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La morbilidad oculta del condiloma acuminado, un problema social aún no resuelto en San Cristóbal


Partes: 1, 2

  1. Introducción
  2. Desarrollo
  3. La ciencia como actividad
  4. La tecnología como proceso social
  5. Ciencia, tecnología y sociedad en América Latina
  6. Ciencia, Tecnología y Sociedad en Cuba
  7. Factores que favorecen la introducción de los resultados derivados de los estudios CTS con respecto a las Infecciones de Transmisión Sexual
  8. Conclusiones
  9. Bibliografía

Introducción

Las Infecciones de Transmisión Sexual (en adelante ITS), han experimentado un crecimiento notable en Cuba en los últimos años, fundamentalmente entre adolescentes que inician sus relaciones sexuales sin tener conocimientos sobre estas infecciones y sin la utilización de medios de protección y que dentro de estas infecciones, una de las patologías a las que menos atención se les ha brindado ha sido la infección por el Virus del Papiloma Humano (en adelante VPH), en cualquiera de sus variedades de manifestación y que ello complica aún más las acciones de salud sobre estas enfermedades; mientras que se evidencia una liberalización en las relaciones sexuales, con cambios frecuentes de parejas que elevan el riesgo entre la población, especialmente entre los jóvenes y que por otro lado se mantienen los perjuicios y limitaciones en los momentos en que resulta necesario hablar sobre ellas y las personas que han sido contactos sexuales. Posiblemente por estas mismas circunstancias las ITS constituyen un serio problema de salud en el mundo entero.

La teoría y la práctica médica reclaman al hombre como objeto de estudio en el aspecto específico de la salud y la enfermedad. Además como muchas otras ciencias, reflexionan y hacen el intento de definir al hombre como un todo, tratando de congeniar los factores biológicos y sociales que lo caracterizan. De esta forma en las Ciencias Médicas no es casual encontrarse las siguientes ideas:

El hombre es un ser biológico a la par que es un ser social.

– La naturaleza del hombre es biológica y su esencia es social.

– El hombre es un ser biosocial o entidad biosicosocial.

La estructura y la actividad vital del organismo son estudiadas por las ciencias biológicas, el estudio del hombre como organismo animal (entiéndase aquí no en la acepción ordinaria e injuriosa del término) tiene enorme importancia para la sanidad, el mejoramiento de las condiciones de su vida y para resolver muchos problemas sociales.

La salud exige que se le aborde como fenómeno intrínseco en las relaciones que establece el hombre con la naturaleza y entre los propios hombres para desenvolver su vida social.

El proceso de salud no puede restringirse al funcionamiento de la red hospitalaria, a la práctica de una medicina hospitalaria, base de la medicina curativa, la salud del hombre exige que su cuidado desborde los estrechos límites de la atención secundaria (atención hospitalaria y especializada) y se proyecte hacia la investigación de las "fuerzas" sociales que existen en la comunidad y que inciden de una u otra forma en la salud poblacional. En ello es imprescindible la conciencia de que el hombre es un ser social. (Verdecia, 1986)

Los estudios de Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS), han tenido un auge creciente través de programas de estudios e investigaciones en muchas universidades de todo el mundo y sobre todos en aquellos países desarrollados, donde ha quedado claro que la ciencia y la tecnología son procesos sociales profundamente marcados por la civilización; el desarrollo científico y tecnológico, una estimación cuidadosa de sus fuerzas motrices e impactos, y un conocimiento profundo de sus interrelaciones con la sociedad.

Los estudios CTS responden de algún modo a la creciente sensibilidad social por el desarrollo técnico, sus impactos y favorecimiento no solo una comprensión social del mismo, sino que también propone su regulación a fin que atienda debidamente problemas humanos y sociales relevantes.

Según (Cutcliffe, 1990), la misión central de estos estudios ha sido definida así: "Exponer una interpretación de la ciencia y la tecnología como procesos sociales, es decir, como complejas empresas en las que los valores culturales, políticos y económicos ayudan a configurar el proceso que, a su vez, incide sobre dichos valores y sobre la sociedad que los mantiene".

Por su parte, los estudios CTS, o estudios de ciencia, tecnología y sociedad constituyen un campo multidisciplinar, en el que su objetivo principal es entender la práctica científica y tecnológica tanto en lo que respecta a sus antecedentes y condicionantes sociales como a sus consecuencias medioambientales y sociales.

