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Biografía

Enviado por isla


    1. Introducción. 2. Biografía 3. Influencia teórica, visión de hombre y de mundo 4. Desarrollo de los principales conceptos 5. Comentarios 6. Referencias bibliográficas.

    1. Introducción.

    Uno de los principales legados de Martín – Baró es la humanización de las ciencias sociales. En este trabajo exploramos su vida y su ideología, sus reflexiones y sus luchas, y pretendemos dar a conocer su figura histórica como un símbolo vivo de la utilización de las ciencias para la transformación social, en beneficio de los pueblos de Latinoamérica

    Nos ha correspondido realizar un seminario sobre la vida y obra de Ignacio Martín-Baró, un Español nacionalizado Salvadoreño, amante de la psicología, aunque para ser justo con él y con la historia, mucho más amante del hombre, de la justicia, de la libertad y la verdad.

    Uno de sus ideales era la de conformar un grupo de profesionales que en conjunto pudieran luchar por la práctica de la verdadera salud mental, para esto impulsó con intensidad la comunicación entre los psicólogos latinoamericanos, realizando en conjunto una cantidad innumerable de ensayos en revistas de psicología.

    Su formación social, lo impulsó a tratar de develar las injusticias y las mentiras, los abusos y las vejaciones. Lo cual lo llevo a ser considerado un subersivo. Algo que le costaría demasiado caro en lo futuro, cuando un 16 de noviembre de 1989 fuera brutalmente asesinado junto a otros 5 compañeros de congregación.

    Los asesinos de Ellacu, de Martín-Baró, de Amando, de Segundo, de Ramón Moreno, de Joaquín López y López, de Elba y Celina no fueron únicamente el ejército, ni el gobierno y su partido, ni la embajada, ni los que festejaron con champagne su muerte… Los asesinaron aquellos que obnubilados por la riqueza y el poder, -o por las ansias locas de poseerlos-, se niegan a entender las causas de la miseria, de la injusticia, de la marginación social, de la depredación del medio ambiente, de la delincuencia, de la criminalidad, de la corrupción, del irrespeto a los derechos humanos, de la impunidad, etc. y se resisten, se oponen tenazmente a cualquier cambio, por mínimo que éste sea, aún cuando en ese cambio se juegan la posibilidad de disfrutar, con mayor seguridad física y alguna tranquilidad en su conciencia, su magna opulencia.( ECA, No. 577-578, noviembre – diciembre de 1996).

    Nuestro trabajo se basa en la revisión de varios textos de Martín. Baró más la recopilación efectuada vía internet y revistas. Los temas a tratar se enmarcan en los que se refiere a sus postulados teóricos, su visión de hombre, el papel que le otorgaba a la psicología en el tratamiento de la salud mental, sus influencias epistemológicas, y posteriormente, en los comentarios, realizamos a partir de nuestras creencias y convicciones un breve planteamiento de algunas de las ideas que rescatamos como más importantes.

    Y en una triste e inolvidable madrugada de noviembre todas esas vidas fueron tronchadas en un instante, cual los árboles altos por la furia del rayo, a manos de unos cuantos mercenarios de la muerte, dóciles ejecutores de las órdenes de aquellos incapaces de valorar la vida y la dignidad humana. (ECA, No. 577-578, noviembre-diciembre de 1996).

    2. Biografía

    Ignacio Martín Baró nace el 7 de Noviembre de 1942 en Valladolid, España. En 1959 ingresa a la orden de la Compañía de Jesús de Orduña donde posteriormente será trasladado por sus superiores a Centroamérica donde desde 1961 a 1966 realiza diversos estudios en el área de las Cs. Sociales (filosofía, Letras).

    En 1966 llega a El Salvador donde realizará funciones de profesor e inspector en el Colegio Externado hasta 1967 donde comienza a dar clases en la UCA. Después de realizar estudios en teología, en 1970 comienza sus estudios de Psicología en la UCA hasta su licenciatura en 1975. Luego, en 1977 obtuvo la maestría en Cs. Sociales en la Universidad de Chicago y dos años más tarde el Doctorado en Psicología Social y organizativa.

    Al volver a San Salvador, a la UCA participa en diversas funciones directivas dentro de la Universidad hasta asumir la dirección del departamento de Psicología en 1982.

