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Posición de la sociedad boliviana respecto de las madres solteras y sus familias (página 2)


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CAPÍTULO 2

DEFINICIÓN DE CONCEPTOS

1. Actitud

Una actitud se considera como una asociación entre un objeto dado y una evaluación dada.

Las actitudes están constituidas por tres componentes: un componente cognitivo que se relaciona con creencias, percepciones acerca del objeto de la actitud. Un componente afectivo relacionado con el valor positivo o negativo que le asignamos a ese objeto, y por último un componentes conductual que se expresa en conductas de hostilidad o apoyo con respecto al objeto de la actitud (cf. ISLA 2006).

Las actitudes aprendidas conforman lo que llamamos esquemas mentales, que configuran los límites dentro de los cuales actuamos en relación a las diferente experiencias que se nos presentan.

2. Familia.

Es dificultoso definir exactamente lo que es la familia, y se suele emplear tal o cual concepto de acuerdo al punto de vista e interés de quienes investigan algún aspecto particular de la familia. En el marco de la pedagogía familiar, elegimos la definición dada en el módulo Introducción a la Sociología de la Familia ya que el tema del madresolterismo se lo enfoca desde variables sociales y culturales.

[La familia]como institución, (…) es un subsistema dentro del sistema mayor que es la sociedad. […] encontramos que ella es un grupo de personas entrelazadas en un sistema social cuyos vínculos se basan en relaciones de parentesco fundados en lazos biológicos y sociales, con una función más o menos claramente determinada en un sistema social del cual es base, y sin cuyas orientaciones el sistema mismo no podría funcionar. (PAEZ 1984, citado por Soliz 2001:22)

3. Sexualidad.

Conceptos generales

La sexualidad se cimienta en la diferencia biológica denominada sexo: que se refiere a los aspectos anatómicos y fisiológicos que hacen la diferencia entre los hombres y las mujeres. El sexo biológico es el sexo con el que hemos nacido, que se resume a los cromosomas sexuales, las hormonas y los órganos sexuales masculinos y femeninos. Es sólo una parte de la sexualidad, la que se define como "el conjunto de maneras muy diversas por las que se relacionan las personas como seres sexuados con otros seres también sexuados en intercambios que, como en todo lo humano, son acciones y prácticas cagadas de sentido." (BARBIERI 1992, citado por Dorado 1999:12).

La sexualidad es la comunicación cotidiana desde el ser mujer o desde el ser hombre, la expresión de afectos y expectativas en relación al otro. La sexualidad está condicionada y regulada por la cultura de cada sociedad, y al mismo tiempo está fuertemente imbricada con la identidad de cada persona, porque no es posible tener una identidad más o menos definida y estable -fuente básica de salud mental- sin haber construido también una identidad sexual: ser hombre o mujer. De este modo, la sexualidad regulada por límites culturales, impone los llamados:

4. Roles de género

Se construyen a partir del sexo, a lo cual se le asigna un valor (parte afectiva de la formación de una actitud), y que se expresan mediante la atribución de características al varón y a la mujer, en términos de deberes y prohibiciones. Estas atribuciones a lo femenino y a lo masculino se repiten en los ámbitos de la familia, de la escuela y del trabajo. Ahora, una categoría especial de roles son los sexuales:

5. Roles sexuales

Se refieren a lo que deben o no deben hacer hombres y mujeres en una sociedad, con relación a la sexualidad. Por nuestras tradiciones -el llamado consciente colectivo- se otorgan muchos más derechos a los hombres que a las mujeres (cf. IDH 2004).

CAPÍTULO 3

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA MUJER Y SU RELACIÓN CON LA VIOLENCIA.

  1. Concepciones sobre la mujer

Para acercarnos a la visión social sobre el madresolterismo, necesitamos atravesar el largo camino de las consideraciones sociales que sobre la mujer se han construido. Como afirma Antonieta Potente "los factores que llevan a considerar la mujer dentro de ciertos esquemas mentales o prejuicios, tienen una historia muy larga y son numerosos" (POTENTE 2004:33).

Siguiendo las ideas presentadas por la mencionada autora, extraemos resumidamente los estereotipos que rodean a la figura de la mujer y que llegan a delinear una identidad social.

  • La mujer es un cuerpo hermoso, con el fin de incitar el apetito sexual. De ahí la rápida relación entre mujer, placer y relación sexual.
  • La mujer es ama de casa. La mujer que se ocupa de atender las necesidades de su familia en la privacidad de la casa. Forcano dice que "la mujer es connaturalmente el sexo frágil, hecha para la maternidad, el cuidado del hogar y de los niños, de la cocina, de los vestidos(…) debe ser amorosa, humilde, obediente, cuidadosa, tolerante con los desvaríos del marido (FORCANO 1996, citado por DORADO 1999:24)
  • La mujer profesional, que sin dejar de llenar las expectativas que le imponen los anteriores estereotipos, debe además ser económicamente independiente. (cf. POTENTE 2004:32).

