- Introducción
- Filosofía o sabiduría indígena
- Sistema de creencias
- Modelo de justicia
- Leyes a favor de los pueblos indígenas
- Actualidad de los pueblos indígenas
- Derechos de los pueblos indígenas
- Extensión geográfica de los pueblos indígenas
- Conclusión
- Bibliografía
Introducción
La mayoría de las etnias, mantienen su identidad étnica, el idioma y los valores culturales, ancestrales, entre otras muy diferentes a aquellos indígenas que han sido atraídos por ciudades. Los Pueblos Originarios de Venezuela, se caracterizan por poseer armonía con el entorno, tener capacidad de adaptarse y obtener de el, los recursos necesarios para la subsistencia.
Poseen una organización casi perfecta, pues modificaron su paisaje, con el fin de adaptarlo a sus necesidades, crearon formas de infraestructura, viviendas construidas como apoyo de la actividad agrícola, para resguardarse de la lluvia o del sol, y de los peligros a los que estaban expuestos en la selva, las viviendas hasta nuestros días son muy populares: La Churuata, La Choza (estas se usan en el presente en los restaurantes), Palafitos y los Shabono; también vencieron distancias con la elaboración de medios de trasporte como las Canoas, con base a conocimientos previos de la naturaleza, de sus productos y para tener contacto con las comunidades mas lejanas.
Todas las comunidades indígenas de Venezuela, desde sus orígenes, tuvieron y han tenido sus formas ancestrales, propias o autóctonas de producción. Los pueblos indígenas que en la actualidad habitan territorio venezolano, desciende de los grupos que ya se encontraban en el territorio del país en el momento del arribo de los colonizadores. Una de las características de estos pueblos es, haberse mantenido relativamente aislados, han preservado en mayor o menor medidas las costumbres y tradiciones de sus antepasados.
Filosofía o sabiduría indígena
Una enseñanza que nos dejan nuestros antepasados indo americanos es que para la existencia y la continuidad de la vida, debemos cuidar a nuestra Madre Naturaleza, nuestros hermanos árboles y animales, así como a los ríos, lagos, mares, océanos y sobre todo, al aire oxigenado que nos permite respirar y vivir. Una máxima filosófica Indo americana es: "yo soy tú, tú eres yo", que nos habla de que todos somos hermanos, hijos del sol y de la tierra.
Esta filosofía de hermandad sólo fue posible en una sociedad en la que no existió la propiedad privada. Por tanto, los hombres no sólo se trataban como hermanos, sino que también lo eran, al no estar separados, ni diferenciados por riquezas materiales. Por lo que respecta a sus conocimientos científicos sobre la agricultura, las matemáticas, las fiestas, etc. las tenían fusionadas con su concepción filosófica acerca del origen de la vida, tal como lo cuentan sus libros sagrados.
Toda filosofía es una moral. El propósito y la intención del sistema de creencias construyen una moral. La filosofía indígena no afirma que "todo está vivo", "todo es consciente" o "todo tiene un alma"; afirma que hay que actuar como si así fuera. O sea, hay que anteponer el respeto, porque lo otro tiene el poder de dañarnos.
Tal vez se trate de una moral sencilla, pero muy efectiva, que no requiere de cárceles ni de celadores. La filosofía indígena procede como si existiera una fuerza vital universal que conecta a todos los seres vivos, a los accidentes del paisaje y a los fenómenos naturales. También vincula a los vivos con los muertos. Son los chamanes quiénes poseen el poder de mediadores entre estas fuerzas espirituales.
Sistema de creencias
La introducción de los restos del Cacique Guaicaipuro al Panteón Nacional en el mes de diciembre de 2001 es ahora un hito de la inserción de nuestros pueblos indígenas en una sociedad que paradójicamente desconoce sus tradiciones, lenguas y cosmovisión.
