La ideología puede ser formulada como una pauta de objetivos que tiene la autoridad o un programa político que tiene el gobierno para tomar acciones en el presente para un futuro. Esta pauta de objetivos ayuda a que los miembros que acepten integrar la ideología, tengan esperanzas y aspiraciones. Es decir, la ideología ayudaría a que los individuos tomen decisiones seguras para creer en las normas y valores presentes en la ideología política y las integra en sus hábitos con la expectativa que el futuro les traerá mejores condiciones de vida, comportamiento ajustados a la realidad social y a la integridad como individuo, de tal forma que se adquiera conciencia.
Procesos para la consolidación de la institucionalidad venezolana
La Constitución de 1999 ayuda a caracterizar la acción social del Estado para la construcción de una ciudadanía de contenido social fundamentada en la universalidad de los derechos sociales, esenciales para elevar la calidad de vida, y en el reconocimiento de los sujetos de estos derechos sin ningún tipo de discriminación.
La búsqueda de la equidad como objetivo supremo del ordenamiento económico y social, para hacer efectiva la universalización de los derechos y una justa distribución de la riqueza. El rescate de lo público como espacio para el ejercicio de una verdadera democracia que deberá sustentarse en la participación protagónica de todos en función del interés de todos.
Para poder cumplir con tales objetivos consagrados en la constitución de 1999, el Primer Plan de Desarrollo Económico y Social planteará 5 equilibrios: i) el equilibrio económico que buscaba fomentar el desarrollo productivo; ii)el equilibrio social que tenía como objetivo promover un mundo multipolar; iii) el equilibrio político que buscaba desarrollar una democracia participativa y protagónica; iv) el equilibrio territorial, que intentaba alcanzar una mayor justicia social; y v) el equilibro internacional que tenía por objetivo avanzar en la integración del territorio con fines de seguridad interna y protección de la soberanía nacional (Plan 2001-2007).
Esta visión siguió los lineamientos de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999 para superar la exclusión y la desigualdad y garantizar los derechos sociales declarados en este texto Constitucional, actuando dentro del orden institucional, fortaleciéndolas y mejorándolas. Igualmente, dándoles a los ciudadanos la posibilidad de participar en la formulación, ejecución y control de la gestión pública, donde las instituciones políticas comienzan su protagonismo en la sociedad, se conjuga su importancia como garante de la estabilidad de las corrientes políticas.
Por lo tanto, para que una institución política logre transformar sus condiciones de emergencia en condiciones de persistencia necesita primeramente construir confianza y cumplir con las expectativas de los individuos y reducir complejidad. Si la institución es exitosa para regular la incertidumbre, si genera expectativas positivas, la normatización se probabiliza y corre con la posibilidad de estabilizarse para que el presente dure para futuras acciones. Para que el presente del futuro, como mencionamos más arriba, sirva como lugar determinado para el cumplimiento de la promesa.
Relacionando la semántica con la ideología, ésta última proviene de una selección de textos, conceptos o comunicaciones que son reutilizables para proponer un programa político, con ellas se crean formas (socialismo o liberalismo), se crean pautas de objetivos o representaciones de ideas, con la intención de que sea aceptado por los individuos y lo integren en sus experiencias y acciones.
Uno de los aspectos esenciales que permite distinguir a los teóricos del funcionalismo es el de la importancia que conceden a las estructuras como las instituciones políticas. Un sistema social goza de legitimidad en la medida en que en él se desarrolla el proceso de diferenciación social permitiendo que nuevos grupos accedan a los beneficios que ésta otorga, así este teórico reseña la importancia de la existencia en el sistema político de instituciones de este orden como benefactoras del equilibrio de las sociedades.
El Estado es el responsable del Sistema Político y tiene la función de regular los riesgos sociales y cumplir con las expectativas de los ciudadanos. "Se le atribuye la capacidad del Estado para responder en un territorio claramente delimitado a todos aquellos problemas que requerirían una respuesta centralizada del poder político". En la política, los valores o las normas se pueden ver reflejados en la ideología.
Sistema político en la sociedad venezolana
En un sentido, un sistema político es el conjunto de instituciones públicas, organizaciones de la sociedad, comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores que mantienen o subvierten el orden del que resulta una determinada y, por lo general, desigual y conflictiva distribución de utilidades. La expresión "sistema político" y su plural según Cohen (2007) se ha instalado no sólo en el lenguaje de la ciencia política, sino también en el lenguaje común de un modo tan arraigado como términos políticos de mayor tradición como ideología, Estado o partidos. No obstante, es bastante más difícil precisar qué denota exactamente este vocablo.
El término fue traído al campo de la ciencia política, desde el terreno de la informática, la teoría cibernética de las comunicaciones y de la llamada teoría de los sistemas generales, pasando por la sociología de Parsons, con el propósito expreso de construir categorías de análisis y enfoques conceptuales novedosos que permitieran romper con el enfoque jurídico e institucional dominante en los estudios políticos hasta la mitad del siglo XX.
