- Banco Mundial
- Fondo Monetario Internacional
- Organización Mundial del Comercio
- Conclusión
- Bibliografía Consultada
<<Hace muchos años, a un colega mío le dijeron literalmente que "los países machos no van al Fondo a pedir". Él les contestó: "los países machos no pierden reservas". Traducido a hoy en día significa: si los países hicieran las políticas adecuadas, justas y serias, no necesitarían del FMI en momento de crisis porque no se endeudarían como se endeudaron>>.
Claudio Loser
Las críticas a las instituciones de Bretton Woods han aumentado con el correr de los años. La insatisfacción causada por estas instituciones se ha propagado en el sur del mundo y constituyen una importante fuente de fricción y controversia en las relaciones norte-sur.
Hay algo claro: las instituciones están formadas por personas. Vale decir, es imposible no cometer errores, y más cuando se trabaja con políticas económicas aplicables a países con gravísimos problemas macroeconómicos. Pero, ¿todas las desgracias del mundo se pueden atribuir al Fondo Monetario Internacional o a la Organización Mundial del Comercio? ¿No cabe responsabilidad alguna para los dirigentes de los países del mundo?
El diseño de políticas macroeconómicas está reservado, prácticamente, para los dirigentes de los países. A modo de ejemplo, y contrariamente a lo que se cree, el FMI no tiene control alguno sobre las políticas económicas internas de sus países miembros. La autoridad que el Fondo ejerce se limita estrictamente a supervisar las políticas que afectan en forma directa la manera en que se compra y se vende la moneda de cada uno de los países miembros y a qué precio.
¿Entonces? Es evidente que los gobiernos podrían mejorar sus políticas económicas, sobre todo si dieran margen a las privatizaciones de empresas y se encargaran de proveer servicios públicos esenciales en lugar de administrar empresas.
En palabras de Claudio Loser: <<Yo critico ciertos importantes aspectos del FMI, pero soy un convencido de la importancia de su existencia. Más de una vez he dicho y escuchado decir que si el FMI no existiera, lo volvería a inventar. Es perfectible y lo he dejado claro. Pero no creo estar confundido cuando digo que es el arma más potente que tiene el mundo en desarrollo, o lo que usted califica como los países más débiles, para lograr defender sus derechos en un contexto de cooperación multilateral, frenando así los posibles abusos que pueden surgir de las relaciones meramente bilaterales>>.
Veamos, pues, las frecuentes y erradas concepciones que suelen tenerse de las instituciones de Bretton Woods. Comenzando por el análisis del Banco Mundial, continuando por el Fondo Monetario Internacional y finalizando con la Organización Mundial del Comercio, intentaremos demostrar cómo, sin dichos organismos, sanas ambiciones mundiales como la cooperación internacional, la promoción de la estabilidad cambiarían y regímenes de cambios ordenados, el establecimiento de un sistema multilateral de pagos, la eliminación de las restricciones cambiarias, la solución de problemas educativos, de paz y seguridad, de derechos humanos, de cultura, de medio ambiente, de alimentación, de crecimiento humano, de desarrollo económico y de pobreza serían impensables.
¿Un mundo globalizado sin instituciones económicas y financieras? Sería interesante vivir en él…
Banco Mundial es la denominación que se ha adoptado para designar al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) y a la Asociación Internacional de Fomento (AIF). Estas dos organizaciones otorgan préstamos con intereses bajos, créditos sin intereses y donaciones a los países en desarrollo.
Concebido el 1º de julio de 1944, durante la segunda guerra mundial, en Bretton Woods (Estados Unidos), al principio ayudó a la reconstrucción de Europa después de la guerra. La reconstrucción sigue siendo un aspecto importante de la labor del Banco, ya que las economías en desarrollo y en transición se ven afectadas por desastres naturales y emergencias humanitarias y deben llevar a cabo actividades de rehabilitación después de los conflictos. No obstante, ahora, el Banco concentra más su atención en la reducción de la pobreza como objetivo principal y mundial de su labor.
El personal del Banco antes estaba compuesto por un grupo homogéneo de ingenieros y analistas financieros que trabajaban exclusivamente en la ciudad de Washington. Hoy en día su personal es variado y de carácter multidisciplinario y cuenta con economistas, especialistas en políticas públicas, expertos sectoriales y especialistas en ciencias sociales.
Desde 1994, el Grupo del Banco Mundial se ha esforzado por hacer frente a las críticas, y ha adaptado su estructura para mejorar su eficiencia interna y su eficacia en el exterior. Hoy más que nunca, el Banco desempeña una importante función en el plano normativo internacional.
