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Perspectiva de crecimiento y expansión de los centros de Capacitación técnico-comercial (página 2)


Partes: 1, 2, 3, 4, 5

La formación profesional en la sub-región de América central, Panamá y República Dominicana y sus retos ante la globalización

1.7.1. Evolución de la Formación Profesional en la Sub-región:

En Centroamérica, la formación profesional tuvo sus orígenes en tiempo de la colonia, a través de la acción desarrollada por las misiones de evangelización, en la enseñanza de las artes y los oficios a los aborígenes recién sometidos al control de la Corona.

Con el traslado de diferentes artesanos europeos a las colonias, fueron estos gremios los encargados de transmitir los conocimientos a los aprendices.

Posteriormente la formación se dio en escuelas de artes y oficios y en los propios talleres artesanales, donde los aprendices, adquirían las destrezas necesarias para el desempeño de una ocupación a través de la calificación en el puesto de trabajo, recibiendo instrucción directa de los propios maestros o propietarios de los talleres.

Los sistemas institucionales de formación profesional nacieron en Centroamérica, por iniciativas impulsadas por los Estados, en períodos en los cuales asumieron una gran responsabilidad como impulsores del desarrollo del Mercado Común Centroamericano y de la industrialización substitutiva de importaciones, durante los años 60.

Para el caso Centroamericano, existió una gran coherencia entre los objetivos de las instituciones de formación profesional y el modelo de desarrollo que se impulsó.

El modelo de formación profesional utilizado en la sub-región se caracterizó por la creación de instituciones de formación profesional nacionales que tenían responsabilidad en la formulación y ejecución de las políticas de formación y capacitación de mano de obra, financiadas a partir de impuestos de destinación específica, dedicadas a satisfacer la demanda de fuerza de trabajo calificada y semicalificada del sector industrial, comercial y agrícola y que buscaron la participación tripartita de los actores sociales, en esquemas de gestión y administración compartida.[17]

1.7.2. Creación y Evolución de las Instituciones de Formación Profesional de la Sub-región:

Siguiendo el modelo de los servicios nacionales de aprendizaje de Latinoamérica, tales como el Servicio Nacional de Aprendizaje Industrial, SENAI de Brasil creado en 1942, el Servicio Nacional de Aprendizaje Comercial, SENAC en 1946, el Servicio Nacional de Aprendizaje, SENA de Colombia en 1957, el Instituto Nacional de Cooperación Educativa, INCE de Venezuela en 1959, se crearon en la sub-región Centroamericana los diferentes institutos de formación profesional.

El Instituto Nacional de Aprendizaje, INA de Costa Rica fue el que primero se creo en la sub-región centroamericana en 1965; le siguieron el Instituto Técnico de Capacitación y Productividad, INTECAP de Guatemala y el Instituto Nacional de Formación Profesional, INFOP de Honduras ambos en 1972; el Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional, INFOTEP de República Dominicana en 1980; el Instituto Nacional de Formación Profesional, INAFORP de Panamá en 1983; el Instituto Nacional Tecnológico, INATEC de Nicaragua en 1991 y el Instituto Salvadoreño de Formación Profesional, INSAFORP de El Salvador en 1993.

La mayor parte de los Institutos Nacionales de formación profesional, tuvieron sus antecedentes en diferentes servicios, sistemas o instituciones públicas o privadas que motivaron su constitución, tal es el caso del INATEC, que tuvo sus antecedentes en el SINAFORP y el SINACAP; el INSAFORP tuvo sus antecedentes con el CTFP y su predecesor el INSAFORP; el INAFORP tuvo sus antecedentes con el SENAFORP, etc.

Durante el reordenamiento económico de los años 90 y la apertura de las economías cerradas a mercados globalizados, las instituciones de formación profesional se constituyeron en apoyos para la reconversión productiva y el aumento de la productividad, a través del mejoramiento del factor humano. En función de estas aperturas y de la globalización de la economía, algunas de las instituciones han variado su modelo institucional, generando una nueva institucionalidad, que busca ofertar mejores respuestas a las demandas actuales del mercado de trabajo[18]

1.7.3. La Nueva Institucionalidad en la sub-región.

En la sub-región se inicia esta nueva institucionalidad, como consecuencia de la apertura de las economías hacia el nuevo modelo de globalización y de economía abierta.

La correlación entre el sistema de empleo con la formación profesional, empieza a evidenciarse a través de una mayor coordinación entre las instituciones formativas y los Ministerios de Trabajo, para superar los problemas de desempleo o la precariedad del empleo.

Referente a la explosión de la oferta formativa y la privatización de los servicios de capacitación, se puede afirmar que las instituciones nacionales han perdido su hegemonía y en la actualidad trabajan en conjunto con este nuevo sector que surge en los años 80. En el área se evidencian reiterados intentos, para conformar sistemas nacionales de formación y capacitación.

Se ha evidenciado también, la creación de pequeñas unidades de colocación en las instituciones de formación profesional, que evidencie a través de la colocación de sus graduados, la pertinencia de los cursos formativos que se brindan en función de la demanda satisfecha para el empleo actual.

El desaparecimiento de las instituciones de formación tradicionales empieza a evidenciares en El Salvador y en Nicaragua, por la generación de modelos alternativos más eficientes. Los elementos que presionan para esta nueva institucionalidad son el desempleo, el limitado crecimiento del PIB y los grandes contingentes poblacionales excluidos del empleo y de los sistemas formativos.

Las Instituciones del área atienden con limitación al sector informal y al sector agrícola tradicional, en función de no ser contribuyentes a las mismas y no entregar el estado recursos para su atención, no sobrepasando esta tarea, el 2% de sus recursos presupuestarios anuales.

Las IFPs (instituciones de formación profesional) de la sub-región transitan de un esquema de formación de oferta rígida y poco flexible, hacia un esquema basado en la demanda de las empresas, a través de nuevos procesos metodológicos como la formación y certificación de competencias, dentro de una estrategia de formación continua.

En el proceso que vive la sub-región se encuentran cuatro tipos diferenciados de modelos de IFPs.

El inicial y más antiguo, que se tipifica como aquel en el cual existe una institución nacional hegemónica, financiada en su mayor parte por los empresarios y con poca participación estatal, con un rol conductor, planificador y coordinador de la formación profesional INA, INTECAP, INAFORP, INFOP.

Un segundo modelo en el otro extremo, caracterizado por una institución que ha transitado de unidad ejecutora a ser una unidad rectora de un sistema de formación profesional, en la cual asume un rol de asignación, planificación, conducción y contratación de centros colaboradores o subcontratación de servicios, tal el caso del INSAFORP, con el objetivo de garantizar la calidad y coordinar la oferta explosiva de las instituciones privadas de formación.

Un tercer modelo mixto, en el cual existe una institución nacional no sobredimensionada, con una ejecución estratégica y una gran red de centros colaboradores que subcontrata, regula y ejerce sobre ellos el liderazgo correspondiente que es el caso del INFOTEP.

Finalmente un cuarto modelo, una institución tecnológica que coordina y unifica en su interior la educación técnica de la educación formal y la Formación Profesional no formal que es el caso del INATEC.

