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El Proceso de Transformación (1/2) (página 2)

Enviado por OMAR PEÑA


Partes: 1, 2, 3

La fe de la publicidad y propaganda se basa en slogan, lemas, prejuicios, generalizaciones, dogmas y todo tipo de conceptos asociados al producto u objetivo de turno. Las palabras, ideas o imágenes por sí solas producirán pequeños efectos. Sin embargo, si se juntan aumentará considerablemente su efectividad. Las palabras son símbolos que representan en la conciencia individual situaciones específicas de acuerdo al significado que tengan para el sujeto. De ahí que un idioma desconocido no produzca reacciones, puesto que las palabras no tendrían significado para él. Por otra parte, las imágenes sugieren asociaciones con hechos o experiencias vividas con anterioridad. También si se carece de vivencias, no es factible o se dificulta establecer asociaciones con la realidad.

Por último, un elemento que emplea la publicidad es la música (radio y televisión) que adormece el carácter crítico y que conjuntamente a los símbolos (palabras) e imágenes adecuadas, permiten favorecer el cambio de conducta que se espera que el individuo asuma.

  • 2. Efecto subliminal.

La memoria, los sueños, actos fallidos, funcionamiento autónomo, etc., son aspectos de nuestra vida cotidiana que nos demuestran la existencia de un comportamiento paralelo a nuestra conciencia de vigilia: el subconsciente. El proceso de estos fenómenos naturales nos es vedado al ser solo conscientes del resultado de ellos. Se sabe que existe una permanente interacción entre los aspectos de nuestra mente consciente y subconsciente en ambos sentidos. También se conoce que el subconsciente recibe información permanente que no es percibida por la propia conciencia y sin embargo forma parte de nuestra experiencia inconsciente que con posterioridad puede tener incidencia en nuestros actos y pensamientos conscientes.

De la comprensión de lo señalado, puede deducirse que si se programa y controla la información percibida por la conciencia y subconsciente sería posible inducir ciertas motivaciones que pueden estimular al sujeto a actuar de determinada forma.

Tan solo una palabra escuchada, sin prestar debida atención, un susurro percibido, una imagen captada con el rabillo del ojo pueden provocar una reacción de la cual no estemos conscientes de su origen y manifestarse en los sueños, actitudes, emociones, etc.

Se han efectuado experiencias de proyección subliminal, en la cual, se intercalan imágenes no percibidas por la conciencia, pero sí subconscientemente, incidiendo en alguna medida en el comportamiento de los sujetos del experimento. Sin embargo, felizmente la aceptación de tales "ordenes" se efectúan de igual forma como lo harían frente a una sugerencia consciente de las imágenes, pero si existiera una predisposición o indecisión, el mensaje llegará directamente al subconsciente activando las motivaciones personales pudiendo inducir alguna reacción en el sujeto.

  • 3. Efecto somnolencia.

Este estado mental en el cual se encuentra anulada o disminuida la resistencia consciente, permite actuar en el comportamiento futuro del sujeto, mediante la sugestión verbal efectuada a él mientras permanece en este proceso. El mensaje debe ser emitido en forma de susurro, a fin de no alcanzar el umbral de la conciencia que haga despertar al sujeto. Así, la sugerencia impuesta directamente al subconsciente actuaría como una sugestión posthipnótica, es decir, tenga influencia con posterioridad al despertar el sujeto. Sería posible, entonces, efectuar adecuadas sugestiones que contribuyan a mejorar los hábitos de los niños, induciendo comportamientos deseables, desarrollar la personalidad y seguridad en sí mismo, etc.

El cansancio y la enfermedad originan un desgaste nervioso que disminuye las resistencias de la conciencia aumentando el grado de sugestibilidad del individuo, haciéndolo más permeable a las sugestiones impuestas directamente en el subconsciente.

También las tensiones físicas y psicológicas prolongadas, pueden producir un efecto de "lavado de cerebro" o lo sucedido en las contiendas mundiales, conocida como "fatiga de combate". En estas situaciones el individuo se encuentra sometido a un deterioro de su personalidad, de sus capacidades críticas, de la razón y de una incapacidad para adaptarse al medio (sociedad).

  • 4. Efecto hábito.

Una respuesta constante obtenida por la repetición continua de un estímulo es un proceso que origina los denominados reflejos condicionados. De ahí que, en la formación de hábitos juegan un papel esencial estos reflejos. En este estado se reduce la participación de la conciencia y esto es así, para poder desarrollarnos al ir acumulando nuevas experiencias que vayan forjando nuestra personalidad y carácter. Mediante la repetición de estímulos generadores de hábitos, se facilita el aprendizaje al orientar nuestra conciencia hacia otros estímulos que requieran mayor atención.

Dado que una de las características de los hábitos es la de que por inercia perduran debido a la facilidad de su ejecución con poca participación de la conciencia, W. James aconsejaba romper los hábitos (los malos) bruscamente; en otras palabras, hacerse consciente del problema, reflexionar sobre las cosas malas de seguir con él y de las buenas una vez liberado de tal hábito.

Al examinar nuestro diario vivir, comprobamos que en realidad las actividades desarrolladas son un cúmulo de hábitos físicos y psíquicos desde que nos levantamos e incluso cuando dormimos. De ahí que, es necesario analizar nuestros hábitos con el propósito de adquirir nuevos y modificar, mejorar o eliminar aquellos perjudiciales.

La formación de hábitos se adquiere mediante la repetición continua de actividades, de manera similar a como aprendemos a hablar, leer, caminar, comer, vestirse, asearse, escribir, pensar, etc., de tal modo, que se transformen en actividades automáticas, es decir, sin la participación de una percepción consciente, sino que solo se es consciente del resultado de estas acciones. Como se comprenderá, el mecanismo del hábito es una bendición para nosotros, puesto que nos permite facilitar y efectuar infinidad de tareas sin estar plenamente absortos de ellas. Pareciera que la conciencia actúa como una "unidad generadora de hábitos" que delega su accionar a otro compartimento de ella: el subconsciente. Si la conciencia permaneciera siempre atenta a los estímulos, entonces comenzaría a cometer errores de automatismo. Así, por ejemplo, si se escribe a máquina y se presta atención concentrada en las teclas que deben pulsarse, entonces disminuirá la velocidad de impresión.

Felizmente, gracias a la inteligencia humana y capacidad de observación, pueden los hombres a aprender a cambiar sus hábitos. Sin embargo, es necesario que exista una verdadera motivación o incentivo a buscar una respuesta adecuada. De ahí que, una forma de terminar con un mal hábito sea reemplazándolo por otro menos perjudicial, dificultando el desarrollo de él, o por último hacerlo completamente imposible.

Hemos visto la facilidad de adquirir hábitos. Sin embargo, la repetición por sí sola, no perfeccionará el hábito; entonces, es fundamental aprenderlos bien desde el inicio y prestar toda la atención consciente en este punto.

Respecto de los reflejos condicionados aplicados a nuestras ideas y pensamientos, podemos decir, que normalmente el individuo, por efecto de los hábitos de pensamiento, adquiere una estructura condicionada de ideas similares en el tiempo. El psicoanalista Paul Bergman decía: "nadie tiene más de una idea seminal en su vida y que todo lo que una persona escriba, no son más que aclaraciones del mismo tema". Por mi parte, comparto esta idea.

El hábito, en sí, es un proceso repetitivo en el cual participa, en primer lugar, la atención consciente, estableciéndose un sistema de asociaciones y programaciones mentales conscientes y/o inconscientes entre los estímulos y las respuestas. Tal proceso, se transforma en un acto reflejo (condicionado) en el momento en que el sujeto se libera de la percepción y programación consciente del hábito, el cual se desarrolla con destreza, sin tener que atender, ni pensar en él.

Conocido es el experimento de Pavlov, sobre los reflejos condicionados en animales. Un perro se adiestra para responder con su salivación ante una luz encendida, asociada al alimento que se le proporciona. El reflejo se establece con tal firmeza que, sin la presencia del estímulo del alimento, pero sí de la luz, se produce en el animal una salivación automática. De ahí que, si se establece una asociación mental adecuada mediante símbolos (palabras) e imágenes, se creará una respuesta predeterminada ante la aparición de tales estímulos.

Tercer paso: ¿a dónde voy?

Explorar el universo de la conciencia, llegará a ser quizá la más fascinante de las aventuras jamás realizadas por usted. Acompáñenos en este maravilloso mundo en que una nueva visión de la realidad se incorporará a su experiencia. Tomará conciencia que siempre ha sido así, y desde ese instante, sufrirá una transformación positiva, comprenderá el valor de la verdad, comenzará a adquirir buena salud, pondrá en acción ideas e inteligencia creativa, sentirá amor hacia sí mismo, sus semejantes y en fin, hacia toda la naturaleza. Se sorprenderá de este nuevo (antiguo) conocimiento, que siempre ha estado presente y esperando ser descubierto, por aquel que busque con esperanza y sinceridad. A medida que vaya interiorizándose de los alcances de la conciencia, y a través del proceso permanente hacia el desarrollo del Ser, llegará a comprender lo que verdaderamente el hombre es, alterando su percepción de la realidad y conjuntamente disponer de libertad de elegir su propio destino.

