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Evaluación de los incentivos del Estado Mexicano para el desarrollo de actividades productivas (página 2)

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Conclusiones

El estudio realizado sobre los contenidos y alcance de los programas de fomento institucional instrumentados en México a partir de 1978 revela que la aplicación de la política económica de estabilización macroeconómica con crecimiento hacia afuera y con cuidado relativo del medio ambiente, produjo resultados que en algunos casos fueron insuficientes (encadenamientos, desarrollo tecnológico), otros no fueron los apropiados (fomento del crédito al consumo) y otros produjeron resultados insignificantes (Integración de cadenas productivas, comerciales y de servicios, así como la exigua defensa de la ecología) aun cuando tenían a su favor la recomendación de la OCDE (1991:11) que en ese entonces sugirió la promoción de la micro empresa como fuente de empleo y, coincidentemente, cuando también se fomentó la asociación de la pequeña industria con las grandes empresas para mejorar la competitividad de éstas últimas dentro del nuevo modelo de producción posfordiano, también conocido como de producción flexible.

¿ Se equivocaron el Estado mexicano y la OCDE?

Consecuencias

1. De acuerdo con los resultados, si: Los diversos estudios de evaluación realizados indican que en México aumentó la pobreza: El Dr. Luis Ernesto Derbez comentó recientemente (2006: 13) que el 50% de la población está excluida del desarrollo. En este contexto no sorprende el comentario del investigador Roberto González Amador et al (2006) de que: "se triplicó la cifra de mexicanos en desocupación total este sexenio",

2. E l Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario impulsado en la administración foxista, ha fracasado (Elvia Gutiérrez, 2006) rotundamente debido a la falta de demanda de los consumidores y a la competencia excesiva con los negocios establecidos formalmente.

3. Las pequeñas empresas están "al margen de la globalización… incapacidad para cumplir las exigencias de competitividad……débiles más de doce sectores productivos…entre las actividades que cuentan con un menor número de empresas, están: textil, alimentos, en algunas de sus subrayas, juguete, calzado, vestido, bienes de capital y cerámica" (Martínez Gracía, 2006).

4. Éste equivoco y ausencia de una política industrial ya le ha costado mucho al erario nacional en virtud de que proliferaron "changarros" sin control de su operación, mismos que en la actualidad son responsables del 83% de la contaminación del medio ambiente (Garcia, 2006:1), además de que no contribuyeron al fisco y si, en cambio, provocaron una competencia desleal a los negocios formalmente establecidos.

Estos resultados corroboran que institucionalmente no se ha corregido la política y menos la estrategia y los programas de fomento empresarial que de ellas se derivan; ello nos obliga a buscar urgentemente alternativas para dinamizar la economía y el empleo con medidas diferentes, quizás audaces pero todas ellas viables en el marco de las restricciones impuestas al presupuesto federal, a los salarios y a la oferta monetaria con el objetivo de combatir la inflación, es decir, debemos esforzarnos por fomentar la demanda en una economía caracterizada por la estabilidad con estancamiento y el descuido (que debe evitarse en lo sucesivo) del medio ambiente, cuya contaminación limitó el desarrollo sustentable.

Hipótesis:

Los programas de fomento institucional para impulsar la competitividad de las empresas en una economía globalizada, han sido insuficientes y equivocados.

Referencias para realizar el estudio

Para constatar que han sido insuficientes y equivocadas las acciones institucionales de fomento se utilizarán las siguientes referencias.

a). La estratificación empresarial utilizada para obtener la información que fundamenta nuestro diagnóstico y la propuesta para aumentar el empleo con programas de fomento apropiados, es la siguiente:

Cuadro 1: Estratificación por sector económico, con base en el número de trabajadores, año 2003.

Cuadro 2: Principales características

 

Cuadro 3: Dinamismo del número de empresas en los principales sectores económicos.

En consonancia con lo anterior observamos

Cuadro 4: Dinamismo del número de empresas por niveles de ocupación.

Análisis

1. Predominan los establecimientos con hasta diez trabajadores, lo cual es lamentable porque necesitamos que las oportunidades de empleo proliferen en todos los estratos empresariales;

2. Es modesto el dinamismo observado en el crecimiento del total de empresas de 1993 al 2003: 54.7%;

3. Es reducido el número de empresas formalmente constituidas, en su mayoría las medianas y las grandes.

En este contexto enseguida se revisaron y evaluaron los principales programas institucionales de fomento empresarial de 1978 a la fecha, los cuales se describen en , 2004, en el INEGI,1999 y en otras fuentes (Periódico Reforma, 2006), los cuales son:

1. De financiamiento;

2. De orientación exportadora;

3. Sobre incentivos fiscales;

4. Agrupamiento y cooperación empresarial;

5. Sistemas de información;

6. Asistencia técnica;

7. de Investigación y desarrollo tecnológico

8. Asesoría para administrar con eficiencia e identificar e instrumentar proyectos rentables;

9. Capacitar a los directivos y los trabajadores de la empresa, etc.

10. Desregulación administrativa: Ventanilla Ünica.

11. Programa cadenas productivas competitivas de proveedores de la Comisión para la Cooperación Ambiental de México, Canadá y Estados Unidos, así como el Programa Mexicano para la Industria más Limpia.

