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Así dice Yavé (Lo que la Biblia dice sobre el Mesías) (página 5)


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Dice que "había pastores… que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre sus rebaños". En Diciembre 25, en esta zona sur del hemisferio es verano. En Israel, para el mismo tiempo es época de grandes fríos, de heladas. Conclusión: O se equivoca Lucas al asegurar que los pastores dormían con sus rebaños en medio del campo (hecho imposible con tanto frío) , o el establecimiento del 25 de diciembre como fecha de nacimiento obedeció a razones estratégicas de evangelización en su momento.

Quizá haya tenido alguna injerencia el hecho de que el culto a Mitra era una práctica corriente en el imperio romano y, casualmente, el 25 de diciembre era su fecha de nacimiento.

Es interesante observar las notables coincidencias que existen entre algunas prácticas cristianas y las del "mitraísmo" que le antecedió varios siglos: festejo del natalicio el 25 de diciembre, adoración de los pastores, santificación del día domingo, ceremonia de la misa, bautismo y comunión, uso de agua bendita, creencia en la inmortalidad del alma, en la resurrección y en el juicio final,

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Se creía que era 3. 23 Al comenzar su ministerio, Jesús tenía como treinta años. Él era (según se creía) hijo de José.

(Sobre Lc 3:23) Puede ser interesante advertir dos circunstancias en este párrafo.

Primero que, como señala la versión Nácar Colunga, la cita: "Él era (según se creía) hijo de José", implica la tácita afirmación de que no era hijo de José en virtud de que habría nacido como fruto de un milagro del espíritu santo.

Segundo, como fue señalado oportunamente, que, por la mismísima razón de no ser hijo natural de José, carece de sentido la copiosa nómina de antepasados de éste para asegurar que descendía de David.

Dándole valor de verdad a los relatos evangélicos, también se concluye que Jesús no descendía legítimamente de David, al no ser hijo de José.

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Ungido para muchas cosas 4. 17 Se le entregó el rollo del profeta Isaías; y cuando abrió el rollo, encontró el lugar donde estaba escrito: 18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, para poner en libertad a los oprimidos 19 y para proclamar el año agradable del Señor.

(Sobre Lc 4:17-19) La cita de Isaías que extracta el evangelista, corresponde al capítulo 61, versículos 1 y 2. Será bueno para muchos leer Isaías 61 completo. Podrá advertirse entonces que, si se hubiera transcripto en forma íntegra, pues la profecía abarca mayores pretensiones que las que se enuncian en esos dos versículos, hubiera quedado más claro que ninguna predicción se estaba cumpliendo en Jesús; y menos aún como mesías.

Tómese nota por ejemplo que en Isaías 61:5-6 dice: "Los extranjeros se pondrán a cuidar los rebaños, los campos y los viñedos de ustedes… ustedes disfrutarán de la riqueza de otras naciones". El versículo 4: "Se reconstruirán las viejas ruinas". El 2 y el 3: "Me ha enviado… a dar a los afligidos de Sión… perfume de alegría en vez de llanto".

Tras leer esos pasajes proféticos, es bueno tener presente que, pocos decenios después de la fecha atribuida para la muerte de Jesús, en el año 70, los judíos sufrieron una de las peores masacres de su historia y la destrucción de su ciudad santa, Jerusalén, en manos de Tito.

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Justicia afuera 6. 37 "No juzguéis, y no seréis juzgados. No condenéis, y no seréis condenados. Perdonad, y seréis perdonados.

(Sobre Lc 6:37) Nuevamente, como hemos apreciado en otros análisis, se invita a dejar las cosas como están. Se fomenta de manera indirecta la inacción frente a hechos nocivos.

Será más provechoso, atender a la verdad y a la justicia, juzgando con equilibrio y condenando las prácticas inhumanas.

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La duda del Bautista 7. 18 A Juan le informaron sus discípulos acerca de todas estas cosas. Entonces Juan llamó a dos de sus discípulos 19 y los envió al Señor, para preguntarle: "¿Eres tú aquel que ha de venir, o esperaremos a otro?"

(Sobre Lc 7:18-19) Según se cuenta en el capítulo 1 de Lucas, un ángel se apareció a Zacarías, padre de Juan el Bautista, y le informó que su esposa Elisabet, pese a su vejez, daría a luz un niño que estaría lleno de espíritu santo y presidiría al Señor. Allí mismo se dice que el niño, Juan, saltó de alegría en el mismísimo vientre de Elisabet reconociendo que era santo lo que habitaba en el vientre de María, a quien habían ido a visitar.

Mayores ya, tanto Juan como Jesús, según el versículo 22 del capítulo 3: "…el Espíritu Santo descendió sobre él (Jesús) en forma corporal, como paloma. Luego vino una voz del cielo: "Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia". Esto sucedió durante el bautismo de Jesús por Juan, hijo de Zacarías y de Elisabet.

Según el evangelio de Juan 1:29-32 leemos del Bautista: "Al día siguiente, Juan vio a Jesús que venía hacia él y dijo: He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo!. Este es aquel de quien dije: "Después de mí viene un hombre que ha llegado a ser antes de mí, porque era primero que yo." Yo no le conocía; pero para que él fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua. Juan dio testimonio diciendo: He visto al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y posó sobre él".

Ante tanta supuesta evidencia de origen divino: ¿Cómo se explica que Juan el Bautista envíe a dos emisarios a preguntarle a Jesús si él era el mesías esperado?.

Como vemos nada cierra como debiera.

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El otro milagro 9. 10 Cuando los apóstoles regresaron, contaron a Jesús todo lo que habían hecho. Y él los tomó consigo y se retiró aparte a la ciudad llamada Betsaida. 11 Pero al saberlo las multitudes, le siguieron; y él los recibió y les hablaba del reino de Dios y sanaba a los que tenían necesidad de ser sanados. 12 El día comenzó a declinar, y los doce se acercaron a él y le dijeron: –Despide a la gente para que vayan a las aldeas y a los campos de alrededor, y se alojen y hallen comida, porque aquí estamos en un lugar desierto. 13 Él les dijo: –Dadles vosotros de comer. Pero ellos dijeron: –No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que vayamos nosotros y compremos comida para todo este pueblo. 14 Porque eran como cinco mil hombres. Entonces dijo a sus discípulos: –Haced que se sienten en grupos de unos cincuenta cada uno. 15 Y así lo hicieron, haciendo que todos se sentaran. 16 Entonces Jesús tomó los cinco panes y los dos pescados, y alzando los ojos al cielo, los bendijo. Luego los partió e iba dando a sus discípulos para que los pusiesen delante de la gente.17 Todos comieron y se saciaron, y de lo que sobró recogieron doce canastas de pedazos.

(Sobre Lc 9:10-17) Dice el relato que cinco mil hombres comieron. Agrega Mateo que esto es "sin contar las mujeres y los niños" (Mt 14:21). Contabilizándolos a todos, tenemos que decir que no se está hablando de menos de diez mil personas que comieron pan y pescado y "se saciaron".

Estamos haciendo alusión a una cifra muy importante. Téngase presente que en un metro cuadrado pueden entrar dos personas sentadas. Esto nos lleva a imaginarnos un campo ocupado en no menos de cinco mil metros cuadrados, una superficie de cien metros por cincuenta metros.

Sin dudarlo: el cuadro es multitudinario e imponente. Cualquier curioso habría quedado sorprendido ante tamaña concentración de gente en aquella época. Muy especialmente, el ejército romano que debía custodiar esa región para evitar probables revueltas.

Sin embargo, por el relato de los cuatro evangelistas, podemos apreciar la falta de preocupación del ejército romano ante tan significativa conglomeración de seguidores de un profeta.

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¿Por qué no decirlo? 9. 18 Aconteció que, mientras él estaba orando aparte, sus discípulos estaban con él, y les preguntó diciendo: –¿Quién dice la gente que soy yo? 19 Respondiendo ellos dijeron: –Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros, que alguno de los antiguos profetas ha resucitado.20 Y les dijo: –Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Entonces Pedro respondiendo dijo: –El Cristo de Dios. 21 Pero él les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie.

(Sobre Lc 9:18-21) Podemos apreciar tres elementos.

Uno de ellos es lo inexplicable de que Jesús, suponiéndolo el mesías y que "no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio acerca de los hombres, pues él conocía lo que había en el hombre". (Juan 2:25) pregunte a sus discípulos, cuál era el criterio general en el pueblo y el particular de ellos respecto de quién era él.