El último modelo mencionado corresponde a uno de los logros de la llamada liberación femenina, que ha permitido a las mujeres el acceso a la educación superior. Desde diferentes puntos de vista y valores, este logro se lo ve como algo positivo porque permite a las familias contar con mayores ingresos económicos, a las mujeres les abre las puerta para la realización de proyectos personales y el logro de la preciosa independencia económica – aunque es de aclarar que el salario que percibe una mujer es generalmente inferior al que percibe un varón, realizando el mismo trabajo-. Desde otra visión, el que la mujer trabaje fuera del hogar ha influido en el rápido aumento del número de divorcios y separaciones y al madresolterismo.

  1. La mujer en Sudamérica comparte dilemas similares: la alta proporción de mujeres

sin ingresos propios, las brechas de ingreso entre hombres y mujeres y el predominio del trabajo informal entre las jefas de hogar ocupadas, situaciones documentadas en los informes de los países participantes de este estudio, deben ser motivo de preocupación.

Estos factores determinan la consideración de las mujeres como sector vulnerable, merecedoras de políticas cuya titularidad se les concede fundamentalmente en su condición de madres. La autonomía personal de las mujeres jefas de hogar, al igual que la de las mujeres que viven en pareja, está restringida por la falta de autonomía económica, y la exigencia de asumir las tareas domésticas y de crianza de manera exclusiva, cuya contraparte es la falta de co-responsabilidad paterna. Con excepción de Ecuador, el trabajo reproductivo no es reconocido como trabajo en ninguno de los países analizados. (cf. BRAVO 2003:2-3)

3. La mujer en Bolivia.

Ya acercándonos a la especificidad boliviana, consideramos los aportes públicos de la Dra. Julieta Montaño sobre la situación de la mujer boliviana. Explicita que la mujer en el país ocupa una posición en la sociedad que iguala las diferencias económicas evidentes "al hablar de la posición de la mujer nos referimos (…) a la valoración que tiene como mujer (…) en la sociedad". (KUTINA 1994: 83).

Afirma que la sociedad boliviana es una sociedad patriarcal porque esta valoración que se hace de las mujer está por debajo de la valoración que se hace del hombre. De acuerdo a esta autora, el argumento de la maternidad es el más utilizado para justificar esta desigualdad, ya que el rol reproductor le asigna a la mujer actividades pasivas, no valoradas económicamente, encaminadas básicamente a la atención, cuidado y educación de la familia a su cargo. El varón, teniendo el rol de proveedor, es quien garantiza los medios para la supervivencia de mujer y niños, y en sus manos queda el poder económico y político.

Por otro lado, se vienen observando modificaciones en los roles sociales tradicionales debido a la crisis económica que afecta directamente a la calidad de vida de la familia. Así, rápidamente las mujeres han dejado el techo de sus hogares para salir a buscar ingresos económicos mayoritariamente en los mercados, como comerciantes, y ofreciendo servicios domésticos. A pesar de que evidentemente el rol proveedor del hombre y el rol reproductor de la mujer están alterados, esto no cambia la valoración o posición de la mujer boliviana en la sociedad.

La mujer tiene que hacerse cargo, en consecuencia, de la suma de dos jornadas laborales. La una fuera del hogar; la otra en su interior.

Encontramos que la mujeres cumple ahora "normalmente" un triple rol: el de madre, el de proveedora, y el de reproductora de las necesidades de atención de la familia.

La sociedad, respecto a estas modificaciones, sigue sosteniendo que las mujeres "somos madres antes que mujeres, pero cuando la crisis nos expulsa a la calle, no tiene compasión de ese rol de madre antes de mujer, y nos exige que seamos trabajadoras y muy buenas; además de que seamos buenas madres, y que seamos excelentes gestoras para la comunidad" (KUTINA 1994: 85)

A esta posición de mujer sacrificada -o martirizada- en la sociedad, se suma la violencia casi sistemáticamente ejercida contra ella, ante la cual no se le brinda casi protección, sino que, al contrario, se le exige resignación. El sistema de leyes vigente constituye, en este campo, otra muestra fehaciente de la subvaloración de la mujer en Bolivia. Cuando existen casos de violencia evidente contra una mujer, el código penal indica que "no puede iniciarse una acción penal cuando la lesión que ha sido causada por un pariente, sean padres, hermanos, madres y cuñados, etc. pero que viven bajo el mismo techo, no haya pasado de los treinta días de impedimento". Se entiende que con menos días de impedimento, se trata "solamente" de un problema familiar e íntimo en el cual ni el Estado ni la sociedad tienen derecho a decir nada (ibidem).

CAPÍTULO 4

LA FAMILIA , LA SEXUALIDAD Y LA MUJER EN LA CULTURA OCCIDENTAL.

  1. Conceptos básicos.

Desarrollaremos los conceptos principales de la cultura occidental ya que son relevantes para lograr reflexionar sobre tema que nos ocupa, a saber: el sistema patriarcal y el cristianismo.

1.1 El sistema patriarcal

Por patriarcado entendemos "toda organización política, económica, religiosa y social que relaciona la idea de autoridad y de liderazgo principalmente con el varón, y en la que el varón desempeña la gran mayoría de los puestos de autoridad y dirección" (GOLDBERG 1976:31. Citado por Dorado 1999: 21). La realidad se codifica por símbolos masculinos, despreciando todo lo que no tenga esta marca.

1.1.1 Características del sistema patriarcal en relación a lo femenino

En primera instancia es muy evidente la devaluación de lo femenino, permitiendo de un modo trágico la supervaloración de lo masculino.

