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El sexo más allá de la muerte (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Agradecido agarré el brazo de Eleuterio y lo apreté contra mi pecho.

CAP IX

Las sombras del pasado

A medida que avanzábamos, nuevas figuras aparecían, y por lo regular desnudas, y en desvarío, mostrando los genitales o lanzándose a nuestros pies implorando la bendición de la satisfacción sexual. Una mujer de olímpica belleza, cabellos caídos sobre los hombros, ojos negros como azabaches y cejas densas y sedosas, rodó en el suelo, a nuestros pies, y clamó

¡Eleuterio! ¡Eleuterio! ¿Por qué me abandonaste? Llévame de nuevo para Roma. ¡Quiero vivir de nuevo el delirio de las bacanales!

Eleuterio le habló suavemente:

— Mi hija, busca el camino de Jesús y tu llama se aplacará. ¿De qué sirve tu permanencia en el mal?

– ¡Loco! – exclamó ella, levantándose en furia y rugiendo de cólera. ¿Y de qué te sirve seguir al Cordero? ¿Qué es lo que hasta ahora Él nos dio? ¡Solo infelicidad! ¡Aquí estoy perdida por causa de El! Si me hubiese aceptado en aquel día, cuando le ofrecí el cuerpo y la juventud en Jerusalén, él no hubiera muerto en la cruz y éramos felices! ¡Empero no! Prefirió su Reino de humillación! Y tú, cobarde, estabas allá y no hiciste nada por mi, ¡y ahora tampoco lo vas a hacer!

Eleuterio la observó como quien mira a terrible y peligrosa leona, y le habló compadecido.

– Alina mi hija, no depende de mi hacer alguna cosa por tí. Nadie te puede ayudar, solo tú misma…

– ¡Miserable! ¡Vete! ¡Vete con tu cordero!

Pasamos despacio y Eleuterio le lanzó una mirada piadosa y amiga.

Otra mujer, la abrazó y le dijo:

— Vamos, vamos, yo te consolaré.

Y la apartó, empero yo vi espantado que esa mujer le abrazaba con ansiedad sexual, como si estuviese en la posición de un hombre. Alina la besó con pasión violenta en la boca, algo incomprensible para mí, y ellas continuaron en su idilio.

Eleuterio se agachó, y yo lo vi llorar.

– Esa mujer, dijo él, tentó al Maestro en Jerusalén. El Señor, sin embargo la convidó para el banquete del Reino de Dios y ella no lo aceptó. Desdichadamente su Amor por El era algo que El no podía aceptar.

Quedé en silencio debido a la revelación. ¿Pues qué decir después de lo que presenciara?

Otras criaturas se esparcían por el valle. Pequeño rió corría por entre la floresta. Y nos paramos para hacer un pequeño descanso. Niñas jugaban en las aguas despreocupadas y desnudas.

–¿Aquí solamente hay seres de un solo género, o los dos? Interrogué.

Los dos. Estamos más allá del valle y todo se mezcla. Hay hombres y mujeres, niños y niñas, viven en promiscuidad y voy a hacerle una revelación:

–La mayoría aún es de Espíritus encarnados, que dejan sus cuerpos en la tierra, y durante la noche viajan para estos valles. Las sensaciones que recogen aquí, en cierta manera, les calma el ánimo cuando despiertan. Obsérvelos bien y mire el hilo fluídico que los liga a sus cuerpos.

De hecho, atendí la observación de Eleuterio y vi millares de hilos oscuros y otros menos obscuros, que partían del ombligo y la cabeza de aquellas criaturas, hacia sus cuerpos en la tierra. Hilos casi invisibles, empero de excesivo movimiento. Parecían formados de millares de moléculas, o células, o corpúsculos. No pude distinguir bien, pues se movilizaban en altísima velocidad.

— ¡Quiere decir que son criaturas vivas de la Tierra?

– Así como usted puede entender – respondió el instructor. –durante el sueño buscan las regiones donde estacionan los seres que les son afines a sus pensamientos, o con su tenor vibratorio, que les comparten los sentimientos y los objetivos. Atraviesan el espacio con gran velocidad por millares y millares de kilómetros, o penetran tierra adentro con el fin de satisfacer los deseos inferiores. El sexo, como ya lo he dicho, es sagrado. Sin embargo, el mal uso de el, torna al espíritu desgraciado y sufrido.

Me admiré y entré en meditación profunda, Me asombraba el hecho de verificar la existencia de seres que mantenían la preocupación sexual más allá de la muerte.

– Mi hijo, los apetitos carnales en la realidad no son propiamente de la carne, El sexo en el mundo, comienza en la mirada. Lo que vale es lo que está en la mente.

La voz de Eleuterio en esas regiones me alcanza hondamente el Alma. Una extraña impresión de aislamiento me dominaba. No sentí ahora las vibraciones sexuales, y a pesar de todo, otros pensamientos me dominaban la casa mental.

El camino se tornó estrecho, dejamos al margen del río las mozas sonriendo para nosotros y señalándonos con sus manos

–Usted mantiene vibraciones muy vivas del plano terrestre. Sus fuerzas latentes circulan a su vuelta con gran velocidad y colorido. En breve le mostraré como es que eso funciona.

Busqué a mi alrededor y no vi nada. ¿Dónde el colorido? ¿Dónde las fuerzas que circulaban?

Sin embargo miré que las mujeres me observaban con caras de cupido, y llenas de deseo, en cuanto que a Eleuterio lo respetaban como si fuese un ángel.

Era cierto que algunas se aproximaban a él y le acusaban de no haberles dado importancia en tiempos distantes. No podía negar que yo de vez en cuando era asaltado por intensas vibraciones y deseos carnales. Me era imposible vencer las ondas que venían de todas partes. A pesar de todo, confiaba en Eleuterio y en el amor de Dios. . .

CAP. X.

Lecciones desconocidas

Más allá del valle, las vibraciones se intensificaban más y yo comprendí que me esperaban nuevas experiencias. Espíritus amigos entre si, pasaban abrazados, semidesnudos, en condiciones que yo no sabría decir. Labios sobre labios, entrelazados corporalmente como si de hecho estuviesen en la carne. El amor físico que demostraban, nada tenia que envidiar a la intensidad del amor en la Tierra.

Ví que algunos exhibían cuerpos semi-animalizados. Verdaderos faunos que ostentaban pies de caprinos y miradas indescifrables. Nos miraban de manera devoradora, y sentíamos que sus ojos lanzaban llamas.

El paisaje campestre, verde, contrastaba con la tristeza y la alegría que se irradiaba de todos ellos.

En ese punto fijara mi pensamiento en la meditación, cuando un gesto de Eleuterio me detuvo.

–¿Qué sería?, pensé en ese momento.

— Oigo voces que no son de esas criaturas – dijo él.

Agudicé el oído. Empero nada escuché. Eleuterio vibra en otra frecuencia y percibe sonidos e imágenes que yo estaba lejos de registrar. Sentí que alguien diferente iría a surgir.

De hecho, no demoró, y bellísima doncella, de cabellos sueltos sobre los hombros, esparcidos sobre su blanca y pura túnica nos apareció. Tuve la idea del deslumbramiento. Al mismo tiempo la sorpresa me frenó la palabra. ¿Cómo? ¿Semejante criatura en este lugar?

Me escuchó Eleuterio las indagaciones mentales, porque me respondió:

La pureza de Diana la coloca al abrigo de ataques.

Diana sonrió y me saludó.

— Ya sabía de la presencia suya aquí, pues recibí comunicado.

Miré a Eleuterio.

– Aquí también existe el servicio telegráfico semejante al de la Tierra, solamente que es mental…

Diana tornó a sonreír.

–Tengo la incumbencia de introducirlos en el reino del sexo, si así se puede decir. En las zonas sobre nuestra vigilancia existe tal vez, la mayor cantidad de casos de naturaleza sexual, y que pueden ser observados.

–¿Cómo? ¿Aquí no estamos más allá del valle, donde no hay ningún control? – sorprendido le pregunte a Diana.

–Si, Eleuterio tiene razón – esclareció Diana. No hay posibilidad de control porque estas criaturas son absolutamente libres por no someterse a ninguna disciplina ni aceptan ningún gobierno, así sea el gobierno de Dios, mas eso no impide que aquí existan vigilantes al tanto de los movimientos.. En el valle propiamente, reciben tratamiento, y de alguna manera se someten a cierta disciplina. Aquí no hacen lo que quieren y lo que sienten. Es lógico que sin que lo sepan son gobernados por leyes inexorable del destino..

Traté de comprender el pensamiento de Diana, empero sentí que una confusión se anidaba en mi mente.

— No se preocupe, dice ella, la libertad que Dios concede a los seres es de cierta manera, un tratamiento espiritual. Un día las criaturas también se saturan del libertinaje y vuelven a desear la disciplina de la Ley. Lo que aquí podríamos considerar como punto de saturación es similar a los preceptos de la ciencia de la Tierra.

Mis pensamientos galoparon por lo más recóndito de mi Alma. "Saturarse de libertad" ¿podría la libertad saturar a los seres?

–Recuerde que libertad es casi apenas un concepto – dijo Diana. El ser está en el Universo limitado en todos los departamentos de la vida. La libertad como la entiende el hombre, en realidad no existe, pues la criatura es prisionera de todo…

Analicé a la bellísima joven que me hablaba y tuve la impresión de que la sabiduría que partía de sus labios como perlas, venia del fondo de los milenios. ¿Libertad limitada? ¿Se puede limitar la libertad?