En Cuba se notifican entre 40 y 50 mil casos anualmente solamente de Sífilis, Blenorragia y Condiloma acuminado, con tendencias al incremento desde hace años, a pesar del subregistro que debe existir en algunas de ellas, no existiendo datos sobre otras. (Pesant et al, 2004)

En el Municipio San Cristóbal se detectó un subregistro a partir del año 2003 con relación a los casos notificados de Condiloma Acuminado, que no se corresponde con el aumento de otras Infecciones de Transmisión Sexual y teniendo en cuenta que ésta es considerada por expertos como la infección de transmisión sexual más frecuente y la segunda en importancia después del VIH/SIDA es preciso caracterizar la epidemiología de esta infección en el territorio y evaluarlo como un problema social aún no resuelto por la ciencia y la tecnología, siendo objeto de estudio los principales factores de riesgo, la efectividad del tratamiento aplicado en las lesiones para fortalecer el sistema de vigilancia de la notificación temprana y así disminuir los problemas de morbilidad oculta en el territorio, lo que permitirá actualizar al personal médico y de enfermería sobre el comportamiento epidemiológico del Condiloma Acuminado, así como la promoción y educación de la población sobre el uso del condón como la vía para evitar las ITS a partir de un programa de intervención.

Desarrollo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha estimado que las ITS, incluyendo el VIH/SIDA, constituyen a escala mundial la causa de enfermedad más importante entre hombres de 15 – 44 años y la segunda causa más importante (después de las causas maternas) en mujeres jóvenes de países en vías de desarrollo.

Cálculos recientes reportan que cada año se presentan en todo el mundo mas de 340 millones de casos de ITS curables (que incluyen sólo aquellas infecciones bacterianas, fúngicas y parasitarias susceptibles de tratamientos efectivos) y que por lo menos un millón de contagios ocurren cada día. Solamente para Latinoamérica y el Caribe se estimaron entre 35 y 40 millones de casos con más de cien mil infecciones promedio por día en el caso del VIH/SIDA.(Saballs y col. 2002)

Existen algunos factores sociales que influyen directamente sobre la transmisión entre los que se pueden señalar: negarse a adoptar hábitos de relaciones sexuales sin riesgo, como el uso de condones, no buscar atención médica para el tratamiento de ITS, no completar el tratamiento indicado, así como no declarar a todas las parejas sexuales para que reciban tratamiento. También existen factores biológicos que repercuten en la transmisión: edad, sexo, circuncisión.

En todas las comunidades hay personas más vulnerables que otras a las ITS. Esta vulnerabilidad esta relacionada con factores biológicos, sociales y conductuales.

Cada lugar tiene sus características particulares, los grupos más comunes son:

  • Adolescentes sexualmente activos de ambos sexos.

  • Mujeres y hombres que tienen varias parejas.

  • Hombres que tienen sexo con otros hombres.

  • Hombre y mujeres cuyo empleo los aleja por plazos prolongados de sus familiares o compañeros sexuales regulares.

  • Personas que practican la prostitución.

Estas características relacionadas con los factores biológicos, sociales y conductuales condicionan la aparición de este tipo de enfermedades que aunque están identificadas entre la población, aún no existe una conciencia social de prevención acorde con las necesidades de protección sexual, por lo que se hace necesario estudiar este problema desde la ciencia, la tecnología en la sociedad.

La ciencia como actividad

El conocimiento aparece como una función de la existencia humana, como una dimensión de la actividad social desenvuelta por hombres que contraen relaciones objetivamente condicionadas. Sólo dentro del entramado que constituyen esas relaciones es posible comprender y explicar el movimiento histórico de la ciencia. Desde la antigüedad hasta el renacimiento la ciencia constituye un conocimiento que se apoya en la contemplación de la naturaleza. Es a través de la observación y el razonamiento que es posible acceder a la esencia de la naturaleza.

Es difícil ofrecer una caracterización breve y precisa de lo que entendemos por ciencia. Woolgar, 1991 por ejemplo, cree que entre las constricciones que se presentan ante los estudios de la ciencia está "la persistente idea de que la ciencia es algo especial y distinto del resto de formas de actividad social y cultural, aún a pesar de todos los desacuerdos y cambios en las opiniones de los filósofos que han tratado de dilucidar un criterio de distinción. En lugar de tratarlos como logros meramente retóricos, muchos analistas de la ciencia siguen respetando los límites que delimitan a la ciencia frente a la no-ciencia. Muchos otros niegan la posibilidad de la demarcación pero siguen discutiendo en términos de límites. El uso continuado de un esquema que construye la ciencia como un objeto tiende a reforzar la concepción de la misma como algo distinto antes que a potenciar un desafío a tal punto de vista.".

