- El análisis estructural y el análisis de coyuntura
- Gobernabilidad y democracia.
- Análisis institucional –AI-
- Diagnóstico de fuerzas organizacionales -difo-
- Nuevos enfoques para el análisis político
- Cómo persuadir al poder
- Diagnóstico, formulación, negociación, ejecución, control, monitoreo, evaluación y sistematización de proyectos
- La planeación estratégica
- Las cinco etapas del trabajo de organización social.
- Bibliografía
A lo largo de los últimos 21 años (1981 a 2,001) he abordado y trabajado de manera teórica y práctica, contenidos, metodologías y eventos relacionados con las ciencias sociales y he adaptado elementos provenientes de la gerencia empresarial, social y política como nuevas disciplinas que se ubican en la frontera entre las ciencias sociales estrictamente consideradas y la administración de empresas, la economía y la administración pública.
En los años más recientes (1,995 en adelante) desarrollo con más fuerza la presencia del desarrollo sostenible que comprende la ecología y el aspecto étnico (interculturalidad y resolución de conflictos y la espiritualidad) y el género.
Acorde a la evolución del conocimiento y la práctica humana, hay una interrelación y adaptación de las ciencias sociales en su ámbito del desarrollo social, la gerencia social y política y el desarrollo empresarial, en tanto que ambos se interinfluyen y se articulan en la relación del Estado, el Mercado y la Sociedad Civil.
Entre los elementos más abordados están:
I.- EL ANÁLISIS ESTRUCTURAL Y EL ANÁLISIS DE COYUNTURA
El análisis estructural se considera en la actualidad, un esfuerzo de investigación con hipótesis suficientemente contrastadas que se han constituido en teorías sociales (por supuesto no cerradas) y en leyes.
En este tipo de análisis se evidencian con mucha claridad las contradicciones fundamentales de la sociedad, especialmente los de carácter económico. El análisis estructural se dirige a descubrir la lógica de una formación social, en este caso la sociedad guatemalteca, en ocasiones la de otros países de Latinoamérica y en su caso, el nivel internacional que determina el rumbo de muchas políticas públicas y sociales desde centros hegemónicos de poder mundial.
El análisis de coyuntura sirve fundamentalmente para contar con elementos suficientes que nos permitan anticipar la evolución inmediata de un proceso social en el marco de su tendencia de desarrollo a largo plazo.
Por eso mismo, no puede quedarse en una mera descripción que sirva tan sólo para conocer la situación actual y nada más. Más allá de un ejercicio intelectual, su utilidad estriba en –una vez hecho el análisis poder tomar decisiones políticas y orientar la acción para incidir en el comportamiento del proceso-.
Ambos se refieren a:
- Las instancias sociales
- A su integración
- A su dirección específicas
- Y a la matriz de reproducción o en su caso
- A la crisis hegemónica (el grupo que domina
Tratan de superar las apariencias e ir a la raíz de las problemáticas u objetos de estudios.
Pasos a seguir para realizar un análisis estructural:
- Selección del tema que se quiere analizar
- Descripción física del lugar: esto se refiere al área en el cual vamos a trabajar, su ubicación, su nombre y otros aspectos físicos que se consideren importantes.
- Las causas:
- Investigar los siguientes aspectos y otros que consideren importantes
- Aspectos sociales y culturales. Las ideas que nacen de las relaciones sociales y que pueden servir para encubrir o descubrir la verdad.
- Aspectos políticos: se refiere al tronco que mantiene las relaciones sociales dentro de un orden establecido mediante leyes e instituciones.
- Aspectos económicos: son las raíces que mantienen nuestra sociedad, son las actividades de producción de riqueza.
- Las consecuencias: los resultados que se provocaron a raíz de las decisiones tomadas (aspectos sociales y culturales, políticos y económicos).
- Las perspectivas: esto incluye los responsables, la educación, promotores alternos, aciertos.
- Las propuestas de alternativas: cómo se debería manejar la situación en beneficio de la comunidad.
¿Qué es el análisis de coyuntura?
- Entendemos por análisis: la reconstrucción teórica y real de la cosa u objeto que queremos estudiar.
- Entendemos por coyuntura: un corte en el momento actual o en el presente del desarrollo de la totalidad social o estructural, desde el punto de vista de la correlación de fuerzas,
El análisis se hace al calor de los acontecimientos, con la presión de nuevos hechos que empiezan a desarrollarse y antes de terminar el estudio de ciertos sucesos. A estos le siguen otros que exigen también un análisis detenido pero no se llegan a hacer.
- El análisis coyuntural es un campo preferentemente hipotético, en el que incluso algunas hipótesis son fácilmente desechadas, por la presión de las fuerzas sociales que exigen otra nueva hipótesis sobre la correlación de fuerzas. Generalmente los periodos coyunturales son de corta duración.