– Si, se puede – confirmó ella. ¿En la Tierra no existe lo que se denominó llamar como "libertad vigilada"? En todas partes del Universo la libertad tiene límites; .millones de leyes menores muchas veces limitan el campo que nos conceden las leyes de Dios. En verdad, pensando en términos del mundo, los preconceptos, los tabúes, las disciplinas, son limitaciones de la libertad. La libertad liberada aún no puede ser concedida a seres que gravitan en ciertas fajas vibratorias, tales como la de la tierra y la de estas regiones en donde nos encontramos.

— Empero, en el Universo entero, ¿no existen condiciones de completa libertad? . .

–¡Existen, si!. mas solo para los "Grandes Seres" que alcanzaron las cúspides de la evolución espiritual, ellos conquistaron el derecho de la libertad sin límites, pues el sentimiento de libertad verdadera, es antes que todo, condición interior del Espíritu eterno. Cuando el Espíritu alcanza las más altas estancias de la espiritualidad superior, conquista la libertad amplia de pensar, de actuar, de vivir, de crear y de amar.

Diana sonreía maravillosamente y de sus ojos pendían rayos de sublime belleza e irradiaciones de profundas virtudes.

Me convencí de que me encontraba frente a un Espíritu bellísimo, que alcanzara el clima interior de la sabiduría y del Amor.

— Mi hijo, no piense así – dice ella… Aún tengo mis limitaciones. En breve usted verá.

Me sonrojé verificando que ella me percibía los pensamientos ocultos en mi casa mental, como quien mira por una ventana abierta.

Busqué a Eleuterio. Estaba cerca de mí, y me calmó.

XI

Los hombres

Un hecho diferente me impresionó el Espíritu de manera viva.

Comencé a encontrar a viejos compañeros de la carne que estacionaban allí, en el Círculo de la Perdición; así era llamada la zona más allá del valle. Muchos de aquellos que yo encontraba todos los días en la calle de mi ciudad terrestre, corrían entre los faunos y las ninfas y con ellos se sumergían en las ondas del sexo. Algunos se escondían de mí por detrás de los árboles o la vegetación más baja, otros sin embargo, sonreían alegremente y me señalaban con las manos convidándome a seguir con ellos al encuentro de la aventura sexual.

Todos ellos exhibían el cordón umbilical que caracteriza a los Espíritus encarnados. No siempre el cordón era oscuro, a veces de color claro y en algunos casos verifiqué que no se entregaban al sexo con la ansiedad de los demás, había menos animalidad.

Eleuterio me condujo cada vez más adentro del bosque y era común ver a grupos desnudos acostados sobre la grama, riendo en la alegría de los amantes. Me recordé de Paolo y Francisca de la Rimini y del viaje de Dante. Nunca comprendí muy bien el drama de aquellos que mueren por amor y por el abuso sexual

Aníbal estaba al margen del camino. Viejo amigo de la infancia que sonrió para mí.

– ¿Usted aquí? – dice el viejo. – Viene vestido con la túnica de los Espíritus buenos…

Dijo y sonrió. Me sonrojé. Me pareció que se burlaba.

– Usted sabe que soy pecador.

Eleuterio había parado un instante para permitirme conversar con él.

Millares de Espíritus iguales a Aníbal se aproximaban a nosotros, ansiosos por escuchar la conversación.

– Sé que es pecador, empero hoy está con la túnica de los ángeles, acompañando a un ángel!

– Mi apreciado Aníbal – le hablé – siempre fuimos amigos y no comprendo por qué ahora me hostiliza.

Pareció comprender pues se disculpó de eso:

– Bobadas mías, cuando somos encontrados culpables procuramos siempre atacar a los buenos. Sé que usted aún es Espíritu imperfecto, mas viene luchando por espiritualizarse. Sé que estoy errado, empero no tengo otra solución para mi vida. Cuando mi cuerpo duerme vengo espiritualmente para acá, y como usted y yo vemos, son millares los que aquí encontramos la satisfacción sexual que nos es negada en la Tierra…

– ¿Y la esposa? – Interrogué sorprendido.

– Mi esposa no quiere saber nada de esto por preconcepto religioso. Combinó sexo con religión y con eso, estableció el desamor entre nosotros. Mientras mi cuerpo duerme yo busco estos sitios para satisfacerme.

– Más usted, Aníbal, puede ver que nosotros como Espíritus estamos en evolución. ¿Por qué no busca el camino del progreso espiritual?

– No tengo condiciones. Soy muy atrasado.

– ¿Atrasado de qué manera? Todos nosotros estamos avanzando.

Eleuterio escuchándonos nos interfirió.

– El sexo no es obstáculo a la Evolución. Por el contrario, es puerta abierta para la evolución. ¿No es a través de la reencarnación que los Espíritus van alcanzando mayor progreso? El sexo es puerta sagrada. La extravagancia sexual es la que debilita al cuerpo físico y al periespíritu del hombre. Las fuerzas electromagnéticas de los vehículos, cuerpo y periespíritu, tienden a debilitarse o a gastarse con el ejercicio indiscriminado de la sexualidad, simplemente es así…. Es como si una batería se descargase por el excesivo uso. El cerebro material sin la carga electromagnética necesaria, debilitado, no tiene condiciones de alzar vuelos para el pensamiento más alto. Ahí tenemos a los religiosos del pasado, caídos en la situación opuesta y absurda de intentar el celibato para mantenerse en absoluta castidad. Para lograr esto es necesario que el ser haya evolucionado y progresado espiritualmente. El celibato para el hombre común o igualmente para aquel que en otros campos progresó mucho, pero que aún no alcanzó la beatitud, es medida perjudicial, porque la criatura encarnada tiene la responsabilidad de la creación de las formas.

Miré a Eleuterio y me di cuenta de que él penetraba ahora en el campo secreto de los conocimientos sexuales del Espíritu y quedé amedrentado.

– Todo en el Universo se puede espiritualizar o materializar, depende apenas de la flexibilidad de nuestra mente. Donde fijamos la mente, allí colocamos el corazón, y el periespíritu pasa a adquirir menos velocidad vibratoria y con eso tiende a inmovilizarse o a tornarse rígido.

Aníbal nos contempló espantado.

– Mi apreciado Aníbal – le habló Eleuterio, colocándole las manos en los hombros – sé que usted es un gran estudioso de los problemas psíquicos y tiene hambre espiritual de Jesucristo, su alma desea progresar y crecer en espíritu, solamente verifico que está demasiadamente preso al ansia sexual en las luchas consigo mismo y en un conflicto establecido por los preconceptos sociales, y por las falsa moral religiosa de nuestros tiempos. Mi hijo, sexo no es inmundicia ni inmoralidad. Es oportunidad de entendimiento entre las criaturas; es el chance para la transfusión de fluidos. Cuando dos criaturas se aman verdaderamente, a través del sexo y del acto sexual, ellas se trasfunden las vibraciones psico-espirituales de que son portadoras y dan y reciben energías extraordinarias para la marcha de la vida. Hay euforia y grandeza moral como espiritual. Cuando, por eso, la fijación sexual es demasiada o exagerada, la criatura puede caer en agotamiento nervioso, en el desgaste y embrutecimiento periespiritual, empero a pesar de eso, delante de Dios, no hay pecado, Dios que creó el sexo no lo hace ni moral ni inmoral, lo hizo natural y simple para alegría del hombre y de la mujer y para progreso de los Espíritus. Sexo es obra Divina y el Creador se complace en verificar que a través de el, los seres avanzan universo adentro al encuentro de las mayores posibilidades y alcanzan cada día mayor ascensión espiritual. El sexo se sublimará a través de los tiempos y por el, los seres que gravitan en las sombras encontrarán el entendimiento mayor y se aproximarán al reino de Dios. ¿Usted no se acuerda de Pablo el apóstol? "No os defraudéis unos a los otros, porque es mejor casarse que quemarse" Ese es un problema viejo, mal comprendido por los hombres y mal divulgado por ciertos líderes de las religiones tradicionales, que no pudieron entender la orientación de los iniciados y la distorsionaron. Más allá de eso, ¿usted no sabía acaso que Pedro tenía suegra?. Quien tiene suegra tiene o tuvo esposa…

Reímos todos ante las expresiones de alegría de Eleuterio.

Aníbal lo miraba sorprendido y percibí que sus ojos irradiaban una nueva luz.

– ¿Mas, señor, y mi presencia nocturna constante aquí en este valle de perdición?

El Guía respondió:

– Aníbal, perdóneme, Señor, solo Jesucristo. En cuanto a su presencia en el valle, es resultado de sus necesidades de satisfacción sexual. No encontrando en casa la comprensión de la compañera, es natural que usted la busque en algún lugar. Aquí se reúnen compañeros suyos de otras vidas y almas afines que lo quieren verdaderamente, así el encuentro sea fatal. Nosotros vivimos sometidos a leyes inexorables y las leyes del pensamiento aún son más poderosas. Evidentemente, el control y la disciplina de las energías sexuales, en el campo psicofísico le dan al ser nuevas dimensiones más allá de la animalidad, empero la naturaleza no da saltos y la paciencia de los hombres ha de llevarlos en el futuro, a zonas más elevadas para la espiritualización. Una cosa le puedo decir, mi apreciado, sexualidad no es crimen…

Diciendo eso, Eleuterio golpeó amigablemente en las costillas de Aníbal y esclareció:

– Ahora tenemos que andar un poco más, sin embargo le prometo que volveremos a conversar pronto.

