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Racismo y discriminación a bolivianos en fábricas textiles en Argentina (página 2)

Enviado por Gabriela Mokorel


Partes: 1, 2

SUPERIORIDAD E INFERIORIDAD RACIAL: La repulsión innata no existe.

Las diferencias que pueden observarse en el aspecto físico de los hombres que pertenecen a las diferentes razas no autorizan a prejuzgar la existencia de formas de ser o de obrar propias de los miembros de cada una de las variedades humanas, sin olvidar, además, que las únicas diferencias físicas que los antropólogos han podido adoptar como medios prácticos de discriminación se refiere a detalles superficiales; color de la piel, color y forma de ojos y del pelo, forma del cráneo, de los labios y de la nariz, estatura, etc. El prejuicio racial no es hereditario, ni espontáneo; es un prejuicio, es decir un juicio sin base objetiva y de origen cultural; forma parte de los mitos originados por una propaganda interesada, mucho más que basado en una tradición secular. Puesto que está ligado esencialmente a antagonismos basados en la estructura económica de sociedades modernas, no desaparecerá mientras los pueblos no transformen esta estructura.

Aquí podemos distinguir 4 tipos de prejuicios:

  1. Prejuicio de Raza: definido por caracteres sociales ya que es de carácter sociológico. Es el origen étnico el que define la raza. Es un prejuicio muy fuerte que se manifiesta en medidas institucionales. Por ejemplo: basta con tener un abuelo o bisabuelo de color, aunque todas los demás miembros de la parentela sean blancos, para ser considerado negro.
  2. Prejuicio de color: consiste en que por ejemplo, cuánto más negro es alguien, mayores las posibilidades habrá de que sea un proletario, pertenezca a las capas bajas de la población, le falte educación y sobre todo sea pobre. Por ejemplo: la discriminación recae en Brasil sobre los negros más oscuros.
  3. Prejuicio de clase: está vinculado con el de color; lo encontramos en todos los países donde hay clases sociales, por lo tanto no depende del problema de las razas; pero no hay duda de que ambas nociones están ligadas y siempre que se vea a alguien muy negro, muy oscuro, se lo creerá a priori miembro de la clase baja y, en consecuencia, se lo evitará o se lo tratará con cierto rechazo.
  4. Prejuicio cultural: es el que más difundido se encuentra en Francia. Se caracteriza por querer imponer una civilización a todos los pueblos de la tierra. Por ejemplo: cuando estamos en contacto con los pueblos africanos y asiáticos. Los consideramos como pueblos inferiores al nuestro y los tratamos como salvajes o bárbaros.

PREJUICIOS Y DISCRIMINACIÓN.

  • Discriminación: distinguir una cosa de la otra, sin reducirse solo a un aspecto, como es el caso del racismo.
  • Racismo: supone únicamente la superioridad de ciertas razas sobre otras. Éste procura justificar la segregación.

El racismo como doctrina nace en el Siglo XIX. Este racismo se desarrolló sobre todo fuera de Francia: inicialmente entre los ingleses y los alemanes.

Originariamente se trataba de una doctrina aristocrática destinada a racionalizar prejuicios de clase, más que pejuicios de raza, y su meta consistía en dar un justificativo a la separación de las clases sociales dentro de Europa. Pero el racismo siempre procura justificar la separación, segregación y la explotación. Por eso, pudo ser utilizado después para justificar la esclavitud, y más tarde la colonización.

  • Segregación: acción de apartar una cosa de la otra.
  • Prejuicio: acción y efecto de juzgar las cosas antes de tiempo, o sin tener conocimiento de ellas.

La incomprensión entre los distintos grupos humanos, que lleva implícita casi siempre la discriminación, es un fenómeno que se basa en el llamado "prejuicio racial" que es una forma desfavorable del prejuicio en general. Por prejuicio entendemos la acción y efecto de prejuzgar, es decir, de juzgar las cosas antes del tiempo oportuno, o sin tener conocimiento de ellas. El prejuicio racial es una actitud social realizada entre la gente por una clase explotadora, a fin de estigmatizar a algún grupo como inferior.

El prejuicio se acentúa en las sociedades donde los sectores dominantes o privilegiados se sienten amenazados; los prejuicios se aprenden; no son innatos; los niños en un principio no los comparten con los adultos con quienes conviven; les son transmitidos por las actitudes familiares y del ambiente (amigos, periódicos, cine, libros, etc.); un prejuicio originado por irreflexión, sin mala fe, puede, sin embargo, ser utilizado (y lo es de hecho) por ciertos sectores sociales que persigan fines egoístas e interesados; la educación está en posibilidad de luchar contra los prejuicios y puede en consecuencia destruirlos.

