Características del Pensamiento Ético del Che (página 2)
Enviado por Teresa de las Mercedes Sosa S�nchez
Capítulo 1. Caracterización del pensamiento ético de Ernesto Che Guevara, el cual lo marcó desde su infancia y juventud.
Cuando el Profesor José Acosta, me asignó este tema, sentí una mezcla de triunfo espiritual y de miedo a quedarme por debajo, el Che siempre fue para mi una Utopía, un punto en el horizonte donde deseaba llegar, y que por ansiado se me hace muy difícil, escribir de un hombre que durante casi toda mi vida me he sentido fascinada, se que será muy trabajoso, pero no imposible ya que la grandeza del Che radica precisamente en su claridad de expresión, y lo directo de su pensamiento, evitando siempre los malos entendidos y las dudas, es un reto sí, pero lo debo enfrentar como el hizo con muchos cosas de su vida; pensando talvez un poquito como el lo hizo, entonces si podría escribir de este hombre sin fronteras; y viéndolo así, aquí va mi monografía sobre nuestro siempre admirado Che.
Ernesto Guevara de la Serna, nació el 14 de Junio de 1928, en Rosario, Ciudad de la provincia de Santa Fe, en Argentina.
Para el Che desde pequeño dominar el miedo era una costumbre, como su manera de ser. Desde pequeño supo que un hombre tiene que defender siempre a una amiga, durante sus juegos, fundamentalmente durante las carreras no permitía que se maltrataran a las niñas; esta era una ley, una regla par todos ….Todo venía dice Don Ernesto su padre, del abuelo del Che que le enseñó las tres consignas: _ No mentir, _ No robar, _ No ser cobardes…
La lectura fue inculcada por su madre Celia, desde pequeño, dado sus repetidos e intensos ataques de asma, estudiaba sus asignaturas del colegio y aprendía leyendo buenos libros.
Desde los dos años de edad comenzó su padecimiento crónico de bronquitis asmática que lo acompañaría toda su vida, pero que templaría su voluntad hasta llevarla a límites increíbles y forjaría su vocación por la medicina.
La familia Guevara de la Serna, por los negocios del padre, se vio precisada a cambiar muchas veces de lugar de residencia, lo que le dio desde su niñez a Ernesto Guevara una visión en extensión de su mundo, que lo convertiría en un viajero impenitente durante toda su existencia.
Los estudios de bachillerato los cursó en el notable Colegio Nacional Deán Funes, impregnado del pensamiento del sacerdote y revolucionario Don Gregorio Funes, en la ciudad de Córdoba, capital de la provincia del mismo nombre, en cuya universidad se llevó a cabo en 1918 una de las reformas de estudios más profunda, por su proyección social, de la historia de América.
En esta época conoce al Doctor Alberto Granado, notable bioquímico, tiempo más tarde profesor de las Facultades de Medicina de las Universidades de Santiago de Cuba y La Habana, de determinante influencia en la personalidad de Guevara y con el se consolida su afición por los viajes, que comienzan a partir de entonces por toda la Argentina. De esos años de estudios preuniversitarios diría su padre: "Toda mi biblioteca pasó por sus manos antes de ser adulto. Yo tenía una biblioteca bastante completa. Ernesto a los 15 años estaba ya familiarizado con Jung, Adler, y con Marx, Engels, Lenin"
Su facilidad para las matemáticas hizo pensar a familiares y amigos que matricularía ingeniería como carrera universitaria y es preciso detenernos en este aspecto para comentar que dicho interés y la conciencia de la utilidad del conocimiento de las matemáticas, para toda actividad científica, económica y social, no lo abandonaron nunca. Muchos años después cuando ocupaba la presidencia del Banco Nacional de Cuba, su vicepresidente lo era el Doctor Salvador Vilaseca Fornel, notable profesor de matemáticas, después Rector de la Universidad de La Habana, a quien pidió Guevara le diera clases de esta ciencia y cuenta el viejo maestro que durante cinco años fue su alumno, que del inicial repaso de las matemáticas del bachillerato pasaron a profundizar en la geometría analítica, el álgebra superior, cálculo diferencial e integral, ecuaciones diferenciales, hasta entrar en el análisis del libro sobre programación lineal del profesor mexicano Héctor M. Espinosa Berriel, del que resolvió uno por uno todos sus ejercicios y tiempo más tarde cuando preparaba su viaje a Bolivia le mandó a pedir, a su maestro, cinco libros, uno de ellos sobre programación lineal, del autor norteamericano que habían empezado a estudiar juntos.