    En 1986 fundó y dirigió el Instituto Universitario de opinión pública (IUOP), además participó del consejo editorial de UCA Editores.

    Su vida puede ser descrita brevemente diciendo que fue escritor, maestro y sacerdote. Publicó 11 libros además de artículos científicos y culturales, en diversas revistas latinoamericanas y norteamericanas. Su primer libro fue publicado en 1972 y abordó la psicología social: "Psicodiagnóstico de América Latina". En los siguientes libros integró a la psicología social el contacto de la guerra civil Salvadoreña, Martín-Baró insistió en que la Psicología debía enfrentar los problemas nacionales y que debía ser desarrollada desde las condiciones sociales y las aspiraciones históricas de las mayorías populares. Enseñó una psicología comprometida críticamente con los diferentes proyectos alternativos de sociedad existentes en Latinoamérica, para él la psicología debía adoptar un papel desideologizador, por ello cuestionó los principales modelos teóricos por considerarlos inadecuados para tratar las situaciones de violencia colectiva que prevalecían en Latinoamérica. Para él era muy importante que los psicólogos se abrieran a conocer realidades distintas a la de origen para así llegar a la universalidad, por ello proponía que las asociaciones profesionales de psicólogos debían promover redes de comunicación y cooperación docente, de investigación y de práctica profesional alrededor del mundo para que nuestra disciplina pudiese ser relevante y captar las necesidades de las mayorías.

    Siguiendo su interés por conocer las necesidades comunes utiliza el IUDOP para conseguir información, a través de encuestas, del sentir de los Salvadoreños sobre temas varios como la salud y el empleo o la democracia, la guerra y la paz.

    Este interés por la verdad de la información y por conocer las necesidades reales del pueblo lo hizo entrar en conflicto con la democracia cristiana y la extrema derecha. Esto era un reflejo de las fuertes determinantes políticas que reinaban en ese momento en El Salvador, influencia que no dejaba ajena a la psicología y su trabajo científico. Por ello la lucha de Martín- Baró por desideologizar la disciplina y conscientizar a la población sobre las condiciones de pobreza y de informar sobre los intereses reales que existían tras la guerra etc.

    Ignacio Martín-Baró fue brutalmente asesinado en la madrugada del 16 de Noviembre de 1989 junto con sus compañeros de congregación Dr. Ignacio Ellacuría, Dr. Segundo Montes, Dr. Amando López, Licenciado Juan Ramón Moreno y Licenciado Joaquín López y López. Este hecho ocurrió mientras prevalecía el toque de queda impuesto por el ejército salvadoreño ante la ofensiva militar desatada por el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

    Su muerte debe ser un estímulo reforzante que impulse a seguir la lucha con más fuerza enriqueciendo las ideas y los argumentos para así continuar la labor de denuncia de los efectos psicológicos de la guerra y de la opresión de los pueblos latinoamericanos, así como participar activamente en aquellos proyectos dirigidos a humanizar la condición de las personas más sufridas.

    3. Influencia teórica, visión de hombre y de mundo

    Encontramos la base epistémica principalmente en el materialismo dialéctico y en el análisis de la organización del sistema social.

    Karl Marx, es quien plantea su teoría, junto a Federico Engels, denominándola Materialismo dialéctico o histórico, que se presenta como una concepción científica del mundo basada en las investigaciones que descubren las leyes más generales del desarrollo de la naturaleza, vida humana y proceso cognitivo. Sin embargo, para que fuera considerado un materialismo científico, debía de contar con un método que le propiciase la forma correcta de acceder a estas leyes, este método vino a ser "la Dialéctica" que es el método (ciencia) que revela las leyes generales que siguen la dinámica y el desarrollo de la naturaleza, de la sociedad humana y del pensamiento. (F. Konstantinov; 1988). Esta dialéctica cuenta con ciertas leyes universales reales que son:

    Ley de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos y viceversa. Ley de la unidad y lucha de contrarios Ley de la negación de la negación

    A partir de estas leyes se derivan las categorías de la dialéctica materialista; a modo de conceptos generales, dinámicos que reflejan las propiedades, los nexos y las relaciones generales del mundo material, los cuales son extremadamente complejos.