La ciencia moderna, liderada por Galileo, modifica parcialmente esto, desplaza la contemplación y la especulación sobre las esencias y promueve una racionalidad apoyada en la experimentación y el descubrimiento de las leyes matemáticas que están "detrás" de los fenómenos sensibles. Para Descartes, no es suficiente la observación: es a través del experimento que se formulan preguntas a la naturaleza, obligándola a revelar la estructura matemática subyacente. El intelecto, más que los sentidos, es lo fundamental.

Al ocuparse de la naturaleza (en general de la realidad) la ciencia contemporánea lo hace a través del conjunto de mediaciones que a lo largo de su desarrollo la propia ciencia y la técnica han venido construyendo: modelos, teorías, instrumentos, tecnologías y es a través de ellas que se realiza la investigación. Agazzi, 1996 resume este proceso diciendo que el ideal de la ciencia antigua fue la observación, el de la ciencia moderna el descubrimiento apelando fundamentalmente al recurso de la experimentación y la matematización, en tanto la ciencia actual realiza investigación en sentido estricto.

La actividad que denominamos ciencia se desenvuelve en el contexto de la sociedad, de la cultura, e interactúa con sus más diversos componentes. Al hablar de ciencia como actividad nos dirigimos al proceso de su desarrollo, su dinámica e integración dentro del sistema total de las actividades sociales. Desde esta perspectiva se promueven a un primer plano los nexos ciencia – política, ciencia – ideología, ciencia – producción, en general ciencia – sociedad. La sociedad es un continuo pluridimensional donde cada fenómeno, incluso la elaboración de conocimientos, cobra sentido exclusivamente si se relaciona con el todo.

Para Kuhn (1982), tanto la "ciencia normal" (períodos evolutivos) como la extraordinaria (períodos de transformaciones radicales, revolucionarias) son actividades basadas en comunidades. Son estas las que portan los paradigmas que, por tanto, en su sentido sociológico se pueden definir como "La constelación de creencias, valores, técnicas, etc., que comparten los miembros de una comunidad dada" (p. 269). Se trata de modelos explicativos, ejemplares compartidos con ayuda de los cuales las comunidades resuelven los problemas de la ciencia normal.

De esta forma, el paradigma cohesiona a los miembros de la comunidad, les proporciona determinado modo de ver el mundo, determinados patrones conceptuales a partir de los cuales investigan la realidad. Obviamente, ese modo de ver el mundo está íntimamente vinculado al contexto socio cultural más amplio donde se produce la ciencia. En Kuhn (1982) esta noción se limita a sus componentes filosóficos y científicos, quedando sin resolver el problema. De igual modo, cuando considera los valores que comparten los miembros de las comunidades, se refiere a la preferencia por la exactitud, las determinaciones cuantitativas, la sencillez, coherencia y probabilidad de las explicaciones y sólo de pasada menciona como un valor la utilidad social de la ciencia (pp. 283-284).

Como consecuencia, la noción de ciencia como actividad que realizan las comunidades científicas permite la introducción de algunos factores socio-psicológicos en el análisis pero a la vez, la cohesión de las comunidades alrededor de determinados paradigmas les proporciona cierto aislamiento respecto a los contextos sociales.

La tesis de Kuhn subraya la autonomía relativa de la ciencia: podrán existir demandas sociales pero estas tienen que ser traducidas en términos de problemas científicos y por ello se exige su incorporación al tejido conceptual de la ciencia que proviene del paradigma vigente. Pero aquí se absolutiza un lado de la dinámica más general: falta por considerar lo que Enghels indicó claramente: una necesidad técnica impulsa más a la ciencia que diez universidades, es decir, no existe una acumulatividad de saber absolutamente al margen de las demandas sociales. Sobre todo en nuestros días el papel de tales exigencias en la dinámica de la ciencia, en la definición de la ciencia que ha de practicarse y por ende en el rumbo que ella ha de tomar, es decisivo.

La ciencia se presenta así como un valor social: ciencia para algo y ciencia para alguien. A ella se le asigna determinado interés e importancia, se le orienta en una u otra dirección, o simplemente se le menosprecia. En cualquier caso se manifiesta una definida proyección valorativa de las clases sociales respecto a la ciencia. El enfoque de la ciencia como actividad presta especial atención a la institucionalización de la ciencia.

La ciencia está anclada en las demás actividades e instituciones sociales: las fuerzas, actores, relaciones, estructuras, procesos actuantes en la sociedad condicionan la emergencia, perduración, crecimiento, orientación y decadencia de la ciencia. Ellos no son el escenario donde actúa la ciencia sino que afectan directamente su constitución y actividades.

