El eje Orinoco-Apure y su área de influencia geoeconómica (página 4)
Enviado por Octavio Antonio Perez Reina
Desconcentración de Población
Ceballos, 1999. Afirma
En el proceso de estudio de la evolución de la espacialidad en Venezuela nos apoyamos en la teoría de las estructuras espaciales dominantes sustentadas por el geógrafo Georges Anglade (p. 18). La determinación de estas estructuras surge de la problemática que plantea la relación espacio – sociedad – dependencia. En Venezuela establecer esta relación nos llevó a discriminar dos estructuras dominantes: la estructura espacial seccionada (Colonia, fines del siglo XIX) y la centralizada (1950 a nuestros días). Entre ellas el espacio de la Venezuela del petróleo.
En la explicación de la espacialidad de cada estructura entran en juego las fuerzas internas y externas que permiten definir la modalidad de dependencia que ha adoptado el país. Las primeras están orientadas por la evolución del capitalismo en sus diferentes fases: mercantilista, industrial y monopolista.
Las segundas se producen bajo las condiciones concretas de utilización de los grupos sociales – nacionales.
Ceballos, (1999).Afirma
El estudio de cada estructura supone una escala de análisis preferencial. En la Seccionada son áreas o secciones de base interior de la cual la forma espacial dominante es la hacienda o plantación (grande y mediana escala). En la centralizada es el país (p. 18.)
En este sentido, su estudio impone una visión del conjunto nacional. Lo que permite apreciar la íntima relación entre el objeto del espacio y su producción histórica.
La periodificación surge del estudio conjunto de las estructuras económico-sociales dominantes y de la organización espacial correspondiente. Tal perspectiva de estudio conduce a delimitar la estructura "seccionada" desde mediados del siglo XVI hasta fines del siglo XIX que abarca desde el período colonial hasta el republicano. Esta estructura corresponde a la conformación de áreas que funcionan alrededor de un puerto estableciendo una relación permanente entre la unidad de explotación, la ciudad como centro distribuidor y el puerto. Los cambios políticos no inciden en la estructura espacial. Por el contrario, el movimiento independentista consolida a los blancos criollos, clase que se fue formando apoyada en la apropiación privada de la tierra, valorizada por la explotación intensiva de la fuerza de trabajo bajo la forma esclavista y semifeudal y que al igual que la vieja nobleza peninsular a fines del siglo XVIII dispone de una serie de privilegios jurídicos en el orden económico y social.
En Venezuela, el paso de una estructura seccionada a una centralizada, obedece no tan sólo al cambio de actividad económica (agrícola a petrolera) y al papel del Estado, único propietario de los recursos del subsuelo, sino especialmente al cambio estructural del ingreso fiscal, debido a la mayor participación de la renta petrolera a mediados del siglo XX.
Después de 1950 el país entra en la etapa de mutaciones del proceso de cambios ya introducido con la actividad petrolera a comienzos de siglo. Se trata del proceso de petrolización. Este provoca los efectos estructurales de la actividad petrolera a partir de la transferencia del ingreso de este producto. La autonomía relativa de las "secciones" o áreas propias de la estructura de la Venezuela agraria se rompe. Surge un nuevo equilibrio polarizado en la capital y sus alrededor hacia donde se dirige el incremento cuantioso de los ingresos petroleros que provoca la nueva legislación de hidrocarburos (Ley de 1943) y las modificaciones de la Ley de Impuestos Sobre la Renta.
Ceballos, (1999). Afirma
El Polo es el centro donde se concentra la infraestructura y los servicios, la construcción, etc. Es el espacio dominante de la inversión. (p. 20).
Estas transformaciones favorecen la economía urbana en detrimento de la rural.
La implantación del modelo de la industrialización sustitutiva da a este proceso un carácter irreversible. Sin existir un sector industrial consolidado en lo social y económico se introduce este modelo sustentado por una avanzada tecnología. El dominio de la ciudad sobre el campo y lo subordina. La desestructuración de la sociedad rural se deja sentir y con ello la distorsión de los géneros de vida.
Entre lo urbano y lo rural existe una relación dialéctica que ha variado a través de la historia, adoptando diferentes significados, de acuerdo con las escalas de análisis. En la evolución de los países avanzados, el desarrollo industrial paralelo al proceso de urbanización marca las transformaciones de la relación ciudad – campo.
Anteriormente el campo gozaba de la autonomía, la ciudad está subordinada a él. Posteriormente es la ciudad que domina al campo.
En Venezuela la contradicción ciudad-campo ofrece cualitativamente las mismas notas de los países desarrollados, es decir la situación del predominio de una sociedad rural, por sociedad urbana. Sin embargo, las condiciones concretas que suscitan estos cambios dan una connotación totalmente diferente.
En efecto, en nuestro país, el efecto de la petrolización es el responsable de la configuración del espacio "centralizado". La transferencia del ingreso petrolero llega aquellos centros o aglomeraciones capaces de ofrecer la función de mercados de consumo y desde donde se dirige la actividad productiva de sus alrededores más inscrita bajo la lógica del beneficio de la burguesía nacional y de los capitales extranjeros que en atención a las necesidades de las comunidades.
Ceballos, (1999). Afirma
Estos centros coinciden territorialmente con la parte centro-norte del país, la cual se convierte en el espacio de la petrolización que denominamos el centro. Este es el espacio de inversión desde donde se dirigen las acciones políticas. Económicas e ideológicas del ámbito venezolano. Este es el momento cuando la contradicción campo-ciudad se deja sentir bajo el dominio de la ciudad sobre el campo. (p. 21.)
El modelo agroindustrial es el exponente de la cristalización de esta tendencia. Este modelo ha supuesto la subordinación del campo bajo los mecanismos propios de un capitalismo dependiente.
Provoca cambios en las estructuras del agro en beneficio del sector poderoso representado por el sector empresarial. Incluso el sector latifundista queda inserto en los mecanismos del modelo agroindustrial al orientar la explotación de la tierra hacia la maximización de los beneficios, provocando el desplazamiento de sistemas de cultivos apoyados en el campesino como agente productor. La población rural se convierte bien en simple instrumento del sector empresarial, especialmente si está bajo el programa de Reforma Agraria (Asociada al modelo) o se proletariza o en la mayoría de los casos pasa a engrosar la masa de reempleados o subempleados que habitan en las áreas marginales o barrios de las grandes ciudades y en especial la capital.
Tovar, (1986). Afirma
La Venezuela contemporánea que se acostumbra llamar petrolera, crea un espacio donde la población y la riqueza se concentran en una minoría de localidades y que extiende por oposición la pobreza en el resto del territorio". (p71). Si en nuestra Venezuela podemos ordenar el espacio en tres grandes zonas: la de los cultivos (Costa-Montaña), la de la ganadería y los pastos (Llanos Centrales) y la selva (Guayana), en la de nuestros días no se encuentran los elementos suficientes para ofrecer una organización en términos equivalentes.
La nota común viene a ser la de los países imbricados de espacios superpuestos propio en los enclaves que producen la oposición ciudad – campo que informa en la actualidad el país.