Este enfoque y entendimiento del significado del rol del hombre en la historia de la humanidad, puede motivar un cambio en la estructura de su pensamiento y actuación que lo lleven a la adquisición y aceptación de nuevos conceptos, lenguaje y actitudes, que le permitan guiar por el camino correcto, reconocer la verdad, alcanzar la plenitud de la vida, transformar al individuo y convertirlo en una nueva persona.

Sin embargo, nada de esto se obtendrá, si no se produce un renacimiento espiritual, una renuncia de viejos preceptos, dogmas y prejuicios que atentan contra la propia conciencia del hombre. Se debe recordar que el individuo ha sido y es, el mayor enemigo de sí mismo y de su propia humanidad. Ha establecido una sociedad basada en principios limitantes a su creatividad y desarrollo de su conciencia: avaricia y envidia de la propiedad privada; idolatría del hombre por sí mismo; por los bienes que posee; por las instituciones a que pertenece; por los símbolos que venera; por las cosas que ama.

Seguir la vía del desarrollo de la conciencia puede parecer simple a su comprensión, pero el esfuerzo permanente que debe desplegarse en mantener inalterable esta ruta significará, en principio, enfrentarse a serios obstáculos que debieran salvarse para acceder a la libertad de los poderes internos del hombre.

Existe una serie de impedimentos que obstaculizan el grado de libertad de la conciencia individual que suelen alterar, modificar o suprimir la búsqueda del conocimiento de la naturaleza de la vida.

Si bien estos obstáculos pueden ser internos o externos a la persona, liberarse de ellos implicará efectuar una acción orientada hacia:

  • Prescindir de toda forma e instrumentos de carácter simbólico.

  • Suspender toda actividad de "programación de actividades".

  • Liberarse de toda necesidad de búsqueda de objetivos.

Paralelamente el individuo debe mantener y alentar un sentido de:

  • Fe y esperanza

  • Calma frente al temor

  • Amor al prójimo como a sí mismo

  • Unión fraterna entre opositores

Ahora bien, si el hombre no logra liberarse de las opresiones externas e internas a él, su destino va encaminado directamente hacia la destrucción de sí mismo y por ende de la sociedad a que pertenece, reflejándose esto en una masificación del odio, la mentira, envidia, oposiciones, incomprensión, falta de comunicación y paralización de su potencialidad creadora. Todo esto nos lleva a seguir el camino de la trascendencia de las necesidades.

Trascendencia de las Necesidades.

Desde sus orígenes, el hombre fue descubriendo su papel activo frente a la naturaleza. A través de la prueba y error, fue experimentando el proceso de aprendizaje asociativo, pudiendo con ello "crear" condiciones que favorecieran su supervivencia. En el aprendizaje asociativo (conciencia asociativa) juega un rol importante los símbolos e ídolos. Erich Fromm comenta:

"si el ídolo es la manifestación alienada de los propios poderes del hombre, y si el modo que está en contacto con estos poderes es una adhesión sumisa al ídolo, se sugue, que la idolatría es necesariamente incompatible con la libertad y la independencia".

Así podemos ver que, liberarse de este estado de conciencia, de adoración de ídolos, suele producir una especie de temor e inseguridad de sentirse el individuo sin un medio al cual aferrarse por su fe idolizada y carecer de fe en sí mismo, otorgándole toda la responsabilidad al objeto de su adoración. Entonces, cada vez profundiza la sumisión sl ídolo, hasta el punto que, si es separado de él, se siente vacío como si hubiese perdido una parte de su yo, inhibiendo así sus potencialidades creativas. Este es el caso de aquellos niños sobreprotegidos por sus padres, a los cuales no se les da la oportunidad de enfrentarse a los problemas de la vida cotidiana que permita fortalecer su voluntad y seguridad en sí mismo. No es eliminando los factores adversos lo que hará del niño un hombre, sino que lanzándolo a "nadar" en la escuela de la vida será lo que acrecentará su estima y confianza para llevarlo a ser arquitecto de su propio destino.

Con el tiempo, el hombre aumentó su capacidad de operar en su medio, pasando de un pensamiento estático a uno dinámico mediante la incorporación del aprendizaje programado, situación que lo impulsó a diversificar sus actividades en todos los ámbitos del acontecer humano (sociales, políticos, culturales, económicos, científicos, laborales, etc.).

Definido un objetivo que satisfaga una necesidad, el individuo nuevamente se encuentra sometido a un proceso limitante a su creatividad, al establecerse pautas rígidas de comportamiento en el tiempo, siendo la creatividad una actividad espontánea y de permanentes cambios de conducta. Por otra parte, estar bajo la acción de un programa, produce en alguna medida cierto grado de tensión, limitante éste del proceso creador, el que requiere de una cuota de relajación físico-mental.

El hombre al efectuar actividades, de cualquier índole, necesita comprender el medio en que se producen tales actos, de modo de establecer una relación objetiva-subjetiva de sus percepciones, pensamientos y acciones en este sistema cerrado. Requiere establecer puntos de referencia que le permitan distinguir y separar los elementos insertos en la actividad mediante pautas de asociación mental. El aprendizaje que resulta del proceso asociativo, contribuye a mejorar y comprender los procesos de la memoria y del olvido.

Por otra parte, cabe decir que, el concepto de asociatividad ha tenido una profunda influencia en la conducta del hombre, desde la más temprana edad en la historia de la humanidad. La conciencia de asociación, permitió al hombre levantar al mundo hacia una comprensión de los fenómenos del entorno, contribuyendo con ello, a la supervivencia del mismo. Este aspecto positivo se contrapone a los factores negativos que implica el considerar la conciencia asociativa como un elemento adverso al desarrollo del Ser por los procesos que involucra: simbología, idolatría, conciencia autoritaria, sugestión negativa y otros elementos que actúan en contraposición a la libertad de conciencia, perdiendo el individuo su independencia, sintiéndose (en conciencia interior) aplastado y sujeto al yugo de esos factores inhibidores del comportamiento individual.

La introducción de la programación de actividades del individuo y la integración de sistemas de procesamiento de datos, lleva al hombre hacia un "progreso ilimitado" en continua expansión. Frente a estos mecanismos, el individuo en conciencia de programación percibe la realidad como un sistema de etapas sucesivas y permanentes, basado en los principios de causalidad, en donde obtener una meta (efecto) requiere efectuar previamente procesos continuos incorporando elementos, agentes de tal actividad.

Igual que en los procesos asociativos, la conciencia de programación puede enfocarse en forma positiva y negativa.

Actualmente no se concibe realizar actividad alguna sin incorporar la visión de programación sistemática. Más aún, la conciencia de programación dio origen a la propia programación, al método científico, enfoque de sistemas y a diversos aspectos de la producción, educación, cultura, política, etc., situación que facilitó el desarrollo de éstas.

A su vez, lo negativo se refleja en la aceptación (sumisa) de un esquema de acción, que limita la liberación de conciencia, dado que integrarse en la programación involucra disponer de factores de restricción (entropía), tales como, la necesidad de disponer de elementos de entrada, adquirir conocimientos de los procesos, requerir de tiempo, de controles y del acto mismo de programar, etc.

El hombre solo puede obtener la libertad e independencia de su conciencia al abandonar los factores limitantes al desarrollo de su conciencia interior, lo cual requiere de un proceso de purificación de sí mismo: desechar todo elemento asociativo, dejar (y creer) que su propia conciencia le señalará el camino correcto a seguir (ella sabrá cómo hacerlo) y, por último, buscar un estado meditativo de "vacío mental".

Se sostiene que, de una u otra forma, el conocimiento atenta contra el propio conocimiento y que la ignorancia es una fuente de sabiduría.

El mundo de la ignorancia,

comprende, tanto,

al que ignora lo que sabe,

al que sabe lo que ignora,

al ignorante que nada sabe,

y al sabio que todo ignora.

Además, se han efectuado experiencias que demuestran que, bajo ciertas condiciones psicológicas, la mente se comporta de otras formas, aumentando las potencialidades del individuo hasta situaciones no totalmente dilucidadas, como por ejemplo, los fenómenos PSI. Más aún, se reconoce que estos comportamientos se dan en situaciones normales percibidas generalmente como coincidencias (sincronicidad). Liberarse de la conciencia asociativa y programación, parecieran ser factores imprescindibles para que emerjan tales facultades mentales. Es como si la conciencia quedara libre de elementos disociadores de la energía mental pàra dejar paso a la percepción y emisión de señales (conscientes o inconscientes) generadoras de los procesos creativos del universo.