Diversos autores han argumentando que la acentuada separación de la ciencia de la política, la moral, los movimientos por reformas sociales y la religión, se debió sobre todo a situaciones sociales, al medio absolutista donde se producía la institucionalización de la ciencia. Paradójicamente, fue por razones sociales que se formó el postulado normativo de la neutralidad de la ciencia.

Por otra parte debe admitirse que la ciencia es un fenómeno sociocultural complejo que posee sus propias fuerzas motrices, lo que impide hablar de un condicionamiento casual lineal y mecánico entre la sociedad y la ciencia.

Marx y Kröber (1986) resumen el tema así: "entendemos la ciencia no sólo como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías, hipótesis, etc., sino también, simultáneamente, como una forma específica de la actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad. Aún más, la ciencia se nos presenta como una institución social, como un sistema de organizaciones científicas, cuya estructura y desarrollo se encuentran estrechamente vinculados con la economía, la política, los fenómenos culturales, con las necesidades y las posibilidades de la sociedad dada" (p.37).

El concepto de ciencia según Jorge Núñez Jover se suele definir por oposición al de técnica, según las diferentes funciones que ellas realizan. En principio la función de la ciencia se vincula a la adquisición de conocimientos, al proceso de conocer, cuyo ideal más tradicional es la verdad, en particular la teoría científica verdadera. La objetividad y el rigor son atributos de ese conocimiento, "entendemos la ciencia no sólo como un sistema de conceptos, proposiciones, teorías, hipótesis, etc., sino también, simultáneamente, como una forma específica de la actividad social dirigida a la producción, distribución y aplicación de los conocimientos acerca de las leyes objetivas de la naturaleza y la sociedad. Una institución social, como sistema de organizaciones científicas, cuya estructura y desarrollo se encuentran estrechamente vinculados con la economía, la política, los fenómenos culturales, las necesidades y las posibilidades de la sociedad dada" Núñez Jover (p.37).

Desde la antigüedad hasta el renacimiento la ciencia constituye un conocimiento que se apoya en la contemplación de la naturaleza. Es a través de la observación y el razonamiento que es posible acceder a la esencia de la naturaleza. A lo que plantea Bernal (2004), la ciencia es, en razón de su naturaleza, cambiante, y lo es más que cualquier otra ocupación humana: La ciencia está cambiando muy rápidamente en la medida en que es uno de los logros más recientes de la humanidad.

En este tema en particular la ciencia ha estudiado el fenómeno y ha establecido las tecnologías a seguir para resolver el fenómeno médico, pero aún persiste el fenómeno social que involucra a las comunidades y en particular a los grupos de riesgo más vulnerables, por lo que habría que buscar las formas y vías para minimizar y controlar eficientemente este tipo de enfermedades.

La tecnología como proceso social

Definir la palabra "tecnología" se ha vuelto algo complejo y sujeto a un conjunto de relaciones y de puntos de vista diversos. No presenta el mismo significado en el presente que en el pasado, y no son las mismas respuestas que se dan sobre la tecnología en el uso corriente.

Marx aborda este aspecto cuando señala:"…La tecnología nos descubre la actitud del hombre ante la naturaleza, el proceso directo de producción de su vida, y, por tanto, de las condiciones de su vida social y de las ideas y representaciones espirituales que de ellos se derivan…"(Marx, 1973:325).

Es común encontrar definiciones de tecnología simplemente como un saber hacer, esto conlleva automáticamente a asumir el conocimiento como valor absoluto, y con ello, el saber hacer se convierte en justificación del poder hacer y del necesario hacer: lo que se sabe hacer se puede hacer y no hay por qué suponer que hay que poner límites al poseedor del saber. De hecho, pueden existir otras formas de interpretación o conceptualización, significaciones para poder hacer, pero desde el punto de vista de la moral, el saber hacer emana del ideal clásico de racionalidad, como valor absoluto desespiritualizado, en tanto no reconoce otros valores.

La tecnología no puede ser entendida unilateralmente como material o ideal, sino que es una forma presente de idealidad materializada o materialidad idealizada; en fin, una forma especial de materialización del espíritu humano. Esto significa de hecho, que los valores no vienen de fuera, sino que están involucrados, presentes y hechos en el proceso mismo de la actividad.

Hay que tener en cuenta, que en todo proceso de creación, el hombre materializa su experiencia, su sentido de la vida, su proyección futura; pero además, en el objeto creado se concretan los propósitos y motivaciones de quien lo crea, y a esto no escapa la creación en la tecnología. Lo creado representa la trascendencia del individuo, de ahí su carácter comprometido.