El INSAFORP ha pasado de ser una instancia ejecutora a una instancia normativa, reguladora y asignadora de recursos con una planta administrativa reducida y eficiente. Busca operar con un sistema en el cual traslade como mínimo el 70% de sus recursos hacia acciones formativas con ejecución privada y no más de un 30% para la administración del sistema.

El INFOTEP a partir de 1990 ha asumido plenamente su rol de conductor del sistema nacional de formación profesional dominicano, ejecutando programas estratégicos y delegando en centros colaboradores la mayor parte de su ejecución. Las otras instituciones de formación profesional buscan retomar su credibilidad en la calidad y oportunidad de sus servicios con el sector empresarial o bien fortalecer el mismo, con intentos de crear y consolidar sistemas nacionales de formación, apoyados por centros colaboradores y buscando articular ordenadamente los esfuerzos nacionales en función de la calidad y excelencia.

Muchas de las instituciones de la región inician la incorporación de la formación en competencias y el establecimiento de normas nacionales y procesos de certificación de las mismas, en igual forma han entrando a dar asesoría técnica a las empresas, finalmente han pasado de la formación basada en la oferta de servicios a la formación basada en la demanda de servicios, de la rigidez de los cursos a la flexibilidad de contenidos, de la formación para puestos de trabajo fijos a la formación para puestos de trabajo inestables.[19]

1.7.4. Descripción global de las Instituciones de formación profesional de la sub-región:

Las instituciones de formación de la sub-región poseen una naturaleza jurídica que las caracteriza como organismos públicos, descentralizados, semiautónomos o autónomos, con una dependencia o vinculación con los Ministerios o Secretarías de Trabajo y en un solo caso vinculado a la Presidencia de la República (Costa Rica).

La mayoría de ellas posee una instancia directiva generalmente tripartita, aunque el número de representantes varía por sector de acuerdo al país, están representados el sector gubernamental (Ministerios de Trabajo, Ministerios de Educación, Ministerios de Economía, Secretarías de Planificación, Ministerios de Comercio e Industria, Escuelas Vocacionales de las Fuerzas Armadas), los representantes de Organizaciones de Empleadores, los representantes de Organizaciones de Trabajadores, los representantes de Artesanos Independientes y los representantes de los Productores Agropecuarios.

Las siete instituciones cubren los tres campos sectoriales de la economía, o sea el sector agrícola, el sector industrial y el sector de comercio y de servicios, en tal sentido forman recursos humanos calificados para los sectores primario, secundario y terciario.

En cuanto a su personal las instituciones cuentan con plantas de trabajadores que oscilan en 1,200 personas, de las cuales un 40.5 % son instructores, un 14.5 % son técnicos y/o profesionales, un 5% son supervisores y coordinadores, un 4.5 % directivos y el resto un 35.5 % son administrativos y auxiliares con lo cual logran capacitar a más de medio millón de personas anualmente, de los cuales un 15% son del sector primario, un 35% del sector secundario, un 43% del sector terciario y un 7% del sector no estructurado. Del total de participantes un 43% son mujeres y un 67% son hombres.

Las mujeres se inclinan mayoritariamente por el sector terciario o de comercio y servicios en un 60%, mientras que por el sector industrial lo hacen un 28%, por el sector agrícola un 9% y un 3% en el sector no estructurado.

Para realizar sus acciones las instituciones cuentan con centros fijos, programas móviles, programas de formación a distancia, empresas escuelas, talleres públicos y centros colaboradores. La capacitación de adultos es 6 veces mayor que la capacitación para jóvenes, sin embargo el aprendizaje insume más recursos que la capacitación de adultos[20]

1.7.5. Financiamiento de las Instituciones de Formación Profesional.

El INA de Costa Rica se financia a través del 2% de la nómina salarial, pagado por las empresas particulares con 5 o más trabajadores, así como el 0.5% sobre la nómina salarial pagada por las empresas agropecuarias con 10 o más trabajadores.

El estado tributa el 2% sobre la nómina salarial de sus instituciones y empresas. Finalmente también percibe el 1% de los ingresos generales de la nación por impuesto de la renta.

El INFOTEP de República Dominicana, se financia a través del 1% de la nómina salarial, pagado por empresas públicas y privadas, así como por el 0.5% de las utilidades y bonificaciones recibidas por los trabajadores de las empresas públicas y privadas y las asignaciones del presupuesto del Estado.

El INSAFORP se financia a través del impuesto del 1% de la nómina salarial de las empresas públicas o privadas con 10 o más trabajadores, excepto los patronos del sector agropecuario que únicamente cotizan el 0.25% sobre la nomina salarial de sus trabajadores permanentes.

El INTECAP de Guatemala se financia a través del 1% sobre la nómina salarial, pagado por las empresas públicas y privadas, además de eventuales financiamientos por parte del Estado.

El INFOP de Honduras se financia a través del 1% sobre la nómina salarial pagado por empresas privadas con más de 5 trabajadores, así como por las empresas públicas autónomas o semiautónomas y con el 0.5% sobre la nómina salarial pagado por los poderes del Estado.

El INATEC de Nicaragua se financia con el 2% sobre la nomina salarial de sueldos brutos o fijos a cargo de todos los empleadores de la República, así como la cantidad de asignaciones presupuestarias que están asignadas anualmente en el Presupuesto General de Gastos de la Nación a cualquiera de los Sistemas Educativos que forman parte del Instituto.

El INAFORP de Panamá se financia con el 15% del fondo del seguro educativo del Estado, así como por asignaciones del presupuesto del Estado[21]

1.7.6. Presupuestos de las instituciones de formación profesional de la sub.-región para el año de 1994.

Los presupuestos de las instituciones de formación profesional de la sub.-región para el año de 1994 era el siguiente:

INSTITUCIÓN: MILLONES DE DÓLARES (1994)

Instituto Nacional de Aprendizaje,

INA (Costa Rica) 43.8

Instituto Técnico de Capacitación y Productividad,

INTECAP (Guatemala) 9.5

Instituto Nacional de Formación Profesional,

INFOP (Honduras) 5.2

Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional,

INFOTEP (República Dominicana) 11.8

Instituto Nacional de Formación Profesional,

INAFORP (Panamá) 8.5

Instituto Nacional Tecnológico,

INATEC (Nicaragua) 11.2

Instituto Salvadoreño de Formación Profesional,

INSAFORP (El Salvador) SIN DATOS

Total para 1994 U$9O Millones.[22]

1.7.7. La Estructuración del Sector Privado que oferta Formación Profesional.

Tal como se puntualizaba anteriormente la nueva institucionalidad de la formación profesional de la sub-región, se gesta a partir de la crisis de los años 80, en la cual se da una explosión de la oferta formativa privada, como consecuencia del aparecimiento de muchas demandas insatisfechas, por parte de sectores excluidos de la formación profesional clásica.

La consolidación de un nuevo sector privado emergente que atiende problemas de capacitación y de formación profesional, en algunos casos, ha generado preocupación tanto en las empresas como en las instituciones formativas, ya que ambas consideran que mucha de la formación ofertada no cumple con los requerimientos mínimos de calidad que demanda el aparato productivo, en tal sentido, han planteado la necesidad de generar mecanismos que permitan garantizar la calidad de los egresados de estas instituciones privadas a través de normarlas por medio de un sistema nacional de formación y capacitación.

