- Jesús cae por segunda vez
- Marsula Palmar
- Orando en familia
- Oremos al Padre por un trabajo justo
- Que cada mañana puedas amar más a la gente
- "Señor, yo quiero"
- Un canto para un abuelo
- Vivir de las apariencias o aparentar lo que no es
- Mujeres con cáncer
- Una ligera y suave lluvia
- Venezuela llora como María
- Parábolas agrícolas
- Una noche de oración y presencia del Espíritu Santo
- Curesma?es para tí
- María Magdalena según la Iglesia Católica
- Antecedentes de las Cruzadas
- Varias religiones una sola fe
Primera Edición.
Arquidiócesis de Maracaibo.
Parroquia Nuestra Señora de Guadalupe.
Sierra Maestra, San Francisco, Venezuela. Oscar Alberto Rivas.
La Biblia se lee con los pies descalzos, el corazón abierto y lleno de mucha fe para descubrir a través de la Palabra la presencia viva de Jesús.
1.- EVANGELIO (MT 8,5-17)
Aquel centurión era comandante de una "centuria" (100 hombres), que formaban la 60ª parte de una legión romana. Quizá sea comparable a un suboficial de rango inferior en las organizaciones militares actuales. El NT menciona a 2 centuriones por nombre: Cornelio, uno de los primeros gentiles bautizados por los apóstoles (Hch. 10), y Julio, quien llevó a Pablo desde Cesárea hasta Roma (27:1, 3,43). Se mencionan con simpatías a otros 2: el de Cafarnaúm, cuyo siervo Jesús sanó (Mt. 8:5-13), y el que estuvo junto a la cruz y que declaró que Jesús era el "Hijo de Dios" (Mt. 27:54).
Ojala cuanto pidamos a Jesús lo hagamos con la fe de aquel soldado romano, en muchas ocasiones dudamos del gran poder divino, es una lucha interna en cada hombre o mujer, sin embargo Jesús siempre está dispuesto para salir en nuestra defensa, nosotros debemos a aprender en fiarnos de Cristo, el único camino que nos lleva al Padre.
La fe mueve montañas sin tener que ir al lugar de los acontecimientos, solo invoca el nombre del Señor con la seguridad y la confianza de dos amigos y te quedaras sorprendido de la respuesta de Jesús. Si tú quieres, Él quiere.
2.- EVANGELIO (MT 11,20-24)
Aunque Jesús cada mañana derrama una lluvia de milagros y de obras maravillosas nuestros corazones permanecen apagados a la Gloria de Dios, son corazones que solo viven para alabar y adorar al materialismo, han seleccionado la puerta grande, gigante y ha desechado la puerta pequeña. Tantas obras que el Señor ha hecho en tu corazón, como la hizo en Corozain, Betsaida, Tiro, Sidón y en Cafarnaúm, pero que va, todas esas ciudades de una u otra manera no respondieron al llamado del Señor, se ahogaron en los placeres terrenales, le dieron rienda suelta a su moda liberadora y pegadora; prostitución, desenfreno sexual, gula, drogas, alcohol, infidelidades, vanidad, prepotencia una puerta "mollejua" para pecar y se olvidaron rápidamente de Dios y de su Reino de Salvación.
Nadie es feliz recibiendo una buena reprimenda. En efecto, tiene que ser especialmente doloroso ser reprendido por Cristo, Él que nos ama con un corazón infinitamente misericordioso. Simplemente, no hay excusa, no hay inmunidad cuando uno es reprendido por la mismísima Verdad. Recibamos, pues, con humildad y responsabilidad cada día la llamada de Dios a la conversión.
3.- EVANGELIO (MC 6,7-13)
Caramba, ahora le toca a los verdaderos apóstoles del Señor ir solos, ya Jesús los preparo debidamente y ahora los envía a predicar, enseñar, manifestar, representar, desplegar y difundir el Evangelio, y además les dice solo con un bastoncito para sortear tramos difíciles de los caminos.
Nadie ha de quedar al margen de la enseñanza liberadora de Jesús. Todos deben recibir la Buena Noticia, se predica fuertemente para salvar las almas de nuestros hermanos, no hay pretensiones personales. Nadie queda excluido del Amor de Dios. Es necesario llegar hasta el último rincón del mundo, callecitas, veredas, caminos, trochas. Hay que anunciar el gozo de la salvación plena y universal, por medio de Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre por nosotros, muerto y resucitado y presente activamente en la Iglesia. Y quien asuma posiciones diferentes al mandato de Jesús sencillamente esta en el camino equivocado.
Hermano apóstol, Cristo confía plenamente en ti!!! Están equipados con «poder sobre los espíritus inmundos» (Mc 6,7) y con un bagaje casi inexistente. Inician la misión de la Iglesia. La eficacia de su predicación evangelizadora no vendrá de influencias humanas o materiales, sino del poder de Dios y de la sinceridad, de la fe y del testimonio de vida del predicador.
4.- EVANGELIO (MT 10,16-23)
Donde se siembra la verdad al lado crece la mentira, donde se siembra el trabajo honesto al lado crece el explotador, donde se construye la justicia al lado crecen los jueces corruptos, donde se produce la paz al lado nacen los perros de la guerra. Donde se siembra el Evangelio al lado nacen los detractores y traidores de Jesús.
