"A mí nadie me impone lo que quiere si yo no quiero, por más dinero que tenga; porque igualito nomás ese dinero yo me lo gano con otro. Yo decido sobre mi cuerpo y si alguien quiere "mañoserías" tiene que pagarlas y ponernos de acuerdo para que no haya problemas. Ahora todas entran a eso que tú dices; algunas lo hacen gratis porque son "malogradas" pero la mayoría cobra aparte; yo lo doy gratis pero a mi marido." (Daysi, 17-Chimbote)
1.2.2 La prostitución encubierta en hoteles, hostales, hospedajes
Esta es una modalidad de prostitución organizada alrededor de los dueños[43]y mafias de establecimientos de alojamiento (hostales, hoteles y hospedajes) en complicidad abierta con las autoridades del orden, y con los municipios que autorizan su apertura a sabiendas de que se trata de establecimientos dedicados preferentemente a encubrir y favorecer la prostitución.[44]
Los establecimientos identificados de "alojamiento" se diferencian por categorías, extracción social de las adolescentes que los frecuentan, tipo y clase de clientes. En cuanto a categorías, los hay desde los de cinco estrellas en las capitales turísticas del país, hasta los sin estrella o "estrellados", donde lo único que hay es piso y periódicos sucios. Los precios están en función de las condiciones que ofrecen.
"En otro lado te cuesta más; aquí me das cinco soles, bueno tres, y yo lo arreglo con la dueña; pero no hay cama; solo piso y no hay agua." (Jenny, 15 años. Av. Grau).
Todos los establecimientos de alojamiento cuentan con autorización municipal de funcionamiento; y todos reciben la visita de los servidores del orden para el cobro de los cupos establecidos.[45] En los locales de mayor categoría las relaciones propietarios-autoridades se maneja al más alto nivel de decisión, siendo por tanto nula la intervención de personal subalterno a no ser para los efectos del resguardo policial de los establecimentos.
Quiénes están
En los hoteles, hostales y hospedajes de mayor categoría de Lima y regiones se encubre la prostitución de adolescentes (generalmente de "bricheras", "vaciloneras" y "trepadoras");[46] de adolescentes prostitutas que trabajan para empresas de turismo conectadas con mafias de proxenetismo que controlan el mercado del turismo sexual infantil, la pedofilia, la pornografía y el tráfico de menores; de adolescentes que fungen de "damas de compañía" de empresarios y comerciantes en viaje de negocios, o de "apoyos" a funcionarios y consultores nacionales e internacionales.
En los hostales, hoteles y hospedajes de menor categoría, se favorece y encubre la prostitución de adolescentes "enganchadas" por los dueños de estos establecimientos a través de mafias de proxenetismo y rufianes (as) profesionales; de adolescentes de los diferentes grupos de prostitución callejera; de las "anfitrionas" de los locales de diversión y de relax para "cholos". Estos establecimientos tienen, además, sus propias "adolescentes" que son contactadas en sus casas por algún intermediario (taxistas, mototaxistas, lustrabotas, guachimanes, profesores, homosexuales), o que llegan directamente hasta las habitaciones del hostal, hotel u hospedaje.
Quiénes son los clientes
El cliente de la prostitución que se favorece y encubre en los hostales, hoteles y hospedajes baratos, es el mismo que frecuenta las modalidades de prostitución callejera y los lugares de diversión y relax para "cholos". En los de mayor categoría, son los "huéspedes" que vía celular, internet o la intermediación del propio establecimiento, contactan con una adolescente. El tipo y clase de "huéspedes" dependen de la categoría de los hostales, hoteles u hospedajes. Están los turistas extranjeros en busca de "sexo y aventura", los altos ejecutivos y empresarios, los funcionarios públicos, los consultores, profesionales y técnicos; los aviadores, choferes, militares, comerciantes, turistas nacionales jóvenes, estudiantes, profesores.
Las adolescentes prostitutas y sus clientes, constituyen la mayor demanda de los hostales, hoteles y hospedajes "pobres" de la capital y del resto del país. La mayor parte de estos establecimientos (cuyos precios por habitación para intercambios sexuales entre 15 minutos a 2 horas, oscila entre 5 y 20 soles), pertenecen a los mismos propietarios de locales de diversión y de relax en los conos de la capital y en provincias, o a redes de proxenetismo.
La situación de los hostales y hospedajes de menor categoría es de incremento constante, tanto en Lima como en provincias. Las condiciones de infraestructura e instalaciones son, sin embargo, precarias, al punto de que algunos se convierten rápidamente en "huecos"[47] que ofrecen habitaciones hasta de 1 sol para intercambios sexuales de uno a tres minutos.
"Nadie quiere invertir porque el mercado está bien bajo y además hay mucho hostal de mala muerte donde te cobran hasta un sol y eso les conviene a las meretrices porque pueden ganar más".(Administrador de Hostal, La Victoria).
"Servicios higiénicos y ventilación son lujos que no les preocupa ni a las chicas ni a los a clientes".(Administrador de Hostal-Cercado Lima)
Al rápido deterioro de hostales de menor categoría se apareja la aparición de hostales y hoteles de mayor jerarquía no sólo en Lima sino también en provincias. Los testimonios recogidos en algunas de las capitales del interior del país permiten inferir que se trata de inversiones vinculadas con las mafias del sexo, las drogas, el lavado de dinero y el alcohol.
"Venir aquí es otra nota; en Lima como que estás encerrado; aquí, si te pasas, caballero nomás; sol y mar y se te va todo. El ambiente es más libre y hay cualquier cantidad de super honda y no tienes que preocuparte por las hembritas porque hay de todo. La que viene aquí es a morir. Aquí circula todo, pero más que todo pepas"[48](Fernando, 17 años. Tumbes)
Los precios varían si se trata de paquetes turísticos manejados por empresas dedicadas al negocio de la prostitución; o si se trata contactos hechos por intermediarios locales, por el propio establecimiento, o directamente por el huésped con la prostituta.
Los intercambios sexuales y sus grados de sofisticación varían de acuerdo con los consensos entre huésped y prostituta (para el caso de los establecimientos de mayor categoría); y de acuerdo al trato establecido entre cliente y prostituta en la calle o en el local de diversión o de relax.
1.2.3 La prostitución encubierta en prostíbulos, casas de cita y lupanares
Esta es una modalidad de prostitución organizada y manejada por los dueños de este tipo de establecimientos. Aquéllos, pueden o no estar articulados a mafias o redes de proxenetismo; operan en complicidad con las autoridades del orden y con los municipios que son los que autorizan su funcionamiento como si se tratara de locales para prostitución reglamentada de adultas.
En los prostíbulos, casas de cita y lupanares la prostitución es compartida por mujeres adultas y por adolescentes y niñas. Disponen de "cuartos"[49] en los que ocurren los intercambios sexuales.
Quiénes son los clientes
Los clientes en esta modalidad de prostitución son todo tipo de hombres desde profesionales, técnicos, micro-empresarios, empleados, obreros, estudiantes hasta desempleados y adolescentes que van por "su primera vez", que pueden pagar el valor del ticket y el precio que fija la prostituta en función de los requerimientos que hace el cliente, o anticipándose a los mismos.
La posibilidad de un intercambio sexual que implique algún nivel de violencia o de imposición no se descarta, habida cuenta el estado en el que algunos clientes frecuentan los prostíbulos y lupanares o requieren los servicios de la prostituta[50]y la situación de clandestinidad en la que se encuentra la adolescente. Las posibilidades de negarse a recibir a algún cliente borracho, drogado o violento, en el caso de una prostituta que trabaja "por su cuenta", son casi inexistentes debido a la necesidad y urgencia del ingreso para el pago del cuarto y para sus propios gastos. Si se trata de una "enganchada", ésta tiene la obligación de atender a quien se lo demande, para cumplir con el proxeneta o rufián. La actitud de la administración del prostíbulo o lupanar frente a situaciones de violencia de los clientes contra las prostitutas adolescentes es de apaciguamiento a fin de evitar la presencia de la policía que con ese pretexto presionará por un cupo mayor.
La prostitución de adolescentes en los lupanares, prostíbulos y casas de cita de la selva tienen características distintas respecto del que tiene lugar en los prostíbulos de la capital y otras ciudades y provincias.
"Aquí, es más libre y a la hora que quieren. Es por la necesidad que vienen; para sus casas, o para los gastos del colegio de sus hijos, o algún gusto que tienen" (Administrador de lupanar-Tarapoto).
"Yo vengo para comprar el gas y otras cositas que necesito; no es todos los días; lo que me da el padre de mi hijo no me alcanza " (Lucy, 14 Tarapoto)
1.3 La modalidad de "las que saben vivir"
Se trata de una modalidad mucho más encubierta, pero igualmente extensa y de organización distinta y características diferentes a las vistas anteriormente. Responde a la elección, intereses y expectativas de las adolescentes implicadas.
Esta es una de las modalidades que con mayor contundencia pone en cuestión los "factores condicionantes" generalmente tenidos en cuenta para explicar la prostitución: abuso sexual, asignación de roles sexuales, precariedad de la familia, carencia de afectividad, baja autoestima, crisis de valores[51]Igualmente, el estereotipo de "explotación" vinculado con la presencia y actuación de proxenetas y rufianes; y el de "dominación" referido al comportamiento de los clientes. En esta modalidad, no hay proxenetas ni rufianes y los clientes no son tales, sino "puntos".[52]
Quienes están
La mayoría de las adolescentes implicadas en esta modalidad de prostitución pertenecen a estratos sociales pobres y medios; tienen secundaria completa, siguen estudios pre o universitarios, carreras técnicas, de idiomas; no han sido "víctimas" de abuso sexual, aunque algunas confrontaron situaciones de violencia familiar que las impulsó a independizarse; se manejan autónomamente; tienen una buena autoafirmación; son muy independientes y no creen en lo que sus padres les dicen ni sugieren.
