Un riquísimo caudal… define no sólo los mil y un asuntos de que se ocupa [refiriéndose al refranero] y que alimentan el argumentar cotidiano, sino las distintas razones que se da el hablante para apoyarse. El funcionamiento de este precioso mecanismo no es simple: se desencadena con una invocación del genio de la botella. […] para que el refrán invocado se sume al argumento que se lleva a cabo en el discurso, basta con que se diga una frase del tipo de "como dice el refrán". Funcionan, si, en el habla mexicana principalmente tres tipos de enlaces por los que un refrán se inserta en el texto mayor al que es llamado; primero, mediante un enlace [vacío –el autor emplea el símbolo del conjunto vacío (fi)]: el refrán es dicho sin preámbulos como una especie de sanción tajante a una situación que se ha ido bosquejando en el discurso y que encuentra en el refrán su desenlace, o como una simbolización suya. [Dicho en las propias palabras de Herón Pérez: "simboliza algo que no está simbolizado", de ahí su valor para la técnica terapéutica] Si bien la estructura paremiológica es reductible [condensación], hoy ya se sabe, a una secuencia argumento-conclusión, en este caso predomina la sanción final: la inclusión del refrán es para hacer las veces de una conclusión. (Pérez, 2002)
Y algo más, simboliza lo no simbolizado, confrontando y estimulando la reflexión; útil, por ende, para allanar resistencias, lo cual es un elemento fundamental preliminar al insight. Cuando a uno lo "pescan" mediante un refrán, se hace evidente que, para empezar, es "cachado" en algo que, a lo mejor, se afanaba en ocultar, o bien, le es caracterológico.
[Continúa Herón]: El segundo tipo de enlace es mediante un nexo causal de tipo "porque" [como en: ¿Sabes por qué te enojas?, porque como dice el refrán, "El que las hace no las tolera"], "que", etcétera. Este enlace indica la función de argumento que el refrán asume respecto al contexto en que se inserta para reforzar una conclusión que, por lo general, ya ha sido presentada. Finalmente la inserción tipo exemplum: el refrán se inserta en el discurso comparando la situación que se configura en el discurso con una situación sancionada por el refrán invocado [como en alguna ocasión en un grupo terapéutico, uno de los miembros comentaba que tenía acciones de una empresa "X" y otro, bastante envidiosón, dijo "ahora resulta que cualquier pelagatos es accionista" y un tercero observó: ¿"Si la envidia fuera tiña…?" y ahí lo dejó, ni siquiera había necesidad de terminarlo]: los enlaces tradicionales del tipo de "como dice el refrán", "como dice el dicho", "como dicen en mi pueblo [en mi rancho]", "como decía mi abuelita",… u otras parecidas. También en este último caso, resulta evidente que los refranes así introducidos desempeñan dentro del discurso mayor en que se enclavan la función de "refuerzo argumentativo" hacia una conclusión ya perfilada argumentativamente. En todo caso, el análisis puntual de las fórmulas de introducción o enlace de información sobre las funciones argumentativas que el refrán desempeña dentro del texto mayor nos permite apreciar la tradición [regla o norma social, "sabiduría" popular], [cursiva agregada] que se invoca cuando al citar un refrán en el transcurso del habla, se hecha a andar la maquinaria argumentativa que le subyace. (Pérez, 2002)
En efecto, mucho de lo que aprendemos ocurre por vía de lo que escuchamos. En culturas familiares en donde se preserva este tipo de expresiones, se transmite una buena dosis de "sabiduría" popular y "sentido común". No es imposible que encontremos alguna que otra persona que no comprenda algún refrán, sea por inhibición o bloqueo, o porque no es del lugar, pero, también es cierto que una dotación natural de inteligencia normal promedio, permite captarlos, sin tener mayor educación académica.
[Regresando con el Dr. Pérez]… la paremiología ya ha puesto algunas de las funciones discursivas del refrán dentro, sobre todo, del habla popular mexicana: la entimemática, la del exemplum y la de ornato. […] Los refranes… no son sólo verdades del argumentar popular –deductiva o inductivamente-, sino elementos de ornato de un hablar barroco que, como el nuestro, se fascina por el juego de sonidos que, intercalado en el proceso de una argumentación, le rompe el ritmo y hace fijar la atención, amen de, en algunos casos, adornarlo. […] la función entimemática parece ser la función discursiva primaria en el refranero mexicano. La desempeñan en el hablar coloquial los refranes más tradicionales… cuyas formas, estructuras y rasgos están contenidos en la lista paradigmática que… [Escojo sólo algunos]:
Hay quien cree que ha madrugado y sale al oscurecer.
Ni mujer que otro ha dejado, ni caballo emballestado.
Nadie alabe lo que no sabe.
Ninguno diga quién es, que sus obras lo dirán.
No hay que meterse en la danza si no se tiene sonaja.
Abejas que tienen miel tienen aguijón también.
La que no enseña no vende, y la que enseña se mosquea.
Eso de trillar con burros es sólo ensuciar la parva.
Cuando Dios dice a fregar, del cielo caen escobetas.
Me extraña que siendo araña te caigas de la pared.
Hasta el santo desconfía cuando la limosna es grande.
Pa´los toros del jaral, los caballos de allá mesmo.
Bien juega el que no juega.
Hazte miel y te comerán las moscas.
El que tuvo y retuvo, guardó para la vejez.
No todo el que chifla es arriero.
Éramos pocos y parió mi abuela. o Éramos muchos y parió la abuela.
No se acuerda el cura de cuando fue sacristán.
Porque te conozco campana, no te vuelvo a repicar.
Algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Bien está San Pedro en Roma.
Si te ensillan, masca el freno. [Cursivas agregadas]
Refranes de este tipo, constituye,… la quintaesencia del hablar lapidario y, a ese título, el paradigma de las funciones discursivas del refrán dentro del hablar popular mexicano. Se encuentran aquí las más representativas estructuras y formas de la Paremiología hispánica de la cual es afluente la mexicana: estructuras prótasis-apódosis [prótasis: primera parte que deja incompleto el sentido, o proposición condicional; apódosis: proposición que completa el sentido de la prótasis] tanto de relativo como condicionales con "si", estructuras "más vale", estructuras mal-remedio, estructuras sentencia, estructuras "me extraña", estructuras sentencioso-adversativas [adjetivo que sentencia; adjetivo que denota oposición], y otras que el lector puede ver en esta lista típica de refranes mexicanos. […] textos… bimembres cuyo primer miembro, cuando no es una frase circunstancial, suele estar constituido por una proposición universalizante. En otros casos se trata o bien de enunciados apodícticos [que completan el sentido] o bien de frases dotadas de tal nivel de sentencialidad que asumen una enunciación seudoapodíctica. […]
Los refranes son,… formas breves cuya función discursiva siempre es dependiente del discurso mayor en el cual se enclavan: el refrán siempre requiere un contexto discursivo para poder funcionar. Nadie dice un refrán sin que haya un contexto, sea verbal o no, de por medio. El carácter parasitario de los refranes respecto de esta reflexión es la constatación de uno de los rasgos discursivos del refrán poco o casi nada estudiados, pese a su importancia. (Pérez, 2002)
Aquel interesante y valioso trabajo de Carvalho-Neto (1956-1968) "Folklore y Psicoanálisis", aborda muchas áreas del folklore, pero se circunscribe a manifestaciones del tipo "estereotipias vocabulares", específicamente las normales en niños y adultos que entrañan tradición y anonimato, como la embololalia de adiciones del tipo: "buefe nofos difi afas" (buenos días), pero que también las hay contrarias, de sustracción: "que pá con ti" (qué pasa contigo) que en México quizás sean más frecuentes hacia las costas de Guerrero, Oaxaca, Chiapas y Veracruz y de cierta particularidad regional en general: ciertas regiones argentinas, brasileñas, paraguayas, etc.; neologismos como la glosolalia "invención de vocablos o frases privados de significado racional, pero saturados de valor emocional" (Tanzi, mencionado por Carvalho-Neto, 1956-1968, "Folklore y Psicoanálisis") "… en la glosolalia la sustitución de los valores intelectivos del lenguaje, por valores emocionales, es total. Uno de sus ejemplos populares más significativos, propio de los juegos infantiles, es el ". (V: 179) El ejemplo que pone es en portugués pero parece corresponder al hablar en español del indio del norte: "Gran jefe Toro sentado cortar cabellera a cara pálida y arrancar corazón para ofrecer a Gran Espíritu"; "fetiches orales". "Cuando las estereotipias y los neologismos se revisten,… cuando el lenguaje combina su simbolismo de libido oral con narcisismo,… estereotipias y neologismos pasan a ser auténticos fetiches orales, talismanes verbales, fórmulas todomilagrosas". Probablemente del tipo: "abra cadabra…". La mímica, en donde ésta sustituye al lenguaje hablado u otras formas como las que las mamás emplean para hablar con sus bebés o del tipo que se dicen entre novios: "terroncito de azúcar", "pedacito de cielo", etc., de lo cual concluye que "el lenguaje, por consiguiente, no sólo tiene por función comunicar el pensamiento; tiene una finalidad primitiva, asocial, egoísta, en función de las actividades orales de la libido…" (V: 194) Me parecen interesantes porque, aunque no se relacionan con la paremiología, si con la idea del inconsciente colectivo jungiano.
