Análisis Biográfico de los Presidentes dominicanos. Desde Pedro Santona a Wlises Heureaux (página 3)
Enviado por FRANCISCO ARTILES
Desde Paris Francisco Henríquez y Carvajal viajó a Washington donde constituyó a finales de 1919, la Comisión Nacionalista Dominicana lideradas por Henríquez y Carvajal, Tulio M. Cestero, y Max Henríquez Ureña.ࠆrancisco Henríquez y Carvajal actuaba como presidente de jure de la República Dominicana. Las actividades de la Comisión comenzaron en septiembre de 1919 con conferencias y reuniones con funcionarios del Departamento de Estado, quienes no le reconocían su condición de presidente.༯font>
El poder de discusión de la Comisión Nacionalista Dominicana solo se hizo determinante cuando en el país se fue organizando la protesta contra la presencia extranjera y en el exterior se desarrollo una campaña de prensa pidiéndole a los Estados Unidos la desocupación de la República Dominicana.
Aunque hubo quienes llegaron a plantear la lucha armada para expulsar las tropas norteamericanas del país (T. A. Cestero Burgos, por ejemplo, llegó a plantear "Pueblo: cree firmemente en que disfrutaras de una libertad real, cuando la haya conquistado con sangre. ¿Has visto alguna vez en la vida de los pueblos que la libertad se haya conseguido con palabras?
Siempre con el filo del acero峯bre montones de cadáveres").ࠆrancisco. Henríquez y Carvajal y la Comisión que presidía eran partidarios de las luchas pacificas para lograr la salida de las tropas norteamericanas.
Su posición fue externada el 27 noviembre de 1921 en un discurso pronunciado en un encuentro organizado porࠬa Asociación de Jóvenes Dominicanos, en Santiago de los Caballeros. Como crítico de los que planteaban una salida de confrontación armada, dijo: "Estamos acostumbrados a la guerra y tenemos una historia de guerras. Nada más fácil para el dominicano que empuñar las armas y esgrimirlas sin miedo a la muerte".ˋLa Comisión Nacionalista llegó a sugerir, en 1919, la constitución de una Junta Consultiva, entendiéndola como paso previo para preparar la desocupación militar de Santo Domingo y asesorar al gobierno militar en la elaboración un conjunto de reformas políticas y administrativa.
El gobierno americano aceptó y creo la referida Comisión Consultiva sin señalarle específicamente sus funciones, que eran la de preparar la restauración de la nacionalidad.
Su labor de asesoría no fue de mucha utilidad por encontrarse en una posición falsa y desairada.Aunque muchos profesionales, hombres de negocios y ciudadanos se prestaron a la colaboración con el régimen extranjero que gobernó la República Dominicana entre 1916 y 1924, una gran parte de la sociedad se fue organizando en las instituciones creadas para orientar y ejecutar las luchas por la soberanía nacional.ࠅntre las organizaciones más representativas del período podemos se encontraban las Juntas Nacionalistas y la Unión Nacionalista Dominicana.
Las Juntas Nacionalistas comenzaron a aparecer en la región del Cibao, comenzando por San Francisco de Macorís, Santiago, Tamboril, Puerto Plata y Moca;ࠣelebrándose en esta última la primera protesta pública planificada por la Junta contra la Ocupación.
La primera Junta Nacionalista se instaló en la residencia de Manuel María Castillo, en San Francisco de Macorís, el 1º. De diciembre de 1919, por iniciativa de Luis F. Mejía, con el propósito de "luchar por todos los medios por la restauración de nuestra independencia absoluta.༯font>
Durante la Semana Patriótica, organizada por el nacionalismo y la Prensa a mediado de junio de 1920, las Juntas Nacionalistas organizadas en los pueblos, se destacaron en la actividades, pues estas se constituyeron en la estructuras de participación de los que estaban a favor de la desocupación militar.
El resultado de las recaudaciones realizadas por las Juntas, fueron entregados a la Comisión Nacionalista para la denuncia de la situación dominicana en Washington y otros países:En cuanto a laࠕnión Nacional Dominicana, a la que también se le conocía como Unión Nacionalista Dominicana, se constituyó como frente de masa que aglutinaba personalidades de diferentes tendencias ideológicas, desde los más radicales que exigían la "desocupación pura y simple", hasta líderes de los partidos caudillistas.
Estos últimos se encontraban en receso y rara vez protestaron la situación de dominación extranjera que se estaba viviendo: Los objetivos perseguidos por esta organización, fueron planteados en una proclama pública que apareció en algunos periódicos y revistas.
Los líderes de la Unión Nacional Dominicana fueron: Emiliano Tejera, Licdo. Enrique Henríquez, Dr. Américo Lugo, Andrés Pérez, Antonio Hoepelman, Emilio A. Billini, Fabio Fiallo, Licdo. Armando Pérez Perdomo y Manuelࠁ. Machado.ࠠࠠˋSi bien es cierto que la represión a la prensa, la persecución contra los "gavilleros", el fin de la primera guerra mundial, y la crisis económica que se estaba viviendo a partir de 1920, fue determinante para la desocupación militar, esa decisión no hubiera sido posible sin la campaña de protestas de los periodistas.