"Todo lo ven como en su época y así no es; ahora pensamos diferente y por ahí viene el problema; lo mejor para evitar mayores es irte y hacer tu vida" (Jesica, 16, San Miguel).
Es la modalidad que reúne a adolescentes "desinhibidas, preocupadas por sus atributos físicos, independientes y que le entran a todo: atracan, chupan y jalan" (Erika, 17-SJM).[53] A esta modalidad pertenecen los grupos de prostitutas llamadas "trepadoras", "jugadoras", "corredoras" y "vaciloneras"[54] A estas adolescentes lo que les interesa es acceder a determinados niveles de consumo que les permita mantenerse y "vivir la vida". Son igualmente asiduas a los lugares de diversión.
"A veces la relación puede durar; pero lo que importa es el billete y que te paguen tus gustos que te mantenga mejor dicho; pero sin que te tenga para el solito, porque todo depende ¿no?" (Sandra, 16- Barranco)
1.3.1 "Trepadoras", "jugadoras" y corredoras"
En general, las "trepadoras", "jugadoras", y corredoras" son adolescentes que organizan y administran su comportamiento sexual en función a propósitos e intenciones previamente determinados alrededor de expectativas de movilidad social que tienen que ver con el trabajo, los ingresos, el espectáculo, la moda y el consumo.
El grupo reúne a las adolescentes que con o sin documentación falsa, están buscando un trabajo o ya se encuentran trabajando como aspirantes a vedettes, modelos y bailarinas en programas de televisión; en festivales, concursos, ferias, exhibiciones, desfiles de moda "chicha"; como impulsadoras de "services", llamadoras, cajeras, copetineras, meseras en lugares y centros de diversión; como secretarias, recepcionistas, anfitrionas y "apoyos" en oficinas públicas y privadas. Pertenecen a estratos socioeconómicos bajo y medio según el tipo de trabajo de que se trate. En Lima, son mayoritariamente nacidas aquí y provincianas procedentes de los departamentos de la selva, costa y sierra; con marcadas diferencias actitudinales y de seguridad, confianza y autoestima; con familias más o menos estables, pero cuyos padres no intervienen en "sus decisiones". En provincias son del lugar o inmigrantes de los distritos y anexos, hechas rápidamente al ambiente de corrupción y al cambio de favores por sexo.
Se trata de adolescentes que asumen su cuerpo como "la merca"[55] y aceptan el riesgo de entregarlo, con tal de conseguir "un porvenir"; "ganarse con los jefes o el dueño", "salir de pobres". Algunas veces interviene la seducción y el engaño, o el acoso y la extorsión. Los intercambios sexuales no son exclusivamente con hombres. El lesbianismo está bastante extendido por el lado de la demanda. "Finalmente, una se acostumbra a todo" (Laura, 18-Lima).
La mayoría de estas adolescentes está bastante bien informada sexualmente y "sabe cuidarse"; aunque esto puede relativizarse en función a las exigencias del "punto" y de lo que ofrezca
"A veces te piden no usar condón, pagarte la píldora del día siguiente y algo más" (Laura, 18-Lima)
"Puntos" y no clientes
En esta modalidad no hay clientes sino "puntos". Estos pueden ser los "ejecutivos" de los services o de las empresas; los propios jefes, los dueños de negocios, militares de cierta graduación, congresistas, comerciantes, pequeños empresarios, "nuevos ricos", futbolistas. Los intercambios sexuales no están exentos de prácticas sado-masoquistas no consensuadas que suponen grados de imposición y de dominación-sumisión bajo amenazas para guardar el secreto.
"La mayoría son mañosos y te piden que te disfraces o ellos mismos se visten como mujer o como animales; después te amenazan hasta con matarte si se lo cuentas a alguien" (Lorena, 17-VMT)
Las formas de pago varían entre dinero, especies, diversión, viajes; promesas y ofrecimientos de trabajo, ascensos, estabilidad, que no siempre se cumplen.
"Los services, casi siempre premian a sus trabajadoras más eficientes, o a sus vendedoras estrella, con paquetes de diversión que incluye alojamiento, alimentación, licor, drogas y sexo, en hoteles de lujo de hasta cinco estrellas dependiendo de la empresa o del jefe". (Rosa, 17- Impulsadora)
1.3.2 Las "vaciloneras"
Para las "vaciloneras" o "busconas" el propósito que intermedia el intercambio sexual, es divertirse. Este grupo reúne a las adolescentes que se encuentran estudiando o practicando inglés, computación, modelaje, aeróbicos o "están de vagas".
"Somos "lights", vamos al gimnasio, vestimos a la moda, somos desenvueltas, liberadas para poder vivir la vida porque hay que vestirse, comer, divertirse, sin depender de los padres porque éstos están peor que uno. Yo soy de Lima pero mis amigas son de provincias, de la selva, de todas partes" (Miluska, 17-Lima)
Para una "vacilonera" lo que hace no es prostitución sino "sana diversión".
"Para mi no es prostitución porque eso es lo que hacen las que están en las calles y se acuestan con cualquiera por dinero. Nosotras lo hacemos con el que nos gusta. A veces te puedes pasar toda la noche con uno y no pasa nada; te diviertes sanamente y allí acaba todo; pero puedes conocer a un papacito que te gusta y si hay química la pasas chévere y te vas a la cama; a veces te deja algo o te compra lo que necesites; a mi eso no me parece nada malo".(Simone, 16-Barranco).
Los "puntos"
Para este grupo el "punto" es alguien con dinero suficiente y disposición para gastarlo e invitar sin medir precio, a una o varias adolescentes, dentro de las cuales está la que lo "enganchó"[56]. Los gastos que asume el "punto", una vez "enganchado", implican licor, cigarrillos, droga, comida, hostal (cuando el intercambio sexual no culmina en el auto o en el departamento del "punto" o de la adolescente).
"Si tu no tienes plata te las tienes que agenciar para poder divertirte; para eso están los "puntos" que no faltan. A veces te tocan unos "monzes" pero igualito te pagan todo y no sacan nada. Otros son unos vivos y quieren al toque; pero tu los manejas y cuando vas al baño te quitas; si te pescan después hasta te pueden cortar". (Clara, 14 Miraflores).
Tratándose del "punto" lo primero que hace la adolescente es sondear su capacidad de gasto y si cabe la posibilidad de cobrarle por el intercambio sexual.
"Primero lo tasas[57]para no quemarte[58]afuera o adentro del local, eso depende; lo comentas con tus amigas y le haces el lance[59]una vez que atraca y te invita ya lo demás viene solito; si te equivocaste y es misio[60]al toque te quitas".(Pamela, 15-Barranco)
Para efectos del trato previo al intercambio sexual mucho hace la experiencia de la adolescente a efectos de conseguir un pago diferente.
"Es difícil que un punto se te resista porque a los hombres les gusta sentirse machos con sólo que los mires; y si te le acerques y le haces conversación más todavía; y si vas más allá y le gustas, ya está, te paga todo. Otra cosa es cuando viene lo otro. Aquí, primero fijas el precio y si el pata se resiste o te dice que no te preocupes que después lo hablamos, allí queda. Todo depende de ti, a mí me puede gustar mucho, y puedo hacer lo que quiera, pero trabajo es trabajo. Yo por cada cosa que hago, cobro; y cobro bien. Yo no me acuesto con alguien que no me pague antes lo que valgo y lo que quiera que le haga". (Brenda, 17 San Isidro)
Los grados de exposición a situaciones de violencia que pudieran sobrevenir o acompañar a los intercambios sexuales en esta modalidad, son bastante altos, debido al estado en que generalmente se encuentran adolescente y "punto" por el consumo de alcohol y drogas.
"A veces se ponen violentos; por eso tú tienes que saber cuanto tomas y que te metes[61]porque si no estás perdida; a varias de mis amigas les ha pasado" (Pamela, 15-Barranco)
1.4 La modalidad de las "bricheras"
Es otra de las modalidades que pone en cuestión los supuestos explicativos de la prostitución de adolescentes. Se organiza alrededor de la relación prostituta-"punto". Las "bricheras" se prostituyen especialmente con turistas hombres o mujeres que les ofrezcan la posibilidad de "juntarse"[62] o casarse y llevárselas del país.
"A mí lo que me importa es irme de este país de m Un tiempo la pasaré con él, pero después le dejo su hijo y yo tengo que ver algo mejor porque este tío sólo tiene su casa y su trabajo y además vive con su mamá y su perro ¡alucina!." (Mayté, 17 Cusco)
El "bricherismo" es una de las modalidades de prostitución más extendida en los departamentos turísticos del Perú: Lima, Cusco, Iquitos, Huancayo, Ayacucho, Cajamarca, Puno, Ancash, Arequipa[63]. Las bricheras tienen una gran movilidad debido a que fungen de compañeras de viaje del turista que escogieron como "punto" y culminan casándose y yéndose del país. Las bricheras operan en lugares de diversión, hoteles, hostales, tiendas de souvenirs, restaurantes, bares, cafés, y también en parques y plazas donde buscan "pescar un punto". Una vez establecida la relación y dependiendo del interés que el "punto" muestre, la adolescente asumirá el control y manejo de la relación durante el tiempo que dure el "noviazgo".