Tres familias lingüísticas dividen principalmente a los grupos étnicos:
– La Arauaca (Guajiro, Paraujano, Baniva, Curripaco, Yavitero, Piapoco, Guarequena, Baré, Aruaco);
– La caribe (Cariña, Pemón, Maquiritare, Panare, Yabarana, Yucpa, Japreria, Acahuayo, Mapoyo, Chaima) Y La Chibcha (Barí, Tunebo).
– La poca numerosa familia tupí-guaraní está representada a través de los indígenas yeral, oriundos del Brasil; y las demás etnias (Yanomami, Guarao, Yaruro, Guajibo, Piaroa, Puinabe, Joti, Sapé Y Arutaní) no tienen filiación precisa.
Aunque cada etnia tiene sus características específicas tienden a predominar las familias extensas con algunos casos de organización en clanes, la poligamia está casi generalizada, hay pluralidad de divinidades, son culturas de una gran coherencia interna por su persistencia en el tiempo; y la artesanía, la música, los bailes y la literatura son manifestaciones utilitarias y creativas a la vez. En lo económico, casi todas las etnias combinan la recolección, caza y pesca con la agricultura itinerante.
La oralidad, transmisora de cultura: En la actualidad los miembros de las culturas orales están su ingresos al mundo de la escritura, guiado por el principio de que en esta época ya es imposible que las sociedades indígenas sigan permaneciendo aislados entre si, autocráticas y autosuficiente.
En las sociedades indígenas el saber es transmitido de manera oral. La participación del individuo en la producción cultural es distinta, en efecto son los individuos quienes producen nuevos intentos técnicos, cantos, historia, etc., para ser integrados en la cultura tienen que ser aprobados y aceptados por el grupo, por ejemplo: si una persona produce un canto, este puede ser escuchado por otros y transmitido de boca, en boca, hasta que todo el grupo lo cante: este canto se vuelve patrimonio del grupo.
Lenguas indígenas: Muchas de las lenguas indígenas de Venezuela se encuentran amenazadas y/o en peligro de extinción. Las dos familias lingüísticas con el mayor número de idiomas son la Arahuaca y la Caribe. Según datos disponibles del último censo indígena (1992) y vivienda de 2001, en Venezuela se habla al menos 31 lenguas indígenas, de los cuales 25 se agrupan en siete familias lingüísticas, y los otros 6 no prestan parentesco reconocible con otras lenguas y por lo tanto se consideran lenguas aisladas.
Venezuela cuenta con algo más de treinta lenguas y culturas indígenas, ninguna de las cuales es desconocida, gracias a un importante número de investigadores, algunos de ellos indígenas, quienes han desarrollado la mayor parte de su labor en los últimos cincuenta años. No obstante, la riqueza de estas manifestaciones es tal que aún falta extender y profundizar mucho más esta labor, antes de poder afirmar que poseemos un conocimiento realmente sólido de este campo, por lo que se hace necesario seguir investigando y emplear en grado creciente las nuevas tecnologías electrónicas y computarizadas para la recolección y análisis de nuevos textos emergentes, a veces muy distintos a los ya conocidos.
Las grandes familias lingüísticas representadas en las etnias de Venezuela son la arawak, caribe, chibcha y tupí-guaraní, ya que la familia timote parece haberse extinguido en la primera mitad del siglo XX en los Andes venezolanos.
