y paneles son marcos orientadores para los forasteros, habituados aún a las sistematizaciones y puntos de referencia humana.

Entonces articuló espontánea pausa, y fijó una sonrisa de figura, que hace lucir más intensamente el mirar de la joven. Sus maxilares temblaban a cada exposición de aquella voz que le festejaba los oídos, y le destilaba en lujos de bienestar en lo más profundo de su ser.

– Cuando un candidato a la reencarnación, hace por su propio mérito justicia a la visita que emprende, es admitido en esta Arca de pensamientos, en varias sesiones especializadas, recogiendo las sugestiones o lecciones que necesita. En cuanto todavía, no todos los espíritus en tránsito por la Tierra se capacitan para esa excursión.

Silenció por segundos, para comprensivamente proseguir:

– Destinándose a la prueba de la riqueza, en una hipótesis, el Espíritu busca, en la psicoteca el derrotero de cuantos le antecedieran en el manejo de la fortuna, admitiendo al desfilar de miríadas de pensamientos imágenes que le son afines. Se examinan sobre todo, las circunstancias más armoniosas con los pormenores de la tarea próxima, lo que le posibilita la adquisición de nuevos recursos para los esfuerzos en pauta.

Extendió la mirada sobre los estudiantes en su entorno y elucidó:

– Están los que llegan por el estudio de múltiples ejemplos, ya sean en el aprendizaje científico, artístico, religioso, profesional o doméstico; igualmente los que se detienen en el examen embellecido de costumbres, regionalismos, lances históricos y patrimonios lingüísticos. Innumerables escritores de la literatura terrestre, en todos los tiempos, aquí asimilaron conocimientos e inspiración. Obras de Espíritus conocidos tales como: Sócrates, Dante, Voltaire, Spinosa, o de obreros anónimos del progreso, encanecidos en dura labor, se archivan en éstos parques. Hay confesiones edificantes de errores y aciertos, concepciones de Dios, de la vida y del universo, las visiones de Teresa De Ávila; la renuncia de Francisco de Asís; la inteligencia onerosa de Da Vinci; el profetismo de Swendenborg; la perseverancia de Lutero; la abnegación de Vicente de Paúl; el buen censo de Allan Kardec; la devoción de Nighatingale… Dramas, tragedias, farsas, comedias, caídas y victorias aquí yacen catalogadas y conservadas por la escuela de los milenios. Esta es una estancia de providencia espiritual, objetivando la profilaxis del fracaso.

Indicó el mensajero: – las construcciones selváticas de los auditorios que se extienden en la planicie, edificados en estilo de jardines característicos del apogeo de todas las edades humanas, son tomadas de la fuente psíquica y ajustada a la tela sensible de la memoria; son esos materiales concluyentes, sin deformaciones, absolutamente fieles. El ejemplo arrebata, el hecho asfixia los argumentos: nadie duda. Se presencia la intención primitiva registrada en el instante justo en que brotó de la mente. Observaos en tu caso personal, que apenas un ínfimo ángulo del patrimonio milenario de reminiscencias, la vida conserva a su respecto. Asistirás a recuerdos de compañeros del pasado, de socios kármicos del destino, de los amigos bien amados y de los adversarios que te servían de instructores, solamente ellos capaces de conferirte la noción real de los actos felices e infelices que practicaste y que la ley te debitó.

Intensificando la admiración creciente de la joven, cual un padre a un tiempo represivo y cariñoso explicó:

– Te pesquisamos las mentalizaciones. No! no, hija no argumentes por la injusticia! Recordemos el aviso del Maestro: "Nada existe oculto que no sea revelado"

Ella se estremeció, mientras el mentor volvió a prevenir:

– En el calendario de los hombres, desde los años 1.957 estamos padeciendo las convulsiones que aún recuerdas con amargura, desencarnaste a los 29 años en 1.928. Acompañarás deslumbrada la proyección de pensamientos interrelacionados con tus esperanzas y realizaciones, dejados aquí por algunos Espíritus en el siglo pasado. Son episodios de los que participaran y de los cuales también fuiste partícipe, noticias que se enteraran o que trajeran al regresar a las esferas del alma. Mantente confíante…

Contempla el desfile del pretérito y obtendrás la preparación debida a la consecución del nuevo trabajo. Cristo espera por ti.

Se calló el venerado benefactor.

Charlotte percibió que, progresivamente una niebla revoloteando en grandes movimientos, le absorbían las líneas diáfanas del cuerpo. Y hasta cuando pudo retener la fase, ahora inconsciente, adorable sonrisa le asomaba con dulzura.

En las alas de la brisa, soplos de cálido perfume llegaban de los campos circunvecinos. Ella respiró profundamente, y, mucho después, ya casi restablecida, notaba en pleno aire, una nube emblanquecida que, al moverse se aproximaba a ella, inteligentemente.