El análisis de coyuntura debe tener estos elementos:
- Ser una labor sistemática y permanente
- Estar íntimamente relacionado con un análisis de estructura.
Si consideramos el análisis de coyuntura como un ejercicio intelectual de un solo periodo (como hacerlo solo cuando hay momentos de crisis) y no permanentemente, podremos aceptar que no va a las causas sino sólo a la descripción.
- En cambio, cuando el análisis de coyuntura está ubicado explícitamente en el estructural y se hace sistemática y permanentemente, se expresa bajo la forma de un esfuerzo hipotético sólido dirigido a diagnosticar y a explicar la correlación de fuerzas.
¿Cuál es el objetivo del análisis coyuntural?
- Recuperar la correlación de fuerzas en un momento de una situación social o institucional generada por un acontecimiento.
- Ver las cosas de una manera más profunda, con más detalle, fijándose en todos los elementos que las integran y que son razón de ser.
- Reconstruir las prácticas sociales e institucionales de la manera como se dieron en un momento dado.
- Recuperar la estrategia y la táctica de los factores sociales en el seno de una sociedad o de una institución para determinar los bloques de poder que se van formando.
- Mostrar la presencia o el ocultamiento de las contradicciones de fondo de una sociedad o de una institución.
- Relacionar los momentos coyunturales con el movimiento profundo de las estructuras sociales o institucionales.
Un análisis de coyuntura a nivel social o institucional es una escena política en donde hay:
Protagonistas: aquellos que hacen posible que se alcancen los objetivos que resultan triunfantes en un momento coyuntural dado.
Aliados: aquellos actores que colaboran con el protagonista para que este alcance los objetivos de sus acciones.
Opositores: aquellos actores que son contrarios a los objetivos del protagonista y que no quieren que éste alcance su cometido, aunque ellos no alcancen sus propios objetivos.
Destinatarios: aquellos actores que recibirán los beneficios de la acción protagonista.
Situación: también las características político-sociales, económicos, educativo-culturales, etc. Juegan un papel ya porque ayudan o estorban al protagonista o a sus opositores.
Dispositivos prácticos de tipo institucional o tecnológico: son las ayudas o instrumentos de todo tipo que los actores utilizan para llevar a la práctica sus propósitos.
El proyecto: son las carencias, deseos o intereses que desatan y movilizan acciones. Se parte de algo que no se tiene y que se quiere adquirir. Casi nunca se declaran, sino que se esconden por cuestiones estratégicas o incluso por no ser conscientes. Aparecen como intereses implícitos.
Qué tenemos que hacer en el análisis de coyuntura
- Separar (en el pensamiento o teóricamente) las diversas fuerzas (partes, actores) que están en contradicción.
- Comprender la articulación, o dicho de otra manera, la relación entre procesos. Es decir, detectar la unidad que se da entre la diversidad de elementos.
- Concluir cómo se enfrentan los diferentes actores
- Anticipar (análisis de escenarios) supone una característica básica del proceso de conocimiento: la capacidad de prever con anticipación lo que pudiera suceder.
El análisis de coyuntura típico se refiere a una totalidad nacional. Sin embargo, en la práctica analítica se ha ido imponiendo el estudio de regiones y de localidades, entendiendo por región un subconjunto al interior de un Estado- Nación.
Es importante mencionar que el análisis de la coyuntura como estudio en y del presente está incluido necesariamente en el futuro: como anticipación de las posibilidades de transformación o conservación de las relaciones sociales.
El análisis de coyuntura privilegia la investigación de lo político. Si bien el análisis coyuntural tiene como objeto de estudio a la totalidad social, privilegia la investigación de lo político ya que fundamentalmente trata de sustentar, reproducir o reestructurar una formación social o hacia la transformación del bloque histórico.
¿Qué herramientas son necesarias en el análisis de coyuntura?
Para hacer un análisis de coyuntura son necesarias algunas herramientas propias para esto. Son las categorías con que se trabaja:
- Acontecimientos
- Escenarios
- Actores
- Relaciones de fuerzas
- Articulación (relación) entre "estructura y coyuntura"
En cuanto a los acontecimientos:
En un análisis de coyuntura lo importante es analizar los acontecimientos (es decir, los hechos que adquieren un sentido especial para un país, una clase social, un grupo social o una persona).
El peso y la importancia de los acontecimientos son siempre relativos y dependen de la óptica de quien analiza la coyuntura.
En cuanto a los escenarios:
"Las acciones de una trama social y política se desarrollan en determinados espacios que pueden ser considerados como escenarios".
En cuanto a las relaciones de fuerza:
"Las clases sociales, los grupos, los diferentes actores sociales están en relación unos con otros. Estas relaciones pueden ser de confrontación, de coexistencia, de cooperación y estarán siempre revelando una relación de fuerza, de dominio, de igualdad o de subordinación.
Encontrar formas de verificar esta relación si se quieren obtener conclusiones prácticas del análisis de coyuntura".
