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La industria lechera (página 2)

Enviado por Paula Uhrich


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Este sistema, sumado a las fuertes inversiones -principalmente de origen europeo- coloca a Argentina en condiciones de satisfacer la demanda de países como Gran Bretaña, Alemania, Bélgica, Francia, y Suiza.

El sistema productivo genera una estructura en la que el sector agrario y ganadero es tan fuerte que se convierte en la clave del modelo económico.

El Estado, a través de tarifas aduaneras a la importación, protege estas actividades productivas. Alienta y garantiza obras de infraestructura que permiten conectar a las regiones productoras con los mercados consumidores.

El desarrollo del ferrocarril permitió la integración de las diferentes regiones del país, facilitó la llegada de la mano de obra necesaria, de las mercaderías de consumo para la población en crecimiento, y posibilitó el aumento de la exportación de los diferentes productos.

En la región pampeana, corazón del modelo agro exportador, comienzan los conflictos por la explotación impuesta a los trabajadores: bajos salarios, extensas jornadas laborales y excesivos impuestos de arrendamiento de las tierras chocan con la idea, promovida por el gobierno y los terratenientes, de que se vive un desarrollo social general. La alta movilidad de la mano de obra en épocas de poco trabajo en el campo traslada los conflictos a las ciudades, a decisión a la que llegan es contundente: para presionar a los terratenientes hasta tanto no se obtenga la rebaja general de los arrendamientos.

Creada con la unión de los chacareros y dirigentes radicalizados, la Federación Agraria Argentina se alinea con los estancieros. Entre 1912 y 1917, los directores más radicalizados se apartan por voluntad propia o son expulsados.

El modelo agro exportador moderniza al país y lo convierte en uno de los mayores exportadores del mundo, pero al mismo tiempo expone a la clase trabajadora a constantes y múltiples situaciones de explotación e injusticia.

En los comienzos de la industria lechera, la leche se trasladaba en tarros transportados en vagones no refrigerados, de modo que la producción sufría las altas temperaturas, especialmente en verano. En el año 1911 un decreto dispuso que las usinas debieran poner a disposición de los productores vagones refrigerantes, siendo de exclusiva responsabilidad del cargador poner el hielo necesario para el adecuado transporte. La empresa de ferrocarriles decidió, en el año 1914, dejar sin efecto la tarifa especial para el recibo de leche en las otras estaciones, a fin de concentrar la entrega de la producción en una sola estación.

La crisis del 30 señala para nuestro país la iniciación de un nuevo período, donde la industria pasa a ser el elemento dinámico de la expansión económica y donde se gesta un proceso de traslación de ingresos del sector agrícola al sector industrial, proceso que adquiere una importancia aún mayor en la década siguiente.

A partir de este entonces el desarrollo de mejores caminos y de vehículos más especializados, condujeron a la aparición de camiones tanque termo que más tarde reemplazarían al tren lechero, a mediados de la década del 60, se dejó de usar completamente.

En 1886 fue exhibida por primera vez en Argentina una desnatadora, máquina que sirve para quitar la grasa a la leche, que llevaba el nombre de su inventor, el ingeniero sueco De Laval. Con la introducción de la desnatadora y las máquinas de vapor se empezaron a instalar en el país las primeras fábricas lecheras. El honor de ser los primeros en proporcionar la materia prima a esta incipiente industria les corresponde a los vascos y no a los grandes estancieros, gradualmente se convirtieron en tamberos y pequeños hacendados, y ya hacia fines de siglo eran los principales proveedores de leche cruda a las distintas plantas industriales. Esos primeros tamberos, casi sin excepción, habían sido lecheros de la Capital y pueblos linderos.

Hacia fines del siglo pasado, el pro grueso alcanzado por la industria láctea era todavía poco significativo y se limitaba a productos que se conservaban bien a temperatura ambiente

(Caseínas y ciertos quesos), ya que la tecnología de la conservación en frío y el poco cuidado por la calidad y la higiene de la leche cruda limitaban seriamente el crecimiento de la producción de lácteos frescos perecederos (leche fluida, crema, manteca, quesos frescos, etc.).