Y retomando la exposición, Zéfiro continuó:

– Y como abusaste de tu condición de mujer ante los hombres, en las dos anteriores reencarnaciones, cómo Carla y luego como Rossellane, renacerás ahora en un cuerpo masculino, con el fin de reajustarte en pruebas dolorosas, sintiendo los problemas que los hombres sienten… Como sabes, los Espíritus en lo íntimo no tienen sexo, es la carne con su correspondiente periespíritu la que adquiere género. Es la carne. La encarnación es un largo curso en el que se conquistan las mejores características de ambos sexos, pero todo cambio súbito en experiencias de esa naturaleza, motivando el cambio de un vehículo físico por el de otro sexo, en la mayoría de los casos acarrea desadaptación y dolor. Ah! Hija, ¿crees por ventura, que los tormentos que infligimos a los demás en los dominios de la emoción quedarían impunes? Las puertas de la sexualidad son canales de reencarnación y de vida…No abusamos de ellas enredándolas abusivamente, sin que la ley se vuelva hacia nosotros, presionándonos a redimirnos, muchas veces, a fuerza de soledad y de lágrimas!. Sufrirás mucho! Es natural que así sea, mas la misericordia del Padre es infinita! Aquí apenas examinaste los cuadros exteriores que te configuran los actos a través de rememoraciones de los participantes, no observaste las telas espirituales en que fueran impresas con los mártires y personajes obsesivos que las conforman.. Se comprende que la intuición aún no te auxilie en la identificación de todos los pormenores alusivos al pretérito… Los choques sufridos sobre la influencia de Espíritus bien sufridos, cuando desencarnaste en la condición de Rossellane, te ocasionaban prolongada molestia de la memoria Por esto te recuerdo porque desperdiciaste la reencarnación complementaria que te confiere el nombre de Charlote, sobre el cual viviste veinte nueve años de crisis convulsiva, en el cuerpo humano, justamente a los veintinueve años que te faltaban, cuando te caíste de la escalera del albergue. ¿Entiendes así la necesidad de renunciar en apoyo al rescate de nosotros mismos?

Ella aceptó en amargo silencio.

– Reiniciando nueva caminata, confía y ora!

Y como alguien en la Tierra que preparase a un ente amado para la entrada en el Mundo Espiritual a través de la muerte, Zéfiro amparaba la tutelada exhortándola en el coraje para el sumergimiento en el clima del olvido con que sería reconducida a la cuna:

– Tranquilízate, hija mía! Acepta los designios de la ley y obedece a las intervenciones magnéticas con que benefactores amigos te graduarán los recursos de memoria para que obvies el mal y te rematricules en la escuela del bien.!

Charlotte se sintió tocada por extraños llamados, como si diminutos dardos de fuerza le alcanzaran el pecho, contrayéndole el cerebro al dulce estupor y comprendió… llegará el temido momento, la hora de confiarse a los poderes mayores para poder retornar!

Sí, se sometería al esfuerzo preparatorio, atendería a las ordenaciones…Charlotte le pidió a Zéfiro la limosna de una oración. Quería apartarse en una oración que se le grabase, en lo íntimo del alma, por recuerdo inolvidable.

Zéfiro comprendió. Se aproximó más y extendiendo la diestra sobre la frente escaldada, miró a las alturas.

— Oh! Padre, bendícenos la temporal separación! No deseamos otras cosas que no sean sujetarnos a tus leyes! Ampara a los que van a nacer en cuerpo extraño! Así mismo haznos la despedida iluminada de esperanza para que la certeza del reencuentro, aún en las más aflictivas probaciones, sea en nuestro corazón un impulso de coraje, a la acción de luz en las sombras! Tú, que a través de la muerte y el renacimiento nos diriges para la conquista de la vida victoriosa, susténtanos la despedida y danos a entender que tu infinito amor es el clima de alegría en que estamos y estaremos reunidos por siempre en tu bondad, y para siempre!

Sobre el verde delicioso de las eminencias, la luz borboteaba en arrobos a derrochar melodías de votos, fluidos virginales y vibraciones en miríadas que se pasaban en la atmósfera.

Zéfiro, conmovido extendió los brazos en un gesto paternal en que se mixturaba el enterrnecimiento del adiós y el júbilo de la bendición.

El verbo de la música se expresaba en todas las direcciones configurando las armonías superiores que vierten del Bien Supremo para los más remotos confines del Universo.

CAPÍTULO XXXXI

El tema que en este capítulo exponemos, es tomado del libro

Sexo y destino.

Por Francisco Candido Xavier y Waldo Vieira

Dictado por el Espíritu André Luiz

Aquí nos cuenta sobre la función de la colonia llamada, Almas Hermanas

Llegamos al instituto que procurábamos. Llamado así por los fundadores que lo construyeron para el socorro de los hermanos necesitados de reeducación sexual después de la desencarnación. Exhibía extensa área de construcciones.

Un conjunto de líneas simples y armoniosas, ocupando cuatro kilómetros cuadrados de edificaciones y vías, parques y jardines. De por sí, auténtica Ciudad.

Se inhalaba tranquilidad y alegría.

Las praderas en verde reposante y las flores tocadas por el viento, se mostraban en señales de bienvenida.

Rostros sonrientes nos saludaban, con los semblantes circunspectos que nos lanzaban miradas de simpatía.

Ahí se expresaban todas las edades de ambos géneros, con las cuales correspondíamos satisfechos.