"En el bricheo son las adolescentes las que establecen las condiciones para lo que pueda pasar, dependiendo de si "el punto" está o no interesado o incluso enamorado. El bricheo propiamente, funciona con extranjeros mayores o con los que vienen para llevarse su ñusta o su huaco. El bricheo tampoco funciona con las gringas o gringos que vienen a quedarse en el Perú. En el caso de los "mochileros"[64]la cosa va por el lado del "vacilón" si es que tienen plata. Antes las bricheras no se metían con los mochileros porque estos son bisexuales, hombres y mujeres, y además malogrados le entran a la cama redonda, el trago, la promiscuidad, la droga ".(Germán, brichero, 17-Cusco).
Las adolescentes implicadas en esta modalidad de prostitución también eluden la caracterización de prostitutas. Sostienen que lo que hacen "no tiene nada que ver con lo que busca una mujer de la calle ". Sin embargo, ellas identifican sus cuerpos como lo que les puede reportar el beneficio del matrimonio, la salida del país o, por lo menos, haberla pasado bien mientras intentaba conquistar un marido gringo.
Para mí lo que te dió diosito hay que saber utilizarlo; no toda la vida vas a tener 15 años y si alguien me compra, en el buen sentido quiero decir, pues que mejor, salir de este país para siempre. (Giovanna, 15-Cajamarca)
"Lo que buscan es casarse o tener un hijo para que se las lleven; pero esto a veces no lo consiguen y otras veces las que consiguen casarse son las "bricheras" más feas, pero son cariñosas y esos les gusta a los gringos" (Christian, 20-Cajamarca),
1.5 La modalidad "digital"
Es la modalidad de prostitución que se publicita a través del avisaje en los diarios de mayor circulación nacional, regional y por internet. Los contactos para intercambios sexuales suelen concertarse a través del celular o mediante correo electrónico. Es la modalidad de mayor extensión en el mundo y a nivel nacional. Para el caso de Lima, basta consultar la sección Relax del diario El Comercio o las páginas de los tabloides "chicha" y deportivos (el Bocón, El Trome, Ajá y otros), o las páginas web y blogs como Prom-Perú, Bellezas peruanas, Zona Caleta, por ejemplo. Estos medios incluyen publicidad sobre los diferentes "servicios" que ofrecen las adolescentes y sus niveles de sofisticación.
¿Cómo está organizada?
El criterio que define esta modalidad de prostitución de adolescentes es empresarial; aunque no es necesariamente selectiva ni excluyente como en la modalidad "underground", que se verá más adelante. Se organiza a través empresas individuales o grupales y de la relación prostituta-cliente. Algunas de estas empresas están conectadas a cadenas de hoteles, empresas turísticas o de diversión, nacionales y extranjeras, que se anuncian en las páginas web de promoción turística o en blogs de este tipo de negocios.
¿Quiénes están?
Adolescentes que se cuidan de aparecer como mayores de 18 años.
"Yo tengo mis papeles falsos, para cuando los necesite; pero en esto todo funciona por lo bajo". (Gisela, 16-Miraflores)
"Uno cree que en esto hay sólo gente mayor y está equivocado; el gran negocio se maneja entre chiquillos y chiquillas que andan perdidos y se meten al sexo; por eso es que a veces uno termina quemándose porque te mandan una "bebé" que te trae el entusiasmo abajo". (Arnaldo, 35 Asia).
Esta modalidad no se limita a mujeres; abarca a homosexuales de uno y otro sexo pasivos(as), activos(as) y modernos (bisexuales), con servicios que incluyen el de hombres para mujeres solas de todas las edades; para voyeristas, sádicos, masoquistas; y para "amantes de los animales". Los intercambios sexuales suponen todo tipo de sofisticación con o sin aparatos. Son cada vez más comunes las prácticas de "sexo duro" o de intercambios de dominación/sumisión entre parejas o tríos. El medio de pago es exclusivamente en dinero.
1.6 La modalidad "underground"
Es la modalidad de prostitución que "no parece pero todos saben que es". Es la más encubierta pero la de mayor cobertura publicitaria en cable y en internet. Esta clase de prostitución se extiende a los servicios que brindan casinos exclusivos de la capital, a eventos nacionales e internacionales vinculados con la publicidad de productos y marcas para belleza, ropa, deportes; exhibiciones y venta de autos; concursos de belleza, desfiles de modas; turismo sexual exclusivo a través de cadenas de hoteles en el mundo.
¿Cómo está organizada?
Está organizada por "empresas" clandestinas que utilizan como razón social nombres que nada tienen que ver con el comercio al que se dedican. El criterio conque se maneja esta modalidad de prostitución, es "estrictamente empresarial". Quienes ingresan, es para hacer dinero.
"El propósito de quienes controlan este negocio y de las propias chiquillas que optan por pertenecer al "jet set" de las engreídas del alto mundo, es hacer dinero brindando el mejor servicio al cliente, dentro de la más absoluta clandestinidad" (Informante 1-Lima).
Se trata de empresas especializadas en satisfacer los gustos sexuales más exigentes de clientes exclusivos, lo cual les permite entrar en contacto directo con personalidades del poder político, económico e institucional. Otra de sus características es el consumo sofisticado de drogas y alcohol.
¿Quiénes están?
Esta modalidad reúne a adolescentes preferentemente de raza blanca peruanas y extranjeras; con atributos físicos naturales o impuestos, medidas, talla, presencia; pertenecientes a estratos sociales alto y medio alto; informadas sexualmente y sobre temas culturales, deportivos, del cine, los lugares turísticos; con educación secundaria o estudios superiores; con manejo de idiomas y roce social; sin prejuicios sexuales; con independencia y capacidad de decisión individual; con una alta autoestima personal y dispuestas a "hacer de su vida algo distinto".
"Hay de todo; todas muy lindas. En algunos casos se trata de chicas que simplemente les gusta el "vacilón", otras que quieren verse en las revistas de moda, en los concursos, los desfiles de modas, en las pasarelas, otras que tienen problemas con los padres o la madre que nunca están con ellas; otras aburridas del círculo en que viven; otras por imitación; y también hay las que tienen problemas con el sexo; pero todas quieren sentir "poder", sentirse deseadas, contempladas; todas son desafiantes" (Informante 1-Lima)
Reúne también a adolescentes homosexuales hombres y mujeres.
"Siempre hubo demanda de homosexuales sólo que ahora hay más oferta de gays, de travestis finos, de transexuales y de lesbianas, chiquillas incluso. Cada día es más frecuente que una "tía" o las ejecutivas viajen con su dama o damas de compañía. Eso, creo, es en todo el mundo". (Informante 2-Lima)
Las adolescentes que ejercen la prostitución en esta modalidad, están lejos de los estereotipos con lo que generalmente se trata de identificar los factores condicionantes para el ejercicio de la prostitución. Las adolescentes son consideradas como un "producto valioso", lo cual influye en el nivel de revalorización y autoestima que sienten las adolescentes implicadas, sumado al grado de conciencia y de consentimiento que supuso su opción
¿Quiénes son los clientes?
El derecho de admisión es "reservado" a clientes exclusivos. El requisito para el ingreso de nuevos clientes se hace a través de la presentación de uno o dos "clientes" conocidos. El pago por los servicios sexuales es en dinero a través de modalidades que permiten mantener el anonimato y la confidencialidad. No funcionan las tarjetas de crédito por las implicancias que pudieran derivarse con la identificación del propietario.
CAPITULO II
Abordar el problema de la prostitución de adolescentes será siempre difícil por la complejidad que implica. Tanto por el tipo de sujetos implicados y su distribución por sexos, edad, instrucción, procedencia (geográfica, familiar, social); por sus causas, características, extensión, crecimiento, consecuencias; como por sus interacciones con la institucionalidad del orden y la sociedad formales: familia, escuela, trabajo, salud, ley, cultura, política, poder; y sus interacciones con la corrupción y la delincuencia organizada del orden informal que regula la vida de sus actores.
Parte del esfuerzo para dar respuesta a su complejidad supone superar la reducción de sus modalidades a la situación de pobreza y de extrema pobreza de miles de adolescentes y a la pretensión de su entendimiento desde las evidencias inmediatas que muestra la calle o los prostíbulos clandestinos. La prostitución de adolescentes no puede presentarse como una simple resultante de lo inmediatamente observable. Esto resiente no sólo el método del conocimiento de lo social, sino también su teoría. No es un problema de naturalezas y decisiones individuales, pues esto significaría perder de vista la perspectiva de su configuración social. Tampoco se trata de un problema aprehensible desde los estereotipos que circulan acerca de la violencia familiar, del abuso sexual, de la asignación de roles sexuales, del "enfoque de género", del orden social patrilineal y "falocrático", de la sumisión de la mujer como objeto de placer para el hombre. Estos supuestos resultan ajenos a la racionalización que hacen las propias adolescentes prostitutas respecto de sus necesidades insatisfechas, sus expectativas de vida, su lugar en la estructura social; y están igualmente distantes del conocimiento sociológico y de la posibilidad de construcción del hecho social.
