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El espiritismo de Cordón en Batamo ante la crisis socioeconómica cubana de la década de 1990 (página 2)

Enviado por Mayra Utria


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Además de lo anterior, en el espiritismo de cordón se han establecido un sistema de tradiciones y costumbres que no constituyen herencia de otros sistemas religiosos y que son el resultado de su actividad religiosa. Entre ellas podemos destacar: la prohibición de cruzar las manos y los pies en el templo por considerar que esto corta las corrientes espirituales, la separación entre hombres y mujeres durante el ritual religioso, pues los primeros se sientan a la izquierda y los segundos a la derecha, el desenvolverse ante la cruz y sobre sí mismo con el fin de purificarse, en el acto del cordón que es un elemento distintivo de este tipo de culto religioso que hacen girar en contra de la manecillas del reloj. Ante estas particularidades reiterativas en los 16 centros estudiados nos interesamos por saber las opiniones o posibles respuestas que tienen los directivos con relación a estas características de las prácticas las respuestas redundaron: que por costumbre, porque lo aprendieron de sus antepasados, y otros respondieron porque en los centros que habían laborado antes lo realizaban de esa forma. La violación de alguna de estas costumbres o tradiciones puede traerle al miembro del centro una sanción en el seno de la organización religiosa cordonera o el acarreamiento de desgracias personales, elementos estos generadores de dependencia.

Los cordoneros tienen, además, tradiciones que están vinculadas a conmemoraciones populares y que ellos le dan un matiz religioso como: el día de las madres, de los padres, algunas fechas históricas y de, nacimientos de líderes fallecidos. Para los cordoneros las costumbres y tradiciones religiosas tienen tres funciones básicas: transmisión de conocimientos, regulación de la conducta de los creyentes y producción espiritual religiosa.

En el espiritismo de cordón no existe una doctrina sistematizada, por lo que la transmisión de conocimientos se efectúa fundamentalmente a través de las costumbres y tradiciones religiosas. En la observación de la labor de instrucción, destinada a la formación de los médiums en el conocimiento del culto cordonero, pudimos constatar que el contenido teórico es mínimo, a pesar que en 15 de las sociedades se dedica un tiempo a la instrucción solo en 1 no se realiza.

Las costumbres y tradiciones religiosas cordoneras tienen un importante rol en la conservación y proliferación de las creencias religiosas, lo que constituye una de las causas fundamentales del ingreso de personas a las filas del espiritismo cordonero. Esto explica también la independencia relativa de la conciencia religiosa, la misma puede conservarse una vez desaparecidas aquellas condiciones sociales que le dieron origen.

Lo anterior está unido a la universalidad del sistema de creencias religiosas cordoneras que da respuesta a los problemas de la vida y la muerte, así como orientan la personalidad del individuo hacia actividades y actitudes durante toda su vida. Las creencias cordoneras sancionadas por el tiempo, la autoridad y el prestigio de las generaciones pasadas, son asimiladas por el individuo como axiomas, acríticamente, como verdades eternas siempre válidas. Las costumbres y tradiciones religiosas cordoneras son la vía fundamental a través de la cual se transmite el legado religioso como sucesión y herencia; lo que es un factor fundamental en la formación de la conciencia religiosa cordonera.

Los aportes propios son muy abundantes, empezando por el culto y el ritual, en el que se destaca: el cordón, que no es más que una típica danza religiosa que se asemeja a los ritos primitivos y quizás a los del areíto de nuestros desaparecidos indígenas, transmisiones, oraciones, himnos de alabanzas que situamos dentro de la tradición Folklórica campesina, plegarias muy diversas por sus contenido, con marcada inspiración y frescura con un ritmo simple subordinado al texto, que en la practica, la vía oral es la fundamental para el aprendizaje, que se trasmite de generación en generación, otros de los aportes lo constituyen las potencias, así como elementos del decorado y la organización del templo. Desde el punto de vista musical, la música es un canto a capella donde los coros y solistas alcanzan belleza y armonía de forma empírica, el elemento característico que lo distingue es el estilo responsorial: un solista improvisa sobre un tema y el coro responde, tal y como ocurre en la música campesina y el son. Con una misma melodía cantan diferentes plegarias y, en ocasiones, la melodía pertenece a una canción popular a la que han agregado un texto religioso. La música actúa como un agente de cambio de los estados de tensión, ansiedad dolor y pena. Es un intensificador y, a la misma vez un liberador de las emociones. Para el culto cordonero es imprescindible la relación música – danza en ciertos momentos, sobre todo a la hora de convocar a los espíritus, cuando una asociación de complicidad rítmica con movimientos de pies y manos está acompañada de alguna melodía o simplemente de estridentes gritos guturales repetitivos como je, jay, jey, donde se hace imprescindible que todos los fieles mantengan el equilibrio rítmico entre las voces y el movimiento corporal; porque según dicen los directores de centros si se rompe, entonces se corta la "corriente", impidiendo la comunicación, al mantenerse el equilibrio, va aumentando la intensidad de las exclamaciones y los movimientos para llegar al clímax, que es cuando el o los médium caen en trance.