Las denuncias y las protestas solidarias de instituciones, personalidades y medios informativos de América Latina, Europa y Estados Unidos, van a incidir poderosamente para que, por lo menos intencionalmente el Gobierno Militar permitiera algunos niveles de críticas contra las autoridades.࠼/font>
Por esa campaña: "A partir de noviembre de 1919, quienes ejercían la censura mostrarónse más transigentes. Se comenzaron a publicar artículos contra la ocupación, reclamando la devolución de la soberanía perdida.༯font>
Las protestas en el exterior, impulsadas por la Comisión a Nacionalista Dominicana se dejaron sentir en Cuba, México, Brasil, Uruguay, Argentina y los Estados Unidos de Norte América.ࠉnternamente, las protestas se organizaban y dirigían a través de la Unión Nacional Dominicana y las Juntas Nacionalistas, las que más se destacaron en las jornadas patrióticas por la desocupación; pero también las organizaciones culturales, como El Paladión, los Postumistas y Plus Ultra se mantuvieron muy activos llamando a la desobediencia y apoyando todos los actos que tendieran a la desocupación del país.༯font>
Tal vez el acto cívico popular más importante celebrado en las principales ciudades del país, lo constituyó la Semana Patriótica. Esta fue una jornada de luchas civilista contra la ocupación americana celebrada a mediado de junio de 1920, y encabezada por las Juntas Nacionalistas, la Unión Nacionalista Dominicana, el periodismo nacional y otras organizaciones, las mujeres y los intelectuales nacionalistas.
La idea de celebrar esta jornada patriótica surgió en Santiago, tuvo como objetivo principal la recaudación de recursos económicos que luego se utilizaron en la denuncia internacional de la presencia militar de los Estados Unidos y a favor de la desocupación del territorio dominicano.
La Revista Renacimiento, cuyo director fue luego apresado, juzgado y sacado del país, trajo el siguiente editorial llamando a la participación en la Semana Patriótica: "Todos, no haya exclusiones; todos debemos hacer acto de presencia en estas hermosas fiestas.
Ya del Cibao y San Pedro de Macorís han rendido óptimos frutos; la cuantía de la dádiva en este caso significa o puede interpretarse como un ansia recóndita hasta no ha mucho, que sube ahora a flor de labios.
El país ha menester de su libertad, y lo demanda así, testimoniando que su querer es ver a la Patria sin yugos, encaminándose por virtualidad de su propio querer hacia donde ha sido su aspiración encaminarse.༯font>
Los actos fueron organizados de manera que no se vieran en ellos el interés de intranquilizar la paz pública ni como signos de rebelión. Fueron celebradas veladas públicas, retretas, funciones teatrales, y ceremonias religiosas en las cuales estuvo presente el patriotismo dominicano.
Este evento patriótico, la Semana Patriótica, el más significativo celebrado en República Dominicana para protestar cívicamente, recaudar fondos e impulsar la campaña por la desocupación militar del territorio dominicano, se celebró aprovechando las intenciones de apertura, pero desafiando la discreta represión del gobierno: Por ejemplo, fueࠣelebrada una solemne e imponente misa y el "beso a la bandera" en el Baluarte "27 de Febrero", el día 20 de junio, con una nutrida concurrencia y luego los participantes, unos 5,000, caminaron por la calle El Conde en completo orden.࠼/font>
La reseña de la prensa trajo la siguiente crónica sobre aquella jornada: "Mujeres, niños, ancianos, de todas las clases sociales, urbanos y rurales, concurrieron a todos los actos cívicos en medio del orden más completo, dando cada cual lo que su fortuna le indicaba: éstes dólares, el otro sus joyas, hasta reunirse en la Semana Gloriosa, más de $100,000 que representan para aquel pueblo pobre grandes sacrificios.࠼/font>
El acto más importante, el más patético, fue la misa celebrada en el atrio de la Puerta del Conde. (..). En medio de una multitud de más de 5 mil personas, el Padre MENA, sacerdote dominicano, dijo con unción evangélica la misa. Toda aquella multitud permaneció arrodillada guardando absoluto silencio durante el sacrificio.ˋOtras jornadas importantes sucedieron a partir de los últimos meses de 1920. Fue a partir del segundo semestre de ese año y los primeros meses de 1921 el período más ardoroso de la lucha contra la Ocupación de los Estados Unidos. Una resuelta falange de oradores y periodistas se lanzó contra las amenazas de la censura, para atacar con violencia inesperada los manejos del Gobierno Militar hacia el Protectorado, y alentar al pueblo contra toda maniobra "transaccionista".
Ya comenzaban los que habían permanecido en silencio, llevando una vida discreta y de sumisión al Gobierno Militar, así como los viejos lideres caudillistas, a dar muestra de, si se efectuaba la desocupación que se venía rumorando, convertirse en los representantes del pueblo dominicano.
Por otro lado, los periodistas dominicanos fueron de los sectores organizados, los que más se arriesgaron en sus luchas. El acontecimiento más importante celebrado por los periodistas en el camino de la desocupación fue el Congreso de la Prensa, el cual fue celebrado en la Sala Capitular del Ayuntamiento.࠼/font>
Este evento, que reunió a la casi totalidad de los medios de comunicación del país, fue inaugurado el 20 de noviembre de 1920 y finalizó a mediado de enero de 1921, en medio de los intentos del gobierno militar por impedirlo.
