He aquí dos percepciones de dos grandes poetas; la primera, también de Antonio Machado:
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino,
sino estelas en la mar (2)
Comparemos esta visión con la de Jorge Luis Borges, extractada de su relato El Inmortal:
No hay cosa que no esté perdida en innumerables espejos.
Nada puede ocurrir una sola vez, nada es preciosamente precario (3)
¿De dónde surge esta gran diferencia de percepciones de dos individuos que abarcan el infinito con la misma facilidad con que pueden detectar una motita de emoción que transfigura el defecto del ser amado en pequeña virtud? Pues de las percepciones. Nunca son las mismas entre los seres humanos; a veces, ni siquiera son las mismas en uno solo de ellos cuando el tiempo-espacio cambia y, con él, las circunstancias. Para ampliar esta apreciación, imaginemos un partido de fútbol entre el Strongest y el Bolívar. El réferi cobra un penal a favor del primero. Todos los de la barra bolivarista jurarán que no hubo tal penal. Todos los de la barra stronguista dirán que a sus ojos el penal fue tan claro como un día de primavera en la cima de una montaña. ¿Quién tendrá razón? Nunca lo sabremos.
Por supuesto que, una vez que cada uno vea la jugada repetida en cámara lenta en la TV, la mayor parte de los bolivaristas y de los stronguistas por igual, se darán cuenta que deformaron la realidad sin tener conciencia de que la deformaron. Lo habrán hecho así, inconscientemente, impelidos por la fuerza que les da el cariño que sienten por sus respectivos equipos, es decir, lo habrán hecho guiados por sus respectivas ideologías. Esos serán los seres normales; los que deforman la realidad sin saberlo, sin quererlo. Sin embargo, también estarán los que deforman la realidad conscientemente, en virtud de sus intereses; ese será el Ser político; el Ser empresario y, desgraciadamente, el Ser deportista, es decir, los que basan sus existencias en la competencia, en la necesidad de eliminar al rival: el primero, de la arena política; el segundo, del mercado y el tercero, de la tabla de posiciones.
Tal como trataré de demostrarlo en La Acción Recíproca, el liberalismo, en su versión neoliberal, trata de convertir al individuo normal, el que deforma la realidad inconscientemente, en el homo economicus, es decir, en el que la deforma conscientemente para maximizar sus beneficios como empresario o para maximizar su utilidad como consumidor. En este intento, el neoliberalismo transforma al hombre en un sujeto aislado, receloso de todos los demás, a quienes considera como enemigos naturales y sociales a la par, debido al miedo que siente de ser vencido en la competencia cotidiana en que ha convertido su vida, maratón titánico de intercompetencia diaria, en la que percibe que el mismo aire que respira, el de "su propiedad", le es arrebatado por el prójimo.
¿Cuál de las dos percepciones, la de Machado o la de Borges, acerca de la unicidad de la experiencia, es mi favorita? Pues, de acuerdo con mi filosofía, la que permite complementarlas. La expreso con un pequeño extracto de mi poema: "Hay un ritmo emocional…."
……cuando os siento en mí
Soy todos vosotros
Os llevo como un sentimiento
Sólo siendo en vosotros soy yo
pero sé que vosotros no necesitáis de mí para ser
excepto, para ser en mí
¡No os vayáis, os lo pido!
Encontrad en mí el disolvente de las antinomias fatales
Lo que es, existe independientemente de la conciencia humana. Pero, una vez que empieza el proceso de conocimiento de lo que es y qué es siendo lo que es, no puede sustraerse de la influencia que la conciencia tiene sobre él y la deformación que sufre en el acto de conocer. Ningún acto de conocimiento está libre de la subjetividad del que conoce, por lo tanto, jamás está libre de la ideología con que se conoce. Por otro lado, debemos tener en cuenta la declaración de Protágoras, en el sentido de que "El hombre es el centro de las cosas"; de donde proviene la principal debilidad de los "racionales", cuando pretenden separar como entes independientes, uno del otro, al supuesto "sujeto-que-conoce" ("al centro del univereso") con relación al supuesto "objeto-que-es-conocido". Ya es hora de entender que el ser es una parte de la naturaleza, como lo es un río, una piedra o un cocodrilo; que la parte no puede ser separada del Todo; que la relación hombre-naturaleza es una relación de la parte con relación al todo y a las otras partes, respectivamente.
ALGUNAS PERCEPCIONES EPISTEMOLÓGICAS SOBRE
LA NATURALEZA DE LA ECONOMÍA
En primer término es preciso anotar la diferencia que hago entre lo que es gnoseología y epistemología: al igual que varios autores, guaro la primera para el estudio del conocimiento en general; la segunda, para el estudio del conocimiento científico; en este caso de la ciencia económica. Con esta diferenciación y avalado por mi afirmación de que todos perciben todo de acuerdo con sus intereses y circunstancias, debo hacer pequeños análisis sobre algunas de las principales percepciones que sobre la Economía han sido formuladas en la historia del pensamiento económico.
La Visión de los Clásicos
(Base de referencia: Sebastián Marotz, "Epistemología de la Economía") (4)
El nacimiento de la Economía Política como una ciencia social, exige la consideración de las percepciones epistemológicas para establecer su campo metodológico. Adam Smith, recurre a las ciencias naturales y, sobre todo, a las leyes de Newton, para aplicarlas a la Economía. Eso es lo que hace, cuando aplica el interés personal en la "Investigación …" y en el principio de la Empatía en "La teoría de los Sentimiento Morales", aunque desde una perspectiva típicamente deductiva, que es el principio que singulariza la epistemología de los fundadores de la ciencia económica.
Algunos años después, J. S. Mill sigue con atención el debate de Ricardo y Malthus sobre varios temas concernientes a la Economía Política a los que se suman aquéllos que se entablan entre los economistas y los reformadores sociales. Su ensayo "On the Definition of Political Economy"(5) continúa la tradición que había impuesto Betham y Comte, lo que le exige basar sus percepciones en "la realidad positiva" y desechar el apriorismo kantiano, pues considera de que el conocimiento pueda partir de la intuición, independientemente de la experiencia, es una proposición falsa. Pero eso no significa que deje de lado algunos de los fundamentos a priori en sus consideraciones sobre la ciencia económica; así por ejemplo, considera que el nervio motor de la acción humana sería el deseo de la riqueza, la que estaría limitada por el ocio y los deseos de consumir. Tal como puede verse, aunque estos principios partirían de una observación de la experiencia, no pueden verificarse. Así, el principio abstracto, a priori, obtenido por introspección puede sólo pueden observarse en la realidad en algunas ocasiones, por la presencia simultánea de muchas otras circunstancias. De esta afirmación deduciría que las leyes económicas deben y pueden ser verificadas, pero el hecho de que una circunstancia particular no la verifique no implica que la ley deba ser descartada.
Marshall (1948), en sus "Principios" (6) si bien no se refiere con mucha profundidad a las cuestiones metodológicas ni a la comprobación de las teorías, sigue una línea conciliadora con la escuela histórica, aunque la economía que propone es una en la cual se parte de algunos principios básicos derivados de la introspección, que son elaborados matemáticamente, aunque se exponen prescindiendo de esa herramienta, y que luego se verifican con ejemplos, y si bien sostiene el principio de la unidad de la ciencia atribuye a las leyes económicas el carácter de tendencias, que son mucho más imprecisas que en la física. Se refiere al ejemplo de la ley de la gravedad, que dada la existencia de fricción y de otras fuerzas se transforma en una tendencia, igual que -sostiene- sucede con las mareas, que tienen un componente aleatorio.
Pareto, (7) que no puede definirse estrictamente como un continuador de la tradición clásica, realiza tempranamente un análisis del rol de la comprobación empírica que resulta por demás interesante. En su Manual de Economía Política sostiene que hay tres formas de hacer economía: buscando el bienestar de una persona o de una empresa, el de toda la sociedad o "solamente la búsqueda de uniformidades que presentan los fenómenos sin tener como fin ninguna utilidad práctica directa", es decir que se persigue la finalidad exclusivamente científica de aumentar el conocimiento por sí. Pareto aboga por esta última posición, y -afirma- se separa así de Smith y de Stuart Mill, quienes si bien se refieren en la mayor parte de los casos al tercero de los enfoques enunciados, también adoptan en varios pasajes de sus obras al primero y al segundo. Cuando se refiere más adelante a la comprobación empírica lo hace de esta manera: "Hay que añadir que las teorías no son sino medios para conocer y estudiar los fenómenos. Una teoría puede ser buena para alcanzar cierto fin. Otra puede serlo para alcanzar otro. Pero de todas maneras deben estar de acuerdo con los hechos, porque si no, no tendrían ninguna utilidad. El estudio cualitativo debe ser sustituido por el estudio cuantitativo, y buscar en qué medida la teoría se aparta de la realidad. De dos teorías escogeremos la que se aparte menos.