El Banco Mundial es internacionalmente reconocido por: 1. ser el proveedor de mayor financiamiento externo para la educación, la lucha contra el sida y los programas de salud y de diversidad biológica, entre otros; 2. propender al alivio de la deuda externa; 3. trabajar conjuntamente con otras instituciones; 4. liderar la lucha contra la corrupción en el mundo; y 5. colaborar con los países afectados por conflictos, respaldando los esfuerzos internacionales a través de la ayuda a las poblaciones asoladas por la guerra, y reanudando el proceso de desarrollo en condiciones de paz.
Es uno de los organismos especializados de las Naciones Unidas y está integrado por 184 países miembros. Estos países son conjuntamente responsables de la manera en que se financia la institución y del destino que se le da a los fondos.
De conformidad con el Convenio Constitutivo del BIRF, para ingresar como miembro del Banco, un país primero tiene que adherirse al Fondo Monetario Internacional (FMI). Para poder ingresar en la AIF, la CFI y el OMGI, un país tiene que ser miembro del BIRF.
El propio Banco es de mayor tamaño, y han aumentado su alcance y complejidad. Ha pasado a ser un Grupo formado por cinco instituciones de desarrollo estrechamente relacionadas: el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF), la Asociación Internacional de Fomento (AIF), la Corporación Financiera Internacional (CFI), el Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones (OMGI) y el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI).
Las cinco instituciones que lo componen han trabajado, tanto independientemente como en forma conjunta, para mejorar su eficiencia interna y su eficacia en el exterior.
1. Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento
El BIRF concentra la mayor parte del los préstamos. Para poder prestar, el Banco emite bonos en los mercados mundiales de capitales. A partir de esos bonos, puede conseguir dinero "barato" y pasarlo a los accionistas más pobres, cobrándoles un spread con el que cubre sus gastos. El BIRF actúa como una corporativa que distribuye los beneficios a sus miembros.
La ventaja de los bonos del BIRF radica en el hecho que tienen garantías de los países prestatarios y una gran parte del capital suscrito podría ser inmediatamente llamado si la cartera del banco sufriera un deterioro por incobrabilidad. Esto le merece una calificación AAA por parte de las calificadoras internacionales.
2. Asociación Internacional de Fomento
La AIF otorga préstamos a aquellos gobiernos que los demandan para proyectos y programas que promuevan el progreso económico y social. Junto a estos préstamos, el Banco provee asesoramiento y asistencia técnica. Asimismo, concentra sus esfuerzos especialmente en aquellos países más pobres que no logran cumplir con los términos comerciales impuestos a los países que integran el BIRF. A diferencia de este último, los fondos del AIF provienen en su mayoría de los países más ricos y de transferencias de ganancias netas del BIRF.
3. Corporación Financiera Internacional
Se estableció en 1956 con el objetivo de promover el crecimiento de los mercados de capitales del sector privado, realizando préstamos y contribuciones de capital a proyectos privados sin garantía gubernamental. A diferencia del BIRF, sus préstamos no tienen una tasa de interés subsidiada. Su idea es que, contribuyendo financieramente a empresas del sector privado, se facilitan otras inversiones y se impulsa el desarrollo de los mercados de capitales.
4. Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones
La OMGI se estableció con el objeto de asegurar a los inversionistas contra los grandes riesgos políticos que pueden llegar a correr en los países en desarrollo, y así promover la inversión extranjera directa en esos países.
5. Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones
El CIADI tiene como fin ayudar a solucionar conflictos entre los inversionistas y los países donde se realizó la inversión. Actúa mediante la conciliación y el arbitraje.
1. Introducción
El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (de ahora en más, FMI) se crearon en la conferencia internacional de Bretton Woods, pero fue precisamente en diciembre de 1945 que el FMI inició sus actividades con la firma del Convenio Constitutivo por los primeros 29 países. ¿Su fin? Contribuir al estímulo del buen funcionamiento de la economía mundial. Con sede en Washington, hoy, el gobierno del FMI cuenta con 184 países miembros, casi la totalidad del mundo.
El FMI es la institución central del sistema monetario internacional, es decir, el sistema de pagos internacionales y tipos de cambio de las monedas nacionales que permite la actividad económica entre los países. Sus fines son evitar las crisis en el sistema, alentando a los países a adoptar medidas de política económica bien fundadas. Como su nombre indica, la institución es también un fondo al que los países miembros que necesiten financiamiento temporal pueden recurrir para superar los problemas de su balanza de pagos.
A través de la supervisión que realiza de la política económica de los países miembros, el FMI examina, sobretodo, el conjunto de los resultados económicos, un concepto que suele conocerse como "resultados macroeconómicos". Esto incluye el gasto total (y sus componentes principales como gasto de consumo e inversión empresarial), producto, empleo e inflación y también la balanza de pagos del país, es decir, la posición externa representada por las transacciones de un país con el resto del mundo.