Regresando con Herón Pérez:
La paremiología mexicana,… [Aunque todavía no hay estudios hechos] ha podido acuñar otros conceptos como el de "rango contextual", que es el ámbito de alcance social aceptable de cada refrán y el conjunto de sus valencias asumidas como válidas por el grupo humano que usa el refrán. […] la aplicación de un refrán a una situación dada es percibida en términos de una escala de aceptabilidad que va de lo inaceptable a lo aceptable, y que forma parte de la competencia comunicativa de la comunidad de hablantes en cuyo seno funciona el refrán: por ejemplo la comunidad mexicana. [Lo mismo ocurre con]… el concepto de "sentido paremiológico" o literal [y, bueno, no digamos ya psicoanalítico, se intentan ambos]… en un refrán una cosa es la significación referencial que emana de los vocablos contenidos en su texto; otra, muy distinta, su estructura lógico-semántica, y otra, en fin, la significación fundamental del refrán sobre la cual ese pequeño texto construye todas sus funciones argumentativas y que en otra parte hemos denominado sentido paremiológico. […] El sentido paremiológico de un refrán es su principio subyacente, que aunque construido sobre la significación referencial del refrán y evocado por ella, no se reduce a ella sino que se resuelve, por lo general, ya en una contraposición de tipo semiótico, ya en una constatación seriada de al menos dos figuras sémicas análogas, ya, en fin, de una constatación simple.
El sentido paremiológico sería,… el contenido que, proyectado [cursiva agregada] por un refrán, expresa las intenciones y la calibración hecha por el hablante, expresada tanto a través de la referencia textual a la realidad extralingüística como de los diferentes significados de la lengua en que está cifrado el texto, que en nuestro caso es el español. […] el término "paremiológico" denota no sólo que el texto a cuyo sentido nos referimos es un refrán, sino que su estructura semántico-discursiva está organizada en función de ese sentido propio de los refranes determinado por su función entimemática. […] puede asumirse el sentido paremiológico de un refrán a guisa de una estructura profunda permanentemente proyectada en el nivel exterior del refrán que, bajo la forma de un principio de índole absoluta, es argumentativamente indiscutible.
La estructura semántico-discursiva de un refrán, cuyo núcleo central es su sentido paremiológico, la que sirve al pequeño texto de mecanismo de argumentación por el que puede desempeñar sus funciones discursivas como refrán… son su razón primaria de ser. La lógica a que se atiene la trabazón argumentativa, siempre fincada en una evidencia incontrovertible, se sustenta… en el principio de que "las apariencias engañan". [Como en] "Hay veces que un ocotito provoca una quemazón" [ó la variante "Un pendejo descarrila un tren" ]… hay una obvia contraposición figurativa entre las magnitudes del "ocotito" -en diminutivo afectivo- y de la "quemazón" –un vocablo en aumentativo que connota sólo la gran magnitud del fenómeno sino el desafecto hacia él- relacionadas entre sí por el verbo causativo "provocar"… excepción al principio… de que hay una proporción recíproca entre la causa y su efecto… "No siempre el efecto es proporcional a la causa", sería el sentido paremiológico… se acude en este caso a un principio procedente de la evidencia,… argumentativamente inobjetable… y, además, por la vía del exemplum, más convincente, como se sabe, que mil palabras. En paremiología… para efectos de análisis del discurso, tiene mucha mayor importancia el sentido paremiológico que la indagación sobre los posibles temas de un refrán.
En refranes del tipo:
Me extraña que siendo liebre no sepas correr en llano.
Me extraña que siendo sastre no sepas pegar botones.
Me extraña que siendo pato no sepas nadar en lago. […] [Cursivas agregadas]
El sentido paremiológico… esboza la figura de un colmo que… produce extrañeza: el que un experto no conozca su oficio. Lo mismo sucede con los… de… variante formal "me admira"…:
Me admira que siendo fraile no sepas el padrenuestro.
Me admira que siendo gato no sepas coger ratones. [De este refrán se derivó un
chiste: ¿Que le dijo el gato a la gata?: Vamos a coger un ratón.]
Me admira que siendo galgo no sepas coger las liebres. […] [Cursivas agregadas]
Tenemos… refranes que pese a tener una designación y significados
lingüísticos totalmente diferentes tienen el mismo sentido
paremiológico. Lo mismo sucede con… los [que empiezan con]: "el
que nace para", de tipo predestinacionista, donde tienen el mismo
sentido paremiológico pese a la diversidad de universos designados
y… de significados lingüísticos por los que se expresa. […]:
El que nace para buey, del cielo le caen los cuernos.
El que nace pa´dedal, del costurero no pasa.
El que nace tepalcate, ni a comal tiznado llega.
El que nació pa´trapo, nunca llegará a ser toalla.
El que nació para pobre, aunque sea un Salomón. […] [Cursivas agregadas]
Estos refranes, pese a la variada imaginería en que se sustentan,
suponen como principio indiscutible una predestinación… la cual…
nadie puede cambiar,… (Pérez, 2002)
El sentido psicoanalítico es, naturalmente, otro: el "no cambio", tiene que ver con resistencias, inhibiciones y contenidos inconscientes, y, en último de los casos, con compulsión a la repetición; esto es bien importante porque, de la manera paremiológica, puede ser interpretado ofensivamente (quizás esa sea su "intención" inconsciente) y no nos sería útil para la técnica interpretativa: "jodido naciste y jodido te morirás", o, peor aún, "eres pendejo, no aspires a más". Es ad-hoc, ideológicamente a las expectativas de las estructuras del sistema en el poder; o sea "confórmate y sigue chingándole".
Haga lo que haga. […] El sentido paremiológico de estos refranes puede formularse así: cada quien está irremediablemente atado a su propio destino. […] no es difícil encontrar grupos de refranes con el mismo sentido paremiológico aunque no… [Iguales] estructuralmente hablando. Así, el refrán: Ayúdate que Dios te ayudará tiene… el mismo sentido paremiológico que el viejo refrán A Dios rogando y con el mazo dando. (Pérez, 2002) [Cursivas agregadas]
O el de "Pídele a Dios y a los santos y echa estiércol a tus campos", todos ellos sentencian una actitud pasivo-receptiva y estimulan o motivan para la actividad y el trabajo; éste tipo, en directo, son útiles en el trabajo analítico para estimular actitudes productivas deseables o saludables en el paciente. Después de todo, recordemos que Freud definió la salud como "la capacidad para amar y trabajar".
[Todo lo anterior nos autoriza]… a asumir el sentido paremiológico como la estructura argumentativa más importante de los refranes. [Cursiva agregada]
Argumentabilidad inobjetable de un refrán en la medida en que se reduce… a un principio aceptado de manera indiscutible en el seno del grupo cultural en que el refrán funciona. La relación entre sentido paremiológico y significación referencial en un refrán es… de índole semántica, y puede equipararse a la relación postulada en un nivel sintáctico por la gramática generativo-transformacional chomskyana; la relación a saber, entre una estructura profunda y una estructura superficial.
