- Aspectos del periodismo
- Periodismo educativo
- Medios de comunicación
- Técnicas instrumentales
- Estructura gráfica
- Géneros periodísticos
- Periodismo informativo
- Periodismo informativo/literario
- Periodismo literario
- Literatura periodística
- Géneros menores
- Redacción periodística
- Aplicación pedagógica
- Taller de periodismo
- Taller de lectura y escritura
- Taller de producción
- Conclusión
- Bibliografía general
PERSPECTIVA INTEGRADORA
En la actualidad, los medios masivos de comunicación (mass media) se perfilan como instrumentos técnicos–culturales capaces de integrarse a otros canales o formas de comunicación primaria. En alguna medida, la influencia que ejercen estará supeditada hacia nuevas formas de integración intracultural, ya que pueden comunicar lo que pasa en distintos puntos geográficos del mundo.
En este amplio espectro, el periodismo puede verse como una profesión que se ha creado merced a los adelantos tecnológicos y a la profusión de canales en las que participa: gráfica, radio, televisión e Internet.
Es posible hallar, además, distintas especialidades que pueden ser de competencia de los periodistas, o bien, de profesionales en otras áreas interesados en el aspecto periodístico. Es un hecho ineludible que la educación se encuentra en estos perfiles, el cual ha dado como resultado el llamado "periodismo educativo".
El periodismo educativo incluye dos áreas específicas: la educación, que se consolida mediante una crítica y análisis pragmático de los medios para estudiar la influencia que ejercen en la sociedad, principalmente, en el espacio educativo, y el periodismo escolar, que es la integración de los medios gráficos vinculados con el conocimiento escolar. Utilizar el diario en el aula es una de las alternativas que ofrece el periodismo como recurso pedagógico.
Las viejas recetas que reproducen el conocimiento mecanizado, esquemático y carente de sentido, es una herencia difícil de superar, ya que en alguna medida la "reproducción" sigue vigente en el sistema educativo.
Generalmente, las actividades escolares tienden a ser reiterativas, algoritmias y rutinarias, generándose en un entorno que se lo desvincula con la realidad. Para revertir este proceso, es necesario que el docente tome conciencia de que las actividades de lectura o escritura tengan otro matiz, se complementen con los intereses de los alumnos y sean realmente útiles a la hora de evaluar una aplicación efectiva.
La lectura del diario en el ámbito escolar puede ser un buen recurso para suplir, en parte, al tedioso libro de texto. De este modo, el conocimiento que se adquiere resulta relevante y de mayor interés por parte de los alumnos.
Del mismo modo, la escritura cumple un destacado núcleo generador de creatividad y de cierto grado de imaginación. El viejo esquema: "Redacción tema…" sería suplida por la producción de un texto personal en el que puede recrearse la realidad o incluso, con cierto grado de fantasía, mediante la aplicación de técnicas áulicas.
En otro orden de ideas, es necesario reflexionar acerca de los alumnos que promueven la puesta en práctica de una producción grupal, en el que puede ser viable la difusión de notas y comentarios que ellos generan y que pueden ser publicados en un periódico o revista escolar.
Estas alternativas determinan un nuevo enfoque en el que es preciso incursionar, a fin de que se contribuya a una educación integral, en la que es posible hallar un vínculo efectivo entre el conocimiento que se aplica en el aula con el que el alumno puede utilizar en el futuro.
En vista de este planteo, en el presente ensayo analizaremos los aspectos paratextuales y analíticos de la prensa gráfica, de acuerdo con el siguiente orden:
- Periodismo educativo: Se establece un planteo de la problemática en el que es preciso incursionar para determinar los alcances y perspectivas del periodismo educativo en un amplio espectro.
- Medios de comunicación: Mediante un somero estudio de los medios, en particular la gráfica, se establece la dinámica comunicación con sus alcances, influencias e ideología.
- Estructura gráfica: Un análisis gráfico del medio posibilita encontrar las distintas variables y enfoques en el que se puede establecer la llamada "política editorial", así como también un conocimiento integral de su estructura, en cuanto a la presentación de los distintos elementos paratextuales.
- Géneros periodísticos: Los géneros constituyen el método, por el cual se basan los medios y el periodista. Conocer las normas que se instauran en cada uno de ellos, así como su estructura posibilita el reconocimiento para la integración tanto en la lectura como la escritura.
- Redacción periodística: La redacción periodística difiere de otros modelos de comunicación y pueden ajustarse a un contenido expresivo y a un referente discursivo (modelo). Dichas estructuras dan a conocer los pormenores del uso del lenguaje, las normas gráficas y discursivas, y también el encontrar un estilo.
- Taller de periodismo: Se recrean las formas usuales de un orden organizacional aplicable en el aula.
- Taller de lectura y escritura periodística: La aplicación de la lectura y escritura recreados desde el ámbito periodístico, posibilita la aplicación de distintas actividades formales y lúdicas.
- Taller de producción: Se encuentra conformado por una guía en el que se organizan las actividades grupales para el armado y confección de un periódico escolar.
Los distintos enfoques que se puedan analizar del periodismo se basan en una integración de perspectivas analíticas, que ofrecen un concepto amplio y multifacético.
PERIODISMO EDUCATIVO
La información publicada en los medios gráficos es cada vez más abundante y requiere de un tratamiento especial para jerarquizar su contenido. Esta demanda ha permitido el desarrollo de distintas especializaciones, entre ellos, el periodismo cultural, científico, cinematográfico, etcétera.
De este modo, cada especialización requiere de un periodista profesional que posea conocimientos de orden técnico–humanista, a fin de poder encausar la información/opinión en un espectro específico mediante la utilización de los géneros.
A mediados del siglo XX, ha surgido una nueva tendencia: el periodismo educativo. En un principio, se refería exclusivamente al tratamiento de la información educativa aparecida en los diarios y, con posterioridad, se lo vincula con la información publicada en revistas académicas, periódicos y boletines gremiales, entre otros.
Hoy es posible rever el contenido técnico del periodismo, a fin de vincularlo con las actividades pedagógicas, para lo cual el periodismo educativo puede transformarse en escolar, o bien, en educomunicación.
Por ello, analizaremos las distintas problemáticas que surgen en torno a la especialización del periodismo educativo, en el que se tratan los siguientes puntos: definición de periodismo educativo, delimitación de las áreas y aspecto pedagógico.
DEFINICIÓN DE PERIODISMO EDUCATIVO
Para conceptuar al periodismo educativo, es necesario establecer por separado los aspectos básicos de periodismo y educación.
Por periodismo se entiende la función social de recopilar, procesar y difundir por cualquier medio de comunicación (mass media) una noticia de interés público, con la finalidad de informar y formar, así como también la de persuadir y entretener. El mensaje periodístico, aparte de ser un hecho comunicable en el más amplio sentido, cumple con la función formativa por los juicios de valor que se emiten. Otra finalidad es la recreación, abarcando diversos géneros: humorismo, ensayos, etcétera.