Comentarios: Son programas para resolver problemas de operación, para hacer competitivas a las empresas, sin embargo los empresarios entrevistados por INEGI desde 1992 hasta la fecha, en particular los dueños de los llamados micronegocios, reiteradamente vienen diciendo que sus principales problemas son:

*La falta de clientes

*La competencia excesiva; y por consiguiente,

*Baja rentabilidad

Como puede observarse, estos problemas son derivados del modelo económico en vigor: reducido poder de compra y ante la falta de oportunidades, la proliferación de "changarros", luego entonces sus problemas principales son estructurales y no operacionales, que por su alcance estos últimos pasan a segundo término en importancia, dado que además de no constituir los principales problemas, los programas para resolverlos son insuficientes en su cobertura con respecto al número de empresas que registra la OCDE y no se diga en relación con las que señala la SE.

Derivado del fomento institucional antes descrito es que por ejemplo, la contribución por tamaño de empresa en las exportaciones es la siguiente:

Cuadro 5: Número de empresas de exportación y porcentaje de participación

Cuadro 6: Tamaño de empresa y su porcentaje de contribución a las exportaciones

Fuente: Secretaría de Economía (2003).

No debe de sorprender esta modesta contribución de las pequeñas empresas en virtud de que no cuentan con una de las ventajas que le dan competitividad a una empresa: las economías de escala, (Krugman et al, 2001:159) mismas que no se han obtenido por que no han sido agrupadas las diferentes escalas de producción en forma significativa, y, mucho menos encadenadas apropiadamente a las grandes empresas. Una recomendación preliminar es que para agrupar a los empresarios es necesaria la mejor y mayor intervención del Estado, ponerlo al servicio de la economía para motivar, orientar y organizar estos agentes económicos que debidamente coordinados, pueden producir e inclusive exportar competitivamente.

Otra consecuencia derivada de la política de fomento empresarial en vigor, ahora vista por el lado de las importaciones realizadas en el periodo (Dussel, 2001), es el hecho de que éstas destruyeron las cadenas productivas e inhibieron la participación de las micro y pequeñas empresas, MYPES, como proveedores de las grandes empresas productoras y exportadoras del país. De manera que la política de apertura comercial no generó sino limitó el crecimiento endógeno de la economía.

A pesar de lo anterior las MYPES en particular tienen el siguiente potencial económico :

1. Constituyen la primera escuela del desarrollo empresarial y de la especialización laboral;

2. Son la principal fuente de empleo: ocupan al 56.8 % del total de los trabajadores;

3. Representan el 98.9% del total de empresas y por su número deberían de tener atención institucional prioritaria;

4. Aportan el 30.6% del PIB, el 25.0% de las remuneraciones y poseen el 27.0% de los activos fijos netos.

Lo anterior hace posible que las MYPES generen el siguiente valor agregado censal bruto, por sector económico:

a). Sector industrial: 16.9%

b). Sector comercio:51.5% y

c). Sector servicios: 53.8%

Estos indicadores dan la pauta para la elaboración sectorial de programas de fomento apropiado, es decir de aquellos que resuelvan sus problemas estructurales, que reduzcan las asimetrías entre los tamaños de empresa y que optimicen el destino del escaso gasto público aplicado en ellos.

Evaluación de los programas en vigor

1. Son insuficientes porque los recursos asignados tiene limitada cobertura en el vasto universo empresarial. La banca comercial, la de desarrollo y las partidas presupuestales del gobierno (entre otras, la SE concedió 2 mil millones de pesos en crédito durante 2006) no cubren las necesidades de los 10 millones de negocios (SE,2006:17), de los cuales 4.4 millones eran micronegocios en el 2002.

2. Están equivocados de acuerdo con la opinión de los empresarios de pequeñas escalas de producción y de servicios ya que de manera prioritaria se promueve el crédito, cuando reiteradamente ellos han dicho (INEGI, 1992,1998 Y 2002) que ese no es uno de sus problemas principales. Por su parte, quienes lo usan, lo hacen con tasas de interés altas, por lo que la mayoría prefieren el financiamiento de sus de sus proveedores (BANXICO, encuestas trimestrales).

3. Éste equivoco ya le ha costado mucho al erario nacional en virtud de que por ejemplo, el Programa Nacional de Financiamiento al Microempresario impulsado en la administración foxista, ha fracasado (Elvia Gutiérrez, 2006) rotundamente debido a la falta de demanda de los consumidores y a la competencia excesiva con los negocios establecidos formalmente, situación que ocasionó un alto endeudamiento de los negocios promovidos institucionalmente. En opinión de esta especialista." De conformidad con datos de la Encuesta Ingreso Gasto, correspondiente a 2005, del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el 12 por ciento de los hogares (tres millones 85 mil) que decidieron emprender negocios propios, arrojan un balance negativo, es decir, resienten pérdidas en sus proyectos productivos". En la industria y el comercio es donde más se registran saldos negativos. Esto es preocupante porque estos micronegocios se " sumaron a los nueve millones 836 mil 542 hogares que cuentan con una renta empresarial", cantidad preocupante para cualquier persona responsable que vele por los intereses de la Nación.

4. Si los resultados de los estratos empresariales que no consolidaron su operación, se relacionan con el resto de las unidades de producción y de servicios, puede estimarse que muchas de ellas constatan la opinión de que las bajas ganancias son el tercer gran problema estructural que tienen y que debe resolverse a la brevedad posible.

5. La normatividad para su promoción y consolidación ha sido equivocada, incompleta e inoportuna como se demuestra a continuación con el detalle posible a nivel nacional.

Es sintomático observar que no ha existido secuencia lógica ni un enfoque integral en la promulgación de los ordenamientos establecidos para el fomento de estos estratos empresariales.