Aquí está, por consiguiente, la definición del correcto papel que la mujer debe jugar dentro del sistema: en el mundo patriarcal, la mujer es un ser cuyo sentido de la vida está prediseñado con el fin de ser un sentido para los otros.

Se impulsa la formación de una clase de seres desintegrados a quienes les será obstaculizado el ejercer todas sus capacidades: "El campo de la razón (logos) ha sido apropiado por los varones mientras que el campo de la sin-razón y el sentimiento (pathos), al que se adscribe el amor, el erotismo y la sexualidad, ha sido dejado a las mujeres"(SIDLER 1987, citado por Sevilla 2001).

Otra característica del patriarcado es la invisibilización de lo femenino. Resulta curioso y también demostrativo que la palabra hombre se identifique con la palabra humanidad. Este simple lenguaje empleado ya en niveles escolares, produce una fuerte marca negativa en quienes pertenecen al sexo femenino, que de entrada no son humanas.

También está aquél rasgo patriarcal que otorga beneficios al varón, culpando a la mujer por los tropiezos de él. Por ejemplo, es usual que un hombre se lance a buscar experiencias extramatrimoniales porque su esposa "no lo comprende", y la sociedad no lo juzga a él, sino a la mujer que causa infelicidad, y desde luego a la mujer que se permite relaciones con un hombre casado.

1.1.2 El varón y el ejercicio de la violencia

Todas estas construcciones se apoyan en dos ejes conceptuales: estructuración de jerarquías y discriminación de lo "diferente". Según las conocidas investigaciones acerca de los parámetros culturales de la "normalidad", la misma se define coincidente con la descripción del varón adulto fuerte, heterosexual, atractivo, no sentimental, proveedor, agresivo, sin miedo a los riesgos, naturalmente potenciado para ser sexualmente muy activo (véase el por qué de la usual preocupación por el tamaño y funcionalidad correctos del miembro viril). Pero este sistema también significa una presión enorme par el varón, porque se ve obligado a probar su hombría una y otra vez tanto a hombres como a mujeres, y en rigor a la verdad, muchos son los que no llenan los requisitos del modelo de masculinidad que el patriarcado exige.

Por lo tanto, la violencia dirigida hacia niños, mujeres, ancianos, minorías sexuales o étnicas, sectores sociales empobrecidos, tiende a justificarse como un modo de ejercer control sobre todo aquello que se aparte del paradigma vigente o que amenace sus bases, tal como Miguel Ramos ha podido constatar, " la violencia física y sexual son como "un grito desesperado" de los hombres por mantener el control". (Citado por ROSS 2004: 7).

El control sobre el otro es la forma exitosa de ejercicio del poder. El análisis del discurso de quienes ejercen diversas formas de violencia (y también del de muchas víctimas de violencia) permite entender que la mayor parte de las conductas violentas tienen como meta ejercer control sobre la conducta del otro y se justifican mediante objetivos tales como "disciplinar", "educar", "hacer entrar en razones", "poner límites", "proteger", "tranquilizar", etc.

1.2 El cristianismo

El conjunto de doctrinas religiosas apoyadas en la figura de Cristo, que ingresó junto a los colonizadores españoles. Famosa es la figura de la conquista "con la espada en una mano y con la Biblia en la otra".

La religión católica es la religión oficial en el país y es históricamente influyente en el comportamiento de la población. Y es la agencia de socialización transmisora por excelencia de los códigos morales vigentes: qué se permite y qué se prohibe, qué es bueno y qué es malo.

Consideramos oportuna la nota histórica hallada que asevera "la palabra Adán no es un nombre propio, sino que viene del hebreo Adán-Adama, que quiere decir Tierra" (DORADO 1999). La interpretación androcéntrica que se hace de la Biblia ha servido de justificación para proclamar que la mujer debe estar al servicio y sometida al poder del hombre, porque es voluntad de Dios. Y es cierto que hay pasajes bíblicos abiertamente androcéntricos, que corresponden a un pueblo y a una época determinadas. El pretender generalizar y validar unos enunciados tan específicos, ha significado una suerte de malinterpretación y peor divulgación de la palabra de Dios a la humanidad en su generalidad.

Cabe anotar que en relación al tema que nos ocupa, en las sociedades mayoritariamente católicas la discriminación se sustenta sobre el rechazo eclesial hacia el divorcio y las relaciones sexuales fuera del matrimonio, por lo que, en condiciones normales, un hogar de madre soltera es visto como manchado por uno o varios pecados, culpando a la mujer de su propia situación.

2. La familia

El tipo de familia que predomina en el ámbito de las ciudades bolivianas es el tradicional, es decir, una pareja de mujer-hombre con hijos. Es la llamada familia nuclear, con el 53.25 % del total de familias bolivianas, y en áreas urbanas con el 53.36% del total. (INE 2001:63). La jefatura del hogar se le adjudica al varón en un 80% del total de familias, resultado que puede estar influenciado por la tradición cultural patriarcal que rige en nuestro país, donde se considera a los hombres como jefes del hogar independientemente sean éstos o no los principales proveedores de los ingresos económicos. (INE 2001:13)

La familia nuclear continúa siendo el tipo hegemónico de la familia en la sociedad boliviana, pero también existen nuevos arreglos familiares.