La constitución del Congreso fue anunciada y acogida por la mayoría de los medios informativos y publicada como opúsculo el 25 de noviembres, impreso en la imprenta del Listín Diario:El presidente del Congreso lo fue Horacio Blanco Bombona, director de Letras y el vicepresidente Fabio Fiallo, delegado de El Progreso.Ů este foro de denuncia los que más se destacaron fueron: El Tiempo, el Listín Diario, La Información, Patria, La Bandera Libre, El Heraldo Dominicano, Las Noticias, Letras, El Domingo, El Diario, El Independiente y Cojanlo, y fue visible la presencia de los lideres de las organizaciones culturales quienes participaron representando periódicos y revistas.
Por ejemplo, Moreno Jiménez y Rafael Augusto Zorrilla del postumismo, así como Francisco Prats-Ramírez de Paladión fueron delegados al Congreso de la PrensaEn 1921 el movimiento contra la intervención tomó auge debido a la grave crisis económica que comenzó a estremecer la industria y el comercio, pero a la vez que aumentaban las protestas se hacía más común el apresamiento de periodistas y hombres del pueblo.࠼/font>
Estos apresamientos provocaron, según Fabio Fiallo, una más sólida reacción de la solidaridad internacional: "La más fuerte reacción que hasta entonces se hubiese oído contra el Gobierno de los Estados Unidos. Iniciada desde La Habana por el Dr. Modesto Morales Díaz, Presidente de la Asociación de la Prensa, en࠭enos de una semana se extendió como gigantesca ola de fuego por todo el continente.࠼/font>
La presión internacional, las propagandas y actividades internas, la desobediencia civil de los periodistas y los intelectuales, y la crisis económica que se profundizaba día a día con la caída de los precios en el mercado internacional, llevaron al presidente Wilson a proponer a la Comisión Nacionalista que lo visitó en Washington el famoso "Plan Wilson", que dejaba el país bajo un virtual protectorado, por lo que fue inmediatamente rechazado.El Plan Wilson, conocido con este nombre por haber sido propuesto por Thomas Woodrow Wilson (presidente de los Estados Unidos desde 1912 y reelecto en 1916), planteaba una rápida retirada de las tropas norteamericanas de Santo Domingo, creaba una Junta de Representativos que prepararía la reforma a la constitución, la que convocaría a las elecciones de la Asamblea Constituyente que elegirían las cámaras para que estas eligieran el nuevo presidente.
La convocatoria para todo esto tenía que ser hecha por el Gobierno Militar. La propuesta fue rechazada por la Unión Nacional Dominicana y la Comisión Nacionalista que discutía en Washington los asuntos referentes a la salida de las tropas norteamericanas de la República Dominicana, por entenderse que el Gobernador Militar no tenía facultad para convocar el congreso ni las elecciones.Al finalizar el gobierno del presidente Wilson, el nuevo mandatario de los Estados Unidos, dio a conocer lo que se conoció como El Plan Harding. El mismo fue dado a conocer a los dominicanos a través de una proclama firmada por el Gobernador Militar de Santo Domingo, Contralmirante Samuel S. Robinson, el 14 de junio de 1921:
"Por cuanto la Proclama del Gobernador Militar de Santo Domingo, de fecha 23 de Diciembre de 1920, dio a conocer al pueblo dominicano el deseo del Gobierno de los Estados Unidos de dar principio a sencillos preparativos precursores de su rápida retirada de las responsabilidades que con relación a los asuntos dominicanos asumirá; y por Cuanto antes de ponerse en práctica la retirada e los Estados Unidos, es menester que exista en la República Dominicana un Gobierno debidamente constituido para que se reanuden en una forma ordenada las funciones de gobierno.El plan incluía la función de ejecutivo del Gobernador Militar, con todas las prerrogativas para convocar el Congreso, los Colegios Electorales y nombrar representantes para negociar la Convención de desocupación militar del país.
La Convención se encargaría, de acuerdo al Plan, de ratificar los actos del gobierno militar, y dejando en suspenso la Comisión Consultiva que había sido nombrada el 23 de diciembre de 1920.ˋEn diciembre de 1921 se constituyó un Comité Restaurador, como representación de la opinión publica nacional, bajo la presidencia del doctor Henríquez y compuesto por los Jefes de los Partidos, el Jefe del Clero Nacional, el Presidente del Congreso Masónico, así como por delegados de la Unión Nacional, de las Juntas Nacionalistas, del Congreso de la prensa, de la Junta de abstención electoral, de las organizaciones obreras y de las agrupaciones de carácter publico que tuvieran una organización nacional. El propósito de este Comité era el de discutir y tomar resoluciones sobre el proceso electoral, que ya se veía claro, era de interés del gobierno de los Estados Unidos.
Al final los caudillos, algunos de los cuales mantenían contactos con la Unión Nacional Dominicana y las Juntas Nacionalistas, fueron abandonando estas organizaciones patrióticas para entenderse directamente con el poder extranjero.
Se alejaron de los nacionalistas porque estos sustentaban la posición de la "desocupación pura y simple", y firmaron con el gobierno americano el Plan Hughes-Peynado, que fue el que en definitiva convino a los intereses foráneos. Sin embargo, con la aplicación de este Plan el país fue paulatinamente alcanzando su soberanía, lo que vino a suceder en 1924; pero la soberanía que iba a ser alcanzada estaría limitada por la dependencia económica, militar y política del Estado dominicano a los Estados Unidos de Norteamérica.