Toda la educación del individuo ha estado y está basada en los procesos asociativos y de programación de la conciencia. Los test de inteligencia y pruebas de selección, aprovechan estos sistemas de aprendizaje.

La solución de problemas puede ir más allá de los procesos asociativos y de programación de la conciencia y resolverse sin la intervención directa de ellos, dado que, en alguna medida, interfieren al desarrollo de la conciencia creativa del Ser. Es necesario comprender, que existen otros medios, tan buenos o mejores aún, que los conocidos y empleados en la solución de problemas, debiendo aprender a manejar y "controlar" estos mecanismos, integrándolos al campo de su conciencia.

La conciencia es, sin duda, el mayor de los conocimientos que debe enfrentar la ciencia en el momento presente, tratando de comprender su acción en los sucesos de la vida, para intentar "despertar" voluntariamente el proceso de la creación.

De todas las acciones detalladas anteriormente, quizá la más difícil de alcanzar sea la de liberarse de las necesidades y su correspondiente satisfacción.

Maslow, en su teoría de las necesidades humanas estableció un sistema de jerarquía de las necesidades, debiendo el individuo satisfacer aquellas necesidades de escala inferior antes de acceder a las de mayor nivel. En otras palabras, debe irse liberando paulatinamente de las necesidades hasta llegar a la cumbre de realización de sí mismo (autorrealización).

El desarrollo y satisfacción de las necesidades es un campo propicio para el crecimiento, ejercitación y evolución de los estados de conciencia. Entonces, desde este punto de vista, las necesidades cumplen el rol fundamental de establecer en el individuo un aprendizaje, crecimiento y desarrollo de los estados de conciencia que le permitan, con el tiempo, lograr la plena iluminación. De ahí que, es necesario e imprescindible que el individuo (o sociedad) vayan satisfaciendo todas sus necesidades, como requisito de la evolución de la conciencia.

El desarrollo del hombre pasa principalmente por el desarrollo de la conciencia del mismo, que le permita enfrentar y resolver los diversos problemas que atentan en contra de él. Esto es así, y ha sido así, desde los orígenes de la civilización.

La historia de la humanidad no podría explicarse sin integrar la satisfacción de necesidades que motivan las actividades del hombre hacia el desarrollo de la civilización. Maslow, distingue dos grupos de necesidades: necesidades de deficiencia y de crecimiento.

Las necesidades de deficiencia comprenden las necesidades fisiológicas, de seguridad, de amor y pertenencia y las necesidades de atención.

Por su parte las necesidades de crecimiento contemplan las necesidades de: totalidad, perfección, cumplimiento, justicia, vida, simplicidad, belleza, bondad, singularidad, facilidad, juego, verdad, modestia. Sobre todas ellas, se encuentra finalmente, para Maslow, la necesidad de "autorrealización".

El incremento de la población ha llevado a una virtual masificación de las necesidades, en la producción, consumo, información, comunicaciones, etc. La vertiginosa evolución de las necesidades, desde las micro a las macro-necesidades, ha contribuido a que surjan nuevos problemas. El hombre empieza a tomar conciencia de hacia dónde lo puede llevar esta carrera, al percibir el daño que está causando en su propio hábitat, que lo llevarán seguramente a la destrucción de sí mismo: contaminación, radiación atómica, dependencia económica, social y política, etc.

Como puede observarse, el individuo tiende a desaparecer en este macro-sistema, pierde su individualidad y pasa a transformarse en un simple dato o número, infinitamente pequeño para influenciar las decisiones que directa o indirectamente le afectan en su comportamiento en la sociedad que pertenece. De ahí que, cuando el sujeto comienza a liberarse de la sumisión a las necesidades, siente que ha recuperado su verdadero yo y empieza a regir con libertad e independencia su propia conciencia, no estando ya sometido a la "programación del sistema", adquiriendo así, un sentido creador de su propio camino.

El no tener necesidades significa que el individuo está libre de temores y preocupaciones por su pasado y futuro. Para él, vivir correctamente el presente, de la forma más productiva, es la característica que enmarca su comportamiento habitual.

Toda necesidad, de por sí, produce una corriente de pensamientos tendientes hacia la satisfacción de ella. Esto se traduce en un grado de tensión e intranquilidad que atenta contra cualquier proceso creativo. De ahí que, la liberación de necesidades es un factor psicológico que propicia y coadyuva a la actividad creadora.

La satisfacción de las necesidades provoca, simultáneamente un estado relajado, pareciendo ser éste el único camino para liberarse de las tensiones impuestas en la sociedad. Esta ha sido la educación recibida en nuestro medio: frente a una necesidad, fijar un objetivo y preparar un plan para satisfacerla.

Sin embargo, existe otra vía para obtener la ansiada libertad de conciencia y es, justamente, liberarse de la propia necesidad. Este proceso provoca un estado de relajación permanente frente al estado de relajación transitorio que ocurre al satisfacer las necesidades mediante el método de programación de metas.

En resumen, podemos obtener la relajación físico-mental mediante dos procesos de participación de la conciencia ante las necesidades:

  • satisfacer la necesidad mediante un plan

  • liberarse de la necesidad

Nuestra educación (occidental) ha sido orientada al primer tipo; no así la cultura oriental, en donde prima el segundo medio.

Para terminar, diremos que el sistema de vida occidental produce un alto grado de tensión físico-mental que dificulta en extremo lograr un estado relajado, necesario para el funcionamiento óptimo del individuo. Hace su aparición el estrés, en donde el sujeto está sometido a un exceso de presiones físicas o psicológicas en un período limitado de tiempo, dañando por consiguiente su salud.

Cuarto paso: ¿la liberación de la técnica, conduce al desarrollo?

Existen múltiples formas de efectuar una actividad. Sin embargo, todas y cada una de ellas requiere de la ejecución de métodos y procedimientos que contribuyan a mejorar el trabajo realizado, mediante una técnica adecuada a esa actividad. De ahí que, la técnica es un medio para facilitar la comprensión y aplicación de procesos en una determinada actividad. Clement Stone señala:

"El conocimiento consiste en saber algo. La habilidad consiste en saber hacerlo. El conocimiento es información. La habilidad es técnica. El conocimiento se adquiere en cualquier parte y en todas partes. Puede adquirirse de los libros, de las personas, cosas, sucesos, la historia, la observación casual. Pero, para que sea útil, ha de ser organizado. Uno debe saber lo que sabe. La habilidad es la cualidad que le permite hacer algo a voluntad, con destreza, eficacia y al mismo tiempo y esfuerzo. La habilidad siempre consigue hacer aquello que se propone. La habilidad permite realizar las cosas cuando otros aún siguen preguntándose si es posible hacerlo. La habilidad permitió construir las pirámides de Egipto y las grandes catedrales de Europa, cruzar en avión el Atlántico y desintegrar el átomo, dominar la electricidad y llevar al ser humano a la Luna. Y puede proporcionarle el éxito que usted busca. ¿Cómo la consigue? No la consigue…la acumula. Mediante la repetición, la experiencia, la acción, usted obtiene esa habilidad. Cuando la tenga, lo sabrá…y conocerá su poder."

La técnica fuera de facilitar las tareas y ayudar al éxito de las mismas, mediante la sistematización de los procedimientos, tiene también como finalidad liberar a la imaginación, creatividad e inteligencia del esfuerzo y tiempo que significaría efectuar una actividad intelectual o física al carecer de orden y método en la ejecución de ellas. Por esto, la técnica siempre debe, en alguna medida, estar presente en todos los ámbitos de la ciencia, arte, educación, salud, etc. Todas las creaciones del hombre, son el fruto de la aplicación de alguna técnica específica y es lo que le da supremacía al hombre sobre el resto de los seres vivos.

Por otra parte, la utilización continua de una técnica, contribuye a la formación del hábito y experiencia en ella, permitiendo bajo el efecto de la ley de asociatividad, emplearla en la resolución de problemas similares.

Conocidos los instrumentos utilizados para la solución de problemas y el desarrollo psicológico, cabe hacerse la pregunta de si el individuo puede o no vivir eficazmente sin estar sometido a un esquema rígido de una técnica específica.

Dado que médicamente se ha constatado que, "en el proceso de curación…la "moral" vale tanto para las enfermedades del cuerpo como para las de la mente. Más allá de las fórmulas técnicas y de los efectos específicos de tal o cual método, las autoterapias sin duda deben una parte no despreciable de su eficacia a ese papel de la moral (por no decir de la creencia o de la fe) en el proceso de curación".