Segundo, y esto más sujeto al campo de la realidad del momento, es manifiesta la importante cantidad de creencias mesiánicas que alimentaban el espíritu de la población de Israel en aquellos días.

Tercero, si hubiera sido el mesías: ¿Por qué no decirlo?.

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Pasaron sin verlo 9. 27 Y os digo, en verdad, que hay algunos de los que están aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que hayan visto el reino de Dios.

(Sobre Lc 9:27) Ya hemos leído antes afirmaciones categóricas, puestas en boca de Jesús que, como vimos, no se cumplieron.

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Obediencia o azotes 12. 43 Bienaventurado será aquel siervo a quien, cuando su señor venga, le encuentre haciéndolo así… 47 Porque aquel siervo que entendió la voluntad de su señor y no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes.

(Sobre Lc 12:43-47) Resulta extraño imaginar a un mesías que vendría a liberar a Israel y traer bienestar al resto de la humanidad, hablar de "siervos" y de "señores" y de recibir "muchos azotes", con natural aceptación de esas condiciones sociales y metodológicas. Tampoco aquí se observa algo realmente nuevo ni transformador en el mensaje de Jesús.

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Unos contra otros 12. 51 ¿Pensáis que he venido a dar paz en la tierra? Os digo que no, sino a causar división! 52 Porque de aquí en adelante cinco en una casa estarán divididos: tres contra dos y dos contra tres. 53 El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra.

(Sobre Lc 12:51-53) Al presente párrafo podemos sumarle la cita vinculada a ello que proporciona Mateo: "El hermano entregará a la muerte a su hermano, y el padre a su hijo. Se levantarán los hijos contra sus padres y los harán morir" (Mateo 10:21).

Resulta incompatible la misión de amor y redención del Mesías con esta tácita incitación de Jesús a mantener la fe al enorme precio de oponerse duramente a los padres y hermanos carnales.

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Hacer por un premio 14. 13 Pero cuando hagas banquete, llama a los pobres, a los mancos, a los cojos y a los ciegos. 14 Y serás bienaventurado, porque ellos no te pueden retribuir, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.

(Sobre Lc 14:13-14) Lejos de invitar a la gente a ayudar a los que lo necesitan por la mera justicia que ello implica, se insta a realizar las acciones por interés a un supuesto galardón.

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Un ejemplo inaceptable 16. 8 Y el señor elogió al mayordomo injusto porque actuó sagazmente, pues los hijos de este mundo son más sagaces que los hijos de la luz. 9 Y yo os digo: Con las riquezas injustas ganaos amigos para que cuando éstas lleguen a faltar, ellos os reciban en las moradas eternas.

(Sobre Lc 16:8-9) En esta parábola, conocida como "Del mayordomo astuto" (versículos 1 al 9), se elogia la habilidad para el engaño, el fraude y la deslealtad, de un individuo hacia otro.

Es tan falto de ética que con razón la Biblia de Estudio Dios habla hoy dice en su comentario: "Esta parábola ha dado lugar a problemas de interpretación, a causa de la conducta del mayordomo…".

Debo decir que lo enjuiciable de la parábola no sólo es "la conducta del mayordomo" sino más bien el modelo de astucia que, por intermedio de la conducta del mayordomo, propone Jesús.

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Abraham en el cielo16. 22 "Aconteció que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades, estando en tormentos, alzó sus ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces, dijo: 'Padre Abraham, ten misericordia de mí y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama.

(Sobre Lc 16:22-24) En este párrafo encontramos la palabra "hades". Con esto se hace alusión indirecta a un dios griego de igual nombre, sólo en función del territorio que tenía asignado a su custodia: el mundo subterráneo o mundo de los muertos. A su vez esto esta vinculado a la palabra hebrea "seol", que se aplica a una idea similar.

Este término (hades) está insertado por los redactores del Nuevo Testamento al efecto de mantener clara cuál era la idea sobre los muertos en época de la narración y, por supuesto, la del propio Jesús: que había una forma de vida después de la muerte.

Esto se reafirma cuando se observa en el actual Credo cristiano, que nace del llamado Credo de los Apóstoles, de los primeros siglos, que Jesús "descendió a los infiernos". Esa porción del credo se la explica como la prédica de Jesús a los muertos que había allí (para esa época el infierno no era un lugar de tormento sino al igual que el seol judío y el hades griego, un lugar de los muertos).

Un hecho llamativo en la parábola es que los muertos "buenos" están con Abraham. Pocos siglos después del nacimiento del cristianismo, pasaron a estar con el apóstol Pedro.

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Judíos sordos 16. 31 Pero Abraham le dijo: "Si no escuchan a Moisés y a los Profetas, tampoco se persuadirán si alguno se levanta de entre los muertos."

(Sobre Lc 16:31) Aquí la frase: "Si no escuchan a Moisés y los profetas…" apunta expresamente a los judíos, ya que hace referencia a los libros que componen el llamado AT, particular patrimonio de ese pueblo.

En tal sentido, la cita tiene una forma solapada de condenar a los judíos por no reconocer en Jesús al mesías, siendo que (según esa cita) Moisés y los Profetas lo anunciarían.

El lector advertirá, a esta altura, la correcta interpretación sobre las profecías mesiánicas, que ha llevado a los judíos a ver en Jesús un falso mesías. Muchos de los análisis y razonamientos expuestos en este trabajo aparecen también en el pensamiento judío con relación a Jesús.

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Prepara y sírveme 17. 7 ¿Y quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta, al volver éste del campo, le dirá: "Pasa, siéntate a la mesa?" 8 Más bien, le dirá: "Prepara para que yo cene. Cíñete y sírveme hasta que yo haya comido y bebido. Después de eso, come y bebe tú." 9 ¿Da gracias al siervo porque hizo lo que le había sido mandado? 10 Así también vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que se os ha mandado, decid: "Siervos inútiles somos; porque sólo hicimos lo que debíamos hacer."

(Sobre Lc 17:7-10) En este relato, como en otros que hacen referencia al servilismo, se toma especial cuidado de no esgrimir ninguna idea que pueda interpretarse como una incitación a la igualdad entre los hombres o a la abolición de la esclavitud.

Algo extraño puesto en boca de un pretendido enviado de Dios.

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Nueve judíos y un samaritano 17. 11Aconteció que yendo a Jerusalén, pasaba por Samaria y Galilea. 12 Cuando entró en una aldea, salieron a su encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos 13 y alzaron la voz diciendo: – Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! 14 Cuando él los vio, les dijo: – Id, mostraos a los sacerdotes. Aconteció que mientras iban, fueron limpiados. 15 Entonces uno de ellos, al ver que había sido sanado, volvió glorificando a Dios en alta voz. 16 Y se postró sobre su rostro a los pies de Jesús, dándole gracias. Éste era samaritano. 17 Respondiendo Jesús dijo: –¿No eran diez los que fueron limpiados? Y los nueve, ¿dónde están? 18 ¿No hubo quién volviese y diese gloria a Dios, sino este extranjero? 19 –Y le dijo–: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

(Sobre Lc 17:11-19) Samaria fue la antigua capital del reino de Israel. Estamos hablando, al menos, de un pueblo de origen judío, parte de la historia de Israel.

Jesús califica al samaritano de "extranjero". Ya en Mateo 10:5 se puede leer la discriminación: "A estos doce los envió Jesús, dándoles instrucciones diciendo: "No vayáis por los caminos de los gentiles, ni entréis en las ciudades de los samaritanos".

Se aprecia que no es universalista la visión de Jesús.

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El fariseo y el publicano 18. 10 "Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; y el otro, publicano. 11 El fariseo, de pie, oraba consigo mismo de esta manera: 'Dios, te doy gracias que no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano. 12 Ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que poseo.' 13 Pero el publicano, de pie a cierta distancia, no quería ni alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: 'Dios, sé propicio a mí, que soy pecador.' 14 Os digo que éste descendió a casa justificado en lugar del primero. Porque cualquiera que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido."

(Sobre Lc 18:10-14) ¿Quiénes eran los publicanos?. En algunas Biblias se reemplaza esa palabra por "recaudadores de impuestos".

Para entender mejor sobre qué clase de personas está hablando el relato, quizá sea provechoso conocer esa forma de ingresos en el Imperio Romano.

