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Perfil de salud y condiciones de trabajo del personal masculino en un servicio ambulante de atención de emergencias

Enviado por jucarod


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    Período agosto-noviembre 2.000

    1. El problema
    2. Marco teórico
    3. Resultados y análisis
    4. Conclusiones
    5. Recomendaciones
    6. Anexos
    7. Bibliografía

    INTRODUCCION

    Si se torna difícil tratar de describir la situación de salud de cualquier agrupación humana, es más difícil cuando el entorno donde se desarrollan las actividades de trabajo no es familiar para la persona que indaga. El hecho de haber laborado durante un lapso importante de tiempo en la institución donde se desarrolla el trabajo presente, facilita la visión de las situaciones no acordes con condiciones de trabajo adecuadas.

    Todo grupo de trabajo está expuesto a condiciones que pueden en un momento determinado favorecer o producir trastornos de la salud en general de los que estén sujetos a sus efectos. En un grupo de trabajo que se expone a riesgos ausentes en situaciones laborales comunes, tales como los riesgos biológicos, o aquellas que dependen del desempeño en trabajos por turnos, las alteraciones de la salud pueden tener diversas manifestaciones, que en el contexto histórico no han sido definidas con claridad para el personal masculino que labora en servicios de salud con características particulares como son los servicios de atención ambulatoria de emergencias o de atención pre-hospitalaria.

    Es innegable la importancia que tiene desde el punto de vista ocupacional el hecho de conocer los riesgos a los que se expone el personal para poder diseñar los programas de prevención de riesgos dirigidos al personal que labora en tales instituciones, pero para lograr esa meta es necesario definir un patrón inicial que sirva de punto de referencia para estudios posteriores, y para poder precisar el momento en el que una característica se desvía de la norma.

    Aunque el tamaño de la muestra con que se elabora el presente estudio proporcione valores que estadísticamente pudieran no ofrecer confiabilidad en los resultados obtenidos, se espera que por lo menos despierten inquietudes relacionadas a las condiciones de trabajo de este grupo de personas dedicadas a la atención de salud.

    Se considera que conocer al menos en parte la situación de salud de un grupo cualquiera de trabajadores siempre será mejor que desconocer la totalidad de las condiciones de trabajo y de salud de los mismos.

    Del mismo modo, y siguiendo la premisa de "Salud para los trabajadores", cualquier mejora en las condiciones de trabajo que derive del análisis y aplicación de los resultados del presente trabajo, será satisfactorio para el autor, por haber favorecido a un pequeño pero significativo número de trabajadores.

    CAPITULO I

    EL PROBLEMA

    PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

    La importancia del sector sanitario en el mundo del trabajo es creciente, y en muchas de las ciudades los hospitales son las empresas más importantes en cuanto al número de trabajadores que ocupan.

    En muchos países, debido a los problemas asistenciales que presentan, y aunado al crecimiento poblacional excesivo, que se traduce en mayor demanda de los abarrotados centros de salud, se ha recurrido a diversos programas que tratan de solventar la escasa oferta de servicios. Entre las alternativas planteadas están los servicios ambulantes de atención de emergencias, los cuales consisten en su mayoría, en unidades que agrupan vehículos dotados con equipos médicos y medicamentos, donde se traslada al sitio de la emergencia un personal generalmente compuesto por un médico, y auxiliares de enfermería o paramédicos; esto con el fin de disminuir el tiempo de atención desde el inicio de la situación de emergencia, evitando así las posibles complicaciones, e incluso la muerte del paciente.

    Cuando el personal de a bordo no puede resolver satisfactoriamente la situación de emergencia presentada, o cuando la condición del paciente amerita una

    observación cuidadosa y continua por parte de personal entrenado, entonces éste será trasladado a algún centro asistencial que esté dotado con suficientes recursos para cumplir con ese cometido.

    Es innegable la importancia de efectuar un excelente trabajo cuando se trata de la salud de las personas, especialmente si está comprometida la vida. Por esto el personal debe prestar el servicio en óptimas circunstancias, y esto incluye desde el equipamiento de las unidades hasta las adecuadas condiciones y aptitudes del personal. Diversos elementos podrían influir en la forma de abordaje del paciente, por lo que se podría suponer que si se ofrece a los trabajadores un medio de trabajo adecuado, que cubra los requerimientos necesarios para un buen desempeño, horarios que se adapten a las necesidades de cada trabajador, y que se traduzcan en ingresos suficientes para el desarrollo de su vida familiar y social, además de diseños ergonómicos de las unidades y camillas, entonces se puede esperar tener un trabajador que estará sometido a un mínimo de riesgos, con una mejor adaptación al desempeño de sus labores y por supuesto con un menor desarrollo de patologías relacionadas al oficio.

    El personal de enfermería de los servicios ambulantes, por el hecho de no trabajar directamente en un centro hospitalario, no está exento de los riesgos de salud que también tiene el personal con similares características y que labora en esos centros. Entre estos riesgos se puede mencionar:

    • Riesgos biológicos: hepatitis B y C, SIDA, Tuberculosis, enfermedades exantemáticas y otros. Estos riesgos pudieran ser mayores debido al limitado espacio físico en el cual se labora dentro del vehículo, lo que favorece la concentración de partículas en el escaso volumen de aire confinado;
    • Riesgos físicos: incendios, por uso de oxígeno en bombonas portátiles o centralizado en las unidades; accidentes de origen eléctrico, por el uso de equipos o aparatos de medición y/o control de signos vitales; traumatismos y heridas; riesgo de accidentes de tránsito; levantamiento de pesos; posiciones incómodas al ejecutar labores propias de atención de pacientes o lesionados;
    • Riesgo químico por contacto con medicamentos, antisépticos;
    • Riesgos psíquicos, debido a jornadas prolongadas, turno nocturno y rotación de horarios, trabajo con pacientes de alto riesgo; agresión verbal o física por parte del paciente o familiares; visitas a zonas de peligrosidad conocida.
    • Condiciones ergonómicas inadecuadas, por diseño de los vehículos, levantamiento de cargas, diseño de las camillas;

    En la ciudad de Barquisimeto, capital del Estado Lara, Venezuela, dentro del seno de la Asociación Cardiovascular Regional (ASCARDIO), desde el año 1989 se ha desarrollado un sistema integral de atención de emergencias en el ámbito domiciliario, el cual atiende, para el año 2000, a un número de 200.000 afiliados aproximadamente (fuente: archivos internos Ascardio), durante 24 horas al día, en los límites de la ciudad de Barquisimeto y Cabudare, además de áreas aledañas. Atienden además al resto de la población mediante convenios suscritos con el Ejecutivo Regional. Dicho servicio cuenta con unidades vehiculares especialmente dotadas para la atención y resolución de situaciones de emergencia que puedan comprometer la vida del afectado. A bordo de las mismas viaja personal médico y paramédico, adecuadamente entrenados para enfrentarse a los eventos de salud de cualquier índole que se presenten. El equipamiento de las unidades incluye material médico-quirúrgico básico y medicamentos de mayor utilización en las emergencias más comunes. El tipo y cantidad de equipos y medicamentos con que debe contar cada unidad han sido desarrollados de acuerdo a las estadísticas internas del servicio, donde se evalúan las emergencias más frecuentes, y basado en estos datos se equipa a las unidades con los medicamentos necesarios.

    El autor pudo observar, durante siete años de ejercicio en el seno de la Institución, diversas facetas en el desempeño de la actividad asistencial del servicio ambulante, lo que le permite inferir que existen diversas condiciones de trabajo que pueden tener relación con el estado de salud de los trabajadores, y que pueden determinar, a futuro, la aparición de diversos cuadros patológicos relacionados al trabajo.

    El estudio de tales patologías es escaso, porque aunque se han desarrollado algunas investigaciones que tratan de discernir sobre la problemática de salud del personal de enfermería, éstas en su mayoría han sido llevadas a cabo en centros hospitalarios y tomando en cuenta una población básicamente femenina, por lo que sus resultados no podrían extrapolarse a la creciente masa de trabajadores del sector salud de tipo ambulante, el cual, característicamente, está conformado por una mayoría del sexo masculino.

    Por ser este grupo de trabajadores poco estudiado, las conclusiones de estudios realizados en población básicamente femenina no puede aplicarse a una población con identidad propia, y sometida a condiciones de trabajo no comunes a los centros hospitalarios.

    En tal sentido, el presente trabajo tiene como propósito diagnosticar las condiciones de labor del personal masculino de enfermería en los servicios ambulantes de atención de emergencias, y la posible relación con el perfil de salud que presenta el grupo en estudio.

    Es factible pensar que el conocimiento del estado de salud, y los riesgos a los que está expuesto un grupo de trabajadores, puede facilitar la labor de crear y mantener programas preventivos de salud, e higiene en el ambiente de trabajo, de tal forma de evitar la aparición de condiciones indeseables en la salud de los mismos.