Para tales efectos se han generado iniciativas que propician la generación de sistemas de control, que permiten garantizar la calidad de la formación y la utilidad de la misma a través de la valuación de la pertinencia de los cursos para la consecución de empleos y para la integración de los egresados en el mundo del trabajo. La formación y certificación de competencias laborales dentro de una estrategia de educación continua y modular, han apoyado estos esfuerzos formativos.

Por su parte los Gobiernos han estimado pertinente la integración de estas unidades privadas de formación, en el esfuerzo nacional por ampliar las coberturas a más miembros de la sociedad, especialmente para integrar al grueso de la población excluida de estos procesos, que en la sub-región pueden fácilmente llegar a ser más de un 60% de la PEA, que no ha sido integrada a los procesos educativos formales, así como sometida a procesos de capacitación o formación profesional.

Se puede afirmar a nivel cuantitativo que el sector de instituciones privadas de formación cubre un espacio que oscila entre un 30% y un 40% del total de acciones de capacitación y de formación que se realizan en el país.

Esta cantidad guarda una correlación directa con el grado de fortaleza, hegemonía, monopolio y cantidad de recursos que poseen las Instituciones Nacionales de formación profesional, ya que a mayor fortaleza de las mismas, el desarrollo de este sector se minimiza y a menor fortaleza de las instituciones nacionales, se maximiza la respuesta de las instituciones privadas de formación profesional.

En buena parte de los países de la sub.-región, la oferta privada de formación sobrepasa con facilidad el promedio de 350 instituciones que ofertan servicios de entrenamiento, y en aquellos países donde se subcontrata y estimula la creación de sistemas nacionales de formación, son muchas más las instituciones privadas que ofertan y ejecutan acciones de capacitación, tal es el caso de República Dominicana y de El Salvador.

En países como Costa Rica, Guatemala y Honduras, se inicia con timidez el apoyo y motivación de este nuevo sector que oferta servicios privados de capacitación, en otros países como Panamá la discusión sobre el sistema nacional se encuentra en la agenda nacional.

En el caso de Panamá, Honduras y Guatemala, existen acciones propiciadas desde y por las instituciones nacionales de formación, para iniciar los procesos de consolidación de un sistema de formación y capacitación.

En Costa Rica se ha iniciado la conformación de un sistema de gestión compartida entre la institución nacional y sus centros colaboradores, que ha propiciado el aparecimiento y/o consolidación de unidades privadas que ofertan capacitación.[23]

1.7.8. La Respuesta a las demandas insatisfechas de formación y de Educación.

El proceso de desarrollo de Latinoamérica y de la sub.-región, se ha caracterizado por ser un proceso concentrador y excluyente, en el cual los beneficios del desarrollo han recaído históricamente sobre unos pocos y marginado a las grandes mayorías de la población, dentro de una dinámica de dependencia y de concentración de capital, a lo largo de su vida colonial e independiente.

Los grupos privilegiados han estado vinculados con los procesos de dominación, primero de la Metrópoli hacia la Colonia y posteriormente conformado las oligarquías generadas por los primeros procesos de acumulación de capital, proceso en el cual las grandes mayorías fueron marginadas y sometidas por la fuerza en la conquista y posteriormente a través de la dominación política. A pesar del enorme esfuerzo que realizó la sub-región para formar RRHH adecuados a las demandas del aparato productivo, en estos veinticinco años, dichos esfuerzos se vieron limitados por razones estructurales, debido a un analfabetismo que llega en algunos países hasta el 40% o más, con un promedio regional de analfabetismo de un 24%, en donde apenas un 30% de la población accede a la secundaria, y un promedio de un 70% de la población no accede ni a la formación profesional, ni a la educación secundaria y/o universitaria.

Lo anteriormente expresado en cifras, se observa en los siguientes indicadores regionales de exclusión:

De una población de 41.13 millones de personas (BID 1996):

9.87 millones son analfabetas,

28.8 millones no supera la primaria,

28.8 millones están mal alimentadas,

20.6 millones están sin atención médica.

"De lo anterior se puede inferir que existen casi 29 millones de personas excluidas de la educación secundaria y universitaria y de la FP clásica y que solamente 12 millones de personas de la sub-región pueden tener acceso a la formación profesional, a la educación secundaria, y a la universitaria".

Referente a la evolución del empleo, se ha determinado que el sector moderno urbano y rural absorbe una reducida proporción de la fuerza de trabajo bien calificada o con mucha experiencia, lo que obliga al remanente a encontrar empleos de baja productividad en el sector informal y en el agrícola tradicional. Al inicio de los 90 los sectores modernos aportaban más del 85% de la producción nacional de países con economías heterogéneas y generaban solamente un 32.4% del empleo.

A la mitad de la década de los noventa se observa que del total de nuevos puestos de trabajo de la región latinoamericana el 83% de los mismos fueron creados por el sector informal, o sea que de 13.4 millones de puestos de trabajo, 11.1 millones fueron generados por dicho sector, mientras que el sector moderno generó 2.3 millones de puestos de trabajo, de los cuales el área urbana insumió el 90% de los mismos. El sector público se contrajo en 200.000 puestos de trabajo.

La participación del sector informal en el empleo total de la región creció de un 52.1% en 1990 a un 55.7% en 1994, disminuyendo la del sector público de un 15.4% a un 13.6% y la del sector moderno de un 32.4% a un 30.7% en el mismo período.

Referente a la PEA, en una medición realizada en 1994 por SIAL/OIT, en Honduras, Costa Rica y Panamá, se concluye que un 10% de la misma no posee ningún grado de educación, un 50%, posee estudios primarios o bien supero los primeros 6 años de estudio, un 30% posee estudios de secundaria o bien concluyó los siguientes 5 años y solamente un 10% posee estudios universitarios o superó los mismos.

Los anteriores datos demuestran la exclusión de un sector significativo de la PEA de los procesos formativos, llegando a ser un 60% de la misma quien no tiene acceso a la capacitación ni a la formación y mucho menos a la educación secundaria o universitaria. Estos datos pueden magnificarse y aumentarse si se integran los datos del resto de países de la sub-región, en los cuales los indicadores son peores que los países seleccionados para el muestreo.

Los datos anteriores demuestran que solo un 40% de la PEA posee una calificación adecuada y que se articula con la demanda de trabajadores que hace el sector productivo.

En algunos casos como el de Guatemala, los esfuerzos de capacitación que realiza la institución nacional, sobrepasan levemente el crecimiento vegetativo de la población que se incorpora anualmente a la misma, en tal sentido la cobertura anual de la misma es de un 5% de la PEA por año, lo que implica que cada trabajador podrá recalificarse cada 20 años.

Costa Rica que presenta cuadro más optimistas posee una cobertura de un 10% de la PEA por parte de la institución nacional, en tal sentido logra calificar y recalificar a los trabajadores una vez cada 10 años.