Se ha tocado el espacio estructural de Venezuela en las distintas etapas señaladas anteriormente y elementos que intervienen en este proceso. Desde otra óptica, se quiere desarrollar o enfatizar sobre lo siguiente, Tovar,(1986), afirma:
Para 1936 más de la mitad de la población económicamente activa, casi dos terceras partes (61%) se localizaba en las actividades agrícolas y apenas el
5.40% de los residentes habitaban en nueve centros. Para 1981, se invirtió; sólo un 11.20% se clasifica como agrícola y el 84.10% aparece como urbano; con el agravante de un 57.80% (Más de la mitad de la población) en apenas 36 centros aquellos con 50.000 y más efectivos" ). (p. 72)
Todo esto implica que tres ciudades (Caracas, Maracaibo y Valencia), con más de 500.000 habitantes se reservan más del sexto: 17.60%.
El espacio venezolano opone una especificidad que reproduce la dinámica de la contradicción campo-ciudad y ofrece una muestra parlante de la categoría "presente neohistórico, que debería ser la guía para la organización espacial, fiel a esa especificidad.
1.- Proceso 1936-1981. Distribución espacial de la población:
– Los llanos centrales es un dominio de entidades débiles con excepción de Anzoátegui. Esta universalidad espacial la rompe Anzoátegui cuando cambió por la actividad petrolera (1937, El Tigre).
– Guayana registra un comportamiento similar a los llanos. Bolívar funcionó como Anzoátegui, salvo que el cambio se produjo en la década de los setenta, asociado a la siderúrgica e instalaciones de El Gurí. El Territorio Federal Amazonas sigue estable.
– La Costa Montaña es la que ofrece mayores cambios en el cuerpo de sus entidades con excepción de Yaracuy y Nueva Esparta que se mantienen en el mismo grupo desde 1936.
Es de destacar el centro norte del país se homogeniza al estar formado por entidades del grupo más fuerte que concentra mayor cantidad de población. (37.40%) en menos del 3% de la superficie del país, una relación de más de 12 a 1. Tiene acaso asiento el área metropolitana de Caracas y ha incorporado las instalaciones manufactureras de mayor peso en el territorio asociado al eje Guaira – Puerto Cabello con la autopista.
Las entidades que han descendido en población están asociadas a las actividades agrícolas de corte tradicional. (Café, cacao); todas las que se han mantenido o ascendido están adscritas bien a la actividad petrolera, bien a la industrial o las agrícolas de nuevo signo de inversión capitalista como Lara, con la caña de azúcar procesada en los centrales.
Asistimos a un conflicto u oposición de la ciudad que organiza el espacio tanto en sus ámbitos inmediatos como aquellos del campo que incorpora a sus intereses. El espacio reproduce las distorsiones con paisajes imbricados.
Tovar, (1986).Afirma
Se ha impuesto la ley de "maximizar los beneficios" y la gestión capitalista vinculada estrechamente con la concentración así como con las mejoras infraestructurales, funciona de acuerdo con su especificidad selectiva, tanto en términos económicos como territoriales.
Un país donde más de la mitad de sus habitantes, el 55,40%, reside en seis entidades: dos en Occidente (Zulia y Lara) y cuatro en el centro norte (Carabobo, Aragua, Miranda y Distrito Federal); en oposición al resto (18 entidades), con un 45% escaso, imagen de un subdesarrollo con los matices de la Venezuela agraria (pág. 75).
Esto demuestra la desigual ocupación espacial del territorio.
- Tendencias espaciales:
Se precisan dos tendencias opuestas:
a.- En las tres del Occidente (Zulia, Lara y Táchira). Sólo Lara registra tendencia ascendente que asumió en el último intercenso (1971 1981) porque desde 1936 acusaba tendencia descendente; comportamiento que la identificaba con el Táchira. Por su parte Zulia reviste la situación decreciente en el intervalo (1971 – 1981); hasta 1971 su tendencia era ascendente.
b.- En el Oriente Guayana (Sucre, Anzoátegui, Bolívar). La única ascendente
resultó Bolívar, incorporada en el intervalo 1971 -1981.
c.- En el Centro Norte, salvo el Distrito Federal que cae en el último intercensal, las otras tres denuncian una tendencia ascendente; compensan así al Distrito Federal que sufre la competencia del Distrito Sucre del estado Miranda, donde reside más de la mitad de la población de esta última entidad absorbe la localización industrial del área Metropolitana de Caracas.
La correlación crecimiento demográfico – dinamismo económico se reproduce como una fragmentación espacial indiscutible, expresión de la anarquía del capitalismo. El capitalismo, ya se dijo, es selectivo, no persigue sino su propio interés. Queda comprobado a su vez como toda sociedad crea un espacio dentro de condiciones históricas determinadas, lo que confirma al espacio dentro de las condiciones históricas determinadas, lo que confirma el espacio geográfico como categoría neohistórica.
Pero el Centro Norte aparece en el agrupamiento como el área más dinámica asociada a la metropolización que tiene su asiento en el Área Metropolitana.
Lo anteriormente expresado se presenta como un antecedente para reflejar algunos parámetros sobre ocupación espacial de la población en Venezuela.
Ahora, la planificación del desarrollo territorial es, necesariamente, una actividad de nivel nacional, en la cual se usan "regiones proyectos" como instrumentos de trabajo, con un espacio y un tiempo definido por la acción o grupo de acciones concatenadas, que sobre él se van a planificar. Estas "Regiones Proyecto" con frecuencia solapan, su territorio puede no ser continuo, llegando incluso a incorporar espacios en otros países, y desaparece cuando se considera que ya han cumplido su misión.
Esta planificación se hace de manera permanente respetando el ritmo de planificación y ejecución de los grandes proyectos, y es necesariamente de carácter nacional, con el objeto de mantener una visión de la totalidad que lo haya coherente.
Travieso y Pacheco. (1999). Afirma
En la ordenación del territorio, por su parte es un insumo estático sobre el cual se incorpora la visión dinámica definida por el estilo de desarrollo socio-económico que se quiere implementar y el proyecto de país que se quiere lograr.
En el caso de Venezuela, esta concepción de la planificación territorial es totalmente ajena, lo que ha generado un proceso de ocupación territorial con marcada tendencia hacia la concentración de población y de actividades productivas en algunos núcleos urbanos. Esta desequilibrada ocupación del territorio nacional le ha restado dinamismo y creado graves problemas sociales y ambientales en sus principales ciudades. (p.1).
La gravedad de los problemas generados por los desequilibrios regionales en Venezuela (estancamiento, migraciones, marginalidad, pobreza y deterioro ambiental), es hoy foránea a la discusión sobre nuestro modelo de desarrollo, vitrina de las generalizaciones implantados por el totalitarismo ideológico reciente, el cual no concibe otras argumentaciones que las macroeconómicas, ni otro ordenamiento social que el producido por el libre mercado.
El continuo deterioro de la situación territorial del país, producto de la irresponsabilidad de los últimos gobiernos de no tener una política al respecto, nos ha llevado a una encrucijada que puede ser fatal sino se actúa pronto con inteligencia y decisión. Ello obliga a recuperar el tema de convertir su tratamiento en una alta política del Estado.
En el período 68-73 se regionalizó el país y se hicieron planes e instituciones regionales con el objetivo de lograr una mejor ordenación territorial. Este proceso se fue posteriormente haciendo cada vez más ineficiente, hasta prácticamente desaparecer. Sin embargo, dejó un legado de estudios y personal capacitado que facilita la reintroducción de la planificación territorial en el país, permitiendo la corrección de aquellos errores regionales que incidieron en su declinación.
En cuanto a la problemática puramente ambiental, la cual es otro de los aspectos a considerar una política territorial, su permanente deterioro parte también de lo estrecho del enfoque aplicado para contrarrestarlo. La defensa aislada de los valores ambientales es una batalla perdida. Es necesario hacer compatibles el ambiente, calidad de la vida y el desarrollo, esto se logra mediante una adecuada planificación del territorio nacional, regional y local.
