Tesis
- Marco teórico
- Metodología de la investigación
- Análisis del material empírico
- Conclusiones
- Bibliografía
En la presente tesis se propone:
- ganar familiaridad con el fenómeno de la profesionalización en el tercer sector, como también
- intentar establecer una descripción del modo en que la profesionalización se presenta en un conjunto de organizaciones no gubernamentales que tienen por sede a la Ciudad de Buenos Aires y, a partir de allí, y de manera inductiva,
- poder acercarnos a la forma en que este fenómeno se presenta en Argentina(Capital Federal). Por ello la estrategia de investigación elegida posee un carácter exploratorio.
Los últimos años han sido testigos del enorme interés suscitado por el conjunto de instituciones sociales, que actúan tanto fuera de los límites del Estado(Primer sector) como del mercado(segundo sector), y que constituyen aquello que se ha dado en llamar: Tercer Sector.
Hace 25 años las Naciones Unidas definieron como Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) a aquellas instituciones de la sociedad civil que apuestan al desarrollo social. Este hecho evidenció la idea de que las personas, más allá de los gobiernos, constituyen un factor decisorio para los destinos de sus países. A partir de ese momento, el Tercer Sector se ha desarrollado a escala mundial y con una identidad definida, lo que dio lugar a un crecimiento notable de este tipo de organizaciones. La Argentina no ha sido ajena a este proceso y consolidó a lo largo de estos años un Tercer Sector cada vez más fuerte e influyente.
El Tercer Sector, pues, goza hoy de un nivel de credibilidad muy alto dentro de la sociedad. El descrédito constante de la clase política y la desconfianza que genera el capital privado, ubican a estas instituciones en un lugar privilegiado. En rigor, estas condiciones constituyen una oportunidad. En otros términos, el lugar que ocupa el Tercer Sector es privilegiado en tanto supone posibilidades de crecimiento para sí mismo.
Este contexto auspicioso contrasta con las dificultades crecientes para la obtención de recursos, al mismo tiempo en que se produce un incremento en la demanda de todo tipo de servicios sociales. Lo que parecería promover el desarrollo de las organizaciones del Tercer Sector, ha provocado que muchas de ellas tengan serias dificultades para sostener los servicios y la atención a sus beneficiarios, o que, al no poder sortear las dificultades, pierdan una meta clara que las oriente. La informalidad, tan útil en los primeros pasos de estas organizaciones, se torna actualmente en una amenaza para su permanencia.
El agravamiento y la agudización de los conflictos sociales, la demanda de servicios por parte de la población hacia instancias no estatales (originada en el fin del estado benefactor) hacen que los problemas a enfrentar sean cada vez más complejos. De allí que, para hacer frente a este tipo de situaciones, sea necesaria la aplicación de soluciones de mayor alcance, que incluyan personas calificadas para interactuar de manera eficaz y eficiente con otras organizaciones, empresas o el Estado. Estas capacidades específicas, dispuestas de manera rentada en la organización, es lo que damos en llamar profesionalización. Entendemos que la consolidación, modernización y afianzamiento del Tercer Sector se encuentran ligadas a la cuestión de la profesionalización. Describir las formas concretas que esta adquiere en las organizaciones, es para nosotros sumamente importante en virtud de los obstáculos con los que el Tercer Sector se enfrenta hoy día.
En lo que resta de la Introducción ampliamos lo que hasta el momento hemos dicho. En primer lugar, ofrecemos una definición de lo que se ha dado en llamar Tercer Sector; en segundo término, hacemos un recorrido por lo que se puede considerar los antecedentes del Tercer Sector en la Argentina; luego, situamos sus condiciones actuales en el país, para, por último, plantear el problema de la profesionalización.
1.1. ¿Qué es el Tercer Sector?
Aquello que llamamos Tercer Sector es conocido también bajo otras denominaciones. Las diversas denominaciones no carecen de relación con la conceptualización del sector. En otros términos, en las distintas denominaciones el problema que se juega no es exclusivamente un problema de nomenclatura; existen matices teóricos e ideológicos.
Pero, más allá de esos matices, existe consenso en plantear que el Tercer Sector incluye a un grupo variado de organizaciones, como por ejemplo hospitales, universidades, clubes sociales y deportivos, organizaciones profesionales y de trabajadores, grupos medioambientales, organismos de asesoramiento familiar, instituciones de derechos humanos.
Las organizaciones del Tercer Sector son instituciones privadas que desarrollan sus tareas gracias al involucramiento de personas interesadas por la cuestión pública. Comparten con el Estado la característica del bien público; pero nacen de la comunidad misma para dar soluciones específicas a dificultades de la gente. Sus rasgos distintivos son: el voluntariado como recurso humano fundamental, su carácter multitemático y multifórmico y su actividad no lucrativa.
En la actualidad, no existe prácticamente ningún área de interés de la sociedad que no se encuentre abordada por alguna organización del Tercer Sector. Esta cuestión no debe extrañar, ya que estas instituciones surgen de la misma sociedad civil al detectar demandas insatisfechas y se organizan para reducir la brecha existente entre la realidad y lo deseado. Sus áreas de acción son: ciencia y tecnología, cultura, deportes y recreación, economía, educación, justicia, vivienda, medio ambiente, salud, educación, derechos humanos, trabajo, infraestructura y servicios públicos, entre otras.
Caracterizadas por una marcada heterogeneidad, poseen denominadores comunes que permiten agruparlas en un mismo conjunto.
En el estudio Nuevo estudio del sector emergente (1992), liderado por Lester Salomon de la Universidad John Hopkins, se describen los rasgos comunes que comparten las entidades del Tercer Sector:
– son organizaciones, es decir, poseen una presencia y una estructura institucionales;
– poseen carácter privado: están separadas institucionalmente del estado;
– no reparten ni generan beneficios para sus gestores o para el conjunto de " titulares" de las mismas, es decir, no constituyen lucro;
– tienen autonomía, es decir, controlan esencialmente sus actividades;
– la pertenencia a ellas no se encuentra legalmente impuesta y atraen un cierto nivel de aportaciones de particulares en tiempo y dinero; participan en ellas voluntarios.
En un intento de sintetizar el origen y la función de las organizaciones del Tercer Sector, pues, se las puede describir como organizaciones sin fines de lucro que, a partir del ámbito privado, persiguen propósitos de interés público. Un grupo de personas que, movilizadas por una idea, hecho o situación, deciden aunar esfuerzos en pos de una solución o mejora para ellos o terceros.
El trabajo, Hacia la constitución del Tercer Sector en Argentina (1997) realizado por el CENOC, establece una división en dos grandes conjuntos, de acuerdo a los objetivos que persiguen estas organizaciones y a los destinatarios de las tareas que realizan. Se conforman así las denominadas organizaciones de BASE y de APOYO. Las primeras se constituyen con integrantes de la propia comunidad en la que actúan y tienen como destinatarios de sus actividades, por lo general, a sus propios miembros, aunque es común que incluyan a otros integrantes de su comunidad (Campetella, Bombal y Roitter, 2000). En las de apoyo, frecuentemente, los miembros que la constituyen no forman parte de la comunidad en la que actúan y los destinatarios de sus actividades no son sus miembros.
Una cuestión decisiva a la hora de abordar el estudio del Tercer Sector es la cuestión del financiamiento. Por lo general, las organizaciones sin fines de lucro son más conscientes del dinero que las empresas comerciales. En El gran poder de las pequeñas ideas (1963) Peter Drucker, sostiene que estas organizaciones están en forma permanente buscando fondos (que siempre les son escasos) para cumplimentar sus objetivos y proyectos. Sin embargo, no basan su estrategia en el dinero como lo hacen las empresas; comienzan por el cumplimiento de la misión, lo que les permite tener bien definido cuáles son los parámetros del éxito y qué es lo que deben brindarle a sus "clientes", aspecto que, por lo demás, debería ser aprendido por las entidades comerciales.