¿Qué pasos son necesarios para el análisis de coyuntura?
- Conocer la realidad.
- Escoger los temas de la realidad que vigilaremos, esto depende de los objetivos e intereses que tiene nuestra organización.
- Aclararnos cuáles aspectos vamos a observar de cada tema.
- Reunimos la información. Lo más recomendable es hacer un resumen de lo que ha pasado, tomando en cuenta, especialmente, las fechas, los actores y los indicadores aquellos elementos de nuestros temas que se pueden contar y que, por tanto, nos pueden ayudar a medir cada variable.
Análisis. Pensar acerca de lo que hemos visto
- ordenamos y elaboramos dos o tres ideas principales. Estas ideas, como veremos más adelante, pueden ser sobre las razones de lo que está pasando o sobre las cosas que podrían llegar a pasar dentro de un poco tiempo.
- revisamos más información, puede suceder que necesitemos la opinión de compañeros de otras organizaciones o información más especializada.
- tratamos de identificar las fuerzas y sus relaciones. Grupo de fuerza, ¿qué quiere? ¿qué busca? ¿quiénes se le oponen? ¿quiénes están a su favor?.
- revisamos nuestras ideas principales. Ya reflexionamos bastante, solos y en equipo. Es el momento de volver a escribir juntos nuestras ideas principales sobre lo que está pasando en esta coyuntura. Ya no se trata de un solo tema.
- Debemos fijarnos ahora en los temas que hayan tenido más importancia en este momento.
Actuar. Comunicar nuestras ideas a más personas de la organización, grupo o institución.
- el mensaje principal: las ideas que se quieren trasmitir a las personas que van a conocer el informe.
- El sustento del mensaje: es la información ene la que basamos nuestras ideas, nuestras ideas deben ser apoyados por hechos reales que se puedan demostrar. Además no debe haber contradicciones entre lo que vamos a decir.
- El cierre o las conclusiones. Es la reflexión o reflexiones finales a las que nos llevó el proceso. Para cerrar nuestro informe, podemos llegar a conclusiones definitivas, indicando cuales de nuestras ideas principales han quedado demostradas y cuales no pudimos probar. Pero también podríamos cerrar nuestro informe diciendo que podría pasar si las cosas continuaran determinado rumbo. Para presentar nuestro informe podemos hacer: un boletín, un periódico mural, un sociodrama, una charla, un programa de radio.
- hacer un informe de la coyuntura. Comunicar nuestras ideas. Este informe tiene como objetivo que quienes lo conozcan tengan una idea más clara de lo que está pasando en este momento. Este informe debe contener ideas y explicaciones. El informe debe constar de tres partes:
Se proponen dos tipos de análisis de coyuntura
- A partir de la situación o del punto de vista del poder dominante.
- A partir de la situación o del punto de vista de los movimientos populares, de las clases subordinadas, de la posición al poder dominante.
El análisis de coyuntura de modo general es un análisis interesado en producir un tipo de intervención política; es un elemento fundamental en la organización de la política en la definición de las estrategias y tácticas de las diversas fuerzas sociales en lucha.
Es muy importante tener claro que un acontecimiento trascendente no necesariamente es un momento coyuntural puede suceder, por ejemplo, que un gran movimiento huelguístico que concluye exitosamente para los obreros no modifique en lo sustancial el equilibrio entre las clases sociales en conflicto.
Al hablar, por tanto, de la coyuntura actual nos estamos refiriendo a la situación que está viviendo una sociedad determinada en el momento presente caracterizada pro una cierta correlación de fuerzas."
¿Desde qué planos ha sido utilizado el análisis coyuntural?
- como una herramienta para el conocimiento de la realidad
- como instrumento de estudio o análisis
- como método para el abordaje de la realidad política social.
El análisis de coyuntura, si bien puede ser utilizado para medir una correlación de fuerzas en un determinado momento histórico, es fundamentalmente utilizado para la interpretación del aquí y del ahora, es decir, tiene una fuerte sustentación en la interpretación de los hechos que acontecen en el momento actual.
El método del análisis de coyuntura es un conjunto de procedimientos o técnicas que permiten aproximarse al diagnóstico de una determinada realidad social en un momento específico de su evolución histórica o temporal.
II.- GOBERNABILIDAD Y DEMOCRACIA.
Se entiende por 'gobierno' el "conjunto de los órganos a los que institucionalmente les está confiado el ejercicio del poder", o dicho de una manera más precisa, la toma de decisiones jurídicamente vinculantes .
La más conocida de las referencias a la problemática de la gobernabilidad es debida a los autores del Reporte Trilateral , y que pasa por ser el esquema interpretativo básico de la cuestión. En él, la crisis de gobernabilidad consiste en un estado de desequilibrio, o de desfase, entre el mayor volumen de las demandas sociales ("sobrecarga") y las menguadas capacidades de respuesta de los gobiernos democráticos.