    El materialismo dialéctico propone una nueva visión de hombre y de historia, en un constante desarrollo donde el progreso deja de ser lineal y acumulativo como se había estudiado hasta ese tiempo. El hombre tiene un rol eminentemente productivo de su contexto y a la vez se produce a sí mismo en ese contexto.

    La materia está en constante movimiento y los cuerpos que constituyen esta materia están interconectados y se condicionan entre sí. Este condicionamiento mutuo no es tan solo una interacción o una mezcla de fenómenos, sino más bien una unión que crea fenómenos nuevos y es lo que permite el desarrollo, transformación y evolución de la materia.

    Martín- Baró aplica esta relación del hombre con los objetos desde una perspectiva situada en un país latinoaméricano, donde la mayoría de las sociedades están dirigidas por regímenes políticos de tipo capitalista y la relación hombre-objeto está fuertemente guiada por los cánones de la economía del consumo y la apropiación del material. Esto deviene en que el objeto pase hacer un mediador condicionante de las relaciones interpersonales que se hacen participes de una dinámica opresor-oprimido, por el dominio del individuo que tiene mayor poder económico y el oprimido pasa a convertirse en un ser enajenado por no poder acceder a las garantías de una economía clasista.

    El autor integra esta visión dialéctica al que hacer psicológico ya que las influencias del funcionamiento social en este sentido tiñen nuestras cogniciones, motivaciones, afectos y por ende la constitución de nuestra personalidad como pueblo.

    La dialéctica constituye un proceso que otorga un espacio de libertad y de creación al hombre, es el espacio a la revolución, no entendiéndola como anarquía violentista, sino la revolución generadora de cambios sociales, de saltos dialécticos que van a generar nuevas cualidades, mejores en una sociedad. En el proceso dialéctico aplicado a la psicología juega un papel central la voluntad y la conciencia, el papel de los procesos inconscientes es mínimo en cuanto a motor de nuestros actos y desarrollo psíquico. En esta teoría la confianza en la conciencia y la voluntad tiene un rol central, ya sea a nivel psicológico como a nivel social. El hombre es capaz de construir mundos, no es sólo guiado por pulsiones que lo dirigen sin darse cuenta como propone el psicoanálisis ni tampoco requiere de un Leviathan que lo reprima por no ser capaz de vivir en comunidad.

    El materialismo dialéctico nos propone un ser despierto que puede cambiar el rumbo de la historia desde su propia época con la subjetividad que nos imprime la misma.

    Esta concepción del ser humano le otorga confianza, reafirma la diversidad y no una diversidad conformista, sino una diversidad que se traduce en la multiplicidad de la producción ideológica como reflejo de la conciencia individual única. Es cierto también que en esta teoría el hombre está fuertemente arraigado a su sociedad, a sus tipos de relaciones sociales, pero eso no implica que sea absorbido por ésta, al contrario, hombre y sociedad forman parte de la dialéctica y en su unidad se conjugan las leyes como en todos los procesos, que se encuentran en su interior y en la naturaleza toda. Hombre y sociedad no se influyen mutuamente, son una unidad, que está en movimiento y que se transforma cambiando su forma, dando paso a niveles cada vez más complejos de organización.

    4. Desarrollo de los principales conceptos

    Trauma Psicosocial

    " Si los seres humanos somos productos históricos, es obvio pensar que esta particular historia de guerra de El Salvador tendrá que repercutir de alguna manera en sus habitantes… este impacto se caracterizará como un trauma psicosocial… Este trauma denotará unas relaciones sociales enajenantes, que negarán el carácter humano del enemigo al que se rechazara como interlocutor en cuanto tal y al que incluso se buscará destruír".

    La guerra tiene la característica de ser definitoria del todo social por que pasa a convertirse en el problema más importante de una sociedad, afectando y derrumbando todos los aspectos de un país: económico, social, cultural, políticos y además personal porque tiene un carácter de trauma psicosocial para cada habitante.