El comercio de la caseína, subproducto de la elaboración de la manteca, que se obtiene por la precipitación de la leche desnatada, experimentó a finales del siglo XIX una verdadera explosión, al ser aplicada en procesos de fabricación de pinturas, colas y elementos varios (por ejemplo: peines, botones, etcétera).

A principios de 1900, la caseína, que comenzó a exportarse principalmente a través de               la "Compañía Nacional de Caseína",  obtuvo un alto grado de aceptación, a punto tal que en la década del 50, más del 50 % del comercio mundial de caseína estaba constituido por la producción argentina. Cabe señalar que en la actualidad, y con el desarrollo de otras materias primas, su utilización ha quedado limitada a la elaboración de productos alimenticios y farmacéuticos.

En 1897, la gobernación de la provincia de Buenos Aires comisión. Al ingeniero agrónomo Eduardo Larguna para analizar la situación lechera de la provincia.

En su informe, Larguna expresaba: hasta hace poco estaba aún en comienzo la industria lechera y no se conocía otra cosa que no fuesen los vascos lecheros que llevaban su mercancía de casa en casa en tarros montados a lomo de caballo, despachando una leche azulada, mitad agua y mitad suciedad, y unos panes de manteca envueltos en trapo de color dudoso y extraída a mano de los tarros lecheros donde se formaba por el traqueteo del camino. La manteca bien hecha y de buena calidad era muy rara y la única que había llegaba salada desde los Estados Unidos, mientras que los quesos se importaban casi todos, pues los de fabricación nacional eran hechos con leche flaca y de poca conservación. Recién en 1891 se entabló a perfeccionar esta industria, siendo el Sr. Vicente Casares el primero que inició este negocio a gran escala a través de La Martona, empeñando para ello grandes sacrificios, ensayando procedimientos y máquinas para lograr buenos resultados.

La recuperación de la economía argentina, tras la gran crisis vivida en el año 30, comienza a sentirse a partir de 1933. Muchos trabajadores llegan del campo a la ciudad, atraídos por la demanda de empleo provocada por la aparición de nuevas industrias y por la carencia de mano de obra debido al abrupto corte en la llegada de nuevos inmigrantes.

Mientras tanto, la Segunda Guerra Mundial, que se ha iniciado en 1939, llega a su punto culminante. Argentina mantiene su neutralidad, pero el avance de los alemanes sobre Europa significa para el país la pérdida progresiva de mercados. Las consecuencias para la economía argentina son importantes.

El posible cierre de fábricas y el consecuente desempleo preocupan a la Iglesia, que teme que el descontento social convierta a la Argentina en terreno fértil para un declarado enemigo de la religión: el comunismo.

La forma de hacer política de Perón es novedosa por su trato personalizado con los dirigentes obreros, circunstancia que lo favorece y lo convierte en el hombre fuerte del gobierno.

Es así como construye su base de poder, buscando apoyo fundamentalmente en dos sectores: los trabajadores y los militares, nace la Industrialización por Sustitución de Importaciones  (ISI) Peronista.                    

El proceso histórico que si inicio en 1945 significó un cambio decisivo en la historia Argentina del siglo XX. Desde aquellos años, el peronismo fue un protagonista casi exclúyete de la historia de la sociedad Argentina tanto como Juan Perón estuvo al frente del estado como cuando el movimiento que el conducía fue expulsado o marginado de la escena política.                                       

En el campo económico el peronismo propuso un modelo basado en el desarrollo industrial, orientado hacia el mercado interno con una fuerte intervención estatal y en la redistribución del ingreso a favor de los sectores asalariados. En lo social ejercito una amplia política de reforma que fueron los derechos sociales. En el plano político se modificaron las relaciones entre el estado las clases sociales y sus organizaciones representativas y los pilares de la democracia de masas fueron la extensión de los derechos de ciudadanía y la participación política-activa de las masas obreras. Finalmente se conformo una nueva cultura popular que incorporo las pausas y tradiciones de los sectores sociales que se incorporaban al consumo y a la ciudadanía plena.

El 17 de octubre de 1945 evidencia el crecimiento, la organización y la politización de la clase obrera argentina.

Los trabajadores y Perón forjan un pacto indestructible. Un pacto que trascenderá en el tiempo y que instalará por muchos años en la Argentina la antinomia peronista / antiperonista.

En los últimos años de la década de 1950, la Argentina atraviesa un acelerado proceso de expansión industrial. Las políticas desarrollistas impulsadas desde el gobierno generan un clima propicio para las inversiones extranjeras, razón por la que muchas empresas europeas y norteamericanas deciden instalar sus fábricas en el país.

Esta afluencia de capitales estimula el desarrollo de varias ramas de la industria, a la vez que multiplica la producción de bienes de consumo durables como heladeras, televisores, lavarropas y automóviles.

A este crecimiento de la actividad industrial se suma un cambio en las políticas del Estado argentino relacionadas con la investigación científica y la producción intelectual.

Llegado 1968, el control político y militar de la dictadura se extiende a todos los ámbitos de la sociedad. Las fuerzas policiales reprimen tanto a militantes de izquierda y sindicalistas combativos como a artistas de vanguardia y jóvenes que no encajan en el modelo pretendido por el sistema.

Al descontento político generado por la dictadura también se suma la impopularidad de sus medidas económicas, que tienden a privilegiar a los capitales más concentrados en deterioro de los sectores asalariados y las pequeñas empresas.

Para esta época, las desigualdades sociales generadas por la economía capitalista se hacen más ciertas. Muchos trabajadores del interior, que llegan a las grandes ciudades atraídas por el auge industrial, no encuentran la forma de integrarse al ámbito urbano. La insuficiencia de las políticas de vivienda hace que muchos de ellos deban instalarse en asentamientos precarios o barrios de emergencia, ubicados en los alrededores de las principales áreas urbanas.  Estos asentamientos, conocidos popularmente como "villas miseria", evidencian que el desarrollo y la modernización no son iguales para todos.

En los últimos días de noviembre de 2001, el llamado "riesgo país" de la Argentina sobrepasa los tres mil puntos. Luego de más de tres años de recesión, los capitales financieros huyen masivamente del país y miles de ciudadanos comunes corren a los bancos para salvar sus ahorros.

El último día del mes, el ministro de Economía, Domingo Felipe Cavallo, mediante un decreto, prohíbe a los ahorristas retirar el grueso de sus depósitos bancarios. Nace el "corralito".  La tensión social aumenta. El Fondo Monetario Internacional corta la entrega de divisas a Argentina, y mientras los ahorristas se amontonan en las puertas de los bancos, los grandes capitales se siguen fugando del país.

En pocos días el efectivo desaparece de las calles. La pequeña industria, el comercio y las economías informales colapsan. La crisis de la clase media se suma a la de los sectores más pobres. Ambos sufren, además, desde hace largo tiempo, el problema de la desocupación. El martes 18 de diciembre comienzan los saqueos a los supermercados.

La situación termina de estallar al día siguiente. El presidente de la Nación, Fernando de la Rúa, declara el estado de sitio. Son sus últimas horas en el poder.

A comienzos de 1983, la Argentina atraviesa una aguda crisis económica y social. Más de siete años de dictadura dejan un país empobrecido, endeudado y dependiente de los organismos de crédito internacional, con su aparato productivo destruido y la mayor parte del capital concentrado en unas pocas manos.  El endeudamiento progresivo y la destrucción sistemática del Estado acentúan la crisis política del gobierno militar y lo arrastran al borde del abismo. Mientras la dictadura más sangrienta de la historia argentina inicia su salida del poder, el rumbo económico del mundo cambia.

Desde fines de la década del 70, los organismos financieros internacionales y los grandes centros de poder impulsan una serie de reformas económicas denominadas "neoliberales". Estas reformas, conocidas como el "Consenso de Washington", pregonan una menor intervención del Estado en los problemas económicos y sociales en pos de obtener un mayor equilibrio fiscal y más solidez financiera.  Aplicadas primero en Gran Bretaña por la primera ministra Margaret Thatcher, y luego en Estados Unidos por el presidente Ronald Reagan, la nueva tabla de mandamientos de la economía mundial incluye entre otras cosas la disminución del gasto estatal, la privatización de las empresas públicas, el fin del proteccionismo industrial y la liberación de la economía al juego del capital.  Estas políticas comienzan a ser impulsadas en varios países de Latinoamérica; uno de ellos es la Argentina.

En octubre de 1983 triunfa en las elecciones presidenciales Raúl Ricardo Alfonsín, candidato por la Unión Cívica Radical. Intenta llevar a cabo una política medianamente tranquila, a pasar de los meses, la inflación aumenta y los salarios caen. La figura del ministro, que no era bien vista por los Con el propósito de frenar la inflación y aumentar la recaudación fiscal, el nuevo ministro implementa una versión moderada del plan de reforma del Estado impulsado por el Consenso de Washington, a la que bautiza Plan Austral.

A esta altura, el poder político de Alfonsín es mínimo, y muchos dudan de que su gobierno pueda llegar al 10 de diciembre, fecha de la entrega del poder a su sucesor.

Junio de 1989 comienza en medio de grandes complicaciones, con un 114 por ciento de inflación mensual y el país bajo estado de sitio; el gobierno radical se dispone a pactar con el presidente electo del peronismo.

Con la presidencia de Carlos Saúl Menem el gobierno comienza una profunda transformación del Estado y las relaciones económicas de la Argentina. Si bien el nuevo presidente mantiene las tradiciones peronistas de fuerte personalismo y capacidad de liderazgo, produce grandes innovaciones en materia de economía.

Los primeros días de la década del 90 la sociedad argentina se debate entre la incertidumbre y el asombro. A pesar de los vaivenes iniciales, la esperanza en el nuevo gobierno no cede. El predominio de las políticas neoliberales en Europa y Estados Unidos y la noticia de la caída del Muro de Berlín (símbolo histórico del bloque socialista) afianzan la fe de los argentinos en las bondades de la economía capitalista.

Amparado en los preceptos del libre mercado, el presidente lleva adelante una reforma estructural de la vida económica argentina, que incluye la apertura irrestricta a los capitales financieros, la desregulación del comercio internacional y la venta compulsiva de gran parte del patrimonio del Estado.

Este conjunto de medidas, conocido como Plan de Convertibilidad, es decir iguala el valor del peso al del dólar, acaba rápidamente con la inflación y logra estabilizar la moneda.  Desde un principio, la estrategia de Cavallo se ve favorecida por el contexto económico internacional, marcado por la abundancia de capitales disponibles para la inversión.

En los años posteriores a 1992, usando el argumento del federalismo, el gobierno de Menem traspasa la salud y la educación pública a los estados provinciales. La razón de esta maniobra es mostrar a los organismos de crédito internacional que el gasto público ha disminuido.

Otras víctimas de la ola privatizadora son los bancos y los ferrocarriles. Los primeros son vendidos a grupos extranjeros o a los grandes bancos de capital nacional. En el caso de los ferrocarriles, la mayoría de los ramales del interior se cierran, condenando a pueblos enteros al aislamiento y a la miseria.

Para 1993 la figura de Carlos Menem goza de un amplio consenso popular. Ni las sospechas de corrupción que involucran a miembros de su gobierno, ni las feroces críticas del periodismo independiente logran opacar la sensación de estabilidad y crecimiento económico creada por la convertibilidad.

Desde su llegada al poder, el presidente Fernando De la Rúa se encuentra en la delicada tarea de paliar los graves problemas sociales que el modelo ha generado, como el déficit fiscal, la recesión, la desocupación y una deuda externa cercana a los 150.000 millones de dólares.  Sin embargo, para solucionar estos problemas no se plantea la salida del modelo, sino su profundización.

Para sanear las finanzas públicas, lanza un fuerte plan de ajuste que incluye una rebaja del 13 por ciento en los salarios de los empleados estatales.

Llegado marzo de 2001, las reservas del Banco Central descienden a niveles históricos, y el régimen de convertibilidad se hace muy difícil de sostener como principal medida, el nuevo ministro anuncia un recorte de casi 2 mil millones de dólares en el presupuesto nacional, que afecta principalmente al sector educativo. Rápidamente docentes y estudiantes se movilizan en todo el país. Dentro del gabinete se produce una aguda crisis política que provoca la dimisión de dos ministros e importantes funcionarios del área de Educación.

Los mercados se calman, pero el déficit fiscal no deja de crecer.

A todo esto, en el mes de octubre el gobierno pierde las elecciones legislativas.

Para las autoridades del Fondo la situación argentina tiene dos soluciones posibles: devaluación o dolarización. Aunque se niegan a declararlo oficialmente.

Con las cuentas en rojo y sin ingreso de divisas, la convertibilidad se hace insostenible. Mientras tanto, en las provincias del interior y en el Gran Buenos Aires multitudinarios "piquetes" de desocupados cortan las principales rutas en protesta contra el gobierno, y en la radio y la televisión no se habla de otra cosa que del "riesgo país". Hecho similar al que aconteció en la crisis del 90 cada cual con sus respectivas consecuencias y resultados.

Ante el inminente colapso, el ministro Cavallo toma su última y más grave decisión: el primero de diciembre fija un límite de 250 pesos semanales para todas las extracciones bancarias.  La reacción no se hace esperar: el estallido tan temido llega. 20 de diciembre de 2001, luego de dos años y diez días de gobierno, Fernando de la Rúa abandona el poder.

La crisis de 2001 es el resultado de 25 años de abandono estatal y políticas económicas dependientes del capital extranjero. Los daños generados por la dictadura militar fueron acentuados por las recetas neoliberales del Plan Austral y rematados por diez años de liquidez.

El saldo final es un Estado débil y altamente endeudado, una industria desmantelada y una sociedad cada vez más empobrecida, hastiada y polarizada.

Como hemos visto hasta el momento la industria láctea ha tenido diferentes etapas de producción, con vaivenes virtudes y defectos, pero constante hasta el día de hoy.

En la última década la provincia generó aproximadamente el 3% de la producción láctea del país.

La producción lechera, que se procesa íntegramente en la provincia, se destina en su mayoría al mercado interno y los principales productos son leche en polvo y quesos.

En el año 1999, la devaluación de Brasil afectó a la industria, provocando una fuerte caída en los precios al productor. Por otra parte, el cierre de la planta Nestlé en 1999 obligó a replantear la comercialización y el procesamiento de la materia prima que realizaba esta empresa, producción que finalmente fue absorbida por COTAPA (Cooperativa Tambera Paraná) y otras queserías y fábricas lácteas de la región.      

En el año 2000, la producción nacional de leche fluida fue de 9.816,7 millones de litros, mientras     que en la provincia fue de 223 millones de litros. Finalizó entonces, un ciclo de ocho años de interrumpido de la actividad primaria, desde 1992 hasta 1999, en el cual la producción nacional se expandió a una tasa anual del 6%.

Las estimaciones sobre protección, precios y exportaciones indican que la producción láctea y los precios siguen estando por debajo de los máximos alcanzados en la década anterior. Actualmente alrededor del 8% del rodeo son animales de tambo, siendo la producción de leche, hoy en día, del 2,97% del total de la leche producida en el país. La obtención ha ido creciendo a lo largo de los años por la mayor productividad de los tambos.

Respecto del procesamiento de leche es notorio el fenómeno de concentración ya que aproximadamente el 7% de las plantas instaladas recibe el 66% de la producción de leche de la provincia. La capacidad instalada en 1996 ascendía a los 1.223.500 litros por día con 54 plantas lo que da una participación del 3,6% sobre el total nacional.

En los últimos años ha sido notable la disminución en la producción, la causa principal seria la alta competencia de la soja como alternativa más rentable en campos con capacidad agrícola y la falta de previsibilidad en los precios de la leche entregada en la tranquera del tambo.

Los productos derivados de esta actividad son de leche pasteurizada y en polvo, crema, queso, manteca, yogurt y dulce de leche, entre otros.

El rendimiento productivo de la provincia es de aproximadamente 242.5 mil toneladas, a través de 76 tambos localizados fundamentalmente sobre la cuenca del río Paraná. Asociadas a esta actividad, existen 54 plantas industriales dedicadas a la producción láctea.  

Mercado lácteo en Argentina

Se estima que en el país se producen alrededor de 30 millones de litros diariamente. De este total, más de 18 millones de litros son comprados por 15 grandes empresas agrupadas en el Centro de Industria Láctea (CIL). Estas empresas elaboran diversidad de productos de calidad internacional y poseen gran capacidad de procesamiento y moderna tecnología mundial y han sido las principales responsables del crecimiento exportador de los últimos años.

Los 12 millones de litros restantes, según las cifras oficiales, se reparten en por lo menos 500 PYMES[1] lácteas. La falta de exactitud en los números se debe a la existencia de un circuito informal de tambos masa y pequeñas fábricas no registradas. A primera vista la Industria Láctea argentina es un mercado muy grande con muchos productores y compradores, lo que permitiría transparencia y un libre juego de la oferta y la demanda.

De esto se desprenden dos etapas claves para su progreso como industria.

·                     En la primera etapa: tambo-industria, si bien a nivel nacional hay muchos actores, a nivel regional nunca hay más de dos o en el mejor de los casos tres grandes compradores. Si bien las grandes empresas compiten con las PYMES, esta competencia está limitada, ya que estas empresas más pequeñas no tienen capacidad de procesamiento ociosa, o si la tienen, no poseen el capital de trabajo para ponerla en marcha.

·                     En la segunda etapa: industria – distribuciónconsumidor final, en leches pasteurizadas refrigeradas y yogures, tres empresas concentran alrededor del 90% de la oferta. En este segmento las PYMES no logran, por diversos motivos, competir efectivamente.

Situación actual

Hay algunos factores generadores de la escasez de leche que se pueden resumir en:

-Creciente suba de los precios internacionales, por ejemplo la leche en polvo en dólares subió casi un 90%.

-Continuidad del crecimiento del consumo interno.

-Actividades que compiten en el tambo como la soja y el maíz.

-Crecimiento importantísimo en las exportaciones.

-Desaprovechamiento lácteo a causa de los paros agropecuarios debido a la suba de retenciones

Repercusiones en el mercado internacional

Los valores de exportación de las compañías lácteas extranjeras son muy superiores a los que perciben las empresas argentinas; eso porque ambas naciones tienen acceso a los principales mercados importadores del mundo (fundamentalmente las naciones del sudeste asiático y Norteamérica), mientras que las firmas locales sólo tienen pleno acceso a los mercados de Latinoamérica y África.

De todas maneras, en Argentina a partir del 13 de febrero de 2007 comenzó a regir un precio máximo FOB de 2100 u$s/tonelada para los registros de exportaciones de leche en polvo entera que se realicen luego de esa fecha, con lo cual no existe incentivo alguno para ganar nuevos mercados.

Hemos encontrado una noticia que nos llamó la atención ya que decía que cuando el mundo requiere quesos, argentina disminuye la producción, en el periodo del corriente año cayó según el SENASA (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) 33% la exportación de quesos.

En los dos primeros meses de este año la tonelada exportada de queso alcanzó un promedio de 4.482 dólares, un monto que creció en un 66% comparado con el año pasado y que permitió que las exportaciones aumentaran en valor un 11%.

Los envíos de quesos tuvieron su mayor declinación en el periodo analizado hacia los Estados Unidos, donde la caída fue del 62%. Japón que compró un 69% menos de los quesos adquiridos un año antes, y Corea del sur donde la retracción fue del 60%, por mencionar los principales compradores.

En cambio, Rusia, el principal importador incrementó las compras en un 40% al adquirir cerca de la mitad de las exportaciones totales de quesos de Argentina. En estos puertos además el valor promedio de la tonelada exportada se ubicó por encima del promedio al pagarse 4.561 dólares por cada mil kilos de queso argentino.

En total las exportaciones de quesos en el primer bimestre sumaron unos 40 millones de dólares, en tanto que la mitad de ese valor fue pagado por los rusos.

Si analizamos los precios a los que son vendidos los lácteos al exterior podemos decir que la situación de los precios de los productos lácteos es de incertidumbre, debido a los precios elevados en el mercado internacional, del orden de 46 por ciento entre 2006 y 2007.

Los precios de la leche en polvo descremada y entera son los que más han aumentado, desde noviembre del orden de 56 y 61 por ciento respectivamente. Los precios del queso y la manteca también se elevaron en 18 y 34 por ciento. El hecho de que los precios de todos los productos lácteos hayan alcanzado niveles sin precedentes tiene causas tanto oportunas como estructurales.

Rol del Estado

  • Retenciones

En el año 2006 bajaron las retenciones de los productos genéricamente denominados quesos en un orden del 10 a 5% mientras que la vinculada con las exportaciones de leche en polvo en el orden del 15 al 10%.

  • Los desaciertos del Gobierno

– Política de control de precios que no logra que la industria Láctea se transforme en una actividad sustentable a largo plazo.

– Esta política lleva a profundas distorsiones del mercado, perjudicando alternativamente a productores o industriales sin lograr un equilibrio en la cadena productiva.

  • Subsidios

El Ministerio de Economía dio a conocer el séptimo listado que se publica en el Boletín Oficial desde que se tomó la decisión de entregar los subsidios a los productores que cobrarán la compensación. Con este listado ya son 2.800 los tamberos que recibirán el beneficio, los cuales recibirán un subsidio oficial de $0,05 (u$s 0,016) por litro de leche correspondiente al volumen entregado en febrero pasado.

Según la resolución 61/2007 la ministra de economía Felisa Michelli propuso la creación de un "Programa de Estabilización de Precios de Productos del Sector Lácteo" donde aclara que:

"El mercado internacional de productos lácteos enfrenta presiones de demanda que han derivado en bajas relaciones entre "stock" y consumo, estimulando el crecimiento de los precios internacionales.

Que en función de los objetivos de la política económica interna es posible y conveniente establecer mecanismos que aseguren el abastecimiento al mercado local, minimizando los efectos del arbitraje de precios internacionales sobre los precios internos.

Que es de interés del Gobierno Nacional que todos los eslabones productivos de la cadena láctea continúen su proceso de expansión de la oferta, incrementando, asimismo, la productividad por unidad económica.

Que, en este sentido, se ha analizado la conveniencia de generar un sistema que facilite el equilibrio entre el poder de compra de los mercados local e internacional.

Que resulta necesario diseñar e implementar un sistema que asegure el cumplimiento de los objetivos enunciados, armonizando los intereses de los distintos eslabones de la cadena de valor láctea.

Que ello permitirá mantener el aporte del sector a las actuales políticas de estabilización de precios definidas por el Gobierno Nacional.

Que además, favorecerá la participación de los productores tamberos de la renta adicional que genera el incremento de los precios internacionales.

Que también se acordó proponer la creación de un programa de estabilización de precios domésticos de productos del sector lácteo"

En el diario CLARIN el 03 de junio de 2008 salió una noticia con el siguiente título:

Autorizan subas escalonadas de hasta 8% en los lácteos básicos

En el cual comenta que se hizo una investigación de góndolas en algunos negocios argentinos y se notó desde la semana pasada el sachet de leche cuesta 2% más. En lo que es todo un cambio de política con el sector lácteo, Guillermo Moreno, secretario de Comercio, permitió a la industria distintos ajustes según se trate de productos considerados populares o más sofisticados. Para los primeros habrá subas de hasta 8% durante este año. Para el resto, el aumento puede llegar al 30%.

Después de meses de negociaciones con interlocutores "testarudos", según un testigo, al final hubo fumata entre industriales y funcionarios. La idea se basa en una lista de precios que abarca nueve productos populares como la leche entera en sachet, la descremada, la crema con un envase de 250 gramos, la manteca de 200 gramos, el dulce de leche de 500 gramos, la leche en polvo descremada y los quesos, cremoso, Por Salut light y Reggianito. Ayer en las góndolas la leche en sachet estaba a $ 1,75, la crema a 3,10; la manteca a 3,25 y el dulce de leche a 3,99. Estos nueve productos son los que integran las listas que componen el nuevo índice de costo de vida que debuta este mes y estarán bajo los reflectores de Comercio.

Por cierto, el Gobierno juega varias cartas con este acuerdo. La primera consiste en el recorte de las compensaciones que pagaba, mal y tarde, a la industria, con el objetivo de mejorar los valores a los tamberos sin que se trasladen al consumidor. Así las cosas, reconocía a la industria 20 centavos por litro de leche y ahora lo baja a 15 centavos. A cambio, permite mover los precios.

Opinión personal sobre la crónica de CLARÍN

Queda claro que no hace falta leer una noticia periodística para darse cuenta del aumento progresivo que sufren los productos lácteos, basta con acercarse a una góndola del mercado para acabar con la certeza de los cambios. Este informe de CLARÍN nos dejo por sabido sobre el último recorte de las prestaciones que se generó actualmente y referentemente la autorización de subas hasta un 8% en los lácteos básicos.

Conclusión

Para concluir podemos decir que en el mercado de productos lácteos existe una gran variedad de productos finales que se obtienen de diferentes maneras. La leche industrial que se consume en forma fluida es el más importante, y el valor agregado lo vemos en los derivados lácteos: manteca, quesos, dulce de leche, yogurt y cremas. A su vez cada subproducto es mejorado y se diversifica para llegar a complacer a todos los consumidores.

También llegamos al resultado de que se debería incrementar la oferta y el consumo de productos lácteos en el mercado interno, entre productores lecheros, industriales, comercializadores y gobierno para satisfacer la demanda, incrementar el consumo y obtener una remuneración equitativa para todos los que componen la cadena.

Respecto al mercado externo notamos ciertas deficiencias en cuanto a la exportación del dulce de leche y la manteca, aunque se está trabajando en la expansión hacia nuevas fronteras.

Con respecto al rol que tiene el Estado en el mercado de lácteos pudimos observar que tiene cierta influencia  ya que da subsidios e impone retenciones. Cabe destacar que actualmente con el problema de las retenciones a las exportaciones, y a los cortes de rutas ocasionados, se está produciendo un fuerte desaprovechamiento de la leche y en general un gran desabastecimiento de sus derivados en las góndolas de los comercios.

Para finalizar nos queda por acotar que la monografía fue una buena manera de interiorizarnos y conocer sobre nuestros remotos tiempos, especialmente desde el punto industrial, obrero y económico, pudiendo alcanzar con evidencia nuestros objetivos planteados al principio dando cuenta de que a pesar del avance tecnológico e industrial hay situaciones que se repiten en la historia.

Bibliografía

Noticia periodística, martes 3 de junio de 2008 17:59

Textos reformados, lunes 27 de octubre de 2008 21:45

  • Biblioteca de Consulta Microsoft ® Encarta ® 2005. © 1993-2004 Microsoft Corporation. Reservados todos los derechos.

 

 

 

 

 

Autor:

Paula Uhrich

Problemática Socioeconómica Argentina,

Dirigido por: Andrea Miño.

Instituto Padre Enrique Laumann D-49

Seguí, 20 de Noviembre de 2008

2º Polimodal

[1] PYMES, siglas de Pequeñas y Medianas Empresas. Se consideran pequeñas empresas aquellas que tienen menos de 20 trabajadores, y medianas las que tienen entre 20 y 500 empleados

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