Pero un hecho familiar, ha apuntado su padre, lo inclinó definitivamente a la medicina. Cuando esperaba en las vacaciones de 1947 para matricularse en la Universidad, sin haber decidido aún en qué Facultad, su abuela paterna sufre una hemorragia cerebral y el Che acude rápidamente a su lado y está junto a ella, haciéndole todos los cuidados, en los últimos 15 días de su agonía. Profundamente deprimido, con su muerte inevitable, matricula en la Universidad de Buenos Aires la carrera de medicina.
Desde su inicio va unir el trabajo a su aprendizaje oficial. En el primer año labora como oficinista en la Municipalidad de Buenos Aires y en el segundo ya los hace en el Instituto de Investigaciones Alérgicas bajo la dirección del eminente alergólogo Doctor Salvador Pissani, primero su médico y después su admirado maestro, con el que trabaja hasta el final de la carrera. Algunas de las investigaciones en que interviene serán publicadas en la Revista Alergia como "Sensibilización de cobayos a pólenes por inyección de extracto de naranjas".
Su interés siempre mantenido de conocer nuevos horizontes geográficos y sociales lo induce a trabajar durante sus vacaciones como enfermero en barcos de la marina mercante en viajes por puertos nacionales y su afán de saber inclina sus lecturas, aún más, por campos aparentemente ajenos a la medicina, como la historia, la filosofía, la arqueología, la política y estudia dibujo por correspondencia. Indiscutiblemente que compartía la famosa afirmación del profesor español del siglo XIX Don José Letamendi: "El médico que sólo sabe de medicina, ni medicina siquiera sabe"
Terminado el cuarto año de la carrera, tiene ya aprobadas 16 asignaturas que comprenden las ciencias básicas y preclínicas y ha entrado en contacto muy satisfactoriamente con la famosa Escuela Argentina de Semiología y Clínica Propedéutica que dio figuras de la importancia, entre muchas, de los profesores Gregorio Aráoz Alfaro, Tiburcio Padilla y Pedro Cossio, Con ese Bagaje médico y humanista emprende Guevara con su amigo el Doctor Alberto Granado su viaje de nueve meses por Argentina, Bolivia, Chile, Perú, Colombia y Venezuela. En el Amazonas peruano va a conocer a un hombre extraordinario, con el que laboran un tiempo, que marcará también su formación humanista y científica, el Doctor Hugo Pesce, Profesor de Medicina Tropical de la Universidad de San Marcos de Lima, la más antigua de América del Sur, quien por su militancia política se vio obligado a dejar su cátedra y continuar sus investigaciones en las selvas amazónicas en las que estudió la fisiología del indio y descubrió zonas endémicas de tifus recurrente, varias nuevas especies de flebótomos, un foco leprógeno y creó un centro asistencial contra esta última enfermedad. En tan azaroso recorrido el hombre del laboratorio que ya se formaba se impregna con la tragedia médico social de los leprosorios de San Pedro, Cerritos, Diamante y General Rodríguez, en plena selva amazónica, para comprobar que esa tragedia se extendía también hasta los suburbanos de Córdoba, Posadas y Rupa Nui.
A su regreso a Buenos Aires, en septiembre de 1952, se siente ya un verdadero higienista social ansioso de comenzar su labor lo antes posible. Para ello matricula por la enseñanza libre las catorce asignaturas que le faltan para concluir sus estudios y es verdaderamente titánico el esfuerzo que realiza.
Las asignaturas que debe aprobar comprenden materias tales como: patología médica y quirúrgica, clínica médica y quirúrgica, las clínicas de especialidades como obstetricia, ginecología, urología, oftalmología, ortopedia, tisiología, dermatosifilografía, pediatría y neurología, así como medicina legal e higiene y medicina social. La última que aprueba es Clínica Neurológica el 11 de abril de 1953, se le extiende su título de Médico el 1ro de junio de ese propio año y lo recoge el día 12 del mismo mes.
