Inteligencia Emocional: Alternativa de cambio para los lanzadores de Béisbol (página 2)
Enviado por Lic. Ricardo Ocaña Rodríguez
"…Los vi sobre el terreno, los palcos vitoreando ¡Cuba, Cuba, Cuba!, como un estadio nuestro, entonces la isla y el béisbol: la misma arcilla, y el poeta pidiéndoles "hagan juego, señores, hagan juego".
Omar Valiño
El béisbol exige de los jugadores el desarrollo de la precisión, rapidez, concentración, memoria y pensamiento; teniendo en cuenta su carácter imprevisible y estratégico. Es por ello que en los juegos de béisbol se aprecian ansiedades, tensiones, que pueden afectar el rendimiento y desarrollo personal de los jugadores, en dependencia de cómo sean manejados dichos estados psíquicos.
Desde el principio hasta el final del partido, el juego gira alrededor de la acción del lanzador. Es éste quien tiene la primera oportunidad de retirar al bateador y de él dependen las acciones ofensivas y defensivas del juego, por lo que podemos apreciar la posición sumamente compleja que ocupa.
Características como una buena constitución física, fortaleza muscular y reserva de energías, son esenciales para el lanzador. Una estatura alrededor de 183 cm., un peso aproximado de 86 Kg., brazos y manos grandes para un mejor agarre de la pelota, constituyen condiciones adicionales que lo favorecen.
El juego de béisbol le demanda además del esfuerzo físico una gran actividad mental, lo que precisa el desarrollo de los procesos cognitivos de percepción, atención, memoria, pensamiento, teniendo en cuenta que tiene que conciliar factores básicos como el control, el agarre de la pelota, rapidez y dirección en la rotación, punto de referencia y movilidad, entre otros.
A partir del acercamiento a dichos requerimientos emergen cuestiones importantes tales como, el nivel de preparación alcanzado por el lanzador para la competencia, o estado de forma deportiva, donde se integran: preparación física, técnica, táctica y psicológica y con ello el dominio profundo de la técnica de los movimientos, una buena mecánica en la ejecución, dominio, control, desarrollo de los distintos lanzamientos (básicos y especiales), así como su autocontrol emocional, autoconfianza, los que determinarán la calidad de su trabajo frente al bateador, partiendo del análisis de los resultados que obtiene con cada uno de sus lanzamientos.
17 Guía Oficial de Béisbol 47 Serie Nacional de Béisbol. Editorial Deportes, La Habana, 2007.
Además de la velocidad y variedad de los lanzamientos como factores primordiales para la selección de los lanzadores; el control que logren alcanzar es fundamental, por cuanto les permite enfocarse en el objetivo a cumplir y realizar el lanzamiento con un propósito determinado, dirigiendo toda su capacidad mental hacia éste. Dicha habilidad debe ser desarrollada, permitiéndoles maniobrar sus acciones adecuadamente en función del dominio de los bateadores.
Teniendo en cuenta su proximidad al bateador tiene muy poco tiempo para reaccionar y debe anticiparse a la jugada pensando todo el tiempo que van a batear por su posición, completando sus movimientos de modo tal que le permitan caer en una posición balanceada para salir en cualquier dirección a fildear una bola, realizar la asistencia, o cubrir una base, además de la atención que debe prestar a los corredores para evitar su desplazamiento por las bases.
Los juegos de béisbol se desarrollan bajo una elevada carga psíquica, dado por las situaciones imprevistas, las reacciones emocionales de ambos equipos, el comportamiento del público en los estadios, las decisiones arbitrales en ocasiones polémicas, proliferando aún más en la figura del lanzador, por cuanto en él se deposita (por parte de la dirección del equipo, de sus compañeros, de los aficionados) la mayor responsabilidad de los triunfos o las derrotas, lo cual sin lugar a dudas puede crear en éste estrés, ansiedad, depresión, frustraciones, autovaloración inadecuada; situaciones de índole psicológica que deben ser manejadas adecuadamente para no afectar su rendimiento y salud mental.
La forma de evaluar el rendimiento del lanzador en juegos ganados y perdidos, trae consigo que se le adjudique el protagonismo en el partido. Aunque al ser un deporte de equipo intervienen disímiles factores en los resultados que se obtienen, en él recaen mayormente las reacciones del público cuando no realiza la labor que se esperaba. De igual forma, cuando la mayor cantidad de espectadores simpatizan con el equipo contrario, una muestra de ser leal a éste es tratando de desconcentrar al lanzador.
Cada lanzamiento realizado por éste es evaluado por los árbitros, y esto genera desacuerdos y contradicciones en ocasiones, lo cual también puede repercutir directamente en la actuación del lanzador, en dependencia de cómo éste sea capaz de manejar dichas situaciones.
La relación que se establece entre lanzador y receptor (jugador que tiene la función de recibir los lanzamientos del lanzador), es determinante para imprimirle calidad al trabajo del lanzador. A través de esta comunicación se definen los lanzamientos. Es tarea de ambos orientarse y guiarse, por lo que se requiere de una buena comprensión y comunicación entre ellos. Cuando no se logra y tienen lugar contradicciones y discrepancias entre estos jugadores, la actuación del lanzador puede verse afectada.
La idea de cometer un error, ser "bateado", o perder un juego para su equipo ante gran cantidad de personas que asisten a los estadios o ven los juegos por televisión, las vivencias de fracasos; imponen gran intensidad, esfuerzo físico y psíquico al trabajo del lanzador de béisbol.
En el caso de los lanzadores abridores (aquellos que comienzan el juego) asumen la función de pasar la mayor cantidad de entradas posibles dominando a los bateadores, y tratar de no permitir carreras al equipo contrario.
Muchas veces el lanzador abridor no puede cumplir cabalmente dicha función; es entonces cuando se le asigna la decisiva tarea de terminar el encuentro preservando la victoria para su equipo al lanzador relevista quien entra a la competencia en condiciones de "salvar el juego", por lo general en momentos en que existe la posibilidad de la ventaja para el otro equipo, pues hay corredores en las bases, o cuando ya la ventaja es un hecho. Es decir que su desempeño influirá en el resultado de la competencia en momentos de mayor complejidad.
En este sentido queremos patentizar que desde el punto de vista psicológico el lanzador tiene más posibilidades de perturbarse y por consiguiente afectar su rendimiento o viceversa, lo cual lo sitúa en la posición más comprometida en el juego de béisbol.
Ello nos conlleva a valorar la importancia del desarrollo de la inteligencia emocional en estos jugadores, de modo que estimule su rendimiento y desarrollo personal.
1.4 Inteligencia Emocional. Consideraciones.
"Tú has sido un hombre capaz de aceptar con igual semblante los premios y los reveses de fortuna. Dame un hombre que no sea esclavo de sus pasiones y lo colocaré en el centro de mi corazón. ¡Ay! En el centro de mi corazón, como hago contigo…"
Hamlet a su amigo Horacio
Desde los tiempos de Platón, el autodominio, el ser capaces de soportar las tormentas emocionales, ha sido elogiado como una virtud. La antigua palabra griega que lo definía era sophrosyne: cuidado e inteligencia para producir la propia vida, un equilibrio y sabiduría templados. 18
Charles Darwin indicó en sus trabajos la importancia de la expresión emocional para la supervivencia y la adaptación. 19
En la literatura psicológica el término inteligencia emocional aparece en el año 1990, en un escrito de los psicólogos americanos Peter Salovey y John Mayer. Sin embargo, fue con la publicación del best seller La Inteligencia Emocional (1995) de Daniel Goleman que el concepto se difundió rápidamente. A esta publicación le siguieron otras del mismo autor como: La práctica de la Inteligencia Emocional (1996) y Trabajando con la Inteligencia Emocional (1998).
La inteligencia, que proviene del latín "intelligentia" significa según el diccionario Larrouse: capacidad de entender, comprender, resolver problemas, habilidad, destreza, experiencia.
Sin embargo desde la perspectiva psicológica los conceptos de inteligencia no gozan de un consenso general y ha sido estudiada desde diversos enfoques, los cuales se diferencian al hacer énfasis en distintas concepciones sobre la estructura y el carácter, así como en elementos determinantes como la cultura, los componentes genéticos, procesos del desarrollo, entre otros.
Uno de los enfoques más difundidos: el psicométrico, propone la comprensión de la inteligencia a partir de su estructura o composición, centrándose en entender las capacidades en términos de factores y estructuras mentales estáticas a las que consideran responsables de las diferencias individuales en el rendimiento observadas a través de los tests de inteligencia. En este sentido se apoya la idea del carácter único o general de inteligencia.20
Como respuesta complementaria a esta perspectiva el Enfoque del Procesamiento de la Información plantea como objetivos, en lugar de estos análisis factoriales, los procesos que subyacen en la conducta inteligente, aportando información acerca estos, que constituyen el rendimiento inteligente, las estrategias combinadas que se emplean y su forma de organización.