Para llevar adelante sus iniciativas, las organizaciones del Tercer Sector recurren a cuatro vías de financiamiento.
– Aportes de particulares. Pueden ser de individuos que por afinidad (afectiva, personal o ideológica) con la causa aportan dinero, insumos o infraestructura para el sostenimiento de las mismas. Las empresas también aportan recursos al sector por diferentes motivos, en algunos casos, por beneficios impositivos, en otros, capitalizan la buena imagen que poseen en la opinión pública (marketing filantrópico)
– Financiamiento externo. Tanto el Estado, como los distintos organismos de crédito internacional, aportan dinero para la ejecución de proyectos puntuales. Esto supone delegar en las ONG´s (dado el conocimiento que poseen en las temáticas particulares en las que intervienen) la implementación de los mismos.
– Venta de servicios/productos. El sostenimiento de muchas organizaciones esta basado en los ingresos por la venta y/o comercialización de productos o servicios que ellas mismas generan. Un ejemplo característico son aquellas que venden remeras, pins, etc. con sus logos o bien con mensajes vinculados con su misión
– Aportes de sus miembros: En muchos casos, los ingresos más significativos de una organización provienen de sus propios miembros, a través del aporte periódico que los mismos realizan a la organización como contraprestación de los servicios que reciben de ella. Los clubes sociales y deportivos ejemplifican claramente esta situación.
Como se dijo anteriormente, en el presente se acrecienta cada vez más el desarrollo del Tercer Sector como un instrumento efectivo de atención de las cuestiones sociales. Para ello existen variadas razones. En primer lugar, el nivel de especialización en relación a las tareas que llevan adelante. En segundo término, por su cercanía a los beneficiarios; estas organizaciones en general se encuentran y trabajan dentro del mismo campo que atienden. En tercer lugar, por su gran masa de voluntariado; sus costos de funcionamiento por programa son mucho más bajos a los del Estado. A estas razones, que tienen que ver con las características endógenas de las organizaciones, hay que agregar otra, pero que posee carácter exógeno. Nos referimos a la cuestión del Estado. El desarrollo del Tercer Sector a nivel mundial se encuentra en relación directa con la declinación del Estado como instancia interviniente en todas las esferas de la vida de las sociedades contemporáneas. Dicho con otras palabras, lo que se ha dado en llamar corrimiento del Estado es condición del desarrollo del Tercer Sector. Al respecto vale agregar, que el corrimiento del Estado Nación de sus obligaciones frente a los problemas sociales y su progresiva delegación de planes y tareas a las organizaciones del Tercer Sector, es definido por algunos como una "privatización de la pobreza", a través de la cual el sector público se desentiende de una obligación indelegable y, por otro, pone en juego "el producto de lo social" como una mercancía por la cual pelear, estableciendo así, nuevas reglas de convivencia entre las organizaciones del Tercer Sector.
Ahora bien, más allá de la discusión de qué responsabilidades le incumben a qué sector, y a modo de síntesis de lo expuesto en el párrafo anterior, lo cierto es que el desarrollo del Tercer Sector se encuadra en una valorización positiva de la iniciativa de la sociedad civil, frente a una devaluación del poder real del Estado y de la representatividad de otros actores políticos para orientar patrones equitativos de desarrollo y promover el fortalecimiento de sistemas de integración social.
1.2. Antecedentes históricos en la Argentina
Las organizaciones civiles en nuestro país están conformadas por una variada gama de instituciones, las cuales fueron surgiendo a lo largo de toda la historia Argentina. En este sentido, si bien no es pertinente hablar propiamente de Tercer Sector antes de la existencia del Estado Nación, es posible detectar antecedentes del Tercer Sector desde antes de la Revolución de Mayo. Por ello, previamente al abordaje de las condiciones específicas que configuran el Tercer Sector en la Argentina en la actualidad, consideramos relevante consignar algunos antecedentes históricos.
Aún con anterioridad a la constitución del Estado Nacional, diversas congregaciones religiosas asumieron tareas vinculadas con la cobertura de las necesidades de los más pobres, como así también distintas actividades educativas y culturales. Así, se le imprimió un sentido religioso a la ayuda social. Esta característica continuará con altibajos a lo largo de toda la historia, hasta nuestros días (Thompson, 1995, P. 59)
La revolución de mayo y la constitución del Estado Argentino dieron lugar a las primeras acciones tendientes a la atención de las distintas problemáticas sociales. Estas generaron un desplazamiento de lo religioso hacia lo estatal respecto de los temas concernientes a lo social. Puede visualizarse esto en la ley de 1822 de "reforma del clero".
En esta nueva modalidad de intervención del Estado en las cuestiones sociales es que nace la Sociedad de Beneficencia (1823-1948). A pesar de su naturaleza ambigua (origen estatal / acción privada, fondos privados y públicos) la Sociedad de Beneficencia es considerada como un hito de las asociaciones civiles en el país. La Sociedad de Beneficencia fue liderada fundamentalmente por mujeres, esposas o parientes de terratenientes, comerciantes y grandes propietarios de la Ciudad de Buenos Aires.
La secularización de la acción de beneficencia y la vinculación entre las elites dominantes, el alto grado de involucramiento femenino y la contradictoria demanda entre autonomía y financiamiento del Estado, se convirtieron en las marcas de origen de las Asociaciones Civiles en la Argentina.
A partir de la segunda mitad del siglo XIX se desarrolla una cantidad importante de asociaciones no lucrativas, entre las cuales se destacan aquellas que marcan el resurgimiento del catolicismo social. En este caso, impulsadas por Felix Frías, quien entendía a la caridad privada como complementaria a la oficial. En ese movimiento, se establecen organizaciones como: Hermanas de la Caridad, las Conferencias de San Vicente y los Círculos Obreros. Todas estas organizaciones, con un claro fundamento religioso, realizaron tareas asistenciales tales como ayuda material, alimentaria y espiritual a los pobres, asesoramiento legal, farmacéutico y médico a obreros.
Hacia fines del siglo XIX, el crecimiento económico y la modernización del país, impulsaron el fortalecimiento de un Estado central y más tarde un sistema de partidos. Se crearon asociaciones civiles de una elite social enriquecida, desde las cuales estos sectores podían influir políticamente; ejemplos de ellas son el Jockey Club, el Club de Armas y el Club de Progreso. El accionar de estas instituciones combinaba un fuerte trabajo en el campo de la política con prestación de servicios sociales a grupos necesitados. Así, el clientelismo político se arraigó en la acción social.
El crecimiento poblacional y su concentración en centros urbanos, la consolidación de diferentes comunidades producto de la inmigración, fueron dando lugar, a principios del siglo XX a nuevas asociaciones mutuales y barriales. Motivados por sentimientos de raza, etnia, religión, o bien por necesidades vecinales, el asociacionismo solidario creció fuertemente en todo el país. Estas nuevas organizaciones planteaban un modelo alternativo al de la beneficencia tradicional. Ello se reconoce en dos características de las nuevas organizaciones: sus beneficiarios eran sus propios miembros (lo cual hacía de ellas lo que hoy denominaríamos ‘organizaciones de base’), y se encontraban lideradas por hombres. Estas dos características situaban a estas organizaciones en franca contraposición a la beneficencia original, que era direccionada hacia "los otros" y encabezada por mujeres.
En la ayuda filantrópica y asociacionista en la Argentina hasta ese momento, se conjugan motivaciones individuales (como el altruismo, la generosidad, valores religiosos, de solidaridad) y motivaciones políticas, orientadas al control social. La necesidad de control social y moralización de sectores emergentes se alternaron con la promoción de ideas liberales, positivistas e iluministas y con la búsqueda de canales alternativos de acción política.