En la estructura superficial de un refrán hay una serie de marcas que evidencian una serie de operaciones realizadas en el interior de la frase paremiológica y que remiten en último término, como ha puesto de manifiesto la semiótica greimasiana a postulados fundamentales, ya de la experiencia, ya de la ideología. (Pérez, 2002)
Desde la estructura superficial es donde encontramos el fundamento que soporta determinada situación, para la sentencia propiamente tal, característica del refrán. Desde esta perspectiva es claro el menor valor paremiológico que observa Herón Pérez en los dichos y retruécanos, agreguemos que también en los chistes. Es decir, su valor se reduce a constituir, como observara Freud, un "ahorro en el gasto de energía" y yo agregaría que, chistes, dichos y retruécanos tienen, una utilidad que estimula la simbolización y sirven también como "confrontación", en el sentido que le da Greenson (1967) al término, para el análisis de las resistencias, preliminar a la interpretación. Por otro lado, un simple "ahorro" en el "gasto de energía por inhibición", por ejemplo en un paciente obsesivo que raya en la "manía de duda", nunca sería despreciable: "¡Y otra vez la burra al trigo!"
La estructura profunda de un refrán… estaría constituida por su sentido paremiológico y consistiría en un principio absoluto de alta capacidad argumentativa en el medio social en que funciona reducible, en último término, a alguno de sus tópicos argumentativos en boga en el sistema discursivo de la cultura en cuestión. Esta estructura profunda de índole semántica de cada refrán se relaciona textualmente… con su respectiva estructura superficial –construida ya sobre un hecho de la experiencia, ya sobre un postulado de la ideología- mediante un proceso de metaforización, de profundidad variable, cuyo referente hermenéutico es siempre la estructura profunda.
Los elementos argumentativos de la estructura profunda se proyectan… en la estructura superficial por una serie de marcas, por lo general léxicas, que son las que permiten al refrán no sólo insertarse en un contexto discursivo mayor sino… construir su figuratividad y desencadenar con ello su eficacia argumentativa. Entre estos elementos argumentativos que funcionan en lo superficial está, por ejemplo, la índole enunciativa de cada refrán, que depende, en todo caso, de la función que ese pequeño texto desempeña en la realidad sociocultural en que funciona el refrán. […] el nivel superficial hace las veces de lema, mientras que el nivel profundo, que por naturaleza es de índole figurativa, hace las de figura. (Pérez, 2002)
Refranes, figurabilidad y simbolización
La estructura profunda del refrán o referente hermenéutico, posee el contenido que permite "figurabilizar" la situación o contexto que sanciona, el cual, a su vez, posee una cierta dosis traumática, en tanto que "irrepresentada" o mejor dicho no simbolizada, por lo menos parcialmente, para el sujeto que estimula o provee de la ocasión para aplicarlo, en tanto que escapa a su censura. El referente hermenéutico estimula, funcionando primero como "representación", la posibilidad de ponerle palabras a lo, hasta entonces, no nombrado. Lo que sigue es reflexión: los pacientes dicen "la caída de veintes", es decir, el insight, éste libera la estasis de libido y/ o agresión, pero, además de viabilizar una descarga factible, estimula el proceso que induce la "digestión" de lo que, de traumático tiene la situación, y potencia, así, su "metabolización" merced a su función simbolizante. De esta manera, salvaguarda o rescata de ese posible traumatismo implícito en la situación o contexto que denuncia y que es o forma parte de la realidad del sujeto al que se le aplica, porque es, justamente por medio de la proyección que provee de la ocasión para ello. De ser así, y para el objetivo que se persigue, corresponde a la parte "continente" de valor técnico clínico que proponemos para su validación como auxiliar en la técnica de interpretación psicoanalítica: "El burro hablando de orejas"
Otros refranes como: "Casados que no se besan no se tienen voluntad", dice Herón Pérez:
Se trata de un refrán… semiótico… cuya estructura lógica es del tipo significante-significado: la prótasis ["casados que no se besan…]" hace las veces de un significante, mientras que la apódosis ["… no se tienen voluntad"] expresa el significado. Esto es, el primer miembro del refrán contiene una marca semiótica cuya clave de interpretación es proporcionada por el segundo miembro; por lo demás, supone una conducta general que, sin embargo, es contradicha por el caso presentado por el refrán. Esta conducta general, en este caso, contiene una doble ley:… que los casados deben tenerse voluntad y… que esa voluntad debe de expresarse externamente, mediante besos… La estructura del refrán va… de lo más exterior, que es lo menos importante –significante-, a lo más recóndito que, se da el caso, es lo más importante –significado-. Desde luego, el principio subyacente es del tipo "Obras son amores, no buenas razones" o si se quiere "Amor que no se expresa no es amor": éste es el sentido paremiológico del refrán y… procede de la experiencia. Su valor argumentativo proviene de la experiencia universal, no de la evidencia, y por tanto tiene una capacidad argumentativa que lo hace irrefutable. [Cursivas agregadas]
Todo ello ha hecho avanzar a la paremiología en todas partes y ha servido de catalizador no sólo del referido interés por los refranes y su mundo, sino de una serie de estudios que descubrieron los diferentes universos de los refranes, sus funciones socioculturales y, sobre todo, sus rasgos. […] han ido apareciendo… estudios serios desde distintas disciplinas de las ciencias del texto.
Ya es posible sentar las bases de una pragmática paremiológica… la pragmática, al igual que la teoría de la enunciación… forma parte del inmenso campo en despoblado que es la lingüística del texto que surge, luego de la gran irrupción que fue la lingüística saussureana, como contrapartida a la lingüística de la lengua que había dejado fuera no sólo la perspectiva de los hablantes y sus circunstancias, sino las mutuas implicaciones entre texto y contexto y… todo lo que pudiera llamarse una teoría de la actuación en el sentido… de una teoría del hablar.
En general, la pragmática suele ocuparse de todos los elementos extraverbales que, en un texto verbalizado, confluyen y contribuyen en él y con él a la significación del conjunto mediante la producción del sentido. En concreto, una de las cosas que hoy se entienden por pragmática es [según Escandell Vidal] "el estudio de los principios que regulan el uso del lenguaje en la comunicación, es decir, las condiciones que determinan tanto el empleo de un enunciado concreto por parte de un hablante concreto en una situación comunicativa concreta, como su interpretación por parte del destinatario".
Teoría de la enunciación y pragmática son, en todo caso, disciplinas que en la actualidad se ven a sí mismas como configuradas por el interés en ver cómo la función [efecto práctico] determina la forma de un texto y cómo es preciso conocer las circunstancias de la enunciación para establecer la forma de ese texto. En efecto, si no se conoce la situación de un enunciado no sólo no se podrán conocer los motivos y los efectos de la palabra, sino que, sobre todo, no se podrá describir correctamente ni el valor intrínseco del enunciado, ni las informaciones que comunica. (Pérez, 2002)
Si expresamos: "En un atardecer frente al mar, ¿quién se acuerda de obligaciones?", no hay duda respecto a la forma de interpretar la expresión. Si solamente decimos la segunda parte: "¿quién se acuerda de obligaciones?", las interpretaciones pueden ser múltiples y muy diferentes, podría, entre muchas otras, ser la expresión de alguien alcoholizado. En el refrán, por corto o breve que sea, la interpretación siempre es, en lo profundo, la misma. Por ejemplo: "El que porfía, mata venado" o "El que persevera alcanza", la verdad o veracidad contenida, la sentencia en estos refranes, está sustentada pragmáticamente y la situación a que aluden, implícita en su enunciado: El que se aboca, insiste y no se derrota, consigue lo que pretende. De lo que se trate que sea, es relativo. Si lo que se intenta es imposible, eso ya es otra cuestión y se sale del ámbito de las ciencias del lenguaje. Precisamente eso es lo que transmite el refrán: si no cejas en el esfuerzo, lo lograrás. Desde la perspectiva del enunciado, significan: "eso que quieres, empieza a trabajarlo, instruméntalo, (más aún), si no existen las condiciones para conseguirlo, fabrícalas".
