- Introducción
- Definiciones y Conceptos acerca de la Geopolítica
- Antecedentes
- Causas y consecuencias del enclaustramiento
- Conclusiones
- Material de referencia
Introducción
La cuestión vital para nuestra Patria, cual es su integración marítima a través de un Puerto Libre y Soberano sobre el Océano Pacífico sin compensaciones territoriales, es un asunto de interés nacional permanente. Ante esta circunstancia surge una interrogante:
¿Volveremos al mar?
Es la pregunta que todos nos hacemos, pero para la cual nadie tiene respuesta cabal porque a medida que pasan los años parece que esta posibilidad se hace más remota y que la usurpación no solamente se consolida más aún, sino alienta la soberbia y prepotencia del ganador, que con actitudes cada vez más insolentes hace pensar que la fuerza brutal no solamente otorga derechos, sino también permite modificar caprichosamente la historia con tanta desfachatez que una cobarde conquista se pretende hacer aparecer como justa reivindicación.
La ética en el empleo de la fuerza corona con el laurel de la victoria a quien abrazando una causa justa, después de agotar todos los caminos pacíficos hace saber a su futuro contendor que ha decidido dilucidar sus diferencias mediante el empleo de las armas; cumpliendo este requisito ético y legal, emplea su poder representado en medios humanos y materiales racionalmente superiores a los de su adversario y haciendo gala de la habilidad de sus mandos somete al enemigo como fruto de la superioridad del hombre contra el hombre. No puede llamarse victoria al sometimiento de un país conseguido con desprecio de las normas internacionales y mediante la aplicación de una fuerza desmedida, logrando que la abrumadora cantidad de medios humanos y materiales avasalle al débil que solo atinó a defenderse heroicamente.
Desde ese fatídico año 1879, donde Bolivia pierde uno de los territorios más importantes, nuestro país tendría la denominación de "MEDITERRANEO", desde ese año hasta hoy ha sido una prioridad permanente, sustancial e irrenunciable en la política exterior de nuestro país la búsqueda de una solución definitiva que nos permita gozar del derecho legítimo de acceso libre, directo y soberano a las costas del Pacífico.
El asunto de la reivindicación marítima que debió preocupar permanentemente a Bolivia hasta que fuese lograda una solución definitiva, ha sido tratado, por diferentes gobiernos, con total indiferencia y dejadez.
La incapacidad para abordar este problema y encontrar soluciones tangibles y reales, propicia a muchos autores y diplomáticos a presentar propuestas a veces ilusorias, en otras inclusive absurdas, sin embargo existen las soluciones reales tangibles y coherentes.
Ese precisamente es el objetivo del presente ensayo: Determinar las modalidades de presencia y participación boliviana en la ribera y aguas del Océano Pacífico, así como establecer los derechos marítimos emergentes de esta situación mediante estrategias sobre las opciones jurídico – políticas que se pueden ofrecer para la reinserción marítima de Bolivia, tomando como base sustentable los diferentes sucesos que tuvieron lugar antes y después de la guerra del Pacífico de 1879.
DESARROLLO.
Definiciones y Conceptos acerca de la Geopolítica
1.- Geopolítica.
Es la ciencia que estudia cuál es la influencia ejercida por los factores geográficos e históricos de la vida y evolución de los estados, a fin de extraer conclusiones de carácter político.
Sirve de guía al estadista en la conducción de la política interna y externa del Estado y orienta al militar en la preparación de la Defensa Nacional y en la conducción estratégica al facilitar la previsión del futuro, y establecer la forma en que pueden ser alcanzados los objetivos y, en consecuencia deducir las medidas para la conducción política o estratégica más conveniente.
2.- Karl Haushofer.
Geopolítica es la base científica del arte de la actuación política en la lucha a vida o muerte de los organismos estatales por el espacio vital.
3.- Kjellen.
La Geopolítica es la teoría del estado como organismo geografísico fenómeno en el espacio, es decir, el estado como tierra (país), territorio, dominio o más distintamente como reino. Como ciencia política tiene siempre en vista la Unidad del Estado y contribuirá a contribuirá a comprobar la naturaleza del Estado. Mientras que la Geografía Política estudia la tierra como el hogar de las comunidades humanas en su relación con los atributos restantes de la tierra.
4.- Jorge Edmundo Jassen y Luís Perlinger.
La geopolítica es la parte de la ciencia del estado que estudia su territorio, relacionando sus factores geográficos con la conducción de su política.
5.- Dr. J. Vicens Vives.
Geopolítica es la doctrina del espacio vital. Resume los resultados de la Geografía Histórica y de la Geografía Política en una síntesis explicativa, que intenta aplicar a la consideración de los sucesos políticos y diplomáticos contemporáneos. No pertenece propiamente a la ciencia geográfica.
