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El espiritismo de Cordón en Batamo ante la crisis socioeconómica cubana de la década de 1990

Enviado por Mayra Utria


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Antecedentes históricos del espiritismo de cordón en la ciudad de Bayamo
  3. Características del espiritismo de cordón en Bayamo ante los Cambios socioeconómicos de la década de los 90
  4. Los templos cordoneros de bayamo una mirada a las tradiciones, costumbres y valores culturales
  5. Valoración del ámbito religioso cordonero de Bayamo en la década del 90 del pasado siglo
  6. Notas y referencias

El espíritu percibe y siente,

y con ello alcanza la verdad.

José Martí

Introducción

El estudio de las creencias y prácticas religiosas de los cubanos ha sido abordado a partir de diversas ópticas que desde la historia no siempre han emergido suficientes textos, en cambio la contemporaneidad ha recibido mayor atención que el pasado histórico, al igual que los estudios referidos a las iglesias cristianas en general ; investigaciones concernientes al resto de las creencias mágico-religiosas o religiones no cristianas sobre todo en el período republicano( 1902- 1958) han quedado en una especie de espera para la profundización de su estudio. Entre los años finiseculares hasta comienzos del siglo XX, nuevas tendencias se sumaron en materia de religión, que nos llegaron, esencialmente, desde los Estados Unidos de América a través del protestantismo.

Los diferentes componentes étnicos de nuestra nación poblaron la mayor de las antillas a través de procesos diversos, en su mayoría traumáticos y discriminatorios .Estas personas que llegaban a la Isla traían entre sus escasas pertenencias una muy especial: sus creencias religiosas.

Asumimos que los pueblos son el resultado de su historia, que es el devenir en el tiempo de todos los procesos que los han constituidos, procesos que responden en cada momento a las circunstancias, delimitadas a su vez por relaciones espacio-temporales, donde se incluyen sistemas políticos establecidos, clases, grupos o sectores sociales con preeminencia social, tradiciones, costumbres, psicología social, tipo y naturaleza de la religión o las formas religiosas existentes y hasta la constitución física, étnica, por edades y sexo de esa propia población(1). Por tanto, en estudios que se asuma del componente religioso siempre debe tenerse en cuenta su incidencia en la conformación de la nación y nacionalidad cubana como es el caso que nos ocupa

En el proceso de formación de la nación y nacionalidad cubana, para su estudio, también hay que tener en cuenta las diferentes identidades, las regionales y las locales, pues desde un inicio en este largo proceso tuvo sus rasgos novedosos sin que estos fueran definitorios, de ahí la importancia que tiene cualquier análisis que se realice del elemento religioso dentro de cualquier colectividad humana.

Junto a las instituciones religiosas en el país también se encuentran los cultos populares, cultos que, a partir de su base doctrinal, los especialistas han coincidido en su gran mayoría en clasificarlos en dos grupos: los llamados culturas cubanas de origen africano (que se subdividen en distintos grupos: regla Ocha o santería, regla Conga o Palo Monte, Sociedad secreta Abakuá y la regla Arará) y el espiritismo popular. La religiosidad popular, según Enrique Dussel, se trata «de un momento de la cultura popular…creencias subjetivas populares, símbolos y ritos, junto a comportamientos o prácticas objetivas con sentido, producto de su historia… que no debe confundirse con la religión oficial».

En Cuba, la religiosidad popular es, como en muchos otros lugares, eminentemente sincrética, y agrupa elementos de catolicismo, espiritismo y religiones afrocubanas; situación muy similar a la de otras regiones del Caribe y del Brasil.

La influencia del espiritismo, en particular en su variante cordonera tiene su incidencia en las provincias de Granma, Holguín y Las Tunas, consideradas las plazas fundamentales de desarrollo de este culto popular, el número de templos y creyentes ha crecido considerablemente en los últimos 40 años.El espiritismo de cordón, es sin dudas, un producto autóctono de las provincias antes mencionadas, donde surgió y se mantiene en su forma más pura.

A partir de los años 90 las prácticas religiosas adquieren nuevos matices y dimensiones dentro de toda la envoltura social cubana; con los cambios en la política del Estado y el Partido con relación a la religión y los creyentes (2) se suprimen las restricciones que oficializaban el ateísmo y la discriminación (3) dejaba de ser un impedimento para asumir la religión como parte de nuestra cultura y fuente de también de cubanía. Indudablemente, la huellas del ateísmo y de un proceso revolucionario, con sus aciertos y desaciertos, pero innegablemente transformador, quedaron y quedarán en la memoria y en el comportamiento e identificación de los creyentes con la religión; así como en la apropiación y reconstrucción de lo nacional.