Esto parece indicar que los principios y valores morales tienen la propiedad de activar procesos y mecanismos inconscientes que provocan cambios importantes del comportamiento del individuo sin mediar en ello técnica alguna de alteración de la conciencia. De ahí surge la interrogante ¿La liberación de la técnica, conduce al desarrollo? Responder esta pregunta nos lleva al siguiente capítulo que analiza el rol de los medios de autonomía en el proceso de la vida. Pero antes diremos que adquirir la verdad y sabiduría no requiere de elementos externos, sino que la fuente de "información como ésta existe en el espacio en todo momento, y su realidad no necesita de libros. Está siempre en tu interior". Por esto, el Maestro de la conciencia no busca "intención alguna de propulsar o forzar a nadie a hacer nada en absoluto". Con ello el Maestro intenta que el individuo logre la plena libertad de expresión del sí mismo proporcionándole, más que reglas de comportamiento, una forma de vida de transformación interior.

Así nos aproximamos al pensamiento de Morris Berman sobre la visión de Bateson del Aprendizaje III,

El "despertar al éxtasis", o el sentido de fusión con una "vasta ecología". Si bien, Bateson no aboga explícitamente por la meditación, el yoga, la alquimia, que permitan la percepción real de la fusión sujeto/objeto, del mundo como algo completamente vivo y sensual, todas estas prácticas, ya sean las técnicas de meditación, la respiración prolongada, los cánticos, sirven para reducir el "input" sensorial externo, de modo que la conciencia de ego comienza a considerarse a ella misma como su propio objeto de escrutinio. El individuo pierde su sentido de realidad, lo que puede derivar en temor por la disolución del ego. De ahí, el papel del guía, que acompaña al novicio a traspasar la brecha entre lo consciente e inconsciente con la sensación de estar inundado o transportado por un océano de realización deifica. Esta percepción es vivenciada como una inmensa claridad, un súbito despertar a lo que se siente que es completamente real. Si el proceso tiene éxito, el discípulo que llega al Aprendizaje III seguirá experimentando una brecha entre consciente e inconsciente, pero ahora sin temor o éxtasis. La última percepción después de esta experiencia, es la sensación de surgir por primera vez de la oscuridad, de saber ahora se está verdaderamente consciente y de cuán errada y limitada era la "conciencia" previa.

Quinto paso: ¿quién soy?

¿Quién soy? Normalmente se ha contestado esta pregunta en sentido de lo que hemos sido en el pasado y que creíamos saber de nosotros, y puesto que no sabemos realmente lo que somos, y sin embargo vislumbramos las capacidades internas que poseemos, podemos al fin, decir que en verdad "somos lo que llegaremos a ser". Desde este punto de vista, la vida sería un proceso orientado a descubrir lo que somos. Entonces estamos permanentemente en un "proceso de ser" que va reflejándose en nuestras actitudes, percepciones y pensamientos que tenemos respecto de nosotros mismos, de nuestros semejantes y en fin del entorno al que pertenecemos. Más que conocer las características del "maestro de la vida", vivir con y en ellas, es el camino del Ser, un proceso vivencial continuo orientado a ese fin, hacia su verdadera naturaleza interior que irá emergiendo durante la búsqueda de sí mismo.

La meta de llegar a desarrollar las características del "maestro", puede significar un gran esfuerzo de concentración y trabajo por parte del individuo. Sin embargo, una vez que esté en posesión de estas potencialidades, no requiere ya de atención alguna, manifestándose habitualmente en el comportamiento del sujeto. Forman parte de él mismo. Están integradas a su organismo como un todo y por lo tanto viven y actúan en él. Se reflejan en su actitud, en la verdad y amor que desprende, en la calma que exhibe, en su inteligencia y creatividad, en su optimismo y esperanza, y, por último, en pocas palabras se refleja y percibe como un "maestro de la vida".

Se reconoce que, el individuo por sí mismo debe lograr su propio desarrollo personal, intentar comprender los medios e instrumentos para buscar la maestría. Benjamín Franklin para adquirir las virtudes (templanza, silencio, orden, resolución, frugalidad, laboriosidad, sinceridad, justicia, moderación, pulcritud, tranquilidad, castidad y humildad), comenzaba de una en una hasta convertirla en hábito antes de pasar a la siguiente.

Llegar a ser una persona íntegra debiera ser la meta de desarrollo permanente del individuo normal. Si éste es su proyecto de vida, es necesario, en primer lugar, estudiar, conocer y aplicar los principios y valores de la "maestría", que lo lleven virtualmente hacia una formación de conciencia de maestro.

Comprender esto, pasa por esclarecer las siguientes interrogantes:

  • ¿qué es un maestro?

  • ¿qué piensa un maestro?

  • ¿qué hace un maestro?

Se dice que un maestro debiera tener las cualidades de investigador, orientador y líder. Esto pareciera entonces, que fuera un poco inalcanzable para la mayoría. Sin embargo, el ser maestro no significa necesariamente poseer un extenso currículum, o pertenecer a una institución prestigiosa, o un grupo social específico, o que preste atención sólo a su intelectualidad, o mantener subordinados en situaciones estáticas o pasivas. La maestría se refleja más bien en una actitud integral del maestro. De ahí que se dice, "por sus obras, los conoceréis", o también, "es consecuente con lo que piensa".

La percepción de lo que es un maestro y de las características que deben adoptarse a ese carácter, puede no ser suficiente y determinante para lograr esa meta, dado que el individuo pudiese no tener el sentido de pertenencia de tales cualidades. De ahí que, para desarrollar este sentido deberá modificar la propia imagen de sí mismo. Para ello es necesario y suficiente con creer, pensar y sentirse permanentemente en las características del maestro.

La Biblia señala: "la fe sin obras está muerta". La sabiduría de esta sentencia indica la importancia de la actuación de las personas. Hay que considerar que detrás de una acción, existe un motivo que orienta la elección de la respuesta a seguir. Por otra parte, la actuación del maestro está motivada por el sentimiento que experimenta cada uno de los aspectos que encierra el concepto de "maestro". Los sentimientos están referidos a la verdad, el amor y la esperanza. Así, tenemos que un investigador, básicamente busca la verdad; un orientador, debe dar suficiente amor y entrega de sí mismo a sus educandos; por último, el líder, debe motivar a sus seguidores y nutrirlos de esperanza de alcanzar sus metas.

A esta altura, usted ya sabe o intuye lo que es, lo que piensa y lo que hace un maestro. Definir y detallar las características del Ser y la forma de vida que debe llevar, puede darle la comprensión de una desidentificación con sus propias cualidades y estilo personal de vivir. Sin embargo, reconociendo la hipótesis de que el hombre "es un proceso" y que aún no está terminado, sino que se encuentra en estado de desarrollo evolutivo, permite rememorar las características del "auténtico ser humano" como las describen en las obras de: E. Fromm en ¿Tener o Ser? (el hombre nuevo), A. Maslow en El Hombre Autorrealizado (el ser humano autorrealizado) y C. Rogers en El Camino del Ser (la persona del mañana).

Desarrollo Integral del maestro

Ahora bien, todo el proceso de desarrollo personal se manifiesta mediante una transformación integral y paulatina del comportamiento individual en todos los ámbitos de su vida personal y social:

  • Desarrollo moral: Rol de la verdad y el amor.

  • Desarrollo psico-físico: Rol de la relajación física y mental.

  • Desarrollo intelectual: Rol de la atención, del silencio y la memoria.

  • Desarrollo emocional: Rol del optimismo, la esperanza y el humor.

  • Desarrollo conductual: Rol de la voluntad, la independencia y motivación.

Llegar a desarrollar cada uno de estos aspectos, requiere de un proceso continuo de mantener una rígida autodisciplina, en el sentido de no desviarse del camino a seguir. Demás está decir, que durante las actividades cotidianas se presentarán numerosos agentes que intenten alterar el crecimiento personal: mentira, odio, tensión, distracción, ruido, olvido, pesimismo, temor, mal humor, pereza, dependencia, desmotivación, etc., factores todos que dificultan y disminuyen la eficiencia de las tareas desarrolladas por el sujeto. En innumerables ocasiones se intenta seguir estos caminos erróneos. Sin embargo, para lograr un desarrollo integral (maestría), es necesario liberarse de estos factores, que de por sí, niegan y obstaculizan la emergencia del Ser interior.

Desarrollo moral

Nadie puede negar la fuerza que emana de un individuo cuyo comportamiento se basa y rige por un profundo sentido moral. Para él, la verdad está sobre "su verdad". De ahí que es un agente de hondo carácter de justicia. Sin embargo, seguir la verdad no es para obtener justicia, aunque ésta necesariamente se da con aquella. La verdad se busca porque existe primordialmente un principio o valor moral que la sustenta. Nos referimos al amor al prójimo. Aquí se percibe al prójimo en su sentido más amplio y no en el restringido a los amigos, parientes, conocidos, etc., que establecen una distinción parcial del prójimo.

Verdad: El organismo del individuo responde (consciente o inconscientemente) y acepta las propias aseveraciones (verbales o mentales) como hechos reales teniendo tendencia a que se cumplan efectivamente en algún momento. De ahí, que se dice, que llevamos en nuestro interior un "profeta", que hace de nuestros pensamientos una "profecía auto-cumplida".