    La aplicación de los programas de prevención para los trabajadores, debe ser la meta de todo grupo económico, cualquiera sea su actividad, y el grupo que involucra a los trabajadores de la salud no puede quedar excluido de su cobertura, y de los beneficios que significa el trabajar en un medio seguro y confiable.

    JUSTIFICACION

    Se ha hecho costumbre, el que la atención de salud de los trabajadores sea solamente desde el punto de vista curativo, es decir, se espera que se manifiesten los signos y síntomas de enfermedad para poder intervenir y tratar de corregir la anormalidad, o por lo menos de disminuir sus complicaciones, evitando en lo posible que el trabajador falte mucho tiempo a su trabajo, ya que es una "herramienta indispensable", pero no por eso deja de ser prescindible.

    Desde hace muy poco tiempo en el País, y gracias a un pequeño grupo de profesionales, se ha logrado el inicio y repunte de la Salud Ocupacional, la cual trata de mejorar las condiciones de trabajo, específicamente para evitar que el trabajador se enferme, se lesione o muera. Esta meta se puede lograr mejorando las condiciones específicas de trabajo que puedan afectar la salud de los trabajadores.

    Es por eso que se trata de estudiar cada grupo de trabajo, los cuales poseen características propias, y por consiguiente, cuadros patológicos propios relacionados a las actividades desempeñadas, y a los riesgos inherentes a esa actividad.

    Como se hizo mención anteriormente, la visión feminista de los estudios realizados en personal de enfermería en los centros de salud, ha contribuido a que se tenga escasa información acerca de la problemática de salud que afecta a los trabajadores del sexo masculino de esta rama particular de la atención sanitaria, hecho que se complica aún más, cuando la ubicación en espacio de éstos es diferente a la tradicional imagen del personal de enfermería intra-hospitalario.

    El desarrollo de la presente investigación es importante debido a que dentro de los servicios ambulantes de atención de emergencia, no se tiene un perfil de salud definido del personal de enfermería o paramédicos. En tal sentido, por ser un grupo creciente de trabajadores con características propias, es necesario identificar el perfil de salud de los mismos, y conocer las particularidades de la exposición a riesgos relacionados al trabajo que desempeñan, posibilitando así definir y desarrollar programas de prevención de riesgos, accidentes y enfermedades ocupacionales que estén relacionados a este grupo profesional específico, dirigidos a solventar las posibles causas de las patologías relacionadas al trabajo. Además, el desarrollo del perfil de salud puede brindar criterios que puedan orientar en el desarrollo de condiciones ideales de trabajo, de diseño, y de organización del mismo.

    El instrumento desarrollado para la recolección de los datos podrá servir además, para soporte de estudios futuros que tomen en cuenta a este sector de la masa trabajadora y que quieran desarrollar elementos puntuales que puedan estar afectando su salud.

    OBJETIVOS

    OBJETIVO GENERAL

    Determinar las condiciones de trabajo y el perfil de salud del personal masculino de enfermería en el servicio de atención ambulatoria de emergencias "Ambulancias Ascardio" de la ciudad de Barquisimeto, Estado Lara.

    OBJETIVOS ESPECIFICOS

    Establecer las condiciones de trabajo físicas, organizacionales y económicas del personal masculino de enfermería en el servicio de atención ambulatoria de emergencias "Ambulancias Ascardio".

    Identificar las principales causas de morbilidad en el personal motivo de estudio.

    Analizar los posibles determinantes para las patologías más comunes.

    Establecer la relación entre condiciones de trabajo específicas, y las diferentes problemáticas de salud presentadas por los trabajadores.

    Establecer la relación entre organización del trabajo y daños a la salud del trabajador.

    Inferir la relación existente entre horas trabajadas, y rotación de turnos, en la afectación de la salud del trabajador.

    Determinar la relación entre las condiciones de trabajo y la afectación del desarrollo de la vida familiar del trabajador.

    Definir el perfil de salud del trabajador masculino de enfermería en los servicios ambulantes de atención de emergencias.

    ALCANCES Y LIMITACIONES

    Alcances

    Se pretende evaluar las condiciones de trabajo del personal de un servicio ambulatorio de atención de emergencias, ubicado en la ciudad de Barquisimeto, capital del Estado Lara, Venezuela. Como parte del estudio se miden distintas variables que abarcan desde condiciones de trabajo, exposición a riesgos, estado de salud del trabajador y algunos aspectos relacionados a su vida familiar, para tratar de establecer un perfil de salud de este grupo de profesionales que ha sido poco estudiado, y que sirva de base para iniciar futuros estudios, que puedan profundizar en tópicos concretos que logren beneficios a los interesados.

    Cuando se conoce el perfil de salud de un grupo determinado, se pueden establecer patrones que nos ayuden a identificar cuando un individuo se está alejando de lo que se considera normal para el conglomerado, de tal forma de actuar prontamente y evitar daños mayores, o incluso lesiones irreparables. Es decir, que conocer un grupo y sus características ayuda a prevenir, lo que en esencia es el fin de la Salud Ocupacional. Más aún, al conocer los riesgos a los que potencialmente se está expuesto en el sitio de trabajo, se pueden adoptar medidas y normativas de trabajo que ayuden a mejorar la expectativa de mantenerse en salud en el mismo, prolongando la posibilidad de mantenerse en el mercado de trabajo de forma productiva.

    LIMITACIONES

    El presente trabajo de investigación se limita a trabajar con una muestra exclusivamente del sexo masculino. Además se incluirá sólo personal clasificado como auxiliares de enfermería o con entrenamiento como paramédicos en la atención de emergencias. Los turnos rotativos, y el hecho de que el personal a estudiar generalmente se encuentra en la calle, a bordo de las unidades de emergencia, influyó en el tiempo de recolección de los datos. Las características de la situación económica del País, que se traduce en el retiro de un número elevado de trabajadores del sector productivo y de servicios, afectaron el tamaño de la muestra.

    Por otro lado, la escasa cantidad de referencias bibliográficas relacionadas al tema en estudio, dificulta la comparación con grupos de similares características. Incluso, el escaso conocimiento que tienen los trabajadores acerca de la Salud Ocupacional, y de los beneficios que puede traer a su salud el conocimiento de su perfil básico de bienestar, y de los programas que se pudieran implementar a raíz de ese conocimiento, incidieron en la atención que se le prestó a la realización del estudio. Del mismo modo, la falsa sensación de que el estudio servía como detector de trabajadores que no cumplen con las normativas internas del servicio favoreció la no realización de las encuestas por parte de un grupo de los paramédicos, factor que afectó la tasa de respuesta al trabajo.

    Al realizar revisión de los motivos de consulta más frecuente del personal masculino del servicio, al utilizar la consulta médica denominada Su Amigo Ascardio, nos encontramos con que las cifras obtenidas no reflejan fielmente el estado del grupo en estudio ya que en estas cifras están también incluidas las consultas de los familiares, o de otros trabajadores del servicio que no se identifican con el grupo estudiado.

    Así mismo, muchos de los trabajadores no asisten a esta consulta, sino que son evaluados directamente por los médicos del servicio de emergencias, no ingresando sus datos al sistema informático, por lo que estos datos no pueden ser incluidos en el estudio, ya que carecen de veracidad.

    CAPITULO II

    MARCO TEORICO

    Antecedentes

    Pocos trabajos se han realizado donde se involucre la salud del personal que labora en servicios ambulantes como auxiliares de enfermería o paramédicos, por el contrario, los que se han llevado a cabo se han dirigido a la calidad o tipo de atención que se presta al enfermo, al tipo de tratamiento que se aplica en determinada patología y los resultados obtenidos luego de su administración, y a la evaluación de los tiempos de llegada a los sitios de emergencia desde el momento de la solicitud por parte de algún paciente o sus familiares.

    Entre los escasos trabajos dirigidos a la salud del personal que labora en estas unidades o servicios, se puede mencionar el realizado en el Estado de Kentucky, en los Estados Unidos de América, en el año 1998, el cual estaba dirigido a determinar los cambios en la agudeza auditiva del personal de las ambulancias, como objetivo principal, y secundariamente para determinar el nivel de ruido emitido por las ambulancias modernas. (Price y Goldsmith, 1998)

    Los niveles de ruido fueron detectados entre 58 decibeles en la escala A, (dBA) en el compartimento del paciente, hasta 84 dB(A) en la cabina delantera, con

    los vidrios abajo y la sirena en funcionamiento. Las pérdidas auditivas halladas entre el personal no alcanzaron cifras significativas, a cualquier frecuencia y para ambos oídos.

    Estos resultados indican que en la presente investigación no debe considerarse prioritariamente las pérdidas auditivas, más tampoco pueden ser descartadas por tratarse de contextos y unidades totalmente diferentes.

