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El desarrollismo: estrategia para la profundización industrial en América Latina (página 2)

Enviado por Laila


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Sin embargo, el gobierno no pudo evitar un proceso de fuerte inflación y serias dificultades en la balanza de pagos. Si bien, como ya vimos, los sueldos habían aumentado, la estrategia fiscal y de flexibilidad monetaria derivó en un aumento de la oferta monetaria y la consiguiente inflación.

A partir de esta crisis, Frondizi varió el rumbo económico y se inició una política de ajuste liberal a través del:

Plan de Estabilización que consistió en:

  • congelamiento de salarios

  • eliminación de las medidas regulatorias del Estado

Esto generó desocupación y agudizó los conflictos sociales y pronto enfrentó al gobierno con los sindicatos. En enero de l959 se produjo una larga e impactante huelga en el frigorífico Lisandro de la Torre, y el gobierno adoptó políticas represivas que consistió en la intervención de los sindicatos y la puesta en marcha del plan CONINTES (Plan de Conmoción Interna del Estado), que incluía la utilización de las Fuerzas Armadas para reprimir las protestas obreras. El resultado fue el control de los trabajadores por parte del estado y una nueva caída de los salarios. Esto significó también una dura derrota para los sectores combativos del sindicalismo.

La designación de Alzogaray era parte de la necesidad de atraer capitales extranjeros.

El crecimiento de la economía entró, a fines de l96l, en un nuevo ciclo recesivo. Por un lado la inflación, por otro las enormes dificultades para afrontar la balanza de pagos, que se agudizó con la escasa cosecha de ese año.

El crecimiento de la deuda externa y la falta de pagos llevaron al FMI a declarar al país en incumplimiento de los acuerdos y a imponer una serie de condicionamientos de carácter financiero para refinanciar la deuda. Como consecuencia, cayó la inversión de capitales extranjeros, y se dio la "fuga" de otros. La crisis se profundizaba por la inestabilidad política y por el retiro del apoyo a Frondizi por parte de los militares y de los sectores más liberales.La política internacional: la estrategia externa de Frondizi también le acarreó problemas. Por un lado, se manifestaba como entusiasta de la Alianza para el Progreso de Kennedy, y por el otro, en mayo de l959, se negó a condenar al gobierno revolucionario cubano de Castro. La entrevista al Che Guevara en Punta del Este en l96l, le generó desconfianza por parte del ejército. Finalmente, Frondizi, en el contexto internacional de la Guerra Fría, y ante las presiones del ejército, rompió relaciones diplomáticas con Cuba.

La política electoral: En l962, se llamaba a elección de gobernadores. Frondizi permitió la presentación de los candidatos peronistas por un lado, y por otro dio por finalizado el plan estabilizador conducido por Alzogaray y retomó las políticas sociales del comienzo de su mandato (jugada política para asegurar el destino de su gobierno).

El peronismo obtuvo victorias en las pcias. de Buenos Aires, Jujuy, Chaco, Misiones, Neuquen, Río Negro, Salta, San Juan, Santiago del Estero y Tucumán. El resto para la UCRI.

Frente al amplio triunfo del peronismo, Frondizi intentó dar marcha atrás, y presionado por los militares, interviniendo algunas provincias para evitar el acceso de los ganadores al gobierno. Sin embargo, los partidos políticos no lo apoyaron, la UCRP pidió la anulación de las intervenciones y la renuncia de Frondizi a la presidencia. El 28 de marzo de l962, los comandantes en jefe del Ejército pidieron la renuncia del presidente. Ante la negativa de éste, fue detenido y enviado a la Isla Martín García. A lo largo de su gobierno, las Fuerzas Armadas había realizado más de 30 planteos, institucionalizando las crisis militares y afectando con ello el sistema político global.

De acuerdo con la Ley de Acefalía, dado que el vicepresidente Gómez no había sido reemplazado después de su renuncia, asumió el senador José María Guido como presidente de la Nación (era presidente del Senado).

EL gobierno de Guido era débil y carecía de autoridad y autonomía. Guido debió intervenir las provincias donde había ganado el peronismo aún contra su voluntad.

Nueva proscripción al peronismo: Se fijó fecha para las elecciones presidenciales, en octubre de l963. El gobierno de Guido intentó unir a los radicales para conformar un partido mayoritario capaz de vencer al peronismo, pero esta idea era inviable. Finalmente, los sectores más antiperonistas controlaron el gobierno, y Guido debió firmar el decreto ADROGUE, por el cual se sancionó un estatuto que prohibía la participación política y la propaganda del peronismo. Pocos días después, el 3 de septiembre de l962, se limitó el derecho a huelga.

Enfrentamiento y división del ejército: Azules y Colorados

Ante esta situación, el peronismo hacía más críticos sus discursos, pero no los ponía en práctica. Toda esta incertidumbre política se desarrollaba en un contexto de retracción económica y se agravaba por los constantes enfrentamientos dentro del mismo ejército (que había comenzado desde la Revolución Liberadora)

AZULES: Eran legalistas, estaban de acuerdo con permitir el acceso condicionado de ciertos dirigentes peronistas con el fin de lograr la normalización institucional. Muchos de ellos también deseaban alejar al ejército del gobierno para reestablecer la unidad y disciplina militar. (Fuerza Aérea y caballería del Ejército)

COLORADOS: pretendían imponer un gobierno militar mientras no se pudiera erradicar al peronismo. Eran antiperonistas, y deseaban también terminar con el poder de los sindicatos peronistas (Marina, Infantería y artillería del Ejército, encabezados por Aramburu)

En el mes de septiembre de l962, azules y colorados se enfrentaron en un breve combate del que saldrían triunfantes los azules. Éstos, encabezados por Juan Carlos Onganía, pretendían poner en práctica un proyecto de carácter industrial y desarrollista, contando con el apoyo de sectores nacionalistas y de grupos frondicistas. Propusieron llegar a un acuerdo en las elecciones con un peronismo sin Perón, por ejemplo la Unió Popular, partido neoperonista.

Sin embargo, y a pesar del triunfo militar azul, los conflictos dentro del ejército continuaron, a lo que se sumó las protestas de la Sociedad Rural y la UIA. La crisis económica se profundizaba. El ministro Alzogaray anunciaba que los sueldos y aguinaldos se pagarían en cuotas, mientras la inflación crecía y el gobierno firmaba acuerdos con el FMI. En este clima de desorden y confusión, se impulsó el llamado a elecciones constitucionales. En este marco, la campaña electoral no sólo estuvo atravesada por el ya tradicional enfrenamiento entre peronistas y antiperonistas (a los que ya se denominaba gorilas), sino por numerosos paros y huelgas.

En junio de l963, el gobierno, presionado nuevamente, retomó la línea dura y prohibió a la Unión Popular.

Simultáneamente, fracasaba el intento alentado por Perón y Frondizi tendiente a conformar un Frente Nacional y Popular. Ante estas circunstancias, Perón desde el exilio proclamó la abstención revolucionaria y llamó a votar en blanco, postura imitada por Frondizi.

La caída de Frondizi: el l7 de marzo de l962, las tres armas habían pedido el alejamiento de Frondizi. A pesar de la resistencia del presidente, debió alejarse del poder.

De acuerdo con la ley de acefalía (gobierno sin poder presidencial), asumió el senador José María Guido (presidente provisional del Senado), quién juró ante la Corte Suprema y asumió como Presidente de la República.

El gobierno de Guido fue un gobierno títere de las Fuerzas Armadas, sólo representaba una fachada de legalidad democrática. Las fuerzas armadas estaban divididas, a partir de la "Revolución Libertadora", y luego de cada enfrentamiento entre facciones de las Fuerzas Armadas, el bando ganador ponía en escena un nuevo elenco gubernamental.

Esta inestabilidad política de funcionarios se correspondió con una profunda instabilidad en las políticas públicas, lo que agudizo la crisis económica, social y política.

Los azules imponen su autoridad: El general Onganía, representante de la facción de los azules, impuso su autoridad, decidido a restablecer la autoridad y el respeto por los mandos naturales en el interior de las Fuerzas Armadas, para profundizar la capacitación dentro del ejército y el abandono de la política. Proponía mantener y afianzar el Poder Ejecutivo y asegurarle libertad de acción a fin de concretar en breve la vigencia de las disposiciones constitucionales.

Luego de un enfrentamiento armado, los azules vencieron a los colorados y el Presidente Guido designó al general Onganía como Comandante en Jefe del Ejército. Desde su nuevo cargo, el general controló la reestructuración del gobierno.

Hacia las elecciones generales de julio de l963: la crisis militar y política, profundizó la crisis económica. El ministro de economía, Álvaro Alzogaray anunció que los sueldos se pagarían en cuotas, crecía la inflación, y aumentaba la deuda externa.

El movimiento sindical, presidido desde ese año por Alonso, inició una política agresiva de denuncias y acción directa, organizando huelgas y generando conflictos con muchos miembros.

En este marco se desarrolló la campaña electoral, polarizando el espectro político entre peronista y antiperonistas (llamados "gorilas").

Las candidaturas

  • La UCRI, el Partido Conservador Popular, el Partido Federal, el Demócrata Cristiano y la Unión Federal, constituyeron el Frente Electoral Nacional y Popular, que incluía al Movimiento Justicialista. Todos firmaron el Acta de Coincidencia y lograron la personería electoral (para participar de las elecciones) bajo el nombre de Unión Popular. Las presiones militares para evitar el retorno del peronismo, quebraron la Unión. Frondizi mantuvo su compromiso con la Unión Popular y llamó a votar en blanco.

  • La UCRI llevó como candidato a presidente a Oscar Alende

  • La UCRP consagró la fórmula Illia-Perette.

  • La UDELPA (Unión del Pueblo Argentino), partido que representaba a los grupos que apoyaron la Revolución Libertadora, antiperonistas, impulsó la candidatura de Pedro Aramburu.

Las elecciones fueron el 7 de junio de l963, y el vencedor fue la Unión Cívica Radical del Pueblo, siendo Illia electo presidente.

Las políticas de Illia

Cuando asumió, integró en su gabinete a hombres de los distintos partidos políticos: la UCRI y UDELPA.

Una de las primeras medidas fue, a través de decretos, declaran nulos los contratos de explotación, perforación y exploración suscritos entre YPF y trece empresas extranjeras durante el gobierno de Frondizi.

Esta decisión impactó de distintas formas en los distintos sectores de la sociedad: los grupos vinculados con el capital extranjero (de mayor poder), pusieron en crisis a la UCRI. Los que apoyaron esta política de anulación, criticaron el pago de las indemnizaciones que recibieron las empresas petroleras a partir de esta medida.

Desde entonces, fueron cada vez más frecuentes los enfrentamientos con los organismos financieros internacionales (como el FMI y el Banco Mundial).

EL proyecto económico: estaba basado en la intervención del Estado en la regulación de la economía. En febrero de l964, el Congreso aprobó una ley que facultaba por un año al Poder Ejecutivo a fijar precios mínimos y máximos y márgenes de ganancias. También creaba el Consejo Nacional de Abastecimientos, en el que estaban representados el gobierno, los productores y la CGT.

Se fijaron también nuevos regímenes cambiaros que fijó límites y requisitos para las operaciones de cambio.

Hacia mediados de junio, el Congreso sancionó el régimen de salario mínimo, vital y móvil.

Sin embargo todas estas medidas no lograron reactivar la producción primaria y la actividad industrial. Los empresarios capitalistas sentían amenazadas sus ganancias futuras, se liquidaron industrias, aumentó en nivel de desocupados (casi 750.000). Toda esta situación llevó a la CGT a adoptar planes de luchas que quebraron la paz social.

La propia CGT quedó dividida. El sector dialoguista, surgido sobre todo después de la sanción del Salario Mínimo, Vital y Móvil, encabezada por Alonso; y la más combativa, encabezada por Vandor (que dirigía a partir de la separación en l964, las ahora llamadas "62 Organizaciones").

En l965, se realizaron elecciones en todo el país de diputados nacionales, legisladores provinciales y autoridades municipales. El partido peronista había obtenido la personería jurídica que le permitía actuar en todo el país, y salió triunfante (se presentó como Unión Popular).

En el marco de crisis que se vivía, los nuevos diputados peronistas en el Congreso, exigían la sanción de leyes favorables a los trabajadores, pero sin proponer cómo financiarlas.

Se modificó también la Ley de Asociaciones Profesionales, lo que limitó la participación de los sindicatos en la política. Esto agudizó la crisis entre los mismos y el gobierno.

Onganía pidió pase a retiro como comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, la tensión entre éstas y el gobierno se acrecentó cuando Illia, en l966, sostuvo la "no-intervención" del gobierno en la crisis de la República Dominicana.

A pesar del crecimiento sostenido real de la economía, el conjunto de la sociedad tenía la percepción de que ésta funcionaba mal. Esto se debió en gran parte a una campaña de acción psicológica.

La campaña de acción psicológica: determinada por grupos de poder político, económico, militar e ideológico. Estos se convirtieron en grupos de presión y usaron algunos medios de comunicación social para construir imágenes, o centrar focos de atención sobre determinados temas. La campaña contra Illia tuvo como principal operador a Jacobo Timmerman, director del semanario Primera Plana, donde los temas principales eran la ineficiencia y la falta de autoridad del Presidente. En el ámbito internacional, se relacionaba la política no intervensionista como permisiva del avance comunista.. Esto provocó tensiones con EEUU.

Se logró generalizar la idea de vacío de poder y a continuación, de la necesidad de llenar ese vacío con un verdadero líder.

Frente a la imagen del presidente Illia, caricaturizado como una tortuga, la revista Primera Plana oponía la imagen de Juan Carlos Onganía, como el general que no quería ser presidente, pero dotado de autoridad que representaba el soporte de la legalidad.

El aislamiento del gobierno de Illia era completo. En junio de l966 se produjo un nuevo golpe de Estado, que llevó al poder al General Juan C. Onganía.

El derrocamiento de Illia. Onganía al poder

El 28 de Junio de l966, el Ejército dio un nuevo golpe de Estado, derrocando al presidente Illia, y una Junta militar, se arrogó la suma del poder público y convocó para el cargo de presidente de facto al general retirado Juan Carlos Onganía. El nuevo presidente denominó al proceso iniciado "Revolución Argentina"

A diferencia de los golpes de estado sucedidos a partir de l930, esta vez las tres fuerzas actuaron corporativamente y no se plantearon una intervención transitoria en el gobierno, sino una participación activa en la política s límites temporales para su gobierno.

A partir de la Revolución Argentina, comenzó a utilizarse el término "dictadura militar" (al igual que en otros países de América Latina, dictadura se denominó a la persona o grupos de personas que concentran el poder en sus manos y controlan la sociedad.

Los tiempos del gobierno de Onganía

El ordenamiento del país debía llevarse a cabo siguiendo un orden prefijado: primero la economía, después la sociedad y finalmente la política.

  • Tiempo económico: era prioritario modernizar la economía para lograr la paz social y la estabilidad económica. Una vez logrado esto, sería el momento para llevar adelante medidas de tipo social

  • Tiempo social: los logros del "tiempo económico" permitirían una justa redistribución de los beneficios.

Tiempo político: al lograrse los dos objetivos anteriores, el país estaría preparado para la transferencia de poder, pero hacia otras bases que no fueran los tradicionales partidos políticos liberales democráticos. Se planteó la comunidad corporativa, que reemplazaría la democracia representativa por una participativa de tipo fascista. Sostenía que la participación de los ciudadanos debía restringirse al nivel municipal y canalizarse a través de asociaciones vecinales o por medio de sindicatos y corporaciones empresariales, impidiendo toda forma de participación política.

En este sistema no tenían cabida ni el Congreso, ni los partidos políticos que fueron disueltos.

La política que aplicó fue represiva, la Universidad fue intervenida, la vida cultual fue perseguida ideológicamente y se intentó controlar la vida cotidiana de modo policial. El gobierno consideraba que para restablecer el orden era necesario que antes se restaurara el respeto por todas las jerarquías.

CARACTERÍSTICAS DE LA ECONOMÍA:

Pero este régimen autoritario se proponía también provocar una modernización de la economía. En el contexto de la Guerra Fría, el gobierno militar impuso la Doctrina de Seguridad Nacional para combatir cualquier brote subversivo, alineándose a las políticas de EEUU. Las fuerzas armadas siguieron sosteniendo la necesidad de un desarrollo industrial, pero pasó a segundo plano la cuestión del control nacional (planteado durante el gobierno peronista) sobre la economía. Ya no importaban quién dirigiera el desarrollo, lo importante era que la nación se modernizara.

El régimen, con rasgos marcadamente autoritarios, congeló súbitamente el poder de presión de los grupos sociales y abrió las compuertas para que el predominio económico alcanzado desde l959 por los sectores oligopólicos del mundo de los negocios se proyectara sobre el orden político.

El Plan de Estabilización y Desarrollo de Krieger Vasena: pasados los primeros meses de gobierno, que se caracterizaron por indecisiones y confusiones en cuanto a las medidas económicas y por conflictos sociales (huelgas por intervenciones en los ingenios azucareros de Tucumán y trabajadores portuarios), fue designado Adalbert Krieger Vasena como Ministro de Economía.

El Plan de E. y D. se puso en marcha en marzo de l967 y tuvo como principales medidas:

  • Devaluación en un 40% de la moneda nacional (l dólar = 350$), para reducir la inflación y las políticas especulativas de la moneda, lo que contribuiría a la reactivación de la economía.

  • Retenciones a las exportaciones agropecuarias: por primera vez la burguesía agropecuaria se subordinó a la dirección económica de la burguesía industrial, ya que los ingresos provenientes de las retenciones fueron apropiados por parte del Estado y se convirtieron en piezas claves para la inversión, por ejemplo, en obras públicas (lo que provocó un aumento del empleo).

  • Disminución de los aranceles de importaciones. Siete mil productos se introdujeron con una rebaja en los aranceles. Las consecuencias fueron que al día siguiente del anuncio del plan, l33 empresas cotizaran en alza en las bolsas de valores de Buenos Aires.

La disminución registrada a los precios de la carne y del trigo, además de la disminución de precios de los productos importados, trajo como consecuencia que se mantuviera el valor del salario real de los trabajadores.

Sin embargo, días más tarde, el ministro de Economía suspendió por dos años las convenciones colectivas de trabajo, reservándose para sí la facultad de fijar las retribuciones salarias durante dicho período.

Las organizaciones representativas de los sectores capitalistas más poderosos apoyaban el Plan, así como también los organismos financieros internacionales, lo que se tradujo en un otorgamiento de créditos.

Oposición al plan:

La aplicación del plan suscitó, sin embargo, conflictos

  • En el gabinete de ministros. La decisión de aumentar las retenciones a las exportaciones agropecuarias generó la renuncia del ministro de Agricultura, Lorenzo Raggio.

  • La Federación Agraria Argentina rechazó el plan (por las retenciones a las exportaciones)

  • La Confederación General Empresaria, liderada por José Ber Gelbard. Esta denunciaba que el congelamiento de los salarios había reducido la capacidad de compra y de consumo, lo que había afectado a numerosas empresas, con la consecuente quiebra de las mismas y los conflictos laborales que esto trajo aparejado.

  • La Confederación General del Trabajo, encabezada por Augusto Timoteo Vandor, no se expidieron sobre las medidas en un primer momento. Mientras tanto, el gobierno les quitó la personería gremial a los sindicatos y congeló sus cuentas. La histórica trayectoria sindical, que consistía en golpear primero y negociar después, fracasó ante un gobierno que no estaba dispuesto a ceder. El movimiento sindical se vio dividido entre una ala colaboracionista al presidente de facto, y otra que no aceptaba la gestión oficial pero tampoco movilizaba a la clase obrera.Los sectores asalariados de obreros y empleados estaban en contra del gobierno por la limitación al poder político de los sindicatos, por la supresión del derecho de huelga y las sanciones contra los obreros para asegurar una estricta disciplina en el trabajo.

Después de haber aplastado la resistencia sindical, en marzo de l967 lanzó a pleno su plan económico. La nueva estrategia profundizó la racionalización de la economía y privilegió a las empresas (en su mayoría extranjera) más eficientes en detrimento de las menos productivas.

Pasados los primeros momentos del drástico reajuste, que dejaron como víctimas a los grupos más débiles de la industria y las franjas menos protegidas de la clase trabajadora, los pronósticos optimistas parecían cumplirse.

Los salarios comenzar a aumentar progresivamente, las empresas de la industria liviana sobrevivientes a la crisis, volvieron a repuntar su producción. Sin embargo, los frutos del crecimiento que se había logrado no se extendieron con la velocidad adecuada a las expectativas de los varios sectores subordinados. Mas aún, si bien los ingresos en general tendieron a crecer, la distancia entre los beneficios captados por los distintos sectores de la sociedad, tendió a decrecer.

Los primeros meses de 1969 mostraron perspectivas económicas aparentemente brillantes. La inflación iba en declive y crecía la actividad en la industria pesada y la construcción. También aumentaban las reservas de divisas y se anunciaba que no iba a ser necesario renovar el acuerdo "stand-by" para cumplir con los compromisos asumidos con el FMI y el Banco Mundial. El Gobierno anunció un plan de aumentos salariales para los empleados públicos y el propio Onganía dijo que había llegado el comienzo del "tiempo social". Pero los logros del ministro Krieger Vasena eran efímeros. Los asalariados veían diezmados sus ingresos por el congelamiento de haberes y la inflación, mientras los empresarios nacionales eran víctimas de la expansión de monopolios trasnacionales. Los resultados favorables de esa política eran para el sector financiero. Ni siquiera la Sociedad Rural podía complacerse de haber llevado en carroza a Onganía debido a las retenciones que se hacían a la producción del campo. Fue el descontento social – y el "Cordobazo" su símbolo- el que sepultó el plan de Krieger Vasena, quien renunció. Se habían fugado capitales y habían caído las inversiones y las reservas, cuando su sucesor, José María Dagnino Pastore, anunció una medida que comenzó a regir desde el 1º de enero del año siguiente: el peso argentino o peso ley 18.188. Lo mismo que antes, pero con dos ceros menos.

LA CUESTIÓN SINDICAL:

Hacia el comienzo de l968 comenzó a plasmarse la oposición al gobierno; en marzo el Congreso Normalizador de la CGT eligió como secretario general al dirigente gráfico Raimundo Ongaro, de carácter combativo y opuesto a la dictadura. Si bien núcleo una importante cantidad de gremios, los sindicatos más importantes (metalúrgicos, textiles, empleados de comercio, Luz y Fuera) seguían bajo la conducción del vandorismo y los sectores participacionistas con el gobierno.

La CGT sufrió una nueva división:

  • CGT AZOPARDO: grupos que adherían al vandorismo

  • CGT DE LOS ARGENTINOS: con sede en el edificio del gremio gráfico en la calle Paseo Colón.

  • NUEVA CORRIENTE DE OPINIÓN: no adherían a ninguno de los dos nucleamientos anteriores, Coria, dirigente del poderoso gremio de la construcción, lideraba el nuevo grupo. Coria se transformó en el interlocutor privilegiado por Onganía, quién no reconocía a ninguna de las dos otras centrales.

Otro polo de oposición lo presentó la izquierda, por un lado apareció el Movimientos de Sacerdotes del Tercer Mundo, y por otro, grupos de jóvenes que se orientaron en la Juventud Peronista. En esta época surgen también los movimientos guerrilleros como las Fuerzas Armadas Peronistas y las Fuerzas Armadas de la Liberación.

El Cordobazo: La inflación a fines de l968 había bajado, sin embargo, los salarios reales disminuyeron. Durante los primeros meses de l969, el malestar obrero era evidente, a lo que se sumó la protesta de sectores estudiantiles.

El clima de protestas estudiantiles universitarias estalló en Corrientes y Rosario, y tras una violenta represión, dos estudiantes resultaron muertos.

La CGT convocó a un paro general el día 30 de mayo de l969, pero cientos de estudiantes y obreros se lanzaron a la calle el día anterior, en la ciudad de Córdoba. Ocuparon los barrios céntricos, estudiantiles y del cinturón industrial.

La masiva manifestación mantuvo en jaque a las fuerzas de seguridad. Finalmente, el 30 de mayo intervino el Ejército que, no sin esfuerzo, retomó el control de la ciudad a un costo de casi treinta muertos, varios cientos de heridos y detenidos, entre quienes se destacaban los dirigentes sindicales Agustín Tosco y Elpidio Torres.

El Cordobazo fue una manifestación social casi sin precedentes, tanto por la masividad y violencia que adquirió como por las consecuencias posteriores que generó.

A partir del Cordobazo, habría de surgir un movimiento sindical clasista y combativo, que no solo enfrentaría a la dirigencia empresarial y al gobierno sino a las propias dirigencias sindicales.

Crisis y caída del Onganiato: Las consecuencias inmediatas del cordobazo fue el derrumbe que había intentado el gobierno autoritario de Onganía. El régimen había perdido el apoyo y la confianza de los agentes económicos.

Desde el gobierno se intentó establecer un diálogo con los sectores participantes de la CGT, pero se hallaba en una posición débil para negociar y los sindicatos tomaron distancia prudentemente.

El clima de descontento fue creciendo y su manifestación más radicalizada, como ya se mencionó, fue la guerrilla. Hacia l970, nuevas organizaciones, además de las ya mencionadas, habían surgido: Descamisados, Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros; todos estos de orientación peronista. Mientras que las FAL y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), representaban a la izquierda y la ideología del "Che" Guevara.

Entre los hechos violentos del período, cabe destacar el asesinato de líder sindical Vandor, ejecutado por "Descamisados". El 27 de agosto, cae asesinado también José Alonso, compañero de Vandor. El clima de violencia seguía y se instauró una dura represión y persecución, lo que se agudizó luego que un comando de Montoneros secuestrara y posteriormente asesinara el general Aramburu.

Los partidos políticos reiniciaron sus actividades y comenzaron a reclamar la convocatoria a elecciones y el fin de las proscripciones; por primera vez, todos se unieron para redactar un documento conocido como "La Hora del Pueblo". Mientras tanto proliferaban nuevos grupos y agrupaciones con planteos cada vez más radicalizados.

En marzo de l97l, una nueva rebelión estalló en Córdoba y fue protagonizada por trabajadores mecánicos. El "Viborazo", como se la conoció pues el interventor de la provincia anunció que iba a cortar "la cabeza de la víbora de la subversión", detonó en un nuevo golpe de Estado.

El gobierno de facto del General Levinsgton y los conflictos sindicales del período

Estas situaciones llevaron al desplazo de Onganía del poder, por las Fuerzas Armadas que designaron como presidente de facto al general Levinsgton

Levinsgton representaba la línea del General Lanusse, ocupó el poder entre l970 y l97l. El nuevo gobierno continuó con la política económica de sus antecesores, lo que siguió generando hostilidad entre la población.

Levinsgton intentó, entonces, continuar la "Revolución Argentina" cambiando de rumbo ensayando una política económica de carácter vagamente nacionalista. La gestión desde el Ministerio de Economía buscó llevar a cabo una política salarial distribucionista, estimuló la inversión de capital extranjero, control de precios por parte del Estado, y otras medidas que buscaban beneficiar al sector agrario ganadero.

Pero cuando la inflación comenzó, los grupos de poder criticaron duramente.

La CGT por su parte, llevó a cabo varios paros movilizada por los sindicalistas.

 

 

 

 

 

Autor:

Laila

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