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Estrategia para mejoramiento de actitudes, prácticas y conocimientos en donantes (página 2)

Enviado por ALVARO JUSTINIANO


Partes: 1, 2, 3

En Latinoamérica, la sangre colectada proviene de donantes dirigidos o coactivos, es decir, personas que por presión familiar o social y por cumplir requisitos para hospitalización, cirugía o visita a sus familiares asisten a los Bancos de Sangre con el fín de reemplazar la sangre proporcionada o también la necesidad de un pariente, amigo víctima de una lesión traumática, una urgencia quirúrgica o una cirugía programada donde es imprescindible que se deje una unidad de sangre. En Bolivia y particularmente en Tarija, se suma a lo anteriormente expuesto, la donación remunerada; cabe hacer notar que es más segura la donación de sangre voluntaria y no remunerada, ya que la primera se motiva en el deseo de ayudar a receptores desconocidos.

En nuestro medio la transfusión de sangre siempre se la efectuó de manera directa, es decir, solamente se efectuaba la determinación de grupo sanguíneo, no así las pruebas de control a fín de descartar la presencia de agentes infecciosos trasmitidos por la sangre; sin embargo los inicios de la transfusión segura de sangre se remonta al año 1994 cuando en el Hospital Universitario San Juan de Dios se inicia el control serológico de todas las unidades de sangre que se transfundían en dicha institución. A partir de la promulgación de la ley 1687 del 26 de Marzo 1996, instrumento legal que regula el funcionamiento de los Bancos de Sangre y estos últimos, se constituyen en los organismos rectores conjuntamente con las comisiones asesoras de la sangre en el país, de manera que se pueda iniciar el proceso de habilitación de Bancos de Sangre y el fomento de la donación de la sangre de manera voluntaria, sin embargo a pesar de su promulgación la misma no se aplica hasta el año 2000 cuando se conforma el Programa Nacional de Sangre y se inician las actividades en las ciudades más grandes del país por contar estos departamentos con la infraestructura mínima necesaria.

El funcionamiento del llamado "Banco de Sangre del Hospital", que trabajaba bajo la normativa legal promulgada, en cuanto se refiere a control serológico de la sangre, sin embargo la Promoción, Información, Educación y Capacitación, dirigidas a fomentar la donación voluntaria y altruista de la sangre no fue en ningún momento abordada, dejando el acto de donación solamente bajo las prácticas de la reposición y remuneración. No es, a partir de agosto del año 2004 cuando el Banco de Sangre se independiza del Hospital San Juan de Dios a una infraestructura propia, pero aún transitoria y insuficiente.

Esfuerzos personales y de otros profesionales, inician las gestiones para la dotación de áreas específicas, contar con diseños arquitectónicos que permitan consolidar a través de un crédito del Banco Mundial, gestionado por el Programa Nacional de Sangre se lograse la construcción del Banco de Sangre Departamental, obra concluida el año 2006. Sin embargo los porcentajes de donación voluntaria y altruista, nunca se incrementaron, descansando las reservas de sangre hasta la fecha en la donación de reposición y remunerada. En la actualidad el promedio de donantes en el Banco de Sangre Departamental es de 80 por mes, de los cuales únicamente entre un 1 a 2 %, es donante voluntario.

En nuestro medio, se han identificado de manera empírica que la población en edad de donar sangre no realiza este acto por motivos altruistas de ayuda al prójimo y no lo hacen con la regularidad que se requiere motivado por diferentes percepciones, creencias, mitos, tradición, aspectos culturales, tabúes y falta de conocimiento de su importancia; pero no se han realizado investigaciones que hayan abordado sistemáticamente el tema de la donación de sangre y menos aún sobre las creencias y comportamientos que se tienen al respecto.

Antecedentes

La sangre es un recurso nacional. Es responsabilidad del gobierno asegurar que el suministro de sangre sea seguro, adecuado y esté disponible para satisfacer las necesidades de toda la población de pacientes. Sin embargo, en muchas partes del mundo no hay suficiente sangre para tratar a todos aquellos que la necesitan. A nivel mundial, cada año se donan aproximadamente 75 millones de unidades de sangre. Sin embargo, de las 500.000 mujeres que mueren anualmente por complicaciones en el embarazo, principalmente en los países en vías de desarrollo, cerca de 150.000 mueren debido a la falta de sangre (6)

La proporción de sangre donada por cada 1.000 habitantes es 18 veces mayor en países con un Índice de Desarrollo Humano (IDH) elevado que en los países con IDH bajo. Sólo el 16 % del suministro global de sangre proviene de donantes voluntarios y no remunerados en los países con IDH bajo y medio.

El número de donaciones por 1000 habitantes, es aproximadamente 15 veces mayor en los países de ingresos altos que en los de ingresos bajos. Este dato es motivo de preocupación porque los países en desarrollo son los que más necesitan contar con un suministro sostenido de sangre segura para el tratamiento de muchas afecciones, como la anemia infantil grave relacionada con la malaria o las complicaciones graves del embarazo requieren transfusiones y que aún se cobran un millón de vidas cada año. La disponibilidad de sangre segura permitiría evitar aproximadamente el 25% de los fallecimientos por hemorragias intensas durante el parto.

Sólo el 25% del total de las donaciones de sangre voluntarias y no remuneradas se realiza en los países en desarrollo. Treinta y siete países siguen recurriendo a los donantes remunerados, cuya principal motivación es el beneficio económico y no ayudar a los demás. Ciento veintitrés países continúan dependiendo de donantes familiares o de reposición familiar, lo que puede constituir un sistema oculto de donación remunerada. Los países de ingresos bajos y medianos que aportan datos completos señalan que más del 43% de las unidades de sangre procedentes de nuevos donantes se siguen obteniendo de donantes remunerados, familiares o de reposición familiar, frente a menos del 6% en los países de altos ingresos. (6)

Se estima que si aproximadamente el 5 % de la población donara sangre de manera regular sería posible mantener un suministro adecuado. Actualmente muchos países industrializados luchan por alcanzar esa cifra, mientras que muchos menos desarrollados reportan cifras inferiores al 1 %.

A pesar de la importancia de la donación voluntaria, el porcentaje de ésta es sumamente bajo en la región de las Américas. A nivel nacional para 1990-1997, solo Aruba, Canadá, Curazao, Cuba y Estados Unidos reportaron el 100% de donaciones voluntarias. Aunque algunos países todavía reconocen la existencia de hasta el 24% de donantes remunerados, la gran mayoría de las unidades de sangre obtenidas en la región provienen de donadores de reposición (7).

La donación en México se realiza fundamentalmente por donación de reposición familiar. El 98% aproximadamente de la sangre colectada en México se obtiene de donantes relacionados.

Los progresos hacia el objetivo de lograr que el 100% de las donaciones de sangre sean voluntarias y no remuneradas han sido lentos y aún no se ha conseguido que los suministros de sangre sean seguros y sostenibles. La mayoría de los países en desarrollo todavía dependen de donantes remunerados o de donantes familiares. Sin embargo, en los dos últimos años se ha reportado datos alentadores: países, como China, Malasia y la India, han logrado progresos aplicando principios más estrictos en sus programas de prevención del SIDA, donde se fomenta de manera directa la donación de sangre de manera voluntaria, a manera de detectar personas infectadas por el virus VIH.

Por otra parte, varios países se han acercado al logro del objetivo. Una ciudad como Santa Lucía, en España, ha dado un gran salto hacia adelante en la recogida de sangre procedente de donantes voluntarios no remunerados pasando del 24,4% en 2002 al 83,05% en 2004. En ese mismo periodo, Malasia pasó del 50% al 99%, y la India del 45% al 52,42%. Como indican las respuestas de los gobiernos al cuestionario de la OMS, estos progresos se debieron a la intensificación de los programas de prevención del SIDA.