Las lenguas arawak son las más numerosas: el wayuu (guajiro) y el añú (paraujano) en el estado Zulia; el lokonó o arawako, en el estado Delta Amacuro. El resto de las lenguas arawak se encuentran en el estado Amazonas, el tsaase o piapoko, el kurrim o kurripako, el baniva, el yavitero (casi extinto), el wakena y el baré. Las lenguas caribe: yukpa y japreria, en el estado Zulia; el kariña en los estados Anzoátegui, Bolívar, Monagas y Sucre; el pemón, en el estado Bolívar; el eñapa o panare, en el estado Bolívar; el mapoyo, y el yekuana, en los estados Bolívar y Amazonas; el yabarana, en el estado Amazonas. La familia chibcha en Venezuela está representada por la etnia barí, en el estado Zulia, y algunos agregan a los tunebo, quienes ocasionalmente aparecen en la frontera colombo-venezolana. El tupí-guaraní tiene como único exponente el geral, suerte de prolongación de la etnia del mismo nombre que puebla distintas subregiones del norte de Brasil. Por otra parte, en Venezuela abundan las lenguas indígenas independientes, vale decir no afiliables a ninguna de las grandes familias conocidas: el warao, en los estados Delta Amacuro, Monagas y Sucre; el sapé y arutaní, semiextintas, en el estado Bolívar; el sanemá y el yanomami, integrantes de una sola familia, en los estados Bolívar y Amazonas. El jivi o guajibo, en los estados Apure y Amazonas; el jiwi o cuiba, muy emparentados con el anterior, en los estados Amazonas y Apure; el piaroa, en los estados Amazonas y Bolívar; el puinave, el maco (parecido al piaroa) y el sáliva (al norte, en los límites con Colombia), en el estado Amazonas; el pumé o yaruro, en el estado Apure.
Organización social y política de los indígenas de Venezuela: la mayoría de las etnias, mantienen su identidad étnica, el idioma y los valores culturales, ancestrales, entre otras muy diferentes a aquellos indígenas que han sido atraídos por ciudades. Como toda comunidad humana, los indios tenían una organización que les era peculiar, propio de ellos; su organización social, no era igual en todos los lugares venezolanos, pero sí disponía de rasgos generales comunes, solo se caracterizan por poseer formas de vida y organización distintas de las sociedades Modernas e industrializadas a continuación se nombraran algunas de sus formas de sistemas.o
Social y Político: Los Pueblos Originarios de Venezuela, se caracterizan por poseer armonía con el entorno, tener capacidad de adaptarse y obtener de el, los recursos necesarios para la subsistencia. Se especializaron en actividades como la caza, que requería de grandes habilidades físicas y mucho arrojo, y por esta razón, el liderazgo de los pueblos recaía en los hombres más fuertes, capaces para procurar los alimentos. Unas de sus características predominantes, es el matrimonio de los indígenas, este le daba un orden a su vida social, pues lo más importante era la familia, la cual definía las costumbres de la vida en común de los indígenas, era extensa y a veces una sola formaba una gran población. En su organización política cuentan con un consejo de ancianos. En algunos grupos este consejo se elige una autoridad especial, en ocasiones esta autoridad es llamada el Piache o Chaman o Brujo de la Tribu. Los jefes guerreros, conductores de los enfrentamientos entre pueblos indígenas, desarrollaron rivalidades contra otros grupos, algunas de las cuales generaron guerras y matanzas.
Algunos pueblos eran pacifistas y se escogía un jefe, al que poseía mucha experiencia de conocimientos religiosos y el que mediaba con otros pueblos para usar y aprender de otras costumbres, eso hacía que tuvieran relaciones constantes con otras etnias. Tenían diversas organizaciones sociales y políticas, pues predominaban formas de liderazgo más locales, más igualitarias y no poseían Estado. Poseen una organización casi perfecta, pues modificaron su paisaje, con el fin de adaptarlo a sus necesidades, crearon formas de infraestructura, viviendas construidas como apoyo de la actividad agrícola, para resguardarse de la lluvia o del sol, y de los peligros a los que estaban expuestos en la selva, por ejemplo las viviendas hasta nuestros días son muy populares: La Churuata, La Choza (estas se usan en el presente en los restaurantes), Palafitos y los Shabono; también vencieron distancias con la elaboración de medios de trasporte como las Canoas, con base a conocimientos previos de la naturaleza, de sus productos y para tener contacto con las comunidades mas lejanas. Cada mujer de la tribu, no podía tener la cantidad de hijos que pudiera o quisiera, pues solo podía trasladar los que pudiera llevar de un lugar a otro.