Diferentes Teorías acerca del Origen del Prejuicio Racial:

  1. La ignorancia interviene en el nacimiento del prejuicio; esto quiere decir que en la mayoría de los casos las personas discriminan ignorando este hecho y negando que lo hacen; pero a la hora de hacer un autoanálisis confirman que en realidad en varios aspectos de su vida son racistas. Por ejemplo: un hombre ignora que discrimina pero, cuando su hija se quiere casar con un africano, él se niega fundamentando que no es de su misma raza.

  2. La teoría según la cual el prejuicio proviene de la ignorancia: Esto parte del hecho de que debemos hacer a cada momento nuestra autocrítica, un psicoanálisis de nosotros mismos.
  3. Teoría de Adorno: que vincula al prejuicio con cierto tipo constitucional. Dentro de esta teoría, existen dos tipos de origen del prejuicio racial. Una de ellas, es el tipo autoritario, quien tiene una personalidad rígida y carece de flexibilidad de espíritu. Es el hombre de los prejuicios, quien corresponde a un tipo cultural. El otro tipo, es el de democrático, quien por el contrario es mucho más tolerante y mucho más flexible. Esta teoría de Adorno se refiere, precisamente, al área cultural del puritanismo y del tradicionalismo anglosajón.
  4. Teoría que explica el origen del racismo por el Horror ante las diferencias: ésta teoría se refiere a que sentimos mayor simpatía por quienes se nos asemejan que por aquellos que se encuentran exterior y visiblemente muy lejos de nosotros. No es el caso del color del cabello o de los ojos, sino que es el caso del color de la piel. Las personas muestran sus argumentos mediante justificaciones contradictorias, con el fin de esconder lo que realmente no aceptan de los otros. Ya que por ejemplo, entre los judíos hay ricos y pobres, pero el hecho de que se los acuse por esto y por aquello se debe a que en fin, no se los quiere. Esto demuestra que el prejuicio es ajeno a las diferencias de color. La causa de que siempre les hallemos algo criticable, está en que sentimos hostilidad hacia ellos.
  5. Teoría del origen Psicológico: se trata de la teoría psicoanalítica de Dollard, la teoría de la Frustración- Agresión. Las personas desean ciertas cosas, pero al no lograr concretar todo aquello que desean, se frustran y esta frustración se traduce naturalmente en agresión. Al querer luchar contra los obstáculos que se le presentan, evitan confesar que la verdadera causa de los fracasos reside a ellos mismos, y ahí es cuando culpan a los otros.
  6. Teoría Económica: explica, por ejemplo, que la raza judía se convierte en destinatario del odio. Esto pasó cuando Alemania, tras su derrota en la Primera Guerra Mundial se hundió en el desastre. Pero ellos, los alemanes, no eran culpables, sino que otros tenían la culpa. Se arrojó el pecado de Alemania sobre los judíos.
  • Raza: (humana) grupos de seres humanos que por el color de su piel, su estructura y otros caracteres, se dividen en blancos, amarillos, negros, pobres, ricos, etc.

Estos conceptos, discriminación, racismo y prejuicio, se los puede relacionar con un hecho importante que pasó en la Argentina: la explotación a bolivianos en fábricas textiles de bajo Flores.

Nosotras nos preguntamos: ¿Cómo puede ser que exista la discriminación, violación a los derechos humanos y prejuicio racial? En un país como Argentina, formado en su mayoría por inmigrantes, entre ellos bolivianos, sigue existiendo la discriminación, la esclavitud y la violación de los derechos humanos para todos ellos. Un ejemplo muy reciente es el de esta fábrica textil, en la cual vivían seres humanos, a quienes no se los respetaba como tales.

Tuvo que pasar una gran desgracia para que los políticos y la sociedad en general, tomen este tema con la seriedad que se merece y realmente le den importancia, y no sigan negando lo que pasa a diario en muchas partes de nuestro país.

Las condiciones en las que viven miles de inmigrantes es inhumana, se los explota con salarios mínimos en lugares, como por ejemplo, fábricas textiles. En muchos casos no tienen una vivienda propia y tienen que vivir en los mismos lugares de trabajo, los cuales no están preparados para albergar a las familias, ni siquiera sólo a los trabajadores. Trabajan más de 12 horas diarias y en situaciones precarias, no reciben la alimentación necesaria para poder subsistir y no le pueden permitir, a sus hijos uno de los más importantes derechos, el Derecho a Estudiar, ya que no se les permite ni siquiera salir por indicaciones de los jefes, quienes los amenazan con perder todo y quedar en la calle. Es así, como tratan a miles de personas extranjeras que vienen a este país con la idea de vivir mejor y tener una vida más confortable para sus familias.