En China, las cifras proporcionadas por el Gobierno indican que toda la sangre donada en 2005 se sometió a pruebas de detección de las cuatro infecciones (HIV, HCV, HBV Sífilis). En cuanto a la donación de sangre, China ha registrado un aumento del número de donantes voluntarios no remunerados, del 22% en 1998 al 94,5% en 2005. El progreso registrado en China se debe particularmente a una reducción de la utilización de sangre y plasma comercializados, con la consiguiente reducción en todo el país de las prácticas irregulares en materia de recogida y suministro de sangre, junto con un fortalecimiento de la prevención del SIDA

Estudios efectuados en Cuba, donde se evaluó los conocimientos, actitudes y practicas de la donación de sangre refiere, que la mayoría de la población tiene conocimientos sobre estos temas y tiene una actitud positiva hacia la donación, pero desconocen aspectos como la frecuencia de la donación y sus efectos sobre la salud. (7)

Un trabajo realizado por la Organización Panamericana de la Salud en 15 países de las Américas, muestran que la población tiene conocimientos generales sobre la sangre y donación, pero tiene una comprensión relativamente limitada de aspectos específicos. La mayoría de las personas tienen una actitud positiva y piensan que donar sangre es útil para salvar una vida y algo necesario y saludable. Sin embargo algo negativo, es que se preocupan porque afirman que con la sangre se lucra y que es difícil conseguir donantes. En general las personas donarían si lo necesitara un familiar o amigo en caso de urgencia o para su buen estado de salud. Por otro lado existen grupos de personas y que nunca han donado, no lo han hecho por falta de oportunidad, o por temor a la sangre, a las agujas, al contagio, a debilitarse, o porque creen que no están en condiciones de ser donantes y consideran que no van a recuperar la sangre que donan. (8) En cuanto a las prácticas la mayoría de los donantes dieron su sangre porque alguien se lo pidió y volvería a donar si alguien se lo pidiera. Los voluntarios lo harían para ayudar a cualquier persona que lo necesitara sin embargo son los menos (8)

Algo similar ocurre en Colombia, con un estudio efectuado donde los encuestados, afirman con referencia a las prácticas acerca de la donación de sangre que la gente no dona por la falta de información sobre las necesidades de sangre y las falsas creencias o mala información (engorda, adelgaza, etc.). En general las personas que no han donado sangre, hasta el momento no lo han hecho porque nadie se lo ha pedido o por temor a las agujas o desmayos y estarían dispuestas a hacerlo si alguien allegado o un familiar lo necesita, si es extremadamente necesario o urgente o se lo piden. Sin embargo, hay algunos que nunca donarían porque tienen miedo a infectarse con agujas que se vuelven a usar, debilitarse y a depender de extracciones permanentes porque la sangre se renueva en mayor cantidad, o por preceptos religiosos, falsas creencias, o porque han tenido experiencias negativas y unos pocos tienen una percepción de que la donación de sangre es un negocio. La gente dona por responsabilidad familiar, filial o personal, mientras los voluntarios y altruistas reflejan una intención de solidaridad o responsabilidad comunitaria. (9)

Otro estudio efectuado en la ciudad de México refiere que la mayoría de los donantes lo han hecho porque personas ajenas al Banco de Sangre se lo ha pedido, incluyendo los médicos; excepto los voluntarios y altruistas que han sido motivados por acción del mismo Banco de Sangre, en el trabajo o por familiares. A los dirigidos naturalmente se lo ha pedido un familiar, a los de reposición amigos o compañeros del trabajo. Los donantes repiten la donación según los voluntarios, altruistas, de reposición por responsabilidad comunitaria; mientras los remunerados y dirigidos lo hacen por responsabilidad individual o filial. Se tiene un conocimiento relativo sobre la sangre pero no aspectos muy específicos, siempre la asocian a una buena alimentación. En cuanto a los conocimientos relacionados con la donación de sangre, la mayoría de los donantes y no donantes piensan que la donación de sangre es vital, necesaria y debe ser ofrecida por solidaridad y voluntariamente, es cuestión de responsabilidad comunitaria y es saludable. Sin embargo, los testigos de Jehová consideran que no es justificada, y algunos admiten sólo la extracción terapéutica de sangre. Muy pocos reconocen una satisfacción moral o espiritual, siendo más frecuente en el grupo de voluntarios. Los remunerados reciben dinero porque consideran que es difícil conseguir sangre. En general se acepta que debe pagarse porque no hay suficientes donantes y en ocasiones es difícil conseguir ciertos tipos de sangre en emergencias (10)

JUSTIFICACIÓN.

Esta investigación expondrá de manera científica y organizada las actitudes, prácticas y conocimientos de la población que acude al Banco de Sangre Departamental. La identificación de estas características permitirá contar con elementos que sirvan de base para proponer y diseñar actividades que refrenden una estrategia de intervención a fín de fomentar la cultura de la donación voluntaria y altruista de sangre, logrando de esta manera mejorar los índices de donación de sangre en nuestra ciudad.

El impacto de este trabajo se reflejará en información, destinada a los beneficiarios principales, que son los bancos de sangre en primera instancia quienes requieren de un aprovisionamiento sostenible y en segunda instancia, los usuarios de éstas instituciones que es la población demandante de sangre.

Dicha información podrá ser utilizada por los directivos como una herramienta de gestión que sirva para fomentar e incentivar una cultura de donación de sangre voluntaria y altruista.

Finalmente, este estudio es factible de realizar ya que se cuenta con los recursos humanos, económicos y apoyo de las autoridades respectivas para efectuar el mismo. Por otra parte, en nuestro medio no existen estudios que aborden esta temática desde el punto de vista que proponemos.

Planteamiento del problema

Bolivia en general y Tarija en particular, presenta un desabastecimiento contínuo de sangre y problemas de seguridad, ya que algunas veces ésta es procesada en condiciones poco apropiadas (tamizaje incompleto de agentes infecciosos), sin cumplir con los parámetros internacionales de procesos y abastecimiento, especialmente en los lugares que más lo necesitan.

Las transfusiones de sangre y de sus componentes constituyen el tratamiento más utilizado para corregir las pérdidas de sangre agudas y las anemias crónicas; en consecuencia el donante es el primer eslabón de la cadena y es el que hace posible la transfusión sanguínea.

Cabe mencionar que en los últimos años la predominancia epidemiología del país ha virado de las enfermedades infecto-contagioso a los accidentes de tránsito, cánceres, enfermedades cardiovasculares; lo que ocasiona un mayor índice de mortalidad por hemorragia y el incremento progresivo de la necesidad de sangre. Esto podría controlarse de existir establecimientos con capacidad de respuesta a esta demanda, que puedan proporcionar los hemocomponentes seguros y oportunos evitando así muertes prevenibles por hemorragias

La población en edad de donar sangre en nuestro medio no realiza este acto por motivos altruistas de ayudar a su prójimo, de igual forma no lo hacen con la regularidad que se requiere esto por diferentes percepciones, temor, falta de conocimiento de su importancia, creencias, mitos, tradición, aspectos culturales, tabúes.

Las actitudes, escaso conocimiento y prácticas inadecuadas que creemos presenta nuestra comunidad referida a la donación de sangre hace que la misma esté muy por debajo de los estándares internacionales de donación voluntaria de sangre, en consecuencia en la práctica el sistema de mantenimiento de volúmenes de sangre que requiere nuestra ciudad, descansa en la mayoritaria participación de donantes familiares y de reposición, que es a quien se recurre para que se haga la devolución de la sangre proporcionada por la institución a un paciente que preciso de este líquido vital. Otro tipo de donante frecuente son los remunerados quienes comercializan con su sangre por variados motivos.

Al no ser donantes voluntarios y altruistas, no brindan seguridad ya que no son evaluados con frecuencia, por lo tanto no eliminan el riesgo del -período de ventana- y en muchos casos, no se puede contar con ellos durante las emergencias. La selección de la población de donantes es la medida que ha tenido mayor impacto sobre la seguridad de la sangre. Se ha demostrado que una alta población de donantes voluntarios está asociada con una baja tasa de transmisión de los agentes infecciosos que suelen vincularse con la transfusión (11) (12).

El riesgo de transmisión de infecciones por medio de una transfusión es mayor cuando los productos sanguíneos proceden de donantes remunerados o de reposición. Al no contar con donantes voluntarios habituales se omite información que generalmente hacen los donantes voluntarios, lo que hace pensar que pueden tener factores de riesgo y por ende, posibilitan la transmisión de enfermedades por vía sanguínea como SIDA y hepatitis virales, entre otras (13). Debe tenerse presente que no existe prueba de laboratorio alguna que sea 100% sensible, por lo que algunas veces el donante puede tener el agente infeccioso a pesar de tener la prueba respectiva negativa.(14)(15) La seguridad de la sangre depende principalmente de la calidad de los donantes obtenidos (16).

No existen efectivos diseños de comunicación, información y educación (IEC) que hagan a la donación voluntaria y altruista sea un acto permanente y fidelizado. Se debe pretender socializar la donación de sangre e involucrar al personal de los Bancos de Sangre participando en actividades comunitarias, donde se brinde comunicación, información y educación, interviniendo como modelo de comportamiento altruista, educador de los usuarios y de la población en general.

El Ministerio de Salud, a través del Programa Nacional de Sangre en los últimos años desarrollo grandes esfuerzos enviando el mensaje a fin de mejorar los índices de donación voluntaria, sin embargo se encontró diversas barreras y limitaciones lo que impidió lograr el avance esperado. Por lo que en el país en general y nuestro Departamento en particular, no se satisface la demanda de los productos sanguíneos, debido a un nivel muy bajo de donación voluntaria de sangre y los volúmenes con los que se cuentan son provenientes de los donantes de reposición como también los remunerados.