El FMI se centra principalmente en la política macroeconómica, a saber, las medidas de política que tienen que ver con el presupuesto público, la gestión de las tasas de interés, el dinero y el crédito, el tipo de cambio y la política del sector financiero que comprende la regulación y supervisión bancarias y de otras entidades financieras.
Además, presta especial atención a las medidas de carácter estructural que influyen en los resultados macroeconómicos, comprendida la política del mercado laboral que repercute en el empleo y el comportamiento de los salarios. El FMI asesora a los países miembros sobre la manera en que pueden mejorarse las medidas aplicadas en estos sectores para alcanzar, de manera más eficaz, objetivos tales como un alto nivel de empleo, una baja inflación y un crecimiento económico sostenido, o sea, el tipo de crecimiento que puede mantenerse sin que conduzca a dificultades como la inflación o problemas de balanza de pagos.
Mediante la labor que realiza para fortalecer el sistema financiero internacional y acelerar la lucha contra la pobreza, además de promover las medidas bien fundadas de política económica en todos los países miembros, el FMI contribuye a que la globalización funcione en beneficio de todos.
A medida que la evolución de la economía mundial desde 1945 planteaba nuevos desafíos, la labor del FMI ha ido evolucionando y la institución se ha adaptado para poder continuar prestando sus servicios con eficacia.
Desde principios de los años noventa, la creciente integración internacional de mercados y economías (globalización), ha planteado enormes desafíos económicos. Entre ellos han figurado la necesidad de hacer frente a episodios de turbulencia en los mercados financieros emergentes, especialmente en Asia y América Latina, la ayuda a diversos países para facilitar la transición desde un sistema de planificación central a otro de mercado, la incorporación a la economía mundial de mercado y el fomento del crecimiento económico y la lucha contra la pobreza en los países más pobres que corren el peligro de ver pasar la globalización.
El FMI ha reaccionado, en parte, mediante la introducción de reformas que tienen por objeto reforzar la arquitectura –o marco de normas e instituciones– del sistema monetario y financiero internacional y la promoción de su propio aporte a la prevención y solución de las crisis financieras. También ha hecho hincapié en las metas que fomentan el crecimiento económico y la reducción de la pobreza en los países más pobres del mundo. La reforma continúa.
2. La necesidad de reforzar el sistema monetario
Las crisis financieras que surgieron en los mercados emergentes a mediados y finales de los años noventa sirvieron para recordar los riesgos que lleva consigo la globalización, incluso en las economías que han aprovechado en sumo grado esta transformación y que, en muchos aspectos, están bien gestionadas.
Las economías afectadas durante la crisis en Asia (1997/98), en particular, han avanzado enormemente durante varias décadas gracias al comercio exterior, la inversión extranjera directa y el acceso a mercados financieros internacionales cada vez más integrados. Las crisis pusieron de manifiesto no sólo aspectos vulnerables de política en los propios países afectados, sino también deficiencias del sistema financiero internacional, dejando constancia de dos hechos incuestionables: 1. los inversores pueden abandonar rápida y masivamente un país si presienten o advierten deficiencias en las medidas de política interna. Una vez que los inversores, ya sean nacionales o extranjeros, pierden la confianza, las entradas de capital pueden evaporarse y la salida neta de capital en grandes cantidades puede precipitar una crisis financiera; y 2. la crisis que surja en un país o región puede extenderse rápidamente a otras economías. Para reducir el riesgo de futuras crisis financieras y fomentar la pronta resolución de las que surjan, el FMI ha estado colaborando con los gobiernos de los países miembros y con otros organismos internacionales, entidades reguladoras y del sector privado a los fines de reforzar el sistema monetario y financiero internacional.
3. Los préstamos. Función característica del FMI
Una de las funciones medulares del FMI es suministrar préstamos a los países afectados por problemas de balanza de pagos. Esta asistencia financiera les permite a los países en problemas reconstituir sus reservas internacionales, estabilizar su moneda, seguir pagando sus importaciones y restablecer las condiciones para un firme crecimiento económico. A diferencia de los bancos de desarrollo, el FMI no financia proyectos específicos.
Un país miembro puede solicitar asistencia financiera del FMI si tiene una necesidad de balanza de pagos, es decir, si no puede conseguir financiamiento en montos suficientes y en condiciones accesibles para hacer frente a sus pagos internacionales netos. El préstamo del FMI da más flexibilidad a las políticas de ajuste y a las reformas que debe realizar el país para corregir el problema de su balanza de pagos y restablecer las condiciones para un vigoroso crecimiento económico.