Sin embargo y a pesar de ser ciertos los datos señalados, únicamente un 40% de la PEA posee los requisitos necesarios para poder acceder a los servicios de formación profesional, en tal sentido son los trabajadores que se incluyen en el 40% de la PEA, los que realmente pueden ser sujetos de calificación y recalificación por parte del sistema formal y no formal de la educación[24]

1.7.9. Los retos y las Estrategias de la Formación Profesional en la Sub-región.

Es incuestionable que la formación es un elemento determinante, para propiciar el incremento de la productividad nacional y la reducción de las brechas diferenciales entre las productividades de los estratos modernos, con el informal y el agrícola tradicional, lo que implica dotar a los sectores modernos de recursos humanos para ser más productivos y competir en los mercados globalizados y en paralelo generar una nueva formación profesional que se aparte de la corriente clásica y que permita aumentar la productividad cualitativa y cuantitativamente, al sector informal y del agrícola tradicional.

Es indudable que si se quiere reducir la brecha o bien aumentar la productividad nacional, se deberán hacer grandes esfuerzos para atender al sector informal, ya que los encadenamientos productivos de las empresas, junto con los procesos de globalización y competitividad externa, imponen una atención global a las demandas de todos los sectores económicos, dicha atención sobrepasa el esfuerzo de la formación profesional y son los Estados en sus conjuntos que deben proveer los servicios básicos para competir en los mercados globalizados.

La formación profesional debe generar una apertura hacia toda aquella población en desventaja que no tiene acceso, por diversas circunstancias, a los sistemas de formación y de educación técnica, a través de flexibilizar las formas y metodologías de enseñanza, propiciando mecanismos de certificación de competencias adquiridos a través de la experiencia, los estudios sistemáticos, la práctica laboral, etc.

La formación profesional en el sector moderno debe dar respuesta a la formación de recursos humanos estratégicos, de acuerdo con las nuevas demandas de los mercados laborales y con los nuevos perfiles requeridos, que permitan enfrentar con éxito la competitividad y productividad de las empresas dentro de los actuales mercados globalizados a nivel internacional.

En igual forma debe apoyar el desarrollo tecnológico y la incorporación de tecnología adecuada de todos los sectores con diferentes intensidades y prioridades, para elevar la productividad media del país.

La formación profesional debe incidir sobre la empleabilidad, buscando ofertar la capacitación que se demanda en los mercados laborales, para incidir sobre el desempleo, privilegiando las modalidades de habilitación y complementación sistemática y continua; programas de autoempleo y de creación de empresas de propiedad individual o asociativas (habilitación profesional acelerada, talleres públicos, desarrollo y creación de empresas para la autoconstrucción de viviendas o instalaciones comunitarias), orientándolas preferencialmente hacia jóvenes o mujeres, ofertándoles conocimientos sobre el funcionamiento empresarial; impulsando la creación de empresas, a través de la promoción del espíritu empresarial, impartiendo asistencia técnica, legal, administrativa y tecnológica, complementadas con líneas de crédito.

La formación profesional debe intentar estabilizar el empleo y los puestos de trabajo que se generan en el sector informal, a través de mejorar los conocimientos que se les brindan a los trabajadores del sector.

La formación recibida debe posibilitar a los recursos formados transferirse hacia las empresas del sector formal y dar el apoyo técnico y administrativo a las unidades productivas del sector informal, que presentan un potencial favorable para pasar hacia el sector formal.

La formación profesional deberá desarrollar, programas de atención a la micro y pequeña empresa, que tiendan al aumento de la calidad, productividad y competitividad de las mismas, debiendo entrar en esquemas de cooperación con entidades financieras para apoyar las actividades de fomento y mejoramiento.

La formación profesional debe atender preferentemente a los sectores excluidos por tradición y revertir las cifras de su desatención, tal es el caso del sector agrícola tradicional el cual recibe una escasa atención por parte de las instituciones de formación, ya que no sobrepasa el 10% de la matrícula de las mismas, debiendo cubrir la capacitación y la asesoría empresarial.

Impulsar y ejecutar programas para la mujer, jóvenes, niños y ancianos trabajadores, indígenas, negros, limitados físicos y mentales, drogadictos, delincuentes, refugiados y afectados por fenómenos naturales.

Debe motivar a las empresas para realizar la acción formativa, propiciando que su rol sea más gravitante pero menos determinante que en épocas pasadas; desarrollar acciones en el campo normativo y coordinar la acción nacional, cubriendo las demandas y ausencias formativas existentes en los países.[25]

1.7.10 .Los retos Globales.

Se pueden percibir diferentes retos, que permitan integrar las diferentes acciones señaladas anteriormente, en cursos de acción más estructurados, en todo caso las estrategias particulares dependerán de los problemas específicos.

El reto de la transformación de las Instituciones Nacionales de formación profesional: Dentro de los retos de la formación profesional se pueden definir aquellas vinculadas con el nuevo rol de las instituciones de formación profesional, las cuales podrán adaptar parte de estos planteamientos a sus acciones formativas específicas, reconociendo que las instituciones nacionales de formación profesional poseen grados de rigidez que se suavizan en la medida que el Estado concertadamente con empleadores y trabajadores, participa más fuertemente en su conducción y financiación y que esta circunstancia posibilita la atención de grandes sectores sociales excluidos de los procesos formativos.

Este primer planteamiento presupone una estrategia de inducción a los Estados, para que su participación en las instituciones nacionales de formación profesional sea mayor, a nivel del financiamiento de programas estratégicos y masivos.

Será necesario readecuar la misión de las instituciones nacionales de formación profesional, sus métodos de trabajo, sus prioridades, sus estrategias, sus políticas, sus estructuras administrativas y su cultura organizacional, propiciando su transformación y readecuación a los contextos en los cuales están inmersas, así como las respuestas que deben ofertar a la modernidad de la globalización y a la realidad social de los países.

Se deberá continuar entrenando para el sector estructurado, quien tributa para el sostenimiento de las instituciones y conducen las mismas en sus consejos directivos; estas instituciones deben estar "puestas a punto" para la formación de recursos humanos estratégicos, que permitan enfrentar con éxito las exigencias de competitividad y productividad de las empresas.

Apoyar un proyecto que solo de respuesta a la demanda del sector moderno, significa profundizar la brecha de productividad entre los sectores, no apoyarlo significaría condenar a los países a no poder dar respuesta a la competitividad de los mercados internacionales y marginarlos de la globalización económica.

En contraposición se encuentra la opción de apoyar al sector informal y al agrícola tradicional, tratando de incidir en su productividad a través de la formación y el entrenamiento de los RRHH de estos sectores, integrando a los excluidos en programas de entrenamiento.

Algunas instituciones nacionales de formación profesional han apoyado a ambos sectores con diferentes intensidades, para reducir en cierta medida las brechas de productividad, buscando elevar la productividad media del país, pareciera ser esta estrategia un camino que ayuda a superar la disyuntiva, a la cual se ven sometidas las instituciones de entrenamiento en la actualidad.

La nueva estrategia respecto a las instituciones nacionales de formación profesional debería de descubrir las aperturas que poseen las mismas, que permitan mejorar la atención de los sectores sociales, propiciando el acuerdo tripartito para el desarrollo y financiamiento de estas actividades. Además se debería de presionar para que la atención a ambos sectores guarde equilibrios funcionales, que eviten la polarización en la respuesta para uno u otro sector.