    Un estudio llevado a cabo en el norte de Irlanda (Rodgers,1998) entre los años 1988 y 1992, comparó la morbilidad entre el personal de servicios de ambulancias y otros grupos de trabajadores de la salud, con el fin de planificar los servicios de salud ocupacional. Un total de 181 hombres y 353 mujeres fueron seleccionados para este estudio. El personal de ambulancias mostró una alta tasa de retiro temprano por razones médicas (55.9/1000 por año), comparado con otros estudios previos (5.7 – 22.5/1000), y con otros grupos del mismo estudio. (enfermeras 5.9/1000, por ejemplo)

    Las causas más importantes de retiro, según los resultados de la investigación, fueron los problemas músculo-esqueléticos, trastornos circulatorios y problemas mentales, con diferencias estadísticamente no significativas entre los diferentes grupos de trabajadores. En comparación con estudios previos, éste mostró que la alta proporción de retiros del personal de ambulancias debido a problemas mentales tuvo una inesperada alta relación con consumo de alcohol. (Rodgers, ob. cit.)

    En el año 1998, en la ciudad de Nueva York, se llevó a cabo un estudio que trataba de determinar la tasa de conversión del Test de tuberculina entre los trabajadores de los servicios de emergencias médicas que laboran en un medio con una alta prevalencia de Mycobacterium tuberculosis. Entre 1993 y 1996, todos los trabajadores fueron sometidos a pruebas de PPD (Purified Protein Derivative) para tuberculosis, logrando aplicar y leer un total de 7.290 resultados, obteniendo una tasa de conversión promedio de seis por ciento, la cual es relativamente baja comparada con los trabajadores de la salud en hospitales. (Prezant y Kelly, 1998)

    BASES TEORICAS

    Condiciones de trabajo y perfil de salud

    Toda actividad de trabajo, bien sea remunerada o no, tiene implícita la realización de actividades con el fin determinado de cumplir el objetivo propuesto. En diversas medidas, las actividades que se realizan implican cierto grado de riesgo, de tal forma que si este riesgo no es tomado en cuenta, puede, al transcurrir un lapso de tiempo, ocasionar lesiones o enfermedades que serán relacionadas ineludiblemente al proceso de trabajo.

    No hay actividad productiva que esté desligada de riesgos, y por consiguiente, no hay actividad en la que no se deba implementar mecanismos o procesos para evitar complicaciones posteriores. Por esto los investigadores en Salud Ocupacional y Medicina del Trabajo se han abocado a la tarea de tratar de describir y controlar el medio y condiciones en los que se desenvuelven los trabajadores, cualquiera que sea su actividad, para describir, identificar y controlar los posibles riesgos a los que se podría exponer el o los trabajadores.

    Las condiciones bajo las cuales los trabajadores deben desarrollar su actividad pueden determinar el impacto, y la magnitud del mismo, sobre su salud. Las condiciones de trabajo no deben ser limitadas nada más a las condiciones físicas que envuelven al puesto de trabajo o al trabajador; se debe tener en cuenta el ambiente socio-económico, el organizacional, el estado psico-social del trabajador, y aun más allá, el entorno familiar del trabajador, que puede en gran manera afectar la concentración y actitud hacia la actividad a desempeñar.

    Las condiciones de trabajo estarían constituidas por los factores socio-técnicos y organizacionales del proceso de producción implantado en el establecimiento y por los factores de riesgo del medio ambiente de trabajo. Ambos grupos de factores constituyen las exigencias, requerimientos y limitaciones del puesto de trabajo, cuya articulación sinérgica y combinada da lugar a la carga global del trabajo prescrito, la cual es asumida, asignada o impuesta a cada trabajador, provocando de manera inmediata o mediata, efectos directos o indirectos, positivos o negativos, sobre la vida y la salud física, psíquica y/o mental de los trabajadores. (Neffa, 1988)

    Es necesario, para poder entender la magnitud del problema, y para poder ubicarse en el espacio en el que se desarrolla la presente temática, el tratar de definir algunos conceptos que tal vez estén interiorizados para algunos, pero que en oportunidades son de difícil expresión.

    Tal vez el concepto que se maneja con mayor frecuencia, y que a la hora de poder expresar una definición crea mayores divergencias, sea el concepto de Salud. Aunque la Organización Mundial de la Salud la ha definido como "el estado de completo bienestar físico, mental y social, y no sólo la ausencia de enfermedades", éste es tal vez un concepto muy estático, si se toma en cuenta que la salud es una característica vital, y por lo tanto dinámica, ya que el hombre se encuentra en continua evolución y transformación.

    Cada persona tiene una percepción y vivencia personal de lo que es la salud de acuerdo con lo que considera normal, su experiencia personal, su nivel cultural y socio-económico, religión, forma de vida y otros factores, y los conceptos que los grupos sociales en los que participa tienen de ella. Así pues, el concepto de salud es múltiple. (Piedrola y Domínguez, 1988)

    Si se considera a la salud-enfermedad como un proceso complejo, estas coexisten de manera inseparable y sin límites precisos. El estado de salud absoluta es indefinible y el estado de enfermedad absoluta no existe, éste sería la muerte. (Betancourt, 1995)

    La concepción subjetiva de la salud está sujeta a la perspectiva a través de la cual se quiera definir. No sería el mismo concepto el emitido por un sanitarista, al que emitiría un político, por ejemplo, o el pueblo.

    Lo utópico de la definición de la salud que hace la OMS, obliga al individuo a la búsqueda de un estado que lo acerque al ideal, pero que se adapte al grupo en el que se desenvuelve. Quiere decir entonces que la salud, y su concepto, no es igual para todos los grupos sociales. Como lo ilustran Piedrola Gil y Domínguez Carmona (ob. cit), un loco en un manicomio, sino tiene una dolencia física, es considerado sano por los demás dementes.

    La concepción objetiva depende de los criterios de las personas que nos rodean respecto a nuestra situación con relación a normas o estándares. Se incluye, dentro de este contexto, la interrelación que guardan entre sí los diferentes niveles que conforman al hombre: el plano fisicoquímico, el biológico, el nivel psicológico y el sociocultural. El equilibrio entre todos los niveles significa un estado ideal de salud.

    La individualidad social de los grupos afecta también el concepto de salud en este caso, ya que, por ejemplo, no serían las mismas cifras de hemoglobina las que se encontrarían en los pobladores de los llanos venezolanos, que las que se lograrían observar en los páramos merideños, pero para cada caso los valores estarían dentro de unos patrones asignados a cada uno, que indican normalidad, o sea salud.

    La salud también puede ser definida desde el punto de vista social, donde ésta estaría constituida por todas las cualidades necesarias para poder enfrentar las exigencias sociales, superando el grado mínimo de funcionamiento orgánico que le permita un desarrollo pleno y fuerte. (Piedrola y Domínguez, ob. cit.) La salud es un componente básico de la calidad de vida, y la misma no está sólo en función de las posibilidades económicas de la persona.

    El nivel de salud puede verse determinado por la interacción de cuatro variables a saber: La biología humana, el medio ambiente, el estilo de vida y el sistema de asistencia sanitaria. De estas variables, solo la biología humana no es susceptible de ser cambiada.

    Dentro de estas cuatro variables, el medio ambiente y el estilo de vida interesan por afectar el estado de salud del trabajador, y son condiciones, si se quiere, de fácil intervención y modificación.

    Incluido en el medio ambiente, está el ambiente de trabajo, donde por demás, el trabajador transcurre gran parte de su vida, y en el caso de los trabajadores de salud, el trabajo toma para sí el tiempo productivo, pero además gran parte del tiempo reproductivo, afectando su normal desenvolvimiento en su seno familiar y social.

    La carga horaria a la que un trabajador pueda someterse en un período determinado, la distribución y rotación de las guardias, la periodicidad con que son realizadas las mismas, los períodos de descanso posteriores, necesarios para la recuperación del trabajador, y otros factores relacionados al tipo de trabajo, pueden afectar la salud del trabajador, ya sea a corto, mediano o largo plazo.

    Del mismo modo, el tipo de vivienda, los servicios con que cuenta, la alimentación, y la calidad de uso del tiempo libre también son factores que pueden incidir en el tipo de salud que pueda desarrollar una persona.

    Ciertas características particulares del trabajo desarrollado en el campo de la salud, obligan a los trabajadores a ejecutar jornadas de trabajo que aseguren la asistencia durante las 24 horas del día; este hecho agrega una nueva situación de riesgo para la salud del trabajador, ya que la normalidad de sus mecanismos crono-fisiológicos, adaptados para rendir de acuerdo al horario solar, se altera.