CAPT XII

En marcha

Mi pensamiento aún vibraba intensamente en torno a la exposición de Eleuterio. Diana nos acompañaba silenciosa y sonreía de vez en cuando para mí. Aníbal permanecía en mi casa mental como un ser angustiado que aún no se encontraba a si mismo. ¿Yo qué podría hacer a su favor?.

– ¡Nada! respondió Diana—que probablemente registraba mis pensamientos. Nada, mi amigo. En ese estado de evolución en que se encuentra, muy poco se podrá hacer por él. La lucha sexual que lo domina es muy grande. Las energías que emanan de su ser son tan poderosas que se renuevan en la satisfacción del propio sexo. Hay dos intensas y poderosas fuentes de energía en el hombre: la fuente mental, y la fuente sexual. Ambas se equilibran permanentemente. Una es la fuerza renovadora del mundo y del Universo que envuelve al hombre y que se manifiesta a través de la inteligencia en las actividades de cada día, y la otra es la energía creadora de las formas físicas que buscan realizar la obra de la creación Divina para la evolución de los seres. La primera es fuerza de actividad y realización, y la otra es energía de manutención y permanencia del hombre en la Tierra. Sin el sexo no habrá hombre en el mundo y no habría oportunidad de evolución para los espíritus que vibran en la faja de los Mundos semejantes a la tierra. Son Mundos para la reencarnación que exigen formas físicas. Naturalmente, Dios, en su sabiduría determinó que el potencial del sexo se constituyese como extraordinaria y poderosa fuerza, de manera que el hombre no se desinterese de su creación y así no quedase interrumpida la posibilidad de evolución espiritual. Por otro lado, vemos que ese hecho existe en toda la naturaleza, desde las plantas y los animales, hasta las aves y los insectos. Sexo es ley de la vida, ¿Usted no ha oído hablar de eso?

Diana sonrió. Una sonrisa larga y maravillosa. A nuestro regreso los faunos bailaban la danza del amor y los Espíritus de los hombres cantaban extraños temas sensuales.

Tomamos el camino solo que conducía a una claridad donde criaturas entre quince y dieciocho años jugaban entre las flores

Me parecían pájaros de blanquísima belleza, extrañé el cambio del escenario y Diana explicó:

— Aquí se reúnen aquellos que cayeron en la Tierra, en la expresión del Mundo, y que buscan de alguna forma la satisfacción sexual.

Vi. que todas ellas poseían el cordón fluídico que las ligaba a la Tierra.

Nos rodeaban alegremente y me buscaban con las miradas y con las manos, pues muchas de ellas vinieron a abrazarme, y hasta deseaban besarme ansiosamente. ¿Por qué permitirían Diana y Eleuterio que eso sucediese?

Al principio me atemoricé, después sentí placer y sonreí para ellas.

Aplaudieron y reían. Sentí ondas de sensualidad. que me invadían el organismo espiritual y comprendí que me embriagaba de sexo. ¡Qué hacer! Nuestros guías parecían ignorar lo que sucedía conmigo, el alboroto de las jovencitas aumentó asustadoramente y vi. que estaba envuelto por centenas de ellas que me arrastraban felices para un pequeño bosque. Sus manos suaves y calientes me alisaban el cuerpo y sentí el hálito de sus bocas perfumadas y juveniles. Un vértigo jamás sentido me dominó por completo y mi alma estaba a punto de perderse. Al mismo tiempo, yo mismo me entregaba al amor. Nada hice más allá de caricias, sin embargo eso me dejó exhausto y perturbado. Después, corrieron en gritería, y me dejaron allá caído y solitario. Un gran silencio envolvió el bosque No miré más a Diana ni a Eleuterio. A mi lado apareció una criatura pequeñita y fea, que se reía de mí sarcásticamente, Era un verdadero enano y me convidó.

–¿Usted no quiere conocer el valle? ¿No vino aquí a eso?

Me sorprendí y le dije que si, y le extendí los brazos para que me ayudara a levantar.

Se rió y me levantó con gran facilidad como si yo fuese una pluma y me llevó bosque adentro.

No podía entender lo que pasaba conmigo. Apenas entendía que mi ser se complacía en aquellas ondas de sensualidad física que venían por todo lado..

¿Quién es usted? pregunté.

–Kunter—respondió él. Trabajé con Wagner en la ópera Alemana. Conozco todo el valle y espero cumplir con la solicitud de Diana.

– Espantado pregunté ¿Pedido de Diana?

– Sí, Diana prefirió que conociese el valle por mi intermedio. También presto servicio secreto en este valle.

Me admiré de la facilidad de exposición de Kunter.

–¿Servicio secreto?

Sí, servicio secreto: Muchos Espíritus como yo, vienen aquí aparentando diversión, pero en realidad son seres informantes para departamentos más adelantados.Cuando registramos alguna mejoría en algún Espíritu, así como en el caso de Aníbal, comunicamos el hecho, y luego vienen en auxilio para retirarlo e internarlo en sanatorio o plantel educativo especializado. La mayoría de los Espíritus que vienen aquí, son dominados por el pensamiento lujurioso, y que por lo regular no encuentran satisfacciones en la Tierra.

Deduje que en este caso también había una criatura bien esclarecida y tal vez más sabia de lo que yo juzgaba.

Caminé con él. El bosque aumentaba de tamaño a medida que andábamos. No se porqué me sentí animado, a pesar de no haber vuelto a ver a Diana ni a Eleuterio. Sabia que ellos no me abandonarían y que en momento oportuno estarían nuevamente con migo. Por otro lado Kunter me inspiraba absoluta confianza. Percibí que de él se irradiaba extraña fuerza de decisión y firmeza. Me di cuenta de la gran facilidad con que se movía en el valle y recorría el bosque como si estuviese en casa.

Tailan estaba acostado cuando Kunter fue a hablar con él. Al lado del enano parecía un verdadero gigante

–Tailan – le habló Kunter. Traigo un amigo que quiere conocer sus dominios. La figura que acababa de conocer no era asustadora, empero poseía la mirada de un felino y el cuerpo atlético como el de un deportista de olimpiadas. Me miró demoradamente y después dijo:

–¿Dónde fue usted a buscar ese espécimen, Kunter?

–Viene de la superficie terrestre y quiere estudiar la sexualidad en el campo del Espíritu.

–¿Tiene orden? – quiso saber un poco desconfiado.

— Claro que si, respondió Kunter

–Pregunto porque como usted sabe, todo el mundo puede venir aquí; empero para estudiar es necesario de una orden. Más allá de eso, él es protegido por el Cordero y yo no quiero creencias en el Cordero ni en los Dragones.

Mi negocio es otro, y no tengo partido.

Kunter respondió.

–Comprendí, usted no quiere complicaciones…

–Usted sabe que no entro en esa pelea de Ángeles con Demonios. Cuido del sexo. Desenvuelvo mi negocio, ¡y no busco a Dios, ni al Diablo!

Yo estaba admirado con el diálogo. ¿Entonces sabía aquello? ¿Podría alguien encontrarse apartado de ellos?, ¿de las leyes de Dios o de las fuerzas del Demonio?

Él sin saber, tal vez, respondió a mis indagaciones.

— Aquí donde vivo soy neutro. Respeto al Cordero y respeto a los Dragones. Obedezco las leyes de Dios, y obedezco órdenes de los Dragones. ¡Más siempre que puedo quedo libre de los dos! Sabiendo eso, ustedes pueden andar por ahí, les cooperaré. Aquí todos son libres y el sexo es lo que hay de más importancia entre nosotros. Solo cuidamos de eso Queremos vivir, queremos vivir!

Kunter, con un gesto de cabeza concordó y dijo:

–¿Nos va a acompañar?

–Más tarde pueden andar a voluntad y pueden ver lo que quieran. Todo es nuestro y todos aman. Aquí en este bosque no hay otra cosa que el amor libre, y no hay odio de alguna especie. ¡Todos aman, todos aman!

Tailan abrió los brazos y cantó una canción profundamente sensual, en la cual le cantaba al cuerpo, a los órganos sexuales y a la satisfacción de la sensualidad.

La voz de Tailan era bellísima y extraordinariamente atractiva. Me acordé de las leyendas de las sirenas.

–No se deje envolver, susurró Kunter. La melodiosa voz de Tailan y su sensualidad son fuerzas perturbadoras en este valle.

De hecho empezaron a aparecer hombres y mujeres de belleza excepcional. No eran más niñas, y si, criaturas adultas, bien formadas, y algunas venían vestidas con largos y transparentes vestidos de colores que, más que la desnudez, me impresionaba la sensibilidad sexual. Brazos rollizos y senos que me herían la acústica de los sentidos del Alma, sentí otra vez las ondas de sensualidad que venían de ellos.

Me recordé de mis amigos Diana Y Eleuterio; a pesar de todo, no me atreví a llamarlos, Kunter me apretó el brazo y dijo:

— Pasemos, pasemos!

La energía con que se expresó, me dio ánimo desconocido y atravesamos en medio de aquellas criaturas que me alisaban los cabellos y pasaban las manos por mis espaldas.

– Ven, ven mi amor, aclamaban ellas.

–Qué hacer, una cruel angustia me embargó el Alma. Coloqué mis pensamientos en el Cristo, ¡y lo vi crucificado en lo alto del calvario! Pendido en el pecho me pareció escuchar su mensaje de renuncia y de dolor.

Esa imagen me pareció un bálsamo, y las mujeres, instantáneamente se apartan y murmuran entre sí:

— ¡El es hijo del Cordero!—y se apartaron aún más.