Llegan a la Argentina en su mayoría contratados por personas que hacen publicaciones en los países de origen de los inmigrantes, prometiendo buenos salarios, vivienda propia y una buena educación para sus hijos, entre otras cosas más. Los mismo jefes, evaden los contratos legales y se encargan de pagar el traslado de su país al nuestro para luego poder tener en su poder a las personas y así disponer de ellos para lo que quieran. En las fronteras pagan una coima que permite el traslado de estos inmigrantes a las diversas localidades en las que son contratados, sin la necesidad de hacer los respectivos trámites legales. Está confirmado que estos jefes forman parte de mafias que trafican a miles de inmigrantes de forma ilegal. Las mismas evaden leyes que rigen en nuestro país, como el de trabajo en blanco.

Es algo muy impactante y lamentable que, estando en esta época, ocurran estos hechos tan deshonestos. Pero eso no es lo más preocupante, lo que es peor es la pérdida de valores que tiene la gente, si así se la puede llamar, que trafica a estas personas para que trabajen en pésimas condiciones. Y lo que es en verdad indignante es que políticos, cónsules y la sociedad haga vista gorda a estos hechos y no luchen por la igualdad entre todos los seres humanos.

Somos una sociedad muy prejuiciosa que no valora a las personas, etiquetándolas según su color de su piel, en la religión, en las clases sociales en las cuales están inmersos. No somos capaces de valorar a los individuos por lo que realmente son, seres iguales a nosotros, que merecen y deberían tener los mismos derechos. No tenemos que permitir que siga ocurriendo esto en ningún lugar del mundo, pero como habitantes de nuestro país tendríamos que empezar a luchar nosotros para cambiar, al menos, la situación que se vive aquí. No podemos seguir pensando sólo en uno mismo, sino, pensar en el prójimo que está sufriendo a diario y que tiene el derecho de vivir con dignidad, no siendo siempre desvalorizado.

Lo que queremos transmitir mediante este trabajo es que deberíamos luchar para que los derechos humanos se cumplan, no sólo los nuestros sino que también los de las personas que vienen de otros países a buscar trabajo y pretenden tener un futuro mejor y que confían en nuestra sociedad.

CONCLUSIÓN

Estos acontecimientos en Buenos Aires, de los cuales es protagonista la comunidad boliviana, nos remite nuevamente a la cuestión migratoria. Y por lo tanto es necesario recordar las causas de los desplazamientos de millones de personas que dejan atrás su tierra, sus gentes, sus formas de vida. La miseria, la marginación, la falta de acceso a la educación y a la sanidad, o la desocupación, son algunos de los flagelos constantes que castigan grandes sectores de población. Y no constituyen una fatalidad irremediable. Suelen ser consecuencia de sistemas socio- económicos asentados sobre una injusticia estructural. Esa es la cuestión fundamental, de la que nadie, o casi nadie quiere hacerse cargo en los países "desarrollados". El proceso de "globalización" ha evolucionado dentro de las líneas y conveniencias de quienes detentan el poder económico y político en el planeta. Eso significa una permanente transferencia de riqueza hacia las metrópolis y un creciente empobrecimiento de gran parte de la población mundial. El diferencial de precio entre las materias primas y los productos elaborados a partir de ellas; la venta dolosa (entrega) de recursos o las fugas de capital, son algunos de los elementos de la interminable sangría que deja sin recursos para educación, sanidad e infraestructuras básicas a casi dos tercios de la población del planeta.

Mientras la injusticia sea la forma dominante de la globalización, solo cabe esperar más miseria y más violencia. Y en la medida que aumenta la pobreza y disminuyen las posibilidades de trabajo y de una vida digna, hombres y mujeres seguirán emigrando buscando en otras tierras el futuro que no tienen en la suya. Nuestra América es un ejemplo claro de lo que afirmamos. Y esa emigración, suele convertirse en un engranaje más de la maquinaria perversa del capitalismo, que encuentra mano de obra barata y sumisa allí donde la necesita.

Es imposible revertir esta situación en términos inmediatos, pero es imprescindible definir estrategias ya y ponerlas en marcha cuanto antes. Cuanto más tiempo pase, más serán los perjuicios para nuestras patrias, que están enajenando sus recursos humanos, su potencial de futuro por remesas de dinero. Y el único camino para cambiar ese rumbo suicida es promover formas de desarrollo independiente, tener el control y la soberanía de los servicios estratégicos, crear condiciones dignas de vida con acceso a la educación y a la sanidad. Intentarlo es un gran desafío, pero también lo es la encrucijada de nuestra Argentina.

BIBLIOGRAFÍA

ANEXOS

Lunes 3 de abril, 10:45 AM

Denuncian "trabajo esclavo" de bolivianos en Argentina

BUENOS AIRES (AP) – En la capital argentina existen unos 1.600 talleres y fábricas textiles que emplean a no menos de 4.000 trabajadores bolivianos en condiciones de "mano de obra esclava", según Enrique Rodríguez, ministro de producción del gobierno autónomo (municipio) de la ciudad de Buenos Aires.