Con la irrupción del peronismo a mediados del siglo XX en la escena política nacional y el surgimiento de la figura de Eva Perón y la tarea de su Fundación, se amalgamaron ambas dimensiones. Movida por profundas convicciones personales, pero a la vez cumpliendo un mandato político del Estado peronista, Eva Perón revolucionó las reglas de juego de la filantropía privada. El Estado, así, obtuvo el monopolio de la ayuda social a través de la Fundación Eva Perón, ensombreciendo la tarea de otras organizaciones sociales.
Luego del derrocamiento del segundo gobierno peronista en 1955, el Estado continuó aglutinando la gran mayoría de las acciones de bien público, relegando a una escasa participación al resto de las organizaciones sociales. Este modelo del Estado Benefactor y centralista se mantuvo durante los años 60’ y 70’. Es posible decir, entonces, que el modelo actual emerge allí donde aquel modelo declina.
1.3. Las condiciones actuales del Tercer Sector en la Argentina
Como se dijo, el Tercer Sector tal cual hoy lo conocemos puede ser planteado como el producto de un proceso histórico. Ahora bien, su existencia actual esta influida por dos hechos ocurridos en la historia reciente del país que se configuraron en las dos décadas precedentes.
En un texto que lleva por nombre ¿Entre el estado y el mercado? Las ONG´s y sociedad civil en la Argentina (1995), Inés González Bombal dice que "la historia reciente nos mostró dos momentos claves, aunque por cierto muy contrapuestos entre sí, en los que la crisis del sistema político y la parálisis del Estado brindaron condiciones para la expresión más o menos autónoma de la sociedad: en el período pos-Malvinas en el que la política fue casi puro espacio público y en la enloquecida etapa de la hiperinflación donde el Estado se rindió al cruento juego del sálvese quien pueda. Uno alimentó el entusiasmo democrático que revitalizó el tejido asociativo en los orígenes de la transición, el otro tuvo un efecto disolvente de desorganización social y precipitó un vertiginoso proceso de reforma del Estado y de pasaje a una economía de Mercado". De esos dos momentos claves decantan la restauración de la democracia y la serie de políticas de reforma implementadas por el gobierno del entonces Presidente Carlos Menem. El resurgimiento de las organizaciones civiles como actores de la realidad social, tal cual hoy las conocemos, es el resultado de esos dos quiebres, que transformaron, ampliaron y redefinieron lo que hoy denominamos Tercer Sector.
El primero se ubica, pues, en el año 1983, con la finalización de la dictadura militar y el advenimiento de la democracia. A partir de ese año, se reestablecen todos los derechos constitucionales. El proceso de facto había destruido el tejido institucional de la Argentina, enterrando a nuestro país en una de sus épocas más oscuras, en la cual el pensamiento opositor al régimen y la organización social, fueron brutalmente prohibidos y reprimidos. El retorno de la democracia implicó la instauración de un marco institucional, político y cultural propicio para el funcionamiento y consolidación de las organizaciones de la sociedad civil.
Vueltas a establecer las libertades individuales y de asociación, la comunidad toda comienza a reorganizarse, constituyendo nuevas redes sociales y organizaciones, que permitieron comenzar a dar respuesta a las inquietudes y necesidades de la población. Se crearon durante esos años, gran cantidad de organizaciones vinculadas a la educación, salud, derechos humanos, etc., generando, mas allá de su nacimiento, un pasaje de autoridad y autonomía del Estado a la comunidad.
Sin embargo, resulta significativo destacar que, con anterioridad al reestablecimiento de la democracia, durante los años 70’ y los 80’ fueron surgiendo en la Argentina distintos movimientos sociales. Estos movimientos de carácter "local", constituyeron vías alternativas y válvulas de expresión de una sociedad que encontraba todos los canales institucionales cerrados, víctima de una represión y violencia estatal sin precedentes. Sin duda estos actores, nacidos en la sombra del régimen militar, son los antecedentes y pilares del "florecimiento" de las organizaciones civiles una vez recuperada la democracia.
El segundo quiebre puede ubicarse a comienzos de la década del 90’ y sus efectos tienen alcances de distinta índole a los del primero. La instauración del modelo socio-económico neoliberal, caracterizado en forma emblemática por el denominado "achicamiento del Estado", hizo tender a que el espacio que el Estado dejaba vacante fuera siendo ocupado por el Tercer Sector. A su vez, la denominada "apertura al mundo" y su consecuente acceso a las nuevas tecnologías, la privatización de las grandes empresas estatales, la modernización de las comunicaciones, trajeron consigo concepciones y modelos hasta entonces desconocidos tendientes a garantizar la eficiencia a un costo menor. Surgieron así nuevos parámetros y conceptos como calidad, eficiencia, resultado, relación costo beneficio, gestión, que fueron redefiniendo las reglas de juego para las empresas, organizaciones y la sociedad toda. Estos nuevos parámetros instauraron un nuevo lenguaje para las organizaciones civiles, aspecto muy significativo si tenemos en cuenta la capacidad de estructuración del lenguaje sobre los fenómenos sociales.
Si el primer quiebre libera a la sociedad civil de las restricciones que impuso el Proceso de Reorganización Nacional a su dinámica, el segundo abre, vía ausencia del Estado, un terreno nítido en el que el Tercer Sector puede operar y constituirse.
Por lo dicho, podemos decir que aquello que hoy denominamos Tercer Sector en la Argentina, si bien tiene antecedentes aún antes de la Revolución de Mayo, se encuentra caracterizado por los quiebres recién mencionados ocurridos en las últimas dos décadas. El primero de ellos fue la condición de posibilidad para su surgimiento; el segundo fue el condicionante decisivo de la redefinición de sus características, denominación y modo de funcionamiento.
1.4. Planteamiento del problema: La profesionalización del Tercer Sector
La presente tesis intentará despejar los siguientes interrogantes:
1. ¿Cuáles son las condiciones en -y por- las cuales organizaciones del Tercer Sector incluyen profesionales, es decir, se profesionalizan?;
2. ¿Cuál es el perfil de los profesionales incorporados?
3. ¿Qué resultados, efectos o consecuencias ha producido la incorporación de profesionales en las organizaciones del Tercer Sector estudiadas?
En resumen, procuramos investigar, de manera exploratoria, cómo se da la incorporación y qué efectos produce la inclusión de profesionales en las organizaciones del Tercer Sector.
Como se sugirió en los apartados anteriores, las circunstancias son cada vez más complejas, lo cual hace que los desafíos sean crecientes. Como todas las crisis, la que estamos atravesando provoca una aceleración de cambios que en circunstancias no críticas se van gestando en forma paulatina. Modelos y mecanismos que fueran adecuados y funcionales a determinada etapa y/o situación, se convierten en obsoletos poco tiempo después. Así, las crisis desnudan en forma descarnada el retraso en la detección de los indicadores para el cambio.
Es por ello que la incorporación de profesionales dentro de las organizaciones se impone como un factor decisivo para abordarlas. Consideramos que la profesionalización de los RRHH de las entidades del Tercer Sector debe ser comprendida como un desafío estratégico para la consolidación del sector en la Argentina; la responsabilidad social que ha adquirido en los últimos tiempos pone de manifiesto la necesidad de mejorar la capacidad institucional con el fin de maximizar su impacto social. Es por ello que hay que considerar cuidadosamente al principal recurso con que ellas cuentan: las personas.
Ahora bien, acaso porque en lo que refiere a los recursos humanos el rasgo más destacado de las organizaciones del Tercer Sector tiene que ver con el voluntariado, la figura del profesional ha sido desatendida en materia de investigación. Sobre las razones que inciden en este hecho, la discusión está abierta.
Nuestro interés, no obstante, se conecta con esa discusión, es otro. Se trata de investigar las condiciones en las que se da y las características que posee la incorporación de profesionales en el Tercer Sector.