De todo modo, el interés puesto por los Estados Unidos para comenzar seriamente a plantear la desocupación, estaba relacionado con la crisis económica que se había comenzado a dejarse sentir desde principio de 1920.
Al finalizar la Primera Guerra Mundial terminó la "danza de los millones" y una crisis económicas sin precedentes en esos años comenzó a afectar la economía dominicana; esta crisis incentivó los niveles de protestas de los sectores intelectuales de la burguesía y la pequeña burguesía y de los sectores nacionalistas que se habían agrupados en la Unión Nacional Dominicana, junto a sectores intelectuales.
A partir de 1921 se iniciaron las negociaciones para la desocupación del país, hasta llegar al entendido de evacuación que se conoció como Plan Hughes-Peynado.ࠃon la firma de este tratado, se instaló un gobierno provisional encabezado por un comerciante ligado a la producción azucarera, Juan Bautista Vicini Burgos, quien se encargó, asesorado por los americanos, de organizar y celebrar las elecciones presidenciales de 1924.
Aunque los nacionalistas hicieron un gran esfuerzos para mantener la dirección de las luchas, planteando la desocupación "pura y simple", las negociaciones para la desocupación del país, como hemos visto, ya estaban en manos de los "representativos" de la política dominicana, los que viajaron a Washington y discutieron con el gobierno militar en el país, llegando a un "entendido" para evacuar las tropas y volver a la independencia.
El resultado de esas negociaciones se publicó en la prensa nacional el 13 de septiembre de 1922, pero ya habían sido aprobadas en Washington el 30 de junio del mismo año.
El Plan no se publicaba por sugerencia de "los representativos" para evitar que la población se enterara de los detalles, ya que la opinión pública estaba escandalizada con lo que decían los propios funcionarios americanos sobre el Entendido de Evacuación: "La víspera de regresar ellos a su país, el Ministro americano en Santo Domingo (婠dio a la prensa notas básicas del instrumento en cuestión que soliviantaron la opinión de tal manera que se llegó a intentar el incendio de puentes de la carretera central por donde debían pasar los "Representativos", quienes en dirección hacia la capital, desembarcaron en el noroeste de la isla.
Enfáticamente negaron estos que lo publicado por el Ministro fuera el verdadero, el autentico Plan, e inmediatamente principiaron campaña a su favor.ˋLas negociaciones fueron encabezadas por un hombre vinculado a los intereses económicos y políticos de los norteamericanos, el licenciado Francisco J. Peynado, sustituyendo en esas gestiones a Francisco Henríquez y Carvajal, quien se mantuvo en una aptitud más acorde con el interés nacionalista.
En las negaciones iniciadas por Peynado en Washington con Summer Welles y el Ministro Americano en Santo Domingo, W. Russell y que al final terminaron con el acuerdo de evacuación,࠴ambién participaron: Horacio Vásquez, Federico Velásquez, Elías Brache y Monseñor Adolfo A. Nouel,. Este acuerdo fue conocido como Plan Hughes-Peynado, por haber sido los dos negociadores más importantes, el licenciado Francisco J. Peynado yࠥl Secretario de Estado Norteamericano Charles Evans Hughes, los que asumieron la mayor responsabilidad del mismo:༯font>
El memorando del Entendido de Evacuación firmado en Washington, el 30 de junio de 1922, contemplaba࠱ue el Gobierno militar anunciará que se instalará un gobierno provisional con el objeto de promulgar la legislación que regule la celebración de elecciones y provea la reorganización de los gobiernos provinciales y municipales, a fin de capacitar al pueblo dominicano a hacer las enmiendas a la Constitución y que el Gobierno Provisional asumirá los poderes gubernativos y será único responsable de sus actos.
Este Plan fue ejecutado eligiendo los firmantes del Entendido de Evacuación, al presidente provisional Juan Bautista Vicini Burgos, quien se encargaría de ejecutar los acuerdos firmados, siempre asesorado por Summer Welles y el grupo de "representativos," y preparar todo lo relativo a las elecciones que debían ser celebradas en 1923, pero fueron celebradas el 15 de marzo de 1924, triunfando el General Horacio Vásquez. Casi 4 meses después, el 12 de julio de 1924, en un solemne acto celebrado en la Fortaleza Ozama fue izada la bandera tricolor y bajada del asta del recinto militar la bandera de las barras y las estrellas y entonando el himno nacional de los dominicanos volvíamos a la libertad, a la independencia y la soberanía. Muchas gracias.
Para entender con un poco de claridad la forma concreta en la cual se desarrolló la Historia Dominicana, en la llamada primera República y parte de la segunda, hay que analizar a profundidad las tendencias políticas imperante en el momento.
El Nacionalismo y el Anexionismo representaron hasta esos momentos la lucha política en el país, se había caracterizado por la pretensión de los Trinitarios de crear un estado o una nación independiente. Los dirigentes haitianos por el contrario, seguían decididos en mantener el proyecto imperial, por todo el sur del continente Americano.
En ese orden, aún no se había producido abiertamente, la lucha de clases a nivel de los sectores sociales y económicos que conformaban la estructura social de la parte oriental de la Isla. Pero, a partir de 1844, surge un movimiento antinacional, encabezado por Buenaventura Báez, que chocaba con las posiciones nacionalistas de los trinitarios.
