Descargar

Prevención de Adicciones a las Drogas en la Adolescencia

Enviado por redasistencial


     

    Prevención de Adicciones a las Drogas en la Adolescencia

     

    1. Introducción

    El tema a tratar en esta monografía es, básicamente la prevención de la adicción no sólo a drogas ilegales, sino también a las denominadas drogas sociales, cuyo uso se encuentra culturalmente aceptado, entre ellas el alcohol y el tabaco, pero específicamente orientada esta estrategia hacia el grupo de riesgo más vulnerable, que se encuentra representado por los adolescentes, desde los más jóvenes, hasta los que prácticamente están rayando la adultez.

    Deberá también incluirse en esta enunciación las designadas drogas intermedias, que si bien son recetadas y supervisada su administración por profesionales de la salud; ello no implica que no creen adicción en los pacientes que las consumen, de modo que las estrategias de prevención deben incorporarlas en sus campañas.

    Si bien resultan loables los esfuerzos que se hacen a través de grandes campañas de difusión, dirigidas, generalmente, desde organismos estatales hacia la población toda; las mismas, precisamente por su generalidad, resultan hasta inocuas, invirtiéndose en consecuencia los fines que inicialmente perseguían.

    El leit motiv de las señaladas campañas siempre es el mismo, dado que tienden a advertir de los efectos y consecuencias que acarrea el abuso de drogas. Es usual que se mencionen las denominadas drogas ilegales, omitiéndose las drogas sociales, incluso las intermedias, lo que podría interpretarse como cuestiones menores el tratado del uso indebido, en el sentido de abuso, de las señaladas.

    Del mismo modo, la generalidad que pretenden abarcar estas campañas masivas, obra en su contra haciendo que se diluyan más rápidamente entre el público, presuntamente receptor de éstas.

    De ahí que resulte harto necesario un estudio profundizado de las condiciones sociales actuales que permitan un enfoque pleno y exhaustivo que oriente la prevención hacia los grupos de riesgo más expuestos, entre ellos, y desde mi punto de vista, la adolescencia desde su inicio, incluyendo la etapa de pre-adolescencia, hasta la post-adolescencia, edad concatenada con la edad adulta.

    Visualizado el objetivo debe prepararse todas las estrategias de prevención orientándose exclusivamente hacia él, centrándose en sus modos, actitudes, códigos de convivencia, formas de relacionarse sus miembros entre sí y con personas pertenecientes a otras edades o grupos. La utilización de todas estas herramientas es lo que facilita la "penetración" de estas campañas en los grupos hacia los cuales van dirigidas.

    El manejo de los elementos anteriormente enunciados posibilita una mayor y mejor recepción de quienes son, ciertamente "objeto" de la prevención ejercida a través de las diferentes campañas.

    Debe conducirse la transmisión de datos con sumo cuidado a fin de no caer en lo que se pretende evitar mediante la campaña, de ahí que sea altamente nocivo el hecho de hacer hincapié en los efectos de las drogas más que en las consecuencias que su abuso trasladan al adicto.

    La observación es atendible en razón de que, justamente por estar dirigida la prevención hacia la adolescencia, edad en la que el ser humano "adolece" prácticamente de todo, – evidentemente es sumamente difícil el paso de la niñez a la adultez -, ir de un extremo, – en el cual el respaldo y guía lo representan los padres o quienes, en su caso, los sustituyeren -, al otro en el cual su vida depende casi exclusivamente de sus propias decisiones.

    En definitiva, al iniciarse la pre-adolescencia el individuo adolece de todas aquellas habilidades o conductas que le permitan desenvolverse dentro del ámbito externo a su familia y escuela; deben encontrarse preparados para "salir al mundo exterior con todos los peligros y avatares del mismo", especialmente la adolescencia es el momento de la vida en que deben efectuar ese aprendizaje fundamental para el desarrollo positivo de su vida futura.