Para constatar esta característica, la información disponible revela que en 1978 la Secretaría de Hacienda y Crédito Público instruyó a Nacional Financiera para que pusiera en vigor el PAI: Programa de apoyo integral para la industria mediana y pequeña, en el cual no se consideraba oficialmente la existencia de la micro empresa pero que era interesante porque brindaba apoyos adicionales al crédito que tradicionalmente había ofrecido el gobierno federal, mismo que posteriormente se descontinuó. Luego se publicó el primer ordenamiento: la Ley Federal para el Fomento de la Microindustria y la Actividad Artesanal (Cuadernos SECOFI, 1987), con la cual se daba un basamento jurídico al fomento institucional, mismo que se caracterizaría por el otorgamiento en gran parte simbólico de apoyos fiscales, financieros, de mercado y de asistencia técnica, además de que se induciría la simplificación de los trámites administrativos (Artículo 1º). Aquí surgen varias incongruencias con la realidad económica que evidencian la falta de visión en las acciones gubernamentales, ya que omitió a las empresas que estaban registradas en los sectores comercio y servicios, que constituían la mayor parte del total de empresas. Agréguese a lo anterior que la actividad artesanal es importante en México y por si sola merece un ordenamiento y un programa específico para su desarrollo.

Quizás estas reflexiones ocasionaron que se anunciara en el Diario Oficial de la Federación del 26 de enero de 1988 la creación de la Ley Federal para el Fomento de la Microindustria, cuyo artículo 2º señala que " la aplicación de esta Ley será en la esfera administrativa y, en el 6º, que " los empresarios de la microindustria sólo están obligados a llevar su contabilidad en un libro de ingresos y egresos siendo personas físicas, y en libros diario de mayor y de inventarios y balances siendo personas morales". En ese sentido apareció en el Diario Oficial de la Federación el 9 de marzo de 1988, el Decreto que exime parcialmente del impuesto sobre la renta y la simplificación de trámites a las empresas que se inscriban en el Padrón Nacional de la Microindustria. Igualmente, con ese propósito el 14 de abril de 1988 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Acuerdo por el que se exime del trámite para la obtención de la licencia de establecimiento o ampliación para aquellas microindustrias cuyas actividades no estén clasificadas como altamente riesgosas.

Indudablemente que estos ordenamientos significaron un avance en la normatividad porque por primera ocasión se ponía de relieve la importancia que el gobierno le concedía a las MYPES, pero en la práctica no fueron atractivos, ya que privilegiaban a la industria y seguían discriminando a los otros sectores económicos. Su incidencia positiva se halla en el interés por reducir los altos costos de transacción y en la asignación de fondos con criterios selectivos por tamaño de empresa, región y sector económico.

Con ese propósito es que en 1989 se instruyó a Nacional Financiera para que integrara sus fideicomisos relacionados con las MYPES y, desde ese año, se convirtió en la principal institución financiera del gobierno promotora de las mismas con programas de índole crediticia, de protección del medio ambiente, desarrollo empresarial y de impulso a la innovación tecnológica.

Posteriormente, el 28 de febrero de 1991 se puso en marcha el Programa para la Modernización y el Desarrollo de la Industria Micro, Pequeña y Mediana: 1991-1994. Entre sus objetivos destacan el fomento de los tres estratos empresariales con cambios cualitativos en las formas de comprar, producir y comercializar para consolidar su presencia en el mercado interno e incrementar ésta en los mercados externos, así como elevar el nivel tecnológico de sus procesos productivos y la calidad de sus productos, al igual que establecer mecanismos para el logro del financiamiento institucional, capacitación, información, organización interempresarial, abastecimiento al sector público y medidas de tipo integral. Para la instrumentación del programa, en septiembre de 1991 por decreto presidencial se creó la Comisión Mixta para la Modernización de la Industria Micro, Pequeña y Mediana, en la que participaban los tres órdenes de gobierno y las organizaciones empresariales y sociales. Cabe mencionar que este programa surgió a consecuencia del Programa Nacional de Modernización Industrial y del Comercio Exterior 1990-1994, el cual destacaba que en México las industrias de pequeña escala eran parte esencial de la planta productiva.

Al respecto, fue hasta 1995 cuando se amplió oficialmente la cobertura del fomento que inicialmente se daba exclusivamente a la industria, al hacerlo extensivo a los sectores comercio y servicios a través del Acuerdo que tenía por objeto otorgar facilidades administrativas y subsidios fiscales para la regularización de la Micro, pequeña y mediana empresa, el cual se publicó en el Diario Oficial de la Federación del 11 de mayo de 1995. Por primera vez se determinaban los estratos de la micro empresa en los sectores industrial, comercial y de servicios, con base en el personal empleado exclusivamente.

En este contexto y derivado de la crisis de 1995, el 1º de octubre de 1996 entró en vigor el Acuerdo de Apoyo Financiero y Fomento a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa, mediante el que se daban facilidades para el pago y la reestructuración de sus adeudos, además de que se le proporcionaban nuevos créditos para reactivar sus actividades empresariales. Ello influyó para que en 1999 se definieran los tamaños de empresa con amplios propósitos de fomento y no de mera recuperación de las MYPES.

El 13 de diciembre del 2002 se promulgó la Ley para el Desarrollo de la Competitividad de las MYPES, en la que se reiteró la conveniencia de continuar apoyando estos estratos con una amplia gama de estímulos a los que se puede acceder a través del Programa de Desarrollo Empresarial 2001-2006. Sin embargo, no fueron suficientes puesto que en el caso de disponibilidad de financiamiento, se mantuvo la astringencia crediticia debido a que no ha variado la política de estabilización económica en el país. Corroboración reciente de este hecho lo constituyen los análisis realizados por los expertos (Arturo Huerta y Felipe Zermeño, 2003:25 y 29), quienes a través de sus estudios afirman que no hay flexibilización monetaria y que por ello el crédito otorgado sólo ha favorecido a un reducido grupo de empresas, las del sector industrial que constituyen alrededor del 10% del total.