    El carácter patógeno de una guerra está definido por la introyección de los eventos sociales aberrantes de la situación problema en las estructuras cognoscitivas de los individuos afectados. La totalidad de estos cambios se traduce en el deterioro de las cualidades humanas de las personas (carácter deshumanizador de la guerra). El individuo asume los eventos violentos como parte de una normalidad, la cual acarrea un trauma psicosocial, dado que las características que trae una situación de guerra son: la polarización de las relaciones, la institucionalización de la mentira y la legitimación de la violencia. Atmósfera que impele al individuo a crear estrategias psicológicas que le permitan disminuir el agudo dolor provocado por estas condiciones, pero que sin embargo, no le permitirán elaborar, integrar y esclarecer sus vivencias.

    Entonces es innegable que la salud mental se altera en periodos bélicos ya que esta no sólo depende del interior del individuo, sino también de su entorno, por que un trastorno mental no es un fenómeno aislado, sino que es producto de toda una configuración de variados aspectos humanos.

    Convivencia social.

    "…Las raíces de la convivencia social de El salvador se encuentran gravemente deterioradas. ¿Y cómo no las iban a estar en un medio donde impera el recurso de la violencia para resolver las diferencia interpersonales e intergrupales, donde el sentido común ha sido sustituido por el sentido partidista, donde la irracionalidad ahoga las posibilidades de contactos humanizadores entre sectores distintos e impide el desarrollo de una normalidad cotidiana?".

    La sociedad constituye el sistema social más perfecto, en el sentido en que se define como una totalidad de elementos interrelacionados a través de una organización. El accionar dentro de este sistema social se denomina orden social, y su mantenimiento supone un esfuerzo por solucionar problemas económicos, políticos e ideológicos, que a su vez se traducen en la resolución de dificultades tales como la asignación de recursos y el problema de la legitimidad.

    Según la estructura social se desprenden valores que son los que legitiman o marginan el comportamiento de los individuos. El problema de los países latinoaméricanos es que estos valores no se rigen por una valoración humana, sino por el contrario, en cuanto a su capacidad productora. El hombre está siendo invadido en tiempo y espacio (problemas demográficos) y exigido a ser ente productor y consumidor en un medio en que no se identifica como un ser humano, con necesidades biológicas y afectivas que requieren de una política social muy distinta de la que vivimos. Es importante señalar que las sociedades capitalistas tienden a la homogeneización de los pueblos y esto atenta a la identidad personal de los individuos asumiéndolos como seres psicológicamente únicos.

    Podríamos decir que la convivencia social en Latinoamérica depende de un cambio en la valorización social de los individuos, además de asumir la diversidad cultural aceptando y respetando las múltiples valoraciones y significados de la realidad, una humanización de los valores donde el parámetro de juicio ya no sea la producción y el consumo.

    Propuestas Ante La Violencia

    1. Entrenar a las personas en el control personal y en el desarrollo de capacidades y hábitos que les permitan canalizar simbólica o constructivamente sus frustraciones. 2. Desarrollar en la escuela y en el hogar una conciencia crítica tanto frente a los modelos sociales que se transmiten a través de las diferentes instancias socializadoras como frente a las exigencias institucionalizadas de determinados roles sociales. 3. Promover socialmente actitudes de cooperación y, sobre todo, un estilo de vida austero y solidario, que refuerce el compartir y evitar el triunfo individualista. 4. Propiciar aquel nuevo ordenamiento de las relaciones sociales que devuelva la totalidad de su sentido a cada comportamiento y que obligue a cada actor (persona o grupo) a asumir la parte de responsabilidad social que le corresponde.

    Para acercarse a la humanización de la sociedad hay que lograr un cambio de actitud, actitud es definida por el autor como la predisposición de un individuo a actuar de determinada manera ante un objeto, una actitud es por tanto una relación de sentido entre un sujeto y un objeto que se expresa en comportamientos diversos. El hombre es en relación con la sociedad, en la unidad dialéctica que conforman, por ello la educación es un punto central en el cambio de actitud para humanizar la sociedad "Educar implica formar actitudes, educar para una sociedad nueva implicará formar actitudes nuevas, o modificar sustancialmente las ya existentes".