Morín, (1998), Afirma
Debemos pensar en términos planetarios la política, la economía. La demografía, la ecología, la salvaguarda de los tesoros biológicos, ecológicos y culturales regionales, por ejemplo, en la Amazonía, las culturas indias y la selva al mismo tiempo de las diversidades culturales, fruto de experiencias multimilenarias que son inseparables de las diversidades ecológicas. (P199-200).
Pero no basta con inscribir todos los casos y los acontecimientos en el marco o en un horizonte planetario. Se trata de buscar siempre la relación inseparable y de Inter.-retro-acción entre cualquier fenómeno y su contexto, y de cualquier contexto con el contexto planetario.
En este documento se presenta la primera versión del Plan Nacional Territorial para el desarrollo regional, constituida en su primera parte por el diagnóstico de la problemática territorial nacional donde destacan los efectos de los diez años de implantación del modelo neoliberal en el país. Dentro de este diagnóstico se analizan los procesos de desarrollo y subdesarrollo dentro del contexto de la macro realidad económica, política y social del país, ya que el patrón nacional de ocupación del territorio está tan condicionado por esta realidad como las potencialidades y limitaciones de dicho territorio.
La segunda parte es una propuesta alternativa para el desarrollo regional, la cual se apoya esencialmente en fuerzas desconcentradotas, cuya aplicación da lugar a una imagen territorial futura deseable y factible, basada en el desarrollo de tres grandes ejes de desconcentración: Occidental, Oriental y Orinoco –Apure.
En la tercera parte se presenta una propuesta del soporte institucional para la formulación, coordinación y control de dicho plan.
Desconcentración para el desarrollo sustentable. El modelo de desarrollo adoptado por el país durante los últimos cuarenta años ha generado un proceso de ocupación territorial con marcada tendencia hacia la concentración de la población y de sus actividades productivas en un reducido número de núcleos urbanos. Esta desequilibrada ocupación del territorio nacional le ha restado dinamismo a la provincia y ha creado graves problemas sociales en sus principales ciudades.
Los espacios al norte del Orinoco-Apure albergan un 90% de la población y en su franja norte-costera (desde Zulia hasta Sucre) se concentra el 60% de las mismas en apenas el 15% de territorio. La gravedad de los problemas generados por los desequilibrios regionales en Venezuela.
Los desequilibrios territoriales en Venezuela son excepcionalmente graves.
Chávez (1999) Afirma. "La propuesta para Transformar a Venezuela"
En los estados Centro-Norte-Costeros (Distrito Capital, Vargas, Miranda, Aragua, Carabobo) hay una excesiva concentración ya que en ellos se ha ubicado el 40% de la población, poco más del 70% de los establecimientos industriales y las tres cuartas partes del empleo manufacturero.
Es de destacar lo siguiente, allí se genera la mitad del valor agregado en las diferentes actividades productivas, se acumula casi el 50% del capital fijo generado de más del 60% de la producción bruta no petrolera todo ello en un espacio que ocupa menos del 2% del territorio nacional.
(Tovar, 1986).Afirma
Ya para 1945, Gastón Bardet nos alertaba acerca del advenimiento de las masas; la multitud desplaza a los grupos, las poblaciones de los grupos locales diseminados en las regiones, lejos de organizarse a sí mismas o de reordenarse en nuevos grupos individualizados, a la escala humana, se concentran en aglomeraciones monstruosas al servicio de la industria. (p. 7).
Es de destacar que Venezuela cuenta con 10 millones de hectáreas de tierra alta de moderada calidad para utilizar en agricultura vegetal, 18 millones de hectáreas aptas para la agricultura forrajera (ganadería) y 19 millones para agricultura forestal.
También Venezuela cuenta con extraordinarios recursos hídricos, siendo su disponibilidad anual de agua dulce (reciclable por habitante) entre los mayores en el mundo y siendo su plataforma continental una zona pesquera de singular variedad y valor. Además promover de manera interna e internacional el turismo mediante el equipamiento territorial, aportando divisas, generando empleo y ayudando a ser una fuerza desconcentradora.
Chávez. (1999). Afirma
Otro elemento son las cooperativas y pequeñas empresas que complementan la desconcentración territorial. "Son ellas las que más revierten localmente, estimulando el mercado inmediato, creando circuitos económicos que se cierran en su misma región generando una alta democratización del empleo. (P.8).
El transporte como mecanismo esencial ordenador del territorio, ya sea terrestre, ferroviario, metros, tranvías y el sistema de transporte fluvial como uno de los medios descongestionadotes del problema de transporte. Venezuela cuenta con una gran extensión de costas marítimas, lacustres y fluviales. La ruta marítima que va desde Maracaibo hasta Carúpano, es de 1.050 Km., y hasta
Ciudad Bolívar alcanza a 2º03 Kms. Es de resaltar que entre las vías fluviales más importantes tenemos: Matanzas – Ciudad Bolívar – Puerto Ayacucho sobre el río Orinoco, así como sus afluentes tales como el río Apure, el Capanaparo, El Meta y otros, el río San Juan en el estado Monagas, y los ríos Encontrados y Catatumbo (estado Zulia). Todo este potencial marítimo y fluvial se presenta como un elemento descongestionador que ayudaría abaratar el costo del transporte de pasajeros y materia prima y procesada.
A pesar de todo lo anteriormente expuesto, existen otros elementos que pueden tener fundamentación en el proyecto desconcentrador, de la población por parte del gobierno nacional.
Cunill, (30-01-2000).Afirma
Actualmente 93% de la población venezolana vive en centros urbanos, sean ciudades grandes o pequeñas y las perspectivas indican que este porcentaje seguirá creciendo, minimizando la población rural, que está en franco proceso de concentración cuantitativa, lo que representa un gran problema prospectivo de ordenamiento territorial. (p. 4-1)
Esto significa que esos venezolanos seguirán emigrando del campo a la ciudad y están en capacidad de formar nuevas urbes organizadas o se sumarán a la población de las ya caóticas ciudades.
El caso del Área Metropolitana, sin duda es el más grave, pues se extiende al sur, este y oeste sin ninguna planificación, lo que replantea la posibilidad de comenzar de cero en otro punto del país, tal como sucedió en Brasil al mudar en 1960 la capital desde la Costa Atlántica (Río de Janeiro) al Amazonas (Brasilia).
Esta idea fue medianamente exitosa, porque al fundar Brasilia se cometió un error de no prever viviendas para la población que trabaja en el área de los servicios y esa gente que se instaló en los alrededores de la capital. Pero Brasil le ha sacado provecho geopolítico a ese proyecto que indudablemente cambió su imagen de país.
¿Será factible en Venezuela?
Cunill, (30-01-2001).Afirma
No es utópico. En caso de que no se tomen medidas a mediado todos los futuros gobiernos estarán agobiados por los problemas caraqueños. No hay que ser agoreros para prever las consecuencias de la irresponsable planificación territorial que se ha hecho en Venezuela. (p. 4-1).
La idea sería partir de cero, fundando una nueva capital en la Gran Sabana o Amazonas, tomando en cuenta que el siglo XXI será el siglo de la sed y el hambre, por lo que hay que aprovechar muy bien los recursos.
La mudanza de la capital no es la única ni la más viable solución, y mientras se analiza la idea la población sigue creciendo.