Con un alcance mayor, el derrumbe del modelo euro soviético trajo cambios en todas las esferas de la vida económica y social cubana, lo que no deja exenta a la religión. El país se sumergió en una profunda crisis y comenzó un proceso de ajustes y reformas económicas que trasciende al orden social que condujo a una búsqueda de salidas, causadas por la disminución de la capacidad de satisfacción, frustración, desaliento y evasión; las consecuencias inmediatas de la crisis y de las medidas adoptadas no tuvieron el mismo impacto para todas las Iglesias, Denominaciones y creencias.

En tales circunstancias se produjo un aumento de la actividad religiosa y de su presencia en la vida social, se comenzó a hablar de un boom religioso que a criterio del autor se vieron implicadas en menor o mayor medidas todas o casi todas las instituciones religiosas, y que en el caso específico del Espiritismo de cordón en Bayamo no se conocen estudios realizados, siendo esta la motivación fundamental del autor para el desarrollo de esta investigación. Por ello para la investigadora sería necesario cuestionar si efectivamente se confirmo o no un reavivamiento de esta práctica; de resultar afirmativo, una segunda interrogante sería el porqué del mismo, y otra, el impacto que puede tener en la vida social y religiosa de Bayamo.

Según el investigador la religión como fenómeno social, es cambiante teniendo además la capacidad de adaptación ante los diferentes medios, tanto favorables o adversos. Es ella quien liga al hombre y a la mujer a lo sobrenatural y desempeña una serie de funciones de tipo afectivo cognoscitivo, moral, social, económico y político. Cada época es en su esencia un paisaje único e irrepetible.

La provincia de Granma y Bayamo en particular es una de las plazas más importante en las prácticas del espiritismo de cordón entre la población como reflejo de la realidad social.

Antecedentes históricos del espiritismo de cordón en la ciudad de Bayamo

El espiritismo desde su introducción en Cuba en la segunda mitad del siglo XIX, por intermedio de sus seguidores, fue adoptando características que se ajustaban al contexto social de cada época. Personas simpatizantes y portadoras de estas creencias apoyaron al movimiento independentista, participaron abierta y directamente en la guerra contra la Corona Española y en el movimiento anti anexionista. Se integraron a los círculos literarios de intelectuales que a través de sus creaciones literarias ponían a relieve toda su espiritualidad y su cubanía. Esto les permitió formar grupos sin seguir un patrón estricto de conducta religiosa y sí una idea general de la creencia a la que se asociaban.

Esta forma de agruparse dio como resultado la conformación en diferentes zonas del país de variantes específicas de rituales que se tipificaban por la variación de niveles en la estructuración de sus ideas y concepciones religiosas y la disímil complejidad de sus prácticas rituales. Un aspecto importante a destacar respecto de la conformación del espiritismo cubano es la relación que se puede establecer entre el surgimiento de las nuevas variantes, su ubicación geográfica o zona de aparición y las tradiciones religiosas ya existentes en la isla. Acerca de la ubicación espacial del espiritismo de cordón, Don Fernando Ortiz en recorrido desarrollado por algunas zonas de la antigua provincia de Oriente en 1948 escribió: "Por una de esas sincresis históricas cristalizó en Oriente una nueva modalidad de espiritismo de tipo ritualista, con ciertas peculiaridades locales. Estos peculiares ritos convulsionarios cubanos que denominaremos los Cordoneros de Orilé, son muy conocidos en Oriente, sobre todo por los términos de Bayamo y Manzanillo y sus comarcas aledañas; por Campechuela y Niquero, y con alguna menor importancia por El Cobre, San Luís, Jiguaní, Palma Soriano, Songo, Yateras, Guantánamo y Santiago; es decir, por todo El Solar de la Prieta. Pero sépase desde ahora, ello no es "cosa de negros", sino fruto genuino de nuestra tierra, así de las prietas como de las colorás. (1)

Además de los territorios demarcados anteriormente hay que considerar también como medio natural autóctono de la practica cordonera, los municipios occidentales de Holguín a partir de Cueto y la provincia Tunas hasta los antiguos limites con Camaguey, que es donde las creencias cordoneras son un importante elemento de la conciencia social religiosa de la población, especialmente campesina o en los emigrados de este origen en las ciudades, Allí surgen los más antiguos templos cordoneros; es la patria chica de los más prestigiosos médium y curanderos. Existen testimonios que los centros cordoneros existentes en otras localidades del país incluso en el extranjero, fueron fundados por personas provenientes de este territorio.

La autoctonía del espiritismo de cordón, consideramos que estuvo acondicionado por situaciones históricas, sociales, culturales e incluso étnicas, si tenemos en cuenta que en dicha zona geográfica fue una de las primeras del país donde predominó la población criolla desde el siglo XVII, y el crecimiento estuvo dado fundamentalmente por la autorreproduccion y no por inmigración masiva de elementos hispánicos y afroides; la esclavitud no resultó ser horcón económico, donde el elemento negro no constituyó nunca mayoría y la heredad aborigen se sintió con fuerza hasta el siglo XIX, con predominio de la raza blanca, lo que no excluye un largo período de mestizaje que se remonta al siglo XVI.