Rodríguez dijo también que hay otros 15.000 inmigrantes bolivianos que trabajan en esta capital en condiciones de ilegalidad, es decir, sin estar registrados como establecen las leyes laborales.

"Sabemos que de los 1.600 talleres que emplean a bolivianos en la ciudad, 160 funcionan en forma clandestina", dijo Rodríguez.

En declaraciones que reproduce el lunes el diario La Nación, Rodríguez se refirió a la conmoción que provocó el pasado jueves el incendio de un taller textil en el que murieron seis inmigrantes bolivianos que trabajaban hasta 16 horas diarias, eran obligados a dormir hacinados en el lugar y recibían salarios muy magros.

En su mayor parte, esos trabajadores son contratados en la propia Bolivia, con promesas de trabajos normales y buenos salarios. Pero una vez en la Argentina, sus empleadores los extorsionan por su condición de trabajadores ilegales, obligándolos a aceptar condiciones de virtual esclavitud.

"Muchos bolivianos provienen del campo y aquí son explotados. Nosotros queremos regularizar su situación, así que después de censar los talleres, los propietarios tendrán 15 días para poner todo en regla. Si no, serán cerrados", agregó el ministro de producción.

Un portavoz del ministerio de La Nación, a su vez, declaró al diario que el propósito del gobierno es comprobar si los inmigrantes ilegales tienen antecedentes penales. "La idea es tratar de blanquear su situación, no de expulsarlos", afirmó.

En declaraciones a la agencia noticiosa gubernamental Telam, el cónsul adjunto de Bolivia, Alvaro González Quint, dijo que la servidumbre laboral de sus compatriotas "es una práctica utilizada sistemáticamente. En algunos talleres trabajan niños de 12 a 14 años y viven varias familias con sus niños, en un solo ambiente en el que trabajan todo el día".

La prensa local ha venido denunciando últimamente que los propietarios de los talleres textiles que funcionan ilegalmente, o emplean personal en condiciones de esclavitud, suelen sobornar a policías e inspectores municipales.

Clausuraron 18 fábricas clandestinas

Durante los procedimientos, en los talleres textiles fueron encontrados 300 bolivianos que eran reducidos a la esclavitud

Tras la primera serie de inspecciones en talleres textiles situados en distintas zonas de la Capital, el gobierno porteño clausuró 18 fábricas clandestinas de costura, donde fueron encontrados más de 300 bolivianos que eran reducidos a condiciones de esclavitud.

Así, lo reveló a LA NACION el ministro de Producción porteña, Enrique Rodríguez. "Se han encontrado muchas familias que viven en condiciones infrahumanas. La mayoría estaba alojada en cuartos de dos por dos metros y dormía junto a las máquinas de coser", dijo el funcionario.

Los operativos, que se extenderán durante toda la semana, comenzaron ayer a las 10 de la mañana en Floresta y en La Paternal. En esos barrios se labraron 24 actas y se clausuraron 12 fábricas. Además, los inspectores controlaron las condiciones laborales, impositivas, de seguridad e higiene y los pasaportes de los trabajadores afectados. En todos los casos, los bolivianos que trabajaban en esos lugares clandestinos no contaban con documentación.

Las inspecciones habían sido programadas por el gobierno porteño tras la muerte de seis bolivianos, durante un incendio registrado el jueves último en un taller textil de Caballito. "Durante los procedimientos, en por lo menos tres talleres clausurados descubrimos que muchos bolivianos trabajaban en las mismas condiciones de precariedad que en el establecimiento situado en Caballito, donde murieron sus seis compatriotas", señaló el ministro Rodríguez.

Por la tarde, las inspecciones continuaron en otros 10 establecimientos textiles y hasta el cierre de esta edición se habían inspeccionado otros diez talleres de los cuales seis eran clandestinos, por lo que fueron cerrados.

Red ilegal de trabajo

El ministro Rodríguez dijo que durante esta semana intensificará los operativos para terminar con las redes ilegales de trabajo. Y es que si bien los inspectores porteños, con apoyo de la Policía Federal y funcionarios de Migración, hallaron a unos 300 bolivianos que eran reducidos a la esclavitud, la cifra apenas representa el 7,5 % de los 4000 bolivianos que serían esclavizados en 1600 talleres textiles que hay en la ciudad, según datos oficiales.

Tras la clausura de los talleres, las familias de inmigrantes ilegales fueron atendidas por personal del Ministerio de Derechos Humanos y Sociales de la ciudad. Fuentes del área aseguraron que en total se trabajó con 46 grupos familiares más unas 15 personas.