Uno de los más citados trabajos en este sentido es el David Easton, quien más que una teoría política en sentido estricto aporta un esquema para el análisis que consiste más en un compendio de conceptos y de definiciones de términos nunca antes usados por los politólogos, que en la construcción de una teoría empírica sobre los fenómenos políticos.
El uso extenso del concepto de sistema político en mucho está asociado con el nacimiento y desarrollo de la ciencia política como disciplina autónoma del derecho y de la sociología general. Pero, lamentablemente, tal emancipación no necesariamente se ha traducido en una mayor clarificación y desarrollo de una teoría general de los sistemas políticos. A lo sumo, se han obtenido diversos enfoques analíticos, tipología y organizaciones de conceptos que tienen una amplia aplicación descriptiva, pero que todavía están muy lejos de una teoría científica en sentido estricto.
En su acepción más abstrusa, un sistema político es el conjunto conductual integrado por las interacciones que generan la asignación autoritaria de valores en una sociedad. Una asignación es autoritaria, según Easton, "cuando las personas que hacia a ella se orientan se sienten obligadas por ella. Y las personas, miembros del sistema, se consideran obligados por tres razones: 1) la coerción o la amenaza de coerción física o psicológica severa; 2) el interés personal y 3) la lealtad, el sentido de la legalidad o de la legitimidad. Pero al margen de cuál sea la razón por la que alguien se somete a la autoridad, lo que caracteriza como político a un sistema es el hecho de que sus asignaciones sean obligatorias.
Esta definición para algunos de sus críticos, más que abstracta, es indeterminada. Es decir, no se trata, como aspira su autor, de un concepto aplicable a cualquier forma de organización social en cualquier momento histórico y en todo espacio geográfico, sino más bien de una creación terminológica que no permite distinguir lo que realmente es un sistema político.
Al asumir el enfoque de sistemas para describir la política, Easton privilegia la estabilidad como un requisito esencial del sistema político. Para algunos de sus críticos esto introduce un sesgo excesivamente conservador en su esquema. Cierto es que se ocupa más de la estabilidad del sistema que de sus transformaciones, sin embargo, el esquema eastoneano permite comprender que, en principio, en los sistemas políticos existen mecanismos que permiten manejar las tensiones emanadas del ambiente logrando adaptaciones que pueden llevar incluso a cambio de importancia, sin que necesariamente se produzca una ruptura revolucionaria o, en sus términos, una perturbación severa de sus variables fundamentales.
En segundo lugar, su enfoque también permite describir procesos de cambio que conducen a perturbaciones tan importantes del sistema político que no conducen a su transformación en un sentido positivo o revolucionario, sino a su deterioro, a la merma severa de sus capacidades e incluso a su desaparición, con lo cual se refuerza la idea de que no necesariamente los cambios políticos radicales son progresistas. Estas dos ideas han sido especialmente útiles en Iberoamérica, donde por décadas han proliferado las propuestas optimistas de cambios radicales y revolucionarios para superar los problemas de eficacia y eficiencia del Estado.
Dentro del sistema político las instituciones políticas desempeñan las siguientes funciones,. Por el lado de los insumos: 1) socialización y reclutamiento político (es decir, la formación de unas determinadas actitudes, valores y creencias para la posterior incorporación de los sujetos al sistema); 2) articulación de intereses (mediante la cual los grupos sociales llevan al sistema sus acciones); 3) agregación de intereses (mediante la combinación de intereses en formulaciones generales y por medio del reclutamiento de personal comprometido con una cierta orientación política) y 4) comunicación política (por medio de la cual se realizan todas las demás funciones). Por el lado de productos el sistema realiza tres funciones que se explican por sí mismas: 1) elaboración de normas; 2) aplicación de normas y 3) juicio conforme a las normas. Habría que decir que estas tres funciones evocan, a la clásica división del poder público en tres ramas.
Las reflexiones sobre el cambio político provocan una prodigiosa proliferación de teorías, así como un uso poco esmerado de algunos conceptos politológicos esenciales. No obstante, un análisis general de las diversas teorías aparecidas desde entonces desvelan la existencia de las instituciones políticas como entes que velan por el orden de la sociedad. Tras decenios de años resulta algo dominante la tesis que afirma que si bien existen factores estructurales de índole política, subjetivos y cualitativos que manejan y regulan la orientación de una nación.
Entre las teorías más enunciadas se comprende: Merkel, (1996) plantea en su teoría sobre "El Sistema Político" Uno de los aspectos esenciales que permite distinguir a los teóricos del funcionalismo es el de la importancia que conceden a las estructuras como las instituciones políticas. Un sistema social goza de legitimidad en la medida en que en él se desarrolla el proceso de diferenciación social permitiendo que nuevos grupos accedan a los beneficios que ésta otorga, así este teórico reseña la importancia de la existencia en el sistema político de instituciones de este orden como benefactoras del equilibrio de las sociedades.
Así, para Parsons, (1996) destaca El establecimiento de unas estructuras que permitan una diferenciación social de carácter racional es garantía de orden tanto para el presente como para el futuro. Es el caso de las instituciones políticas como entes que permiten la evolución de las acciones en conjunto vinculándolas con el desarrollo de las sociedades con la participación igualitaria en su sistema dirigido a los cambios.
Almond, (1996) en su planteamiento teórico dirigido a la estabilidad política como el centro de atención que se desplaza un tanto a los cometidos que han de desempeñar los sistemas políticos, admitiendo la pluralidad de estructuras para ejecutar funciones con eficacia, como tal las instituciones políticas como entes eficaces pertenecientes al sistema político.
En respuestas a estas teorías, el enfoque Parsoniano y por extensión, de toda la teoría de sistemas políticos, permite tratar el problema de la legitimidad y de la eficacia, por su parte, Merkel y para Almond, un sistema político es eficaz cuando sus estructuras internas, sean cuales fueren, logran dar cumplida respuesta a los retos que se les plantean. Dentro aún del campo de los estudios macro-orientados se enfocan también con el enfoque estructuralista, representado principalmente por Moore. (1966) Este modo de abordar las transformaciones sistémicas coloca en un plano de cierta igualdad tanto a actores como a estructuras, siendo por lo tanto necesario estudiar ambos aspectos para comprender cabalmente la dinámica política.
En realidad, estas teorías aportan un procedimiento especial de análisis advierten de la necesidad de introducir nuevas variables en el estudio de los procesos de cambios políticos. La forma en que se haga dependerá de la sagacidad de cada órgano político. En un sentido, un sistema político es el conjunto de instituciones y organizaciones de la sociedad, comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores que mantienen o subvierten el orden del que resulta una determinada y, por lo general, desigual y conflictiva distribución de utilidades.
La expresión "sistema político" y su plural se ha instalado no sólo en el lenguaje de la ciencia política, sino también en el lenguaje común de un modo tan arraigado como términos políticos de mayor tradición como ideología, Estado o partidos. No obstante, es bastante más difícil precisar qué denota exactamente en todo el compendio las instituciones políticas como estructuras pertenecientes en su totalidad a la sociedad de una nación.
La construcción de una sociedad democrática requiere, entonces, de una estrategia de varias coyunturas, ya que hay que promover declaradamente las bondades de los valores democráticos, a la vez que impulsar la construcción de instituciones que funcionen a partir de los principios de legalidad, pluralidad, competencia, responsabilidad política, es decir, a partir de principios democráticos.
De la relación hipotética entre institucionalización y participación se deduce las diferencias entre dos tipos básicos de sistemas políticos siendo los sistemas cívicos los que gozan de un alto nivel de institucionalización respecto de su nivel de participación, tienen bajos niveles de desarrollo institucional y elevados niveles de participación que se expresan en el hecho de que las fuerzas sociales, usando métodos propios, actúan directamente en política.
Los niveles de desarrollo institucional y de participación son variables de una sociedad a otra por lo que los sistemas pueden darse en diversos niveles de participación política, pero en definitiva es el resultado de un nivel de participación mayor que aquel que las instituciones políticas pueden enfrentar.
Las instituciones políticas en su relación con otros entes son restricciones diseñadas por el hombre para reducir la incertidumbre que supone la interacción humana. La incertidumbre surge debido a la información incompleta que se tiene con relación al comportamiento de la gente y a las limitaciones computacionales del individuo para procesar, organizar, y utilizar información. Al estructurar la interacción humana, el marco institucional limita el conjunto de elecciones de los actores y reduce la incertidumbre.
En el Nuevo Socialismo Bolivariano, el Estado tiene que avanzar hacia una institucionalidad en la que el poder popular (Consejos Comunales, Misiones Sociales), el poder armado (La Fuerzas Armadas) y poder político (Partido Socialista Unido de Venezuela y el Estado) sean uno solo, bajo la disciplina de los valores revolucionarios. De esta manera, implicaría que el Estado represente a los intereses bajo un arreglo institucional típico-ideal para vincular los intereses organizados en asociaciones de la sociedad civil con las estructuras decisionales del Estado.
En otras palabras, los recursos disponibles para construir confianza institucional desde un programa corporativista estatista estaría en que el Estado tenga la capacidad de subordinar a las organizaciones de la sociedad civil desde una institucionalidad específica. En el caso venezolano esta subordinación la observaremos a través de la estructura administrativa que tienen las Misiones Sociales y los Consejos Comunales. La posibilidad de construir confianza institucional desde el Nuevo Socialismo Bolivariano la encontraríamos en un principio en las Misiones Sociales. Estas cumplirán un papel importante en el intento por institucionalizar los planes de acciones que se fueron ejecutando en años anteriores para atender las necesidades básicas de los sectores populares primordialmente en el área de la salud, la educación, la vivienda, el trabajo y la alimentación
Las instituciones políticas venezolanas cuentan con un apoyo en los sectores populares, sabe que los planes de acción ejecutados en fechas anteriores han traído efectos positivos hacia los sectores más vulnerables y por lo tanto, sabe que existe un compromiso y una cooperación entre el gobierno y el pueblo. En ambas partes la confianza ha solucionado una situación específica de riesgo; por un lado el gobierno ha logrado que sus selecciones sean aceptadas y por otro, para muchos se han estabilizado las expectativas.
Hay confianza, hay apoyo y por lo tanto, emerge la posibilidad de que los valores que definen al gobierno bolivariano bajo la visión cívico-militar sean integrados en los hábitos y en las prácticas sociales para futuros presentes. Los recursos disponibles del gobierno bolivariano se observan en la creación de una nueva estructura administrativa para poner en marcha a las Misiones Sociales. Esta estructura administrativa se caracteriza porque el Presidente de la República tenga la capacidad de crear las misiones sociales, de decretar planes presupuestarios extraordinarios provenientes principalmente de los recursos petroleros y de designar las Comisiones Presidenciales para cada misión.
La nueva estructura administrativa permite dinamizar los programas sociales que, si hubiese pasado por el orden institucional tradicional hubiese implicado tiempo para llegar a acuerdos y ejecutar tales acciones, tiempo para que las experiencias se generalicen y se estabilicen en un futuro que siempre puede ser de otra manera. Las Comisiones Presidenciales normalmente están integradas por los Ministerios y Organismos Públicos, las Fuerzas Armadas, Petróleos de Venezuela (PDVSA), miembros de las Organizaciones Sociales de la Revolución y en algunos casos personal cubano (Misión Barrio Adentro).
Este conjunto de instituciones políticas converge en las sociedades y complementa en su estructura el sistema político venezolano el cual en sus funciones debe procurar la estabilidad social.
La función principal de esta estructura administrativa será de estimular a los sujetos individuales a aceptar esta oferta comunicativa (integrarse a las misiones sociales) para que se siga estabilizando el nuevo tipo de socialización desde la visión cívico-militar. Se tiene como propósito generalizar la confianza de la comunidad que acepta las intenciones del gobierno para que éste último pueda seguir operando y para que ambas partes solucionen una situación específica de riesgo.
Las acciones realizadas por las instituciones políticas permite que los participantes conozcan la situación exacta y sepan que otros también la conocen por lo que se lograría estabilizar la indiferencia ante la variación en la medida en que rinden satisfactoriamente la prueba. En otras palabras, en la disposición en que la estructura administrativa se compromete en procesar los problemas (pobreza, educación, salud, vivienda, seguridad alimentaria), en el orden en que son capaces de regular la incertidumbre o los riesgos sociales y en la medida en que traen resultados efectivos para los sujetos individuales que han aceptado el riesgo de confiar en el proyecto político del gobierno, existe la posibilidad de que las instituciones políticas se mantengan.
Es decir, se crean las condiciones de posibilidad de que se generalicen las expectativas y que se estabilicen con respecto a un entorno seguro, estable y complejo de aceptación social. Se ha enfatizado que la intención que tiene el gobierno bolivariano con las instituciones políticas es de poder crear un nuevo orden social revolucionario, ha logrado cumplir con una solución de problemas generalizados en una comunidad que acepta las intenciones del gobierno.
Con esta capacidad, emerge la posibilidad de que los individuos se motiven a integrar un programa de normas y valores en sus prácticas sociales. Sin embargo, para poder integrarlas se requiere de un proceso de aprendizaje que está mediado por las experiencias del que aprende consigo mismo y es controlado por la identidad del desarrollo propio del que aprende.
En este sentido, las instituciones políticas no controlan al sistema psíquico, no controlan su aprendizaje pero sí los estimulan a formar parte de esta nueva socialización en la medida en que éstas traen resultados efectivos. Emerge la posibilidad de aceptar los valores revolucionarios e integrarlas en la identidad propia del que aprende prácticas sociales a través de un proceso de auto-aprendizaje, emerge un tipo de identificación emocional hacia la persona que dirige las instituciones de este orden
La generalización de expectativa a través de un proceso de aprendizaje que integra estos valores revolucionarios a partir de una identidad emocional implica que lo externo sea negado como posibilidad. Es decir, se excluyen todos los demás objetos o los relegan a una posición de relativa insignificancia, aún si en aspectos particulares producen resultados iguales o mejores . Esta "refutación externa" se debe a la misma seguridad que existe en la situación específica de riesgo que es co-experimentada.
La relación entre el pueblo y el presidente reduce complejidad, ya que éste último tiene la capacidad de generalizar las expectativas. Por lo tanto, se reducen las posibilidades del entorno, estableciendo la preferencia en un objeto y en consecuencia al mismo tiempo establecen posibilidades internas de procesar la experiencia. Las instituciones políticas son un mecanismo para procesar las experiencias a través de la participación y el pueblo se identifican con la capacidad de regular y asegurar la formación de la socialización.
De esta manera, resulta posible que las instituciones políticas logren generalizar la confianza de una comunidad que ha aceptado las intenciones del gobierno y esta aceptación le permite a tener la posibilidad de seleccionar nuevos presentes para seguir consolidando el proyecto político bolivariano como lo es ahora el Nuevo Socialismo Bolivariano del Siglo XXI.
Las instituciones políticas han tenido la capacidad de seleccionar nuevos presentes para hacer penetrar las Misiones Sociales y los Consejos Comunales en el tejido social justamente porque éstas han logrado extender suficiente confianza hacia los ciudadanos en el contexto venezolano. La posibilidad de construir confianza institucional en el Nuevo Socialismo Bolivariano del Siglo XXI está justamente en que el horizonte temporal del Estado, bajo la visión cívico-militar que ha logrado extender suficientemente la confianza para avanzar hacia una nueva institucionalidad en la que el poder popular (Poder Comunal, Misiones Sociales), el poder armado (Milicias Bolivarianas y La Fuerzas Armadas) y poder político (Partido Socialista Unido de Venezuela y el Estado) sea uno solo, bajo la disciplina de los valores revolucionarios.
La cultura política da sustento a un conjunto de objetos y acciones políticas observables, es decir, a instituciones políticas, al igual que a aspectos políticos de las estructuras sociales. Todo sistema político está compuesto por unidades interactuantes e interrelacionadas, cuyo rasgo distintivo es su incidencia sobre el proceso político. Mientras las estructuras políticas dictan la acción política, la cultura política es el sistema de creencias empíricas, símbolos expresos y valores que definen la situación donde la acción política se lleva a cabo. En otros términos, la cultura política afecta, a la vez que es afectada por, la forma como operan las estructuras políticas. De tal manera, sólo la vinculación entre ambos aspectos puede integrar al conjunto de las funciones políticas, es decir, dar cuenta del sistema político en su totalidad.
Es casi un lugar común entre los estudiosos de la cultura política afirmar que hay un círculo cerrado de relaciones entre cultura y estructura políticas, de suerte que si bien las experiencias de los individuos acerca de los procesos e instituciones políticas ayudan a configurar cierta cultura, ésta define a su vez la dirección de aquéllos.
Los niveles de desarrollo institucional y de participación son variables de una sociedad a otra por lo que los sistemas pueden darse en diversos niveles de participación política, pero en definitiva es el resultado de un nivel de participación mayor que aquel que las instituciones políticas pueden enfrentar.
Las instituciones políticas en su relación con otros entes son restricciones diseñadas por el hombre para reducir la incertidumbre que supone la interacción humana. La incertidumbre surge debido a la información incompleta que se tiene con relación al comportamiento de la gente y a las limitaciones computacionales del individuo para procesar, organizar, y utilizar información. Al estructurar la interacción humana, el marco institucional limita el conjunto de elecciones de los actores y reduce la incertidumbre.
De la relación hipotética entre institucionalización y participación se deduce las diferencias entre dos tipos básicos de sistemas políticos siendo los sistemas cívicos los que gozan de un alto nivel de institucionalización respecto de su nivel de participación, tienen bajos niveles de desarrollo institucional y elevados niveles de participación que se expresan en el hecho de que las fuerzas sociales, usando métodos propios, actúan directamente en política.
No obstante, sus esquemas de análisis revelan la primacía que otorgan a los factores culturales sobre los estructurales, justamente porque lo cultural tiene un mayor grado de penetración y de persistencia. No cabe duda que los distintos componentes de la realidad social son interdependientes y que la estructura política impacta a la vez que es impactada por las creencias, actitudes y expectativas de los ciudadanos; sin embargo, si se conviene en que la cultura política es la forma en que los miembros de una sociedad procesan sus propias estructuras o instituciones políticas.
Dado que las democracias más estables se asentaron en sociedades caracterizadas por un alto nivel de industrialización y, en general, de desarrollo económico, esto se consideró un prerrequisito para la implantación cabal de las instituciones democráticas. No cabe duda de que el desarrollo industrial ayuda a debilitar las tradiciones, y de que los niveles altos de vida pueden incrementar la confianza interpersonal que es un componente de la cultura democrática. También se ha probado que los niveles elevados de escolaridad y un mayor acceso a la información son elementos que impulsan la participación política de los ciudadanos.
La socialización sería más bien un tipo de auto-socialización que configura al sistema psíquico por lo que los sujetos individuales en el aprendizaje pueden aceptar o negar dependiendo de la oferta que se propone la institución a cumplir. Si las instituciones son eficaces para hacerse cargo de las decepciones, si se generalizan estas experiencias, se pueden desarrollar y estabilizar las normas y valores, ya que los sujetos individuales confían en sus instituciones.
En este sentido, las instituciones dependen de la confianza cooperación y compromiso para que se transformen las condiciones de emergencia en condiciones de persistencia. Al confiar en las instituciones políticas, existiría un tipo de "libertad institucionalizada, es decir, la libertad coartada y moderada por el orden social; la libertad como un complejo de acciones o aspecto de acciones por los cuales uno es personalmente responsable" Las instituciones políticas no controlan nuestras expectativas pero sí motivan a aceptar el riesgo y a confiar en éstas, y así uno personalmente responsable por las acciones o las decisiones que uno toma
Desde una perspectiva de reivindicación de los modelos culturalistas trabajos empíricos sobre cultura política en diferentes naciones desarrolladas del mundo occidental, han demostrado que el desarrollo económico por sí mismo no necesariamente conduce a la democracia; solamente puede hacerlo si lleva consigo, en forma paralela, cambios en la estructura social y en la cultura política.
De acuerdo con ella, el hombre tiene necesidades prioritarias que satisfacer y, en ese caso, no se plantea sino cubrir necesidades elementales de orden sicológico. A esto le denomina valores materialistas. En cambio, cuando tiene garantizadas su seguridad y su subsistencia descubre necesidades de otro orden, como la pertenencia a un grupo social.
Dado que las democracias más estables se asentaron en sociedades caracterizadas por un alto nivel de industrialización y, en general, de desarrollo económico, esto se consideró un prerrequisito para la implantación cabal de las instituciones democráticas. No cabe duda de que el desarrollo industrial ayuda a debilitar las tradiciones, y de que los niveles altos de vida pueden incrementar la confianza interpersonal que es un componente de la cultura democrática.
El sentido de confianza interpersonal es un ingrediente necesario para la vida democrática porque alimenta la capacidad organizativa de una sociedad y, con ella, la posibilidad de que se desarrolle una participación política eficaz. Es también un factor indispensable para el buen funcionamiento de las reglas democráticas del juego, esto es, para que se reconozca al otro como un adversario con el que hay que convivir, para que se considere a los partidos contendientes como oposición leal, que actúa en función de las disposiciones normativas establecidas. La confianza interpersonal es, entonces, un requisito para la construcción de un compromiso de largo plazo con instituciones democráticas que promueven el pluralismo y la competencia institucional.
Las instituciones son mecanismos de orden social y cooperación que procuran gobernar el comportamiento de un grupo de individuos que puede ser reducido o coincidir con una sociedad entera, en dicho sentido trascienden las voluntades individuales al identificarse con la imposición forzosa de un propósito en teoría considerado como un bien social. Su mecanismo de funcionamiento varía ampliamente en cada caso, aunque se destaca la elaboración de numerosas reglas, comúnmente inflexibles.
El institucionalismo es un enfoque particular o tendencia de algunas corrientes dentro de estas ciencias sociales, instituciones políticas son aquellas que se refieren a la sociedad política y que regulan la estructura y órganos del gobierno del Estado.
De acuerdo con el enfoque conductista en el que se desarrolló la teoría sobre la cultura política, las creencias y las lealtades políticas básicas se aprenden en la infancia con la familia, pues es el periodo en el que las personas son más maleables y receptivas. A la familia se la ha reconocido como la cuna de las identidades clave de una persona, las cuales, en fases posteriores, como la adolescencia, se van refinando, y llegan a servir de base para la interpretación que el adulto hace de la información que va recibiendo en el curso de su desarrollo.
Así, las orientaciones hacia la autoridad social que adquieren los niños durante su infancia provienen de sus interacciones con los padres, es decir, de relaciones que no tienen que ver directamente con la política, pero si con la autoridad y que, por ello, dejan una huella sobre las relaciones que en el futuro sean específicamente políticas.
En este sentido, la socialización llamada primaria, temprana o latente, se hace a través de los patrones que guían las relaciones familiares. Así, por ejemplo, la socialización de los niños mexicanos se lleva a cabo por la vía de pautas autoritarias como las que privan en las familias del país, por lo que difícilmente puede pensarse que en el seno familiar se esté forjando un pensamiento democrático. Desde luego que esto no quiere decir que ¡as herencias familiares no puedan ser modificadas por influencias sociales posteriores o por la acción de las instituciones que influyan en el individuo en el curso posterior de su desarrollo.
El término institución política las describe como quienes regulan y vigilan normas de conducta y costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las particulares organizaciones formales de gobierno y servicio público. Como estructuras y mecanismos de orden social en la especie humana, son uno de los principales objetos de estudio en las ciencias sociales, como la antropología, la sociología, la ciencia política, la economía y la administración entre otras, son también un tema de estudio central para el derecho.
El sistema de las instituciones políticas, según Cordova, P (2007), se caracteriza por la formación de unas determinadas actitudes, valores y creencias para la posterior incorporación de los sujetos al sistema social; articular intereses en la sociedad mediante la cual los grupos levan al sistema sus acciones, reclutar personal comprometido con una cierta orientación política, desarrollar comunicación política con liderazgo por medio de la cual se realizan todas las acciones de interrelación social.
Las instituciones políticas, tienen determinadas expresiones formales identificables en el régimen jurídico, en relación con un cierto nivel de participación que se manifiesta en conductas observables empíricamente y referidas al ejercicio del poder político por medio de las demás instituciones y los actos del gobierno. Por ello, tras la búsqueda de regular y velar las conductas sociales se enfatiza que estas van en función a preservar la normativa legal, dirigida al cumplimiento de normas y reglas que permiten la evolución social en términos de cumplimiento en función de que las sociedades se comprometan a regirse y se dejen dirigir para consolidar los sistemas políticos de una nación.
El institucionalismo es un enfoque particular o tendencia de algunas corrientes dentro de estas ciencias sociales, instituciones políticas son aquellas que se refieren a la sociedad política y que regulan la estructura y órganos del gobierno del Estado. Según el criterio presentado por la Unesco en 1948, referente a los objetos de estudio de la ciencia política, las instituciones políticas guardan relación con los aspectos de orientabilidad y prosecución de la estabilidad social e integral de las sociedad con el fin de preservar su evolución.
Una primera aproximación a la noción de institución puede lograrse a través de tres enfoques complementarios, se refiere a la institución como entidad unificadora de la comunidad humana, que presenta dos fases: su organización interna y su individualización externa y una compleja red relacional que vincula a sus componentes entre sí y al conjunto de la institución con su entorno. Es la llamada institución-cuerpo o institución-persona. – El segundo se refiere a esa colectividad individuada o persona en tanto cumple una función necesaria para el sistema social global.
Es la llamada institución-órgano. – El tercero se refiere al producto más estable de las dos anteriores: las instituciones-normas, que regulan aspectos fundamentales de la vida colectiva. La institución sobrevive a los hombres que la habitan en un momento dado. Es una entidad autónoma, por medio de la cual el agregado humano se transforma en una comunidad actuante. Una institución, una vez establecida no puede ser negada, salvo en un proceso disruptivo.
Por lo tanto, tiene estabilidad, perdurabilidad en el tiempo, y continuidad jurídica en caso de cambios; tiene, por último, una personalidad propia frente a sus miembros y a los extraños, lo que le permite establecer relaciones de hecho y de derecho con otros sujetos e instituciones y esas relaciones pueden ser a su vez institucionalizadas.
El término institución política las describe como quienes regulan y vigilan normas de conducta y costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las particulares organizaciones formales de gobierno y servicio público. Como estructuras y mecanismos de orden social en la especie humana, son uno de los principales objetos de estudio en las ciencias sociales, como la antropología, la sociología, la ciencia política, la economía y la administración entre otras, son también un tema de estudio central para el derecho, el régimen formal para la elaboración e implantación de reglas.
La construcción de una sociedad democrática requiere, entonces, de una estrategia de varias coyunturas, ya que hay que promover declaradamente las bondades de los valores democráticos, a la vez que impulsar la construcción de instituciones que funcionen a partir de los principios de legalidad, pluralidad, competencia, responsabilidad política, es decir, a partir de principios democráticos.
De acuerdo con ella, el hombre tiene necesidades prioritarias que satisfacer y, en ese caso, no se plantea sino cubrir necesidades elementales de orden sicológico. A esto le denomina valores materialistas. En cambio, cuando tiene garantizadas su seguridad y su subsistencia descubre necesidades de otro orden, como la pertenencia a un grupo social
Las instituciones políticas en su relación con otros entes son restricciones diseñadas por el hombre para reducir la incertidumbre que supone la interacción humana. La incertidumbre surge debido a la información incompleta que se tiene con relación al comportamiento de la gente y a las limitaciones computacionales del individuo para procesar, organizar, y utilizar información. Al estructurar la interacción humana, el marco institucional limita el conjunto de elecciones de los actores y reduce la incertidumbre.
Los niveles de desarrollo institucional y de participación son variables de una sociedad a otra por lo que los sistemas pueden darse en diversos niveles de participación política, pero en definitiva es el resultado de un nivel de participación mayor que aquel que las instituciones políticas pueden enfrentar.
Glosario de Términos
Cultura política: se forma a partir de la forma en la que la comunicación ocurra entre los sujetos que la crean. La cultura entonces denota todas las manifestaciones materiales e inmateriales de la comunicación que existe en la vida social al haber una interacción entre los individuos que la conforman políticamente.
Estructuras políticas: son instituciones u organismos al ejercicio del poder político.
Evolución social: es una alteración apreciable de las estructuras sociales, las consecuencias y manifestaciones de esas estructuras ligadas a las normas, los valores y a los productos de las mismas, determinación de las causas o factores que producen el cambio social.
Instituciones políticas: se aplica por lo general a las normas de conducta y costumbres consideradas importantes para una sociedad.
Organizaciones: son sistemas sociales diseñados para lograr metas y objetivos por medio de los recursos humanos o de la gestión del talento humano y de otro tipo. Están compuestas por subsistemas interrelacionados que cumplen funciones especializadas
Sistema político: es la plasmación organizativa de un conjunto de interacciones estables a través de las cuales se ejerce la política en un contexto limitado.
Socialización Política: se refiere a la relación que un individuo tiene con las instituciones políticas, en el marco de la promoción de actitudes que deben realizarse para el bienestar del sistema político.
Sociedad: es el conjunto de individuos que comparten una cultura y que se relacionan interactuando entre sí, cooperativamente, para formar un grupo o una comunidad.
Conclusiones
Partiendo de la perspectiva de que las instituciones políticas forman parte del sistema político que rige a un país, se vinculan con la importancia de la evolución de una nación, ya que estas interfieren en las normas y reglas que contemplen la estabilidad de la ciudadanía, donde se parte de la fusión de la socialización política que hace referencia al tema de cómo, qué y cuándo aprende la población acerca de la visión del sistema político, visto desde un proceso de aprendizaje e interiorización de valores, símbolos y actitudes.
Se trata de un proceso eminentemente cultural en la medida en que intenta insertar al individuo en su sociedad al hacerlo partícipe del código de valores y actitudes que en estas sirven de lazo de unión entre las orientaciones de una población hacia los procesos políticos y las normas que el sistema reclama como las guías de su desempeño.
En un sentido, se contempla un sistema político como el conjunto de instituciones y organizaciones de la sociedad, comportamientos, creencias, normas, actitudes y valores que mantienen o subvierten el orden del que resulta una determinada y por lo general, desigual y conflictiva distribución de utilidades, para que un país evolucione ante los cambios estructurales.
La investigación se perfiló ante un tema de importancia en el Derecho, puesto de que las instituciones políticas pertenecen a un ámbito que compone la integridad de un gobierno, siendo pieza fundamental en las instituciones políticas y el cambio institucional, ocupa un lugar sobresaliente en el análisis de la investigación, ya que el funcionamiento social óptimo de una ciudad sólo puede lograrse en un ambiente institucional propicio para que surjan soluciones cooperativas y socialmente productivas, que se forjen ideales para la transformación necesaria entre los ciudadanos, con el fin de preservar el orden y la convergencia requerida en la política venezolana.
Se puede concluir citando que el estudio de las instituciones políticas es necesariamente, un análisis con un alto grado de subjetividad, que reflejan, directa o indirectamente en lo inmediato o mediato, una visión y valoración del entorno social dichas subjetividades y prácticas influyen de manera significativa en la configuración del sistema político de un país en una relación actor y estructura.
Es necesario tener en cuenta que la democracia no es un factor que en sí mismo sea indispensable y suficiente para que exista un cultura política participativa en los individuos; con base a los beneficios o perjuicios tanto materiales como simbólicos, que los individuos obtienen en sus relaciones cotidianas, éstos formulan evaluaciones sobre el sistema y el gobierno, donde perciben la eficiencia de éste y tienen presente la influencia que tienen sobre estos las instituciones políticas.
La existencia de las instituciones políticas confirman que estas forman parte de las organizaciones de una forma tal, que sin estas no estaría conformado el poder político o sistema de este orden El conjunto de personas de una organización política constituye una unidad basada en una relación especial, cual es la relación política. En virtud a ella el conjunto se transforma de un conglomerado social, en una organización política con una base estructural propia, en mérito de lo cual, sus integrantes dejan de lado su individualidad y asumen la calidad de miembros de la organización, con la denominación de afiliados.
En este sentido, la importancia del estudio de la cultura política es el evidenciar dichos factores y encaminarlos a un fin común, la consolidación de la democracia en el país. En la consolidación de un régimen democrático, la cultura política de los ciudadanos es tan importante como las instituciones y los actores estratégicos; la democracia debe estar sustentada, al menos en parte, por una cultura política, por una ciudadana participativa, crítica y comprometida con las prácticas y el régimen democrático.
Recomendaciones
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Desarrollar este tipo de contenidos con la perspectiva de su análisis en función de darle la debida aplicabilidad en su debido contexto.
Establecer criterios y análisis propios con la objetividad de la comprensión de este tipo de investigaciones.
Realizar este tipo de investigaciones con la perspectiva del aprendizaje funcional dirigido a su aplicabilidad en el derecho.
Referencias Bibliográficas
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Autor:
Johana Andreina Araujo Quintero
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