Por razones de organización y de necesidad de fondos Roma requería fuertes aportes de dinero. Los hombres pertenecientes a las clases altas (ricos comerciantes) adelantaban dinero al imperio y a cambio se les otorgaba territorios del dominio sobre los cuales efectuarían la recaudación de impuestos. Con esta metodología, quienes habían facilitado el dinero lograban recuperarlo y cuanto más recaudaban mayor era su ganancia por ese adelanto. Resumiendo: daban dinero a cambio de recuperarlo recaudando impuestos sobre territorios dominados; el sobrante era la ganancia.

A esta clase de "prestamistas", nada les interesaba el dolor y la miseria en la que sumían a cientos de miles de familias. Para su objetivo utilizaban gente de un alto grado de servilismo: los publicanos. Estos últimos trabajaban por la seguridad del sustento y mantenerse bien vistos por los señores. Solían ser nativos, compatriotas, que conocían el pueblo y sus habitantes.

En este punto será conveniente reflexionar, ponernos dentro de ese marco de situación, y nos daremos cuenta que estamos hablando de personas dignas del mayor de los repudios.

¿Quiénes eran los fariseos?. Como definición: se trata de un grupo religioso que sostenía la necesidad de sujetarse a la Ley de Moisés, mantener las tradiciones y resistir toda influencia ideológica externa. Surgieron entre el -167 y el –160 apoyando a los macabeos en su lucha contra Antíoco IV. Se los conocía con el nombre de "hasidim" y pasaron a llamarse fariseos a partir de –100 aproximadamente.

El maestro judío Hillel, que vivió entre el –70 y el 10, pertenecía al grupo de los fariseos. A él pertenece lo siguiente: "Lo que te es odioso, no se lo hagas a otro; he ahí la Ley, el resto sólo es su comentario". Sin duda esta cita le recuerda a otra que se habría dicho, al menos, 20 años después: "Así pues, hagan ustedes con los demás como quieran que los demás hagan con ustedes, porque en eso se resumen la Ley y los profetas" (Mt 7:12).

En los Hechos de los Apóstoles leemos: "Entonces se levantó en el Sanedrín cierto fariseo llamado Gamaliel, maestro de la ley, honrado por todo el pueblo… En el presente caso, os digo: Apartaos de estos hombres y dejadles ir. Porque si este consejo o esta obra es de los hombres, será destruida. Pero si es de Dios, no podréis destruirles. No sea que os encontréis luchando contra Dios!" (5:34,38,39). Sí, estaba invitando al Sanedrín a dejar en libertad a los primeros cristianos.

También leemos en los Hechos: "Soy un hombre judío, nacido en Tarso de Cilicia pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel en la estricta observancia de la ley de nuestros padres, siendo celoso de Dios como lo sois todos vosotros hoy" (23:3). Sí, esa frase está atribuida al apóstol Pablo.

Gamaliel era nieto de Hillel.

En el comentario a Hechos 5:34 del Nuevo Testamento, Edición Pastoral, puede leerse: "…era uno de los más famosos maestros de la Ley. El grupo que le seguía era, en la religión judía, el que más se preocupaba por una fe sincera y una religión que nace del corazón".

Los fariseos son los mismos que en Lucas 13:31 se solidarizan con Jesús advirtiéndole: "Sal y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar".

Indudablemente, los fariseos gozaban de buena fama y eran respetuosos de la fe y del prójimo. Fue gracias a su celo religioso que, años después de la destrucción del templo, al ser obligada la población judía al absoluto destierro de Israel, se mantuvo latente la práctica de la fe y la identidad judía, mas allá de la dispersión.

Volviendo al texto de Lucas que nos ocupa y contando con un conocimiento un poco más amplio sobre quienes eran los publicanos y quienes los fariseos: ¿No resulta inaceptable o, mínimamente, desafortunado el modelo propuesto por Jesús?; ¿Es mejor un deshumanizado recolector de impuestos abusivos que un respetable religioso?.

En muchas cosas se pone de relieve en los Evangelios que no se muestra a ningún enviado de Dios.

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Degollar a los enemigos 19. 12 Dijo, pues: "Cierto hombre de noble estirpe partió a un país lejano para recibir un reino y volver. 13 Entonces llamó a diez siervos suyos y les dio diez minas, diciéndoles: 'Negociad hasta que yo venga.'… 15 "Aconteció que cuando él volvió después de haber tomado el reino, mandó llamar ante sí a aquellos siervos a los cuales había dado el dinero, para saber lo que habían negociado. 16 Vino el primero y dijo: 'Señor, tu mina ha producido diez minas.'… 18 Vino el segundo y dijo: 'Señor, tu mina ha hecho cinco minas.'… 20 Y vino otro y dijo: 'Señor, he aquí tu mina, la cual he guardado en un pañuelo. 21 Porque tuve miedo de ti, que eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste y cosechas lo que no sembraste.' 22 Entonces él le dijo: 'Mal siervo, por tu boca te juzgo! Sabías que yo soy hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré… 24 Y dijo a los que estaban presentes: 'Quitadle la mina y dadla al que tiene diez minas'. 25 Ellos le dijeron: 'Señor, él ya tiene diez minas.' 26 El respondió: 'Pues yo os digo que a todo el que tiene, le será dado; pero al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. 27 Pero, en cuanto a aquellos enemigos míos que no querían que yo reinara sobre ellos, traedlos acá y degolladlos en mi presencia.'"

(Sobre Lc 19:12-27) Esta parábola se conoce con el nombre: "De las diez monedas". Nos habla de siervos (esclavos) y de un amo que es hecho rey, tiene por costumbre tomar lo que no pone y cosechar lo que no siembra, y gusta de ver degollar a sus enemigos delante de sus narices.

Como bien comentan algunas versiones esta parábola pretende representar la venida de Jesús y el juicio.

Ante la escena que nos pinta la parábola debemos preguntarnos: ¿quién fue que dijo: "Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mt 11:29).

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La viña será de otro 20. 14 Pero los labradores, al verle, razonaron entre sí diciendo: "Este es el heredero. Matémosle, para que la heredad sea nuestra." 15 Y echándole fuera de la viña, le mataron. ¿Qué, pues, les hará el señor de la viña? 16 Vendrá y destruirá a estos labradores y dará su viña a otros.

(Sobre Lc 20:14-16) Ya analizamos parcialmente este relato en Mateo 21:33-43 (reiterado en Marcos en 12:1-9). Deteniéndonos en este pequeño fragmento concordante con ellos, podemos darnos cuenta de cuál era la explicación o justificación que los cristianos daban acerca del por qué de la destrucción de Israel en el año 70. También del por qué eran ellos ahora el nuevo pueblo elegido.

Con esta funesta parábola se explica el exterminio de judíos para que el cristianismo herede el galardón de elegido, a la vez que se consigue justificar al Imperio Romano transformándolo en brazo ejecutor de una supuesta voluntad divina.

No es casual que esta parábola, en los tres evangelios sinópticos, esté insertada poco antes de poner en boca de Jesús: "Llegará el tiempo en que de todo lo que ustedes admiran aquí no quedará piedra sobre piedra; todo será destruido" (Lc 21:6, Mt 24:2, Mr 13:2).

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Un pedido especial 22. 31 Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo.

(Sobre Lc 22:31) A la luz de esta cita, no es alocado deducir una macabra enseñanza: indudablemente, como en la política humana, en el manejo celestial de las cosas y las personas se realizarían acuerdos entre bandos opuestos con objetivos cuya razón está vedada al común de los individuos afectados por ellos.

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El momento de las burlas 22. 63 Los hombres que tenían bajo custodia a Jesús se burlaban de él y le golpeaban. 64 Y cubriéndole le preguntaban diciendo: -¡Profetiza! ¿Quién es el que te golpeó? 65 Y le decían otras muchas cosas, injuriándole.

(Sobre Lc 22:63-65) Aquí, en Lucas, las burlas sobre Jesús se producen antes que sea interrogado.

En Mateo y Marcos acontecen después (Mt 26:66-68 y Mr 14:64-65).

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El momento del arresto 22. 66 Cuando amaneció, se juntaron los ancianos del pueblo, los principales sacerdotes y los escribas, y le llevaron al Sanedrín de ellos.

(Sobre Lc 22:66) Como en el análisis anterior también hay contradicción aquí.

Para el redactor de Lucas, fue al amanecer que se inició el juicio ante autoridades religiosas judías.

Conforme Mateo 26, Marcos 14 y Juan 18, esto se produce tras el arresto.

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Jesús Barrabás, un preso famoso 23. 17 Pues tenía necesidad de soltarles uno en cada fiesta.18 Pero toda la multitud dio voces a una, diciendo: -¡Fuera con éste! ¡Suéltanos a Barrabás!- 19 Este había sido echado en la cárcel por sedición en la ciudad y por un homicidio.

