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Los derechos humanos. Mecanismo ineficaz para erradicar la violencia.


Partes: 1, 2

  1. Tótem, tabú, sacrificio y DD.HH. Analogía entre lo primigenio y contemporáneo
  2. DD.HH: Universalismo y Transgresión cultural
  3. La ablación del clítoris utilizada por la comunidad Embera. ¿Qué hacer? Autodeterminación de los pueblos o DD.HH
  4. Las manos cortas de los DD.HH desde la mirada radical Zizekciana
  5. ¿Crisis sacrificial y crisis de los DD.HH?
  6. Bibliografía

¿Son los derechos humanos un mecanismo eficaz para dirimir la violencia en las diversas culturas existentes en el mundo? Teniendo como referente la evidente intención de estos de universalizar un conjunto de postulados que muchas veces discrepa con la complejidad y pluralidad de pensamiento determinado por las cuantiosas culturas existentes.

Con base en este interrogante, se abordará el desarrollo del presente ensayo, sobre la hipótesis de que los derechos humanos con el paso del tiempo después de su instalación han perdido legitimidad pues tratan de generalizar sobre lo específico. Esta noción nace después de observar como en diversos contextos los DD.HH son utilizados como herramientas para dirimir la violencia y "civilizar" a culturas fuera de occidente, causando un efecto de desnaturalización de sus costumbres pues quieren amoldar sus conductas a una creencia general del "deber ser de la humanidad"[1]. Los diversos conflictos generados debido a esta postura es una clara muestra de que los DD.HH han sufrido un desgaste que posiblemente con el paso del tiempo en un mediano plazo entre en crisis al igual que sucedió en su momento con el Tótem y el Tabú descrito por Freud o el sacrificio propio del estudio de René Girard, pues los DD.HH en últimas son una muestra actual de lo que se intentó hacer con anterioridad con mecanismos como los nombrados, es decir, la pretensión de coaptar el despliegue de la violencia y mantener el orden social.

Por ende, el texto en un primer momento articula una relación análoga entre el tótem, el tabú y el sacrificio, con los derechos humanos en la actualidad, pues la coincidencia entre estas herramientas primigenias y contemporáneas es la de dirimir la violencia que nace por causas que son de origen natural del ser humano[2]Posteriormente se argumentará la postura de lo erróneo que puede llegar a ser la pretensión de universalizar culturas diversas partiendo sobre las bases de lo postulado por Howard Ross en la cultura del conflicto en los cuales se explican las causas del porqué algunas culturas son más conflictivas que otras, y además se describirá un breve estudio de caso en el cual se observará la ablación del clítoris practicado por algunas culturas indígenas colombianas y la conmoción y contradicción que genera esta práctica con los DD.HH. Por último, se concluirá y complementará la crítica con las reflexiones radicales de Slavoj Zizeck.

Tótem, tabú, sacrificio y DD.HH. Analogía entre lo primigenio y contemporáneo:

Cuando se trata de dar inicio a un estudio en el cual se plasme un panorama desde el origen primigenio del hombre, es muy complejo no dejarse encantar por los postulados encontrados en obras claves como tótem y tabú de Freud y el sacrificio que se compila en el texto de la violencia y lo sagrado de René Girard, pues estos postulan herramientas propias para el análisis de los diversos mecanismos inventados por los hombres desde sus primeras etapas para dirimir una violencia que puede alterar el orden de la comunidad.

Lo que se puede evidenciar con Freud por ejemplo, es la utilización de la antropología cultural de diversos grupos salvajes (teniendo como principal los ubicados en Australia) al servicio del estudio del psicoanálisis en los hombres modernos. Freud se apoyó en la observación de la conducta de los grupos salvajes para contrastarlas, compararas y explicarlas con patologías psicológicas más contemporáneas. Esta "ambición académica" trató de llevarla a cabo dividiendo el texto en la explicación más a fondo de lo que se concibe como "tótem" y "tabú".

El tótem se puede definir desde la literalidad como "un animal comestible, inofensivo, o peligroso y temido; rara vez una planta o fuerza natural (lluvia – agua) que mantienen un vinculo natural con la estirpe entera. El tótem es en primer lugar el antepasado de la estirpe, pero además su espíritu guardián auxiliador que les envía oráculos, aún cuando sea peligroso, conoce a sus hijos y es benévolo con ellos"[3]. El tótem es un factor determinante de las relaciones maritales y sexuales de los diversos clanes que los poseen, es decir, el tótem termina siendo la representación de cómo se deben organizar las relaciones dentro y fuera de una grupo. Por ejemplo, si el marido de un clan es del tótem "canguro" y la esposa es del tótem "emú", todos los varones y mujeres serán del Emú. Este acto se realiza con el fin de que le sea imposible a un hijo varón tener relaciones con su madre[4]Freud toma este ejemplo, con la finalidad de ligar y entablar la relación tótem – exogamia[5]pues no está permitido el vínculo sexual entre miembros del mismo clan totémico. Si alguien viola la norma, toda la tribu lo castiga enérgicamente como si estuviese defendiéndose de una seria amenaza, aunque la violación implique un amorío pasajero que engendra hijos. Todos los descendientes del mismo tótem son considerados parientes consanguíneos (de la misma sangre), aún cuando sean de distintas familias, la principal característica de las tribus estudiadas por Freud es su inminente horror al incesto. Como apoyo de la idea de ese "horror al incesto" entran en juego, lo que el autor denominó como evitaciones[6]que terminan siendo todos aquellos actos en los cuales se trataba de evadir al máximo el contacto con los miembros sanguíneos o parientes de segunda categoría para extinguir las posibilidades de tener actos sexuales incestuosos. La explicación psicoanalítica de Freud, es la natural primera atracción sexual que siente el neurótico por su madre y hermanas.