La indagación sociológica que este trabajo propone es entender el hecho social de la prostitución tomando como insumos básicos la propia configuración que de ella hacen los sujetos implicados, y la teoría y el método como medios para llegar a ellos y a su práxis social. Esto empieza asumiendo el problema como algo desconocido, sintiendo que se está frente a hechos insospechados que pueden sorprendernos o incluso desconcertarnos.[65]
En este sentido, el resumen expuesto en el capítulo anterior dio cuenta de las modalidades de prostitución constatadas empíricamente, a fin de:
(a) Situar el entendimiento de la acción social de miles de adolescentes en el actual contexto de la cultura, la institucionalidad y la estructura social existentes, destacando el hecho de que la prostitución de adolescentes no puede sustraerse a una institucionalidad pública -policial, municipal y judicial- y privada, corrupta y útil a la acción de mafias de proxenetismo y rufianismo y a la expansión del comercio sexual en todas sus formas: pedofilia, trata, turismo sexual infantil, pornografía, matrimonios convenidos.
(b) Llamar la atención respecto de lo que habría que tenerse en cuenta para una mejor comprensión del problema según la modalidad de que se trate:
Como un problema de exclusión, segmentación y segregación social en lo educativo, lo ocupacional y lo territorial, para las modalidades callejera y establecida en prostíbulos y lupanares.
Como expresión de situaciones vinculadas a componentes generacionales, de movilidad social, de valores, de formas y estilos de vida relacionados con el consumismo y la moda, de liberación femenina, y de culto al cuerpo y al sexo (como posibilidades de ingresos rentables), para las modalidades asociadas a lugares de diversión y de relax (discotecas, bares, cantinas, nigth clubs, pubs, casinos, karaokes, saunas, masajes, jaccuzi); a la publicidad (desfiles de modas, concursos de belleza, exhibiciones); a la televisión (bailarinas, vedettes, miniseries); a los espectáculos (festivales, concursos, conciertos); a instituciones públicas (para efectos de contratación de personal); a los "services"; al turismo sexual (nacional e internacional); a los hostales, hoteles y hospedajes (que encubren y favorecen el comercio sexual); a la micro o gran empresa individual, grupal, nacional e internacional constituida para prostituir adolescentes.
(c) Entender la existencia de cliente y "punto" como construcciones simbólicas hechas por las prostitutas para referirse a los sujetos que frecuentan la prostitución al interior de cada modalidad, dejando de lado las aproximaciones al comportamiento social de estos sujetos desde parámetros moralistas o psicologistas.
Para las prostitutas cliente o "punto" se asocia a posibilidades diferentes de pago ante la eventualidad de un intercambio sexual. Cliente es el sujeto que busca, selecciona y elige una prostituta para concretar un intercambio sexual a cambio de un precio establecido por aquélla. "Punto" es el sujeto identificado o elegido por la prostituta para asumir pagos de consumos diversos previos al intercambio sexual que puede o no ocurrir. Si se concreta, puede implicar un pago adicional en dinero, una propina, un regalo, el cumplimiento de una promesa u ofrecimiento. El "punto" está generalmente asociado a situaciones y factores que pueden favorecer o afectar la posibilidad de uno o más intercambios sexuales. El cliente establece a través del precio, las condiciones del intercambio sexual en común acuerdo con la prostituta (sin que esto quiera decir que necesariamente las partes implicadas cumplan con lo establecido).
Clientes y "puntos" se ubican en lo que podría denominarse la demanda del mercado de la prostitución. ¿Qué es lo que explica el incremento de esta demanda en los últimos veinte años, en el Perú y en todo el mundo? La respuesta posiblemente tenga que ver con el incremento en el número de adolescentes dispuestas a intercambiar sexo por dinero, especies o diversión. Indagar al respecto, rebasa la intencionalidad del presente estudio.
Lo que ahora importa, en este segundo capítulo, es procurar elementos de juicio que contribuyan a la reflexión sobre los "estereotipos" con los que se ha venido tratando de entender la prostitución de adolescentes en sus diferentes modalidades.
2. Para un nuevo planteamiento conceptual
La mirada a las modalidades de prostitución de adolescentes, hecha en el capitulo I, advierte que para efectos de una mejor comprensión de la prostitución de adolescentes hace falta una reflexión mayor sobre las categorías[66]prostitución, intercambio sexual, interacción sexual, los sujetos cliente y "punto", el precio y sus formas de cobro y pago, las nociones de dominación y explotación.[67]
2.1 Prostitución, intercambio de sexos e interacción sexual
Ya se vio que la prostitución de adolescentes, en tanto hecho social, está y se extiende en diferentes modalidades y "escenarios"[68] permeabilizando el conjunto de las relaciones sociales; sin que esto tenga necesariamente que llevar a pensar que todo es prostitución, o que toda interacción sexual la suponga.
De lo que dan cuenta las constataciones empíricas es que el hecho social prostitución es posible construirlo a partir de la observación de la situación en la que dos sujetos, hombre y mujer, intervienen para concretar un intercambio de sexos[69]Este intercambio no sólo tiene connotaciones distintas a las implicadas en la interacción sexual que se da entre parejas más o menos estables o entre marido y mujer comprometiendo una entrega mutua de sexualidades[70]sino que ocurre dentro de específicas condiciones de comercio sexual. En el intercambio de sexos (o intercambio sexual), cada sujeto interviniente tiene su propia perspectiva unilateral e independiente de la otra: satisfacer una necesidad o impulso sexual por una de las partes; obtener un ingreso en dinero o un pago en especies, por la otra parte. Este intercambio está lejos de suponer una relación amorosa, afectiva, sentimental. Se trata del puro intercambio de sexos anatómicos, donde sexo y sexualidad no tiene coincidencia alguna.
Esta definición dista de las existentes en los diferentes estudios analizados, que le atribuyen a la prostitución una connotación de interacción sexual por dinero; de relación sexual a cambio de dinero u otra forma de pago; de compra del cuerpo de una mujer por dinero; de placer sexual que buscan los hombres a cambio de un pago; de servicio personal que da una mujer a cambio de dinero; de trabajo realizado por mujeres de cualquier edad para conseguir dinero para subsistir ellas y su familia; de instinto innato que tienen los pobres; de actividad de sobrevivencia que realizan las personas utilizando sus órganos sexuales; de forma de vida de los que no tienen educación; de forma de convertir el sexo en mercancía; de actividad que se ejerce por necesidad y no por gusto o placer; de relación de poder más que de placer; de acción que viola los derechos humanos; de forma contemporánea de esclavitud.[71]
En todas estas definiciones existe el presupuesto de que lo que distingue y caracteriza a la prostitución es que, independientemente de tratarse de una interacción, relación, placer, servicio, trabajo, instinto, actividad, forma de vida, necesidad, relación de poder, esclavitud, aquélla supone la venta del cuerpo y está intermediada por el pago en dinero y que éste sirve para atender problemas de subsistencia individual y familiar.
"Yo no vendo mi cuerpo porque el que se acuesta conmigo no se lo lleva; lo que hace es tocarlo y penetrarme por unos minutitos; yo no le entrego nada ni siento nada y del que estuvo conmigo no me acuerdo. Lo que me pagan no es por mi cuerpo sino por lo que sienten ellos; no sé lo que será pero tampoco me importa. La plata me sirve para ser libre". (Doris, 18-Lima)
"Para mí no es que no tenga para comer, porque yo tengo mi familia y tengo mi casa, o mejor dicho la casa de mis padres. Yo estoy en esto porque me gusta divertirme, conocer otra gente, y si se puede, tener mi plata ¿por qué no?; pero lo que más quisiera es viajar, conocer otros países; tal vez por ahí me sale un buen partido y me caso y tengo mis hijos".(Manuela, 17-Cajamarca)
Las evidencias mostradas en el capítulo anterior advierten que las diferentes acepciones asignadas a la prostitución, se limitan a lo que podría ser atribuible a ciertos grupos de adolescentes dentro de las modalidades callejera o establecida en prostíbulos, lupanares o casas de cita; pero en modo alguno a todas las modalidades y formas de prostitución. El intercambio sexual en otras modalidades puede empezar siendo tal, pero derivar en una interacción sexual dentro de matrimonios establecidos como en el caso de las "bricheras", o de formas de convivencia más o menos estables dentro de otras modalidades. Sólo en las modalidades que reúne a adolescentes "enganchadas" y a las de extrema pobreza, la prostitución asume una connotación de sobrevivencia; pero aún en estos casos, la prostitución no deja de ser un intercambio de sexos.
2.2 Precio, pago, cobro y "ganancias"
Todo intercambio sexual supone un precio. En la modalidad callejera puede ser establecido por la propia prostituta (en el caso de las que trabajan "por su cuenta"), o por el proxeneta, la mafia o el rufián si se trata de una "enganchada" o dependiente. En otras modalidades, la secuencia precio-pago-cobro, se concreta en formas diferentes (dinero, especies o diversión) según se trate de clientes o "puntos", y de la estructura organizativa en la que se encuentra la prostituta, tal como quedó demostrado en el capítulo I.
Tratándose del pago en especies, lo que habría que decir es que esta forma puede llegar a sustituir el pago en dinero, bajo determinadas circunstancias condicionantes. Ocurre en la modalidad callejera, pero también en la modalidad establecida en prostíbulos y lupanares de provincias y distritos pobres, cuando no se trata de una "enganchada".
"Yo tengo un cliente que me compra cosas para mi hijo y para mí; cosas de comida. Va a mi cuarto y allí estamos. Eso es cada semana. Aparte es mi trabajo con otros. Hay varias así, que tienen clientes que les pagan con comida". (Juana, 16 años, VMT).