En igual forma la nueva estrategia, deberá apoyar las acciones de transformación de las instituciones de formación profesional, que tiendan a mejorar su respuesta al aparato productivo y su respuesta social.

Algunas instituciones nacionales de formación profesional han entrando en el campo de la creación de empresas, dirigidas a la promoción del espíritu empresarial y a la generación de empleo, impartiendo asistencia técnica, legal, administrativa y tecnológica, complementadas con líneas de crédito.

Otras han desarrollado programas de generación de empleo y mejora de ingresos dirigidos a grupos en desventaja (marginales o de pobreza crítica), habilitación profesional acelerada, talleres públicos, desarrollo y creación de empresas para la autoconstrucción de viviendas o instalaciones comunitarias.

Las instituciones nacionales de formación profesional desarrollan programas para la micro y pequeña empresa, complementados con esquemas de cooperación financieras. Han asumido en algunos países la conducción de los procesos nacionales de atención al sector, desarrollando metodologías de autodiagnóstico, formación gerencial y asesoría técnica. Han intentado estabilizar el empleo, mejorar las condiciones de trabajo y de producción, así como los ingresos de los trabajadores del sector y han propiciado la transferencia de la mano de obra del SIU al sector formal y el apoyo a las unidades productivas que presentan un potencial desarrollable.

A pesar de esta diversidad, son pocas las instituciones nacionales de formación profesional de la sub-región que realizan acciones sociales, no sobrepasando el 30% de las mismas, las que lo realizan tienen fuerte influencia estatal y son utilizadas para la aplicación de políticas de atención social. Las instituciones de formación no utilizan más del 2% de sus presupuestos en programas sociales.

El nuevo reto es que las instituciones nacionales de formación profesional asuman su responsabilidad social, frente a fenómenos estructurales de larga duración y persistentes en el tiempo. En igual forma deben asumir, la responsabilidad de modernizar y hacer competitivas a las empresas de sus países para poder competir adecuadamente en los mercados internacionales[26]

1.7.10.1. El reto de la creación de los Sistemas de Formación Privados y los Sistemas Nacionales de Formación:

En América latina la institucionalidad de la formación Profesional ha tendido a enriquecerse en los últimos diez años, ya que el tema de la formación profesional en si mismo ha dejado de ser patrimonio exclusivo de las instituciones nacionales de formación profesional, que por más de cuarenta años, detentaron la hegemonía respecto a las acciones de formación profesional que se desarrollaban en los países.

El surgimiento de un fuerte y cada vez más estructurado sector privado que oferta formación profesional y capacitación, así como una presencia cada vez más significativa de los Ministerios de Trabajo, en la conducción de los Sistema Nacionales de formación profesional, han propiciado una nueva institucionalidad, que ha roto con la tradicional institucionalidad de las instituciones nacionales de formación.

La insuficiente cobertura ha generado la proliferación de fundaciones privadas que buscan atender estas falencias, lo que ha provocado una merma sensible en la calidad del entrenamiento, debido a la inexistencia de controles que garanticen la calidad de la formación, en tal sentido, parte del nuevo rol de las instituciones deberá garantizar la calidad de la formación y ser rector de la política de formación profesional, así como de los sistemas nacionales de formación profesional, cuando el Estado le delegue esta función.

El nuevo reto es propiciar un apoyo a las iniciativas privadas de capacitación para la atención a los sectores excluidos, proporcionándoles a través de las instituciones nacionales de formación profesional los elementos de calidad que les permitan metodológica y prácticamente mejorar el entrenamiento que ofertan.

En forma análoga debería de propiciarse la conformación de sistemas o redes de formación y capacitación que unifiquen y potencien el accionar de las instituciones privadas de formación profesional y les permita mejorar su calidad, su capacidad de respuesta y de atención. Un nuevo reto deberá propender a encontrar fuentes de financiamiento, que permitan implementar los mecanismos de formación masiva.

En el marco de la conformación de redes o sistemas privados, se debe propiciar también, la conformación de los mismos, coordinados y conducidos por los Ministerios de Trabajo o por las instituciones de formación profesional, siendo parte de este reto, el apoyo a las iniciativas que surjan en ambas instancias para la conformación de sistemas.

Los sistemas deberán de incluir a la mayor parte de instituciones de formación profesional Privadas y Públicas que realicen acciones de capacitación y/o formación. La inclusión deberá ser motivada por beneficios a obtener, así como por la legitimidad de sus subproductos.

Los nuevos retos demandan la formulación de políticas nacionales de formación y capacitación, elaboradas desde los Ministerios de Trabajo o bien desde las instituciones nacionales de formación profesional, según sea el caso, políticas que deberán considerar e incidir sobre la población excluida o marginada de la capacitación y/o formación.[27]

1.7.10.2. El reto de la implementación de Programas de Educación Para el Trabajo.

La exclusión de grandes mayorías de los procesos de formación obedece a la limitada educación de estos sectores por causas estructurales, que les imposibilita trabajar como obreros calificados o semicalificados, ya que dichas calificaciones requieren de conocimientos básicos, que se adquieren con una educación formal no menor de seis años de estudio ni mayor de nueve años de estudio.

El nuevo reto es romper con el círculo educación – pobreza, con programas innovadores como los de educación para el trabajo.

El surgimiento de esquemas de educación para el trabajo que unifican la educación formal con la formación profesional, ha permitido hacer participar a los grupos de mayor pobreza de los países, en programas que les forman en lecto – escritura y cálculos básicos, así como en técnicas productivas, vinculadas con las tareas de producción que tradicionalmente ejecutan, que les permiten aumentar sus ingresos, incrementar sus cosechas o su producción, estabilizar su empleo, evitar el subempleo de las personas y la migración de las mismas, propiciar el uso del crédito y la utilización de las líneas financieras convencionales, así como ser sujetos de capacitación y de entrenamiento adecuado a sus características personales de baja escolaridad o de analfabetismo.

Esta nueva opción de capacitación para los más excluidos dentro de los excluidos, puede aportar resultados significativos que les permita romper con el circulo vicioso de "pobreza – educación" en el cual se ven inmersos y del cual les es muy difícil salir.

Otro reto debería de corresponder a la implantación en los países de programas experimentales de educación para el trabajo, dirigidos a los sectores en extrema pobreza especialmente para campesinos del sector agrícola tradicional o para aquellos trabajadores del sector informal que se encuentran en los estadios más deprimidos del mismo. La estrategia debe estar dirigida a crear experiencias prácticas en los países que les permitan formular programas o bien crear unidades administrativas dentro de la estructura administrativa del Estado, responsables del impulso de este tipo de respuesta formativa y productiva[28]

1.7.10.3. El Reto de transformar las Administraciones del Trabajo y el rol del Estado.

El otro gran reto es transformar el rol del Estado, a través de apoyar los esfuerzos de modernización de las administraciones de trabajo, en cuanto al rol que están llamadas a cubrir en la conducción de los sistemas de Formación Profesional, así como en la consecución de recursos que les permita, abarcar más cantidad de personas y atender a los grupos vulnerables y a las poblaciones excluidas.