Este interés por la familia se ve claramente estimulado por las transformaciones que sensiblemente se observan en la perdurabilidad del vínculo matrimonial (altas tasas de divorcios y separaciones) y la proliferación de nuevas formas de convivencia. A pesar de los datos de la realidad, en el imaginario social el concepto de familia que predomina continúa siendo el de la familia nuclear. Esta incongruencia entre realidad e imaginario tiene relevancia, ya que impide reconocer en su especificidad estos nuevos arreglos familiares. Concomitantemente, asumir que hay un sólo tipo de familia impide que las acciones sociales y las políticas que se implantan se adecuen a las necesidades propias de estos nuevos arreglos familiares.(SOLIZ 2001: 69)

La entrada veloz de la mujer en el mundo del trabajo remunerado ha comenzado a modificar el monopolio del rol de proveedor que, a pesar de ello, aun tiene el varón, pero de forma menos contundente. La jefatura de los hogares bolivianos está viviendo un lento y permanente cambio, lo que atañe sus pros y sus contras para quienes integran la familia.

3. La Sexualidad

La construcción de la faceta de la sexualidad está obviamente limitada por las definiciones de hombre y de mujer que el sistema patriarcal promueve.

Rol de género: Se ejemplifica en la vivencia cotidiana por situaciones repetidas en las escuelas y los hogares. Por ejemplo, los hombres no deben llorar (es de "maricas").Las mujeres deben cocinar y lavar y hacerse cargo de la educación de los niños, de forma afectiva, cariñosa, para demostrar su feminidad (cf. IDH 2004: 11).

Según Baptista Gumucio " el hombre latinoamericano deserta de sus funciones familiares pues considera que esto corresponde a su mujer ".

Rol sexual: Se asignan -como se mencionó en el apartado de las definiciones- tanto a varones como a mujeres, y se los reproduce socialmente de manera muy sutil. Ya en las tempranas experiencias de pareja de los adolescente se puede observar la efectiva internalización de los papeles que como ser sexualmente activo debe jugar cada ser.

Es en este ámbito donde se promueven contenidos verdaderamente lesivos a la dignidad de los varones y de las mujeres. Por ejemplo, los chicos deben tener varias experiencias sexuales antes de casarse. El varón siempre debe estar dispuesto a mantener una relación sexual genital. Las chicas deben llegar vírgenes al matrimonio. Una chica honesta no puede proponer un preservativo ni hablar de relaciones sexuales.

Estos roles asignados son a veces tan antagónicos, que la realización de unos supone la negación de otros. Como si el experimentar una relación de pareja se tratara más de una batalla en la que sólo una de las partes puede salir vencedora.

4. La mujer

La presencia de la mujer es mucho más notoria cuando hablamos de Violencia de Género, manera que usamos para referimos a todas las formas mediante las cuales se intenta perpetuar el sistema de jerarquías impuesto por la cultura patriarcal. Esta violencia se expresa a través de conductas y actitudes basadas en un sistema de creencias androcéntricas, adoptando formas muy variadas. Ejemplos de ella son todas las formas de discriminación hacia la mujer en distintos niveles (político, institucional, laboral), el acoso sexual, la violación, el tráfico de mujeres para prostitución, la utilización del cuerpo femenino como objeto de consumo, la segregación basada en ideas religiosas y, por supuesto, todas las formas de maltrato físico, psicológico, social, sexual que sufren las mujeres en cualquier contexto (cf. CORSI, Jorge 2001)

CAPÍTULO 5

LA FAMILIA, LA SEXUALIDAD Y LA MUJER EN LA CULTURA ANDINA.

Recordamos que por cultura andina entendemos una cultura dinámica que no es ni quechua ni aymara solamente, sino en el resultado del choque entre las dos mencionadas con la llamada cultura occidental.

  • La sexualidad

Se suele pensar que nadie es plenamente runa (persona) mientras no llegue a formar pareja con el "otro", varón o mujer. Es decir, la identidad sexual no se la alcanza de forma individual, sino que depende de las interrelaciones que se logran alcanzar con otra persona. Por ello, existen diferencias culturales e incluso actitudinales entre las mujeres indígenas y las mujeres mestizas. "Las indígenas andinas no pretenden 'romper' el cerco ideológico de la masculinidad, o generar un movimiento de emancipación, al menos no de la forma planteada por la mujer citadina" (OPORTO 2001:49).

La etapa de elegir una futura pareja, el llamado enamoramiento, "va acompañado con frecuencia de cierta violencia más aparente que real. El varón intenta imponerse con pequeñas agresiones físicas que son correspondidas en la misma forma por la mujer, y que suele ser la manera como cada una de las partes expresa su afecto e interés por la otra".(Herbas 1994:70-71. Citado por Dorado 1999:15).

"Los padres normalmente condenan la relación de enamoramiento entre los jóvenes, especialmente cuando se produce el robo. Pero sólo externamente, porque tácitamente lo consienten" (ALBÓ y MAMANI 1976:4, citado por Dorado 1999: 6)

La afectividad y la sexualidad en el mundo andino se manifiesta en la posesión del ser querido, como en el robo, y quien tiene la habilidad y la audacia de poseer es el varón. Podemos traer a colación el aforismo aymara que escuchamos ya popularmente en la sociedad en su generalidad: el que no es celoso y no pega, no tiene cariño por su mujer.