Así, "el dilema central de la gobernabilidad de la democracia" es que "las demandas sobre el gobierno democrático crecen, mientras que la capacidad del gobierno democrático se estanca".
La "eficacia", "legitimidad" y "estabilidad" en el ejercicio del poder político aparecen como componentes básicos de la gobernabilidad. De esta manera se puede hablar de 5 expresiones de la gobernabilidad:
Gobernabilidad "ideal": es un concepto límite que designa el equilibrio puntual entre demandas sociales y respuestas gubernamentales (una respuesta adecuada por cada demanda). El modelo de gobernabilidad ideal tendría como correlato una sociedad sin conflictos ( o con conflictos absolutamente "neutralizados").
Gobernabilidad "normal": describe una situación donde las discrepancias (o diferencias) entre demandas y respuestas se encuentran en un equilibrio dinámico, esto es, varían dentro de márgenes tolerados y esperables para los miembros de la comunidad política. Ciertamente, esto no significa que no haya conflictos, cuestiones irresueltas e incluso problemas irresolubles; pero el hecho que importa resaltar es que esas diferencias son aceptadas como tales e integradas en el marco de la relación de gobierno vigente en una sociedad.
Déficit de gobernabilidad: designa un desequilibrio entre el nivel de las demandas sociales y la capacidad de respuesta gubernamental, que es percibido como inaceptable por actores políticamente organizados y que hacen uso eficaz de su capacidad para amenazar la relación de gobierno en una situación dada.
Crisis de gobernabilidad: describe una situación de "proliferación de anomalías", es decir, una conjunción de desequilibrios inesperados y / o intolerables entre demandas sociales y respuestas gubernamentales.
Ingobernabilidad: es otro concepto "límite" que designa la virtual disolución de la relación de gobierno que une, por ambos lados, a los miembros de una comunidad política.
a) Gobernabilidad y eficacia, la tradición de la razón de Estado.
Esta primera corriente pone énfasis en la dimensión de la eficacia / eficiencia en el ejercicio del poder político, y por ende de la gestión gubernamental, como clave de la gobernabilidad de un sistema social. Para esta versión la gobernabilidad es una propiedad de los sistemas políticos, definida por su capacidad para alcanzar objetivos prefijados al menor costo posible.
En una línea semejante, en las reflexiones del llamado "realismo político", el problema central de la política pasa por el ejercicio eficaz / eficiente del poder, es decir, por el mantenimiento adecuado del "grado de gobierno" sobre una sociedad.
En este sentido, hay un paralelo esclarecedor entre gobernabilidad, entendida como grado de gobierno eficaz y la conocida noción weberiana de "dominación".
En primer lugar, el ejercicio eficiente del poder no excluye, sino que incorpora la dimensión del consenso como insumo del procesos de toma de decisiones e implementación de políticas.
En segundo término, el concepto de poder implicado en estas reflexiones no viene definido en términos de una causalidad lineal y mecánica.
b) Gobernabilidad y legitimidad: la tradición del "buen gobierno".
Desde una perspectiva distinta, las condiciones de gobernabilidad se han vinculado a una más lejana tradición de la justicia y de la legitimidad de un ordenamiento político-social, la tradición del respeto a los derechos humanos y de la obligación gubernamental de proveer el bienestar general, en suma, la tradición del "buen gobierno".
Al gobierno, Jean Bodino lo ubica en el plano de la legitimidad, en el sentido de que el gobierno ha de actuar conforme a ciertos valores morales de razón, justicia y orden, encontrando su fin último y su justificación en la realización de esos valores.
Posteriormente, con base en el principio de que "el gobierno es para los individuos y no los individuos para el gobierno", el filósofo británico John Locke defendió la doctrina según la cual el poder gubernamental sólo puede justificarse en la medida que sirva a la más plena realización de los derechos individuales.
Quienes se nutren de esta tradición y ven la gobernabilidad desde el ángulo del "buen gobierno", destacan la conexión necesaria entre legitimidad y ejercicio del poder, concentrando su atención en el problema de la calidad de la acción gubernamental.
c) Gobernabilidad y estabilidad.
Esta tercera corriente tiene la peculiaridad de ubicarse en un plano intermedio, en una zona de confluencia entre las dos anteriores, y que ha puesto su atención en el antiguo problema del orden político, que en términos propios de la ciencia política contemporánea toma la forma de la cuestión de la "estabilidad".
En tal sentido, un sistema será más gobernable en la medida en que posea mayor capacidad de adaptación y mayor flexibilidad institucional respecto de los cambios de su entorno nacional e internacional, económico, social y político. De acuerdo con una definición aceptada, podemos entender por estabilidad política la previsible capacidad del sistema para durar en el tiempo.