    Se presupone que al conocerse el "terreno" en el cual la "semilla" de la prevención hará "simiente", no debería caerse en un error que no por repetido debe menoscabarse su gravedad y es, reitero, la mayor atención que recae en los efectos que las drogas producen, más que en sus nocivas consecuencias.

    Al explayarse sobre los efectos de las sustancias prohibidas, lo que paralela y paradójicamente se agiganta es la curiosidad del adolescente, -a quien se dirige la prevención -, por conocer esos efectos, produciéndose el resultado que se pretende evitar, con una altísima probabilidad de que ello ocurra.

    De ahí que sea absolutamente necesario el cuidado en el manejo de la información a transmitir, por estar frente a individuos cuyas personalidades presentan "falencias", incuestionablemente por estar atravesando su edad adolescente, siendo sus "carencias" muchas y muy importantes, transformándose la información suministrada en un arma peligrosa sino se la difunde en forma adecuada.

    Resulta indispensable que el principal objeto de las diferentes estrategias de prevención en la adolescencia apunten a focalizar las nefastas consecuencias que producen, no sólo en el organismo y psiquis de quien las consume, sino en su familia y en la sociedad toda.

    Fundamentalmente basaría la campaña de prevención en los siguientes parámetros, a saber:

    Partiría desde una campaña gráfica donde se exhibirían dos imágenes, un "ANTES" y un "DESPUÉS", un antes del consumo y un después del abuso de drogas. O sea, una persona consumiendo por primera vez y al lado, otra imagen mostrando la misma persona en la fase terminal de su adicción.

    En quien observa ambas fotos inmediatamente se produce, lo que en Derecho Penal se denomina "Teoría de la Representación", automáticamente se le representan todas las consecuencias y perjuicios devenidos del consumo de drogas ilegales, o como ya mencionara de las intermedias y sociales.

    Como así también la evitabilidad de esas consecuencias mediante el no consumo. Se resume la postura en esta abstracción "Te dejo que consumas, pero mirá en lo que derivás después", es lógico que el receptor termine optando por el no consumo.

    Efectuadas las precedentes precisiones, a modo de sucinto exordio, y en atención a la universalidad de la esencia humana a lo largo del tiempo y del espacio, elegí y extracté la siguiente bibliografía con el propósito no solamente de colegir la ya aludida universalidad de la esencia del Hombre, sino de demostrar, como ese carácter genérico prima tanto en una sociedad con siglos de trayectoria democrática, tal el caso de los Estados Unidos de América, como en un país europeo, en el caso España, que ha sufrido diferentes avatares en su vida política, yendo desde una guerra civil de envergadura que dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial hasta lo que actualmente es, un país del Primer Mundo.

    2. Las drogas ilegales deben ser declaradas

    El Enemigo Numero Uno

    El plan de acción nacional de la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos para reducir el consumo de drogas en las ciudades, plantea que se debe hacer el mismo hincapié en las medidas para reducir la oferta y la demanda.

    Los alcaldes, jefes de policía y fiscales asociados, elaboraron un informe en el cual se hace hincapié en la necesidad urgente de contrarrestar la proliferación de metanfetamina, una droga sumamente adictiva que puede desatar comportamiento violento.

    Los alcaldes sostienen que las drogas ilegales deberían ser declaradas uno de los intereses principales de la política exterior de Estados Unidos.

    La Conferencia de Alcaldes es una organización oficial sin afiliación política partidista que representa a los alcaldes de más de 1.000 ciudades de Estados Unidos que tienen una población de 30.000 o más habitantes. La conferencia ha asumido una postura de liderazgo nacional al urgir pronta atención a los problemas urbanos graves y exigir soluciones. Sus posiciones oficiales de política son presentadas al presidente y a las dos cámaras del Congreso.

    Plan de Acción Nacional para Controlar las Drogas

    Para controlar las drogas ilegales en esta nación, se debe dar igual importancia a la reducción de la oferta y a las medidas para reducir la demanda. El nivel actual de actividad policial contra las drogas debe mantenerse y deben aumentarse las actividades de reducción de la demanda.