Dice el Dr. Pérez:
Corresponde a la pragmática describir los diferentes aspectos que puede asumir esta subdeterminación del enunciado por la frase, y explicar según qué mecanismos la situación interviene en el sentido de los enunciados.
De esta forma, según el Nouveau dictionnaire encyclopedique des sciences du langage, de Oswald Ducrot y Jean-Marie Schaeffer, el conocimiento de la situación puede ser necesario:
1. Para determinar el referente de las expresiones empleadas. Eso es evidente para los deícticos (yo, tú, ahora, este, ese, aquí, etcétera) que no designan objetos sino en la medida en que los sitúan por relación con los interlocutores.
2. Para conocer qué características internas de una palabra deben ser tomadas en cuenta en la interpretación.
3. Para escoger entre las diversas interpretaciones [implícitamente posibles] de un enunciado. [No paremiológico] […]
4. Para precisar el suceso mencionado en el enunciado. […]
5. Para determinar el acto del lenguaje llevado a cabo. […]
6. Para determinar el carácter normal o no de una enunciación: normal en unas circunstancias, un enunciado puede ser anormal si se lo desplaza a otras […]
7. Para interpretar las expresiones y estructuras, innumerables, que remiten a un cuadro de conocimientos fuera del cual están desprovistas de sentido. […]
La teoría de la enunciación… se ocupa de estudiar todas las marcas que los elementos extraverbales pertenecientes a la circunstancia de la enunciación han dejado en el texto. Sus postulados son indispensable herramienta paremiológica que contribuye eficazmente a resolver problemas como el determinar la forma de un refrán. De todo este fenómeno… se ocupan tanto la pragmática como la teoría de la enunciación y, en general, las lingüísticas del texto por interesarse en la interacción entre el texto, y sus circunstancias. Ponen de manifiesto, para la investigación paremiológica, no sólo la determinación pragmática de la forma, sino cosas como el carácter emblemático de prácticamente cualquier acto de habla vivo.
Se suele… llamar pragmáticos a los elementos del sentido de los que se juzga responsable a la situación. Se los distingue de los elementos semánticos, como se llama a los elementos atribuidos a la frase. El sentido que aquí damos a lo pragmático [… es]: disciplina lingüística que se ocupa de mostrar cuánto y cómo el sentido de un enunciado está subdeterminado por el material lingüístico implicado.
Que ello tiene que ver con el discurso, y desde luego con los refranes, veámoslo en un par de ejemplos que… se configuran como algunas de las tareas que aguardan a la pragmática paremiológica. […] en la investigación paremiológica, conocer la situación puede ser necesario para establecer el referente designado por un pronombre: Por ejemplo: ¿quién está designado por sendas formas pronominales implicadas en expresiones paremiológicas como "Ahora llueve en el palmar o nos lleva la tiznada" o "Vámonos muriendo ahorita, que están enterrando gratis"? O precisar si el acto de habla realizado al decir "Ahora lo verás, huarache, ya apareció tu correa". ¿Cuál es su valor ilocucional? ¿Se trata de una información, de una promesa, de una amenaza o de una simple exclamación festiva? ¿Cuáles son los dominios de cuantificación en la expresión paremiológica "De este pelo sólo san Juan fue bueno", recogida por Darío Rubio?; ¿qué conjunto de personas está implicado?, es decir, ¿cuál es el conjunto al que pertenece "quienes no son buenos" y cuál "el pelo" de esa bondad? [Cursivas agregadas]
La presencia de la conjunción adversativa uniendo enunciados, por ejemplo, supone el funcionamiento latente de conclusiones distintas de aquella hacia la que orienta la frase paremiológica. Es el caso de las conclusiones implicadas. Por ejemplo, ¿qué conclusión eventual y latente permite oponer las dos proposiciones unidas por la conjunción "pero" en el refrán "Bueno es fregar con jabón, pero no con estropajo" recogida por Darío Rubio? ¿Cuál es la conclusión que en forma latente se opone y define la conclusión hacia la que apunta el refrán "Abrazos y besos no hacen chiquillos, pero allanan el camino"?, o ¿cuál la de "Abre para todos tu boca, pero para pocos tu bolsa" [Cursivas agregadas] ?En todos los casos, nos encontramos latiendo y funcionando en forma subyacente un tercer elemento argumentativo que configura una conclusión distinta de la sugerida por el refrán. En general, en efecto, el juego argumentativo que tiene lugar en la interlocución cotidiana en que se usan los refranes es el resultado de una serie de acuerdos sobre la marcha entre los interlocutores que, bajo una serie de acuerdos lógicos subyacentes al hablar, escapan mediante recursos como el de un simple pero adversativo. [Al pié de página, observa Pérez: "… la conjunción pero: que es considerado un conector de valencia triple, que pero introduciendo la conclusión puede ser sustituido por sin embargo, y que pero introduce siempre elementos argumentativos antiorientados".]
La conjunción "pero" pide… que el interlocutor, para comprender el enunciado, imagine una tercera proposición que, dada la manera de pensar atribuida al hablante en el momento en que habla, estaría justificada por lo que va antes de la conjunción "pero", aunque ello no podrá ser mantenido según se desprende de lo que sigue. En el refrán "Al pasar el río: ¡ay santito mío!, pero ya pasado, santo olvidado", podría ser, por ejemplo, el despliegue de una religiosidad ferviente el resto de la vida que, sin embargo, no tendrá lugar porque la devoción a que se refiere el primer hemistiquio es una devoción de circunstancia. Este tipo de análisis muestra la necesidad de integrar a la descripción lingüística indicaciones de tipo pragmático que determinen, dada una frase, el tipo de búsqueda a efectuar en el interior de la situación del discurso, cuando haya que interpretar cualquiera de estas presencias. [Cursivas agregadas]
Por estos ejemplos se puede conjurar fácilmente… la opinión… de que la pragmática es, por definición, ajena a la lingüística puesto que se ocupa de cosas que se agregan desde "afuera" a las frases de la lengua. […] desde hace casi medio siglo las lingüísticas del texto mostraron en qué medida el hablar es siempre el resultado de la confluencia de la lengua con un sistema igualmente estructurado de entornos, contextos y situaciones, las circunstancias del hablar, en el cual y por el cual aquélla funciona puesto que una lengua de ninguna manera es un simple código. Por ello, el recurso a la situación para interpretar un texto está con frecuencia previsto y regulado por el material lingüístico mismo, […] O como se desprende del caso análogo del refrán "Más padeció Cristo por nosotros" [una variante contemporánea: "Más se perdió en la guerra"] recogido por Rubio, en el que el pronombre "nosotros" parece contener ya, en su significación intrínseca dentro de la competencia lingüística popular, instrucciones para la búsqueda del referente: "nosotros" designa… personas pertenecientes a un grupo del que el hablante declara formar parte. [Cursivas agregadas]
[Al pié de página agrega]: Queda por investigar si estas indicaciones deben ser engendradas por un componente pragmático sobreañadido a un componente semántico independiente, o si este tipo de indicaciones constituyen la descripción semántica misma. Cuando se atribuye a las frases una forma lógica, como hacen los generativistas, se opta por la primera solución; es decir, se admite que hay un nivel fundamental de significación que, en si mismo, no hace referencia a la situación pero que puede ser enriquecido por aportaciones sacadas de ella. Esta selección permite una gran simplificación del componente semántico que produce representaciones muy cercanas a las representaciones formalizadas en los sistemas lógicos, y se encarga al componente pragmático dar cuenta, a título de efectos del sentido, de todo lo que en cada caso se desprende. Se escoge, en cambio, la segunda opción cuando se considera la significación de las frases como la simple indicación de una estrategia para explotar la situación del discurso. Esta idea implica especialmente, dada la infinidad de situaciones posibles, que la significación de una frase supone una tipología de estas situaciones posibles, permitiendo hacerlas entrar en un número finito de categorías: la búsqueda a realizar para interpretar tal o cual ocurrencia particular de la frase debe ser definida por estas categorías generales.