Por otro lado el "tabú" significa algo sagrado, pero sobretodo algo prohibido, y no por algún dios, sino que es la norma misma quien prohíbe. Tabú significa también algo que protege, a jefes, niños, mujeres, etc. Freud estudio los tabúes desde la psicología, con el fin (posiblemente) de comprender los nuestros propios. El tabú, arranca desde los animales (prohibición de matarlos y comerlos), y que es el núcleo del totemismo. También pueden ser tabúes seres humanos (niños, mujeres, etc) y otros objetos como plantas, casas, etc. En últimas, el tabú obedece al miedo a un poder demoníaco supuestamente escondido en el tabú.

Ahora bien, teniendo clara la definición de ambos conceptos, es necesario resaltar uno de los aspectos más importantes del texto, es decir la relación que existe entre el tótem y el tabú, pues los dos pilares básicos del totemismo que es evitar matar al animal que representa al tótem y restringir al máximo las posibilidades de incesto también son las reglas del tabú.

El tótem y el tabú, se terminaron convirtiendo en las primeras leyes[7]de los salvajes, pues estos actuaban como mecanismos de regulación de conductas entre los primeros hombres, ya que estos no castigaban con prisión o bajo la justicia jurídica como lo hacemos actualmente, sino bajo el juicio social y el castigo de los demonios[8]

Es en este orden de ideas, que el tótem y el tabú fueron en su momento mecanismos utilizados primordialmente para evitar relaciones incestuosas en la comunidad, ya que la presencia del incesto era una causal de conflicto y discordia social. Es menester además destacar que Freud da una explicación causal sicoanalítica en donde se le da un sentido a la atracción que siente el varón en las primeras etapas de su vida a la atracción que puede sentir por sus hermanas y madre en un primer momento y por su suegra (por la similitud que presenta con su progenitora) en un segundo momento. Por lo tanto, siguiendo por la línea planteada, el incesto termina siendo la materialización de un deseo instalado sobre la base de causas de naturaleza sicológica, que las culturas primigenias trataron de reprimir pues era este hecho el desencadenante de litigios que por su profundidad se trataron de evitar a través de invenciones que se fortalecieron con su presencia desde la cultura para mantener la paz en la comunidad.

Girard por su parte, tiene como pretensión describir el sacrificio como sistema utilizado por las culturas primitivas, para evitar y sobre todo prevenir la reproducción de la violencia en su comunidad. El autor además, compara el sacrificio (mecanismo religioso) utilizado por los primitivos con el sistema legal utilizado por los civilizados, situando a ambos como entes reguladores de la violencia, el primero con una firme intensión de "engañar", mientras que el segundo con la convicción de apaciguar las consecuencias de los conflictos.

En este orden de ideas, el sacrificio se encarga de escoger los animales más inocentes, más bellos, y con unas características determinadas por la cultura, para descargar en este "ser sacrificable", la violencia que amenaza a los miembros de la comunidad, es decir el sacrificio es utilizado como un ritual de pureza que tranquiliza y limpia, la contaminación generada por la violencia[9]Ahora bien, el autor además sitúa en el escenario de la argumentación el sacrificio humano, como del mismo tipo que el animal que se hace a sujetos relegados y poco determinantes del orden o influyentes en el sostenimiento de las relaciones sociales, se instalan ejemplos como prisioneros de guerra, adolecentes solteros, esclavos o el bufón del rey. Estos primeros ejemplos son "sacrificables" por el hecho de que no son relevantes o lo suficientemente sociales, como para que alguien tome represarías en su nombre, es decir con los sacrificios humanos, las culturas primitivas se cuidaban mucho de reproducir relaciones de venganza, y sobre todo se sacrifican a unos seres humanos determinados para "purificar" a otra categoría superior y más importante de humano.