Para que un sistema sea estable, señala Leonardo Morlino, "debe ser capaz de cambiar adaptándose a los desafíos que provienen del ambiente" puesto que solo "una continua adaptación a la realidad siempre cambiante permite a un sistema sobrevivir."
Con base en las consideraciones anteriores podemos presentar ahora una definición amplia de gobernabilidad, capaz de integrar los tres componentes básicos a que hicimos referencia. De acuerdo con esto, entenderemos por gobernabilidad un estado de equilibrio dinámico entre demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental.
Los Grados De Gobernabilidad
Todas las sociedades son en alguna medida gobernables, y todas las sociedades tienen, del mismo modo, problemas de gobernabilidad en mayor o menor grado.
El hecho de que no podamos hablar de un nivel "absoluto" de gobernabilidad (o de ingobernabilidad) depende de dos factores claves. Por un lado, el nivel de equilibrio (o de discrepancia) entre demandas sociales y respuestas gubernamentales no puede ser separado de la percepción, los valores o las creencias que tengan los ciudadanos en torno a determinada situación social, económica o política.
Por otra parte, esa situación será calificada como aceptable o inaceptable por parte de actores con algún grado relevante de organización, y por tanto, con posibilidades de hacer un uso eficaz de su capacidad para "amenazar" la relación de gobierno. De este modo, la percepción social y la organización de los diferentes actores son elementos relativos a una sociedad concreta, y están configurados por un patrón histórico de vinculación entre gobernantes y gobernados, entre gobierno y sociedad, ente Estado y sociedad.
Las luces "rojas" y los déficits de gobernabilidad. Hay cierto consenso entre los estudiosos de la cuestión en señalar al menos cuatro áreas donde es posible que surjan problemas de gobernabilidad.
Siguiendo el razonamiento anterior, en cada una de esas zonas pueden encenderse luces "amarillas" o luces "rojas (según el "grado" o la importancia del problema) que nos indicarían la menor o mayo gravedad de los problemas suscitados. Estas cuatro zonas corresponden a las áreas comunes de acción de los sistemas políticas, los cuales pueden ser evaluados de acuerdo con los siguientes patrones:
- El mantenimiento del orden y de la ley, lo que implica que haya una reconocida capacidad del gobierno para mantener o restaurar rápidamente un nivel mínimo de orden; el cumplimiento mínimo de orden; el cumplimiento mínimo de la legislación y de las políticas gubernamentales y la ejecución de las órdenes del gobierno.
- La capacidad del gobierno para llevar adelante una gestión eficaz de la economía.
- La capacidad del gobierno para promover el bienestar social y garantizar servicios sociales mínimamente adecuados.
Podemos agrupar en tres corrientes principales los diagnósticos y remedios más conocidos para enfrentar las crisis de gobernabilidad, a saber.
Un primer enfoque encuentra el origen de las situaciones de ingobernabilidad en "una sobrecarga del gobierno político y del Estado, determinada esencialmente por un exceso de expectativas que se presenta, a su vez, como causa y efecto de una excesiva expansión de las competencias y de las funciones del Estado".
Este enfoque es sostenido generalmente por autores cuya orientación ideológica podríamos calificar de "neoliberal" o bien "neoconservadora". Ellos proponen una solución en términos de una estrategia de reducción de las demandas sociales.
Para los autores trilaterales, el desarrollo democrático tiende a generar "una quiebra de los significados tradicionales del control social, una deslegitimación de la política y otras formas de autoridad, y una sobrecarga (overload) de demandas sobre el gobierno que excede su capacidad para responder a las mismas.
Un segundo enfoque, heredero del pensamiento marxista y representado por autores como James O'Connor, Jürgen Habermas y Claus Offe, se ubica en el extremo opuesto respecto del planteamiento anterior. Esta línea señala que los factores de ingobernabilidad se encuentran en las funciones contradictorias que debe cumplir el sistema político-administrativo en las sociedades del capitalismo tardío.
Esta vertiente destaca un punto de importancia: las exigencias del mercado y de la llamada sociedad civil sobre el sistema político con frecuencia constituyen demandas opuestas que elevan la tensión y el conflicto social.
El enfoque "intermedio" también es defendido por autores que analizan el problema de la gobernabilidad a partir de la consideración de un conjunto de fórmulas, acuerdos y pactos que abarcan a distintos actores políticos y socioeconómicos. La versión más conocida de esta vertiente es la del llamado "neocorporativismo". Según un artículo pionero de Phllippe Schmitter (1974), el neocorporativismo puede ser definido como "un sistema de representación de intereses…, un tipo ideal de arreglo institucional para articular los intereses organizados de la sociedad civil con las estructuras decisionales del Estado".
Esta corriente, que no debe ser confundida con los pactos corporativos de carácter autoritario (a la manera de la Italia de Mussolini) busca complementar las instituciones propias de los regímenes políticos democráticos con toda una red de acuerdos entre sindicatos, cámaras empresariales, organizaciones de la sociedad civil y dependencias gubernamentales.