Es imprescindible adoptar permanentemente la verdad, dado que ésta se materializa tanto en el aspecto externo como interno del individuo. Así, la verdad externa se manifiesta en la predisposición positiva hacia los individuos emisores de la verdad por la percepción consciente de elementos que la sustentan (tranquilidad, conocimiento, experiencia anterior, lenguaje, etc.) y además una percepción inconsciente (gestos, posturas, vocabulario, actos fallidos, etc.). En cambio, la verdad interna se materializa en el desarrollo de actividades de carácter parapsicológico. El inconsciente del individuo (asiento de estas facultades) "sabe" que los pensamientos son verdades y, por lo tanto, los transforma en realidades con ayuda de efectos de sincronicidad, telepáticos, precognición, clarividencia, etc. También contribuye a acelerar los procesos curativos (psicoquinesia). De ahí que es fundamental permanecer en todo momento en la verdad, dado, que si no es así, puede producirse y seguramente se producirá lo que se conoce como "error o fallo del PSI" en donde la mente (inconsciente) actúa en sentido inverso a lo que pretendamos, en contra de nuestras propias necesidades. Por lo tanto, una forma, la mejor de salvaguardarse de este problema es, Ser y vivir en la verdad. Recordemos lo que sostenía W. james, "nada de lo que hacemos, hablando en estricta exactitud científica, habrá de borrarse nunca".

Amor: El amor, más que un proceso externo, tiene la característica de ser profundamente interno. El amor el individuo lo vive en su interior como una acción de dar antes que recibir, aunque no se materialice físicamente éste. El amor se entrega desinteresadamente y por lo tanto es permanente. No está limitado por factores del mundo físico, presentándose y conservándose en el espacio y el tiempo. La cercanía o lejanía del "objeto" de amor no incrementa o aminora el grado de amor que le proporcionemos.

El amor puede orientarse hacia lo divino y/o lo humano.

  • Amor a lo Divino: Uno de los rasgos sublimes del amor en su más pura esencia es el amor hacia la divinidad. Es relativamente fácil llegar a amar a alguien que estimule a nuestros sentidos con su presencia física (dependencia sensorial). Amar a la divinidad, requiere de un sentido de independencia de estímulos sensoriales, lo que permite al individuo estar en presencia de la pureza de amor, sin restricción alguna de orden material que dificulte la comunicación espiritual con la divinidad mediante la oración.

Toda acción de amor se deriva del amor a lo divino, origen de la creación. Un pensamiento tiene mayor energía mientras mayor sea su pureza (coherencia). El amor a lo divino es un acto de fe. El pensamiento, al igual que cualquier fuente de energía se desplaza mejor cuando no hay resistencia en el medio y esto ocurre en situaciones de pureza de los elementos.

  • Amor a lo humano: Este tipo de amor está orientado hacia dos formas. Si bien se presentan separados, para fines descriptivos no es factible desligarlos como entidades distintas. Suele confundirse al amor con el egoísmo, sin embargo, no es así. Más bien el amor se relaciona con la justicia o sentido de imparcialidad. De ahí que, la sentencia "amar al prójimo como a sí mismo", denota establecer un justo equilibrio entre la confrontación del amor ajeno y el propio.

  • Auto-amor: Amarse a sí mismo, es un proceso dinámico que lleva intrínsicamente la naturaleza humana del instinto de preservación de la vida del individuo. Éste buscará su desarrollo y perfeccionamiento en todos los niveles de actividad: física, moral, intelectual, emocional, social, etc. El éxito, cualquiera sea su meta, se inicia con la condición previa de sentirnos apreciados por nosotros mismos. Si estamos enfermos, amando nuestra salud, nos llevará hacia ella; si olvidamos algo, amar nuestra memoria, atraerá el recuerdo; si tenemos dudas, amando nuestra inteligencia responderemos creativamente; si deseamos orientación, el amor de nuestra intuición, nos dará dirección y si sentimos y obramos con amor hacia nosotros mismos, este amor nos dará protección.

  • Hetero-amor: El desarrollo y evolución del individuo se asemeja al concepto de instinto de conservación de la especie. Esta situación se produce en la interacción entre los individuos masculino y femenino por la acción del amor físico hacia el prójimo, contribuyendo a la perpetuación de la especie, debido a la atracción sexual entre ambos.

Las relaciones de amistad reflejan la conducta que debe seguir el individuo para adquirir y conservar la amistad proyectando en ella el amor hacia el prójimo. Existen algunas sencillas reglas que favorecen el afianzamiento de la amistad: como acercarse lentamente hacia la amistad, mezclando aprecio y afecto con un mínimo de crítica; hacer sentirse cómodo con uno al no tomar dominio en la conversación; recordar las relaciones y cosas importantes para los otros, como sus hábitos, opiniones, etc.; evitar hacerlo sentir inferior dejando que ellos corrijan sus propios errores; por último, recordando que todos somos diferentes, manifestarle un sincero aprecio, pensando, ante todo, en dar más que en recibir.

Desarrollo Psico-físico

Se sabe que existe una estrecha relación entre la actividad física y mental, en ambos sentidos, es decir, cualquier cambio físico altera el aspecto mental y vice-versa. El principio científico descubierto por W. James postula que:

"por la imitación consciente de las actitudes físicas o acciones que acompañan a ciertos estados mentales, podemos, hasta cierto punto, inducir en nosotros tales estados. Para estar contento, yérguete contento, mira en torno alegremente y condúcete como si la alegría ya te inundara. Para sentirte valiente, obra valiéntemente, y es muy probable que la emoción del valor reemplazará al sentimiento del miedo".

Considerando lo anterior, un medio efectivo para alcanzar la relajación mental, es adquirir una adecuada relajación física.

Relajación Física: La relajación física es prácticamente el punto de partida de casi todos los sistemas de control de los procesos mentales. Dado que está estrechamente relacionada con la relajación mental, no sólo tiene incidencia directa en nuestra salud, a través de su acción fisiológica en el aparato respiratorio, circulatorio, estructura ósea, reflejos, sistema inmunológico, y también, tiene influencia en los proceso psicológicos, tales como, la concentración, memoria, creatividad, percepción y, por último, favorece la aparición de fenómenos parapsicológicos (telepatía, clarividencia, precognición).

La relajación física puede darse en dos formas: relajación consciente e inconsciente.

  • Relajación Consciente: En general los métodos y procedimientos de relajación intentan fijar la atención local de partes del cuerpo, sugiriendo verbalmente la pesadez progresiva que acompaña tal estado. El individuo está plenamente consciente y siente como se va relajando y disminuyendo la tensión muscular en sus brazos, piernas, párpados, cuello, mandíbulas, respiración y demás músculos. Existen diversas técnicas de relajación, pero en general procuran que el sujeto adopte una posición cómoda y mediante verbalizaciones monótonas (inducidas o auto-inducidas) se intenta centrar la atención del sujeto en el proceso paulatino de relajación muscular, a veces ayudado de un procedimiento de conteo descendente. Por sobre todo, lo importante es que el sujeto vaya sintiendo las reacciones esperadas a medida que se profundiza su relajación.

  • Relajación Inconsciente: Este tipo se identifica con la etapa del sueño del sujeto, en donde él se encuentra inconsciente de su cuerpo y su metabolismo disminuye a un grado mínimo, permitiéndole regenerar su energía, de tal modo, de poder enfrentarse con vigor en las nuevas labores del día venidero. No es factible alcanzar un grado de relajación similar al de sueño natural con algún sistema artificial de relajación (consciente) por algún período prolongado de tiempo. De ahí, que el sueño no puede reemplazarse con otro tipo de relajación.

Relajación Mental: Si bien la relajación física contribuye, en gran medida, a alcanzar la relajación mental, importante papel juegan en esta última los elementos psicológicos que adopte el individuo. Entre ellos destacan los conceptos de la verdad y el amor reseñados anteriormente, por la cual el individuo que "vive" estos principios o valores morales adquiere una actitud de serenidad de espíritu reflejada en una cierta calma y por ende de relajación mental.

Desarrollo Intelectual

Uno de los rasgos distintivos del ser humano es la de tener, a su disposición, un elevado grado de inteligencia adecuada para la resolución de sus problemas cotidianos. El proceso de razonamiento requiere de un nivel de comprensión del objeto de análisis y solo es posible integrando tres elementos que facilitan la actividad intelectual: atención, silencio y memoria.

Atención: La atención es un proceso selectivo de percepción, por la cual el individuo elige el estímulo necesario para producirle una respuesta adecuada. Sin embargo, tal elección puede presentarse consciente e inconscientemente, voluntaria e involuntariamente.

  • Atención consciente: Es la percepción en un instante del tiempo de un estímulo que absorbe y concentra toda la actividad psico-física del sujeto. De ahí, que es importante, para tener una alta capacidad de atención, estar en posesión de un estado de relajación física y mental. La atención puede ser, a su vez, concentrada o dispersa, según sea uno o varios los estímulos que caen en el campo de atención consciente.