Un bloque de edificaciones indicaban mancomunadas Universidades.

Lejos de encontrar representantes de la psicopatía ligada a las perturbaciones sexuales, eran criaturas de apariencia saludable, las que nos acogían afectuosas.

El mentor Nieves, que de tiempos atrás allí venía aportando, interpelado por mi curiosidad, esclareció que la agremiación poseía vasta dependencia reservada para enfermos; no obstante, que yo modificase cualquier concepción previa con respecto a la obra allí desenvuelta, por cuanto los verdaderos alienados en consecuencia de alucinaciones emotivas traídas de la Tierra, permanecían reclusos en manicomios, sobre tratamiento indicado, siempre apartados de las falanges dementes de las regiones tenebrosas. Agregó que muchos de aquellos que nos saludaran tranquilos, procedían de tragedias pasionales, intensamentes vividas en el mundo; sin embargo se mostraban ahora pacificados y lúcidos, cual las propias personalidades humanas, después de reprimir las crisis de salud, cuando se rinden al desequilibrio mental.

Las elucidaciones se interrumpieron de pronto, porque alcanzamos el punto en que debíamos tomar contacto con Félix, avisado con anticipación sobre nuestra presencia.

El instructor, a pesar de todo nos avisaba de la imposibilidad de atendernos en el momento. Nos esperaría más tarde, en su propia residencia. Entre tanto nos enternecíamos con una grata sorpresa. Belino Andrade que desde hace diez años yo no veía, y con quien conviviera íntimamente en otras actividades, allí se hallaba con el fin de iniciarnos en el conocimiento de la colonia.

Nos abrazó fraternalmente, y retomando los esclarecimientos que Nieves iniciara, empezó diciendo que pisábamos en un hospital escuela de suma importancia para los candidatos a la reencarnación. Los internos o estudiantes venían en su mayoría de estancias purgatoriales, después de aliviarse de las consecuencias más inmediatas de los vicios y pasiones mantenidos por ellos en el plano físico, rigurosamente examinados, atendían a criterio de selección, en los parajes de angustia expiatoria en que se demoraban, y solamente después de juzgados dignos, entraban en aquel pozo de rehacimiento para estacionamientos más o menos largos de estudio y meditación, pesquisando las causas y observando los efectos de las caídas de naturaleza afectiva en que se habían precipitado…

En cuanto nos deteníamos en caminata agradable, Belino proseguía informando que todos ellos, después de suficientemente instruidos, son mudados al domicilio terrestre, donde reencarnan en los ambientes en que fallaran y, en cuanto lo posible, en los equipos consanguíneos que les impusieran perjuicios, o que les sufrieran los daños.

En las Almas Hermanas obtenían los laureles del conocimiento, y en la Tierra volvían a aplicarlos, a través de las dificultades y tentaciones de la faena material, que nos comprueban la asimilación de las virtudes adquiridas.

Presentándonos graciosas plazas y apreciando aspectos del paisaje, Belino comparó la finalidad del instituto educativo a los centros de cultura superior existentes en el mundo, que confieren títulos académicos para el ejercicio de determinadas funciones, dentro de la especialización profesional, y confrontó la arena terrestre con la esfera de la práctica en que los alumnos diplomados son convocados a las experiencias y a la misión que les fija el mérito o el demérito

Allí la mente se rearticulaba, aprendía, rehacía, restauraba, pero de manera general, siempre con el objetivo de retornar al mundo, con el fin de incorporar en si mismos el valor de las lecciones recibidas.

Agregó que al no ser, las reencarnaciones compulsorias por motivos primordiales, el problema del regreso requería consideraciones específicas y preparaciones adecuadas, razón por la cual muchos compañeros de Almas Hermanas se corporifican en la Tierra con programas domésticos preestablecidos, de manera a hospedarse con los propios recursos genésicos de los colegas afines. De ahí, del establecimiento, esos colegas, a quienes se les indicaba en la posición de hijos para el futuro, los resguardaban y los defendían, hasta la ocasión en que les fuese posible sumergirse en la cuna terrenal, constituyéndose, de esa manera, en familias enteras, en edificaciones y pruebas redentoras, que en el fondo, representaban espiritualmente el trabajo del Instituto entre los hombres, cual ocurre con múltiples congéneres y a otras numerosas asociaciones consagradas a la regeneración y al progreso del Alma en las esferas de acción espiritual que circundan la Tierra.

Aquel Hospital escuela se calificaba de esa manera, en condición de puesto avanzado de la Espiritualidad constructiva, sustentando permanente contacto con la vida humana.

Cada individualidad reencarnada con vínculos en Almas Hermanas, allí se encuentra fichada convenientemente, con todo el historial registrado en las reencarnaciones obtenidas, en las cuales se les aprecia el balance de los créditos conquistados, y de los débitos contraídos, balance que es examinable en cualquier momento, para efecto del auxilio mayor o menor a los interesados, según la lealtad que demuestren en la realización de las obligaciones a que se empeñaran y conforme el esfuerzo espontáneo que revelen en la construcción del bien general.