Según lo expuesto arriba, consideramos que en la profesionalización se juega la consolidación y el mejoramiento de la dinámica del Tercer Sector. La afirmación precedente, constituye aquello que inspira este trabajo. Si se quiere, esas ideas son el punto de partida de la investigación. El recorrido de la misma constituirá una puesta a prueba de esas ideas.
1.5. Justificación
Al iniciar un trabajo de investigación como el presente, consideramos necesario explicitar cuál ha sido la motivación de tomar un tema como el de la profesionalización del Tercer Sector en la argentina. Más allá del interés teórico que pueda suscitar, el acercamiento a esta problemática se originó a partir de un largo recorrido laboral dentro de organizaciones del Tercer Sector y de la constatación de un hecho significativo: por más que desde hace un tiempo los profesionales son un elemento cotidiano y vital en las organizaciones del Tercer Sector, su existencia no está problematizada.
La presencia de profesionales en las organizaciones del Tercer Sector aparece como un hecho en sí mismo, o como un tema que se discute de manera acotada. Pese a su importancia y crecimiento en los últimos años, no se ha dado una discusión sistemática acerca de la profesionalización en la Argentina. Esto ha sido ratificado a partir de la búsqueda bibliográfica llevada a cabo. Diversos tópicos, como el voluntariado, el financiamiento, el modelo organizacional, han sido y continúan siendo extensamente tratados. Los profesionales, por otra parte, apenas se enuncian como algo existente. En lo que hemos podido rastrear de la bibliografía, no se cuentan en la Argentina con trabajos de investigación sobre este tema.
Es a partir de esa percepción que comenzó a generarse la idea de indagar este aspecto en las organizaciones del Tercer Sector. Dado el estado de la cuestión, la presente investigación se propone ganar familiaridad con el fenómeno de la profesionalización en el tercer sector, como también intentar establecer una descripción del modo en que la profesionalización se presenta en un conjunto de organizaciones no gubernamentales que tienen por sede a la
Ciudad de Buenos Aires y, a partir de allí, y de manera inductiva, poder acercarnos a la forma en que este fenómeno podría presentarse en Argentina. Por ello la estrategia de investigación elegida posee un carácter exploratorio.
La ausencia de datos e investigaciones previas hace casi imposible plantear hipótesis. Por ello, la investigación apunta a conocer la dinámica y los modos con que la profesionalización se da en el Tercer Sector para, luego, procurar realizar una caracterización/descripción de lo que al respecto ocurre.
2.1. La profesionalización como problema de investigación: entre una ausencia teórica y una presencia práctica
El problema de la profesionalización, según el relevamiento bibliográfico que hemos realizado, no ha sido abordado en los estudios sobre el Tercer Sector. ¿A qué se debe esa ausencia? La pregunta podría ser tomada como problema de investigación, y, si bien se conecta con las que organizan esta investigación, la dejaremos a un lado. En efecto, nuestra preocupación no concierne a por qué la profesionalización no ha sido abordada por los estudios hasta el momento efectuados sobre el Tercer Sector en la Argentina. Pero, a pesar de ello, es posible indicar algunos factores que, conjeturamos, han incidido en dicha ausencia. En primer lugar, el Tercer Sector como tal es un fenómeno reciente; a medida que se desarrolla suscita preguntas de investigación. Cuando un campo de investigación se abre, las preguntas que va suscitando aparecen gradualmente. En segundo lugar, el Tercer Sector actualmente, en tanto tal, está siendo problematizado, su definición todavía se encuentra en discusión. Si el Tercer Sector como tal aun es materia de discusión, no debe sorprender que un problema tan específico como el de la profesionalización quede al margen. En tercer lugar, mientras que la figura del voluntario es connatural a la existencia del Tercer Sector, la del profesional no. Al respecto, vale la pena señalar que en el análisis veremos que hay organizaciones profesionalizadas desde su origen. Pero se trata de organizaciones que presentan aspectos novedosos. En suma, si se considera que la profesionalización constituye un fenómeno reciente, se hace más comprensible que no haya sido tratado.
Ahora bien, la profesionalización, pero ya no como problema de investigación, se encuentra en boca de todos los que componen el Tercer Sector. Se habla de la profesionalización y se habla de cuestiones relacionadas: la capacitación, la búsqueda de mejores resultados, etcétera. Como muestra de la presencia de la cuestión de la profesionalización vale lo siguiente. La Fundación Compromiso, que se encuentra abocada a la capacitación y a la motivación para el alcance de resultados exitosos de las organizaciones del Tercer Sector, realiza anualmente jornadas que trabajan problemas que le son propios. La primera jornada que llevó a cabo tuvo por título "De las buenas intenciones a los buenos resultados". El título sugiere que el problema de los resultados no se liga necesariamente con las buenas intenciones. La cuestión de la profesionalización se encuentra aquí, pues, sugerida. En todo caso, no sería arriesgado señalar que es un factor clave para garantizar que las buenas intenciones puedan traducirse en buenos resultados. La profesionalización, en este sentido, sería mediadora entre las buenas intenciones y los buenos resultados.
Pero el modo en que la profesionalización es encarada hace o tiende a hacer de ella una cuestión valorativa. Es por ello que lo que procuramos hacer con este trabajo es llegar a ganar familiaridad con algo que, si bien esta en boca de todos, no por ello favorece su esclarecimiento.
Esta ausencia teórica pone un fuerte condicionamiento con respecto a la estrategia metodológica de la investigación. En efecto, puesto que no existen planteos fundados en la investigación, el abordaje al problema de la profesionalización sólo puede ser exploratorio. Buscamos relevar rasgos que permitan situar algunos factores que organizan el proceso. ¿Cuáles son las condiciones que mueven a profesionalizar? ¿Cuál es el perfil de los profesionales en el Tercer Sector? ¿Qué efectos libera la profesionalización? Se trata de preguntas que buscan hacer legible un fenómeno en curso. Y hacerlo legible va en el sentido de detectar fortalezas y debilidades, es decir equivale a detectar la mayor potencialidad posible del fenómeno.
Andrés Thompson (1995) afirma que, dentro del espectro del análisis y desarrollo organizacional, las entidades que componen el Tercer Sector (con personal voluntario o profesional) han comenzado a ser revisadas en sus aspectos gerenciales y operativos, intentando, a veces sin éxito, rescatar su identidad institucional, sin traspolar automáticamente enfoques y/o recetas del mundo empresario o de las administraciones gubernamentales. Según Thompson, en el esfuerzo por generar una organización más eficiente, se corre el peligro de imitar lógicas aptas para otros sectores, pero no necesariamente funcionales a la esencia del Tercer Sector. Del argumento de Thompson retenemos la idea de que existe una especificidad del Tercer Sector que puede ser afectada si se toman para abordarlo esquemas (organizacionales, analíticos, etc.) exógenos. Es por ello que, para encarar la cuestión de la profesionalización, no tomamos marcos analíticos que corresponden a otros campos. Utilizar esquemas de otros ámbitos tornaría nubosa la especificidad del que nos interesa. Familiarizarnos con el proceso requiere tomar con cautela elementos de otros ámbitos.
2.2. ¿Qué se dice de la profesionalización?
Tal como señalamos en el apartado anterior, la profesionalización no ha sido abordada como problema de indagación empírica. De allí la imposibilidad de encontrar un marco teórico consolidado con el que avanzar en la investigación. La existencia de cierto marco teórico para el problema de la profesionalización es algo que resultará de sucesivas investigaciones. Efectivamente, entendemos que la investigación que hemos emprendido, junto con otras, en un futuro cercano habilitarán establecer un conjunto de proposiciones que sirvan de sustento teórico para otros estudios empíricos.