Por lo tanto, con la descripción del sistema primitivo el autor introduce los conceptos de la "venganza privada" y "venganza pública", es decir con la primera la represaría se evade con el sacrificio, mientras que la segunda que es la de las culturas civilizadas, la venganza es monopolizada por un organismo legitimo (Estado), que evita la confrontación entre actores y que regula los conflictos a través de su apaciguamiento y administración de la justicia, es decir el sistema jurídico (el derecho)[10]. Por otro lado rescata, el sacrificio primitivo, pues estos no buscan mitigar la violencia a través del uso de más violencia como lo hace el Estado, sino simplemente se purifican sacrificando un animal o asesinando a un "relegado social". "El sacrificio (para los primitivos) impide que se desarrollen los gérmenes de la violencia. Ayuda a los hombres a mantener alejada la venganza"[11].

Girard instala la violencia en términos más Freudianos como un tabú, es decir que aquel la ejerce, es un impuro, por lo tanto debe ser relegado de la comunidad para evitar la contaminación de los demás, de hecho se da un ejemplo en donde el individuo violento es apartado hacia una montaña y es obligado a suicidarse, el objeto de este sacrificio es limpiar la comunidad de lo que ellos más temen, que es la reproducción de los conflictos a través de la violencia. Por lo tanto hacen que el violento se suicide para no contaminar a los demás de la sangre del poseedor de ese "germen violento" que puede poner en aprietos la paz. Esa misma sangre, termina siendo el símbolo de las consecuencias y materialización de la violencia, es por esta razón que se ve como tabú también, la sangre menstrual, que va directamente ligada a la sexualidad y a esta última como fuertemente ligada a la violencia. La sexualidad incluye implícitamente, incestos, violaciones, dolores de parto, celos, entre otras variables causantes de discordia en las comunidades, es por eso que la Sangre posee un doble significado simbólico, pues puede ensuciar, contaminar y dañar como lo hace la sangre derramada por la guerra o la menstruación, paro a su vez también purifica cuando se hace un sacrificio.

En este contexto, el sacrificio a similitud del tótem y el tabú se convierte en un regulador artificial de violencia en la comunidad, pues aunque cambia la herramienta, la finalidad sigue siendo la misma. Otra similitud es el hecho de que aquello que se trata de transmitir a través de la socialización cultural es el mecanismo que dirime, de igual manera como los DD.HH en escenario situado a través de los postulados de la modernidad.

Por último, en esta descripción análoga los DD.HH se escriben teniendo como destinatarios de los principios contenidos en su declaración a todos los hombres, no solamente a los ciudadanos de un Estado determinado. La Declaración universal proclama de manera solemne que todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos. Esto significa que las diferencias en cuanto a rasgos físicos, color de la piel, capacidades y poder no afectan esta igualdad sustancial y no deberían poner en entredicho el reconocimiento de todo ser humano como un sujeto en sí valioso, que no puede ser degradado, instrumentalizado o humillado[12]Estos tienen como antecedentes teóricos lo planteado a través de la revolución francesa de 1749 y su materialización a través de la crisis generada por la segunda guerra mundial en 1948. La cantidad desbordada de muertes que terminaron siendo la consecuencia de la degradación de la humanidad estimulo la creación de un mecanismo universal para controlar la violencia en un futuro plazo después de su ejecución.

En este orden de ideas, los DD.HH tienen múltiples similitudes con los mecanismos primigenios anteriormente descritos, pues todos en sus diversos contextos terminan siendo invenciones para regular una violencia que en algunos momentos tienen causas psicológicas, innatas o en el marco del nacimiento de los DD.HH políticas.

DD.HH: Universalismo y Transgresión cultural:

Ahora bien, para movilizar el texto hacia la crítica que se esbozó en la introducción se orientará la argumentación a contrastar el deseo explicito de universalización de los DD.HH dejando de lado la pluralidad de culturas y diversidad propias de las visiones plurales de los seres humanos. Por esta razón se tendrá en cuenta lo planteado por Ángelo Papacchini que enuncia:

"Se ha insistido a menudo en la irreducible diversidad de culturas. De todas formas la historia nos muestra al mismo tiempo que el respeto por la vida y la exigencia de un reconocimiento mínimo del valor no instrumental de la persona constituyen auténticos "universales humanos". Más allá de las diferencias en cuanto a tradiciones religiosas, ideales y formas de vida, organizaciones de la interacción social y del intercambio con la naturaleza, se impone una exigencia común de libertad, dignidad y respeto, que se expresa de diferente manera en lenguajes y contextos culturales distintos. Desde las culturas más lejanas en el espacio y en el tiempo nos llega esta aspiración universal hacia el respeto por la vida, el deseo de una sociedad más solidaria y la exigencia de un reconocimiento. Varían por cierto las formas con las que se manifiestan estas reivindicaciones, al igual que las expresiones frente a la instrumentalización, la dependencia y las prácticas degradantes. Pero la variedad y heterogeneidad de estas voces dejan entrever temas y cadencias comunes: Más allá de la diversidad de concepciones del mundo, mitos y creencias religiosas en los que se enmarcan tanto los deseos de autonomía y libertad, como la protesta contra el sometimiento y la reificación, no resulta difícil descubrir elementos similares.