En cada una de las definiciones se concuerda que es una rama de las ciencias políticas, no siendo una ciencia que sea similar a la Geografía política, la misma tiene diferencia por estar a un nivel más amplio.
Tiene como objeto de estudio las influencias entre el hombre y el suelo y su reciprocidad entre ambos.
Hace la conjugación de los factores geográficos, humanos, históricos, sociológicos, económicos y estratégicos. Saca conclusiones para el futuro, señala los posibles objetivos del Estado y la forma cómo se piensa alcanzar para dar mayor bienestar al pueblo.
Mediante esta contrastación y a manera de definición, obtenemos el siguiente criterio:
Geopolítica es una rama de las ciencias políticas que, basada en los conocimientos geográficos, históricos, sociológicos, económicos, estratégicos y políticos, pasados y presentes, estudia en conjunto la vida y desarrollo de una masa humana organizada en un espacio terrestre, analizando sus múltiples y recíprocas influencias, para deducir sus objetivos y estudiar sus proyecciones, con el fin de lograr en el futuro un mayor bienestar y felicidad para el pueblo[1]
Bolivia, por la actual situación de mediterraneidad a la que está sometida tiene una conceptualización de la Geopolítica muy importante por los diferentes campos que abarca esta ciencia.
Si nos referimos a los conocimientos geográficos, son necesarios para determinar las reales limitaciones geográficas que tiene nuestro país, es decir los límites específicos que debe tener como demarcación territorial.
Los conocimientos históricos coadyuvan en el conocimiento de los hechos luctuosos que ocurrieron antes, durante y después de la guerra del Pacífico y sirven de derechos inalienables de reivindicación marítima.
El estudio de los conocimientos sociológicos, económicos, estratégicos y políticos, pasados y presentes, permiten vislumbrar soluciones futuras para solucionar este problema de más de un siglo de enclaustramiento, analizando sus múltiples y recíprocas influencias y soluciones tentativas.
Antecedentes
La preocupación por normar las competencias de los Estados en los diferentes espacios marítimos es de larga data. Ya después de ser descubierto el Continente americano, la Bula del Papa Alejandro VI dictada el año 1493, a fin de evitar conflictos entre castellanos y lusitanos en sus viajes de conquista, estableció una línea de polo a polo, la cual pasando las cien leguas al oeste de las Islas de Cabo Verde dividía en dos el campo de los nuevos descubrimientos, dejando el Este para Portugal y lo que quedaba al Oeste para España, pero esta solución no tuvo aplicación práctica, quedando prácticamente sin efecto, de igual forma ocurrió con El Tratado de TORDESILLAS, finalmente para evitar nuevos litigios entre España y Portugal se firma el Tratado de SAN ILDEFONSO, el 1 de octubre de 1777, este tratado, además, sirvió de base para la fundación de la República.
Perú, Bolivia y Chile; países que lograron su independencia a comienzos del siglo XIX, tuvieron de igual forma serias diferencias ideológicas con respecto al espacio marítimo que -según cada uno de ellos- tenían derecho.
Los límites a los que debían resguardarse estaban claramente especificados, inclusive aceptados por sus respectivos gobiernos, obedeciendo las siguientes demarcaciones administrativas:
La frontera sur de Bolivia y Norte de Chile estaba fijado por el río Salado o Paposo, a 25º 2" de latitud sur.
Al norte del río Salado o Paposo y hasta el río Loa se extendía la provincia boliviana de Atacama o Antofagasta. Al norte del río Loa estaba situada la provincia peruana de Tarapacá. (Ver Figura Nº 1)
Las nuevas naciones no respetaron la antigua división colonial por causas de orden geográfico, económico y grandes regiones deshabitadas sin recursos, trayendo consigo consecuencias de mucha importancia como los problemas de límites entre dichos Estados.
En 1879 la incursión chilena en nuestro territorio se hizo patente, antes de ello sucedieron acciones y se hicieron tratados que afectaban directamente a la soberanía de nuestro país. Entre ellos cuentan los hechos del año 1842 donde el gobierno chileno envió una comisión al norte de su territorio en busca de los depósitos de guano que aseguraban que existían en las costas de la región entre Caldera y Bolivia y que podían ser fuentes de riquezas para el erario chileno.
Debido a que Mariano Melgarejo había realizado concesiones territoriales a Chile, específicamente entre los paralelos 24 y 25 grados, motivo por el cual, desde 1842 hasta 1857, Chile tomó posesión de todas las guaneras del Litoral boliviano, concediendo por intermedio de su Aduana de Valparaíso licencias para extraer guano de la provincia boliviana, siendo este suceso una traición a los intereses nacionales. Estos acontecimientos y la ley chilena del 31 de octubre de 1843 y el decreto correspondiente del presidente chileno Gral. Bulnes bastaron para convencer a los chilenos la legitimidad de pertenencia del territorio comprendido entre los paralelos arriba mencionados.
