"Privar a un niño de su derecho a la educación,es amputarlo de esa primera comunidaddonde los pueblos van madurando sus utopías."Ernesto Sábato
En este trabajo pretendo realizar una presentación de los conceptos trabajados en Sociología de la Educación, poniendo énfasis en la educación y las fracturas que se han generado desde las diversas experiencias pedagógicas, institucionales como sociales, la representación social del Fracaso escolar y la atención a la diversidad.
En esta propuesta se reflexionará acerca de la importancia de grandes clásicos del pensamiento sociológico, Durkheim, Weber, Marx, Foucault, Bourdieu. Se analiza el alcance de los postulados teóricos y metodológicos que inauguraron dichos autores en los albores de la sociología y cómo continúan siendo punto de reflexión en la sociología contemporánea.
Por otro lado el interesante planteo de MC DERMOTT R. en relación al fracaso escolar y la compleja relación con la diversidad, la discapacidad de aprendizaje. Es complejo abordar lo diverso, lo otro, lo distinto, sin opacarlo, sin pintarlo del matiz que se desee, sino que aceptar su propio tono. Es complejo pero no es imposible. Se logra si hay una mirada de la educación como un compromiso social y con un concepto claro y definido de "lo diferente". Según la percepción que se tenga de este concepto, se dará lugar al fracaso escolar o no.
Las diferencias existen como producto de una sociedad heterogénea. Somos todos diferentes pero todos tenemos derecho a ir a la escuela, y en este punto, somos todos iguales.
Como lo plantea claramente H. Gardner. " Cada ser humano tiene una combinación única de inteligencia. Éste es el desafío educativo fundamental. Podemos ignorar estas diferencias y suponer que todas nuestras mentes son iguales. O podemos tomar las diferencias entre ellas ".
En este sentido será preciso definir y entender la significación social y política del fracaso y la diversidad, de los matices y maneras de ser y aprender.
Desde esta perspectiva se realiza la presentación de las ideas que hacen a la reflexión del cómo se han configurado las ideas de la significación del la educación y su propósitos, tanto políticos como sociales.
Michel Foucault, .refiere que en el siglo XVIII, deviene un proceso general de normalización política, social y técnica, que tiene efectos tanto en la educación, (escuelas normales), la medicina, (los hospitales), como también en la producción industrial.
A partir de entonces comienza a pensarse el discapacitado como objeto de la ley, no natural, a quien le cabe el proceso de "normalización". Así comenzó a verse la discapacidad como desviación o anomalía, asimilada a la enfermedad, es decir una desviación a la "norma de salud". Tan inscripto ha quedado este concepto en la representación social, que se naturalizó, sin tener en cuenta, como bien lo dice Bourdieu, que la discapacidad es el fruto de una construcción social e histórica, absolutamente arbitraria.
Es por ello que se hace sumamente fundamental poder reflexionar sobre la educación y cómo ella se ha configurado en el devenir del tiempo y ha configurado los conceptos sobre las clásicas formas de pensarla y producirla.
Presento una idea que concreta esa construcción, en este sentido por la configuración el contexto social, político y cultural. Paulo Freire nos dice que " .Aceptar y respetar la diferencia, es una de esas virtudes sin las cuales la escucha no se puede dar…"
Durkheim y Weber tienen diferencias metodológicas relevantes, ambos son referentes fundamentales de la ciencia en los comienzos del siglo XX. Al hablar de Emile Durkheim es referirse a uno de los padres de la sociología clásica (junto con Marx y Weber) ya que su producción fue fundamental para el desarrollo y la sistematización de esta disciplina.
El sistema educativo, llega a decir, es un instrumento de dominación de las almas. La escuela es una institución de poder. La función de la escuela es la imposición de la legitimidad de una determinada cultura o forma de vida.
El mundo de la educación cumple los dos requisitos básicos para que pueda constituirse en objeto de una ciencia. En primer lugar está constituido por un conjunto de prácticas, de maneras de proceder, de costumbres, que son realidades todas ellas exteriores e independientes de la voluntad individual. El segundo requisito es la homogeneidad de estas prácticas, las cuales, en el caso de la educación, consisten en la acción ejercida por la generación adulta sobre la joven.