Sistema Económico (Sistema De Producción): Todas las comunidades indígenas de Venezuela, desde sus orígenes, tuvieron y han tenido sus formas ancestrales, propias o autóctonas de producción. Por muchos años fueron los dueños de los medios de producción, hasta que llego la Colonia. Por supuesto que esos medios de producción: La tierra y otros fueron ordinarios, rústicos y sin la posibilidad, de utilizar medios tecnológicos inexistentes en nuestras tierras en esos tiempos, para modificarlos o mejorarlos para un mejor rendimiento. Crearon una artesanía indígena, basaban su alimentación en la agricultura, la caza y la pesca; y de ella pudieron vivir por mucho tiempo hasta que los imperialistas de aquel tiempo los despojaran hasta de sus propias vidas.
Fueron saqueados del principal factor de producción del cual disponían a su capricho, como lo fue las grandes extensiones de tierra por donde merodeaban a sus anchas. Vino la Colonia y con ella los males que siempre se irradian per se, del sistema de dominación del hombre por el hombre: Esclavitud, Latifundio, Capitalismo, Imperialismo. Antes de la Conquista, las comunidades indígenas reflejan su producción creadora en los complejos líticos ubicados en el período de cazadores; en la cestería, la cerámica y los trabajos de concha; en los objetos para guardar y preservar los granos y raíces y en los instrumentos de pesca, testimonios todos de una producción artesanal que transforma la naturaleza, reflejando la evolución económica local ,es decir, el eco desarrollo", adaptando y creando tecnologías adecuadas a las condiciones ecológicas de la región.
A partir del siglo XVI, con la conquista y colonización española, se transforman estos modos de producción y la vinculación de las comunidades indígenas con su entorno. Aunque, en general, la dieta de las comunidades indígenas continuó prácticamente imperturbable en lo referente al autoconsumo, debían, por otra parte, producir un conjunto de otros bienes económicos con valor de cambio, creándose así lo que podría designarse como una doble personalidad social.
Este hecho era particularmente cierto en el caso de manufacturas tales como los tejidos de algodón o de fique, que si bien constituían una artesanía tradicional, eran consideradas como una especie de moneda de cambio. Por otra parte, a medida que los indios fueron perdiendo el control efectivo de sus tierras, su trabajo quedó disponible para diversas explotaciones económicas, tanto agrícolas como pecuarias y artesanales, abriendo el camino para el desarrollo de una economía de tipo capitalista, viéndose también la clase dominante, en posición de exigir al indio como tributo, productos que no formaban parte de la estructura tradicional indígena.
Modelo de justicia
La justicia es una aspiración humana de carácter universal, que contribuye al mantenimiento de las normas de convivencia entre los integrantes del organismo social ya que, fortalece la democracia y detiene la creciente criminalidad, resulta primordial armonizar las políticas judiciales con un concepto de atención integral de las poblaciones más vulnerables, entre ellas, las indígenas.
La relación histórica del Estado con los descendientes de los habitantes originarios del territorio, ha transitado desde la negación, pasando por la asimilación, integración y coordinación, hasta llegar hoy al reconocimiento de su derecho a participar en la vida nacional con respeto a su cultura. Es importante dejar atrás interpretaciones tendentes a "exotizar" a los indígenas, presentándolos como una continuidad directa de las sociedades anteriores a la conquista europea y comprender que son seres humanos con plenos derechos, iguales ante la ley y que comparten necesidades y aspiraciones de todos los habitantes.
El nuevo modelo justicia para los indígenas del país, ha obligado al Estado, a desarrollar a través del aparato institucional, políticas públicas respetuosas de la diversidad sociocultural y adaptadas a las particularidades de todos los grupos sociales que integran la nación.
El Poder Judicial, con especial interés de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, ha venido realizando esfuerzos a fin de hacer efectivo el acceso a la justicia a los pueblos indígenas, como parte de una política integral de grupos en situación de vulnerabilidad, partiendo de la concepción de que "no existe ninguna razón para que no seamos capaces de vivir con respeto a las diferencias que la vida nos presenta, ya sea por el color de nuestra piel, el género, las creencias o las diferencias externas que podamos presentar, con una dignidad intrínseca que deriva de nuestra esencia como seres fundamentalmente morales". Venezuela es un país multicultural, que reconoce y garantiza la existencia de los pueblos y comunidades indígenas.