De ahí en más, abundaron los decretos y convenios entre Chilenos, Peruanos como Bolivianos; el más importante quizás y que se convierte en una frontera infranqueable para recuperar la soberanía sobre el territorio boliviano es el firmado por los gobiernos de Bolivia y Chile y que es conocido como el TRATADO DE PAZ Y AMISTAD (20 de octubre de 1904).
1.- Tratados Bilaterales con Chile.
Ya se mencionó acerca del tratado de 1904, la cual tendrá un análisis complementario más adelante. Cronológicamente se hará mención a continuación de aquellos tratados que tienen efectos importantes en las relaciones con Chile.
a.- Tratado de Paz y amistad.
Los derechos bolivianos de libre acceso al mar se remontan al tratado de Paz y Amistad suscrito entre Bolivia y Chile el 20 de octubre de 1904.[2]
Mediante este tratado Bolivia reconoce "el dominio absoluto y perpetuo de Chile" sobre los territorios ocupados por este, en virtud del pacto de Tregua de 1884, que dio fin a la Guerra del Pacífico, cediendo 158.000 Km2 de territorio y una costa de 400 Km de largo sobre el Litoral.
Asimismo, este instrumento establece algunas medidas compensatorias destinadas a evitar la interrupción de la presencia boliviana en el Océano Pacífico.
Bolivia cedió su costa marítima a cambio de cuatro obligaciones principales por parte de Chile:
1) Construcción del ferrocarril Arica – La Paz.
2) Garantizar la construcción de ciertos tramos ferroviarios en Bolivia.
3) Entrega a Bolivia de trescientas mil libras esterlinas.
4) Reconocimiento a favor de Bolivia de libre tránsito por territorios y puertos chilenos.[3]
Así Bolivia, ante su situación de enclaustramiento derivada de la guerra de 1879, ha tratado de mantener una efectiva vinculación con las aguas del Pacífico mediante líneas ferroviarias. La conexión Antofagasta – Oruro (1892) y Arica – La Paz (1918) han sido las principales vías de acceso al mar y por ende de salida al mundo de las exportaciones de minerales, satisfaciendo de esa manera las necesidades e intereses de los grupos mineros, en una situación virtual de asfixia económica y aislamiento geográfico externo.
El tratado de 1904 también otorga a Bolivia el libre tránsito y facilidades aduaneras en compensación a su cesión territorial que lo alejaba del mar.
El artículo 6 del mencionado tratado, dispone, que la República de Chile reconoce a favor de la República de Bolivia, y a perpetuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y puertos del Pacífico. Ambos Gobiernos acordarán, en actos especiales, la reglamentación correspondiente para asegurar, sin perjuicio para sus respectivos intereses fiscales, el propósito arriba expresado.
Por esta disposición Chile concede no solo un amplio derecho de tránsito por su territorio, sino además, un completo usufructo de todos los puertos que existen en el litoral chileno.[4]
Con este Tratado, Bolivia ante la pérdida de su salida soberana al mar, adquiere un amplio derecho de libre tránsito hacia y desde el mar, con carácter de perpetuidad y no-reciprocidad, además de gozar del derecho de administrar sus operaciones aduaneras en los puertos chilenos que le sean más convenientes.
El ejercicio de estos derechos no es una liberalidad de tipo unilateral que otorga Chile, ya que constituye más bien una compensación por la cesión del Litoral Boliviano acordada bilateralmente.
Pero no se puede ignorar que el tratado de 1904 entre Bolivia y Chile fue rubricado por nuestro gobierno con todo tipo de presiones, especialmente mediante una estrategia de disuasión bien apoyada por el potencial militar araucano multiplicado desde 1879; lo que desalentó la intención boliviana de recuperar sus territorios cautivos mediante la guerra.
Este tratado según la diplomacia chilena tiene todo el valor legal en la comunidad internacional y su texto expresa propósitos de paz y amistad, lo que a su vez aparenta; y es oficial de que se lo ha firmado en forma libre y espontánea; esta supuesta característica de legalidad, desde entonces es el principal apoyo jurídico chileno ante la comunidad internacional, principalmente para negar toda demanda de nuestro país de pedir una salida al océano Pacífico.
Chile como argumento favorable invoca la inmutabilidad de este tratado. Mas, no siempre puede mantenerse la inmutabilidad ya que pueden variar las condiciones estipuladas o los factores geopolíticos de las partes que imponen cambios inmediatos.
b.- Convención sobre tráfico Comercial.