Price (1980) "Definiremos la tecnología como aquella investigación cuyo producto principal es, no un artículo, sino una máquina, un medicamente, un producto o un proceso de algún tipo" (p.169)

En los siglos XVIII y XIX, "technology" tuvo un sentido estricto, limitado, en función de las artes prácticas o el conjunto de las artes prácticas y no el conjunto increíblemente variado de fenómenos, herramientas, instrumentos, máquinas, organizaciones, métodos, técnicas, sistemas y la totalidad de todas estas cosas y otras similares en nuestra experiencia (Winner, 1979). Con estos antecedentes, el mismo autor se atreve a proponer una definición sobre la tecnología, en donde tiene lugar, por un lado, los aparatos con los cuales la gente comúnmente identifica a la tecnología -herramientas, dispositivos, instrumentos, máquinas, artefactos, armas– y que sirven para una gran variedad de funciones; en segunda instancia, "tecnología" agruparía también todo el cuerpo de actividades técnicas -habilidades, métodos, procedimientos, rutinas- empleadas por la gente para la realización de tareas y a lo que se puede llamar "técnica" en términos generales; además, "tecnología" se refiere también a algunas de las variedades de la organización social, aquellas que tienen que ver con los dispositivos sociales técnicos, que involucran la esfera racional-productiva.

Ellul, (1960), define "la technique, como "; tal definición se corresponde con la definición de technology inglesa moderna, en su carácter de totalidad vasta, variada y omnipresente (Winner, 1979). El tema de la tecnología como ciencia aplicada, es también un punto de cuestionamiento por otros factores. Primero, hereda los presupuestos que han acompañado la idea del progreso humano basado en la ciencia, desde mediados del siglo veinte: a más ciencia, más tecnología, y por consiguiente tendremos más progreso económico, lo que nos trae más progreso social (González et al., 1996). Esta ecuación es cuestionable, ya que si bien son importantes ciertos avances de la investigación científico-tecnológica, no se tiene en cuenta otros productos asociados a ella: más contaminación, más riesgo tecno-científico, más desigualdad entre ricos y pobres, incluso desempleo relacionado con los cambios tecnológicos; situación que obviamente debe ser contextualizada. Se sabe que las ciencias y tecnologías de las sociedades actuales se conciben, desarrollan y emplean primariamente por y para los intereses de los grupos sociales y de los países más fuertes, poderosos y ricos del mundo.

La tecnología se entendió apenas como ciencia aplicada: la tecnología es un conocimiento práctico que se deriva directamente de la ciencia, entendida esta como conocimiento teórico. De las teorías científicas se derivan las tecnologías, aunque por supuesto pueden existir teorías que no generen tecnologías. Una de las consecuencias de este enfoque es desestimular el estudio de la tecnología; en tanto la clave de su comprensión está en la ciencia, con estudiar esta última será suficiente. "La imagen ingenua de la tecnología como ciencia aplicada sencillamente no se adecua a todos los hechos. Las invenciones no cuelgan como frutos del árbol de la ciencia" (Price, 1980, p.169).

Al involucrar la participación del hombre como actor, la teoría tecnológica, por ejemplo, con relación a un sistema, queda sujeta al deber ser del hombre. Esto implica planificar y tomar decisiones, definir acciones de control sobre la realidad. El deber ser, al estar implícito dentro del sistema, articula niveles de decisión sobre condicionamientos heterogéneos (tanto técnicos como socioeconómicos) y en general holísticos. El deber ser es una intencionalidad, y por lo tanto se carga de conocimientos como de representaciones para tomar decisiones. La propuesta sobre la tecnología como socio-sistema de Wynne (1983), y luego su enriquecimiento con la dimensión ambiental que retoma González y colaboradores (1996), le abren una dimensión aún más social al sistema, coexistiendo con el medio ambiente.

De este parecer nos queda claro que conocidas las tecnologías se hace imprescindible un accionar para que se apliquen en toda su extensión y tengan un efecto marcado en la sociedad.

Ciencia, tecnología y sociedad en América Latina

Las actividades científicas y tecnológicas van de la mano con la evolución de las sociedades, que fijan límites o facilitan tanto el proceso de creación de conocimiento científico tecnológico como su uso social o económico. Siguiendo este hilo conductor, la producción de tecnología y la industria, cambian de signo y hoy día son más "cerebro intensivas", introduciendo profundas y radicales transformaciones en la manipulación de la materia y de la vida. La ciencia y la tecnología transforman de forma excepcional el aparato productivo, el que se haya incentivado, además de la dinámica de los mercados globales. En estas condiciones, cada vez más la ciencia y la tecnología son objeto de políticas públicas y de estrategias concertadas entre estados y empresas.