Le pregunté a Belino si conocía el promedio general del aprovechamiento en la comunidad, y él confirmó saber esas cifras. y recordando ochenta y dos años de existencia de Almas Hermanas, que poseía una población oscilante entre cinco mil a seis mil habitantes, apuntaba en el coeficiente de cada cien estudiantes, dieciocho retornaban victoriosos en los compromisos de la reencarnación, veintidós mejorados, veintiséis muy regulares y treinta y cuatro comprometidos por deudas lamentables y dolorosas, es decir, .incorregibles y renuentes.

Mi nueva pregunta fue si los fracasados eran readmitidos; él informó, que nadie en la Tierra, conoce el esfuerzo y el sacrificio con que los amigos desencarnados trabajan por el triunfo o por el perfeccionamiento parcial de los Espíritus que luchan en el mundo, y ni imaginar la desolación que les sacude el ánimo, cuando no logran abrazarlos igualmente de regreso ligeramente renovados para la deseada convivencia. Informó que los compañeros en caída después de la desencarnación, pasan automáticamente a las zonas inferiores, en donde por ocasiones, se demoran mucho tiempo en desequilibrio o en ociosidad, sin embargo nunca pierden la dedicación de los amigos allí domiciliados que interceden por ellos, junto a colonias dedicadas a otro tipo de asistencia. Por eso sabía de casos pertinentes de varios rematriculados después de esas dolorosas refriegas.

En compensación, exaltó los premios atribuidos a los vencedores, los aprendices que se laurearon a través del aprovechamiento sustancial de los recursos entregados por la organización, ahí se honran con admirables oportunidades de trabajo en estancias superiores, según los deseos que expresen.

Por lo tanto alcanzamos, largo conglomerado de edificios en los cuales Andrade informó que estaban localizadas diversas actividades de instrucción.

Iniciamos afectuosa visita.

Los salones o aulas nos conmovían por las revelaciones y la simpatía de los profesores. El sexo como tema central, venia mereciendo el mayor aprecio.

Los alumnos contemplaban grabaciones y croquis que configuraban implementos del sexo con el interés cariñoso de quien se enternece sobre el cuello maternal y con la atención de quien agradece las concepciones divinas.

Todos nosotros éramos acogidos con cordialidad, sin que nuestro pasaje les alterase esa aplicación ; a pesar de esto, es de sobresaltar la emoción que me envolvía al observar el crecimiento de veneración con que el sexo era homenajeado en las diversas facultades de enseñanza, pesquisado y ennoblecido en cátedras diferentes. Materias profesadas en régimen de especialización. Cada cual atendida en construcción apropiada. Sexo y amor. Sexo y matrimonio. Sexo y maternidad. Sexo y estímulo. Sexo y equilibrio. Sexo y medicina. Sexo y evolución. Sexo y penología. Y otras discriminaciones.

Dice Andrade, que todas las disciplinas son frecuentadas por gran número de alumnos, y buscando saber en cuales de ellas se inscribía el número más grande; y viniera a saber, que los asuntos de sexo y maternidad retenían franca importancia. El primero reúne temas de criaturas que se dirigen a los ajustes del hogar en la Tierra, y el segundo indica enorme cantidad de Espíritus conscientes que examinan la mejor manera de infringir a sí mismo determinadas inhibiciones para corregirse de hábitos deprimentes en el curso de la reencarnación al cual se dirigen. Muchos llegan a dejar escrito en los archivos de la institución las sentencias que labran contra sí mismos, antes de envolverse en las pruebas que consideran necesarias al perfeccionamiento y la felicidad que demandaran.

Las elucidaciones de Belino se tornaban cada vez más interesantes y reflejaban de mi parte una extensión de las obras de la Ciudad Espiritual en que me hallaba hace quince años, lejos de conocerle todos los monumentos de benemérito y cultura, cuando alcanzamos la residencia del director.

Felix, en compañía del hermano Regis, que nos presentó por sustituto eventual de él, nos acogió amablemente.

Me admiré.

No se parecía al amigo que se empequeñecía en Río para compartirnos en el trabajo.

Reverenciado y querido, era allí distinguido dignatario del conocimiento superior, a quien la administración de Nuestro Hogar delegara importante responsabilidad. Dirigente, comandante, padre y hermano.

El ambiente en el gabinete en que nos alojara afectuoso, manifestaba simplicidad sin negligencia, y confort sin lujos.

Detrás de la sencilla poltrona que allí se encontraba, sobresalía una tela de proporciones amplias, en la cual la mano del pintor hábil grabara el retrato de noble matrona en oración, allá en las regiones inferiores. La venerable mujer elevaba los brazos para el cielo tormentoso, que filtraba haces de luz cual si le respondiese a las rogativas y, en torno de ella, montones de espíritus conturbados arrojándose en el suelo, taciturnos, entre consolados y sorprendidos.

Félix registrándonos el asombro, nos explicó, que conservaba en esa obra de arte el recuerdo de magnánima servidora del Cristo, desconocida entre los hombres, consagrada en el Mundo Espiritual al socorro de corazones sumergidos en las tinieblas. Visitaba las urnas de la expiación pungente, en ocasiones solita, y en algunas veces acompañadas por equipos de colaboradores, amparando y reconfortando… Adoptaba a criminales desencarnados como hijos del alma infundiéndoles el ideal de la regeneración, levantándolos e instruyéndolos.