En las visitas a los centros espiritistas de cordón se ha observado la existencia de variados elementos de valor estético, que se manifiestan en la forma de organizar y adornar el templo, en particular, en los objetos artesanales confeccionados por sus miembros, parte de los cuales tienen carácter de exvotos como: tapetes, cortinas, ropas de santos, muñecas, flores artificiales, abanicos, cuadros para fotografías.

En la ornamentación de los templos un lugar importante lo tiene el color, generalmente blanco en la parte exterior y blanco y azul en el interior, en otros solo utilizan el color blanco. Al igual en paños, banderas y en el vestuario, que en algunos centros tienen como regla que todos los médium asistan a las sesiones vestidos de blanco, otros al menos los directores y médium cabeceros. Alegan que el blanco constituye el símbolo de la pureza espiritual y la paz universal.

Relacionada con el ritual, un lugar importante lo ocupa la cruz. La cruces de distintos tamaños, móviles e inmóviles, pueden estar situadas fuera y en el interior del local. En este último caso, fundamentalmente en el altar y en el centro de la habitación. En los 16 templos observados, en el 100% de ellos las cruces están situadas fuera y dentro del plantel. Se pudo constatar que tradicionalmente a la cruz se le ha dado esa ubicación y todas poseen el mismo significado de expiación y redención cristiana, por eso en algunos altares se acompañan con la representación del Cristo crucificado.

La imagen de la Virgen de la Caridad en los altares cordoneros obedece a una razón de índole identitario "Es el primer símbolo nacional, antes de la Bandera, el escudo y el Himno" ha sido motivo de culto y veneración popular desde su aparición en nuestras costas en 1612. Se le reconoce como la madre espiritual de los cubanos. En los templos estudiados observamos que, se exaltan los valores de nacionalidad, cubanía y patriotismo. Se rinde culto a la par que ha representaciones de la iconografía católica, a distinguidos patriotas Como Martí, Maceo, Céspedes, el Che, Camilo, pues los cordoneros consideran que por haber dedicado su vida al bien de la patria, tienen la condición de espíritus de luz y el privilegio de estar cercano a Dios. Algunos de los templos son engalanados con la Bandera y el escudo nacional, recuerdan o celebran fechas patrias dando alabanza a Dios por los dones otorgados a nuestro país. Se pudo encontrar también la estrella con las imágenes de los 5 héroes, por los que hacen sesiones espirituales y piden por su liberación. Lo que corrobora lo expresado por los practicantes entrevistados con relación a su compromiso con el proyecto revolucionario cubano.

Al analizar los datos aportados por el trabajo de campo realizado a los centros cordoneros, estamos en condiciones de afirmar que el espiritismo de cordón ha tomado y dado su aporte al desarrollo de las tradiciones, costumbres y a la cultura en general de Bayamo.

Si generalizamos acerca de esta cuestión, podemos darnos cuenta de que no existe una reflexión por parte de los cordoneros de su actividad. El aprendizaje consiste en la repetición del acto religioso que incluye: movimientos, oraciones, plegarias, hasta lograr automatismos y uniformidad en la realización. Los conocimientos adquiridos de esta forma se transmiten de generación en generación. Según los propios cordoneros expresan que otra de la vía de obtener sabiduría religiosa es por medio de la revelación de verdades a través de los espíritus, nos confiesan que éste es el origen de muchas de sus ideas, costumbres y recetas para elaborar las medicinas.