El análisis de estos ordenamientos pone de manifiesto que la legislación de apoyo a las MYPES ha sido irregular, a veces casuística y siempre incompleta, en virtud de que lejos de apoyar a todo el universo de estos tamaños de empresa, se empezó privilegiando a la pequeña y mediana industria, cuando en realidad se debió fomentar desde un principio a todos los sectores de la economía mexicana que contenían MYPES. Fue hasta 1995 cuando se decidió promover por ejemplo, el desarrollo de los sectores comercio y servicios.

Sin lugar a dudas puede decirse que durante mucho tiempo se desconoció oficialmente la existencia de los micro negocios, independientemente del sector económico en que operaban, situación que no pudo prolongarse indefinidamente por la alta ponderación que representa el número de establecimientos de esta escala de producción y de servicios (más del 95.0%).

En este contexto, cabría preguntarse ¿ Acaso tiene sentido contratar un crédito, gastar en capacitar al personal, comprar tecnología de punta y limpia y asociarse con otras empresas si no existe demanda suficiente para los bienes y servicios de los muchos oferentes que operan en el mercado ?

Reflexiones derivadas de la evaluación

Como señala Bruno Ferrari (2006:43) "el país se nos va, no porque no podamos hacer algo, sino porque en realidad no queremos hacerlo". Yo en lo personal creo que en economía debemos de empezar por cambiar la estrategia de darle prioridad a las exportaciones porque no gestaron el crecimiento endógeno de la economía y, en su lugar, dársela al mercado interno resolviendo los problemas de escasa demanda y de saturación de oferentes en espacios, horarios y actividades por tamaño de empresa.

Lo anterior no significa cerrarnos a la globalización de los mercados, sino aprovecharlos cuando sea conveniente, ya sea como demandantes de nuestros bienes y servicios o como proveedores de lo que necesitemos para producir y vender competitivamente en ellos.

Creo que en el corto plazo ha llegado el momento de poner el Estado al servicio de la economía en el marco de la política económica actual, es decir, de hacerlo más eficiente en la aplicación del gasto público, sin modificar la normatividad y sin aumentar el presupuesto de fomento empresarial para abatir con el desarrollo empresarial el desempleo.

Lo anterior obliga a reflexionar sobre la conveniencia de que el Estado regule la competencia empresarial en tiempo, espacio, actividad económica y tamaño de empresa como ya sucede en México y en otros países considerando que se viven momentos críticos como son el alto desempleo y el alto grado de marginación que justifican plenamente ésta acción del Estado mexicano.

Propuesta para fortalecer la competitividad de las empresas en la globalización

Con esta propuesta se pretende armonizar el crecimiento de la sociedad y de la economía en el espacio disponible y en congruencia con la protección de los recursos naturales, la cual parte de las siguientes premisas:

i). En el corto plazo no cambiará el modelo de política económica;

ii). Se pretende que el Estado con los empresarios resuelvan los problemas sustantivos de las empresas con acciones que tienen un sólido sustento teórico (Porter,1990:129); Esser (1999); Mckinsey y Boston Consulting Group (1999), Krugman,(2001:159) que sugieren la intervención del Estado en la organización de la demanda interna como instrumento para dinamizar la economía.

iii). Esta propuesta es viable porque así lo demuestran las experiencias de México y de los países de la OCDE.

iv). El diagnóstico económico realizado indica que hay directrices claras sobre lo que deben de hacer los agentes activos de una nación para aumentar la productividad y rentabilidad de estos estratos empresariales, así como para convertirlos en un instrumento real de política económica que incremente el empleo bien remunerado y permanente,que coadyuve a la mejor distribución del ingreso.

v). Las MYPES emplean actualmente al 56.80% de los trabajadores, porciento que puede aumentar dado que en opinión de la SE existen 10 millones de negocios; el reto es diseñar programas adecuados para incrementar su potencial como empleadores.

Al respecto, creo que basta con revisar y reorientar los programas de fomento hacia la solución de los problemas que les provocó el modelo económico en vigor. Se cuenta con un entorno favorable para regular la competencia entre las empresas; destacan opiniones como las siguientes:

a). Funcionarios del CESPEDES como Alejandro Lorea (2006:18) incluso sugieren que se autorregule a las Pymes para que mejoren el cuidado del medio ambiente, para promover el desarrollo sustentable.

b). Los funcionarios de la APEC y de la OCDE (2006: 15) en su reunión de Atenas, Grecia del 7 de noviembre del 2006 consideraron "que a las Pymes se les debe proveer de información de los mercados en el extranjero de manera gratuita o a muy bajo costo". En palabras de Ivette Saldaña: avalaron y justificaron la intervención de los gobiernos para asistir, apoyar e incluso financiar a las pequeñas empresas (Pymes) que intenten realizar actividades de comercio exterior".

c). Yo agrego que también a las que incursionen el comercio interior de un país, dada la importancia que tienen en el PIB, en el empleo, en el desarrollo de emprendedores y en los activos fijos netos que generan, entre otros indicadores suyos relevantes.

d). Canacintra (2006: 12A) considera que es necesario incrementar el desarrollo tecnológico apoyando y subvencionando la creación de institutos de investigación y desarrollo tecnológico para aumentar la competitividad de las empresas, el algunos casos sugieren envíar a fondo perdido el financiamiento aplicado a investigación y desarrollo dado que la mayoría de las empresas no tienen capacidad económica para realizar estas acciones..

e). Ya está en el Senado de la República el proyecto de Ley de Procedimiento Administrativo para que lo revise y lo apruebe en su oportunidad para hacer competitivo el marco regulatorio: agilizar la tramitación de permisos para abrir y operar un negocio (García Fernández, 2006: 18).