    En términos cronofisiológicos, una jornada circadiana abarca desde las seis de la mañana hasta las seis de la tarde, con una franja de tolerancia que se extiende hasta las ocho de la noche. Por lo tanto, el período óptimo para que el esfuerzo resulte más eficaz y menos arriesgado se corresponde con la jornada cronofisiológica. Así, el turno nocturno queda fuera de las previsiones fisiológicas y es, en términos de ergonomía, el menos útil y más arriesgado. (Martínez, 1997)

    Aún no se ha llegado a un consenso respecto al sistema de turnos más adecuado. Los sistemas más habituales se engloban en las siguientes categorías:

    1. Turnos de cambios rápidos: semanal o cada dos o tres días;
    2. Turnos de cambios lentos (períodos de semanas e incluso meses);
    3. Turno permanente de noche.

    Este último considerado como el más negativo para el sujeto, por originar serias alteraciones en la calidad y cantidad de sueño. A favor del sistema de los cambios rápidos está el no permitir un desajuste en los ritmos internos debido, precisamente a la rapidez de los cambios.

    El cambio rápido supondría la conservación del ritmo circadiano, evitando una constante disfunción, con más contactos familiares y sociales, además de ser el sistema preferido por los trabajadores. (en 1982, en el Sixth International Symposium on Night and Shift Work, se recomendó la rotación rápida frente a la lenta o al turno permanente de noche) (Araúxo y otros, 1996)

    A favor del cambio lento estaría la necesidad de conseguir un reajuste de fases entre los ritmos internos y el patrón de sueño. Los estudios parecen confirmar que cuando no hay interrupciones en la adaptación, ésta se produce después de veintiún días de realizado el cambio. (Araúxo y otros, ob. cit.)

    El trabajo por turnos, junto con el trabajo nocturno y el trabajo de periodicidad inestable pueden afectar negativamente a la salud del trabajador. Los problemas gastrointestinales y las alteraciones en el sueño, junto a una mayor incidencia de accidentes laborales y estrés son los efectos negativos que con más frecuencia se asocian a la actividad laboral por turnos.

    Errores en la dieta y cambios en los horarios de las comidas, son las situaciones que posiblemente produzcan esta patología digestiva. (Martínez, ob. cit.)

    No hay que olvidar tampoco que se está ante un sistema organizacional del trabajo que produce fatiga y estrés, además de problemas de adaptación familiar y social.

    Hay una periodicidad interesante en las rotaciones, que es la de tres días, pasando de turno de mañana a turno de tarde, turno de noche y dos o tres días de descanso. (…) Los turnos con rotación cada tres días son aconsejables por una serie de motivos. No crean ningún tipo de marginación social y, aunque no llega a alcanzarse una plena adaptación cronofisiológica a todos los horarios, tampoco provocan una inadaptación perjudicial, generadora de cronopatías laborales importantes. (Gestal, 1993)

    Además, el National Institute for Occupational Safety and Health (NIOSH) en los Estados Unidos de América, clasifica a la enfermería en general entre las 40 ocupaciones con la más alta prevalencia de desórdenes relacionados al estrés, (Bourbonnais y otros,1998) por lo que ese aspecto de la salud de ese grupo de trabajadores debe ser tomado en cuenta.

    Conociendo el hecho de que el personal de enfermería permanece gran parte de su tiempo de trabajo de pie, o deambulando por su servicio o entre servicios, es fácil inferir que los problemas de extremidades inferiores sean frecuentes. En los servicios ambulantes de emergencia, la situación tal vez se caracteriza por desplazamientos a distancias variables, hasta el sitio donde se encuentre el paciente, ascenso por escaleras en aquellos edificios donde no exista o no funcionen los elevadores. Además se agrega el hecho de tener que cargar con los equipos y medicamentos necesarios para el tratamiento del mismo. No se debe olvidar la situación de que a la hora de trasladar algún paciente, éste debe ser levantado y colocado en la camilla, llevado hasta la unidad, y allí ser levantado para introducirlo en la cabina del vehículo, contando con un diseño poco ergonómico del área de abordaje y con camillas que muchas veces obstaculizan antes de favorecer, la maniobra de carga del paciente, ya sea por su peso excesivo, por su diseño, por su falta de mantenimiento, o por la falta de elementos mecánicos o hidráulicos que disminuyan la necesidad de inclinarse o agacharse a manipular la estructura.

    Los vehículos de emergencia, donde el trabajador de estos servicios pasa gran parte de su tiempo de trabajo, también son elementos fundamentales en la aparición de patologías relacionadas al trabajo, ya que desde la etapa de diseño de los mismos se obvian elementos que pueden ser fundamentales en la prevención de lesiones de sus usuarios. Los constructores en muchas oportunidades no toman en cuenta la estatura promedio del personal a quien va dirigido el uso del mismo, y se apoyan en normativas de poblaciones con conformaciones fenotípicas muy disímiles a la de la población latinoamericana, desarrollando áreas de acceso a las unidades muy elevadas, que obligan a levantamiento de pesos por encima de los hombros, o desplazamientos laterales que pueden lesionar los discos inter-vertebrales. Se utilizan materiales de gran peso para la elaboración de las camillas, que sumado al peso del paciente obliga a la elevación de grandes masas con el consiguiente deterioro de la estructura vertebral y muscular del eje corporal. Como factor que puede ser tomado en cuenta cuando se trata de ubicar los posibles orígenes de las patologías en este personal, se debe incluir el diseño de los centros de recepción de pacientes, donde no existen rampas para acceso de las camillas, debiendo cargar en peso a las mismas desde la unidad hasta la entrada de las emergencias, además éstas en muchas ocasiones no poseen el espacio suficiente para maniobrar con el equipo y el paciente.

    Todas las condiciones anteriormente mencionadas pueden en mayor o menor grado formar parte de las posibles causas que afectan la salud del trabajador de los servicios ambulantes de atención de emergencias, y su impacto en la misma debe ser estudiado para poder sugerir y tratar de corregir, las condiciones que a futuro pueden transformarse en un trabajador enfermo, discapacitado e imposibilitado de obtener recursos para salvaguardar la salud y la integridad de su núcleo familiar.

    Servicios ambulantes de atención de emergencias

    Los servicios ambulantes de atención de emergencias cumplen un papel primordial en la reducción del tiempo de atención de los pacientes al presentar alguna situación que pueda comprometer su vida, disminuyendo de esta forma la posibilidad de la ocurrencia de un desenlace fatal, o la presencia de complicaciones médicas derivadas del retardo en la atención de situaciones de salud que pueden prevenirse si existe atención adecuada y a tiempo.

    Pese a que existen datos que se remontan a fechas bíblicas, u otros más cercanos que mencionan las experiencias bélicas de Napoleón Bonaparte como los precursores de la atención médica fuera de los hospitales, durante mucho tiempo este tipo de asistencia a las personas que sufrían una emergencia en la escena pre-hospitalaria estuvo olvidada.

    Los primeros antecedentes sobre atención médica prehospitalaria tienen origen remoto y es difícil saber realmente cuando se usó por primera vez un vehículo para transportar una persona enferma o lesionada. Después de la invención de la rueda, el hombre antiguo, cansado de cargar sobre sus espaldas el camarada herido, construyó una tosca carreta para aliviar su trabajo. En la época de los zares en Rusia, un médico y un ayudante se trasladaban en una carreta tirada por caballos, reconocían en el campo a los enfermos más graves y les trasladaban a un centro asistencial. Aproximadamente en el año 1760, durante las guerras napoleónicas, los franceses pensaron que resultaba menos riesgoso trasladar a los soldados heridos a la retaguardia que poner en peligro la vida de los escasos médicos del frente. En esos tiempos, ciertos tipos de carretas tiradas por caballo o por hombres, recibieron el nombre de ambulancias. (de la raíz francesa "ambulant" que significa que "deambula o camina")

    Ambulancias tiradas por animales fueron usadas por primera vez en la guerra de Crimea durante 1850. Ambulancias militares tiradas por caballos (fig. 1), en forma estandarizada, fueron introducidas en los Estados Unidos durante la Guerra Civil Americana (1861 – 1865). La primera ambulancia motorizada norteamericana operó en México en 1910 durante la expedición Americana en contra del General revolucionario mexicano Pancho Villa. Desde la firma de la convención de Génova en 1864, las unidades de ambulancia y los pacientes a su cuidado han sido considerados neutrales en los campos de batalla. (Microsoft Encarta, 2000)

    Las ambulancias evolucionaron hasta convertirse, ya por el comienzo de nuestro siglo, en vehículos motorizados. Su uso se extendió y se hizo más común, pero todavía el concepto era trasladar al herido a algún centro asistencial sin contar con los elementos para tratarlo en el lugar donde se lo encontrara. Pasó mucho tiempo para que la medicina prehospitalaria llegara a formar un sistema de alta complejidad como se lo conoce hoy.

    El concepto de cuidado médico de emergencia nació aproximadamente en 1940 a partir de los cuerpos de bomberos que fueron los primeros en brindar cuidados médicos mientras el enfermo o accidentado era trasladado. En 1960 la Academia Nacional de Ciencias Norteamericana introdujo normas para el entrenamiento del personal de ambulancia y tratamiento del paciente en la escena durante el rescate, transporte y transferencia. En 1962, en E.E.U.U., se creó el primer servicio tal como se lo conoce en la actualidad, y se programó el primer curso para la formación en Técnicos de Emergencias Médicas.