Así, pues, el periodismo incluye comunicación por esencia, información por necesidad; formación por deseo de orientar; entretenimiento por naturaleza; y todo ello dentro de una área envolvente que incluye estilo, técnica y representación adecuada (Acosta Montoro, 1973: 54).
Los matices presentados demuestran que el periodismo ha surgido como una necesidad comunicacional y, su trascendencia, hoy día, hace que no se pueda concebir una historia futura sin periodismo.
En cuanto al término educación, se lo puede vincular con la "educación para toda la vida", que coincide con la noción de sociedad educativa,
en la que –según la UNESCO– todo puede ser ocasión para aprender y desarrollar las capacidades del individuo tanto si se trata de brindar una segunda o una tercera ocasión educativa o la de satisfacer la sed de conocimientos, de belleza o de superación personal como de perfeccionar y ampliar los tipos de formación estrictamente vinculados con las exigencias de la vida profesional, comprendidos los de formación práctica (Pérez de la Concha, 1999).
La idea de esta visión educativa empieza a concebirse cuando la sociedad tradicional va perdiendo su valor en puntos de referencia colectivos y no queda otro recurso que anclarse en una cierta configuración de los conocimientos adquiridos para "orientarse, pensar y actuar".
Ambas modalidades pueden integrarse en una tercera vía de análisis en la que es posible definir el periodismo educativo, que es,
antes que nada, producción y distribución de mensajes informativos de actualidad que logren interesar a un público determinado. El contenido de tales mensajes es la vida humana haciéndose en todas partes y bajo todas las circunstancias (Pérez de la Concha, 1999).
De acuerdo con estos lineamientos, el criterio que puede establecerse se basa en la búsqueda de puntos encontrados entre periodismo y educación, estableciendo un espectro en que se puede tratar a la comunicación social como una manera de canalizar la información dentro de la sociedad, y a la información educativa como un estudio que posibilita abordar distintos temas en un área específica: la educación.
En cuanto a la información educativa, ha sido definida por la UNESCO como la elaboración, registro y comunicación de ideas, opiniones, teorías, hechos, reglamentos, estadísticas, y cualquier otro dato o información que pueden estar relacionados con los sistemas de educación, los procesos educativos y las actividades culturales y artísticas, que pueden contribuir a mejorar la calidad educativa en todas las formas de comunicación, teniendo especialmente en cuenta la naturaleza esencial de la comunicación, que es la de actuar en ambos sentidos.
Es dable destacar su importancia, ya que la información constituye un punto importante de toda investigación o planeamiento. La utilización de la información educativa ha sido catalogada como un medio importante para la toma de decisiones, así como también para elaborar estudios de situaciones de relevancia. En cuanto a su difusión, se establece que puede ser canalizada a través de los medios de comunicación social, dependiendo del tipo de información presentada y del efecto que causaría.
Su tratamiento requiere de periodistas especializados en educación, que ha surgido con la necesidad de intensificar y seleccionar la información de interés colectivo.
Hay dos maneras de establecer la especialización en periodismo educativo: un periodista interesado en la temática se especializa en esta materia, debido a que domina las cuestiones periodísticas, pero le faltan saberes específicos, o bien, un profesional o experto en educación elige al periodismo para canalizar sus inquietudes. Este caso es inverso al anterior. El profesional domina su materia, pero necesita tener conocimientos en periodismo.
De esta manera, el profesional especializado puede tomarse más tiempo para analizar la información, verter su opinión y como resultado inmediato pondrá en práctica la inventiva, y por la naturaleza de la información, su mensaje será enteramente pedagógico.
El periodista, aparte de requerir de una serie de atributos especiales, completará su experiencia con una técnica académica, ya que escribe para un determinado público; en cierto sentido, sus lectores también son especializados en la materia.
El periodismo educativo puede ser delimitado por distintas áreas: profesional, técnica y pedagógica.
La información educativa se puede hallar en distintos medios, entre los que se destacan: la información de prensa: gacetillas, problemas institucionales, huelgas, etc., y los boletines y periódicos gremiales, que comprende una información específica que interesa a un determinado público (afiliados) en el tratamiento de políticas instrumentales, problemas de orden interno, elecciones, etc., para lo cual se establece que esta área en particular es de competencia exclusiva de los periodistas profesionales.
B) Técnica
El ámbito universitario (estatal o privado) tiene a su cargo la confección de una revista académica. Está dirigido a un segmento educativo en particular: profesionales, profesores y alumnos. Se publican artículos, ensayos, críticas de libros, opiniones […], que han sido escritos por especialistas. La publicación concentra, además, una información específica en la organización de congresos, seminarios, etc. Dicha información puede ser publicada en papel o virtual.
C) Pedagógica
Un último aspecto es la vinculación del periodismo como recurso pedagógico, el que puede considerarse como un elemento auxiliar, de competencia exclusiva de los docentes, cuya identificación se relaciona con dos segmentos: la educación, que es el tratamiento de temas específicos, mediante la vinculación de los medios masivos en el ámbito educativo: influencia, alcances, críticas, etc., y el periodismo escolar, que puede ser definido como la aplicación pedagógica de los contenidos periodísticos (lectura del diario), utilización de los géneros (escritura), o bien, la creación de un periódico o revista escolar, en sus modales: impreso, confección manual o publicación por Internet.
Resulta imperioso destacar que el segmento del periodismo escolar es el que se relaciona con la problemática específica que desarrollaremos seguidamente.
Una vieja herencia del "enciclopedismo" marca un hito en la educación, a veces, difícil de superar. Las tareas que realiza el alumno pueden ser catalogadas como escolares, debido a que su sola mención hace que sean vistas como tediosas y aburridas, desconectadas de la realidad. Se aprende a leer en textos resumidos y esquemáticos, se aplican fórmulas mediante ejercicios didácticos y se emplea la oración perfecta en un análisis gramatical.
En cada ciclo lectivo, el docente apela a una práctica ritual, sin mayores variantes. No sólo se cumple con el dictado de una clase, sino que se ejerce una función reproductivista, dejando de lado otros aspectos que pueden resultar beneficioso para los alumnos: creatividad, imaginación y espontaneidad.
Otro tema importante, vinculado con esta práctica, se refiere al conocimiento escolar que, por lo general, no tiene sentido para el alumno, ya que no satisface sus propios intereses. Se piensa en él cuando se lo aplica a una actividad específica o para rendir un examen. Después desaparece o se distorsiona al momento de querer recordar un dato.