El proyecto político de Báez, se le conoce como el plan Levasseur, el nombre tiene un origen, en el hecho de que Buenaventura Báez, se acercó al cónsul Francés en Haití, llamado Levasseur para obtener su apoyo. El plan tenía como objetivo político la separación de Haití de la parte oriental, par adquirir un protectorado con Francia.
De modo que dicho plan identificó a Báez, y quienes lo apoyaban como los afrancesados, quienes en fondo respondían a la corriente anexionista. De hecho el plan de los afrancesados fue hecho público mediante un manifiesto lanzado el 1 de Enero de 1844.
Los Trinitarios respondieron de inmediato, dirigido ahora por Francisco del Rosario Sánchez. El resultado inmediato, fue la publicación de un manifiesto político en el cual se ratificaba la lucha por la fundación de un Estado Soberano.
En cuanto a la lucha militar, surge la pregunta, ¿por qué Pedro Santana actuó en contra de la fundación de la República? Según el ex general Ramiro Matos, citado por Nelson Díaz y Silverio González, la actuación de Santana fue correcta, toda vez que los dominicanos carecían de poder de fuego suficiente, así como de hombres para perseguir el enemigo para desarticular totalmente sus fuerzas, por lo que era más aconsejable reorganizar las propias fuerzas y retirarse a un lugar más ventajosos para enfrentar al enemigo.
Frente a tal explicación se podría objetar: por qué los dominicanos vencieron a los haitianos en la Batalla de Azua, si no contaban con la fuerza para llevar a cabo una contra ofensiva que por lo menos hiciera daño al ejercito haitiano. ¿Quién dirigía las fuerzas que la Historiografía no lo registra?
En lo político, se sostiene que Pedro Santana, Tomás Bobadilla y otros conservadores, estaban convencidos de la imposibilidad de mantener la República Dominicana, libre y soberana, pues el proceso de colonización la había dejado explotado, llegando al consenso de que la única salida para el país era la obtención de un protectorado con una potencia extranjera, ya fuera Francia, España, o Estados Unidos. Se puede notar, que según correspondencias recogidas por el Historiador, Emilio Rodríguez Demorizi, Tomas Bobadilla mantenían conservaciones e intercambios de criterio con el ministro del exterior de Francia, señor Guizotte.
El Santanismo y el Baecismo: durante el periodo estudiado, mantuvieron el predominio como presidente Satélite utilizados por las potencias que se disputaban la Isla. Estos a su vez, mantenían su continuidad a través de los intelectuales que siempre en la mayoría de los casos mantienen posiciones débiles frente a los verdugos de la nación dominicana.
Este predomino, se consolido desde el momento en qué Santana fue investido con el rango de general por la Junta Central Gubernativa, afirmando su autoritarismo y prestigio, eligiendo y quitando presidente. El Santanismo muestra de sus posiciones anexionistas al consolidar una alianza con el sector de Báez que representaba los intereses de Francia.
Santana y Báez, además de sustentar posición anexionista y antinacional, también abrazaron fervientemente el autoritarismo y el despotismo como forma de ejercer el poder.
Este apego al anexionismo y el depotismo lo explica el Historiador Dominicano, Robert Cassá como sigue: para la clase dominante tal estado de cosas era profundamente frustratorio, máxima cuando tenia plena conciencia de que en las condiciones vigentes, no disponía de la capacidad para modificar a su favor las relaciones de producción dominante, lo cual impedía su realización de los objetivos clasistas fundamentales."
La debilidad de la pequeña burguesía urbana, fue un factor que beneficio y favoreció la ampliación del poder político del Santanismo y el Baecismo, de esa forma ese sector social, osciló entre el apoyo al Santanismo y su integración al Baecismo, en todo el proceso en estudio.
El fenómeno del Baecismo y el Santanismo, también se explica por la debilidad de la formación social de entonces, que era un impedimento material para la consolidación de un verdadero régimen democrático representativo, y se respetaran las instituciones.
Asimismo, el estado permanente de guerra con los haitianos, fue un factor externo que incidió en la forma despótica que adoptó el Santanismo y el Baecismo, pues el aparato militar se convirtió en la principal garantía del funcionamiento del estado, de forma tal, que el ochenta por ciento de los recursos que el ingresaban al Estado Dominicano, era destinado a cubrir los gastos de guerra.
En esa situación la corrupción, el clientelismo, el transfuguismo, las prebendas堬e dieron al Santanismo, Baecismo, una fuerte base social, fuente primaria del despotismo, y el autoritarismo exhibido por Santana y Báez, durante todo el tiempo que ejercieron el poder.
Por lo anterior, El Estado Dominicano se caracterizó en los primeros años de vida constitucional, como una estructura política débil extrema. Esta debilidad respondía en realidad a la ficción de ser un Estado formalmente democrático en el marco de una formación social económica con fundamento capitalista, esto implicaba, la inexistencia de una burguesía desarrollada que sirviera como plataforma a las instituciones.
En el aspecto económico, el Estado Dominicano, estuvo casi siempre controlado durante el periodo tratado por el sector hatero, transformado luego el Liberal. Carente de una conciencia nacionalista, y por el contrario los ideales políticos de esos sectores hegemónicos eran precisamente el anexionismo, el depotismo, el autoritarismo el clientelismo, el militarismo y el peculado.