  • Atención inconsciente: Si bien en este caso no se dispone de un control "consciente" de la atención, también puede darse la atención inconsciente concentrada y dispersa, como sucede, por ejemplo, cuando la madre duerme y despierta al menor quejido de su bebé en la pieza contigua. También al despertar al amanecer ante la percepción (inconsciente) de claridad o ante la autosugestión de despertar a una hora predeterminada.

  • Atención voluntaria: La percepción selectiva voluntaria se orienta básicamente por efecto de las motivaciones del sujeto. Este fija su atención consciente sólo si el estímulo es suficientemente placentero a sus necesidades. Si el grado de placer disminuye, decae la atención voluntaria y se desvía la atención hacia otros estímulos de mayor excitación.

  • Atención involuntaria: Este tipo de atención es de carácter espontáneo y transitorio puesto que se está sujeto no a motivaciones profundas del individuo, sino que actúa como "interruptor" de la atención voluntaria y por lo tanto, desvía la percepción del estímulo en una fracción de tiempo por efecto de sobrepasar el umbral de excitación de la atención consciente voluntaria.

Silencio: Frente a la exigencia social de emitir una opinión, el guardar silencio refleja cierto dominio de sí mismo y de control de la situación. El silencio acentúa las capacidades de atención consciente, de relajación mental y física, y también favorece el desarrollo eficiente de las actividades intelectuales. Pareciera ser, que en el silencio, el campo de percepción se ampliara, su memoria se acrecienta y se está más cercano a los contenidos del inconsciente, razones que favorecen la creatividad. En el silencio las ideas maduran lo suficiente para germinar en nuevas ideas que favorecen la resolución de problemas. El silencio es una actividad asociada al individuo "pensador". Si bien el "hacedor" puede "hacer" más cosas que aquel, habría que preguntarse ¿las hace bien?

El "maestro" emplea mucho del silencio y aprende y enseña a través de él; habla lo necesario; hace preguntas adecuadas, que a menudo parecen tontas; da su ejemplo; estimula al iniciado a observarlo más que a oírlo; con su silencio lo obliga necesariamente a pensar. La actividad de pensar, entonces, conlleva inevitablemente al proceso del silencio.

Memoria: El rol de la memoria es fundamental en el aspecto intelectual. Retener y recordar información es la base necesaria para efectuar un adecuado procesamiento de ella, permitiendo obtener resultados eficientes frente a los problemas que se le presenten. De ahí que, el sistema educativo tradicional intenta desarrollar preferentemente este aspecto de la conciencia.

Existen diversas técnicas de memorización (nemotecnia). Sin embargo, algunos factores facilitan el funcionamiento de la memoria. Entre ellos se destaca, en primer término, el tener una fuerte motivación de lo que deseamos recordar, dado que si algo no nos interesa, lo olvidaremos rápida y fácilmente, haciéndonos difícil su recuperación. La motivación está ligada a la atención y vice-versa. Si algo nos interesa (motivación), le prestamos atención y si algo nos llama la atención, es señal que nos interesamos en ello. Por otra parte, el estar libres de tensiones (físicas y mentales) con una adecuada relajación incrementamos la potencialidad de la memoria.

Desarrollo Emocional

Un aspecto crucial del desenvolvimiento del ser humano es lo relativo a las emociones. Un individuo percibe su medio con optimismo, mientras otro está sumido en pensamientos negativos; uno tiene esperanzas en su porvenir, mientras otro teme fracasar continuamente; uno le sonríe al mundo, mientras otro vive en el mal humor. Ambos se retroalimentan en su estado de ánimo, sin embargo, mientras uno estimula una dinámica de acción y movimiento, el otro permanece en un estado estático de pesimismo, desesperanza y mal humor. De manera que es importante destacar las funciones que cumplen estas emociones en el desarrollo personal.

Optimismo: Este es uno de los factores relevantes de la filosofía del pensamiento positivo. Este sistema de desarrollo personal se basa en la premisa de que si en el individuo predomina este factor psicológico, implica que se encuentran presente todos los elementos que favorecen la obtención del éxito en sus actividades.

A menudo se olvida el significado del optimismo. Más aún, paradojalmente se le atribuye que contribuye al fracaso "por exceso de optimismo". Esta situación es extremadamente perjudicial en la conducta del individuo puesto que implicaría que de cualquier forma fracasaremos y, por lo tanto, "no vale la pena" intentar modificar y actuar en nuestro comportamiento. Quien reaccione así, desconoce que es su pesimismo el que lo conduce a esa situación de fracaso.

El optimismo lleva en sí un rasgo de esperanza de un futuro positivo. El individuo optimista actúa con un sentido de amplitud de miras frente a algún eventual fracaso transitorio, visualizándolo tan solo como un impedimento que, seguramente, contribuirá a maximizar un beneficio futuro, no perceptible en el presente. Esta estructura del pensamiento le permite continuar y perseverar en su acción hacia el logro de su objetivo. No ocurre así con el pesimista, quien a la menor señal de un eventual fracaso, se resiste a seguir intentando modificar su situación mediante su participación activa en su "proyecto".

Esperanza: La esperanza es la fuerza generadora que ha participado en el desarrollo de la humanidad. La esperanza ha llevado al hombre a la Luna; con ella descubrió continentes y océanos, montañas y abismos; permite descubrir e inventar; da salud y vida; en fin, participa en la realización de actividades de variada índole.

A pesar de que generalmente se asocia a situaciones positivas, también es motivadora de experiencias negativas cuando el individuo teme y espera sucedan situaciones que atentan a su desarrollo personal.

Una vez definida la meta, el individuo deberá mantener con rigurosidad la esperanza de llegar a alcanzar dicho objetivo, debiendo sostenerla con perseverancia, paciencia y voluntad.

Buen humor: La capacidad de tomar el buen lado de las cosas es un mecanismo que, directa e indirectamente, está relacionado con los procesos de relajación, del optimismo y la esperanza. No es posible estar de buen humor si no se está relajado; tampoco si nos falta optimismo; por último, abandonados y sin esperanzas estaremos tristes.

Se reconoce la influencia del buen humor en el funcionamiento del organismo. Favorece las funciones digestivas, respiratorias, circulatorias y musculares. Además, en alguna medida, acelera los procesos de curación, seguramente afectando el sistema inmunológico del organismo.

No debe confundirse el buen humor (o humor sano) con tipos de humor despectivo, grosero e hiriente. Estos últimos provocan directamente una animadversión de quienes son sujetos de risión; indirectamente para el humorista se crea un efecto negativo para el mismo que, tarde o temprano, se manifestará en su comportamiento u organismo (salud, memoria, emociones, etc.). Recordemos que "nada se borra jamás y que nuestro organismo lo integran la mente y cuerpo interrelacionados. La mente, a su vez, se subdivide en un compartimiento consciente y un vasto inconsciente. El óptimo funcionamiento del organismo se da en el equilibrio entre mente y cuerpo y entre consciente e inconsciente. Sucede que, cuando el "humorista" conscientemente se ríe de su broma hiriente, su inconsciente (conciencia moral) deplora esa conducta, dejando huella imborrable en su memoria inconsciente, que puede manifestarse posteriormente en un efecto negativo para él, como una forma de auto-castigo inconsciente. De ahí, que se dice, que no podemos engañarnos a nosotros mismos. Autoridades en la materia señalan que el individuo en las profundidades interiores está dotado de cualidades positivas: bondad, creatividad, honestidad, verdad, etc.

Desarrollo Conductual

La psicología estudia el comportamiento del individuo y su manifestación en su medio. De ahí, la importancia de estudiar la conducta y los factores que inciden en ella. Podría definirse a la conducta como la respuesta efectuada por el sujeto frente a un estímulo determinado. Los factores que favorecen determinada respuesta pueden dividirse en tres componentes básicos que orientan y dirigen el sentido de la conducta: voluntad, independencia y motivación para actuar.

Voluntad: Casi en todos los aspectos de la vida podemos ser ayudados por otras personas. Sin embargo, no ocurre así con la voluntad. El individuo debe hacerlo por sí mismo y no se le puede forzar a actuar de tal o cual forma, si el sujeto no tiene voluntad para ello.

La voluntad es una de las mayores fuerzas motivadoras de la conducta del individuo. Desarrollar una firme voluntad requiere necesariamente del ejercicio continuo de acciones que presenten un grado de esfuerzo y dificultad en su realización. Por lo tanto, ser voluntarioso es un gran paso para alcanzar las metas propuestas, puesto que con perseverancia y paciencia el individuo saldrá adelante.