    Los primeros esfuerzos en el desarrollo de las emergencias médicas se volcaron al tratamiento de las arritmias graves y muerte súbita como consecuencia de enfermedades coronarias. Así apareció la Unidad Coronaria Móvil para revertir los casos de afecciones coronarias agudas que pueden derivar en muerte durante la primera hora a partir de la aparición del síntoma.

    Con la experiencia bélica de Corea y Vietnam en el rescate de traumatizados graves, se lograron importantes avances en el tratamiento precoz de estos heridos.

    El Sistema de Atención Médica Pre-hospitalaria (SAMP) en su concepción moderna: "Sistema de Emergencias Médicas para la Comunidad", se inició de manera explosiva y casi simultánea en países de Europa, Rusia y E.E.U.U. a fines de la década de 1950.

    La muerte súbita relacionada con enfermedad coronaria, ha sido la urgencia médica más importante en la mayoría de los países. Alrededor de dos tercios de estas muertes se producen fuera del hospital y se considera que muchas de ellas podrían revertirse con la "activación e intervención" oportuna del Servicio de Atención Médica Pre-hospitalaria. Además muchas víctimas de ahogamiento, electrocución, sofocación e intoxicación por drogas podría salvarse con el mismo recurso.

    No es fácil indagar en los inicios de este tipo de servicio en el mundo de la atención médica de emergencia, pero es innegable que su aparición, y su adopción por parte de los involucrados en el proceso de salud, significó la reducción de la mortalidad por lograr la atención pronta y oportuna del sujeto que necesita ese tipo de atención.

    En los Estados Unidos, los servicios médicos de emergencia organizados son de relativamente reciente desarrollo. Antes de 1967, los servicios de emergencia eran incoordinados, ineficientes, y frecuentemente de pobre calidad. Los pacientes eran transportados al hospital por ambulancias que en muchos casos eran propiedad de casas funerarias, las cuales tenían vehículos donde era posible colocar una camilla, pero no estaban configuradas para prestar atención y cuidados a los pacientes. El personal tenía un ligero entrenamiento básico en primeros auxilios. Incluso, los cuidados hospitalarios no eran mejores. Los pacientes eran trasladados al sitio más cercano, independientemente de la capacidad del hospital, y el médico que los recibía generalmente no tenía un entrenamiento formal en medicina de emergencias. (Madsen, 1997)

    "Corazón demasiado sano para morir" fue la expresión que identificaba a las personas que padecían un Paro Cardíaco Súbito. La confirmación de que las víctimas padecían una arritmia cardiaca fatal llamada "Fibrilación Ventricular", y que podían ser resucitadas con un choque eléctrico aplicado en los primeros minutos, generó el desarrollo de la Resucitación Cardiopulmonar en todo el mundo. A partir de 1960, numerosos especialistas en el tema (Pantridge, Peter Safar, Peter Winter y otros) desarrollaron el concepto de "cadena de vida", considerando que la respuesta a una emergencia cardiaca se desplegaba como los eslabones de una cadena y que ninguno de ellos podía fallar o debilitarse, pues la cadena se rompería (Otero Vidal, 1997):

    Eslabón 1: ACCESO PRECOZ (comunicación telefónica con el Sistema de Atención Médica Pre-hospitalaria, recepción, calificación del llamado, despacho de la ambulancia, instrucciones prearribo.)

    Eslabón 2: Reanimación Cardio-Pulmonar (R.C.P.) Básica y Desfibrilación automática PRECOZ (es la intervención inmediata del público y/o un socorrista para realizar maniobras de resucitación cardiopulmonar básica y usar desfibriladores semi-automáticos, según las guías de la American Heart Association A.H.A.).

    Eslabón 3: RCP Avanzada (es el arribo de la Unidad de Terapia Intensiva Móvil – UTIM – y la intervención del personal médico y técnico, con maniobras invasivas, drogas y cardiodesfibriladores manuales, según las guías de la AHA.)

    Eslabón 4: TRASLADO PRECOZ (en la UTIM, a un hospital que disponga de Unidad Coronaria)

    La American Heart Association (AHA) se encargó de desarrollar y actualizar periódicamente las Guías y Recomendaciones para la prevención y tratamiento de todas las situaciones relacionadas con la muerte súbita. (Vidal Otero, ob.cit.)

    Reconociendo la necesidad de implementar una adecuada atención de las emergencias médicas, el Congreso de Estados Unidos de América definió las Actas de Sistemas de Emergencias Pre-hospitalarias de 1973 y 1975, y destinó fondos para mejorar su sistema de comunicaciones, transporte, equipamiento tecnológico y recursos humanos destinados al cuidado pre-hospitalario (Vidal Otero, ob. cit.)

    Antes de 1974, en la provincia de Columbia Británica, en Canadá, los servicios de ambulancias eran ofrecidos por compañías privadas para cada municipalidad. En ese año, el gobierno forma el Servicio de Ambulancias de Columbia Británica (British Columbia Ambulance Service) logrando reunir los servicios que existían para el momento. Este se encargaría de todos los cuidados pre-hospitalarios para la provincia, teniendo actualmente una cifra cercana a los 3000 miembros. (Fig. 4; Fuente: http:/www.B_C_Ambulance Service.com)

    En China, el desarrollo de los servicios de emergencia comienza en la década de los 80, con la importación de los principios de otros sistemas médicos de emergencia, principios que actualmente están tratando de unificar. Los sistemas de emergencia Chinos están ausentes en casi todas las áreas rurales. Los centros de despacho ofrecen tanto traslado como atención del paciente, y el servicio se inicia al discar el 1-2-0. Generalmente no hay comunicación directa entre los hospitales y las ambulancias. (Thomas, 1999)

    En Venezuela, los servicios de atención pre-hospitalaria eran prestados por los cuerpos de Bomberos que existían en cada ciudad, y cuyo personal era adiestrado en primeros auxilios para poder brindar atención oportuna a los afectados por situaciones de desastre.

    En nuestro País, los servicios de atención de emergencia de tipo ambulante, se inician el 3 de Enero del año 1989 (fuente: Archivos Ascardio), con la creación del servicio de atención pre-hospitalaria "Ambulancias Ascardio" el cual funciona en la sede de la Asociación Cardiovascular Regional, ASCARDIO, en Barquisimeto, Estado Lara. Luego, en Noviembre de 1990, en el Estado Carabobo, en respuesta a la huelga que se presentó en los centros asistenciales de salud, se creó el servicio Atención Inmediata, el cual depende de Defensa Civil Carabobo, y tiene estrechas relaciones de colaboración con los cuerpos policiales de la región.

    En otros Estados del país se han ido creando servicios con visión y misión propias, de carácter privado, semi-privado o gubernamentales, los cuales persiguen el mismo objetivo, el cual es disminuir la mortalidad de la población al asegurar prontitud y calidad en la atención ante una situación de peligro. Como ejemplo de estos servicios, en Maracay se crea Sermédica, en el Estado Zulia funciona AME Zulia, en el Estado Carabobo, en el ámbito privado funciona EMI, y en la ciudad capital Caracas funciona el servicio Rescarven.

    A lo largo de los últimos 30 años, se desarrolló el modelo actual de Sistema de Atención Médica Pre-hospitalaria, que se encargó de dar respuesta al total de las situaciones de emergencias médicas en pacientes adultos y pediátricos, algunos modelos medicalizados, otros a cargo de Técnicos en Emergencias (TEM), otros mixtos, con programas de capacitación y entrenamiento específicos para la etapa y escena pre-hospitalaria. (Vidal Otero, ob. cit.) La mayoría de los Servicios de Atención Médica Pre-hospitalaria utilizan ambulancias tipo UTIM (Unidades de Terapia Intensiva Móvil)(Fig. 6. Fuente: http:/www.The San Diego Paramedics.com), algunos sumaron vehículos y equipos de rescate especiales, incluso motocicletas y aeronaves.

    En general, los servicios ambulantes de atención de emergencias deben adaptar sus características y sus organizaciones al medio en el cual desarrollan sus actividades. No debe ser el mismo servicio el que preste sus acciones en una ciudad donde la actividad principal sea la agricultura o la cría de ganado, a aquel que le corresponda atender una ciudad que tenga un alto desarrollo industrial, ya que a los riesgos propios de la población, se añaden los que las empresas hayan aportado a la región.

    Es por esto, además, que sus trabajadores también estarán expuestos a diferentes condiciones de trabajo, y por supuesto a diferentes condiciones de riesgo para su salud. De esta manera se deduce que los estudios a realizarse en cada grupo de trabajo puedan tener características particulares, que los identifiquen, y que podrían extrapolarse a grupos con similares características.