    Se debe reformar o educar a las personas para que sus deseos se ajusten a sus necesidades verdaderas, para que se conduzcan al camino de la humanización. Esta educación debe dar paso a la concientización que es la transformación personal y social que deben optar los oprimidos latinoamericanos para aprender de su realidad y de su historia, aprender de su existencia personal y colectiva. Para esto se necesita que las personas decidan qué hacer con sus vidas y que tengan el poder de elegir para así dejar de lado la falsa conciencia. Los individuos deben darse cuenta de cuales son los elementos opresores en cada situación personal con el fin de que las personas se den cuenta que pueden luchar y actuar, ya que no se trata de condiciones naturales.

    Para este fin Martín-Baró propone la utilización de los medios de comunicación como un factor de ayuda a la concientización que refleje el acontecer real, sin distorsiones ideológico-políticas que sesguen el conocimiento social, con el fin de posibilitar a los individuos la adecuada interpretación, elaboración e integración de su situación.

    La idea de realizar encuestas de opinión pública es la de desenmascarar y dar a conocer la manera de pensar de los distintos grupos sociales que conforman una nación, sobre sus problemas, necesidades, inquietudes, procesos y políticas del país en cuestión, para formalizar la conciencia nacional de una manera objetiva y precisa científicamente, ya que sólo un conocimiento verdadero puede servir a la creación de proyectos de cambio y transformación en beneficio de la mayoría.

    Saber del psicólogo.

    "El saber psicológico debe ponerse al servicio de una sociedad donde el bienestar de los menos no se asiente sobre el malestar de los más, donde la realización de los unos no requiere la negación de los otros, donde el interés de los pocos no exija la deshumanización".

    El psicólogo tiene un rol muy importante que desempeñar, pero antes de todo esto tiene que conocer, no tan someramente el país en cuestión: con sus reales problemas, necesidades sociales y culturales específicas, porque la psicología sirve siempre y cuando no sea "una" ciencia general o común para todos los lugares y pueblos. Entonces la psicología debe adoptar una seria postura histórica y no quedarse en el etnocentrismo occidental desde donde surge la disciplina. Esto es un problema cuando se aplican conocimientos y herramientas psicológicas a un pueblo como el latinoamericano que no tiene la misma historia ni raíces que Europa o Estados Unidos.

    Ante la búsqueda de soluciones, el psicólogo acostumbra a buscar el origen en los aspectos personales y nunca sociales del asunto, siendo lo correcto conocer lo individual y social de cada persona: sobre sí mismo y del mundo que lo rodea.

    El que la psicología no abra su espectro de conocimiento hacia el estudio sistemático y participativo de la diversidad cultural latinoamericana como un pueblo que ha sido constantemente colonizado y militarizado, hace que el conocimiento quede igual de distante de sus individuos que los individuos de su sociedad. Asumir la relatividad de ideologías y comunidades nos ayudará a enriquecer nuestro saber y a poder realmente captar significados propios de nuestro pueblo, hará que nuestro conocimiento se identifique con el sujeto de estudio.

    La psicología debe estudiar la forma en que el poder se articula en las relaciones y cómo esta forma de articulación se instaura en la intersubjetividad conformando una visión de la realidad más o menos común. En nuestro contexto la enajenación es un sentir común a muchos individuos y la psicología no debe pasar esto por alto. Debe tomar en consideración estas estructuras enajenantes que condicionan el desarrollo psicológico. Una disciplina que debe dejar de ser acomodaticia o refuncionalizadora a un sistema que no nos identifica. La desalienación es una tarea que no pueden evadir las Cs. Sociales ni menos la psicología si pretende aportar a la calidad de vida de los individuos. Tiene que abrir caminos y miradas, aportar con sus conocimientos a una transformación intra e interpersonal, debería ser agente propulsor del cambio social.

    La acción del psicólogo en el ámbito de la terapia debe darse orientada a construir un vínculo comprometido con el paciente. Su misión es restablecer las estructuras internas que permiten al individuo elaborar lo vivido, y evitar ser neutral, siendo capaz de sentir junto al paciente.

    En el ámbito de la motivación, como tarea en el estudio psicológico, el autor propone una revisión a las necesidades básicas del hombre que proponen los teóricos, ya que estas son reflejo de su postura ideológica que se manifiesta en su postura teórica. La psicología debe proponer una escala de necesidades no sólo en el ámbito de la satisfacción individual, sino también abarcar las necesidades de humanización del individuo a través de la humanización social.