"Se les brindó orientación acerca de trámites de documentación, acceso a recursos sociales con que la Ciudad cuenta y se confeccionaron informes sociales de cada una de las familias. Finalmente se brindó orientación acerca de las distintas alternativas habitacionales", dijo un vocero del gobierno porteño.

Ninguna de las familias relevadas accedió a trasladarse a los centros de contención que había previsto instalar el Ministerio de Derecho Humanos en los polideportivos de la Defensa Civil.

Mientras los inspectores continuaban con los procedimientos en los talleres textiles, ayer, unos 2000 bolivianos cortaron calles céntricas y solicitaron al gobierno porteño un plazo de seis meses para regularizar la situación laboral y legal de miles de inmigrantes que viven en la Argentina (ver aparte).

Durante la marcha, un grupo de organizaciones bolivianas anunció un paro en todos los talleres textiles hasta tanto se aclare el motivo de las inspecciones. "No nos negamos a las inspecciones, pero nosotros queremos trabajar y sabemos de talleres de donde se han llevado máquinas", dijo Rolando Nogalesa la agencia Télam, durante una conferencia de prensa improvisada en medio de la concentración.

Denuncia y observatorio

Por su parte, el titular de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, presentó ayer una denuncia penal contra los "responsables" y "beneficiarios" de la organización que favorece la "reducción a servidumbre" de ciudadanos bolivianos.

El funcionario elevó la presentación ante la fiscalía en lo Criminal de Instrucción N° 38 y en conferencia de prensa anunció la puesta en marcha del un observatorio para la inmigración boliviana.

"La idea es que estos inmigrantes conozcan sus derechos. Que no sean engañados por redes de trabajo ilegal. Por eso, primero vamos a realizar una especie de censo para saber cuantos bolivianos hay en el país. Luego llevaremos adelante una campaña de difusión", dijo Duhalde a LA NACION.

El observatorio será una herramienta "de investigación y acción" para hacer un "riguroso" diagnóstico de situaciones "graves y conflictivas" y proyectar soluciones de impacto inmediato, concluyó el secretario de Derechos Humanos.

Por Jesús A. Cornejo De la Redacción de LA NACION

Telerman, con los bloques legislativos

Dicen que esclavizan a 4000 bolivianos

El gobierno porteño agregó que hay otras 11.000 personas que trabajan en negro o cuya situación todavía no está clara

Es un dato alarmante, que surge tras la muerte de seis extranjeros ilegales durante un incendio registrado el jueves último en un taller textil de Caballito: en la ciudad, hay unos 4000 bolivianos que son reducidos a esclavitud en por lo menos 1600 talleres y fábricas situados en distintos barrios de la Capital. Además, otros 11.000 inmigrantes de ese país trabajan en negro o tienen una condición laboral que no está clara ante las leyes.

El dato fue confiado a LA NACION por el ministro porteño de Producción, Enrique Rodríguez, que afirmó que esas cifras son el resultado de un análisis realizado por su área en las últimas 72 horas.

El funcionario dirigirá hoy una serie de inspecciones sorpresa por lo menos en 270 talleres textiles. En esos operativos se buscará a extranjeros sin documentación, que serán derivados a centros de contención donde se tratará de encontrar una solución para su ilegalidad (ver aparte).

"En el fin de semana, a raíz de lo ocurrido en Caballito, algunos empresarios se han comunicado para ver cómo pueden solucionar el problema con la mano de obra extranjera, que en muchos casos se trata de inmigrantes ilegales. Calculamos que de los 1600 talleres, donde hay mano de obra boliviana, unos 160 son fábricas textiles clandestinas", dijo Rodríguez a LA NACION.

Según el funcionario, de los 15.000 bolivianos que trabajan en los talleres, unos 4000 son utilizados como mano de obra esclava; otros 6000 cobran en negro y el resto tiene una situación laboral irregular.

"Muchos bolivianos provienen del campo y aquí son explotados. Nosotros queremos regularizar la situación, así que, tras censar los talleres, los propietarios tendrán 15 días para poner todo en regla; si no, serán cerrados", aseguró el ministro.

"Sabemos -añadió- que a este tipo de talleres se los mimetiza con casas de familia y que están manejados por mafias que contratan a los trabajadores en la frontera, los traen y los tienen absolutamente atemorizados."

Lanzan operativos

Los operativos comenzarán a las 10.30 y además participarán los responsables de Producción, personal de la Policía Federal, de la AFIP, de Migraciones, de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, del Ministerio de Derechos Humanos porteño y de la cartera de Trabajo.

Anoche, una fuente del Ministerio de Gobierno de la ciudad, a cargo de Diego Gorgal, dijo a LA NACION que desde agosto último hasta ahora se clausuraron 180 talleres. "Más de la mitad de las fábricas textiles cerradas reabrieron en menos de tres días. La mayoría reabrió en casas o galpones de la zona", señaló el informante.