    Asociación Regional Cardiovascular "ASCARDIO"

    ASCARDIO (Fig. 7) es una asociación civil sin fines de lucro con sede en Barquisimeto, Estado Lara, Venezuela. Esta institución surge gracias a la iniciativa de dos médicos cardiólogos del Estado: Doctor Bartolomé Finizola y el Doctor Francisco Suárez Torres, en su afán de servir cada vez más a la comunidad, y viendo la necesidad de crear una institución que contara con todos los recursos económicos, científicos y técnicos suficientes para dedicarse a la prestación de servicios médicos asistenciales al gran contingente de enfermos cardiovasculares, sobre todo entre los sectores de bajos ingresos, tomando en consideración las fatales consecuencias inherentes a esa clase de enfermedades. (Camacaro, 1999)

    El día 25 de Marzo de 1976 se reunieron un grupo de personas para constituir la Asociación Cardiovascular de la Región Centro-Occidental (ASCARDIO); se creó con personalidad jurídica propia sin fines de lucro, con el objeto fundamental de la formación, fomento y administración de un fondo económico destinado a ser invertido en el estudio, investigación y tratamiento médico asistencial de las enfermedades cardiovasculares, prestando a los pacientes toda la atención requerida para su curación.

    En el año 1977 se iniciaron las consultas médicas en Ascardio en la sede del Hospital "Luis Gómez López" adyacente a su sede actual. Hoy en día se ha ampliado su campo de acción a otras áreas del sector salud, constituyendo así un modelo gerencial a escala nacional.

    Su objetivo primordial, desde su comienzo, ha sido apoyar al programa de prevención y control de enfermedades cardiovasculares en el ámbito Regional y posteriormente también en el ámbito Nacional.

    Ascardio ha ampliado su campo de acción a otras áreas del sector salud como:

    • Atención médica en especialidades diferentes a la cardiología;
    • Atención médica de emergencias domiciliarias;
    • Diseño, producción y mantenimiento de equipos y utensilios médicos;
    • Mantenimiento y desarrollo de recursos humanos en el área de administración y gerencia del sector salud;
    • Venta y distribución de medicamentos;
    • Desarrollo de un sistema único de atención médica integral de grupos organizados;
    • Formación de recursos humanos de carácter voluntario que apoyan al sector salud, y otras.

    La estructura organizativa de Ascardio está conformada por una Asamblea de miembros como máxima autoridad institucional que designa una Junta Directiva, de la cual depende la coordinación.

    Tiene tres Consejos Técnicos: Administrativo, Docente y de Investigación. Además cuenta con un voluntariado que está orientado a apoyar a la institución en la recaudación de fondos, el funcionamiento de la organización y la promoción en el seno de la colectividad.

    Cuenta con un conjunto de unidades orientadas a prestar atención médica a la población, entre las cuales está el Centro Cardiovascular Regional Centro-Occidental, que a su vez es el programa de mayor capacidad resolutiva del programa cardiovascular oficial. Otras unidades que prestan atención médica directa o indirectamente son Ambulancias Ascardio, la Unidad Clínica Ascardio, y el Servicio Único de Atención Médica Integral para Grupos Organizados (Su Amigo Ascardio), todas éstas agrupadas dentro del Centro Médico Integrado. (C.M.I.)

    Dentro de la organización hay unidades complementarias a los servicios de atención médica pertenecientes al Centro de Unidades de Apoyo y Servicios Especiales (C.U.A.S.E), como son: Óptica Ascardio, Farmacia Social Ascardio, servicios administrativos, y unidades de soporte, entre las cuales se tienen: Sistemas, Bioingeniería, Saneamiento, Depósito y otros.

    Posee un total de 334 trabajadores, divididos en las diferentes unidades del servicio; 148 de ellos (44 por ciento) pertenecen al sexo masculino. A la unidad de Ambulancias Ascardio están asignados un total de 78 trabajadores, de los cuales 62 (79 por ciento) son varones.

    ASCARDIO, como asociación civil sin fines de lucro, cuenta con dos tipos de fuentes de financiamiento: fuentes gubernamentales, provenientes del Ministerio de Salud y Desarrollo Social y el Ejecutivo Regional.

    Las no gubernamentales son producto de donaciones de empresas privadas, de actividades propias de la institución, de actividades realizadas por el voluntariado y de relaciones tanto Nacionales como Internacionales. La proporción en las mismas es de 30 por ciento proveniente de fuentes gubernamentales, y el resto (70 por ciento) de fuentes no gubernamentales.

    Una de las bases fundamentales de la positiva trayectoria de Ascardio ha sido dejar atrás los modelos tradicionales de financiamiento gubernamentales ya existentes, para dar paso a un tercer modelo de gestión que engloba los dos anteriores bajo un mismo parámetro, con lo cual se logra una alianza estratégica de financiamiento mixto con gerencia privada, de interés social en beneficio de toda la colectividad. (Camacaro, 1999)

    Servicio de Atención de Emergencias "Ambulancias Ascardio"

    El servicio de Atención de Emergencias Ambulancias Ascardio (Fig. 8) fue creado el 3 de Enero de 1989 como respuesta a una necesidad sentida de la comunidad, quien solicitaba el funcionamiento de un área de emergencias en Ascardio. Por esto se crea un servicio de atención médica de emergencias en el ámbito domiciliario, donde se atiende a través de un sistema de ambulancias para garantizar una rápida, adecuada y efectiva atención al paciente en los primeros minutos de su emergencia. Se cuenta con 11 unidades móviles debidamente equipadas, de tipo Fiat, para atención de emergencias, y de Tipo Toyota y Chevrolet, para traslado de pacientes; además se cuenta con una unidad modular (tipo cava) la cual está asignada como unidad especializada Cardio-pulmonar. En el servicio laboran 27 médicos, 49 personas que laboran como paramédicos o asistentes médicos de emergencia (AME), choferes y camilleros. Las unidades están igualmente dotadas con equipos de emergencia como: monitor desfibrilador, electrocardiógrafos, medicamentos, oxígeno, equipos de reanimación cardio-pulmonar, y todo lo necesario para la atención domiciliaria, o el traslado en caso de ser necesario al centro asistencial más cercano o de su preferencia.

    Como se hizo mención, se cuenta con diferentes tipos de unidades; basado en las estadísticas internas del servicio, se determinó que la mayoría de llamadas recibidas (90% aproximadamente) son para atención de situaciones que pueden ser resueltas en el sitio, sin necesidad de traslado del paciente, aunado además a la necesidad de rápida movilización a través de la ciudad, se diseña un vehículo de paseo, tipo Fíat (Fig. 9), que puede trasladar rápidamente al personal por el tráfico de la ciudad, cargando en su interior con todo el equipamiento necesario para la atención de emergencias. Si es necesario el traslado, se solicita el apoyo de una unidad diseñada para tal fin, es decir, ambulancias de tipo cabina con camilla para traslado de pacientes. Existe además una unidad especializada para atención de pacientes con probable patología de tipo cardio respiratoria, en la cual se traslada, además del personal paramédico del servicio, un residente de primer o segundo año del post-grado de cardiología, el cual tiene asignado un equipo portátil de radio por medio del cual es ubicado al presentarse la emergencia.

    El sistema funciona, dentro del perímetro de la ciudad de Barquisimeto y Cabudare, su ciudad satélite, las 24 horas del día, y por un sistema de afiliación prepago, con aporte unipersonal o en grupos, siendo las tarifas bastante accesibles al usuario. Para el mes de Diciembre del año 2000 se cuenta con un total de 219.063 afiliados en toda la ciudad de Barquisimeto, Cabudare y zonas aledañas. (fuente: archivos internos Ambulancias Ascardio)

    Según las estadísticas llevadas por el servicio, para el año 2000 se atendieron un total de 27.362 llamados para atención de pacientes, para un promedio diario de 75 emergencias. Un 42 por ciento de estas atenciones se realizaron en el horario nocturno. Además fueron realizados 8.840 traslados por las unidades designadas a tal procedimiento. Sumados ambos valores se obtiene un total de intervenciones que alcanzan a 36.202, para un promedio diario de 99.18 actuaciones.

    El servicio de Ambulancias Ascardio apoya, además, al programa gubernamental del Sistema Integrado de Ambulancias del Estado Lara (SIAEL)(fig. 10), que conecta a los diferentes centros de salud de la región, los cuales mantienen permanente contacto por medio de equipos de radio ubicados en cada uno de ellos.