    El psicólogo debe poner término al repaso de las viejas teorías o maneras comunes de hacer psicología, para que se centre en los problemas directos que aquejan a la población.

    Sistema

    "Toda sociedad puede ser entendida como un sistema, es decir, como un conjunto de partes relacionadas ordenadamente entre sí formando una unidad. A la psicología social le interesa comprender el comportamiento de las personas y grupos en cuanto miembros de un sistema para examinar lo que en el comportamiento hay de sistémico, es decir, aquello que se debe al carácter de miembro de un sistema".

    Los sistemas tienen la cualidad inherente y definitoria, de poseer una organización u orden, a partir del cual se genera un estilo de interacción entre sus elementos. La definición de este orden queda en manos de aquellos que controlen los factores necesarios para cambiarlo. Esto se define en la pugna de intereses entre las diferentes clases sociales que explicitan el carácter conflictivo de los complejos sistemas sociales.

    Ahora bien, la organización social pasa por la cristalización de los medios de mantención de los privilegios de aquellos que detentan el poder y que desean asegurarlo, pero no debe desmerecerce ese otro poder latente que proviene de las clases mayoritarias, que son arrojados hacia la periferia del sistema y que en un descomunal esfuerzo trata de mantenerse dentro del sistema. Todo orden social proviene de uno anterior, dado que la acción tiende a un orden que la haga eficiente y eficaz, para lo cual va generando o modificando sus propias normas, de lo cual se deduce el carácter histórico del orden impuesto, aunque no debe olvidarse el hecho de que las normas que regulan la acción dependen prioritariamente de los intereses de los actores que formen parte del todo social poderoso. Mas la noción del cambio estructural permite suponer la posibilidad de que las clases que no son dominantes puedan llegar a serlo, debido a las transformaciones dialécticas que se operen. Esto alimenta la esperanza del mejoramiento de las condiciones de vida de una gran cantidad de desposeídos.

    "al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que es más la expresión jurídica de ésto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica se revoluciona, mas o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella" (Marx, 1859/1969, pag. 187-188)

    El orden al que Martín-Baró se refiere supone la aparición de tres momentos en su formación: La externalización; que tiene que ver con la actividad que desembocará en habituación hasta su institucionalización. La objetivación; es la experimentación como algo externo del producto externalizado de la actividad humana que hacen las personas. La internalización; que es el proceso por el cual cada individuo asume como propias las rutinas institucionalizadas en un determinado sistema social.

    Poder

    "El poder es una realidad presente en todos los ámbitos de la vida humana y juega un papel esencial en la determinación de las formas de ser y actuar de las personas y grupos."

    El poder está presente en cada uno de nuestros actos y dominios de acción, en la medida en que se constituye en el modulador de las formas de ser y hacer de las personas y grupos, ya sea de manera mediata conformando el todo social resultante del balance de fuerzas en la confrontación de intereses grupales, o de manera inmediata en la coerción física o psicológica. Aún cuando el poder se da en todas las relaciones, regulando su dirección, tiende a ocultarse. En este sentido por ejemplo, la enajenación puede ser un producto implícito del poder, en cuanto que ésta involucra la dificultad de los individuos de sentirse identificados en sus relaciones, instituciones, al modus operandi de su sociedad, en tanto que desconoce el modo producción y el entramado de poder que rige la legitimación de su sistema de valores. La conscientización queda anulada ante la distorsión y manipulación de información, y además de la acción mermadora de la televisión. El manejo institucional por parte de los poderosos no permite asimilar el papel de los individuos en su sistema, anulando su acción.

    Ejercer el poder es buscar entablar una relación de dominio del otro, relación que influye en los involucrados, definiendo la totalidad de la interacción. La psicología debe estudiar la forma en que el poder se articula en la relación.

    El por qué del aceptar el dominio tiene que ver con el acatar una norma impuesta bajo la certeza que el ejercicio del poder es algo externo, ajeno a lo que se es y se es capaz de hacer. Además, parte de esta aceptación se debería a la influencia que ejerce el grupo sobre el individuo que desea sentirse aceptado, o bien a la aceptación de imposiciones que derivan del rol que se les es asignado por medio de los medios de socialización, sin importar muchas veces el sentido de responsabilidad del individuo ante su acción.