Por lo general, el FMI otorga un préstamo en el marco de un "acuerdo" que estipula las políticas y medidas específicas que el país aceptó poner en práctica para resolver su problema de balanza de pagos. El país, en consulta con el FMI, elabora el programa económico que sirve de base para el acuerdo y lo presenta en una "carta de intención" al Directorio Ejecutivo de la institución. Una vez que el Directorio aprueba el acuerdo, el préstamo se entrega en desembolsos periódicos a medida que se va ejecutando el programa.
El volumen de préstamos del FMI ha fluctuado mucho con el tiempo. Con posterioridad a la crisis petrolera de los años setenta y la crisis de la deuda de los años ochenta, se produjo un brusco aumento del financiamiento proporcionado por la institución. En los años noventa, el proceso de transición de Europa central y oriental y las crisis de las economías de mercados emergentes dieron lugar a nuevos incrementos de la demanda de recursos del FMI.
4. La lucha contra la pobreza
Ante todo, es menester aclarar que el FMI es una institución monetaria, no de desarrollo. No obstante, le compete un papel importante a la hora de reducir la pobreza en los países miembros: el crecimiento económico sostenible, que es esencial para que disminuya la pobreza, exige medidas macroeconómicas acertadas y éstas constituyen el núcleo mismo del mandato del FMI.
Desde hace muchos años, por medio de su asesoramiento, asistencia técnica y respaldo financiero, el FMI ha prestado ayuda a los países de bajos ingresos para que implementen medidas de política que fomenten el crecimiento y eleven el nivel de vida. Entre 1986 y 1999, 56 países, con una población total que asciende a 3.200 millones de personas, obtuvieron préstamos a bajo interés al amparo del servicio de ajuste estructural (SAE – 1986/87), y su sucesor, el servicio reforzado de ajuste estructural (SRAE – 1987/89), cuyo propósito era ayudar a los países miembros más pobres del FMI a conseguir un crecimiento económico más firme y la mejora sostenida de la balanza de pagos.
Estos servicios han significado un aporte considerable al esfuerzo de desarrollo realizado por los países de bajos ingresos pero, pese a la importante asistencia del FMI y de la comunidad de donantes en general, muchos de esos países no han alcanzado el progreso necesario para una reducción perdurable de la pobreza. La situación ha llevado a que gobiernos, organismos internacionales y otras partes interesadas, realicen en los últimos años un intenso re-examen de las estrategias de desarrollo y endeudamiento. La conclusión ha sido que es necesario hacer mucho más.
Organización Mundial del Comercio
1. ¿Qué fue primero? Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio
Desde 1948 hasta 1994, el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT, de ahora en adelante) estableció las reglas aplicables a una gran parte del comercio mundial. La intención original era crear una tercera institución que se ocupara de la esfera del comercio en la cooperación económica internacional, y que viniera a añadirse a las dos "instituciones de Bretton Woods": el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Más de 50 países participaron en negociaciones encaminadas a crear una Organización Internacional de Comercio (OIC) como organismo especializado de las Naciones Unidas. Acababa de terminar la Segunda Guerra Mundial y dichos países deseaban impulsar rápidamente la liberalización del comercio y empezar a soltar el lastre de las medidas proteccionistas que seguían en vigor desde comienzos del decenio de 1930.
La oposición más importante se manifestó en el Congreso de los Estados Unidos en 1950, cuando este país anunció que no pediría al Congreso que ratificara la Carta de La Habana, lo que supuso prácticamente la muerte de la OIC. A pesar de su carácter provisional, el GATT siguió siendo el único instrumento multilateral por el que se rigió el comercio internacional desde 1948 hasta el establecimiento de la OMC en 1995.
El GATT tenía un carácter provisional y un campo de acción limitado, pero su éxito en el fomento y el logro de la liberalización de gran parte del comercio mundial durante 47 años es incontrovertible. Las continuas reducciones de los aranceles contribuyeron a estimular durante los decenios de 1950 y 1960 el crecimiento del comercio mundial, que alcanzó tasas muy elevadas. La afluencia de nuevos miembros durante la Ronda Uruguay fue una prueba del reconocimiento de que el sistema multilateral de comercio constituía un soporte del desarrollo y un instrumento de reforma económica y comercial. Pero no todo fue satisfactorio.
A medida que pasaba el tiempo se planteaban nuevos problemas. La Ronda de Tokio, en el decenio de 1970, cuyo principal objetivo fue reducir progresivamente los aranceles, incitó a los gobiernos a idear otras formas de protección para los sectores que se enfrentaban con una mayor competencia extranjera. Las elevadas tasas de desempleo y los constantes cierres de fábricas impulsaron a los gobiernos en Europa Occidental y América del Norte a tratar de concertar, con sus competidores, acuerdos bilaterales de reparto del mercado y a emprender una carrera de subvenciones para mantener sus posiciones en el comercio de productos agropecuarios, hechos ambos que minaron la credibilidad y la efectividad del GATT.