En el antiguo modelo educativo, se evidencia una clara dicotomía entre los conocimientos aplicados en la escuela y los que se necesita para la vida. Muy bien lo señala D. Perkins, en su artículo Las campanas de alarma, al analizar con ejemplos concretos lo aprendido en el aula, al momento de aplicar los conocimientos de cultura general. Elabora un diagnóstico sorprendente. Una persona no recuerda con exactitud la formulación de una teoría, o bien, su confusión llega a un extremo que se transforma en un conocimiento distorsionado y, a veces, carente de sentido. Organiza su exposición examinando las grandes deficiencias de la educación, cuyos síntomas son:
El conocimiento frágil (los estudiantes no recuerdan, no comprenden o no usan activamente gran parte de lo que supuestamente han aprendido), y el pensamiento pobre (los estudiantes no saben pensar valiéndose de lo que saben) (Perkins, 1997: 32).
Llega a una sutil conclusión al establecer que todo el problema del conocimiento implica algo más que un olvido, considerando que el "conocimiento frágil" es una enfermedad en su totalidad, ya que el conocimiento de los estudiantes, generalmente, es frágil en diversos e importantes aspectos:
- Conocimiento olvidado: En ocasiones, buena parte del conocimiento, simplemente, se esfuma.
- Conocimiento inerte: A veces se lo recuerda, pero es inerte. Permite a los estudiantes aprobar los exámenes, pero no se lo aplica en otras situaciones.
- Conocimiento ingenuo: El conocimiento suele tomar la forma de teorías ingenuas o estereotipos, incluso luego de haber recibido el alumno una instrucción considerable, destinada especialmente a proporcionar mejores teorías y a combatir los estereotipos.
- Conocimiento ritual: Los conocimientos que los alumnos adquieren tienen con frecuencia un carácter ritual que sólo sirve para cumplir con las tareas escolares (Perkins, 1997: 36/7).
Pedro Maya Arango analiza esta situación y, desde su postura, llega a establecer idénticos resultados:
los estudiantes son capaces de repetir los conceptos aprendidos en las aulas escolares, pero son incapaces de resolver los problemas que se les presentan en su diario vivir. Juzgan con precipitud y sin un previo análisis los fenómenos sociales en los cuales les toca desempeñarse por carencia de visiones más holísticas y complejas para mirar tales fenómenos. Análogamente, los problemas morales y éticos son tratados en forma relativa y simplista sin enfrentarlos racionalmente, arguyendo sus posiciones personales e individualistas, sin ninguna reflexión y consideración por los puntos de vista del otro, o lo que es lo mismo, sin referencia por la otredad y su sentido comunitario (2000: 42).
Haciendo una comparación de opiniones, se puede afirmar que este conocimiento frágil es el producto de un esquema aplicado por los alumnos: se estudia para aprobar una materia y en muchas ocasiones para "zafar" de una situación conflictiva.
Guiados por semejante estrategia, es indudable que los estudiantes no organizan sus conocimientos mediante tesis o argumentos reflexivos. Además, ni siquiera saben relacionar y aplicar los conocimientos que poseen (¡Otra vez el conocimiento inerte!) […] La pereza mental de los alumnos se pone en evidencia hasta en el viejo método de estudiar de memoria […] Pero quizá el bajo rendimiento tenga por causa la poca afinidad con la enseñanza que se les imparte (Perkins, 1997: 40).
Esto pone en evidencia el desinterés del alumno por lo que se le impone, sin que se los pueda motivar hacia la búsqueda de nuevos conocimientos.
Con la implementación de la Reforma Educativa, se pretende establecer que los temas curriculares se vinculen con la realidad, que el alumno tenga una participación activa y no se transforme en un mero espectador de su formación intelectual y personal. El modelo que se intenta superar es el que trata de dar al alumno una información libresca, que le permite únicamente "conceptuar conceptos" y en la que el niño o el adolescente se lo instruya en un aprendizaje que le sirve para la escuela, poniendo la vida entre paréntesis. Educar no es sólo brindar una instrucción sumaria del conocimiento, sino una formación integral del alumno que le permita crecer como persona y redescubrir sus potencialidades.
A pesar de que se intente salir del viejo esquema, a fin de cambiar el rumbo en la educación, algunas de estas prácticas quedan latentes, como el caso del libro de texto.
Para realizar cualquier cambio, es necesario tener en cuenta que
muchas de las innovaciones logradas en estos últimos años, han sido simples transformaciones de forma pero no de fondo a los proyectos curriculares y planes de estudio, sin profundizar en el problema del conocimiento y las exigencias que éste supone en la estructuración de la personalidad de los individuos (Maya Arango, 2000: 42).
Es aquí donde se necesita rever como "perspectiva" un cambio de actitud del docente para con los alumnos, a fin de aplicar una moderna metodología acorde con la realidad circundante, es decir, el pensamiento significativo, teniendo en cuenta los conocimientos previos de los alumnos que se basan en conceptos, actitudes y procedimientos. Siguiendo los lineamientos de José A. León, es necesario tomar conciencia de que existen cuatro factores fundamentales que impiden su no disponibilidad: una falta de atención; la falta de motivación; la distancia entre el conocimiento escolar y el conocimiento real, para lo cual el alumno recurre a una memorización ritual; y una falla en la planificación para aplicar los nuevos contenidos, lo que supone un serio impedimento para que los alumnos se den cuenta de que es necesario movilizar sus conocimientos previos. Así, la falta de relación entre áreas, una excesiva fragmentación de las actividades, pueden hacer muy penosa la tarea de detectar qué conocimientos previos son importantes para entrar en contacto con los nuevos contenidos (León, 1996: 23).
Para ello, se pueden integrar cinco aspectos que pueden considerarse para la aplicación del periodismo como recurso pedagógico: lectura del diario, escritura de géneros, taller de periodismo, ) pensamiento periodístico y opinión pública.
La lectura como finalidad cognitiva ha decaído considerablemente. En la actualidad, se lee muy poco o no se lee. Pero es necesario, en ambos casos, saber el por qué y también incentivar este hábito como un modo potencial del acceso al conocimiento.
Una de las razones principales de esta problemática es que los alumnos viven entre dos mundos aparentemente inconexos y disociados: la influencia de los medios visuales y la lectura de los textos.
De hecho, "leer" un texto requiere la puesta en marcha de procesos mentales diferentes que "ver" la televisión. La lectura es un proceso enormemente complejo que exige una actitud de concentración y un esfuerzo por buscar el significado. Hasta llegar a ese significado, el lector debe realizar múltiples operaciones mentales que afectan a otros tantos procesos lingüísticos (codificar y decodificar la información, acceder al léxico, procesar sintáctica y semánticamente las oraciones, extraer el significado, activar el conocimiento previo a través de inferencias, mantener la coherencia local y global de la información leída, elaborar un modelo mental o referencia del contenido leído…). La lectura de cualquier material escrito invita a la abstracción de la realidad y a la reflexión y es el lector quien controla todo el proceso. Puede parar el proceso y retomarlo más tarde o puede releer cuando lo estime oportuno. Para que la lectura sea gratificadora, es preciso un esfuerzo de comprensión e interpretación de los signos (León, 1996: 15).