La Percepción Axiomático-Deductiva
(Base de referencia: "Caminos Abiertos" (8)
"El Método en la Economía Política" (9) de Gabriel J. Zanotti)
La percepción axiomático-deductiva se construye sobre axiomas (proposiciones "evidentes por sí mismas") teoremas (proposiciones deducidas de los axiomas) y definiciones y reglas de estructuración interna. La singularidad de este modo de conocer es que, en contraposición al método positivista, no requiere, necesariamente, recurrir a "la realidad" para establecer sus bases teóricas, ejecutar sus procesos y llegar a sus resultados, pues confía en que las reglas y el uso adecuado de a deducción sistemática hablarán por sí solos.
Nassau William Senior (An Introductory Lecture of Political Economy)
En eta obra, Senior afirma que la ciencia económica nos enseña en qué consiste la riqueza, quienes la distribuyen, cuáles son las instituciones y costumbres para dar la mayor riqueza a cada individuo. Al adoptar este procedimiento establece sus axiomas sobre la riqueza, la maximización del beneficio, la formación del capital, la ley de rendimientos decrecientes y sobre los factores limitantes de la población. Posteriormente, en "Cuatro ensayos en Economía Política" determina que el objeto de la economía no es el estudio de cosas materiales, sino de interacciones sociales cuyo sentido depende de la finalidad de los sujetos actuantes. Dice que los términos técnicos de la Economía política, tales como demanda, utilidad, valor… son ideas mentales: mientras que los "objetos" como riqueza, capital, renta, salarios, ganancia…" son resultado de "afecciones de la mente". Como resultado, surge una nueva definición de Economía Política: la ciencia que expresa las leyes que regulan la producción y la distribución de la riqueza en la medida en que dependen de la acción de la mente humana.
Senior estima que los axiomas no son hipotéticos, sino verdaderos por que tienen conexiones con hechos cuya evidencia deriva de la observación y de lo que llama "evidencia mental". Sin embargo, tal como dice Zanotti, el axioma de la "maximización del beneficio ("las personas tratarán de conseguir la mayor cantidad posible de riqueza") es una hipótesis asumida. A pesar de ello, Senior rechaza las hipótesis no basadas en la observación, puesto que nadie querría una ciencia basada en hipótesis fabricadas a priori, en premisas arbitrarias y deformadas por la posibilidad de los errores lógicos en su desarrollo.
J.Stuart Mill (On the Definition of Political Economy) (10)
Conocido como un gran defensor del inductivismo en las ciencias naturales, escoge para la Economía un método hipotético-deductivo, en el sentido de que sus hipótesis reemplazan a los axiomas de los cuales deduce un conjunto de leyes económicas.
Mill afirma que la Economía no puede ser un manual para aumentar la riqueza; más bien sería el resultado de una ciencia. Es que la ciencia no se enfocaría al asunto de fines, medios y reglas sino más bien, se orientaría al conocimiento de los fenómenos y sus leyes. Coincide con Senior al postular que las leyes de la producción y distribución se relacionen con fenómenos físicos, éstos se relacionan, a su vez, con fenómenos mentales que derivan de la conducta humana. De este modo, la definición de Economía sería: "la ciencia que trata de la producción y distribución de riqueza en la medida en que dependen de las leyes de la naturaleza humana". A partir de un axioma que se podría considerar como el de la maximización, la Economía extraería conclusiones haciendo abstracción de cualquier otra consideración y asumiendo que la obtención de la riqueza sería el único fin del hombre, lo que, a su juicio, sería también una buena aproximación a la realidad.
En este sentido, la Economía se desarrolla a partir de suposiciones y no de hechos; es decir, sería apriorística. Se basaría en "verdades abstractas" a la que las "circunstancias" convertirían en concretas. Por su parte, el método a posteriori no sirve para descubrir la verdad sino para verificarla. Zanotti dice que, sobre el particular, Mill adelanta el método de falsación, como un proceso que nos indica que estamos omitiendo alguna causa perturbadora.
En síntesis: lo que une a Senior con Mill es la concepción hipotético-deductiva, a priori; lo que los separa es la consistencia de las proposiciones iniciales; para Senior, deberán ser "reales", en cambio, para Mill serán hipotética; pero las premisas serán hipótesis verificables a posteriori. En este sentido, los analistas dicen que el apriorismo de Mill es, en realidad, el deductivismo hipotético, como un antecedente valioso a la percepción de Popper, quien aplicará este procedimiento por él perfeccionado, a todas las ciencias y no sólo a las sociales. Hay pues en Mill un punto intermedio entre el conocimiento empírico y el formal y cuya teoría del conocimiento se funda en la premisa de que puede obtener conocimientos verdaderos de la realidad, aunque ellos se encuentren más allá de la verificación o testeo.
John E. Cairnes (The Character and Logical Method of Political Economy) (11)
La riqueza, para Cairnes, puede ser considerada desde el punto de vista físico como mental, no importa que esté constituida por objetos materiales, lo importante será que poseen valor; a su vez, el valor será una cualidad mental. El economista describe hechos positivos, pero en condiciones de caeteris paribus, lo que no permite conclusiones con seguridad absoluta, debido a que el método le obliga a omitir circunstancias. Sin embargo, percibe el carácter tendencial de las leyes económicas, aunque no es posible realizar procesos de inducción. Por otro lado, las causas institucionales, políticas y sociales en general, conclusiones de otras ciencias, se constituyen en la fuente de los procesos que crean y distribuyen riqueza. Por ello, el economista se enfrenta a causas últimas y confía más en la solidez de las premisas que en la de los resultados deductivos.
¿Cuál sería la naturaleza de los axiomas en los tres pensadores?: una mezcla de realismo y de un apriorismo racionalista que luego sería perfeccionado por los teóricos futuros. En mi opinión, los esfuerzos epistemológicos de los tres autores citados y, en general, de los clásicos, son un avance muy importante en la teoría del conocimiento; lo son, por la introducción de la hipótesis deductiva, en contraposición al induccionismo exagerado que Francis Bacon había postulado y que había obnubilado casi por completo la capacidad deductiva de los hombres de ciencia. Mi percepción de que ningún hecho o cosa está libre de la influencia de la mente humana, una vez que es puesta a disposición del proceso de conocimiento, tiene muchos puntos de similitud con los métodos resumidos, aunque, claro está, las percepciones sobre "la verdad" y "lo real" serán diferentes por la acción de la ideología en cada caso, tal como lo aclaro al comienzo del presente capítulo.
Carl Menger
(Investigations into the Method of Social Sciences with Especial Reference to Economics)(12)
Fundador de la Escuela Austriaca, se apoyó en el Individualismo Metodológico y en la supuesta exactitud de las leyes deductivas de la Economía. Dice que la teoría debe exponer el origen último de los fenómenos, lo que, en las ciencias sociales, significaría la interacción de los individuos. Afirma también que las instituciones que sirven al bienestar humano surgieron en la historia sin una voluntad concertada de los individuos. Distingue entre las leyes exactas y las empíricas. Se supone que las primeras no admiten excepciones y que las segundas derivan de las regularidades observadas. El intelecto abstrae lo esencial de las cosas; así, de las observaciones repetidas sobre las cualidades de los árboles, extrae la "esencia" de árbol. Pero este conocimiento "abstracto", general, no puede ser realizado sin el conocimiento de varios árboles. Cuando se ha logrado la abstracción de algo, es decir, cuando se ha logrado establecer "su esencia", es posible derivar propiedades inherentes a esa esencia. Con estos bagajes analíticos, Menger se dedica a determinar la esencia de los bienes económicos para afirmar que las esencias captadas por la mente no provienen de ningún a priori, pues el fundamento existe en la cosa real. Su percepción concibe al mundo económico aprehendido de una manera abstracta o analítica, que es lo mismo. En este sentido, la ley exacta se cumple siempre, mientras que la ley empírica describe las regularidades entre la sucesión de fenómenos sociales. Dice que es posible establecer leyes exactas en las ciencias naturales pero no en las sociales, debido al "libre albedrío" de los individuos. Así, la ley exacta en Economía, no está basada en suposiciones empíricas. Menger tuvo variados debates con los representantes de la escuela alemán histórica, especialmente con Schmoller y dio gran impulso al método deductivo de la actual Escuela Austríaca.
Lionel Robbins
Continúo con la secuencia propuesta por Gabriel Zanotti en su obra "Los Caminos Abiertos". A Robbins se debe la definición más común de la Economía como la ciencia que estudia la conducta humana como una relación entre fines y medios, estos últimos, escasos y con usos alternativos. Dada la naturaleza de su definición, se deduce la gran importancia que le asigna a la teoría del valor. Su método se expresa en el logro de deducciones lógicas partiendo de "primeros principios" establecidos, precisamente, en la teoría del valor. Este procedimiento nos muestra el carácter axiomático-deductivo de Robbins, aunque, siguiendo a Menger, deriva los axiomas de la experiencia; específicamente, de las escalas de valoración de los distintos sujetos económicos, presente en toda conducta humana. Acude a los supuestos subsidiarios, tales como el marco jurídico del mercado, la estructura de la propiedad, las clases de mercado…. para afirmar que las otras leyes económicas: la de los rendimientos decrecientes, la demanda de dinero…. pueden demostrarse a partir de los axiomas de la teoría del valor. Para ello, recurre a los postulados, "hechos simples e indiscutibles", tales como la existencia de más de un factor de producción o el modo cómo los sujetos establecen sus escalas valorativas. Aunque niega que los postulados fundamentales necesiten tiempo y espacio, concede que los postulados subsidiarios tienen alguna relación con la historia, pero rechaza la posición historicista de Schmoller mediante su modelo lógico que se puede expresar en la conjunción (p.q)r, donde "p" es el conjunto de postulados básicos, "q" el de los subsidiarios y "r", los resultados. Se supone que los postulados subsidiarios son de naturaleza menos general. Su percepción es que las principales leyes económicas son formuladas como previas a su aplicación a la realidad. Pero su postura es débil ante la acusación de que sus postulados "evidentes" no son sino una muestra del comportamiento sicológico de los sujetos. Estas declaraciones son posteriores inclusive a la publicación de Ludwig von Mises, quien había declarado ya que esos postulados eran de orden praxiológico y no sicológico.
Con relación a la verificación de las proposiciones de la Economía, Robbins dice que no pueden ser observadas en forma empírica, pero que son evidentes en forma de introspección interna. Con esta afirmación, Robbins se enfrenta a la visión del ultraempirismo, el que exige la verificación, tanto de las hipótesis como de las consecuencias de ellas. En la actualidad, especialmente con Popper, sólo sería necesario testear las consecuencias y no las hipótesis mismas. Pero Robbins insiste en afirmar que la conducta del hombre no siempre es "racional" y que la racionalidad de la conducta no significa que sea siempre exitosa: sólo significa que está encaminada a un fin y que dispone y elige los medios en función a ese detrminadol fin; de allí surgiría la naturaleza económica de toda conducta. Como se verá después, estas dos afirmaciones no son de Robbins, originalmente, sino de von Mises.
En planos semejantes y fiel a su método, postula que la validez de una teoría depende del hecho de que sea derivada lógicamente de sus premisas, pero que su aplicabilidad depende de las circunstancias y de la capacidad de la teoría para reflejarla. Por ejemplo, el valor del dinero debe bajar si es que el monto de circulación monetaria aumenta y los otros factores no varían. Todo parece indicar que el sistema de Robbins es una mezcla de lo axiomático y lo empírico del modo (p.q)r, donde "p" significa "si otros factores no varían"; "q", "si se aplican tales supuestos auxiliares" y "r", la ley económica respectiva. Robbins no cree que sea posible predecir las valoraciones humanas, pero sí las consecuencias de esas valoraciones. Un dato curioso y relevante de Robbins es el hecho de haber declarado, cuarenta años después de la publicación de su libro, que si hubiera leído entonces a Popper sus percepciones habrían sido diferentes.
En este punto de la exposición, me gustaría hacer otra digresión para referirme a dos conceptos muy importantes sobre el tema: el individualismo metodológico y la elección racional. Aunque en esta ocasión sólo me limitaré a citar sus principales componentes sin una descripción sistemática de ambos conceptos.
El Individualismo Metodológico (13)
Es una doctrina cuyo pivote principal es considerar que todo lo que hace el ser humano es hecho, en principio el individuo a través de sus creencias, metas y acciones. J. Elster dice que es preciso hacer una especie de reduccionismo para entender lo que es la doctrina, puesto que si pasamos de los individuos a las sociedades es como si nos moviéramos de los átomos hacia las moléculas ("El Individualismo Metodológico")
Según Elster el individualismo no presupone el egoísmo ni la racionalidad de las acciones individuales, pues se trata de una consideración metodológica y no de una teoría acerca de la naturaleza humana. Hay ciertas propiedades en los individuos que la descripción de una de ellas en un individuo lleva necesariamente a otro, aunque existiría el peligro de explicar los fenómenos sociales como resultados de motivaciones y creencias individuales, cuando lo opuesto sería lo verdadero: el individualismo metodológico utilizaría las explicaciones intencionales para dar cuenta de los fenómenos individuales.
Entre las percepciones opuestas se puede citar la marxista, según la cual los procesos sociales surgen de relaciones entre individuos de tal manera que cada uno de ellos sólo refleja las condiciones históricas y materiales imperantes que sirven de marco a las relaciones. Algunas veces se identifica la propuesta marxista como holista, en el sentido de que el todo de las relaciones sociales es más que la simple suma de los agregados individuales. En mi opinión, la visión marxista lleva a un fatalismo extremo, pues cada individuo estaría condenado a reflejar las condiciones de la clase a la que pertenece, sin tomar en cuenta las múltiples actividades que lleva a cabo en la cotidianidad de su existencia ni la movilidad horizontal y vertical que hay en cada sociedad establecida. Por el otro lado, el Individualismo Metodológico me parece una aberración no sólo de la epistemología y el método, sino del mismo proceso cognoscitivo. La experiencia del hombre nos dice que el individuo llega al mundo y encuentra una sociedad ya hecha a la que puede o no aportar en diferentes escalas de gradación; pero cuando se va, la sociedad se sigue desarrollando sin notar el hueco que el ser singular deja en su familia y en sus amigos. La sociedad no necesita al individuo, puede vivir sin él; por supuesto que necesita a la suma de individuos, en cambio, el individuo no puede vivir fuera de la sociedad, ligazón que se expresa en cada uno de sus actos: come, se viste, disfruta… de las creaciones de la sociedad, las mismas que se producen con su presencia o con la ausencia de cada individuo. A pesar de ello, como veremos después, minimizar la acción del individuo dentro del grupo sería una afirmación muy impregnada de ideología.
Teoría de la Elección Racional
Los estudiosos, Elster entre ellos, dicen que la Teoría de la Elección Racional puede ser aprehendida desde dos puntos de observación: como la teoría de las normas que nos dicen lo que debemos hacer para lograr metas del mejor modo posible, sin establecer cuáles deben ser esas metas; y como teoría descriptiva que nos ayuda a predecir esas acciones. La característica principal de una elección racional es que exige elegir la mejor alternativa dentro de un conjunto de alternativas factibles
Habrá dos clases principales de elección: las paramétricas y las estratégicas. Las primeras se realizan cuando el sujeto enfrenta condiciones y restricciones que ya están dadas, de este modo, el sujeto hace una estimación de las restricciones y luego actúa en consecuencia. Una situación estratégica es aquélla en que una elección del sujeto influye en la actividad de los demás, al mismo tiempo que las decisiones de los demás lo afectan personalmente
Ludwig von Mises (The Human Action) (14)
Es el que sistematiza las percepciones de la Escuela Austríaca y el más conspicuo de todos sus miembros. Postula que las leyes económicas son teoremas que se deducen de un conjunto de axiomas. Los axiomas están incluidos en las categorías de la acción y se las conoce por reflexión interna. La Acción Racional significa que el hombre actúa libre y conscientemente por un fin y que dispone de los medios para lograrlo. "El santo y el avaro obran racionalmente, pues ambos eligen sus fines y usan sus medios". La danza del brujo para convocar la lluvia es tan racional como la tarea investigativa del científico en su laboratorio, pero ambos podrían errar en la elección de los medios. En la Economía, la Acción Humana se expresa en disponer, del mejor modo posible, de los medios que se tiene. En realidad, es la acción que lleva a sustituir una situación menos satisfactoria por otra más satisfactoria y el análisis de la acción humana consiste en analizar sus consecuencias lógicas. A partir de la noción de "Acción Humana" se desprende un conjunto de teoremas que se constituirían en los puntos de partida del análisis económico. Así, conceptos como la "preferencia temporal", "la utilidad marginal", la incertidumbre, dice Zanotti, conforman lo que Mises llama Categorías a priori de la Acción o leyes praxiológicas.
La base gnoseológica de Mises parte de un Kant un tanto transformado. Recordemos que las categorías a priori de Kant, tanto las de la sensibilidad como las del entendimiento, son vacías de contenido. Las categorías de la sensibilidad permiten el ordenamiento de los datos sensoriales a través de la Intuición, las que el hombre recibe a través de los sentidos, en primera instancia. Estos datos así transformados son entregados a la Razón, la que los vuelve a transformar a través de las categorías conceptuales. Para Kant, los conceptos sin la intuición sensible son vacíos y la intuición sin los conceptos es ciega.
Este concepto hace que Kant sea uno de mis filósofos favoritos, puesto que incluye la Intuición como instrumento cognoscitivo, junto a la Razón. Por todo ello, los conceptos kantianos no implican contenidos racionales a priori de la experiencia sensible, tal como lo proponen los racionalistas a ultranza, sino formas a priori vacías de contenido específico, según los cuales se ordenan los datos de la sensibilidad. Como veremos más adelante, mi interpretación de la percepción marxista tiene puntos de coincidencia con las percepciones kantianas, aunque diferenciadas por algunos rasgos fundamentales.
Para Mises, las categorías son conocimientos apriorísticos que tienen una fuerza cognoscitiva muy superior a las simples hipótesis corroboradas, lo que explica su rechazo a todo intento de testear estas categorías en la realidad empírica. La actitud de Mises podría ser interpretada como una de las versiones de la derivación de la verdad a través de la adecuación del entendimiento con la realidad. Al contrario, Mises afirma que esos principios a priori están "impresos" en la mente humana, por lo que el hombre no puede concebir de una manera diferente. Su convicción es tan fuerte en este sentido, que niega la necesidad de preguntarse si la realidad pudiera ser distinta a la que se reflejan en esas categorías. Así, la Economía vendría a ser aquella parte de la praxiología que aplica las categorías de la acción al análisis de los fenómenos de mercado practicados sobre la base del cálculo monetario. Algunas veces, especialmente cuando habla de la "Cataláctica" como la Economía en sentido restringido, da la sensación de que percibe a la Praxiología como la Economía en sentido amplio. Los epistemólogos concuerdan en el hecho de que el sistema de von Mises puede ser dividido en dos partes. La primera, en la que desprende las consecuencias lógicas de la acción como tal, esto es, las leyes praxiológicas. La segunda, en la que esas leyes son premisas de las que se deducen las consecuencias de la acción humana en el mercado, es decir, las leyes económicas propiamente dichas. Todo esto da el aval suficiente para asegurar que, según Mises, la economía estudie la acción humana en el mercado y que la praxiología estudie la conducta humana como tal. Pero la praxiología no tendría nada que ver con la Ética, pues, a diferencia de ésta, no se preocuparía de cuáles son los fines que el hombre debe perseguir. Tampoco tendría algo que ver con la sicología, pues no le importa, a la praxiología, las razones por las que el hombre elige tales fines y medios.
La percepción intelectual de Mises se complementa con dos construcciones hipotéticas: el mercado de libre competencia y los supuestos sobre las instituciones, tales como la división del trabajo, la propiedad… Von Mises no excluirá algunas condiciones reales: la desutilidad del trabajo, por ejemplo, algo de lo que hablaremos después; sin embargo, von Mises no cree que la alusión a la realidad modifiquen la naturaleza apriorística de la praxiología. Los colectivos humanos, tales como nación o grupo no existen para él, dado que no son sino conjuntos de individuos, los que a diferencia de las cosas que solamente reaccionan, aquéllos accionarían con libre albedrío.
En general, las ciencias de la acción humana se dividen en dos: la praxiología y la historia. La primera utiliza la conceptualización y la deducción lógica. La Historia utiliza la "comprensión", es decir el acto por el que el historiador se introduce en el interior del individuo para conocer sus valoraciones concretas y del por qué de su conducta; para esto, usa los tipos ideales a los que considera como imprescindibles en las ciencias que no pertenecen a la praxiología.
Su sistema deductivo lo llevó a afirmar que todos los teoremas praxiológicos se hallan incluidos en la acción humana; si un teorema económico no estuviera unido a una cadena lógica, no sería admisible científicamente. Pero von Mises plantea otras preguntas muy importantes; v.g: ¿es posible conocer, por lo menos una parte del mundo real con sólo el uso de proposiciones analíticas? ¿o sólo quedan para las ciencias formales, como son las matemáticas y la lógica? Estas y otras preguntas han convocado el interés de los epistemólogos, quienes han dado diversas respuestas muy útiles en el mundo de la aprehensión humana.
En lo que a mí se refiere, debo decir que privilegiar las proposiciones analíticas como las únicas que nos darían una representación fiel de la realidad es una exageración que lleva al subjetivismo más extremo, sobre todo, si tenemos en cuenta la deformación de la razón debido a la ideología y a los intereses propios del ser que analiza. Por ello es que, sin desconocer la importancia de las proposiciones analíticas, es necesario afirmar la necesidad de que éstas surjan de la realidad concreta que la historia y las culturas determinan en cada periodo y en cada espacio. Pero las conclusiones de von Mises serán llevadas a un punto más extremo aún por su discípulo, Murray N. Rothbard, quien postula que el axioma fundamental y las premisas de la economía son verdaderos; que los teoremas y conclusiones deducidos por las leyes de la lógica, a partir de esos postulados, son verdaderos; que no hay necesidad de testeo empírico ni de las premisas ni de las conclusiones y que los teoremas deducidos no pueden ser testeables aunque sería muy útil que pudieran serlo. En cuanto a los axiomas subsidiarios, dice que residen en la variedad de los recursos, lo que motiva la división del trabajo; que el ocio es un bien de consumo y que se parte del deseo de maximizar los beneficios monetarios.
Friedrich von Hayek (From Scientism and the Study of Society) (15)
Hizo grandes aportes a la Escuela Austriaca de Economía en los campos de la teoría del conocimiento, economía, epistemología general, epistemología de la Economía, historia de las ideas y la filosofía política. En Economía, percibe la diferencia entre los paradigmas sobre el equilibrio en competencia perfecta y el modelo austriaco de proceso de mercado. Al igual que Menger se había enfrentado con el historicismo de Schmoller, von Hayek libra su propia batalla, aunque esta vez, en tres frentes principales: contra el colectivismo metodológico, el inductivismo antepopperiano y el constructivismo.
Su tesis principal se resume en la concepción de que los "objetos" de las ciencias sociales no pueden definirse con independencia de las acciones humanas. Un bien económico, el mercado, la moneda…no tienen identidad propia independientemente de los objetivos para el cual fueron concebidos. Si la moneda sirve para intercambiar bienes será moneda; si es para adornar un ambiente, no lo será. Esta concepción es muy interesante y merece una pequeña digresión.
Para mostrar la diferencia con el pensamiento de Lenín, me parece oportuno poner como ejemplo el debate que sobre la utilidad de los sindicatos se llevó a cabo entre Lenin y Trotsky, allá en las épocas inmediatamente posteriores a la Revolución de Octubre. Trotsky opinaba que en el nuevo sistema socialista, los sindicatos ya no tenían razón de ser, dado que ya se "había establecido la dictadura del proletariado" y que las fábricas ya no tenían al patrón burgués. Lenín, en su contraargumento, le mostró un vaso de vidrio y le dijo que ese vaso podía servir como adorno, como pisa papeles o, incluso, como arma contundente en un momento de necesidad. Sin embargo, prosiguió, el fabricante de vasos lo fabrica con un propósito principal: lo hace como recipiente que sirve para beber. Del mismo modo, prosiguió, el papel del sindicato, si bien sirve para lograr reivindicaciones salariales y mejores condiciones de trabajo en el sistema capitalista, en el socialista cambia y se convierte en el instrumento más idóneo para que el trabajador mantenga su conciencia de clase. En este sentido, lo que establece el uso de algo es la práctica histórica. De este modo, si hubiera tenido la oportunidad de intercambiar ideas con Hayek le habría dicho que la moneda puede servir para muchas cosas, pero que los que la creaban lo hacían con un propósito fundamental avalada por la práctica histórica, lo hacían para que sirviera de medio de cambio, unidad de cuenta y depósito de valor en la circulación de bienes y servicios, especialmente en un sistema capitalista de producción.
Hayek dice que conceptos como "sociedad", "economía", "mercado" no son hechos dados, sino teorías provisionales que explican la conexión entre fenómenos individuales, que se realiza por medio de interacciones humanas conocidas a partir de los objetivos de dichas acciones. En relación al Constructivismo, postula que el conocimiento de los hechos sociales nunca puede estar concentrado en una mente, sino que está esencialmente disperso, de manera incompleta, en muchas mentes. Por otra parte, no cree que sea posible la verificación en las ciencias sociales, por eso su método puede ser calificado como más deductivo que inductivo, aunque no niega la necesidad de apelar al testeo de la realidad por medio de modelos con información incompleta. Hayek, al igual que los otros miembros de la Escuela Austriaca, sostiene que los precios y los costos de los bienes y servicios son una síntesis proveniente de una información muy grande, la que es necesaria para lograr una asignación de recursos eficiente, aunque siempre está muy dispersa en la realidad. Por otra parte, esta información cambia constantemente, por lo que la noción de equilibrio pasa a segundo plano para enfatizar la explicación del proceso de mercado, que es un mecanismo por el que la asignación de recursos se adapta gradualmente a los cambios de información que las fluctuaciones de los precios muestran. Esta visión es diferente a la que tienen los representantes de las escuelas de Cambridge y de Lausanne, para quienes el análisis debe orientarse y centrarse en las situaciones de equilibrio, lo cual se consigue, en forma especial, con la aplicación de las matemáticas, en las que las ecuaciones reflejarían en sus parámetros la información estática en el que los precios equilibran los mercados. Para Hayek, cuyo método es preferentemente deductivo y niega la posibilidad general de testear los axiomas, la cuestión que convierte a la Economía en una ciencia empírica es la tendencia al equilibrio. Hayek afirma que no estamos en equilibrio en el mercado dado que nadie conoce los datos necesarios para saber cuál es el equilibrio. Sin embargo, dice después que aún con la condición de equilibrio, la Economía no tendría que ser una ciencia empírica, dado que la tendencia al equilibrio podría ser desarrollada empíricamente. En cuanto a su gnoseología, coincide con von Mises en modificar una tanto a Kant para afirmar que las abstracciones son esquemas o categorías previas con las que se organizan los datos que conforman el contenido del conocimiento sensible.
La Percepción empírica de la Economía
Vimos las percepciones que enfatizaban el aspecto apriorístico de la Economía; también citamos a quienes aceptan la posibilidad de que en ciertas condiciones se puede aplicar el testeo a las principios abstractos.
Ahora veremos dos ejemplos de quienes ponen el acento en el testeo empírico y niegan los aspectos analíticos si éstos no responden a ese testeo.
T.W. Hutchison (The Significance and Basic Postulates of Economic Theory) (16)
Afirma que hay dos formas lógicas para concebir y expresar una proposición teórica, una de teoría pura y otra de teoría aplicada. La primera adquiere la forma de "si p entonces q" mientras que la segunda adoptaría la forma "dado que p, por lo tanto q". De estas dos, sólo la segunda puede ser testeada empíricamente, puesto que es necesario testear si "p" es una premisa verdadera y "q" sería la aplicación de la primera, una vez que se ha establecido empíricamente la verdad de la premisa "p". De este modo las proposiciones con contenido empírico son falsables y se diferencian de las proposiciones incondicionalmente necesarias; estas últimas pertenecerían al mundo de la lógica, de las matemáticas y de las proposiciones de la teoría pura. No está demás aclarar que las proposiciones incondicionalmente necesarias son vacías de contenido empírico, por lo tanto, la necesidad de las proposiciones de la teoría pura deriva sólo de relaciones entre definiciones sin contenido empírico. Al respecto, recordemos que en Menger las relaciones necesarias entre los conceptos de la teoría económica eran relaciones reales, que se daban en el mundo real.
Bajo estas condiciones, Hutchison se identifica con los neopositivistas pues la distinción que hacen éstos sobre las proposiciones fácticas y las formales, se basan en que las primeras nos informarían sobre hechos y serían empíricamente verificables probabilísticamente, mientras que las segundas no informan sobre nada real, pero son lógicamente necesarias. Hutchison dice que la utilidad de las proposiciones lógicas nos permiten pasar de una proposición empírica a otra; cuanto más claros sean los conceptos, más claras serán las respuestas de las investigaciones empíricas y porque permiten la verificación. Todo esto podría ser interpretado en el sentido de que Hutchison estaría limitando la aplicación del método deductivo-hipotético al análisis empírico. Destaca, por otra parte, que el análisis a priori de los postulados fundamentales no tiene ningún resultado útil, dado que asuntos tales como: el tipo de conducta de los empresarios, las expectativas, en la determinación de los precios, la experiencia que se logra de errores…. sólo pueden ser aceptadas por la investigación empírica respectiva, aunque no queda claro si el testeo que propone Hutchison deben aplicarse a los supuestos de la teoría o a sus consecuencias. La relación de Hutchison con Popper no queda muy clara, dado que éste otorga al falsacionismo la capacidad de acercarnos a la realidad de los hechos, aunque las hipótesis corroboradas no nos aseguren la verdad, nos ayudan a ir en pos de ella. Hutchison, por su parte rechaza absolutamente cualquier tipo de planteo a priori y exige la verificación para las premisas y las conclusiones a las que se arriban. Es el caso extremo del empirismo metodológico en la ciencia económica.
Milton Friedman (The Methodology of Positive Economics) (17)
En su opinión, la economía positive es independiente de todo juicio de valor; no se ocuparía de lo que debe ser, sino de lo que es. La teoría debe proveer un sistema de generalizaciones que puedan usarse para hacer predicciones correctas y no reconoce una diferencia sustancias entre ciencias sociales y ciencias naturales. La predicción es un asunto muy importante para Friedman; la hipótesis será aceptada si la evidencia empírica no contradice sus predicciones y rechazada si sucede lo contrario. El criterio de sencillez que recomienda se refiere a la necesidad de reducir al mínimo el conocimiento inicial para el acto de pronóstico. La "fecundidad" sería la mayor precisión en el pronóstico. Pero la evidencia empírica no probaría la hipótesis, sólo dejará de desaprobarla lo que nos muestra una aplicación de la falsación popperiana y la imposibilidad de experimentos controlados sería únicamente una diferencia de grado con las ciencias naturales. Cuanto más significativa sea la teoría, más irrealistas serán los supuestos, debido a que una teoría será cierta si explica mucho a través de poco. Así, se aceptará una hipótesis falsa en sus supuestos lo que es una condición para su idoneidad porque se excluye hechos irrelevantes. De este modo, llega a su conocida afirmación de que una teoría debe juzgarse en función a su idoneidad para dar predicciones suficientemente ajustadas. Los ejemplos de este postulado en las ciencias naturales serían muchos; v.g, en la ley física, la caída de los cuerpos presupone un vacío que en la realidad no existe .También dice que se podría suponer que las hojas de los árboles se colocan como si buscaran conscientemente maximizar la luz solar y el jugador de billar se comporta como si conociera las leyes matemáticas que rigen los golpes que da a la bola. Del mismo modo, afirma que las empresas se comportan como si buscaran maximizar sus beneficios y tuvieran información perfecta. En síntesis, el valor del modelo de competencia perfecta no radica en que describa adecuadamente la realidad, sino en las acertadas predicciones que permite realizar en una gama amplia de circunstancias. La validez real de la teoría se aquilata según el método hipotético-deductivo, testeando las consecuencias de las hipótesis y no contrastando directamente las hipótesis mismas.
Las percepciones de Friedman nos llevan a la conclusión de que la teoría económica no vale por lo que explica de la realidad, sino por lo que predice; esto ha causado cierta disconformidad en varios de sus críticos, quienes consideran que una teoría que no explica nada es un instrumento utilitario que no está orientado al conocimiento de la verdad sino sólo a los resultados de una acción.
La concepción marxista
(La Ideología Alemana, El Capital, Categorías del Marxismo) (18)
Para la visión marxista las Categorías son las formas de concientización de las leyes más generales y universales de Ser y el Cosmos; por lo tanto, a diferencia de la concepción Kantiana, las categorías están plenas de contenido, pues provienen directamente de la experiencia humana a través de la práctica histórica. Aunque el marxismo contabiliza varias categorías, ahora citaremos algunas de ellas.
Lo Concreto
Refleja lo íntegro, lo entero, lo desarrollado, el objeto en sí, tal como lo presenta la realidad. Por ejemplo, una mesa es algo concreto, puesto que es la interconexión objetiva de todos sus componentes
Lo Abstracto
Parte de un conjunto, lo unilateral, lo simple, lo no desarrollado como concreto. Por ejemplo, el tamaño es algo que no puede ser separado de lo concreto, en este caso de la mesa, a no ser que participe la actividad de la mente que se llama Abstracción.
Proceso de conocimiento teórico
El conocimiento teórico-científico es el movimiento del pensamiento que parte de la diversidad sensorial de lo concreto y logra la reproducción del objeto en sus relaciones multilaterales. Es el proceso que empieza con la percepción de lo concreto por los sentidos; continúa con la abstracción y análisis de sus componentes, separados por la abstracción, y culmina con el resultado de la investigación para volver al concreto inicial y compararlo con el concreto logrado por la mente, por medio de la abstracción
Teoría y Práctica
Son dos categorías filosóficas que designan la actividad material y espiritual de la actividad objetiva socio-histórica de los seres humanos, la que se expresa en el conocimiento y transformación de la naturaleza y de la sociedad misma. La diferencia con los empiristas y positivistas es que no toma la experiencia individual como punto de referencia de la práctica histórica, más bien recurre a la actividad conjunta de los hombres en las relaciones de clase que los determinan. Por otra parte, afirma que la actividad de los hombres es siempre racional. Por ejemplo, la producción de los bienes de producción no satisface directamente las necesidades vitales, pero sirve de base para conseguir los objetivos sociales finales, para lo que es preciso organizar el trabajo y administrarlo.
Rechaza a la percepción teórica como la contemplación pasiva de la verdad desentrañada y afirma que la conciencia teórica no tiene ninguna influencia en la construcción de la realidad. Por último, considera que la teoría y la práctica se encuentran separadas en el régimen de producción capitalista, por lo que es necesario unirlas a través de una constante generalización teórica de la experiencia práctica de los grupos sociales, para lograr la consolidación de la teoría de vanguardia.
La materia
El punto de partida del proceso cognoscitivo marxista es la afirmación de la existencia objetiva de la materia, la que no estaría condicionada ni limitada por nada; sería eterna e inagotable, esto es, absoluta.
La materia sería la realidad objetiva que existiría fuera e independientemente de la conciencia y que se refleja en esta última y tiene la capacidad de autodesarrollarse indefinidamente. La conciencia sería la forma superior del reflejo de la materia. El carácter universal absoluto de la materia caracteriza la unidad material del mundo. La materia, según la versión marxista, no se reduce a sus formas concretas de manifestación, v.g. la sustancia o los átomos, dado que existen formas no sustanciales, como los campos electromagnéticos y gravitacionales, pero, en cualquier manera de expresión, la materia siempre está organizada y es inseparable de las diferentes formas de movimiento
Las formas de la materia son, dice el marxismo: los sistemas de la naturaleza inorgánica, v.g., partículas elementales, moléculas, sistemas cósmicos… los sistemas biológicos y los sistemas socialmente organizados. Algo que debe subrayase es que la "Materia" es una categoría filosófica, la que no debe ser confundida con las expresiones concretas químicas o físicas, las que tienen un carácter particular. De esta manera, no debe confundirse la categoría filosófica Materia con sus expresiones tales como "masa", "energía", "espacio"
Materia de Conocimiento
Son las relaciones y propiedades de los objetos fijados en la experiencia e incorporados al proceso de la actividad práctica del hombre que se investiga con un fin determinado en condiciones y tiempo determinados. El materialismo dialéctico, que es la filosofía del marxismo, reconoce la influencia del objeto sobre el sujeto que conoce, pero será la práctica histórica la que se constituya en el verificador del conocimiento adquirido. La discriminación del conocimiento como algo independiente de la materia objetiva es un error tipificado como "idealista". El desarrollo del objeto de conocimiento se desarrolla de modo lógico e histórico (otras dos categorías de la dialéctica materialista)
El Materialismo
Según los marxistas es la corriente filosófica opuesta al "Idealismo" y afirma la prioridad de lo material y el carácter secundario de lo espiritual, lo que significa que el mundo es eterno, no fue creado y es infinito en tiempo y espacio. La Conciencia sería un reflejo de la materia, por lo que se la estudia como reflejo del mundo exterior para afirmar así la cognoscibilidad de la naturaleza. Se postula que la forma superior del Materialismo, esto es, el Materialismo Científico, fue creado por Marx y Engels y se acepta que éste tuvo desviaciones que desembocaron en lo que llaman el "materialismo vulgar", entre ellos, el positivismo.
Materialismo Dialéctico
Es la base filosófica del marxismo y declara ser un reflejo de la evolución del pensamiento filosófico en relación al avance científico y la práctica histórica de la humanidad. El Materialismo Dialéctico aplicado a la historia da como resultado el Materialismo Histórico, algo así como la sociología del marxismo, como "cosmovisión de la clase proletaria". De acuerdo con el Materialismo Dialéctico, la filosofía tiene su objeto de estudio que está constituido por el estudio de las leyes más generales de la naturaleza, la historia y el pensamiento, los principios y bases generales del mundo objetivo y de su reflejo en la conciencia humana y también el método de explicación, conocimiento y transformación práctica de la realidad. Rechaza la existencia de "esencias supranaturales. Su teoría del Conocimiento y su Lógica provienen, afirma el marxismo, de la vinculación de la doctrina del Ser, del mundo objetivo y de la doctrina de su reflejo. Por último, el Materialismo Dialéctico es la base filosófica del programa, la estrategia y la táctica de la actividad de los partidos comunistas del mundo.
Materialismo Histórico
Es la ciencia filosófica sobre la sociedad y se aplica a la historia. Toma como pivote principal el hecho social común a todas las sociedades, la de "obtener los medios de vida", al que vincula todas las relaciones de los individuos, lo que denomina "las relaciones de producción" que, a su vez, determinan la existencia de una superestructura jurídico-política y varias formas del pensamiento social. Cada sistema de relaciones de producción que surge en determinado grado de desarrollo de las "fuerzas productivas", se subordina a las leyes del surgimiento, funcionamiento y tránsito comunes a todas las formaciones sociales.
Lo que más nos interesa sobre el Materialismo Histórico en este punto, es su afirmación de que "Las acciones de los individuos en el marco de cada formación socio-económica, infinitamente diversas, individualizadas y, al parecer, no sujetas a registro alguno ni a sistematización, fueron sintetizadas y reducidas a las acciones de las grandes masas". Por otra parte, critican a las posiciones no marxistas, acusándolas de fabricar una sociología que se limita al examen de los motivos ideológicos de la actividad humana y no investigan las causas materiales que los engendran. Denuncia a los historiadores no marxistas, acusándoles de que resaltan sólo el papel de algunas personalidades sin prestar atención a las acciones de las masas, "verdaderos artífices de la historia". Sin embargo, afirman que no desconocen el papel de las ideas, las instituciones y organizaciones políticas, poniendo de relieve el "inmenso papel del factor subjetivo", esto es, las acciones de los hombres, clases y partidos, como el grado de conciencia y de organización de las masas. Rechaza el fatalismo y el voluntarismo. Los hombres hacen su historia pero no pueden hacerla a su libre albedrío, pues cada nueva generación actúa en determinadas condiciones objetivas. Todas esas afirmaciones aparecen en "La Ideología Alemana", obra en la que Marx y Engels pusieron por primera vez los fundamentos filosóficos de lo que ahora conocemos como el Marxismo.
Materialismo y Empiriocriticismo (19)
Hubo una lucha ideológica, casi personal entre Avenarius y Mach, los fundadores del Empiriocriticismo, por una parte, y Lenín, por la otra. Avenarius y Mach decidieron ampliar la base filosófica del materialismo dialéctico con propuestas que Lenín calificó de ideas subjetivistas, entre otros adjetivos parecidos. Los herejes acudieron a Berkeley, uno de los filósofos que los marxistas más detestan por la negación del mundo objetivo y, por supuesto, de la materia. Recordemos que Berkeley basó su percepción filosófica en el postulado de que la existencia de los objetos materiales consiste en su perceptibilidad: todo lo que percibimos no es sino complejos sensoriales. Como se comprenderá, el intento de Mach y Avenarius de "aportar" al Materialismo Dialéctico con las percepciones reactualizadas de Berkeley, tenía que ser rechazada terminantemente por los defensores del Marxismo. En realidad, ambos proponentes se convirtieron en una especie de obsesión reiterada, en una pesadilla reiteradaa, en la vida de Lenín.
Para entender la aplicación de los principios filosóficos a la práctica, tal como lo ven los marxistas, no debemos olvidar que sostienen el Partidismo Filosófico, es decir, la defensa intransigente del marxismo como una visión integral y no separable del comportamiento diario de sus militantes.
Algunos aportes epistemológicos
La Dialéctica de Complementos que postulo, percibe el mundo real que los sentidos nos describen y el mundo ideal que la mente forja sobre la base de los primeros. Por ello, mi propuesta epistemólogica es una síntesis complementaria de ambos. Parte de la gnoseología de Kant, de la visión marxista y de la epistemología analizada en los capítulos anteriores. No está demás aclarar que en esta oportunidad sólo daré un breve resumen de mi propuesta, la que estará debidamente desarrollada en mi libro La Acción Recíproca.
Las categorías
Tomaré dos concepciones sobre las mismas: la de Kant y la de los marxistas
Enmanuel Kant Crítica de la Razón Pura (20)
De acuerdo con lo que dice Kant, el entendimiento no es una facultad pasiva, que se limita a recoger los datos que vienen de los objetos reales; al contrario, sería una configuradora de la realidad. A diferencia de los racionalistas y los empiristas "puros" quienes asumían una como fuente de conocimiento la razón y la experiencia, Kant afirma que el conocimiento es el resultado de la interacción de ambos, pues, por la sensibilidad recibiríamos los objetos reales y por el entendimiento, los pensaríamos.
La sensibilidad es para Kant la capacidad de recibir representaciones del mundo real, por lo que, la sensibilidad es meramente receptiva. Pero, la manera cómo algo es conocido directamente es, dice Kant, la Intuición y el efecto que produce lo real sobre nuestra representación es la sensación. Las sensaciones no podrían ser ordenadas por la sensación misma. Lo que ordena las sensaciones será a priori y no puede proceder de la experiencia. La forma pura de la sensibilidad se da en el caso de que despojemos al proceso de conocimiento de todo elemento procedente del entendimiento. El entendimiento sería la facultad de pensar, de formar conceptos, es decir, de crear formas bajo las cuales se pueden ordenar las representaciones. Cuando decimos, por ejemplo, "árbol", el entendimiento ha unificado todas las características principales que une a todos los árboles y esa unificación de los elementos sensibles y conceptuales los que producen el conocimiento de árbol.
Los conceptos empíricos son resultados de la generalización tomados de la experiencia, mientras que los conceptos puros son las categorías a las que nos referimos en el acápite respectivo del presente capítulo. No habrá posibilidad de conocer objeto alguno si no es sometido a la acción de las categorías, por lo que no será posible conocer la "cosa en sí", sino solamente tal como se presentan al hombre a través de la sensibilidad y del entendimiento; es decir, como fenómenos. Así, se entenderá como fenómeno el objeto tal como es percibido por el hombre, una vez que los contenidos de la sensación han sido sometidos a las formas trascendentales del espacio y del tiempo, en lo que respecta a la sensibilidad. En lo que se refiere al entendimiento, ese conocimiento sensible es sometido a las categorías. Estas categorías del entendimiento únicamente pueden ser aplicadas a contenidos procedentes de la intuición sensible, pues no hay posibilidad de una intuición intelectual. Los conceptos de la razón pura son vacíos; contienen solamente la función unificadora pero están privados de ofrecer algún conocimiento. Les sucede a estos conceptos puros lo mismo que a las categorías: prescinden de toda experiencia y no tienen valor cognoscitivo sino unificador.
Las categorías marxistas
Las categorías marxistas son formas de concientización en los conceptos de los modos universales de la relación del hombre con el mundo, que reflejan las propiedades y leyes más generales y esenciales de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento. Desde la percepción marxista, las categorías se forman en el proceso de desarrollo histórico del conocimiento y de la práctica social. Su base no es la actividad del espíritu, sino el desarrollo de los métodos de actividad material del hombre y de los modos de Producción.
Las principales categorías del materialismo dialéctico son: materia y movimiento; tiempo y espacio; calidad y cantidad; medida; singular, particular, y universal; contradicción, esencia y fenómeno; contenido y forma; necesidad y casualidad, posibilidad y realidad; lógico e histórico; concreto y abstracto; idea y materia y muchas otras, que sobrepasan las diez categorías kantianas y aristotélicas.
Una interpretación de la percepción marxista del proceso de conocimiento
Sobre la base de lo dicho, voy a mostrar mi interpretación personal de la percepción marxista del proceso de conocimiento, para luego compararlo con Kant y lasa percepciones citadas en los capítulos respectivos. Para hacerlo, voy a transcribir parte de un ensayo literario de mi libro "Relatos, Filosofía y Borges" publicado en 1989. (Recordemos que yo le asigno al arte en general, a la literatura y al poema en particular, una capacidad cognoscitiva basada en la Intuición como conocimiento directo de la realidad, a través de encuentros del poeta con los Estados Puros del Ser) El relato se llama "Las Categorías Filosóficas de lo Concreto y lo Abstracto y un cuento de Mario Benedetti" del cual transcribo la primera parte.
En el prólogo a la primera edición del primer volumen de "El Capital", Marx dice: "en el análisis de las formas económicas de nada sirve el microscopio ni los reactivos químicos: el único medio de que disponemos es la capacidad de abstracción
La autoridad filosófica marxista define la Abstracción como uno de los aspectos o formas del conocimiento que consiste en prescindir de una serie de propiedades de los objetos. El conocimiento está necesariamente ligado a los procesos de abstracción, sin los cuales no se podría conocer la esencia del objeto. Debe advertirse que sólo la práctica es el criterio de la cientificidad de cada abstracción. Este ensayo es un intento de interpretar lo que significan los anteriores párrafos, aún corriendo el riesgo de que algunos dialécticos diplomados en la gran escuela del dogmatismo encuentren herejías metodológicas en la gran osadía
Empezaré con la pregunta fundamental: ¿cómo se prescinde mentalmente de una o de varias propiedades de los objetos reales? Tal como se dijo en el acápite relativo al conocimiento teórico, el modo de reproducción teórica de un objeto como un todo en la conciencia está constituido por el movimiento concreto-abstracto-concreto. En otras palabras, hay el concreto objetivo, que es el punto de partida de la investigación y el concreto mental, que es el resultado de la misma y que incluye el conocimiento de las partes fundamentales del objeto, su interacción mutua y la ley que rige esa conexión interna en el concreto objetivo. El proceso mental que lleva de un concreto a otro es la Abstracción. Este proceso es común al conocimiento de la realidad objetiva, la historia y el pensamiento
Con estos instrumentos conceptuales nos es posible hacer preguntas e intentar respuestas de compleja contextura esencial
En primer término, imaginemos un concreto inicial, supongamos una piedra. Las partes constitutivas de la piedra so muchas: peso, tamaño, forma, color….. Estas propiedades no existen independientemente de un concreto objetivo, real, en este caso, no existen independientemente de la piedra. Al mismo tiempo, sabemos que otros conceptos objetivos también tienen peso, tamaño, color…, digamos un mono. Ahora bien, si deseamos saber en qué se diferencian ambos será muy fácil decir, v.g, que el mono come bananas y la piedra no. Lo mismo nos sucederá si deseamos saber en qué se parecen; entonces, haciendo un esfuerzo mental de gran envergadura diremos que se parecen en que ambos tienen peso, color… auque estas características no son iguales en ambos. Eso formaría parte de un intento infantil de analiza, pero es un comienzo, pues el objetivo fundamental que buscamos en comparar las diferencias y semejanzas es lograr la diferencia y la semejanza específicas que deseamos conocer, de acuerdo con lo que pretendemos analizar, estudiar.
Por ejemplo, si se trata de adiestrar a uno de ellos para hacer pruebas circenses, notaremos que el mono se diferenciará de la piedra porque el primero puede ser gracioso y la segunda no se da por aludida. Si se trata de usar a cualquiera de ellos como contrapeso de un tercer objeto, descubriremos que ambos pueden servir al efecto y entonces diremos que los dos se parecen entre sí por su capacidad de tener peso. Como éstos, podemos encontrar muchos ejemplos de semejanzas y diferencias en la vida cotidiana. Pero, si deseamos tener un conocimiento científico de cada uno de ellos nos veremos obligados a ser más precisos; para ello recurriremos a la abstracción de las propiedades de muchos monos y de muchas piedras hasta llegar a la diferencia específica, esto es a la conclusión de que la piedra tiene tres clases de movimiento: químico, físico y mecánico, en tanto que el mono tiene cuatro: las tres anteriores y el movimiento biológico; es decir, el mono tiene vida y la piedra no. Ésa sería la diferencia específica
Luego de un ejercicio tan fructífero, debemos averiguar cuáles son las relaciones de constancia que los unen, esto es, en que se parecen específicamente
Usaremos el mismo proceso de abstracción para concluir afirmando que ambos existen independientemente de nuestra conciencia; que sus respectivas masas pueden ser transformadas en energía; que ambos tienen movimiento; en otras palabras, se parecen en que ambos son materia; expresiones diferentes de materia, de acuerdo con una definición previa que se tendrá de lo que es materia. Este proceso de llegar a la esencia se realiza a través del análisis y de la síntesis que incluyen, a su vez, la existencia de un concreto inicial, un proceso de abstracción y un resultado: un concreto mental
Una vez identificados el proceso y la razón de ser de la abstracción, bien podemos hacernos varias preguntas; por ejemplo: ¿es posible hacer una abstracción de otra abstracción? ¿Es posible separar algunas propiedades del color azul? Claro que sí. Aunque sabemos que el color azul no existe independientemente de una sustancia (definiendo sustancia como principio activo que se genera a sí mismo) podemos acudir a la ciencia y saber que el color es la sensación producida por los rayos luminosos al impresionar los órganos visuales en función de la longitud de onda. Luego nos enteraremos que el color azul, específicamente, responde a una frecuencia de onda que lo singulariza de los demás colores. Una vez conocido el concepto, lo separamos mentalmente y analizamos sus propiedades: intensidad, luminosidad… lo mismo podemos hacer con abstracciones tales como la categoría "valor". Para ello acudimos a nuestra propia definición: el Valor es la capacidad que tiene un bien de ser intercambiado en el mercado, porque siendo útil y escaso, contiene trabajo objetivado, presente y pasado. Pero el valor no es un concreto, es un abstracto que no existe independientemente de la mercancía y sin embargo, puede ser definido al igual que un concreto. De este modo, usando la Dialéctica de Complementos que propongo, es posible definir tanto lo concreto como lo abstracto en sus partes constitutivas a través de los procesos mentales; el requisito indispensable para que sea una abstracción científica es que se muestre la conexión interna de los elementos que componen la cosa que se ha logrado conocer. Si es que no hay esa conexión interna, la abstracción de abstracciones se convierte en especulación metafísica o, en el mejor de los casos, en imaginación artística.
Supongamos que del concreto sensible A abstraemos mentalmente las propiedades principales que lo singularizan, tales como a1, a2, a3….an. Hagamos lo mismo con las propiedades esenciales del concreto B, esto es, con las que lo singularizan como concreto B; al hacerlo, obtendremos b1, b2, b3,… bn. Sigamos el mismo procedimiento hasta el concreto Z para obtener z1, z2, z3,…zn. Ahora bien, una vez que dichas propiedades están reflejadas en nuestra mente, tratemos de mezclarlas en diferentes combinaciones: por ejemplo: a1, b3, x8, m6 …..
Hecho estos, nos preguntamos: ¿podrían estas combinaciones de propiedades abstractas conformar un concreto real? sobre todo, si recordamos que para ser real, un concreto no sólo debe contenerlas, sino que debe existir la ley que expresa la interacción interna entre ellas. Si acudimos al mundo de las probabilidades, podríamos decir que no podemos afirmar que exista, pero tampoco podríamos afirmar que no exista. En este caso, estaremos en la dimensión de las célebres antinomias kantianas: como no es posible afirmar ni negar esa existencia, entonces podemos afirmar y negarla al mismo tiempo. Pero, para las cuestiones del conocimiento, debo postular que ningún cerebro tiene la capacidad de dar movimiento a esta clase de mezcla de propiedades que no estén interconectadas y no interactúen entre sí por la vigencia de la ley respectiva. No podemos inventar esa ley. En otras palabras, la mente no puede crear concretos sensibles; sólo puede reflejarlos o, en el mejor de los casos, modificarlos a través de la acción concretada.
De lo expuesto podemos decir que, si ninguna mente puede crear un concreto sensible por sí sola, también es necesario afirmar que ninguna mente puede "recomponer" un concreto real, aún teniendo en la mente el reflejo del fenómeno; veamos por qué. Supongamos que nuestros sentidos perciben un concreto real, un árbol; luego percibimos muchos árboles para establecer la diferencia y la semejanza específica que los vincula con otros concretos. De acuerdo con lo que dice el marxismo, del concreto inicial, en bruto, que nuestros sentidos han percibido, hemos llegado a modelar el concreto ideal refinado y lo hemos hecho por la abstracción. Ahora actuaremos sobre este concreto ideal, del cual conocemos sus propiedades, sus conexiones internas y la ley que las rige. Sin embargo, en este punto debo acudir otra vez a Kant y reafirmar que, a pesar de que el proceso de conocimiento auspiciado por la dialéctica materialista en su versión de lógica-dialéctica, ha puesto al concreto inicial a disposición del análisis mental, nunca podrá reproducir el árbol, cualquiera que éste sea, pues si bien la palabra "árbol" es un símbolo para expresar algo que existe y que tiene ciertas características que lo singularizan de los demás, el mismo árbol, cualquier árbol concreto, es un símbolo de sí mismo. Lo es, debido a que si podemos llegar a conocer sus rasgos más esenciales, nunca podremos conocerlo en toda su integridad; v.g, no podremos conocerlo en su estructura molecular, en el movimiento de sus átomos, en la circulación de la savia, en la disposición de sus hojas…. y sobre todo, por el hecho que Heráclito ya lo ha planteado hace dos mil quinientos años, es decir, porque el árbol de este momento ya no es el árbol que analizamos hace un segundo. "La cosa en sí" nunca aparece ni a los sentidos ni a la mente. Es aquí donde encuentro en Kant la base fundamental para postular con él, que sólo podemos conocer el fenómeno, transformado, a su vez, por las categorías de la intuición y del entendimiento. Si esto es así con el árbol, imaginemos lo que habrá de ser el intento de conocer al individuo.
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