A comienzos del decenio de 1980 era evidente que el Acuerdo General no respondía ya a las realidades del comercio mundial. En primer lugar, el comercio mundial era mucho más complejo y las inversiones internacionales se habían incrementado. Se estimaba que las normas del GATT resultaban deficientes también en otros aspectos. Por ejemplo, en el sector de la agricultura, se habían aprovechado abundantemente los puntos débiles del sistema multilateral y habían tenido escaso éxito los esfuerzos por liberalizar el comercio de productos agropecuarios. Era inevitable: la estructura institucional del GATT y su sistema de solución de diferencias causaban preocupación. Éstos y otros factores persuadieron a los miembros del GATT de que debía hacerse un nuevo esfuerzo por reforzar y ampliar el sistema multilateral.
Ese esfuerzo se tradujo en la Ronda Uruguay, la Declaración de Marrakech y la creación de la OMC. En septiembre de 1986, en Punta del Este (Uruguay), aceptaron finalmente un programa de negociación que abarcaba prácticamente todas las cuestiones de política comercial pendientes. Las negociaciones iban a hacer extensivo el sistema de comercio a varias esferas nuevas, principalmente, el comercio de servicios y la propiedad intelectual, e iban a reformar el comercio en los sectores sensibles de los productos agropecuarios y los textiles. Además, todos los artículos del GATT originales se someterían a revisión.
Dos años más tarde, en diciembre de 1988, los Ministros se reunieron nuevamente en Montreal (Canadá), para llevar a cabo lo que debía ser una evaluación de los progresos realizados al promediar la Ronda. Ese proyecto, el "Acta Final", fue compilado por el entonces Director General del GATT, Arthur Dunkel, quien presidió las negociaciones a nivel de funcionarios. El proyecto se presentó en Ginebra en diciembre de 1991, y éste se convirtió en la base del acuerdo definitivo. En noviembre de 1992, los Estados Unidos y la UE, resolvieron la mayoría de sus diferencias en materia de agricultura mediante un acuerdo denominado informalmente el "Acuerdo de Blair House".
Ya, el 15 de abril de 1994, los Ministros de los gobiernos participantes firmaron el Acuerdo en una reunión celebrada en Marrakech (Marruecos). Ahora bien, los Acuerdos de la Ronda Uruguay incluían calendarios para la celebración de nuevas negociaciones sobre diversas cuestiones, y en 1996, algunos países exhortaron abiertamente a que se celebrara una nueva ronda a comienzos del próximo siglo. Es por esto que las negociaciones comenzaron a principios de 2000 y fueron incorporadas al Programa de Doha para el Desarrollo a finales de 2001. En 1995, la OMC sustituyó al GATT como organización internacional.
Para concluir, cabe destacar que el Acuerdo General sigue existiendo como tratado general de la OMC sobre el comercio de mercancías, actualizado a raíz de las negociaciones de la Ronda Uruguay.
2. Lo que sigue… La Organización Mundial del Comercio
La Organización Mundial del Comercio (de ahora en más, OMC), es esencialmente un lugar al que acuden los gobiernos Miembros para tratar de solucionar los problemas comerciales que tienen entre sí. Su núcleo está constituido por los Acuerdos de la OMC, negociados y firmados por la mayoría de los países que participan en el comercio mundial. Pero la OMC no se dedica solamente a la liberalización del comercio: en determinadas circunstancias sus normas apoyan el mantenimiento de obstáculos al comercio (por ejemplo, para proteger a los consumidores o impedir la propagación de enfermedades).
La OMC nació el 1° de enero de 1995, pero su sistema de comercio tiene casi medio siglo de existencia. Desde 1948, el GATT ha establecido reglas en el sistema. Actualmente, su sede se encuentra en Ginebra (Suiza) y cuenta con 146 países (al 4 de abril de 2003).
La OMC se ocupa de las normas que rigen el comercio entre los países a nivel mundial. Es un foro para que los gobiernos negocien acuerdos comerciales. La mayor parte de su labor actual proviene de las negociaciones celebradas en la llamada Ronda Uruguay y de anteriores negociaciones celebradas en el marco del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT).
La OMC, entra tantos otros aspectos, se rige por documentos que establecen normas jurídicas fundamentales para el comercio internacional. Son esencialmente contratos que obligan a los gobiernos a mantener sus políticas comerciales dentro de límites convenidos. La OMC, del mismo modo, desea ayudar a resolver las diferencias comerciales entre los países. La manera más armoniosa de resolverlas es mediante un procedimiento imparcial, basado en un fundamento jurídico convenido.