La modernidad no solo es un conjunto elaborado de ideas, sino que refiere también a un tipo de experiencia sobre el que se fundamenta la validez vivida de los estilos de vida y de organización social basados en dichas ideas. Es también la cotidianidad en las que éstas ganan su legitimidad. En este sentido, lo propio de la experiencia moderna es el creer que las instituciones son esencialmente racionales, creer que su estructuración y su funcionamiento están bajo el control racional de un conocimiento sistemático de la verdad. La esencia de la experiencia de la modernidad es una especie de fe en la razón, a esto lo llamo Weber " el carisma de la razón ", la educación es la institución más representativa a este respecto, quizás por ello la cultura de la modernidad se constituyo como una cultura pedagógica. De ahí que la educación, tal como ha sido pensada y diseñada desde la Ilustración, pueda considerarse como un paradigma del proceso de racionalización de la modernidad, como ámbito de lo institucional privilegiado en el que se exhibe la armonización moderna de esa dialéctica de fe y razón a la que se refiere Weber. Para él la "validez del orden" el prestigio de su legitimidad en el terreno de la cultura y en la forma en que las instituciones educativas administran sus necesidades de legitimación. Este prestigio puede tener tres fuentes: la creencia afectiva, la tradición o la creencia en la legalidad racional.
"Para Emile Durkheim la intencionalidad de los actores es inobservable por lo que no puede ser objeto de la sociología. Para el sociólogo francés los hechos sociales son exteriores al individuo, por lo tanto son los factores objetivos lo que la ciencia debe indagar. Por el contrario, para Max Weber, el objeto de la sociología es la comprensión de lo que tiene de social la intención de los actores (los factores subjetivos de lo social)"[1]
Durkheim define a los hechos sociales como: "modos de actuar, de pensar y de sentir exteriores al individuo, y que poseen un poder de coerción en virtud del cual se imponen". Las características básicas que representan a los hechos sociales son: Exterioridad. Coerción. Colectividad
Los hechos sociales existen con anterioridad al nacimiento de un individuo en determinada sociedad, por lo tanto son exteriores a él. Por formar parte de la cultura de una sociedad son colectivos. Y siendo que un individuo es educado conforme a las normas y reglas que rigen la sociedad donde nació, son coercitivos. Durkheim mismo ejemplifica hechos sociales genuinos diciendo: "; si existían antes es que existen fuera de nosotros. El sistema de signos que utilizo para expresar mi pensamiento (lengua materna), el sistema monetario que empleo para pagar mis deudas, "
Se puede destacar de la filosofía de Durkheim, la importancia de dar al educando una formación dentro de normas y valores que rigen en una sociedad en todos los ámbitos, a las cuales el individuo no puede sustraerse ya que forma parte del desarrollo integral de su formación como persona adulta.
Además, si bien no se puede asumir que el educando es un receptáculo vacío en el momento de empezar su educación, debemos significar la importancia del marco teórico que debe desarrollarse y ser transferido por el educador, corrientemente usando la técnica de clase magistral, donde es el mismo educador el que elige el contenido que será dado. Se sostiene entonces que por este motivo no puede prescindirse totalmente una transferencia de contenido en el proceso enseñanza – aprendizaje, utilizando una clase magistral, ya que esto dará al educando el marco teórico que necesita para posteriormente desarrollar una actividad de diálogo, motivando a los mismos a manifestar su creatividad y su espíritu crítico. El dilema de la supremacía de la estructura sobre el individuo o de éste sobre la estructura. Max Weber y el interaccionismo simbólico rescatan al individuo del total sometimiento de éste a las determinaciones sociales.
Weber entiende que el objeto de estudio de la sociología es la acción social, y a ésta la define como " una conducta humana con sentido y dirigida a la acción de otro." Esta definición destaca las particularidades de la acción humana, tiene sentido racional o afectivo, y a su vez está condicionada a actuar sobre otra/s persona/as, lo cual le imprime el sentido social. Las personas pueden aún estando en conjunto realizar acciones individuales. Si bien Weber establece cuatro tipos de acciones sociales básicas, no necesariamente está estableciendo una segmentación rígida de las mismas, sino que en cada una de ellas prepondera una de estas condiciones.