En cuanto a los roles de género, el padres Albó anota que "hay una diferenciación cada vez mayor de roles según sexo, siendo el status del varón es mayor al de la mujer (1976:4. Citado por Dorado 1999). Tal como Luis Oporto manifiesta, se corrobora que según los conceptos occidentales penetran más el orden andino, hay que reconsiderar si el principio básico estructural de complementación se va perdiendo. Y responde que "a medida que la modernización y la industrialización tienen mayor impacto, el principio de complementariedad de opuestos se desgasta" (Cf. OPORTO 2001).

  • La familia

La familia nuclear representa el 53.09% del total de familias del área rural.(INE 2001: 63).

En el área rural influida andina, el constituir una familia es un hecho esencial para ser considerado adulto dentro de la comunidad y por lo tanto miembro pleno en el sindicato con voz y voto ( Cf. CIDETI 1994, citado por DORADO 1999: 29).

En las estadísticas sociodemográficas se evidencia que "en el área rural existen pocos(as) solteros(as) con referencia al área urbana, ya que por costumbre suelen casarse y/o unirse en concubinato a más temprana edad" (INE 2003: 89).

La pareja hombre-mujer es la unidad básica de la economía, de la organización comunal y de las relaciones sobrenaturales. Ser pareja es ser persona, ser reconocido como jaq'i, con todos los derechos y deberes hacia la comunidad. Por eso la palabra que define el matrimonio es jaq'ichaña: convertirse o ser convertido en gente" (Cf. RIVERA 1990, citada por DORADO 1999: 30).

  1. La mujer

En lo rural se valora la fecundidad como función principal de la mujer en el proceso de reproducción social, proyectando una imagen femenina que se percibe como elemento más poderoso que el hombre en el proceso reproductor. Por ello, las relaciones entre jóvenes de ambos sexos gozan de bastante libertad dando lugar posteriormente a numerosos abortos, madres solteras o concubinatos a temprana edad.

Por tanto, es también usual que se considere a la mujer como un objeto valioso que da prestigio al varón. En la etapa del enamoramiento ya se configuran las bases de la distribución de poder y de liderazgo en la pareja: "(los adultos) especialmente los de mayor edad exigen que se produzca el robo antes del posterior pedido de mano. De esta forma el hombre consolida y muestra públicamente que la iniciativa de querer casarse es de él, ya que él se la lleva a la mujer; también la mujer lo interpreta así…". (HERBAS 1994: 72-73. Citado por DORADO 1999:33)

Ya casada, la mujer realiza trabajos no remunerados: la producción agrícola, cuidado de animales, tareas domésticas.

La vida de la mujer andina colona, que ha emigrado junto a su pareja a los llanos, varía muy poco o nada en relación a su lugar de origen. Por ello podemos afirmar que la mujer andina

[…] muy poco ha variado su estilo de vida y sus posibilidades en cuanto a ser considerada con igualdad de derechos con relación al varón (…)cambiar la concepción que él y su entorno social, incluyendo sus padres, tienen de ella. Esta concepción en la mayoría de los casos es de minusvaloración, debido a que no es considerada en serio como fuerza de trabajo dentro de las labores agrícolas (SOLIZ 2001:274)

Como adultas y madres, las mujeres han venido consolidando sus propias organizaciones. En las asambleas de las comunidades se puede observar hoy en día la presencia numerosa de mujeres junto a sus esposos, o incluso ellas solas. Sin embargo, de acuerdo a una intervención con enfoque de género realizada en comunidades de La Paz, las mujeres identificaron que, aun estando presentes y con la teórica capacidad de opinar y aportar cual los varones, en los hechos sucede que pocas son las que se atreven a tomar la palabra, ya que no están acostumbradas. Y las que lo hacen, no son tomadas en serio. Sienten, en consecuencia, la infructuosidad de su presencia en los acontecimientos importantes, y siguen siendo los varones quienes deciden (GOUMOUES 2007).

Para ellas, es difícil concebir una igualdad con el hombre tal como se predica en la cultura más occidentalizada del país. Responden que "no queremos ser hombres, como mujeres estamos bien". Entonces, en el área rural andina está fuertemente vigente la valoración del criterio de complementariedad, tan mimado por los teóricos de esta cultura. Desde esta ubicación teórica las mujeres pueden comprender que no se están dando las cosas como se supone deberían darse, que en los hechos ellas muchas veces no son el complemento de sus esposos ni lo son ellos de ellas, porque no las toman en cuenta con seriedad.

CAPÍTULO 6

FAMILIAS MONOPARENTALES

  1. Definición

La Oficina de Planificación Social y Cultural de los Países Bajos propone la siguiente definición para familia monoparental: "Una familia en la cual un solo progenitor cohabita con sus hijos en un hogar, sin la presencia de una pareja fija y en presencia de por los menos un hijo que no ha alcanzado todavía la edad de 18 años" (ASOCIACIÓN INTERNACIONAL por la Seguridad Social 2003).

El concepto de familia monoparental puede ser interpretado en un doble sentido:

  • En un sentido amplio: diversos arreglos familiares como por ejemplo situaciones de divorcio con tenencia de los hijos compartida por ambos padres, familias reconstituidas, familias multigeneracionales, etc.
  • En un sentido restringido: familias en las cuales un solo progenitor es el único el total responsable de los hijos.