Por ello propone como alternativa inmediata invertir la tendencia del crecimiento en las ciudades ya caóticas con movimientos marinos voluntarios de población acompañados de atractivas ofertas laborales, que permitan establecer ciudades rurales, de vocación agropecuaria, forestal, pesquera, artesanal u otras alternativas productivas, donde el tamaño del centro poblado garantice la satisfacción de todos los servicios.
Toda política que intente movimientos voluntarios de población hacia enclaves sin dinamismos económicos y carentes de servicios públicos estará condenada al fracaso. Para planificar el territorio más que el dinero, hace falta criterios y metas claras. Cunill cita el caso de la vecina Araba, cuyo único gran recurso son 10 Kms. de playa, muy bien aprovechadas turísticamente, y además, la isla cuenta con plantas desalinadoras que garantizan agua mucho más potable que la nuestra, porque eso no puede hacerse en Venezuela.
Esto puede significar que el doblamiento de Venezuela sea realizado a espaldas de la planificación.
Es necesario señalar lo siguiente, en lo referente a la planificación del ordenamiento territorial.
Unidos los cinco distritos que conforman New York (UUEE), están habitados por 8 millones de personas, pocas veces falla el servicio eléctrico y de agua, el transporte público es eficiente, cuando llueve o neva, nadie teme perder su vivienda, y aunque se ven pocos árboles por las calles, abundan las áreas recreativas. Allí los ciudadanos dominan a la ciudad. También en América, pero más al sur, el área metropolitana de Caracas está habitada por 4 millones de habitantes, distribuidos en 5 municipios. El servicio de agua, electricidad y transporte es irregular. Cuando llueve, ricos y pobres sienten sus viviendas temblar, y aunque se observa mucho verdor, existen pocas áreas de esparcimiento. Aquí la urbe domina a los ciudadanos.
Ambos caso, diametralmente opuestos, evidencian la diferencias entre los conceptos ordenamiento territorial y doblamiento.
El primer caso implica una planificación activa del emplazamiento y de la situación estratégica de los asentamientos urbanos o rurales con sus correspondientes obras de infraestructura, con un específico medio geográfico, para alcanzar una adecuada calidad de vida de sus actuales y futuros habitantes, junto a una idónea conservación ambiental.
Explica el doctor en geografía, Cunill Grau; uno de los más respectados en su campo en Iberoamérica, por su parte, el doblamiento fenómeno tan tradicional en Venezuela, consiste en la acción espontánea del proceso de asentamiento de un grupo de un determinado medio geográfico.
Las consecuencias son la masificación del habitad humano en sitios de riesgo y de la destrucción ambiental. En estos casos, agrega el ordenamiento territorial, es indispensable para superar los embates de la pobreza y la geografía del azar.
En la mayoría de las naciones latinoamericanas, no ha existido una ordenación territorial en forma integral. Ha dominado una espontánea ocupación de países urbanos, industriales y rurales.
Cunull. (30-01-2000).Afirma
Sin embargo, en Venezuela hay excepciones como la génesis planificada de Ciudad Ojeda, Puerto Ordaz, Los Módulos de Mantecal, el Proyecto Sur del Lago de Maracaibo, o la reciente formación de Ciudad Sucre. Pero salvo esas iniciativas, puntuales, se ha dejado avanzar el espontaneismo habitacional y productivo, junto a singulares corrupciones de la iniciativa pública y privada que ha perseguido un logro inmediatista. (p.4-1).
En el presente prolifera una cuestionable pulverización estatal, cuyos peligros se evidencian en todo el territorio, ello se ejemplifica en la inviabilidad estadal de Vargas, una ficción política aún antes de la tragedia; y en la falta de una audaz organización del territorio capitalino, donde se agrupan graves conflictos socioeconómicos a corto plazo, dando el desorden urbanístico, el descontrol del crimen, la violencia y el buhonerismo, y la proliferación de burocratizadas y múltiples autoridades municipales.
Y a su vez el Plan Nacional de Ordenamiento Territorial ha quedado en el limbo, aún siendo singularmente valioso.
Cunull. (30-01-2000).Afirma
Ante la urgencia se ha replanteado probar el eje Orinoco Apure.
Desde hace más de 20 años vengo luchando en pro de la apertura planificada del eje Orinoco – Apure, pues es una iniciativa audaz para un nuevo ordenamiento territorial. Pero deben tomarse las debidas precauciones de cuidado ambiental para no dañar la rica biodiversidad. Felizmente hay excelentes estudios al respecto. Considero que el uso ordenado de esa zona tendrá grandes posibilidades si se conecta con los ejes estratégicos que he insinuado para reforzar la presencia venezolana en la deprimida frontera occidental. (P4-1)
De seguir la tendencia actual, se vislumbra una versión venezolana de la caótica ciudad de México, Sao Paolo, El Cairo o Calenta, por ello se debe crear en el país un sistema regional de ciudades mayores y mediana que vayan liberando el desarrollo sostenido y sustentable en forma equilibrada.
Ejes de Desarrollo para la Descentralización Desconcentrada
Sobre la base que el desarrollo económico y social de un país no puede concebirse separado de su planificación territorial. Pues ella determina, en buena medida, el auge de la actividad económica de las regiones, revisamos cómo ha influido el proceso de descentralización y las políticas de Estado en esa redistribución de la población en Venezuela durante los diez años que alcanza.
En nuestro país la concepción de la planificación territorial ha estado ausente en el diseño de políticas públicas y ello ha generado un proceso de ocupación territorial con marcada tendencia hacia la concentración de la población y de las actividades productivas en un número reducido de núcleos urbanos. Ello ha traído como consecuencia un marcado desequilibrio territorial que resta dinamismo a la provincia y crea significativos problemas sociales y ambientales en las principales ciudades.
Estancamiento, migraciones, desempleo, marginalidad, pobreza, deterioro ambiental y criminalidad, son apenas algunas consecuencias de esta desigual distribución de la población, en un país -paradójicamente- con recursos naturales que no sólo permitan también propiciarían el desarrollo de muy disímiles y rentables actividades económicas en sus 23 estados.
La Descentralización en su Primera Etapa
La descentralización es un proceso complejo y al tiempo beneficioso, incluso en un país desordenado territorialmente como el nuestro. Su primer gran alcance, la elección directa de Alcaldes y Gobernadores, es un paso fundamental hacia la consolidación y desarrollo de cada espacio del territorio.
De igual manera la asignación y traspaso de recursos que hagan viables la realización de proyectos, con miras al desarrollo de una región, debe implicar mucho más que autoridades electas directamente.
Son fundamentales proyectos favorables y viables con recursos económicos para llevarlos a cabo. De hecho, el impacto de los planes de ajuste puestos en práctica durante el período 1989-1994 se sintió significativamente en todos los sectores de actividad económica y resultó en una amplia concentración en lo territorial y la negación práctica de las ventajas de la descentralización.
Así, la experiencia señala, sin lugar a dudas, que sólo una estrategia global que considere las políticas económicas, sociales y ambientales en lo territorial puede redundar en resultados socialmente favorables dentro de una ocupación territorial equilibrada.
Descentralización: Concentrada Versus Desconcentrada
La descentralización política y administrativa junto a un desarrollo económico más equilibrado que el actual en su distribución territorial, son necesidades imperantes de la sociedad venezolana.
En la región centro norte costera de nuestro país que representa a lo sumo 2% del territorio se ubica 40% de la población, 70% de los establecimientos industriales, 75% de la manufactura y el poder central. Si a esta región sumamos la zona occidental del país (estados Zulia, Falcón, Lara) y la costa este (norte de Anzoátegui y Sucre) encontramos que en esa franja de territorio vive 76,8% de la población.