Félix, de vez en cuando iba a visitarla al asilo material. Aún hoy la abnegada educadora sustenta en las regiones sombrías que embalsamara de amor. Prosiguió relatando que en ese abrigo permanecen, frecuentemente, más de mil huéspedes, siempre sustituidos, a la vez que la benefactora conduce al encaminamiento constante de los recogidos a escuelas beneméritas, con fines a la reencarnación en la Tierra o a estacionamientos de rectificación en otros parajes, e informó debérsele a ella quien se llamaba hermana Damiana, el primer contacto con la verdad, ochenta años antes. Guardaba aquel cuadro confeccionado a pedido de ella misma para no olvidarse en las horas de supremas decisiones, en responsabilidades y encargos desde que fuera sacado de la lama en que un día se hundiera, y arrebatado por aquella misionera engrandecida en el espacio al servicio de los infelices.

Nieves, por eso imprimió nuevo rumbo a la conversación, colocando en relevo la satisfacción de que nos sentíamos poseídos con la revista provechosa en los órganos de enseñanzas que acabábamos de participar, y que las anotaciones giraran para las cuestiones del sexo, que en las Almas Hermanas asumían aspectos inusitados.

El hermano Régis expresó que también se sorprendieran, al principio, con el respeto profundo dedicado allí a los estudios del sexo, en vista de la desconsideración con que autoridades políticas, religiosas y sociales terrestres, habitualmente lo menoscaban, con algunas salvedades. Y sublimó, con honor que nosotros los hombres, somos contradictorios en cuanto reencarnados, por cuanto estamos siempre ávidos de concertar una tomada en desajuste, y queremos ocultar a Dios el derecho de socorrer y rehabilitar a sus hijos en desequilibrio emotivo.

El anfitrión, explanando las ideas que nosotros los presentes planteábamos, historió en síntesis que en la Espiritualidad Superior el sexo no es considerado únicamente como valija morfológica del cuerpo de carne, distinguiendo macho y hembra, definición unilateral que en la tierra, aún se hace seguir de actitudes y exigencias tiranas, heredadas del comportamiento animal. Entre los espíritus desencarnados, a partir de aquellos de mediana evolución, el sexo es catalogado por atributo Divino en la individualidad humana, cual ocurre con la inteligencia, con el sentimiento, con el raciocinio y con otras facultades, hasta ahora menos aplicadas en las técnicas de la experiencia humana. En cuanto más se eleve la criatura, más se capacita en que el uso del sexo demanda discernimiento por las responsabilidades que acarrea. Cualquier ligación sexual instalada en el campo emotivo, engendra sistemas de compensación vibratoria, y el compañero que afecta al otro hasta el punto que suscitó los desastres morales consecuentes, pasa a responder por la justa deuda.

Todo desmande sexual damnificando conciencias, reclama corrección así como cualquier abuso del raciocinio.

El hombre que abandone la compañera, o la mujer que así proceda generando desarreglos personales en la víctima, crea cierto carga kármica en su propio camino; pues nadie causa perjuicios a otros sin afectarse a si mismo. Vaticinó que la Tierra poco a poco renovará principios y conceptos directrices y legislaciones, en materia de sexo, sobre la inspiración de la Ciencia, que situará el problema de las relaciones sexuales en el lugar que le pertenece. Se empeñó a repetir que en la corteza planetaria, los temas sexuales son llevados en cuenta, en base a las señales físicas que diferencian al hombre de la mujer y viceversa; sin embargo, ponderó que eso no define la realidad integral, por cuanto, rigiendo esos marcos permanece allí un espíritu inmortal, a veces con edad multimilenaria, encerrando consigo las sumas de experiencias complejas, lo que obliga a la propia ciencia terrestre a proclamar presentemente, que masculinidad y feminidad tales son inexistentes en la personalidad humana, desde el punto de vista psicológico. Hombres y mujeres en espíritu, presentan cierto porcentaje de elevadas características viriles y femeninas en cada individuo, lo que no asegura posibilidades de comportamiento íntimo normal para todos, según la conceptuación de normalidad que la mayoría de los hombres estableció para el medio social.

Habiendo formulado Nieves una consulta sobre los homosexuales, Félix demostró que innumerables Espíritus reencarnan en condiciones inversas, bien sea en el dominio de lides expiatorias o en obediencia a tareas específicas, que exigen duras disciplinas por parte de aquellos que las solicitan o que las aceptan. Aún refirió que hombres y mujeres pueden nacer homosexuales o ínter sexos, como son susceptibles de retomar el vehículo físico de mutilados o inhibidos en ciertos campos de manifestación, adelantando

o ilustrando que el alma reencarna en esa o en aquella circunstancia, para perfeccionarse mejor y nunca sobre el destino del mal, lo que nos contraerá a reconocer que los delitos, sean cuales sean, y en cualquier posición corren por nuestra propia cuenta. En vista de eso, destacó que en los foros de la justicia Divina, en todos los distritos de la Espiritualidad Superior, las personalidades humanas tachadas paranormales, son consideradas tan carentes de protección, en cuanto a las otras que disfrutan la existencia garantizada por la regalía de la normalidad, según la opinión de los hombres, observándose que las faltas cometidas, o las personas de psiquismo juzgado anormal, son examinadas en el mismo criterio aplicado a las culpas de personas consideradas como normales, notándose aún, que en muchos casos, los desatinos de las personas supuestamente normales son considerablemente agravados, por lo menos justificables frente al comodísimo y primacía, que usufructúan en el clima estable de la mayoría.