Asimismo, en el apartado anterior dijimos que dentro del Sector circulan algunas ideas y algunos argumentos en torno a la profesionalización. En lo que sigue sintetizaremos esas ideas y esos argumentos, que, en virtud de la ausencia de un conjunto de proposiciones que nos sirva de marco teórico, encuadran nuestro abordaje al problema. Estas ideas y estos argumentos servirán pues como marco de referencia en el transcurso de la investigación.
Richard Schubert (1998 ) sostiene que, para las entidades sin fines de lucro, la gente es un recurso fundamental. Al analizar los factores críticos del éxito y sus componentes esenciales para el Sector, el autor menciona la importancia de las personas y de las articulaciones que estas sostienen. Ante la realidad del crecimiento de muchas organizaciones del Tercer Sector, se vuelve cada vez más imperioso coordinar el trabajo de las personas que participan en ellas, garantizar la dinámica cotidiana de la organización y orientar adecuadamente los proyectos que llevan adelante. Esto sólo puede lograrse mediante la intervención de personas que posean conocimiento específico para resolver los problemas que se presentan.
Schubert plantea que ninguna organización puede funcionar mejor que la gente que tiene. La correcta selección de las personas para la función que ocuparán es condición necesaria para el éxito de cualquier proceso institucional.
Las opciones de financiamiento presentan también un terreno dificultoso. Al ser cada vez más escasas, junto con el aumento de la demanda social respecto a los servicios que prestan las organizaciones del Tercer Sector, la forma en que se utilizan los recursos requiere de un mayor cuidado.
Quien aporta dinero, tiempo o experiencia exige altos niveles de eficiencia y efectividad en la utilización de los mismos. Como lo afirman Cardarelli, Kessler y Rosenfeld (1993) "tanto los nuevos programas sociales gubernamentales, financiados o no con recursos externos, como la racionalidad de la incipiente filantropía social, parecen exigir a sus socios o donatarios el conocimiento y aplicación de las tecnologías sustantivas y de gestión que aseguren el cumplimiento de resultados claramente evaluables y costo-eficaces"
Uno de los capitales más importantes que poseen las ONG´s son su credibilidad y transparencia, pero para sostenerlas e incrementarlas no sólo se requieren buenas intenciones. Hace falta desarrollar un proyecto adecuado a los objetivos y establecer estrategias apropiadas para llevarlo
adelante. En el informe del CENOC de 1997 se afirma: "Las organizaciones de la sociedad civil deberán profesionalizarse aún más para poder dar respuestas y tomar conciencia de que pertenecen a un sector que tiene representatividad e identidad dentro de la comunidad. Dar ejemplo de transparencia y accionar ético es vital para poder mantener el alto nivel de credibilidad del Sector."
Cualquier donante debe percibir que la organización destinataria de su colaboración es sustentable en el tiempo. Nadie aporta en donde crea que su apoyo no perdure, ni trascienda. Arboleya y López ( 2000 ) afirman que la transparencia y la legitimidad social son atributos fundamentales de la credibilidad y un factor clave para la sustentabilidad. A su vez, sostienen que a muchas ONG´s les cuesta llevar una contabilidad actualizada, prolija y en regla y que a la hora de rendir cuentas a sus donantes utilizan métodos extracontables, incluso informan resultados diferentes a los volcados en los estados contables. Tarde o temprano estas prácticas conducen a la falta de transparencia y por ende al derrumbe de su credibilidad y legitimidad social.
Gabriel Berger ( CENOC ) destaca una serie de aspectos que resultan críticos para el desarrollo de la profesionalización del Sector. Entre podemos señalar: la existencia de una capacidad técnica experta; la posibilidad de registrar y transmitir experiencias exitosas que resulten de profesionalizar la organización; y la concientización hacia los voluntarios para que comprendan el rol de los profesionales en el fortalecimiento del Tercer Sector.
A su vez, Peter Drucker ( 1963 ) ofrece otra mirada sobre la cuestión. Hace 20 años, el término ‘gerencia’ era una mala palabra para las ONG´s. Se lo vinculaba a la función y el cargo con las organizaciones comerciales. Con el tiempo se fue percibiendo la necesidad de la gerencia en las organizaciones del Tercer Sector. Estas organizaciones han comenzado a percibir que con las buenas intenciones no alcanza y que la posibilidad de funcionar depende cada vez más de la introducción de una instancia profesional de dirección.
2.3. Organización, reflexividad e intervención
Es bueno explicitar ahora algunos aspectos del concepto de organización. Si bien en el apartado anterior se aludió a las organizaciones del Tercer Sector en términos generales, creemos necesario realizar una serie de precisiones. La organización supone, para el problema de investigación que desarrollamos aquí, dos aspectos diferentes. Por un lado, la organización es el terreno en el que la profesionalización se lleva adelante. El profesional desarrolla sus tareas en una organización específica. Si bien existen profesionales ligados al Tercer Sector en general, por ejemplo, aquellos que se dedican a su relevamiento e investigación, aquí prestamos atención sólo a los que se vinculan con una organización particular, es decir, aquellos que pasan a formar parte de la organización bajo el establecimiento de alguna figura vincular. Se presenta aquí el segundo aspecto. ¿Cómo conceptualizar ese terreno? Es necesario en este punto volver al diseño de investigación para cuidar la fidelidad con él. El diseño que elaboramos en este trabajo tiene un carácter exploratorio. La forma en que conceptualicemos las organizaciones tiene que estar dispuesta a no obturar la mirada sobre la profesionalización; por el contrario, tiene que posibilitar su exploración.
La teoría de las organizaciones ha tenido un desarrollo de gran envergadura desde comienzos del siglo XX hasta el presente. Un camino posible podría ser entonces tratar de encontrar una definición de organización e incorporarla al presente trabajo. Pero esto no es tan sencillo. Jeffrey Pfeffer (1982) decía que las teorías de las organizaciones se parecen cada vez más a un abigarrado matorral que a un jardín cuidado con esmero. Este autor llama la atención acerca del hecho de que el crecimiento del interés por las organizaciones no produjo un ordenamiento del campo, sino su dispersión. Si bien esto supone una dificultad importante a la hora de dar una definición de organización, es necesario explicitar que no es la definición en sí misma lo que nos preocupa. Es por ello que avanzaremos en el establecimiento de algunos rasgos de las Organi-zaciones, en tanto los suponemos relevantes al problema de la profesionalización.
José Bleger (1987) hace referencia a un rasgo que queremos resaltar aquí. Para el autor, las organizaciones cuentan con dos dimensiones. Por un lado la que denomina organización; esta dimensión supone el soporte material a partir de la cual es posible realizar las tareas necesarias para el funcionamiento de la organización misma. La otra dimensión que señala es la de institución. Esta supone el objetivo, la meta o el fin de la organización, el para qué. Ambas dimensiones deben trabajar juntas. Por más que tenga un objetivo, si no cuento con los medios materiales para tender a él, jamás podré lograrlo. Si cuento con medios materiales, pero no tiendo hacia un objetivo claro, estaré en la pura reproducción burocrática. Estas dos dimensiones, y su articulación, son una problemática que toda organización debe resolver de manera continua. Esto se acentúa en el caso de las organizaciones del Tercer Sector, dado que estas casi perderían sentido, desde la mirada exclusiva burocrática.
Vale subrayar aquí que Bleger con las expresiones "organizacional" e "institucional" alude a dimensiones interiores a las organizaciones concretas. En otros términos, se trata de una diferenciación teórica que permite caracterizar la dinámica de las organizaciones. A su vez aclaramos que respecto del uso que le damos en este apartado y en el resto de esta investigación, y ateniéndonos al uso habitual de "organizaciones" del tercer sector, homologamos los términos de organización e institución.