El bombardeo de los medios de comunicación ha posibilitado que la opción de "leer" sea cambiada por la de "ver". Mirar televisión es más atractivo, ya que el espectador se condiciona por la fascinación de las imágenes, desarrollando un sistema perceptivo diferente.
Si prevalece la percepción sobre la abstracción, lo sensitivo sobre lo conceptual, es natural que tienda a provocar respuestas de carácter emotivo más que de carácter racional. Ferrés lo describe de una manera muy ilustrativa en el sentido de que sus apetencias van más en el continuo "me gusta-no me gusta" que en la línea "estoy de acuerdo-no estoy de acuerdo". Lo intuitivo y emocional tenderá a primar sobre lo intelectual y racional. Algunos fenómenos culturales recientes podrían explicarse desde la perspectiva de las distintas habilidades mentales que desarrollan la televisión y el libro. La proliferación de la cultura icónica puede estar dando lugar a un tipo particular de lector, el lector perezoso, capaz de descifrar pero no de leer. La incapacidad de concentrarse le dificulta o hasta le impide la comprensión de lo leído. Podría sumarse el fenómeno del analfabetismo funcional (León, 1996: 16/17).
Se debe convivir con este medio y también se debe tener en cuenta que la lectura del diario en la escuela puede transformarse en un buen recurso, independiente de cada actividad. Se tiene como ventaja que el alumno pueda reconocer los alcances de la realidad en una dinámica integral. La atención estará focalizada en motivar al alumno a un análisis textual para su posterior debate.
El conocimiento de causa de las características fundamentales de esta comprensión textual puede llevar a elaborar modelos didácticos para enseñar determinadas categorías, reglas y estrategias. Un alumno no sólo tendrá que comprender oraciones, sino que también deberá aprender de qué manera están organizadas las informaciones en un texto más extenso –por ejemplo, en un artículo periodístico–, cómo puede "aprender" esta habilidad lo más eficazmente posible, cómo se resume adecuada y correctamente un texto y cómo se relacionan finalmente las estructuras textuales con las funciones pragmáticas y sociales de los textos. Después de haber conseguido un cierto conocimiento de causa sobre la manera en que de hecho pueden elaborarse los textos, podemos predecir en cierta medida la complejidad didáctica de determinado texto, su posibilidad de aprendizaje, las cuestiones más relevantes que pondrán y deberán plantearse y la proporción de informaciones textuales que se retendrá y que sigue siendo asequible durante algún tempo (Marino, 1999: 18).
Los conocimientos que se imparten en el aula no pueden estar disociados con los de la vida real, para lo cual resulta necesario que el docente pueda recurrir a la lectura del periódico para mitigar la separación entre ambos mundos, que por lo general son considerados como compartimentos estancos, separados y con escasa relación.
La presencia de la prensa en el aula, permite, entre otras cosas, contrastar la información del periódico con otros diarios, con otros medios de difusión e incluso, con los contenidos académicos. El alumno puede generar una opinión más objetiva y elaborada ante versiones distintas de un mismo evento. Este hecho es crucial para el desarrollo intelectual del alumno, ya que no debemos olvidar que una de las cuestiones básicas que influye directamente sobre la asimilación de una información es la capacidad del lector para contrastar informaciones diferentes sobre un mismo hecho. Esta capacidad para relativizar las opiniones o la interpretación de la realidad es uno de los aspectos esenciales que deben estar presentes en la formación integral del alumno, pues forma parte sustancial en el desarrollo de un pensamiento y actitud crítica ante la vida. Es absolutamente relevante poseer este tipo de pensamiento para desarrollar un pensamiento científico (León, 1996: 182).
De este modo, recorrer las secciones del diario o cualquier medio gráfico, incentivar la búsqueda de temas y, sobre todo, formar lectores críticos, se transformarán en objetivos globales para su incorporación.
Antes de la escritura, se vivía en el espacio acústico de la oralidad, y el lenguaje habitaba en las sombras de la memoria y la arquitectura de los gestos. El lenguaje, a través de su evolución, ha dado forma y orden a la cultura, cuya manifestación logra establecerse en los mecanismos de la percepción y en prácticas materiales donde se concretiza, es decir, en las relaciones y reconocimientos entre los individuos.
La escritura, en cambio, queda conformada en este orden primigenio. Tiene como finalidad la organización del espacio acústico en lo visual, mediante el empleo de un sistema de escritura, basado en la estructura de las letras, signos ortográficos y símbolos. Esto origina un perfil social que interpreta las múltiples realidades y dan como resultado la experiencia y construcción individual en lo colectivo.
La lectura es el acceso a la modalidad de escritura. Se puede afirmar que sin lectura no se puede conformar la escritura. Resulta paradójico, pero es una realidad incuestionable. Manejar el lenguaje escrito, tanto en la escritura como la lectura, implica tomar conciencia simultánea del mundo y del lenguaje. Ocurre, por tanto, una reciprocidad funcional. El lenguaje logra crear un mecanismo de "fijación" del mundo que lo convierte en objeto de reflexión; la escritura, en cambio, "fija" el lenguaje de una manera determinada y lo convierte en objeto de revelación.
En las clases en que se debe ejercitar la escritura, se toma como modalidad una práctica común: redacción tema "la vaca". Este ejercicio ritual, lejos de tener que aplicar las normas ortográficas, léxico y un orden gramatical del discurso, dista mucho de ser efectivo. La vaca se transforma en un objeto dirigido. La redacción se organiza esquemáticamente dando detalles de la forma, peso, volumen, hábitos alimenticios, etc. No podemos inventar "nuestra vaca", la que tiene cinco patas, dos cabezas, es de color anaranjada, ni mucho menos con alas y que vuele. Todo se transforma es un esquema, sin ningún dejo de imaginación o fantasía.
La aplicación de una escritura periodística cuenta con múltiples alcances. Al conocer los géneros, se puede aplicar su contenido a otros temas escolares. El alumno podría utilizar la crónica, por ejemplo, para dar a conocer los sucesos de la "Semana de Mayo".
De esta amanera, la escritura periodística puede optimizar el aprendizaje integrado, a fin de evaluar un conocimiento empírico en base a la propia producción de textos. El alumno ya no aprenderá las reglas de la sintaxis a partir de un "modelo ideal", sino que podrá aplicar un orden gramatical, basándose en una comprensión lectora, tomando conciencia de las secuencias interpretativas del discurso.
Este eje integrador es válido para todas las materias, ya que la "escritura" es un "recurso primario", potencial e integrador para la adquisición del conocimiento.