A objeto de adoptar la reglamentación necesaria para efectivizar el derecho de libre tránsito comercial establecido en el art. 6 del Tratado de Paz y Amistad de 1904, en fecha 6 de Agosto de 1912 se firma en Santiago de Chile la convención de Tráfico Comercial, que en su art. 1º dispone que "El gobierno de Chile garantiza el libre tránsito por su territorio de las mercaderías extranjeras que se embarquen para el extranjero por todos los Puertos mayores de la República"[5]
Por otra parte, esta convención además de reglamentar una serie de aspectos positivos operativos que hacen a las actividades del comercio exterior y transporte de mercaderías en tránsito de o hacia Bolivia, establece que estas están sometidas a las autoridades aduaneras y leyes bolivianas de la materia, excepto en los casos que afecten a Chile. Se establece también que las mercaderías en tránsito desde o hacia Bolivia estarán exentas de todo reconocimiento interior; por tanto, Chile no fiscaliza el contenido de las mercaderías bolivianas en tránsito por puertos chilenos.
c.- Convención sobre libre tránsito. (1937)
Bolivia, durante la guerra del Chaco con el Paraguay, confrontó las restricciones y limitaciones del régimen de libre tránsito con Chile, ya que no pudo importar armas por los puertos chilenos debido a una prohibición dictada por el gobierno de ese país en 1933 con el supuesto fin de contribuir a la paz, siendo que la vía de importación de armamento para el Paraguay era la Argentina, esta medida estaba directamente destinada a afectar los intereses bolivianos.
Dos años después de concluida la guerra del Chaco, con el propósito de ampliar el régimen de libre tránsito establecido y evitar sus restricciones, el 16 de agosto de 1937 Bolivia y Chile suscriben un nuevo Convenio sobre Tránsito, que reglamenta el ejercicio de este derecho y sostiene que el gobierno de Chile reconoce y garantiza el más amplio y libre tránsito a través de su territorio y puertos mayores para las personas y cargas que crucen por su territorio de y para Bolivia. El libre tránsito comprende toda clase de carga y en todo tiempo sin excepción alguna.
Con este Convenio se amplía el ámbito de validez del derecho de libertad de tránsito de y hacia Bolivia, al abarcar toda clase de carga y en todo sin excepción, incluye armamento y municiones, en tiempo de paz o en tiempo de guerra, lo que constituye un avance respecto a la situación original.
d.- Declaración de Arica. (1953)
En 1953, luego de la nacionalización de las minas, las autoridades judiciales chilenas instruyeron el embargo de implementos y equipos de trabajo, así como de otros insumos que se encontraban en tránsito por territorio chileno y con destino a las minas bolivianas bajo control del Estado, en atención a una demanda interpuesta en Antofagasta por las empresas mineras Patiño, Hochschild y Aramayo.
A fin de evitar este tipo de contingencias que obstruían el derecho de libre tránsito, ambos países firmaron el 25 de enero de 1953 la llamada "Declaración de Arica", que establece en su cláusula primera que "toda clase de carga, sin excepción alguna, en tránsito por territorio chileno de o para Bolivia, se halla sujeta a la jurisdicción y competencia exclusiva de las autoridades aduaneras bolivianas, cualquiera que sea el recinto en que se deposite la carga, se considerará también recinto aduanero boliviano.
Este convenio, al establecer la inmunidad de jurisdicción sobre las mercaderías bolivianas en tránsito reconoce la competencia soberana de Bolivia de aplicar su ley extraterritorialmente; vale decir, en circunstancias especiales y específicas Bolivia ejerce soberanía sobre territorio chileno, como si estuviere en territorio boliviano. ( Ver Figura Nº 2)
2.- Tratados bilaterales con Perú.
El acceso al Océano Pacífico está sujeto a trasponer fronteras con Chile y Perú, debido a las similitudes ideológicas y de intereses con respecto a territorios perdidos a manos de Chile, a continuación consideramos algunos de los convenios suscritos con el Perú.
a.- Tratados de comercio de aduanas. (1878, 1881 y 1905)
Durante la guerra del Pacífico y a su finalización, con el objeto de dotar a Bolivia de una vía de acceso al mar que superara las limitaciones derivadas de esta conflagración, se acordo con el Perú los tratados de Comercio y Aduanas del 26 de Octubre de 1878, 7 de junio de 1881 y del 27 de noviembre de 1905, en los que se disponía el libre tránsito comercial entre ambos países, de y hacia Bolivia por el Puerto de Mollendo.
Estos tratados bien permitían a los productos bolivianos una salida al mar por las costas peruanas, adolecía de muchas limitaciones; su carácter estrictamente comercial restringía el tránsito de equipo bélico y la definición y habilitación del Puerto de Mollendo como la principal vía de tránsito limitaba el desarrollo competitivo de otras alternativas de acceso al Mar.
b.- Convenio de tránsito. (1948)
Los gobierno de Bolivia y Perú con el fin de mejorar y ampliar el régimen de libre tránsito existente entre ambos países y superar las limitaciones existentes, suscribieron en la ciudad de Lima, el Convenio de Tránsito del 15 de Junio de 1948, cuyo convenio establece que ambos países se otorgan libre tránsito por sus respectivos territorios en forma irrestricta, en todo tiempo y circunstancias, para toda clase de cargas.