Leyes a favor de los pueblos indígenas
Por primera vez en la historia los derechos de los indígenas fueron garantizados y fue en la Constitución Nacional de 1999. El preámbulo de la Constitución de 1999, resalta el carácter multiétnico y pluricultural de la sociedad venezolana. El capítulo VIII del titulo III, reconoce la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas y costumbres, idiomas, religiones, así como su hábitat y el derecho a la propiedad colectiva sobre las tierras que ocupan, las cuales son indispensables para garantizar sus formas de vida. Por lo tanto, el aprovechamiento de los recursos naturales existentes en las tierras indígenas debe hacerse previa información y consulta a las comunidades respectivas.
La Constitución hace énfasis en los derechos sociales de los pueblos indígenas: el derecho a una educación intercultural bilingüe, a la salud, a la medicina tradicional, a sus prácticas económicas tradicionales, a participar en la economía nacional como trabajadores y trabajadoras, a la formación profesional, a participar en programas de capacitación y contar con servicios de asistencia técnica y financiera que fortalezcan sus actividades económicas, y a la participación política de los indígenas en la Asamblea Nacional y en los cuerpos deliberantes de las entidades federales y locales con población indígena.
La Constitución de 1999 reconoció por primera vez el carácter multiétnico y pluricultural del país, incluye un capítulo especialmente dedicado a los derechos de los pueblos indígenas y abrió espacios de participación política indígena a nivel nacional, estadal y municipal.
Finalmente, ordena la elaboración, con carácter prioritario, de la primera Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas, que tiene por objeto desarrollar los derechos constitucionales y aquellos que han sido suscritos por la República en los convenios, pactos y tratados internacionales. Así mismo, por medio de esta ley orgánica, se pretende proteger la vida y desarrollo sostenible de los pueblos indígenas, establecer los mecanismos de relación entre los pueblos indígenas y el Estado, y servir de marco normativo a otras leyes referidas a los derechos de los pueblos indígenas. Para los efectos del presente enfoque, es de particular importancia el artículo 122 porque garantiza el derecho a la salud integral y el reconocimiento a la medicina tradicional de los pueblos indígenas: "Los pueblos indígenas tienen derecho a una salud integral que considere sus prácticas y cultura.
El Estado reconocerá su medicina tradicional y las terapias complementarias, con sujeción a principios bioéticos." Con base en esta norma constitucional, el Anteproyecto de Ley Orgánica de Salud incluyó siete artículos y una disposición final que norman los derechos y servicios de salud dirigidos a la población indígena. Estos artículos son el 10, el 24, el 26, el 32, el 60, el 135, el 148 y la cuarta disposición final.
Entre los principales logros se podría nombrar:
– Año 2001 entró en vigor la Ley Orgánica de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas.
– Año 2002 se ratificó el convenio 169 de la OIT.
– Año 2005 la Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas desarrolló y consolidó ampliamente este marco de derechos.
– Año 2009 se conmemoró la promulgación de "52 leyes que reivindican indirectamente los derechos de los pueblos indígenas".
– Se promulgó la Ley de Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y la Ley del Artesano y Artesana Indígena. Y Se inició el proceso de discusión y consultas del Proyecto de Ley de Coordinación de la Jurisdicción Especial Indígena con el Sistema Judicial Nacional.
En enero del 2001 se promulgó la Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas, cuyo objeto es "regular la formulación, coordinación y ejecución de las políticas y planes relativos a la demarcación del hábitat y tierras de los pueblos y comunidades indígenas a los fines de garantizar el derecho a las propiedades colectivas de sus tierras." Esta es la primera Ley que contiene los nombres de los pueblos y comunidades indígenas de Venezuela. Sin embargo, la misma ley señala que se trata de los pueblos y comunidades hasta ahora identificados. Por ello no implica la negación de los derechos de otros pueblos o comunidades que por razones de desconocimiento no están identificados por Ley. Tal consideración permite que dentro del marco jurídico puedan reconocerse otros pueblos y comunidades indígenas que en algún momento se consideraron desaparecidos o que no hayan sido contactados hasta los momentos.