El sentimiento del criollo, de hombre de la tierra apareció muy tempranamente, que devino en la actitud de rebeldía de los vecinos de Bayamo contra las limitaciones que la metrópolis imponía al comercio de contrabando. La zona se quedo rezagada económica y culturalmente sobre todo en relación al occidente del país, con una economía atrasada de hacendados y una numerosa población campesina analfabeta o semianalfabeta que abrazó a su manera las ideas Kardecianas mezclándolas con sus ideas religiosas. Las evidencias nos conduce a estimar que en el Oriente cubano era posiblemente la región de la isla donde el espiritismo se había extendido con mayor fuerza en todos sus matices.

Teniendo en cuenta los elementos anteriores, y escudriñando con mayor detenimiento la evolución humana de la región del Guacanayabo como zona originaria de esta práctica, asumimos la hipótesis ofrecida por algunos investigadores de por qué es esta zona la que acoge el nacimiento del espiritismo de cordón y no otra; la primera afirmación que aflora es la evidente presencia y heredad aborigen en esta región, pues, desde la creación del pueblo de indios de San Pablo de Jiguaní, pasando por las compañías de milicias de indios de Bayamo en el siglo XVIII y los registros de defunciones de indios en los archivos parroquiales de Manzanillo a inicios del siglo XIX, resultan elementos de juicio suficientes para rastrear la presencia del imaginario y legado aborigen en los habitantes de la región que va más allá de una toponimia Arauca exuberante; desde luego pensando en sus famosos Areitos; no es casual que el escarmiento y ademán heroico de Hatuey de negarse a ir al cielo, haya sido después inmortalizado en la leyenda separatista de la "Luz de Yara" y sean los espíritus indios los que ocupen el segundo lugar después de los africanos, como seres guías entre los practicantes de la fe actualmente en Manzanillo. No existe coincidencia entre lo planteado anteriormente con las ideas más o menos radicales que Don Fernando Ortiz tenia sobre el tema. (2) 

Lo cierto es que el espiritismo de cordón apareció por primera vez en la región del Cauto de la antigua provincia de Oriente, específicamente por Manzanillo, llegando a Bayamo alrededor de 1910, como una adaptación ritualista del espiritismo Kardeciano, mezclado con el catolicismo y con influencias indirectas del protestantismo y las religiones afrocubanas. A comienzos de siglo Bayamo solo contaba con 3 022 habitantes, es decir el 70% de la población existente en el periodo de preguerra, la ciudad se encontraba en un alarmante estado de miseria, que desde 1899 el Alcalde municipal Manuel Plana informaba acerca de la situación, el panorama cultural era precario, las penurias precisamente comenzaban por la educación que el célebre censo del año 1899 ya había indicado que el índice de analfabetismo se remontaba a un 64% a nivel de nación, esta situación anteriormente señalada trasladándola al ámbito local puede considerarse también como uno de los aspectos a tener en cuenta en la proliferación del espiritismo, pues los hombres constituían un clásico ejemplo de mente influenciada por la superstición, ese hombre se estaba apoyando y orientando por creencias que no se basaban ni mucho menos en un pensamiento fundamentado.

Numerosos informantes atribuyen el inicio del espiritismo de cordón a los personajes Don Juan, Pedro Martínez Pimienta y a Papá Hilarión, apodo con el que era conocido Hilario Mustelier Garzón, descendiente de congos, que vivió en Alto Songo a principio del pasado siglo y aparece mencionado en la época de la primera intervención norteamericana por Emilio Bacardí Moreau, este ultimo también considerado en la lista de los iniciadores del culto, estos personajes se les atribuyen características legendarias.

En el recuento histórico de los propagadores del espiritismo de cordón sobresalen cuatro nombres principales que además los tres primeros fueron miembro del Ejército Libertador: Agustín Sánchez (1860-1940), Salustiano Olivera (1869-1950), Faustino Salgado (1861-1940) y Juan Bautista Lavié (se desconoce fecha de nacimiento muere en 1943), son los más conocidos pero no los únicos; ellos realizaron una predica personal muy significativa. Reunieron un conjunto de atributos que lo llevaron a convertirse en los estructuradores del espiritismo de cordón. Sus hechos enmarcan la vida actual de los cordoneros, siguen teniendo una vigencia que es acatada y es ejemplo a imitar por los creyentes, a partir de sus curas milagrosas, sus facultades y portentos. Resulta extraño encontrar un centro que no haya surgido bajo la égida de cualquiera de estos personajes.