Los cordoneros tienen, además, tradiciones que están vinculadas a conmemoraciones populares y que ellos le dan un matiz religioso como: el día de las madres, de los padres, algunas fechas históricas y de, nacimientos de líderes fallecidos. Para los cordoneros las costumbres y tradiciones religiosas tienen tres funciones básicas: transmisión de conocimientos, regulación de la conducta de los creyentes y producción espiritual religiosa.

En el espiritismo de cordón no existe una doctrina sistematizada, por lo que la transmisión de conocimientos se efectúa fundamentalmente a través de las costumbres y tradiciones religiosas.

Las costumbres y tradiciones religiosas cordoneras tienen un importante rol en la conservación y proliferación de las creencias religiosas, lo que constituye una de las causas fundamentales del ingreso de personas a las filas del espiritismo cordonero. Esto explica también la independencia relativa de la conciencia religiosa, la misma puede conservarse una vez desaparecidas aquellas condiciones sociales que le dieron origen.

Lo anterior está unido a la universalidad del sistema de creencias religiosas cordoneras que da respuesta a los problemas de la vida y la muerte, así como orientan la personalidad del individuo hacia actividades y actitudes durante toda su vida. Las creencias cordoneras sancionadas por el tiempo, la autoridad y el prestigio de las generaciones pasadas, son asimiladas por el individuo como axiomas, acríticamente, como verdades eternas siempre válidas. Las costumbres y tradiciones religiosas cordoneras son la vía fundamental a través de la cual se transmite el legado religioso como sucesión y herencia; lo que es un factor fundamental en la formación de la conciencia religiosa cordonera.

Los aportes propios son muy abundantes, empezando por el culto y el ritual, en el que se destaca: el cordón, que no es más que una típica danza religiosa que se asemeja a los ritos primitivos y quizás a los del areíto de nuestros desaparecidos indígenas, transmisiones, oraciones, himnos de alabanzas que situamos dentro de la tradición Folklórica campesina, plegarias muy diversas por sus contenido, con marcada inspiración y frescura con un ritmo simple subordinado al texto, que en la practica, la vía oral es la fundamental para el aprendizaje, que se trasmite de generación en generación, otros de los aportes lo constituyen las potencias, así como elementos del decorado y la organización del templo. Desde el punto de vista musical, la música es un canto a capella donde los coros y solistas alcanzan belleza y armonía de forma empírica, el elemento característico que lo distingue es el estilo responsorial: un solista improvisa sobre un tema y el coro responde, tal y como ocurre en la música campesina y el son. Con una misma melodía cantan diferentes plegarias y, en ocasiones, la melodía pertenece a una canción popular a la que han agregado un texto religioso. La música actúa como un agente de cambio de los estados de tensión, ansiedad dolor y pena. Es un intensificador y, a la misma vez un liberador de las emociones. Para el culto cordonero es imprescindible la relación música – danza en ciertos momentos, sobre todo a la hora de convocar a los espíritus, cuando una asociación de complicidad rítmica con movimientos de pies y manos está acompañada de alguna melodía o simplemente de estridentes gritos guturales repetitivos como je, jay, jey, donde se hace imprescindible que todos los fieles mantengan el equilibrio rítmico entre las voces y el movimiento corporal; porque según dicen los directores de centros si se rompe, entonces se corta la "corriente", impidiendo la comunicación, al mantenerse el equilibrio, va aumentando la intensidad de las exclamaciones y los movimientos para llegar al clímax, que es cuando el o los médium caen en trance.

En los centros cordoneros es habitual la existencia de variados elementos de valor estético, que se manifiestan en la forma de organizar y adornar el templo, en particular, en los objetos artesanales confeccionados por sus miembros, parte de los cuales tienen carácter de exvotos como: tapetes, cortinas, ropas de santos, muñecas, flores artificiales, abanicos, cuadros para fotografías.

En la ornamentación de los templos un lugar importante lo tiene el color, generalmente blanco en la parte exterior y blanco y azul en el interior, en otros solo utilizan el color blanco. Al igual en paños, banderas y en el vestuario, que en algunos centros tienen como regla que todos los médium asistan a las sesiones vestidos de blanco, otros al menos los directores y médium cabeceros. Alegan que el blanco constituye el símbolo de la pureza espiritual y la paz universal.