Convencido como estaba de que la función social de la medicina se veía lastrada por los regímenes políticos burgueses imperantes en América Latina, se decide a participar en el ensayo socialista de Guatemala bajo los gobiernos del profesor Juan José Arévalo y del Coronel Jacobo Arbens. Allí trabaja en el Centro Médico de Maestros y puede vivir la experiencia del crimen imperialista sobre el sueño de libertad del pueblo guatemalteco.
En México, donde se refugia, labora en el Hospital Central del Distrito Federal, en el Laboratorio del Hospital Francés y en el Centro de Investigaciones Alérgicas del Instituto de Cardiología junto al notable profesor Mario Salazar Mallén, con el que publica entre otros trabajos el titulado "Investigaciones cutáneas con antígenos alimentarios semidigeridos", aparecido en la Revista Iberoamericana de Alergología, que mereció premio".
Años más tarde, cuando ocupaba el cargo de Ministro de Industrias de Cuba, escribió en la dedicatoria de un libro que le envió al sabio botánico cubano Doctor Juan Tomás Roig Mesa, estas palabras en las que confiesa su añoranza por aquella labor: "Acepte mi homenaje personal de hombre que ha pasado por la paz tensa de las retortas y añora, a veces, su antiguo oficio individual, aunque nada diera a la humanidad desde esa trinchera".
En estas funciones se encuentra cuando conoce a los revolucionarios cubanos exilados en la nación azteca y le presentan en julio de 1955 a Fidel Castro, hecho este que cambiará el curso de su vida y le dará una dimensión histórica insospechada en aquellos momentos. Toda una noche pasan hablando y siempre he pensado que a un hombre de las inquietudes culturales de Ernesto Guevara lo más que tiene que haberle impresionado del líder revolucionario cubano era su sólida preparación política. Sobre este importante encuentro más tarde escribió Guevara: "Charlé con Fidel toda una noche y, al amanecer, ya era el médico de su expedición. En realidad después de la experiencia vivida a través de mis caminatas por toda Latinoamérica, y del remate de Guatemala no hacía falta mucho para incitarme a entrar en cualquier revolución contra un tirano, pero Fidel me impresionó como hombre extraordinario", para añadir después: "Entonces me di cuenta de una cosa fundamental: para ser médico revolucionario o para ser revolucionario lo primero que hay que tener es revolución". Y se dispuso a tenerla junto a sus amigos cubanos.
La experiencia ganada en estos años de insurrección como médico en campaña ha sido plasmada en su libro La guerra de guerrillas (1961), verdadero clásico de la bibliografía militar, en el que expone una original periodicidad del desarrollo de la atención médica en campaña. Allí Guevara afirma que existen tres fases en el desenvolvimiento de una guerrilla en las cuales su sanidad militar ha de cumplir determinadas funciones. Estas tres fases son: una primera nómada, una segunda seminómada y una última sedentaria.
En otro libro suyo capital, Pasajes de la guerra revolucionaria (1963), recoge su comportamiento y del médico de la guerrilla en general, frente al herido o el enfermo, no sólo con sus compañeros de lucha, sino también con los soldados enemigos heridos prisioneros y la población civil enferma a la que nunca dejaron de prestarle toda la ayuda posible. Este libro constituye un verdadero ejemplo de la práctica de la ética médica más estricta aplicada en tiempo de guerra irregular.
Terminada la contienda armada y reconocido como genial guerrillero y uno de los símbolos de rebeldía de los oprimidos de todo el mundo, no volverá a ejercer directamente la medicina, pero su pensamiento médico social estará presente en todas las etapas del desarrollo de la salud pública cubana. Apenas dos semanas después de la victoria, el 13 de enero de 1959, era recibido en el Colegio Médico Nacional y se le declaraba "Médico cubano honorario"
Capítulo 2. Aplicar el pensamiento ético del Che en nuestra sociedad y su proyección hacia la que vamos construyendo.