Siguiendo el mandato constitucional, en mayo del 2002 se dicta el Decreto 1795 que dispone la obligatoriedad del uso de los idiomas indígenas, en forma oral y escrita, en los planteles educativos públicos y privados ubicados en los hábitats indígenas, así como en zonas rurales y urbanas habitadas por indígenas, en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional. En la misma fecha se aprueba el Decreto 1796, que crea el Consejo Nacional de Educación, Cultura e Idiomas Indígenas. Son las definiciones fundamentales que debería manejar todo el que trabaje con la temática de los pueblos indígenas.
Actualidad de los pueblos indígenas
Los pueblos indígenas que habitan territorio venezolano, desciende de los grupos que ya se encontraban en el territorio del país en el momento del arribo de los colonizadores. Una de las características de estos pueblos es, haberse mantenido relativamente aislados, han preservado en mayor o menor medidas las costumbres y tradiciones de sus antepasados. Cada pueblo indígena ocupa un territorio que, de acuerdo a sus creencias, les fue otorgado por los Dioses. Son lugares sagrados a los que les deben cuidado y respeto y en los que viven organizados en pequeñas comunidades o poblados. Estas comunidades generalmente son independientes económica y políticamente unas de otras, aunque mantienen entre sí estrechas relaciones sociales.
Los cabeza de familia o jefes de cada una de las familias de la comunidad, conforman una especie de consejo reconocido como la máxima autoridad. Entre los miembros de ese consejo se escoge uno de ellos para que los represente en sus relaciones con otras comunidades. Estos jefes basan su poder en el prestigio que les proporciona su conocimiento sobre la historia sagrada, rituales y ceremonias, técnicas de caza y pesca, construcción de viviendas, comercio, etc. A su sabiduría deben agregarse la ecuanimidad, la tolerancia y el buen juicio. Su liderazgo es reconocido por todos, pero no pueden imponer su voluntad, ni ejercer su poder sobre los otros miembros de la comunidad. En algunas etnias la autoridad se transmite de padres a hijos dentro de un mismo grupo. Las decisiones que afectan a la comunidad son tomadas de forma unánime en asambleas, luego de que cada uno de los miembros adultos ha dado su opinión al respecto.
En general, las sociedades indígenas de ahora, como las de nuestros antepasados, son sociedades profundamente democráticas en las que los alimentos, el trabajo y las diferentes responsabilidades que garantizan el bienestar de la comunidad son compartidas por todos sus miembros.
Las mujeres, por su parte, se ocupan de la preparación de los alimentos, del cuidado de los niños y de garantizar la provisión diaria de agua y leña. También se ocupan del hilado del algodón, tejen cestas y chinchorros, así como collares y otros adornos que utilizan en su atavío personal. Ellas son las responsables del conuco y del fuego del hogar. Los ancianos son responsables de los ritos y las ceremonias, deben conocer a la perfección la historia sagrada, y narrar sus enseñanzas a los más jóvenes para mantener viva la tradición. La educación está basada en el ejemplo. Los niños y jóvenes colaboran con sus padres y tíos en las distintas actividades que realizan, los adultos los orientan siempre con mucha paciencia y tolerancia, sin recurrir jamás al castigo físico.
Los pueblos indígenas que viven en nuestro territorio han adoptado mucho de las costumbres de la vida moderna al igual que ocurrió en los tiempos de la colonia, cuando por ejemplo, fueron convencidos en creer en un solo Dios. Los indígenas que habitan en lugares de difícil acceso, como las selvas, mantienen vivas sus costumbres ancestrales mientras que la situación de otros es diferente; se le utiliza fines particulares en la explotación de la tierra. Al igual que en el pasado, estas comunidades se ven afectadas también por el impacto ambiental que generan las diferentes actividades económicas que se realizan en los espacios donde habitan. En vista de esta situación se han organizado en grupo de prisión siguiendo el ejemplo de otros países, donde gracias a sus protestas y peticiones se le han reconocido sus derechos, entre los que se incluye el respeto a su territorio, lenguas y costumbres.