(Sobre Lc 23:17-19) Hay tres situaciones importantes para señalar.

Una de ellas es que resulta extraña la buena voluntad de Pilato, de soltar un preso con motivo de una festividad judía. La historia seglar nos dice de él que fue relevado de su puesto porque sus excesos de agresión irritaban la ya caldeada población judía. Flavio Josefo, escritor judío, refiere que fue un gobernante que nunca entendió a la comunidad y sus costumbres.

Desde allí resulta poco creíble su deseo de satisfacer a un pequeño grupo de judíos congregado frente a su residencia por un tema, básicamente religioso, que ellos podían y, por lo que se aprecia, solían juzgar por sí mismos.

Esto último es otro punto para destacar. Recordemos que, a la luz de lo que relatan los Evangelios y los Hechos de los Apóstoles, las sanciones de muerte establecidas a través de la Ley (los cinco primeros libros de la Biblia, llamados también Pentateuco), eran ejercidas sin inconvenientes ni mediando permiso alguno.

En referencia al punto precedente podemos leer en Juan 8:3-5: "Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio, le dijeron: – Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el mismo acto de adulterio. Ahora bien, en la ley Moisés nos mandó apedrear a las tales. Tú, pues, ¿qué dices?-". Asimismo, se relata en Lucas 4:28-30, lo que le habría acontecido a Jesús en Nazaret: "Al oír estas cosas, todos en la sinagoga se llenaron de ira, y se levantaron y le echaron fuera de la ciudad. Luego le llevaron hasta un precipicio del monte sobre el cual estaba edificada su ciudad, para despeñarle. Pero él pasó por en medio de ellos y se fue". También en el libro de los Hechos 7:57-59: "Entonces gritaron a gran voz, se taparon los oídos y a una se precipitaron sobre él. Le echaron fuera de la ciudad y le apedrearon. Los testigos dejaron sus vestidos a los pies de un joven que se llamaba Saulo. Y apedreaban a Esteban".

Como puede verse, los judíos no parecían necesitar el consentimiento de nadie para ejercer sus sentencias religiosas. Por otro lado, pensemos que a los romanos poco les podía importar que, por esos motivos, muriese algún judío de vez en cuando.

Finalmente, veamos algo muy curioso sobre este momento de la vida de Jesús, pero siguiendo lo que se relata en Mateo 27:16-17: "Había entonces un preso famoso llamado Jesús Barrabás. Y estando ellos reunidos, Pilato les preguntó: ¿A quién quieren ustedes que les ponga en libertad: A Jesús Barrabás o a Jesús, el que llaman el Mesías?" (Versión Dios habla hoy, EEUU 1996).

En el Nuevo Testamento, Edición Pastoral Católica (6ta reimpresión agosto 1995), ya citado, puede leerse el siguiente comentario sobre estos versículos: "Según textos muy antiguos del evangelio de Mateo, el nombre del agitador era Jesús y su apodo Barabbas".

Ahora, tome usted nota de lo que dice Marcos 14:36: "Abba, Padre, todo te es posible". Pues bien, el significado del apodo de origen arameo Barabbas es: "hijo del padre". De allí concluimos que el malhechor se llamaba: "Jesús, hijo del padre".

Por los evangelios observamos que a Jesús se lo culpa de considerarse a sí mismo "Hijo de Dios": "El sumo sacerdote le dijo: ¡Te conjuro por el Dios viviente que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de Dios!" (Mateo 26:63)

De allí inferimos que al Jesús de los evangelios se le podría denominar, sin deformar o alterar el concepto general: "Jesús, hijo del Padre", apuntando a Dios en su calidad de "padre celestial" y muy especialmente del mesías. El mismo texto de Mateo 26:63 nos está dando a entender que Mesías, Hijo de Dios o Mesías hijo del Padre (celestial) son sinónimos admisibles.

Con todo esto analizado, que no surge con una lectura sencilla y rápida, menos aún si no conocemos el significado del apodo "Barabbas" (y en las Biblias cristianas no suele ser expuesto), podemos pasar al siguiente paso de nuestro análisis.

Cuando Pilato se dirige a la multitud, su pregunta fue: "Dejo en libertad a Jesús, hijo del padre o a Jesús, hijo del Padre". Y este hecho refleja otro que es el más curioso de todos los expuestos en los evangelios: los dos presos tienen igual nombre y similar apodo. Uno de ellos, según Mateo era un bandido famoso, el otro un hombre acusado de locura mística.

Veamos una interesante nota de la Versión Nácar Colunga, al versículo 7 del capítulo 15 de Marcos: "El evangelista nos habla aquí de un movimiento sedicioso, reciente y conocido, al cual, por otra parte, no da mucha importancia. Barrabás habría tomado parte en él, y por esto estaría condenado. Eran estos movimientos frecuentes en Palestina por esta época, y Pilato se había distinguido por su dureza en reprimir algunos".

Estamos en condiciones de reunir una serie de elementos valiosos: a) Por lo que nos dice la versión Nácar Colunga, Pilato se distinguía por su dureza en la represión de los movimientos conspirativos contra el imperio. Pregunta: ¿Cómo podría desear o interesarse en dejar en libertad a un sedicioso famoso? ; b) Conocemos por la historia que no era amante de lo judío y que a causa de su marcada hostilidad fue relevado de su puesto. Pregunta: ¿Por qué tendría interés en ocuparse de un grupo de judíos que le llevan un caso encuadrado dentro del marco legal de sus creencias religiosas, que nada tenían que ver con él? ; c) Hemos leído como el Nuevo Testamento da testimonio de que los judíos no tenían ni sentían necesidad de consultar a nadie en materia de ejecución de sentencias religiosas. Pregunta: ¿Para qué necesitaban presentarse a Pilato, si no cabe duda, por los Evangelios y por el libro de los Hechos, que podían lapidar a los que consideraban blasfemos? ; d) Los cuatro evangelios mencionan al extremista Jesús Barrabás, y gracias a Mateo conocemos la razón que justifica su mención: era famoso. Seguramente se lo citó como un referente para la gente de la época que debió tener, al menos, una vaga noción de su existencia. Pregunta: ¿Puede haber otra explicación para la alusión a ese personaje? ; e) Finalmente, ahora contamos con una transcripción más ajustada al texto original sobre la supuesta consulta de Pilato: ¿Quieren que libere a Jesús, hijo del padre, o a Jesús, hijo del Padre?. Pregunta: ¿Esta sorprendente e infrecuente similitud en el nombre y en el apodo –¡Oh casualidad!, dos hombres llamados igual a punto de ser condenados, presentados en el mismo momento -, este relato, decía, podría esconder otra historia diferente?.

Mis respuestas son: A) Pilato, por su carácter hostil hacia lo judío, es muy improbable, y quizá hasta ridículo, suponerlo interesado en tener una atención para la Pascua judía y muchísimo menos aún soltarles a un "extremista famoso". El imperio romano y sus representantes no se caracterizaban por su atención hacia los intereses de los pueblos dominados, y muy alejado de todos ellos la idea de favorecer el crecimiento de revueltas populares dejando en libertad a líderes asesinos. Resumiendo: Pilato no pudo haber actuado como lo muestran los evangelios. Por otra parte es importante saber que no hay registros históricos, fuera de los evangelios, que recojan ese proceso. B) Por lo expuesto precedentemente, es también improbable que hubiera prestado su atención y su tiempo, despertándose de madrugada para atender los reclamos de los sacerdotes judíos respecto de Jesús, tal como pretenden mostrarlo los cuatro evangelios (Juan 18:28,29; Lucas 22:66,71-23:1; Mateo 27:1,2; Marcos 15:1). Recordemos que el propio redactor de Lucas convalida nuestra opinión sobre la hostilidad del gobernador cuando escribe: "…algunos estaban allí contándole de ciertos galileos cuya sangre Pilato había mezclado con la sangre de sus sacrificios" (Lucas 13:1). No quedan dudas sobre la marcada ingenuidad que llevan implícita los relatos de un Pilato comprensivo y deseoso de favorecer a Jesús o de soltar al asesino Barrabás a pedido del pueblo. C) Los judíos podrían haber matado a Jesús, en cualquier momento. Vimos que lo habrían hecho con Esteban sin ningún impedimento. Los evangelios lo presentan visitando muchas ciudades y pueblos, con una intensa actividad pública no inferior a un año. Teniendo presente, además, que el clima de conspiración contra Roma y las revueltas populares eran cosa frecuente, cualquier momento de confusión y violencia habría bastado para matarlo. El mismo Jesús habría advertido esa obvia posibilidad: "Cada día yo estaba delante de vosotros enseñando en el templo, y no me prendisteis" (Marcos 14:49). D) y E) Si efectivamente existió un extremista famoso llamado Jesús Barrabás, no puede dejar de extrañarnos la serie de coincidencias que ahora conocemos: 1) su nombre "Jesús"; 2) su apodo "hijo del padre"; 3) su presencia en el mismo momento del juicio al Jesús de los evangelios. La lectura de ese pasaje nos resulta, por ello, un juego de palabras donde se propone la liberación de un Jesús, hijo del padre y la condenación de un homónimo. Quizá ha llegado el punto en que, tras todo lo leído en los análisis, demostrando que Jesús no fue el mesías anunciado por el AT, digamos algo poco sabido: Aparte de los evangelios, no hay ninguna otra fuente con valor histórico que avale la existencia real de un predicador galileo llamado Jesús.