En una conferencia dictada el 20 de agosto de 1960, que después ha sido titulada "El médico revolucionario", el doctor Guevara expone con palabras sencillas cómo se forjó su pensamiento médico social: "Después de recibido, por circunstancias especiales y quizá también por mi carácter, empecé a viajar por América y la conocí entera. Salvo Haití y Santo Domingo, todos los demás países de América han sido en alguna manera visitados por mí. Y por las condiciones en que viajé, primero como estudiante y después como médico, empecé a entrar en estrecho contacto con la miseria, con el hambre, con las enfermedades, con la incapacidad de curar a un hijo por la falta de medios, con el embrutecimiento que provocan el hambre y el castigo continuo, hasta hacer que para un padre perder a un hijo sea un accidente sin importancia, como sucede muchas veces en las clases golpeadas de nuestra patria americana. Y empecé a ver que había cosas, que en aquel momento, me parecieron casi tan importantes como ser un investigador famoso o como hacer algún aporte substancial a la ciencia médica: y era ayudar a esa gente" 11
En ese mismo discurso expone su valoración del ser humano: "Comprendimos perfectamente que vale, pero millones de veces más la vida de un solo ser humano, que todas las propiedades del hombre más rico de la tierra".11 Esta frase es la base en que se sustenta la medicina social cubana y está implícita en los dos primeros principios de nuestra salud pública: la salud es un derecho del pueblo y la salud de la población es responsabilidad del Estado.
A la Dirección Nacional del Sistema de Salud le dirá: "El trabajo que está encomendado hoy al Ministerio de Salubridad, a todos los organismos de este tipo, es organizar la salud pública de tal manera que sirva para dar asistencia al mayor número posible de personas, y sirva para prevenir todo lo posible en cuanto a enfermedades, y para orientar al pueblo".11
Este pensamiento del doctor Guevara estará presente en las acciones de salud del médico cubano que a través del Servicio Médico Rural, creado desde Enero de 1960, lleva a los lugares más apartados del país, no sólo acciones curativas, sino marcadamente preventivas y de promoción de salud, para dar fundamento a tres de los principios de nuestra salud pública: accesibilidad de toda la población del país a los servicios de salud, gratuidad completa de la atención médica terciaria y secundaria y de la primera sólo excluido el pago de los medicamentos a los enfermos no dispensarizados y marcado acento preventivo y de promoción en las acciones de salud, sin olvidar el importante aspecto de la rehabilitación.
Al nuevo médico de la atención primaria le advertirá sabiamente: "Y veremos que no siempre las enfermedades se tratan como se trata una enfermedad en un hospital, en una gran ciudad, veremos, entonces, cómo el médico tiene que ser también agricultor, y cómo aprende a sembrar nuevos alimentos, y sembrar con su ejemplo, el afán de consumir nuevos alimentos […] Veremos, entonces, cómo tendremos que ser, en esas circunstancias, un poco pedagogos, a veces un mucho pedagogos, cómo tendremos que ser políticos también, como lo primero que tendremos que hacer no es ir a brindar nuestra sabiduría, sino ir a demostrar que vamos a aprender, con el pueblo, que vamos a realizar esa grande y bella experiencia común, construir una nueva Cuba."11
Sobre la participación del pueblo organizado en las acciones de salud, que es otro de los principios de nuestra salud pública, nos dirá muy tempranamente: "El principio en que debe basarse el atacar las enfermedades es crear un cuerpo robusto, pero no crear un cuerpo robusto con el trabajo artístico de un médico sobre un organismo débil, sino crear un cuerpo robusto con el trabajo de toda la colectividad, sobre toda esa colectividad social" y nos señala certeramente el papel del médico en dicha medicina: "El médico, el trabajador médico, debe ir entonces al centro de nuestro trabajo, que es el hombre dentro de la colectividad".11 El actual modelo de atención médica primaria, "El Médico y Enfermera de la Familia", que alcanza a toda la población de nuestro país, dividiendo a la colectividad para su asistencia en grupos familiares, da amplia respuesta a este aspecto tan importante del pensamiento médico social del Guerrillero Heroico.
Pero donde quizá con mayor fuerza se sienta la influencia de su pensamiento, porque en él está su ejemplo, es en el principio de la salud pública cubana que más la ha caracterizado y que es: la solidaridad internacional. En cualquier país del mundo en que se encuentre prestando sus servicios un médico cubano allí habrá mucho de su tenacidad, de su espíritu de sacrificios y de su sensibilidad humana.