El nacimiento en 1913 del centro de estudios parapsicológicos "Más Luz", constituye un antecedente indispensable para la historia del espiritismo de cordón en Bayamo, en esta sociedad, se continuó el estudio sistemático y la divulgación de la doctrina espiritista, a través de la práctica del espiritismo científico o de mesa, propugnado por Caridad Villalón. Si Agustín Sánchez con su obra espiritual estimuló la creación de otros centros de esta modalidad, la sociedad "Más luz" se convertiría en la cantera de formación de los futuros instructores provenientes de las sociedades que aparecerían en los años posteriores. (3)

En 1918 se funda la sociedad espiritista "Buscando Luz", en el vecino poblado de Monte Oscuro, cerca de El Horno de Guisa. Aunque el centro ya venía funcionando desde 1910 y su líder principal era Salustiano Olivera (1869-1950) que había sido soldado del Ejército Libertador durante la última gesta independentista, llegó a ser alcalde del barrio El Horno en el período de 1915-1929. Según Luís Ángel Fonseca Olivera bisnieto de Salustiano Olivera y actual presidente del templo, nos cuenta que la hija mayor de su bisabuelo enfermó de un trastorno mental que no parecía tener cura que el padre la llevó a una espiritista de Santiago, se trataba de Caridad Villalón; ella descubrió que Salustiano traía una gran facultad y una misión grande que cumplir. Le abrió los caminos para que fuera moralizándose, hasta que poco a poco logró tener un potente fluido magnético

En una entrevista a Yiya Villalón reconocida espiritista, sobrina de Cachita, nos confiesa que su tía y Salustiano se vieron y su espíritu le dijo que tenía que poner un centro. También nos manifiesta la longeva de 91 años de edad que Salustiano asistía a "Más luz" y se desarrolló en este centro. Con dicha formación moral y doctrinaria, con el apoyo de otros espiritistas, incluido Agustín Sánchez, Salustiano se convertiría no solo en el curandero de su propia hija, sino de cientos de enfermos mentales y con otras dolencias, que acudían a su centro desde muchas partes del país, según el testimonio de varios vecinos y médium de Monte Oscuro. Después de sanarlos dice Románico Blanco González a algunos de ellos les recomendaba crear sus propios centros espirituales. Todavía quedan algunos en Puerto Padre, Las Tunas, Florida y Camagüey. Las principales sociedades que se fundarían en Bayamo en las tres décadas siguientes de uno u otro modo recibirían el influjo de Salustiano. Entre la que se pueden encontrar: "Estrella del Porvenir" (1918) , "La Antorcha del Camino" (1927) , "Tres luces divinas" se funda alrededor de (1930), "Redención" (1933); solo por citar algunos a modo de representación.

Entre estos centros encontramos un elemento común pues han surgido desde una práctica familiar que a partir del prestigio y organización fueron ganando adeptos hasta convertirse en sociedades independientes. Sus grandes facultades se evocan hoy como verdaderas leyendas, es su sentido de hermandad y solidaridad, unidos a sus mensajes de amor y caridad puros y desinteresados, los que los han convertido en tradicionales sitios de referencia y atracción para los creyentes e incluso para otros menos devotos que acuden allí en situaciones de crisis. Con estos mismos preceptos se han sumado en los últimos años en la actual Provincia de Granma más de 80 organizaciones cordoneras entre las que se pueden encontrar casas templos, sectas o grupos. La afinidad de doctrinas y principios morales, propiciada al inicio por la labor teórica de "Más Luz" y luego por la confraternidad y colaboración entre los creyentes, ha posibilitado por una parte, que no existan grandes diferencias conceptuales en la asunción de los preceptos, entre la reducida masa de practicantes del espiritismo de mesa y la mayoría de los de cordón, tanto es así que en algunos casos se comparten las dos variantes sin que ello implique desavenencias. En el intercambio con varios practicantes se constata que entre los cordoneros existe una unidad, no homogénea, de criterios en cuanto a las concepciones sobre el modo de desarrollarse una sesión espiritual y el valor preponderante de la instrucción.

Después de disolver en 1963 la Sociedad Espiritista de Cuba como organización, aspecto que trajo como consecuencia que desapareciera la débil jerarquía institucional existente tal y como había existido hasta ese momento debido entre otros factores, a los acuerdos adoptados en su Congreso extraordinario de llevar a cabo una radical e inmediata transformación de su estructura interna desde la base, presionados por el ateísmo de la propaganda oficial, muchos de sus directivos salieron del país o se retrajeron de las prácticas. De esta forma se oriento que las sociedades confederadas se convirtieran en Sociedades de Estudios Psicosociales, fraternales con carácter independientes, funcionando en sus respectivas localidades con sus directivas y reglamentos internos. Lo que diera lugar a la creación del Comité Gestor de la Unión Nacional de Espiritistas de Cuba, que aunque surgió como una propuesta de algunos centros de Puerto Padre en Las Tunas, fue validado y concretado en Bayamo9 y estuvo funcionando desde el año 1995 hasta el 2002 y la Unión Espírita Regional Bayamo, que apareció como una filial de aquella organización; aunque no tuvo la suerte de perdurar en el tiempo, sus propósitos y objetivos aún están latentes entre los afiliados.