Hoy, el Evangelio remarca las dificultades y las contradicciones que el cristiano de hoy, mañana y siempre habrá de sufrir por causa de Cristo y de su Evangelio, y como deberá resistir y perseverar hasta el final. Jesús nos prometió: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo» (Mt 28,20); pero no ha prometido a los suyos un camino fácil, todo lo contrario, les dijo: «Seréis odiados de todos por causa de mi nombre» (Mt 10,22).
5.- EVANGELIO (MT 10,24-33)
El Evangelio de hoy nos abre los ojos respecto al hecho ineludible de que el discípulo sea a veces incomprendido, encuentre obstáculos o hasta sea perseguido por haberse declarado seguidor, partidario, admirador, amigo e incondicional de Cristo. La vida de Jesús fue un servicio ininterrumpido en defensa de la verdad. Si a Él se le apodó como "Beelzebul", no es extraño que en disputas, en confrontaciones culturales o en los careos que vemos en televisión, nos tachen de retrógrados.
La fidelidad a Cristo Maestro es el máximo reconocimiento del que podemos gloriarnos: «Por todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos» (Mt 10,32).
Aprende a vivir confiando en Dios, tenemos su refugio y amparo, Él nos da su ayuda, auxilio, socorro, intersección y su Gracia. Recuerda que eres discípulo, pero no Maestro, eres criado, pero no Señor.
Oremos hoy por Dios para que nos dé santos sacerdotes y santas religiosas, y muchas vocaciones sacerdotales y religiosas. Oremos por los enfermos y enfermas, que muchas veces se sienten solos y abandonados.
6.- EVANGELIO (MT 9,32-38)
El mudo que hablo para predicar, recupero la voz para ser un verdadero discípulo del Señor. Hoy también nosotros también debemos recuperar la voz para denunciar tantas injusticias. El Evangelio nos habla de la curación, sanación y alivio de un endemoniado y poseído mudo, que provoca diferentes reacciones en los fariseos y en la multitud. Mientras que los fariseos, ante la evidencia de un prodigio innegable, lo atribuyen a poderes diabólicos «Por el Príncipe de los demonios expulsa a los demonios» (Mt 9,34), la multitud se maravilla: «Jamás se vio cosa igual en Israel» (Mt 9,33).
Es la multitud ávida de escuchar la Palabra del verdadero Buen Pastor, son las multitudes que siguen desde entonces a Cristo y ahora a nuestro Papa. A Jesús no le preocupaba la animadversión, antipatía y enemistad de los fariseos, eso a Él le resbalaba, Él continuaba fiel a su misión. Es más, Jesús, ante la evidencia de que los guías de Israel, en vez de cuidar y apacentar el rebaño, lo que hacían era descarriarlo, se apiadó de aquellas multitudes cansadas y abatidas, como ovejas sin pastor.
Que las multitudes desean y agradecen una buena guía quedó comprobado en las visitas pastorales del Papa Juan Pablo II y Francisco a tantos países del mundo. ¡Cuántas multitudes reunidas a su alrededor! ¡Cómo escuchaban su palabra, sobre todo los jóvenes! Y eso que el Papa no rebajaba el Evangelio, sino que lo predicaba con todas sus exigencias. El pueblo de Dios rompe los obstáculos de muchas multitudes para empaparse de la Buena Noticia.
7.- EVANGELIO (MT 7,6.12-14):
El Señor desea tenerte en su Reino, pero no quiere que pases por la puerta ancha, quiere que pases por la puerta angosta, que es la que te lleva por la ruta de quien en verdad quiere la vida, es la ruta construida cada día con dedicación, con audacia, con empeño y con solidaridad.
El pasaje a la tierra eterna está disponible para todos, para ti y para mí. El mensaje de Cristo «nos dice que todos podemos entrar en la vida. El pasaje es "estrecho", pero abierto a todos; "estrecho" porque es exigente, requiere compromiso, abnegación, mortificación del propio egoísmo». Para pasar por la puerta estrella hay que ir liviano, sin rencores, ni odios, ni vanidades, ni amarguras.
8.- EVANGELIO (MT 6,1-6.16-18)
El Señor nos advierte, que el amor no acepta medias tintas, ni caretas, ni dobles caras, ni incongruencias a la hora de practicar nuestra caridad impulsada por nuestra manera de amar. Cuando la situación de pobreza de un hermano nos anima a actuar debe ser de manera silente, sin algarabías, ni promociones, que nadie se entere de tu limosna, donativo que con sobrada razón el Padre eterno recompensara más rápido de lo que tú piensas.
Igual sucede al momento de orar, cierra la puerta de tu habitación y háblale al Señor en privado de tu familia, tus vecinos, amigos, compañeros de lucha y de tus hermanos de fe. Jesús rechaza a los hipócritas.
9.- EVANGELIO (MT 13,31-35)
El Señor te pide hoy que seas un fermento efectivo como la pequeña semilla de la mostaza, que abre nuestra conversión a lo pequeño, de lo sencillo y de lo simple. El Señor no desea de nosotros grandes cosas, desea que hagamos las cosas sencillas, pero que vayan dirigidas a los hermanos que sufren hambres, van sin ropas, sedientos, ciegos, tullidos, leprosos, desesperados.
Ojalá que cuando Dios nos busque a nosotros, nos encuentre no en el grupo de los orgullosos, sino en el de los humildes, que se reconocen débiles y pecadores, pero muy agradecidos y confiados en la bondad del Señor. Así, el grano de mostaza llegará a ser un árbol grande; así la levadura de la Palabra de Dios obrará en nosotros frutos de vida eterna. Porque, «cuanto más se abaja el corazón por la humildad, más se levanta hacia la perfección» (San Agustín).
10.- EVANGELIO (MT 6,19-23)
En mi tierra dicen, que muchas veces somos como un pulpo, todo lo queremos tener, abrazar, al final quedaremos como un pulpo. Cuando asistimos a las exequias de un familiar o algún amigo, jamás hemos visto que en el carro fúnebre les colocaran todas las cosas materiales que adquirió en la vida, si es que vivieron en su afán de acumular bienes temporales. Hay tantas moralejas al respecto, que muchos no terminan de asimilar el mensaje de Cristo, no pierdan su tiempo en acumular riquezas temporales, hay mucho pillo, ladrón y hampones, además el moho y la polilla acaban con todo.
Lo importante son los bienes y riquezas que logras amontonar en el cielo, pero Dios te deja la libertad de escoger tus riquezas, ¿con cuales te quedas?
11.- EVANGELIO (MT 8,28-34)
Eran dos endemoniados que impedían el libre paso por los caminos de las regiones de Gadara o gerasenos. De ambos países se dice que estaban situados "al otro lado", es decir, en la parte oriental del mar de Galilea. La designación "país de los gadarenos" posiblemente aplicaba al distrito que tenía como centro la ciudad de Gadara (moderna Um Qeis), situada a unos 10 Km. al SE. del mar de Galilea. A esa región llega el portador de la Buena Noticia y su acción es inmediata, envía esos demonios a la manada de puercos, que terminan ahogándose en las aguas del mar, y sucede lo imprevisto, toda la población le solicita a Jesús que abandone sus límites, que no es bien recibido en el.
Nuestra estrechez de pensamiento, nuestra terquedad y mezquindad se imponen a dar cabida a Cristo en nuestras vidas, parece que somos gadaremos y nos acostumbramos a los endemoniados y poseídos. Qué cosa tan contradictoria, expulsamos a Jesús de nuestros corazones para vivir el desenfreno materialista que consume desordenadamente nuestras vidas y nos sumergen en los cuerpos de los puercos.
12.- EVANGELIO (MT 13,36-43)
Es bueno descifrar que es la cizaña. Planta de tallo ramoso, hojas estrechas y espigas anchas y planas cuyos granos contienen un principio tóxico; crece espontáneamente en los sembrados y es muy difícil de extirpar. Cosa o persona que daña, perjudica o estropea aquellas otras entre las que surge o está.
Muchas veces somos cizaña toxica que la sembramos al lado de la buena semilla que siembra Jesús, la vamos dispersando a lo largo y ancho del campo donde nos movilizamos, vamos haciendo un gran daño a la evangelización como los malignos, hijos del diablo.
Al final de la siega vendrán los ángeles del Señor y harán la siega correspondiente, recogerán toda la cizaña toxica y dañina, será quemada totalmente. El que tenga oídos que oiga.
13.- EVANGELIO (MC 5,21-43)
Hoy muchos hermanos asumen la posición correcta, confían plenamente en Jesús y suplican que imponga sus santas manos sobre la cabeza de su hermosa hija, ella a punto de morir, Jairo sigue aferrado a Jesús, está confiado que allí esta salvación de su hija. Con Cristo todo estará bien, él lo sabe, Jairo no se cansa de suplicar. Solo hay que confiar en Jesús. Jairo lo deja todo para seguir a Cristo, deja el templo material o sinagoga para ir al templo espiritual de Jesús.
Cuanto bien hacemos al imponer nuestras manos sobre los enfermos, confiados que todo estará bien, pues quien actúa a través de nuestras manos es el mismísimo Espíritu Santo. Cuantos Jairo y mujeres que padecen de flujo sangrante se nos acercan en la vida evangélica de cada uno de nosotros y los remitimos a sacerdotes y religiosas, evadiendo así un gran pedido de Cristo, vayan y prediquen en mi nombre, sanen enfermos, curen a ciegos, tullidos, leprosos, endemoniados. Confíen en mí.
Casi a la mitad del trayecto hacia el Gólgota, Jesús va agotado, acabado, con signos visibles de debilidad, ha sido una jornada de mucho mal, odio y rencor, sin embargo en esas condiciones infrahumanas, Cristo toma de manera decidida la Cruz, era la Cruz de todos nuestros pecados, la toma y con ella a cuestas llegó a la cima, cúspide, a lo más alto de la empinada calle que daba a una de las puertas de la ciudad. Allí, extenuado, sin fuerzas, cayó por segunda vez bajo el peso de la cruz. Parecía que Jesús estaba abatido, enflaquecido, ya no daba para más, había sido duramente golpeado y flagelado, un castigo bestial que los soldados aplicaban con gozo y sin piedad. Sus ojos lucen vidriosos, busca entre los presentes un gesto de caridad humana, alguien que le tendiera una mano, se siente muy solo.
Faltaba poco para llegar al sitio en que tenía que ser crucificado y sacrificado, era un mártir, se estaba inmolando por ti, por mi y por toda la humanidad, una entrega total, el Verbo mismo se daba entero por nuestra salvación, son momentos difíciles para la salvación de la humanidad, sin embargo Jesús no retrocede ni un milímetro, Él solo hace la voluntad de su Padre, camina dando traspiés, pero no sucumbe para nada en su espíritu, está empeñado en llevar a cabo hasta la meta los planes de Dios, saca fuerzas de donde no tiene, es la prueba final, sabe que está a pocos metros de su crucifixión, a pasos de liberar a la humanidad del pecado, Jesús se levanta, se llena de fuerzas sobrenaturales y sigue su camino, que bárbaro Señor, nada te detiene, allí vas, seguro, sin vacilar a ofrendar tu vida por mí.
Nada tiene de extraño que Jesús cayera si se tiene en cuenta cómo había sido castigado desde la noche anterior, y cómo se encontraba en aquel momento. Pero, al mismo tiempo, este paso nos muestra lo frágil que es la condición humana, aun cuando la aliente el mejor espíritu, y que no han de desmoralizarnos las flaquezas ni las caídas cuando seguimos a Cristo cargados con nuestra cruz. Jesús, por los suelos una vez más, no se siente derrotado ni abandona su cometido. Para Él no es tan grave el caer como el no levantarnos.
Y pensemos cuántas son las personas que se sienten derrotadas y sin ánimos para reemprender el seguimiento de Cristo, y que la ayuda de una mano amiga podría sacarlas de su postración.
Levantémonos con Jesús y como Jesús, muchos hombres y mujeres, que viven en el mundo de lo material, necesitan de nuestro accionar apostólico, necesitan de nuestras manos para levantarse. Míralos con los ojos vidriosos de Cristo cuando solicitaba clemencia.
15.- EVANGELIO (MT 10,7-15)
Jesús es muy claro en su exigencia, vayan a predicar, enseñen e instruyan a sus hermanos creyentes y no creyentes sobre la Buena Nueva, eso es un mandato al que no debemos obviar, ni torear, ni evadir. Hoy más que nunca nuestros pueblos y ciudades necesitan de los misioneros del Señor, que vayan casa por casa, calle por calle, callejón por callejón, vereda por vereda, allí están los enfermos del alma y del cuerpo. Lleven el mensaje de paz, tranquilidad y amor. Hablen de Cristo y su misericordia.
Cierren sus paraguas para que la GRACIA de Dios pueda empaparlos totalmente, dejen su paragua cerrado, la Iglesia urge de ustedes para EVANGELIZAR, es decir, enamorar al pueblo pagano del mensaje del Señor.
Hagan círculos de estudio, enseñen sobre la BIBLIA, muestren al verdadero Jesús, hablen del Dios Único. Cristo les convierte en sus mensajeros, vayan libres y convencidos, curen enfermos, expulsen demonios y donde haya odio siembren amor.
16.- EVANGELIO (MT 5,43-48)
Jesús nos habla hoy, quiere que conozcamos nuestro distintivo cristiano, hemos de tener un corazón grande donde el perdón ocupe un buen lugar y donde podamos relacionarnos igualmente con las personas que nos resulten un poco difíciles, que nos miran mal, que nos odian, calumnian y juzgan. Queremos tener un corazón cristiano, un corazón enorme, en el que quepan todas las personas. Un corazón que nos permita amar a nuestros enemigos, a esos que nos persiguen, nos maltrata y humillan. Un corazón como el de Cristo.
17.- EVANGELIO (JN 15,9-17):
Jesús siempre te busca, no eres tú el que sale a su encuentro, Cristo te ha elegido para llenarte de amor, feliz, alegría, paz y mucho cariño. Deja que el Señor te abrace, Él tiene una responsabilidad para ti, así como Matías fue elegido por los apóstoles para sustituir a Judas el traidor y que el grupo pudiese seguir su labor apostólica. Igualmente el Señor desea que tú seas un misionero del Espíritu Santo.
18.- EVANGELIO (MT 9,1-8)
Jesús siempre va a la otra orilla donde muchos no nos atrevemos, es la orilla de los no creyentes, la que no le conocen. Él sabe que esas tierras están cundidas de paralíticos, que no caminan o presentan dificultades para caminar, pero sabe muy bien, que su mayor parálisis es la pereza, la ignorancia, el amor, la caridad, el servicio, la entrega. Los hombres de la otra orilla están tullidos, lisiados, mutilados e impedidos en conocer a Jesús, tal vez igual que tú y yo. Cristo nos libera de todos esos pecados que nos paralizan y no dice, boten esa camilla, ya no les hace falta.
19.- EVANGELIO (JN 20,1-2.11-18)
La Magdalena venía de lejos (cf. Lc 7,36-50) y llegó muy lejos En efecto, en el amanecer de la Resurrección, María buscó a Jesús, encontró a Jesús resucitado y llegó al Padre de Jesús, el "Padre nuestro". Aquella mañana, Jesucristo le descubrió lo más grande de nuestra fe: que ella también era hija de Dios.
En el itinerario de María de Magdala descubrimos algunos aspectos importantes de la fe. En primer lugar, admiramos su valentía. La fe, aunque es un don de Dios, requiere coraje por parte del creyente. Lo natural en nosotros es tender a lo visible, a lo que se puede agarrar con la mano. Puesto que Dios es esencialmente invisible, la fe «siempre tiene algo de ruptura arriesgada y de salto, porque implica la osadía de ver lo auténticamente real en aquello que no se ve» (Benedicto XVI). María viendo a Cristo resucitado "ve" también al Padre, al Señor.
20.- EVANGELIO (MC 4,35-41)
Las tormentas eléctricas que sacuden lagos y mares, se quedan pequeñas ante las tormentas del alma, que afectan nuestra vida, la de la familia, la de parejas, las laborales y en igual grado nuestra convivencia parroquial, si Jesús nos invita a pasar a la otra orilla y duerme tranquilo en la barca, porque tenemos nosotros que desconfiar de la mejor compañía del universo. Pasar a la otra orilla es ir donde están nuestros hermanos pagano, los incrédulos, los que reniegan del Padre, de Jesús y del Espíritu Santo.
Cuando la barca de la vida se sacude y nos ponemos nerviosos, nos indica que viene un vendaval de complicaciones, Jesús que no hay que huir, ni replegarse, solo hay que confiar e ir siempre adelante.
21.- EVANGELIO (MT 11,25-27)
Llega aquel pobre publicano a las puertas del templo de Jerusalén, entra tembloroso y asustado, busca conversar con Dios y entre palabras cortadas le expresa lo siguiente: Señor, no soy digno de mirarte a la cara, soy un pecador, perdóname yo quiero cambiar y sé que Tú puedes hacerlo.
Señor, sigue bendiciéndonos para que seamos humildes, dóciles, mansos, fieles y obedientes. Te damos Gracias, porque develas a los sencillos cosas del cielo y las ocultas a los prepotentes, vanidosos, sabios e inteligentes.
Dice, complacido, hoy el Señor: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños» (Mt 11,25). Sí, porque nadie puede pretender conocer esos o parecidos secretos escondidos ni sacándolos de la obscuridad con el estudio más intenso, ni como debido por parte de la sabiduría.
De los secretos profundos de la vida sabrá siempre más la ancianita sin experiencia escolar que el pretencioso científico que ha gastado años en prestigiosas universidades. Hay ciencia que se gana con fe, simplicidad y pobreza interiores. Ha dicho muy bien Clemente Alejandrino: «La noche es propicia para los misterios; es entonces cuando el alma, atenta y humilde, se vuelve hacia sí misma reflexionando sobre su condición; es entonces cuando encuentra a Dios».
22.- EVANGELIO (MT 10,1-7)
Los primeros 12 para evangelizar, los pioneros, los adelantados y exploradores, a ellos Jesús les da el poder de expulsar espíritus malignos y curar, sanar a todo aquel que esté enfermo, pero le advierte, hay que ir a buscar nuestros hermanos enfermos, cúrenlos del cuerpo y del alma.
Vayan y hablen del Reino de Dios, sin miedo, sin respeto humano, a tiempo y a destiempo, no pulan bancos en los templos, hablen de mi Padre, alábenlo. Como la obra está en sus inicios, Jesús se apresura a dar una consigna de limitación: «No toméis camino de gentiles ni entréis en ciudad de samaritanos; dirigíos más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Id proclamando que el Reino de los Cielos está cerca» (Mt 10,5-6). Hoy hay que hacer lo que se pueda, con la certeza de que Dios llamará a todos los paganos y samaritanos en otra fase del trabajo misionero.
Que no quede un solo enfermo en tu calle, vereda, barrio, villa, poblado, comunidad rural, sin recibir la visita y sanación de los misioneros evangelizadores, Impongan sus manos sobre su cabeza con la fuerza del Espíritu Santo, transmitan su fuerza, su fuego, su poder.
Tú eres descendiente de esos primeros elegidos, eres pionero en tu hogar y vecindario.
Desde la fundación de nuestra parroquia Nuestra Señora de Guadalupe en Sierra Maestra, se ha visto caminar a una mujer de rasgos indígenas en todas las actividades religiosas, visita enfermos, acompaña a sus hermanas del Carmen, pendiente de los sacerdotes, tan pobre como Bartimeo, muy sencilla, un verdadero ejemplo de vida, así es MARSULA PALMAR, nuestra santa indígena.
Ella está enferma, sus piernas ya están bastante estropeadas, su permanente peregrinar está haciendo efecto en sus salud pública. Este jueves 2 de julio, a las 7:30 p.m., estaremos orando en su cama de convalecencia, deseamos ponerla en el altar del Señor. Deseamos pedirles a todos los cristianos del mundo, que la coloquen en sus oraciones. Para los católicos de Sierra Maestra, ella vive en la calle 16 esquina avenida 14, allí les esperamos.
24.- EVANGELIO (MT 20,20-28)
Muchas veces en nuestras comunidades parroquiales, misionales t de evangelización nos dejamos llevar por posturas e intereses personales, originado un gran daño en la convivencia de la comunidad donde hacemos vida, dejamos que aflore toda la estructura mundana del poder en querer ser siempre los primeros, en buen maracucho, somos pantalleros y siempre queremos estar en los primeros puestos.
Jesús deja muy claro lo siguiente, solo mi Padre tomara esa decisión, pues E´y solo él sabe para quién están preparados los primeros lugares y los que estarán ala derecha y a la izquierda.
De igual manera, nosotros escuchamos y seguimos al Señor, como lo hicieron los primeros discípulos de Jesús, pero no siempre logramos entender a cabalidad su mensaje y nos dejamos llevar por intereses personales o ambiciones dentro de la Iglesia. Se nos olvida que al aceptar al Señor, tenemos que entregarnos con confianza y de manera plena a Él, que no podemos pensar en obtener la gloria sin haber aceptado la cruz.
La lucha es lograr vencer nuestro ego, que no sea motivo de tristeza el lugar que nos asignen, lo importante es la salvación de nuestras almas. Nuestra faena apostólica es Evangelizar, pero debe ir acompañada de dar comida, bebida y trabajo a nuestros hermanos; proporcionar vivienda o cobija; luchar por la libertad, visitar y ayudar a los enfermos. En ese trabaje busquemos siempre ser los primeros en el servicio.
Cuando actuamos como los jefes de las naciones corremos el gran peligro de usar el poder y el exceso de poder para crear situaciones muy lamentables para las comunidades parroquiales, pues se pueden generar dinámicas perversas de dominio, rivalidades, chantajes, fraudes, zancadillas, intrigas, adulaciones, traiciones y hasta mentiras que no sea así ente ustedes.
25.- EVANGELIO (MT 13,47-53)
No esperes que llegue el momento para que te saquen del cesto y te tiren fuera de él, como pescado malo, la vida terrenal está llena de episodios de todos los tipos, pero de la puerta ancha y la pequeña esta la selección que tú hagas. Apartaran a los malos de los justos y serán lanzados al fuego eterno, que visión tan cruda les tocara a los que viven sin prestar atención a los consejos de Jesús, somos "anti parabólicos", vivimos en una rumba de Sodoma y Gomorra, donde abundan los pecados terrenales, esos que nos dan un gozo efímero, muy corto y despreciamos por soberbia y prepotencia la felicidad eterna.
Cribar es seleccionar y Dios escogerá lo mejor, lo óptimo, lo selecto, la crema y si no reúnes esas condiciones de vida. Desarrolla tu olfato fino, que es el discernimiento, con el que podemos descubrir, a impulsos del Espíritu Santo, la presencia viva de Dios. Pa´que lo sepáis.
26.- EVANGELIO (MT 13,10-17):
No nos armemos de un escudo impenetrable de la Palabra de Dios, done ella rebota y nos endurece el corazón, se han cerrado, y puede que viendo sean incapaces de ver y oyendo sean incapaces de oír. Es la semilla que muchas veces cae en una tierra acida, agresiva y desolada, donde no nacen ni crecen los abrojos.
Hoy, recordamos la "alabanza" dirigida por Jesús a quienes se agrupaban junto a Él: « ¡dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen!» (Mt 13,16). Y nos preguntamos: ¿Van dirigidas también a nosotros estas palabras de Jesús, o son únicamente para quienes lo vieron y escucharon directamente? Parece que los dichosos son ellos, pues tuvieron la suerte de convivir con Jesús, de permanecer física y sensiblemente a su lado. Mientras que nosotros nos contaríamos más bien entre los justos y profetas. ¡Sin ser justos ni profetas!, que habríamos querido ver y oír.
27.- EVANGELIO (MT 6,7-15)
Ora al Señor perdonando a los que te han hecho tanto daño, pero en silencio y elevando los ojos a Dios pídele que perdone todas tus malas acciones. El Señor conoce lo más mínimo de tu ser y de tu alma. Tu y yo, queremos que Dios nos perdone y que los demás también lo hagan; pero nosotros nos resistimos a hacerlo, nos oponemos a perdonar, a borrar lo que nos han hecho, quema esa página del periódico de ayer, olvídalo y vive en la paz espiritual, respira el aire de Dios.
Cuesta pedir indulgencia; pero darlo todavía cuesta más. Si fuéramos humildes de veras, no nos sería tan difícil; pero el orgullo nos lo hace trabajoso. Por eso podemos establecer la siguiente ecuación: a mayor humildad, mayor facilidad; a mayor orgullo, mayor dificultad. Esto te dará una pista para conocer tu grado de humildad. Abre la ventana de tu cuarto y tira por ella el orgullo, el odio y el pecado.
28.- EVANGELIO (JN 20,24-29):
No seamos incrédulos, sino creyentes. Cuanto nos cuesta tener fe, ponemos por delante de nuestra amistad con Cristo una multitud de problemas, un cargamento de piedras y obstáculos que nos hacen lucir desconfiados, suspicaces, recelosos y maliciosos y Jesús nos pide que seamos creyentes, es decir, piadosos, píos, fervorosos, adoradores y místicos.
Muchas veces actuamos como Tomas, no creemos ni una papilla en Jesús y vamos rezando, dando conferencias, señalamos opiniones, pero no lo hacemos confiando en Jesús, tenemos que ver para creer, dichosos los que han creído sin ver. Tomás respondió: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré» (Jn 20,25). ¿Y cuál es tú actitud ante Jesús? ¿Debes ver y tocar sus heridas?
29.- EVANGELIO (MT 7,21-29)
Nuestra casa debe construirse sobre la roca solida, pueden caer todos los aguaceros del mundo, pueden soplar vientos huracanados y ella permanece inmóvil, así debe ser nuestra casa espiritual, se debe construir sobre la roca solida que es Jesús, el Hijo de Dios, el Verbo, nuestro amigo. Quien ponga su fe en hombres llevara sobre sus espaldas las debilidades del hombre, pues la conciencia humana es como la arena de playa, se derrumba fácilmente. No creas en hombres hambrientos de poder, placer, dinero, sexo, droga, gula, vanidad, orgullo, odios, rencores, amarguras y poder.
30.- EVANGELIO (LC 10,38-42):
Ocupados y preocupados, así transcurro la vida de muchos seres humanos, llevan una vida de mucho trabajo, exclusiva dedicación a las cosas de un hogar, una empresa, una corporación y a una actividad cualquiera y se dejan al lado otras que son igual o más importantes que las que nos producen cansancio físico y poca alegría espiritual.
Nuestra alma también tiene otras actividades especiales que nos llevan a Jesús y que tal vez por la gran actividad del mundo se nos escapa u olvida. Hoy, también nosotros, atareados, atosigados, abrumados, preocupados y apurados como vamos a veces por muchas cosas, hemos de escuchar cómo el Señor nos recuerda que «hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola» (Lc 10,42): el amor, la santidad. Es el punto de mira, el horizonte que no hemos de perder nunca de vista en medio de nuestras ocupaciones cotidianas.
Si en nuestras vidas perdemos el horizonte de Jesús, estaremos gravemente perdidos en el tráfico humano.
Cada viernes, un grupo de hombres y mujeres, vamos caminado a los hogares donde nos esperan un grupo de enfermos, que desean orar con nosotros, recibir la sagrada Eucaristía, escuchar la Palabra de Dios y recibir la Imposición de las manos. Somos gente ocupada, pero confiados, que Cristo actúa en esos hombres y mujeres a través de nosotros.
Hoy, deseamos que ores por: Chepina, Deyanira, Zulay, Chaya, Judin, Marina, Elida, Dominga, Nelson, María, Jairo, Melida, Gladys, Félix, Marelis, Lesbia y otros que desean acompañarnos.
Necesitamos de tu oración para que el Señor nos de mayor entendimiento, sabiduría, fortaleza y poder de sanación. Amén
Oremos al Padre por un trabajo justo
Señor, da trabajo a todos tus hijos e hijas, que requieren de él para dar pan a su familia, educación a sus hijos, atenciones a sus padres, agua su clan familiar, vestido humilde para todos, medicamentos para sus males y alguna comida para compartir con los que menos tienen.
Estos gritos de trabajo nos llegan desde Argentina, Venezuela, México, EE.UU, Brasil, Panamá, Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador, Uruguay, Paraguay, Chile y otros. Señor, da el trabajo a nuestros hermanos desempleados, especialmente a Susana Romero allá en la Argentina. Amén.
33.- EVANGELIO (MT 16,13-19)
Muchas veces ignoramos a Pedro y Pablo, pasan disimuladamente entre la multitud de nombres de bien, pero fueron ellos las dos gigantescas columnas de nuestra, esa fe, que libera, la del combate espiritual, la que transforma nuestros corazones.
Pedro Pablo son los portadores de la antorcha de la FE. Es la fe que vence al mundo, porque cree y anuncia que Jesús es el Hijo de Dios: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo» (Mt 16,16).
Ambos son martirizados, pero ellos ya estaban en otro estatus, se habían vaciado del mundo terrenal y estaban completamente llenos de Dios, una entrega total, sin miramientos, perseguidos, torturados y sacrificados hasta fallecer. No murieron, pues dieron su vida por Cristo y Dios los llevo al cielo, a la tierra prometida. Que Pedro y Pablo, sean un ejemplo vivo para cada uno de nosotros.
Que cada mañana puedas amar más a la gente
Desde el año 1969 una canción con alma cristiana recorría todas las ciudades del mundo, era un canto a la felicidad, que debe vivir cada hombre o mujer, sin importar su condición humana, una canción que nos trasladaba a una tierra prometida donde todos reían, disfrutaban, vivían felices y alegres. Un adelanto de la tierra prometida, el paraíso y el Reino de Dios. Un mensaje de liberación espiritual para quienes desean vivir felices viendo cada mañana a todos los que directa o indirectamente influyen en nuestra vida cotidiana.
Al nacer un nuevo día Dios nos recubre con un abrazo fraterno, una hermosa sonrisa y miles de deseos positivos, un nuevo día para agradecerle por nuestra estadía terrenal, pero que debemos expresarla de una manera visible, cada mañana al ir al trabajo, al colegio, al supermercado, al hospital o simplemente de paseo, te encontraras con la gente normal de cada mañana, te encontraras al lechero, al cartero, al policía, al recoge latas, al frutero, al cepilladero, al docente, al comerciante, al sacerdote y a cientos de personas que te miran desde cualquier vivienda o local comercial, es gente que no ves a menudo, pero que existen, ellos esperan por tu sonrisa, saludo y alegría, no seas un amargado o amargada con ellos, son los seres humanos que Dios coloca a tu paso para hacerte feliz.
Muchas veces vamos de prisa no olvidamos de saludar y compartir con aquellos que están detrás de cada ventana y puerta reconocí a mucha gente que antes ni siquiera la vi. La gente vive hasta en aquellos lugares que no imaginas y son felices con lo que Dios le provee, dan gracias al Señor y van alegres y sonrientes, tú por andar de prisa te pierdes de tantas bendiciones, que al final de la vida terrenal hacen tanta falta para esta en Dios.
Donde quieras que vayas, exclama sin miedo ¡Viva la gente la hay donde quiera, que vas, viva la gente es lo que nos gusta más, con más gente a favor de gente en cada pueblo y nación habría menos gente difícil y más gente con corazón, habría menos gente difícil y más gente con corazón.
Conocer a la gente de las ciudades, pueblos, aldeas, campamentos, barrios, villas y también del interior, que viven en campos, desiertos y montañas, tienes que aprender a verlas un ejército cada vez mayor de gente feliz y que busca a Dios, entonces te darás cuenta de una gran realidad: las cosas son importantes pero la gente lo es más.
Que viva la gente la hay donde quiera, que vas, viva la gente es lo que nos gusta más, con más gente a favor de gente en cada pueblo y nación habría menos gente difícil y más gente con corazón, habría menos gente difícil y más gente con corazón.
Cristo te pide que seas un misionero de su Buena Nueva, para alegrar a tantos corazones apagados, a tantos corazones amargados, a tantos corazones llenos de odios y rencores, corazones llenos de desesperanza. Vivir con la gente es sentirse igual a ellos, reírse con ellos, alabar al Señor con ellos, alegrarse con ellos, participar y solidarizarse con ellos es decir adelantar en la tierra la promesa de Jesús de empezar a construir desde aquí nuestra felicidad hasta que nos toque dejar este mundo material.
Vamos caminando al comienzo de la noche, las calles lucen solitarias, se juega el partido Colombia-Argentina, la gente se olvida del ajetreo del viernes, sin embargo muchos hombres y mujeres de mi barrio esperan ansiosos la visita de nuestro equipo de Oración en Familia.
Ellos desean la oración que vivifica, une, apasiona, sana, cura y nos da una paz espiritual como la del desierto de Jesús. Es encontrarse de frente con el Espíritu Santo, que sacude con su fuerza y limpia con su fuego salvífico los corazones enfermos por el odio, el rencor y la amargura.
Cuando las manos milagrosas de nuestras santas mujeres se posan sobre aquella hermana o hermano, comienza de manera inmediata entre el actuar del Espíritu y el YO QUIERO de la persona que sufre, una acción de curación inmediata. Cada viernes nosotros también queremos expresarle a nuestro Padre eterno. SEÑOR, NOSOTROS TAMBIÉN QUEREMOS". (O.A.R.B.)
36.- EVANGELIO (MT 12,1-8):
Toda la creación, obra maravillosa de Dios fue para que hombres y mujeres la disfrutaran con el mayor de los respetos y solo el Creador está por encima de todo, no pueden unas normas hechas por hombres a regir la vida de un pueblo que trabaja y evangeliza para el Señor.
Tenemos un obsesión por agradar al Señor con una larga lista de sacrificios, sacrificios muchas impregnados de vanidad y sin sentido, Dios nos pide obras de misericordia, es decir, a una virtud del ánimo que lleva a los seres humanos a compadecerse de las miserias ajenas. Se trata de una actitud bondadosa que, por lo general, puede mostrar una persona acaudalada hacia alguien que tenga más necesidades que ella, o un sujeto que haya sido ofendido hacia su ofensor.
Es tener piedad, compasión, clemencia, humanidad, indulgencia, comprensión y altruismo, eso es lo que le agrada al Señor.
Hoy el Señor se acerca al sembrado de tu vida, para recoger frutos de santidad. ¿Encontrará caridad, amor a Dios y a los demás? Jesús, que corrige la casuística meticulosa de los rabinos, que hacía insoportable la ley del descanso sabático: ¿tendrá que recordarte que solo le interesa tu corazón, tu capacidad de amar?
37.- EVANGELIO (MC 6,30-34)
Todo el que trabaja muy duro por el Señor, por su causa, buscando ovejas perdidas, llevando su Buena Noticia, sanando enfermos, curando heridos, ateniendo viudas y huérfanos, visitando ancianos, llevando su mensaje a todos los lugares, al igual que los hicieron los discípulos, el Señor los invita a descansar con él.
Nuevamente, el Evangelio nos invita a descubrir la importancia de descansar en el Señor. Los Apóstoles regresaban de la misión que Jesús les había dado. Habían expulsado demonios, curado enfermos y predicado el Evangelio. Estaban cansados, agotados, jadeantes y Jesús les dice «venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un poco» (Mc 6,31).
Ayer veía a mi abuelo, ahora me veo yo, al viejo ya no lo puedo abrazar, ni sus caricias sentir, pero recuerdo a mi abuelo al que siempre solo lo vi sonreír, era un andino especial, siempre me conversaba que Gómez fue un "machetero" muy leal, hablaba de sus proezas en la Venezuela rural, ese era mi gran abuelo, que siempre me supo aguantar, era un viejo talentoso, el palomo del Alianza así lo solían llamar, que bueno es tener un abuelo, que siempre te enseñe a amar.
Qué gran abuelo me distes Cristo hermoso de mi lar, se que allá en el cielo algún día me ha de esperar para seguir nuestro cuento por toda la eternidad, que vivan todos los abuelos de manera peculiar para la Gloria de Dios sin importar el lugar.
(Oscar Alberto Rivas)
39.- EVANGELIO (MT 8,23-27)
Una gran tempestad pone casi en zozobra la barca donde Jesús dormía plácidamente y los apóstoles estaban al borde de la locura, el pánico y la desesperación, que momentos de tensión, los apóstoles corren a despertar al Maestro y le gritan, Señor estamos a punto de ahogarnos, Cristo calma inmediatamente la tormenta y ellos se preguntan, ¿hasta calma los vientos y las olas?
Así somos nosotros, ante cualquier tempestad en nuestra vida diaria, salimos desesperados a ponernos en las manos de Jesús. Cuando pensamos que la tierra se nos hunde, no olvidemos que nuestro Salvador es Dios mismo hecho hombre, el cual se nos acerca por la fe.
Para Jesús no hay imposibles y mucho menos las tormentas de nuestras vidas, tormentas físicas y del corazón, siempre será Cristo el que calme, de serenidad, tranquilidad y quietud a nuestras tormentas, lo grave es cuando en la barca de la vida Jesús no esté por haber sido rechazado por nosotros y ya no forma parte de nuestras vidas.
40.- EVANGELIO (MT 12,14-21):
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