Por todo ello más que un médico en ejercicio profesional al servicio del desarrollo de nuestro país, él fue y sigue siendo nuestro gran Maestro de higiene social y por eso, quizá, desde fecha tan temprana como el 1ro de enero de 1960 la Facultad de Pedagogía de la Universidad Central de las Villas le concedió el título de Doctor Honoris Causa.
Y como Maestro le hablaría a los jóvenes que en las universidades adquieren conocimientos científicos para advertirles de su responsabilidad social: "Pero ustedes, estudiantes del mundo, no olviden nunca que detrás de cada técnica hay alguien que la empuña, y que ese alguien es una sociedad, y que con esa sociedad se está, o se está contra ella […] Y que la técnica es un arma, y que quien sienta que el mundo no es perfecto como debiera ser, debe luchar porque el arma de la técnica sea puesta al servicio de la sociedad, y por eso rescatar antes a la sociedad para que toda la técnica sirva a la mayor cantidad posible de seres humanos, y que podamos construir la sociedad del futuro désele el nombre que se quiera."13
Lo imperioso de otras tareas que lo llevaron a participar en la lucha guerrillera de liberación en África y en Bolivia hasta entregar heroicamente su vida en esta última el 8 de octubre de 1967, hace ahora 34 años, impidió que Ernesto "Che" Guevara completara el desarrollo de su pensamiento médico social y que pudiera ser aplicado en cada una de las etapas del devenir histórico de nuestra salud pública revolucionaria. Sin embargo queda lo que nos dejara sobre tan importante tema en sus discursos, conferencias y escritos, que forman parte hoy de lo más importante del pensamiento médico social cubano.
El doctor Ernesto Guevara de la Serna, de quien dijera el gran filósofo francés Jean Paul Sartre: "Pienso que efectivamente ese hombre no fue solamente un intelectual, sino el hombre más completo de su tiempo. Fue el combatiente, el teórico que supo sacar del combate, de su lucha misma, de su experiencia, la teoría para llevar hacia delante la lucha."13
El Che ha impactado tanto nuestro tiempo, que a pesar de los sentimientos e intereses que se enfrentan formando torbellinos alrededor de su figura histórica, a pesar de que se le quiera bien o mal, no puede pasar inadvertido a las mayorías.
Amigos y enemigos lo saben, y todos intentan de algún modo influir en este
impacto, hacerlo mayor o empequeñecerlo; se lucha por que su memoria, su obra y su imagen perduren, o para que se disuelva el héroe y el hombre tras la
fanfarria.
El Che está por todas partes. Se puede leer en los periódicos, ver en la televisión, consultar en escritos teóricos. Se escriben biografías y nuevos libros. El hombre de hoy tiene sed de Guevara. Puede que falte heroísmo a nuestros días, o sentido de sacrificio y hazaña, o que estemos sucumbiendo sin saberlo, ante la mediocridad. Algo hay que incomoda.
Capítulo 3. Valorar este legado en la formación del hombre nuevo que necesita nuestro país y el mundo tan falto de ello.
La sociedad Socialista que concibe el Che tiene como eje central al hombre nuevo en un proceso de transformación y desarrollo constante, poseedor de una nueva ética como conducta a seguir mas allá de lo material, sobre la base de valores, principios y una educación integral, en su dualidad como productor de bienes materiales y espirituales, y con una conciencia social en correspondencia con las necesidades. (14)
El Che estaba convencido de que la formación del hombre nuevo, como un proceso largo y continuo y el desarrollo de la técnica, constituían el basamento fundamental para la edificación de la sociedad socialista, y que ambos aspectos era necesario avanzar de manera simultánea para llevar a hecho su consolidación.
El Che confirma lo anterior cuando expresa en "El Socialismo y el Hombre en Cuba", que (…) la formación del hombre nuevo y el desarrollo de la técnica son los dos pilares de la construcción de la nueva sociedad (…)
El expuso que el comunismo era un fenómeno de conciencia y no solo un fenómeno de producción, y además que no se podía llegar al comunismo por la simple acumulación mecánica de cantidades de productos puestos a la disposición del pueblo. También expresó que lo que está definido por Marx como comunismo no se puede alcanzar si el hombre no es conciente, es decir, si no tiene una conciencia nueva frente a la sociedad.
El consideraba también a la calidad como elemento inseparable de un hombre que debe desarrollar una conciencia trasformadora de la sociedad, y que haga suyo, como parte de sus satisfacción personal, producir mejor y con mayor calidad en aras de satisfacer sus propios intereses, así como los intereses de pueblo y de la sociedad en su conjunto.