    La disconformidad ante la dominación, se atribuye a ser un síntoma de un desequilibrio o descompensación entre las aspiraciones que la sociedad propugna y los medios o posibilidades que otorga para su alcance.

    Por supuesto que el criterio utilizado para distinguir entre el conformista y el desconformista se efectúa y establece desde el poder, por lo cual aquel que posea una cuota sustancial de poder puede evitar la sanción social, mientras que el sujeto que no posee poder suficiente no puede evitarla.

    Grupo

    "El término grupo se aplica a entidades sociales muy distintas, tanto cuantitativa como cualitativamente. Según Merton, un grupo consiste en un número de personas que interactuan entre sí por medio de esquemas preestablecidos. En cambio una colectividad es un conjunto de personas que comparten valores y normas, pero no interactúan, y categorías sociales son aquellas ocupantes de un status social que tienen características semejantes, pero no interactúan ni siguen las mismas normas"

    El grupo constituye, un conjunto de personas que interactúan entre sí bajo una organización sostenida sobre la base de objetivos en común, los cuales le otorgan su dirección, ésta se gesta en la conjugación interna de las fuerzas implícitas en sus relaciones, las cuales se articulan en el poder de los actores que conforman un grupo con determinadas características definitorias que desembocan en un comportamiento grupal.

    El grupo a su vez se sostiene en motivaciones compatibles e interdependencia, en este sentido se puede argüir que las necesidades que conllevan a estas motivaciones compartidas son aquellas que definen el carácter del grupo y que ayudan a generar esquemas estables de interacción.

    Para estudiar estos grupos, se debe incluir la realidad grupal como tal, considerar los grupos aún cuando sean cuantitativamente distintos y esencialmente abarcar su carácter histórico, en cuanto esto nos revela el curso de su desarrollo y las claves de su dinámica interna. La identidad, el poder y la actividad de un grupo son aspectos que se evidencian en la acción con otros grupos donde la diferencia hace imprescindible la autoevaluación y la definición, dando origen a la consciencia de imbricación intergrupal que resulta de suma importancia en la cohesión, autorregulación en términos de metas, valores, objetivos y la identificación. Además, estas dimensiones grupales dan origen a una tipología que distingue entre grupos "primarios";  aquellos relacionados a vínculos interpersonales (cara a cara) y que generan un sentimiento de unidad social estrecha, además de proporcionar por medio de su actividad, un vínculo afectivo y de complementaridad funcional que vuelve a sus miembros interdependientes. Grupos "funcionales"; aquellos relacionados a roles, que surgen a partir de la división del trabajo social y que responden a los intereses dominantes en cada orden histórico concreto, y Grupos "estructurales"; que están relacionados a los intereses objetivos, derivados de los medios de producción.

    5. Comentarios

    La organización de los sistemas sociales debe conjugar en su matriz la fuerza propulsora de sus cambios, en cuanto a las contradicciones que se originan en sus premisas y a la mantención de sus límites de sentido, que deben fluctuar entre sus rangos de movilidad para redefinirse constantemente frente a sus autoexigencias, asimilando de manera dialéctica los conflictos inherentes a su desarrollo.

    Los elementos que conforman la sociedad son entes activos, con propósitos, sueños, ideales, miedos, ideas, políticas, creencias, valores, etc. que se podrían perfectamente resumir en "intencionalidad". El hacer de los individuos, es un hacer en conjunto, por todos y para todos, en el cual dirigimos nuestra acción por medio de mecanismos de configuración organizacional sistémica. Estas vías de operación son impuestas por sectores sociales que tienen acceso al poder, son construcciones necesarias en su naturaleza, pero que sin embargo, se encuentran distorsionadas por la pugna y preservación de los intereses de las clases sociales dominantes. La consciencia que se tenga del modo de funcionamiento social constituye un paso hacia la disminución de la enajenación, considerando que el papel de los que componemos la sociedad es activo y que es nuestra responsabilidad la creación o redefinición de los estatutos que gobiernan nuestro actuar.