Filosofía:

El Estado debe regular la economía aplicando conjuntamente con las organizaciones empresariales la mercadotecnia social para identificar y entender las necesidades del consumidor, cuya demanda agregada en la actualidad sustituye(misma que aún falta de sistematización para optimizar su impacto, genera un crecimiento promedio de alrededor del 3.0% anual) el gasto público sugerido por Keynes.

Política económica:

El Estado Mexicano en colaboración con los agentes multiplicadores de apoyo promoverán el desarrollo de las actividades productivas y de las empresas de manera selectiva y de acuerdo con las preferencias de los consumidores. Las acciones del Estado serán de carácter administrativo, de organización de empresas, de supervisión, seguimiento, y evaluación de programas, es decir, se sugiere que desempeñe la función pública con eficiencia y oportunidad sin aumentar su intervención en la economía para no desalentar la inversión privada, pero si elaborando y operando programas que resuelvan los problemas sustantivos de las empresas.

En este sentido, la Carta Magna que faculta al Estado para que norme las acciones de los agentes económicos en beneficio de la sociedad al igual que las leyes secundarias y reglamentos en vigor como la Ley Federal de Competencia, las de incentivos para el fomento de las actividades productivas en los estados y municipios, etc. constituyen el marco normativo para la actuación del Estado en la economía, así como las experiencias exitosas de su pares en la OCDE, que, supuestamente, aplican el mismo modelo económico y que han fortalecido la posición de las MYPES en la solución de problemas económicos y sociales, en particular España que cuenta con la Ley de Ordenación del Comercio Minorista, así como la buena experiencia observada en Italia y Estados Unidos en lo que se refiere a la colaboración entre los agentes económicos públicos y privados, que en los tres países ha contribuido a reducir el desempleo y a mejorar la participación de las MYPES en sus exportaciones: 31.4% en Estados Unidos y 40.0% del total en España e Italia.

Estrategia basada en criterios de mercadotecnia social:

Por el lado de la demanda:

Se elaborarán programas orientados a la solución de los problemas sustantivos de las empresas y, de manera complementaria, los programas que atiendan sus problemas de operación. Los primeros comprenderán acciones como las siguientes: El Estado mexicano por medio de las instituciones apropiadas en coordinación con las organizaciones empresariales monitorearán permanentemente los mercados para conocer las preferencias de los consumidores y difundirán dicha información entre los empresarios del país, con objeto de que éstos adecuen sus planes de producción, distribución y comercialización de acuerdo con los cambios observados en la demanda.

Ahora el Estado mexicano debe instrumentar una política económica selectiva para satisfacer la demanda previamente identificada. En consecuencia, de esa manera podrá optimizar la aplicación del gasto público promoviendo los programas operativos de fomento como son los de estímulos fiscales, crediticios, de asistencia técnica y de otra índole, en los sectores y las empresas en que sea necesario fortalecer su competitividad. Citando a Drucker : para fabricar lo que se vende, no vender lo que se fabrica.

Al respecto, se estima que actualmente con los insuficientes y equivocados programas de fomento y con el gasto del consumidor no aprovechado adecuadamente, dada su dispersión, la economía crece en promedio al 3.0% anualmente, por lo que es de esperarse que con la reestructuración y ampliación de las funciones administrativas y organizativas propuestas para mejorar la acción del Estado en beneficio de las empresas, preferentemente las MYPES, éstas al trabajar para satisfacer la demanda efectiva identificada del consumidor, provocarán el circulo virtuoso de mayor aprovechamiento de la planta productiva, la creación de empleos permanentes y bien remunerados, el ingreso familiar incrementado, el mayor uso de materias primas, insumos y mano de obra del país, etc. que, en resumen, aumentarán la tasa de crecimiento sostenido de la economía y el bienestar de la sociedad, ya que las empresas aparte de satisfacer la demanda identificada conforme a la normatividad administrativa y organizativa del Estado, así como con base en los resultados de sus propias investigaciones de mercados, si la capacidad técnica de sus líneas de producción se los permite (versatilidad) estarán en plena libertad de fabricar bienes y proporcionar servicios para otros sectores que no cuenten con el apoyo institucional prioritario. Restaría pues diseñar la metodología necesaria para cuantificar el efecto que ahora tendría el gasto de los consumidores importantes direccionado hacia ciertas empresas del país.

En este sentido es que se establece una simbiosis de trabajo entre el Estado y las organizaciones empresariales (sobre todo las de micro y pequeñas escalas de producción que no disponen de recursos ni de personal especializado), por ejemplo, en una primera etapa realizarán estudios de mercado para identificar los productos y servicios con mayor demanda. Esta información le servirá al Estado para elaborar los programas especializados, selectivos, de fomento ; en una segunda etapa las empresas al contar digamos con programas de asistencia técnica, de enseñanza y aplicación de la mercadotecnia para satisfacer con éxito las necesidades del consumidor, estarán en condiciones de planear, desarrollar estrategias y de capacitar apropiadamente a sus trabajadores para identificar y cuantificar mejor los patrones de compra y de consumo: su dimensión, localización y tipificación por niveles de ingreso, entre otras acciones.

Así, para que los micronegocios en particular, tengan más clientes.