Un reflejo de lo antes expuesto se manifiesta en el discurso que pronunció como homenaje a los técnicos más destacados de fábricas y empresas consolidadas durante 1962, cuando expresó.
(…) hoy hemos visto como la calidad del producto es una obligación del obrero socialista, porque ese producto va al pueblo, se revierte en sí mismo y en toda la colectividad, y la obligación moral es tratar de producirlo lo mejor posible (…)
El che ratificó sus ideas sobre la necesidad de una nueva conciencia donde debían predominar los intereses sociales por encima de los particulares, y expresó que no habría verdadero socialismo si no se producía ese cambio de actitud, lo cual debía ser extrapolado desde la óptica individual de los hombres a la de los propios países socialistas, así como a nivel mundial, con relación a todos los pueblos que sufren la dominación imperialista.
El Che como economista decía que existía un doble carácter del trabajo en el Socialismo, donde no se conoce la contradicción entre el trabajo privado y el trabajo social a diferencia del Capitalismo, ahora bien el trabajo directamente social presenta en la fase del Socialismo características específicas, que determinan la necesidad de que este trabajo se exprese de un modo indirecto, por medio del valor y de sus formas.
(…) Lo correcto es decir que el ahorro es lo fundamental, bajar los precios porque bajar el valor es la forma capitalista, la sociedad lo puede hacer aún cuando el valor permanezca inalterable, o, incluso, suba. Esa es su ventaja social (…) Es un simple problema de oferta y demanda que puede ser resuelto por el precio. Lo fundamental es que la demanda solvente concuerde con la oferta a nivel global y luego que la oferta de productos esenciales alcancen a satisfacer las necesidades, el resto es nuevamente un problema de ahorro. Pero subsiste la duda sobre si en la sociedad socialista __ para ser más concretos, en la sociedad soviética__ subiste o no la contradicción antagónica entre los valores. (…) 15
En la actualidad, cuando muchas de lasa críticas premonitorias expuestas por el Che se han cumplido de modo indubitable, el análisis y estudio del debate que desde Cuba preconizó, nos permite dimensionar la herencia conceptual que dejara. En un comentario, inédito, sobre el libro de Paul Baran, La economía política del crecimiento, apuntaba la necesidad de un (…) análisis crítico de las relaciones de los países socialistas con los subdesarrollados. Ese es un libro que falta escribir, y lo debe hacer un comunista. 15
Si algo caracteriza la figura del Che como una personalidad relevante en el contexto no sólo cubano, sino latinoamericano e internacional, no es solamente su práctica revolucionaria consecuente, sino también su estudio y la maduración de su pensamiento teórico y filosófico enriquecido en la práctica de las transformaciones del proceso revolucionario cubano, y del análisis del mundo en que le tocó vivir.
La formación Marxista adquirida de forma integral, básicamente de manera autodidacta, tanto en lo filosófico e ideológico, como en lo económico y social, le permitió cuestionarse no sólo la interpretación pragmática realizada sobre las ideas de los pensadores más descollantes de las doctrinas marxistas leninistas, sino la aplicación de esos principios como dogma en los países del campo socialista europeos, lo que fue conocido como "Socialismo real", y que en la práctica constituyeron uno de los elementos que condujeron a su desaparición en la última década del Siglo XX.
El análisis de la relación hombre nuevo _ calidad, parte del supuesto de que en el pensamiento del Che la calidad ocupa la posición de medida de eficiencia y de criterio técnico fundamental par avaluar los resultados de la producción social; pero, a la vez y desde el punto de vista ético, de medida de la eficacia del proceso de formación de un hombre diferente en el que la calidad, como necesidad de ese futuro hombre comunista.
La esencia del pensamiento ético del Che, tanto en el plano económico, militar, político y cultural radica en el hombre y su formación de hombre nuevo hacia un mundo de justicia y de equidad, para construir el comunismo.
El Che aunque no fue el único, es el pensador por su formación que más se le adjudico el concepto de hombre nuevo desde una visión didáctica que se forma en el crisol de la práctica revolucionaria, con cambio de proyección de conciencia. El Che ve en el trabajo el exclusivo idioma para formar el hombre nuevo, y desencadenarle una lucha al individualismo.