    La prevención, la educación, las sanciones de tratamiento para el consumo de drogas y las pruebas para detectar el consumo de drogas deben ser considerados como partes de una estrategia eficaz de reducción de la demanda.

    1. Nuestra primera prioridad debe ser llegar a los jóvenes de Estados Unidos y convencerlos de que no usen drogas.

    • Los padres deben participar en este esfuerzo. Debe ayudárselos a comprender su responsabilidad de proporcionar apoyo y guía para desalentar el consumo de drogas o alcohol por parte de sus hijos. Los padres también deberían comprender que pueden ser declarados legalmente responsables de las acciones de sus hijos.
    • Los niños cuyos padres no están presentes o no pueden cumplir sus responsabilidades plantean un desafío especial que debe ser atendido por otros miembros de la familia u otras personas en la comunidad.
    • Los padres que han desarrollado sus propios problemas de consumo de sustancias químicas o toleran el consumo de drogas en sus hogares no cumplen con sus responsabilidades como padres y debilitan los esfuerzos de todos los demás en la comunidad para llegar a los niños con mensajes eficaces contra las drogas.
    • Se debería alentar a las empresas a tener políticas "amistosas hacia la familia" que ayuden, y no obstaculicen, el proceso de criar a los niños. Ejemplos de esto son la provisión de cuidado infantil en el lugar de trabajo y políticas flexibles en cuanto a ausentarse del trabajo.
    • A nivel local tanto como a nivel nacional, debe emplearse modelos de comportamiento personal apropiados para ayudar a llegar hasta los jóvenes y motivarlos con mensajes claros y enfáticos contra las drogas y la violencia.
    • Debe reclutarse más activamente a los artistas del mundo del espectáculo y deportistas que estén dispuestos a pronunciarse contra las drogas y la violencia a fin de contrarrestar los mensajes que a favor de las drogas la industria del espectáculo sigue difundiendo. Debería formarse una asociación con los medios de comunicación social a fin de eliminar el "encanto" de la presentación de las drogas y de la violencia.
    • Una campaña de publicidad que muestre a las víctimas reales, no a los modelos generalizados de las víctimas, incrementaría la comprensión y la sensibilidad del público con respecto a las consecuencias del consumo de las drogas. Debería apoyarse la campaña de prensa propuesta por la Administración para ayudar a los jóvenes de Estados Unidos a rechazar las drogas ilegales, el alcohol y el tabaco.
    • Los sistemas escolares deberían reconocer y detener el consumo de drogas, las ventas de drogas y la violencia en las escuelas y en sus inmediaciones. Es crítico que los estudiantes reconozcan que sus escuelas no son indiferentes y que no tolerarán el consumo de drogas.
    • Debería formarse una asociación entre las escuelas, la comunidad y la policía para crear escuelas libres de drogas y violencia en las cuales no se impida el aprendizaje.
    • Deberían incorporarse al programa de cada escuela campañas de prevención contra las drogas y la violencia. Debido al tiempo que los niños pasan en ellas, las escuelas brindan un Vehículo valioso para llegar a los jóvenes con mensajes contra las drogas.
    • Si se espera que los jóvenes rechacen las drogas, debe ponerse a su disposición una gama de opciones positivas, como oportunidades recreativas y de empleo.

     

    2. El consumo de drogas no se reducirá sin recursos adecuados para el tratamiento.

    • El tratamiento da resultados y representa una buena inversión.

    El estudio de Evaluación Nacional de Mejora del Tratamiento de 1996 determinó que el tratamiento reduce el consumo de drogas. Los clientes informaron haber reducido el consumo de drogas en un 50 por ciento en el año siguiente al tratamiento.

    El estudio determinó que:

    Todos los tipos de tratamiento pueden ser eficaces;

    La actividad delictiva declina después del tratamiento;

    La salud mejora después del tratamiento; y

    El tratamiento mejora el bienestar.