Relacionada con el ritual, un lugar importante lo ocupa la cruz. La cruces de distintos tamaños, móviles e inmóviles, pueden estar situadas fuera y en el interior del local. En este último caso, fundamentalmente en el altar y en el centro de la habitación. En todos los Centros existentes las cruces están situadas fuera y dentro del plantel. Se pudo constatar que tradicionalmente a la cruz se le ha dado esa ubicación y todas poseen el mismo significado de expiación y redención cristiana, por eso en algunos altares se acompañan con la representación del Cristo crucificado.

La imagen de la Virgen de la Caridad en los altares cordoneros obedece a una razón de índole identitario "Es el primer símbolo nacional, antes de la Bandera, el escudo y el Himno" ha sido motivo de culto y veneración popular desde su aparición en nuestras costas en 1612. Se le reconoce como la madre espiritual de los cubanos. En los templos estudiados observamos que, se exaltan los valores de nacionalidad, cubanía y patriotismo. Se rinde culto a la par que ha representaciones de la iconografía católica, a distinguidos patriotas Como Martí, Maceo, Céspedes, el Che, Camilo, pues los cordoneros consideran que por haber dedicado su vida al bien de la patria, tienen la condición de espíritus de luz y el privilegio de estar cercano a Dios. Algunos de los templos son engalanados con la Bandera y el escudo nacional, recuerdan o celebran fechas patrias dando alabanza a Dios por los dones otorgados a nuestro país. Se pudo encontrar también la estrella con las imágenes de los 5 héroes, por los que hacen sesiones espirituales y piden por su liberación. Lo que corrobora lo expresado por los practicantes entrevistados con relación a su compromiso con el proyecto revolucionario cubano.

Al analizar los datos aportados por el trabajo de campo realizado a los centros cordoneros, estamos en condiciones de afirmar que el espiritismo de cordón ha tomado y dado su aporte al desarrollo de las tradiciones, costumbres y a la cultura en general de Bayamo.

Valoración del ámbito religioso cordonero de Bayamo en la década del 90 del pasado siglo

La religión, como forma de concepción del mundo, aporta sentidos al hombre, aún cuando no sea la única fuente. Las creencias pueden llegar a convertirse en un sistema de orientación y acción de máxima importancia en la vida, llegando, incluso, a determinar el accionar social o simplemente no trascender más allá de situaciones particulares y concretas. Para comprender el papel del cordonero bayamès de la última década del siglo XX, se hace necesario penetrar en el rico mundo de sus significados, en su articulación con los cambios sociales en el país, a tenor con la difícil situación del llamado Período Especial.

En un contexto donde la cotidianidad se representa de modo incierto, signada por la monotonía –posible pero no indispensable para dar cuenta de las rutinas cotidianas y donde la tolerancia emerge como cualidad indispensable para la convivencia cotidiana, no es entonces inusual que hacia lo religioso se dirija la atención con mayor énfasis y adquiera significados peculiares, que se expresan en el sentir de los individuos con diverso grado de elaboración.En circunstancias de inestabilidad, incertidumbre y escepticismo, el ser humano tiende a buscar preceptos, nociones, y creencias que le ayuden a compensar los males y ansiedades generados por la situación.

El análisis de los discursos sobre la religión apuntan a que la relación con lo religioso, con independencia del tipo de creencias que profesan los sujetos, permite enfrentar la realidad con mayor seguridad emocional, le proporcionan cierta paz y tranquilidad y una especie de energía o fuerza para dar cuenta de las contingencias e incertidumbres de la cotidianidad.

Las creencias y prácticas religiosas llenan la integridad de la vida del sujeto (practicante) con motivación, significado y energías, y por tanto, no queda restringida a un segmento limitado de la vida.