La acción racional de acuerdo a fines.
La acción racional de acuerdo a valores.
La acción afectiva.
La acción tradicional.
Para acceder a una mejor comprensión del planteo weberiano debemos tener en cuenta determinadas premisas planteadas por él. En el pensamiento y la acción de los hombres pesan valores adquiridos.
Los hombres persiguen fines.
Llegan a los fines a través de diversos medios.-
Las consecuencias de una acción social están en relación directa con los medios utilizados y los fines perseguidos "[2]
Para desarrollar esta respuesta parto del siguiente pensamiento del autor, en textuales palabras: "Un cuerpo docente sin fe pedagógica viene a ser un cuerpo sin alma" Émile Durkheim.
La educación es en la actualidad uno de los ámbitos sociales que es más objeto de distintos debates, la mayoría de los cuales pretenden dar respuesta a lo que se considera casi unánimemente como una situación de crisis, partiendo de la propuesta educativa durkheimiana.
Como la obra de Durkheim, es un intento de construir un nuevo orden moral que resolviese la crisis del orden estamental y que legitimase al mismo tiempo la nueva sociedad industrial, y dado que su planteamiento ha coincidido esencialmente con los principios que han articulado las sociedades modernas, es un buen punto de partida para analizar el sentido de esta crisis, directamente relacionada con el de estas sociedades. El punto de vista de Durkheim sobre la educación moral, en el contexto de sus particulares preocupaciones por edificar un orden moral en consonancia con las necesidades de la sociedad industrial.
Las contradicciones que en la modernidad padecen los sistemas educativos, poniendo en relación este hecho tanto con las nuevas realidades sociales, como con la propuesta durkheimiana, coincide en su mayor parte con las ideas de las sociedades modernas.
En opinión de Durkheim las sociedades modernas tenían ante sí la enorme tarea de edificar un nuevo orden moral. "Nuestro primer deber actual, había afirmado con la mayor rotundidad consiste en construirnos una nueva moral" [3]
Desde su punto de vista, estas sociedades atravesaban por un periodo de transición, "una de esas fases críticas" en las que "la disciplina colectiva, en su forma tradicional, ha perdido su autoridad" (Durkheim, 2002), en las que "la moral tradicional está quebrantada, sin que se haya formado ninguna otra que ocupe su lugar. Antiguos deberes, decía, han perdido su fuerza de imposición, sin que veamos aún claramente y con mirada segura cuáles son nuestros nuevos deberes" [4]
Emile Durkheim, observó a la educación como un hecho social al que había que prestarle mucha atención, ya que afirmaba que de su desarrollo dependía el funcionamiento de la sociedad.
La institución social educativa nos ayuda a relacionar a las escuelas como parte fundamental de las instituciones del estado moderno y de las funciones estructurales del sistema de organización y producción económico-social; la principal es la socialización. Se remarca así el papel de la escuela en el desarrollo del país y la trascendencia de su acción para posibilitar los cambios que las contradicciones del sistema capitalista requieren para la solución de dichas problemáticas sociales. La formación de ciudadanos que promuevan o no los cambios son fenómenos estructurales que permean la cultura de las sociedades actuales, a través de la influencia ideológica de los grupos políticos gobernantes en la formación de ideas, actitudes y pautas de comportamiento que reproduzcan el statu quo, la estratificación social capitalista. La idea socializadora se mezcla así con los intereses ideológicos de los grupos gobernantes o dominantes dentro de la sociedad.
La teoría sociológica ha abordado desde sus inicios el tema de la educación como un elemento estructural del sistema de organización y reproducción social, poniendo énfasis en su importancia dentro del proceso de socialización humana y las funciones primarias y secundarias de la educación en el crecimiento y desarrollo de los grupos humanos.