    La Conferencia ha sostenido desde hace mucho tiempo que debería extenderse el tratamiento a fin de que los servicios continuos como la desintoxicación, estabilización y cuidado posterior que incluye adiestramiento laboral y educación estén disponibles para todas las personas que los necesiten y soliciten ayuda.

    La reducción de la demanda, incluso la prevención y el tratamiento, deben responder a las tendencias emergentes en materia de patrones y tendencias en el consumo de drogas.

    También debería reconocerse que cuando se retiran las drogas de la vida de alguien, se las debe sustituir con actividades positivas alternativas.

    El tratamiento efectivo en relación con el costo debería estar más fácilmente disponible, especialmente para las personas que carecen de seguro médico y no se encuentran dentro del sistema de justicia penal.

    Para quienes tienen seguro médico, las pólizas deberían cubrir el tratamiento por consumo de sustancias químicas de la misma manera en que cubren otras formas de tratamiento médico, y los planes de atención médica administrada no deberían reducir la cobertura del tratamiento de consumo de sustancias químicas.

    Deberían ampliarse los reembolsos de Medicaid por tratamiento relacionado con el consumo drogas para permitir a los Estados:

    • Cubrir el tratamiento –incluso servicios en hospitales, clínicas de pacientes ambulatorios, instalaciones residenciales y toda otra instalación de tratamiento licenciada por el estado; y
    • Proveer tratamiento a personas solteras que llenen los requisitos de tipo financiero así como a mujeres embarazadas y familias.

    El financiamiento selectivo, siguiendo el modelo de las Áreas de Alta Intensidad de Tráfico de Drogas, debería ponerse a disposición de las áreas en las que hay tasas importantes de adicción a las drogas y una insuficiencia correspondiente de programas e instalaciones de tratamiento.

    • Aún cuando las autoridades deberían aprovechar plenamente el hecho de que la amenaza de encarcelamiento puede motivar a un individuo a participar en un programa de tratamiento y completarlo con éxito, la meta debería ser que las personas obtengan el tratamiento antes de que se enfrenten con esa amenaza, y ciertamente antes de que entren en contacto con el sistema de justicia penal.
    • Las autoridades deberían reconocer que todo contacto con el sistema de justicia juvenil o penal es una oportunidad para identificar a quienes consumen las sustancias químicas e intervenir mediante el análisis para detectar el consumo de drogas y el tratamiento.
    • Deberían establecerse tribunales para cuestiones de drogas adicionales y proporcionarse financiamiento para la continuación necesaria de los servicios de tratamiento.

    Hacen falta programas de tratamiento que funcionen, que sean responsables y tengan los fondos suficientes, así como consecuencias inmediatas para quienes no cumplan con mantenerse libres de las drogas.

    • El encarcelamiento debería concentrarse en la rehabilitación, especialmente para los jóvenes, y para esto es esencial la disponibilidad de tratamiento.
    • Deberían aumentarse los estudios sobre métodos eficaces de tratamiento, con atención particular a los modelos para los casos de adicción a la cocaína y la metanfetamina.

    3. El aumento de la Prevención y el Tratamiento debe ir acompañado de medidas enérgicas de aplicación de la Ley.

    • La cantidad de agencias federales involucradas en el control de drogas y la falta de un protocolo de comunicación entre ellas, así como entre ellas y las policías locales, es claramente un problema.

    Debe mejorar significativamente la cooperación y la coordinación entre las diversas agencias federales de aplicación de la Ley. Debería mejorar el procedimiento de compartir información de inteligencia, nuevas tecnologías y ayuda técnica entre las agencias federales de aplicación de la ley y los departamentos de policía locales.

    • Se debe continuar aumentando la asociación entre los niveles federal, estatal y local.

    Debería crearse un sistema nacional de datos que proporcione a todas las agencias policiales acceso a información sobre pandillas callejeras y traficantes de drogas. Para atender más enérgicamente el problema de las drogas, debería facultarse a las autoridades estatales y locales a invocar leyes federales como parte de sus propias estrategias policiales.