Emilio Mira y López (1947) plantea que las organizaciones nunca tienen garantizada su existencia. Siempre tienen que estar atentas, tanto a los cambios internos que operan en ella, como a los cambio externos del medio en el que operan. Es aquí donde se hace necesario señalar otro rasgo fuerte en el que descansa nuestra conceptualización de las organizaciones. Asumimos que estas poseen una capacidad reflexiva a partir de la cual se organizan y reorganizan de manera continua. Al indagar por las condiciones de incorporación de profesionales, los perfiles que estos poseen, y los efectos que su incorporación conlleva, puede decirse que indagamos algo del orden de la reflexividad organizacional. Aquí se puede señalar como referente teórico al sociólogo Anthony Giddens (1993). Sus trabajos insistentemente llaman la atención sobre el hecho de que los procesos sociales, dentro de los cuales se puede incluir a las dinámicas organizacionales, no son procesos que poseen un sentido unívoco, sino que descansan en un monitoreo permanente de sus condiciones y de los efectos que van generando. Si la mayor riqueza de las organizaciones tiene que ver con los recursos humanos que poseen, en esa línea hay que añadir que la riqueza de los recursos humanos dependerá de su capacidad de pensar la práctica.
Puede surgir en este punto un interrogante. La profesionalización supone para nosotros una alteración en la organización. Las razones por las cuales se incorpora un profesional y los cambios que este genera en la organización, aluden a los objetivos que nos hemos dispuesto explorar. Pero sean como sean estos, la profesionalización implica para nosotros un cambio. Este es otro supuesto fuerte. Hay un antes y un después de la profesionalización.
Ahora bien, ¿de qué manera conceptualizamos el cambio? J.J. Ader (1990) propone dos figuras, que creemos de utilidad en el presente trabajo, que sirven para enmarcar el cambio en las organizaciones. Por un lado está lo que denomina cambio por evolución. En este caso, las alteraciones se producen de manera gradual y pausada. La organización se modifica sin perder un marco estable de funcionamiento. Por otro lado está lo que denomina cambio por revolución. En este caso, la situación es más complicada. Generalmente, en el medio externo de la organización se producen acontecimientos que son dificultosos de encuadrar en su dimensión precisa. Esto lleva a la organización a la necesidad de producir un cambio de envergadura, tanto en lo que hace a los medios materiales que dispone, como en lo que hace a los objetivos que sostiene.
Por lo referido al contexto histórico de la Argentina de las últimas dos décadas, no es de extrañar que una situación de cambio, como la referida en último término, pudo haberse producido. Creemos de todas formas que estas dos maneras de conceptualizar el cambio orientan la posibilidad de comprender la dimensión de las causas de la profesionalización y sus efectos.
Se presenta en este punto el interrogante por la figura del profesional. Es necesario hacer aquí un señalamiento antes enunciado. El diseño exploratorio refiere a que el rol profesional dentro del Tercer Sector no ha sido investigado hacia el presente. Sin embargo, creemos que es necesario establecer ciertos lineamientos al respecto. J. C. Carballeda (2002) brinda un buen marco para ello. Para el autor, la situación contemporánea reviste una serie de cambios de gran envergadura sobre los que se hace necesario operar. Estos cambios se relacionan de manera fundamental con la reorientación del rol del Estado durante la década del ‘90. El profesional tiene en este contexto, dos roles diferenciales. Por un lado, el profesional interviene en la organización incorporando la serie de saberes específicos que hacen a su bagaje disciplinario. Frente a determinados problemas, el profesional puede aportar la serie de herramientas que contribuyan a su solución. Por otro lado, el profesional puede intervenir en el esclarecimiento de una situación de cambios más amplios y profundos, que obligan a la organización a redefinir el contexto en que actúa y los objetivos que se propone en él.
Sintetizando lo dicho hasta aquí, hemos establecido una serie de rasgos, que si bien no constituyen una definición de organización, suponen para esta investigación ejes pertinentes a partir de los cuales avanzar en la dimensión de la profesionalización en el Tercer Sector en la Argentina. La diferenciación entre la dimensión organizacional e institucional, los dos esquemas de cambio y los ejes para la intervención del profesional en la organización estarán presentes, de manera explícita o implícita, a lo largo el presente trabajo.
3. METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN
Una de las etapas que demandó mayor atención, cuidado y tiempo acerca de los pasos a dar y las decisiones implicadas en ellos ha sido la metodológica. Lo cual es comprensible: es la metodología la que traza el camino a recorrer.
En este capítulo exponemos las decisiones metodológicas en las que se sustenta la presente investigación. En primer lugar, indicamos las razones que fundamentan el carácter exploratorio y de tipo cualitativo de la investigación; en segundo lugar fundamentamos el universo de análisis; en tercer lugar, explicitamos la unidad de análisis de la investigación; en cuarto lugar, consignamos algunas cuestiones relativas al trabajo de campo. En el último punto de este capítulo se presenta el instrumento utilizado.
Al momento de llevar adelante un trabajo de investigación, se hace necesario tomar una serie de decisiones que direccionen el trabajo en un sentido. La investigación supone que uno sale del terreno ideal de la teoría para, sin abandonar ésta completamente, componer con una serie de condiciones prácticas que posibiliten la producción de conocimiento. Pensar y delimitar estas condiciones y determinaciones es un elemento central de la investigación. Hacerlas explícitas nos parece fundamental para que el lector pueda evaluarlas según su propio criterio.
Como se planteó en la Introducción, el presente es un trabajo exploratorio que indaga la forma en que la profesionalización se presenta en el Tercer Sector en la Argentina. El carácter exploratorio de la investigación no fue una decisión inicial; se llegó a ella luego de aproximarnos al estado del arte en materia de profesionalización del Tercer Sector.
Esta revisión de la literatura especializada nos permitió constatar que:
- No existían antecedentes de investigaciones sobre el tema.
- Que la problemática delimitada constituía una oportunidad para producir conocimiento sobre la Profesionalización del Tercer Sector.
- Que este conocimiento exploratorio permitiría identificar atributos, dimensiones, modalidades de variación y, en última instancia comprender conceptualmente los datos empíricos recogidos.
- Que los resultados del análisis e interpretación de los datos empíricos permitirían formular proposiciones que sintetizaran las conclusiones obtenidas, sentar las bases preliminares para nuevos estudios.
A continuación, exponemos entonces las decisiones que se fueron tomando para definir el tipo de diseño con el que trabajamos.
La falta de trabajos de investigación sobre el tema que dispusiesen el campo y a partir de los cuales poder abordar el problema de manera específica, resultó un hecho de gran relevancia. Al avanzar en el estado del arte vimos, para nuestra sorpresa, que la profesionalización no era abordada como problema de investigación. Carecíamos entonces de una estructura de trabajos que nos permitiese avanzar sobre un terreno ya constituido. Esta falta de señalización respecto del terreno sobre el que queríamos avanzar comprometió tomar un conjunto de decisiones para definir la estrategia metodológica y el diseño de la investigación.
La falta de un mapa que estructurara el terreno hacía imposible, dados los medios con que contaba la investigación, embarcarse en el intento de construir una muestra. La institución estatal encargada de centralizar la información sobre el Tercer Sector en la Argentina es el Centro Nacional de las Organizaciones de la Comunidad (CENOC). Lo que hace esta institución es centralizar la información que le acercan las mismas organizaciones. Lo cual no equivale a manejar un registro exhaustivo de las organizaciones del Tercer Sector. De allí la imposibilidad de tomar los datos que provee el CENOC como marco muestral. Asimismo, respecto de la temática aquí abordada, la única discriminación que aporta el CENOC es por la existencia o no de rentados (sin discriminación de categoría) en las organizaciones. De la característica de los rentados, su definición, la diferencia entre rentados y profesionales, la manera en que están vinculados a la organización, las tareas que realizan, no hay información estadística alguna.