    La instauración de las democracias responde a esta necesidad, la elección de nuestros propios gobernantes nos da la idea de formar parte constitutiva del orden que nos rige, y de que nuestros intereses están siendo velados por las formas de seguridad social que en mancomunión hemos instaurado. Sin embargo, nuestro nivel de identificación con las instituciones que operan, incluso en democracia, es mínimo, dado que las condiciones estructurales están definidas en torno a políticas socioeconómicas capitalistas, que no responden a los intereses de las grandes mayorías.

    Las repercusiones que acarrea tal tipo de orden social se manifiesta con los altos índices de pobreza, marginalidad, hacinamiento, deshumanización, strees, y que se resumen en una mala calidad de vida.

    Si sumamos el hecho de que las historias de los pueblos de América Latina se han escrito con sangre, y que este bagaje histórico se actualiza en las relaciones sociales, podemos visualizar en cierta medida el carácter de un pueblo neutralizado, diezmado, y psicológicamente perturbado.

    Todas estas condiciones son ineludibles en el quehacer profesional del psicólogo, el cual no puede remitirse a la terapia individual desconociendo la realidad socio-política-económica imperante en su lugar de desempeño. La acción del psicólogo debe estar abocada al mejoramiento de la calidad de vida de las personas, que pasa a su vez por el mejoramiento de las condiciones del entorno social. La psicología debe asumir un compromiso real con la salud mental, en un sistema que oculta sus defectos culpando a sus elementos por sus disfunciones, cuando la solución involucra cambios en la macroesfera sociopolítica, que dicta fórmulas de convivencia viciadas por los intereses económicos.

    Entendiendo al hombre como un ser que se produce a sí mismo y a su sociedad en conjunto con otros hombres, asumimos una posición dialéctica del desarrollo humano y de la naturaleza. El individuo se construye a partir de las diferencias que se generan en su interior con los cambios que ocurren en su medio. Esta dinámica lleva implícita la idea del progreso, pasando de formas actuales a formas potenciales por el vehículo de la contradicción, este transito afirma la creación de formas superiores que poseen en su esencia la negación de sí mismas, en el sentido que el resultado de una transformación no es la cosa última, sino más bien es la certeza del desarrollo, que se presenta con la dulzura de un recuerdo y la alegría de una promesa.

    La Fe en este hombre activo nos plantea la necesidad de apoyar su desarrollo, de buscar espacios en la estructura social que permitan su elaboración como miembros pertenecientes a ella, donde los intereses que proporcionen el bienestar a unos pocos no se contradigan o superpongan al bienestar de la gran mayoría.

    Ignacio Martín-baró nos legó una psicología rica en sabiduría latinoamericana, con marcada consciencia social, criticando a la Psicología tradicional, y elaborando planteamientos destinados a dirigir los esfuerzos de ésta ciencia hacia el estudio de las fuentes sociales en los cuales podría estar la base de los conflictos psíquicos individuales.

    Martín-Baró, apegado a los planteamientos de la teoría materialista, conjuga en su trabajo el espíritu social comprometido de ésta y el espíritu metafísico de la tradición eclesiástica, encontrando en el hombre la piedra angular que unifica ambas tradiciones. En esta certeza el autor define la relación de los profesionales de la sociedad, como ser los psicólogos, con el bienestar psíquico, físico y espiritual de la misma. Pregonando que la labor, en el caso particular de la psicología, debe configurarse de acuerdo a la situación histórica y necesidades de la población, lo que implica el conocimiento de las características sociopolíticas de una determinada sociedad, que van configurando el psiquismo de sus habitantes

    6. Referencias bibliográficas.

    Baró,I.1990.Picología social de la guerra. El Salvador; UCA Editores. Baró,I.1989.Sistema, Grupo y Poder. El Salvador; UCA Editores. Baró,I.1989.La opinión pública Salvadoreña. El Salvador; UCA Editores Baró,I.1990.Buascando América Latina. Cap. 1, "Del opio religioso a la fe libertadora", El Salvador; Editorial Nueva Sociedad. Baró,I.1986.Psicología, ciencia y conciencia. El Salvador; UCA Editores. Dep. Psicología y educ. Universidad Centro Americana.1989. Revista de Psicología De El Salvador. Vol. 9, Nº 35. El Salvador; UCA Editores.

    Trabajo enviado por Boris Isla Daniela Ansaldo Daniela díaz.