1.7.10.4. El reto de Propiciar las Iniciativas Privadas.

Una estrategia dejaría de ser completa si no se articulan todos los esfuerzos nacionales para impulsarla, en tal sentido el papel de los actores privados es determinante para la consecución de metas y estrategias nacionales. La estrategia debe apoyar las iniciativas privadas que se desarrollen en la formación profesional, en la tecnología y en la productividad.

1.7.10.5. El reto de la creación de programas de capacitación y empleo para Jóvenes.

Otro reto determinante en las acciones que realizan las Administraciones del Trabajo en Latinoamérica, son el diseño y la implementación de programas masivos de capacitación y de empleo para jóvenes, dichos programas han posibilitado capacitar a fuertes contingentes de la PEA joven, con resultados de alta colocación en los mercados laborales[29]

1.7.10.6. El Reto de Formar para el Empleo.

Debemos de partir que la evolución del empleo en el mundo sigue siendo desalentadora, el desempleo se mantiene en altos niveles y se percibe un aumento de las desigualdades salariales, agudizándose los problemas de exclusión a causa del número creciente de trabajadores empobrecidos.

Existe una gran preocupación por que la globalización agrave el desempleo y la tecnología engendre un crecimiento sin creación de empleos[30]

Marco legal de la capacitación técnico-comercial (vocacional-profesional)

Primeramente debemos enfocar que esta modalidad educativa es una herramienta, para incorporar individuos en el mercado laboral de un país y es responsabilidad de todos los sectores que integral una nación, es decir, el sector estatal o el estado y el sector empresarial, sector público y sector privado, por esta razón debemos conocer los principales aspectos y funciones que dan base legal a una política educativa en una nación organizada.

  • En primer lugar, está la creación de leyes estatales o federales que regulen esta modalidad de educación (técnica) como podemos señalar la Legislación Federal expresada en la ley Morrell, que estableció la concesión de tierras para la fundación de universidades de ingeniería y agricultura; la Ley de Educación Vocacional Smith – Heighesm, cuyo objetivo era corregir el déficit de artesano. En la época, entre otras leyes que han surgido en el transcurso del tiempo, como respuesta a una necesidad latente, de una situación económica, social o política que involucra a los sectores industriales[31]

La política educativa: Es el conjunto de estructuras y funciones teóricas y prácticas que hace viable los planteamientos correspondientes a la filosofía educativa.

Vamos a señalar algunos aspectos y funciones como los siguientes:

  • Formulaciones y disposiciones teóricas sobre los proyectos y las acciones gubernamentales, como también de otros sectores de la política nacional, en el campo educativo.

  • Realizaciones correspondientes a la administración y a la supervisión educativa.

  • Relaciones científicas y laborales de los representantes del sector gubernamental con los servidores de la educación.

  • Relaciones del sector oficial con el resto de la comunidad educativa, familias, comunidad amplia.

  • Relaciones con los representantes de las distintas actividades de los sectores de la producción y de los servicios: coordinación de la formación y el empleo. Relaciones de compra de materiales y de servicios.

  • Intercambio internacional.

  • Acciones administrativas de aprovisionamiento de equipos y materiales didácticos a las instituciones educativas.

  • Construcciones, reparaciones y equipamiento de la planta física de las instituciones del sistema educativo.[32]

1.8.1. Marco legal de la Educación Técnica en la República Dominicana.

En la República Dominicana, la capacitación técnica tiene un marco legal, que está contenido en las siguientes leyes:

La Ley Orgánica de Educación, promulgada el 27 de Junio de 1951 (2409), en su aspecto 4, trata sobre el Contenido Académico de la Educación: Educación Maternal, Primaria, Intermedia, Secundaria, Normalista y Técnico Vocacional, capítulo VIII-XIII. De acuerdo a la Ley de Educación 66-97 en los artículos 97,98 y 99, se aplica a la Capacitación Técnica en la República Dominicana a nivel tecnológico de acuerdo a los avances de la ciencia[33]

Existe la ley 116 del 1980 que creó al INFOTEP.

Las leyes, decretos y reglamentos relacionados con la educación y aprobados por el Congreso Nacional constituyen el basamento, donde se fundamentan las estructuras y acciones del sector educativo en general.

Antecedentes origen y evolución de la capacitación técnica en la República Dominicana

La educación técnica media se organizó hasta la década del setenta fundamentalmente en torno a establecimientos educativos de propiedad estatal, aunque gestionados descentralizadamente por la Iglesia Católica.

Este panorama se modificó a partir de esa década cuando, con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se crearon o reconvirtieron más de 30 establecimientos de propiedad estatal, gestionados por la nueva Dirección General de Educación Técnico-Profesional.

A pesar de su adecuado equipamiento inicial, estos liceos y politécnicos no pudieron sustraerse del proceso general de declive que afectó a la educación dominicana en la década del ochenta.

Precisamente como reacción frente a ese proceso, diversos sectores impulsaron a partir de ese momento el Plan Decenal de Educación, de modernización de la educación general, mientras que en 1990 se implementó el Programa para el Fortalecimiento del Sistema de Enseñanza Técnico-Vocacional, impulsado y financiado por el BID y la Fundación de Crédito Educativo (FUNDAPEC), una ONG del sector empresarial.

Este programa está básicamente orientado a financiar la mejora y ampliación de las instalaciones de instituciones educativas de formación técnica (fundamentalmente privadas, aunque luego se incorporaron también establecimientos públicos), así como a otorgar créditos a estudiantes de escasos recursos en los niveles medio y superior.

Una medida de los efectos de este programa, y de la reestructuración de la educación técnica media implementada en 1995, puede apreciarse en el hecho de que, entre 1991 y 1997, el número de bachilleratos técnicos ha pasado de 50 a 121, siendo los de propiedad privada y del tercer sector los que explican el 75 por ciento de ese incremento (no obstante, los institutos del sector público todavía concentran el 68% de la matricula, a pesar de representar sólo el 34% del número total de establecimientos).

Entre las instituciones de educación superior, por su parte, la mayoría (95%) son de propiedad privada aunque, una vez más, la matrícula en esas instituciones no es proporcional al número de establecimientos (56% del total de estudiantes).

Con la excepción de un Politécnico y una Universidad (ambos de la Iglesia Católica), no existe en la actualidad una oferta de educación superior orientada a especialidades industriales y tecnologías duras, siendo predominante la rama comercial. Un panorama similar presenta la educación media, situación que se explica en ambos casos por las fuertes inversiones requeridas para equipar talleres y laboratorios con tecnologías acordes a los requerimientos de la industria.

Hasta el momento, las únicas inversiones que se han hecho han sido viabilizadas gracias al Programa para el Fortalecimiento del Sistema de Enseñanza Técnico-Vocacional (BID-FUNDAPEC), aunque la falta de avales por parte del sector privado (que constituyan la contraparte financiera exigida por el BID), se ha convertido en un obstáculo a la mayor difusión del programa.

La iniciativa más reciente para romper la tendencia al estancamiento de la educación técnica la constituye el programa de "padrinazgo" de escuelas por parte de empresas privadas, impulsado por una ONG empresarial y apoyado por las autoridades gubernamentales.