Los estudiosos sostienen que Marcos podría ser considerado el evangelio primitivo, el más antiguo de los cuatro canónicos. Recordemos que existen otros evangelios, los llamados apócrifos que quién los lea reconocerá de un mayor grado de fantasía y leyenda que los que tratamos aquí. Los de Mateo y Lucas se basarían en Marcos y en una "teórica" fuente que se le llama "Q" (del alemán quelle=fuente), que contendría dichos o refranes atribuidos a Jesús. En cuanto al evangelio de Juan se hace evidente que fue escrito por alguien que expone ideas teológicas no contemporáneas a los hechos que relata, lo que lo ubicaría en el contexto de una iglesia más desarrollada ideológicamente y de carácter más acomodado a la filosofía helénica. De este breve inventario precedente sobre el material con el que contamos para discernir lo verdadero de lo falso, podemos concluir que es muy poco y que, la creencia en Jesús se sustenta, de manera excluyente, en el frecuente recurso de la fe. No en vano se invita, como hemos leído, con tanta insistencia, a mantenerla a cualquier precio.

Dicho esto continuemos con mi respuesta a la aparición del famoso extremista y a sus coincidentes nombre y apodo.

Resumen: 1) Al imperio romano no le interesaba favorecer a sediciosos asesinos; 2) Pilato, que disfrutaba de mezclar sangre de galileos para sus sacrificios, nunca habría favorecido a Barrabás y si le hubieran presentado a Jesús, hasta sus acusadores, los sacerdotes, habrían corrido el riesgo de ser muertos junto con él; 3) Los propios judíos no habrían molestado a Pilato por ese tema. Como sabemos, lo hubieran matado, hasta secretamente, sin más trámite. ¿Qué puede estar oculto entonces, detrás de la mención de este homónimo de Jesús?.

Desde un punto de observación imparcial y desapasionado, podemos reconocer que: es más admisible la existencia real de un extremista contra el poder romano, a favor de la liberación de Israel (en una época caracterizada por eso), que la de un predicador pacifista, hacedor de milagros increíbles y defensor de la sujeción a Roma con su discurso: "Al César lo que es del César y", con Dios en segundo plano, "a Dios lo que es de Dios".

Admitiendo lo anterior, expongo mi hipótesis: pudo haber existido un tal Jesús, alias "hijo del padre" ó Barrabás, famoso conspirador contra el yugo romano, defensor de la liberación de Israel que, tras matar a algún funcionario del imperio, fue apresado por Pilato. Este último, conforme su costumbre y característica, y lo establecido como pena para los asesinos, lo condenó a morir en la cruz.

Expuesto ante todos como recordatorio de lo que podía esperarle a los rebeldes, este popular personaje habría dejado un fuerte recuerdo en el inconsciente colectivo.

Sin duda sus partidarios, intentaron darle un matiz triunfador a este hecho, aludiendo a la valentía hasta la muerte que habría puesto de relieve Jesús Barrabás e invitando a seguir su ejemplo.

Así, es probable también que, lejos de lograr desalentar el espíritu conspirativo contra Roma, la crucifixión de este probable zelote de nombre Jesús, haya acrecentado el resentimiento imperante. Recordemos que Pilato fue depuesto en el año 36.

Tengamos presente que, tomando como fecha aproximada de la crucifixión el año 30, bastó poco más de tres décadas para abonar suficientemente el espíritu de resistencia a la dominación extranjera. Eso fue tan cierto que obligó a Roma a efectuar prácticamente el exterminio del pueblo judío.

Sin duda, el paso de los años ayudó a echar al olvido a este rebelde de carne y hueso, y a reemplazarlo por un héroe sobre el que se generaron algunas historias fantásticas sobre sus hazañas, sus ideales y su vida. Pero quizá otro factor, más elaborado, menos espontáneo, hizo su parte en la generación de un nuevo mito.

En esta época el poder religioso y el favor político se encontraban, mayoritariamente, en manos de los saduceos. A este grupo pertenecían: el sumo sacerdote, y los demás sacerdotes y los ancianos del Sanedrín mencionado en los evangelios. Formaban parte de la clase aristocrática judía y se encontraban cercanos al poder de turno.

Sin duda conocían perfectamente el enorme poder de Roma y lo ingenuo que era imaginar cualquier aventura libertadora, al menos en ese momento. Quizá motivados por la supuesta convicción de que sería mejor para todos ir logrando acuerdos pacíficos con los romanos, hayan ejercido alguna influencia en el desarrollo del mito.

Al advertir que los movimientos de resistencias crecían paulatinamente, y suponiendo que una de las razones fuera la muerte de Jesús Barrabás, valorado como un mártir, podrían haber buscado su aplacamiento acoplándole un nuevo y distinto matiz a su persona: No habría sido un sedicioso asesino sino un predicador galileo (como aquellos cuya sangre mezclo Pilato), amante de la paz, hombre santo, respetuoso del César y crucificado por un lamentable mal juicio. Obviamente, en esta etapa no se habría generado la historia de la responsabilidad del Sanedrín sobre esto. Eso sería una incorporación más tardía, fruto del crecimiento de esta secta y su interés por diferenciarse del judaísmo.

De esta forma se habría logrado dividir y desacelerar, al menos parcialmente, el movimiento en gestación.

Hasta podría especularse que la aparición en escena de Saulo de Tarso, presentado como un ex enemigo del cristianismo, a partir del año 37 aproximadamente, haya buscado acrecentar el fervor de los seguidores del nuevo Jesús.

También podría ser significativo el llamado de Gamaliel, famoso fariseo ya mencionado, a dejar actuar con libertad a los primeros seguidores de este Jesús predicador.

El tiempo habría hecho el resto.

No es extraño a la naturaleza humana la generación de mitos a partir de situaciones que, sin la añadidura de la fantasía, no pasarían de ser sólo hechos normales.

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El que llevó la cruz 23. 26 Y ellos, al llevarle, tomaron a un tal Simón de Cirene, que venía del campo, y le pusieron encima la cruz para que la llevase tras Jesús.

(Sobre Lc 23:26) La mención de Simón de Cirene se encuentra también en Mateo 27:32 y en Marcos 15:21.

Este personaje aparece de repente. Venía del campo. Marcos cuenta que tenía dos hijos: Alejandro y Rufo.

Parece un comentario menudo con relación al hecho que se relata.

Se nos dice que alguien llamado Simón de Cirene pasaba por allí y que se lo obliga a llevar la cruz. Luego desaparece para siempre.

Se lo puede interpretar como una anécdota sobre el camino al Golghota.

Pero podemos encontrar algo más.

Por favor, busque en alguna biblioteca pública información sobre el gnosticismo. Encontrará que se trata de un movimiento religioso iniciado alrededor del siglo II. También podrá enterarse que, entre otras cosas, sostenían que Jesús no había muerto en la cruz. La razón que exponían era que, dado que Jesús era un ser divino y puro, no podía conocer la corrupción.

Es probable que por esa circunstancia aparezca citado Simón de Cirene. Los gnósticos también afirmaban que justamente este hombre fue el que tomó la forma de Jesús (habría sido víctima de una transfiguración) y terminó siendo crucificado en su lugar para que éste no muriera. Luego de ello Jesús, como ser divino, habría vuelto a su reino celestial.

Por ello, los redactores de los evangelios habrían incorporado este personaje para destruir esa creencia que tuvo varios adeptos en su tiempo, al menos por un siglo.