La gran mayoría de los países del llamado Tercer Mundo no transitaron un camino similar al de Europa, Estados Unidos y Japón. Éste fue el último en llegar, y por ello mismo, ejemplo señero y notable en la adopción de la ciencia y la tecnología como base del desarrollo y creador de esperanzas en el mundo en desarrollo de entonces. De hecho, algunas sociedades Asiáticas lo adoptaron y esto permitió el renacer de un "optimismo histórico": sí era posible entrar al círculo privilegiado. (Piñón 2003).

Por su parte, la tradición norteamericana se ha centrado más bien en las consecuencias sociales (y ambientales) de los productos tecnológicos, descuidando en general los antecedentes sociales de tales productos. Se trata de una tradición mucho más activista y muy implicada en los movimientos de protesta social producidos durante los años 60 y 70.

Las políticas de ciencia, tecnología e innovación deben cubrir tanto la modernización tecnológica de las empresas como la disminución de la pobreza. De igual modo, los recursos humanos de nuestra región tienen un valor muchas veces olvidado o simplemente caracterizado desde la carencia en una perspectiva del desarrollo de la sociedad del conocimiento. De ahí la necesidad de conjugar inteligentes, decididas y oportunas en materia científico-tecnológica con la revalorización de los conocimientos acumulados y expresados en la diversidad cultural de América Latina.

En esta visión ética, que incluye a lo social y a lo cultural, es esencial cuidar la brecha en la relación entre tecnología y sustentabilidad del medio ambiente como otro tema crítico, e impostergable, de las nuevas políticas de Ciencia y Tecnología. Aquello que señalaba Federico Mayor Zaragoza (2000): "Sólo nos queda un patrimonio intacto: el futuro: Ahí esta nuestra esperanza. Preservemos las tierras vírgenes del futuro. Sembremos ya los valores del porvenir. Cultivémoslos. Confiémoslo a nuestros sucesores. Así legaremos a nuestros hijos una herencia abierta viva, una herencia sin testamentos"

El estrecho vínculo entre ciencia y tecnología trae consigo que las concepciones que ha tenido la ciencia y ha desarrollado a lo largo de los siglos, se trasladan a la tecnología. Aún más, la ciencia encuentra en la tecnología la vía directa de su aplicación, la posibilidad de convertirse en fuerza productiva directa, por lo que resulta el medio a través del cual se materializan sus ideales, proyecciones y políticas.

La lealtad al proyecto social cubano, orienta la conducta del técnico cubano contemporáneo en su actividad concreta, en la solución del problema técnico específico dirigido a la solución de problemas sociales, por lo que refuerza su identidad nacional y su sentimiento de pertenencia social. Este valor pone de manifiesto a su vez el profundo carácter axiológico de la actividad tecnológica desde la determinación misma del propósito, y lleva implícito la actitud participativa y comprometida del técnico como sujeto activo en el proceso en el que vive, desde su propia labor. (González, 2008)

Ciencia, Tecnología y Sociedad en Cuba

Cuba desde 1959 ha desarrollado un proceso de profundas transformaciones sociales cuyos objetivos socialistas se declararon oficialmente en 1961, con la declaración del carácter Socialista de la Revolución. Uno de los signos característicos del programa social inaugurado y uno de sus sentidos principales fue la implantación de lo que llamaremos una "política del conocimiento". Esa política tiene un punto de partida fundamental en la Campaña de Alfabetización de 1961; continuó con la nacionalización de la enseñanza, el acceso gratuito a la educación, la realización de una amplia política de edición y distribución de libros. Los planes masivos de becas que permitieron a los estudiantes de cualquier sitio del país y procedencia social acceder a la enseñanza, el desarrollo de la educación para adultos, los programas de enseñanza para campesinos, en particular a las mujeres.

Se marcan tres etapas bien definidas en la Política Científica Tecnológica cubana a partir de 1959: la primera etapa pudiera denominársele de "promoción dirigida de la ciencia" es decir, una política que se esfuerza por crear un sector de investigación desarrollo inexistente, lo que en Cuba se tradujo en un énfasis extraordinario en la creación de instituciones científicas y la preparación de los investigadores que debían trabajar en ellas. De acuerdo con esto, en los años 60 se crearon muchos de los principales centros de investigación que el país tiene hoy, se creó una Universidad Politécnica, el Centro de Investigación Digital que construyó la primera computadora cubana en 1969, el Jardín Botánico Nacional, la Academia de Ciencias de Cuba y otras instituciones y grupos de trabajo.