Este programa tiene el doble objetivo de que las empresas contribuyan financieramente con el funcionamiento de la escuela y de promover el acercamiento de la escuela a los requerimientos de los demandantes de fuerza de trabajo capacitada. Por su reciente implementación, no es posible todavía evaluar sus resultados, aunque la experiencia ya está en marcha en varios centros y escuelas.

En relación a la formación profesional directamente articulada con el ámbito del trabajo, la creación del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (INFOTEP) en 1980 supuso un cambio radical en la concepción dominante en la República Dominicana. En efecto, hasta ese momento la creación de centros de formación profesional había estado motivada por razones de asistencia social a sectores de la población excluidos de la educación y con escasas oportunidades de realización laboral, lo que contribuyó a crear el estigma, socialmente arraigado, de que la formación profesional era un tipo de educación "para los pobres". Dentro de ese panorama, las escuelas vocacionales dependientes de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional (once establecimientos en la actualidad) representaban la mayor parte de la oferta de formación.

La creación del INFOTEP se debe al cambio en la concepción oficial de la formación profesional y es una respuesta a los nuevos requerimientos del aparato productivo dominicano a partir de los años setenta. Estos requerimientos se dieron en el marco del incipiente proceso de industrialización substitutiva de importaciones, iniciado tardíamente (en relación a las restantes experiencias latinoamericanas) a fines de la década del sesenta.

La estructura productiva dominicana incorporó a partir de entonces innovaciones tecnológicas que modificaron profundamente las condiciones del empleo industrial, haciéndose evidente la insuficiencia e inadecuación de la formación profesional provista hasta entonces. Por otra parte, las condiciones volvieron a modificarse a partir de mediados de los ochenta, cuando la crisis de la deuda, y posteriormente la oleada aperturista, obligan a repensar las estrategias de competitividad nacional. Así, ya a partir de los ochenta se empieza a promover el sector de servicios de exportación (turismo y zonas francas), que han llegado en la actualidad a absorber un número de trabajadores equivalente al 41 por ciento de los empleados por la industria.

En este contexto, se ha asistido a un aumento de la cantidad de academias e institutos privados que, con fines de lucro comercial, complementan la oferta de formación para el trabajo. En efecto, de los 117 centros de formación profesional, 92 son privados con y sin fines de lucro, a los que deben sumarse los Centros Colaboradores que atienden los requerimientos de formación canalizados vía INFOTEP.

El panorama de la formación profesional se muestra mucho más dinámico que el de la educación técnica. En la actualidad los esfuerzos del INFOTEP están dirigidos a incrementar la oferta de capacitación a través de la promoción de instituciones privadas de modo de superar el número actual de 300 instituciones en condiciones de ofrecer educación técnica y cursos de capacitación. Entre las estrategias adoptadas por el INFOTEP en 1995 resulta fundamental la de delegar a los Centros Colaboradores (privados y públicos) la capacitación directa de la mano de obra, reservándose para sí mismo la formación de docentes y la supervisión de los cursos ofrecidos en el marco del Sistema Nacional de Formación Ocupacional. De este modo, el INFOTEP ha avanzado hacia un proceso de descentralización de segundo nivel, delegando en los Centros Colaboradores actividades que le habían sido transferidas por el estado en el momento de su creación (descentralización de primer nivel). Esta estrategia ha sido implementada a través de tres mecanismos básicos: contratación de cursos por concursos públicos (con delegación parcial o completa de responsabilidades), estímulo a la creación de centros de formación propios de las empresas y promoción del sistema de formación dual.

Es este último sistema, a pesar de su alcance todavía limitado, el que ha mostrado los mayores avances en materia de definición conjunta tripartita (empresarios, trabajadores, expertos técnicos) de los contenidos impartidos y la certificación de las competencias adquiridas.

La financiación del INFOTEP depende de tres fuentes: el presupuesto público, un aporte de trabajadores y empleadores como porcentaje de la nómina salarial, y el pago de matrícula en los centros privados. Este diseño permite al INFOTEP resguardar su autonomía y operar verdaderamente como un agente descentralizado de supervisión y, en menor medida, de provisión de servicios de formación.

Finalmente, el autor se manifiesta en favor de permitir e incentivar la participación del sector privado en el diseño, financiación y provisión del servicio de formación, lo que no implica una toma de postura radical en favor de la mayor eficiencia de la gestión privada. Antes bien, se señala que el éxito de los programas no depende del carácter privado o estatal del agente que presta el servicio, sino de los procesos administrativos y las estructuras involucrados. En tal sentido, el INFOTEP es visto como una institución ejemplar para otros países latinoamericanos.

Debemos recalcar, que en el 1970 a nivel publico se implementa un nuevo fin o meta en la Educación Media de estudio llamado plan de reforma, que perseguía que el estudiante saliera capacitado para trabajar como técnico en cualquiera de las áreas que comprende el citado plan de estos: comercio, agricultura, mecanografía, técnico en corte y confecciones, belleza y salud, pero este plan no satisfactorio los objetivos planteados, por falta de disposición del sector gubernamental, a invertir en los equipos y tecnología que se emplearían, y provocando un estancamiento en el desarrollo del país.[34]

1.9.1. INVENTARIO DE LAS PRINCIPALES INSTITUCIONES QUE OFRECEN CAPACITACIÓN TÉCNICA COMERCIAL EN LA REPUBLICA DOMINICANA.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5

INSTITUCION

DIRECCION

TELEFONO

EJECUTIVO

INSTITUTO DE CIENCIAS COMPUTACIONALES (ICCI).

Ave. López de Vega #61

565-1453

Fax 541-4208

Licda. Julie Ares Guzmán

INSTITUTO SUPERIOR DE INFORMATICA (ISIF)

Recinto I

Ave. 27 de Febrero #2

Recinto 2

Instituto Montessori

C/ Juan Sánchez Ramírez #3

Recinto 3

Colegio Arroyo Hondo

C/ Luis Amiana #501

Recinto 4

Colegio Calasanz

Ave. Independencia #1301

542-7510

Fax 566-4228

Lic. David Castillo

TEOREMAS

Ave. Abraham Lincoln esquina José A. Soler Edificio Progressus 4ta. Planta

565-05118

Fax 563-8611

Ing. Fernando Manzano

INTITUTO DE CIENCIAS Y TECNOLOGIA (ICYTEC)

Ave. Independencia #402

688-2944

Fax 541-8337

Licda. Josefina F. de García

INSTITUTO DE TECNOLOGIA QUEZADA (ITI)

Ave. 30 de Marzo #114 Altos

685-8775

Fax 689-4726

Ing. Gregorio Quezada Valdés

PROMOCION APEC DE LA MUJER INC. (PROMAPEC)

Ave. V Centenario #28

536-8586

Fax 538-8933

Licda. Providencia Fernández de Subervi

COLEGIO CARDENAL SANCHA

C/ Costa Rica #178 Ensanche Alma Rosa

594-2056

Licda. Sor Paula González

TALLER PADRE ABEL PARROQUIA ASENCION DEL SEÑOR

C/ 24 de Abril #11

Las Cañitas

684-7849

Fax 536-4162

Rev. Padre Antonio Royo

INSTITUTO SUPERIOR PSICOLOGIA INDUSTRIAL DOMINICANA (INSPID)

C/ 1ra. #27

Urbanización KG

Carretera Sánchez KM 6 �font>

535-0674

Fax 533-4544

Lic. Ricardo Winter

AP SOPTWARE

Ave. San Cristóbal #16, esquina Lope de Vega

451-3124

Ing. Ramón Abreu

ESCUELA TECNICA LA SALLE-INFOTEP

C/ Caonabo #1 Simón Bolívar

684-0638

Rev. Hno. Busebio Iñigo

DATA PROCESO S. A.