También cabe destacar, entre sus otras funciones, la supervisión de las políticas comerciales nacionales, las actividades de asistencia técnica y formación destinadas a los países en desarrollo, y la cooperación con otras organizaciones internacionales.
Otro punto importante a destacar de la Organización en cuestión, está constituido por los principios del sistema de comercio con los cuales se maneja; a saber: 1. trato igualitario entre los países. Los países más fuertes no pueden establecer discriminaciones entre sus diversos interlocutores comerciales; 2. igual trato para nacionales y extranjeros. Las mercancías importadas y las producidas en el país deben recibir la misma aceptación. Lo mismo debe ocurrir en el caso de los servicios extranjeros y los nacionales; 3. comercio más libre, de manera gradual a través de negociaciones. Los Acuerdos de la OMC permiten que los países introduzcan cambios gradualmente, mediante una "liberalización progresiva". Por lo general, los países en desarrollo disponen de plazos más largos para cumplir sus obligaciones; y 4. previsibilidad mediante la consolidación y la transparencia. Los países que abren sus mercados de mercancías y servicios, consolidan sus compromisos. Con respecto a las mercancías, estas consolidaciones equivalen a límites máximos de los tipos arancelarios. El sistema trata también de mejorar la previsibilidad y la estabilidad por otros medios. Uno de ellos consiste en desalentar la utilización de contingentes más otras medidas empleadas para fijar límites a las cantidades que se pueden importar. Otro medio es hacer que las normas comerciales de los países sean tan transparentes cuanto sea posible.
3. Diez malentendidos básicos sobre la OMC
Las frecuentes críticas que se le hacen a la OMC se basan en diez malentendidos básicos sobre su funcionamiento. Estos son: 1. que la OMC dicta las políticas comerciales; 2. que la OMC aboga por el libre comercio a toda costa; 3. que los intereses comerciales tienen prioridad sobre el desarrollo; 4. que los intereses comerciales tienen prioridad sobre el medio ambiente; 5. que los intereses comerciales tienen prioridad sobre la salud y la seguridad; 6. que la OMC destruye empleos y acentúa la pobreza; 7. que los países pequeños carecen de poder dentro de la OMC; 8. que la OMC es el instrumento de poderosos grupos de presión; 9. que los países más débiles se ven forzados a adherirse a la OMC; y 10. que la OMC es antidemocrática.
¿Por qué están confundidos quienes sostienen esto?
- La OMC no le indica a los gobiernos como han de conducir las políticas comerciales. Es más: es una organización impulsada por sus miembros, dado que las decisiones que se adoptan han sido negociadas, están sujetas al control necesario y, sobretodo, son democráticas. La única ocasión en que un órgano de la OMC puede tener una influencia directa en la política de un gobierno, es cuando, tras encontrarse una diferencia respecto de la OMC, el órgano de solución de diferencias formula una resolución (aunque, claro está, su alcance es limitado).
- La organización sirve de foro para negociar la liberalización de los mercados pero sin restarle importancia a otros principios fundamentales de este sistema, tales como la no discriminación y la preocupación por asegurar que las condiciones en que se llevan a cabo los intercambios comerciales sean estables, previsibles y transparentes.
- La OMC no sólo se preocupa por los intereses comerciales. Éstos no tienen prioridad sobre el desarrollo. El sistema sostiene la idea de que un comercio libre incentiva el crecimiento económico y fomenta el desarrollo. En efecto, los acuerdos que se contraen tienen especiales consideraciones para con aquellos países menos adelantados. En este marco, el crecimiento económico sostenido es esencial.
- Muchas disposiciones tienen expresamente en cuenta las preocupaciones ambientales. Entre otras cosas, el sistema y sus normas pueden ayudar a los países a asignar recursos limitados de un modo más eficaz y que derroche menos. Empero, y de esto hay que se concientes, no le corresponde a la OMC establecer normas internacionales para la protección del medio ambiente.
- Los acuerdos contienen cláusulas claves que permiten expresamente a los gobiernos adoptar medidas destinadas a proteger la salud y la vida de personas y animales. Uno de los objetivos de la OMC es defender el derecho del gobierno de garantizar la seguridad de sus ciudadanos, siempre que las medidas eviten riesgos para la totalidad de los productos y no sean arbitrarias y/o discriminatorias.
- La acusación es errónea y simplista. Un comercio más fluido y estable fomenta el crecimiento económico y puede contribuir a crear empleos o a reducir la pobreza (de hecho, frecuentemente, permite hacer ambas cosas a la vez).
- Los países pequeños no carecen de poder en la OMC. Por el contrario, serían aún más débiles sin ella dado que la misma les aumenta el poder de negociación.