En cuanto a la situación Geopolítica en el periodo estudiado se deduce que los Estados Unidos de Norte América, en los primeros tramos de la primera, y parte de la segunda república en una profunda división política y social, esto produjo la guerra de la sucesión (1861-1865), en donde se enfrentaron militarmente los Estados del Norte con los Estados del Sur, los primeros llamados confederados, luchando por el modelo colonial y lo del Norte, luchando por la instauración Nacional del capitalismo industrial.
Sin embargo, esta nación en las primeras décadas del siglo XIX, llevó a cabo un proceso expansionista de adquisiciones territoriales. Luisiana, arrebatada a Francia en 1803; La Florida, conquistada a España, en 1819; Alaska la cual provino del despojo de Rusia en 1867; Texas y la Colonización de los territorios del Oeste, Asesinando las tribus Indígenas. Así, durante los años de la Guerra Civil Norteamericana, la presencia norteamericana en el Caribe en la República Dominicana, en particular, se vio disminuida.
Francia: Esta nación colonialista siempre mantenía interés por su expansión hacia el continente americano, y por esa razón aprovechando la crisis de los Estados Unidos, y clavó sus uñas imperialista en México, con el objetivo de acercarse al Caribe. Con relación a la República Dominicana, Francia no dio muestra de interés colonialista, a pesar de los esfuerzos de Báez, con el deseo de poner en practica el plan Levasseur del 1844, mediante el cual se pretendía que nuestro territorio quedara sometido al proteccionismo francés, en esa ocasión el gobierno de Francia, desestimo el proyecto porque, luego de contactar que en América y el Caribe se movían fuerzas contrarias en apoyo al gobierno Haitiano.
Inglaterra: La sociedad inglesa experimentó cambios internos profundos, particularmente a nivel de las leyes electorales. Políticamente la nación se dividía en dos grandes partidos Laboralista; este último concentraba el electorado proveniente de la clase obrera.
Inglaterra representaba la nación más próspera en el orden capitalista de la época. Así, a nivel de los mercantiles los ingleses estaban a la cabeza del mundo europeo. Esta nación, la clase dominante la orientaron hacia los tratados comerciales, experimentado cambio en el orden colonialista.
España: En la segunda mitad del siglo XIX había perdido gran parte de su dominio colonial en el mundo, y particularmente en América. El pasó de los criollos de tomar el control geopolítico en América Latina, representó un duro golpe para este país.
La nación Española se encontraba en la mitad del siglo XIX bajo el Reinaldo de Isabel II. El gobierno español estaba bajo el control de los liberales. Sin embargo, la sociedad española atravesaba por un proceso de anarquía política, cuya expresión más importante, fue la llamada guerra carlista. En realidad para el año de 1898, España perdió sus últimas colonias Cuba y Puerto Rico.
En cuanto al proceso político- social de la Restauración de la República los conflictos sociales estaban por toda parte, provocados por la debilidad de las instituciones, daba paso al regionalismo caudillista y militarista.
Los hombres y las mujeres dejaron de producir y se aglomeraron en los pies del clientelismo rampante en fin, la miseria, general de la sociedad tenia sus efectos negativos en la sociedad. Esta situación de la sociedad dominicana después de la Guerra Restauradora es descrita por el Historiador José Gabriel García, citado por Díaz y Silverio de la manera que sigue: La lucha prolongada y sangrienta sostenida por los dominicanos, par reconquistar su perdida soberana, lo había traído a un estado lastimoso de postración que atestiguaban ricas ciudades destruidas por el fuego. (280).
En el orden político económico durante el periodo estudiado, la formación de la República Dominicana siguió siendo indudablemente pre capitalista.
El modo de producción mercantil simple mantuvo su predominio en el marco de nuestra formación social conjuntamente con formas de producción semifeudales puesto que de hacho, la economía dominicana, seguía dependiendo de productos tradicionales como el tabaco, los cortes de madera, la ganadería.
En lo comerciantes grandes comerciantes extranjero controlaban el comercio exterior, aunque el comercio minoritario en toda la geografía nacional, estaba en manos de los dominicanos. En general, las condiciones sociales y económicas en la primera y segunda república a penas manifestaron ciertas diferencias salvo el hecho de la transformación del Hato Ganadero.
Ahora, un hecho de importancia trascendental en los años estudiados, fue el inicio de la Industria Azucarera, la cual se inicio a partir del año de 1868, cuando se produjo una oleada masiva de cubanos, que salían de cuba para defender sus intereses, facilitando el inicio de la Industria Azucarera.
Resulta interesante señalar, el hecho de que el caudillismo como expresión político y forma tradicional de hacer política en la República Dominicana en el siglo XIX, con la llegada del gobierno de Luperón había terminado, pero también en el grupo de los Azules revivió el caudillismo. En ese sentido, durante el gobierno de los Azules incluyendo el de Luperón en 1879, asumió la posición propia del nacionalismo político. En cuanto a la forma de dominación, los Azules fueron partidarios del liberalismo político, como la mejor forma de organizar un estado.
Casi únicamente es la opinión de los historiadores. El tema capital de la lucha política es el poder en todas sus manifestaciones. Su génesis, desarrollo, madurez de cadencia y extensión son las grandes cuestiones de la Historiografía Dominicana desde la primera República.