Ave. Abraham Lincoln #1025 Ensanche Piantini

541-1022

Fax 452-5101

Ing. Viriato Sánchez

INSTITUTO TECNICO DE LA CONSTRUCCION (ITC)

C/ Central #52

Urbanización Feria III

534-7416

fax 534-7316

Ing. Milciades Pérez

CENTROS APEC DE EDUCACION A DISTANCIA (CENAPEC)

Ave. Máximo Gómez esquina México

688-4403

fax 682-1937

Lic. Mariano Mella Licda. Loidez Samboy

INSTITUTO DE ADIESTRAMIENTO PROFESIONAL (IAP)

Ave. Sabana Larga #83 3ra. Planta Edificio Video Ozama

598-4897

fax 699-2575

Ing. Carmen Sasso

ASOCIACION COMITE DE AMAS DE CASAS DEL D.N. (ACACDISNA)

C/ Federico H. y Carvajal esq. Bipreso y Centenario

689-8969

Rosario López

COLEGIO VERITAS

Ave. Independencia #555

685-6649

Bridaida Reynoso de D.

FUNDACION EDUCACION Y DESARROLLO (FEDES)

C/ 30 de marzo #44 Altos

༯font>

Lic. Alberto Valenzuela Cabral

ABC GERENCIA

Ave. Tiradente #64

565-1128 fax 540-2200

Ing. Crizko Arka B.

CENTRO EDUCATIVO ASCUA DE LUZ (CEALUZ)

C/ Prolongación Ave. Las Palmas #11 Barrio Enriquillo, Herrera

560-4866

Licda. Isabel Briceño

ESCUELA NACIONAL DE INFORMATICA

Centro I Ave. Independencia #254

686-9513

fax 686-9519

Lic. Osvaldo Mendieta

ORGANIZACION, PRODUCCION Y ENTRENAMIENTO (OPEN)

C/ Dr. Báez #16, Altos

686-5220

fax 685-6448

Oneida Molina de Camacho

MIGUEL ANGEL PIMENTEL Y ASOCIADOS

C/ Libertador #31, Altos

685-1631

fax 685-9255

Miguel A. Pimentel

INSTITUTO DOMINICANO DE TECNOLOGIA (IDT)

C/ Guarocuya #46

Ensanche Quisqueya

687-4822

fax 685-5355

Ing. Eduardo Sagredo

CONSULTORES EN PSICOLOGIA Y EDUCACION

C/ Roberto Pastoriza #17, Ensanche Naco

567-9217

fax 567-9219

Lic. Hector Rodríguez

CENTRO DE ENTRENAMIENTO Y CAPCITACION PARA EL DESARROLLO (CECADE)

C/ Cesar N. Pensón #157

687-2995

fax 686-7473

Lic. Hector Rodríguez

FUNDACION TROPICO (VOPADE)

Ave. Enma Balaguer Guaricano

563-1054

Arq. Manuel Luian

CENTRO DE CAPACITACION TURISTICA Y HOTELERA DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA (CATUR)

Ave. Francia #129

689-4111

fax 686-5821

Dr. Gustavo Batista

CENTRAL DE RECURSOS EMPRESARIAL, S.A. (CREHUM)

C/ El Conde #403

221-7224

fax 685-8802

Licda. Margarita Lara

CENTRO COMUNITARIO DE FORMACION LABORAL EL CAFE

C/ 19 s/n

Herrera

530-5344

fax 530-1782

Miguel Melia Mora

LICEO ESCUELA SAN VICENTE DE PAUL

Ave. San Vicente de Paul #154, Los Minas

594-2997

Sor Concepción Miro

ESCUELA LABORAL OSCUS SAN VALERO

C/ Restauración #1 Guaricano

545-6086

Lic. Cesar Gutiérrez

CENTRO COMUNITARIO NELDA S. VALPIANA

C/ Engombe

El abanico de Herrera

531-0680

Dr. Miguel Reyes

ACCION COMUNITARIA POR EL PROGRESO, INC.

Ave. Los Restauradores #22 Sabana Perdida

590-8570

Gabino Hernández

ACADEMIA DE BELLEZA Y ESTETICA CESARINA

C/ 3 #13

Ensanche la Paz

533-6087

Beatriz Reynoso A.

INSTITUTO DE IDIOMAS Y CARRERAS TECNICAS ADMINISTRATIVAS

C/ Cesar N. Pensón #129

Ensanche la Esperilla

686-2666

Lic. José E. Bonelly

INSTITUTO NACIONAL DE FORMACION TECNICA Y SINDICAL (INFAS)

Autopista 30 de mayo

KM 12

537-2903/3303

fax 537-2803

Alberto Castillo

PRISMA CONSULTORES GERENCIALES C. por A.

C/ EL Conde #105

686-1100 224-6660 fax 688-3181

Ing. Cesar Arjona

A&C DATA CENTER S. A. (DATACESA)

C/ Aristides F. Cabral #16 Zona Universitaria

685-5600

Lic. José R. Angeles Tapia

CENTRO DE ASESORIA GERENCIAL Y ENTRENAMIENTO EMPRESARIAL

C/ Pablo Casal #18 Edif. Keilly, Apart. 3 C Ensanche Piantini

562-5778

fax 412-5944

Licda. Leonol Curiel

OBRA SOCIAL CULTURAL SOPEÑA (OSCUS)

C/ Cayena #2 Buenos Aires de Herrera

561-9510

Hna. Benita González

ASESORIA, CAPACITACION Y ENTRENAMIENTO DE EMPRESAS (ASCYENDE)

Ave. J. F. Kennedy #12

Edificio Barleta

549-5580

fax 565-1542

Licda. Clara Escoto

INSTITUTO SUPERIOR DE EDUCACION PERMANENTE

C/ Mayor Piloto Enrique Valverde #1

562-5589

Lic. Hector Salazar

ACADEMIA DE BELLEZA Y ESTETICA CHEZ MANOL

C/ Aristides F. Cabral #352

685-3016

Sra. Scarlett del Castillo

INSTITUTO TECNICO SALESIANO (ITESA)

C/ Albert Thomas #66 Barrio María Auxiliadora

684-3992

Padre Nestor Pazos

CENTRO DE EDUCACION Y PRODUCCION RURAL (CEPRORS)

C/ Las Damas #42

Zona Colonial

685-0880

Dr. Víctor Avila

TALLERES SANTA LUCIA DE MARILLAC

C/ Simón Bolívar esquina Jacquez Viaui Los Tres Ojos

593-4148

Hna. Sor Lidia Fernández

CENTRO DE INTEGRACION FAMILIAR, INC.

C/ Ulises Heureaut/ C/ Luis Rosario

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