Una de las expresiones más claras del pago en especies ocurre en las modalidades de "las que saben vivir" a través de ropa, zapatos, zapatillas, perfumes, alimentos, pago de alquileres, muebles, celulares, equipos electrónicos, internet, licores, protección, diversión, viajes, hospedajes, consumos, adicciones, ofertas de trabajo, aumentos de ingresos, ascensos, prerrogativas.
Otra expresión clara se da en la modalidad de las "bricheras". Aquí las "especies" pueden ir desde los pasajes para ir a conocer la ciudad del pretendiente hasta el pago de pasaportes, pasajes y estadía de los familiares para visitar a la hija en el país del "esposo". Todos los gastos que ocasionen los preparativos para el matrimonio y la estadía de la futura esposa, corren por cuenta del "punto" extranjero. Nada de lo cual, ciertamente, garantiza la "fidelidad" de la "brichera"
"Él pagó todo, desde el pasaporte para mí y mis padres cuando fueron a visitarme y allá todo me daba pero era recontra aburrido más el frío y aparte que no entendía nada y estaba todo el día en la casa. Él no quería que saliera porque decía que era peligroso pero igualito yo me escapaba, y así fue que conocí al que ahora es mi novio que es canadiense. Otras allí se quedan las pobrecitas, o las agarran las mafias y desaparecen". (Verónica, 20, Cusco. Se fue casada en Perú a Noruega a los 17).
El pago en especies aparece también formando parte del trabajo de "enganche" de adolescentes que realizan los "maduros protectores"[72]. Se trata de una variante de proxenetismo que se esconde tras la figura de una persona mayor que se ofrece a la familia de la adolescente para hacerse cargo de su alimentación, educación, y la posibilidad de viajar y conocer otros lugares. Adicionalmente está el ofrecimiento de ayudar a la familia. La adolescente (normalmente entre 12 y 15) es "entregada" por sus padres al "maduro" para asegurar lo ofrecido. A partir de ese momento no se sabe nada ni de la adolescente ni del "protector". Este suele ser identificado por la familia como el "marido" de la adolescente.[73] De este modo, la "entrega" de una menor a"un maduro" o "tío" que antes formaba parte de "la costumbre" en algunos lugares del país y que significaba que aquél podía figurar como su marido y tener relaciones dentro de la casa o llevándosela "de viaje" por dos o tres días, ahora se ha convertido en una modalidad de rapto que el pago en especies, la ignorancia de Códigos y leyes y la venalidad de las autoridades, hacen posible.
"Confiada yo le entregado mis dos hijos, un varoncito de 11 y una mujercita de 13 para que la ayude diciendo y ahora no sé nada. La policía, ya va aparecer, ya va aparecer me dicen, pero nada hacen. A la mujercita dicen que la han visto en Iquitos, pero del varoncito no sé nada. Yo lo que quiero es que me los devuelva porque algo malo les puede pasar."(Madre de familia, Pucallpa).
En otras modalidades las especies pueden aparecer formando parte de las interacciones entre cliente y prostituta, pero rara vez sustituyendo el pago en dinero.
"Cuando ya te conocen a veces te traen regalos, sobre todo los mayores que son señores decentes y que te ven como su enamorada, se sienten bien regalándote. Otros te regalan porque quieren que les hagas cosas, sacarte fotos Yo no atraco; a mí por cada cosa cobro aparte". (Elena, 16- Miraflores).
"Cuando te vas acompañando, todo te pagan; a veces duermes en el carro otras en "hotel". Las que tienen hijo también lo hacen, no les importa, dejan a su criatura con quien sea". (Rosa, 16, Cañete)
"Yo no me hago paltas cuando me regalan, pero eso sí, todo de marca. Lo otro es mi plata. Una cosa no tiene que ver con la otra. Hay algunas que se van de viaje y sólo reciben regalos y nada de billete; eso no va conmigo". (Maribel, 18 Chimbote)
Respecto a lo establecido en la legislación peruana con relación a lo de precio-cobro y pago, el recientemente modificado artículo 180 del Código Penal cree entender que es el rufián el que "explota la ganancia obtenida por una persona que ejerce la prostitución" (las cursivas son propias), y en su artículo 181, igualmente modificado por la ley 28251 de mayo del 2004, asume que el proxeneta es apenas "el que compromete, seduce o sustrae a una persona para entregarla a otro con el objeto de tener acceso carnal ". Ignorar, en este sentido que el proxeneta es, individualmente o en mafias, el principal agente promotor, administrador y controlador del comercio sexual en todas sus modalidades (trata, pornografía, prostitución turismo sexual) no sólo de adolescentes sino también de niños y adultos, es incurrir en una limitación de entendimiento y constatación. Primero, porque los intercambios sexuales prostituta-cliente, prostituta-"punto" no genera "ganancias"[74] sino ingresos, cuya distribución es inmediata, independientemente de que se los apropie el proxeneta o rufián o la propia prostituta. Lo cual quiere decir que no generan "ganancia" alguna. Sólo en las modalidades "digital" y "underground" se pudo constatar que algunas prostitutas tenían hechas "inversiones" especulativas a fin de generar "ganancias" con sus ingresos. Pero en estos casos, el manejo de tales "inversiones" es directamente asumida por la prostituta. El marido, novio o enamorado, o algún familiar, no tienen ingerencia alguna, a no ser como beneficiarios indirectos. Segundo, porque no es el rufián, sino el proxeneta o la mafia a la que pertenece y otros intermediarios, los que se apropian de los ingresos que generan los intercambios sexuales de la prostituta adolescente en las modalidades en que exista su presencia y acción.[75]
Generalizar que la prostitución supone "pago en dinero" y que ésta sirve para satisfacer necesidades de sobrevivencia es ignorar que, dependiendo de la modalidad de que se trate y de la estructura organizativa en la que se encuentre la prostituta, se pueden dar situaciones diversas para fijar el precio del intercambio sexual, para efectivizar su cobro, y para determinar el destinatario o los destinatarios del dinero recibido y su finalidad.
2.3 ¿"Dominación" o imposición?
Respecto de lo que en la literatura existente sobre prostitución se ha venido llamando relaciones de "dominación" a las que se dan entre cliente y prostituta, cabría observar que en ninguno de los estudios analizados (Cf. Anexo 01), se pudo encontrar definición alguna sobre esta categoría, más allá de su sobreentendimiento. Las aproximaciones, en todo caso, son genéricas y descontextualizadas respecto de los procesos económicos, políticos, sociales, científico-tecnológicos y culturales vividos en los últimos 20 años a nivel mundial. Son igualmente percepciones irreflexivas y al margen de la producción bibliográfica especializada tanto sociológica como de otras ciencias afines.
En ausencia de una definición que remita a la significación que se le quiere dar al término "dominación", no queda sino remitirse al origen etimológico del mismo.[76] Dominación procede de "dóminus", que quiere decir señor, amo que domina cualquier forma de señorío en condición de dueño. Dóminus a su vez procede de domus, que equivale a casa; y domus deriva el verbo "domare" (emparentado con el griego damao) que significa domar, domesticar, amansar, vencer, subyugar; y estas podrían ser las acepciones más cercanas a lo que quisieran significar las corrientes feministas al referirse a la relación cliente-prostituta. (Las cursivas son propias). Debe advertirse, además, que el origen de la palabra dominación se entronca con el derecho divino o casi divino que se solía atribuir a los amos o señores dueños de territorios, incluidos sus habitantes.
Llevado todo esto al terreno de la prostitución y haciendo un esfuerzo de imaginación igual o parecido al que deben haber realizado las defensoras de la noción de "dominación", tendríamos al cliente o "punto" en un local de diversión o de relax, en un prostíbulo, en el cuarto de un hostal, en un "hueco", e incluso en la calle o en un "sitio" , posesionado como dueño de esos espacios, amo de las prostitutas o prostituta y dispuesto a domarlas, domesticarlas, amansarlas, vencerlas , subyugarlas. Curiosa figura de imaginación, pero nada real de acuerdo con lo constatado y expresado por las prostitutas adolescentes en las diferentes modalidades, al referirse al cliente o "punto".
"Todo lo que dicen de los clientes está en la cabeza de esas señoritas que vienen a hablarnos de dominación, explotación y de la palabra de Dios; ¿acaso ellas son putas para saber como es el trato? ¿Cómo vas a hablar si no conoces? Lo que yo creo es que a ellas les cuentan las más chiquillas lo que quieren escuchar y después ellas lo repiten, eso me parece que es". (Doris, 17 San Miguel)
"Afuera está lo feo; irte con el cliente no es nada porque si no es un loco o un drogo, el pobre está asustado y tú lo tienes que tranquilizar; y si es alguien que te conoce, le tienes que escuchar que te cuente su vida y a veces ni se ocupa[77]Otros te enamoran y te dicen que te quieren hacer su mujer, que mejor te salgas; otros vienen borrachos pero no se atreven con una; buscan a las más tías y si son chibolos a las chiquillas para joderlas, pero tu ya sabes y las aconsejas. Al caficho no le importa, entre nosotras nos tenemos que proteger."(Teresa, 17-SJM)[78]
Otra de las ideas que tiene que ver lo que se llama "dominación" encuentran sustento en las apreciaciones que Bourdieu hace sobre la dominación masculina[79]y que no es otra cosa que la suscripción de muchos de los presupuestos de los que parten los enfoques feministas, retrotrayéndose a una interpretación limitada y sesgada del patriarcado; de las diferencias sexuales y la asignación de roles que se producen y reproducen a través de la familia, la escuela y la iglesia. La violencia simbólica de la que habla Bourdieu, y que haría legítima la desigualdad entre hombres y mujeres, está lejos de expresarse en autoreclusión y autocensura de parte de las adolescentes prostitutas, y menos aún en sometimiento y subordinación, de acuerdo con las constataciones de las que se ha dado cuenta en al capítulo I de este trabajo.