En primer lugar, se han revelado como deficientes aquellos postulados que defendían, o bien un Estado interventor como "motor" principal del desarrollo, o bien un Estado mínimo como limitado "guardián" del mercado; por el contrario, hoy en día se piensa en un Estado ágil y eficaz, que en algunos casos se limitaría a un papel regulador (guardando los equilibrios macroeconómicos básicos, por ejemplo); en otros casos tendría funciones más activas (educación, salud o seguridad), e incluso realizaría funciones complementarias al mercado (desarrollo de infraestructura, promoción de exportaciones o generación de un sistema científico-tecnológico acorde con las necesidades de la innovación empresarial).
En segundo lugar, en los sistemas políticos democráticos los ciudadanos procesan sus demandas (desde empleo hasta educación superior, desde salud hasta perspectivas de progreso familiar) a través de medios políticos (el voto o el apoyo a una política), y ello impide al Estado librarse de un cierto nivel de compromiso respecto del funcionamiento del mercado o de la dinámica de la sociedad civil.
Gobernabilidad Y Democracia
De acuerdo con una "definición mínima" de democracia como forma de gobierno, tal como la ha caracterizado Norberto Bobbio, podemos afirmar que la democracia hace referencia a un conjunto de reglas fundamentales que establecen quién está autorizado a tomar decisiones, bajo qué procedimientos y en qué condiciones. De acuerdo con esto, una forma de gobierno será considerada democrática sólo si se cumple que:
- los sujetos involucrados en los procesos de toma de decisiones son la mayoría de la población adulta;
- el procedimiento de toma de decisiones se rige por el principio de mayoría;
- y están garantizadas un conjunto de libertades básicas (de opinión, de información, de asociación, de reunión, etc.) que permiten a los sujetos involucrados presentar y/ o elegir opciones políticas definidas sin que pesen sobre ellos mecanismos de coacción."
- El control del orden político y la estabilidad institucional, esto es, la capacidad del sistema político para incorporar, restringir o acomodar –de acuerdo con pautas institucionalizadas- a individuos y grupos que buscan influir en el juego político, con el propósito de permitir el flujo eficaz en la toma de decisiones.
Si la democracia es una "forma de gobierno", la gobernabilidad, como venimos señalando, es más bien un estado, una propiedad o una cualidad que nos indica el "grado de gobierno" que se ejerce en una sociedad; ese grado de gobierno está representado por un nivel de equilibrio dinámico entre demandas sociales y capacidad de respuesta gubernamental.
a) Las tensiones "internas" de la gobernabilidad democrática. Norberto Bobbio ha resumido el argumento básico de quienes subrayan las tensiones internas entre gobernabilidad y democracia. Según él, el fenómeno de la sobrecarga (más demandas al gobierno que respuestas) sería el caso característico de las democracias por razones distintas, pero convergentes en el mismo resultado:
Como bien lo hacen notar autores como Norberto Bobbio y Giovanni Sartori, no debe confundirse el concepto de "democracia social", tal como ha sido definido, con el de "igualdad" en las condiciones sociales; en todos los casos la democracia hace siempre referencia a un conjunto de reglas y procedimientos para la toma de decisiones.
- Las limitaciones "externas" de la gobernabilidad democrática.
Si las tensiones internas de la gobernabilidad democrática se alimentan del funcionamiento de las propias instituciones de la democracia, las limitaciones externas, en cambio, se originan en las dificultades de esta última para integrar los diferentes centros de interés y de poder en una sociedad compleja.
De este modo, el régimen democrático se ha encontrado tanto con la dificultad de unificar la diversidad de intereses sociales con base en el "interés público" de la ciudadanía (en rigor, no hay una única ciudadanía, sino múltiples ciudadanos), como con el desafió de articular las diferentes modalidades de representación de intereses, con los cauces de las organizaciones y mecanismos políticos tradicionales.
Por tal razón, Giacomo Marramao ha señalado que la menor capacidad de intervención de las políticas estatales se debe, en parte, a la pérdida de la eficacia de los canales de representación tradicional, propios de una democracia parlamentaria basada en un sistema de partidos clásico.
De acuerdo con el filósofo italiano, en los últimos años "han entrado en escena nuevas demandas e identidades colectivas, sólo inadecuadamente representables por formas de organización política estructuralmente orientadas a acoger intereses relativamente estables, con una base territorial, profesional o social definida".
c) Gobernabilidad y democracia en las sociedades complejas. Frente al retroceso general de los gobiernos autoritarios en América Latina, o ante la caída de los regímenes totalitarios de Europa del Este, los desafíos a la gobernabilidad de las democracias no provienen ya de ' la existencia de sistemas políticos alternativos sino de la necesidad de corregir y perfeccionar las instituciones de la democracia, con el fin de superar algunos problemas inherentes a su propio funcionamiento, y complementar sus mecanismos de representación y agregación de intereses, con el objeto de superar sus limitaciones "externas".