Se agrupaban en un pequeño montículo y me contemplaban como quien considera a alguien muy respetable, o a un enfermo que sufre de lepra.

–Vamos, ore y pase, insistió el enano.

Oré y pasé. Detrás de nosotros quedó un perfume inolvidable de amor carnal y físico. Jesús, entonces vibraba en mi Alma como la única y última esperanza.

CAP. XIII

Sombras del pasado

Yo había notado que entre aquellas mujeres, algunas me eran profundamente simpáticas y me parecía reconocerlas. Estaba casi seguro de que no era la primera vez que las veía. El pasado vivía en mi Alma, ¿Serían las compañeras de otras reencarnaciones, perdidas y sumergidas en el tiempo de civilizaciones antiguas? Caí en silencio y profunda meditación. Tenía la impresión de haber sido profundamente amado por ellas en algún tiempo y lugar. Algunas me recordaban el Antiguo Egipto, otras el Oriente, Grecia, y también Roma, pero la mayoría me recordaba a Francia. Me perdía en meditaciones confusas. Kunter no me dejaba saber si percibía o no mis pensamientos. No era Espíritu como Diana ni como Eleuterio.

En realidad, ahora yo estaba casi solito. No todas aquellas mujeres estaban ligadas a la Tierra por lazos fluídicos. Muchas de estas ya pertenecían al mundo de los Espíritus, desligadas de la carne.

Meditaba en aquel problema desconocido de los hombres en su consciencia normal: el hecho de existir en el otro lado de la vida, o atrás del velo, en la invisibilidad, criaturas como aquellas, que se entregaban a un amor extrafísico y casi físico. Practicaban todos los actos sexuales con los Espíritus de figura masculina que a ellas eran aficionados, indiferentes a la existencia de la inmortalidad y de la Ley de evolución. Ignoraban la marcha de los astros y la grandeza del Universo Vivian felices en su ansia de sentirse libres para querer a su manera. Poco les importaba el Cordero y el Dragón,. Creían respetar a ambos y nada sabían de las luchas de los sabios, de los santos y de los iniciados que buscaban el camino de la verdad. Creían amar y ser amadas. Me acordé de walhala*, de los antiguos sufíes, del paraíso de muchas razas orientales y de las promesas de Mahoma a sus seguidores. Decía a sus soldados y seguidores que después de la muerte irían para un paraíso de delicias. ¡Para el Cielo de Alá!, ¿Quién sabe?

Inmenso cisma me invadió el Alma, Una gran duda empezó a henchirme el corazón ¿No seria mejor estacionarme y permanecer allí eternamente?

Talvez sintiendo mi gran silencio o recibiendo la intuición de lo que pasaba conmigo, Kunter habló:

— Cuidado mi amigo, con el pensamiento en estas regiones. Esas mujeres impregnan el ambiente de esas vibraciones de sensualidad que difícilmente un Espíritu menos preparado puede resistir. El sentimiento sensual es dulce y suave como la miel de las cosas capaces de arrastrarnos

* Paraíso de la mitología Alemana

– ¡No nos sumerjamos en meditaciones sobre ellas porque podemos correr el peligro de perdernos! El sexo es obra Divina, tiene los atractivos de las cosas de Dios. La sensualidad es uno de los irresistibles placeres que dominan a la humanidad. Si usted no reacciona inmediatamente, jamás saldrá de aquí, quedará imantado a ellas como la lima de hierro al imán. ¡Podrá salir, empero regresará siempre!.

Debido a esas palabras que me alcanzaron fuertemente el corazón. Reaccioné violentamente y me reajusté al pensamiento superior. Una brisa suave ahora bañaba nuestra frente y pude esbozar una sonrisa leve de compasión para conmigo mismo. Aún era muy frágil, y terrible el camino que conduce al placer de la carne!.

Después encontré de nuevo a Diana y a Eleuterio. Extrañé encontrarlos al frente, empero no pregunté nada. El camino ahora era más oscuro con sus follajes sombríos. y Kunter pidió licencia para retirarse advirtiendo que iba a avanzar para preparar nuestra llegada. Me hice la pregunta. –¿A dónde llegaremos?. Sin embargo me calmé, pues no me competía indagar. Apenas sentí que alguna cosa me sofocaba lentamente la garganta, que el ambiente cada vez se tornaba más pesado e irrespirable, y que las impresiones se tornaban diferentes a la inicial.

–El Amor y el sexo no están en el cuerpo ni en el periespíritu – dice Eleuterio, tomando un aire profesional. – El sexo parte del Espíritu. Mucha gente dice que la carne es débil, pues no existe debilidad en la carne. Lo que existe es mayor o menor evolución del Espíritu. Todo está en la mente La sexualidad y el amor también están en la mente y no en el cuerpo. La carne y el periespíritu son redes electromagnéticas de alto potencial, en el caso del cuerpo físico, conformadas del material de que se compone el mundo en la cual esta viviendo el ser. Eso es normal y es obra de Dios. El instinto en su necesidad de procrear, fuerza extraordinaria de la naturaleza, es quien induce al macho y a la hembra a procrear y también los coloca en la lucha sexual. No hay en esto pecado ni crimen, es la naturaleza que se expresa a través de la forma para preservar las mismas formas, renovándolas y recriándolas.

Sexo es potencial Divino. El uso exagerado como ya dijimos, podría llevar al hombre al embrutecimiento y a la animalidad más violenta, más el uso controlado podrá mantenerlo perfectamente en el seno de la Creación, equilibradamente. Lo que existe en todos los Departamentos del Universo es equilibrio y desequilibrio. Quien se desequilibra sufre para readquirir el equilibrio, esa lucha para la conquista del reequilibrio, es lo que produce el sufrimiento y el dolor. Dios no castiga a nadie. Sus leyes funcionan como el más exacto reloj y todos estamos sujetos a esas leyes frías, duras inexorables, empero perfectas.

Eleuterio dejó de hablar golpeándome los hombros amigablemente. Yo sonreí para él agradecido. Pues los apuntes eran de tal manera importantes como para hacernos meditar profundamente.

Sentí que en el silencio que se estableciera asimilábamos la Sabiduría Infinita de Dios

CAP. XIV

En el valle de la muerte

Descendíamos cada vez más sobre el oscuro camino. Ahora, Diana se colocaba al frente.

Parecía un Ángel de los Abismos.

Recordé instintivamente a Atafón. Evidentemente la zona donde nos encontrábamos no era la de los Abismos, pero si la faja o mundo paralelo a continuación de la corteza terrestre hacia abajo. Sin embargo, siendo Diana un Espíritu inferior comparado con Atafón, a pesar de eso, me parecía a un Ángel.

Aquellos recuerdos me venían a la mente, por el simple hecho de estar penetrando en zona más sombría y fétida, desagradable, diferente al bosque que recorriéramos donde el sexo libre se combinaba con la belleza Helénica. Por instinto sentí que ahora descendíamos a región semejante a las de los Abismos.

Eleuterio se tornó serio y Diana se tornó pálida y con aspecto grave. De súbito apareció Kinter:

–Señor, Le dice a Eleuterio, Ya todo está preparado. Ya hablé con Deucalión.

–Aquí, mi hijo – esclareció Eleuterio – no es zona propiamente libre, es una región más o menos controlada.. Los Espíritus que vienen aquí, están en tratamiento espiritual.

De hecho, en la medida que avanzábamos, se divisaba a lo lejos un edificio de torres puntiagudas, que se perdía en el cielo, evocando a los antiguos palacios. Inmensos jardines con diversas entradas caracterizaban la construcción. Y sobre esos campos verdes parecían pastar a nuestra vista algunos animales.

En medio de nosotros y la edificación se interponía gran distancia de aquella oscura zona de olor nauseabundo.

–Allá queda el sanatorio – habló Diana apuntando con la mano. Sin embargo tenemos que cruzar el Valle de la muerte, extensa faja donde estacionan los Espíritus que iniciaron el desgaste de la forma periespiritual por la exageración del ejercicio sexual.. Es lógico mi estimado – dice dirigiéndose a mí – que en esa primera excursión y en estas primeras noticias que enviaremos a la Tierra sobre sexo, en el plano espiritual, no mostraremos ni contaremos todo. Es el mejor método pedagógico del mundo Espiritual, que toda la verdad trasmitida a la Tierra sea entregada de acuerdo con las posibilidades de percepción y asimilación de aquellos que la van a recibir. No podemos decir más ni enseñar más de aquello que apenas hace parte de una medida general que la humanidad pueda recibir. Algunos discípulos o iniciados reciben en particular mucha información más adelantada, sin embargo, están limitados para hacer algunas revelaciones. Por su propio adelantamiento ellos saben que no deben hacerlo. Si diéramos más de lo que la humanidad puede asimilar estaríamos estableciendo el desorden en la casa del Padre y la perturbación en las mentes humanas.

Diana sonrió y habló para nosotros. Comprendí completamente el esclarecimiento.

-.En diversas ocasiones ya fui alertada sobre ese hecho. Realmente en el plano Espiritual hay recomendaciones severas en referencia del envío de información a planos o criaturas que no alcanzaron aún el clima interior necesario para comprender, a veces prefieren las fuerzas Espirituales que las noticias vengan aparentemente incompletas. Afirman que sería mejor, de manera paulatina y gradual transmitir nuevas noticias que vendrán a esclarecer los puntos aparentemente incomprensibles. Enseñanza poco más demorada, pero segura.