Resulta interesante destacar que Bayamo fue escenario entre 1935 y 1963, de la celebración de un Congreso Nacional de los 26 celebrados en el país.

De la escasa bibliografía espirita de la época data la publicación del "Periódico Timoteo" (1922 en Manzanillo), el folleto "Quincenario" (1933 Manzanillo), el folleto "Federación Provincial Espiritista de Oriente" (1945 Santa Rita, Jiguaní), la revista "Bayamo Espirita" (se desconoce fecha de circulación), además contaban con un espacio radial en la emisora, que se mantuvo saliendo al aire por mucho tiempo.

El siglo XX marcaría la consolidación definitiva de la práctica espiritista en Cuba y el reconocimiento en la continuidad de sus aportes al identitario cubano. Los críticos años veinte, donde el resurgir de la conciencia nacional es un hecho por la ruptura con la frustración republicana de las primeras décadas y el cuajo de nuevos proyectos emancipatorios, tendrán también la impronta de la práctica espirita que, diseminándose por toda la isla y no sólo entre sectores humildes, preocupó enormemente a la religión católica porque minaba su estatus privilegiado y de hecho resultaba, por el momento de su aparición en los años de la gesta independentista, sus militantes cubanos separatistas y el modo de difundirse entre las capas más humildes, un agregado más de los variados signos distintivos de la cultura cubana: lucha, libre pensamiento, base popular.   

Después de un largo período de crisis para el espiritismo que se inició con la desintegración la Sociedad Espiritista de Cuba como organización, se registra en la década de los noventa una apreciable recuperación de esta manifestación, no sólo a nivel de los círculos kardecianos que practican el llamado "espiritismo científico o de mesa", sino también en los llamados centros espiritistas "de cordón", donde las ideas originarias se han fundido con elementos de la religión católica y el animismo africano, sin olvidar aquellas personas que practican por su cuenta la "caridad" en sus propios hogares.

Características del espiritismo de cordón en Bayamo ante los Cambios socioeconómicos de la década de los 90

En agosto de 1990 Cuba entro oficialmente en el Período Especial en Tiempo de Paz y los retos tuvieron encaminados a mantener las principales conquistas sociales alcanzadas. A pesar de la crisis, ningún trabajador fue despedido. Las unidades de producción se cerraron total o parcialmente y el personal fue reubicado. Comenzó la escasez del petróleo, reaparecieron los apagones eléctricos y las empresas agrícolas se vieron obligadas a rotular la tierra con arado tirado por bueyes. En el ámbito cultural el 19 de octubre de 1991, el Ministro de Cultura, Armando Hart Dávalos, inauguro la Casa de la Nacionalidad, la que tenía como finalidad investigar los aportes de Bayamo al proceso formativo nacional. La crisis económica obligo a las familias bayamesas a utilizar las disímiles variantes alimenticias y de aseo personal. En el ámbito de la Salud la medicina verde adquiere un papel preponderante para la población en la curación de sus males dado por la escasez de medicamentos. Las autoridades locales debido a las disímiles problemáticas existentes en todos los órdenes de la vida social en la Provincia al igual que el resto del País elaboraron amplios planes, que si bien había voluntad para lograr tales empeños escaseaban tanto los recursos como el financiamiento.(4)