Una y otra perspectivas, la del feminismo y la de Bourdieu, lejos de contribuir a la afirmación de la mujer-y de la prostituta adolescente- como sujetos sociales, lo que hace es corroborar el presupuesto de considerarlas como sujetos de protección; como "víctimas".
"Protección de qué, ¿acaso las leyes sirven para algo, o la policía o la justicia? Ellos mismos son los que nos maltratan y amarran todo porque creen que nosotras somos lo peor, pero cada día la mujer es más fuerte y pronto seremos las que gobernaremos el país y el mundo".(Belinda, 16-Chimbote)
Por todas estas consideraciones quizás convenga acoger la categoría de imposición (en lugar de dominación) que subyace en el sentido común sociológico de las adolescentes prostitutas, cuando éstas se refieren a las situaciones de tensión que se producen con los clientes o "puntos" al momento de transar el precio del intercambio sexual y durante éste. Adviértase de antemano, que generalmente esa tensión suele aparecer, con más frecuencia, en la modalidad callejera y en la establecida clandestina. Aquí el cliente tiene la posibilidad de imponer un menor precio al señalado por la prostituta; y, como ya se dijo, la posibilidad de negociar, dependerá de la situación en que se encuentre respecto del proxeneta o rufián.[80] En la modalidad "libre" o "por su cuenta" la naturaleza de los factores condicionantes determinará las posibilidades de una mejor o peor negociación. Si esos factores tienen que ver con la urgencia de un ingreso para satisfacer necesidades básicas propias o del hijo o de la madre enferma, o del marido preso, quien finalmente impondrá el precio y su forma será el cliente; pero esto, en lugar de advertir la posibilidad de un intercambio sexual en condiciones de "dominación", lo hace más indiferente y rápido. Lo mismo ocurre en otras modalidades, cuando el regateo está presente.
Tal vez futuras investigaciones den cuenta de la existencia de situaciones de "dominación" del cliente o "punto" en el sentido atribuido por el feminismo y Bourdieu. Convendría considerar, sin embargo, que para hacer efectiva cualquier aproximación al problema, se tiene que abandonar previamente el sesgo distorsionador de la historia, rescatando la presencia del matriarcado y precisando el rol de la religión y de la iglesia en la institucionalización del orden falocrático, machista y patrilineal.
Vivimos el tiempo en que hombres y mujeres nunca estuvieron más dispuestos para el sexo y que su ocurrencia en la prostitución no tiene más diferencia que la de ser objeto de estudio. Permanecer anclados a los estereotipos de una modernidad que hace décadas abrió paso a las mujeres y a sus conquistas de libertades ciudadanas, al propio tiempo que a nuevos conceptos sobre sexo, sexualidad, amor, artes eróticas, culto al cuerpo, seducción, familia, matrimonio, autonomía, mientras los hombres nos acomodamos a esos imaginarios, no enriquece la discusión, sino que la hace árida y estéril.
2.4 Género y prostitución
Los cambios habidos con "el fin de la historia" y la instauración de los modelos individualistas que apareja el capitalismo post-industrial, conjuntamente con la serie de conquistas alcanzadas por las mujeres desde la década del 50 para adelante, abren paso a los enfoques de género y con ello a una gradual y creciente emancipación de la mujer. Si bien es cierto, que el balance de los cambios, que las nuevas posiciones del feminismo institucional han asumido son todavía tema de debate actual, no es menos cierto que las repercusiones del feminismo en la mentalidad y la acción social de las mujeres ha producido modificaciones que van desde los extremos de las identidades autoconstruidas y la transexualidad, hasta los intentos de conversión absoluta de la anorexia.[81]
Desde que en los años 30 del siglo pasado, Margaret Mead en un esfuerzo de constatación de lo obvio dijera que no todas las sociedades obedecían a un patrón patriarcal de organización (pretendiendo ignorar que las tribus primitivas de Nueva Guinea no conocían el matrimonio burgués y católico de las sociedades capitalistas de ese tiempo); y desde que en 1949 Simone de Beauvoir en una suerte de acertijo verbal afirmara que "Una no nace mujer, sino que se hace mujer", las ideas de género se han hecho sentir en la configuración del nuevo rol de la mujer en las relaciones sociales; en los niveles de autoafirmación y confianza y en la reafirmación de su autoestima. Pero igualmente en las distorsiones respecto del sexo, la sexualidad, la reproducción, la familia, la ocupación, el cuidado y la orientación de los hijos, la convivencia y el respeto mutuo entre mujeres y hombres. De hecho, todo esto es también perceptible en las diferentes modalidades de la prostitución. En todas, los comportamientos de las adolescentes advierten la existencia de niveles de percepción y entendimiento de los cambios habidos en la igualdad y equidad de la mujer. Esto se pone de manifiesto en el desarrollo de sus rutinas respecto del cliente o "punto"; con el proxeneta o el rufián, cuando los tienen; con el marido o la pareja, cuando sus roles no coinciden con las del rufián; con las autoridades cuando no intermedia el abuso y la violencia.
La acción de la corriente del feminismo radical o feminismo de género, en el trabajo con adolescentes prostitutas y en general con el tema de mujer, familia, y prostitución no ha dejado sin embargo, de producir algunas distorsiones en la manera de entender y enfrentar la relación entre mujeres y hombres.[82]
El "enfoque de género" es la posición sostenida por la corriente del feminismo radical que tiene una presencia destacada en los Estados Unidos. Suele identificarse también como "feminismo de género"[83]. En el Perú se vincula con el trabajo que realizan algunas ONGs en el trabajo con familias, mujeres adultas, niñas y homosexuales sobre temas de violencia y abandono, y el referido a la prostitución como "explotación sexual". Guarda diferencias con las propuestas que sostiene el feminismo de equidad que trabaja fundamentalmente con las temáticas y la realidad de la familia, la escuela y la ocupación.
Para el feminismo de género, la cuestión de la mujer nunca ha sido una cuestión feminista. Lo que importa son "las causas de la desigualdad sexual entre hombres y mujeres y el dominio masculino sobre la mujer".[84] El propósito de la agenda feminista de género no es mejorar la situación de la mujer, sino separar a la mujer del hombre y destruir la identificación de sus intereses con los de sus familias. Mejorar la situación de la mujer o aumentar su libertad, sostienen, obstaculiza la revolución de clase sexo/género.[85] Alcanzar ésta, en consecuencia, supondría acabar con el sistema discriminatorio de clases por sexos sobre la base de sus orígenes en la naturaleza",[86] proponiendo en su lugar la reproducción biológica con otras técnicas, puesto que "la penetración heterosexual es una violación, sea cual fuere la experiencia subjetiva"[87]
El enfoque de género del feminismo radical lucha porque las mujeres logren el apoyo económico del Estado; reclamen la libertad sexual incluyendo derechos homosexuales para hombres y mujeres; asuman el control feminista de la producción ideológica y cultural en los medios de comunicación; identifiquen sus intereses con la mujer antes que con sus deberes personales hacia el hombre y la familia; establezcan una cultura feminista que pueda sostener a la mujer ideológica y materialmente fuera del patriarcado.[88]
En el Perú, para quienes se inscriben en esta perspectiva y trabajan el tema de prostitución, la mujer es definida en "función de la reproducción y de la satisfacción de los hombres, del placer, del servicio que tiene que dar al hombre"; por oposición, "la identidad del hombre se encuentra en la superioridad, la conquista y la dominación"[89]. Sostienen que "la prostitución pone al descubierto un concepto de sexualidad que privilegia la satisfacción masculina y el sometimiento femenino y refuerza un modelo machista de sexualidad brutal y violento[90]
Ciertamente, no es este el sentir ni el pensar común de las prostitutas adolescentes con las que se contactó en los dos estudios que sustentan el presente trabajo; aunque tampoco puede ignorarse que en muchas de ellas está presente el convencimiento de que "en las sociedades patriarcales como la peruana la mujer siempre será considerada en un estatus secundario, del que deriva su situación de opresión y sumisión"[91]. Afirmando que lo que les toca es enfrentar a los hombres desde la posición que ocupan en el intercambio sexual.