La fuente dijo, además, que luego de trascender la noticia de la muerte de los seis bolivianos en Caballito, la cartera de Gobierno recibió 43 llamadas telefónicas de vecinos que denunciaron la existencia de presuntos talleres textiles clandestinos.

Durante el fin de semana, el jefe del gobierno porteño, Jorge Telerman, se reunió con la secretaria de Trabajo, Noemí Rial; el jefe de la Policía Federal, Néstor Valleca; el director de Migraciones, Ricardo Rodríguez, y el subdirector de la AFIP, Marcelo Costa, para discutir estrategias para erradicar los talleres clandestinos en la Capital. "El plan es atacar por todos los frentes de la administración a este tipo de prácticas", dijo Telerman a la agencia Télam.

Ayer, un vocero del Ministerio del Interior dijo que la policía se encargará de comprobar si los inmigrantes ilegales tienen antecedentes penales. "La idea es tratar de blanquear su situación, no de expulsarlos", comentó el informante.

En diciembre último, LA NACION había participado de un operativo de control y clausura de talleres textiles clandestinos en distintas zonas de la ciudad. Por aquel entonces, el gobierno porteño clausuró 17 talleres de los 58 inspeccionados y reveló las condiciones denigrantes en las que trabajan los extranjeros ilegales.

Suciedad, hacinamiento y manejo de sustancias tóxicas fue el ambiente que se repitió durante los operativos. En las casas y galpones donde funcionaban estas fábricas clandestinas, decenas de trabajadores eran explotados donde apenas cobran entre 30 centavos y 1,40 pesos por prenda terminada, en extensas jornadas laborales que nunca bajan de las diez horas.

El cónsul adjunto de Bolivia, Albaro Gonzales Quint, dijo a Télam que la servidumbre laboral es "una práctica utilizada sistemáticamente" y que "en algunos talleres trabajan niños de 12 a 14 años y viven varias familias, con sus niños, en un solo ambiente, en el que trabajan casi todo el día".

Trabajo ilegal en números

Unos 15.000 bolivianos

 Ese es el número total de inmigrantes que, en su mayoría, trabajaría en negro, unos 4000 serían mano de obra esclava en los 1600 talleres textiles que son investigados hoy en la ciudad.

Se hicieron 180 clausuras

 Esa es la cifra de talleres cerrados desde agosto último. Sin embargo, en menos de 72 horas más de la mitad reabrió sus puertas.

Se harán 270 inspecciones

 El gobierno porteño realizará hoy la inspección de unos 270 talleres en la ciudad. Participará en el operativo, entre otros, el Ministerio de Trabajo de la Nación.

Más denuncias vecinales

 Entre el viernes último y anteayer, se registraron 43 denuncias de porteños, que alertaron a las autoridades sobre la existencia de talleres presuntamente ilegales.

    1. El caso testigo, llevado a la Justicia por la Defensoría del Pueblo, muestra la magnitud del horror de la explotación laboral de bolivianos. Página/12 revela los testimonios de las víctimas, que fundamentan la presentación: cómo fueron traídos al país, los engaños que sufren, los abusos de todo tipo, incluido el sexual.
  1. Como presos en talleres de baja costura

En la Cooperativa La Alameda se brinda ayuda y protección a inmigrantes bolivianos que pudieron salir del horror de los talleres.

Por Eduardo Videla y Sebastián Ochoa

La Defensoría del Pueblo porteña presentó ayer una denuncia ante la Justicia Federal para que se investigue si en talleres de costura clandestinos de la ciudad se cometen abusos contra ciudadanos bolivianos, en su gran mayoría inmigrantes ilegales que viven con sus hijos en los mismos talleres donde trabajan, sometidos a condiciones de servidumbre. Sobre la base de denuncias realizadas por ex empleados y vecinos, la titular de la defensoría, Alicia Pierini, presentó una denuncia contra el propietario de dos talleres ubicados en el barrio de Parque Avellaneda. Pide que se investiguen los delitos de tráfico ilegal de personas, reducción a la servidumbre y violación de la ley de trabajo a domicilio. La denuncia ingresó al juzgado federal de Norberto Oyarbide.

"No es el único caso, pero es el primero del que hemos colectado pruebas, certificadas con fotografías. Hemos ido a ver el lugar", dijo Pierini a Página/12. A la denuncia se sumará el titular de la Oficina de Asistencia Integral a Víctimas de Delitos, Eugenio Freixas, quien es el responsable a nivel local del cumplimiento de la Convención Internacional contra la Trata de Personas, suscripta por la Argentina en 2001 (ver aparte). De comprobarse esta denuncia, sería el primer caso de trata de personas con fines de explotación laboral en la Argentina. "Hasta ahora se habían detectado casos de trata con fines de explotación sexual", explicó Freixas a Página/12.