En el panorama espiritual el período especial tiene una significativa incidencia en la subjetividad que alcanza tanto a la religión y demás formas de conciencia. Se ponen de manifiesto con particular claridad las raíces psicológicas de los procesos propios de la conciencia, es decir, un conjunto de factores, "eslabones intermedios", (Engels, Federico), que median entre la realidad externa a la conciencia y la realidad reflejada en ésta. Estas raíces abarcan procesos cognitivos, emociones, sentimientos, estados de ánimo. Por supuesto que todo eso no es ajeno a la variabilidad según rasgos individuales dependientes en cada sujeto de sus convicciones, sistemas de valores, modelos asimilados, intereses, ideales de vida, capacidad reflexiva y de autonomía en las decisiones. Las dificultades que genera el agravamiento de las condiciones de vida estimulan complejidades como frustraciones, insatisfacciones, inseguridades, sentimientos de desprotección y genera expectativas que en otras condiciones no surgirían. Ante ello los individuos reaccionan de diferentes modos, en unos se modifican convicciones y se niegan ideales, algunos quedan en estados de indefiniciones, pero en otros las variaciones en los ideales no llevan a alternativas opuestas y hasta pueden ser reforzados. En el terreno político ideológico parece tener lógica que la caída del campo socialista debilite las ideas favorables al socialismo y al marxismo, pero un análisis más profundo conduce a considerar que esa crisis no es absoluta ni insuperable. El proyecto revolucionario socialista, por otra parte, respecto a la religión, presenta una aparente contradicción en que sigue la tendencia secularizarte y su reproducción se basa en mecanismos no religiosos, sin embargo la coincidencia de los objetivos y valores sociales que estimula y crea son muy coincidentes con principios, valores y propósitos auténticos de doctrinas religiosas. La celebración del 4to Congreso del PCC (1991) y la Modificación de la Constitución Socialista (julio 1992), destierra la discriminación por motivos religiosos y refleja la tradición de laicidad del Estado Cubano, como expresión de unidad nacional. La continuidad del pensamiento de unidad de cristianos y marxistas para luchar contra el hambre que si es mortal se expresa por Fidel Castro Ruz al señalar: «Desde un punto de vista estrictamente político – y creo que conozco algo de política-, pienso incluso que se puede ser marxista sin dejar de ser cristiano y trabajar unido con el comunista marxista para transformar el mundo. Lo importante es que en ambos casos se trate de sinceros revolucionarios dispuestos a suprimir la explotación del hombre por el hombre y a luchar por la distribución justa de la riqueza social, la igualdad, la fraternidad y la dignidad de todos los seres humanos, es decir, ser portadores de la conciencia política, económica y social más  avanzada, aunque se parta, en el caso de los cristianos, de una  concepción  religiosa». La experiencia, además, da elementos para tener la convicción de que ideales humanistas, como los que presenta el marxismo y los de diferentes religiones no se oponen y pueden aportar una práctica unitaria. Frente a cualquier crisis de valores esta realidad mantiene vigencia.

La naturaleza de los cambios que tienen lugar en el plano socioeconómico en Bayamo, reflejan cómo la situación actual opera desestructurado y reestructurando el pasado, el presente y con ello lo cotidiano. A la par, que estimula el uso de su práctica como un recurso simbólico para expresar, distintas opciones y posibilidades ante determinados aspectos de los numerosos y variados conflictos en los que viven inmersos los practicantes, lo cual en definitiva refuerza la estructura social y el papel activo de estos sujetos en la sociedad. Determinar las características de una religión o un culto religioso en una región específica, resulta una tarea difícil, que requiere entre otras acciones, de una aproximación a los aspectos peculiares y distintivos de su manifestación, además, de una indagación rigurosa de la diversidad de elementos que integran su formación y desarrollo.

Sobre la base de lo antes expuesto se tratará en lo específico de identificar las características del espiritismo denominado de cordón en Bayamo, plaza históricamente fuerte en este tipo de espiritismo. A sus practicantes se les llama cordoneros. Esta variante surgida específicamente en la actual provincia Granma, tiene muchos elementos de la doctrina kardeciana aunque conservados de forma más simplificada. Ha asumido elementos del catolicismo, de las iglesias protestantes y de expresiones de origen africano. Se consideran anticlericales y opositores de la santería; plantean, además, su rechazo por toda forma de fanatismo religioso.

Los espiritistas en general, pero en especial los vinculados al llamado espiritismo de cordón, aceptan, tal y como sucede entre los cristianos, a Dios como figura religiosa central, valorándolo como un espíritu de "mucha luz", "muy elevado", generalmente lo llaman "Providencia Divina". Para ellos, los santos católicos son también espíritus de "mucha luz" que se encuentran situados, según sus concepciones, en una posición entre Dios y los hombres, presentándolos al igual que lo hacen los católicos como intermediarios entre ambos.

En esta variante, al tomar como base para la actividad religiosa la constatación empírica de los postulados kardecianos mediante la comunicación mediumnímica, se manifiesta la fuerza que en ella adquiere la exteriorización de sentimientos y emociones, tal como sucede entre los pentecostales.

Recurren con tales fines a la utilización de otros elementos que por simbolismo religioso son comparables a los utilizados a creyentes insertos dentro de la Regla Ocha, tales como imágenes católicas, flores, la danza, el canto y el trance convulso.