Sin excluir las no pocas facetas del poder en el transcurso de la historia, es aceptable admitir que en torno a las concepciones expuestas, el autoritarismo y la democracia, giran las formas conocidas del Estado; el pode desciende de una entidad suprema o emana de la clase dominante. Así, nos tropezamos con Santana que encarna al colonizador, o bien con el ideológico de la tiranía o el presidente de la República elegidos indirectamente por el pode electoral.
Ahora bien, en el periodo estudiado como se hace la sucesión real. La persona de cada gobernante desaparece por completo, siendo inmediatamente sustituida por la de sucesor. Pero, en la sucesión misma se manifiesta el poder real, que ordena la vida de los ciudadanos.
El estado Duartiano al igual que el concebido por Santana se sustentaba en una infraestructura judicial que el mismo Duarte justificó al considerar la división de los poderes como una garantía de la permanencia del Estado como entidad política económica.
Aunque brevemente, no cabe olvidar a Bonó y su sociología, en la que plantea que el Cacao es el responsable de la explotación campesina, señalándolo como oligarca. Las primeras agrupaciones políticas fueron dirigidas por lo más fuertes hábiles oligarcas por medio del depotismo fundado en la fuerza.
En una segunda etapa se desarrollaría la pequeña burguesía con inclinaciones en su mayoría caudillista. La unidad del grupo nacía y su consolidaba de acuerdo a los intereses que compartían. La práctica de la justicia hizo comprender a los ciudadanos que la cohesión y organización del conjunto su cumbia antes las individualidades y la simple tiranía del más fuerte.
El pensamiento de Duarte comparado con el de Santana, representando dos modelos político económico, contrario en sus intereses, pero unido como clase dominante. Del primero, se puede decir que concebía el Estado, en su sentido más amplio: como una asociación fundada en la justicia y el derecho debe tener como fin el fomento del bienestar de todos los ciudadanos. Aunque la forma del gobierno puede variar, el estado tiene que fundarse siempre en la justicia y el bienestar común.
El gobierno, tanto si está en mano de uno, como si está en manos algunas o de todos, es legítimo si mantiene el vínculo original de la justicia y el bien común. No debe decirse que un gobierno es corrupto o injusto en realidad tal conducta disuelve el Estado mismo. (Cicerón)
Del segundo, se puede aseverar que no tenía una concepción clara del Estado, sino que operaba empujado por instinto económico más que político.
La ausencia de animo y decisión de los pocos pueblos dominicano, no fueron las causas que apuntalaron a los gobernantes a vender la República, no, las causas hay que rastrearlas en una oposición geopolítica entre las potencias y las clase criolla privilegiada, par no poner en juego sus intereses de clase dirigente de un pueblo nacido de la esclavitud, o por el concierto o asimilación del blanco francés, o por el enfrentamiento revolucionario. La independencia haitiana y la revolución burguesa en Francia que ejemplifica el cambio violento.
Un denominador común junta a los políticos del pasado con los del presente. Santana, Báez, Heureaux, Cáceres, al igual que su sucesores, Trujillo, Balaguer, Leonel, reconocen con distintos matices y en ocasiones imbricadas argumentaciones, que la política Dominicana, es raíz y razón del caudillismo clientelista, y con este bagaje ideológico han gobernado la nación.
Siguiendo con algunas precisiones. Existe algún consenso en cuanto a definir la nación como una suma de fidelidades de valores aglutinadores del pueblo tanto por lo que se refiere a la concepción de la vida como en lo que hace el proyecto histórico de la comunidad, definición que de manera perceptible destaca elementos reales e ideales.
El pueblo y sus interrelaciones son desde, luego, elementos reales. Las aspiraciones, esperanzas objetivos y metas son los elementos ideales. Ahora bien, cuando una nación integrada con sus idealidades y realidades regula y organiza la forma del poder nace el estado nacional.
Los estados nacionales incluyen la idea fundamental de soberanía. Al interior de las naciones la soberanía es el derecho de autodeterminación, es decir, la facultad suprema de dictar las pautas del gobierno y sus límites frente a los derechos del hombre y la sociedad.
El proceso de colonización económica político impuesto por los imperios en América Latina, parió un tipo de república llamada democrática más formal que real.
Sus estructuras, que en lo jurídico suelen ser avanzadas, mantienen en los hechos el dominio de las altas clases nativas asociadas y dependientes del poder metropolitano, aunque seria imprudente no aludir en este momento a los movimientos nacionales latinoamericanos que en muchas ocasiones han taponado las agresiones del gobierno norteamericano.
En Latinoamérica y otras zonas de Asia y África se han escenificado rebeliones y revoluciones no siempre exitosas, que acreditan a pesar de todo no solo una decidida resistencia a la subordinación al extranjero, sino también una conciencia proclive a la autodeterminación económica, política y social.
El estado dominicano es: autoritario, caudillista, clientelista, dictatorial y ahora neoliberal, excluyente de las luchas sociales y de cualquiera otras alternativas.
Un vicario como vocero de la clase dominante, jefe del estado y del gobierno es a su vez jefe del partido que impulsa y vigila el desarrollo de la sociedad. En la realidad histórica del Estado Dominicano, fue y es instrumento del capital mundial, en el contexto actual.