Meditábamos en las anotaciones de aquella hora cuando verificamos que atravesábamos terreno extraño y más sombrío aún. Partían gemidos y lamentos de aquí y allí; Observé que entre el follaje habían criaturas abandonadas en el piso. Parecían animales y sufrían. Eleuterio nos hizo un gesto y lo acompañamos. Diana esperó en el camino mientras hacíamos la incursión. Tomamos un atajo. Kunter iba al frente sobre la orientación de Eleuterio. En determinado punto paramos y el Guía nos mostró diversos Espíritus que se amontonaban unos sobre otros. Noté que no tenían brazos y las piernas excesivamente delgadas, en realidad estaban mutiladas.

Fisonomías intensamente pálidas como si hubiesen perdido toda la sangre, con una palidez marmórea. Los labios estaban cerrados, contraídos como la boca de los niños que chupan biberón; desagradable en realidad, nos hacían recordar a niños recién nacidos, aunque los cuerpos fuesen de adulto.

– Ellos vivieron en la afición carnal de naturaleza tan inferior, hasta comenzar el deterioro del periespíritu

– ¿Que hicieron ellos?

– Usaron los brazos y las piernas para el mal. No se limitaron a amar dentro de un plan de pureza y comprensión, empero se entregaron al desvarío del sexo. Hemos dicho que amor y sexo son leyes de la vida, mas el vaso físico, bien sea el de la Tierra o el Espiritual están sujetos a dilaceraciones y a responsabilidades que le cabrán siempre al Espíritu que se pierde en el desgaste electromagnético. Esos vehículos de manifestación de la mente y del alma, como el periespíritu, son verdaderas máquinas construidas con la más absoluta precisión. Las exageradas pasiones y la cólera son descargas electromagnéticas de altísimo voltaje que ponen en riesgo todo el aparato. La mente emite energías en el sentido en que nosotros la fijemos. Si nuestro pensamiento se fija en las manos, para ellas se dirige la corriente vibratoria desencadenada en el cuerpo Espiritual y es lógico que ahí se concentraran violentamente las fuerzas electromagnéticas comandadas por la mente.

Si fijamos la mente en los órganos sexuales, el fenómeno es el mismo. Nos cabe dirigir sabiamente las fuerzas interiores que se mueven sobre el comando de nuestra mente

Sexo no es crimen, sin embargo el uso inmoderado o descontrolado traerá como consecuencia perturbaciones de orden físico y psicofísicas –

Observé al gran instructor y pasé a contemplar aquellos seres que yacían allí semi inconscientes como si fuesen un trozo de leña.

Más adelante encontramos criaturas un poco diferentes. No estaban inconscientes, estaban de pie. Nos miraban con tristeza. Figuras masculinas. Algunas tapaban los órganos genitales con las manos como si estuviesen avergonzados. Fue cuando de pronto me detuve sobre el impacto de una impresionante visión. Aquellas criaturas ya no poseían los órganos genitales. Ni los hombres ni las mujeres. Ahora Eleuterio me percibió el choque y la emoción. Me aseguró delicadamente por el brazo y me dijo:

– Como usted ya puede percibir, ellos se esconden aquí en éstos lugares por que se sienten avergonzados de haber perdido los órganos sexuales.

Eleuterio le ordenó a uno de ellos que se aproximase. El cuerpo era de un joven; sin embargo la fisonomía era de un hombre viejo, encanecido en la Tierra.

—Aldrovando! dijo el Espíritu; ¿cuánto tiempo hace que usted esta ahí?

– Hace dos mil años, Señor – respondió él.

-¿Dónde fue que usted perdió los órganos sexuales?

– En las civilizaciones antiguas, mi Señor. Me entregué demasiado a las alegrías del sexo.

– Y ahora, Aldrovando, ¿qué piensa hacer?

– Espero la misericordia de Dios y la oportunidad de servir; sin embargo, en este estado no tengo coraje para salir de aquí. ¡Ni mis compañeros ni yo!. Estoy esperando llamada del sanatorio. Algunos enfermeros y médicos ya estuvieron aquí evaluándonos.

– ¡Y qué dictaminaron?

– Hallaron que la recuperación va bien. Nos dieron instrucciones. Dijeron que deberíamos por algunos años olvidar el problema sexual. —Tristemente, señor, no es fácil.

-¿Por qué no es fácil?

– No es fácil por que nuestra mente esta imantada a muchas mujeres que insistentemente nos buscan y vienen hasta aquí. Nada nos resta, mas esas compañeras se complacen en abrazarnos y besarnos. Cómo sufrimos en la oscuridad, nos es difícil rechazar ese amor.

Comprendí la fuerza de la afirmativa y quedé pensando en aquellos que se destruyen en la sensualidad. El silencio nos envolvió de nuevo. Eleuterio nos convidó a seguir y Aldrovando permaneció donde estaba con los ojos fijos en nosotros, como alguien que contemplase una de sus grandes esperanzas. .

CAPT. XV

Aun en el valle

Yo ya había aprendido en el viaje a los abismos, que el periespíritu se puede mutilar, y que las criaturas tienden a inmovilizarse periespiritualmente, así no retrocedan en el campo de la evolución. Subimos o descendemos de acuerdo a la dirección que le demos a nuestros pensamientos. Todavía era inmensamente chocante verificar que el sexo descontrolado conduce a los mismos resultados. ¿Cómo conciliar las enseñanzas que nos orientaban en el sentido de que sexo y amor son leyes de la vida. ¿Y la decadencia de aquellos seres ?

Diana que se uniera de nuevo a nuestro grupo, me oyó las indagaciones mentales y pasó a orientarme.

– Mí apreciado, dijo ella con suavidad, no hay ninguna contradicción en eso. Todo es cierto. Por ejemplo, una criatura se alimenta para vivir y eso está bien. Si come demasiado, podrá sufrir perturbación estomacal. Quien pasa noches sin dormir podría estar sujeto al agotamiento nervioso. La máquina tiene un límite de uso, con el abuso es que se puede errar…

¿Comprendió ahora? Esos Espíritus, cuando en la Tierra e igualmente en este plano, llevan muy lejos la libertad sexual, se afectan a sí mismos y ahora tienen que recuperarse.

Observé que Diana manejaba muy bien este asunto, pues aquello que salió de sus labios me parecía más dulce y más suave. Me reconfortó con su palabra y le agradecí la bondad; por lo tanto proseguimos la marcha. Percibí que por algún motivo que escapaba a mis indagaciones, los Instructores Espirituales me llevaban a ver las personas mutiladas por sensualidad. Ellos mismos nos anunciaron que el sexo era ley de la vida. ¿Tal vez, hay grandes dudas entre los hombres con referencia al uso del sexo? Continuamos. El follaje verde y oscuro, ahora se esclarecía un poco. El sanatorio parecía más cerca. Sus torres de una belleza extraordinaria apuntaban para el infinito donde la luna y las estrellas brillaban aclarándonos de alguna manera el camino.

La luz lunar en las fajas espirituales funciona de manera diferente y las partículas atmosféricas brillan con más intensidad, de manera que la claridad de los planos Espirituales es mayor.

Terrible tristeza me invadió el alma. Al final, la forma humana de aquellas criaturas las hacía plenamente identificables.

– El cuerpo Espiritual adquiere mayor vitalidad y sus células Espirituales conquistan mayor velocidad en proporción a como coloquemos la mente en Dios y en las cosas Espirituales. Por otro lado, las células periespirituales tienden a disminuir su velocidad y a inmovilizarse en la medida que fijemos la mente en las cosas materiales. Particularmente en asunto de sexo, muchos fenómenos diferentes ocurren, explicó Diana.

La sexualidad sana y pura canaliza energías superiores y trasfunde fluídos de renovación, expresando el verdadero amor, de manera que las entidades se sientan fortalecidas.

La sexualidad perturbada, sin embargo, arrastra al espíritu para las zonas inferiores de la vida. A pesar de todo, no hay crimen. Cada uno asume la responsabilidad de sus actos. Aquellos que practican relaciones sexuales con este o con aquel sujeto indiscriminadamente, no comete ningún acto que atente contra la misericordia de Dios, empero está sujeto a ligarse a las compañías espirituales que el otro posee y caminará en el sendero materializante de las fuerzas menos elevadas. Como ya dijimos, hay un desgaste de las fuerzas sexuales. Así como se gasta en la Tierra el patrimonio material, también se gasta el patrimonio de las energías sexuales. Aquel que malbarata lo que posee, fatalmente alcanzará la pobreza. Es lógico que eso se refleja en el organismo físico. Por lo tanto, la sexualidad del tenor más elevado mantiene al ser en buenas condiciones frente a los esfuerzos de la vida. Todo en el mundo está sujeto a trasformaciones al bien o al mal, modificándose a cada paso para bien o para mal. Le compete al Espíritu, dar la dirección que le conducirá a la luz o lo arrojará a las tinieblas.

A pesar de todo, debemos buscar las leyes de Dios. Y ellas representaran siempre: armonía, belleza, verdad, perfección y amor –

Me quedé mirando a Diana en su forma angelical y pura. Belleza inconcebible para la humanidad.

El camino ahora se vestía de flores, aguas puras y claras que murmuraban por dentro de los follajes como una canción. Un aire leve pasaba a jugar en el espacio y percibí que la zona era más saneada. El olor pestilente se apartaba. Nuestros pies pisaban grama verde claro y en todo había un perfume diferente.