En su presentación judicial, Pierini pidió que se aplicaran medidas de protección y asistencia por parte del Estado a las víctimas y denunciantes de estos delitos. Según el Consulado de Bolivia, que apoya la presentación, este tipo de delitos afecta a centenares de ciudadanos bolivianos en la Argentina. Por lo pronto, la Cooperativa La Alameda, de Parque Avellaneda, ya tiene testimonios sobre otros 15 talleres clandestinos donde se explota a inmigrantes ilegales.

El caso testigo presentado por la defensoría se refiere a Juan Carlos Salazar Nina, el patrón nacido en Bolivia, dueño de los talleres que funcionan en Garzón 3853 y Laguna 940. Ocho testimonios de ex empleados y vecinos dan cuenta de los métodos con que el patrón sostiene su inmensa producción de ropa. Según los testimonios a los que accedió Página/12, los padeceres de quienes compartieron techo con el emprendedor incluyen jornadas de trabajo de 17 horas, obreros que se quedan dormidos sobre las máquinas, niños mal alimentados que no van a la escuela "para no entorpecer la producción" y los fines de semana, fiestas regadas con vino barato y cerveza, que el jefe hace tomar a sus empleados "para que no sean tan infelices".

El mismo Salazar Mina busca a su personal en Bolivia, donde los recluta con anuncios laborales emitidos por radios y diarios de ese país. Una vez en el taller, dicen los denunciantes, les quita los documentos de identidad "para que no se escapen". Desde que esto se conoce públicamente –Página/12 lo denunció hace tres semanas–, dicen que los patrulleros van de taller en taller para avisar a los dueños que "les quitan la protección".

Se calcula que en quince cuadras de Parque Avellaneda hay 40 talleres como éste. Pero otros funcionan en Lomas de Zamora, Lanús, Avellaneda y Laferrère. En la Defensoría estiman que pueden ser 150 mil las personas recluidas en ellos.

En los últimos días un par de combis se dedicaron a llevar las máquinas del taller ubicado en la calle Laguna 940. Se presume que el empresario textil, ante la inminencia de borrascas sobre él, las lleva a otras propiedades que tiene en Buenos Aires. De prosperar el pedido de los trabajadores que se organizan, las herramientas de los talleres pasarían a sus manos en forma de cooperativa.

Parte de la ropa colorida y de moda que se vende en ferias suburbanas y locales céntricos fue fabricada en el infierno. Eso dan a entender los relatos de quienes pasaron por talleres clandestinos. Tienen hacia el patrón un temor sagrado. Aseguran que la policía pasa por semana para llevarse un porcentaje de las ganancias. En ciertos casos, los servicios van más allá. Para que a nadie se le ocurra rebelarse, cada tanto los uniformados realizan una especie de pantomima de requisa, aseguran los denunciantes. Entonces el patrón saca un rato a la luz los documentos bolivianos de sus empleados.

Lentamente, los trabajadores de Salazar Nina se animan a contar lo sufrido. Según sus declaraciones, en el taller de Laguna 940 estaban encerrados. La puerta de entrada tenía una reja. El cancerbero es Sonia, sobrina del patrón, en cuyo bolsillo está la llave. Quien custodia la puerta de Garzón 3853 es el propio Salazar Nina. Un mal día vino a pasar que allí se originó un incendio en las telas. Los 12 obreros y los 12 chicos que habitan ese taller estaban apresados. Salvaron su vida con baldes y agua.

Según la denuncia, los talleres "no cuentan con habilitación, marca individualizadora, libros autorizados y rubricados, libreta de los obreros, condiciones básicas de higiene y seguridad violando los artículos 5, 6, 7, 8 y 9 de la ley 12.713 de régimen de trabajo a domicilio por cuenta ajena". La nómina de artículos que despreciaría el empleador se extiende hasta el hartazgo.

"El taller de Laguna fue clausurado hace meses por la AFIP. No obstante, se rompió la faja de clausura y se continuó el trabajo como si nada hubiera pasado. Ex empleados y vecinos aseguran haber visto mudar máquinas del taller de Garzón al de Laguna o viceversa, cada vez que era inminente una inspección", dice la denuncia. Estos mismos movimientos se registran en los días actuales. Al parecer, el patrón presiente que su reino de tela se termina. Si le llegara una inspección en el taller de Garzón, quizás ejecute su táctica habitual. Hacer saltar la medianera a su tropa indocumentada para refugiarlos en lo de una vecina que, suponen, recibe remuneración por su hospitalidad.