De esta manera, por los evangelios canónicos, entiéndase "oficiales", se afirmaba que Simón de Cirene sólo había sido el hombre que ayudó a Jesús a llevar la cruz.

Un gnóstico llamado Basílides, escribió un evangelio. Allí estaría reflejada la creencia descripta. Si usted lo consigue, le agradeceré una fotocopia de ese fragmento en particular.

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Otro Jesús 24. 15 Sucedió que, mientras iban conversando y discutiendo el uno con el otro, el mismo Jesús se acercó e iba con ellos. 16 Pero sus ojos estaban velados, de manera que no le reconocieron… 36 Mientras hablaban estas cosas, Jesús se puso en medio de ellos y les dijo: – Paz a vosotros. 37 Entonces ellos, aterrorizados y asombrados, pensaban que veían un espíritu. 38 Pero él les dijo: -¿Por qué estáis turbados, y por qué suben tales pensamientos a vuestros corazones? 39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy. Palpad y ved, pues un espíritu no tiene carne ni huesos como veis que yo tengo.

(Sobre Lc 24:15,16, 36-39) Según puede leerse en el final de los distintos evangelios, al aparecer ante sus discípulos, algunas veces lo reconocieron y otras no.

Incluso es famoso el caso de Tomás que sólo tras meter su propia mano en el costado herido de Jesús, habría reconocido que se trataba del maestro.

Sorprende esta necesidad de aparecer poco parecido al original, de resultar poco reconocible a quienes lo vieron todos los días al menos durante un año.

Si fuera cierto, debemos reconocer que no tendría explicación ni razón de ser, presentarse con una figura diferente.

Juan

Sólo los que lo recibieron 1.11 A los suyos vino, pero los suyos no le recibieron. 12 Pero a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios.

(Sobre Jn 1:11,12) Como una característica muy notoria del escritor de este relato, la agresión hacia el pueblo judío es constante.

Observemos que aquí expresa, con muy leve disimulo, su desprecio diciendo que: Los suyos, los judíos, no lo recibieron. Y que por lo tanto dejaron de ser hijos de Dios.

Esto es claro: si ya no son santos, por no aceptar a Jesús como el mesías, entonces son malditos.

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La serpiente y Ezequías 3.14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado, 15 para que todo aquel que cree en él tenga vida eterna.

(Sobre Jn 3:14) Esta cita de Juan también se relaciona con otra porción, de idéntico propósito, que encontramos en su capítulo 12, versículo 32: "Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos a mí mismo".

Por medio de estas referencias se alude a la narración de Números 21:9 donde se relata que Moisés, por orden de Yavé, construyó una serpiente de bronce, montada sobre una vara a manera de mástil para que todo aquel que la mirara quedase sano de la mordedura de serpientes en el desierto: "Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre un asta. Y sucedía que cuando alguna serpiente mordía a alguno, si éste miraba a la serpiente de bronce, vivía".

Por medio de esta cita se pretende invocar, sobre el hecho descripto en el libro Números del AT, un supuesto paralelismo que actuaría como especie de imagen primitiva de lo que Dios haría a través de Jesús al ser crucificado: Elevarlo sobre un mástil para que todo aquel que lo vea se salve o también resucitarlo.

En el Nuevo Testamento, Edición Pastoral Católica, ya mencionado, se puede leer lo siguiente bajo el título Jesús revela el plan de Dios: "En este plan había un punto difícil de aceptar: el Hijo del Hombre debía morir en la cruz y resucitar (ser levantado en alto significa tanto lo uno como lo otro). Jesús recuerda lo de la serpiente en el desierto. Este episodio de la Biblia… figuraba de antemano la suerte de Jesús".

Deberíamos preguntarnos, dándole valor de verdad a la interpretación cristiana de la serpiente aplicada a la persona de Jesús, qué significa entonces el relato del AT que puede leerse en 2 Reyes. Allí se cuenta que el rey Ezequías hijo de Acaz, rey de Judá, que "… hizo lo recto ante los ojos de Yavé" (18:3), fue el que "Quitó los lugares altos, rompió las piedras rituales, cortó los árboles rituales de Asera e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moisés" (2 Reyes 18:4).

¿Podría interpretarse como una anticipación sobre la futura aparición de alguien que destruiría algunas falsedades mentirosamente apoyadas en la Biblia?.

Es obvio que la interpretación precedente es forzada. De la misma forma también lo es la del levantamiento de la serpiente que se menciona en Juan.

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Abandonando el sábado 5.16 Por esta causa los judíos perseguían a Jesús, porque hacía estas cosas en sábado. 17 Pero Jesús les respondió: -Mi Padre hasta ahora trabaja; también yo trabajo. 18 Por esta razón los judíos aún más procuraban matarle, porque no sólo quebrantaba el sábado, sino que también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios.

(Sobre Jn 5:16-18) Ver Sobre Mateo 10:37.

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Buscando el testimonio 5.39 Escudriñad las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí.

(Sobre Jn 5:39) Nada más alejado de la verdad.

El Antiguo Testamento, la Biblia judía, es contundente: No hay profecía o señal relacionada al mesías que se cumpla en Jesús.

Sumemos a esto que, como también vimos, muchas de sus enseñanzas se oponen o contradicen los preceptos bíblicos.

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¿Esto los escandaliza? 6.53 Y Jesús les dijo: – De cierto, de cierto os digo que si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. 54 El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré en el día final. 55 Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. 56 El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí, y yo en él… 60 Entonces, al oírlo, muchos de sus discípulos dijeron: – Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír? 61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: – ¿Esto os escandaliza?… 66 Desde entonces, muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.

(Sobre Jn 6:53-66) Aquí se expone un discurso de Jesús que, más allá del simbolismo que se pretende, es totalmente incomprensible para sus contemporáneos judíos y, por lo tanto, poco aceptable en un supuesto enviado de Dios que debería atraer a la gente hacia sus ideales.

Véase el análisis Sobre Mateo 26:26-29.

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La persecución 7. 1 Después de esto, andaba Jesús por Galilea. No quería andar por Judea, porque los judíos le buscaban para matarlo.

(Sobre Jn 7:1) En este evangelio se busca marcar con insistencia que, durante los tres años de prédica que le atribuye a Jesús, estuvo constantemente expuesto a que los judíos lo mataran (como si el apóstol al que se le atribuye este escrito fuera de otro origen).

Es indudable que este es un elemento muy importante para crear un ambiente adverso a los judíos e instalar su rechazo porque, como lo menciona al inicio mismo el autor de este evangelio: "Vino a su propia casa, y los suyos no lo recibieron" (Juan 1:11), es decir, que su pueblo, Israel, lo rechazó y si lo rechazó se trataría de muy malas personas.

Esto no es una gratuita aseveración mía. Está basado en que en el libro Apocalipsis, que se le atribuye al mismo autor, éste nos dice sobre los judíos: "… La blasfemia de los que dicen ser judíos y no lo son; más bien, son sinagoga de Satanás" (Apoc.2: 9)

Queda claro que el concepto que se propaga sobre los judíos y lo judío es atroz.

Puede observar más citas de Juan en: 5:18; 7:11.13; 9:22; 10:31.33; 11:8,53,54.

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Una consiga para cumplir 7. 24 No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio.

(Sobre Jn 7:24) En todo este trabajo de análisis, no puede negarse que se está cumpliendo al pie de la letra con la consigna de esta cita de Juan. Por ello concluimos que Jesús no fue el mesías señalado por la Biblia pues juzgando con juicio justo reconocemos que no se cumple en él ninguna profecía.

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Nadie sabrá 7. 26 ­¿Será que los principales realmente han reconocido que él es el Cristo? 27 Pero éste, sabemos de dónde es; pero cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea.

(Sobre Jn 7:26-27) Es exacto el comentario descripto en este relato: "…cuando venga el Cristo, nadie sabrá de dónde sea".

De acuerdo con lo que puede apreciarse en el AT, no hay alguna cita específica que pueda tomarse como concreta sobre el lugar de nacimiento del mesías. Todas las alusiones sólo pueden recibir una interpretación meramente alusiva al carácter de descendiente de David. Inclusive esto último puede ser interpretado como una mera invocación a un rasgo vinculado a su fortaleza.

Ver sobre Mateo 3:2-6.

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Los hijos del diablo 8. 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y queréis satisfacer los deseos de vuestro padre. Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla, porque es mentiroso y padre de mentira.

(Sobre Jn 8:44) Veamos otro lado de esta imputación atribuida a Jesús.