El logro de una adecuada gobernabilidad se basa en una serie de acuerdos básicos entre las élites dirigentes, los grupos sociales estratégicos y una mayoría ciudadana, destinados a resolver los problemas de gobierno- cuando esos acuerdos se estabilizan y toman un carácter institucional, previsible y generalmente aceptado, hablaremos de la conformación de un "paradigma de gobernabilidad".
Esos acuerdos han de darse en tres niveles distintos, a saber: el nivel de la cultura política, el nivel de las instituciones y el nivel de las políticas públicas.
En el primer caso encontramos una compleja amalgama de ideas y valores que llamaremos "modelos de orientación política."
En el segundo nivel tenemos algo que podríamos llamar "fórmulas institucionales", es decir, mecanismos operativos para la agregación de intereses y la toma de decisiones.
Finalmente, nos encontramos con la estructura del Estado, las políticas y los paquetes de políticas públicas. Para simplificar el asunto supondremos que cada nivel atraviesa tres campos de acción gubernamental- esos campos son el político, el económico y el social.
Campos de acción gubernamental
Niveles de análisis | Campo político | Campo económico | Campo social |
Modelos de orien- tación política. | Acuerdos en torno a los principios y valores que sustentan el régimen político. | Acuerdos en torno al modelo de desarrollo económico | Acuerdos en torno al modelo social. |
Fórmulas institucionales | Acuerdo sobre:
| Pactos para conformar coaliciones estables de interés. | Redes de comunicación entre el gobierno y los movimientos sociales, organizaciones civiles etc. |
Paquetes de políticas | Acuerdos sobre:
| Acuerdo amplio sobre políticas económicas estratégicas. | Consensos sobre la aplicación de políticas sociales. |
Una Agenda Institucional Para La Gobernabilidad Democrática
El primer punto de la agenda se concentra en los temas de la seguridad ciudadana y el mantenimiento del orden público; el segundo combina las dimensiones del desarrollo económico y la promoción del bienestar social; los últimos tres puntos se refieren al ámbito más general del orden político.
- La garantía del orden público. La gobernabilidad supone una reconocida capacidad del gobierno para mantener o restaurar rápidamente el orden público, hacer cumplir la ley y hacer acatar las políticas gubernamentales. Sin embargo, la proliferación de delitos comunes y la vinculación entre las dependencias del Estado y el crimen organizado, en particular ligado al narcotráfico, han generado durante los últimos años en las sociedades latinoamericanas una creciente inseguridad ciudadana.
- En tal sentido, las exigencias de una gobernabilidad democrática nos obligan a buscar un equilibrio entre eficacia gubernamental y control ciudadano. Así, es preciso dotar al gobierno de herramientas ágiles y eficientes para combatir el delito, pero también es necesario desarrollar mecanismos institucionales, entre los que se destacan la conformación de un Poder Judicial ágil e independiente, para impedir que la acción de los servicios de seguridad y las fuerzas del orden se desnaturalice por los cauces de la conducta arbitraria y la impunidad.
- La redefinición del esquema de relaciones entre Estado, mercado y sociedad civil. El mantenimiento de adecuadas condiciones de gobernabilidad depende en alto grado de la capacidad del gobierno para llevar adelante una gestión eficaz de la economía y una satisfactoria promoción del bienestar social.
Lo anterior implica la rearticulación orgánica entre las políticas económicas y las sociales. la mayor participación de las comunidades asistidas por los programas sociales, la descentralización de las políticas, así como la incorporación de las organizaciones no gubernamentales para su más eficiente ejecución, y la formación sistemática de gerentes sociales."
d) Revigorización de los partidos políticos. Los partidos políticos son in indispensables para asegurar el debate abierto sobre alternativas significativas, coadyuvar a la integración de intereses dispersos y desarrollar líderes políticos. Pero para continuar realizando estas funciones, los partidos tendrían que adaptarse a las cambiantes necesidades e intereses de un electorado más educado, más exigente y, en general, más sofisticado, que está menos dispuesto a comprometerse ciega e irrevocablemente con un partido específico y sus candidatos.
- La experiencia histórica indica que la democracia funciona mejor cuando hay un aumento gradual, pero relativamente constante, del bienestar económico de la sociedad. En consecuencia, el control de variables macroeconómicas, la promoción del desarrollo y la distribución del ingreso, considerando cuidadosamente los efectos del crecimiento sobre el agotamiento de los recursos y la contaminación ambiental, han de tener la más alta prioridad en las agendas de las democracias.
- Refuncionalización de los mecanismos de representación. Es sabido que no existe un sistema electoral "óptimo", y que la combinación entre principios de representación (mayoritario y proporcional) e instrumentos de configuración del sistema (diseño de las circunscripciones, umbrales de representación y fórmulas específicas de asignación de escaños) impactan de manera diferencial en la configuración del sistema de partidos y la conformación del gobierno."