En la formación de los hábitos, la voluntad actúa durante el proceso de fijación del hábito, pero una vez establecido éste, ya no existe la voluntad de atención consciente, sino que esta se hace automática, inconsciente, exenta de esfuerzo voluntario alguno y, por lo tanto, será necesario iniciar nuevas actividades para ejercitar la voluntad, que requieran un esfuerzo prolongado. W. James, aconsejaba a sus amigos a que tratasen siempre de hacer algo nuevo: escribir un libro, cruzar el océano, ensayar una nueva ocupación, cambiar la rutina cotidiana. Estas actividades inusuales desarrollan, a su vez, la percepción y los procesos de atención y concentración voluntaria consciente.

De esa forma, la voluntad solo se desarrolla en el proceso del cambio de actividades y no en situaciones rutinarias y habituales, que no requieren de un grado de esfuerzo físico o mental prolongado.

Llevar a cabo nuevas actividades hace necesario también disponer de un gran sentido de independencia, que permita cierto grado de libertad para actuar en ellas.

Independencia: Para que se desarrolle el individuo, es necesario un período de aprendizaje, durante el cual se experimente un proceso gradual de evolución de la conciencia de independencia manifestada en sus percepciones, pensamientos y acciones. En esta línea, el hombre, a medida que crece, se vuelve cada vez más independiente de su entorno social; busca el desapego; desarrolla su iniciativa y creatividad; piensa y actúa por sí y para sí mismo; programa y orienta su propio camino, para bien o para mal, pero sí, con independencia de criterios facilitándole con ello enfrentar y resolver los problemas con nuevos enfoques y perspectivas.

No debe confundirse la independencia con el individualismo. En este último, se vive y actúa para sí y solo consigo mismo; en cambio en la independencia, el individuo estando relacionado con otras personas, integra sus propias percepciones, pensamientos y acciones hacia el objetivo común del grupo al que pertenece, conservando eso sí, la libertad de expresar o no su opinión en su grupo de participación.

Hemos visto que la independencia favorece el desarrollo de la voluntad. Sin embargo, el elemento que la mantiene activa y refuerza nuestro comportamiento hacia un objetivo prefijado, es la motivación.

Motivación: Dentro de los factores del desarrollo personal se ha dejado para el final a esta facultad. Esto no quiere decir que sea de menor importancia que los otros elementos.

Una de las características básicas de la motivación, es la facultad de concentrar todos los esfuerzos del individuo hacia el logro de una meta. Mientras mayor sea la satisfacción de esa necesidad (meta) mayor será la motivación que oriente el comportamiento del sujeto. De ahí, que la fijación de metas pareciera ser un medio de ejercitar la motivación. Sin embargo, para un desarrollo personal adecuado es necesario evolucionar desde las metas materiales hacia las espirituales o, desde otro punto de vista, desde las metas transitorias hacia las perdurables.[2]

Sexto paso: ¿es la meditación un proceso del vivir?

Claudio Naranjo nos lleva a descubrir:

"que la meditación, en sí misma, no es algo totalmente separado o diferente de otras cosas; que más allá de las múltiples formas de meditación, entre ellas existe una unidad de espíritu común; que las diversas técnicas de meditación se pueden agrupar de acuerdo a sus características psicológicas." Además agrega que "para un meditador que tenga la actitud correcta, toda la vida es meditación o, dicho de otro modo, meditar es vivir."

Para tener una mayor comprensión del proceso de desarrollo y crecimiento integral de la conciencia, es necesario descubrir la meditación en cada una de nuestras actividades en las cuales tiene participación los componentes de la conciencia: percepción, imaginación, concentración, memoria, emociones y voluntad.

  • Meditación es percepción: Percibir es recibir información mediante los órganos de los sentidos. La percepción sin el concurso del pensamiento requiere de una adecuada educación que permita excluir cualquier experiencia sensorial anterior que pudiese incidir en la apreciación objetiva del fenómeno observado, dada la facilidad en la producción de falsas percepciones provocadas por distracciones, prejuicios o emociones. De ahí, la importancia de "entrenar" los órganos sensoriales para la aprehensión real de los hechos, sin estar bloqueado por los pensamientos erróneos. Con esto se trata de lograr un estado de receptividad pura de los sentidos, lo cual contribuye a agilizar y desarrollar los órganos y funciones sensoriales, de tal modo, que con ello se logre ver, oir, tocar y saborear lo "real".

La conciencia históricamente se inició con un acto de percepción sensorial puro, no existiendo obstáculos que dificulten la aprehensión de la información. Los infantes tienden a asociar los sonidos percibidos sin el concurso del pensamiento, sino que se establecen relaciones de las imágenes visuales y sonoras, educando paralelamente los mecanismos del habla al balbucear los estímulos verbales que escucha.

La percepción sensorial requiere de un período de aprendizaje, de atención y conocimiento en el que mediante asociaciones adecuadas de imágenes mentales, podrá identificarse en forma precisa el estímulo percibido, formándose un "reflejo asociativo" cada vez que vuelva a percibir el mismo estímulo, provocando la misma respuesta imaginaria.

Por otra parte, la imagen sensorial puede "reproducir y/o anular los estímulos sensoriales, situación que puede ocurrir cuando se experimenta, por ejemplo, una visión, sonido u olor inexistente o también no percibir estímulos reales, por estar concentrado en algo que absorbe toda su atención.

Dado que en toda percepción juega un papel importante la experiencia anterior y la memoria de los sucesos, es fundamental ejercitar esta última facultad.

La percepción puede ser consciente o subconsciente. En esta, se expresan los efectos de la publicidad, sueño ligero, percepción fuera del campo visual-auditivo, etc.

La percepción consciente requiere para su captación y aprehensión del estímulo (luminoso, auditivo, etc.), de un umbral mínimo de excitación de los órganos sensoriales. De ahí que, para efectuar una correcta identificación e interpretación de los estímulos, los órganos sensoriales deberán estar en perfecto funcionamiento.

Como una forma de facilitar la percepción, es importante tener presente algunos factores que la favorecen: un mecanismo de enfoque de atención (concentración) y una actitud de expectación o anticipación de la percepción (imaginación y memoria), elementos analizados más adelante.

Al igual que en los niños, el proceso de aprendizaje y educación de la conciencia debiera iniciarse con una ejercitación y desarrollo de la percepción pura.

La percepción pura contribuye a restablecer la energía nerviosa puesto que el cerebro descansa ante la ausencia del pensamiento e imaginación. De ahí que el Dr. Paul Chauchard sostiene que la percepción sensorial regulariza y estimula las funciones del cerebro regenerando las células cerebrales.

Observar como niños (sin recuerdos ni experiencias asociadas) excluyendo la participación del pensamiento contribuye a facilitar la relajación mental necesaria al desarrollo de la conciencia, controlar los pensamientos conscientemente, incentivar la concentración, amplificar la imaginación y memoria ayudando a formar un criterio objetivo y realista.

  • Meditación es imaginación: El principio de toda creación está en una imaginación de los deseos, planes y programas de acción. Ella colabora en la fijación de objetivos, esperar resultados, obtención de recursos y todo el proceso que encierra el control de las actividades creativas.

Para sacarle mayor partido a la imaginación y que cumpla efectivamente su rol creador, no debe darse suficiente atención al problema a resolver, sino que una vez conocido este último, inmediatamente centrar la imaginación en el objetivo buscado. Recordad la ley del comportamiento que dice: "si se pone en conflicto la voluntad y la imaginación, esta última será la determinante del resultado obtenido". Esta situación se puede ilustrar con los ejemplos siguientes: dificultad de modificar hábitos invocando para ello la voluntad de cambiar; querer conciliar el sueño, recordar un nombre o vencer la timidez.

Los hábitos pueden cambiarse empleando preferentemente la imaginación antes que la voluntad, de por sí, menoscabada en el sujeto sometido al vicio. Deberá hacerse siempre hincapié en el logro del objetivo antes que en el rechazo del problema con secuencias de asociaciones mentales adecuadas, en términos positivos. Por ejemplo, si se desea la reducción de peso, las imágenes asociadas deberían estar orientadas en los siguientes términos: ¡Llegaré a ser esbelto! Antes que ¡Bajaré de peso! En la cual se estaría reforzando consciente o inconscientemente la imagen de sobrepeso. Por ello es primordial cuidar sobremanera el lenguaje empleado, así como las imágenes visualizadas, las cuales pueden producir el efecto contrario al que deseamos obtener.

Respecto de la dificultad de dormir, el insomne que haga esfuerzos (voluntarios) por rendirse al sueño, no hará más que dificultar la tarea por la tensión correspondiente y mientras más sea su intención, menos probable será el quedarse dormido. En cambio, si se relaja físicamente y emplea su imaginación asociando visiones de calma, excluyendo el esfuerzo excesivo de concentración de la atención, favorecerá la relajación mental necesaria para dormir.