– Son los olores de los remedios que se exhalan del sanatorio – dice Eleuterio – de allá viene un aire diferente. Los médicos que colaboran en el sanatorio vienen saneando el ambiente con el deseo de mejorar las condiciones. Como usted puede ver mi amigo, la zona libre o el valle libre es muy grande.-

De hecho ya observaba eso; la extensión del valle era inmensa. Se perdía en la distancia infinita.

– Lo que vimos – continuó Eleuterio – es apenas una pequeña porción de terreno donde se sitúan algunos tipos aficionados a la sexualidad. Mas la multitud no tiene fin. Son criaturas de todos los tipos y de todas las razas. Hay actualmente en la Espiritualidad Menor, una ansiedad muy grande de exagerar los sentimientos sexuales en la tierra. Los Espíritus Superiores están procurando controlar de alguna manera esas manifestaciones, así por ahora haya discordancia aquí mismo en cuanto al permiso. Se reconoce que el mundo no puede continuar más como prisionero del sexo. Por otro lado no podemos apoyar la libertad sexual en el mundo desde que esté asociada a la prostitución, al crimen, a la drogadicción al desorden, a la vagabundería desordenada de los Espíritus menos felices que ya casi perdieron el uso de la razón y que se reencarnan por fuerza de la ley o reencarnación compulsoria, que dependiendo de nosotros, aún serán gobernados a distancia. Comprendemos la juventud actual y acreditamos que es legítimo su deseo de reforma, pero no podemos aceptar el crimen. La sexualidad en si es Ley de Vida. y debe ser ejercida, siempre y cuando no busque destruir al propio hombre que es obra de Dios –

Eleuterio se silenció. El sanatorio se aproximaba y vimos algunas personas que paseaban por sus vastos jardines.

Una claridad suave semejante a la luz solar brillaba en el follaje.

CAPT XVI

El sanatorio

Nos aproximamos a las grandes puertas del sanatorio que se abrían de par en par, y una escalera de material análoga al mármol conducía para el segundo piso. Médicos y enfermeras transitaban por los corredores y un olor fuerte de extraño perfume impregnaba todas las cosas

– ¿Qué perfume es ese? – interrogué.

– Ese perfume viene de grandes cámaras situadas en lo alto del predio – informó Eleuterio – y es captado por aparatos especiales que lo sustraen de las flores eléctricas que usted ve en esos inmensos jardines. La finalidad es de mezclarlo con camadas de iones para esterilizar completamente el ambiente. En la realidad, el jardín ya se encuentra debidamente esterilizado. Los corredores y las salas del predio casi completamente esterilizados y las salas de tratamiento y cirugía totalmente esterilizadas por tratarse de recintos cerrados. Sí, mi hijo, el periespíritu a veces sufre modificaciones e incisiones necesarias. En el campo sexual esto es común sobre todo en estas zonas. Espíritus que se preparan para la reencarnación con los órganos sexuales dilacerados, vienen para acá y sufren ligeras modificaciones, no solamente en esos órganos conocidos por los hombres, mas principalmente en otros que la humanidad aún no identificó. En el cerebro Espiritual, por ejemplo, donde existen glándulas no identificables aún para los científicos terrestres empero visibles para nosotros; nuestros médicos o científicos acostumbran hacer intervenciones de manera de colaborar para que el ser que va a reencarnar, inconcientemente aplique sus fuerzas sexuales en otro campo, para que en el futuro él pueda ejercer la función sexual sin grandes aberraciones. Si no actuamos ahí, evidentemente, colaboraríamos para que se multiplicasen los monstruos existentes en el mundo.

Mi apreciado, hay criaturas que llegan a estas esferas en completa alienación mental, originada por el mal uso del sexo. Las fuerzas sexuales son como las aguas de una gran catarata que pueden ser organizadas y conducidas para mover grandes turbinas en la búsqueda de la energía eléctrica para la iluminación del mundo, y para el movimiento de las máquinas que darán oportunidad de trabajo a millares de operarios, o pueden ser aplicadas tan desastrosamente que vengan a destruir al propio generador, o tal vez puedan invadir las tierras cultivadas en donde reside mucha gente y arrasar todo.

El sexo, como la mediumnidad, es fuerza y es disposición del hombre. Si le damos dirección adecuada abriremos las puertas del futuro. Si no le damos una dirección segura para el bien, colocaremos en riesgo las propias construcciones existentes. Usted no entiende que esa energía deba ser aprovechada por el hombre en el campo del bien y de la felicidad.

Observé a Eleuterio con admiración y respondí:

– Eleuterio, ya aprendí, que sexo y sexualidad son leyes de la vida y deben ser ejercidas con amor, mas aprendí también que son fuerzas de arrasamiento en la construcción Divina cuando no comprendiendo su valor real nos entregamos al descontrol total

Eleuterio sonrió.

– Veo que el aprendiz va bien. De hecho, su definición está casi perfecta, sin embargo, no se conforme porque aún falta más…

Albino nos recibió en la puerta, y después de haber dado los primeros pasos dentro del corredor, Diana nos presentó:

– Este es el Doctor Albino, nuestro compañero y maestro de la ciencia médica espiritual.

Era un hombre maduro, cabellos blanqueados, aparentando unos cuarenta y nueve años de edad, como si estuviese en la carne.

– Agradezco la gentileza de la visita – el habló. Siempre es una gran alegría recibir a alguien que no sea paciente. Nosotros siempre estamos en lucha y la presencia de amigos es muy satisfactorio para nosotros. Como usted sabe, Diana, nuestro Departamento no queda muy cerca de la superficie.

Diana lo abrazó con sus níveos brazos, manifestando:

– Nosotros sabemos de sus luchas, Doctor, y comprendemos que no podemos demorar mucho.

– No, ¡no es eso! – exclamó él – pueden permanecer el tiempo que quisieran, pero así como nosotros, en este período, deberán someterse a las reglas.

Diana sonrió.

– Conozco su programa.

Albino nos introdujo dentro del enorme edificio. Las paredes eran altísimas, mucho más altas que cualquier predio terrestre. Me impresionó por su imponente sencillez. Simples, pero majestuoso.

Otra escalera de material enverdecido semejante al plástico, comunicaba con el piso superior.

En la entrada, inmensa enfermería, después el despacho del director.

Me asombré. Millares de enfermos yacían en un vasto salón. Camas completamente diferentes de las nuestras en la tierra abrigaban a los Espíritus allí recluidos.

El olor del perfume era más fuerte aún.

Albino esclareció.

– Nuestro desinfectante principal nos hiere un poco el olfato, pero es poderoso y alcanza sus objetivos. Esos seres llegaron aquí con muy mal olor y reciben luego la ionización que los deja completamente limpios y desinfectados. Se presentan deformados como ven, sin embargo ya no exhalan el mal olor.

Me horroricé al mirar aquella gente. Eran seres decaídos en la forma física. Generalmente la fisonomía expresaba cansancio y tristeza.

Parece que Albino nos entendió los pensamientos porque explicó:

— De hecho, son criaturas cansadas y tristes. La sexualidad practicada en el descontrol, abate y desilusiona. La más poderosa fuerza que existe en el organismo espiritual después de la fuerza de la mente, es el sexo. En el, Dios concentró montañas de energías. Liberadas indiscriminadamente, conducen al ser a la desilusión, al desgaste, y hasta la muerte perispiritual. Es verdad que todas las energías de la naturaleza pueden ser recompuestas con facilidad. En la Tierra el hombre aún no tiene idea exacta de lo que representa la sexualidad. Ni se debe desconsiderar la sexualidad, ni se deben exaltar demasiado sus alegrías. Como todo lo que Dios hace, el sexo se debe encuadrar en la ley del equilibrio. No hay crimen en cosa alguna que Dios haga. Adán no cometió crimen alguno cuando conoció a Eva. Sea Adán la representación que fuere, todavía con un poco de cautela, no le hizo mal a nadie. Los fundamentos del sexo son netamente espirituales.

El organismo periespiritual es construcción de nuestros más adelantados ingenieros espirituales, y se remonta a eras milenarias, viniendo de planos muy superiores, según nos afirman nuestros libros, no hay memorias sobre el inicio de la creación sexual, empero fue construcción espiritual. Aquí – dice – apuntando a toda aquella gente, nosotros tenemos aquellos que se desgastaron sexualmente en el mundo, y que nosotros procuramos impedir que desciendan más en el desgaste de la forma, retirándolos del valle libre. Cuando muestran cualquier posibilidad de recuperación, nuestra institución socorrista los recoge en la procura de levantarles las energías.

Los demás quedan entregados a sí mismo, continúan descendiendo o se estacionan. Inmediatamente, pasamos a observarlos.

Albino terminó de hablar y mi pensamiento corrió desesperado para el mundo, acordándome de aquellos que pasan las noches en los bares o tabernas bebiendo, trasnochando y desgastándose. ¿Entonces aquello era el fin?

– No, no es el fin, – tornó a esclarecer Albino, que realmente parecía ver mi pensamiento, como si mi mente fuese un aparato de televisión. – No, mi estimado, las caídas en el campo sexual son tan grandes y la decadencia moral suele ser de tal naturaleza, que ni siquiera podemos imaginar el fin. Aunque estos seres no expresen más el comienzo, ellos están muy lejos del fin…

Me acordé del descenso al abismo y de los seres que encontramos sin forma, ya reducidos a ovoides y me recordé que aquel descenso ya conducía para las zonas infernales!

Eleuterio se mantenía silencioso y Diana mantenía su sonrisa.

Kunter nos acompañó como un perro adiestrado.

CAPT XVII

La enfermería

La enfermería era semejante a las enfermerías terrestres, con algunas diferencias, especialmente en las camas que eran una simple cuja de material leve como si fuera plástico.