- El sistema de la OMC ofrece a los gobiernos un medio para reducir la influencia de ciertos intereses creados (o "negociación en ronda"). Por otra parte, la Organización está formada por gobiernos. El sector privado, las ONGs y otros grupos de presión, no participan en las actividades, excepto en acontecimientos especiales.
- La gran mayoría de los países estiman efectivamente que es mejor formar parte del sistema de la OMC. Mediante su adhesión, los países pequeños pueden aumentar su poder de negociación, formando alianzas con otros países que comparten los mismos intereses.
- Finalmente, la OMC no es antidemocrática. Las decisiones suelen adoptarse por consenso, lo que implica que todos los miembros tienen voz.
4. Diez ventajas del sistema de comercio de la OMC
Desde el dinero de nuestro bolsillo, pasando por las mercancías y los servicios que utilizamos, la OMC y su sistema de comercio ofrecen una serie de ventajas, algunas muy conocidas; otras, menos evidentes. Éstas son: 1. el sistema contribuye al mantenimiento de la paz; 2. el sistema permite tratar las diferencias de forma constructiva; 3. un sistema basado en normas y no en el poder, facilita una mejor vida a todos; 4. la mayor libertad de comercio redunda en un menor costo de la vida; 5. el consumidor tiene más posibilidades de elección; 6. un comercio fluido incrementa los ingresos; 7. el comercio estimula el crecimiento económico y, por ende, el empleo; 8. el comercio da más eficacia económica al sistema y reduce los costos; 9. el sistema protege a los gobiernos de intereses mezquinos; y 10. el sistema promueve el bueno gobierno.
Ampliándolas:
- Si el comercio se desenvuelve sin tropiezos y hay relaciones comerciales saludables entre ambas partes, disminuye la probabilidad de un conflicto político. Además, en tales circunstancias, todos estarán mejor dispuestos a cooperar entre sí.
- A medida que aumenta el volumen del comercio y el número de productos como así también el número de países y empresas que participan en el mismo, hay más posibilidades que se planteen diferencias. No obstante, las tensiones comerciales internacionales se reducen en gran medida porque los países pueden recurrir a las organizaciones, especialmente a la OMC, para resolver sus diferencias en materia de comercio.
- Es imposible que la OMC pretenda lograr la igualdad entre todos los países, pero sí reduce algunas disparidades, da a los pequeños países la oportunidad de hacer oír mejor su voz y, al mismo tiempo, libera a las grandes potencias de la compleja tarea de negociar acuerdos comerciales con cada uno de sus numerosos interlocutores.
- El proteccionismo cuesta caro: aumenta los precios. El sistema mundial de la OMC reduce los obstáculos comerciales mediante la negociación y aplica el principio de la no discriminación. El resultado es la disminución de los costos de producción, de los precios de los productos acabados y de los servicios y, en definitiva, del costo de la vida.
- No solamente los consumidores tienen más opciones para elegir (dada la competencia extrajera) sino que además los productos importados se utilizan a su vez como materiales, componentes y equipos en la producción local.
- Reducir los obstáculos al comercio permite la expansión comercial, lo cual conlleva el aumento de los ingresos nacionales e individuales. Al generarse ingresos adicionales, los gobiernos pueden disponer de recursos para redistribuir los beneficios obtenidos por aquellos que ganan más.
- El comercio estimula el crecimiento económico, lo que puede ser buen signo para el empleo. Sin duda, el comercio tiene potencial para la creación de empleos. La práctica frecuentemente demuestra que la reducción de los obstáculos comerciales mejora la situación del empleo. Se concede, sin embargo: la reducción de obstáculos comerciales traen consigo una serie de factores que complican la situación. No obstante, la alternativa que representa el proteccionismo, ¿permite resolver los problemas del empleo?
- El comercio favorece una división del trabajo entre los países. Los recursos pueden aprovecharse en forma más racional y eficaz para la producción. Pero el sistema de comercio de la OMC ofrece algo más: contribuye a reforzar la eficacia y a bajar los costos, debido a los importantes principios que encarna.
- Los gobiernos deben estar preparados para poder hacer frente a los grupos de presión. El sistema de la OMC puede aportar una contribución útil en este sentido, considerando que abarca una gran diversidad de sectores. De esta manera, si en el curso de una negociación comercial en el marco de la OMC, un grupo de presión trata de influir en su gobierno para que se le considere un caso especial que requiere protección, este último puede rechazar la presión proteccionista alegando la necesidad de conseguir un acuerdo de alcance amplio que beneficie a todos los sectores de la economía. Es esto, precisamente, lo que hacen los gobiernos con regularidad.
- Una vez efectuado un compromiso para liberalizar a un sector del comercio, es difícil dar marcha atrás. Para las empresas esto supone más seguridad y claridad con respecto a las condiciones comerciales. Para los gobiernos, suele ser sinónimo de buena disciplina.