Hacia Una Cultura De La Gobernabilidad Democrática.
Esa nueva cultura de la gobernabilidad democrática estaría definida por un conjunto de ideas y valores capaces de determinar los límites, las mediaciones, las posibilidades y los intercambios entre el gobierno, el mercado y la sociedad civil en un mundo globalizado.
Se trataría de una cultura que habría de incorporar a los valores tradicionales de la democracia (libertad, tolerancia, respeto a las minorías, etc.) las condiciones exigidas por las necesidades d gobernar a las sociedades complejas una cultura de pesos y contrapesos de demandas ciudadanas responsables frente a un Estado obligado a rendir cuentas, pero también de una participación ampliada mediante canales institucionalizados- una cultura que tolere las diferencias, pero que sea capaz de resguardar espacios para ciertas decisiones unificadoras; una cultura que, en definitiva, logre integrar orden y libertad, justicia y eficiencia, en un marco democrático y de desarrollo socioeconómico equilibrado.
En primer lugar, nos encontramos con el principio de la "relación compleja entre gobernabilidad y democracia".
De acuerdo con este principio, ha de existir plena conciencia en torno a que los problemas de gobernabilidad no se resuelven por la mera vigencia de las instituciones democráticas (recordemos las "limitaciones externas"), y que incluso algunos déficit de gobernabilidad son generados por el funcionamiento propio de las instituciones democracia (recordemos las "limitaciones internas).
La cuestión de eficacia en el grado de gobierno sobre ciertos actores claves (empresarios, trabajadores o Fuerzas Armadas) y variables cruciales ( tasa de inflación, seguridad pública o bienestar), ha de ser cuidadosamente distinguida del problema de la "forma de gobierno". La democracia puede hacer muchas cosas, y sin duda es el mejor de sistemas políticos conocidos, pero no puede hacerlo todo.
Un segundo principio se refiere al "compromiso estatal" con la regulación de los mercados, la promoción del bienestar y la fiscalización ciudadana. Hablamos ya de las dos primeras dimensiones, basta señalar aquí que el gobierno le cabe informar puntualmente de sus decisiones tanto por obligación de transparencia en el manejo de los asuntos públicos y fiscales, que permita el control ciudadano sobre sus decisiones, como para hacer explícita la complejidad inherente a los supuestos y consecuencias de las políticas gubernamentales y los asuntos de interés público.
Un asunto central de esta nueva cultura es la producción responsable y el acceso libre a la información. Como es sabido, la libertad de prensa es esencial para el efectivo funcionamiento del gobierno democrático; no existe una democracia plena sin la libertad de los medios de comunicación para investigar, criticar, reportar y publicar sus descubrimientos y opiniones.
Sin embargo, como cualquier otra libertad, es una libertad de la que se puede abusar, mediante la información tendenciosa o el prejuzgamiento. En este sentido, se requieren importantes medidas para alcanzar un equilibrio apropiado entre el gobierno, los distintos medios de comunicación y la ciudadanía.
El tercer principio se refiere a las condiciones de la "aldea global": la inserción en el sistema mundial establece un nuevo marco de relaciones, de posibilidades, pero también de serias limitaciones entre el Estado, el mercado y la sociedad. Las limitaciones para la gestión de las economías nacionales que impone la circulación del capital financiero internacional están entre las más obvias pero no son las únicas.
Este acentuado proceso de globalización es particularmente complejo en el nivel de las identidades sociales y culturales. Es evidente que el único camino para tener posibilidades de alcanzar la meta de sociedades modernas y más justas es mediante la integración a un sistema mundial más abierto e interconectado; pero este proceso de integración no parece congruente con la rígida afirmación de identidades regionales, étnicas o nacionales.
Una nueva cultura de la gobernabilidad democrática ha de contribuir a la afirmación de dichas identidades, sin caer en visiones y prácticas afines a sociedades cerradas.
Un cuarto principio se basa en la necesidad de la "responsabilidad ciudadana" que supone, por un lado, que las crecientes demandas y presiones sobre el gobierno democrático se hagan cargo de las limitaciones de los recursos gubernamentales (tanto humanos y organizacionales como fiscales) y de autoridad pública; pero implica también una actitud de moderación en esas demandas, así como en las perspectivas de hacer del diálogo y la negociación a un medio de intercambio privilegiado.
Finalmente, está el principio de la reintegración de valores". Si las sociedades de fin de siglo se han constituido irremisiblemente como realidades plurales, diferenciadas y cada vez más complejas, entonces ya no es posible un abordaje integral de sus problemas desde un "centro" funcional privilegiado (el mercado o el Estado) ni desde un valor social unificador (libertad, justicia, orden o eficiencia).
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