Durante todos estos años los espiritistas cordoneros bayameses han desarrollado un pensamiento identificado con el proceso revolucionario, si bien no tienen una línea política ideológica basada en una teoría sistematizada. Se han adaptado a cada momento histórico concreto, con una conciencia valorativa, objetivada en una ética y una actitud ante la vida que no contradice ni su activismo socio- político, ni su fe religiosa. El pensamiento social y religioso de líderes y dirigentes espiritas cordoneros de Bayamo, se caracterizan más por abordar aspectos generales de la vida cotidiana de la realidad social cubana que detenerse en diseñar una producción teórico-doctrinales en que lo político constituya punta de lanza, que conduzca a determinadas posiciones de conductas a escala social, que denoten que los sujetos sean portadores de una posición negativa o pasiva al proceso revolucionarios, sobre todo durante el Período Especial, lo que viabiliza su proceso de inserción al sistema social cubano. Consideran que su contribución más importante a la Revolución es el apoyo como ciudadano a las diferentes medidas tomadas o adaptadas por el Estado cubano a favor de la independencia y la soberanía nacional. Según manifiestan los entrevistados su motivación por el trabajo socialmente útil "les da seguridad , subsistencia y bienestar", recordando que independientemente de su concepción religiosa, este tipo de pensamiento se ha ido conformando durante todos estos años de proceso revolucionario y que el que lo trasmite es aquel que fue más beneficiado por las medidas y leyes promulgadas desde 1959, que se materializa en la participación en las diversas labores de edificación de la nueva sociedad, como cumplimiento en el trabajo donde laboran, en las tareas de las organizaciones de masas, trabajos voluntarios convocados, asimilación de miembros y practicantes de una conducta positiva que sirva de ejemplo a vecinos, amigos y compañeros de trabajo y familiares, mantener una moral intachable y prestos a ayudar al prójimo y hacer el bien por el bien, lo que se corresponde con su ética de corte social y con su concepción de caridad. Actitud que asumen no siempre por sentirse conscientemente actores sociales, sino espíritus encarnados que deben cumplir un ciclo terrenal en su desarrollo espiritual y su meta es lograr el perfeccionamiento humano , aquí y ahora. Es muy común escuchar entre dirigentes y líderes cordoneros mensajes ético-religiosos, a través de frases y palabras como "recompensa espiritual", "sacrificio", "esfuerzo y confianza", "obrar con voluntad", "perfeccionamiento", "unidad", "humildad" entre otras, lo cual denota, en este tipo de creyente, una voluntad de autorrealización y reproducción de su sentido de superación espiritual.

Los cordoneros mantienen posiciones muy atemperadas a favor del proyecto revolucionario, dejando muy claro y explícitamente su proyección y acción como religioso y la de ciudadano comprometido con los designios de la nación, que al decir de ello no difieren una de otra porque en las dos existen leyes con una ética y una moral que hay que cumplir; pues la práctica en este caso del espiritismo de cordón tiene una pertinencia en el accionar social que es importante considerar en cómo desde su posición se ayuda a la juventud, en el modo de ver la vida, sus comportamientos ligados a lo que la sociedad espera de ellos.

La mayoría de las personas que asisten, según testimonian algunos dirigentes de culto y asociados, se acercan a las actividades y a los grupos religiosos más bien por desorientación o búsqueda de apoyo que por convicciones o interés de vida espiritual religiosa. Las principales motivaciones se localizan en la búsqueda de ayuda o apoyo más o menos inmediatos a problemas de la vida cotidiana, y otras que se relacionan con soportes espirituales de apoyo, protección, estabilidad y seguridad que le atribuyen. Entre dichas motivaciones de asistencia siempre han tenido gran fuerza aquellas que priorizan los problemas de salud, el papel que se le concede en la intervención en la vida cotidiana no niega su lugar en la espiritualidad de sus creyentes.

En sus rituales se destacan las canciones a las que llaman transmisiones por considerar que provienen de espíritus inspirados. Con ellas los médiums reunidos presuponen establecer comunicación directa con el mundo espiritual toda vez que así se logra la autoestimulación y sugestión colectiva. La danza que realizan, cogidos o no de las manos, la hacen formando una rueda o cordón que va girando en sentido contrario a las manecillas del reloj, mientras mueven los brazos de arriba abajo dando fuertes golpes con los pies en el suelo hasta caer en "trance". En este estado de seminconciencia, dicen hablar por intermedio del espíritu del cual están poseídos.

Los cordoneros bayameses en el período objeto de estudio realizan, además, prácticas curativas como parte de su actividad religiosa. En rituales dedicados a este fin utilizan, en especial, el agua y las hierbas. La primera por su carácter purificador y la segunda por las propiedades curativas que poseen, según la dolencia a curar. Estas sesiones son llamadas santiguación o despojo. La efectividad o no de estos actos le permite al médium alcanzar prestigio o por el contrario desacreditarse ante los asistentes; pero sobre todo, propicia la difusión de estas creencias y prácticas. En relación con las flores las utilizan principalmente blancas, ya que este color constituye tal y como sucede en otras expresiones religiosas símbolo de paz y de pureza. En la filosofía de varios cordoneros las flores simbolizan la creación divina, su belleza y aroma, son algo inconcebible por el hombre. Otros las ven como un recurso para que los espíritus obsesos de los recién fallecidos se reconozcan en su nueva existencia celestial y asuman con resignación las pruebas por sus imperfecciones en la vida material. Por esta misma "Ley" que, citando a Kardec, nombran "De Causa y Efecto", es que las velas se utilizan en raras ocasiones, ya que cada espíritu alcanzará el grado de iluminación y elevación que se haya ganado en la tierra.