El Estado debe de considerarlos como "empresas infantes" (Krugman, 2001:159)que debe proteger mientras se organizan para ser competitivas, a las que les ofrecerá programas que cuenten con instructores (como lo hace la SHCP) distribuidos en todo el territorio nacional, para que los capaciten u orienten sobre como identificar las preferencias del consumidor: los tamaños deseados, tipo de empaque, presentación, etc. para de ahí derivar el estudio concreto sobre los atributos que debe reunir el producto y/o servicio y los canales de distribución a utilizar para llegar al mercado meta.

Por el lado de la oferta:

Dado que hasta el momento se han sugerido acciones por el lado de la demanda, que si bien representan un cambio significativo de la función pública en materia de fomento de las actividades productivas y de las MYPES, puesto que entre otras cosas, no es necesario modificar la legislación ni aumentar el gasto público, porque la demanda selectiva proviene del consumidor y no del Estado keynesiano (como lo sugiere el Presidente Calderón, gastar en infraestructura física, social y productiva, cuyo monto es insignificante en el Presupuesto de Gasto Público para el ejercicio fiscal del año 2007) ahora conviene sugerir acciones por el lado de la oferta con objeto de dar solución real a los problemas sustantivos de estas empresas con programas apropiados y no equivocados o insuficientes.

Recomendaciones:

Para disminuir la excesiva competencia entre las empresas, principalmente entre las MYPES, se recomienda que el Estado formule y aplique programas que organicen a estos empresarios en torno a la demanda identificada, para trabajar en un régimen de competencia regulada (Ley Federal de Competencia): temporal, sectorial y regionalmente por tamaño de empresa para consolidar su operación. El resultado sería el uso de la capacidad productiva instalada de sólo unos días de la semana y el resto, para generar productos que podría vender en otros mercados sin el poder de compra garantizado, pero que sumados los ingresos serían mayores, como también su rentabilidad y el empleo de trabajadores.

Ya existe parcialmente esta normatividad pero es insuficiente y no se aplica con eficacia, por lo que conviene evaluarla y determinar si se amplía o simplemente se actualiza.

A manera de ilustración conviene decir que actualmente el Estado regula la competencia económica con acciones como:

1. Espacialmente: Las licencias para el uso del suelo, para construir y abrir un negocio, así como los tianguis y mercados sobre ruedas que son autorizados para operar en ciertos lugares de las ciudades, entre otras ;

2. Temporalidad: Concesiones anualizadas o periódicas a los transportistas para operar rutas urbanas, semiurbanas y foráneas, a las empresas telefónicas, de las carreteras de cuota, los mismo tianguis y mercados sobre ruedas que trabajan en determinados días y horas de la semana; la autorización para que las empresas trabajen con cierto horario en zonas densamente pobladas para evitar que después de cierta hora molesten a las familias, etc.

3. Por tipo de actividad económica: Autorización de bancos, los parques industriales; los mercados de frutas, abarrotes, legumbres y otros bienes; la autorización de giros secos, semihumedos, de alto riesgo.

4. Ya existen experiencias exitosas derivadas de la aplicación de los programas de organización y de administración eficiente de empresarios, destacan: a). La reubicación del comercio ambulante en la ciudad de Querétaro, Querétaro; b). el Bando de 1997 en el Distrito Federal mediante el cual se retiraron los comerciantes ambulantes del primer cuadro de la ciudad de México, quienes fueron reubicados en plazas comerciales con créditos que les proporcionó la Nacional Financiera; b). algo similar se hizo en el año 2000 en el centro de la ciudad de Morelia, Michoacán y desde hace tiempo, la incursión exitosa de los productores y exportadores de aguacate de Michoacán, así como los de frutas y legumbres de Sinaloa.

De lo anterior se infiere que de manera implícita ya hace mercadotecnia, pero socialmente, dado que regula el espacio, la actividad económica y el horario, que forman parte de los criterios que las empresas utilizan en mercadotecnia para identificar, entender y satisfacer adecuada y oportunamente las necesidades de los consumidores, evitando la saturación en giros, mercados y horarios determinados.

Como puede observarse muchos de los ejemplos citados ya pueden replicarse y contribuir además de la solución al problema económico estructural de saturación de la oferta en determinados espacios y horarios con ciertos productos y servicios, a incrementar el empleo y la rentabilidad de las empresas, a equilibrar el crecimiento de la economía y de la sociedad en determinados espacios y protegiendo el medio ambiente en que se realizan.

Para ello se requiere que:

Estos programas de organización de los empresarios se fundamenten en programas administrativos eficaces del Estado, así como en los programas de monitoreo, supervisión, seguimiento y evaluación oportuna de los programas de fomento de actividades productivas y de servicios. De esa forma se podrán instrumentar acciones correctivas oportunas entre los oferentes en congruencia con "las señales del mercado".

Metodología

Identificación de la demanda de los consumidores sectorialmente con criterios de mercadotecnia social.

Para identificar la demanda en el mercado internacional, se sugiere que se analicen las importaciones que hacen los principales países, por ejemplo, los miembros de la OCDE, cuya participación es representativa de los cambios que suceden en el mercado mundial.

En el mercado nacional, la demanda se identificará en el Sistema de Cuentas Nacionales que contienen la estructura del PIB, así como en los resultados de las encuestas periódicas que levanta el INEGI al igual que BANXICO y otras instituciones, cuya información permite hacer estimaciones sobre las tendencias, participación y dinamismo en los mercados de los principales sectores económicos.

Identificación y evaluación de las fortalezas y debilidades de los sectores en que se producen los bienes y servicios que deben satisfacer la demanda.