En las visitas de los seguidores se abordan preferentemente las preocupaciones familiares y de salud, así como la búsqueda de caridad para estos fines, considerando que la crisis provocada por el Período Especial no repercutió en las necesidades cotidianas de los creyentes ni afectó la práctica del espiritismo. Igualmente se verifica de forma unánime que los espacios para las prácticas del espiritismo no fueron cubiertos por el Gobierno o el Estado para otros fines ni mucho menos serrados. Se retoma la búsqueda de un nuevo espacio social con sentido misionero en este periodo (visitas a enfermos en las casas, hospitales a niños, necesitados en general) en labor de santiguación, sobar, llevar agua magnetizada para la curación de los males. Los entrevistados que practican el espiritismo desde varios años respondieron no encontrar diferencias entre el de años anteriores y el actual, pues el Espiritismo es Universal, no importa la época, ni si se es analfabeto o no lo que importa es la fuerza del espíritu y la Fé que se tenga, además es una tradición y el Espiritismo es uno solo. Desde otra perspectiva encuentran diferencia pues se versifica tener una mayor preocupación por la instrucción y superación de los Médium, pues antes se trabajaba mecánicamente, ahora cuentan con cierta bibliografía (Allan Kardec y Oraciones) a partir de donaciones, hechas por Instituciones espiritistas de Brasil que han visitado a centros cordoneros y el centro de estudios parapsicológicos "Más Luz", otros lo definen con que hay más ciencia, encuentran como diferencia haber superado la etapa de tener que solicitar permiso a la P.N.R para poder realizar las sesiones lo que los hace sentirse más tranquilos y más libres ya que no es necesario tener un permiso para sus reuniones, también consideran como diferencia la inserción de militantes del PCC y otros dirigentes a grupos religiosos de preferencia y sobre todo poder practicar el espiritismo, dicen haber tenido más ayuda de la Revolución porque existe la libertad de culto y creencia espiritual, otras de las diferencias que se registran es que en los centros se podía percibir una mayor presencia de hermanos buscando la caridad para sus males, más Unidad,

Se apreció con claridad a partir del análisis y procesamiento de las entrevistas realizadas que en las condiciones propias de Bayamo las funciones en el individuo creyente y practicante se ejercen ante todo en la compensación, satisfacción y autodeterminación frente a problemas que actúan sobre él directamente

En resumen, pueden establecerse como principales aspectos a evaluar del espiritismo de cordón en Bayamo, que constituyen un conjunto débilmente sistematizado de ceremonias, ideas, representaciones y prácticas religiosas, que bajo determinadas condiciones sociales se extendieron en nuestro país y existen en cierto modo modificado en un nuevo contexto social.

Se puede apreciar una relación estrecha entre el culto de los antepasados (espíritus), los fetiches y la magia, interrelacionados con ideas, sentimientos y prácticas religiosas mítico–mágico-supersticiosa.

No tienen un sistema teórico elaborado y sus ideas y sentimientos, al quedarse en un nivel empírico, se expresan de forma espontánea, dentro de lo sensible, con un carácter marcadamente utilitario y en los límites de lo cotidiano con una fuerte carga emocional.

Carecen de desarrollo institucional; lo que unido a su vinculación con los sectores más humildes de la población, posibilita que sus practicantes se identifiquen con gran facilidad al proceso revolucionario.

La incorporación se produce fundamentalmente por vía familiar ante la debilidad de sus estructuras, y por la influencia del barrio que como microorganismo social contribuye a la reproducción del modelo de conducta. Como elemento significativo se pudo conocer en la totalidad de los centros, que no se permite como afiliado, personal masculino sin vínculo laboral, según plantean sus reglamentos.

En la actualidad desde el punto de vista estructural el espiritismo de cordón se manifiesta organizado en grupos alrededor de centros, sus prácticas aplicadas al campo de la salud, y en enfermedades de variados tipos, sin solicitar a cambio intereses materiales, ni recursos costosos para su realización.

Los cordoneros reconocen en el contexto cubano del periodo especial, la situación de crisis, las carencias materiales, la inestabilidad económica, la carencia de muchos productos en el mercado, pero refieren que en el plano social estas afectaciones no tienen igual incidencia que en otros países, pues el gobierno revolucionario no ha descuidado tal aspecto. Confían en la búsqueda de alternativas favorables al pueblo llevadas a cabo por los máximos dirigentes de la Revolución. El período especial para ellos es impuesto por las circunstancias externas y una etapa necesaria por la que el país debía pasar para lograr un peldaño superior en su desarrollo, situación de la que ya ellos habían sido advertidos con anterioridad por los espíritus, en otras palabras, estaban preparados para soportarlo, por lo que la situación existente no afecto en nada las practicas espiritistas cordoneras, siguió su curso igual que en años anteriores se da prioridad a las necesidades esenciales del ser humano: la salud, la alimentación, la tenencia de un trabajo decoroso y la educación, aspectos tan necesarios al espíritu".