Sabemos que no hay evidencia bíblica que respalde su carácter de mesías o cristo. Sabemos que algunas de sus enseñanzas y de sus prácticas no se ajustan a los preceptos bíblicos.

Conclusión: No hay verdad en él.

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No era 8. 58 Les dijo Jesús: – De cierto, de cierto os digo que antes que Abraham existiera, Yo Soy. 59 Entonces tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús se ocultó y salió del templo.

(Sobre Jn 8:58-59) Este fragmento intenta darle a Jesús el mismo valor que a Dios.

Para ello recurre al texto de Exodo 3:14: "Dios dijo a Moisés: –YO SOY EL QUE SOY. – Y añadió -: Así dirás a los hijos de Israel: "YO SOY me ha enviado a vosotros".

No es extraño que ante tal comentario los judíos quisieran apedrearlo.

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Un ciego sin culpa 9. 1 Mientras pasaba Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento, 2 y sus discípulos le preguntaron diciendo: – Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que naciera ciego? 3 Respondió Jesús: – No es que éste pecó, ni tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él.

(Sobre Jn 9:1-3) En este pasaje pueden observarse dos elementos interesantes.

Por un lado se presenta un sentido supersticioso sobre el origen de los males, físico para este caso. La respuesta del propio Jesús: "No es que éste pecó ni tampoco sus padres…", le otorga valor de verdad a la cuestión.

Debemos preguntarnos, aceptando lo que el propio Jesús y sus discípulos aceptan como verdad absoluta: que los pecados solían pagarse con lesiones físicas (pensamiento frecuente en la época y aún hoy en ciertas culturas): cómo sería posible que grandes injusticias cometidas por célebres injustos no se hayan reflejado en sus vidas.

Por otra parte, resulta poco comprensible la necesidad de un Dios de amor de que alguno sufra al sólo efecto de que se manifieste su gloria salvadora, cosa que podría ser efectuada sin más sufrimiento.

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Con lodo 9. 1 Mientras pasaba Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento… 3 Respondió Jesús: – No es que éste pecó, ni tampoco sus padres. Al contrario, fue para que las obras de Dios se manifestaran en él… 6… escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y con el lodo untó los ojos del ciego. 7 Y le dijo: – Ve, lávate en el estanque de Siloé -que significa enviado -. Por tanto, fue y se lavó y regresó viendo.

(Sobre Jn 9:1-7) El mismo Jesús que habría resucitado a Lázaro con su sola voz, tras cuatro días de muerto, tuvo necesidad de preparar lodo para curar a un ciego.

Es inapropiada e incomprensible la obligación de recurrir a esta extraña poción, por parte de quien, supuestamente, sería el mayor de los elegidos de Dios, revestido de todo el poder.

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Hijo de Dios 10. 33 Los judíos le respondieron: -No te apedreamos por obra buena, sino por blasfemia y porque tú, siendo hombre, te haces Dios. 34 Jesús les respondió: -¿No está escrito en vuestra ley, "Yo dije: Sois dioses"? 35 Si dijo "dioses" a aquellos a quienes fue dirigida la palabra de Dios (y la Escritura no puede ser anulada), 36 ¿decís vosotros: "Tú blasfemas" a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dije: "Soy Hijo de Dios"?.

(Sobre Jn 10:33-36) Se trata aquí una situación por la cual se juzga a Jesús por hacerse igual a Dios.

Quizá este párrafo que escogí está incompleto para su comprensión. Por eso me veo obligado a recordarle lo que se menciona unos versículos antes, en el 30: "Yo y el Padre una cosa somos". Otras versiones traducen: "Yo y mi Padre somos una misma cosa"; "Yo y el Padre somos una sola cosa"; "El Padre y yo uno somos"; "El Padre y yo somos uno solo".

No es difícil entender la pretensión de esas palabras y ante ello comprender la reacción de los receptores del mensaje.

Como justificación se menciona un texto, el Salmo 82:6, donde el Dios Yavé dice: "Vosotros sois como dioses, todos vosotros sois hijos del altísimo".

Lea usted el Salmo completo y comprenderá que de ninguna forma justifica, en nadie, el catalogarse como Hijo de Dios, en el sentido de un semidiós o similar a él.

Y no sólo eso, de alguna manera esa presunción queda prohibida a toda la humanidad cuando en el versículo siguiente (7) el Salmo agrega: "Sin embargo, como un hombre moriréis y caeréis como cualquiera de los gobernantes".

Esa parte final del Salmo no hace más que recordarnos lo que está dicho desde el mismísimo principio en la Biblia: "Con el sudor de tu frente comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste tomado. Porque polvo eres y al polvo volverás" (Génesis 3:19).

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Sin cambios para Lázaro 11. 17 Cuando llegó Jesús, halló que hacía ya cuatro días que Lázaro estaba en el sepulcro… 21 Marta dijo a Jesús: – Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto… 23 Jesús le dijo: -Tu hermano resucitará… 38 Jesús, conmovido otra vez dentro de sí, fue al sepulcro. Era una cueva y tenía puesta una piedra contra la entrada. 39 Jesús dijo: – Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: – Señor, hiede ya, porque tiene cuatro días… 43 Habiendo dicho esto, llamó a gran voz: – Lázaro, ven fuera! 44 Y el que había estado muerto salió, atados los pies y las manos con vendas y su cara envuelta en un sudario. Jesús les dijo: – Desatadle y dejadle ir.

(Sobre Jn 11:17-44) Es muy conocido el relato de la resurrección de Lázaro.

Cualquier persona, tomándolo como verídico, debería reconocer lo sobrenatural del hecho y la excelente demostración de poder y autoridad que ello implicaría.

Sin embargo, puede observarse que esa sensación que naturalmente movería a cualquier individuo normal a unirse fervientemente a su salvador, no está presente en Lázaro. Después de su resurrección aparece en una comida, pero no forma ni formó, por lo que sabemos, siquiera parte de su grupo de discípulos.

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Siempre estarán los pobres 12. 3 Entonces María, habiendo traído una libra de perfume de nardo puro de mucho valor, ungió los pies de Jesús y los limpió con sus cabellos. Y la casa se llenó con el olor del perfume. 4 Pero uno de sus discípulos, Judas Iscariote, el que estaba por entregarle, dijo: 5 -¿Por qué no fue vendido este perfume por trescientos denarios y dado a los pobres?… 7 Entonces Jesús dijo: – Déjala. Para el día de mi sepultura ha guardado esto. 8 Porque a los pobres siempre los tenéis con vosotros, pero a mí, no siempre me tendréis.

(Sobre Jn 12: 3-8) En los relatos de Mateo y de Marcos, paralelos al presente, son los discípulos quienes murmuran entre ellos el derroche de dinero.

Este relato es bastante conocido.

Quisiera que nos imaginemos que las cosas pudieran haber pasado de otro modo: "María, habiendo traído un perfume de mucho valor, quiso ungir con este a Jesús. Al advertir su intención, Jesús le dijo: – Mujer, si deseas hacerme feliz, vende este caro perfume y con el dinero bríndale tu ayuda a los pobres que puedas. Así perfumarás el cielo -".

Es indudable que cualquier persona citaría la situación precedente como un ejemplo de humildad y un recordatorio de dar prioridad al amor al prójimo más necesitado.

Sin embargo, conocemos que eso no fue lo que pasó.

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La Biblia dice que no 14. 6 Jesús le dijo: -Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

(Sobre Jn 14.6) Conforme todo lo analizado sobre los cuatro evangelios hasta aquí, es inequívoca la conclusión sobre la falsa calificación de Mesías, con relación a Jesús. No quedan dudas, tras todo lo expuesto, sobre que la Biblia no brinda fundamento a la pretensión de quienes, sin duda bien intencionadamente, pretenden transformar en Cristo o Mesías a Jesús.

A esta altura podemos asegurar que, apoyándonos íntegramente en los textos del Antiguo Testamento, las palabras atribuidas a Jesús: "Yo soy el camino, la verdad y la vida", no son verdaderas.

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Antes del mundo 17. 5 Ahora pues, Padre, glorifícame tú en tu misma presencia, con la gloria que yo tenía en tu presencia antes que existiera el mundo.

(Sobre Jn 17:5) Ya lo mostramos reiteradamente, y son muchas más las que pueden observarse en la lectura total de los evangelios. Es recurrente igualarse, parangonarse con Dios mismo.

Nadie debería olvidarse que, aunque el verdadero mesías bíblico sea el hombre más importante de la historia de la humanidad, jamás se haría o se sentiría ni siquiera similar a Dios; siempre sería, solamente un hombre.