En contraste con tal situación, la zona media y sur del mapa territorial, alberga sólo 23% de la población y exhibe 90% de los recursos hídricos, 95% del potencial hidroeléctrico, 80% del potencial forestal, alrededor de la mitad de los suelos susceptibles a cultivos anuales, un potencial de 7 mil toneladas para pesca continental por año y las mayores reservas mineras y petroleras del país. (El Nacional, 25 de junio 2000. p.10).
La incongruencia, amenaza y consecuencia de esta concentración poblacional, se verifica cuando se realizan análisis de inversión, recaudación tributaria, transferencias y empleo. Por ejemplo, si revisamos:
* Los índices de empleo en el sector manufacturero nacional tienen una distribución similar: la concentración en las regiones capital y central alcanzan 60% y si sumamos la cifra correspondiente a Zulia y Nororiente aumenta a más de 70%. Mientras, centroccidente y los Andes se reservan sólo 20% del sector industrial manufacturero y el resto del país únicamente 10%.
* La recaudación tributaria no petrolera bajo jurisdicción del Seniat, se concentra nuevamente en las regiones capital y central y contempla 65% de la totalidad. Y aquí es aún más grave, si sumamos las regiones zuliana, nororiental y centroccidental tendremos 90% de lo recaudado.
* Los recursos transferidos (por el FIDES. Situado Constitucional y Asignaciones Especiales) a las regiones Capital y Centro-occidental alcanzan 600 millardos de bolívares, si agregamos a esto lo que han recibido las regiones central, andina, nororiental y zuliana, que asciende aproximadamente a 1.000 millardos y lo comparamos con los 300 millardos que han percibido Guayana. Los Llanos y la zona insular, tendremos índices igualmente claros de la tendencia concentradora que ha marcado el hacer de los últimos años.
El Plan Desconcentrador
La excesiva concentración y el descuido a la acción planificadora del Estado venezolano son factores claves en casi todos los problemas económicos, políticos y sociales que padecemos. Las cifras antes expuestas son apenas algunos indicadores de la imperante necesidad de cambiar el enfoque de la descentralización. Surge entonces la necesidad de profundizar el proceso de descentralización bajo la óptica de una estrategia desconcentradora: servirse de la descentralización con el propósito de aprovechar las potencialidades del país para lograr una distribución más equilibrada y sostenible de las actividades productivas, las inversiones y la población en el territorio nacional.
Tres objetivos operativos definen las acciones preliminares del Plan desconcentrador:
* Mejorar la capacitación profesional de la población.
* Promocionar las actividades productivas.
* Incrementar el fínanciamiento a las áreas seleccionadas.
Como resultado del cumplimiento de estos objetivos, se concibe una imagen territorial a mediano y largo plazo con las siguientes características:
* La extensión de la frontera efectiva de ocupación hacia el Sur, más allá del Eje Orinoco-Apure y en conexión en Guasdualito y Santa Elena de Uairén con Colombia y Brasil, respectivamente. Desarrollo del eje de penetración fluvial Orinoco – Río Negro (Brasil).
* El fortalecimiento del terciario superior de Barquisimeto, Maracaibo, Puerto La Cruz, Barcelona, San Cristóbal y Ciudad de Guayana, de tal manera que mediante un proceso de crecimiento urbano ordenado puedan desarrollar sus infraestructuras para convertirse en centros de servicios especializados a escala nacional e internacional.
– La consolidación de una red de centros urbanos de apoyo a los sectores industriales potencialmente competitivos, a la agricultura en gran escala, al desarrollo minero y al desarrollo del Eje Orinoco-Apure.
* El establecimiento de un sistema multimodal de transporte estructurado alrededor de los grandes ejes de integración internacional: Caracas-Caribe, Caracas-Bogotá y Caracas-Manao.
* La estimulación del empleo en el campo a través de la integración de la producción agrícola con la localización de agroindustrias en las grandes zonas de producción (Apure, Barinas, Portuguesa, Cojedes,
Guárico, Anzoátegui, Monagas y la Cuenca del Lago de Maracaibo).
* La implementación de programas para el uso racional de los recursos naturales en las Zonas Protectoras (con una superficie estimada de 100.000 kilómetros cuadrados, ubicadas en cuencas altas desde donde se abastecen de agua las principales ciudades y donde tienen asiento poblados campesinos).
* El establecimiento de una comunicación aérea y fluvial para el desarrollo de aldeas sustentables y la protección de fronteras internacionales en un proyecto a largo plazo que contempla un proceso de integración con nuestros vecinos de Colombia y Brasil.
* La estricta planificación territorial de las zonas impactadas por el proceso de apertura petrolera con el fin de aprovechar al máximo las ventajas derivadas de los procesos y minimizar sus impactos negativos.
Ejes de La Descentralización
Con base en las condiciones geográficas, económicas, culturales y ambientales la estrategia contempla el desarrollo de tres grandes Ejes de Desconcentración:
Eje Occidental Maracaibo – Guasdualito
El occidente del país tiene numerosas ventajas comparativas a escala nacional e internacional que bien pueden convertirse en ventajas competitivas. Entre ellas se cuentan su potencial en explotación de materias primas de hidrocarburos, hidroelectrícidad, carbón, fosfatos y otros minerales metálicos y no metálicos, a los que se suman recursos agropecuarios y un marcado potencial industrial- En esa transformación de ventajas comparativas a competitivas juega un rol fundamental la construcción del puerto de aguas profundas en el Golfo de Venezuela.
Otro factor clave lo constituye la situación de encrucijada del occidente venezolano, abierto tradicionalmente al Caribe y Colombia y cuya área de acción se ampliará en un futuro inmediato gracias a su vinculación con el Atlántico a través del Eje Orinoco-Apure.
Otros ejes dentro del área occidental lo constituye la prolongación de Los Andes tachirenses hacia las tierras bajas del llano. Ello se verificará mediante la construcción del eje Abejales – La Pedrera, que permitirá desarrollar proyectos de explotación de la roca fosfática y plantaciones algodoneras, y el Eje Guasdualito – El Amparo (en la frontera con Colombia) para transformarlo en un núcleo de actividades de movilización fluvial y de uso racional de los recursos del área.
Poblaciones y regiones que se verán beneficiadas con su implementación y exigirán a sus autoridades regionales y a las centrales su continuidad y con ellos se convertirán en garantes de su evolución y, para concluir porque estos desarrollos seguirán atrayendo la inversión privada, local y foránea, y decimos "seguirán" porque algunos de ellos ya forman parte de los proyectos.
Saraos para El Desarrollo
A principios de junio, en el Estado Miranda, concretamente en la población de Chaguaramas, se implemento el primero de una serie de Sistemas de Aldeas Rurales Autoorganizadas y Sustentables (SARAOS). Se trata, según Gilberto Buenaño, vice-ministro de Planificación y Desarrollo, de una respuesta vitrina de cómo abordar el problema de la concentración de población, marginalidad, desempleo en la zona norte costera del país.
El proyecto consiste en dotar de todos los servicios y estimular la producción agrícola a un número establecido de hectáreas con un grupo definido de población. A ellos se les garantiza vivienda y una parcela para la siembra y al mismo tiempo la cobertura de necesidades básicas, en las que se incluye salud, educación y seguridad.