Consenso hay en definir la dictadura o tiranía como el gobierno en que un solo hombre concentra la totalidad del poder; definición que abreva en una valiosa estirpe del pensamiento.
El estudio del ciudadano, los partidos políticos y las elecciones no pueden hacerse sin un previo conocimiento del sistema político.
David Easton encuentra tres componentes fundamentales en el sistema político:
Un centro o núcleo que asigna o distribuye recursos por la vía de decisiones pública.
La asignación o distribución es autoritaria en el sentido de que su puesta en práctica implica, potencial o realmente, el uso legítimo de la coerción.
Las asignaciones o distribuciones del sistema afectan a la sociedad en su conjunto por cuanto que están orientadas hacia la solución de problemas generales.
En Easton no se descuida el concepto de autoritario por los no pocos riesgos que contiene, el efecto intenta explicarlo decidiendo que las asignaciones del sistema tienen dos condiciones: 1) que sean reguladas y no arbitraria, y 2) que su obligatoriedad sea aceptada por los miembros de la sociedad.
Por consiguiente, la clase media dominicana actual surgió de una estrategia de la contrainsurgencia. Fue labrada, pensada e impulsada, poco después de la muerte de Trujillo, y como resultado del espíritu levantisco que se regó al final de la Revolución de abril del año 1965.
La clase media es parte de la aventura espiritual de la dominicanidad, y ha representado࠳u papel en la historia reciente como baldón o gloria, desplegando la experiencia de su propia perdición.
Esa pequeña burguesía de la clase media es mezquina y gloriosa al mismo tiempo, puede morir por un ideal y puede ser traidora, puede desaparecer en las cárceles luchando por la libertad y puede ser también el carcelero, pueden caer cazados como bestias en el asfalto, o se pueden vender agobiados en el sopor pestilente del traidor;࠳e pueden entregar, domesticado el escozor de las antiguas subversiones; o vivir en las crepitaciones de la altivez que conserva el sueño de igualdad y justicia que los devoraban.ࠅn fin, la clase media dominicana es muchas cosas al mismo tiempo.
Pero si hay algo que ha desempeñado con eficacia este segmento de clase es su papel de colchón social, de amortiguador eficaz de las grandes diferencias sociales acumuladas en los siglos de inequidad que hemos vivido. Cuando el gobierno trujillista cayó la sociedad dominicana se había frisado por completo.
Desde el año 1955, con motivo de los enormes gastos que conllevó la celebración del veinticinco aniversario del régimen, la economía se había deteriorado de tal forma que la movilidad social se estancó bruscamente. Si a principio de la Era de Trujillo, en el 1930, el inicio de su gobierno propició una gran movilidad social, al final de la era el estancamiento era lo característico.
Lo que la revolución de abril de 1965 va a dejar bien claro es que la armonía social de los dominicanos dependerá de que esa brecha social se cierre, y de que surja una clase media que amortigüe el impacto de la polarización en que el trujillismo había dejado el país.
Entonces apareció el capital financiero, se democratizó la educación superior,ࠥmergieron los sindicatos, las ideologías,ࠬos partidos políticos, y seࠦue creando una pequeña burguesía, una clase media, que ha sido el sustento, para bien y para mal, de toda la estabilidad social.
Ahora, esa clase media atraviesa la incertidumbre de su propia existencia, está amenazada, casi condenada, a desaparecer. Y sus verdugos son, precisamente, otros pequeños burgueses, a quienes Juan Bosch estudió, y predijo lo que harían࠳i reproducían en el poder los vicios de origen que arrastraban consigo. Son siete las reformas fiscales del PLD, la exacción es insoportable.
La clase media ya no puede࠭antener el nivel de vida, y se desliza imparable hacia la fosa sin fin de la proletarización, arrastrandoࠣonsigo a los sectores más empobrecidos. Y eso es una bomba de tiempo. Sin ese colchón social la sociedad dominicana entra en una etapa de inestabilidad࠱ue incrementará la delincuencia, la corrupción, la búsqueda desesperada de aliciente para la reproducción de la vida material.
Nadie como Juan Bosch dedicó tantas horas de estudios y tantos análisis, para sacar a flote la particular naturaleza del segmento de clase pequeño burgués, e incluso escribió un libro. La pequeña burguesía en la historia de la República Dominicana y ordenó suࠣompleja estratificación.
Y ese particular interés traducía lo que habría de venir, configuraba la angustia de la que no se podía escapar, si al final de cuentas, en el partido que él estaba construyendo, justamente con pequeños burgueses, terminaba imponiéndose el señorío ideológico de este grupo caracterizado por la necesidad afanosa de ascenso social y riqueza.
Por eso su desdén por el poder del dinero, que Leonel Fernández࠰uso en el centro de su liderazgo, y por eso advertía sobre lo que llevaba aࠬa corrupción: Las condiciones adecuadas para que se produzca un estado de corrupción, es darles a los que manejan dinero que no es suyo autorización para que dispongan de él cuando quieran y como quieran,- exclamaba Juan Bosch.
Pero, eso es exactamente lo que ha ocurrido en los gobiernos de su discípulo, que la corrupción se tragó el progreso;࠹ por lo que ahora la clase media, ese colchón social imprescindible, prefigura su ocaso.
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Autor:
Francisco Artíles, M.A.
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