Otros elementos se sumaron, luego, a la decisión con respecto al diseño. A partir de la experiencia laboral de quien suscribe esta investigación, el reconocimiento del problema de la profesionalización era algo que atravesaba la práctica cotidiana. Pero no sólo en la organización en la que desarrollo mis actividades, sino en el contacto con personas de diferentes instituciones del Tercer Sector. Había una implicación directa con el tema que alentaba a no dejarlo, a sostenerlo como problema. La falta de abordajes anteriores sobre la profesionalización alentaba esta decisión. Pero junto con esos aspectos que nos incitaban a seguir, aparecía también la cuestión de los recursos. Siendo una sola persona, los recursos concretos con los que contaba eran limitados. Se trataba entonces de ponderar estos aspectos. Por un lado, la relevancia del tema en tanto no había sido tratado aún por los especialistas de la cuestión y en referencia a su importancia cotidiana dentro del campo del Tercer Sector. Por otro, los recursos concretos con los que se contaba. El desafío era construir el mejor diseño de investigación posible.
Queremos explicitar, aunque luego de lo dicho pudiese parecer redundante, que la investigación responde a un diseño cualitativo. Y añadimos que la metodología de relevamiento de datos seleccionada fue la de entrevista. Consideramos que lo decisivo, dado el conocimiento disponible sobre la profesionalización, no era tanto la cantidad de profesionales en las organizaciones, como el peso (el peso no en un sentido numérico sino en el sentido de la importancia) de estos en ellas. Los cambios que han implicado, las tareas que realizan, los conflictos que pueden ocasionar, el registro discursivo acerca de su participación en las organizaciones.
La investigación tampoco se propone dar cuenta de la evolución diacrónica del fenómeno, sino estudiar las circunstancias en las que tiene lugar en las organizaciones seleccionadas del Tercer Sector. Si se analiza el cuestionario se verá que hay referencias a dos momentos recientes de la historia argentina: 1983 como comienzo de la democracia; 1991 como el momento en que comienzan las reformas estructurales introducidas durante la Presidencia del Dr. Carlos Menem. No se trata de indagar centralmente los cambios que esos momentos supusieron para las organizaciones, sino entrever qué registro hay de ellos. Fueron incluidos para establecer su posible importancia en el futuro.
Una de las decisiones más importantes que estaban en juego tenía que ver con la forma en la cual hacer el recorte de las organizaciones con las que íbamos a trabajar. Esta decisión se veía dificultada por una característica propia del Tercer Sector como objeto de investigación: su gran heterogeneidad.
El principal problema a resolver era el del recorte de las organizaciones. Más precisamente: con qué organizaciones íbamos a trabajar. Por lo dicho anteriormente, el carácter exploratorio de la investigación que encarábamos y la falta de información para poder construir una muestra probabilística, hacían que abandonásemos esta posibilidad. En el Tercer Sector conviven ONG´s, cooperadoras, fundaciones, mutuales, sindicatos, asociaciones barriales, etc. Se hacía necesario entonces determinar con precisión cuál será el conjunto significativo de organizaciones para la presente investigación.
Teniendo en cuentas estas restricciones y el tipo de estudio exploratorio que se encaraba se adoptó un tipo de muestreo no probabilístico. Específicamente, un muestreo de tipo intencional, y razonado. Fue intencional, porque deliberadamente se seleccionaron determinados segmentos de organizaciones del Tercer Sector, y fue razonado, porque para su selección se siguieron determinadas condiciones que aquellas deberían cumplir para ser incluidas en la muestra cualitativa.
En base a lo expuesto, tomamos la decisión de trabajar con un conjunto limitado de organizaciones, ver de qué manera se desplegaba allí la cuestión de la profesionalización y a partir de lo analizado y de manera inductiva, plantear un esquema posible para el tipo de organizaciones con el que habíamos decidido trabajar.
Definiendo el sector sin fines de lucro en Argentina (Campetella, Bombal y Roitter, 2000) propone una modalidad de segmentación del Tercer Sector, a partir de la cual agregamos algunos parámetros específicos para la investigación en concordancia con el problema de la profesionalización.
En ese trabajo, los autores, retoman lo que en Defining the nonprofit sector: the quetions of definitions (Salomon y Anehier, 1992) llaman ‘definición estructural operacional’ para poder aplicarla en la Argentina. Esta definición supone que las organizaciones sin fines de lucro son aquellas que cumplen con las siguientes cinco condiciones.
- Estructuradas: lo cual implica cierto grado de formalidad y de permanencia en el tiempo aunque no es indispensable que cuenten con personería jurídica;
- Privadas: que estén formalmente separadas del Estado;
- Autogobernadas: que tengan autonomía para dirigir sus acciones y elegir sus autoridades;
- Que no distribuyan beneficios entre sus miembros: lo cual comporta que los beneficios obtenidos en virtud de sus actividad no deben ser distribuidos entre quienes las componen;
- Voluntarias: de libre afiliación.
A partir del planteo de estas condiciones que definen el conjunto que compone el Tercer Sector, Campetella, Bombal y Roitter introducen dos criterios para su segmentación. Estos criterios refieren a dos dimensiones -una legal y una de uso social- que permiten diferenciar las organizaciones que componen el Tercer Sector. Así, arman una tipología de organizaciones en la cual se incluyen seis tipos posibles. Esta primer segmentación del Tercer Sector la efectúan a partir de lo que denominan criterio legal. Se trata de asociaciones civiles, fundaciones, mutuales, cooperativas, obras sociales y sindicatos. Esta tipología es complejizada a partir de hacer intervenir lo que llaman uso social. De acuerdo al interés de la investigación que aquí se presenta, el trabajo estuvo focalizado en algunas organizaciones que surgen de la conjugación de los dos criterios mencionados: ONG´s, Organizaciones de Base y Fundaciones.
Ahora bien, en función del problema de investigación propuesto y teniendo en cuenta el problema de su factibilidad, se hizo preciso añadir otros tantos criterios a partir de los cuales diferenciar, dentro de los tres tipos de organizaciones mencionadas, aquellas que eran susceptibles de ser interrogadas en función del fenómeno de la profesionalización.
En síntesis, las organizaciones que fueron tomadas como unidad de análisis debían cumplir con los siguientes requisitos:
- Tener entidad legal, lo que supone la presencia de cierto grado de formalidad y permanencia en el tiempo.
- Estar formalmente separadas del Estado; los fondos que reciben para su funcionamiento no pueden provenir totalmente de aquel.
- Tener la capacidad de manejar sus propias actividades y de elegir sus autoridades.
- No distribuir beneficios entre sus miembros.
- Actuar prestando o intermediando servicios o advocacy, trabajando en desarrollo social o en la defensa de derechos.
- Tener profesionales rentados en su estructura o por lo menos haber incorporado un profesional rentado en un área específica en algún momento de su desarrollo.
- Estar ubicadas, o poseer una sede, en la Ciudad de Buenos Aires y zonas aledañas. Lo cual no impediría trabajar con organizaciones que tuviesen un alcance que excediera los límites geográficos de la ciudad.
De acuerdo a lo dicho anteriormente, establecimos un conjunto de condiciones que nos parecieron relevantes para la selección de los casos. Dijimos también que, a raíz de las características del Tercer Sector y de la falta de información sobre el mismo, se optó por trabajar de manera exploratoria. La selección razonada de los casos apareció entonces como la mejor opción, que fue la que finalmente se llevó adelante. Quedaba definir entonces un aspecto importante, a saber: la cantidad de casos que tomaríamos. El esquema o marco muestral había sido abandonado, por lo tanto el criterio de selección probabilística no era el que intervenía en este aspecto. Habíamos abandonado la idea de representar por la de describir y a partir de allí, una vez que contásemos con mejores elementos, estaríamos en condiciones generalizar inductivamente algunos de los rasgos relevados, al conjunto de organizaciones que compartieran las características de las organizaciones investigadas. Creemos, en este punto, que la investigación presente resulta un buen soporte para realizar dicho trabajo.