Creemos que la mejor manera de concluir con el presente trabajo, es transcribiendo un fragmento (valioso y oportuno, para la ocasión), de un discurso del Director Gerente del Fondo Monetario Internacional, Horst Köhler, pronunciado en la "Conferencia sobre la humanización de la economía mundial" (Washington, 28 de enero de 2002). Dicho fragmento reza así:
<<(…) la economía mundial estaba más integrada a fines del siglo XIX que hoy, pero una ola de nacionalismo y proteccionismo encarnizados, que propiciaron la depresión y la guerra mundial, pusieron freno a la globalización en la primera mitad del siglo pasado. Desde la segunda guerra mundial, la democracia y el libre mercado han cobrado fuerza nuevamente, sobre todo tras el final de la guerra fría. El resultado está a la vista: a lo largo de los últimos 50 años la libertad económica y política ha florecido a la par de la prosperidad. El ingreso per cápita mundial ha aumentado a más del triple, y el alfabetismo y la esperanza de vida han mejorado enormemente en la mayoría de los países. Entre los principales beneficiarios están las naciones en desarrollo, que albergan a la mitad de la población mundial. (…) La experiencia demuestra que la integración a la economía mundial puede ofrecer grandes ventajas a los países en desarrollo.
(…) A mi parecer, las instituciones de Bretton Woods -el FMI y el Banco Mundial- forman parte del movimiento en pro de una globalización más integral. En 1944, fueron creadas con el propósito de ayudar a recuperar los beneficios de la integración mundial e infundirles permanencia mediante el fomento de la apertura, la confianza y la cooperación internacional. Pese a todas las críticas de las que han sido objeto, si estas instituciones no existieran, habría que inventarlas. Ambas persiguen un objetivo común: promover una prosperidad ampliamente compartida, con una división del trabajo fructífera y una cooperación estrecha que les permita ser más eficaces en sus respectivas actuaciones. Por consiguiente, el Banco Mundial se concentra en proyectos de inversión a largo plazo, el fortalecimiento institucional y la asistencia en temas sociales, ambientales y vinculados a la pobreza. El FMI, por su parte, se ocupa del funcionamiento del sistema monetario internacional y de la promoción de políticas macroeconómicas sólidas como condición necesaria para un crecimiento duradero. Las corrientes privadas de capital son hoy la fuente más importante de la financiación del crecimiento, la productividad y la creación de empleo, pero pueden ser también fuente de inestabilidad y crisis. De ahí la obligación del FMI de ayudar a los países a aprovechar las posibilidades que ofrecen los mercados mundiales de capital, atenuando a la vez los riesgos, y de contribuir a la estabilidad del sistema financiero internacional>>.
Es evidente: los cambios dinámicos que frecuentemente ocurren en la economía como resultado, entre otra cosas, de la globalización, la interdependencia y la liberación de los mercados, así como los rápidos adelantos tecnológicos y científicos, han producido un reto para los líderes de los países en vía de desarrollo, trayendo como consecuencia modificaciones -más de una vez, aceleradas-, de las políticas estructurales tanto económicas como sociales. Y es, precisamente en este marco (nada fácil, problemático y dificultoso), donde actúan el FMI, el Banco Mundial o la OMC.
Como se aprecia: las instituciones de Bretton Woods son perfectibles. Sería ingenuo y contraproducente negarlo. Algunos países (aunque también culpables de sus fracasos) lo pueden referir. ¿Pero se puede negar, acaso, que tanto el FMI como el Banco Mundial, han colaborado en la creación de un sistema que pone a cada país en el centro de formulación de estrategias de alivio de la pobreza? Recurramos aquí, entonces, a otras partes del globo, donde la equidad social, la mejora de la distribución de los ingresos y el crecimiento económico fueron posteriores a asistencias de las instituciones en cuestión.
¿Un mundo globalizado sin instituciones económicas y financieras? Sería interesante vivir en él…
- AA. VV. Diez malentendidos frecuentes sobre la OMC, Organización Mundial del Comercio, http://www.wto.org, 2003.
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- CLIFT, Jeremy. ¿Qué es el Fondo Monetario Internacional?, Fondo Monetario Internacional, Washington, http://www.imf.org, 2004.
- GATTÁS, Daniel. Instrumentos teóricos y prácticos de la Economía, Córdoba, Ed. Advocatus, 2005, 1ª Ed.
- GARCÍA, Valeriano F. Para entender la economía política (y la política económica), México, Ed. Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos, 2000, 1ª Ed.
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Altamiranda, María Cecilia
Barbeira, Fabiana
Caminos, Constanza
Gross, María Florencia
Lasa, María de los Ángeles
Viale, Gisela
Córdoba