Los requerimientos de los mercados identificados en el punto anterior dan la pauta para ahora buscar su enlace sectorial en la economía nacional, adentrándose en el análisis de la producción y de las exportaciones dentro de la composición del PIB mexicano, que está integrado por sectores a los que el INEGI denomina " grandes divisiones económicas", que deben estudiarse minuciosamente hasta donde la información disponible lo permita, con objeto de conocer su competitividad derivada de las fortalezas y debilidades que se les identifiquen durante el proceso de investigación que realice el gobierno o cualquiera de los agentes multiplicadores involucrados en su estudio.

Para las empresas que integran el sector proveedor del mercado:

Se recomienda estudiar, por ejemplo:

i). Su número, dinamismo, cuota de mercado y distribución geográfica.

ii). Factores locacionales que influyen en su operación éxotosa.

iii). Tipificación por tamaño de empresa de las cadenas productivas, distributivas y comerciales con las que opera.

iv). Características de sus redes y programas de proveedores para la contratación de mano de obra, adquisición de tecnología, insumos y materias primas, entre otros.

En particular, para incrementar la competitividad de las empresas, sectorialmente se recomienda que:

i). El ejecutivo federal actúe cuantas veces sea necesario en la "regulación de la competencia entre las empresas, es decir, debe de promover su rivalidad pero acotada en ciertos horarios, en espacios definidos, tipo de bienes y servicios y de ser posible, por tamaño de empresa; se piensa que en esa forma se amortiguarán los efectos de la competencia excesiva que prevalece, de la falta de clientes y de escasas ganancias.

En esos sectores se recomienda que el Estado incremente su protección focalizada con programas complementarios a los de organización de las empresas, con programas comerciales y de servicios, de índole financiera, tecnológicos, de organización y administración eficiente para las MYPES, al igual que debe de aumentar su participación económica en la capacitación de los trabajadores y en la formación de los empresarios con capacidad gerencial.

Los programas deben contener acciones que permitan a las MYPES aumentar su competitividad (forma poética de así llamarle a la productividad: Krugman) mediante la asociación o su agrupamiento para abatir costos de administración, de transportación, de transferencia de tecnología, legales, de investigación de mercados y la puesta en marcha de programas de mercadotecnia dirigidos a estratos de ingresos significativos; también acciones sobre conciencia ecológica para resolver simultáneamente la contaminación del agua, aire y suelo, por constituir la base del desarrollo sustentable y la rentabilidad de las empresas.

Además de la urgente modernización y simplificación administrativa para abrir un negocio y para mantenerlo en operación dentro de la economía formal, se deben resolver oportunamente controversias y dar transparencia a la seguridad jurídica para los inversionistas.

El gobierno debe ampliar sus programas de compras oficiales, mismos que debe acompañar de apoyos reales y suficientes para que las MYPES enfrenten las importaciones y las arbitrariedad del mercado.

Por ser el estrato más grande, para incrementar la competitividad de las MYPES de sectores con demanda identificada, se recomienda a nivel de empresa:

Para iniciar su propio negocio:.

i). La persona debe autoevaluarse para determinar si tiene el perfil que la conduzca al éxito.

ii). Si es el caso, enseguida identificar de manera organizada, con método, la idea sobre el tipo de negocio que emprenderá.

iii). Cuando se es empleado la idea generalmente surge en la oficina o taller en que trabaja; en otra situación, la idea se gesta en el círculo de amistades, en la familia o en la pequeña investigación de mercados que se realice.

iv). Enseguida se debe de elaborar un "plan de negocios" para que la persona conozca la viabilidad de su idea, ya que su plan debe describir la idea del negocio, la forma en que se desarrollará y la utilidad que proporcionará. Es aconsejable que la SE, establezca oficinas como lo hacen la SEP y SHCP, para orientar sobre cómo se formula el plan de negocios y para difundir en puntos estratégicos del país las señales del mercado.

v). Seguir los pasos descritos en el plan y abrir su negocio.

Para consolidar o ampliar su negocio:

i). Utilizar la mercadotecnia para satisfacer las necesidades de los clientes a un bajo costo, con calidad y oportunidad, es decir, creando una estrategia de mercadotecnia (Gitman, 2003:346).

ii). Para desarrollar la estrategia de negocios es necesario: a) Conocer el entorno externo; b) Definir el mercado objetivo; c) Crear una ventaja competitiva, cómo ser único, diferente en el mercado y d) desarrollar una mezcla mercadológica. Destacan en una empresa en operación la creación de la ventaja competitiva, que consiste en darle al producto o servicio una serie de características propias que lo hacen singular y que el mercado objetivo percibe como significativas, distintivas y superiores a los de la competencia.

Esta ventaja competitiva puede crearse en los costos, en la diferenciación y en los nichos de mercado. La ventaja en costos emana de la compra de materias primas baratas, de la buena administración, del diseño y tamaño de los productos y, muy importante, del control de los gastos indirectos. Los nichos de mercado constituyen para algunas MYPES una ventaja competitiva, en virtud de que evitan a los grandes competidores al identificar el nicho, en el que se especializan y lo atienden con efectividad aun cuando disponen de pocos recursos.