Y a la ligera pregunta que arriesgué sobre conceptos y preconceptos vigentes en la Tierra, en lo que atañe el asunto, Félix ponderó respetuoso, que efectivamente los hombres no pueden alterar de pronto, las leyes morales en que se rigen, so pena de precipitar a la humanidad en la disolución, entendiéndose que los Espíritus aún ignorantes y animalizados, por cuanto la mayoría en el seno de todas las naciones terrestres, están invariablemente decididos, a usurpar liberaciones prematuras para convertir los valores sublimes del amor en criminalidad. Agregó, sin embargo, que en el futuro mundo, los hermanos reencarnados, tanto en condiciones normales, como en condiciones juzgadas anómalas, serán tratados en pie de igualdad, en el mismo nivel de dignidad humana, reparándose en las injusticias cometidas hace siglos contra aquellos que renacen sufriendo particularidades anormales, por cuanto la persecución y la crueldad con que son golpeados por la sociedad humana, les impiden o dificultan la misión que traen para la existencia física, cuando no, hacen de ellos criaturas hipócritas, con necesidad de mentir incesantemente para poder vivir, sobre el sol de la bondad Divina en beneficio de todos.

Nieves abordó la tesis referente al día determinado para la desencarnación, promulgada por algunos religiosos en la Tierra, por lo que Félix esclareció:

–Sí, no nos es lícito desacreditar las enseñanzas religiosas. Hay planes prefijados y ocasiones previstas con relativa exactitud para el desprendimiento del vehículo físico; sin embargo, los interesados acostumbran alterarlos, sea mejorando o empeorando su propia situación.

El tiempo es comparable con el crédito que un banco presta, o retira, según la actitud y directrices del deudor. Así no podemos olvidar que la conciencia es libre para pensar y actuar, tanto en las áreas físicas como espirituales, igualmente cuando ungidas a las consecuencias del pasado culposo.

Y sonriendo remató.

Cualquier día es bueno para marcar destino o reconstruir destino, debido a que todos somos consciencias responsables.

Félix mismo me condujo a pequeño palacio localizado en el centro de la institución, casa de la Providencia, es el nombre asignado a ese edificio; curioso foro de Almas Hermanas donde ejercen dos jueces, atendiendo a las peticiones formuladas por los integrantes de la comunidad, con referencia a los hermanos reencarnados en la esfera física.

De entrada, gesticulando saludos con decenas de personas que entraban y salían, Félix siempre saludando con aprecio a todos los transeúntes, me explicó que allí solamente se organizaban procesos de auxilio y corrección, que tuvieren relación con los compañeros destinados a la reencarnación como también para los que ya se hallaban reencarnados y ligados a los intereses del instituto como: renacimientos, infancias torturadas, accidentes de la infancia, delitos de la juventud, dramas pasionales, hogares en peligro o riesgo de divorcio, deserciones afectivas, ciertas modalidades de suicidio, tantas molestias y obsesiones resultantes por el abuso sexual, y una infinidad de asuntos conexos, son ahí examinados según las rogativas y las quejas entregadas a los pronunciamientos de la justicia.

La casa de la Providencia apenas libera en definitiva los problemas que sean pertinentes a Almas Hermanas de todos y, en la mayoría de los casos, apuntan derivaciones para otros sectores. En esa hipótesis las cuestiones son discutidas ahí desde el comienzo, siguiendo hasta estancias superiores. Aún así, los dos magistrados amigos y también Félix, que es reducido por la fuerza del cargo a estudiar y armar todas las piezas una por una, no deciden de por si, solos.

Un concejo constituido por diez orientadores; seis varones y cuatro mujeres todos con méritos suficientes para la dirección de la ciudad; opera a través de asambleas semanales en todas las recomendaciones y diligencias, aprobándolas o desaprobándolas, con el fin de que las decisiones no se comprometan en desatinos, que en muchas ocasiones, fueran esclarecidos por los jueces o por los consejeros, que por su propio criterio, lo que le producían eran dobladas razones para respetarlos.

Aclarando con más seguridad los informes iniciales, volvió a esclarecer que más de la mitad de los autos se tramitan en la dirección de las autoridades del ministerio de la regeneración y del auxilio, que de otro modo priman por la rapidez en los despachos y aprovisionamientos Dentro del edificio seguimos por corredores interiores, en dirección al gabinete central.