En este ensayo tomaremos el concepto de familia monoparental en un sentido restringido.

  1. Los orígenes de las familias monoparentales pueden ser diversos: la muerte de uno de los padres, el divorcio o la separación de uno de los padres y el embarazo (previsto o no) de una mujer sola. Es decir, de una mujer no casada. Este es el grupo poblacional de nuestro interés. La definición y diferenciación exacta la tomamos de la revista Despertad!del 8 de octubre de 2002

    "La expresión madre soltera suele aludir a la mujer que ha tenido hijos sin estar casada, y madre sola abarca a todas aquellas mujeres —divorciadas, separadas, viudas o solteras— que crían a sus hijos solas, sin la figura de un padre en la casa"(Revista DESPERTAD:8 de octubre de 2002).

    El grupo poblacional de interés para responder al planteamiento inicial, es el de las familias monoparentales originadas por una mujer madre soltera, ya que las actitudes de la sociedad boliviana son diversas según el origen de la familia monoparental

  2. Sus orígenes
  3. En Bolivia

En el panorama boliviano, es importante hacer hincapié en los resultados que indican que existe 8.9% de mujeres solas con hijos, en franco incremento. Ese aspecto demuestra que existe una clara tendencia de las mujeres a jefaturizar sus hogares y además ser responsables de sus hijos (cf. INE 2001).

Como resume Soliz "los hogares encabezados por mujeres van en rápido aumento y no es un fenómeno social propio de los países en desarrollo"(SOLIZ 2001: 199).

Los hogares encabezados por mujeres son la estructura familiar no nuclear más importante, presentando dos tipos principales: en primer lugar, están los hogares donde la pareja masculina está permanentemente ausente por separación o muerte y la mujer está legalmente sola, divorciada o viuda; en segundo lugar, los hogares donde la pareja masculina está temporalmente ausente debido, por ejemplo, a migración por trabajo a largo plazo o en calidad de refugiado. (SOLIZ 2001: 195)

CAPÍTULO 7

MADRES SOLTERAS

  1. "Madre soltera es aquella mujer que tras relacionarse sexual y genitalmente por diversas circunstancias y motivaciones (amor, violación, seducción) con un varón, engendró y alumbró uno o más hijos sin establecer relaciones de convivencia o matrimonio". (TOCON 1990, citado por DORADO 1999:35)

    (A esta definición es necesario complementar que también se puede ser madre soltera por inseminación artificial, por decisión propia).

  2. Definición

    En el contexto latinoamericano, los informes nacionales de los países seleccionados participantes de un estudio sobre el fenómeno del madresolterismo, plantean la hipótesis de que estos hogares unipersonales no se configuran sólo por el de la viudez, sino también por causas de separación, divorcio y probablemente por decisión de proyecto de vida distinto al de la familia nuclear. Bolivia reporta el surgimiento y crecimiento de hogares no familiares nucleares tanto en el área rural como en el área urbana (cf. BRAVO 2003).

    Ahora, como no se registra en la historia pasada, existe un marcado crecimiento del número de mujeres que deciden ser madres solteras. Favorecen a ello los avances tecnológicos en cuanto a inseminación artificial y también la situación económica independiente de sectores de mujeres que han accedido a educación profesional, principalmente. Esta nueva estrategia de formación de familias no es usual en Bolivia, aunque sí lo es un poco más en los países vecinos.

  3. En Latinoamérica

    Es de dejar en claro que las mujeres culturalmente andinas, no buscan ser madres solteras, lo cual se constituye en la gran diferencia respecto de las madres solteras por decisión -más influenciadas por la cultura europea- .En la situación de la mujer rural, es la inexperiencia y la ignorancia casi absoluta del mundo de la sexualidad, más la supravalorción que se hace del hombre, lo que le lleva a formar una unidad familiar sin padre.

    Y si bien "no existe un rechazo absoluto a las madres solteras. Son regularmente aceptadas por sus familias y comunidades, y el serlo, no constituye un obstáculo importante para un futuro matrimonio" (ALBÓ y otros 1989, citado por DORADO 1999:36), es frecuente que la situación de madres solteras en la zona rural andina se resuelva a través de transacciones monetarias: media hectárea, cinco vacas de pago, por haberla embarazado.

    Las estadísticas muestran que en el sector de madres adolescentes es donde más se ve el "madresolterismo".

  4. En el contexto de la cultura andina
  5. Madres solteras por elección

Es innegable que desde la cultura occidental la familia de una mujer madre soltera ofrece características deseables, de otro modo, no sería considerada como opción por muchas mujeres solteras que se deciden por este modelo de familia.

En las ciudades más desarrolladas del país, ya se puede notar la emergencia de este tipo de familias, por elección de la mujer.

Los motivos apuntan a la devaluación del sistema patriarcal, cuyas bases principales se han debilitado.

  • El rol del hombre proveedor ya no es exclusivo, y es algo que las mujeres han descubierto recientemente empujadas las más de las veces por la necesidad económica, saliendo de sus hogares a buscar maneras de generar dinero por ellas mismas, dejando de cumplir el rol de mujeres amas de casa solamente.
  • El acceso de la mujer a la educación superior no sólo ha desembocado en la posibilidad de mayores ingresos económicos, sino que también ha influido en el cuestionamiento de los esquemas mentales de las propias mujeres. Podemos ver, por ejemplo, el fortalecimiento de los movimientos de reinvindicación de los derechos de las mujeres, las doctrinas teóricas feministas.