Se tiene evidencias empíricas sobre actitudes, prácticas y conocimientos de los donantes que acuden al Banco de Sangre Departamental, que evidencian que las unidades de sangre que se producen, no permiten satisfacer las necesidades de sangre, la misma que correspondería que se colectase a través de una práctica regular, voluntaria y altruista, que es lo deseable. Al no existir un estudio que muestre con evidencias científicas, escasa información de trabajos de investigación al respecto, se impone la necesidad de llevar adelante la presente tesis y dar respuesta a las siguientes preguntas.

¿Cuáles son las actitudes, prácticas y conocimientos que poseen los donantes de sangre sobre la hemodonación, que acuden al Banco de Sangre Departamental Tarija 2007?

¿Cuál seria el diseño de una estrategia de intervención dirigida a mejorar y modificar las actitudes, prácticas y conocimientos de los donantes de Sangre sobre la hemodonación?

CAPÍTULO II

Marco teórico conceptual

La sangre es vital para la vida. Transporta nutrientes esenciales a todos los tejidos y órganos del cuerpo. Sin la sangre los tejidos morirían por desnutrición. Una persona promedio tiene 25 mil millones de eritrocitos y en el cuerpo una persona sana y normal las células del cuerpo se renuevan constantemente. Sin la protección de la sangre no podría nacer niño alguno. En el útero, la sangre de la madre asegura que el feto recibe una provisión de oxígeno y nutrientes y el feto se beneficia de las defensas de la madre contra las enfermedades.

Cerca del 45 por ciento del volumen total de la sangre está compuesto de:

  • Glóbulos rojos

  • Glóbulos blancos

  • Plaquetas.

El 55 por ciento del volumen restante es plasma, es decir, la parte líquida en que se encuentran suspendidas las células. Los glóbulos rojos transportan oxígeno. La hemoglobina, que le proporciona a la sangre su color rojo, es la sustancia cuya presencia resulta necesaria para que el oxígeno sea obtenido de los pulmones. Los glóbulos rojos también transportan el oxígeno utilizado, transformado en bióxido de carbono, de regreso a los pulmones para su expulsión del cuerpo.

El hierro es un elemento clave para la elaboración de la hemoglobina. Cuando las reservas de hierro son insuficientes, el individuo se convierte en anémico, con la consecuente pérdida de la capacidad de transportar el oxígeno. Los glóbulos blancos defienden al cuerpo contra las enfermedades. Forman anticuerpos y combaten las infecciones y finalmente las plaquetas ayudan a controlar el sangrado; se adhieren a las superficies dañadas de los vasos sanguíneos y permiten que los factores de la coagulación se acumulen en el sitio de la herida.

También en el plasma se transporta sustancias como las proteínas, los factores de coagulación y algunos químicos. Algunas veces, debido a un trauma como la hemorragia, el volumen de sangre en el cuerpo se reduce a un nivel tal que el organismo no es capaz de reemplazarla lo suficientemente rápido. Ocasionalmente faltan algunos componentes de la sangre, o bien no funcionan adecuadamente, como en el caso de la hemofilia, en que no se produce la coagulación de la sangre. Otras veces la médula ósea no produce suficiente hemoglobina, debido a una deficiencia de los necesarios "bloques de construcción". En muchos de esos casos se realizan transfusiones de sangre y componentes sanguíneos a los pacientes. Todos los diferentes componentes de la sangre pueden ser utilizados y cada uno desempeña un papel importante para salvar las vidas de individuos diferentes en la comunidad.

  • Aspectos históricos.-

Existen referencias de que desde la antigüedad se ponían de relieve las posibilidades terapéuticas de la sangre humana. Durante la época del imperio romano, el naturalista Plinius y los médicos Scribonius Largus y Galen recomendaban su ingestión por vía oral como remedio para controlar algunas enfermedades, principalmente la epilepsia. Se dispone también de testimonios que indican que el descubrimiento de la existencia de la circulación sanguínea por el inglés William Harvey y la identificación de la conexión capilar de las arterias con las venas por el italiano Marcello Malphigi, constituyeron las premisas de los primeros ensayos de las transfusiones.

En febrero de 1665, el anatomista inglés Richard Lower logró la primera transfusión entre animales, al extraer la sangre de la arteria carótida de un perro e introducirla a otro a través de la vena yugular. Dos años después, el cirujano francés Jean Baptiste Denis realizó con éxito la primera transfusión de una oveja a un hombre joven. Esta operación se fue sistematizando por el propio Denis y por el también cirujano alemán Matthäus Gottfried Purmann pero, como es de suponer, en muchas ocasiones ambos fracasaban en su empeño, que a veces llegaba a tener un desenlace fatal

El siglo XX fue un período muy interesante en la medicina de la transfusión, especialmente a partir de la creación de los primeros Bancos de Sangre en el decenio de 1930. Durante la segunda guerra mundial, los progresos que se hicieron en la transfusión de sangre resultaron muy útiles en tiempo de paz.

La donación voluntaria en el país estuvo por muchos años a cargo de la Cruz Roja, pero a fines de la década del 70 esta actividad fue descontinuada por esta institución.

Es recién a partir de la promulgación de la Ley Nº 1687, de 26 de Marzo de 1996, en donde se declara de orden público y de interés nacional de la obtención, donación, conservación y transfusión de sangre humana, que se retoma la problemática acerca de la donación voluntaria de sangre en el país.

A partir del año 1998 se inician las campañas de donación voluntaria de sangre, básicamente tomando como población blanco a los estudiantes universitarios, consiguiendo de esta manera iniciar un proceso de sensibilización en la población, el mismo que debe consolidarse a través de un Plan Nacional, que es monitoreado por el Programa Nacional de Sangre, que involucre a todos los sectores de la sociedad. Recién a partir del año 2000 se mejoran y organizan los Bancos de Sangre en los departamentos del eje troncal y en nuestro medio es a partir del 2006 que contamos con una infraestructura adecuada.

La institución del 23 de mayo como el "Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre" ha sido uno de los grandes logros que permiten fortalecer la sensibilización

en la población nacional, así como reconocer a quienes ya se han solidarizado con las necesidades de salud del país.

Teniendo en consideración que el índice sugerido por OMS-OPS para asegurar un suministro adecuado sangre para un país, es igual al 2% de la población total. 200.000 unidades de sangre por año sería nuestro requerimiento a nivel del país, 10.000 unidades para nuestro departamento y para la provincia cercado área de cobertura del Banco de Sangre Departamental 3.500 unidades anuales.

  • Transfusión de sangre en la práctica médica.-

La primera transfusión de sangre que se tiene registro tuvo lugar en el siglo XVII, cuando el médico francés Jean-Baptiste Denis inyectó sangre de oveja a un ser humano. Desafortunadamente dicha transfusión no tuvo éxito. No fue sino hasta el descubrimiento de los grupos sanguíneos y del concepto de compatibilidad que la terapia de transfusiones comenzó a dar frutos.

Los eritrocitos fueron descritos por primera vez en 1658. Cerca de 250 años después fueron identificados los primeros cuatro grupos sanguíneos —A, B, AB y O—, a lo que siguió el descubrimiento de los factores Rh (Rhesus) que clasificó a la gente en los grupos Rh positivo y Rh-negativo. Actualmente los grupos sanguíneos y sus más de 100 subtipos pueden ser determinados con mucha precisión. (11)(12)

El uso de la sangre almacenada comenzó durante la primera Guerra Mundial (1914- 1918) pero el primer banco de sangre a gran escala, incluyendo los bancos de sangre de la Cruz Roja, no fue creado sino hasta la década de los años 1930. A partir de entonces, el objetivo de lograr que la sangre sea segura para su transfusión se ha convertido en un reto cada vez mayor. Actualmente, dicho objetivo es el más importante en la práctica de la terapia de transfusión de sangre. (11)(12)

Desde los inicios de la terapia de transfusión, los servicios de sangre de todo el mundo identificaron una amplia variedad de medidas para lograr una transfusión de sangre más segura, entre ellos se incluyen:

  • 1 El objetivo de contar con donantes de bajo riesgo para las infecciones transmitidas por transfusión

  • 2 El reclutamiento exclusivo de donantes de sangre voluntarios y no remunerados, con motivos humanitarios o altruistas

  • 3 La retención de donantes voluntarios y no remunerados como donantes regulares

  • La educación, relacionada con la salud pública, sobre la importancia de la donación de sangre y los factores de riesgo que pueden hacer que una persona sea no apta para donar

  • Procedimientos rigurosos para la selección de los donantes, de conformidad con criterios definidos que incluyen una entrevista previa con el médico, una revisión de la salud física y el asesoramiento de cada donante en cada donación

  • 6 Procedimientos seguros de recolección de sangre con el fin de evitar la contaminación bacteriana

  • 7 El análisis de todas las unidades de sangre donada en busca de agentes infecciosos que pueden ser transmitidos por medio de la transfusión

  • 8 La transfusión de la sangre solamente cuando no hay alternativa.

En el Siglo XX surge una nueva preocupación, al encontrar que la sangre, además de salvar vidas, puede transmitir enfermedades y convertirse en un problema, más que en una solución. (6) El acto transfusional conserva implícito un importante riesgo infeccioso y si a eso le sumamos la dificultad que implica el mantener las reservas para suplir las demandas de sangre y los múltiples hemoderivados y lo difícil que es en algunas ocasiones disponer de determinados grupos sanguíneos, es evidente la razón por la cual la sangre ha perdido gran parte del encanto que adquirió cuando se realizaron las primeras transfusiones y es apenas lógico que surjan nuevas escuelas que eviten al máximo procedimientos transfusionales.(6) (17)

A comienzos de 1970 se consolidó formalmente una nueva tendencia denominada "cirugía sin sangre", que surge como respuesta a los problemas que se presentaban al tratar a los Testigos de Jehová, quienes basados en la prohibición bíblica de "no meterle sangre al cuerpo", se niegan a recibir transfusiones sanguíneas o cualquier otro hemoderivado (18) llegando incluso a rechazar las prácticas autotransfusionales por el temor a no ser transfundidos realmente con su propia sangre. (19)

En 1996 se crea en Estados Unidos la Asociación Nacional de Cirugía y Medicina Sin Sangre (National Association of Bloodless Medicine and Surgery – NABMS. La cual fundamenta su ideología: La sangre es costosa, peligrosa y, en ocasiones, impredecible.

En la actualidad, solo la autotransfusión es considerada una alternativa segura a la Transfusión de Sangre Humana, las otras son consideradas como futuras o experimentales. Estas técnicas se encuentran disponibles desde 1920 y adquirieron fuerza en los ochentas con la aparición del miedo al VIH. Las técnicas autólogas más reconocidas son:

  • a. Donación autóloga preoperatorio o autotransfusión (PAD). (20) (18)

  • b. Autotransfusión intraoperatoria. (18) (19)(20).

  • c. Hemodilución normovolémica aguda (NHD). (18) (19)(20). (21) (22) (23).

Aun con la puesta en práctica de todas estas medidas, nunca puede decirse que la sangre es 100 por ciento segura. La sangre puede ser considerada como un poderoso medicamento, y como todo medicamento puede tener efectos adversos como las reacciones a la transfusión y la transmisión de infecciones. La transfusión de sangre siempre tendrá un cierto nivel de riesgo, aun cuando sea bajo. En consecuencia, existe la necesidad de contar con programas que mejoren la salud pública y reduzcan la incidencia de los padecimientos para los que se requiere la terapia de transfusión de sangre.

También es importante que los médicos que prescriben la sangre y sus componentes comprendan los riesgos potenciales asociados con la transfusión y utilicen otras alternativas cuando sea posible.

Es necesario que toda la sangre sea sometida a revisión en busca de agentes infecciosos y sea desechada cuando esté contaminada por dichos agentes. Sin embargo, es un proceso costoso y que toma mucho tiempo. Se estima que anualmente alrededor de 13 millones de donaciones de sangre no son sometidas a prueba para detectar el VIH y los virus de las hepatitis B y C, principalmente en los países en vías de desarrollo, donde los equipos y reactivos que se requieren para llevar a cabo las pruebas no siempre se encuentran disponibles.

En la actualidad, la transfusión de sangre entera se utiliza solo en lugares en que los servicios de sangre tienen equipo y recursos limitados, es decir que ahora se esta procediendo a procesar sus diversos componentes y transfundirlos. La mayoría de los pacientes necesita solamente de un componente, dependiendo de su condición clínica, con ello, el procesamiento del biológico permite que una unidad de sangre entera sea utilizada por varios pacientes. Así tenemos los concentrados de Glóbulos Rojos, Plaquetas, Plasma Fresco Congelado, Crioprecipitados. También se puede transfundir cierto número de productos sanguíneos que tienen usos específicos también pueden ser derivados del plasma.

  • Transfusión de sangre como terapia.-

La transfusión de sangre se realiza de manera regular para reemplazar grandes pérdidas de sangre en los casos de cirugías, traumatismos, sangrados gastrointestinales y partos. Los pacientes de cáncer frecuentemente requieren también de transfusiones. Algunos trastornos genéticos —como la talasemia y la enfermedad de células falciformes— afectan a la sangre. La forma de las células sanguíneas también puede resultar afectada, dando paso a una alteración en su funcionamiento y su consecuente destrucción. Las personas con estos trastornos requieren de un suministro regular de sangre segura para reemplazar su deficiencia de sangre.

  • Fundamentos de la donación de sangre

La donación de sangre tiene que estar basada fundamentalmente sobre tres pilares:

  • 1. En primera instancia, debe ser altruista. La persona que dona sangre debe hacerlo por convicción, porque se da cuenta que de esta forma está permitiendo que alguien viva o solucione un determinado problema de salud.

  • 2. En segundo lugar, debe ser voluntaria. El donante no debe verse forzado por alguien, ni siquiera ante una circunstancia de extrema necesidad.

  • 3. El tercer pilar es que las donaciones deben corresponder a un plan que permita su máximo rendimiento.

Cada una de estos pilares tiene una razón de ser. El donante debe ser altruista para evitar que florezca un negocio en torno de la obtención de sangre. Debe serlo por convicción propia porque, si el donante está presionado por alguien o algo, puede ocultar la presencia de algún aspecto de su sangre que no la hace apta para ser donada. Por último, la donación de sangre tiene que estar absolutamente planificada de acuerdo con los diferentes tipos de necesidades, empezando por cuántos y qué tipo de donantes se requieren por año, porque la sangre tiene un tiempo limitado de vida.

Los informes comunicados a la base mundial de datos sobre seguridad de la sangre demuestran sistemáticamente que la prevalecía del VIH y otras infecciones transmitidas por la sangre es más baja entre los donantes de sangre voluntarios y altruistas que entre los donantes remunerados, familiares o de reposición familiar (familiares o amigos del paciente). En Sudáfrica, por ejemplo, la prevalencia del VIH es del 20,1% en la población adulta, pero sólo del 0,02% entre los donantes de sangre habituales, todos ellos voluntarios y no remunerados. Por el contrario, la seroprevalencia de la infección entre los donantes remunerados, familiares o de reposición familiar es igual de elevada a la de la población general. Se trata de un dato especialmente significativo para los países que soportan una fuerte carga de infecciones transmisibles por transfusión sanguínea.

  • Proceso de captación y selección de donantes.-

Para garantizar que los donantes de sangre sean sanos y de bajo riesgo, es sumamente importante que el proceso de captación y selección de los mismos sea eficaz. En términos generales, se ha reconocido que los donantes voluntarios, no remunerados que donan sangre habitualmente son los más seguros, en comparación con aquellos que dan su sangre cuando un miembro de la familia o comunidad lo requiere o los que donan su sangre a cambio de dinero u otra forma de retribución . Las personas que donan sangre por obligación o por dinero podrían no revelar problemas que los inhabilitan; por lo tanto, pueden ser peligrosos. Los donantes voluntarios donan sangre porque así lo desean y no reciben dinero ni otra retribución que lo suplante. Su principal motivación es ayudar a receptores desconocidos y no obtener beneficios personales. Además, si lo hacen con regularidad, brindan mayor seguridad ya que son evaluados con frecuencia y en muchos casos, se cuenta con su colaboración durante emergencias (2) (24).

A pesar de la importancia de la donación voluntaria, el porcentaje de ésta es sumamente bajo en la región de las Américas. A nivel nacional para 1990-1997, llego al 1 %, solo Aruba, Canadá, Curazao, Cuba y Estados Unidos reportaron el 100% de donaciones voluntarias. Aunque algunos países todavía reconocen la existencia de hasta el 24% de donantes remunerados, la gran mayoría de las unidades de sangre obtenidas en la región provienen de donadores de reposición(7).

Tanto los gobiernos como los servicios de transfusión deben comprometerse a fomentar la donación de sangre voluntaria y no remunerada e ir suprimiendo la donación remunerada y la basada en donantes familiares de reemplazo. Así; en la Asamblea Mundial de la Salud celebrada en mayo de 2005, los ministros de salud de todo el mundo suscribieron una declaración unánime de apoyo a la donación de sangre voluntaria y no remunerada. Para la Oficina Sanitaria Panamericana (OPS) uno de sus grandes desafíos a futuro, es la promoción de la donación voluntaria de sangre en los países de la región (2). Para poderlo llevar a cabo, se ha previsto desarrollar una estrategia de comunicación social que requiere de información de base sobre la población, especialmente acerca de sus conocimientos, actitudes y prácticas en relación a la donación de sangre.

  • Conocimientos de los donantes sobre la hemodonación.-

La población en general tiene conocimientos muy esquemáticos sobre la sangre, transfusión y donación, con una comprensión relativamente limitada de aspectos específicos. La población conoce que la sangre se repone, cuales sus funciones, conoce su propio tipo de sangre, las situaciones más comunes en que una transfusión es necesaria, algunos requisitos y limitaciones para donar sangre y a veces la cantidad de sangre que es posible extraer. Sin embargo no sabe con certeza cómo se reproduce la sangre, ni conoce la cantidad de sangre total en el cuerpo humano, el proceso que implica la transfusión, el uso de la sangre donada, la necesidad de sangre en los establecimientos de salud, dónde y con qué frecuencia se puede donar, las enfermedades transmisibles y los beneficios y riesgos de donar sangre. (8). Además, en algunos países aún persisten tabúes y mitos sobre la sangre y la donación de sangre que probablemente influyen negativamente en las prácticas de donación. Algunas son que el tipo de sangre determina el temperamento o que la sangre muestra diferencias que radican en su color, consistencia y en las enfermedades de cada persona, o que donar sangre engorda, da hambre, adelgaza, provoca infartos, cáncer, convulsiones u otras enfermedades (8).

  • Representaciones de la donación de sangre.-

Qué y cómo es entendida la donación, qué cuestiones median para donar y qué esperan de este hecho, son las cuestiones que pueden ayudar a comprender la necesidad de donar sangre que las personas sienten.

La donación de sangre se produce porque la gente se ve movida por diferentes intereses, desde el altruismo y la solidaridad, en el sentido propio de las palabras, la instrumentalización de estos mismos conceptos, para satisfacer necesidades morales, éticas y/o sentimentales; en respuesta a las peticiones de familiares y amigos, con los que se mantienen lazos de proximidad afectiva; como respuesta al llamamiento de una institución sanitaria; como respuesta de autoestima e incluso como una respuesta económica.

Todas estas posibilidades del por qué de la donación son, desde luego, desde el punto de vista individual; pero, aunque la donación es un hecho físicamente individual, es básicamente un acto social, colectivo. Se hace por y para la colectividad; en este sentido hay motivaciones grupales, claramente diferenciadas de las individuales. Las necesidades colectivas, radican básicamente en la necesidad de sentirse miembro de un colectivo o grupo concreto, donde potenciar o recuperar el sentido de vecindad. La pertenencia a un grupo solidario, para poder satisfacer necesidades básicas, relacionadas con la defensa de la integridad física y la supervivencia, es una motivación de primer orden. Se dá sangre para los enfermos y no tanto porque la requieran los médicos. (25)

La donación se puede vivir como una necesidad socio-sanitaria, lo que implica un modelo de participación social, el reconocerse como miembro de una sociedad y estar por las necesidades de ésta. A esta idea concepto se acercan más los donantes jóvenes. Para ellos, la donación nuevamente es expresión de lazos de solidaridad. 

  • Actitudes de los donantes de sangre.-

En la literatura revisada se afirma que la mayoría de las personas tienen una actitud positiva y piensan que donar sangre es útil para salvar una vida y algo necesario y saludable. Las personas con actitud negativa piensan que se puede adquirir alguna enfermedad o aumentar de peso, y les temen al dolor y a la debilidad como consecuencia de la donación. También piensan que con la sangre se lucra y que es difícil conseguir donantes. En general las personas donarían si lo necesitara un familiar o amigo en caso de urgencia o para su buen estado de salud. Muchos donantes perciben que están donando su sangre para reponer la sangre utilizada por sus familiares; existe poca conciencia de las necesidades permanentes de la comunidad.

Las personas que nunca han donado no lo han hecho por falta de oportunidad o por temor a la sangre, a las agujas, al contagio, a debilitarse, o porque creen que no están en condiciones de ser donantes o que no van a recuperar la sangre que donan. Otras no cumplen con los requisitos de peso y talla. (8).

  • Creencias a cerca de la donación de sangre.-

La sangre tiene un significado cultural muy importante en todas partes del mundo. Frecuentemente se le considera como una fuerza de vida y como un símbolo de familia y de lazos de unión. También se le relaciona con la personalidad y la apariencia y existe la superstición de que donar sangre debilita a la persona o causa infertilidad. En Bahrein, por ejemplo, los musulmanes acostumbraban sangrarse para conmemorar cada año el asesinato del nieto del profeta Mahoma. Ahora lo hacen por una buena causa: la donación de sangre.

Entre los factores que desalientan a quienes nunca han donado sangre podemos incluir:

  • 1 Falta de conocimiento sobre la necesidad de la donación de sangre, o sobre el proceso de recolección de sangre

  • 2 Temor a las agujas

  • 3 Temor a lo desconocido

  • 4 Creencias religiosas

  • 5 Mitos y supersticiones

  • 6 Tradición.

Personas que donan sangre por primera vez pueden estar reacias a repetir la experiencia si ésta tuvo condiciones desagradables o bien, pueden perder la confianza en el servicio de transfusional por haber experimentado o escuchado acerca de problemas de suministro u otros factores negativos. Es probable que los jóvenes estén mejor educados que sus padres y tengan actitudes diferentes. Es importante saber qué tipo de educación se les proporciona o finalmente la actitudes y conductas que asumen los jóvenes.

La superación de los sentimientos negativos respecto a la donación de sangre constituye un paso gigantesco en cualquier campaña de reclutamiento. En el mediano-largo plazo y a través de una planificación correcta, apoyada en acciones de IEC es posible derribar todos los obstáculos a la donación de sangre. El reto, consiste en encontrar la clave que funcionará en la cultura y/o ambiente en donde se desea operacionalizar las acciones IEC.

De acuerdo a datos, se establecen tres posicionamientos: religiosos (católico practicante, católico no practicante, agnósticos y otros) y dos grupos de actitudes frente a la donación: donantes actuales (que han donado alguna vez) y donantes potenciales (que nunca han donado).

Los católicos practicantes manifiestan un peso muy grande a favor de la donación pero (52,19%); y la posición desfavorable sobre la donación (11,01%), que se sitúa con un estrecho margen sobre las personas sin opinión (10,56%).

Esta misma secuencia la vamos a observar en los católicos no practicantes, entre los cuales la disposición favorable (54,41%) y desfavorables (11,05%) o sin opinión (10,74%).

Tratándose de «agnósticos y otros» opciones religiosas descubrimos cómo la pauta de comportamiento es también asimilable a los casos anteriores, aunque no igual. La posición favorable (48,04%), siendo así que la segunda actitud más presente es la posición desfavorable (16%), que supera a los casos anteriores.

Aquí cabe considerar precisamente el caso de todas aquellas personas que, por una u otra razón, son sacralizadoras de la sangre, como Testigos de Jehová o esencialistas. Pero asimismo presentan un mayor peso en donaciones ocasionales (15,7%), debido acaso a un mayor compromiso con el Banco de Sangre, y un porcentaje de donaciones habituales (11,76%) muy similar al de los católicos no practicantes. En último lugar, significativamente, el peso de los «sin opinión» es el más reducido de todos (8,53%), precisamente los colectivos que rechazan la donación ya tienen una opinión manifiesta y clara hacia ella.

Debido a nuestra tradición cultural y moral católica, la significación del amor fraterno como valor central en la participación en campañas de donación no parece tener un peso excluyente (26). Pero tampoco en el contexto norteamericano la variable «prácticas religiosas» parece tener un peso significativo en las actitudes de voluntariado relacionadas con la donación de sangre —siempre y cuando éstas permitan la donación. (27)(28) (29) Se han demostrado cómo a través de un análisis estructural de estudios sobre donación de sangre las variables de actividad religiosa no son significativas, y las de género, edad y educación estarían inducidas por las metodologías empleadas.

  • Percepciones, sociales sobre la donación de sangre.-

Para el doctor J. C. Allen, más importante que saber por qué donan los donantes, es darse cuenta de que la mayoría van a continuar siéndolo sin importarles lo que se haga. (13)

Los motivos que regulan la donación de sangre son los motivos personales, ya que el altruismo no parece una variable significativa para la distinción entre donación, donante y no donante; más bien el altruismo es una forma de racionalizar los propios motivos de los donantes que una motivación absoluta (14). Entiendo que es esta particularidad lo que caracteriza a la donación de sangre: "hecho individual ligado a las experiencias personales y que condiciona toda una serie de respuestas colectivas".

Los planteamientos sobre la promoción, en general realizados desde planteamientos teóricos de corte socio-epidemiológicos, universalizan los criterios, pretendiendo hacer uniforme la sociedad y sus reacciones ante cualquier evento.

El estudio antropológico del contexto de la donación dá unos elementos de análisis difíciles de encontrar mediante otras disciplinas, ya que la donación no es un hecho genérico capaz de universalizarse, es necesario, estudiarlo en su cotidianidad y desde las particularidades de sus interacciones. Hemos de aceptar que no todas las personas tienen el mismo estimulo motivador, lo que al final se traduce en las variaciones de la ritualidad. No es lo mismo el ritual de la donación en un pueblo que otro y mucho menos en la capital; por tanto, es fácil deducir que no serán los resultados iguales en un punto de extracciones que en otro. Los ritos permiten la estabilidad social y su continuidad en el tiempo: "A través de los ritos de paso son los individuos los que cambian, no la sociedad" (16).

  • Prácticas de los donantes de sangre.-

La mayor parte de las personas que han donado durante el último año observan ciertas prácticas de donación que son comunes a la mayoría. Han donado en bancos de sangre de hospitales públicos, del seguro social o de la Cruz Roja y ha variado el tiempo transcurrido entre una donación y otra. La mayoría de los donantes dieron su sangre porque alguien se lo pidió y volvería a donar si alguien se lo pidiera. Los voluntarios lo harían para ayudar a cualquier persona que lo necesitara. (8).

  • Reciprocidad como contexto de la donación de sangre

Para los donantes de sangre y respecto del común de la sociedad, representada ésta por el sistema sanitario, su donación es una prestación total (26), ya que ésta obligación de dar espera una obligación de recibir.

La prestación total se define por una serie de características que nos aclara Godelier, en el análisis que realiza del don: "No son los individuos, sino las colectividades, las que se obligan mutuamente, las que intercambian y contraen las obligaciones. Lo que se intercambia no son exclusivamente bienes y riquezas, ante todo, son cortesías, festines, ritos, donde la circulación de riquezas no es más que uno de los términos de un contrato más general y permanente. Y finalmente: Esas prestaciones y contraprestaciones se realizan bajo una forma más bien voluntaria" (30). Pero, ¿de quién recibe sangre una persona, si no es de una colectividad representada por la institución sanitaria? ¿A quién se dona la sangre, si no es a una institución, a la colectividad?

Este mecanismo de devolución de lo recibido es contemplado por muchos de los familiares del paciente que han sido transfundidos. Algunos de los pacientes, una vez recuperados de su dolencia, suelen de forma espontánea donar sangre por el hecho de haberla recibido. No es nuevo, Mauss nos mostró cómo donar supone encadenar tres obligaciones, la de donar, la de recibir y la de devolver. La sociedad se funda en el intercambio y sólo existe por la combinación de todo tipo de intercambios, es uno de los conocidos postulados de Lévi-Strauss. Los hechos sociales son una combinación de intercambios (16) (30)

Para que los dones manifiesten su efecto es preciso la presencia en el intercambio de tres partes: quienes donan, quienes reciben y una tercera parte para que lo donado circule socialmente, pues así se crea y se manifiesta el compromiso social.

La donación de sangre actúa como un compromiso adquirido en términos morales, que obliga a la reciprocidad y obliga en términos de colectividad; no es individual. Pues la sangre se dona para la colectividad y sin saber para quién es; congrega como actores a donantes y pacientes por un lado, por otro, a sanitarios y asociaciones de donantes que ejercen de testigos, árbitros, reguladores y fedatarios públicos de que la donación y sus consecuencias sociales se han producido.

Entre los donantes de sangre no es bien recibido quien realiza una donación con la pretensión de conseguir una recompensa material por el hecho de donar. La donación retribuida, por este motivo, está mal vista ya que le falta la grandeza de espíritu necesaria. Contrariamente la donación dirigida, de discutible consideración como altruista, no esta afectada por esta consideración negativa. La familia, e incluso el amigo, tienen la consideración, frente a la donación, de ser para uno mismo a quien se dona la sangre.

Cuando alguien precisa una donación, no es él mismo quien la reclama o expresa la necesidad, son otras personas, generalmente es la institución sanitaria la que reclaman la sangre que precisa.  La institución es la forma en que se presenta la sociedad frente al donante, pero ante él se presenta reclamando ayuda para la subsistencia de la propia institución, "que tiene su razón de ser en la existencia del enfermo" y la subsistencia de la sociedad, "puesto que quien está en peligro es un miembro de la sociedad". La situación creada ahora es de dependencia.

Los donantes de sangre no intentan convencer a todo el mundo para que done sangre. Reclaman de las instituciones que se esfuercen en promocionar la donación de sangre, a la vez que reclaman una compensación social "no económica" por su gesto. La característica presente en la donación de sangre, reflejada en la condición de altruista de la donación: "ni se compra ni se vende", vale decir la donación es entregada a unos intermediarios con la condición de ponerla a disposición de quien la ha de recibir y probablemente quienes la donan y quienes la reciben jamás lleguen a conocerse.

  • Donantes de bajo riesgo.-

Un donante de bajo riesgo es aquel que tiene un bajo riesgo de transmitir infecciones por medio de su sangre. Si excluimos la donación dirigida o autóloga, los donantes de sangre se dividen en tres categorías:

  • 1 Donantes pagados o comerciales

  • 2 Donantes familiares o de reposición

  • 3 Donantes voluntarios y no remunerados.

La evidencia obtenida en muchos países demuestra que los donantes más seguros son los donantes voluntarios y no remunerados, procedentes de poblaciones de bajo riesgo, que donan sangre de manera regular.

  • Donantes pagados o remunerados.-

Las personas que viven de vender su sangre o quienes obtienen de esa actividad una parte de sus ingresos. Su principal motivación consiste en recibir una remuneración económica y no en el deseo de ayudar a salvar vidas o mejorar la calidad de vida de otra persona. Por eso es poco probable que informen de cualquier razón por la que serían inelegibles para donar su sangre. La más alta incidencia de infecciones transmitidas por conducto de la transfusión de sangre corresponde precisamente a este grupo de donantes pagados o comerciales.

En algunos países todavía existe un sistema bajo la forma de un mercado negro donde se comercializa sangre. Esta práctica debe ser eliminada por medio de la promoción del altruismo y el humanitarismo, mediante la promulgación de leyes, y a través de la difusión de la importancia que tienen la seguridad de la sangre y la dedicación de los especialistas que trabajan en los servicios de sangre.

  • Donantes familiares.-

En muchos países en que los suministros de sangre son escasos, donde no hay antecedentes de Bancos de Sangre o donde la donación de sangre no es una norma aceptada dentro de la cultura, es común que se solicite a los familiares o amigos del paciente que requiere de una transfusión que donen sangre para reponer la existente en el inventario de sangre.

Si bien estos donantes son más seguros que los donantes pagados, también tienen una mayor incidencia de infecciones transmisibles por la transfusión que los donantes voluntarios y no remunerados. Lo anterior puede ser el resultado de la presión emocional que sufre la persona que va a donar, y que le hace ser menos honesta en relación a su estado de salud o su comportamiento de alto riesgo.

La situación de los donantes de reposición debe ser abordada con precaución; debe mantenerse el equilibrio entre alentar a las personas sanas y elegibles a que se conviertan en donantes voluntarios y no remunerados, y evitar que donen aquellos que tengan el riesgo de transmitir una infección. Si se les trata en forma considerada y se les educa adecuadamente, los donantes de reposición pueden ser la base de un sistema de donación voluntaria y no remunerada, realizada por razones meramente humanitarias.

Cuando la vida de un miembro de su familia o de su comunidad fue salvada por medio de una transfusión —o cuando ha sido puesta en peligro por falta de sangre segura—, estos donantes pueden reconocer la necesidad de contar con un suministro sustentable de sangre, el cual sólo puede ser obtenido a través de las donaciones regulares voluntarias y no remuneradas de sangre.

Los donantes que son obligados —ya sea por presión emocional o por amenazas— para que donen sangre no pueden ser considerados como "seguros". En algunos países existe una gran dependencia respecto de los donantes de sangre que pertenecen al ejército o que se encuentran en prisión, a quienes se ordena que den sangre; estas personas no pueden ser consideradas como donantes voluntarios aunque no hayan recibido dinero. La presión excesiva por parte de la familia, los patrones o los amigos puede también conducir a la coerción y junto a que el donante oculte algún factor de riesgo que lo excluiría como candidato para donar sangre. Algunas autoridades sanitarias solicitan la donación antes de una cirugía o una estancia programada en el hospital. Cualquier donante que no da su sangre de manera voluntaria, por motivos altruistas, constituye una amenaza para la seguridad del suministro de sangre.

  • Donantes voluntarios, no remunerados.

Los donantes voluntarios y no remunerados que dan sangre de manera regular constituyen la base de un suministro adecuado y seguro de sangre. Los donantes voluntarios y no remunerados se definen en los siguientes términos:

"Son personas que donan sangre, plasma u otros componentes sanguíneos por su propia voluntad, sin recibir pago alguno por este concepto, sea en forma de dinero o de cualquier género que pueda ser considerado como sustituto del dinero. Esto último incluye el tiempo libre en el trabajo, que no sea el necesario para realizar la donación. Las muestras de gratitud, los refrigerios y el reembolso de los costos del transporte son compatibles con la donación voluntaria y no remunerada de sangre."(6)

La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja hace énfasis en la importancia de esta definición, que fue adoptada oficialmente en 1991(3)

Se estima que hasta un 60 por ciento de la sangre recolectada a nivel mundial es donada directa o indirectamente a través de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, por medio de sus programas de reclutamiento dirigidos al donante voluntario y no remunerado. (3) En colaboración con los gobiernos y las autoridades sanitarias de cada país, la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja ha ayudado a crear consciencia en las sociedades nacionales de la necesidad vital de educar, reclutar y retener a los donantes voluntarios y no remunerados que realizan su donación de sangre por motivos altruistas.

Actualmente, de las 178 sociedades nacionales, algunas sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja son responsables de importantes programas de sangre a nivel nacional. Otras cuentan con servicios de sangre completos o están involucradas en las actividades de los centros de sangre. La mayoría participa en la promoción de la donación de sangre y el reclutamiento de donantes de sangre.

Las principales razones para promover la donación voluntaria y no remunerada de sangre son las siguientes:

  • a. La protección del receptor de la sangre y los componentes: los donantes de sangre voluntarios y no remunerados invariablemente tienen la incidencia más baja de infecciones transmisibles por transfusión porque no tienen motivos para ocultar información relacionada con su estado de salud que pudiera excluirlos como donantes. Los donantes de repetición (aquellos que no donan por primera vez) son generalmente más seguros que los nuevos donantes porque están mejor informados sobre el significado de las conductas de bajo riesgo y la importancia de autoexcluirse cuando su donación pudiera afectar al receptor

  • b. La protección del donante: el servicio de sangre tiene la obligación de proteger tanto la salud del donante como la del receptor. Los donantes que dan sangre a cambio de alguna recompensa monetaria o como resultado de la presión de otros, pueden ocultar información que de otra manera ocasionaría que fueran excluidos, ya sea temporal o definitivamente, porque la donación puede ser dañina para su propia salud.

  • c. Ética: La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja, la Organización Mundial de la Salud y muchas otras organizaciones consideran que es moralmente inaceptable que cualquier asunto relacionado con la salud se base en la compra de alguna parte del cuerpo humano, incluyendo la sangre. (3)

Todo el personal del programa de sangre necesita trabajar incesantemente para asegurar en todo momento un suministro adecuado de sangre, y trabajar aun más duro para asegurar la donación regular de los donantes voluntarios y no remunerados, quienes no representan riesgo de transmitir una infección por medio de su sangre.

Se sabe que los donantes más seguros son los donantes regulares, voluntarios y no remunerados, que provienen de grupos de población de bajo riesgo y que donan su sangre por razones humanitarias. En los países en vías de desarrollo menos del 40 por ciento del suministro de sangre proviene de donantes voluntarios y no remunerados. En esos países es necesario dar prioridad a:

  • a. La formación de grupos de población de bajo riesgo

  • b. La identificación y el enfoque en la población de bajo riesgo

  • c. La conversión de los donantes de reposición en donantes voluntarios y no remunerados

  • d.  La selección de donantes sanos, con bajo riesgo de tener infecciones transmisibles por medio de la transfusión

  • e. La motivación para que donen regularmente.

El punto de partida es la promoción de estilos de vida saludables y la erradicación de las enfermedades. A este respecto, las necesidades de los servicios de sangre están vinculadas con las necesidades de la comunidad. Programas como la educación sexual y el apoyo a la promoción de la salud son parte de una estrategia de largo plazo para establecer una base de donantes de sangre seguros. Los programas para la prevención y el control del VIH/ SIDA ayudan a la formación de grupos de bajo riesgo; la educación escolar sobre la buena nutrición, la higiene y los estilos de vida saludables preparan el camino para los donantes de sangre sanos del futuro.

Las organizaciones no gubernamentales —como las asociaciones de donantes voluntarios de sangre, las agrupaciones sociales, las organizaciones comunitarias y los grupos religiosos— así como los medios de comunicación pueden desempeñar un papel importante en la promoción de los estilos de vida saludables. Aunque es importante, el apoyo a los esfuerzos para constituir una población saludable de donantes de sangre es una estrategia de largo plazo, por lo que el siguiente paso consiste en identificar a la población de bajo riesgo para la transmisión de infecciones por medio de la transfusión; enfocarse en ellos como donantes potenciales y educarlos sobre la necesidad de contar con donantes de sangre seguros. Sin embargo, es posible que algunas personas que desean convertirse en donantes voluntarios y no remunerados no cumplan con los requisitos. Por lo tanto, también es importante educar a los donantes potenciales sobre las causas por las que algunas personas no son aptas para donar su sangre; definir los criterios para la donación segura de sangre y confirmar que todos los donantes cumplen con dichos criterios. Finalmente, el reto consiste en motivar a los donantes a que donen regularmente su sangre de manera voluntaria y no remunerada.

En Bolivia, el nivel educativo es relativamente bajo e insuficiente en cuanto educación sanitaria; al interior de ese contexto, la donación de sangre creemos se encuentra relativizada por este factor, al que se suman prácticas, actitudes y conocimientos referidos al acto de donación con connotaciones desfavorables para la hemodonación, por lo que se hace necesario crear una cultura favorable a la donación voluntaria y altruista. En algunos departamentos, de manera muy lenta pero sostenida se ha ido remplazando a los donantes de reposición como también los remunerados, por donantes que realizan este acto de manera voluntaria. Sin embargo, el número de éstos, no alcanzan a satisfacer la demanda de sangre. En nuestro medio, contando con la infraestructura adecuada no podemos cubrir las demandas de sangre así como no se ha podido dejar de recurrir a la donación de reposición, es decir de la proveniente de familiares o amigos de las personas necesitadas de hemotransfusión.

Al mismo tiempo se aprecia la ausencia de estrategias de IEC que estén orientadas a revertir esta situación. Se trata de una serie de acciones que ha dificultado las actividades propias del banco de sangre. La insuficiencias en la implementación de un programa de promoción de la donación así como de campañas destinadas a concienciar, informar y educar a la población en el fomento de este acto de solidaridad ha debilitado el pilar que garantiza una cultura de donación de sangre.

  • Información, educación y comunicación acerca de la donación de sangre.-

En la actualidad, algunos bancos de sangre realizan actividades de promoción a favor de la donación de sangre. En términos generales, la población ha estado expuesta a mensajes sobre el tema en los diversos medios. No obstante, las personas recomiendan que en el futuro se eduque, informe y motive a la población para que done. Para llevarlo a cabo recomiendan tratar temas como los beneficios y riesgos de la donación, despejar los mitos y creencias, e informar sobre el proceso, la necesidad de sangre, la importancia de la donación y el uso de la sangre colectada. Según la población, los mensajes deben ser transmitidos por personal capacitado de los ministerios de salud y la Cruz Roja, profesionales de la salud, otros profesionales, los propios donantes, líderes de opinión y personas que han sobrevivido gracias a una transfusión. Esto debe realizarse mediante charlas, conferencias, televisión, radio e Internet, impresos o folletos, afiches, prensa, cartillas interactivas, letreros y revistas. También resaltaron la importancia de los mecanismos interpersonales, como charlas, conferencias, cátedras, dramatizaciones y juegos para niños. Es importante utilizar todo el material educativo e informativo al alcance para la difusión en centros educativos, comunidades, lugares públicos como supermercados, tiendas, parques, servicios de salud, iglesias, lugares de trabajo y los hogares (8).

La promoción, entendida en el contexto de fomento de asistencia a los establecimientos de captación de hemoderivados, con el fin de proveer de manera voluntaria una unidad de sangre o algún hemoderivado exclusivo mediante técnicas especiales, tiene una función definida y muy positiva. La propuesta de promoción actual, debe ser mucho mejor diferenciada y específica, considerando la necesidad de convencer a poblaciones que no tienen el mismo desarrollo cultural, económico, político, religioso, e incluso de idiosincrasia popular.