Félix, que allí se hallaba solamente para favorecerme, se atribuía el derecho de penetrar intempestivamente en el salón de audiencias públicas, donde la masa de solicitantes y pleitistas se acomodaban. Algunos tal vez le dirigiesen apéelos personales en el intento de presionar a los juzgadores, inconveniencia que era preciso obviar.

En sobrio recinto, el instructor me dio la satisfacción de saludar al juez Amantino, que se hallaba en servicio, acompañado de cinco auxiliares, ambiente digno en que la dirección y la subalternidad no se confunden, en cuanto que reunidas por la cordialidad, en base del acatamiento recíproco.

La llegada de Félix provocó un afectuoso tumulto que el mismo suprimió, avisando que se trataba de ligero contacto. Y anunció que yo volvería más tarde, con bastante tiempo para absorberme en el estudio.

Los colaboradores retomaron la posición. Amantito, sin embargo, por el hecho, quería ofrecernos algunos minutos de atención, que era forzoso a recibir. Nos sentamos. Esto para corresponder a la gentileza, que por el propósito de analizar superficialmente los mecanismos de la casa exigían esmerada consideración, pregunté por el porcentaje de los compañeros que regresaban absolutamente irreprensibles, de la existencia terrestre, según las condiciones de aquel templo de justicia, y el interpelado respondió con humor que principiábamos el interrogatorio manejando inesperada proposición. Elucidó afirmando que en anotaciones fiscalizadas de casi ochenta años consecutivos, el promedio de optimización no excedía de cinco en mil, no obstante sugieren fichas honrosas de muchos que alcanzaban hasta más del noventa por ciento en materia de distinción absoluta, lo que en Almas Hermanas representa elevado grado de mérito.. Haciendo nuevas solicitudes, Amantino aclaró que, a pesar de la equidad en los juzgamientos, prevalece el rigor en el registro de todas las culpas y falencias de los desencarnados, para que no se afloje la disciplina; sin embargo los límites de la tolerancia en la Espiritualidad Superior, son más amplios. Eso porque los árbitros y mentores no se valen exclusivamente de los textos, mas sí, de los principios de comprensión humana que les palpitan en las conciencias, y usando la propia conciencia, el ejecutor de la ley no ignora las dificultades que se anteponen a las criaturas para que se conduzcan en medidas de corrección íntegraL, en el dédalo de los propios sentimientos casi siempre tiznados por la podredumbre de la animalidad primitiva.

Me aproveché del asunto e indagué sobre el divorcio.

El juez atendió. Reconociéndose que todos los matrimonios terrestres, entre las personas de evolución respetable, se efectúan en la base de programas de trabajo, previamente establecidos, bien sea en cuestiones de beneficio general o de pruebas legítimas, el divorcio es obstaculizado en las esferas superiores por todos los medios lícitos; a pesar de todo en muchos casos, es permitido o reconocido, so pena de trasformarse la justicia en prepotencia de víctimas de crueldades sociales de la legislación en la Tierra, en cuanto no consigue remediar ni prevenir.

Surgido el problema, el compañero o la compañera, responsable por la ruptura de la confianza y de la estabilidad de la unión conyugal, pasa en la condición de juzgado. La víctima es conducida a la generosidad y a la benevolencia a través de los recursos que la Espiritualidad Superior consiga vehicular, con el fin de que no se frustren programas de servicio, siempre importantes para la comunidad, comprendiéndose dentro de ella a los Espíritus encarnados y también a los desencarnados, cuyas ventajas son recíprocas con la humanidad y la benevolencia de cualquiera de sus miembros. En razón de eso, alcanzan la patria espiritual en la condición de ennoblecidos hijos de Dios, las grandes mujeres y los grandes hombres, justificadamente considerados grandes, delante de la providencia cuando soportan sin quejas, la infidelidad, la violencia del parejo o de la pareja del núcleo doméstico, olvidando incomprensiones y ultrajes recibidos, a las tareas que los designios del Señor les colocaran en los corazones y en las manos, bien sea en el amparo moral a la familia consanguínea, o en la sustentación de las buenas obras. Los que poseen semejante comportamiento dignifican todos los grupos espirituales a que se adhieren, y vengan de esa o de aquella religión, de esa o de aquella latitud del mundo, son acogidos sobre galardones de héroes verdaderos, por haber abrazado sin rebeldía a los que le golpearon el Alma, sin repelerles la afectación y la presencia. Por lo tanto, los que patentizan incapacidad de perdonar las ofensas, en cuanto se les lastime la ausencia de grandeza íntima, son igualmente amparados, en el deseo de separación conyugal que exprese, agravándose en los débitos para rescates futuros y concediéndoseles las modificaciones que requieran. Llegado a ese punto el hombre o la mujer continúan recogiendo el apoyo espiritual que les sea preciso según el merecimiento y la necesidad de cada uno, atribuyéndose tanta libertad y tanto respeto al hombre como a la mujer, en lo que atañe a la renovación de compañía y cariño, y con las responsabilidades naturales que les surjan de las decisiones. Así sucede, dijo Amantino comprensivo. Porque la divina providencia manda a exaltar las virtudes de los que aman sin egoísmo, sin desconsiderar el acatamiento que se debe a las criaturas de vida recta, despojadas en el patrimonio afectivo, los ejecutores de las Leyes Universales, actuando en nombre de Dios, no aprueban la esclavitud de nadie, y en cualquier sitio cósmico, se proponen a levantar consciencias libres y responsables, que se elevan para la Suprema Sabiduría y para el Amor Supremo, veneradas y dignas. Aún que para eso escojan multimilenarias experiencias de ilusión y dolor.