Weber recurrió con frecuencia a la metáfora de la máquina "Una máquina sin vida es la materialización de la mente" este solo hecho le da el poder de forzar a los hombres a su servicio y de determinar su vida cotidiana en la fábrica. También es una materialización de la mente esa máquina viviente que representa la organización burocrática, con su trabajo disciplinado, especializado, su delimitación de áreas de competencia, sus regulaciones y sus relaciones de obediencia estratificadas de forma jerárquica. La máquina es, la imagen de la cultura cosificada que tiñe trágicamente aquella otra metáfora de la razón ilustrada: es la metáfora de una modernidad carente de significación. En el momento actual de la historia, vivimos la víspera de un nuevo futuro que no puede ser una simple reproducción del pasado, con exigencias diferentes para cada institución social; especialmente para aquella cuya función es entender al mundo y su proceso y formular propuestas para ayudar a la construcción del futuro. En particular cuando estamos enfrentados con una situación de crisis social y económica que ya no se puede ignorar.[5]
La sociedad actual (globalización, multiculturalismo, revolución tecnológica e incertidumbre) a partir de los cuales ha de operar la educación. Conlleva un conjunto de cambios (estructurales y en la propia práctica), fundamentados en nuevos principios, y por tanto, nuevas exigencias para que la educación pueda dar respuesta en dicha sociedad.
La educación, hoy y siempre, queda afectada por la realidad de la sociedad que le envuelve. Como proceso de desarrollo personal y social, ha de tener como referente precisamente el contexto en el que se inscribe, sirve, e incluso trata de mejorar y transformar. Por tanto, los cambios sociales, culturales y económicos inciden de forma determinante en los planteamientos educativos, y como tales, exigen modificaciones estructurales (sistemas educativos) y modificaciones en las propias prácticas, de las que no pueden aislarse los propios procesos de investigación y reflexión.
El problema que se plantea en este terreno es que vivimos en un dinamismo de cambio de tal magnitud que necesitamos adecuaciones constantes y crecientes ante el riesgo, siempre presente, de no lograrlo todo y de perder los referentes necesarios para comprender la realidad e instalarnos en ella. Educarse hoy exige adaptarse cultural, social, laboral, profesional y personalmente al ritmo del cambio y su velocidad, cifrado en claves de nuevas concepciones culturales, de producción, de relaciones sociales, económicas e industriales, etc.
La escuela ya no puede actuar más como si las competencias que forma, los aprendizajes a los que da lugar y el tipo de inteligencia que supone, pudieran limitarse a las expectativas formadas durante la Revolución Industrial. Es decir, la revolución tecnológica y la apertura a lo global llevan a replantearse nuevas competencias y destrezas que las sociedades deben enseñar y aprender.
Dicho de otra forma, de competencias de ejecución, provocadas por la impartición de conocimientos prácticos de ejecución, desde una lógica funcionalista, de formación en las aulas, pasar al desarrollo de competencias de concepción y acción mediante la integración tanto de competencias técnicas, sociales y metodológicas, bajo una organización de situaciones de aprendizaje entre la teoría y la práctica, donde la complejidad y la articulación de los lugares de formación cobran protagonismo. Esto cobra más sentido, si cabe, en los planteamientos no formales de educación, aunque también es asumido por la propia educación formal, sobre todo en secundaria desde la lógica de la formación profesional. Como consecuencia de ello, habrá que articular procedimientos y sistemas combinados que aproximen al centro de formación al centro de trabajo y paralelamente formaciones a distancia incluyendo dispositivos multimediales y multirecursos.[6]
La educación deja de identificarse exclusivamente con el ámbito estado-nación e ingresa en la esfera de la globalización. Uno de los aspectos de la sociedad actual, consecuencia de la globalización, de la revolución tecnológica y de la multiculturalidad, el paradigma de la complejidad, la escuela no puede ser una institución estable de socialización, cuando compite con otros medios de socialización con otro tipo de referentes y valores, a veces antagónicos con los de ella aún más, como algunos sostienen la sociedad actual presenta uno de los problemas más serios en la formación del ciudadano, cual es el "déficit de socialización". "Vivimos, pues, en un periodo en el cual las instituciones educativas tradicionales, -particularmente escuela y familia– están perdiendo capacidad para transmitir eficazmente valores y pautas culturales de cohesión social"[7]
La propuesta educativa de Durkheim, tiene como antecedente la función de la educación que para este pensador consiste en adaptar al niño y la niña al ámbito social. Durkheim sólo ve en el fenómeno educativo su función social y desde esa perspectiva aparece siempre la educación como un fenómeno social, y como consecuencia de ello, el proceso educativo se transforma en un proceso de adaptación metódica a la sociedad. Para él la educación es un conjunto de prácticas, de maneras de proceder, de costumbres, que constituyen hechos perfectamente definidos y cuya realidad es similar a la de los demás hechos sociales.