La mezcla mercadológica es uno de los elementos más importantes para fortalecer la competitividad de las MYPES. Al tener la empresa ya identificado su mercado objetivo y su ventaja competitiva, el siguiente paso dentro de la estrategia es crear la mezcla inteligente de las cuatro P: producto, precio, promoción y posición (plaza o distribución).

iii). Para que produzca mejores resultados la mezcla mercadológica es conveniente que se le enseñe al empresario a usar técnicas estadísticas (Pérez, 2006: 17) como el análisis de varianza para identificar las diferencias importantes entre las medias de los grupos, de las tablas cruzadas para encontrar asociaciones entre las variables significativas, el análisis discriminatorio o selectivo de actitudes para predecir preferencias, la econometría tradicional y de series de tiempo para constatar la relación de variables y hacer sus correspondientes estudios de estructura, dinamismo y tendencia; el análisis de racimos o conglomerados para definir y cuantificar nichos de mercado; etc.

iv) De acuerdo a la sugerencia de vincular rentablemente a las MYPES a las cadenas comerciales y de servicios, se considera que las comerciales se integran con empresas mayoristas y minoristas (MYPES); las primeras con su propia mezcla de mercadotecnia atraen a las segundas, mismas que en turno aplican su mezcla de mercadotecnia en su mercado objetivo para mantener o aumentar el número de clientes. El manejo de las cuatro P’s es crucial y permanente para tener éxito en los negocios, cualesquiera que sea el tamaño de las empresas, el país, el sector o la época en que trabaje.

La distribución desempeña un papel muy importante en las empresas en estudio, dado que un producto puede ser de excelente calidad y precio, pero puede no posicionarse en el mercado si la empresa cuenta con un mal sistema de distribución. Al ser el medio o canal por medio del cual un productor hace llegar un bien al consumidor, su función pública debe ser mejor reglamentada que en la actualidad por el gobierno.

Viabilidad

1. Se tendrá si el gobierno regula la competencia siendo eficaz en la aplicación de los ordenamientos existentes o actualizando su intervención en la economía, para todos los tamaños de empresa y dándole un trato de " empresas infantes" (Krugman, 2001: 159) a las MYPES orientando su producción y venta de bienes y servicios en los mercados. En otras palabras, debe de hacer mercadotecnia social, después de todo ya la hacen las empresas al aplicar técnicas para identificar al consumidor para regular sus preferencias, dicha regulación se expresa cuando fabrica y distribuye los bienes servicios en el mercado, es decir, monitorea sus cambios de residencia espacial, en necesidades, ingresos, actividad social, etc. de manera que al ser el origen y destino de sus actividades económicas lo tiene controlado. Así pues el Estado en coordinación con las organizaciones empresariales ahora deben desempeñar juntos estas actividades y garantizando la competencia de los empresarios en el mercado de los productos con demanda significativa, pero actualizando y aplicando la regulación que ya utiliza con criterios de eficiencia administrativa, de organización de emprendedores en horarios, espacios y actividades definidas por tamaño de empresas.

2. Apoyarse en la demanda interna del consumidor, preferentemente, para el fomento del desarrollo empresarial (regulado por el Estado y los empresarios como lo propongo) es una sugerencia que en forma puntillosa describen como aceptable y recomiendan hacerlo desde hace tiempo estudiosos del tema como Porter (1990), Esser (1999) Mackinsey y el Boston Consulting Group (1989), entre otros.

3. El Programa Oportunidades de la Secretaria de Desarrollo Social, reconocido y avalado internacionalmente como una iniciativa de inversión (y no de caridad) para cinco millones de familias humildes (Vázquez Mota, 2004:14), podría fácilmente ampliar su cobertura a las MYPES porque oficialmente es un programa de subsidios institucionales, de clara intervención del Estado, que se vinculará a los procesos productivos; se intuye que ya comprende los procesos de comercialización y de distribución y que lo operan muchos microempresarios.

Si el gobierno instrumenta los programas con las sugerencias que se hacen, podrá abatir la pobreza y acrecentar el necesario desarrollo socio-económico del país, utilizando a todas las empresas pero en particular a las MYPES para dar empleo en la forma antes descrita.

Creo que estos programan contienen las bases para constituir los encadenamientos productivos y de servicios, que tanto necesitan los empresarios de las MYPES, es decir, asociarse para ser competitivos.

4. Ya existen experiencias en México y en sus pares, los países miembros de la OCDE.

La participación que decida tener el Estado en la economía en beneficio de la sociedad, será crucial en la nueva administración pública federal para el periodo 2006-2012. Para estimular su participación eficiente en la economía conviene recordar que las teorías de la competitividad implementadas a partir de que ésta se crea por elección (Porter, 1990a) y no por la disponibilidad de recurso (Smith, 1776-1999) se interpreta que es significativa la intervención que debe tener el Estado en la economía para crear dicha competitividad. Comenta Willy Brandt que el Estado intervendrá tanto como lo requiera el mercado, yo agregaría: el bienestar de los mexicanos.

Impacto de las empresas en el desarrollo económico de México con esta propuesta: La identificación y difusión de la demanda de los consumidores por el Estado y las organizaciones empresariales entre los tamaños de empresa integrados, con criterios de mercadotecnia social, incrementará el aprovechamiento de la capacidad productiva instalada en las medianas y grandes empresas, ya que las MYPES les proporcionarán materias primas, mano de obra calificada y nuevos empresarios. Con ello se puede gestar un círculo virtuoso ya que en reciprocidad aumentaría el empleo en muchos de los 10 millones de negocios mediante el eslabonamiento productivo, comercial y de servicios, durante los próximos seis años.

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Dr. Genaro Sanchez Barajas*

Profesor Titular "C" de Tiempo Completo en la Facultad de Economía de la UNAM, con nivel I como Investigador Nacional del SIN.

Domicilio: Narcisos 133; Col. Jardines de Coyoacán, Delegación de Coyoacán, C.P. 04890, México, D.F. Tel. 04455 1473 2231.

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