Se inicio entonces un marcado proceso de intercambio internacional a través de la participación de científicos extranjeros en Cuba y la formación de profesionales cubanos en el exterior. Como se partió de antecedentes muy exiguos puede decirse que el avance en la promoción dirigida de la ciencia en los años sesenta significó un salto extraordinario en el desarrollo científico cubano. Ese salto fue posible, ante todo, por la voluntad política que lo movilizó. El poder revolucionario asumió que el desarrollo social dependería de la capacidad, la inteligencia y el talento que el país fuera capaz de crear.

Al inicio de la década del 60 Fidel Castro definió el futuro del país como un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento y poco después Ernesto Che Guevara, luego de asumir la dirección del Ministerio de Industria, funda en 1962 la revista Nueva Industria Tecnológica en cuyo primer editorial definió toda una estrategia tecnológica que pasaría primero por resolver problemas más o menos inmediatos de la producción y llegaría a generar tecnologías avanzadas basadas en las condiciones naturales y culturales del país. En el propio editorial el Che Guevara declara el objetivo de conectar la ciencia moderna con la industrialización avanzada.

La política científica y tecnológica adelantada por Cuba, conjuntamente con sus avances en educación y salud ofrecen oportunidades de avanzar hacia un desarrollo económico y social cada vez más apoyado en el conocimiento y la innovación. Puede afirmarse que en no poca medida, el conocimiento, la ciencia y la tecnología están articulados a la estrategia económica, social y cultural del país, generando beneficios en el sistema de salud, en la alimentación y en otros sectores vinculados a las necesidades humanas básicas de la población.

El impacto en la economía, aún modesto, comienza a ser significativo, en particular a través de la Biotecnología y la industria médico farmacéutica. El contexto de la Iniciativa Bolivariana para las Américas (ALBA) que lidera Venezuela, permite a Cuba ingresos importantes por la exportación de servicios médicos y científico técnicos de alto valor agregado. También la industria del software está siendo beneficiada por esa integración, pero la globalización neoliberal establece reglas de juego muy duras para los países que pretendan insertarse en la economía mundial apoyándose en la Ciencia y la Tecnología.

Cuba cuenta con una fuerte tradición de crítica y resistencia al orden mundial actual y al "pensamiento único". Ese pensamiento se articula coherentemente con el énfasis en el desarrollo de la ciencia y la tecnología y la orientación de estas a la atención de necesidades sociales relevantes. El trabajo que en Cuba se desarrolla en el campo de la Ciencia y Tecnología transcurre en condiciones específicas que determinan sus orientaciones teóricas y prácticas. Durante las últimas cuatro décadas y algunos años más el desarrollo de la cultura, la educación y la ciencia ha constituido una prioridad fundamental del Estado cubano. Esto se ha expresado no sólo en avances significativos en estos campos sino también en una cierta mentalidad y estructura de valores entre los profesionales, en particular los vinculados al campo científico – técnico, donde el sentido de responsabilidad social se haya ampliamente extendido, aun cuando existen problemas por resolver en este campo.

La educación en CTS persigue precisamente cultivar ese sentido de responsabilidad social de los sectores vinculados al desarrollo científico tecnológico y la innovación. En Cuba no sólo hay conciencia del enorme desafío científico y tecnológico que enfrenta el mundo subdesarrollado sino que se vienen promoviendo estrategias en los campos de la economía, la educación, y la política científica y tecnológica que intentan ofrecer respuestas efectivas a ese desafío. Todo eso, desde luego, necesita de marcos conceptuales renovados dentro de los cuales los enfoques CTS pueden ser de gran utilidad.

Teniendo en cuenta que el Condiloma Acuminado es la infección de transmisión sexual más frecuente y la segunda en importancia después del VIH/SIDA a consideración de los expertos y que esta ha presentado un incremento considerable en el territorio durante los últimos años, nos propusimos este estudio para proponer alternativas de solución y así disminuir los problemas de morbilidad oculta y poder accionar desde los adelantos científicos en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos.

Factores que favorecen la introducción de los resultados derivados de los estudios CTS con respecto a las Infecciones de Transmisión Sexual

  • 1. Conocimiento del personal médico y de enfermería con relación a los factores de riesgo, efectividad de los tratamientos y formas de prevenir las ITS.

  • 2. Sistema de vigilancia de notificación temprana de las ITS.

  • 3. Existencia de programas para la atención a las ITS.

  • 4. Sistema de divulgación sobre las formas de prevenir las ITS.

  • 5. Existencia de Programas de Información sobre la efectividad de su uso del condón en la prevención de ITS.