Esta libertad de tránsito se ejerce por las vías habilitadas entre los dos países y por las que habiliten en el futuro. De esta manera se diversifica las posibilidades de tránsito para Bolivia, surgiendo además Matarani e Ilo. ( Ver Figuras Nº 3 -11)
Este convenio consagra recíprocamente un amplio e irrestricto derecho de libre tránsito, para todo tipo de bienes, tanto mercaderías como armamentos; sin embargo su carácter irrestricto tiene una limitación de tipo geográfico, no se aplica mutuamente a todas las vías del país, sino únicamente a las vías especificadas entre ambos países. Posteriormente, en la década de los setenta se acordó conceder a Bolivia facilidades portuarias y zonas francas en los Puertos de Matarani e Ilo. Sin embargo, en los hechos el impacto de estas iniciativas no fue relevante, debido a su alcance restringido y la alta competencia de los puertos chilenos.
c.- Convenio Marco Gran Mariscal Andrés de Santa Cruz. (Ilo, 24 de enero de 1992)
Mediante el convenio Marco Gran Mariscal Andrés de Santa Cruz, suscrito en Ilo, 24 de enero de 1992 entre los Presidentes de Bolivia y Perú, Jaime paz Zamora y Alberto Fujimori, se acuerda la ejecución del Proyecto de Amistad, Integración, Complementación y Desarrollo que presenta los siguientes componentes.
El Perú concede a Bolivia el libre uso de sus instalaciones portuarias en ILO.
Desarrollo de una Zona Franca Industrial para uso de empresas de Bolivia, bajo el régimen jurisdiccional y legislación del Perú, concediendo a sus usuarios exenciones aduaneras y tributarias, eliminando de todo tipo de medidas arancelarias y un régimen laboral flexible con libertad de contratación de personal y mediante esta cesión pasa la administración a una empresa promotora, de carácter privado, mayoritariamente boliviana, por el tiempo de 50 años (Mediante notas reversales, ambos países acordaron ampliar ese período a 99 años), renovables por iguales períodos, que operará sobre una extensión de 163,5 Has., sin efectivisar transferencia de propiedad.
Desarrollo de una zona Franca Turística, con una longitud de 5 Km. sobre 200 Has. En la playa del litoral de Ilo, cediendo la administración a una empresa promotora, de carácter privado, mayoritariamente boliviana, por el tiempo de 99 años, renovables por iguales periodos.
Libre tránsito de personas entre los territorios de Bolivia y Perú, así como facilidades portuarias, de transporte terrestre, libertad de circulación de ferrocarriles y libertad de carga entre ambos países.
Integración física (Corredor vial Desaguadero – La Paz – Puerto Suárez) y enlace de sistemas de telecomunicaciones en ambos países.
Bolivia concede a favor del Perú iguales facilidades en Puerto Suárez.
Con la firma de los acuerdos de Ilo, Bolivia adquiere las más amplias facilidades de acceso al mar, libre tránsito, operaciones portuarias, desarrollo comercial, industrial, turístico y pesquero en las costas del Pacífico, estos acuerdos permiten vislumbrar que con estos elementos de integración se pueden lograr efectos económicos mucho más dinámicos para el desarrollo de los respectivos países.
Desde una perspectiva jurídica, cabe aclarar que tales derechos bolivianos no constituyen componentes de soberanía, ni implican grado alguno de jurisdicción, ya que las citadas facilidades portuarias, así como las zonas francas acordadas, están sometidas a la soberanía territorial peruana y a la jurisdicción de sus leyes.
Desde un ángulo comparativo, cabe precisar que estas facilidades que otorga Perú a Bolivia cualitativamente son más amplias que las recibidas de Chile, sin embargo tienen en contrapartida la característica de ser recíprocas.
Causas y consecuencias del enclaustramiento
1.- Efectos de políticas chilenas agresivas y políticas tímidas bolivianas.
Retrospectivamente en el desarrollo del presente ensayo y enfocando nuevamente las consecuencias de los convenios y tratados que se realizaron antes y después de la guerra del Pacífico enfocamos los siguientes aspectos que a criterio del investigador son las más importantes:
Como consecuencia del tratado de 1874, la zona comprendida entre el río Loa y el paralelo 24, desde el mar hasta la cordillera, junto con sus inmensos yacimientos de salitre, bórax y de azufre, pasan a manos de Chile, las mismas que fueron y son una fuente de riqueza fiscal para Chile en el pasado, presente y también para el futuro. La explotación del cobre es una de las mayores riquezas bolivianas explotadas por los chilenos en los territorios usurpados por los chilenos.