La Declaración de 1948, que habla en nombre de la humanidad en general, más que de un grupo, nación o clase en especial, se apropio de estos universales culturales, y lo integra al mismo tiempo con las reivindicaciones más especificas de libertad y dignidad propias de la modernidad. Al lado de estas normas básicas de la convivencia civil, que incluye sustancialmente el respeto por la vida y el reconocimiento de un mínimo de dignidad para cada persona, el texto consagra también el valor de una determinada concreción de la idea de dignidad que recoge y asimila las luchas seculares por la libertad de pensamiento y de religión, la participación política, el reconocimiento del valor del trabajo, que han marcado los últimos siglos de la historia de occidente. En este sentido, aceptar el texto de la Declaración significa de un lado acoger estos valores mínimos de convivencia, consolidados a lo largo de la historia de la cultura; del otro, reconocer la legitimidad de aquellas reivindicaciones que hacen ya parte irrenunciable de nuestra concepción peculiar de la dignidad, como el desarrollo de la autonomía moral y de la mayoría de edad, el derecho a la participación política, el derecho al trabajo y a los derechos sociales, el respeto por la diferencia y la tolerancia frente a ideales y formas de vida, etc.

Gracias a la nueva Declaración la humanidad dispone al fin de un lenguaje común que permite un entendimiento mínimo entre pueblos culturales distintos, pero animados por la misma fe en algunos valores básicos como el respeto de la vida y de la dignidad humana y unida por el compromiso común con los ideales de libertad, justicia y paz. Gracias a ella la comunidad internacional ha dado los primeros pasos para salir de una condición en que las relaciones entre Estados se decidían a través de la fuerza, y en las que no tenían cabida los derechos de los individuos"[13].

En el marco de estas ideas, se quiere rescatar el poco énfasis que se hace a la pluralidad cultural rebajándola al hecho de que los DD.HH condensan en sus postulados las pretensiones y los deseos de cualquier hombre, pues se nota el desconocimiento de la complejidad que la diversidad propia de los humanos que se materializa en su cultura y es la determinante de que las relaciones sociales entre los diversos grupos sea dispar. Es por esto, que los DD.HH no reconocen el uso que diversas culturas hacen a la violencia, pues así como algunas tratan a toda costa de controlarla, otras le dan un completo despliegue a la misma, pues no todos los seres humanos viven en contextos iguales y piensan de manera similar.

Es por estas razones, que entra a colación el antropólogo Howard Ross pues este nos presenta un estudio de caso, en el cual el objetivo es la intensión de entender el conflicto como diverso en distintas culturas primigenias, valiéndose de herramientas como la comparación entre dos grupos estudiados de manera paralela. Lo fructífero de esta ambición académica es saber que no todas las culturas poseen cánones de resolución de conflictos similares, y que de hecho la violencia que en Girard se trataba de reprimir, en este contexto hace parte de las instituciones culturales[14]

El conflicto es entendido como aquello que tiene ver con los fines concretos que los adversarios persiguen y, al mismo tiempo, con las interpretaciones que estos hacen de lo que está en disputa. Es de suma importancia destacar que el autor le resta legitimidad a las nociones economicistas de la visión de conflicto sostenida sobre intereses, para analizarlo desde el imaginario psico – cultural[15]Por ende la meta de manejar los conflictos consiste no sólo en hacer algo con respecto al asunto en litigio, sino también tener en cuenta motivos más profundos como la importancia psicológica que tenga el perder o ganar. Además es menester ampliar el espectro de análisis de conflictos pues para él la comprensión incompleta de la conducta conflictiva tiene serias consecuencias sobre la habilidad para manejar los conflictos de forma positiva, ya que restringe la ayuda que pudiese prestar a adversarios que buscan soluciones efectivas, por lo tanto para comprender el origen, derrotero y manejo de un conflicto es necesario considerar conjuntamente factores estructurales y psico – culturales.

Por lo ende, para materializar el estudio del conflicto desde factores culturales, el autor escoge a los "yanomamo" de Venezuela y los "Mbuti" de la selva del Zaire con el objetivo de analizar las causas de que el primer grupo sea más conflictivo que el otro. La conclusión central a la que se llega, es que la cultura termina siendo la generadora de instituciones que amoldan la conducta de los individuos con relación a la comunidad, pues en los Yanomamo la violencia es institucional, mientras que en los Mbuti es reprimida.

En este orden de ideas se puede conjeturar con los ejemplos de los yanomamos y los mbuti, que los intereses y las disposiciones psicoculturales nos permiten identificar fuentes de conflicto muy diferentes y nos ofrecen una información muy variada del por qué de la escalada de los conflictos. Las disposiciones psicoculturales arraigadas en las primeras experiencias de la socialización de una sociedad las que conforman el nivel total de conflicto, mientras que los aspectos estructurales (su organización social) los que determinan si los objetivos del conflicto y la agresión están localizadas dentro de la sociedad, fuera de ella o ambas a la vez.