Existe consenso en cuanto a la insatisfacción mostrada por muchas personas ante la vida, radicando fundamentalmente en el sentido desmedido de lo material, pues valoran la cantidad de cosas a tener y no su aspecto cualitativo; así como al no reconocimiento de que el espíritu del hombre puede conformarse con poco, si en todo lo que hace lleva el amor y la paz de espíritu.

La reflexión de estos líderes y dirigentes científicos y cordoneros también se extiende hacia una crítica de la cultura del consumo que actualmente prolifera a escala mundial y afecta a nuestro país. A la par, condenan el comercio, a nombre de la ciencia espirita, en cualquier forma que se ejerza.

A partir del trabajo desarrollado, se constata que dentro de los grupos espiritistas de cordón de Bayamo en los años 90 no ocurre un proceso de extroversión de la conciencia religiosa en sus practicantes que pudiera estar motivado por las condiciones excepcionales provocadas por el Período Especial.

En el espiritismo que se practica en la década de los noventa, en sentido general, están presente las consultas o rituales vinculados a la presencia de dolencias y enfermedades en las que se pide a un espíritu que ayude a diagnosticar, caracterizar el mal y buscar la solución para el bien del paciente.

Esta noción del centro como hogar de los encarnados, que no son más que todos los hombres, hace que los practicantes se vean como una gran familia y como hijos de Dios que se consideran, se llaman todos hermanos espirituales. De esta forma también acogen y denominan a todos los que asisten a la ceremonia, compartan o no sus creencias. Es en este sentido que puede hablarse del carácter abierto de esta práctica, pues ofrece amparo y caridad a todos los necesitados. Al considerarlo lugar de socorro, algunos creyentes lo ven como un hospital donde se atienden los males físicos, psicológicos y morales.

En su generalidad el espiritismo de cordón practicado en los años 90, mantiene en lo fundamental las características de un culto planteado como creencia reorientadota del actuar cotidiano de los hombres, no se inmiscuye en motivaciones políticas y económicas. Los practicantes del territorio retoman su función protectora en el propio culto, a tenor del desajuste en la escala de valores que con un alto costo social se produce en los años 90. Las prácticas del espiritismo de cordón visualizadas por la autora a partir de la observación directa, permite afirmar que en Bayamo capital provincial de los granmenses esta práctica constituye una expresión bien enriquecida apegadas como ninguna otra a la identidad y se puede caracterizar como genuinamente cubana. Lo que no niega la presencia del resto de las variantes con un número importante de seguidores. Los lugares de la práctica del culto son bien humildes, caracterizada fundamentalmente por su riqueza en cantos y movimientos danzarios cuando se realiza la sesión. Si bien es cierto que del período estudiado desde el punto de vista local carece de información, el trabajo de campo nos facilito encontrar el equilibrio en la veracidad de la misma. El espiritismo cordón de los años 90 en el territorio no refleja en el culto los problemas cotidianos o los motivados por el Período Especial, sus funciones en el individuo y agrupaciones se ejercen ante todo en la compensación, satisfacción y autodeterminación frente a problemas que actúan sobre él directamente. Observándose entre los practicantes una orientación ideológica concreta hacia el proceso revolucionario, pero consideran que durante las sesiones debe primar las acciones de fe y mantenerse alejados de las cuestiones judiciales y políticas.

Todo lo anterior permite afirmar que en el estudio de los espiritistas realizado en Bayamo, las consecuencias negativas que produjo la crisis de los años noventa en todas las esferas de la vida, no han marcado una nueva evolución en la forma de percibir el espiritismo por sus practicantes y que ha sido también un resultado de la mayor libertad religiosa proclamada desde el IV Congreso del Partido.

Notas y referencias

1-Fernando Ortiz: "Una nueva secta espiritista de Cuba", en Bohemia, La Habana, año42, no.9, enero 15 de 1850, p.138.

2- Fernando Ortiz: "orígenes de los cordoneros del orilé", p. 34.

3- Yiya Villalón, de la "Antorcha del Camino", Gladis Gutiérrez, de "Redención", Freddy de Souza, de "Buscando a Dios", Elia Reyes de "Tres luces divinas", Joaquín Blanco, de "Estrella del Porvenir", fueron algunos de los instructores preparados por Gliserio Cedeño en "Más Luz".

4- Ludín B. Fonseca García y Aldo Daniel Naranjo Tamayo: "Síntesis histórica municipal de Bayamo", p, 133.

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Autor:

Lic. Maira Caridad Utria Reyes.

 

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