    • El Servicio de Impuestos Internos y otras agencias de aplicación de la ley deberían aumentar el uso de leyes impositivas como parte de una estrategia nacional contra las drogas y deberían usarlas para enjuiciar a los vendedores de drogas.
    • Las autoridades federales deberían asumir más responsabilidad por el procesamiento judicial de delitos importantes relacionados con las drogas y las cortes federales deberían tomar muchos más casos importantes relacionados con las mismas. Cuando fuera necesario, se debería establecer tribunales de drogas federales separados.
    • Deberían hacerse más severas las sanciones de conformidad con el nivel de participación del individuo en el tráfico de drogas y la gravedad del delito cometido. Debería haber un castigo más severo y definitivo para los traficantes de drogas de más alto nivel.
    • Se deberían hacer más estrictas las leyes federales sobre lavado de dinero y se las debería aplicar con más energía. Para disuadir el lavado de dinero, el Servicio de Aduanas debería aumentar la vigilancia de bienes y de dinero en efectivo que sale del país.
    • Debería aumentarse el financiamiento de la Agencia de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y la Administración debería mejorar su coordinación con los departamentos de policía locales. La DEA debería proporcionar a los departamentos de policía locales información con respecto a confiscaciones y arrestos cuando esas actividades se planean para sus jurisdicciones.
    • El Servicio de Inmigración y Naturalización debería seguir ampliando sus esfuerzos para arrestar y deportar a extranjeros ilegales involucrados en el tráfico de drogas en áreas que no son fronterizas.

    4. Debe prestarse más atención a la amenaza de la metanfetamina, el uso de la cual está claramente en evidencia en los estados del oeste, con crecientes pruebas de su propagación hacia el este.

    • La metanfetamina es elaborada en México y en Estados Unidos usando ingredientes que están fácilmente disponibles. El hecho de que la metanfetamina es fácil de distribuir, barata de producir y comprar, altamente adictiva y además puede desatar un comportamiento violento entre los usuarios, subraya la urgente necesidad de combatir este problema.
    • Existe la necesidad inmediata de una campaña nacional para hacer que los oficiales de Policía y funcionarios gubernamentales de todos los niveles, el público en general y los jóvenes en particular conozcan la amenaza de la metanfetamina. Debería educarse a la Policía, al personal de emergencias médicas y a los consejeros para situaciones de violencia familiar sobre los peligros que presenta la metanfetamina.
    • Deberían apoyarse las iniciativas de la Administración para combatir la propagación de la metanfetamina.
    • Deberían examinarse y reforzarse donde sea posible las leyes existentes que rigen la distribución y regulación de las sustancias químicas precursoras.
    • Deberían apoyarse las operaciones policiales dirigidas a los traficantes de metanfetamina. Los organismos federales, estatales y locales deberían trabajar juntos para coordinar las actividades de entrenamiento y las operaciones conjuntas contra la metanfetamina.
    • Deberían efectuarse estudios científicos para comprender los patrones de comportamiento de los usuarios de metanfetamina y atender las cuestiones de seguridad pública y del medio ambiente relacionadas con la elaboración de la droga.

    5. Debido a que todos los segmentos de la comunidad deben participar en las medidas para combatir el consumo de las drogas, la función del sector privado en la prevención del consumo de drogas y en la atención del problema de las drogas en el lugar de trabajo debería expandirse considerablemente.

    • Los empleadores tanto del sector público como privado deberían asegurarse de que sus lugares de trabajo estén libres de drogas.
    • Los empleadores deberían poner los programas de ayuda a los empleados, incluso los de tratamiento, en casos de consumo de drogas, a disposición de los trabajadores que admitan voluntariamente que tienen un problema de drogas y solicitan ayuda.

    6. Deberían fortalecerse y simplificarse las actividades de control de drogas y el sistema intergubernamental mediante el cual operan.