Lo rescatable de este autor es que sitúa a la violencia como un elemento que en algunas culturas no es el enemigo a vencer si no que es un aliado que se transmite a través de la socialización, pues hay contextos sociales y psicológicos que hacen que la violencia sea necesaria y este inmersa en la cotidianidad de los grupos, como por ejemplo en los yanomamos las relaciones con sus vecinos tenían un marcado carácter hostil por el hecho de que estos todo el tiempo estaban en la defensa de su territorio, además del comportamiento brusco de hombres hacia las mujeres, entre otro grupo de características que lo que generan es evidencias de que la violencia no es producto de un paradigma en el cual sea vista como repulsiva y como el objetivo a exterminar, sino que hay contextos propios de razones psicoculturales en los cuales un mecanismo universalista es ilegitimo, pues no se puede universalizar las discrepancias de pensamiento que se dan por la heterogeneidad de escenarios en los que se desenvuelven los hombres y que en ultimas determina su cultura. Por ende los DD.HH se quedan cortos pues desconocen todos los factores externos e internos que hacen a la humanidad diversa para rebajarla a unos postulados ya planteados. Estos atentan contra la cultura desde el momento en que trata de dirimir la violencia, pues quiere imponer una sola visión sobre el resto de posturas que se desarrollan desde las periferias de occidente.

La ablación del clítoris utilizada por la comunidad Embera. ¿Qué hacer? Autodeterminación de los pueblos o DD.HH:

Prácticas rescatadas de legados culturales heredadas de la colonia como por ejemplo la ablación del clítoris practicados por etnias colombianas como los Embera, son una de las tantas muestras del trabajo que pasan los derechos humanos cuando se ponen en juego en situaciones que cada vez son más cotidianas, la autodeterminación de los pueblos y los derechos a la vida, a la integridad, entre otro cumulo de postulados se sitúan en un escenario de pugna, pues se enfrenta la creencia y el peso que le da una cultura a este acto, a una mirada aterrorizada occidental que observa esta situación como una monstruosidad. En un artículo de artemisa noticias, se narra la descripción de lo planteado de la siguiente manera:

"No le pasa sólo a mujeres que viven en el norte de África. Colombia se sorprendió cuando Aracelly Ocampo, la personera (procuradora) de Pueblo Rico, Departamento de Risaralda, denunció que tres niñas recién nacidas habían llegado al hospital del pueblo con infecciones complicadas, producidas por la ablación del clítoris. Las bebitas pertenecen al grupo indígena Embera.

Esta práctica, que se desconocía fuera realizada actualmente en Colombia, se ejecuta entre niñas de la etnia Embera, conformada por alrededor de 200 mil indígenas de comunidades que habitan en los departamentos de Chocó y Nariño. "La ablación o clitoridectomía consiste en extirpar el clítoris, órgano sexual eréctil de la mujer, que tiene como finalidad facilitar el orgasmo", explica el médico ginecólogo Jorge Arango, egresado de la Universidad Nacional de Colombia a SEMlac.  A través de este procedimiento se rompe la cadena sexual del placer que permite a una mujer llegar al orgasmo. "La principal consecuencia de la ablación es que, al extirpar el órgano genital primordial para el orgasmo de la mujer, ésta se vuelve anorgásmica, se suprimen los estímulos que permiten el goce en las relaciones sexuales". Lo que esta práctica impide, entonces, es que ellas puedan sentir placer; les queda imposibilitado, de manera irreversible, disfrutar de las relaciones sexuales.  La polémica generada entre organismos de Derechos Humanos, grupos feministas e, incluso, representantes de la Iglesia no se ha hecho esperar. Diversos sectores condenan la práctica que es defendida por algunos líderes de la comunidad Embera.  El conocimiento de la práctica de mutilación aterra a la opinión pública, pero la noción de que la mujer no debe sentir placer no es exclusiva de las comunidades originarias que viven en zonas remotas como por ejemplo los departamentos del Cauca.  "Si nos remontamos a la época victoriana, por ejemplo, vemos que la moral en Inglaterra exigía que la mujer permaneciera inmóvil durante la relación sexual. El placer en las mujeres estaba asociado con la prostitución", afirma Arango.  (…) El desconocimiento de que esta práctica se lleva a cabo en el país revela, además de una realidad cultural compleja y dolorosa para muchas niñas, una profunda incomunicación y un gran desconocimiento de las comunidades indígenas existentes en Colombia"[16].

El final del artículo citado es quizás una clara muestra de la visión occidental que se tiene de la cultura, pues se hace un especial realce a las muertes que ha causado la práctica, que si bien son importantes, también es prudente ahondar más a fondo sobre el significado de la práctica y el valor que esta puede significar para la comunidad.