Complementa indistintamente la estética del lugar con representaciones en yeso de imágenes del santoral católico. Estas figuras religiosas son las más devocionadas entre la población cubana, como es el caso de la Virgen de la Caridad del Cobre considerada Patrona de Cuba, se dice –entre creyentes- que acompañó a los mambises durante las gestas independentistas, la Virgen de la Merced, San Rafael Médico Divino, el Niño de Atocha entre otras. También se encuentran en estos locales fotografías de familiares fallecidos, objetos e imágenes alegóricas a la figura de Jesús Cristo, que puede ser un crucifijo o un cuadro que refleje el Corazón de Jesús. A este conjunto de objetos rituales le denominan bóveda espiritual.

Por otra parte los templos acogen a todo el necesitado que busque la caridad sin diferencia de sexo, edad o color de la piel. Se puede asegurar que el Espiritismo en Bayamo no escapa tampoco a ese reavivamiento religioso de los últimos años del pasado siglo XX, aunque también pudiera apuntarse que la resultante del reavivamiento puede ser más significativa en la elevación del nivel de elaboración religiosa.

Los templos cordoneros de bayamo una mirada a las tradiciones, costumbres y valores culturales

El espiritismo de cordón ha aportado a la formación y desarrollo de las tradiciones, las costumbres y la cultura en general de las regiones orientales donde se ha difundido. En Bayamo la práctica del espiritismo de cordón en la contemporaneidad continúa formando parte activa del pensamiento religioso en familias bayamesas, con un rol importante en cuanto a conservar y difundir la creencia, legitimizando así a Bayamo como la plaza más importante de esta expresión popular. Las costumbres y las tradiciones religiosas cordoneras son maneras fijas de actuar, que se forman sobre la base de la actividad diaria, cotidiana y sistematizada. Son también acciones producidas de forma global, con carácter automático, sin que esté presente reflexión alguna, además de hábitos religiosos, que tienen un carácter histórico y estable, reforzadas constantemente por la actividad de los individuos, adquiriendo un carácter cotidiano, en cuya base se encuentran los estereotipos dinámicos, que se corresponden con la organización y estructuración del medio que rodea al individuo.

El origen sincrético del espiritismo de cordón está presente en sus costumbres y tradiciones religiosas. Las mismas son herencia transculturizadas del kardecianismo, del cristianismo popular y en menor medida de los cultos sincréticos de origen africano, con tres funciones básicas: transmisión de conocimientos, regulación de la conducta de los creyentes y producción espiritual religiosa.

Al no existir en este culto una doctrina sistematizada, la transmisión de conocimientos se efectúa a través de las costumbres y tradiciones religiosas. Al observar la labor de instrucción, destinada a formar los médium en el conocimiento del culto cordonero, pudimos comprobar que el contenido teórico es limitado. Son pocos los que dominan a profundidad la base doctrinal fundamentada en la obra Kardeciana. Todo el peso de la función cordonera recae sobre las actividades religiosas rituales puramente prácticas, donde es casi nula la reflexión teórica y causal.

La doctrina kardeciana es el núcleo a partir del cual se forma el espiritismo cordonero, por ello consideramos que un número importante de las tradiciones y costumbres cordoneras tienen un origen kardeciano, entre las que podemos encontrar la creencia en la existencia de vidas pasadas y en la reencarnación, la impartición del fluido magnético utilizando las manos, las invocaciones a través de oraciones como: oración para un pariente enfermo, para un difunto, para un niño enfermo entre otras. En los templos se conservan además otros elementos de la tradición kardeciana como la lectura de los clásicos del kardecianismo.

La influencia de los cultos sincréticos de origen africano, en el sistema de tradiciones de los cordoneros, es muy difícil de determinar con precisión. Existen tradiciones cuyo origen es casi imposible detectar, dado que sus manifestaciones las encontramos entre las creencias heterodoxas de origen hispánico, el animismo africano e incluso entre los cultos de nuestros desaparecidos indígenas. Tal es el caso del despojo y las santiguaciones utilizando plantas de valor mágico y la curandería con plantas medicinales. También parece tener un origen sincrético las creencias en las comisiones, donde posiblemente se fundieron la concepción kardeciana de simpatías de los espíritus con elementos africanos; una procedencia sincrética también presenta el concepto de potencia. A pesar de lo anterior y dado la influencia de la cultura africana en Cuba, somos partidarios, que no obstante las contradicciones entre el espiritismo cordonero y los cultos populares de origen africano, el primero no ha podido evitar la influencia del segundo.

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