En la actualidad, nuestra comunidad indígena participa de manera activa, a través de sus representantes en la Asamblea Nacional, en las decisiones económicas, políticas, sociales y culturales, conjuntamente con el resto de la población venezolana.
Es importante resaltar que la mayoría de las etnias, pueblos originarios, se han adaptado a la convivencia a la población criolla, aunque aún mantienen su identidad étnica, el idioma y los valores culturales, ancestrales, entre otras muy diferentes a aquellos indígenas que han sido atraídos por ciudades como: Maracaibo, Tucupita, Puerto Ayacucho y Caracas, en donde viven en esta ciudad algunos en condiciones deplorables y constituyen parte de la población urbana marginal.
Los indígenas que habitan en Venezuela son descendientes de aquellos primeros pobladores que llegaron a territorio venezolano hace miles de años, provenientes de diferentes lugares de la tierra, en especial desde Asia. Y aunque todos los pueblos presentan este origen común, cada uno de ellos ha desarrollado su manera de ser, adecuándose a sus condiciones particulares de vida. En la actualidad sólo se tiene registro de los pueblos más numerosos, pero existen otros que aún se deben conocer y proteger.
Derechos de los pueblos indígenas
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; le dedica un capitulo por completo a los pueblos indígenas, además de nueve artículos vinculantes y tres disposiciones transitorias. Es la construcción de un ordenamiento jurídico acorde con los principios y valores, desarrollando espacios de interacción que permitan la incorporación de los saberes, derechos, usos, costumbres y cosmovisión de nuestros pueblos y comunidades indígenas.
El nuevo contexto legal ha favorecido, la participación de representantes indígenas en espacios de poder y cargos de elección popular y esto ha hecho que las instituciones gubernamentales, han venido adaptándose a la nueva normativa, creando oficinas para el diseño e implementación de políticas públicas dirigidas a la población indígena según sus áreas de competencia y en la mayoría de las instancias son encabezadas por los mismos indígenas.
A pesar de los esfuerzos del gobierno por generar alternativas, se continúa dependiendo de un modelo económico desarrollista basado en la explotación de recursos naturales. Esto genera conflictos con las poblaciones asentadas en territorios con potencial minero, maderero, agroindustrial o geoestratégico.
A lo largo de la historia el Estado ha escrito sus políticas sin reconocer a las comunidades de los pueblos indígenas; sus derechos olvidados por mas de ciento y tanto años, a pesar que todos los proyectos constitucionales elaborados por el Libertador Simón Bolívar, los cuáles garantizaban la libertad y la seguridad jurídica de los pueblos y sus instituciones políticas.
Los pueblos indígenas, que han resistido y hoy sobreviven, a partir de 1999, vislumbran un nuevo camino, que en justicia se inicia reconociendo el sacrifico de los antepasados aborígenes en la construcción de la soberanía de nuestra patria y definiendo al Estado como multiétnico y pluricultural, en la nueva
Extensión geográfica de los pueblos indígenas
En el año 2001 se realizó el XIII censo general de población y vivienda, que por primera vez incluyó el censo de comunidades indígenas el cual arrojó un total de 354.400 personas pertenecientes a un grupo indígena, y el censo de las comunidades indígenas, en el cual se registraron 178.383 habitantes. Ambas cifras arrojan un total de 523.783 habitantes indígenas distribuidos en todo el territorio nacional, que representa el 2.3% de la población nacional.
Según el censo de 1992, en Venezuela se encuentran 28 etnias ubicadas en diez estados: Amazonas, Anzoátegui, Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Mérida, Monagas, Sucre, Trujillo y Zulia.