"Las promotoras y las gringas que vienen te dicen que todo los que nos pasa es porque vivimos en una sociedad (hay no me acuerdo), si, eso, patriarcal, donde el hombre es el que manda y nos tienen como su objeto; que tenemos que salirnos para demostrarles que la mujer es igual que ellos y que podemos hacer lo mismo; pero yo digo, si ellos mismos tampoco tienen trabajo y son más misios que uno; por lo menos nosotras tenemos nuestro cuerpo" (Naomi, 14 años SJM)
"Aquí nosotras recuperamos el poder sobre los machos, porque ellos no pueden imponernos sus caprichos; si quieren lo toman y si no lo dejan no les damos placer porque yo por ejemplo no siento nada; no es igual con mi marido pero a él también se lo doy cuando yo quiero todas nos protegemos y el caficho que es abusivo se las tiene que ver con toditas hay diferencias, por supuesto, porque algunas están enganchadas, esas ni hablan con nosotras ni tampoco nos metemos, pero ya los tenemos marcados.(Lucy: 18 Tarapoto),
Proponer que la lucha de la mujer debe centrarse en "desconstruir" el orden natural y genético para que las diferencias entre hombre y mujer abran paso a la existencia de cinco sexos en lugar de dos;[92] o reclamar que los Estados "reconozcan el derecho a determinar la propia identidad sexual; a escoger con quién engendrar y criar hijos, como elementos fundamentales de los derechos humanos de toda mujer"[93], advierte claramente la presencia de un discurso que tergiversa la historia, la ciencia y la tecnología apelando al metalenguaje de los derechos humanos y a la imaginería de la dominación patriarcal.
La identidad "de género" pasa por el reconocimiento de la diferencia natural de los sexos y por su constitución social en convivencia entre hombres y mujeres, dentro de normas y pautas que se reconstruyen históricamente en función a los procesos de transformación económica de la sociedad y a sus relaciones con la ideología y la cultura.
2.5 "Victimas" y prostitución
Los análisis sobre la prostitución de adolescentes están anclados en la realidad de la prostitución callejera como ya se dijo anteriormente; pero incluso aquí su mirada es la del moralismo compasivo e inmovilizador. Nadie pone en cuestión lo difícil y lacerante que es la realidad que viven las adolescentes que son obligadas a prostituirse o que se prostituyen impelidas por la necesidad de ingresos. Pero esto no justifica, ni implica hacerlas "víctimas".
"A mi me da risa cuando vienen esas señoritas que después salen en la tele diciendo que somos víctimas; sus víctimas son sus empleadas que después se escapan y se vienen a trabajar aquí donde ganan en un fin de semana lo que ni siquiera les pagan porque así nomás les hacen trabajar. Ellas creen que son mejores que uno porque han ido a la universidad y ahora viven de hacernos focus group, llevarnos a la posta o hablarnos del Sida".(Roxana,17 Cercado).
De aquí la necesidad de replantear el análisis de "victimas" desde una perspectiva que tenga en cuenta la realidad en la que se sitúa el problema de la prostitución y el sentido y significado que tiene para las adolescentes enfrentar esa realidad desde lo único que tienen para hacerlo: su cuerpo.
"Trabajo hay, lavando ropa, cuidando chiquitos, ayudando en los puestos de ropa, vendiendo gaseosa o comida, pero ¿cuánto te pagan?. ¿Acaso eso te alcanza para comprarte ropa, pagarte el colegio, salir con tus amigas, irte a comer?. Yo empecé de mesera en un restaurante y allí nomás en un fin de semana me hice lo que iba a ganar en un mes. ¿Y las que tienen hijo? ¿Acaso la ley les va dar de comer cuando el padre es un vago? Para él también se la tienen que buscar".(Madeleine, 16-Trujillo).
Seguir alentando el estereotipo de "víctimas" impregnado de psicologismo o de moralismo, sirve a una intencionalidad efectista, pero no al entendimiento de la realidad que viven las adolescentes que son prostituídas o se prostituyen en cada una de las modalidades constatadas. La prostitución es una realidad cuyos sujetos implicados de manera directa no necesitan que se les victimice sino que se les identifique y entienda como actores sociales que responden a procesos de estructuración social que no controlan. Sólo controlan las rutinas de interacciones que les permiten responder con su cuerpo a sus necesidades y expectativas. La prostitución no hace victimas ni son víctimas las que lo ejercen. Se trata de una realidad que se configura alrededor de niñas, niños y adolescentes, muchos de ellos víctimas de abuso sexual y de diversos tipos de maltrato, pero que salen de esta situación a la prostitución como una alternativa de respuesta a los hechos que deterioraron su personalidad. Esto, sin embargo no constituye un presupuesto generalizable. En el caso de las adolescentes de las modalidades distintas a la callejera y a la establecida en prostíbulos, pocas fueron víctimas de abuso sexual o maltrato. La racionalización de los por qué de su opción pasa por la realidad concreta de cada una; no por el supuesto de víctimas.
"A mí mi padrastro me quiso poner la mano y yo le eché agua hervida justo en su pene porque estaba sólo en calzoncillo. Mi mamá me dijo que era una asesina y me botó de la casa. Me fui donde mi amiga y allí empecé a salir con hombres. Yo los trato con desprecio y así y todo me buscan y hasta me ruegan para estar con ellos. Yo creo que todo depende de lo que tienes; tu me entiendes ¿no es cierto?" (Carla, 17 SJM)
Tampoco ayuda mucho hacer listados de rasgos, características o apariencia física de adolescentes y presentarlos como rasgos del "perfil" de las "victimas de la prostitución". Esta es una distorsión metodológica propia de los enfoques psicologistas que confunden lo social con lo individual.[94] Igual resulta inconsistente conceptual y metodológicamente "dimensionar perfiles" de las supuestas "víctimas", a partir de listados sobre características comunes a millones de adolescentes y a sus familias en situación de pobreza.[95]
Hablar de "víctimas de la prostitución", resulta una manera fácil de resentir la percepción de la gente, soslayando la naturaleza del hecho social y el análisis de su institucionalidad en la estructura social. La prostitución supone el intercambio de sexos entre cliente o "punto" y prostituta; y este intercambio ocurre dentro de específicas condiciones de organización e interacción manejadas, directa o indirectamente, por mafias de comercio sexual en complicidad con una institucionalidad policial, municipal y judicial, corrupta, en la estructura social peruana. En este contexto bien podría decirse que lo que se quiere significar con "víctimas de la prostitución" es que las adolescentes son "explotadas" por proxenetas, mafias, rufianes, intermediarios, policías, serenos, municipales, jueces y fiscales. Convendría, sin embargo, precisar que tanto la noción de "víctimas" como la noción de "explotación" utilizadas en la documentación oficial internacional sobre "explotación sexual", connotan acepciones vinculadas con el pensamiento esclavista antes que con su posterior desarrollo como categorías de análisis económico y social. De este modo, resultan útiles a los discursos sobre derechos del niño[96]pero no al análisis sociológico. Por consiguiente, dentro de este razonamiento no cabe posibilidad alguna de hablar ni de "víctimas" ni de "explotación". Tampoco desde un punto de vista semántico la noción de "víctimas" resulta apropiada para dar cuenta de la interacción prostituta-proxeneta o prostituta-rufián. Las prostitutas no son personas sacrificadas o destinadas al sacrificio; que se ofrezcan a un grave riesgo en obsequio de otras; que padezcan daño por culpa ajena o por causa fortuita; que mueran por culpa ajena o por accidente fortuito; o que se quejen excesivamente buscando la compasión de los demás. [97]
Insistir por tanto, en "victimizar" a las adolescentes prostitutas y en general a quienes ejercen la prostitución, justifica el discurso sobre derechos humanos o derechos del niño, así como las recomendaciones que hacen los organismos internacionales (OIT, UNICEF, ECPAT, UNESCO) para seguir postergando una adecuada comprensión de la prostitución y en general del problema del comercio sexual en todas sus formas[98]Justifica igualmente las buenas intenciones de las instituciones del Estado, de las ONGs y de las organizaciones caritativas de la iglesia orientadas a "reinsertar" a las adolescentes familiar y socialmente brindando "asistencia psicológica, espacios afectivos y de formación, educación humano cristiana, salas de entrevista única ("para evitar la doble victimización"), capacitación laboral en manualidades para elevar la autoestima, espacios de benevolencia y caridad para el desarrollo de aptitudes positivas al trabajo y para el ánimo ante las situaciones difíciles".[99] No constituye una categoría de análisis útil al entendimiento de los por qué las adolescentes optan por la prostitución en sus distintas modalidades y se ratifican en su decisión de seguir haciendo lo mismo después de los 18 años.
"Yo voy a las reuniones porque me dan medicinas para mi hijo porque si no es para perder mi tiempo escuchando lo que no saben, porque cómo van a saber por qué anda uno en ésto. Bonito es hablar un ratito y después irse con su carro. ¿Acaso eso me va dar de comer? Ellas dicen que está mal lo que hacemos y que ahora los van a meter presos a los clientes ¿y de dónde vamos a comer?, o que les van a darles cadena perpetua a los que violan y yo digo, ¿por qué no se lo dan a los que están en el congreso para que no sigan robando ni engañando a la gente y con eso le dan trabajo a la gente para que podamos cobrar mejor? (Mabel, 17-VES).
2.6 Prostitución e institucionalidad para el orden
La extensión de la prostitución de adolescentes en sus diferentes modalidades durante los últimos años, guarda estrecha correspondencia con la institucionalidad encargada de la vigilancia en las calles; del otorgamiento de licencias especiales para la apertura (o reapertura) de locales de diversión y de relax; de reglamentar el funcionamiento de prostíbulos, lupanares, casas de cita, hostales, hoteles, hospedajes, prostíbulos; y de resolver los casos de proxenetismo, rufianismo y clientelismo. La Policía Nacional ha encontrado en la extensión de las modalidades de prostitución, una forma adicional de resarcirse de sus bajos sueldos; el serenazgo y la policía municipal han demostrado ser los mecanismos mejor habilitados para procurar las seguridades a la clandestinización de la prostitución de adolescentes. Los municipios han incrementado sus rentas con el otorgamiento de licencias sin más requisito que la presentación de documentación fraguada o "en trámite" y el pago de los derechos correspondientes. Los juzgados y fiscalías de menores no pueden exhibir caso alguno que dé cuenta de la aplicación efectiva de la ley 28215 que modifica varios de los artículos del Título IV del Código Penal relacionados con la prostitución y otras formas de comercio sexual.