En la segunda mitad del siglo XX, Pierre Bourdieu revolucionó la mirada sociológica con su obra "Los herederos", en la que expresa conceptos que dividieron las opiniones de una sociedad fuertemente movilizada por el final de una guerra cruenta, ávida de la conformación de otra forma social instituyente. Lo cierto es que el sociólogo francés cosechó adeptos y detractores con sus aportes sobre educación, en su capítulo "Los estudiantes y la cultura" de la citada obra. En ese libro y sus reflexiones posteriores, Bourdieu denuncia un sistema escolar y universitario cerrado a las clase populares, se refiere al "reproduccionismo" con propuestas de reforma a las instituciones educativas, se manifiesta contrario al neoliberalismo, impone el concepto de "violencia simbólica" que hoy está instituido y desarrollado en el ámbito social, psicológico y del desarrollo evolutivo. Esta mirada "constructivista-estructuralista", dio un nuevo giro a las inclinaciones sociológicas imperantes hasta entonces, propuestas por Durkheim, Weber y Marx; se puede decir que tiene algo de cada una de estas corrientes, pero con una mirada propia y adaptada a los nuevos escenarios sociales. De Marx, toma el concepto de clases dominantes pero a diferencia de aquél, no sitúa la lucha entre clases sociales, (aunque no la ignora), sino en espacios de poder dentro de diferentes campos sociales.
El sociólogo situó en el "habitus" propio de cada sector del campo social, el lugar desde donde se ejerce la violencia simbólica que tiene como fin la reproducción y sostén de las clases dominantes. En el ámbito de la educación, la obra de Bourdieu ha instalado fuertemente el debate sobre la reproducción en la institución escolar y su discusión y modo de revertirlo.
Posteriormente, fue trabajándose la idea de que la escuela, reflejo social de las asimetrías, debía proponer cambios y una formación perfeccionada y mejorada del modelo desubjetivante y asimétrico al que aludía Bourdieu. Pero la sociedad no cede fácilmente su rol y sus intenciones; la escuela propone constantemente una apertura a la integración de la diversidad, a la igualdad de posibilidades, a la modernización de sus métodos, pero que se diluyen en ideas bien estudiadas y poco efectivas.
Así, la Escuela fue encontrando una crisis, una ruptura del modelo anterior, pero con consecuencias quizá parecidas. Adriana Puiggrós observa que la Escuela de este modelo neoliberal, no se dirige a uniformar a la población, sino hacia una educación por bandas o sectores; la autora, plantea a partir de su metáfora de las "fronteras", que la Escuela en sus movimientos de reorganización social modifica las fronteras pero no las elimina. Se han instalado, dice la autora, circuitos de escolarización que ratifican y ahondan las divisiones sociales.
El nacimiento, el origen social, era la mayor causa de desigualdades escolares, en un sistema en que a cada clase social se asignaba un tipo de escuela y una educación determinada. Las leyes que permitieron romper con este funcionamiento promoviendo una escuela obligatoria y gratuita permitieron romper con la desigualdad.