La pragmática… tiene una especial función como herramienta metodológica de la paremiología por el hecho de que… cada refrán tiene un rango contextual dentro del cual es susceptible de desempeñar sus funciones argumentativas. Hay una serie de situaciones en que una cultura considera "correcta" la aplicación de un refrán con funciones argumentativas. Este conjunto de situaciones… son las únicas que, dentro de la competencia discursiva de un hablante nativo, hacen que un refrán determinado brote. Al conjunto de tales situaciones es al que hemos llamado "rango contextual" paremiológico. (Pérez, 2002)
Rango contextual paremiológico y "lengua materna"
Con todo y la universalidad de muchos refranes, es verdaderamente importante considerar el "rango contextual paremiológico". Hace no mucho trabajaba supervisando a una colega, el caso de un adolescente cuyo padre es un hombre narcisista, bastante controlador e impositivo. Remeda gestos y facies a sus hijos y lo ridiculiza provocando la risa de quienes lo observen. Quiere que su hijo primogénito de 17 años, el paciente en cuestión, sea como él desea. Me decía la terapeuta que siente que cuando se entrevistan, porque lo cita periódicamente, él cuestiona la eficiencia del trabajo terapéutico que se viene realizando e investiga qué tanto ella se está alineando a sus expectativas y despliega toda una serie de estrategias para manipularla, incluso tácticas seductoras, para "convencerla" que lo que el quiere es lo que debe de ser, al grado de que, en esa ocasión, sintió culpa cuando el padre se fue, sintió que "traicionó" a su paciente por haberse divertido con las gesticulaciones e imitación que de su propio hijo hace este hombre; no pudo evitar reírse por la habilidad histriónica y burlesca que posee. Que si bien no asume actitudes de golpeador con sus hijos, de hecho si "golpea" con sus "forzamientos coercitivos", expectativas egocentradas, actitudes descalificadoras y ridiculizantes. Su sensación es que resulta imposible darle gusto. En alguna ocasión que, tras una de esas entrevistas, el padre reconoció algo de lo bueno que tiene su hijo y la terapeuta lo trabajó con el joven, a éste se le ocurrió decirle "gracias papá", cuando lo vio más tarde en casa, y el padre le contestó que "gracias de qué…" que a él no tenía que darle las gracias de nada, que él era su padre. Después reflexionábamos con la terapeuta que este hombre me parecía como de cinco o seis generaciones atrás, rígido y autoritario, incapaz de aceptar que su hijo tiene derecho a ser él mismo y a tener un narcisismo propio, que de hecho poco le faltaba para que, en alguna circunstancia lo corriera, o lo hiciese huir de su casa. Me recuerda, de hecho, aquel refrán: "Al que no le guste el fuste y el caballo no le cuadre, que agarre caballo y fuste y vaya a chingar a su madre", probablemente lo asocio porque resulta enojoso, y por dos razones más, la posición de la terapeuta es difícil, en tanto que el padre podría "decidir" que no es ella la terapeuta que su hijo "necesita" y porque si su hijo no se alinea, pues que se vaya a la tiznada. Pero lo chistoso es que la terapeuta, centroamericana de origen, se sintió desconcertada, el refrán le pareció un chiste y no lo entendía. Hubo que explicárselo y situarla en el contexto del México prerrevolucionario, con el estilo absolutista de ejercicio irracional del poder de los hacendados de aquellos tiempos. Quizás es más claro de demostrar ese "rango contextual" en el dicho "Jalisco los produce, México los distribuye y Veracruz los consume", aquí mismo en nuestro país, hay quienes no lo entienden del todo; no digamos ya en otros países aunque sean también de habla hispana.
Pero, regresemos con Herón Pérez:
La pragmática tiene que ver no sólo con el efecto de la situación sobre la palabra, sino con el efecto de la palabra sobre la situación. La mayor parte de nuestros enunciados, al mismo tiempo que dan informaciones sobre el mundo, instauran o pretenden instaurar, entre los participantes en el discurso un tipo particular de relaciones, diferentes según el acto de habla que se lleva a cabo –una orden, un consejo, una pregunta o una amenaza, entre otras cosas- y también según el nivel de discurso escogido, según que el discurso sea deferente, familiar o ritual, por ejemplo.
Cualquier enunciado –y un refrán lo es- impone por lo general una cierta imagen del hablante en el momento en que habla. En una afirmación, por ejemplo, del tipo del refrán declarativo "Ollita que hierve mucho o se quema o se derrama", el hablante puede presentarse como a distancia de lo que dice; esto, en cambio, es incompatible con la enunciación exclamativa.
En la exclamación ["La carne de gata es buena y barata", variante agregada]"¡Ah qué rebonito bagre pa´ tan recochino charco!"… el enunciador aparece completamente comprometido con su propia palabra. Cualquier enunciado impone al destinatario, igualmente, una imagen de sí mismo, atribuyéndole, en el momento de dirigirse a él, tal o cual actitud: un refrán negativo como "Buey que no está en el mercado no es vendido ni comprado" representa al destinatario [como alguien que no está haciendo bien las cosas, que no es congruente con sus intenciones] concibiendo la esperanza de vender su buey aunque no esté en el mercado. (Pérez, 2002) [Cursivas agregadas]
Es decir, saboteándose a sí mismo. En este refrán se puede observar el por qué, en ocasiones, los refranes pueden utilizarse para molestar a otro, pues el que escucha puede sentirse agredido, ya que se le podría aplicar a alguien que no sabe meterse "dentro de la jugada", que no se sabe "vender" o es "tonto" ("buey") para hacerlo. Sabemos, después de todo, que hoy día dada la hegemonía del individualismo y la competencia, todos tenemos que "vendernos", "vender" nuestra personalidad, desarrollar habilidad para promovernos laboral y profesionalmente. En los refranes en los cuales el hablante no se observa comprometido en el discurso, el componente proyectivo es mayor, y, por lo menos en el ejemplo que propone el Dr. Pérez, en el otro refrán en donde el hablante se compromete totalmente, se observa sin detrimento de él mismo o de su autoestima. Es análogo a otro refrán que dice: "¡Ay, madre, qué pan tan duro y yo que ni dientes tengo!".
Retomando al Dr. Pérez, para él ese refrán:
Pone de manifiesto uno de los rasgos de los enunciados paremiológicos: aparte del nivel literal hay un nivel paremiológico que es donde se cumplen los anteriores presupuestos enunciativos.
Un enunciado paremiológico que suponga contenidos presupuestos –en el sentido de que el refrán "Caballo que coge el freno ha dejado de ser bueno" presupone que el caballo en cuestión era bueno- hace como si el destinatario estuviera ya enterado de ello –como si él ya supiera que ese caballo era bueno antes-… (Pérez, 2002) [Cursivas agregadas]
A propósito de la agresividad y la adolescencia
Psicodinámicamente, el significado podría ser transpolado a las actitudes rebeldes de la adolescencia, el adolescente en la búsqueda de una identidad propia se afana en evadir los límites que le significan los controles (freno) y patrones de la generación inmediata anterior. A los adultos nos asusta ese rechazar a ultranza todo lo establecido, porque sabemos de los riesgos que se corren en el proceso. De tal manera que, en este sentido, "el caballo que coge el freno" se libera del control. Considerar que "deja de ser bueno", es decir, que se torna "malo", refleja por un lado el temor de quien necesita sentir que lleva el control para bien y para mal. Porque la concepción "bueno" o "malo" es ideológica y/ o neurótica en el adulto que "necesita" preservar el "control" sobre el adolescente. La simbolización del joven con el caballo, específicamente con el potro, fue, incluso, motivo de inspiración para aquella canción del "Caballo viejo". "El potro da tiempo al tiempo porque le sobra la edad…" y en el sentido del riesgo impulsivo, dice más adelante "Cuando una potra alazana caballo viejo se encuentra, el pecho se le desgrana y no le hace caso a pacenta y no la detienen trancas ni la para un pasa rienda…", es decir "coge el freno".
Un encadenamiento argumentativo del tipo "Cuando yo tenía dinero, / me llamaban Don Tomás; / ahora que no tengo nada, / me llamo Tomás nomás" procede como si el enunciador y el enunciatario estuvieran de acuerdo en que la honra [tal vez no la honra, sino el prestigio y el "valor" social] estuviera irremediablemente ligada al dinero. O como en el caso del refrán "La desgracia es el crisol de la amistad" que procede como si el destinatario estuviera de acuerdo en que la amistad que no pasa la prueba de la desventura no es amistad verdadera. La pragmática se interesa en esta transformación del contexto discursivo en matiz del discurso mismo. [Cursivas agregadas]
Para Anscombre y Ducrot… "un emisor hace argumentación cuando presenta un enunciado (o un conjunto de enunciados) E2 [conclusión]"… equivale a decir que… argumentar es aportar argumentos a favor de una conclusión. Por tanto, en este argumentar no tiene como objetivo demostrar formalmente la validez o la veracidad de una afirmación, como sucede en la argumentación lógica. Se trata simplemente de hacer admitir al interlocutor algo: presentarle algo como si fuera una buena razón para llegar a una conclusión determinada sin importar sus rasgos de validez o veracidad. No se trata… de la lógica clásica, sino del simple persuadir a otro que tiene lugar en el discurso cotidiano en el que, como dice Aristóteles en su Retórica, "todos se esfuerzan en descubrir y sostener un argumento [racionalización e intelectualización] e, igualmente, en defenderse y acusar" [muy clara la coherencia con la proyección psicoanalítica] Con el mismo Aristóteles, el hablante normal sabe distinguir el argumentar las materias sobre las que versa el entimema y las diferencias que tiene con los "silogismos lógicos": distinguir en concreto el argumentar sólo "verosímil" del argumentar "verdadero": en la pragmática paremiológica… nos encontramos en los terrenos de lo verosímil. La justificación de este modo de proceder la da Aristóteles cuando dice: "Corresponde a una misma facultad reconocer lo verdadero de lo verosímil y, por lo demás, los hombres tienden por naturaleza de un modo suficiente a la verdad y la mayor parte de las veces la alcanza. De modo que estar en disposición de discernir sobre lo plausible es propio de quien está en la misma posición respecto a la verdad". (Pérez, 2002)
El refrán es el argumento popular
La argumentación pragmática de que echa mano la Paremiología, está basada en la experiencia y problemática o naturaleza conflictual del ser humano. El hablante tiene, entonces, acaso que plantear su argumentación siguiendo la lógica de los hechos, a manera de "relaciones funcionales". Otra forma de verlo, por ejemplo, empleando la teoría cognitiva de las representaciones (Perner, 1988), sería que por vía de representaciones sucesivas que incluyan al sujeto, el contexto social y una determinada circunstancia, presenta una evolución de hechos que estimula su simbolización. Dentro de los simbolismos compartidos por la humanidad, es decir, símbolos universales, el interlocutor entiende, desde la lógica, la coherencia de esos hechos. Y desde simbolismos propios de la región dentro de una cultura compartida, ocurre una secuencia, que también es lógica, para quienes comparten esa cultura.
La materia, por tanto, de que se ocupan A/D [Anscombre y Ducrot] pertenece al discurso entimemático cuya relación con el argumentar científico de la lógica es sólo indirecta. La teoría de la argumentación de A/D, en efecto, tiene como objeto de estudio el discurso cotidiano, no el discurso científico. [Que, a su vez, nada impide que se estudie científicamente…]:
1. En la argumentación retórica o discursiva para que un enunciado aparezca presentado como argumento no es absolutamente necesario que sea un buen argumento.
2. Un buen argumento lógico [incluso, en ocasiones, transmite una sensación de artificialidad o de falta de continuidad o desprovista de afectividad] no necesariamente lo es en la argumentación retórica o discursiva. Por ejemplo, la secuencia "Filomeno es un genio: sabe altas matemáticas, programación computacional, música e incluso español" es incorrecta desde el punto de vista de la argumentación retórica porque en la secuencia socialmente aceptada de gradación de menos a más en la dificultad de esos aprendizajes, el participio adverbial "incluso", precede al aprendizaje más difícil que, desde luego, entre nosotros no es hablar español. No habría problema si sólo interesara el contenido de los argumentos. […] A/D sostienen la tesis de que en la lengua misma hay condiciones de los enunciados premisa que los orientan hacia determinada conclusión. En concreto, [según ellos] para que un enunciado E1 pueda darse como un argumento a favor de E2, la estructura lingüística de E1 debe satisfacer ciertas condiciones que la hagan apta para constituir, en un discurso, un argumento para E2.
En el anterior ejemplo… es la estructura lingüística y no el contenido [Lo que hace argumentativamente incorrecta a la secuencia] Un hablante conocedor de la jerarquía socialmente asumida en un grupo social hispanohablante como el de nuestro refranero sobre los tipos de conocimiento hubiera esperado una secuencia como: "Filomeno es un genio: sabe español, música, altas matemáticas e incluso programación computacional." El "incluso"… exige una escala argumentativa de menos a más cuyo máximo es precedido por "incluso". Que este tipo de escalas argumentativas aparecen en refranes del hablar mexicano lo muestra este refrán recogido por Rubio: "Hasta pa´pedir limosna hace falta principal" donde "hasta" hace las funciones de "incluso"; y "principal" es, a decir del mismo Rubio, "una corta cantidad de dinero con que se emprende un negocio". [Cursivas agregadas]
Todo ello configura una teoría de la argumentación que tiene principios fundamentales como el de A/D, que dice que la argumentación está en la lengua; o como aquellos otros que se derivan de la contraposición entre la argumentación lógica y la argumentación discursiva o retórica. Como aquel que dice: al contrario de la relación lógica, en la argumentación argumentativa ni en el número de argumentos está predeterminado, ni su acumulación determina la conclusión, ni la conclusión es necesaria, ni es deducida automáticamente de los argumentos; o como este otro: la relación argumentativa de los argumentos a la conclusión puede ser implícita y ser desencadenada por un adverbio o una frase adverbial de enunciación como "decididamente", "definitivamente", o frases adverbiales equivalentes. Y como estos, otros principios del género. (Pérez, 2002)
La argumentación característica de los refranes no es, en efecto, la argumentación silogística clásica. Su lógica obedece a las reglas de la expresión popular de una cultura; más aún, de una región dentro de una cultura dado un contexto o situación. El estudio científico de las formas de expresión regional-culturales, es justamente la propuesta de la paremiología. Y su importancia, como es evidente desde el análisis aplicado, trasciende las expectativas de la investigación clásica de la lengua. Por ejemplo, resulta interesante la universalidad de ciertos contenidos bajo diferentes formas, incluso, de catalogarlas. Los proverbios chinos, con sus matices culturales milenarios lógicos y otra forma de construcciones, en ocasiones, también catalogadas como proverbios, como los refranes y los dichos, aluden a lo mismo, respecto a lo que expresan y sentencian.
Ello deja al paremiólogo la obligación de analizar puntualmente el discurso en el que funcionan refranes en busca de marcadores, operadores y conectores argumentativos. En esta pragmática argumentativa, se suelen llamar marcadores argumentativos los elementos lingüísticos que tienen como función marcar la orientación argumentativa de un enunciado. Se reconocen dos tipos fundamentales de marcadores argumentativos: unos son los operadores argumentativos y otros, los conectores argumentativos. Ambos tienen la función de hacer externamente perceptible un acto de argumentación. Asimismo, se llama operadores argumentativos a los elementos lingüísticos que, en su función de marcadores argumentativos, afectan a un único enunciado. […] dice Victoria Escandell, "un operador argumentativo es un morfema [la más pequeña unidad significativa en la lingüística] que, aplicado a un enunciado, modifica el potencial argumentativo de su contenido".
Por otra parte, se llama conectores argumentativos a los elementos lingüísticos que, en su función de marcadores argumentativos, afectan a dos más enunciados en el seno de una estrategia argumentativa única. […] los conectores [palabras que "conectan" desde la perspectiva del movimiento o continuidad implícitos en el mensaje] argumentativos pueden ser clasificados según su función, su valencia y su orientación argumentativa. La función se refiere a si el elemento introducido por el conector es en la secuencia un argumento o la conclusión. Valencia es el número de elementos, entre argumentos y conclusión, requeridos por un conector. La orientación argumentativa de los elementos enlazados por un conector puede ser la misma o contraria. […] atendiendo a su función, los conectores argumentativos pueden introducir un argumento o una conclusión, puesto que la relación argumentativa conecta los argumentos con la conclusión. Puede tomarse como ejemplo el comportamiento de los conectores "como" y "así que".
Atendiendo a su valencia, hay conectores de dos elementos cuya valencia es 2; y los hay de 3 elementos, en cuyo caso su valencia es tres. Los conectores "como", "así que" y equivalentes, arriba mencionados, son conectores de valencia 2: requieren dos elementos: "Como no sé leer, ni en los letreros me fijo". (Pérez, 2002) [Cursivas agregadas]
Conector: como / argumento (1): no sé leer / conector implícito: así que / no me fijo en los letreros / argumento (1) + conclusión (2) y al mismo tiempo conector + conclusión (2)
Otros conectores… enlazan tres elementos, la conclusión y dos argumentos, bajo la siguiente estructura: Conclusión + Argumento + Conector + Argumento. Por ejemplo: "Me gusta Jacona: es fresca además de pueblerina." Conectores como además, amén de y además, entre otros, pese a que de hecho sólo introducen uno de los dos argumentos, se llaman conectores de valencia 3 porque, amén del argumento que propiamente introducen, requieren tanto del otro argumento como de la conclusión. Esa es la estructura argumentativa, por ejemplo, del refrán "Quien bien atiende bien aprende, si además de oír entiende" [Como maestro le agregaría "Quien bien atiende bien aprende, si además de oír entiende y si no, pregunta" por aquello de que "Ninguna pregunta es tonta, hay tontos que no preguntan": la conclusión del argumento paremiológico "quien bien atiende bien aprende" está apoyada en un doble argumento condicionado "oír" + "entender", donde el signo + hace las veces del conector "además de" según este esquema: Conclusión + Argumento + Conector + Argumento. [Cursivas agregadas]
También es considerado conector de valencia triple la conjunción adversativa pero en enunciados como "es barata pero fea", que aparentemente une dos argumentos que apuntan hacia dos conclusiones distintas, o como en "es muy bonita, pero no la quiero" que une aparentemente un argumento y una conclusión; de hecho en ambos casos hay una conclusión implícita; en ambos casos pero apunta hacia una conclusión: "no la quiero". Pero introduciendo la conclusión puede ser sustituida por sin embargo. En el refrán "Ariles y más ariles, / ariles del carrizal; / me picaron las avispas, / pero me comí el panal" [al pié de pagina, señala Herón Pérez: Cuarteta del son jarocho "Balajú" recogida como refrán por… Max Mendizábal] tenemos el caso de dos enunciados que expresan conclusiones distintas: "me picaron las avispas" orienta hacia una conclusión: por ejemplo "sufrí"; en tanto que el enunciado presidido por pero –"me comí el panal"- orienta hacia otra: "logré lo que quería". [Cursivas agregadas]
Atendiendo a su orientación argumentativa, los conectores pueden ser coorientados, si apuntan hacia la misma dirección argumentativa en el sentido en que favorecen a la misma conclusión; y antiorientados si conducen a conclusiones diferentes. Son coorientados los conectores bivalentes; en el caso de los conectores trivalentes pueden ser de los dos tipos: coorientados y antiorientados. Pero introduce siempre argumentos antiorientados. Hay conectores que sólo pueden usarse en argumentos coorientados. Por ejemplo: "Definitivamente, hoy es mi día: me saqué la lotería, me dieron la medalla al mérito y me han nombrado miembro de la academia". Definitivamente, introduce una conclusión explícita sustentada por una serie de argumentos. En el caso del conector "al final", en cambio, señala argumentos antiorientados cuya conclusión decide precisamente el conector: "He llegado tarde a la institución, pero aún había cosas que hacer, al final no me acomodé".
Otra aportación que puede hacer la pragmática a la paremiología, con la que esperamos contribuir… es la relativa a los o verdades que subyacen a cada refrán y en los que está su vis argumentativa. El viene siendo una especie de acuerdo tácito entre los hablantes de un grupo humano que funciona aunque no se le invoque explícitamente. Este concepto es de suma importancia para la investigación paremiológica, puesto que… los refranes son "verdades" [cursiva agregada] del hablar popular, acuerdos en los que se apoya la argumentación en el diálogo cotidiano.
Por una parte, estas "verdades" conforman el núcleo más íntimo de convicciones de cuantas funcionan en el argumentar cotidiano y, a ese título, forman parte nuclear del patrimonio cultural del pueblo que los ha asumido y, por otra, provenientes de distintas partes y tradiciones culturales, el pueblo en cuestión se ha ido apropiando de estas verdades a fuerza de bruñirlas en su hablar cotidiano como su moneda corriente y, al apropiarse de ellas, hoy son parte central de su cultura. Vengan de donde hayan venido, las verdades que hoy conforman el refranero virtual mexicano son suyas entre otras cosas porque son las verdades de su hablar cotidiano, las verdades, a saber, en que fundamenta como sobre algo seguro sus argumentaciones de cada día y, por ello, porque expresan sus más profundas convicciones.
Partimos aquí del presupuesto de que el hablar popular tiene una serie de características que lo distinguen de otros tipos de habla como el hablar culto… [Por demás importante para el discurso analítico, por ejemplo del obsesivo con preparación académica, que se "protege" o se oculta de lo emocional por vía de la racionalización, intelectualización y parsimonia] Su argumentar es de tipo entimemático… en la medida en que se vale de entimemas, como llama la retórica aristotélica a las formas de argumentación populares cuyas verdades sólo tienen el requisito de la verosimilitud, por una parte [sic], y cuyos silogismos [estructuras de dos premisas y una conclusión] sólo tienen una premisa que en el caso del hablar lapidario popular está constituida por el refrán. El entimema… sólo usa una de las premisas de un silogismo, por una parte, y se basa en probabilidades y signos, por otra. El empleo de silogismos incompletos es… una característica del hablar popular: son más directos y pueden ser retenidos con mayor facilidad. Por lo general, todo discurso demagógico, en el sentido estricto del término, es de tipo entimemático: así el discurso político o el discurso panfletero. [Cursiva agregada] Los refranes… desempeñan… en el discurso popular mexicano el papel de premisa de entimema… que funciona en él como su fundamentación máxima.
El funcionamiento entimemático de los refranes en el hablar cotidiano mexicano tiene varios aspectos, y hoy la Paremiología mexicana ya ha empezado a abordarlos sistemáticamente. La pragmática paremiológica es un tipo de herramienta que, aunque muy útil a la hora de buscar estas verdades subyacentes en el hablar mexicano contemporáneo, es poco usada aún y, desde luego, es una novedad dentro de la actual investigación paremiológica mexicana: los a los que acude la gente del pueblo mexicano cuando argumenta. (Pérez, 2002)
En la teoría psicoanalítica, Freud, desde, prácticamente, su creación, contempló la importancia de las formas populares del discurso. De ahí que se hubiese abocado, en su momento, a la investigación de "El chiste y su relación con lo inconsciente" (1905) Sin embargo, como antes vimos, ya en 1900-1901 con "La interpretación de los sueños" le había otorgado un lugar central al simbolismo, el folklore y los mitos. Los refranes, son construcciones que entran dentro del folklore de las diferentes culturas y son simbolizaciones, de hecho. Para la clínica psicoanalítica, los modismos y regionalismos en el hablar juegan un papel fundamental, al grado de que resulta algo difícil analizar a alguien cuando no se comparte con él la misma cultura de origen. Más difícil cuando es otro idioma y se tiene poco tiempo de haber aprendido la lengua en cuestión. Recuerdo una sesión en que un analista argentino se alarmó cuando alguien le dice a otro algo así: "… y si las cosas no son exactamente como tú quieres, luego ahí estas chingando la madre…" abrió enormes ojos y preguntó "¿Chingando la madre de quién?". Todos nos reímos y le dijimos que era una forma de expresión que significaba la dificultad de dar gusto a otro por una actitud rígida y perfeccionista. Y, bueno, también en Argentina se habla el español. Hace unos 15 años se empezó a escuchar la expresión "hacer panchos". Se la aplica para referir que el que "hace los panchos" está haciendo un lío, berrinche, inventando peros o haciendo un escándalo, a veces, por una tontería. Concretamente, la primera vez que la escuché, fue de una adolescente de 17 años, de un nivel socio-cultural medio bajo, en un grupo de terapia comunitaria en la clínica de la Universidad Intercontinental, narraba que su papá "… armó un escándalo en su casa porque su hermano (de 15 años) había tomado de su loción". Ella llegó cuando estaban en los gritos y cuando se enteró de qué se trataba, le dijo a su padre –con quien se comunicaba bastante libre y espontáneamente- "¿Y por eso tantos pinches panchos?". Esa expresión refleja bastante bien como reaccionaba su padre, en determinado tipo de situaciones, pero también como fluía la comunicación entre ella y él permitiéndole asumir un rol conciliatorio en los conflictos de su casa. Su problema más importante era justamente con su madre, la cuál parecía conflictuarse por la cercanía entre ella y su padre.
Regresando con Herón Pérez, dice:
Partimos del presupuesto, también novedoso en paremiología mexicana, de que cada refrán de los que componen el actual refranero virtual mexicano tiene capacidad sociodiscursiva para desempeñarse como premisa de entimema. Partimos, en suma, del supuesto de que cada refrán o es un tópico retórico o se funda en un tópico retórico. Los tópicos, como se sabe, desempeñan en la retórica antigua el papel de eficaces esquemas argumentativos vacíos que podían ser llenados con los datos de cada caso. Ello nos lleva a la conclusión, aún no explorada por la Paremiología mexicana, de que los refraneros son verdaderas tópicas o almacenes de tópicos en el entramado discursivo de las culturas. [Cursivas agregadas]
De alguna manera podríamos asentar como principio que detrás de cada relación argumentativa hay un subyacente. Anscombre y Ducrot, hablando de los encadenamientos discursivos de pares de segmentos –A y C por ejemplo, de los cuales A se presenta como argumento y C como conclusión-, dicen: "consideramos aceptado […] que estos encadenamientos ponen en juego generalmente un tercer término, un garante, que autoriza el paso de A a C. A este garante de los encadenamientos argumentativos lo llamamos topos. Si bien el término evoca conscientemente el de la retórica, a decir de A/D, el es de un alcance mucho más reducido. Ello no impide que se pueda considerar al refranero como una de las tópicas del hablar cotidiano. […] un ejemplo.
Sea un texto paremiológico, como el archirrefrán "Perro que ladra no muerde", [cursivas agregadas] que funciona, respecto del contexto en que se enclava, como un argumento a favor de la inofensividad. Por lo general los refranes que conforman el refranero mexicano no sólo tienen la estructura de una secuencia argumentativa, que aparece en el hecho, hoy incontrovertible dato de la paremiología, de que una buena parte de las estructuras paremiológicas en que se dan los refranes mexicanos son reductibles al esquema prótasis-apódosis y, por ende, están conformados a la manera de una semiosis cuyo primer miembro hace las veces de un significante, -"Perro que ladra", cuyo significado es el segundo miembro –"no muerde"- Los refranes cifrados en este tipo de estructura son… signos cuyo significante esboza un movimiento argumentativo hacia el significado. No es difícil mostrar que prácticamente todas las estructuras paremiológicas de cuantas componen el refranero mexicano son reductibles a una secuencia argumentativa estructurada según el esquema argumento-conclusión. Desde el punto de vista argumentativo… este refrán tiene la forma de una secuencia argumentativa estructurada en forma de prótasis-apódosis equivalente a "si un perro ladra, no muerde". El hablante… actúa como si su interlocutor aceptara un principio o supuesto general según el cual todo perro que ladra, muerde. El refrán desmiente este supuesto general. El hablante le notifica a su interlocutor que un "perro que ladra no muerde". La novedad del refrán, argumentativamente hablando, es que, sin embargo, contradice ese principio general supuesto y que sustenta la argumentación del discurso, en este caso como referente, el del habla popular que le subyace. El refrán… supone y contradice el principio no sólo de que un "perro que ladra muerde" sino que mientras más ladra, más peligroso es tanto que más muerde. El tópico que le sirve de referente, sin embargo, va en sentido contrario: "la agresividad es síntoma de miedo" y, por tanto el ladrar funciona como una cortina de humo para ocultar lo contrario de lo que ostenta. El subyacente al refrán es… que un perro mientras más ladra más muerde… Si… según la propuesta pragmática de Anscombre y Ducrot, un es una regla o principio general que se supone aceptado por el sentido común, y que tiene un carácter gradual puesto que está estructurado en forma de una correspondencia de dos magnitudes escalares, esta búsqueda de lo supuesto argumentativo nos permite apreciar el suelo firme que da firmeza a nuestras argumentaciones. Nos encontramos… con dos niveles tópicos: uno más superficial, el ?argumentativo, y otro más profundo, el tópico, análogo al de la retórica aristotélica, que a la manera de un formato de argumento alberga una convicción profunda de la cual el refrán es sólo un caso. El tópico en el cual se sustentan ambos del refrán "Perro que ladra, no muerde"… sostiene que la agresividad es síntoma del miedo. En ese tópico fincan sus respectivos refranes como "Dime de qué presumes y te diré de que careces", "El valiente vive hasta que el cobarde quiere", "Las apariencias engañan", "No es el león como lo pintan", "No todo lo que brilla es oro", "El hábito no hace al monje", [cursivas agregadas] y otros cuyo sentido paremiológico tiene como rasgo concluyente la contraposición de la apariencia con la realidad.?
[Observa Herón Pérez que] Este refranero… está orientado hacia el hablar, quiere ser una herramienta de trabajo que permita buscar los tópicos, y los son aceptados por los hablantes que los asumen. He aquí algunos de los [significados] que subyacen a nuestros refranes y una de las maneras de formularlos [agregaré otra de corte interpersonal-analítico]:
Donde manda el caporal, no gobiernan los vaqueros. El poder no se comparte> [el que tiene el poder, lo tiene mientras lo asume]
Sólo el que ha muerto sabe de responsos. La experiencia es la única fuente de saber> [la vivencia es el mayor respaldo de la experiencia, sabe de las consecuencias quien les ha dado la cara]
Pa´los toros del Jaral, los caballos de allí mesmo. ? [amor con amor se paga y el odio engendra odio, para un cabrón, cabrón y medio]
A las mujeres y a los charcos no hay que andarles con rodeos. Hay que enfrentar las cosas como son> [los rodeos reflejan dudas y temores, cosa que a las mujeres no les gusta de un pretendiente]
A comer y a misa rezada, a la primera llamada. Las cosas importantes y rápidas no hay que hacerlas esperar> [lo primero es lo primero y por lo primero se empieza, aunque empezar siempre cuesta más trabajo, todos los comienzos son difíciles; el trabajo es comenzar]
Con amor y aguardiente, nada se siente. El amor y la borrachera todo lo hacen llevadero> [enamorarse y emborracharse distorsionan la consciencia]
De que la perra es brava, hasta a los de casa muerde. La violencia no hace excepciones> [la falla en el control de los impulsos determina la personalidad; el que no controla su agresividad, no la controla ante nadie] [cursivas agregadas] (Pérez, 2002)
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Vanier, A. (1999) Lacan. Madrid: Alianza editorial.
Autor:
Fernando Romero
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