"Che habló del hombre nuevo… que una sociedad nueva tiene que crear una conciencia nueva, un proceso revolucionario socialista tiene que crear un hombre también nuevo. Ese hombre nuevo, en esencia tiene que ser mucho más solidario, mucho más altruista, mucho más desprendido; tiene que ser un hombre capaz de ver a todos los demás como a su hermano. Nosotros postulamos algo que lo suscribe también la doctrina cristiana: la hermandad entre todos los hombres, la solidaridad, el desinterés, la generosidad, a la cual añadimos una educación elevada, una alta preparación técnica, una conciencia patriótica, una conciencia internacionalista; y no pretendo definirte todos los valores, sino señalar simplemente algunos de los elementos del hombre nuevo de que hablaba el Che".
Muchas personas en el mundo lo han convertido en un ídolo, en un santo, en un dios al cual le rezan y le piden milagros. Para otros es el héroe mítico que admiramos por sus cualidades inalcanzables para los mortales. Algunos denominados marxistas dicen que el hombre nuevo que él preconizaba solo se alcanzará en el comunismo. Los que se dicen más realistas esperan que las nuevas generaciones logren alcanzar a ser como él.
Es esencial para ello comprender quién era el Che. Es difícil caracterizarlo con palabras, pero diremos que su vocación inicial fue la de médico humanista y revolucionario. Después guerrillero internacionalista al incorporarse a la lucha insurreccional en Cuba. Luego asumiría las funciones de organizador y constructor de la nueva sociedad socialista, para finalmente retornar a la lucha guerrillera junto a otros pueblos del mundo. Un círculo completo de ideas y de acción. El Che era ante todo un hombre, articulado en torno a tres pilares básicos en su pensamiento: su humanismo marxista, la moral del combatiente revolucionario y su concepción sobre el hombre nuevo. Estos son los pilares
Básicos en que debemos revivir su figura para que nos sirva de herramienta transformadora.
El hombre no solo piensa como vive, sino que debe vivir también como sueña.
CONCLUSIÓN:
Hace aproximadamente 40 años, ya había regresado de mi escuela y mi madre no se encontraba en ese momento en casa, decidí recostarme un poquito y jugando me dormí, me despertó su voz hablando con mi abuela, entonces decía el Che ha muerto, lo asesinaron, esta última palabra creo no la entendí del todo, pero que se murió sí, pues hacía ya como 2 meses, un vecino, abuelo de una amiguita se había muerto y no lo podíamos ver ya nunca más, dije pero ¿como es posible que ese hombre tan grande yo no lo pueda ver nunca más?, si se me parecía al héroe de mis libros de aventura. Ya una adolescente comprendí que la muerte solo está en el pensamiento de los seres humanos, que todo lo bueno que ha dejado en la gente, no tiene nada que ver con la muerte, mientras más tiempo pasa más viva y grande se me hace su figura y sus ideas, cundo escribo estas conclusiones, recuerdo ese hermoso discurso que expresó Fidel en la ceremonia por el XXX Aniversario de la caída en combate del Guerrillero Heroico y sus compañeros en Bolivia. Fidel decía;
(…)Más grande será su figura cuanta más injusticia, más explotación, más desigualdad, más desempleo, más pobreza, hambre y miseria impere en la sociedad humana; más descollará su ejemplo de hombre puro, revolucionario y consecuente mientras más políticos corrompidos, demagogos e hipócritas existan en cualquier parte. Un combatiente puede morir pero no sus ideas.
Che está librando y ganado más batallas que nunca. ¡ Gracias, Che por tu historia. Tu vida y tu ejemplo! ¡ Gracias por venir a reforzarnos en esta difícil lucha que estamos librando hoy por salvar las ideas por las cuales tanto luchaste, para salvar a la Revolución, la Patria y las conquistas del Socialismo, que es parte de losa grandes sueños que albergaste! (…)
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ANEXOS:
Autora:
Dra. Teresa Sosa Sánchez
Cuba
25 de Febrero de 2008
Universidad de La Habana – Centro de Estudios de Salud y Bienestar Humano
Maestría de Bioética – Trabajo Final del Diplomado – Fundamentos de Bioética
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