Muchas veces se tiene una idea errónea de lo que significa un aula taller. Se considera que es un espacio en donde se aplica como norma el "saber hacer" desde la práctica. El coordinador considera, por ejemplo, que "escribir se aprende escribiendo". De esta manera, todas las actividades se reducen a un postulado tautológico, en donde lo prioritario es canalizar las inquietudes de los participantes y la de compartir una experiencia colectiva.
La metodología del aula taller (que no es nueva en nuestro país ni en el mundo) dista mucho de esta propuesta simple e ingenua. Es por sobre todo un replanteo en la dinámica del aprendizaje.
El alumno cambia de rol (respecto del aula tradicional) y pasa a ser un sujeto activo de su propio aprendizaje. La tarea docente consistirá principalmente en la de coordinar y desencadenar (cuando no sucede espontáneamente) de los procesos cognitivos, utilizando el diálogo y el debate. A su vez, tendrá que planificar su clase de una manera dinámica, a fin de motivar a sus alumnos. Más que dar respuestas, deberá hacer preguntas. Este replanteo de la metodología implica tomar conciencia de la no disociación entre cómo enseñar y qué enseñar, es decir, dar al conocimiento una forma que no sea contradictoria con su contenido, a fin de dejar de lado las viejas "recetas" que se aplican como una función algorítmica, rutinaria.
A su vez, aplicando esta conceptualización a los fines del taller de periodismo, el docente debe reflexionar acerca de los presupuestos básicos y esenciales para introducir de manera adecuada la prensa en el aula, para lo cual es necesario establecer un vínculo entre la "investigación cognitiva de textos" y la "experiencia didáctica" de estos textos.
Una primera tarea que se deberían plantear aquellos que quieren emprender un programa didáctico de este tipo es la de conocer y comprender las características funcionales y estructurales de los periódicos en cuanto que son los soportes materiales de dicha información. También sería necesario conocer la incidencia que tiene el conocimiento previo del lector sobre la comprensión de la noticia y analizar de manera precisa qué es lo que los alumnos comprenden de un periódico. Sin estas dos premisas no podríamos facilitar un aprendizaje significativo. Es necesario saber algo más sobre cómo se representan en nuestra mente las distintas secciones del periódico, si existen diferencias entre esta representación de los alumnos respecto de la de los adultos o la concepción de un experto. Sin estas reflexiones, a la vez descriptivas y analíticas, se puede caer en el riesgo de utilizar erróneamente el instrumento innovador (la prensa en este caso) y de generar, como señala Alonso Erausquín (1990), resultados imprevistos e incluso contraproducentes. La valoración de estas premisas nos ayudaría, al menos en parte, a evitar el riesgo de que esta experiencia pudiera caer en un "tópico pedagógico vacío de contenido", como lo denomina García Galindo (1990) (León, 1996: 24-25).
En un taller de periodismo, estos conceptos se definen como básicos para la organización de las distintas actividades que se pueden generar: lectura de diarios y revistas, aplicación de la escritura, armado de un periódico escolar, entre otras.
Para lograr dicho objetivo, es necesario que en la planificación se contemple como práctica el desarrollo de un conocimiento teórico, la de optimizar recursos con metas claras y concretas, y la aplicación del pensamiento periodístico.
En todas las actividades, se puede diferenciar un pensamiento aplicado de acuerdo con la modalidad operativa: se utiliza el pensamiento crítico para la lectura de textos; el creativo, cuando se escribe un cuento y el ideológico, al momento de analizar un discurso.
Surge otra variante, la aplicación del "pensamiento periodístico" vinculado con las actividades pedagógicas. Este nuevo enfoque es una visión distinta de la realidad, en cuanto al desarrollo de conductas como la observación, selección y opinión.
Adquirir esta visión no significa que tanto el docente como los alumnos sean periodistas, sino que se establece mediante una propuesta en la que puede actuar la creatividad como fuente inspiradora.
La profesora Sandra Della Giustina consigna una serie de cualidades distintivas del pensamiento periodístico, entre las que se destacan:
- Dar prioridad a lo diferente, a lo prominente y a lo inusitado.
- Buscar las ideas y elementos esenciales y disponerlos de tal modo que su manifestación sea lo más clara y sencilla posible.
- Emitir mensajes de acuerdo con los intereses del receptor y a la propia convicción.
- Implica una postura ideológica y filosófica establecida y conocida.
- La estrategia periodística ronda siempre la búsqueda del punto de vista diferente, original y por qué no polémico: nadie compra una revista o un periódico para leer lo que ya sabe.
- Acota espacios y tiempos. Por lo tanto, las ideas generalmente compiten entre sí. No siempre se eligen las mejores sino las más significativas para el periodista y para el lector (1998: 22).
- Ejes lógicos
El pensamiento periodístico, aplicado en el ámbito educativo, puede basarse en tres ejes lógicos: cómo criterio, como expectativa de logro y como objetivo.
Cómo criterio
La aplicación del pensamiento periodístico se basa en la adquisición de un conocimiento técnico y de una perspectiva que instrumente el espíritu crítico.
De este modo, la actividad docente no se reduce simplemente a aplicar las normas establecidas de los géneros ni tampoco a esquemas conceptuales. Mediante esta visión, se podrá motivar a los alumnos hacia la búsqueda de nuevos conocimientos, que surgen de la puesta en práctica de estos conceptos desde una perspectiva holística.
Como expectativa de logro
Las expectativas de logro que organice el docente deberán ser flexibles, reales y consensuadas en un amplio criterio. Quizá, la utópica, como el caso de formar futuros periodistas, sea casi inalcanzable, pero tendrá como alternativas otras que se adecuen a la realidad. Por ejemplo: fomentar el espíritu crítico entre los alumnos, acorde con las distintas edades, mediante la aplicación de técnicas periodísticas.
Como objetivo
El docente debe evaluar entre sus objetivos la aplicación del pensamiento periodístico en cada actividad. Esto puede traducirse en una perspectiva que se adecue a establecer un rol, o bien, a que los alumnos piensen como periodistas.
El rol de periodista puede convertirse en una actividad lúdica aplicable en el primer ciclo de EGB. Los niños, al jugar a ser periodistas, pueden representar este rol, al igual que el del entrevistado. Sólo se necesitan algunos elementos básicos y un cuestionario de preguntas.
A partir del segundo ciclo de EGB, el docente puede integrar en sus actividades, en forma gradual y progresiva, el desarrollo de una actitud periodística. Esta dinámica motiva al alumno hacia el logro potencial de la percepción, abstracción, contextualización y selección de la información, en los que pueden emplearse la imaginación y creatividad.