No veo mucha diferencia de los sanatorios de la Tierra – hablé tímidamente.

– La mente humana transferida para el plano espiritual sufriría espantoso impacto si encontrase todo diferente – es lo que nos dice Albino. – Las fuerzas superiores recomiendan que se mantengan los ambientes de las primeras fajas espirituales parecidas con las construcciones y mobiliarios terrestres. Si hubiese un cambio brusco la mayoría de los Espíritus se precipitarían en la locura. Imaginemos a alguien desencarnado encontrando un ambiente desconocido y completamente diferente, con criaturas vestidas de modo extraño. Podrían pensar que se encontrasen en otro mundo o por lo menos no entendería nada. La graduación de faja para faja es una manera de ir adaptando la mente a los nuevos Mundos Espirituales. Evidentemente, las fajas vibratorias realmente superiores presentan un panorama diferente al plano en que nos encontramos. De hecho irreconocible. Empero para el Espíritu llegar allá, deberá ir lentamente adaptándose a los diversos planos de la vida. Lenta y dolorosa es la transformación gradual a través de las edades.

El Espíritu que gravita para Dios atraviesa millones de fajas vibratorias antes de alcanzar las regiones más perfectas y su vehículo también se va transformando y adaptándose al medio ambiente. Hay una relación inexorable entre lo que somos y el medio en que vivimos. Nuestras vibraciones o las vibraciones de nuestro carro espiritual guardan rigorosa relación con las fajas espirituales en donde habitamos. Nuestra vida depende de esa correlación. Recibimos y emitimos vibraciones y así como la araña vive en su tela, nosotros también vivimos en la tela vibratoria del Universo. En la tela maravillosa del infinito construimos nuestra perfección al encuentro con Dios. Hay una subida que depende siempre de nuestra transformación para lo mejor. O hay un descenso que depende de una inmovilización para lo peor. La Espiritualidad traza la dilatación del vehículo espiritual. El materialismo nos arroja a la construcción de las células del cuerpo espiritual que nos conduce a la solidificación o petrificación de nuestro vehículo periespiritual, si así se puede decir.. La mente como un sol permanece en el cosmos interno a semejanza de la almendra dentro del fruto, mas también siente la decadencia de la forma y está sujeta a los embates de la petrificación o construcción.

Verifiqué que el lenguaje de Diana, Eleuterio y Albino se identificaban. Empero me di cuenta también, que Diana era Espíritu inmensamente superior a los dos. Diana, con su sonrisa angélica brillaba en la espiritualidad de esferas muy adelantadas. En Eleuterio yo veía el conocimiento del mundo Espiritual. En Albino vislumbre de la medicina y la Ciencia Espiritual. kunter me recordaba la humanidad y el deseo de comprender. Yo allí apenas representaba al aprendiz novato sediento de conocimientos, aunque por el momento profundamente ignorante. Me deslumbraban los nuevos conocimientos como si bebiese agua purificada.

El problema sexual que yo encontraba tan chocante expuesto por la primera vez, no me convencía aún de la grandeza o miseria del sexo; sin embargo, ya sentía su repercusión en toda la humanidad de los dos mundos, el visible y el invisible, La extensión era enorme. Todo aquel valle que recorrimos, todavía en una extensión mínima, me revelaba el vasto panorama de la responsabilidad humana, y situaba para mí el sexo en el centro del jardín del paraíso universal.

Adán, según la Biblia, cayera por el sexo. ¡Cómo ignorar tamaño patrimonio espiritual!

Abordamos uno de los primeros lechos y allí yacía una mujer de belleza gastada y facciones perdidas.

– Ésta, explicó el Dr. Albino, indicando con la mano – gime como una criatura enferma.

Observé por encima de los hombros de Eleuterio y vi una mujer encogida en el lecho sin sábanas, rostro demacrado, sonrisa triste, piernas y brazos delgadísimos, sus ojos, ahora sin lágrimas, expresaban la más completa infantilidad.

– Perdida en las llamas sexuales hace milenios, se dejó fluctuar en la mar de las grandes ilusiones… arrebatada por el amor físico, vagó de continente en continente en los brazos de muchos hombres. El futuro de ella era, la afición por la carne, con eso desgastó poco a poco las células cerebrales del periespíritu y caminó de manera rápida y segura para la imbecilidad –

Albino habló y la mujer, incomprensiblemente, como un niño idiota le sonrió ingenuamente. Es cierto que no comprendió ninguna de sus palabras.

– ¿Quiere ver? – preguntó el médico.

Diciendo eso, colocándole la mano sobre la cabeza oímos inmediatamente un zumbido de una abeja. Percibimos que Albino era sacudido por intensa vibración periespiritual y que de su mano derecha una fuerza prodigiosa se exteriorizaba. El cerebro de la mujer se iluminó y se tornó transparente como el vidrio. Le vimos intensamente los laberintos cerebrales y los lóbulos desaliniados. Albino, sin embargo, imprimió mayor velocidad a su vibración y comprendimos que ampliado el material interno se tornara diáfano y pudimos percibir un gran espacio entre las células y millares de células que parecían barcos abandonados en una playa distante, sin vida y vitalidad. Un gran silencio en el cosmos celular. La inactividad celular enteramente dominaba algunas zonas,

La mujer a la vez sonreía.

– ¿Pero, sexo no es ley de la vida? Hablé insospechablemente.

– Así es – manifestó Albino, y Dios lo hizo como Puerta Sagrada de la reencarnación y de la Evolución, como también para la alegría del hombre y de la mujer. Sin embargo, dentro de un clima sano de comprensión y entendimiento, capaz de concurrir para la felicidad de los cónyuges o de aquellos que se aman. Sin embargo, nunca, para que los seres se desboquen en la exageración malgastando el patrimonio del cuerpo físico y hasta del cuerpo espiritual. Como usted sabe, mi hijo, el cuerpo periespiritual es construcción cargada del electromagnetismo en alta escala y si así se puede expresar, de alto voltaje. Otras fuerzas para las cuales en el momento, aún no tenemos nomenclatura comprensible para la humanidad, recorren esos organismos.

Son fuerzas que están más allá del invisible, o de la percepción del Espíritu relativamente adelantado. La incursión indiscriminada en el campo sexual, en la práctica sexual, arrastra el Espíritu al desperdicio de esas fuerzas, que solo se aglutinarán de nuevo mediante laborioso proceso de recuperación a través de los siglos.

El espíritu se puede encaminar en el sentido de la inconciencia por el desgaste de las fuerzas más íntimas. No sé si me hice entender –

Contemplé el grupo allí reunido y no supe decir nada. Mi pensamiento aún no podía alcanzar la explicación de Albino. Veía a la mujer idiotizada y no comprendía cómo a través de la practica de algo que Dios creara pudiese ella casi arriesgar su propia inmortalidad!

Pasemos a otro lecho.

Un hombre ahora desafiaba nuestra argucia y nuestro entendimiento. La mujer volviera a la sombra del propio cerebro ya que el médico se retirara. Se le apagó el cerebro y ella continuó sonriendo en su idiotez, de lejos.

Otros casos siguieron surgiendo aquí, y allí, en todos aquellos lechos. Muchas enfermeras circulaban por entre las camas y diversos médicos examinaban a los enfermos. Albino, todavía, centralizaba nuestra atención.

Recordaba vieja figura del médico terrestre. Tristemente no conseguía recordar, pues parece que Eleuterio no deseaba revelarle la personalidad.

Me admiraba la cantidad de enfermos cada uno expresando un cuadro diferente. Más, según Albino, todos de naturaleza sexual. Habían paralíticos de la espina, ulcerosos, ciegos, locos, gente de todo tipo exhibiendo las más asombrosas deformidades. Albino reafirmaba siempre que se trataba de enfermedades de origen sexual.

– En la tierra – esclareció él – los hombres no tienen idea exacta del origen de sus enfermedades. El sexo está íntimamente ligado al sistema neuroespinal, con repercusión directa en el cerebelo y en los órganos de la digestión. Eso sin hablar de la influencia directa en el campo de los órganos periespirituales de comunicación, como en el caso de la pituitaria. La imaginación funciona en los asuntos sexuales con intensidad extraordinaria. La inteligencia, que es fuerza interna de alta propulsión adquiere ritmo inusitado cuando se trata de sexualidad, de manera que sobre la influencia de los pensamientos sexuales todo el organismo físico y espiritual del ser pasa a vibrar sobre poderoso movimiento del motor de la mente. En determinado ritmo el aparato del cuerpo, que es la representación física de la red periespiritual, vibra en relativa normalidad, sin embargo, si la mente es acelerada de manera más intensa, huye de la normalidad de la ley y el aparato pasa a vibrar descontroladamente poniendo en riesgo toda la estructura humana. Debemos procurar comprender que entre el tejido de las leyes de Dios que ofreció para el crecimiento y el progreso del hombre, existe la ley mayor que es la ley del equilibrio y que preside nuestros destinos en la marcha para los Mundos Superiores.

CAP XVIII

Otros enfermos

La palabra de Albino vibraba en el ambiente como en un principio.

Mi corazón palpitaba en ritmo creciente y mi inteligencia luchaba consigo misma para seguir la lógica de sus raciocinios.

Los enfermos nos miraban con curiosidad. Otros en pequeño número, se limitaban a dormir, y otros quedaban con los ojos vítreos perdidos en la distancia.

Percibí que gran parte de los enfermos tenían aspecto idiotizado.