Todo esto advierte estar frente a una realidad que no puede empezar ni terminar por entenderse sólo en razón de la relación prostituta/proxeneta/rufián; prostituta-cliente sino, fundamentalmente, en función del entorno institucional delincuencial y de corrupción que la promueve, la encubre y se beneficia.
2.7 Proxeneta, rufián y "explotación"
En los diferentes estudios existentes sobre prostitución se sostiene que la relación entre proxenetas y/o rufianes y las prostitutas, es una relación de "explotación". Esta apreciación no sólo carece de sustento conceptual por lo dicho en el acápite 2.5 al hablar de las "victimas" de la prostitución, sino que tampoco tiene sustento alguno desde el punto de vista empírico. Las constataciones hechas por el autor de este trabajo, advierten que se trata de relaciones de naturaleza diversa, dependiendo de la modalidad de prostitución de que se trate.
En la modalidad de prostitución "underground" de mayor clandestinidad y ocultamiento, las transacciones sexuales son intermediadas por "empresas" dedicadas a dar el soporte publicitario y marketero a otras empresas, instituciones, negocios, marcas y patentes vinculadas con el automovilismo, las modas, los concursos de belleza, la cosmetología, las finanzas, la publicidad, la belleza, la medicina, el turismo, el internet, la televisión, los deportes, los casinos exclusivos, donde se ejerce esta modalidad de prostitución. La figura del rufián y/o del proxeneta[100]como individuo, no existe en tanto los roles y funciones de éste los asume "la empresa". La interacción que estas empresas establecen y mantienen con las adolescentes estaría lejos de asimilarse a forma alguna de "explotación económica asimilable a la esclavitud y los trabajos forzados" como se sostiene en la documentación oficial de los organismos internacionales[101]y en las declaraciones emanadas de los dos Congresos Mundiales de Estocolmo (1996) y Yokohama (2001), sobre el tema de la "explotación sexual".[102] Y es que en esta modalidad, las adolescentes ingresan por decisión propia y tras un proceso de selección y calificación rigurosos que les permite ser consideradas como un "producto valioso" y rentable para sí mismas y para la empresa.
En la modalidad de prostitución "digital" que se publicita en la prensa y el internet puede darse le existencia de mafias de proxenetismo que controlan y administran adolescentes. Mientras no son vendidas y sacadas del país, el trato de los proxenetas es antes que de explotación, de coerción e imposición; para sustentar gastos de adicción, ropa y diversión. Estas situaciones, sin embargo, están lejos de ser permanentes; pues las adolescentes en esta modalidad están constantemente viendo la posibilidad de independizarse.
Algunos testimonios dan cuenta de la presencia del rufián con las características de quien vive del dinero ganado por la prostituta. Pero, incluso en estos casos, las diferencias son marcadas respecto del rufián en la modalidad callejera y en la establecida en prostíbulos y lugares de diversión.
La mayoría de adolescentes trabajan solas y los encuentros con su "pareja" (cuando los tienen), son esporádicos y no interfieren con su "trabajo". Para aquéllas que conviven o están casadas y comparten "el negocio" con sus maridos o esposos, éstos adoptarían la figura del rufián siempre y cuando dependan de los ingresos de la prostituta para su subsistencia, adicciones y comodidades; pero estos son casos excepcionales y pueden suponer grados de coerción; aunque "eso dura muy poco, porque ahora puedes contratar a alguien que ponga fin a la situación".(Brenda, 17).
"Ahora cuando alguna tiene un problema con su "ficho"[103]se buscan un patita para que lo "chife"[104]hasta por 10 soles. Antes había un poco de decencia en esta nota." (Proxeneta, Callao).
En la modalidad de "las que saben vivir" que reúne a las "jugadoras", "trepadoras", "vaciloneras", y en la de las "bricheras", las transacciones e intercambios sexuales no implican la intermediación de proxenetas. En el caso de las "trepadoras", aparecería la del rufián en la persona del enamorado, amante o marido, siempre y cuando se beneficie directamente de los ingresos provenientes del trabajo, ascenso o mejor sueldo de la adolescente que se prostituye para alcanzar estos beneficios. En las otras modalidades, como ya se vio, se trata de adolescentes que, desde diferentes estrategias de acción, buscan pasarla bien con uno y otro (las "vaciloneras"), o "enganchar un marido gringo" (las "bricheras"). Éstas actúan por su cuenta, y son solteras y libres.[105]
En la modalidad de las callejeras "por su cuenta" la relación con el "rufián" puede matizarse tras la figura de pareja, marido, esposo, hermano, tío o protector. Puede o no implicar coerción; puede ser una relación "pactada" de "yo no sé nada"; o tratarse de una actuación "libre y consentida".
En la modalidad callejera y en la establecida en prostíbulos, casas de cita, lupanares, hostales, "huecos" y "sitios" la presencia y acción del proxeneta es de coerción tratándose de adolescentes "enganchadas", "compradas" o "raptadas". Si la adolescente ya logró "zafarse" del proxeneta y ahora trabaja por su cuenta, puede aparecer la del rufián en la figura del marido, o del "amigo protector" que inicia una relación con la prostituta y que generalmente termina haciéndose marital. En los casos en los que las adolescentes se inician en la prostitución y ya tienen marido o "esposo", se puede dar la situación de arreglo entre las partes, de "yo no sé nada", o de imposición de la voluntad de la adolescente por encima del parecer del marido. Están también los casos de adolescentes que habiendo planteado una demanda contra el marido por maltrato, o por alimentos para el hijo de ambos, aquéllas ejercen la prostitución amparadas en la no intromisión de los ex-maridos conseguida en la conciliación.
Como puede advertirse, la relación que el proxeneta, (persona generalmente ajena al entorno familiar inmediato de la adolescente) y el rufián, (ligado por lazos de parentezco o maritales), establecen con la prostituta, supone formas diferentes en función con la modalidad de la prostitución. La relación de "explotación" que aquí se prefiere identificar como grados de coerción (que puede llegar hasta la extorsión),[106] varían de acuerdo con la posición y los roles que cumplen cada uno de esos agentes, según actúen individualmente o articulados a mafias; o cuando los roles de proxeneta y rufián coinciden en un mismo sujeto.
Se descarta la noción de "explotación sexual" tal cual aparece en el marco de los derechos del niño y en las declaraciones de los dos congresos mundiales sobre explotación sexual ya referidos. De igual forma, se descarta la idea de "explotación" que se insinúa en el modificado Art. 180 del código penal peruano. En el primer caso, por su imprecisión conceptual, su carencia de soporte empírico y su propósito efectista; y, en el en el caso del articulo del código penal, por su ambigüedad y escasa rigurosidad jurídica.
2.8 Pobreza y prostitución: ingreso y permanencia
Constituye un lugar común escuchar decir que pobreza y prostitución se imbrican. Pero también escuchar decir que no todas las pobres optan por prostituirse. Lo que equivale a decir que en condiciones de pobreza cabe la posibilidad de optar o no por prostituirse. ¿Por qué entonces sostener que el prostituirse no implica una elección, y que vista desde cualquier perspectiva siempre es "forzada"?[107]. Las constataciones advierten que quien elige prostituirse, en condiciones de pobreza, lo hace frente a la única opción que le queda.
"Ya te botaron de tu casa, tu madre no quiere saber nada de ti y no sabes hacer nada" (Malú 13-SJM).
Quien lo hace "como resultado de la imposición de expectativas y necesidades que no le son propias"[108], tanto en condiciones de pobreza o no, elige la opción que le permitirá tener lo que quiere, o contentarse con lo que sus propias posibilidades o las de su familia le permiten.
"Los papás te quieren comprar lo que a ellos les gusta y es más barato. Yo estoy en esto porque me gusta tener mis cosas, ya me acostumbré y no pienso que otro trabajo me daría para comprarme lo que a mí me gusta. Ellos no se meten con mi ropa ni con mis cosas porque para eso yo me lo pago. (Gisella, 16 Miraflores)
En cualquier caso, y frente al supuesto de que "el prostituirse no surge de la capacidad de decisión de una manera libre y voluntaria",[109] habría que decir que sólo en los casos de las "enganchadas" que son engañadas con la promesa de estudios, trabajo, viajes o matrimonio, el entrar en la prostitución tiene que ver con constreñir la voluntad a fin de aceptar una decisión que no es propia. Debe advertirse, además, que sólo en los casos en que la decisión obligada o manipulada se instrumenta a través de una mafia o red organizada de proxenetismo o rufianismo, la situación de la adolescente es de coerción y extorsión mientras dure la dependencia. Una vez que la adolescente logra por algún factor aleatorio, "zafarse" del proxeneta o la mafia, la situación tiende a presentarse de una manera distinta a lo que se supone corrientemente. Lo que inicialmente apareció siendo una imposición, se convierte en una decisión propia.
Al comienzo fue así, pero después yo decidí quedarme hasta juntar mi plata y comprarme mi depa. Al que me inició ya no lo veo y ahora tengo mi pata y él sabe.(Yahaira, 17 Cercado)
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