Las 28 etnias son las siguientes: Akawayo, Añú, Arawak, Baré, Barí, Baniva, Eñepa, Guajibo (Jivi), Jodi, Kariña, Kurripaco, Mapoyo, Pemón, Pumé, Piapoko, Piaroa, Puinave, Sáliva, Sape, Uruak, Warao, Warekena, Wayuu, Yavarana, Yekuana, Yeral, Yanomami y Yukpa. La población indígena, representaba el 1.5% de la población total del país y los grupos étnicos con mayor volumen de población era: Wayuu 63 %, Warao 9 %, Pemón 7 %, Añú 7 %, Yanomami 6 %, Guajibo 4 %, y Piaroa 4 %.
Distribución geográfica de los pueblos indigenas en Venezuela.
Ubicación geográfica:
– Amazonas: Baniva, baré, cubeo, jivi, jodi, kurripako, piapoko, pinave, sáliva, sánema, piaroa, Yanomami, warekena, yabarana, yekuana, mako, ñengatú.
– Anzoátegui: Kariña, y Cumanagoto.
– Apure: Jivi, pumé, y kuiva.
– Bolívar: Uruak, Akawayo, Arawak, Eñepa, Jodi, Kariña, Pemón, Sape, Piaroa, Wanai, Yekuana y Sánema.
– Delta Amacuro: Warao, Arawak.
– Mérida: Wayuu.
– Monagas: Kariña, Warao, Chaima, Cumanagoto.
– Sucre: Kariña, Warao, Chaima, y Cumanagoto.
– Trujillo: Wayuu
– Zulia: Añú, Bari, Wayuu (Guajiro), Yukpa y Japreria.
Conclusión
En el año 2001 se realizó el XIII censo general de población y vivienda, que por primera vez incluyó el censo de comunidades indígenas, el cual arrojó un total de 523.783 habitantes indígenas distribuidos en todo el territorio nacional, que representa el 2.3% de la población nacional. Según el censo de 1992, en Venezuela se encuentran 28 etnias ubicadas en diez estados representaba el 1.5% de la población total del país y los grupos étnicos con mayor volumen de población era: Wayuu 63 %, Warao 9 %, Pemón 7 %, Añú 7 %, Yanomami 6 %, Guajibo 4 %, y Piaroa 4 %. Tres familias lingüísticas dividen principalmente a los grupos étnicos: La Arahuaca, La caribe y La poca numerosa familia tupí-guaraní. Muchas de las lenguas indígenas de Venezuela se encuentran amenazadas y/o en peligro de extinción. La mayoría de las etnias, mantienen su identidad étnica, el idioma y los valores culturales, ancestrales, entre otras muy diferentes a aquellos indígenas que han sido atraídos por ciudades.
La Constitución de 1999 reconoció por primera vez el carácter multiétnico y pluricultural del país, incluye un capítulo especialmente dedicado a los derechos de los pueblos indígenas y abrió espacios de participación política indígena a nivel nacional, estadal y municipal. El nuevo modelo justicia para los indígenas del país, ha obligado al Estado, a desarrollar a través del aparato institucional, políticas públicas respetuosas de la diversidad sociocultural y adaptadas a las particularidades de todos los grupos sociales que integran la nación. El Poder Judicial, con especial interés de la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela, ha venido realizando esfuerzos a fin de hacer efectivo el acceso a la justicia a los pueblos indígenas, como parte de una política integral de grupos en situación de vulnerabilidad. Venezuela es un país multicultural, que reconoce y garantiza la existencia de los pueblos y comunidades indígenas. La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; le dedica un capitulo por completo a los pueblos indígenas, además de nueve artículos vinculantes y tres disposiciones transitorias.
Bibliografía
http://comunicacionsocialenlahistoria.blogspot.com/2011/05/pueblos-indigenas-y-sistemas-juridicos.html
http://jvictorhp.blogspot.com/2011/01/la-introduccion-de-los-restos-del.html
Principales Grupos Indígenas de Venezuela
Autor:
Maria de los A. Pérez