El tipo de economía que favorezca la productividad de la región obviamente variará según el territorio. En Chaguaramal, por ejemplo, se establecieron como cultivos bandera raíces y tubérculos, Finalmente, las tierras altas de los estados Mérida y Trujillo tienen un gran potencial turístico y han diversificado sus tradicionales cultivos de trigo para dar paso a la horticultura, floricultura de riego, ganadería bobina y truchicultura.
Eje Oriental Margarita – Ciudad Guayana
El Eje Oriental está ubicado a ambas márgenes del Orinoco. Se inicia en la Isla de Margarita y alcanza Ciudad Guayana. La región norte del eje tiene el potencial inmediato para superar el empobrecimiento generado por la producción exclusivamente petrolera que lo caracterizó hasta hace poco tiempo. Las tierras agrícolas de la zona, a pesar de ser consideradas de mediana y baja calidad, son propicias para el desarrollo de actividades agrícolas si se aplican sistemas de riego que le permitan superar sus condiciones climáticas. Asimismo, los recursos pecuarios y Forestales están aumentando.
Tanto los recursos pesqueros como las privilegiadas características físico – naturales y biológicas de la región nororiental, revelan la alta potencialidad de la zona. Por otra parte, el Eje cuenta con significativas reservas de petróleo y gas, explotables en los campos tradicionales y en la Faja Petrolífera del Orinoco, así como en los nuevos yacimientos al norte de Monagas. en las grandes refinerías y desarrollo petroquímicos al norte de Anzoátegui. Tiene igualmente recursos minerales y carboníferos, salinas, azufre y arenas silíceas, entre otros.
Al norte, el atractivo turístico de Margarita es susceptible de amplia y ordenada explotación, mientras al sur del Orinoco se han desencadenado procesos innovadores en la utilización de recursos petrolíferos, mineros, forestales y de otras materias primas.
En Ciudad Guayana se concentran las industrias básicas emplazadas en el complejo siderúrgico que procesa hierro, acero y ferroaleaciones: el complejo de aluminio, con procesamiento de bauxita, aluminita y aluminio; el complejo de productos fluorados, de producción de cemento y varias industrias privadas.
La abundancia de yacimientos de hierro y bauxita, así como de energía hidroeléctrica actual y potencial, garantizan el futuro de este desarrollo.
Finalmente, hacia el sur está El Callao, núcleo minero aurífero en franca expansión por nuevas inversiones en la minería de oro. En esta zona dos problemáticas exigen atención con urgencia: por una parte, los desmanes de mineros espontáneos requieren políticas de protección ambiental y en segundo término, el asentamiento de etnias indígenas cuyos procesos de integración tienen que respetar su cultura y permitirles formar parte integral del desarrollo de la zona.
El proyecto del Eje Orinoco-Apure tiene como objetivo fundamental la estructuración de un Eje de Desarrollo en el área de influencia inmediata de los ríos Orinoco-Apure, a través del fomento, impulso y reactivación del desarrollo de actividades productivas agrícolas e industriales, que contribuyan a impulsar y estabilizar el crecimiento poblacional.
* Incentivación de mecanismos que faciliten la integración de las diferentes economías de los espacios geográficos que conforman el área.
* Promoción del desarrollo de los centros urbanos intermedios: Guasdualito, El Amparo, El Nula, La Victoria, Mantecal, Elorza, Bruzual, Puerto Nutrias, San Fernando, Puerto Páez, Caicara, Mapire, Barrancas y Tucupita.
* Orientación de los esfuerzos, en una primera etapa, a los desarrollos caribeños.
* Localización, a mediano plazo, de industrias mecánicas de apoyo a la actividad agrícola en los espacios intermedios.
* Desarrollo de la fase industrial asociada a las explotaciones madereras.
* Desarrollo de un turismo ecológico y de aventura de navegación fluvial.
El establecimiento de estos Ejes de Desarrollo es una respuesta a una nueva etapa del proceso descentralizador que aspira a la descentralización desconcentrada para el establecimiento de una distribución territorial del desarrollo más equilibrada. Ello ofrecerá una respuesta al crecimiento económico, la equidad social y la protección ambiental de tal forma que coordine y propicie la compatibilidad de los requerimientos de las municipalidades y los estados con los de la nación.
Un Proyecto Que Tendrá Continuidad
El plan de Descentralización Desconcentrada tiene como propósito fundamental aprovechar las potencialidades del país para lograr una distribución más equilibrada y sostenible de las actividades productivas, las inversiones y la población a lo largo del territorio nacional, a través del indetenible proceso de la descentralización. Contempla un instrumento, que es la descentralización desconcentrada, un concepto, el desarrollo sostenible, y que son las distintas regiones involucradas en el Plan.
El proyecto desconcentrado prevé así a decir de Buenaño un desarrollo sustentable basado en el crecimiento económico con equidad social y cuidado del ambiente. Como puesta en marcha del Plan y de forma paralela se están desarrollando tres regiones del país: Eje Orinoco-Apure, Eje Occidental Maracaibo-Guasdualito y el Eje Oriental Margarita, Ciudad Guayana.
El Eje Orinoco-Apure es un sector a desarrollar cuyo concepto no es nuevo. Lejos de ello, puede tener quizá treinta años. Sólo que lo hemos retomado y ya se están haciendo trabajos con miras a su implementación. La primera fase contempla la puesta en marcha de un Plan Maestro de Navegación para cuya ejecución hemos contado con un crédito por el orden de los 100.000 millones de dólares, otorgado por la Corporación Andina de Fomento (CAF). El estudio fue desarrollado por dos empresas de capital francés y japonés y tiene como objetivo fomentar el transporte de carga y pasajeros mediante gabarras por todo el complejo fluvial que atraviesa la zona, de tal forma que todos los recursos en cuanto a materia prima y producción que se encuentran al sur del país recorran el mapa y puedan alcanzar el Eje Occidental, hasta Guasdualito y. a su vez se produzca la conexión en dirección contraria, con miras a que el occidente pueda hacer llegar sus recursos a la zona suroriental, apuntó Buenaño.
La implementación del eje de Desarrollo Orino-Apure tiene como finalidad fundamental considerar las áreas de influencia inmediata de los ríos Orinoco-Apure, para fomentar focos de desarrollo. Considera la totalidad o parcialidad de 11 estados y alrededor de 30 a 40 municipios que se verán beneficiados con su implementación, lo que en términos de población implica que cerca de 2 millones de personas incrementarán su productividad y nivel de vida sin desplazarse de la zona de donde son originarios.
Señala Buenaño que la desconexión actual entre la zona occidental y suroriental está favoreciendo, por ejemplo, la importación de materia prima que produce algunas de ellas, pues se hace más fácil y económico acceder a ciertos insumes a través del Océano Atlántico para alcanzar la región suroriental que la naturaleza nos ofrece los ríos Orinoco y Apure, la conexión de ambas regiones y de éstas, a su vez, con el tercer eje, con sólo es relativamente sencilla sino estratégicamente imperativa.
Otra área fundamental de conexión y comercio que fomenta el Eje Orinoco-Apure es la relacionada con las fronteras en Guasdualito y Santa Elena de Uairén, con Colombia y Brasil, respectivamente.
Oriente Y Occidente Intercambian Recursos
El Eje Oriental comienza en la Isla de Margarita y llega a Ciudad Guayana. Su puesta en marcha a decir del viceministro contempla en su primera fase un desarrollo armónico del sector petrolero, el desarrollo sustentable del Delta, y el aprovechamiento de tierras aptas para el turismo al norte, hacia Margarita. Prevé también la creación de una nueva represa (Caruachi) que surta de electricidad a los sectores nororientales y la colocación de tendido eléctrico hasta Brasil.