Impresionado inquirí sobre la moral en los países de la Tierra, donde un hombre disfruta del derecho de poseer varias esposas. Amantino explicó que la poligamia, aparentemente legalizada en algunas naciones, es una herencia animal que desaparecerá de la fase del mundo y que nosotros hallándonos en una estancia inspirada por las enseñanzas del Cristo, no nos cabe olvidar que, frente al Evangelio, basta un hombre para una mujer, igualmente una mujer para un solo hombre. Ponderó que hay probaciones y circunstancias difíciles en que el hombre o la mujer son llamados a la abstención sexual, en el interés y la tranquilidad y la elevación de aquellos que los cercan, situación esa que no modifican sin alterar o agravar los propios compromisos.

Pregunté si la Casa providenciaba auxilio, conforme a la extensión de los errores. Él respondió bien humorado, que el auxilio se verifica justamente por la extensión de los aciertos. Cuanto más exacto el Espíritu reencarnado, en la práctica de los deberes que le competen, más amparo recogen en los días obscuros en que resbale en el desatino, cualquier pedido de ayuda allí formulado antes de tramitar, es analizado a la luz de la contabilidad segura, por el documentario perteneciente al candidato para quien se requiere favor. Aciertos como haberes, desaciertos por débitos. Sumados unos y otros, se verifican, de inmediato, hasta qué punto será posible o aconsejable la atención, determinándose el promedio de auxilio atribuible a cada petición individual. Resaltó, por lo tanto que en esa clara aplicación del derecho, muchos requerimientos de socorro, en las diligencias emprendidas, se transforman automáticamente, en provisiones de corrección, porque, si escaseasen los créditos para los interesados, sumando deudas, el resguardo asumía la forma de enmiendas, lo que a veces irritaba a los solicitantes, sin que les fuese posible modificar el curso de la justicia. En ese sentido, las oraciones, igualmente las vibraciones de alegría y reconocimiento de todas las criaturas encarnadas o desencarnadas, beneficiadas por los solicitantes, funcionan a manera de abonos y cauciones de significado muy importante para cada uno, tanto allí como en cualquier lugar, sublimó Amantino, convincentemente, crea o no en la inmortalidad, pues cualquier persona es alma eterna. Por eso, independientemente de la propia voluntad, las Leyes de la Creación marcan en el camino de todo Espíritu los bienes y los males que practique, devolviendo frutos en la base de la sementera. Efectuándose el perfeccionamiento moral de etapa en etapa y comprendiéndose la existencia por aprendizaje del Alma, entretejidos aciertos y desaciertos, con raras acepciones, la individualidad, en cualquier plano de la vida, es apreciada y sustentada, por encima de todo por el rendimiento de la utilidad con que se caracterice en el bien común. Eso, destacó el juez, es principio general de la naturaleza, árbol benefactor atrae la defensa inmediata del agricultor. El animal eficiente recibe del dueño cuidados especiales.

Es lícito que la persona, cuanto más valores demuestre para la colectividad, en la Tierra o en otros parajes, más asistencia recibe de las esferas superiores.

De nuestra parte ninguna objeción; todas las ponderaciones se articulaban allí en derecho líquido espontáneo.

Enuncié el propósito de saber cómo se operaban las audiencias; todavía delante de la negación de Félix, que no estaba de acuerdo en alterar el servicio, Amantino propuso que se escuchase por lo menos un caso allí expuesto en el gabinete, para que nuestro azote fuese facultado.

El instructor consintió solicitando sin embargo, la asistencia de dos centinelas capaces de vigilar la entrada. Extrañé la exigencia del amigo, cuya simplicidad me acostumbrara a venerar; no obstante lo inesperado se encargaría de sosegarme.

Despejado el pasaje, una triste señora compareció.

Ignorando la presencia de Félix, se olvidó de la autoridad de que Amantito se hallaba revestido, y se precipitó en la dirección del instructor prosternándose de rodillas. Félix acudió a los guardas y recomendó que la levantasen. Apenas ahí llegué a entender que el mentor se había preparado de antemano a rechazar cualquier manifestación de idolatría, huyendo a la lisonja que él usualmente no soportaba. La recién llegada, no obstante contrahecha, fue obligada a hablar de pie sostenida por aquellos que la tenían.

– Instructor, tenga piedad de nosotros—lloró la mujer, entregándole los Autos que traía.

Rogué protección para mi hija y mire el resultado… manícomio, manicomio… ¿El corazón de una madre concuerda con eso? Imposible, imposible…

El benefactor leyó el documento y respondió:

– Jovelina, seamos fuertes y razonables. El despacho es justo.

– Justo! ¿Pues el señor no conoce a mi hija?

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente