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La Barbarie Doctrinal de Gobierno

Enviado por Alberto JIMÉNEZ URE


Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7
Monografía destacada
  1. Pórtico
  2. Desfloración
  3. Pensamiento Único, Conducta Hegemónica, Humillación sin Protesta
  4. Fenomenología de la Libertad
  5. Apologetas del autoritarismo
  6. ¿Qué es el Totalitarismo?
  7. El Terrorismo, su especificidad
  8. ¿Puede ser legítima la violencia?
  9. La mendicidad institucionalizada en regímenes totalitarios
  10. Nuestros Humanos e Inmutables Derechos
  11. Segunda, tercera, cuarta […] Naturaleza Humana
  12. Agenda del Despotismo
  13. El Poder y sus perversiones
  14. El «Racismo», «Segregación» y «Genocidio» post modernos
  15. «Fábrica de Pobres»
  16. La distorsión conceptual del vocablo «Burguesía»
  17. La sempiterna y manipulada plebe
  18. La Arbitrariedad de Comandancia
  19. «Dignidad» de «Patriarca» y «Patraña» de Corrupto Ultimomundano
  20. La provecta y fatídica «alienación»
  21. ¿Quién es un «esclarecido»?
  22. El psicogénico «Hombre Nuevo»
  23. La «Carta Magna» de la Inhumanidad
  24. ¿La tropa es pacífica pero está armada para intimidar?
  25. Los «tiranocacas» al mando no conforman un «Estado Bueno» ni su antítesis
  26. «Derechos Humanos» son el «Magma» de la Humanidad
  27. El codiciado (billeverde) «prócerimpreso imperial»
  28. La «Soberanía» no tiene residencia
  29. Elige, luego tendrás peligrosos enemigos al mando
  30. Alteración de los sentidos mediante el «Situado»
  31. Institucionalidad Universitaria sin «majadería revolucionaria»
  32. Compendio Latinoamericano de Iniquidades
  33. Cuando la «Razón Inmutable» oficia en las postrimerías de la existencia
  34. ¿Es el «Estado» de la «Nación»?
  35. Una «Carta Democrática» para su premeditada violación
  36. El portentoso y premonitorio «pensamiento rangeliano»
  37. Imaginemos un mundo sin «ira» ni «armas letales»
  38. Notificación de «Fallecimiento del Mundo»
  39. El «Ser Reaccionario»
  40. Confeso de escribir sin «sacramentos»
  41. Los de tez menos oscura en la mira de la «Inquisición Revolucionaria»
  42. La «muerte» es el único legado de los «magnates»
  43. La aversión ciudadana hacia toda forma de exarca o férula
  44. El sector suicida y falaciego del Vulgo
  45. La «Violencia» es instrumento de la Contracultura Humanística
  46. El «califato» de gobernantes espurios
  47. El Síndrome de «Inmuno Resistencia Intelectual Asumida»
  48. El «mandante», su «mandato» y el «mandatario»
  49. El perverso culto a la «criminalidad» y la sanción moral a la víctima
  50. En el «Estado Social» la Justicia declina
  51. «Dignidad» de «Jeque», «Monarca» o Reptilsaurio
  52. Proyecto de «Ley Universal para la Educación Superior» (PLUPES)
  53. «Cometer Literatura»
  54. El Despotismo
  55. ¿Es la Propiedad un robo?
  56. Proyecto de «Carta Magna» para el Mundo (PCMPM)
  57. El espurio nacimiento de la (¿«universalidad»?) Universidad que ya «supura»
  58. Los «Inaptos» y los (¿pranes?) «pravos»
  59. Espejismos de «triunfos» y «derrotas»
  60. El «falo», «la basura» y los «recursos fiscales» como armas políticas
  61. Miseria de la «Justicia Mercenaria»
  62. La extorsiva y transnacional «diplomafia ultimomundana»
  63. El «secesionismo» para retomar la «soberanía»
  64. La «institucionalización» de las «Masacres de Penitenciarías»
  65. La «desacatada constitucionalidad» en Ultimomundano
  66. La infortunada inmutabilidad del «contexto internacional»
  67. El «Cáliz Sagrado» del Priorato Despótico
  68. El drama de la Historia y los «historiadores»
  69. Tedeum para «canallas difuntos»
  70. Sociedad del Crimen con Petrodólares Organizada (SCPO)
  71. La Libertad jamás será «inhumada»
  72. ¿Es innata la ovación ultimomundana a los «actos vandálicos»?
  73. Comunitarismo
  74. Imprecar a la intelectualidad proclive al «Poder Hegemónico»
  75. La nada «difusa» y «corrupta» Oligarquía Revolucionaria
  76. ¿Por qué es «fascista» la «Siniestra del Siglo XXI»?
  77. La «férula» de «letales» y «enemigos de la Inteligencia»
  78. La tragedia revolución [«arca»] aria de esputar sobre las «leyes»
  79. El «ADN» de la «traición, corrupción y abuso de autoridad»
  80. El ridículo culto a pre-fabricados y «supremos comandantes»
  81. Sobre la «Institucionalidad Reaccionaria, Vandálica y Pendenciera»
  82. Ciudadanos en « [k]armas» para la defensa de «sátrapas»
  83. El «Discurso sin Lógica y Hostil Contra-universitario»
  84. Entre «comandantes en jefe» y prefabricados «líderes supremos» o «históricos», elijo a Simón Bolívar
  85. Contra la aplicación del terror y el crimen de funcionariado de gobierno
  86. La legitimación nacional e internacional de criminales al mando
  87. Vivimos amenazados por parias que jamás patriotas al mando
  88. A favor del cierre de la Organización de Estados Cómplices (OEC)
  89. Supremacía del Dólar Doctrinalmente Investido de «Socialista»
  90. El Dictador de Ultimomundano
  91. Convidados para ser imputados por la dictadura
  92. El abominable «Derecho al Ultraje de Funcionariado»
  93. El Factor «Juris Pendencia» santificado por ex constituyentes que conspiran para cometer con Juezas y Jueces
  94. Revolución: su «etimología», «tretas de juego» y «caradura del prontuariado»
  95. Organigrama de la Dictadura de Bufonariado
  96. La «Metodología del Montaje, Siembra y Simulación de Hechos Punibles»
  97. Solicito al TSJ «Orden de Captura y Enjuiciamiento» al Bufo[Funcio]nariado] Mayor Cívico-Militar
  98. El «Efecto Tyrannumcacare»
  99. La «libre determinación de gobernantes bárbaros»
  100. Notas

«Pese a que millones de seres Inclinan la cerviz frente al Tirano, en fatuo intento por preservar sus vidas y mendrugos que el maledicente reparte, la Libertad siempre irgue e ilumina»

«Es un barco ebrio que, hacia ningún puerto, navega: pero, se dice que, no obstante nuestra ausencia, el mundo permanecerá. Sostengo que nada es fuera de la existencia inteligible»

«A la Revolución toda forma de iniquidad es idéntica»

«Esa infamia que jamás emancipa y no cesa»

«Cuando al Crimen maquillan como Acto Emancipador, en palco no tiene por qué mantenerse el Juicio»

«A ninguna persona civil sorprenda cuando los congregados en la ignorancia de este impenitente mundo incriminen a los intelectuales y absuelvan a sus enemigos naturales, esos que rinden culto a la Violencia Doctrinaria e irrespetan los Fundamentales e Inmutables Derechos de Humanos difuminándolos en efemérides y paradas castrenses»

«No se requiere que alguien sea sesudo para que distancie de las cortes a los escritores, poetas, artistas y comunicadores sociales en general mientras invalide a magistrados que -en concierto- delinquen»

«No tenemos magistrados en los tribunales, sino a pravus en despachos judiciales que agavillados ejercen el Terrorismo»

«Cuando se platica con intenciones de abolir la discordia, se espera que quien ejerce abusiva y con perversidad el mando enmiende sus actos y se aparte de la Doctrina Criminal de Gobierno. Es una exigencia irrestricta que la autoridad ilegitimada a causa de sus abusos y por haber infligido inconmensurable daño a una nación se aparte de la violencia capitulándola»

(Alberto JIMÉNEZ URE/ Mérida, Venezuela, Mayo 20 de 2014)

edu.red

Pórtico

«Providentia idem esse philosophus»/«Nihil in Mater (Humanitas) Conscientia protervus est»/«Ille intellectualis pugna non mortis similis» (AJU)

(Década de los Años 70/S.XX).- Me residenciaba en Mérida e iniciaba labores en la Universidad de Los Andes cuando, de súbito, tuve que resistir las arremetidas de numerosos intelectuales y profesores que elevaban ante las autoridades universitarias sus «exigencias de materializar mi destitución» (algo que jamás satisfarían por tratarse de peticiones ilícitas y violatorias de mis Derechos Civiles y Políticos). Les enfurecía que yo, en textos editorialistas publicados en los diarios El Nacional, El Universal y otros del país, enfrentara regímenes («socialistas») comunistas que ya habían hecho demasiado daño en el Mundo: mediante la perversión del concepto de Justicia, el desacato de nuestros Inalienables y Humanos Derechos, escupitajos a las constituciones y leyes de los países donde se instauraron. Dictadura en curso, la casi totalidad de aquellos docentes me ha expresado «que tuve la razón». Pero, ya es tarde porque la aberración de las conductas políticas materializadas en regímenes («socialistas») despóticos ha peligrosamente corroído las estructuras e institucionalidad que mantenían en pie nuestra república. Aparte de alienar los sentidos de millones de seres, a los cuales se les ha «intelectualmente castrado» para que acepten las infamias y crímenes de quienes gobiernan. Hace cuarenta años estuve solo, empero no me rendí. Hoy tampoco lo hago y (mientras viva) jamás inclinaré mi cerviz ante forajidos. Nunca seré derrotado por nadie, ni necesitaré «poder político» para ejercer mi libertad.

Ulterior al nefasto «indulto» conferido por un (ahora muerto Presidente) a un grupo de militares golpistas (cuyo líder también está en «situación de difunto»), el 20 de Abril de 1994 publiqué unas declaraciones mías (en el diario Correo de Los Andes) mediante las cuales vaticiné que los venezolanos «pagaríamos caro» ese insólito e inmerecido perdón, que condenaría a Venezuela a sufrir una tragedia que lenta y dolorosamente llega a su fin. Por esa causa, tuve que experimentar innumerables amenazas de toda índole: una de las cuales incluía que colocarían una «bomba» en el «Edificio Central del Rectorado» de la Universidad de Los Andes si yo proseguía en funciones laborales en la «Oficina de Prensa Institucional». En otras mencionaban a mis hijas diciéndome que las secuestrarían y violarían si yo insistía en publicar cuestionamientos a regímenes tiránicos que ellos defendían y calificaban (todavía lo hacen) como «revolucionarios».

No temí por mi vida, sino por la de mis hijas y les exhorté que me asesinaran cuando no estuviese con ninguna de ellas (en esa época eran unas infantes). Para tal fin, les informé en artículos de prensa cuál era mi rutina diaria para que «me dieran caza» cuando no estuviesen mis amadas niñas conmigo. Por todo lo expuesto, no soy el único que ilegitima el «ejercicio del mando» por parte de esa «transnacional casta de sediciosos y corrompidos sujetos» que instauraría el Crimen Político Organizado en Latinoamérica para desgracia de la Humanidad

(AJU/Mérida, Venezuela, mediodía del 14 de Abril de 2013)

(I)

Desfloración

«Nada es más inmanente a la Filosofía que la Escritura, porque sólo mediante su praxis trasciende al Ser: dando forma a la Razón Inmutable»

Si los propulsores del inefable «Comunismo» [o «Socialismo», de cualesquiera de los siglos] y también de la hipócrita «Democracia» se instruyeran, o se informaran antes de emprender «adoctrinamientos» que violan los Derechos Humanos, desistirían de maquillar los elementos básicos de la Filosofía del Despotismo: ideas que se han mantenido inmutables durante más de dos mil años, para brutalmente desflorar la Buena Voluntad del Ser Humano y derramarla en pocilgas.

Platón [filósofo griego nacido en Atenas, 428-347 o 348 a. de. C.], el más celebrado de los discípulos del famoso Sócrates, sostenía en su tiempo «que todo gobierno debe fundamentarse en la convicción y no en la fuerza». Estuvo persuadido de cuanto transcribo: «En todo Estado Libre la ley es soberana y no el gobernante». Lo admito: entre sus provectísimas ideas de Magister Inexorabilis, una de sus tesis me persuade de la inmortalidad de la Filosofía: «La riqueza es una perniciosa influencia para todo gobierno»

La evidencia impulsa mi dictado: -En la actualidad, la lucha por la perpetuación de los individuos en el Poder del Mando Político no es cosa diferente al público sonido del [lavado] procerimpreso imperial dominante. Sustancia y razón de ser de todo cuanto implica lucha política por la instauración de gobiernos, a los cuales no importa cómo se les defina: «comunistas» «socialistas» o «democráticos» [incluyo sus neo o post, decadentes o ultramodernos]. Ningún gobierno puede mantenerse sin la provisión de riquezas que, al ser obtenidas, sólo postergan infaustamente su extinción.

La Historia Antigua y la ulterior a la Era Cristiana lo registran sin aspavientos: la riqueza en manos mujeres u hombres al mando ha sido perniciosa. Si alguien me refutase y dijera que hubo [hay] excepciones, en descargo de mi aparencial «culpabilidad», le diría tozudamente: «Nadie que no sea infectoambicioso lucha por el Poder del Mando Político»

Y esa lucha está plagada de abominaciones: es [será] cruenta, «armada» y traicionera. Aun aquella oculta bajo el ropaje del «sufragio [caricaturescamente, in facie ecclesia, sentencio] universal y secreto». Durante la Era de los Sistemas Computarizados, de La Multimedia, Satelitales, Inalámbricos y de investigaciones en el Campo Científico de la Física Cuántica que experimentamos, nada permanece oculto más de un segundo luego de su advenimiento a la mente y posterior transmisión.

Gracias a los avances científicos y tecnológicos, el Ser «Humano» ha cambiado su entorno físico: ello es irrefutable, pero su propensión a delinquir permanecerá férrea.

Los monarcas de la Antigüedad se desplazaban de un lugar a otro mediante vehículos movidos por esclavos o caballos. Hoy lo hacen en máquinas de rodamiento terrestre, velocísimas aeronaves, submarinos o buques portaviones y […]

Se comunica instantánea y eficientemente tras el empleo de ingeniosos aparatos. Pero, quiere merecer el Poder del Mando Político para enriquecerse o aumentar su fortuna, para la consecución [mediante fraudulentos edictos] de «impunidad», «inmunidad» y reputación frente a la mayoría de quienes conforman las sociedades organizadas. Su anhelo de mando no cambia, ni su convicción criminal para usurparlo de la forma más diligente con torcidos propósitos de disfrute personal o tribal.

(II)

Pensamiento Único, Conducta Hegemónica, Humillación sin Protesta

«Cuando alguien te ruegue le permitas administrar los recursos que son de nacionales como tú, es decir, de la Nación, indaga primero en qué consiste el método que secretamente ha urdido para exterminarte»

He aquí nosotros, mujeres y hombres «sabios» frente a otras especies de animales: portentosos en la estupidez, la sumisión y el acatamiento ciego de ideas u órdenes sin pasarlas por el «antivirus» de la Razón Inmutable. Alguien escudado en ajenas armas letales [son, antropomórficamente, de Estado] o la «santificación» de un Vulgo incorregible e iletrado, ese cuyos días tendrán su fin como lo harán los míos, pretende alienar mi Conciencia tras el empleo de una propaganda intimidatoria o cuando exhibe sus más avanzados –en letalidad- «juguetes de guerra» que serían empleados sin capitulación ni piedad contra los indefensos que rehusemos ser vejados.

Nosotros, los auténticos hombres y mujeres nuevos [entendimos que nuestros antepasados abultaron la Historia Mundial de Atrocidades], sólo tendríamos en nuestra defensa el Intelecto y la Voluntad de Resistencia Pacífica cada vez que las armas letales irrumpan.

Discusiones viejas, ya milenarias, discordias igual enmohecidas de irracionalidad. «Pensamiento Único», «Conducta Hegemónica», «Humillación sin Protesta»: -Acaso, ¿convocan, lícitamente, a la Mujer u Hombre «nuevos» esos escabrosos conceptos? Similar a un anticuado pagaré, «sin protesto» indago e invoco a las inteligencias superiores: ¿debemos aceptar que se violen nuestros Universales e Inalienables Derechos Humanos?

Ni una exterminadora hecatombe convertiría en «único» a un hipotético y equis [distante] Hombre porque, sin interlocutores, sin prójimo, jamás sería tal circunstancia. No trascendería. No existiría más allá de su [lastimosa] agónica presencia. La complejidad de los cerebros atenta contra el concepto de lo «único» o «idéntico». Ello aun cuando esa Inteligencia pudiese impulsarnos, esta vez a todos, hacia la consecución e instauración de una sólida Justicia Social. Que tendría sentido si elevase las condiciones de vida de los moradores del mundo, a partir de la admisión de lo que es la verdadera Justicia Natural y no la que infiere el filósofo Calicles aludido por el gran Platón: «-Que la Justicia Natural es el derecho del más fuerte y la Justicia Legal la barrera establecida por la multitud de los débiles para salvarse»

Ni el más «fuerte», más «inteligente», quien tiene la piel «mestiza», ni el «trigueño», tampoco el que procede de una casta económica y políticamente poderosa o la persona de tez blanca o negra «pura»: nada precede o procede a la Justicia Natural que no sea el ejercicio de la Razón Inmutable. Que sea la psique la que discierna, jamás el color de los plumajes de los individuos: su cultura, costumbres o [manteo] ropaje religioso. Si los padecimientos, necesidades, el Amor, la alegría y la Muerte siempre uniforman a todos los individuos separados por trincheras, ¿qué tan utópico puede ser propugnar el imperio de la Justicia Natural entre los seres «racionales»?

La disidencia es la rebelión develadora del adusto sitiado, que forzosamente obstruye la acción onanista del tirano. Que lo es, un hombre propenso a masturbarse, porque si le rinden culto a su personalidad sólo se debe a que constantemente intimida Al [la] Otro [a], Su Gobernado [a], El [La] Temeroso [a] e Indefenso [a]. Sabe que nadie satisfaría sus deseos si no asomase su pertrecho bélico. Es el déspota, mediante sus adhesos con formación filosófica, quien propaga, sin circunloquios, el «Pensamiento Único», «Conducta Hegemónica», «Humillación sin Protesta» de los ciudadanos que padecen su mando.

(III)

Fenomenología de la Libertad

«Cuando vi y escuché a ciertos individuos de dudosa reputación decir que se habían dado el propósito de luchar por nuestra Libertad, yo me sentí ofendido: porque nadie tendrá, legítimamente, la potestad de quitar o recuperar algo que es inconfiscable a los individuos en tanto que humanos»

Reflexionaré respecto a la Fenomenología de la Libertad, sin prescindir de la advertencia que enuncio: los métodos empleados por los «ideólogos» [y «teólogos» también] del Despotismo responden a una lesiva intencionalidad, que jamás a trascendentalismos rebuscados de profetas. Nada que de la Razón proceda es empírico: si intuitivo y sólo las experiencias [adversidades, hechos, obstáculos] pueden precipitarnos deducciones lógicas. La Libertad no tiene distintas percepciones, es, llanamente, un concepto puro. No somos libres «en tanto que [suspensivos]».

Seremos realmente libres cuando nadie [mortal o «metafísico»] imponga restricciones a nuestros pensamientos, ideas, invenciones, deseos, afectos, propósitos, anhelos, necesidades, creencias, metas, comuniones y tránsito. Ni aun a nuestras «acciones», que, ciertamente, pudieran generar perjuicios. Por ello [las «acciones»] requieren de límites, reglamentos o interdictos siempre que socaven la Libertad de los demás. Se trata de una Ley Lógica Pura que no admite el desacato o indolencia en el campus del Entendimiento Humano.

El Poder del Mando no es el «tributo» espontáneo o forzoso que algunos hombres deciden pagarle a uno o más ciudadanos, sino una atribución administrativa de corte concesional. Se confiere. Se le otorga al más apto en las comunidades organizadas, sin carácter metafísico. El o los gobernantes no son más que parte del funcionariado necesario, figura de elemental organigrama en cualesquiera institución [familiar, política, cultural, comunal, empresarial privada o pública, judicial, educativa].

Se le confiere el Poder del Mando a determinada persona para que administre los recursos y la Justicia eternamente ajenos, para que sea Ductor. Para impartir, invertir y construir en beneficio de la colectividad. El Poder del Mando no es «arancelario» ni «sucesional».

Causa de querella y crimen es la presunción según la cual quien gobierna despóticamente lo hace porque, tras una providencial «metamorfosis», se ha convertido en el Estado. En un concepto impoluto e ininterpelable.

No son los ciudadanos organizados ni sus instituciones políticas [de las que conforman necesaria membresía] los que le confieren la responsabilidad de un mando de canallesco estilo al sorpresivamente devenido en tirano. Ya el individuo no es un accesorio, como lo fue el esclavo durante el Reinado de la Infamia en el mundo, sino figura patronal de la Civilización con funciones de gendarme y administrador de la Riqueza Pública y leyes para la Convivencia Pacífica, Prosperidad y Justicia.

La Libertad es una Fenomenología. No tiene que bogarse, sino hacerse respetar. No se pondera en tribunales, se ejerce. Es [inmanencia, savia] cualidad de seres pensantes, un Atributo Lógico, Necesario y Puro que, después de [profusa] tanta diseminación de muertes a causa de las guerras, se le dio, en convenciones mundiales, el estatus de Derecho Humano Inalienable. No es libre quien no quiere serlo, como no contrae matrimonio aquel reacio a firmar una tregua con la Mujer u Hombre que lo hostiga cada noche en una alcoba. La indiferencia ante la Libertad no exime a los individuos de su arrogación. Nuestra Libertad nunca será abolida, empero pudiera quedar [absorta] suspendida tras el sonido de los pertrechos de la logística militar y las danzas marciales, tras el secuestro de las Armas Ajenas para la Seguridad y Defensa del Ciudadano y la Nación.

(IV)

Apologetas del autoritarismo

«No conozco un muerto al cual no se le llame muerto, ni un imbécil que lo exhume y no lo haga para suplirlo en su sepultura mientras los herejes lo idolatran»

Inquiere mi lector si realmente existen intelectuales que sean apologistas del Autoritarismo. Fue, también, para mi, alguna vez, una indagatoria dolorosa. Es cierto: pululan, diría [Yo]. Y no se trata de pose de irreverencia ridícula, al pésimo estilo de la iconoclasia de claustrofalaz. Se han propagado en el mundo, sin pudicia, sin demarcar su formación filosófica, histórica o literaria, por ejemplo, separándose de los criminales lesivos a la Humanidad o quienes acometen lo que conocemos como «Crímenes de Estado» [que no del Estado, advierto contra la pandemia antropomórfica que nos vuelve impíos frente al Concilio de la Sabiduría]. Son arrogantes y confesos bajo palangre. Pareciera que se instruyeran en pro del disfrute del delito mientras les remuneran sus aseveraciones de prevaricato, y hasta piden prestado a la Filosofía el maravilloso cinismo o Mayéutica para expresar su defensa del Despotismo.

El tirano necesita de los intelectuales, algunos, aclaro, para bien pagarles que lo adulen y muestren, similar al «Mesías», que sin bienes de fortuna logró nada ficticias adhesiones que han perdurado por más de dos milenios. Pero, finalmente, no los respeta, como tampoco al Pueblo que tiene un tácito pacto con él para postergar el inevitable advenimiento de la «Retaliación»: la «Venganza», para mostrarme más exacto. Cristo [Jesús, Él] mereció el apodo de El Mesías, porque sí fue [lícito] regio su enfrentamiento con los monarcas y su hermosa predicación plagada de mensajes espiritualistas y elevados sentimientos.

Que todo dispendio y asesinato se justifica, afirman esos celestinos, en post de la urgencia de exportar la «Cenicienta Revolución» para que todos los [las] miserables de los confines del planeta experimenten euforia sintiéndose hombres y mujeres nuevos frente a las envidiables, [des]arrolladas e imperiales naciones: siempre preteridas, inexcusables.

Los pobres alcanzarían la «Mayor Suma de Felicidad Imaginable» cuando sus conciencias se sacudan su Yo Paupérrimo, su simulacro de «dignidad» implícita en su renuncia «revolucionaria» a los placeres y el confort que el procerimpreso –preciso admitirlo, imperial- compra a los jefaturales de su adoctrinamiento.

Hace tiempo que Jean Paul Sartre [1905-1980], sabiamente, escribiría lo siguiente sobre lo que llamó Plano Irreflexivo: «Lo mismo que puedo pensar una silla en ausencia de toda silla y por un simple concepto, lo mismo puedo pensar al Yo en su ausencia […] El Yo, al caer del Plano Reflexivo al Irreflexivo, no se vacía simplemente. Se degrada: pierde su intimidad» [Leer La Trascendencia del Ego, Ediciones Calden. Argentina, 1968, p.p. 64-65]

El borrego de la Revolución [fervorosa y alevosamente] Armada, tarifado o no, intelectual o billebastardo, sufraga y legitima con su voto o su adecuación al [crimen] Despotismo de formato Luisquintiniano [indaguen: entre 986-987 gobernó y El Estado fue Él], el capitán supremo de la violación incesante de los Universales Derechos Humanos y Delitos a la Humanidad Lesivos. Que me desmientan si no tiene vigencia lo que musitaba Trasímaco, un apologeta de la tiranía en días platonianos: «La Justicia no es sino el interés de los más fuertes»

El incondicional acatamiento de las órdenes bárbaras que el «Comandante Supremo» del Rebaño «Revolucionario» dicte en [desquiciados y obcecados] discursos públicos de malacrianza, lo que oficie, instigue delictivamente de modo improvisado o súbito, comporta e impele explícitas y penales responsabilidades por parte del falaz destinatario: es complicidad en «grado de tentativa» para quienes, aparte de corresponder con actos las órdenes, rinden infame culto a la personalidad criminal de quien los conduce.

Las abominaciones que de su impune [vejador] líder «Revolucionario» calle y consagre mediante la reverencia ruin, otro [purulento] status jurídico alcanza. Gobernante y súbditos: ni son «revolucionarios», ni «legítimos», ni «humanistas». Nadie, cuyo naturaleza sea humana, podrá, jamás, ser un «Revolucionario». Porque la ejecución consciente o aplicación [cuando forzosamente busca destruir pensamientos, hábitos y creencias] de tan explícita desviación o [atentado criminal] agravio a La Inteligencia Inmutable es la materialización de un megadelito. Por ello, sin ambages, me declaro Crítico Forense del Concepto Insepulto de la Revolución.

(V)

¿Qué es el Totalitarismo?

«Nunca son sesudos, empero, con el peso de sus botas encima de tu espinazo, te obligan a inclinar tu cerviz y con sus escupefuegos te apuntan en la nuca para presumir que Éllos tienen la última palabra y tú el último suspiro»

La necesidad en los seres humanos primitivos de un Ductor Benévolo y Supremo, de una «deidad», precipitó el surgimiento de los «profetas» [nada distintos a los hacedores de ficciones de todos los tiempos] que aseveraban haber sido escogidos por determinada «divinidad» para transmitirle a su prójimo mensajes «santos». A esos personajes de la imaginación desesperanzada y trasnochada de hombres inteligentes, pero no de mentalidad científica [que difícilmente pudieron admitir la existencia de una disciplina llamada Lógica] se les denominó «dioses». Al individuo común se le confiscó la racionalidad mediante la promulgación de las providencias de seres intangibles y proce[ascen]dencia imaginarias, impalpables e irrefutables que dictaban a los profetas sus indiscutibles mandamientos de catequesis. Fue un eficientísimo triunfo de la Propaganda, tan vetusta, instrumento de la manipulación. Cada organización tribal [durante el alba de la Civilización] y cada sociedad [asombrosa] embrionaria de la «modernidad» [gracias a la invención de la Escritura, iniciada en la Ilustración Embrionaria] se avocó a la enseñanza de normas morales para conducirse.

La omnisciencia y omnipresencia de [Pater Punitor] Dios propició, simultáneamente, la aparición de sus deicidas o asesinos a quienes les tentaba ejercer –igual que el omnisapiente- el poder absoluto sobre los demás. El parto del Totalitarismo es la cruenta historia de un deicidio.

Lo que Deus quiso se acatara sin violencia, los deicidas empezaron a imponer con su brazo armado. Insólito presumir que los hombres se dieran la tarea de fabricar objetos letales con fines de preservación y no destructivos, porque los propósitos pacíficos de las armas jamás podrían adquirir la ingenua exculpación. Las armas letales son la extralimitación criminalmente dolosa de la intencionalidad persuasiva.

Los propulsores del Totalitarismo desfloraron los mandamientos supremos de la Deidad de cada agrupación humana pacíficamente organizada. Cuando no existían las instituciones de Nuestra Realidad y Tiempo, «moderno» o «postmoderno», no importa bajo mi convencimiento según el cual el futuro es el «presente perpetuo». Los [mortales] individuos nunca mereceremos conferirnos, unos a otros, según las necesidades y pulsiones o acaecimientos políticos, el título de dignatarios.

Los hombres de otros días escucharon a sus sabios, sacerdotes o ancianos [que representaron la Institucionalidad, esa, la Iniciática, la Inmutable]. Rescatemos hoy sus legados e impidamos que nos conduzcan por la falsificada sabiduría de los representantes de las instituciones estatales de la «post o modernidad» [poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial], porque no puede una Conciencia Libre doblegar su albedrío a los caprichos, abominaciones o avidez de servidumbre y riquezas del [por sufragio caricaturesco o enmascarado] usurpador que intima e intimida a los ciudadanos apacibles y que fachudamente pretende perpetuarse en funciones de mando.

Para el totalitarista [o despótico] las ideas terroristas son el brazo ejecutor que lo sostiene en el Poder del Mando Político. No concibe una forma no agresiva de actuar frente a sus timados, porque tampoco es compatible que los ciudadanos [l]amen a quien padecen.

El Totalitarismo se caracteriza por santificar, con edictos inmorales, la impenitente intervención del máximo funcionario de república en los asuntos de Estado para imponer sin resquicio de capitulación su [delictiva] sediciosa voluntad. Los conceptos de Totalitarismo, Terrorismo, Impiedad y Crimen jamás dejarán de copular o fornicar en promiscua efeméride. Apareamiento insalubre que esparce ruina y muerte, genocidio, persecución, confinamiento y tortura en las sociedades.

(VI)

El Terrorismo, su especificidad

«Si bajo el amparo de las leyes pretendieres enfrentar al bárbaro que anuncia lo que él denomina tu ajusticiamiento, y el de tus seres amados, tendrías que prepararte para tu sepelio y los de tus familiares o para abatirlo primero: porque, ninguna norma impedirá que los elimine y les sobreviva impune. Mientras se pudra en una fosa, no pesaría sobre tu existencia el agradecimiento de los inocentes e indefensos. Pero, tampoco podrías vivir con el tormento de la inculpación. Yo dejaría a la Providencia mi destino último: el cual, al cabo, igual aguardaría a mi victimario»

Terrorismo es toda forma de sometimiento que se logra mediante la infusión del miedo. «Terrorista», en consecuencia, sería todo individuo con poder de mando que infunda el pánico [es decir, que lo oficialice] para la consecución de cualquier propósito personal o de algún específico grupo.

Terrorista es un delincuente que, tras blandir cualquier arma letal [cuchillo, pistola, fusil, etc.], pretenda apropiarse de bienes ajenos, dinero o la satisfacción de sus deseos carnales.

Terrorista es cualquier político o militar que, tras amenazar a una o más personas con el uso de una fuerza armada a su infausta disposición, consiga coaccionar o imponer determinada ideología o sistema de gobierno.

Terrorista es el juez que utiliza su investidura y atribuciones judiciales con el fin de someter o castigar a quienes le cuestionan sus decisiones, cuando tales no responden rigurosamente a sus corrompidas, adulteradas o caprichosas interpretaciones de las constituciones o leyes que rigen en la jurisdicción o territorio donde ejerce funciones.

Terrorista es el profesor que somete a sus alumnos mediante amenazas de índole académica, como la reprobación injusta o arbitraria de exámenes. Igual el estudiante que intimida a su profesor cuando lícitamente lo ha desaprobado.

Terrorista es un jefe de administración [de cualquier institución o empresa, pública o privada] que usa su poder para perjudicar a los demás, sin tomar en cuenta procesos de naturaleza legal [lo que conocemos como el Debido Proceso Judicial]

Terrorista es el padre que amenaza con golpear, o echar a la calle a su hijo, cuando desacata sus decisiones sin agotar recursos como: la plática, el afecto, o la intervención de las autoridades públicas.

Terrorista es el hijo que amenaza con lesionar a su tolerante padre, obligándolo a legarle dinero, bienes o funciones de mando en su residencia o en alguna empresa de su propiedad.

Terrorista es el funcionario policial que exhibe una credencial y armamento para timar, extorsionar, lesionar físicamente chantajear, arrestar u obligar que alguien confiese haber cometido un delito o que lo lleve a cabo.

Terrorista es el oficial o suboficial militar que obliga al subalterno a realizar actividades ilícitas, inhumanas o vejatorias, tras amenazarlo con castigos corporales o encarcelamiento.

Terrorista es cualquiera que emplee inmoralmente el poder [político, administrativo, psiquiátrico, médico, académico, judicial, financiero, etc.] para inducir a una persona al suicidio.

Terrorista es el asesino [genocida o no] que justifica sus actos por una supuesta «obediencia debida» a los dictados de una autoridad militar superior a la suya.

Terrorista es toda persona que cometa actos criminales tras arrogarse [mandos] investiduras de naturaleza Divina.

El «Terrorismo» está profunda e indiscutiblemente fusionado [vinculado] con prácticas como el crimen, la intimidación, el autoritarismo, simulación de hechos punibles, tortura, apropiación indebida de bienes, violación, secuestro, violencia, amenaza, exterminio, persecución, expropiación y prevaricato.

(VII)

¿Puede ser legítima la violencia?

«Mediante su comportamiento, todo hombre o mujer esculpe cómo lucirá la efigie que colocarán encima de su lápida»

Porque intimida, hace daño físico, psíquico o coacciona al Ser Humano, no existe forma de Violencia calificable de legítima. Su carácter y fundamento son irrecusable e irremediablemente A la Humanidad Lesivos.

A causa del culto a la Violencia, los hombres jamás hemos podido unirnos para el establecimiento de una Sociedad Única o Comunidad Universal.

La Violencia atenta contra el concepto superior según el cual es pusilánime toda nacionalidad, demarcación [¿supra-territorial?] o apropiación de espacios en el firmamento.

La paz, libertad, respeto mutuo, igualdad y fraternidad son las únicas mociones legítimas que se nos está permitidas formular a cualquier Entidad Racional que represente a los ciudadanos frente al Estado.

Aun cuando pudiéramos presumir que las armas puedan ser útiles para nuestra defensa personal, su producción, repartición, venta, almacenamiento, porte anárquico y empleo comporta nuestra propensión a institucionalizar o satisfacer la cobardía y la corrupción moral.

Pródigo el hombre o la mujer que execra a quien propugna la confrontación física, exalta la discusión intelectual y doblega sus instintos de violencia.

No puede merecer el calificativo de inteligente quien suple la ausencia de la razón con un arma.

La quiescencia no es el propósito trascendental del Hombre Superior, sino su condición natural y no confiscada por el miedo.

Sólo percibo corajudo a todo gobernante que ha excluido de su mente la idea de utilizar los regimientos para impulsar una Revolución.

La exclusión de la violencia es el supremo desafió de quien se presume valiente y adepto de la verdad.

(VIII)

La mendicidad institucionalizada en regímenes totalitarios

«Con fines obviamente perniciosos, les obsede controlar los poderes públicos y los medios de producción; el destino, la alimentación, pensamiento y emociones de los ciudadanos: quieren apropiarse de todo, es decir, son totalitarios, pero pretenden maquillar su infamia institucionalizándola»

Es su destino, del Vulgo. Nuestro destino, el de todos los ciudadanos, sin menoscabo de alguien por su oficio [aun cuando el pueblo difuso, a causa de la manipulación de la Propaganda, sospeche que algunos no formamos parte del enjambre] está predeterminado en los regímenes totalitarios.

El intelectual, estudiante, funcionario público, profesional universitario, obrero o empleado [del Estado o Empresa Privada cómplice] aceptará o acatará que se le trate como a un mendigo.

El despótico en funciones de mando siempre «nacionaliza» empresas privadas prósperas para luego izar la bandera de la «Patria» a la cual envilece tras intimidar y ulteriormente exterminar a los ciudadanos que, por sentirse oprimidos, se le oponen con la Crítica Política. Para Él, tales no son civiles disidentes: sino bastardaje insubordinado. Su desenfocado y febril razonamiento lo fuerza a percibir un soldado en cada ciudadano aun al civil que se resiste a ser uniformado o recibir entrenamiento militar. La Doctrina Castrense o Miliciana, de hecho limitada por una clásica, universal y mediocre reglamentación, le impide comprender lo que la naturaleza del ciudadano comporta profundamente. En la praxis de su iniquidad pretoriana, la Crítica Política es una peligrosa forma de [rebelión perniciosa] insurgencia desestabilizadora del «Poder [Podrido] Constituido o Constitucional».

El Tirano Constitucional se apropia del ingenio de los ciudadanos, para exhibirlo al modo de una presea de olimpiada. Se apropia de los bienes del emprendedor y exitoso con el pretexto de recuperarlos para repartirlos equitativamente a la «mayoría del segregado o [desposeído] «marginado».

Se apropia abruptamente de empresas productoras de alimentos [en favor de supuestamente garantizar lo que hipócrita, majadera y cínicamente define «seguridad alimentaria»], inmuebles u objetos suntuarios que culminan en sus mansiones revolucionarias.

Al cabo, ejecutan inmorales e ilícitas confiscaciones «de los bienes ajenos» resultado del ingenio y esfuerzo personal [oficialmente] ultrajados en perjuicio de personas con talento para los negocios.

Al cabo, reitero, arrebatan ilícitamente los frutos de la inversión de capitales: privados, nacionales o extranjeros. Impulsan, revolucionariamente, la castración del trabajo individual y postergan la reparación de sacrificios económicos y hasta aniquilan la inteligencia de quienes eran exitosos empresarios. Él [Tirano- Estado] se apresura, mediante la Propaganda Infame y Oficial, a criminalizar el Ingenio.

Al despótico le obsede monopolizar la búsqueda, procesamiento y difusión de las informaciones para desinformar. Fustiga [y atraca con tributaciones fiscales] a los medios privados de comunicación, empresas independientes de los avatares políticos u organizaciones no gubernamentales que bogan por el respeto a los Inalienables y Humanos Derechos, a fundaciones con fines de bienestar social y centros privados para la atención médica: «porque con La Salud no debe comercializarse», aducen los canallas a quienes poco importa el bienestar del manipulado Vulgo.

Y hasta luce bonita esa nefasta apropiación, con supuestos propósitos «humanitarios» [que sólo delata la inoperatividad e ineptitud del funcionariado ante las necesidades del vasallaje] de las Empresas Privadas de Atención Médica.

Los bien remunerados asesores para la diseminación de infamias se lo sugieren y ovacionan la consumación del robo institucionalizado de la Propiedad Privada.

Los enfermos «dignificados» por el Estado Bienhechor [perdón, por Él, porque es bicéfalo] comienzan a experimentar un humillante calvario para recibir atención médica gratuita. Todos, en procesión, son más felices porque el oprobioso e ineficiente trato oficial frente a su condición de enfermo ahora tiene positivos efectos psicológicos. Mendiga ser auxiliado, pero lo hace con «dignidad».

El Estilo Totalitarista de Gobierno se apropia de casi todo, incluso del pensamiento de los propensos a ser adoctrinados. A los que se resisten a ser alienados se les estigmatiza como miembros de la Escoria Contrarrevolucionaria, o Cofradía de Parias y Enemigos de los Pueblos [porque los hombres nuevos, por suprema voluntad condenados a la miseria perpetua, tienen status internacional de revolucionarios entre comillas y comidillas de juergas cancilléricas]. El Déspota Sempiterno quiere gobernar a un pueblo por «dignísima voluntad» pobre, condenado a la minusvalía hasta su extinción. Bajo las «revoluciones», el Vulgo mendiga hasta el Derecho a Morir sin tanto sufrimiento y hasta ser sepultado en fosas comunes. Sin previo y cuestionable tedeum, porque los clérigos son dispensadores del «opio de los pueblos».

El Dignatario de la Tiranía convierte en funcionario público a la mayor cantidad posible de trabajadores, porque serán sus vehículos para la Propaganda Revolucionaria o de Gobierno Nacional Socialista [de cualesquiera Siglo]. Los veja, les hace rogar por el pago puntual de sus salarios y mejoras en sus condiciones de existencia. La puja por discutir contratos laborales es penalizada. El usufructo de los bienes y el confort son exclusivos para la Cúpula Gubernamental Armada, Ministerial, Electoral y Judicial. La Historia dicta que, sin la impudicia e impunidad de la renovable casta de los tiranos y quienes los sostienen, en el mundo los individuos y sus gobernantes no se habrían convertido en irreconciliables factores de obstrucción de la Verdadera e Inmutable Justicia Natural.

(IX)

Nuestros Humanos e Inmutables Derechos

«Profunda, sostenida y alevosamente no he lastimado al Vulgo Ignorante: observándolo cómo, aun sin el pretexto de su indocta inteligencia, le obsede profesar culto a forajidos»

Ninguna persona quiere vivir miserablemente, experimentar penurias económicas o físicas, estar sometido a leyes oprobiosas que coarten [erosionen] sus inalienables derechos: que son profusamente divulgados y conocidos hasta por los iletrados y que se han admitido como naturales, inembargables e indiscutibles [de reconocimiento universal] para los [fatohomos] quienes conformamos la Humanidad.

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