Asimismo, la concentración de industrias básicas y recursos minerales que se verifica al sur del eje, en Ciudad Guayana bien pueden llegar ahora a regiones cuyo traslado se hacía muy costoso y favorecer su explotación para beneficio de todo el territorio.
El Eje Occidental Maracaibo-Guasdualito, que se emplazará con el oriental a través del Orinoco-Apure, contempla toda la franja desde la capital zuliana hasta Guasdualito, relativamente cerca de Apure, en muchos casos sus potencialidades se complementan con los otros dos sectores definidos, a lo que se agrega recursos agropecuarios y un marcado potencial industrial. Un factor importante de comercio en la zona es el Golfo de Venezuela, donde se estudia la construcción del puerto de aguas profundas. Otros proyectos que están en estudio para el desarrollo del Eje Occidental, son la implementación de sistema de riego y saneamiento al sur del Lago, que según recientes estudios se está salinizando y su imperativa protección ambiental. Hacia los Andes, la explotación del sector turismo y el agrícola es tarea fundamental dentro de los planes de desarrollo, las condiciones naturales lo precisan y estimulan, a decir de Buenaño.
Finalmente consultamos a Gilberto Buenaño sobre la viabilidad del Plan de descentralización, desconcentrada que promete largo alcance y extraordinarios frutos, pero también años de trabajo incesante y continuidad de políticas, en un país donde precisamente esta no es la norma:
– ¿Cómo garantizar que los ejes continúen desarrollándose independientemente de quién ejerza los poderes central y regional?
- Esa garantía viene dada por tres razones fundamentales: en principio, porque se trata de un proyecto de país, que se coloca por encima de los personalismos o los actores que lo estén conduciendo en la actualidad; en segundo término, porque tiene como base la gente de cada una de las poblaciones y regiones que se verán beneficiadas con su implementación y exigirán a sus autoridades regionales y a las centrales su continuidad y con ello se convertirán en garantes de su evolución, para terminar, estos ejes seguirán atrayendo la inversión privada, local, foránea, etc; y "decimos seguirán", porque alguno de ellos forman ya parte de los proyectos.
Esta continuidad se tiene que hacer realidad a través de políticas de inversión y reinversión en obras e infraestructura a lo largo del eje. También ejecutar políticas sociales como algo esencial para la parte humana.
CAPÍTULO III
VISIÓN GEOPOLÍTICA
Es preciso retomar lo expuesto en capítulos anteriores para enfocar lo que representa la visión geopolítica del Eje Orinoco-Apure.
El Eje Orinoco-Apure tiene como objetivo establecer una autopista fluvial para la comunicación y transporte de este a oeste del país. Además la estructuración de un eje de desarrollo en el área de influencia inmediata de los ríos Orinoco y Apure a través de la identificación, promoción y ordenamiento de una serie de actividades productivas y sociales, capaces de generar un importante proceso de ocupación territorial e intercambio económico de bienes y servicios.
Travieso y Pacheco, (1999).Afirma
La importancia, diversidad y magnitud de los estudios y obras involucradas sitúan al Eje Orinoco – Apure como un gran proyecto nacional, con un alto componente estratégico y geopolítico, que persigue una ocupación más racional del territorio venezolano y mejor aprovechamiento de sus recursos (p. 24).
Esto indica que debe existir una política de planificación y desarrollo por parte del gobierno nacional para sustentar este proyecto. El Gobierno Nacional debería diseñar políticas en la mayoría de los ámbitos para darle sustentación a este proyecto. Por lo consiguiente el Plan de Desarrollo nacional 2001-2007 del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela tiene sus objetivos propuestos para incentivar y consolidar el Eje Orinoco – Apure.
Se tiene por ahora:
La construcción del segundo puente sobre el río Orinoco y su conjunto de carreteras y vías férreas, que le permitirán la integración de la región sur oriental del país; facilitará la integración de región Guayana con los Estados: Anzoátegui, Delta Amacuro, Monagas y Sucre de manera directa y con incidencia con otros Estados del norte y centro del país. El Universal, 20 febrero, 2005, p.17).
Salazar (2005)
Esto significa que se pueden establecer vínculos de transporte masivo entre las empresas básicas de Guayana y puertos de exportación al norte del país. También permitirá una integración con el norte de Brasil, lo que generará un impacto positivo en el intercambio comercial y la activación económica de la región; por otro lado se plantea la fabricación de coque a partir del carbón, en asociación con CORPOZULIA con la intención de su colocación en las empresas básicas de Guayana, producto que tendría su traslado por el Apure – Orinoco hasta Puerto Ordaz, y de regreso se pudiera aprovechar las mismas barcazas para trasladar parte de la producción de aquellas empresas, con mercados en las regiones central, centro-occidental y occidental por la misma vía.( p.1).
Esto implica que se puede generar una integración de las ciudades en el aspecto de la dinámica de las actividades productivas y económicas del país. Igualmente PDVSA GAS tiene intenciones de instalar al sur del estado Anzoátegui una planta generadora de electricidad a partir de gas, asociado al petróleo pesado, extraído en la faja petrolífera del Orinoco con la finalita de interconectar la red de distribución nacional; pero también para posibilitar la ubicación de emprendimientos productivos en torno a las poblaciones de: Pariaguán, Mapire, Santa Maria de Ipire y aledañas que permitan la creación de empleos permanentes y la fijación y atracción de población, el mejoramiento de calidad de los servicios y en fin la ocupación de esos espacios contenidos en el eje Orinoco- Apure.
Dentro de este contexto geopolítico se pretende ocupar y consolidar el territorio.
La política territorial estará dirigida a disminuir los desequilibrios territoriales, modificando el patrón de poblamiento, consolidando y diversificando la actividad económica a lo largo del país en armonía con la vocación específica y ventajas comparativas de cada región, racionalizando los criterios de inversión, distribución y recaudación de recursos públicos, incentivando la inversión privada.
- Aumentar las actividades productivas y la población en áreas de desconcentración.
El propósito fundamental de la política territorial en el período 2001-2007 estará destinado a fortalecer la capacidad para fijar e incrementar la población y las actividades económicas en las áreas de desconcentración (ejes de desarrollo, regiones y zonas especiales de desarrollo sustentable). A tales fines se deben lograr condiciones que permitan a la población alcanzar un adecuado nivel de calidad de vida y evitar sus desplazamientos hacia grandes centros urbanos.
- Incrementar la superficie ocupada.
La agricultura es ampliamente reconocida como actividad empleadora y desconcentradota en términos territoriales. De los 40 millones de hectáreas con vocación agrícola que existen en el país, actualmente se ocupa escasamente alrededor de un millón, mientras se importa una gran cantidad de productos agrícolas. El aumento de la superficie cultivada y la protección de las áreas con potencial agrícola son requerimientos para el desarrollo del país. Por lo tanto, la diversificación productiva en sectores como agricultura y agroindustria, forestal, turismo, energía, entre otros, y la localización más racional de la actividad económica en las zonas de desconcentración, con base en el uso racional de los recursos naturales, la dotación de tierras e insumos para la producción y la infraestructura de apoyo a las mismas, representan esfuerzos fundamentales para la ocupación y consolidación del territorio.
Amaro. (2000).Afirma.
Si bien es cierto que el eje Orinoco – Apure requiere varios lustros para su desarrollo, su importancia estratégica y neoeconómica advierte que no hay justificación para postergar la materialización de las primeras etapas de esta gran empresa. (p. 10).