5. Las desventajas de las madres solteras y sus familias.

La situación de madresolterismo implica usualmente una situación de desprotección social que acarrea algunas consecuencias negativas:

  • Muchos de los problemas más graves que presenta la situación de madre soltera se deben a que su vida se desarrolla en una situación de dependencia de otras personas: económica, personal, afectiva y social. Esta situación de dependencia la obliga en ocasiones a asumir situaciones de maltrato, abuso y explotación.
  • Ante la carga de velar sola por un hogar, hijos y sustento económico de la casa, las madres solteras se ven expuestas a mayores situaciones estresantes.
  • Los hijos son muchas veces deficientemente atendidos a causa de que la madre debe asumir el rol de proveedora, estando largos periodos de tiempo al día fuera del hogar, realizando un trabajo remunerado económicamente.
  • Los hogares de madres solteras tienden a tener un menor poder adquisitivo que hogares donde hay un papá trabajador, y sobre todo, donde ambos padres trabajan, pues en la mayoría de los países, los hombres son mejor remunerados que las mujeres.
  • De acuerdo a las teorías psicológicas de desarrollo infantil, puede ser bastante perjudicial el hecho de que los infantes crezcan sin la figura paterna al lado, especialmente cuando se trata de hijos varones. Aunque la figura paterna puede ser reemplazada -pero a medias- por un tío, un abuelo, etc. Los riesgos más frecuentemente enunciados son: Conducta desordenada a causa de ausencia de reglas, sentimiento de abandono, conducta pasiva o muy agresiva.

6. Actitudes hacia las madres solteras y sus familias en un contexto con predominancia de la cultura occidental.

Desde los aportes teóricos anteriores, podemos sustentar la existencia de las siguientes actitudes:

  • La presión social que exige de las madres solteras la legalización de su familia y de su estado civil, incongruente con las expectativas y normas familiares tradicionales. La consecuencia posible: En el intento de cumplir estas exigencias, queda vulnerable a los requerimientos sexuales de posibles parejas, siendo posible que engendre nuevamente un hijo como mujer soltera.
  • La mujer madre soltera es muchas veces considerada como mujer de vida sexual disoluta, recibiendo el consecuente trato social. La consecuencia posible: El aislamiento, el riesgo de la depresión, el efecto negativo para su autoestima.
  • Los hijos de madres solteras sufren de una sutil discriminación expresada en forma de lástima, recibiendo el mensaje de que algo malo les pasa que los hace dignos de misericordia. Consecuencia posible: Baja autoestima, riesgo de depresión, malestar familiar.
  • Se les niega la posibilidad de recibir educación en ciertos establecimientos educativos en los que se "selecciona" a las familias que cumplen los requisitos exigidos, normalmente de orden religioso y legal. Consecuencia posible: Frustración (tanto para la madre como para los hijos), aprendizaje negativo de la situación que puede llevar a la familia postergar sus ambiciones y perder oportunidades beneficiosas, a autoestigmatizarse como parias.
  • En algunos sectores, nace una suerte de simpatía por las madres solteras y sus familias -ya que representan una especie de desafío- manifestándose en curiosidad y admiración. Consecuencia posible: sentimiento de aceptación y valoración propias, especialmente de parte de la madre.

7. Actitudes hacia las madres solteras y sus familias en un contexto con

predominancia de la cultura andina.

Se observan específicamente las siguientes actitudes:

  • El entorno social presiona fuertemente a la mujer a través de mensajes de que es "mala señal" que una persona no tenga pareja, de que no tiene valor personal por sí sola. Sin los derechos y el respeto que otorga el estar emparejada. Consecuencia posible: la mujer busca emparejarse con un hombre, quedando igualmente vulnerable frente a la posibilidad de engendrar otro hijo como madre soltera.
  • El o los hijos terminan siendo considerados, con frecuencia, un estorbo para que la madre pueda fundar una nueva familia al lado de un hombre. Consecuencia posible: se resienten las relaciones al interior de la familia, surge ambivalencia afectiva marcada. De encontrar pareja estable, es posible que el o los hijos de soltera, sean dejados al cuidado de un pariente (la familia extensa acude en su ayuda) porque la nueva pareja de la madre no los acepta en su hogar.
  • Existe una mayor tolerancia y aceptación de las madres solteras al consentir el "robo" de la mujer. Consecuencia posible: el ser madre soltera no es excesivamente traumático para la mujer, lo cual es beneficioso para ella y para el hijo.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

En la sociedad boliviana podemos encontrar más de una cultura, y con ello, más de una visión. Es una ventaja si así lo queremos, tanto para pensar la familia como a sus miembros. Para pensarnos y vernos más humanos, con menos dogmas y más sabiduría.