El uso de los medios masivos de comunicación como la televisión, los diarios escritos, revistas comerciales, entre otras, deben ser integradas de manera regionalizada, tomando en cuenta su experiencia para hacerse entender por su población consumidora de información, con lo que lograríamos una mayor comprensión de lo que nos proponemos, y manteniendo un cuidado escrupuloso de la veracidad en el contenido de la información. De igual manera invitar e informar a los miembros con liderazgo y representatividad de comunidades y etnias que no tienen acceso a los medios. La campaña masiva de fomento a la donación altruista de hemoderivados, deberá ser enfocada en relación directa a las diferencias poblacionales, sin que se trastoque la verdad médico-científica.

Un aspecto que deberá complementar estas acciones es el que se refiere directamente con la capacidad de los servicios de salud pública para acercar los sitios adecuados, de fácil acceso y atención de calidad, para que puedan asistir los potenciales donadores altruistas Información

Considerando los censos poblacionales, diferenciados por edades, nuestro país cuenta con una mayoría de menores en edad escolar, coyuntura que nos ofrece la oportunidad de iniciar, una campaña que a largo plazo nos garantice la consolidación de la necesaria cultura de la donación.

A nuestros futuros donadores deberemos enriquecerlos de información clara, verídica, y continua, que logre la sensibilización necesaria para que un individuo acuda sin temores infundados, a cumplir con un acto que le represente un satisfacción que no requiera de compensación externa alguna. (31)

El autor considera que siendo la misión del Ministerio de Salud promover la salud, prevenir las enfermedades y garantizar la atención de todos los habitantes del país, se hace imperioso establecer un conjunto de prioridades que comprometa la participación activa de la comunidad y promueva una cultura de la salud en nuestro país. Dentro de este contexto de participación de la comunidad, es importante implementar las estrategias que tienen como objetivo de fundamental el de promover la donación voluntaria, altruista y regular de sangre para satisfacer adecuadamente las necesidades de sangre, hemocomponentes y hemoderivados de la población, así como asegurar que este suministro sea el de menor riesgo posible a fín de prevenir la transfusión de enfermedades hemotransmisibles y conociendo que los donantes altruistas no remunerados ofrecen la mayor seguridad en este aspecto; es que nos enfrentamos a la necesidad de establecer una estrategia que sea el eje central de todas las organizaciones e individuos abocados a esta tarea, y que nos permitan contar con sangre segura y oportuna, sólo así se podrá obtener la máxima eficiencia y un óptimo rendimiento del esfuerzo personal y de la inversión de recursos materiales destinados a este fin.

La visión y la participación activa de la Organización Panamericana de la Salud, ha logrado determinar los problemas que son necesarios eliminar a fin de mejorar la disponibilidad, seguridad, calidad y uso de la sangre. Es en este contexto que la Organización Panamericana de la Salud tiende a fortalecer los programas nacionales de sangre con la colaboración de instituciones internacionales así como fortalecer los programas de donación voluntaria, altruista de sangre.

  • Elementos a considerar para establecer una estrategia de donación voluntaria de sangre:

Establecer una estrategia de Promoción de la Donación Voluntaria de Sangre es un paso importante para que profesionales de la salud entreguen un mensaje claro a la comunidad y despierten en ella un sentimiento de solidaridad y de apoyo hacia otra vida humana así como de constituirse en una oportunidad para construir un país más saludable, donde las personas y la familia mejoren su calidad de vida.

En consecuencia nos alineamos plenamente con las propuestas del la Organización Panamericana de la Salud, así como las directrices que emanan del Programa Nacional de Sangre, dependiente del Ministerio de Salud y Deportes, consideramos también que la diversidad cultural que existe en nuestro país en general y en el Departamento de Tarija en particular en cuanto a su población, hacen que los rasgos de la comunidad y de los propios donantes sean diferentes al resto del país, por lo que es importante determinar criterios que permitan conocer las actitudes, conocimientos y prácticas de la donación de sangre en nuestra ciudad, de manera que se logre generar una propuesta dirigida a mejorar la donación voluntaria de sangre.

  • Planificación Estratégica, destinada a coordinar toda la organización y compartir la visión corporativa a partir del nivel de salud pública demostrado a través de un diagnóstico epidemiológico; la coordinación de la operación eficiente y efectiva de la red asistencial; y la coordinación de la operación eficiente de los apoyos funcionales.

  • Gestión de Calidad, destinada a conseguir la apropiación de las prácticas de: Gerencia Calidad, Mejoramiento Continuo y Rediseño de Procesos con formulación y medición de Indicadores de Garantía de Calidad en toda la Organización.

  • Desarrollo de las Personas, destinada a desarrollar el Liderazgo de los Directivos, Capacitación y Aprendizaje de las nuevas prácticas en las personas de todos los niveles y la incorporación de la Participación permanente de todos los funcionarios.

Otro elemento importante es la implementación de Programas de Gestión de Calidad los que operacionalizan su accionar a través de la designación de un Comité de Gerencia, la proposición de indicadores de Garantía de Calidad -satisfacción de los usuarios, eficiencia y efectividad- y la formación de grupos de mejoramiento continuo de procesos , los que se caracterizan por la voluntad de las autoridades de adoptar éste método de administración que se destaca por los principios de: obsesión por satisfacer a los usuarios con eficiencia y efectividad; administrar estudiando sus procesos, basando sus decisiones en datos e información (planteamiento científico); y la promoción de la confianza y respeto por las personas, tratar a todas las personas con dignidad, creyendo en ellas, estableciendo relaciones de conveniencia para todos los interesados, tales como: usuarios, funcionarios, proveedores, comunidad, vale decir un verdadero trabajo en equipo.

El concepto de la calidad y el estudio de sus procesos, hasta hace algunos años, percibido como un sistema exclusivo para la industria, se ha extendido también a las ciencias médicas. La calidad es aplicable a toda organización que necesite demostrar su capacidad para proporcionar productos que cumplan los requisitos de sus clientes, incluyendo los establecidos en la normatividad vigente aplicable y su objetivo es asegurar la satisfacción del cliente. (33)

Un factor determinante en la calidad de un producto o servicio es la confianza que se tiene en las mediciones realizadas, para determinar el grado de cumplimiento con respecto a especificaciones determinadas y, tal confianza en las mediciones incluye la trazabilidad, la cual se realiza a través de una cadena ininterrumpida de comparaciones a patrones reconocidos, preferentemente nacionales, como elementos indispensables. (34) Por otro lado, en la mayoría de las situaciones, medir con exactitud es imprescindible, proteger la salud de quien dona como quien recibe sangre es un ejemplo de esto.

Un principio de gestión de la calidad es una pauta o convicción amplia y fundamental para guiar y dirigir una empresa, encaminada a la mejora continua de las prestaciones por medio de centrarse en el cliente, a la vez que identifica las necesidades de todas las partes interesadas.(35),(36)

Las normas de la serie ISO 9000:2000 se sustentan en ocho principios los mismos que se ajustan plenamente al Bancos de Sangre Departamental.

  • Enfoque en el cliente

Como toda organización depende de sus clientes y por lo tanto, se debe comprender sus demandas actuales y futuras de los clientes, satisfacer sus requerimientos y esforzarse en rebasar sus expectativas. Esto permitirá un incremento de la eficacia en cuanto al uso de los recursos de la organización para satisfacer a los usuarios y la mejora de la fidelidad de los mismos que permita efectuar nuevas transacciones con este.

  • Liderazgo

El liderazgo de las autoridades se debe establecer en la unidad en cuanto a los fines y el rumbo de la organización, es conveniente que este se desarrolle y mantenga su entorno interno de manera que permita que las personas puedan participar de forma plena en la consecución de los objetivos de la organización.

  • Participación del personal

El personal que intervienen en todos los niveles de la organización constituye la esencia de esta y su plena participación es lo que permite que sus capacidades sean aprovechadas en beneficio de la misma.

  • Enfoque en el proceso

Los resultados esperados se consiguen de forma más eficiente cuando las actividades y los recursos relacionados se gestionan como un proceso que permita optimizar costos y ciclos de tiempo más reducidos gracias al aprovechamiento más eficaz de los recursos en consecuencia resultados mejorados, constantes y previsibles.

  • Gestión basada en los sistemas

La identificación, comprensión y gestión a modo de sistema de los procesos interrelacionados contribuye a la eficacia y eficiencia de la organización a la hora de conseguir los objetivos. Esto coadyuvaría a la integración y la armonización de los procesos imponiéndose los más idóneos a fin de conseguir los resultados esperados y centrar los esfuerzos en los procesos claves. Esto garantizaría más confianza en la organización, las partes interesadas asegurando así, la constancia, eficacia y eficiencia.

  • Mejora continua

Partes: 1, 2, 3
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