    Ambulancias Ascardio, como reflejo a su función principal, que es la de prestación del servicio ambulatorio de emergencia a la comunidad larense, a su vez ha de recabar los fondos necesarios para administrarse puesto que, como es una institución sin fines de lucro y no mercantilista, requiere de la captación de sus recursos a través de las afiliaciones, de las mensualidades de los afiliados, traslados de emergencias, ya sea de pacientes afiliados o no, de donaciones de instituciones públicas o privadas, o de la prestación de servicios especiales a instituciones que así lo requieran para eventos extraordinarios. (deportivos, educacionales, culturales, campañas, congresos, entre otros)

    El servicio se encuentra estructurado de la siguiente manera: (ver anexo ;fuente: archivos Ambulancias Ascardio):

    Una coordinación general, cuya labor principal es la de planificar, coordinar y dirigir las políticas internas, y hacer cumplir de manera eficiente los planes de tal manera que permitan el buen funcionamiento, adaptación y crecimiento del servicio, y al mismo tiempo reunir esfuerzos para lograr los objetivos propuestos;

    Secretaría, encargada de recibir y enviar los mensajes y memorando que se generan en el servicio, realizar pedidos de materiales y repartir las tareas del día de los mensajeros;

    Unidad de docencia, la cual es una extensión de recursos humanos, y se encarga de la formación y capacitación del personal del servicio;

    Comité Médico, quienes instrumentan todo lo concerniente a la atención del paciente, así como instrumentar los programas de entrenamiento del personal, las pautas del servicio y educación al afiliado.

    Base de operaciones, encargada de la supervisión, control y evaluación de las tareas desde la recepción de llamadas hasta el despacho de las unidades;

    • Transporte, encargada del mantenimiento y reparación de las diferentes unidades móviles;
    • Suministros y equipos médicos, cuya función es dotar las unidades de los medicamentos y equipos necesarios para cumplir su función;
    • Comunicaciones, la cual mantiene y supervisa el sistema de comunicación del servicio de Ambulancias Ascardio, así como lo concerniente al entrenamiento del personal en esta área;
    • Personal, sub-dividida en unidad de pago, la cual tramita documentos, pago de nómina, vacaciones y liquidaciones, y la unidad de beneficio social al trabajador, quien en conjunto con la unidad de docencia se encarga de la capacitación del personal, búsqueda de beneficios sociales al trabajador, reclutamiento, selección y adiestramiento del personal;
    • Promoción y cobranzas, quienes promocionan el servicio, y a su vez realizan el cobro de los planes de atención;
    • Administración, donde se llevan los registros de las transacciones y operaciones no sólo de Ambulancias Ascardio, sino de todo el Centro Médico Integral; además se manejan las cajas chicas y se administran y controlan los fondos y gastos de las diferentes unidades.

    El proceso de reclutamiento del personal se inicia en la unidad de Bienestar Social al trabajador, donde una vez se tiene conocimiento de la necesidad a cubrir, se procede al Reclutamiento de Personal como fase preliminar del procedimiento de empleo. Este proceso se lleva a cabo haciendo uso de fuentes internas y externas, tales como:

    • Externas: avisos en prensa regional, amigos de empleados actuales o recomendados, tomando como criterio el hecho de que un buen trabajador recomendará a personas con capacidad, conducta y personalidad acordes a la institución;
    • Internas: promociones dentro de la institución.

    De la totalidad de ofertas se seleccionan tres grupos de candidatos: los que reúnen los requisitos para ocupar el puesto (elegibles), los que se estiman con ciertas dudas para ocupar el puesto (disponibles en caso de fallar los elegibles), y los que no reúnen las condiciones mínimas requeridas (no elegibles).

    El seleccionado se somete a una entrevista donde se obtiene mayor información acerca de su capacidad, apariencia personal, y otros elementos, su real interés por el cargo, su historia laboral, causas de terminación de la relación de trabajo anterior; además se le suministra al candidato los detalles del requerimiento de personal, información sobre el cargo, breve descripción de las tareas y condiciones de trabajo.

    El trabajador aspirante a ingresar a la institución, es sometido luego a un período de pasantías no remuneradas, con una duración de 15 días, en la cual se une a un equipo de trabajo y se encargará de observar y aprender los procedimientos de trabajo, las técnicas básicas para el desempeño de sus funciones, y habilidades necesarias para el buen desenvolvimiento en su medio, tales como transmisión por radio, códigos de transmisión, ubicación geográfica, orientación en la ciudad; desplazamiento en atención de emergencias, además son adiestrados en los conocimientos básicos de atención en situaciones de urgencia.

    Las personas que satisfacen las demandas del servicio, luego de culminar sus pasantías, y luego de ser evaluados por los trabajadores, y por el personal administrativo, son ingresados por un período de prueba que va de 3 a 6 meses, donde son apreciadas sus aptitudes y capacidad de resolución en situaciones de alta exigencia. Luego de culminado el período de prueba, serán incluidos dentro de la nómina del servicio como personal fijo.

    Al personal se le dicta un curso de entrenamiento dictado por personal de la institución, donde las nociones básicas de anatomía, primeros auxilios, atención de emergencias, despacho y recepción, y otras informaciones necesarias para el buen desenvolvimiento en el medio son brindadas al trabajador. Regularmente es seleccionado un grupo de trabajadores para realizar el curso de Asistente de Primeros Auxilios Avanzados (APAA), el cual es dictado por personal de Defensa Civil, y con el auspicio de la OFDA (Oficina Federal para Situaciones de Desastre de Norteamérica), donde son entrenados para enfrentar situaciones de desastre, y de emergencias médicas. Todo el personal deberá, a su debido tiempo, haber realizado este curso como un elemento básico de su formación; además se realiza entrenamiento en Reanimación Cardio-Pulmonar Básica y Avanzada (RCP-B, RCP-A), y electrocardiografía básica, cursos que son dictados por los residentes del post-grado de cardiología que se desarrolla en la institución, y cuya programación tiene el visto bueno de la American Heart Association, y de la Sociedad Venezolana de Cardiología.

    Regularmente, y bajo la supervisión del Comité Médico del servicio de Ambulancias, se desarrolla un programa de educación continuada, donde los médicos y paramédicos desarrollan temas de interés relacionados a las situaciones de emergencia que regularmente se presentan. Este programa se planifica para ser desarrollado durante todo el año, realizando una clase cada semana, y tomando la previsión de que cada tema se desarrolla en dos oportunidades, en días distintos, para permitir la asistencia del personal que pueda estar laborando en el horario de alguna de ellas.

    Los trabajadores reciben charlas de inducción, donde se expresan las diferentes normativas institucionales, y el esquema organizativo del grupo. Actualmente no se realizan charlas de inducción donde se expresen temas relacionados a la seguridad e higiene en los puestos de trabajo, pero se está llevando a cabo un programa de pasantías del Instituto Universitario de Tecnología Andrés Eloy Blanco, donde los estudiantes de Seguridad Industrial son asignados a la institución, y se encargan de identificar y ofrecer soluciones a los problemas que en materia de Higiene y Seguridad se estén presentando en las instalaciones, y que afecten la salud de los trabajadores y de los pacientes que asisten a su sede. El departamento de mantenimiento está tratando de poner en funcionamiento el "Programa de Higiene y Seguridad en una empresa de servicios del sector salud", que fue realizado por uno de tales pasantes, el cual ya está registrado en las oficinas del Ministerio del Trabajo desde el 14 de Febrero del año 2000.

    El personal es dotado de uniforme, el cual consiste en bata manga corta de color blanco con las insignias que identifican a la institución y al servicio en sus mangas, y pantalón de mezclilla color azul. El financiamiento de esta dotación es a partes iguales, es decir, una porción la cancela el trabajador, y una porción igual es cancelada por la institución.

    La asignación de trabajo depende de los criterios de evaluación y de los resultados obtenidos en la misma; un trabajador de reciente ingreso, y que tenga escasa preparación en el área de atención de emergencias será asignado a las unidades que se encargan de traslado de pacientes en condiciones estables, los cuales requieren una mínima o nula atención por parte del personal de la unidad. A medida que aumenta el nivel de capacitación en las áreas de importancia para la atención de emergencias, serán asignados a las unidades que se encargan de la atención domiciliaria de pacientes y emergencias, las cuales generalmente llevan a bordo personal médico calificado.

    Las guardias en el horario diurno tienen una duración de seis horas, y las nocturnas de doce horas. El servicio ha desarrollado un sistema de horarios cabalgados, es decir, una unidad labora desde las siete de la mañana hasta la una de la tarde, sigue el turno de una de la tarde hasta las siete de la noche y termina con el turno de siete de la noche hasta las siete de la mañana. Otra unidad labora de ocho de la mañana hasta las dos de la tarde, sigue con los horarios de dos de la tarde a ocho de la noche, y de las ocho de la noche a las ocho de la mañana. Esta planificación se realiza con el fin de garantizar la presencia de un personal operativo a cualquier hora del día, que no interrumpa con el cambio de guardia al proceso de atención de emergencias, que en el transcurso del día llega a atender hasta 100 llamados de parte de pacientes o sus familiares.