Con los soportes teóricos anteriormente nombrados, se enfilan los argumentos a la promoción del respeto hacia esta práctica y hacia todas las situaciones en las diversas culturas indígenas pues es menester recordar que la violencia no debe ser vista como altamente negativa, pues cada cultura dependiendo de su contexto y los factores psicológicos y sociales que en cada una rigen, determinan su significado propio de violencia. Es con ejemplos como este en donde los DD.HH tienden a tambalear pues tratan de inmiscuirse en comunidades donde no son válidos, de hecho este mecanismo jurídico ha sido causal de polarizaciones dentro de la misma comunidad pues se han generado enfrentamientos entre las jóvenes más "occidentalizadas" y el resto de la comunidad de corte más tradicionalista (generando en últimas más violencia). Es en casos como este, en donde el universalismo pretendido por los derechos entra en conflicto con la realidad diversa de la humanidad[17]

Las manos cortas de los DD.HH desde la mirada radical Zizekciana:

El contexto contemporáneo plantea una visión del mundo a nivel global. Podemos precisar desde los derechos humanos una nueva perspectiva de las características humanas, nos encontramos entonces con un ser, racional, pacifico y capacitado en todos los esquemas para respetar y validar los diferentes factores que contempla el concepto de dignidad humana.

Los derechos humanos son una respuesta a los diferentes sucesos catastróficos que la humanidad ha tenido que presenciar[18]y donde visibilizamos el grado instintivo o salvaje que llevamos todos los seres humanos en el momento de establecer relaciones en cualquier tipo de aspecto o contexto. La carta magna de los derechos del hombre intenta establecer un parámetro que tenga la capacidad de regir cualquier rincón del mundo, ósea nos encontramos frente a una estructura político social que tiene como fin unificar todas las culturas existentes, posicionar la visión de hombre occidental en el mundo.

¿Cómo podemos interpretar los sucesos que se llevan a cabo en los Balcanes, o la guerra entre palestinos e israelitas? O ¿cómo podemos interpretar la ablación del clítoris en las culturas africanas? Si los seres humanos son tan razonables, tan pacíficos y tan universales ¿Por qué existen tales casos de violencia en el mundo? El discurso posmoderno en el nuevo orden mundial deja por fuera el concepto de violencia en los debates públicos y académicos. Establecer al ser humano en los nuevos parámetros jurídicos basados en la carta de los derechos humanos ha llevado a desnaturalizar nuestra condición humana, es decir a la noción de que los seres humanos somos violentos por naturaleza y no es resultado de las relaciones sociales o del contexto estructural en que nos encontremos, si fuera así, de qué manera explicaríamos lo que ocurrió en Noruega[19]en la tan vanagloriada socialdemocracia en donde la estructura político social garantiza una calidad y nivel de vida muy lejana a la realidad Latinoamérica, pero que sin embargo la expresión de violencia fue muy parecida a algún caso que en Colombia podríamos presenciar.

El mundo contemporáneo nos presenta organismos supranacionales[20]incluyentes, desde la perspectiva liberal, pues se pretende generar que las diferentes culturas sean reconocidas, artículos como la libertad de expresión, la libertad de culto, pretenden generar aceptación a nivel mundial. El multiculturalismo liberal nace entonces como una afamada respuesta positiva sobre este conflicto que lleva más de historia que la misma Historia. Generar espacios de aceptación, de tolerancia en las culturas, lograr establecer el reconocimiento jurídico de las minorías étnicas como ocurre en países latinoamericanos, o los conflictos migratorios en el dado caso de los países denominados desarrollados, pues ha permitido crear un ambiente difuminado y hasta ha logrado consolidar un estado aceptable del conflicto, haciendo referencia al caso de que los problemas culturales no se solucionan con el multiculturalismo. La discriminación racial en el mundo sigue estando en donde siempre ha estado, este hombre liberal que nos plantean los derechos de los humanos comete y seguirá cometiendo aquella violencia cultural sobre las demás culturas existentes, a lo que Slavoj Zizek se refiere cuando afirma "Toleramos al otro siempre y cuando este no sea un fundamentalista intolerante"[21] lo que plantea Zizek es que se tolera o se respeta al otro de acuerdo a la posición privilegiada o no, desprendida de esa visión universal de los derechos humanos. Esto se ejemplifica en la ridiculización constante que nos presenta una película norteamericana en donde el jardinero, el celador, el limpia baños es un pobre mexicano ignorante sin posibilidades de salir adelante, es el reflejo entonces de la estructura que optimiza la cultura local occidental sobre la "cultura poco occidental"[22]. Se encuentra en este pequeño esbozo de las relaciones culturales como las plantea el multiculturalismo y mas afondo aun uno de los fines de los derechos humanos esa violencia indirecta de una cultura sobre otra. El pretender establecer una visión de ser humano choca y violenta directamente con el desarrollo o potenciación de otras visiones internas sobre la noción de cuál es el sujeto ideal que debe contemplarse.

