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Posición de la sociedad boliviana respecto de las madres solteras y sus familias


Partes: 1, 2

    1. Resumen
    2. El contexto boliviano
    3. Consideraciones generales sobre la mujer y su relación con la violencia
    4. La familia , la sexualidad y la mujer en la cultura occidental
    5. La familia, la sexualidad y la mujer en la cultura andina
    6. Familias monoparentales
    7. Madres solteras
    8. Conclusiones y recomendaciones
    9. Bibliografía

    Actitudes y sus consecuencias

    RESUMEN

    Es de conocimiento popular que la familia está en crisis, que la violencia contra la mujer va en franco incremento -llegando a situaciones verdaderamente trágicas- y que vivimos en una sociedad abiertamente machista. Es decir, valorando lo masculino y casi despreciando lo femenino. Y si observamos las variables mencionadas en las líneas precedentes, se puede advertir que todas se relacionan y se afectan.

    En estas circunstancias vemos el incremento de un tipo de familia Nos referimos a las familias formadas por madres solteras.

    Para poder pensar el asunto con cierta coherencia, en primer lugar contextualizaremos la sociedad y la cultura bolivianas, ya que en lo sociocultural reside la mayoría de las explicaciones que dan cuenta de los hechos sociales que se suceden en las agrupaciones humanas.

    El mecanismo por el cual una sociedad cualquiera llega a transmitir sus contenidos culturales , son la agencias de socialización, que tocaremos brevemente con el fin de entender sus roles y responsabilidades y también sus posibilidades de afectar positivamente a futuros cambios en la sociedad.

    Vemos necesario explicitar más o menos detalladamente las dos corrientes culturales más influyentes en la nación boliviana, a saber: la cultura occidental y el cristianismo llegados con los europeos hace más de 500 años, y la cultura andina que en realidad viene a ser muchas veces una cultura mestiza que tiene incorporadas características quechuas, aymarás y europeas en proporciones difíciles de precisar. Dentro de estos acápites correspondientes a lo cultural, es casi natural llegar a los senderos teóricos que exploran la sexualidad, ese mundo tan íntimo y personal de los seres humanos, que a la vez está sujeto a normas, creencias, estereotipos y fantasías creados histórica y socioculturalmente por las sociedades en las que los seres humanos nacemos y crecemos. Veremos en ambas concepciones las posturas manifiestas acerca de la familia, de la sexualidad, del hombre y de la mujer.

    Vemos conveniente realizar también una contextualización del ser femenino a un nivel global para llegar a lo más particular. Encontramos en este recorrido similitudes y diferencias enriquecedoras para comprender que existen posibilidades diferentes en el decurso de la construcción de actitudes en las sociedades.

    Son los lineamientos teóricos propuestos para mirar con cierta claridad, a ese conjunto de mujeres que casi nunca celebran el advenimiento del hijo, contrariamente a lo que sucede en una familia tradicional. ¿Será que el festejo suyo es silencioso y quizá en tiempo retardado? No es el tema presente ni podemos generalizar una respuesta. Lo que sí podemos llegar a saber, es la actitud de la sociedad hacia ellas y las consecuencias de las mismas, en las mujeres madres que no firmaron ningún papel para serlo.

    CAPÍTULO 1

    EL CONTEXTO BOLIVIANO

    1. Lo sociocultural Boliviano

    Para contextualizar el espacio y el tiempo de las presentes páginas, es necesario delinear básicamente el entorno social boliviano, que es complejo, múltiple. Es posible sin embargo realizar una síntesis que llega a posicionar en Bolivia a dos vertientes o culturas muy arraigadas y practicadas: la occidental, que ingresó a territorio americano vía conquista europea, y el cúmulo de culturas indígenas que están representadas por diversos pueblos y etnias. De estos últimos, los más numerosas y representativos, son el pueblo quechua y el pueblo aymara, que comparten además experiencias comunes a causa de la previa convivencia y conquista quechua sobre la aymara realizada antes de la conquista de América. En términos porcentuales tenemos que:

    En realidad en Bolivia ninguna identidad cultural es mayoritaria. Los aymaras por ejemplo, representan el 25% del país. Los que se autoidentifican como quechuas son el 30% del país. En tanto que la identidad hispano criolla (…) abarca a cerca del 38% del total de la población boliviana. Sintéticamente se puede decir que Bolivia es una sobreposición, muchas veces conflictiva, de varias culturas.(GARCÏA 2005: 5)

    En cuanto al tema específico de la mujer y su posición actual en la sociedad boliviana, Baptista Gumucio afirma que:

    Dos malas tradiciones confluyen para hacer de la mujer en Bolivia y en América Latina un ser sometido y culturalmente mediatizado. De una parte la herencia mediterránea -tan diferente de la europea nórdica- y la herencia en la que participan por igual musulmanes, judíos o cristianos, con características similares y que vienen de muy antiguo: sacralización de la virtud femenina, enclaustramiento, asesinato de la mujer adúltera. (BABTISTA 1977: 13)

    Esta posición es la que se identifica como parte de la cultura occidental, cultura que la sociedad boliviana ha internalizado y que convive y se mezcla con las culturas originarias. Cierto es también que en el encuentro de ambas tendencias se produce un espacio cultural híbrido, como dos mundos que se encuentran y que luego pueden volver a separarse.

    Sin embargo, es difícil señalar dentro de Bolivia y a estas alturas de la historia, qué es puramente "europeo" y qué es puramente "originario andino". Y tal vez es hasta ocioso intentarlo. Se trata más de un entramado complejo en el cual lo occidental y lo andino se acercan , se entrecruzan y se alejan, iniciando un nuevo ciclo en la espiral de la interculturización. A veces, es posible identificar claramente en ciertas regiones la mayor influencia de una sobre la otra visión, encontrando las más de las veces un original mestizaje de ambas culturas.

    Es de notar que también es usual dividir a grosso modo a la sociedad boliviana según la distribución geográfica de su población, considerándose persona originaria -culturalmente hablando- a quien vive en el campo; y persona occidental a quien vive en la ciudad- miembro de la cultura occidental. Una división muy endeble que a lo sumo indica que es en áreas rurales donde pervive con mayor fuerza lo cultural andino, sin que para ello tenga que estar ausente lo occidental. En el caso de las áreas urbanas, lo mismo, con mayor énfasis de lo occidental.

    2. Las agencias de socialización

    Son grupos y contextos estructurados de los cuales tienen lugar importantes procesos de socialización. En todas las culturas la familia es la primera y principal agencia de socialización del ser humano recién llegado al mundo.

    Les corresponde la tarea de enseñar los valores , normas, conocimiento mutuo y conocimiento especializado, a través de agentes competentes producto de su sociedad, con el fin de confirmar las instituciones sociales. (cf. GIDDENS 1995, citado por Alvarez 2000: 28)

    Las principales agencias de socialización de la sociedad boliviana -y en toda sociedad- son la familia y la escuela. La religión también lo es, y adquiere variados matices según el contexto en el que surja y perviva.

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