    El número de horas asignadas para cada trabajador no sigue un patrón definido, aunque en los primeros meses de ingreso al servicio, el número de horas se asigna de acuerdo a la disponibilidad de horas libres; a medida que avanza el entrenamiento, y la demostración de destreza, las horas también irán en aumento, y del mismo modo el ingreso monetario. Se debe hacer notar que el pago del salario es a destajo, es decir, el salario de cada trabajador se obtiene multiplicando el número de horas trabajadas por el valor de la hora de trabajo según el grupo al que pertenezca. Si labora en guardias realizadas en horario nocturno, o en días feriados, se agrega el cálculo de un bono extra, el cual es cancelado posterior a la quincena correspondiente.

    Faltas al horario de trabajo, o demostración de conducta inapropiada en el sitio de trabajo, pueden afectar el número de horas asignadas para la siguiente rotación de guardias.

    La asignación de las guardias por parte del personal supervisor no sigue un orden cronológicamente establecido, es decir, el personal puede realizar guardias de duración prolongada con períodos de descanso corto, o realizar guardias de corta duración para luego tener varios días de descanso. Del mismo modo, la asignación por las diferentes sub-bases, a veces obliga al trabajador a entregar una guardia por una unidad, para tener que desplazarse por sus propios medios, a sitios distantes donde debe nuevamente recibir y continuar un período de horas extras, muchas veces sin período de descanso.

    Se observa, además, la tendencia por parte del trabajador, de realizar cambios de las guardias asignadas por horario, para tratar de lograr con los mismos un tiempo libre que le permita descansar o dedicárselo a otras actividades, pero a costa de unir varias guardias que prolongan el tiempo efectivo de trabajo más allá de lo legal y fisiológicamente permitido, con la consiguiente afectación a su salud.

    Todas las unidades están dotadas de equipos de radio de onda corta que le permite mantener comunicación directa con la base de operaciones, por lo que las unidades prácticamente se mantienen en la calle mientras se resuelve el total de emergencias. El procedimiento básico se inicia con la llamada telefónica del afectado; el receptor clasifica la llamada y llena la ficha de datos donde se aportan los referentes al paciente, y a los signos y síntomas que presenta, el despachador recibe esa ficha, y la trasmite por radio a la unidad más cercana, o en su defecto a la que primero culmine la atención que en ese momento realiza. En el caso de que no haya emergencias en la mesa del despachador se permite el retorno de la unidad a su base, situación que ocurre eventualmente por el número de llamadas recibidas a diario. En los momentos en los cuales la unidad y su personal se hallan en la base central, se aprovecha para equipar a la unidad del material y equipos faltantes, para la limpieza de la unidad, y para la resolución de problemas administrativos que pueda tener el personal de guardia.

    El personal masculino de enfermería de ambulancias

    Clásicamente se ha descrito y relacionado a la profesión de enfermería con el sexo femenino. Es una de las profesiones donde la división de género se ha visto más marcada y difícil de separar. Con la masificación del trabajo, y debido a la diversificación de actividades en todos los procesos de trabajo, el hombre se ha ido involucrando cada vez más en actividades que anteriormente hubiesen significado el rechazo de sus congéneres; igual situación ocurre con las mujeres, pero no es tema de este estudio.

    El personal paramédico, también llamados simplemente paramédicos, son los trabajadores de la salud que proporcionan servicios clínicos a los pacientes, bajo la supervisión de un médico. El término generalmente comprende a enfermeras(os), terapistas, técnicos, y otro personal involucrado en los cuidados médicos, pero es frecuentemente aplicado específicamente a las personas altamente entrenadas quienes tienen la responsabilidad, junto a los médicos, del cuidado del paciente. Esta categoría incluye enfermeras practicantes, asistentes médicos, y técnicos médicos de emergencia. (http/:www.Britanica.com)

    En los servicios hospitalarios, es cada vez mayor la participación del hombre en las actividades que involucran atención directa de pacientes. Aunque las cifras varían de un país a otro, y entre autores, existe una tendencia, no tan marcada, a aumentar la participación del hombre en los servicios de salud. En un estudio realizado en 1993 en la ciudad de París, un 28 por ciento de los trabajadores de la salud, sin incluir al personal médico, eran hombres. (Veron, 1994)

    Mostrando una tendencia contraria, en Zaragoza, España, en un estudio sobre patologías frecuentes en una unidad de salud laboral, se encontraron cifras de 6 por ciento hombres y 94 por ciento mujeres dentro del personal de enfermería. (Buil y Bernal, 1997)

    Los paramédicos, no seleccionan el ambiente o condiciones en las que trabajan. Deben atender a los pacientes en el domicilio, en su sitio de trabajo, en la calle, en el sitio donde ocurra la infortunada situación que obligue a solicitar la atención, y por consiguiente, en sitios que no están diseñados para la atención sanitaria, y menos en situaciones de emergencia, donde las maniobras son efectuadas con gran rapidez y bajo tensión emocional importante. En muchos casos sin los adecuados equipos de protección personal que puedan disminuir el contacto del personal con la sangre u otros fluidos corporales, lo que significa un riesgo para el trabajador. En otras ocasiones, deben atender al afectado, dentro de la unidad móvil la cual se desplaza a velocidades que dificultan las maniobras, y a veces tratando de evitar los congestionamientos de tráfico, lo que aumenta el movimiento dentro del habitáculo de la ambulancia.

    Como la atención de los pacientes a los cuales está dirigido el servicio generalmente se hace causado por situaciones de emergencia, en muchos casos se necesita el traslado del paciente hacia un centro asistencial donde reciba atención médica especializada con el apoyo de recursos tecnológicos que no pueden ser acarreados en las unidades. Por esta condición se generan cargas de trabajo por levantamiento de peso, que muchas veces se realiza sin el adecuado entrenamiento, con la consiguiente lesión de la columna y sus componentes. Factor que puede ayudar a la presentación de situaciones de riesgo para la salud de estos trabajadores, es el hecho de que las unidades no están desarrolladas para facilitar el abordaje del sector posterior del vehículo (Figuras 11a y 11b), debiendo levantar la camilla con el paciente a alturas que obligan a maniobras de mayor esfuerzo, y con mayor riesgo de ocasionar lesiones a la columna y miembros superiores, además las camillas no cuentan con un diseño ergonómico que minimice el esfuerzo a realizar para levantar el paciente.

    Situaciones que tal vez no sean tomadas en cuenta como factores que puedan afectar la salud del trabajador hospitalario incluyen su horario de comida-descanso, ya que las situaciones de emergencia se presentan de forma impredecible, y muchas veces los trabajadores no siguen una rutina que le lleve a tener una saludable digestión. Aunque el servicio cuenta con un área de cocina, el tiempo necesario para la preparación o calentamiento de alimentos se hace insuficiente por la premura de atención de emergencias.

    El estrés ocasionado por el tipo de situaciones a las que deben enfrentarse, aunado a las condiciones climáticas de la ciudad, las cuales son rigurosamente soportadas, por que generalmente las unidades no cuentan con acondicionadores de aire, y la carga que implica el desplazamiento por la ciudad y su tráfico, pueden añadir otros ingredientes para que se desate una situación conflictiva, resultando afectada la salud del trabajador.

    Los sitios destinados al descanso del trabajador (Figura 12) mientras no desarrolla actividad de emergencia también deben ser tomados en cuenta cuando se trata de discernir su implicación en la patología relacionada al trabajo en cuestión. Si el trabajador no puede lograr un descanso que garantice su recuperación tanto física como mental, puede acumular a la larga tensión emocional, y cansancio que pueden en momentos determinados afectar el rendimiento, la capacidad de respuesta y discernimiento, el raciocinio, y la toma adecuada de decisiones que pueden significar la vida o la muerte para un paciente en situación de emergencia. Específicamente en el servicio, las horas nocturnas no tienen un período de descanso predeterminado para el personal. Las salidas para cada emergencia son repartidas de acuerdo a la zona de llamada, y al número de las mismas. Si se acumula un elevado número de ellas el personal no descansa, laborando la totalidad del período nocturno. Por el contrario, puede suceder que no ocurran llamados de emergencia logrando un período de descanso adecuado. Así mismo, actualmente no poseen en el servicio algún elemento que sirva de distractor al personal que permanece en turno para salidas, o que por cualquier motivo no se dedica a dormir, por ejemplo un aparato de televisión o radio.

    Similar situación se observa en los vehículos ambulancia, de donde por normativas internas han sido retirados los equipos de radio musical. Aunque esta disposición fue tomada en una oportunidad para corregir situaciones irregulares ocurridas con los equipos de transmisión de onda corta, se aprecia la necesidad de un elemento que pueda favorecer el estado de alerta del personal de guardia, sobre todo a altas horas de la noche, cuando el cansancio y somnolencia del equipo de trabajo puede favorecer la ocurrencia de accidentes de tránsito, por retardo en las reacciones o por quedarse adormilados.

    Partes: 1, 2
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