El paradigma de los derechos humanos desconoce la existencia de la violencia en el hombre, los problemas culturales como se veía anteriormente quedan desdibujados y se omiten desde la noción de unificación de las culturas. Los derechos humanos junto con el sistema jurídico intentan hacer el trabajo del tótem y el sacrificio de controlar la violencia interna dentro de las comunidades, sin embargo existen casos como la ablación del clítoris en las comunidades africanas y algunas comunidades Latinoamericanas, donde los derechos humanos tienen la imposibilidad de entrar a enfrentar y se puede decir que fracasan en su estructura argumentativa, pues si por un lado se habla del respeto a las comunidades y sus prácticas culturales, por el otro su contenido liberal le oferta la posibilidad decisoria a las mujeres de decidir sobre los sucesos en su cuerpo, ¿Cómo pueden los derechos humanos solucionar estos conflictos?, pues sencillamente no puede, el conflicto en este caso es inconmensurable porque ninguna posición puede sostenerse por encima de la otra si los mismos derechos humanos alimentan desde su discurso a ambas posturas, ¿con que criterio pueden tomar alguna decisión?, se retorna entonces desde este punto al mismo suceso de la crisis sacrificial[23]que plantea Girard, pues no se sabe si la violencia practicada es legítima o no, si es así como puede pensarse que una intervención humanitaria por parte del consejo de la ONU tiene validez si se ataca a la comunidad practicante estaría generando violencia cultural, pero si no apoya a las mujeres feministas estaría enfrente de una posible sublevación que pueda desembocar en una constante guerra similar a la que los pueblos africanos están a acostumbrados a presentarle al mundo, de acuerdo a esto vale preguntarse ¿Qué sería de la superestructura, que supone debe controlar este tipo de amenazas?, la respuesta a esto no va muy lejos y no necesita di vagancia alguna, los derechos humanos al igual que el sistema jurídico, son dos pares rotos incapacitados en su posición frente al mundo.

Si más que bien el nacimiento de los derechos humanos parte desde la noción de darle un orden al mundo, establecer reglas y parámetros para la dimisión de la violencia, pero lo que termina generando al final es que la violencia se explote y se convierta para muchos en vías que permitan maximizar intereses. Es el caso las numerosas intervenciones humanitarias realizadas desde el consejo de seguridad de la ONU[24]de la misma forma que intervienen las organizaciones regionales como la OTAN[25]que terminan legitimando el uso de la violencia bélica en nombre del rescate de los derechos humanos. Panoramas como el de Kosovo[26]son excusas para que organismo como la OTAN entren y busquen disuadir la violencia por vías de bota militar, los derechos humanos que levantan el discurso de preservar la vida por todos los medios, terminan siendo el escudo de estas acciones que asesinan de la misma forma. Además hay que tener en cuenta las diferentes intervenciones en el medio oriente en las últimas décadas, como la guerra del Golfo, la invasión a Afganistán y la guerra de Irak, todas estas hazañas llevan en la frente la democracia, la liberación y la reivindicación de los derechos humanos, los argumentos democráticos llevan a una comunidad o en este caso a casi toda una región a entrar en guerra, se expresa de igual forma la necesidad occidental de que penetren los derechos humanos en estas comunidades, estos últimos en situaciones como estas sirven de armas sociológicas que le permiten a los países occidentales generar y adoptar guerrillas que se subleven por ideales como la libertad de expresión, la libertad de culto, entre otras luchas progresistas. En pocas palabras se puede interpretar que los derechos humanos venden la guerra.

Nuevamente los derechos humanos contradictoriamente fracasan, si mas que bien las victimas necesitan un respaldo institucional que los salve de la guerra, los reivindiquen como víctimas y les garantice su vida como pretenden los derechos humanos. ¿Cómo es posible que esto se dé por este medio?, ¿qué ocurre con la universalidad, y la racionalidad del hombre? Al parecer no hay un contendedor de esa violencia natural que poseemos los seres humanos, se puede argumentar el hecho de afrontar la acción bélica de la misma manera, sin embargo la cantidad de víctimas que genera esta acción ocasiona como perdida la posibilidad de hacer valer su derecho humano, se vuelve al mismo momento del sacrificio, una vez mas no puede reconocer la línea divisoria entre lo puro e impuro.