Podemos observar como las prácticas sociales, generan discursos de saber sobre el colectivo de alumnos, que levantan muros, fronteras, generando desigualdades de oportunidades,
Dubet y Martuccelli, rompieron con la mirada social imperante y le dieron nuevos giros de análisis que seguramente servirán para enriquecer el debate y pensar nuevas alternativas. Estos autores plantean la teoría de las "funciones de la escuela". Otorga a ésta las funciones de distribución, educación y socialización, en la que pone el acento en la distribución de calificaciones que se transforman en "bienes" con valor de mercado, pero enfatizan que, en la medida que los alumnos se forman para manejar sus experiencias escolares, a través de estrategias sobre formas de vinculación con el mercado escolar, la cultura y el manejo subjetivo de los conocimientos, y no sólo en los aprendizajes de roles, están haciéndose cargo, en parte, de su educación, por lo cual ya no habría sólo inculcación o reproducción, sino también autoeducación. Esta visión sociológica de la educación, no difiere demasiado ideológicamente de lo propuesto por Pierre Bourdieu, pero lo complementa en la medida que no se queda en la comprensión de lo que fabrica la escuela, sino que apunta a captar la manera en que los alumnos construyen su experiencia, y esto nos sitúa más allá del formato institucional y escolar.
No será posible pensar en una verdadera integración, con contenidos descontextualizados, ajenos a la realidad de muchos estudiantes y con un sistema de evaluación individual que premia la concreción de metas, en lugar de acompañar los procesos; en el que sólo se tiene en cuenta una variable: el alumno, y por si fuera poco, el "alumno bajo sospecha", como ha sostenido Ricardo Baquero, dejando de lado otras como las condiciones de escolarización.
Se puede pensar que cuando el sistema educativo extrapola y aplica paradigmas evaluatorios ajenos a la realidad socio-económica educativa de sus alumnos, que no atienden al tipo de proyecto curricular implementado en el desarrollo de las intervenciones educativas, cuando pretende un rendimiento homogéneo en sujetos heterogéneos, singulares por naturaleza y por construcción propia, está desplegando una respuesta hipersensible hacia el alumno, un ataque que deja en condiciones de concreta vulnerabilidad a ese estudiante para poder continuar determinada trayectoria educativa, y en algunos casos, le genera secuelas que ponen en riesgo su calidad de vida en general.
Es interesante poder entender que la educación es una necesidad que la sociedad sostiene para logar perpetuarse como tal, todas las ideas confluyen en una sola, en cómo lograr que esa educación sea factible en una realidad actual, con sujetos que poseen diversos estilos de aprendizaje.
El acervo de conocimiento de cada persona está estrechamente ligado a la realidad social inmediata; el mundo social es aquella construcción objetiva, que ha sido llevada a cabo a través del tiempo, en donde tiene influencia decidida la cultura, los instrumentos y herramientas que le han sido útiles. En este contexto adquiere importancia el concepto de cultura (conjunto de conocimientos, habilidades, destrezas, creencias y hábitos) por lo que cada persona internaliza, lo hace subjetivo aquello que es objetivo, lo hace primeramente de manera pasiva, de esta manera se asegura su permanencia o supervivencia en esa sociedad.
El ser humano nace en un mundo ya construido que lo tiene que hacer suyo, aprende todo lo exterior de una manera ordenada, donde adquiere importancia el lenguaje, entendido este, también, como la objetivación, pues este ya ha sido construido, le da significado a los objetos a través de conceptos.
El mundo objetivo constituye una realidad para todos, tanto para mí como para los demás, en cambio el mundo subjetivo es individual, sólo existen y adquieren significado en la individualidad.
Las estructuras sociales le sirven al hombre para solucionar sus problemas cotidianos, es una estructura que se renueva permanentemente, pero no es el único, por lo que en determinadas situaciones deberá recurrir a otras estructuras que van más allá de lo cotidiano.
En este contexto es donde las representaciones sociales hacen que las desventajas se configuren como realidad objetivada y no logren ajustarse al contexto cercano, con sujetos que se ajustan y no a esa realidad.
Para finalizar se propone la idea de que la educación requiere de decisiones políticas y que la sociedad de una respuesta global y articulada a la diversidad, que permita reparar las diferencias, y que se logre crear una trama de sostén que aloje sin incertidumbre a "todos".
– BOURDIEU, Pierre y PASSERON, J; "Los herederos"; "Siglo XXI"; 2003
-BOURDIEU, Pierre; "Capital cultural – Escuela y Espacio Social", México, "Siglo XXI", 1997.
Ricardo Baquero. "La Educabilidad Bajo Sospecha". Universidad Nacional de Quilmes. 2003
– DUBET, Francois, "La escuela de las oportunidades. ¿Qué es una escuela justa?", Barcelona, Ed. Gedisa , 2005.