  • 6. Trabajo divulgativo de las organizaciones de masa sobre ITS.

Caracterización epidemiológica del Condiloma Acuminado en San Cristóbal.

A partir del año 2004 se revisaron los registros de Enfermedades de Declaración Obligatoria existentes en el CMHE de San Cristóbal para conocer la cantidad de casos notificados por años.

Tabla 1. Casos de Condiloma Acuminado notificados.

Año

No de

Casos

%

Tasa

2004

12

7,2

18,3

2005

18

10,8

27,4

2006

38

22,9

56,2

2007

41

24,7

59,0

2008

57

34,4

80,2

Total

166

100

_

X = 33,2 Tasa x 100 000 habitantes

En la tabla 1 se denota un incremento paulatino hasta llegar a 57 casos en el 2008, lo que demuestra un crecimiento de 375 %; al analizar la media aritmética se promedia por año 33,2 casos, hecho que resulta prácticamente imposible, para un municipio como este, con una población de aproximadamente 71 040 habitantes, razón más que suficiente para que la notificación de estos casos sea superior, evidenciándose la existencia de un sub-registro.

La tabla muestra que en los años 2004 y 2005, la notificación se comportó por debajo en cuanto al número de casos con respecto al año 2006, a partir del cuál se fue incrementando, sin embargo estos resultados denotan aún una deficiente notificación por parte de los especialistas.

El riesgo absoluto que tiene la población de San Cristóbal puede ser medido a través del resultado de la tasa de incidencia, observándose un incremento del riesgo para toda la población.

edu.red

Figura 1. Tendencia secular del número de casos notificados.

El incremento en el número de casos, es evidente, a pesar de que como ya se ha dicho, no se corresponde con las condiciones reales de este territorio. Los mismos muestran un crecimiento casi exponencial con respecto al año de comienzo de la investigación.

Tabla 2. Casos notificados de Condiloma Acuminado según grupo de edades.

edu.red

En la tabla 2 se muestran los casos notificados de Condiloma Acuminado por grupos de edad en San Cristóbal en el período 2004 al 2008, donde se observa una mayor prevalencia en el grupo de 16 a 25 años en todos los años de estudio, desde un 56,1 % en el año 2005 que fue el que menor incidencia tuvo, hasta el 77,8 % que se manifestó en el año 2005, comportándose la distribución de casos por años según grupos de edades de una forma homogénea, corroborado por la prueba Chi Cuadrado (X2 = 3,7 P = 0,99 para a= 0.05) , sin considerar los grupo de menor significación ( menor de 15 años y 56 y más), donde se hacen significativos sólo en el año 2008.

Es precisamente este grupo el más vulnerable, ya que en él se intensifican los principales factores de riesgo para las Infecciones de Transmisión Sexual entre las que se encuentran: el inicio temprano de las relaciones sexuales, el cambio de parejas sexuales, así como la utilización y frecuencia del uso del condón.

Está demostrado que el 70 % de los afectados por el virus del papiloma, lo adquirieron durante el primer contacto sexual. Si esto ocurre, además, en edades tempranas, mayor es la probabilidad de daño, porque tanto los epitelios cervicales y vaginales y la piel de la entrada de la vagina, como las membranas del glande, el surco balano-prepucial y el cuerpo del pene son más susceptibles de desgarrarse, lo cual facilita la propagación de la enfermedad.

Al realizar el análisis en los restantes grupos de edad se observó una progresiva disminución a partir del grupo de 26 a 35 años hasta llegar al grupo de 56 y más, donde sólo se notificó un caso (1,8 %) a la vez que se notificaron dos casos (3,5%) menores de 15 años.

En Cuba apreciamos una alta incidencia de esta infección con creciente presencia entre adolescentes que inician sus relaciones sexuales sin tener conocimiento sobre tales enfermedades y sin protección. Aunque la fase más contagiosa del virus es durante su forma activa o sea cuando existen las verrugas, en la etapa latente – con la infección a nivel del tejido – también puede haber contagio, aunque menos virulento.

Existen factores de riesgo para desarrollar la infección como lo son la edad. La prevalencia de la infección, en la población en general, disminuye con la edad reflejando el carácter de enfermedad de transmisión sexual. Esto debido a que en las personas menores de 40 años es donde se da la mayor actividad sexual.

edu.red

Figura 2. Casos notificados de Condiloma Acuminado por sexo.

Al analizar la Figura 2 se observó que el sexo masculino es el más infectado con 68,7 %, mientras que el femenino se infectó en un 31,3 %, ello permitió calcular que en el territorio por cada mujer se infectan 2,2 hombres.

Partes: 1, 2
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