La visión de Gardner se contrapone a éstas, ofreciéndole un carácter pluralista a la inteligencia e incluyendo un repertorio de capacidades más universales (aspectos de la inteligencia espacial, tareas de relevancia en la vida cotidiana) no incluidas en el espacio de la psicometría.
En lo relacionado a los determinantes de las capacidades se observan dos vertientes: una que defiende el corte innatista considerando la inteligencia como resultado de la acción genética, es decir, predeterminada en los niveles de desarrollo a alcanzar, y la otra que respalda los factores ambientales o contextuales, considerando la inteligencia como emergente de los intercambios con el medio y la educación, donde cobran un interés singular los aportes de Vigotsky, al resaltar las capacidades humanas sociales por su naturaleza, producto de la relación histórico-social, por lo que la relación del niño con los objetos del conocimiento está mediatizada por las relaciones que establece con los adultos y otros niños, y sólo después esta relación está mediatizada por los conocimientos propios y las representaciones mentales que se estructuran y reestructuran durante todo el proceso de apropiación de la cultura. 21
18 Bello Zoe, Estévez Nancy. Selección de Lecturas de Inteligencia Humana. Tomo I. Editorial Félix Varela, La Habana,
2005.
19 Goleman Daniel. La Inteligencia Emocional, Javier Vergara Editor, México, 1996.
20 Bello Zoe, Estévez Nancy. Selección de Lecturas de Inteligencia Humana. Tomo I. Editorial Félix Varela, La Habana,
2005.
Consideramos pertinente este análisis, por cuanto pone el énfasis para la comprensión de la inteligencia, en la necesaria vinculación entre componentes cognoscitivos y afectivos de la personalidad en estas formaciones, a través de la interacción social, para que pueda constituir un factor de éxito.
Por lo que de manera general el término inteligencia está asociado al éxito que en alguna medida se obtiene en la realización de una actividad y en este sentido se ajusta a un criterio de valor en tanto lo que es exitoso no es sancionado socialmente. Es decir que la inteligencia puede ser entendida como "la realización exitosa de una o varias actividades encaminadas esencialmente a la asimilación de la cultura o la obtención de un producto valorado socialmente". 22
A partir de los estudios de Goleman, se ha llamado la atención sobre la importancia del tema emocional en las investigaciones sobre la inteligencia, considerando la vida emocional como un ámbito que puede ser manejado con mayor o menor destreza y requiere un conjunto de habilidades singulares que le permitirán al sujeto enfrentarse con éxito a situaciones de la vida cotidiana.
La emoción del latín "emótio" que viene del verbo "motere" que significa mover, es definida por la Real Academia Española como la excitación repentina del ánimo.23
Las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar. La misma raíz etimológica de la palabra emoción proviene del verbo latino movere (moverse) más el prefijo -e-, significando algo así como (movimiento hacia) y sugiriendo, de ese modo, que en toda emoción hay implícita una tendencia a la acción. 24
"Los fenómenos emocionales constituyen la reacción de respuesta de la personalidad, del organismo, ante una situación existente o posible, que favorece o no a su actividad vital, y que se corresponde o no con sus normas y orientaciones de valor."25 Esta definición nos permite comprender que el surgimiento de las emociones está determinado en gran medida por las variaciones situacionales del medio circundante.
Las emociones, han sido vistas como reacciones afectivas de aparición brusca, de gran intensidad, de carácter transitorio y acompañadas de cambios somáticos ostensibles. Se presentan ante una situación de emergencia o ante estímulos de carácter sorpresivo o de gran intensidad. Constituyen elementos imprescindibles para el autoconocimiento y la autoconservación que nos conectan profundamente con nosotros mismos.26
Al decir de Goleman las emociones se pueden considerar en términos de familias y dimensiones. De acuerdo con la agrupación que realiza, las principales familias con los respectivos miembros de éstas son:
Ira: rabia, enojo, resentimiento, furia, exasperación, indignación, soledad, irritabilidad, hostilidad, y en caso extremo, odio y violencia.
Miedo: ansiedad, preocupación, temor, inquietud, desasosiego, incertidumbre, nerviosismo, angustia, susto, terror, en caso psicopatológico, fobia y pánico.
Alegría: felicidad, gozo, deleite, tranquilidad, diversión, estremecimiento, satisfacción, euforia, éxtasis.
21 Ídem.
22 Ídem.
23 Martínez Gómez Cristóbal. Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial Científico Técnica, La Habana,
2008.
24 Goleman Daniel. La Inteligencia Emocional, Javier Vergara Editor, México, 1996.
25 Colectivo de autores. Problemas teóricos de la psicología de la personalidad. Editorial Orbe, La Habana, 1980.
26 Martínez Gómez Cristóbal. Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial Científico Técnica, La Habana, 2008.
Amor: aceptación, cordialidad, confianza, amabilidad, afinidad, devoción, adoración, enamoramiento.
Sorpresa: sobresalto, asombro, desconcierto, admiración.
Aversión: desprecio, desdén, displicencia, asco, antipatía, disgusto, repugnancia.
Vergüenza: culpa, perplejidad, remordimiento, humillación, pesar, aflicción.
Cada una de estas familias se agrupa en torno a un núcleo fundamental a partir de la cual se derivan las restantes emociones a modo de olas. 27
Dichas "olas" se refieren a los estados de ánimo, los cuales son más variables y perduran más tiempo que las emociones; los temperamentos, que se definen por las tendencias del sujeto a evocar determinadas emociones o estados de ánimo que lo convierten en una persona con un temperamento especialmente melancólico, colérico, flemático o sanguíneo; y finalmente los desórdenes emocionales como la depresión o ansiedad continua, en los que se puede apreciar mayor intensidad y duración.
A diferencia de las emociones, los sentimientos son estados afectivos de menor intensidad, lenta aparición, carácter más constante y no se acompañan de cambios somáticos ostensibles. Estos son el resultado del desarrollo y la fijación de estados afectivos estables, determinados en gran medida por la historia personal del sujeto.
Las emociones y sentimientos ofrecen una relación de continuidad, lo cual hace que coincidan emociones y sentimientos del mismo nombre, pero conceptualmente diferentes, teniendo en cuenta los criterios anteriormente expuestos.
No obstante, ambos le otorgan a la conducta humana gran flexibilidad, teniendo en cuenta que el individuo actúa bajo la presión de estos, por lo que adquieren importancia motivadora de actitudes y acciones concretas, apareciendo como impulsos internos hacia la actividad, en tanto, manifestación de las necesidades de la personalidad.
Según S. L. Rubinstein "en los procesos emocionales se establece un vínculo, una interrelación entre el transcurso de los acontecimientos, que se efectúa de acuerdo o en contra de las necesidades del individuo, y el transcurso de su actividad, dirigida a la satisfacción de estas necesidades" 28 por lo que su importancia se relaciona además con funciones reguladoras, correctoras.
A partir de estas consideraciones se aprecia la relación recíproca entre los estados emocionales del sujeto y su actuación, lo que confirma la necesidad del desarrollo de la inteligencia emocional para enfrentarse exitosamente a sus actividades.
Salovey y Mayer (1990) definen la inteligencia emocional como "la capacidad de regular los sentimientos de uno mismo y de los demás, y utilizarlos como guía del pensamiento y la acción."29
Para Goleman, quien profundizó en los estudios comenzados por estos teóricos, el término inteligencia emocional tiene que ver con "la capacidad de reconocer los propios sentimientos y los de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente las relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos." 30
Es decir, que el término integra un conjunto de características como: ser capaz de motivarse, persistir frente a las decepciones, regular el humor, mostrar empatía, controlar los impulsos. Es la inteligencia emocional, mediadora entre lo emocional y lo intelectual en función del desarrollo armónico del individuo, cuestión de gran importancia, teniendo en cuenta no solo la unidad entre emociones e intelecto que tiene lugar en la personalidad del sujeto, sino la unidad de lo afectivo o emocional y lo intelectual dentro de las emociones mismas. Es decir que estos elementos (capacidades emocionales y capacidades cognoscitivas) no se contraponen, sino que se interrelacionan en forma dinámica.
27 Goleman Daniel. La Inteligencia Emocional, Javier Vergara Editor, México, 1996.
28 Colectivo de autores. Problemas teóricos de la psicología de la personalidad. Editorial Orbe, La Habana, 1980.
29 Martínez Gómez Cristóbal. Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial Científico Técnica, La Habana,
2008.
30 Ídem
Es primordial comprender que la inteligencia emocional no es un parámetro marcado desde nuestro nacimiento, sino que tiene un carácter aprensible, es posible desarrollarla, fomentarla.
A partir de estas ideas pudiéramos aproximarnos con mayor precisión a las siguientes interrogantes: ¿Cómo utilizar las emociones inteligentemente? ¿Qué implica ser un individuo emocionalmente inteligente?
Ser un individuo emocionalmente inteligente supone el manejo de un conjunto de habilidades como poseer un gran conocimiento de sí mismo, reconocer por tanto sus emociones, sentimientos e interrelaciones, ser consciente de sus capacidades y posibilidades reales, establecer metas en correspondencia con éstas, acomodar sus expectativas manteniendo un adecuado nivel de felicidad personal y relacional.
Implica habilidades y capacidades, tales como la autorregulación y el autocontrol a partir del aprendizaje del manejo de los estados internos, impulsos y emociones en función de facilitar la tarea, beneficiando los resultados esperados de la actividad.
Significa ser capaces de aceptar la responsabilidad del desempeño personal. Son también características; la adaptabilidad y flexibilidad ante los cambios; la empatía, al ser capaces de captar sentimientos, necesidades e intereses de los otros.
Cumple también un papel importante la motivación, cuando el individuo se esfuerza por mejorar o satisfacer un determinado criterio de excelencia, estando consciente de los puntos débiles y fuertes, manteniendo una actitud positiva, y al mismo tiempo realista de sus posibilidades.
Finalmente, habilidades sociales como la influencia, la comunicación, el liderazgo, la resolución de conflictos, la colaboración, cooperación y capacidad de trabajo en equipo, caracterizan la inteligencia emocional en un individuo.
En resumen, partiendo de los preceptos que ofrece Goleman, la inteligencia emocional determina la capacidad potencial de la cual se dispone para aprender las habilidades prácticas basadas en los elementos compositivos siguientes:
§ Conciencia de uno mismo: Atención continua a los propios estados internos, conciencia autoreflexiva en la que la mente se ocupa de observar e investigar la experiencia misma, incluidas las emociones. Capacidad de identificar las emociones y sentimientos en el mismo momento que aparecen, de modo tal que posibilite la comprensión de uno mismo y el uso de las preferencias propias para guiar la toma de decisiones, basada en una evaluación realista de las capacidades y una sensación asentada de confianza en uno mismo.
§ Autorregulación: Capacidad para el manejo adecuado de las emociones y los impulsos conflictivos, es deshacerse de los estados de ánimos negativos. Control de los estados, impulsos y recursos internos responsable y flexiblemente en función de facilitar la tarea que se lleva a cabo beneficiando los resultados esperados de la actividad.
§ Motivación: Uso de los preferencias más profundas para encaminarse hacia los objetivos, ayudarse a tomar iniciativas, ser más eficaces y perseverantes a pesar de los contratiempos y frustraciones que puedan presentarse. Adecuar las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de los objetivos.
§ Empatía: Ser capaces de reconocer las emociones ajenas, ponerse en el lugar de otras personas. Esta capacidad se asienta en la conciencia de uno mismo.
§ Habilidades sociales: Habilidad para relacionarnos adecuadamente con las relaciones ajenas, lo que posibilita interactuar con otros, comunicarse, influir, colaborar, manejar bien los conflictos y las emociones en las relaciones, interpretando adecuadamente las situaciones y las redes sociales.
Para una mayor comprensión de estas dimensiones proponemos su análisis a partir de las derivaciones ofrecidas por el propio Goleman en sus trabajos.
En este sentido, de las dimensiones tales como conciencia de uno mismo, se derivan capacidades como: Conciencia emocional (reconocer las propias emociones y sus efectos) autovaloración adecuada (conocer fortalezas y debilidades) y autoconfianza (seguridad en la valoración que hacemos sobre nosotros mismos y sobre nuestras capacidades).
La autorregulación supone capacidades como el autocontrol (manejo adecuado de emociones e impulsos conflictivos), la adaptabilidad (flexibilidad para afrontar los cambios), entre otras.
La motivación integra la motivación de logro (esforzarse por mejorar o satisfacer un determinado criterio de excelencia), la iniciativa (prontitud para actuar cuando se presenta la ocasión) y el optimismo (persistencia en la consecución de objetivos a pesar de los obstáculos y contratiempos).
La empatía que implica (comprensión de los demás, desarrollo de los demás, aprovechamiento de la diversidad, orientación hacia el servicio).
Las habilidades sociales suponen (fomentar las relaciones instrumentales, trabajar con otros en la consecución de objetivos compartidos, creación de una sinergia, complentación de energías que contribuya a alcanzar los objetivos del grupo.)
Constituyen elementos de análisis primordiales, la importancia que concedemos al reaprendizaje emocional; la cual nos permite defender la posibilidad de remodelar los hábitos emocionales en función de que favorezcan el bienestar y desempeño eficaz del sujeto en las distintas esferas de su vida.
Finalmente queremos subrayar que las habilidades emocionales no se contraponen a las intelectuales o cognoscitivas, sino que se integran, de igual forma que el concepto de inteligencia emocional al de inteligencia, aunque la presente investigación se centra en el desarrollo de capacidades y habilidades emocionales, partiendo de que éstas aportan al sujeto: persistencia, entusiasmo, autocontrol y optimismo, necesarios para la salud, las relaciones, el éxito y el bienestar humano, lo que constituyen premisas importantes para el desarrollo personal de los lanzadores y su rendimiento en la Competencia deportiva.
1.5 Inteligencia Emocional: Su expresión en la figura del lanzador en el béisbol.
"…Cada jugada está escrita en el viento, la gloria está esperando a quien la sepa leer…"
(Tomado de la canción "Soñar en azul" del dúo Buena Fe)
En el alto rendimiento deportivo, las exigencias y demandas de la competencia son cada vez mayores. Cuba ostenta excelentes resultados en el béisbol, expuestos en eventos nacionales e internacionales. Ello se sustenta en la ardua preparación que reciben nuestros peloteros, y la entrega y pasión desmedida de los cubanos hacia su deporte nacional.
Santiago de Cuba es una de las provincias de nuestro país que históricamente ha mostrado un elevado nivel de calidad en la práctica del béisbol. Ello, se constata en las repetidas obtenciones de títulos de campeones nacionales, y en la presencia sistemática de varios jugadores santiagueros en los equipos que nos representan internacionalmente.
No han sido pocos los lanzadores que ha brindado el pueblo santiaguero al movimiento deportivo con magníficos resultados y records impuestos. Las carreras deportivas de hombres como Braudilio Vinent, José Luis Alemán, Norge Luis Vera, Ormari Romero, entre otros, nos permiten confirmar lo antes mencionado. No obstante los resultados actuales del pitcheo demandan una mayor preparación de nuestros lanzadores.
El lanzador como ya se planteó anteriormente, ocupa un puesto fundamental y decisivo en los equipos de béisbol, por ser la figura de la que parten las acciones ofensivas y defensivas, encontrándose bajo mucha presión en las competencias.
Además de la innegable importancia de la preparación física y táctica, la preparación psicológica ocupa un lugar esencial en la preparación del lanzador para la fase competitiva, teniendo en cuenta las problemáticas que estos pueden presentar antes, durante o después del juego de pelota, expresadas en emociones, que tienen su base en el miedo a perder, a fracasar, a equivocarse, a lesionarse, a hacer el ridículo, a la competencia, a los rivales, a no poder dar lo que se espera de ellos.
El desarrollo de las cualidades del atleta desde el punto de vista personológico ocupa un lugar esencial en este sentido, teniendo en cuenta todo lo que implica la carrera deportiva en términos de consagración, dedicación, obstáculos, renuncias, esfuerzos, obligaciones, y compromisos.
Estos atletas comienzan su trayectoria deportiva desde muy pequeños, y en aras de convertirse en deportistas de alto rendimiento dedican la mayor parte del tiempo a los entrenamientos, las competencias, quedándoles pocos espacios para otras actividades características de la etapa del desarrollo por la que atraviesan.
Las condiciones, el medio y los requerimientos del deporte les demandan el desarrollo de procesos y cualidades psíquicas anticipadamente, en relación con otros adolescentes y jóvenes.
En el caso de los jugadores de béisbol estas exigencias se hacen más notorias, ya que al ser éste nuestro deporte nacional, posee a nivel social mayor significación y alcance en relación con otros deportes, razón por la que se articulan diversas representaciones en torno al béisbol y sus jugadores, integradas en opiniones, actitudes, conocimientos, creencias, que a su vez orientan el comportamiento de todas aquellas personas involucradas de alguna forma en este escenario, incluyendo al público, los árbitros, entrenadores, jugadores, amistades, familiares.
Estos introducen visiones sesgadas a las representaciones adquiriendo dimensiones de estereotipos y prejuicios, respecto a un jugador, a una jugada, a un equipo, a una decisión, deformando la visión de la realidad en correspondencia con los intereses y necesidades de cada persona, es decir construyendo "su propia realidad".
Dichos sesgos en ocasiones nos imposibilitan comprender que cada atleta posee características individuales, una historia personal que los marca y determina sus comportamientos, y que al igual que a otras personas se les presentan dificultades, situaciones adversas, conflictos, los cuales influyen en sus actuaciones y rendimientos.
De este modo estas representaciones y estereotipos atraviesan la subjetividad del atleta; en este caso nos referimos a los lanzadores, a quienes se les juzga doblemente por la responsabilidad del triunfo o revés del equipo.
Ello influye en la aparición de reacciones emocionales negativas de enojo, ira, ansiedad, inseguridad, angustia, así como procesos autovalorativos inadecuados, desmotivación, pesimismo, influyendo paralelamente en el rendimiento y el bienestar del sujeto.
De aquí la necesidad de que el lanzador aprenda a controlar sus emociones, de manera que éstas no influyan en su desempeño profesional negativamente, partiendo de que los estados emocionales del individuo condicionan su actuación y a su vez el carácter de las emociones y la estructura de los procesos emocionales dependen de la actuación del sujeto.
Constituye la inteligencia emocional un sistema que integra habilidades, competencias, capacidades y que puede ser desarrollada en los lanzadores, teniendo en cuenta que no se nace con ella, sino que es aprensible.
El desarrollo de la misma en los lanzadores permitiría disminuir las tensiones, ansiedades, miedos, conductas agresivas impulsadas por la ira, entre otras, que tienden a disminuir el rendimiento y a provocar malestar en los atletas.
Un lanzador que cuenta con los recursos psicológicos que le provee la inteligencia emocional tendrá más probabilidades de mostrar su capacidad adaptativa y creadora ante los cambios, autocontrol, motivación para lograr determinados objetivos y metas propuestas, así como establecer mejores relaciones con sus compañeros de equipo.
Se promovería mayor tolerancia a la frustración, al fracaso, recursos de afrontamiento superiores, resolución de conflictos y enfrentamiento positivo a los cambios.
En correspondencia con lo antes expuesto y en aras de darle cumplimiento a los objetivos de la investigación, basándonos en el análisis de los referentes teóricos asumidos y la situación problémica del presente estudio, planteamos los siguientes indicadores teóricos de desarrollo de la inteligencia emocional en los lanzadores:
Reconocimiento de las propias emociones y sentimientos y sus efectos en la actuación deportiva: Habilidad de identificación de emociones y sentimientos que emergen comúnmente en la actuación deportiva en función de comprender las interrelaciones que se establecen entre las emociones, sentimientos y su influencia en la práctica deportiva. Se trata de reconocer cómo los sentimientos y emociones influyen en el desempeño del lanzador, tanto positiva como negativamente.
Índices de valoración:
Ser responsables de los efectos de emociones y sentimientos en su actuación deportiva.
Tomar conciencia de debilidades y fortalezas en este sentido, en función de adquirir una visión clara de los puntos que deben fortalecer.
Desarrollo de una conducta reflexiva tendiente al autodominio y autocontrol emocional.
Autocontrol: Habilidad para manejar y regular emociones y sentimientos responsable y flexiblemente, de manera que no intervengan nocivamente en la actuación deportiva, en función de afrontar cambios y situaciones de tensión durante los juegos. Mantenimiento del control de las emociones con el fin de facilitar el rendimiento deportivo.
Índices de valoración:
§ Regulación de impulsos y emociones disociadoras.
§ Perseverancia y optimismo ante contratiempos y conflictos que se le presentan a los lanzadores durante el juego.
§ Desarrollo del nivel de tolerancia hacia lo inesperado.
Motivación hacia la carrera deportiva: Habilidad de movilizar la conducta en función de aprovechar oportunidades y fortalezas que permitan alcanzar objetivos y metas propuestas, ayudarse a tomar iniciativas, ser más eficaces y perseverantes frente a contradicciones y contratiempos que se les presentan.
Índices de valoración:
§ Desarrollo de la valoración adecuada del nivel de aspiraciones y posibilidades reales.
§ Adecuación de las tendencias emocionales que guían o facilitan el logro de los objetivos propuestos mejorando la actuación.
§ Motivación hacia el logro de mejores resultados.
§ Operación con la idea del éxito en lugar del miedo al fracaso.
Capacidad de Adaptación: Capacidad para detectar, analizar y enfrentar satisfactoriamente los continuos cambios que tienen lugar en el juego de béisbol. Este indicador está relacionado con el afrontamiento de múltiples demandas y el establecimiento rápido y oportuno de las prioridades en determinadas situaciones de juego, eliminando o disminuyendo la influencia entorpecedora de emociones conflictivas o disociadoras en la competencia.
Índices de valoración:
§ Desarrollo de la toma de decisiones y autodeterminación.
§ Desarrollo de la iniciativa.
§ Jerarquización ante las múltiples demandas.
§ Asimilación de las acciones que se le encomiendan y las decisiones de árbitros o dirección del equipo.
El desarrollo de la inteligencia emocional, objeto de nuestro estudio, expresado mediante estos indicadores teóricos, estará encaminado esencialmente a promover un aprendizaje que estimule las potencialidades del sujeto, conduciendo a transformaciones en éste en los ámbitos donde acontece su vida, propiciando la toma de conciencia de las contradicciones que emergen en los mismos y el protagonismo y la participación en la búsqueda de nuevas alternativas y respuestas a las dificultades y exigencias que se les presentan en el rol que asumen.
Es preciso comprender a los lanzadores como sujetos psicológicos, lo que implica tener en cuenta la interrelación que se establece entre su personalidad (sistema de recursos psicológicos que posee, que se han ido configurando, conformando, en determinadas estructuras), su historia personal (experiencias, vivencias de éxitos, fracasos, que pueden actualizarse y ejercer una influencia directa en sus actuaciones), sus características cognitivas (nivel de formación, calidad y funcionamiento de los procesos que participan en la recepción, asimilación, procesamiento y utilización de la información), impulsores internos no conscientes(impulsos sexuales, agresivos, compulsivos), características del sistema nervioso central (fuerza, equilibrio y movilidad), su estado funcional actual (nivel de satisfacción de necesidades orgánicas, estados emocionales, estado de salud) y la situación en la que se encuentra (ambiente físico, natural, social y emocional).31
Estos componentes se integran dinámicamente, aunque mantienen su influencia independiente y orientan los comportamientos y la actividad del individuo. Constituyen elementos de análisis significativos en tanto posibilitan entender el funcionamiento de los lanzadores, verlos reflejados en su integridad, resolver sus problemas psicológicos, promover su autodesarrollo mediante la adquisición de habilidades y la generación de acciones para desarrollar hábitos y competencias personales, lo cual les permitirá enfrentar exitosamente las exigencias de la actividad deportiva, propiciar su crecer como individuos y preservar la salud humana, siendo congruentes con los problemas del quehacer psicológico.
En sentido general se abordaron en este capítulo la aproximación a aspectos teórico metodológicos que distinguen a la Psicología del Deporte, rama a la que pertenece la presente investigación.
Las características del béisbol como deporte de conjunto y la reseña sobre el Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba nos permitieron valorar la trascendencia del béisbol en nuestro país y particularmente en nuestra provincia, los requerimientos desde el punto de vista físico, técnico- táctico, teórico y psicológico que les demanda la preparación a los lanzadores y las asignaciones sociales atribuidas, que explican estados emocionales negativos y dificultades en sus actuaciones deportivas.
A partir de esta situación se hizo necesario el acercamiento a la inteligencia emocional como alternativa de cambio y crecimiento para los lanzadores, expresada mediante el desarrollo de sus indicadores e índices de valoración.
De este modo emerge la necesidad de sustentar la investigación en una metodología capaz de propiciar el cambio y la transformación, elementos que serán explicados en el siguiente capítulo.
31 Arias Herrera Héctor: Propuesta para la Estructuración de una Teoría de Sujeto Psicológico. Sus implicaciones para la
Psicología. (Artículo en soporte digital).
CAPÍTULO 2:
Aspectos metodológicos de la investigación
"Para ser un verdadero investigador de la verdad, es necesario, al menos una vez en la vida, poner en duda todas las verdades anteriores".
Descartes
2.1 La Metodología Cualitativa. Reflexiones Esenciales.
Los estudios de inteligencia emocional en su generalidad se caracterizan por el empleo de la metodología cuantitativa para la correlación de variables y la medición del cociente emocional (CE) a través de los test de inteligencia emocional.
No obstante, la presente investigación se sustenta en la Metodología Cualitativa, por cuanto las peculiaridades de la misma se corresponden con nuestro objeto de estudio: el desarrollo de la inteligencia emocional en los lanzadores del Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba; posibilitándonos aproximarnos a éste desde una perspectiva sistémica, integradora, holística, flexible; partiendo de las implicaciones y significados que para el sujeto participante en la investigación posea cada paso de la misma, haciendo de ésta un proceso interactivo donde se concibe al individuo con la capacidad de la autonomía, la creatividad y la singularidad.
Los presupuestos teórico-metodológicos del paradigma cualitativo denotan idoneidad y pertinencia para la presente investigación en tanto:
§ Se aspira a penetrar en la subjetividad del individuo para comprender el significado de las situaciones en que éste se encuentra, sus intenciones, creencias, motivaciones que lo guían.
§ Se pretende una fuerte interacción entre el investigador y el investigado, que implica un trabajo intensivo y a profundidad con los sujetos de la investigación. Desde esta perspectiva epistemológica el escenario principal de la investigación se ubica en la relación investigador e investigado y en las diferentes formas de trabajo grupal que la investigación presupone.
§ Permite la descripción del sujeto en situaciones naturales de su cotidianidad, haciendo un análisis a través de sus manifestaciones y expresiones de los sentidos particulares que configuran su subjetividad.
§ La información brindada por un sujeto concreto puede ser significativa para la producción del conocimiento, por lo que la expresión individual del mismo adquiere gran relevancia, en correspondencia con el lugar que puede tener en un momento determinado para la producción de ideas en la investigación.
§ La esencia de su carácter interpretativo está dada por la necesidad de descubrir el sentido de las expresiones de los sujetos investigados. La interpretación es concebida como un proceso en el que el investigador integra, reconstruye y presenta diversos indicadores obtenidos durante la investigación, los cuales cobran sentido no por ser tomados de forma aislada, sino como parte de un proceso en el que funcionan en estrecha interrelación con otros indicadores, constituyendo instrumentos para la definición de zonas de sentido sobre el problema estudiado. 32
§ Posibilita la utilización de técnicas abiertas y participativas.
§ La selección de los sujetos de la investigación es realizada de manera intencional.
§ Se empleará el método de Investigación- Acción-Participación (IAP) que responde a la metodología cualitativa, en tanto se sustenta en los mismos criterios y supuestos teóricos. Su aplicación responde a los objetivos del estudio, los cuales demandan la necesidad de transformación de la realidad en que se opera, a partir del protagonismo de los sujetos, quienes constituyen los principales artífices de la modificación de su realidad.
32 González Rey Fernando: Investigación Cualitativa en Psicología. Rumbos y desafíos. Internacional Thomsom Editores.
2000
La IAP es una forma de indagación e introspectiva colectiva, una investigación participativa y colaboradora. Los participantes describen sus preocupaciones, exploran qué piensan los demás, y se intenta descubrir qué puede cambiar.
Partiendo de estos criterios, consideramos este enfoque como una posibilidad de movilizar los recursos de los participantes en la solución de las distintas problemáticas que se les presentan, a partir de sus potencialidades creadoras, dinámicas, autorreflexivas e introspectivas.
Este método "es una forma de cuestionamiento autorreflexivo asumido por los participantes en una situación social, con el objetivo de mejorar la racionalidad y la justeza de:
-Sus propias prácticas sociales.
-La comprensión de estas prácticas.
-Las situaciones en que estas prácticas son llevadas a cabo."33
Su objetivo es "proporcionar elementos que sirvan para facilitar el juicio práctico en situaciones concretas, donde la validez de las teorías dependerá de su utilidad para ayudar a las personas a actuar de modo más inteligente y acertado."34
Esta manera de investigar nos conlleva a considerar a las personas como agentes autónomos y responsables, participantes activos en la elaboración de sus propias historias y condiciones de vida colectivas, es decir involucrados en el proceso investigativo. A este enfoque le es inherente la resolución de problemas, cuestión esencial para nuestra investigación, permitiéndonos el esclarecimiento de preocupaciones compartidas, y la consiguiente transformación de la realidad en que se opera, teniendo en cuenta la posibilidad que se deriva de proponer un proyecto grupal que intente mejorar las condiciones existentes que afectan al grupo.
Los referentes teóricos al concepto de grupo de Pichón Riviere (Conjunto restringido de personas ligadas entre sí, por constantes de espacio y tiempo, y articuladas por su mutua representación interna, que se proponen explícita o implícitamente realizar una tarea, que constituye su finalidad, interactuando para esto a través de complejos mecanismos de adjudicación y asunción de roles.)
La necesidad de crear un espacio para la reflexión en torno a determinadas creencias, actitudes, estereotipos y comportamientos asumidos en el desempeño de los lanzadores, los cuales interfieren negativamente en su rendimiento; así como lograr mayor interacción con los sujetos de la investigación, considerándoles como actores y gestores de su propia realidad son algunas de las razones que nos condujeron a proponer como dispositivo de trabajo grupal: el Grupo de Reflexión, apoyándonos en recursos como las técnicas participativas, el juego dramático (Se valoró su empleo, pues aunque es un recurso del Grupo Formativo, nos brinda la posibilidad de recrear escenas de la vida cotidiana que evidencian conflictos generados por las cargas socioculturales y constituye un disparador de la reflexión y elaboración de problemas que el grupo aborda), entre otros.
Los Grupos de Reflexión constituyen una modalidad de los Grupos Operativos, que como lo definió su creador E. Pichón-Riviére, "tienen la finalidad y el propósito de movilizar las estructuras estereotipadas." 35
33 Kemmis, S.: Action Research. En Keeves J.P: Educational research, methodology and measurement, an international handbook. Exeter Wheaton & Co, 1988. Citado en: Rebollar Sánchez Maricel: Intervención Comunitaria. La Metodología de los Procesos Correctores Comunitarios. Una alternativa para el crecimiento humano en la comunidad. Centro Nacional de Educación Sexual. La Habana, 2003.
34 Elliott, J: El cambio educativo desde la Investigación Acción. Ediciones Morata S.L. Madrid, 1993. Citado en: Rebollar Sánchez Maricel: Intervención Comunitaria. La Metodología de los Procesos Correctores Comunitarios. Una alternativa para el crecimiento humano en la comunidad. Centro Nacional de Educación Sexual. La Habana, 2003.
35 Dellarossa Alejo: Los grupos de Reflexión. Editorial Paidós, Buenos aires, Argentina, 1979. Citado en Burín Mabel: Estudios sobre la subjetividad femenina. Mujeres y salud mental. Editorial, lugar, Montevideo, Uruguay.
Constituyen un espacio de construcción de conocimientos y resignificación de las experiencias a partir de la vivencia grupal.
Teniendo en cuenta nuestro objeto de estudio, consideramos coherente visualizar al grupo como dispositivo, lo cual supone a su vez la utilización del grupo como espacio psicológico, que implica el desarrollo de determinadas habilidades en sus miembros, a través de un trabajo grupal específico. Este dispositivo deberá estar en función de promover las condiciones para que los integrantes del grupo construyan miradas nuevas acerca de su realidad inmediata y los procesos que la subyacen.
De este modo el espacio grupal se erige como una construcción sociopsicológica que se hace visible desde las particularidades de su dinámica y resulta ser un lugar operativo de transformaciones al facilitar la apertura a la toma de conciencia de los aspectos que intervienen en la actuación deportiva, específicamente en el desempeño del rol de lanzadores, tomando como punto de partida los indicadores a desarrollar identificados
2.2 Diseño Metodológico
Problema de Investigación:
¿Cómo contribuir al desarrollo de la Inteligencia Emocional en los lanzadores del Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba?
Para lo cual nos trazamos como:
Objetivo General:
Implementar una estrategia de intervención psicológica que contribuya al desarrollo de la Inteligencia Emocional en los lanzadores del Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba.
Objetivos Específicos:
§ Determinar los indicadores teóricos de desarrollo de la inteligencia emocional en los lanzadores.
§ Caracterizar las manifestaciones de estos indicadores en los lanzadores.
§ Diseñar una estrategia de intervención psicológica que contribuya al desarrollo de la Inteligencia Emocional en los lanzadores.
Y como Idea a defender:
La implementación de una estrategia de intervención psicológica que contribuya al desarrollo de la inteligencia emocional constituye una necesidad para los lanzadores del Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba, en tanto permitirá optimizar su desarrollo personal y rendimiento deportivo.
2.2.1 Definición de los principales conceptos.
Inteligencia Emocional: Capacidad potencial de la cual se dispone para aprender las habilidades prácticas basadas en la conciencia de uno mismo, la motivación, el autocontrol, la empatía y la capacidad de relación.36
Estrategia de Intervención: Conjunto de acciones orientadas hacia la proyección del proceso de transformación de problemas detectados en un determinado segmento de la actividad humana desde un estado real a un estado deseado, por lo que posee un carácter práctico. 37
Lanzador: Jugador de béisbol que ocupa una posición defensiva de gran complejidad que demanda su preparación integral y particularizada, desde el punto de vista físico, técnico-táctico, teórico y psicológico, en tanto influye directamente con su desempeño en las acciones ofensivas y defensivas del juego, adjudicándosele una elevada responsabilidad en los resultados que obtiene su equipo.38
36Martínez Gómez Cristóbal: Consideraciones sobre Inteligencia Emocional. Editorial Científico Técnica, La Habana, 2008.
37 Concepto elaborado por la autora de la investigación.
38 Ídem
2.2.2 Selección y caracterización de los sujetos de la investigación.
La presente investigación se llevó a cabo en el Estadio Guillermón Moncada, ubicado en Avenida de las Américas, contexto del Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba.
El grupo de sujetos de la investigación quedó conformado por 13 de los 14 lanzadores del Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba, partiendo de los resultados del diagnóstico realizado por el psicólogo del equipo y las dificultades identificadas en el banco de problemas en el área de los lanzadores (Ver anexos), los cuales se evidenciaron en las actuaciones de cada uno de estos en la 48 Serie Nacional de Béisbol, y la inexperiencia en Series Nacionales de algunos.
Una vez seleccionados los sujetos, se incluyeron definitivamente en la investigación a partir de:
§ Su interés y disposición para participar en la investigación.
§ Sus posibilidades de estabilidad y permanencia en las sesiones de trabajo.
El grupo de lanzadores cuenta con las siguientes características sociodemográficas:
– 5 lanzadores novatos (no han tenido participación en Series Nacionales) entre 17 y 18 años, para un promedio de edad de 17 años, el más corto de lanzadores novatos en relación con los restantes equipos de la Serie Nacional 49.
– 8 lanzadores entre 23 y 32 años que representan un promedio de edad de 25 años, con participación en Series Nacionales entre 1 y 12 ocasiones.
– 11 de ellos comenzaron su trayectoria deportiva como jugadores de béisbol entre los 7 y 12 años de edad.
– Sólo 2 han continuado estudios superiores.
– 4 se desempeñan como lanzadores abridores, 8 como lanzadores relevistas, 1 realiza ambas funciones.
2.2.3 Acceso al campo.
El contacto con el Equipo de Béisbol de Santiago de Cuba surge a raíz del convenio establecido entre el Departamento de Psicología de la Universidad de Oriente y el Centro Provincial de Medicina Deportiva.
El período de las Prácticas Laborales Investigativas (PLI IV) constituyó el marco propicio para el intercambio con miembros de la dirección del equipo que mostraron la preocupación por los resultados del cuerpo de lanzadores y la necesidad de llevar a cabo investigaciones en aras de erradicar las dificultades de índole psicológica esencialmente, presentadas por estos.
Como respuesta a dicha demanda comunicamos el interés de trabajar con los lanzadores, para lo cual se negociaron los términos de la investigación con la dirección del equipo y los lanzadores.
2.3 Métodos y Procedimientos empleados.
Métodos empíricos:
I. Revisión de documentos: Se analizaron los diagnósticos realizados por el psicólogo del equipo a los lanzadores y el banco de problemas del conjunto, con el fin de identificar las principales dificultades presentadas por los lanzadores.
II. Entrevista a profundidad a los lanzadores: Con el objetivo de valorar el alcance de las dificultades presentadas por los lanzadores en el desempeño de su rol, los recursos disponibles para su solución, así como las manifestaciones de los indicadores de inteligencia emocional analizados. Se llevaron a cabo de manera individual, de forma conversacional.
III. Observación abierta: Utilizada con el objetivo de valorar el desempeño de los lanzadores sujetos de la investigación y factores externos que influyen en su práctica. Se realizaron observaciones de los entrenamientos y de juegos de béisbol frente a otros equipos.
IV. Grupo de Reflexión: Con el objetivo general de propiciar un espacio de reflexión en el que a partir de la identificación de las dificultades existentes, se comprenda la necesidad del desarrollo de la inteligencia emocional como una capacidad potencial de la cual se dispone para aprender habilidades prácticas que brindan mayores posibilidades de éxito en el desempeño de su rol como lanzadores.
Diseño de las sesiones de trabajo grupal
A partir de la información obtenida mediante estas técnicas se estructuran las sesiones del Grupo de Reflexión con el objetivo general de propiciar un espacio de reflexión en el que a partir de la identificación de las problemáticas existentes, se comprenda la necesidad del desarrollo de la inteligencia emocional como una capacidad potencial de la cual se dispone para aprender habilidades prácticas que pueden contribuir a partir de su aplicación en la actuación deportiva a un desempeño exitoso.
Cada sesión del grupo de reflexión posee sus objetivos y están diseñadas en correspondencia con los indicadores teóricos de inteligencia emocional analizados.
El diseño cuenta con 5 encuentros que se corresponden con las dificultades identificadas y los indicadores de inteligencia emocional analizados.
Sesión 1 "¿Cómo soy en el terreno?"
Objetivos: Realizar encuadre (Presentación de la metodología que se utilizará, normas del trabajo grupal). Crear un clima favorable para la reflexión y trabajo en grupo. Valorar la importancia de identificar y comprender las emociones y sentimientos que emergen en el lanzador durante la actividad deportiva en función de establecer interrelaciones entre el conocimiento de dichas emociones y sentimientos y su influencia en la actuación deportiva.
Contenidos:
§ Concepción de inteligencia en función del control emocional en la actividad deportiva.
§ Necesidad de la identificación y comprensión de emociones y sentimientos para su influencia positiva en la actuación deportiva.
§ Importancia de mantener una conducta flexible y reflexiva que propicie la autoconciencia y autovaloración de sus características como lanzador de modo tal que permita la identificación y el trabajo con las fortalezas y debilidades en la actuación deportiva.
Recurso Metodológico: Técnica participativa
Sesión 2: "Aún con las bases llenas…yo sí puedo"
Objetivo: Reflexionar en torno a la necesidad de mantener el dominio de las emociones y sentimientos, aún en las situaciones más tensas de los juegos, en función de facilitar resultados positivos en la competencia.
Contenidos:
§ Emociones positivas vs. Emociones negativas o disociadoras. Su regulación para una mejor actuación deportiva.
§ Tolerancia, optimismo y perseverancia ante las distintas situaciones y contradicciones que se producen en los juegos.
§ Importancia del autocontrol emocional para el lanzador.
Recurso Metodológico: Juego Dramático.
Sesión 3: "Lanzador que persevera…"
Objetivos: Valorar las expectativas y representaciones que poseen los lanzadores respecto a logros individuales y del equipo. Reflexionar en torno a la necesidad de proponerse metas y objetivos para su crecimiento como lanzadores, aprovechando las oportunidades y fortalezas en función de alcanzarlos, partiendo de la identificación de debilidades y necesidades de desarrollo. Valorar las asignaciones sociales asumidas en el comportamiento de los lanzadores en torno al rol que asumen.
Contenidos:
§ Importancia de la valoración adecuada del nivel de aspiraciones y posibilidades reales, así como la identificación de debilidades y fortalezas.
§ Necesidad de adecuar las tendencias emocionales para el logro de mejores resultados (Iniciativa, optimismo, autocontrol).
§ Congruencia entre las metas, objetivos propuestos y las acciones realizadas para lograrlos.
Recurso Metodológico: Técnica participativa
Sesión 4: "Lanzador que se duerme…"
Objetivo: Reflexionar en torno a la necesidad de análisis, estudio y revisión de los continuos cambios y demandas a los que se enfrenta el lanzador en aras de promover su capacidad de afrontamiento y adaptación.
Contenidos:
§ Autodeterminación del lanzador en las distintas situaciones de juego. Toma de decisiones.
§ Jerarquización ante las múltiples demandas que se le pueden presentar en un juego.
§ Asimilación de las acciones que se le encomiendan y de las decisiones de la dirección del equipo y los árbitros.
§ Confianza en los restantes miembros del equipo.
Recurso Metodológico: Técnica participativa
Sesión 5: Evaluación y Cierre
Objetivos: Promover la integración de las reflexiones realizadas durante las sesiones anteriores, enfatizando en la valoración de las experiencias y vivencias suscitadas en los participantes del Grupo de Reflexión. Hacer el cierre del trabajo grupal.
Contenidos: Reflexiones sobre las experiencias del grupo de reflexión. Valoración de nuevas propuestas para su preparación como lanzadores. Cierre del trabajo grupal.
Recurso Metodológico: Técnica Participativa y Análisis del documental "Santiago sigue siendo Santiago" del realizador santiaguero Arturo Smith, donde se recogen los momentos más importantes de la Serie Nacional 47, en la que el Equipo Santiago obtiene el título de Campeón Nacional.
De este modo, los indicadores teóricos de inteligencia emocional fueron sistematizados en cada una de las sesiones de manera directa(a través de los temas y contenidos tratados) y de manera indirecta (mediante los recursos del trabajo grupal empleados).
Procedimiento para el Análisis de los Resultados
La evaluación será llevada a cabo atendiendo los distintos momentos del trabajo grupal:
§ Momento Inicial: Se realizan los primeros comentarios entre la coordinación y el grupo, encuadre de la sesión, caldeamientos generales, específicos, se crea un ambiente favorable para la inserción del grupo en la tarea propuesta.
§ Desarrollo: Se realiza el planteamiento temático, la coordinación propone elementos de análisis que estimulen la reflexión grupal, se elaboran reflexiones por parte de los miembros del grupo y se hace una devolución por parte del coordinador a partir de los emergentes temáticos y dinámicos y en correspondencia con los elementos planteados por el grupo facilitando la comprensión y construcción grupal.
§ Cierre: Se integra y evalúa todo lo generado por el grupo durante la sesión, ya
sean ideas, representaciones, sentimientos, contradicciones.
Para el procesamiento de la información se tuvieron en cuenta el Análisis Temático (donde se analiza lo explícito: el discurso grupal y lo más recurrente en éste, facilitándonos la identificación de sentidos, significados y representaciones en torno a determinados temas y/o situaciones) y Dinámico (donde se analiza lo implícito). Este análisis se realizó tomando como referente la guía de observación de grupos propuesta por Enrique Pichón Riviére (Ver Anexo 5) en la que se valoran la pertenencia, pertinencia, cooperación, comunicación, aprendizaje y telé en el grupo.
Se utilizaron dos observadoras para registrar estos datos, una encargada del Análisis Temático y otra del Dinámico.
Para una mayor coherencia y efectividad de la coordinación del grupo se esclarecieron las principales funciones de la coordinadora: Señalamientos, Síntesis, Información pertinente, y explicitación de supuestos ideológicos que subyacen ideas, creencias y actitudes. 39
Favorecer y estimular la reflexión grupal a partir del tratamiento de las dificultades y obstáculos presentados por los miembros del grupo, así como contribuir a generar nuevas acciones, alternativas y propuestas ante las temáticas manejadas constituyen propósitos imprescindibles para una coordinación eficaz en aras de la aplicación adecuada del Grupo de Reflexión.
2.4 Análisis de los Resultados de la Investigación
Caracterización de los indicadores de desarrollo de Inteligencia Emocional en los lanzadores.
La valoración de resultados estuvo en función del análisis de la expresión de los indicadores teóricos de desarrollo de la inteligencia emocional en los lanzadores ilustrados en el Capítulo 1.
Reconocimiento de las propias emociones y sentimientos y sus efectos en la actuación deportiva: Se evidencia una insuficiente actividad introspectiva y autovalorativa como lanzadores, imposibilitándoles tomar conciencia de sus fortalezas y debilidades en el rol que desempeñan, así como orientar sus esfuerzos hacia el perfeccionamiento de estas peculiaridades.
La escasa reflexión en torno a la influencia que ejercen los estados anímicos, las emociones y sentimientos en la práctica deportiva trae consigo la vulnerabilidad de los lanzadores ante situaciones que les provocan disgusto, enojo, angustia, ira; al propinar base por bolas al rival, cuando uno de sus compañeros de equipo comete un error a la defensa, o cuando el bateador logra conectarle a uno de sus lanzamientos.
Esta situación da cuenta de la necesidad de promover conductas reflexivas como vía para el logro de una conciencia emocional en los lanzadores que permita contrarrestar estados anímicos negativos y emociones disociadoras que influyan inadecuadamente en la actuación deportiva.
El desarrollo de la autovaloración constituye una premisa importante para obtener mejores resultados, en tanto permite que el lanzador tome conciencia de sus necesidades de aprendizaje, sus debilidades y trabaje consciente y activamente en el mejoramiento de las mismas, lo cual contribuirá al desarrollo de su iniciativa, creatividad y mayor implicación en su preparación como atleta.
Autocontrol: La actuación deportiva de los lanzadores se caracteriza por el desequilibrio y la pérdida del control emocional. En esta situación cobran vital importancia las adjudicaciones realizadas al rol del lanzador, en tanto la forma de evaluarlo en "juegos ganados y perdidos", a pesar de ser un juego de equipo, le imprimen a su práctica mayor tensión y ansiedad. Se hace visible la falta de recursos psicológicos en los lanzadores para manejar adecuadamente las situaciones que tienen lugar en el juego de béisbol, a las que hicimos referencias en el capítulo anterior.
39 Coria C: El sexo oculto del dinero. Editorial Gel Buenos Aires, Argentina, 1986. Citado en Reyes Rosa María: Autonomía en mujeres profesionales. Una estrategia de intervención para su desarrollo (Tesis en opción al grado científico de Doctora en Ciencias Psicológicas) Universidad de La Habana, 2008.
La supremacía de emociones y estados de ánimos negativos ante características inherentes a la práctica de este juego (una decisión arbitral polémica, un público exigente que expresa sus emociones incluso a través de insultos a los jugadores o el éxito del rival en el momento de batear) dan cuenta de la ausencia de mecanismos autorreguladores que propicien respuestas emocionales más inteligentes, que favorezcan su desempeño como lanzadores. Esta dificultad nos corrobora la falta de actividad reflexiva y autocrítica en torno a sus comportamientos en la actividad deportiva, por lo que ante contratiempos y contradicciones en el juego se pierde fácilmente la concentración, el optimismo y el control emocional.
Los estados anímicos positivos están condicionados por la obtención de buenos resultados, cuestión que denota insuficiente autocontrol emocional para un manejo y procesamiento adecuado de las exigencias que se les presentan como lanzadores.
Motivación: Se evidencia un alto sentido del amor, entrega y orgullo hacia la carrera deportiva. Sus metas y planes futuros están direccionados hacia una de sus actividades vitales, sus carreras como lanzadores, sin embargo no existe una organización consciente y estructurada de acciones y estrategias que les permitan alcanzar dichas metas.
No obstante se observó en uno de los lanzadores más jóvenes la definición de modelos y paradigmas a seguir en su carrera, lo cual da cuenta de elementos motivacionales que guían y orientan sus acciones en la práctica y lo llevan a comparar sus comportamientos con las características del modelo, a través de lo cual puede movilizar recursos de su personalidad en el planteamiento de metas superiores de comportamiento.
La disciplina, dedicación y entrega de algunos lanzadores a sus entrenamientos constituyen potencialidades que favorecen su preparación física y técnico-táctica. Sin embargo no se le es otorgada la misma importancia a la preparación teórica y psicológica, cuestión que influye en el insuficiente desarrollo de mecanismos y recursos psicológicos que les permitan enfrentarse exitosamente a la competencia deportiva y que también influyen en su preparación física y técnico-táctica al estar estrechamente interrelacionadas.
Su preparación como lanzadores posee un carácter esencialmente mecánico y reproductivo, reducida a las orientaciones recibidas por los entrenadores, por lo que consideramos la necesidad de promover la autopreparación consciente, voluntaria y espontánea, teniendo en cuenta el estudio de las potencialidades de cada uno, sus necesidades de desarrollo, en correspondencia con los rivales a los que se enfrentará, en tanto cada equipo, jugador y juego poseen sus particularidades, lo que posibilitará mayor seguridad, implicación y actitud consciente, partiendo de su concepción de sujetos, en función de enriquecer su práctica como lanzadores, sin restarle importancia al trabajo de los entrenadores.
Capacidad de Adaptación: Se aprecia sobre todo en los lanzadores más jóvenes tendencia a la desconcentración e inmovilidad ante situaciones de juego que requieren su rapidez y dinamismo. Estas expresiones de inseguridad y desconcierto están asociadas a su temor al fracaso, a no poder cumplir las expectativas respecto a su rendimiento.
La adjudicación del rol protagónico al lanzador en el béisbol, trae consigo la pérdida de la noción del trabajo en equipo, por lo que se observa la emergencia de emociones negativas cuando sale otro lanzador a calentar para relevar a su compañero, lo cual denota la necesidad de promover el trabajo en equipo y la cohesión grupal entre los lanzadores.
Ante situaciones de juego inesperadas que ponen en riesgo la victoria para el lanzador se evidencia un cambio brusco en la actuación que hasta ese momento había llevado a cabo, dando cuenta de la insuficiente adaptabilidad, la baja tolerancia ante estas situaciones y la ausencia de recursos y mecanismos autorreguladores que le permitan sobreponerse a dicha situación y continuar cumpliendo sus funciones ecuánimemente, por lo que enfatizamos en la necesidad de que la preparación del atleta debe incluir la representación mental de estas jugadas, de modo tal que su previsión contribuya a que el lanzador se prepare psicológicamente y pueda enfrentarlas exitosamente.
La capacidad de observación y análisis de algunos lanzadores constituyen potencialidades que deben ser estimuladas en tanto les permiten enfrentar satisfactoriamente los continuos cambios, en la medida en que es capaz de superar una jugada desacertada, una decisión arbitral polémica o un error de un compañero.
De este modo se aprecian formas primarias de desarrollo de los indicadores y sus índices de valoración planteados, lo que da cuenta de su desarrollo insuficiente, la acriticidad de las contradicciones y dificultades existentes, así como el desconocimiento de los lanzadores de su papel como sujetos modificadores de esa realidad.
Análisis temático y dinámico de las sesiones de trabajo grupal
Sesión 1
Análisis Temático:
Cada participante expresa mediante las expectativas y opiniones respecto al trabajo grupal la importancia que le conceden a la preparación psicológica de modo tal que beneficie los resultados esperados de la actuación deportiva.
En frases como: "Cuando físicamente te sientes preparado, la parte emocional te traiciona", "Si el lanzador no está preparado psicológicamente, no puede desarrollarse en el terreno", "El trabajo psicológico nos resulta fundamental para la liberación de tensiones" "La ansiedad es lo más frecuente en el terreno", "Aunque tu preparación y estado físico sean buenos, al ver al contrario te sientes como en competencia y quieres hacer hasta lo que no puedes por ganar"; se evidencian estados emocionales relacionados con la actuación deportiva de los lanzadores, lo que da cuenta de la necesidad de lograr su control a través de la preparación psicológica en aras de favorecer su desempeño.
Luego de escuchar los principales intereses y expectativas de los miembros del grupo en torno a su participación en la investigación, y haber realizado una breve devolución por parte de la coordinación, se introducen las temáticas a tratar enfatizando en la comprensión de la inteligencia emocional como un sistema de habilidades y capacidades que de ser desarrolladas y aplicadas en la actividad deportiva pudieran contribuir al logro del control de los estados emocionales en los lanzadores, permitiendo elevar su rendimiento y desarrollo personal.
Durante el caldeamiento específico se pudo apreciar la asociación de sentimientos y emociones positivas (alegría, placer, gozo) a las representaciones de éxitos, victorias y resultados positivos en la competencia, y emociones negativas de tristeza, culpa, enojo, ira, desesperación, pesimismo, ante las representaciones de lanzadores que han perdido un juego, que cometieron un error, que fueron insultados por el público, que no fueron efectivos por haber sido bateados.
A partir de la valoración del tiempo de duración de los estados emocionales y el comportamiento a partir de la experiencia negativa, se evidencia la ausencia de mecanismos reguladores y recursos personológicos que les posibiliten afrontar estas situaciones con respuestas emocionales más inteligentes, creativas y desarrolladoras (optimismo, autosugestión, convencimiento, autoaprendizaje, perseverancia, confianza e incorporación de experiencias negativas).
Las reflexiones generadas mediante esta técnica de caldeamiento específico nos permitieron valorar en el grupo, la interrelación que se establece entre los estados emocionales que emergen en la actuación deportiva y los resultados de ésta, por cuanto una vez que los lanzadores experimentan malestares y contrariedades por una situación de este tipo, pierden por lo general la concentración, el dominio y control que hasta ese momento habían mantenido en el juego.
Además se evidenciaron insatisfacciones e inconformidades respecto a dichas situaciones: "Nosotros no vamos al trabajo de nadie a criticar a nadie", "El público agrede mucho a los lanzadores, sin tener en cuenta que somos seres humanos", La culpa muchas veces se nos echa a nosotros sin tener en cuenta que a veces lanzamos lo que nos pide el receptor, y eso predispone a uno".
Estos comentarios dan cuenta de necesidades de reconocimiento, afectaciones de la autoestima y poca tolerancia a las valoraciones negativas, cuestión que nos reitera la necesidad de promover en estos recursos y habilidades vinculadas a la inteligencia emocional que les posibiliten manejar estas situaciones adecuadamente.
A través del ejercicio de las frases inductoras, se intercambiaron vivencias personales de cada lanzador que viabilizaron el debate. Se hizo un análisis comparativo entre situaciones de juego en las que prevaleció el autodominio y autocontrol del lanzador, en tanto éste se sentía seguro, confiado, decidido, y a pesar de las situaciones inesperadas mantuvo un estado anímico positivo y otras en las que ante una situación tensa el lanzador se sentía abatido, inseguro, y perdía el control del juego.
Se expresaron vivencias que viabilizaron la comprensión de los contenidos de la sesión y su importancia: "En una ocasión Vera no se sentía muy bien de salud, y comenzó perdiendo el juego, su confianza y seguridad lo hicieron sobreponerse y ganarlo". "Una vez frente a Industriales estaba lanzando muy bien, vino Tabares y me dio home run y desde ese momento me fui por completo del juego, hubo que sacarme".
No obstante se evidenciaron actitudes y comportamientos con insuficiente cuestionamiento y análisis hacia el malestar que les genera ver a otro lanzador calentando, lo que demuestra la insuficiente comprensión de la significación del trabajo en equipo, poca conciencia del sentido del límite y la necesidad del cambio, así como reacciones emocionales desfavorables para su desempeño.
Se identificaron durante el debate emociones, sentimientos y actitudes que tienen su base las asignaciones sociales inherentes al rol de lanzador desde la misma concepción del béisbol, y asumidos por estos en su práctica, tales como: "El lanzador es el que pierde o gana el juego", pues según lo que rige oficialmente este deporte la evaluación del lanzador es realizada teniendo en cuenta la cantidad de juegos ganados y perdidos, cuando sabemos que aunque el lanzador posea un papel fundamental, el béisbol es un deporte de equipo y en los resultados de un juego intervienen múltiples
factores. Este análisis se centra en la necesidad de que los lanzadores se preparen para afrontar exitosamente estos modos de valoración.
"Si se pasan toda una vida lanzando y entrenando, no deberían equivocarse", creencia errónea, pues los resultados óptimos en la actividad deportiva son el resultado de años de preparación, desarrollo físico, técnico, táctico, psicológico, aprehensión de experiencias, por lo que lógicamente no dependen sólo del tiempo de preparación del atleta.
"Ya se enfrentaron antes a ese equipo o a ese bateador y lo han dominado ¿cómo ahora le batean fácilmente?"
Igual que el lanzador se prepara para enfrentarse al bateador, sucede lo mismo a la inversa, por lo que este razonamiento es inconsecuente y evidencia la necesidad de elevar el nivel de preparación.
La incorporación de estas creencias da cuenta de la insuficiente conciencia crítica y capacidad de reflexión en cuanto a las implicaciones y funciones del rol de lanzador.
La coordinación enfocó la devolución en la visualización del lanzador como sujeto, en tanto su funcionamiento en todas las esferas de su vida, incluso en el deporte dependen del desarrollo de su personalidad, la situación en la que se encuentre, su historia personal, su estado funcional; cuestiones que explican los cambios, contradicciones y avances en la carrera deportiva de un atleta.
Se enfatizó en la importancia de aprender de los momentos de crisis y dificultades, revirtiendo las situaciones y extrayendo elementos positivos de éstas para venideras actuaciones y como objeto de análisis en su preparación, así como la necesidad de comprender la influencia de los estados emocionales en la actuación deportiva y a partir de aquí adecuarlos en función de obtener resultados favorables.
En el momento de cierre en el cual se les sugirió que depositaran un sentimiento que les perturbara se apreciaron entre las principales dificultades y emociones negativas de los lanzadores más jóvenes y menos experimentados: "El miedo y la tensión a ocupar su posición ante tantos espectadores, a no poder enfrentar una situación difícil y a lo que pensarán sus compañeros".
En los restantes lanzadores se evidenciaron muestras fundamentalmente de ansiedad, angustia e inseguridad "Por no poder dar lo que se espera de ellos", cuestiones lógicas, teniendo en cuenta las características del béisbol y de la posición que ocupan, por lo que se trata de controlar y regular dichas emociones en función de su bienestar y resultados positivos.
Consideramos la necesidad de una preparación psicológica que promueva el cuestionamiento, la introspección, reflexión de todos aquellos elementos que intervienen en la actividad deportiva, facilitando una preparación más activa, consciente y desarrolladora en los lanzadores.
Análisis Dinámico:
Pertenencia: En esta primera sesión asistieron 12 de los 13 miembros del grupo convocados, mostrándose interés, disposición y motivación por la tarea. En un primer momento (durante el encuadre y caldeamiento) se manifiestan resistencias mediante risas, burlas, comentarios, estiramientos. En el transcurso de la sesión se logró una actitud positiva y grado de aceptación de la tarea. Se muestran interesados, preocupados y dispuestos durante el cierre de la sesión, aunque les costó trabajo comprender lo que debían hacer. En este sentido el papel del líder (lanzador experimentado) nos facilitó el cumplimiento de la misma. Consideramos que hubo identificación con el proceso grupal teniendo en cuenta que lo caracterizaron espontáneamente como: novedoso, interesante, necesario, y reiteraron voluntariamente su deseo de participar en todas las sesiones.
Pertinencia: En sentido general el grupo se centró en las tareas propuestas, aunque hubo dificultades para comprender inicialmente en qué consistían. Además se manifestaron resistencias en el momento de realizar la técnica "Caminando", considerándola en un primer momento "ridícula e innecesaria". El líder contribuyó a la funcionalidad de la tarea, comenzando a realizarla desinhibidamente, e incitando a sus compañeros a seguirlo. A partir de este momento consideramos que el grupo fue pertinente.
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