Bolivia se vio totalmente privada de toda comunicación directa con el mar y reducida a una condición tributaria de los puertos vecinos de Chile, Perú y Argentina, llámese Antofagasta, Arica, Matarani, Mollendo, Ilo y Rosario.
Bolivia ha sido dotada de inmensas riquezas naturales y está llamada para ser un centro de población, de industrias y de progresos excepcionales, la mediterraneidad obliga sin embargo a que este hecho sea ignorado y pase desapercibido, sumándose a todas las controversias que dividen ahora a las naciones sudamericanas.
Sistemáticamente, estas naciones son invadidas por intereses chilenos a nombre de la mal llamada integración latinoamericana o la famosa globalización, que para los chilenos es un argumento para introducirse en países que inclusive, no son bien recibidos. La política expansionista de este país es sumamente notoria.
La guerra del pacífico dejó como saldo otras consecuencias, persisten problemas en pie, cuya solución reclaman los intereses permanentes de paz y de justicia en este continente: Antofagasta – Arica – Iquique.
Si bien es cierto que son problemas que no han cesado de ser pronunciadas en labios de diplomáticos de los tres países, también es cierto que no se han aplicado políticas adecuadas para que estos tres territorios cautivos pasen a formar parte de sus naciones legítimas, la reivindicación de Antofagasta es un anhelo permanente de los bolivianos, pero Arica e Iquique no tienen los mismos reclamos para ser devueltos a su territorio, existe poco interés y entusiasmo por parte de los peruanos para consolidar una posición junto a Bolivia de hacer frente a un país que mantiene su hegemonía en el lado occidental de Sudamérica: CHILE.
El despojo del Litoral boliviano, producto de una brutal agresión armada, ha sido una de las pérdidas más graves y negativas para la Patria, cuyos resultados se los percibe cada día en todos los aspectos de la vida nacional.
Para enfocar la dirección del análisis hacia Chile, por ser el país de mayor riesgo, es necesario recordar que siempre actuó con poca sinceridad. En el presente nadie puede demostrarnos que su conducta haya cambiado, más aún si esa conducta está respaldada por su poderío militar y económico.
Para minimizar ante la opinión internacional el lacerante daño que nos ha causado con el enclaustramiento marítimo al que nos tiene sometidos, Chile ha difundido la incalificable mentira de que Bolivia nunca tuvo costa marítima y que con la guerra de 1879 solo buscó recuperar territorios que fueron suyos.
Los juicios emitidos por el General Pinochet en su libro Geopolítica y de la que hicimos mención en el párrafo precedente provocan consideraciones que es necesario puntualizar para rectificar opiniones falsas que se deslizan en su trabajo interesado en faltar a la verdad.
Pinochet, con una frase lapidaria ha intentado poner de relieve, a su modo, la actual mediterraneidad de Bolivia. En la página 95 de su libro se lee: "Bolivia, país mediterráneo desde su nacimiento a la vida independiente".
Sin embargo hay detalles que muestran flagrante contradicción en este punto o quizás se trate simplemente de cierto grado de amnesia. Mientras por un lado el Gral. Chileno, pregona la supuesta mediterraneidad boliviana; en otro capítulo dice: "Chile, el año 1879, tenía una mejor consistencia interior que Perú y Bolivia, por cuanto se había organizado políticamente con mayor solidez que sus adversarios desde la época de Portales; en cambio sus contendores aún pasaban períodos de golpes de Estado y revoluciones: el resultado de la guerra le fue favorable y amplió con ello sus fronteras"[6].
Esta ampliación, ese aumento que menciona Pinochet, se produjo con las costas peruanas y bolivianas arrebatadas por Chile. En consecuencia, Bolivia no fue un país mediterráneo. No pudo serlo. Tuvo su costa, la misma que ayudó al estado chileno a extenderse y alargarse debido a las favorables circunstancias de la guerra. Esa "mayor consistencia" y la preparación desde la época portaliana, fueron ciertas; con ellas Chile se lanzó a la aventura de conquistar litorales de Perú y Bolivia.
La falta de contacto con el mar ocasiona a Bolivia un rompimiento de relaciones con otras culturas y Estados a través del agua. Bien es sabido que las grandes culturas antiguas, han desarrollado sus actividades a orillas de los ríos, y en las costas, con este antecedente Bolivia se queda enclaustrada y AISLADA en medio de los Andes y la Amazonía. La globalización de la economía y las nuevas relaciones internacionales están creando en los pueblos, intereses materiales mucho más importantes que los que crea el nacionalismo natural, pues por el afán de encontrar nuevas perspectivas económicas en cada uno de los sectores, se olvidan las heridas que tanta sangre costaron a nuestros antepasados y que los únicos causantes de pérdidas territoriales y datos ontológicos del pueblo son los políticos que ven solamente los intereses personales y partidarios como un camino más para conseguir las reelecciones y así continuar con la depredación económica del país.