"la política humanitaria de los derechos humanos y la democracia liberal es la ideología aparentemente despolitizada del intervencionismo militar, que mientras oculta económicos y geopolíticos exclusivos, públicamente pretende la defensa pura de los inocentes de la maquinaria del poder despótico del estado, la cultura, el conflicto étnico entre otros"[27]

La universalidad como se ha venido planteando intenta reconocer las diferencias desde la inclusión, sin embargo esta inclusión es de carácter impositor, lo que se encuentra en este avance estructural es un mecanismo de trasgresión de las fronteras personales que poseen cada uno de los seres humanos en el mundo. Zizek plantea esto como la violencia ética, se refiere entonces con este punto a plantear las ideas posmodernas que tratan la solidaridad "la idea de que todos compartimos el mismo núcleo moral, a pesar de las diferencias que mostramos en la superficie"[28]. Desde aquí se interpreta que las relaciones de poder se transforman el panorama actual traducen que la violencia ya no solo es coercitiva de las formas anteriormente mencionadas si no que ahora "vivimos de hipersensibilidad al acoso del otro, cuando toda expresión ética es experimentada como un falso frente de violencia del poder"[29].

¿Cómo podemos hacernos a la idea entonces de los rescates humanitarios; de las guerras por la democracia que se desarrollan en el medio oriente? Si los rescates humanitarios y el discurso liberal democrático tienen como objetivo garantizar la libertad de los pueblos y la instauración de sistemas democráticos y la validación de los derechos humanos ¿Cuál es el punto a favor? Zizek plantea estas acciones como el paso de la tiranía del Amo a la tiranía de la Universalidad. La tolerancia lo que termina generando es aquella relación desvisualizada que posesiona una moral y una estructura social sobre otra, "un modelo de ética sin violencia libremente (re) negociada, que contiene un rechazo a la violencia ética, a la tendencia a someter a critica los mandatos éticos que nos aterran con la brutal imposición de su universalidad"[30]. Es esta visión propone convertir algo netamente negativo en algo totalmente positivo, entrar a pensar que nuestra incapacidad para actuar con plena certeza de nuestros pensamientos y nuestras creencias es algo lleno de bondad, es así como los derechos humanos superficialmente generan la acogida en el pensamiento humano.

¿Crisis sacrificial y crisis de los DD.HH?

Retomando a Girard el cual instala la idea de crisis sacrificial por desgaste del mecanismo, por carencia de legitimidad debido a su recurrencia, por excesos con su uso y por invertir su función generando más violencia[31]se retoma la crítica a los DD.HH para concluir, que estos también están desgastados, esta carencia se produce más por sus pretensiones que por su contenido de fondo, pues esa postura propia del liberalismo que concibe que todos los individuos obran bajo una misma racionalidad, es la causal de que diversas etnias pierdan su naturaleza para amoldarse a la imposición de una forma de pensamiento hegemónica, o entren en conflicto pues desentonan con la forma "como se debe pensar"; es por esta razón que los derechos humanos si bien han sido de mucha de utilidad después de su creación e instalación, también deben ser juzgados de manera crítica y aterrizada, pues su pretensión de universalismo, según la argumentación que se ha manejado debe ser observada con lupa, además de ser replanteada y reestructurada.

Los derechos humanos puede que tengan esa connotación que planteaba el sacrificio de canalizar la violencia en una comunidad, sin embargo la estructura con la que se han formulado, hace a un lado o intenta más que canalizar reprimir la violencia. Con certeza se ha demostrado que el no saber plantear la violencia como un factor natural de los seres humanos ha llevado a que en la actualidad se piense en la crisis de los derechos humanos. Varios puntos a favor se pueden contemplar, sus fundamentos principales, como el derecho a la vida validan la necesidad que la humanidad tiene de ellos; sin embargo como se ha planteado en este escrito estos fundamentos son armas de doble filo, grandes cantidades de guerras, al igual que intervenciones humanitarias dejan mal paradas las fronteras de los derechos humanos. Sus argumentos de inclusión libertad e igualdad levantan innumerables banderas que se alzan bélicamente sobre ordenes ya establecidos y que gozan de niveles y calidad de vida altos. De esta forma los derechos humanos llegan a esa etapa de crisis torpe que en vez de generar paz y controlar la violencia, termina haciendo todo lo contrario; es el momento de generar un estadio distinto de pasar a una nueva esfera que le de herramientas verdaderas para dimitir los conflictos sociales y políticos, esa afamada llama que inicio con el pueblo francés y que se consolido con los genocidios de los mismos hombres ha llegado a un punto muerto, se ha estancado y ha dejado a los hombres nuevamente a su libre albedrio, nuevamente a su estado de naturaleza.

BIBLIOGRAFIA:

FREUD, Sigmund. El horror al incesto. En Tótem y tabú. P 12.

GIRARD, René. La violencia y lo sagrado. Editorial Anagrama. Barcelona. 1995.

PAPACCHINI, Ángelo. Declaración universal de los derechos humanos, un código de valores para nuestro tiempo. P 1 – 3.

ROSS, Howard. La cultura del conflicto. Paídos Ibérica. España. 1995.

NEGRI, Antoni y HARDT, Michael, Imperio en: el orden mundial, 1 Ed. Buenos Aires, Paidos SAICF, 2002.

Partes: 1, 2
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