En alguna medida, este objetivo será prioritario para la formación integral del alumno, a fin de cuestionar la realidad circundante y ciertos aspectos para analizar de qué manera los medios pueden hacer uso y abuso de un hecho, acorde con el concepto ideológico que éstos apliquen.
- Estructura global
El pensamiento periodístico se recrea en una estructura global, de acuerdo con el grado de representatividad que ejercen la noticia, la información y la opinión.
La noticia
En alguna medida, todos conocemos cuál es el concepto primario de noticia, es decir, aquel hecho en que todos los medios se hacen eco por su importancia.
Lo que se afirma en la aplicación del pensamiento periodístico es el reconocimiento de la estructura genérica. Mediante un orden establecido, se pueden reconocer un criterio selectivo y establecer las prioridades en los distintos medios. Por ejemplo: En el Polo Petroquímico, se dan a conocer las futuras inversiones de las empresas. En el diario local, la noticia puede ser publicada en primera plana, mientras que en los capitalinos, aparecerá en las páginas interiores.
La información
Desde un punto de vista general, la información es un corpus en donde se desarrollan o se combinan ciertos elementos, por el cual, el lector interpretará de acuerdo con sus emociones o inquietudes. Esto equivale a decir que la organización es la estructura física de la información, es la forma que se le intenta dar. Para esta forma, no sólo se requiere de un instrumento matemático, sino también filosófico, porque no sólo están enlazados con la cantidad de palabras que existen, sino también con su calidad. Este conjunto será la información.
La información puede ser definida como el "dato" del hecho que se comunica. Diríamos, entonces, que la comunicación es el significado del significado. Esto es, el lenguaje que articula e integra los elementos de la comunicación para inscribirlos en la memoria actuante del hombre; no en vano los especialistas llaman a la comunicación "memoria de largo alcance". Esto es lo que convierte la información en valores sociales de comunicación. Entre aquello que se dice y se retiene, la información es una síntesis del principio del proceso y la comunicación el circuito que lo cierra.
La información llega al receptor a través de ciertas leyes análogas que determinan su asimilación e interpretación, acompañados con el grado de evolución y perduración en el tiempo. Este vasto campo de la información, que con gran velocidad logra imprimirse en su difusión y distribución, es un largo proceso necesario. El tiempo será el encargado de seleccionar y conservar lo que realmente sea de utilidad: el hecho histórico, un conocimiento científico, etcétera.
El manejo de un amplio caudal de información obliga al lector a seleccionar el material en un orden decreciente, de acuerdo con un criterio personal.
Esta misma circunstancia se destaca en el ámbito educativo. El alumno debe aprender cómo relacionar y rescatar aquellos datos que resulten prioritarios, así como también formarse en esta actitud crítica.
La opinión
La opinión, en términos análogos, puede definirse como el concepto que tiene una persona acerca de un determinado tema por el sólo hecho de ser cuestionable. En este ámbito, entra en juego un aspecto moral, es decir, un reconocimiento de lo que se juzga, a veces, como bueno o malo, permisivo o no permitido, burdo o falaz, etcétera.
Es imperioso reconocer que en materia de opinión todos somos expertos. Opinamos de todo y, a veces, lo hacemos de una manera arbitraria. Para no ir a los extremos, será necesario que el alumno pueda aprender a construir la opinión de manera equitativa, con conocimiento de causa.
El docente debe acompañar en esta formación, gradualmente, con el empleo de diversas técnicas que le permitan al alumno expresar su pensamiento. Este aprendizaje es recíproco y se constituye principalmente con la interacción del individuo con el medio, de los grupos con la realidad en la que se encuentra subsumido, y éstos con los roles que deben cumplir.
Para definir a la opinión pública, es necesario analizar los términos "opinión" y "pública" por separado. Ya se ha definido "opinión", para lo cual faltaría "pública", cuyo concepto puede definirse como una cosa notoria, con la condición de ser vulgar y común, por tanto, perteneciente al pueblo.
Se puede afirmar que la opinión pública es el resultado manifiesto de las diferentes opiniones de los hombres, sea cual fuere su condición social, ya que no debe estar ajeno al manejo individual ni colectivo de la conciencia popular.
Hay que considerar pública la opinión vertida por un conglomerado de gente o público, resultando siempre aquella dúctil, versátil, transitoria, formulada por personas que no se encuentran individualmente próximas unas a otras, y que tampoco están unidas por intereses comunes, porque provienen de diferentes extractos sociales que provocan desconexión de grupos.
La opinión pública resulta entonces contradictoria, y la comunicación juega relativamente con el llamado "mercado de la opinión pública" […]
Le corresponde al hombre de hoy controlar, analizar y encauzar esa fuerza a través de las diversas técnicas y disciplinas que conforman la comunicación social, aplicando una suerte de acciones en pro de un mayor entendimiento de y por los hombres (Martínez Valle, 1997: 97).
La pirámide de la opinión pública se encuentra estructurada de la siguiente manera: En la base figura la opinión general o del pueblo; en el segundo estrato, la opinión calificada de políticos, clérigos, maestros, etc.; en la parte superior, la opinión gubernamental, es decir, la de los funcionarios de gobierno.
La forma de interactuar de los estratos puede generalizarse de la siguiente manera: la opinión calificada ejerce una amplia influencia fundiéndose con la opinión general. A su vez, una planificación debe estar estructurada de manera tal que la opinión calificada pueda influenciar en los sectores gubernamentales y, por ultimo, en el del pueblo.
En épocas de democracia, existe una variante de la pirámide. El pueblo ejerce, teóricamente, el poder de opinión para influir en las restantes, pero, en la práctica, esto no ocurre. Muchas veces, sucede que la clase gubernamental se encuentra dominada por una "elite", que actúa a espaldas del pueblo, conservando el poder, ya que no admite el acceso de otros grupos.
Puede aplicarse este último caso, también, en los periodos de gobiernos dictatoriales. Su poderío lo ejercen a través de la educación para controlar la "voz" del pueblo.
La opinión pública abarca los siguientes estratos:
- La creación original: Todo valor se origina a partir de una opinión individual, poniendo de manifiesto la capacidad interpretativa del hombre. La creación original marca un punto de referencia de la división entre el ser y no ser.
- La vocación intelectualizada: Está conformado por un grupo de personas especializadas, que no sólo muestran un interés particular acerca de los temas de actualidad, sino que se dedican profesionalmente a esta materia. Por ello, socialmente, este estrato se encuentra siempre vigente. Sus integrantes han alcanzado un grado de madurez con respecto al anterior, que no sólo se limita a recrear su opinión, sino que mejoran y esclarecen los puntos de un tema que se encuentran en debate.
- La comprensión objetiva: Se muestra el comportamiento de los estratos anteriores, el que se agrega como característica la tonalidad emocional, ya que la opinión se manifiesta acorde con las circunstancias y en el modo de actuar selectivamente.