Ya lo dijimos, la cuestión vital para nuestra patria, es su reintegración marítima a través de un Puerto Libre y Soberano sobre el Océano Pacífico, sin compensaciones territoriales.
En la medida que Bolivia recupere su soberanía al O. Pacífico, afirmará su unidad nacional y cumplirá su rol de nudo de conexión entre las grandes cuencas, pero si este anhelo se retrasa, crecerán los riesgos de una excesiva y riesgosa dependencia económica. ( Ver Figura Nº 12 y 13)
Esta posición va debilitándose a medida que pasa el tiempo, debido a una actitud contraria y arrogante de Chile. Este país va en sentido contrario a la historia contemporánea, frente a ejemplos tan extraordinarios y aleccionadores como la devolución de la Franja de Gaza y la Cisjordania a la OLP por parte de Israel y la pacificación entre Perú y Ecuador.
Existe temor y demasiado respeto por parte de los diplomáticos bolivianos frente a sus similares de Chile, como ejemplo vamos a mencionar las palabras del Ex Presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada antes de su viaje a Río de Janeiro a la Reunión del Grupo de Río en septiembre de 1994: "Sería inoportuno hacer un planteamiento marítimo, porque cada vez que se habla de ese tema se despierta una expectativa en el país"[7].
Ejemplos como este han abundado en la historia de nuestro país, los mismos que no ha hecho otra cosa que consolidar más y más la hegemonía de Chile y la subordinación boliviana a los intereses chilenos.
2.- Estrategias y políticas inadecuadas para volver al mar: Abrazo de Charaña.
El histórico encuentro de los presidentes de Bolivia Gral. Hugo Banzer Suárez y de Chile Gral. Augusto Pinochet en Charaña (Población boliviana fronteriza), se produjo el 8 de febrero de 1975, con el propósito de solucionar puntos vitales para ambos países, entre ellos el relativo a la mediterraneidad de Bolivia.
Las negociaciones se formalizaron con la iniciativa del gobierno boliviano que requería la concesión de una franja territorial que partiendo de la costa comprendida entre la línea de la concordia (Colindancia de Chile y Perú) y el límite del radio urbano de la ciudad de Arica, se prolongase hasta la frontera boliviana.
El Gobierno de Chile en su respuesta del 19 de diciembre del año 1975, manifestó que "El territorio que se entregue será en canje por una superficie compensatoria equivalente como mínimo, al área de tierra y mar cedida a Bolivia"
Quiere decir que en reemplazo de la cesión territorial que se solicitaba, Chile propuso un canje territorial que abarcaba un territorio de la misma dimensión del que iba a entregar, más otro territorio equivalente a la superficie de las aguas territoriales correspondiente a la costa que debía cederse.
En esta forma, Chile aumentaría su área territorial con la equivalencia de un terreno inexistente y Bolivia reduciría en la misma proporción su propio territorio.
En esta etapa de las negociaciones el Gral. Augusto Pinochet se mostró irreflexivo e implacable con sus exigencias y a esa actitud se debió el fracaso de la negociación.
Asimismo como consecuencia del fracaso de la negociación, Bolivia rompió relaciones con el país vecino y el pueblo boliviano contrajo el compromiso de no permitir la reanudación de relaciones mientras no se restituye el Litoral marítimo o se solucione el enclaustramiento de Bolivia.
Examinando las actividades de uno y otro país vecino, durante ese lapso se observan notoriamente dos posiciones claramente opuestas: Chile más interesado en retener territorios ajenos, que Bolivia en recuperarlos.
3.- Bolivia, ¿aún aspira a una salida soberana al Océano Pacífico?
Sin lugar a dudas la respuesta es un rotundo SI. Sin embargo las políticas gubernamentales no han permitido vislumbrar el camino correcto a seguir.
Para cumplir este objetivo es necesario resolver de inmediato la contienda portuaria en lugar de postergarla indefinidamente. De este modo las partes ahorrarán siglos de espera y sabrán de inmediato a qué atenerse.
Es impostergable que el gobierno presione formalmente a Chile la solución inmediata, sin más evasivas de la mediterraneidad boliviana o en su defecto recurra a la Organización de Estados Americanos en mérito de sus propias atribuciones.
Debido a que la política expansionista de Chile no ha culminado con la usurpación a nuestro Litoral y pretende expandirse hacia otras latitudes con la estrategia comercial, es necesario una concientización de la población boliviana al no consumo de productos chilenos, y más aún ahora que las autoridades chilenas han aplicado salvaguardias a los productos bolivianos.
Debido a que la vinculación de nuestro país con el mundo exterior debe desarrollarse principalmente por los puertos de Arica y Antofagasta como rutas obligadas, es necesario buscar políticas y estrategias adecuadas para tener un acceso soberano al mar, sobre todo el de Arica que por sus cualidades marítimas naturales es uno de los más apropiados en esa latitud geográfica, resulta difícil imaginar un reemplazo a esta solución sin tener que realizar grandes inversiones en otra latitud geográfica.