–Eleuterio – indagué – he notado que la mayoría de estos enfermos se presentan con síndrome de idiotismo, ¿será esa su enfermedad?

–Si, el desgaste sexual conduce por lo regular al hombre y al Espíritu a la desdicha. Esa actividad alcanza de manera directa y principal al cerebro, y hiere profundamente al periespíritu. Son descargas electromagnéticas de alto tenor vibratorio que sacuden todo el organismo. En los dos mundos, tanto en el físico, como en el espiritual, las repercusiones son muy profundas e intensas, en el cerebro, en la espina, y todas sus ramificaciones de naturaleza nerviosa y solo posteriormente, en los órganos sexuales.

Eleuterio sonrió bondadosamente para mí, y agregó:

– Mi apreciado, estamos tratando aquí con el "cuerpo eléctrico del hombre" con repercusiones en los diversos vehículos que sirven al alma para su evolución. Esos pacientes renacerán en la tierra en pésimas condiciones físicas Allá la medicina física, ingenuamente atribuirá el hecho al alcohol, a los estupefacientes y a las taras hereditarias. En realidad los monosexuales generalmente también son grandes consumidores de alcohol y de otras substancias nocivas, de acuerdo con el uso excesivo que le puedan dar..

Como sabemos los Espíritus de manera general, reencarnan en grupos afines; son agrupaciones espirituales que vienen haciendo su evolución desde milenios atrás. Son Espíritus más o menos del mismo tipo. De vez en cuando un Espíritu más elevado se reencarna en estos grupos, para impulsarlos al progreso. Sin embargo sean elevados o inferiores, la regla es de reencarnar en grupos, por diversos motivos. Lo más común es el de haberse tornado enemigos en vidas pasadas. Estas son reencarnaciones de prueba. Cuando son Espíritus más elevados puede ser por misión, o a la vez, prueba.

Los Espíritus inferiores son los más comunes en la humanidad, porque en la economía de Dios todos trabajan, y todos evolucionan. Vaso sagrado de la vida, en el caso de la mujer. Actividad sublime de la creación, en el hombre. Alegría de ambos. El sexo todavía es instrumento delicado, que puede poner en riesgo toda la construcción humana y espiritual, si su uso no se adapta a las leyes del equilibrio y la naturaleza.

En la lucha del hogar, el sexo desempeña un papel preponderante. Despreciarlo sería colocar en dura prueba a los Espíritus que allí reencarnen para un progreso mayor. El sexo colabora para la armonía doméstica y para la paz de todos. Compete a cada uno separar el trigo de la cizaña. Ni la mujer debe despreciar al hombre, ni el hombre a la mujer. Dios los hace macho y hembra y como tal deben unirse en la gloria universal. Puertas abiertas para el infinito. El hombre debe honrar al sexo como puerta Divina. A través de el, se sucederán las generaciones y los Espíritus que parten retornan un día para proseguir en el campo de las experiencias milenarias y purificadoras. Muchas veces, grandes Espíritus aguardan la oportunidad para renacer entre los hombres. Así, vino al mundo, hace poco tiempo, el viejo Demócrito, en la figura de Einstein, y retornó también hace poco, para una gran misión, el maravilloso Claude Bernard, que bajó de la esfera de los Espíritus, sobre una lluvia de bendiciones y flores, porque iba a llevar grandes esperanzas a la humanidad, en el nombre de los Grandes Genios de nuestro Sistema Solar.

De tal manera, ¿cómo colocar barreras al ejercicio del sexo? No puede el hombre enfrentar a Dios intentando destruirle su obra por la omisión, ni debe, por otro lado, colocarla en riesgo a través del desorden y la indisciplina. La humanidad encuentra en el equilibrio el placer perfecto en el cumplimiento de la ley.

Eleuterio habló y mis ojos se llenaron de lágrimas. Salían de su cerebro centellas de zafirina luz, que saltaban para alcanzarnos el corazón.

Volví los ojos para esos infelices y me di cuenta de que el sexo humano es puerta abierta para la Espiritualidad, como también, posibilidad de inmensas caídas. Más, por encima de nosotros brilla Dios como la luz del Principio.

CAP. XIX

Para el frente

Otros enfermos se enfilaban allí. Nuestra mirada posaba sobre ellos, como maquina segadora de trigo pasando en la recolecta de la cosecha. El trigo bueno fuera recogido, mas lo que no sirvió para llevarlo a la trilla, quedará marginado, quebrado, devastado.

Eran criaturas infelices que exhibían ojos desorbitados y caras envejecidas. Estábamos en realidad en un hospital y los que allí veíamos eran enfermos. La enfermedad venía a consecuencia de los excesos sexuales.

Albino nos señaló un paralítico, piernas y brazos inmovilizados; solamente nos contemplaba con su mirada.

–Obsérvele los órganos sexuales.

Miré y quede horrorizado. Una enorme venda exhibía en su lugar; una sombra le eclipsaba allí el periespíritu.

– Mi hijo: aquello es dilaceración del periespíritu.

La red electromagnética, debido al descontrol de la red nerviosa, se va destruyendo. Para recuperarla, son necesarias reencarnaciones de prueba. Y en eso, se llevan en ocasiones milenios. No siempre el Espíritu piensa en la recuperación, y de tal manera puede continuar descendiendo.

Todo exceso conduce al desequilibrio.

Pasamos adelante y vimos a otro que exhibía enorme cabeza.

–Es un caso relativamente conocido en la Tierra, dijo Albino. Sin embargo, pocos saben que el descontrol en nuestro campo es aún sexual.

– De hecho, la descomunal cabeza del Espíritu que allí se encontraba nos hacía recordar muchos casos que veíamos en la Tierra, y jamás imagináramos que el fundamento espiritual estaba ligado al sexo.

– El sexo crea y devasta – enseñó el instructor – pues así como conduce al paraíso, también nos conduce a la enfermedad; lo que el hombre necesita de manera urgente es conquistar el equilibrio, esa es la fuente de todo el progreso espiritual Subir o descender es apenas problema de dirección. Usted ya oyó hablar de eso.

La multitud era infinita.

Pasé por entre ellos sintiendo la tristeza de quien pasa por un campo de concentración.

— Iremos al laboratorio – explicó el médico – Tenemos algunos casos de tratamiento intensivo y otros en observación. Ustedes podrán tener una idea, sobre como es que ciertos aspectos .funcionan en las fuerzas espirituales.

Entramos en un vasto anfiteatro. Sobre una mesa espaciosa y limpia, de material semejante al vidrio o al plástico, un hombre dormía. Evidentemente con forma de hombre. Algunas enfermeras lo examinaban y tomaban notas.

Albino se aproximó, nos saludó, convidándonos al examen.

Por intervención de alguien la mesa emitió luminosidad suave e iluminó todo el organismo del paciente. Su transparencia era igual ala del vidrio puro y nosotros le vimos todos los órganos internamente. Allá estaban el corazón, los pulmones, el hígado, y el estomago, el páncreas, y la tráquea, que brillaba maravillosamente. Sin embargo, el cerebro era el palacio iluminado que nos llamaba la atención; como un motor vibraba el cerebro, y corrientes coloridas, le recorrían los lóbulos y sus laberintos incesantemente.

–Son fuerzas electromagnéticas que lo recorren, – esclareció Albino.

Relámpagos y centellas explotaban de vez en cuando en lo alto de la cabeza.

Del cerebro bajaban y subían por la espina estas energías.

–Esas explosiones son corrientes vibratorias – dijo el medico. Empero allí hay impulsos sexuales que usted fácilmente puede percibir.

Pude observar que había corrientes de dos colores, rojas y azules, de un caudal relativamente grueso, y en alta velocidad si así se puede decir .Pasaban por los órganos sexuales y regresaban a la casa mental.

Las corrientes vibratorias recorrían al paciente de la cabeza a los pies. Subían por la espina y bajaban de nuevo hasta la base de la columna, de esta manera recorrían el organismo entero.

– Así los impulsos sexuales partan del cerebro, como todos los impulsos electromagnéticos, comúnmente se anidan en la región inferior de la espina – dijo el instructor. Es una forma elemental que los Hindúes denominan como kundalini. Solo que en el Kundalini el iniciado despierta fuerzas de mayor intensidad y peligrosidad. Exige un control muy riguroso.

Esta criatura no es de los peores casos. Como ven, ahí las corrientes se están moviendo más o menos normalmente. Mas, si prestan buena atención, verán que muchas corrientes están interrumpidas, observen bien.

Con la autorización nos acercamos bien, y fijamos la mirada escudriñante. Observé de inmediato, que en determinados puntos la corriente estaba interrumpida, había una mancha negra de tamaño pequeño. En ese lugar, relámpagos y centellas saltaban y la corriente proseguía más adelante, semejante a la corriente eléctrica. Sin embargo, había sectores donde parecía el fin del fluido, donde la interrupción era total y la mancha negra era mayor. Verificamos ese hecho en los órganos sexuales. Una gran mancha cubría todos los órganos y allí la paralización era total. No había vida. Notamos que el tejido periespiritual estaba dilacerado.

Albino percibió nuestra sorpresa, porque ponderó:

– Esa ruptura solamente podrá ser reparada en sucesivas reencarnaciones y consiguiendo la mejoría en la forma de pensar, y con la contención sexual. Por lo regular, le aconsejamos a esos hermanos reencarnar en determinadas circunstancias, tal como recluso, religioso que practique el celibato Evidentemente no serán buenos religiosos en las primeras reencarnaciones de prueba, empero luego mejorarán.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5
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