Los árboles que duran más en crecer son precisamente los que hay que sembrar cuanto antes. La puesta en marcha de este proyecto permitirá aprovechar fabulosos recursos naturales y reducir los desequilibrios de la zona central del país, generados por su excesiva concentración urbana e industrial.
Mejorar la infraestructura física y social para todo el país.
Esto representa ocupar y consolidar el territorio de forma más equilibrada demanda la articulación de los centros de producción con los centros de consumo y centros de exportación a nivel nacional, por lo que se requiere emprender esfuerzos para la dotación y mejoramiento de la infraestructura de equipamiento urbano de los centros poblados, infraestructura necesaria para garantizar adecuadas condiciones de salud, educación y seguridad, los sistemas de vialidad y transporte multimodal, las redes de telecomunicaciones y los sistemas de generación, transmisión y distribución de energía que permitan el disfrute de una calidad de vida acorde con la sociedad contemporánea.
El eje Orinoco – Apure se identifica usualmente como una autopista fluvial dotada de grandes ventajas de transporte, cuando en realidad representa la posibilidad de desarrollar desde Delta Amacuro hasta Barinas un sinnúmero de polos de desarrollo que se insertarían al eje, formando una estructura neoeconómica que surcaría al paisaje nacional.
Se deberá mejorar los servicios públicos y las condiciones ambientales en el área de descentralización.
Integrar redes de servicio, educación, salud, cultura, recreación y seguridad, así como el manejo y tratamiento de aguas servidas, lo que contribuirá a elevar la calidad de vida de la población y estimular la localización de las actividades productivas en las áreas de desconcentración.
Mejorar las condiciones de salubridad ambiental, armonizar planes de energía para generar actividades productivas en los ejes de desconcentración.
Armonizar los planes sectoriales de energía, agua y transporte para generar actividades productivas en los ejes de desconcentración.
Establecer programas de desarrollo rural integral.
Garantizar la seguridad alimentaría del país, la atención a los centros poblados del campo significa impulsar en forma definitiva la producción agrícola básica y la agroindustria, las cuales requieren el desarrollo de las cadenas productivas de los rubros bandera y estratégicos de forma competitiva, en coherencia con prácticas conservacionistas y con el diseño de formas organizativas que estimulen a los productores a asociarse en las distintas actividades de la cadena productiva.
Por otro lado, mejorar las condiciones de la vivienda, la salud y la educación en centros poblados rurales.
Promover incentivos para la localización de actividades productivas y de población.
El logro de un mayor crecimiento y desarrollo económico en las zonas de desconcentración con base en las potencialidades y ventajas comparativas que ellas poseen, es uno de los soportes de la nueva política territorial. Con el propósito de desarrollar actividades productivas y generar empleo con fines desconcentradotes que contribuyen a sentar nueva población y se requiere establecer un programa de incentivos y subsidios que promueva las inversiones privadas.
Travieso y Pacheco. (1999).Afirma.
Dicho programas de incentivos y subsidios permitirá estimular a la pequeña y mediana empresa en diversos sectores de la producción de bienes y servicios, la cual contribuirá a activar el mercado inmediato, creando circuitos económicos. (p. 135).
Esto estaría contribuyendo al incremento del poder adquisitivo de la población. En síntesis a elevar el modo de vida en las zonas de desconcentración.
Desarrollar programas de vivienda y producción para pobladores y nuevos pobladores de las zonas contenidas en poligonales urbanas de razonable densidad.
Promover el establecimiento de zonas especiales de desarrollo acorde con las características y necesidades de los grupos humanos.
Teniendo presente el objetivo de ocupar y consolidar el territorio, se promoverán áreas del territorio, cuya vocación y potencialidades naturales serán aprovechadas para localizar de forma sustentable actividades productivas, asentamientos humanos e infraestructura física y social y contribuir a mejorar la calidad de vida de la población y a lograr un mayor equilibrio territorial.
Incrementar la superficie cultivada en las zonas de desconcentración.
Racionalizar el uso de los recursos naturales. Se aprovecharán de manera sustentable los recursos que se ubican en el espacio marítimo, entre otros, razón por la cual, la recuperación, conservación de las cuencas hidrográficas críticas en prioridad para los próximos años, así como el mantenimiento y preservación de los suelos de categoría I, para la producción agrícola, los reservorios de aguas subterráneas y el uso de las energías primarias, como el carbón, bitumino, gas y agua, para la energización del país.
Dotar de tierras e insumos para la producción.
La tierra constituye uno de los factores claves para impulsar el desarrollo productivo; por lo tanto, la aprobación e instrumentación de un marco legal que permita administrar este recurso en función del desarrollo sustentable del país se convertirá en requerimiento básico para aumentar la superficie ocupada. Este elemento servirá de estímulo a la producción de los rubros bandera y estratégicos del sector agrícola, sector forestal, turístico, minero y a la agregación de valor a través de la grande, pequeña y mediana industria.
Incrementar la infraestructura de apoyo a la producción.
El elevado riesgo y la baja rentabilidad de un medio rural que no cuenta con la infraestructura requerida ha originado el retraimiento de las actividades productivas y, particularmente, de la actividad agrícola.
Se instrumentarán programas para la construcción, mantenimiento optimatización de los embalses y sistemas de riego, así mismo, se prevé la construcción, reparación y mantenimiento de la vialidad agrícola, obras de saneamiento y comercialización de productos. Esta infraestructura contribuirá a dinamizar los diferentes sectores, incrementando el empleo y mejorando las condiciones en el medio rural.
Morín y Kern. (1998).Afirma.
La falsa racionalidad, es decir, la racionalización abstracta y unidimensional triunfa sobre las tierras: las apresuradas concentraciones parcelarias, los surcos demasiado profundos y longitudinales, la deforestación y desarborización no controlada, el asfaltado de los caminos, el urbanismo que sólo pretende rentabilizar la superficie del suelo. (p. 195).
La seudo planificación puede generar consecuencias irreparables en el medio natural. Por querer trabajar en función de la razón y el progreso.
Por otro lado la vocación natural y las potencialidades que tiene cada zona de desconcentración constituyen aspectos fundamentales para convertir sus ventajas comparativas en ventajas competitivas.
Mejorar la vialidad y el transporte multimodal.
La vialidad y el transporte son elementos esencialmente ordenadores del territorio. A los fines de la estrategia territorial es importante garantizar un sistema vial que permita la conexión entre los diferentes centros poblados.
Por su parte el sistema multimodal de transporte integrará el territorio nacional, horizontal y verticalmente, uniendo eficientemente las fuentes de materia prima, los centros de producción, los centros de consumo y de comercialización, este tipo de transporte podría generar beneficios a largo, mediano y corto plazo, pues contribuiría a la interconexión de los distintos espacios y zonas del país que se encuentran y son de difícil acceso, lo que puede generar un desarrollo económico y social en estas localidades apostadas en el eje Orinoco – Apure.
Esto implica que se avanzará en la recuperación, mantenimiento y construcción de la vialidad urbana y rural, en coherencia con el desarrollo de los modos de transporte aéreo, fluvial, marítimo y ferroviario. El desarrollo de un sistema multimodal de transporte para motorizar las actividades productivas y estimular los ejes de desarrollo.
Mejorar y construir sistemas de información y comunicación.
Promover el establecimiento y mejorar los servicios de información y telecomunicaciones en las zonas urbanas y rurales.
Construir sistemas de generación, transmisión y distribución de energía.
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