Vecinos del taller de Laguna se quejaron ante la comisaría y a escala judicial por ruidos molestos. De acuerdo con los testimonios, los sábados a la noche Salazar Nina auspicia fiestas entre las máquinas. Para que nadie diga que es un mal amo, compra cantidades extraordinarias de vino y cerveza. Como es de esperar, la celebración se solventa con "los miserables salarios" de los empleados, cuentan ellos mismos en la denuncia. El patrón les dice que beban, se enoja con quien no lo hace. Ese ejercicio decadente termina con "la mayoría de los empleados completamente alcoholizados delante de sus hijos", según el texto presentado ante Oyarbide. Cuando Salazar Nina se emborracha, sostienen que se pone romántico y se arroja sobre las mujeres. Insulta a la que lo rechaza y llega a pegarles. Los ruidos molestos no se oyen sólo los sábados. Son habituales las peleas entre los trabajadores recluidos.

Son hábito los golpes en todo sentido. Según consta en la defensoría, Salazar Nina arenga a los hijos de los obreros para que peleen, incluso con los propios: según los testimonios, el espectáculo lo divierte. Acusan al patrón de no permitirles llevar sus hijos al médico "porque entorpece la producción". Por el mismo argumento no le gusta que vayan a la escuela.

El menú está a la altura de las circunstancias. Reducidas porciones de arroz, papa, salchichas, fideos. Los chicos no pueden gozar del té con pan que sirve a los trabajadores de desayuno. Algunos se guardan el pan para hacer al almuerzo más voluminoso.

  1. Bolivianos en Argentina piden trabajo digno

La Paz y Buenos Aires | Agencias y Vocero Boliviano.- Unos 1.500 bolivianos reanudaron ayer sus protestas en Buenos Aires para exigir "un trabajo digno" y rechazar la "explotación" que sufren, en momentos en que se suceden las clausuras de talleres textiles que les dan empleo "esclavo". Las autoridades argentinas iniciaron esos operativos para combatir la "explotación laboral", luego de la muerte de seis bolivianos, el jueves pasado, en un incendio que arrasó un taller textil.

Bajo pancartas con la consigna de "no robar, queremos trabajar", los trabajadores bolivianos manifestaron a los gritos que "coreanos y judíos son explotadores", en alusión a los dueños de las pequeñas fábricas de vestimentas.

Jorge Kim representante de la Asociación Coreana de Empresarios en la Argentina, en entrevista al Vocero Boliviano, calificó de injustos los reclamos de los bolivianos y dijo que tanto talleristas como empresarios están en un mismo barco y navegan juntos.

Los manifestantes, que reclaman que se les restituyan los empleos perdidos a causa de las clausuras, se reunieron ayer en el barrio de Flores, una de las zonas de la capital argentina donde se concentran los comercios de ropa fabricada en los talleres donde trabajan.

En los últimos dos días, el municipio de Buenos Aires ha clausurado 42 talleres de costura por dar "trabajo esclavo" y otras irregularidades, entre ellas la contratación de extranjeros indocumentados.

Las protestas son organizadas por 10 asociaciones de residentes bolivianos cuyos dirigentes afirman que buena parte de las factorías clausuradas son locales alquilados por familias de bolivianos que los usan también como vivienda debido a la escasez de recursos.

Mientras esto sucede en Argentina, una comisión integrada por representantes de los ministerios de Relaciones Exteriores, Trabajo y Justicia, y un grupo de parlamentarios bolivianos se apresta a trasladarse el lunes a la capital argentina para verificar las condiciones laborales en esos talleres textiles.

"Queremos abordar esa situación lamentable que se ha producido con nuestros compatriotas y sobre todo para preservar su dignidad y derechos humanos para evitar que ese tipo de situaciones se pueda replicar", dijo ayer el vicecanciller, Mauricio Dorfler en el informe que brindó a la Comisión de Política Internacional del Congreso, que indagó sobre los esfuerzos que realiza el Gobierno para apoyar a los ciudadanos que viven en Argentina y a las familias de las víctimas del incendio de la fábrica textil.

Los pobladores de Cohana, municipio de Pucarani, de donde eran originarios las víctimas del incendio, llegaron ayer hasta la Cancillería para pedir al Gobierno nacional y al argentino, agilizar la repatriación de los restos de sus familiares y amigos fallecidos en el trágico incendio en un taller textil.

El ministro de Relaciones Exteriores, David Choquehuanca, informó que la cartera de Estado a su cargo, a través de la Embajada en Argentina, harán los esfuerzos necesarios para atender el pedido de toda esta comunidad, sin embargo aclaró que esto requiere de una serie de trámites.

 

Gabriela Mokorel

Lugar de nacimiento: Neuquén, Marzo de 1986

Profesión: estudiante de Psicología en 2do año en la Universidad Católica de Córdoba

Argentina, Córdoba, Julio de 2006

Partes: 1, 2
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