Acertamos a darnos cuenta que la realidad de los hechos cambia más rápido que los esquemas mentales. Hemos asistido a los cambios de rol de la mujer, a la apertura de sus límites. Pero seguimos repitiendo que eso no significa esta mujer liberada deje de cumplir los anteriores roles como lo ha venido haciendo por generaciones: de reproductora y de ama de casa. Es lógico llegar a la conclusión de que las actitudes machistas se están volviendo contra el hombre mismo, ya que no le permiten participar del nuevo orden que la realidad ofrece. ¿Para qué es necesario el hombre en la familia, si ya las mujeres se están haciendo cargo de casi todo en ella?

Es urgente redefinir los roles ya que el varón se está quedando, literalmente, sin roles que cumplir. En este contexto, el machismo nacido del sistema patriarcal no tiene cabida. Y mucho menos la violencia que intenta mantener las cosas tal como estaban. La salida hacia el futuro no está en retornar a la división sexual tradicional, sino en una transformación de las relaciones de género en el interior de la familia.

Al final del recorrido, nos es posible adquirir un nuevo punto de vista y dejar de pensar en el fenómeno del madresolterismo sólo como un problema -que sí lo es, pero no solamente- y empezar a replantear nuestros propios esquemas mentales y actitudes respecto a las razones que justifican que las cosas funcionen de la manera como lo vienen haciendo hasta ahora.

Mantener la familia nuclear como modelo ideológico puede contribuir a establecer prejuicios sobre otros modelos de familia (cf. SOLIZ 2001), lo cual significa discriminación. El madresolterismo podría mirarse como la emergencia de un nuevo modelo de familia, en cierto modo un producto social antes que una decisión personal. En unos casos, porque las condiciones socioculturales han favorecido el incremento de relaciones sexuales fuera del matrimonio con mucha más afluencia y facilidad que hace unos pocos años atrás. En otros casos -nos referimos a la aparición en territorio boliviano de las madres solteras por elección- es tal vez consecuencia de modificaciones en las concepciones de familia, sexualidad, y principalmente de "mujer". Quizás sea posible enfocar esta novedosa situación como fruto de la evolución social y no como un error.

Sin embargo, sabemos que para la mayoría de la mujeres, el ser madres solteras produce mucho sufrimiento y postergación, y sabemos también que esto se puede prevenir. Las agencias de socialización han quedado expuestas en sus fallas, y al ser partícipes de las mismas, tenemos responsabilidad para hacer que estas fallas se enmienden. Que la escuela eduque y no sólo repita; que la familia se cuestione y no sólo se reproduzca; que la religión proponga sentido, y no sólo condene.

Las maneras de prevenir pasan inevitablemente por lo cultural, específicamente por las actitudes que tenemos hacia la sexualidad y toda su complejidad, por lo que anotamos estas recomendaciones tentativas:

  • Incentivar la educación sexual integral en los centros educativos, que definitivamente no incrementa el morbo ni la precocidad sexual tan temidas.
  • Fomentar el desarrollo de la sexualidad en los individuos como parte fundamental de su madurez, fortaleciendo autoestima y su identidad.
  • Empezar a re-educarnos para abandonar las actitudes discriminatorias y desvalorizadoras ejercitadas contra la mujer en forma de chistes,de pornografía, de violencia física, de sobrecarga de trabajos domésticos, de encierro.
  • Re- educarnos también en lo referente a la calidad de expectativas que abrigamos del varón, haciendo a un lado las condenas absurdas de su emergente afectividad cuando es aun niño, dejando de estimular su morbo y apetito sexual, más al contrario enriqueciendo su rol de género al igual que se va enriquecido el de la mujer.
  • Aprender y enseñar que la violencia contra la mujer es producto de la cultura. Y esta característica de la cultura es posible cambiarla a partir de los roles de género.
  • Abramos los ojos y fijémonos bien que justamente entre las madres solteras, encontramos mujeres que representan la antítesis misma del machismo, ya que todos los días echan por tierra el supuesto de su incapacidad para liderar.

Madres solas las hay en el campo o en la ciudad, aymaras, mestizas, quechuas. Aquello que hermana a las mujeres bolivianas se hace evidente cuando se las ve fungir de madre y padre, de ama de casa, de educadora y de proveedora, todo en conjunto: es la enorme fortaleza que sale a relucir cuando los hombres las han dejado, permitiéndoles realizar un gran descubrimiento: el ser mujeres valiosas.

Ponemos punto final a estás páginas, recogiendo el pensamiento de alguien que ya empezó la labor de cambio:

"Si logramos que las Madres Solteras no lean su destino sólo en clave de fracaso, sino que lo descifren en la clave del AMOR manifestado en NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, muchos bienes vendrán para la familia, la sociedad y para la Iglesia" (Pastoral para Grupos de Madres Solteras . Puebla.)

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Por

Shirley Caballero Salonero

Bolivia, ciudad de Cochabamba, agosto del 2007

Biografía de autora

Shirley Caballero Sahonero, de profesión psicóloga, con un diplomado en Pedagogía Familiar. Nacida en el corazón de América del Sur: Bolivia, en la ciudad corazón de Bolivia: Cochabamba. Amante de la literatura y la música, por lo cual hace intentos más o menos decorosos de crear realidades aún no nacidas utilizando la lengua española. En la práctica profesional está más inclinada por la psicología social, sin restar importancia aunque sí algo de tiempo a la práctica de la clínica psicológica, la apasionante rama que en última instancia intenta echar luces y esperanzas haciendo caminos en la misteriosa región del alma humana.

Partes: 1, 2
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