La estrategia inicial de Chile para usurpar nuestro territorio ha sido la de poblar las fronteras, por lo que es necesario fomentar a la población boliviana para que paulatinamente aumente la densidad poblacional de nuestro país en la región fronteriza occidental.
También es de conocimiento público que los beneficios económicos obtenidos por Chile gracias a la explotación de los recursos naturales contenidos en nuestro Litoral, han sido y son tan importantes que su economía ha sido fortalecida con elevados índices de progreso y desarrollo económico desde principios del presente siglo, el cual constituye la base de su bienestar económico y social, por lo que es necesario un esfuerzo para consolidar política, económica, administrativa y militarmente los territorios fronterizos con Chile y Perú ejerciendo en la actualidad plena soberanía en dichas regiones.
Por el curso de las negociaciones diplomáticas de nuestros representantes y debido a la preocupante facilidad e ingenuidad con que los representantes del gobierno nacional han llegado a la formulación y definición de los acuerdos bilaterales se ha demostrado la habilidad diplomática de Chile para obtener ventajas siempre perjudiciales a nuestros intereses nacionales a mediano y largo plazo e inoperancia de conseguir logros para nuestro país, por lo que es necesario que a partir de hoy las negociaciones y acuerdos se realicen en el marco de la revisión del tratado de 1904, y con un solo objetivo: el retorno libre, soberano e incondicional al Océano Pacífico.
Quizás resulte redundante mencionar aspectos que son de dominio público, también puede resultar redundante y hasta molesto saber de la incapacidad de nuestros representantes, sin embargo no existe otra alternativa que conocer nuestras limitaciones y defectos para superarlos y avizorar tiempos mejores para nuestro país.
Conclusiones
De todo lo anterior, es necesario obtener una concepción global que permita visualizar los hechos históricos que han originado la pérdida de nuestro territorio en las costas del pacífico, analizar la situación actual para corregir los errores del pasado y vislumbrar en el futuro una salida soberana con puertos propios en las costas del Océano Pacífico que permita integrarnos geopolíticamente con el mundo entero.
Un Estado sin salida al mar, es un Estado avasallado, o por lo menos incapaz de jugar un papel geopolítico importante en el contexto internacional.
Por otro lado, un puerto soberano en el Océano Pacífico nos reporta ventajas de desarrollo geopolítico y seguridad, el primero en cuanto al intercambio comercial a un costo inferior, la diversificación de las posibilidades de comercio y la explotación de la riqueza marítima; y seguridad por que nos obliga a contar con un poder marítimo.
A.- Hechos históricos.
Los Convenios y Tratados realizados con los gobiernos de Chile y Perú, han tenido matices que demuestran el claro interés de los países vecinos por extender su territorio, velar sus intereses, despojar a Bolivia de sus riquezas y frenar nuestro desarrollo geopolítico evitando un acceso a las aguas marítimas, las cuales aparte de reportarnos riquezas de todo orden, nos permiten superar nuestra cultura, por que solo el mar puede producir verdaderos países potenciales.
Chile mantiene como instrumento para mostrar al mundo que Bolivia no tiene derecho a las costas del Pacífico. En este sentido la incapacidad de nuestros representantes provocó que poco a poco se consolide esa posición arbitraria y abusiva, alimentando el proceso de aislamiento y postración económica.
B.- Situación actual.
La situación actual sobre el acceso al Océano Pacífico con Puertos propios difiere en muy poco de lo que fue un siglo atrás.
El único avance significativo, ha sido el Convenio Gran Mariscal de Ayacucho, firmado por los gobiernos de Bolivia y Perú, sin embargo, a pesar de la buena voluntad mostrada por el gobierno del país vecino, no resulta muy aleccionador el obtener una salida al Océano Pacífico en un lugar cuya legislación tiene vigencia sobre este territorio y el acceso requiere de grandes inversiones, además no se puede omitir un detalle importante: Perú no ha concedido en forma gratuita este territorio, sino que tiene de reciprocidad la localidad de Puerto Suárez. De todas maneras es la alternativa más real para buscar la integración geopolítica con la comunidad internacional, que permita el desarrollo y potencialidad de nuestro Estado.
C.- Soluciones posibles.
No cabe duda que el acceso al Océano Pacífico, se podrá hacer realidad solo cuando las relaciones diplomáticas estén encaminadas a la modificación o anulación del Tratado de Paz y Amistad de 1904.
Todo Estado que, por ser mediterráneo, carece de costas marítimas, orienta su política a conseguirlas, o si este objetivo falla, crea las condiciones favorables para neutralizar esta desventaja.
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