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Las Escrituras dicen más 19. 24 Por esto dijeron uno a otro: –No la partamos; más bien echemos suertes sobre ella, para ver de quién será. Esto sucedió para que se cumpliera la Escritura que dice: Partieron entre sí mis vestidos y sobre mis vestiduras echaron suertes.

(Sobre Jn 19:24) Este texto remonta a la cita del Salmo 22:18, que dice: "Reparten entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echan suertes".

Cuando Usted lee el Salmo lo primero que debe advertir es que se trata de un relato sobre los sufrimientos que habría pasado el salmista, con el objeto de exaltar que Dios no permitió que él padeciera en manos de sus enemigos.

En ningún momento se trata de una profecía.

Si se tratara de un oráculo, tal como pretende el evangelista mencionándolo, entonces debiera haber sucedido que: "…no despreció ni desdeñó la aflicción del afligido, ni de él escondió el rostro. Más bien, le oyó cuando clamó a él" (Salmo 18:24).

También, en el mismo Salmo puede leerse: "como perros, una banda de malvados me ha rodeado por completo; me han desgarrado las manos y los pies" (versículo 16). Suele traducirse mal y en lugar de la palabra desgarrado se utiliza: horadado que, como sinónimo de agujerear o traspasar, se aplica mejor para el caso de una crucifixión. Pero la realidad es que se trata de la palabra desgarrado, y tal es así que en el texto hebreo se agrega: desgarrado como león, según anota la Versión Biblia de Estudio de las Sociedades Bíblicas Unidas.

Como siempre, no hay profecía.

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Las Escrituras dicen más aún 19. 36 Porque estas cosas sucedieron así para que se cumpliese la Escritura que dice: Ninguno de sus huesos será quebrado. 37 También otra Escritura dice: Mirarán al que traspasaron.

(Sobre Jn 19:36-37) Cuando el evangelista relata que a Jesús no le quebraron los huesos de las piernas, afirma que eso sucedió así "para que se cumpliese la Escritura".

La supuesta profecía o, para este caso, imagen antigua que representaría un hecho futuro superior (como en el caso de la serpiente de bronce de Moisés), lo extrae de Exodo 12:46.

Leamos que dice allí: "Será comida en una casa; no llevarás de aquella carne fuera de la casa. Tampoco quebraréis ninguno de sus huesos".

Como bien anota la Biblia de Estudio, ya citada: "Con esta referencia se presenta a Jesús como el Cordero de la Pascua".

En 1 Corintios 5:7 puede leerse la afirmación: "Cristo… es el Cordero de nuestra Pascua".

¿Podemos tomar Exodo 12:46 y su contexto como un anuncio encubierto sobre un supuesto mesías al que no se le quebrarían las piernas?.

Debemos aceptar que, en todo caso, tiene que cumplirse plenamente.

En el pasaje de Exodo 12 que nos ocupa dice que ninguno de sus huesos debe ser quebrado. No podemos afirmar que ello no haya pasado con relación a Jesús, tras la golpiza que se le habría dado. El relator nos dice que no se le quebraron las piernas, pero nada sabemos, no hay ninguna afirmación, para asegurar que no tenía huesos quebrados.

Pero admitamos que todos sus huesos no presentaran ningún daño. Hay otros puntos.

La Ley de la Pascua también dice que el cordero debe ser comido, ingerido, por todos los de la casa. Obviamente, por tratarse de una persona, esto no habría sucedido con Jesús y la mismísima Biblia lo prohibe, tal como señalamos oportunamente.

Otra orden respecto del Cordero Pascual es: "No se sacará de la casa ni un solo pedazo de carne del animal sacrificado". Los evangelios relatan que Jesús habría sido muerto en un lugar llamado Gólgota. Este lugar se encontraba en las afueras de Jerusalén, fuera de sus muros, separado de la ciudad santa.

En Joel 3:21 leemos: "¡Yavé habita en Sion!". También en los Salmos: "Cantad a Yavé, que habita en Sion; contad en los pueblos sus hechos" (9:11). Sión se emplea en la Biblia como sinónimo de Jerusalén misma. Se deduce con facilidad que Jerusalén es el lugar donde Dios habita y por lo tanto podemos decir que es la casa de Dios.

Leemos en Zacarías 9:8-9: "Yo defenderé mi casa… El opresor no pasará más sobre ellos… ­ ¡Alégrate mucho, oh hija de Sion! ­ ¡Da voces de júbilo, oh hija de Jerusalén!". Es clara la alusión a Jerusalén como la casa de Dios.

Es por ello que en Isaías 52:1 dice: "¡Despierta! ¡Despierta! Vístete de tu poder, oh Sion; vístete de tu ropa de gala, oh Jerusalén, ciudad santa". Es santa porque Dios la habita, y porque la habita es, simbólicamente, su casa.

Como vimos, Jesús habría sido muerto fuera de Jerusalén, por lo tanto no cumpliría el requisito de "no sacar de la casa ni un solo pedazo del…" cordero de la Pascua.

Es obvio que de ninguna manera el relato de Exodo al que refiere el evangelista está vinculado con la muerte de Jesús.

Este análisis nos muestra la falsedad de la pretensión del redactor de Juan.

Por otra parte, el escritor cita un párrafo muy pequeño del versículo 10 de Zacarías 12: "Entonces mirarán al que traspasaron…". De esta forma pretende significar que al ser mirado Jesús en la cruz se estaría cumpliendo una profecía que anunciaba ese hecho.

Es evidente que se está tomando un hecho aislado e introduciéndolo como coincidencia de una cita, por demás incompleta, al solo efecto de acentuar un valor profético que no existe.

La Biblia de Estudio, ya citada, informa que otra posible acepción de la palabra que se traduce como "traspasaron" es "profanaron". Esto podría bastarnos para reconocer que no tiene nada que ver con lo que pretende el narrador de Juan. Pero podemos y debemos ver con mayor detenimiento.

Como señalé, el relator sólo transcribe una pequeña porción del versículo de Zacarías que se trata.

En Zacarías 12:8-11, dice: "En aquel día Yavé defenderá a los habitantes de Jerusalén. El que sea débil entre ellos, en aquel día será delante de ellos como David. Y la casa de David será delante de ellos como Dios, como el ángel de Yavé. "En aquel día sucederá que buscaré destruir a todos los pueblos que vengan contra Jerusalén. Y derramaré sobre la casa de David y sobre los habitantes de Jerusalén un espíritu de gracia y de súplica. Mirarán al que traspasaron y harán duelo por él con duelo como por hijo único, afligiéndose por él como quien se aflige por un primogénito. "En aquel día habrá gran duelo en Jerusalén, como el duelo de Hadad-rimón, en el valle de Meguido".

Seguramente Usted ha leído atentamente y ya comprende que la profecía pide mucho más que simplemente "mirar al que traspasaron o profanaron".

Dice que "Yavé defenderá a los habitantes de Jerusalén" y que va a "destruir a todos los pueblos que vengan contra ella". Eso no sucedió.

Dice que ese día "habrá gran duelo en Jerusalén" y para mostrar su magnitud recuerda el duelo ritual de los fenicios. Eso tampoco habría sucedido con la muerte de Jesús.

Independientemente del significado que pudiera tener esta profecía, está muy claro que no se aplica a Jesús.

Todo muestra que Jesús no está prefigurado en la Biblia.

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Cien libras 19. 39 También Nicodemo, que al principio había venido a Jesús de noche, fue llevando un compuesto de mirra y áloes, como cien libras.

(Sobre Jn 19:39) El relato menciona cien libras de especias aromáticas para ser empleadas como perfumes.

Pasada a kilos esa cifra es el equivalente a 30 Kg.

Sin duda se está hablando de una cantidad muy grande de especias aromáticas.

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Una controversia más 20. 1 El primer día de la semana, muy de madrugada, siendo aún oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que la piedra había sido quitada del sepulcro.

(Sobre Jn 20:1) Para el evangelista no pasó más que esto.

Recordemos que para Mateo: "…hubo un gran terremoto; porque el ángel del Señor descendió del cielo, y al llegar removió la piedra y se sentó sobre ella" (Mt 28:2).

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FIN DE LA OBRA

Con muchísimo amor para todos los que aman profundamente a Dios y desean su bendición para toda la Tierra.

Con muchísimo amor para mis Hijos.

 

 

 

Autor:

Daniel Adrián Madeiro

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