-DUBET, F Y MARTUCELLI, Danilo; "En la escuela- Sociología de la experiencia escolar", Argentina, 1997
-DURKHEIM, EMILE (1985). La división del trabajo social (Prefacio a la 2da edición), Buenos Aires: Planeta Agostini.
-KAPLAN, C. Y KROTSCH, L. (2009). "Escuela, socialización y subjetivación: reflexiones inspiradas en la educación moral de Emile Durkheim", en KAPLAN, C. (Dir.) (2009), Violencia escolar bajo sospecha, Buenos Aires: Miño y Dávila.
-MARX, K., WEBER, M., DURKHEIM, E. (2007). Sociología de la Educación, Madrid: Morata.
– PUIGROSS, Adriana y DUSSEL, Inés: "Fronteras educativas en el fin de siglo: utopías y distopías en el imaginario pedagógico"; "Fronteras imaginarias entre educabilidad e ineducabilidad En los límites de la educación, niños y jóvenes de fin de siglo", Argentina, Homo Sapiens, 1999.
-TERRÉN, E. (1996). "Las aulas desencantadas: Max Weber y la Educación", Política y Sociedad, 21, 133-148.
-WEBER, M. (2004). El político y el científico, Buenos Aires: Colección Ciencias Sociales.
PÁGINAS CONSULTADAS EN INTERNET (MATERIAL ADICIONAL)
– Ramón Alcoberro "INTRODUCCIÓN A MAX WEBER (1864-1920)"
Link: http://www.alcoberro.info/V1/weber.htm
Autor:
Ojeda, Claudia Rosanna
TRABAJO FINAL
Profesor: Dr. Lucas Krotsch
UNIVERSIDAD NACIONAL DE LANÚS
CAMPUS VIRTUAL POSGRADO
Departamento de Planificación y Políticas Públicas
ESPECIALIZACIÓN EN EDUCACIÓN CON ORIENTACIÓN EN
INVESTIGACIÓN EDUCATIVA
[1] SEMINARIO Sociolog?a de la Educaci?n-M?dulo 2. Durkheim y Weber-Autores: Dr. Juan Carlos Geneyro y Dr. Lucas Krotsch. Julio 2011 Especializaci?n en Educaci?n con orientaci?n en Investigaci?n Educativa Departamento de Planificaci?n y Pol?ticas P?blicas. UNLa. Virtual
[2] Sociolog?a-Teor?as de los autores cl?sicos Durkheim, Marx y Weber (extra?do parte del texto del siguiente link: http://www.mercaba.org/FICHAS/Monografias/sociologia_autores_clasicos.htm) Fecha de consulta 11/05/2014
[3] (Ramos Torre, introducci?n a: Durkheim, 1982: 44).
[4] (Durkheim, 2000: 92). (Durkheim, 2002: 99-100) Era necesario, pues, rellenar con urgencia el vac?o dejado por la erosi?n de la antigua moral, ?despertando la fe en un ideal com?n? alrededor del cual se uniesen todos los miembros de la colectividad. Para restaurar este ideal, para que su llamada fuese sentida con la mayor intensidad por todos los individuos, era preciso que estuviese investido de la mayor autoridad, para lo cual ten?a que estar en relaci?n con las necesidades de la sociedad
[5] – Eduardo Terr?n- Las aulas desencantadas: Max Weber y la educaci?n.Pag-3,4 (Lectura Complementaria- M?dulo II de Sociolog?a de La Educaci?n.)
[6] Aqu? conviene reparar o al menos diferenciar entre formaci?n b?sica (de base) y el resto de formaciones (profesional, cultural y participaci?n social) que se proyectan a lo largo de toda la vida. Bajo esta l?gica se podr?a aludir a competencias generales o b?sicas, bajo planteamientos de formaci?n flexible y pretensi?n de generalizaci?n, y espec?ficas, de acuerdo a necesidades y situaciones concretas de actuaci?n profesional.
[7] Tedesco, 1995:36, (?este d?ficit no lo cubren los medios de comunicaci?n social, m?s bien todo lo contrario, lo acrecientan).