- La comprensión subjetiva: En este estrato, se puede incluir al hombre común que, por regla general, participa sin saberlo. Lo que se sostiene es la comprensión subjetiva con que se valora el mundo, es decir, su accionar cuando genera opinión por las cosas que le agradan o disgustan. Dentro de este ámbito, suele pasar por distintos temas con una indiferencia total. En cambio, cuando participa, es capaz de negar o afirmar algo y tomar partido por aquellos temas que son de su interés.
Todo esto conformará la llamada "reacción–opinión", es decir, el individuo podrá extraer conclusiones que convergen en una actitud básica para la formación de una opinión. El hombre, permanentemente, reacciona ante una determinada situación, como una constante de su comportamiento.
En la actividad social que se encuadra dentro de la opinión, se puede mencionar en su estudio cinco clases de actitudes bien diferenciadas:
- Racionales: La persona busca una justificación lógica.
- Trasferencia: En este caso, trata de derivar el problema.
- Compensación: Las carencias deben ser compensadas.
- Proyección: Deriva la circunstancia hacia variantes distintas hasta llegar a identificarse con el problema.
- Simplificación: Se reduce el problema a una síntesis.
De este modo, el pensamiento periodístico puede actuar como desencadenante de una serie de situaciones para comprender los aspectos que reflejen los medios, ya que éstos se consideran como un reflejo de la propia sociedad.
A su vez, cada actividad que realice el docente, adecuados a los distintos niveles de enseñanza, pueden hacerlos efectivo, en tanto y en cuanto, apliquen la creatividad e imaginación, lejos de convertir la tarea escolar en un rito carente de sentido para el alumno. Las posibilidades de revertir un viejo esquema de enseñanza–aprendizaje dependerá del docente, que será beneficio para su formación y la de sus alumnos.
La sociedad, durante siglos, entretejió las relaciones persona a persona, conformando un entramado ligado al peso de la tradición, los hábitos y la moral con un panorama de conductas esperables. La "persona" era una entidad con historia, familia, profesión, ideas conocidas e integradas que definían su personalidad.
El clima social era de control y protección al mismo tiempo y la comunicación establecida por canales personales. Esto trajo como consecuencia un estancamiento, ya que lo extraño era rechazado.
Al afianzarse los medios masivos de comunicación social, produjeron notables cambios, llegando a crear la corriente denominada "posmoderna", originada hace más de dos décadas. Los mensajes, hoy, pueden ser trasmitidos instantáneamente, incluso a través de cadenas satelitales. Nada ha quedado relegado a esta nueva cultura de masas.
Los medios de comunicación (mass–media) pueden definirse como los mecanismos técnicos–culturales que hacen posible la difusión de mensajes en forma oral, impresa o audiovisual, desde una fuente determinada a un público o receptor. Son técnicos, porque sus posibilidades de aplicación lo hacen precisamente a través de sistemas mecánicos, electrónicos o computarizados, con un lenguaje propio, dirigidos hacia una nueva forma de interacción. Se consideran culturales, porque contribuyen a la formación educativa de la comunidad en que actúan.
Los medios de comunicación frecuentemente se identifican como instrumentos culturales que sirven para promover o influir en las actitudes, para estimular la difusión de modelos de comportamiento o para fomentar la integración social. A través de estos medios percibimos la realidad de manera mucho más extensa, intensa e inmediata. Pero también a estos mismos medios se les atribuye ese hipotético "cuarto poder" porque tienen en sus manos la fuerza y la capacidad de "hacer creer" e influir en las personas y en la configuración de la mentalidad de importantes sectores sociales. La posibilidad de acceder a la información resulta una tarea muy simple para cualquier persona que lo desee e, incluso, para aquella que no lo desee. Dado que estos instrumentos de difusión inciden de manera directa o indirecta en los valores comunes de la sociedad, también afectan, de manera consciente o no consciente, a los individuos produciendo importantes cambios en sus actitudes culturales. La prensa, radio y televisión influyen poderosamente en los conocimientos, ideas y conductas de las personas (León, 1996: 12-13).
Un análisis más complejo de este fenómeno es estudiado en el campo de la sociología. Al respecto, se estableció que la comunicación de masas hacía posible la existencia de canales de comunicación directos e indirectos, permitiendo que una información pueda ser transmitida a una gran audiencia, con importantes diferencias sociológicas.
La comunicación masiva, en tal sentido, se puede diferenciar de otros medios por sus características y elementos propios que, según Charles R. Wright, se establecen las siguientes condiciones:
- Naturaleza del auditorio: La comunicación de masas está dirigida hacia un auditorio relativamente grande, heterogéneo y anónimo.
- Naturaleza de la comunicación: La comunicación de masas se caracteriza por ser pública, rápida y transitoria. Esto se afirma en el hecho de que no va dirigida a nadie en especial, llega a grandes auditorios en forma simultánea y por lo general se hace en vista a un empleo inmediato y no para un registro permanente.
- Naturaleza del comunicador: Aquí se destaca el hecho de que la comunicación de masas es organizada. A diferencia del artista individual o del escritor, el "comunicador trabaja a través de una compleja organización y de una gran división del trabajo." (Citado por Schröeder y ot., 1977: 18)
Los medios de comunicación social pueden clasificarse en audiovisuales: TV, cine e Internet; escritos: prensa, revistas; oral: radio.
En cuanto a la prensa gráfica, puede apreciarse su función dentro de la formación de la opinión pública. Difunde noticias, informaciones, opiniones y pasatiempos como mercancía, ingresando en la producción comercial: una industria monopólica, abarcativa de todos los medios, ocupando un lugar destacado en cada uno de ellos.
La influencia de la radio, en cambio, es notoria, porque puede llegar en forma instantánea al oyente, con una pluralidad en el mensaje, clarificando ideas, con el propósito de fijar la credibilidad.
En lo que respecta a los medios audiovisuales, en especial la TV, genera una localización de su público, ya que es un medio que actúa con doble apoyatura: el sujeto oye el mensaje, que es complementado por las imágenes que clarifican el mensaje cifrado. Este medio posibilita una notable influencia, ya que atrapa la atención del espectador y genera, en algunos casos, la imitación de los personajes famosos que son vistos en la pantalla.
En el ámbito periodístico, los medios de comunicación actúan en concordancia para la difusión de un suceso: La radio anuncia, la TV muestra y el diario publica. En cada uno, el tratamiento de la información es distinto y no se puede hablar de competencia. Sólo existe en el caso de querer analizar cómo se obtiene la primicia en idénticos medios.
Los medios de comunicación generan un periodismo dividido en tres sectores, de acuerdo con la pirámide de opinión: periodismo vertical, periodismo horizontal y periodismo horizontal–vertical.