Entonces, ¿cuántos casos?. Una de las estrategias era operar según el esquema de la saturación. Esta es una estrategia que se utiliza para estudios cualitativos como el presente. En ella se trata de ir relevando los casos, bajo el supuesto de que luego de una cantidad de estos, las respuestas
comenzarán a caer bajo ciertos registros. Es decir, si el rasgo sobre el que se indaga está presente, en tanto tiene capacidad de estructurar el campo, llegará un momento que se logre determinar la forma en que lo estructura.
En el caso de la investigación presente, se abordó el problema de la cantidad de casos desde la lógica de la saturación. Aparecieron en este punto las limitaciones surgidas de los medios con los que se contaba. Se tomó entonces una decisión. Se trabajaría en base a diez casos (n = 10 Organizaciones del Tercer Sector) y se evaluaría luego, a partir de lo relevado en el material de campo, si se podía tramar un esquema de la profesionalización en esas organizaciones. Es decir, si se podía relevar a partir de esa cantidad de casos las características con que la profesionalización se estructuraba en ese tipo de organizaciones. Creemos, y será desarrollado al momento de realizar el análisis acerca del material empírico, que la profesionalización se estructura en una serie de aspectos consistentes que pudieron ser relevados a partir de este número de casos.
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3.4. Hacia el trabajo de campo
Hasta aquí hablamos de las razones que nos condujeron a llevar adelante una investigación exploratoria de tipo cualitativo. Asimismo realizamos unas indicaciones en cuanto al universo de análisis y a la selección de casos. Acotado así el terreno de trabajo, se planteó una pregunta relativa a la definición de la unidad entrevistada o respondente, es decir, qué figura, dentro de las organizaciones seleccionadas. sería entrevistada.
¿Cuál sería el referente dentro de esas organizaciones al que ir a contactar de modo que sea un responderte válido a los interrogantes que se le iban a plantear? O de otra forma, y dicho en términos más concretos: ¿a quién realizar la entrevista dentro de la organización para obtener los datos necesarios y válidos? Esto fue objeto de un cuidadoso análisis. Las posibilidades que se presentaron fueron dos. Una de ella era tomar como referente al profesional a cargo de la organización: Director Ejecutivo. Pero esto se descartó por varias razones. En primer lugar, porque no estaba en la perspectiva de la investigación que todas las organizaciones tuviesen Director Ejecutivo. Por otro, interpretamos que un profesional podría tener hacia la profesionalización, y en vista de sus intereses concretos, una visión sesgada de su participación dentro de ella. De modo que se tomó la decisión de entrevistar a los Presidentes de las organizaciones. En relación a esta decisión, vale aclarar que, si bien consideramos que fue apropiada, también es cierto que retrasó de manera significativa el tiempo dedicado al trabajo de campo, dadas las dificultades para contactar las entrevistas.
La otra cuestión que en este aspecto dificultó el trabajo fue el tiempo que las entrevistas requerían. Si bien la guía de entrevista pudo ser aplicada sin mayores dificultades, la falta de tiempo de estas personas constituyó uno de los mayores problemas de la administración de los mismos.
Como un primer paso al desarrollar el trabajo de campo, se decidió realizar una primer entrevista piloto. La organización seleccionada a tal fin fue Médicos del Mundo. La entrevista piloto se realizó a mediados del mes de Junio de 2003. Este contacto fue muy importante para el armado final del guía de entrevista, dado que señaló la importancia de una serie de dimensiones relevantes que no se habían ponderado adecuadamente hasta ese momento. El trabajo de campo fue retomado a mediados del mes de Julio y continuó hasta mediados del mes de Septiembre de 2003.
3.5. Presentación del diseño de la guía de entrevista
Adjuntamos en este apartado la guía de entrevista definitiva luego de las modificaciones realizadas tras el contacto con Médicos del Mundo. Adjuntamos también algunos interrogantes de profundización que acompañaban a las pautas de la guía. Como puede verse se trata de una guía para una entrevista semi-estructurada.
Consigna y presentación: "Mi nombre es Daniel Korin. Me encuentro realizando una tesis, para un Master en Recursos Humanos que he concluido de cursar en la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales. La misma versa sobre la profesionalización en el Tercer Sector. Para indagar sobre este aspecto en su organización he preparado la siguiente guía de preguntas, que le solicito tenga a bien poder contestar. Desde ya muchas gracias."
- ¿Puede hacer una breve reseña de la historia de la organización y de las tareas que realiza?
Pautas de profundización:
-Cuál es la causa de la organización?
-A qué se dedica?
-Qué fin persigue?
-Desde cuándo funciona?
-Requerir material institucional?
Pautas de profundización:
-Cuándo se incorporó a la organización?
-Qué cargo ocupa?
-Qué tareas realizó y realiza en ella?
- ¿Cuál ha sido su recorrido personal en esta organización?
- ¿Con qué recursos humanos cuenta la organización?
Pautas de profundización:
-Voluntarios
-Profesionales
-Otros
4. En el caso de los profesionales:
Pautas de profundización:
4.1¿Cuántos son?
4.2¿Qué tareas realizan?
4.3¿Desde cuándo se desempeñan en la institución?
4.4¿Cuál en su vínculo laboral con la organización?
4.5¿Están ligados a un proyecto en particular?
5. ¿Qué decidió la incorporación de un profesional o de profesionales a la organización?
6. ¿Cómo se llegó a la decisión de incorporar profesionales?
Pautas de profundización:
-Por un problema?
-Por recomendación?
-Por ser un procedimiento habitual?
7. En términos generales, ¿qué piensa acerca de la decisión de una ONG´S de incorporar profesionales?
8. ¿Cuáles son los requisitos que la organización dispone para la incorporación de los profesionales que trabajan o trabajaron en ella?
Pautas de profundización:
-Experiencia laboral
-Experiencia en la organización (participación como voluntario al interior de la organización)
-Certificación académica
-Recomendaciones
9. En concreto, ¿cómo se lleva adelante la búsqueda de un profesional?, ¿es esta la forma que utilizan habitualmente?
Pautas de profundización:
-Dónde se busca?
-Dónde se establecen contactos?
-Es un mecanismo establecido o hay improvisación?
10. ¿Cuál es la relación de los profesionales con el resto de los grupos que conforman los RRHH de la organización?
Pautas de profundización:
-Qué prejuicios o estereotipos se disponen hacia los profesionales?
-Requieren estos de un trato especial por su condición y sus expectativas?
11. ¿Cuál piensa que es la expectativa que el profesional tiene respecto de desempeñarse en la organización?
12. ¿Esa expectativa es satisfecha por la organización?
Pautas de profundización:
-Qué tipo de retribución se espera: económica, curricular a nivel del prestigio?
13. ¿Qué expectativa tiene la organización respecto de los profesionales?
14. ¿Qué cosas modificó la inclusión de profesionales a la organización?
15. ¿Cómo evalúa esas modificaciones en función de las expectativas de la organización?
16. ¿Dispone la organización de algún procedimiento para evaluar dichos cambios?
Pautas de profundización:
-Existe un procedimiento de evaluación sistemático?
-Se considera necesaria la evaluación?
-De qué forma se realiza?
17. ¿Cómo cree que sería la organización de no haber incorporado profesionales?
18. ¿Cuáles son las dificultades y los desafíos a los que se enfrenta en estas circunstancias la organización?
19. ¿En qué medida las circunstancias actuales inciden o no a la incorporación de profesionales en estas organizaciones?
20. Si no existiesen limitaciones presupuestarias ni desde el punto de vista de los recursos humanos, ¿cómo imagina que sería la estructura ideal para llevar adelante los objetivos de la organización?
21. ¿Esa estructura, sería la misma para la situación Argentina en 1983 o en 1991?
22. ¿De no serlo, en qué cambiaría?
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