La timidez (de múltiples variedades) puede salvarse o al menos aminorarse mediante una adecuada imaginación. Sin embargo, a veces ocurre que la misma imaginación (mal empleada) incrementa la ansiedad y el temor, por ejemplo, al disertar en público el expositor visualiza tal acción, provocándole palpitaciones, problemas respiratorios y ansiedad como si se encontrara ya frente a su audiencia. Todas estas actitudes anticipan su realización volviéndose a presentar durante la exposición. Una forma de enfrentar este suceso, es imaginando propósitos positivos, no utilizándola para la "eliminación del problema".

Recordar algún tema, fecha o nombre de alguien puede ser en ocasiones de gran dificultad. Fuera del hecho de que se puede mejorar y desarrollar la memoria, en este caso estamos ante una situación en que se quiere recordar algo y no logra hacerlo voluntariamente, lo que induce o motiva una gran tensión, ansiedad y persistencia en recuperar lo olvidado, provocando con esto, la inhibición de la memoria. Se recomienda, entonces, olvidar el "intento de recordar", relajarse y enfocar la atención en otras actividades totalmente distintas. Posiblemente, al cabo de un momento inesperado aflore a la conciencia el recuerdo pues debemos tener presente que si bien nuestra conciencia no ha sido capaz de "recuperar la memoria", el subconsciente continúa su trabajo y es capaz de "recuperar la memoria", el subconsciente continúa su trabajo y es capaz de proporcionarnos la información requerida, aunque seguramente exista alguna razón (conocida o no) del por qué del olvido.

Es fundamental asociar la imaginación con la voluntad, hecho que contribuirá a crearle seguridad y autoconfianza en la realización de sus proyectos. Determinar qué es lo que se quiere lograr y establecer enseguida asociaciones mentales adecuadas a ese objetivo. Así tenemos que la imaginación cumple el rol de anticipar (expectativa) el resultado buscado, comprobando que es más fácil obtener éxito imaginando estar en posesión del objetivo que imaginar el rechazo del problema. Entonces, en cualquier actividad creadora debemos imaginar su plena realización. El arquitecto, el investigador, el artista, visualizan mentalmente el edificio, el descubrimiento y la obra de arte, metas de cada uno de ellos.

Para emplear eficazmente la imaginación, es conveniente previamente delimitar bien el problema (numerosas veces desconocido, mal enfocado o incomprendido), para poder plantearse correctamente el objetivo a seguir, y por último, crear las soluciones adecuadas.

La imaginación tiene profunda incidencia tanto en las actividades sensoriales como en las motrices. Por ejemplo, la concentración de la atención en una idea o en un texto interesante, produce simultáneamente una extinción de la percepción consciente del entorno. También el temor a un estímulo determinado (perro) provoca una respuesta motora (correr).

Sin embargo, para obtener repuestas sensoriales y/o motrices se requiere la participación de la memoria, que permite mediante la comparación de experiencias anteriores (propias o de otros), imaginar la respuesta adecuada a estímulos similares.

Es necesario señalar el papel que cumple para los individuos el significado de los símbolos y que pueden ser diferentes para cada uno de ellos dada la diversidad de experiencias, educación, cultura, creencias, emociones, etc. Las palabras emitidas pueden ser mal interpretadas más allá de su significado literal, según sea la entonación, gestos, calma, confianza, duda, estado emotivo, motivación que acompañe su emisión, situación que dificulta la comprensión del mensaje de la realidad.

En el caso de las autoafirmaciones, el individuo aceptará el significado de las palabras que el mismo les asigne, debiendo prestar atención al contenido de ellas, además de su forma positiva de expresión, en tono directo con frases cortas y precisas, asociándoles imágenes adecuadas ayudándose así en la memorización y concentración de la atención.

  • Meditación es concentración: Todo proceso de concentración involucra enfocar la atención en un hecho determinado u objeto específico (figura) con exclusión del campo de atención consciente de aquellos estímulos que están fuera de nuestro centro de interés (fondo). Por lo tanto, la concentración provoca simultáneamente dos estados de conciencia: uno de plena atención y claridad de la percepción y otro que cae bajo el nivel de conciencia, presentándose vagos e imprecisos los estímulos. Es la actitud del sabio absorto en su problema y totalmente distraído de su entorno.

Por otra parte, la atención puede orientarse hacia una multiplicidad de estímulos, presentándose un tipo de atención dispersa (ejemplo es la visión periférica). En este caso, la concentración se enfoca expectante hacia la probabilidad de ocurrencia de un acontecimiento futuro. En la concentración la atención se enfoca hacia un hecho presente necesaria para un análisis en profundidad de los problemas.

Lograr la concentración, es quizá el medio más eficaz de alcanzar las metas y objetivos y es una característica de los genios, tener una gran capacidad innata o adquirida de concentración en una misma idea durante prolongados períodos.

El trabajo cotidiano nos brinda la oportunidad de educar y desarrollar la concentración. El hábito permanente del trabajo con verdadera dedicación, absorción y preocupación por el mismo, ignorando toda dispersión, ajena a tal labor contribuye a forjar una voluntad fuerte, una confianza y seguridad en sí mismo, proporcionando un medio en el cual ejercitemos la energía creadora para la resolución de los problemas cotidianos.

La concentración implica conocimiento preciso de lo que se quiere obtener. De ahí que, muchas veces por falta de comprensión de las finalidades perseguidas en una actividad cualquiera, motiva la dispersión de la atención con el consiguiente fracaso en la solución de un problema.

Para que en el trabajo la concentración tenga un efecto positivo en la formación de la voluntad, es necesario que la motivación o impulso a realizar las labores asignadas, sean más bien de carácter netamente morales ante que materiales. El deseo de conocer, desarrollar la creatividad y productividad, lograr metas de producción, desear el desarrollo personal y social son fines totalmente distintos de las motivaciones materiales: renta, beneficios contractuales, poder, relaciones sociales, ambiente de trabajo, etc.

Generalmente la facultad de concentración se presenta en los individuos de fértil imaginación y está íntimamente relacionada con la percepción sensorial. Entonces, cuando se efectúan ejercicios de entrenamiento de la percepción e imaginación, directa o indirectamente se está reforzando la actividad de concentración.

  • Meditación es memoria: Se puede considerar a la memoria como una de las principales funciones de los procesos mentales, en la que se almacenan y recuerdan todas las percepciones (conscientes e inconscientes), pensamientos y experiencias en que se involucra la persona. Constituye un mecanismo esencial para el aprendizaje de cualquier actividad física e intelectual, puesto que permite efectuar los trenes de asociaciones adecuadas para recobrar la información, como también, establecer las relaciones y comparaciones con las percepciones sensoriales.

Los hábitos físicos y de pensamiento adquiridos por la repetición continua son parte de la memoria, iniciándose con la intervención voluntaria esforzada, llegando a transformarse en mecanismos (reflejos) condicionados, sin participación consciente en ellos. Sin embargo, la conciencia permite ubicar los recuerdos en el pasado, diferenciándolos de las percepciones presentes. De ahí que, a la memoria se le conoce como "la facultad de conservar, reproducir y reconocer las imágenes verbales, motrices y visuales". Por esto, se considera que todo acto de inspiración, creatividad e imaginación no es más que el resultado de la facultad de la memoria que mediante asociaciones, combinaciones, comparaciones y relaciones inconscientes, motiva fijar la atención concentrada hacia un determinado objeto.

Por otra parte, además olvidamos porque queremos y debemos olvidar. El aprendizaje exige, paradojalmente, que olvidemos, es decir, dejemos libre a nuestra conciencia para recibir nuevas experiencias y conocimientos. Para que la información sea plenamente recordada y recuperada por la memoria debe efectuarse el proceso memoria-olvido-memoria con absoluta comprensión del material de estudio, repetición de él, relación y asociación con temas afines, repasos periódicos y una adecuada dosis de confianza en la memoria propia, situaciones, todas ellas, que contribuyen a favorecer y agilizar esta capacidad intelectual.

El temor, la ansiedad, el esfuerzo voluntario por recordar algo, inhiben o retardan el proceso de memorización dado que son elementos que paralizan la imaginación (fuente de memoria). Recordemos la ley de la concentración de la atención: "si la imaginación y la voluntad se contraponen, la imaginación siempre es la vencedora". Por esto se recomienda, en tales situaciones, intentar relajarse y cambiar el enfoque de atención hacia otro tema o actividad; probablemente, luego se recuerde cuando no se esté pensando conscientemente en ello.

Así como la percepción es selectiva, también la memoria registra y acumula solo parcialmente los estímulos y varía según la predisposición, interés, grado de atención, etc. Sin embargo, el hecho de no enfocar la atención consciente en un estímulo determinado puede significar que con posterioridad se presente este "recuerdo inconsciente" como un hecho creado por nosotros mismos, cuando en realidad ya lo habíamos percibido de alguna forma.

Existen diversos procedimientos nemotécnicos para memorizar, que emplean distintas variantes de asociaciones mentales de palabras o grupos de palabras, comparaciones ridículas, combinaciones alfanuméricos, etc.

Por ejemplo:

Partes: 1, 2, 3
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