El periodismo vertical puede ser de dos maneras: vertical ascendente, es el que llega desde el pueblo a la faz gubernamental, o vertical descendiente: desde los estratos gubernamentales al pueblo.
El periodismo horizontal es el que produce su acción dentro de un solo estrato, sin que influya en las áreas superior e inferior.
El periodismo vertical–horizontal, en cambio, no ataca a nadie, sino que va formando su opinión de manera horizontal, y converge o se mezcla con otra faz, la vertical, para actuar dentro de los sectores tanto superior como inferior.
El periodismo puede ser encuadrado dentro de los aspectos básicos de la comunicación pero, también, desde un enfoque sistémico, se lo puede estudiar para establecer un acercamiento entre periodismo y literatura.
El periodista utiliza el término "literatura" como sinónimo de bibliografía. También, por regla general, establece que podría encuadrarse dentro de un aspecto mucho más amplio: la opinión, contraponiéndolo al concepto de objetividad.
Pero lejos de esta sutil interpretación, lo literario tiene bases mucho más profundas y significativas:
- Desde un aspecto comunicacional, es posible hallar una ubicación del periodismo con relación a la literatura.
- Mediante un análisis exhaustivo de los géneros, un orden donde se ubica el periodismo literario y la literatura periodística, en torno a la noticia y la información, como modos de enunciación y discurso.
- La historia, por su parte, refleja la discusión de los escritores ante la Real Academia Española, con el surgimiento del periodismo vinculado con la literatura.
- Otro aspecto a considerar es la existencia de un periodista escritor y un escritor periodista.
- En el estudio lingüístico, diversos autores establecen factores comunes entre literatura y periodismo, con un esquema de la problemática.
- También es posible hallar una interpretación ambigua de los géneros.
- Como último punto, se ofrece un punto de vista interesante en cuanto a la "búsqueda de una verdad" tanto en el periodismo como en la literatura.
Si se quiere diseñar un símbolo que represente la ubicación del periodismo entre la literatura y la comunicación, se elegiría a un árbol: las raíces, la comunicación (oral y escrita), el tronco, la literatura y las ramas, el periodismo. Esta idea surge de las palabras de José Acosta Montoro, quien afirma que el periodismo y la literatura "son como la rama y el tronco, que no pueden vivir por separado" (Acosta Montoro, 1973: 51). Tanto la literatura como el periodismo, se alimentan a su vez de la comunicación, ya que desde este punto de vista toda creación (periodística o literaria) puede ser considerada como una palabra global, que el lector llena de sentido, según su conocimiento de la lengua y su experiencia personal.
Desde sus orígenes, la literatura siempre alimentó al periodismo, puesto que las noticias constituían un pequeño centro de la información que ofrecían los periódicos.
Se pueden separar ambos lenguajes, en donde no es fácil encuadrar satisfactoriamente a la literatura o lo que se entiende por ella, o bien, al periodismo propiamente dicho. Aunque parezcan disímiles, tienen muchos puntos en común.
Si bien se puede incluir al periodismo dentro de los cánones básicos de la comunicación, entendido únicamente como el acto de "comunicar", sería minimizar su función. En el ensayo Periodismo Educativo, se ha definido al periodismo como una necesidad comunicacional. Su trascendencia e importancia hace que este enfoque pueda ser analizados desde el ámbito de la historia, cifrando una paradoja.
El periodismo es la historia del presente y la literatura es el periodismo del pasado. Es lógico que, dentro del campo de la comunicación histórica, antes de investigar lo que hicieron los antepasados, interese al hombre saber lo que hacen sus contemporáneos. El tiempo convierte en historia lo que en "otrora" fue "periodismo" (Acosta Montoro, 1973: 73).
De esta manera, es posible concebir que sin el periodismo el hombre conocería su realidad a través de la literatura, mediante versiones orales e interpretaciones históricas y anécdotas.
En literatura, por regla general, se descuenta lo obvio: un poema, un cuento, una novela o una pieza teatral escrita; pero, ¿qué clasificación tendría un ensayo, una columna o un chimento de la farándula?
En las tradicionales definiciones de literatura: "compromiso", (Sartre, 1962) "búsqueda de la subjetividad", (Eliot, 1959) "de la imitación de la realidad–mimesis", (Aristóteles, 1982) se sumaría la propuesta de Graciela Montes: un acercamiento entre la realidad y la fantasía. "La literatura es una búsqueda nueva, ni un sueñismo de fantasía divagante, ni el realismo mentiroso. Más bien exploración de la palabra, que es exploración del mundo y que incluye en un solo abrazo lo que suele llamarse realidad y lo que suele llamarse fantasía," ya que no sólo el mundo del escritor estará lleno de sutilezas y belleza, sino que mediante la "exploración de la palabra" puede fomentar en los lectores "nuevas búsquedas internas" (Montes, 1990: 25).
La magnitud del trabajo artístico del escritor estará dada por la sola circunstancia de recrear la fantasía dentro de lo literario para que el lector pueda disfrutar de un goce estético, renovado en cada lectura.
4.3. Postulados
En otro orden de ideas, se pueden hallar otras posturas, como el caso de Octavio Aguilera, quien considera que "el periodismo no tiene nada que ver con la literatura" (Aguilera, 1992: 18), o bien, la propuesta de José Acosta Montoro:
El periodismo, medio de comunicación que se obliga por esencia al acercamiento a las masas, a su educación, a su formación, en la cultura que tiene como texto los periódicos, ha creado sus propios géneros directos, claros, terminantes, que son literatura en cuanto que propagan su estilo a las obras propiamente literarias, y sobre todo, en cuanto que se erigen en métodos formidables para reflejar la realidad humana (1973: 126).
En toda creación estética –el periodismo no es la excepción–, hay opiniones discordantes: no pretende ser una ciencia exacta.
En los casos planteados, se ha podido observar que, en el periodismo, la literatura se halla presente no sólo en aspectos que conforman los géneros, sino también en la preocupación por determinar su origen, correspondencia y análisis que ofrecen estos modelos discursivos. Dada sus características intrínsecas, se argumenta una transposición de lenguajes: por momentos, el discurso pretende ser netamente informativo (periodístico), por momentos, literario. Este trasvase lo convierte en ambiguo, y es difícil o casi imposible tomar a ultranza un concepto para llevarlo a la práctica.
También, se ha puesto de manifiesto que la visión del periodismo en la literatura no es analógica ni se puede realizar mediante comparaciones estilísticas. Más bien, se sumerge en una estructura integral, como si fueran las dos caras de la moneda, inseparables desde todo punto de vista.
A pesar de que el periodismo es considerado como una disciplina autónoma, independiente, que incursiona en la sociedad con una fuerte influencia, lo cierto es que la literatura cumple un rol fundamental para diferenciar los distintos aspectos, cuyos principios han sido reflejados desde la óptica propia del periodismo.
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