    • La Oficina de Política Nacional de Control de Drogas debería ser reautorizada y deberían reforzarse significativamente las funciones del director. El director debería tener autoridad clara sobre las actividades contra las drogas de las más de 50 agencias federales involucradas en el control de drogas, y esos organismos deberían mejorar la coordinación de sus esfuerzos. Debería aumentarse la visibilidad de la Oficina y ampliarse el número de personal a la extensión necesaria para cumplir con su misión.
    • Deberían reestructurarse las fuentes de financiamiento federal para los programas estatales y locales contra las drogas para que respondan más a las necesidades locales y proporcionar por lo menos una porción de los fondos directamente a los gobiernos locales.
    • El programa federal COPS (Servicios Policiales Orientados hacia la Comunidad) sirve como modelo para canalizar fondos directamente al nivel de gobierno responsable por la actividad, donde la necesidad es más grande. Más aún, todos los fondos suministrados a los organismos locales deben ser dirigidos al funcionario apropiado del gobierno local, el funcionario que debe tener conocimiento y responder a las necesidades en toda la comunidad.
    • Los resultados de la legislación general contra las drogas, decretada y sancionada hace diez años, han sido mixtos en el mejor de los casos. El impacto de estos programas federales en las ciudades no es claro, ya que los fondos van a los estados como subsidios en bloque y se usan principalmente a discreción del gobernador y de otros funcionarios del estado.

    7. Las drogas ilegales deberían ser declaradas uno de los intereses principales de política exterior de la Nación, y debería negarse ayuda a todo país de origen de estas drogas ilegales que no coopere satisfactoriamente en detener sus exportaciones ilegales a nuestra Nación.

    • Debería certificarse a los países conforme a su cooperación con las medidas de Estados Unidos contra las drogas y, cuando sea apropiado, debería negarse la ayuda a los países de origen que no cooperan satisfactoriamente.
    • Debería alentarse a los gobiernos extranjeros a que fortalezcan y hagan cumplir más enérgicamente sus leyes y políticas para reducir el lavado de dinero y otros delitos financieros.
    • Deberían fortalecerse las medidas de interceptación y anticontrabando de las agencias federales a fin de defender nuestras fronteras terrestres, marítimas y aéreas contra la penetración de los traficantes de drogas.

    3. Estrategia nacional de control de drogas INFORME ANUAL 2000

    Mensaje del Presidente al Congreso de los Estados Unidos

    En nombre del pueblo estadounidense, me complace presentar al Congreso el Informe Anual 2000 de la Estrategia Nacional de Control de Drogas. Este informe documenta nuestros progresos, detalla nuestros planes para el futuro y resume nuestra implementación de la estrategia nacional de 10 años de lucha contra las drogas.

    Agradezco al Congreso la cooperación bipartidista que hemos forjado en torno de esta cuestión difícil e importante. El compromiso mutuo ha sido vital para nuestro éxito y todos podemos estar orgullosos de nuestros logros en el país y en el extranjero.

    El Estudio Nacional Familiar de la Drogadicción de 1998 reveló que el consumo de drogas por los jóvenes disminuyó 13 por ciento entre 1997 y 1998.

    El Estudio de la Sociedad para el Rastreo de Actitudes en 1999 y el Estudio de Observación del Futuro del mismo año muestran que las actitudes de los jóvenes frente a las drogas están cambiando.

    Los adolescentes desaprueban cada día más las drogas ilegales. Un creciente número de jóvenes ejercen hoy una presión positiva unos sobre otros para ayudar a sus amigos a no caer en la drogadicción.

    Nuestros hijos reciben el mensaje: en los Estados Unidos, hoy tienes un brillante futuro sin drogas. No lo desperdicies con ellas.

    Hemos logrado progresos similares en el combate a las organizaciones dedicadas a las drogas ilegales, que trafican con esos mortíferos venenos. Hemos abatido el número de asesinatos relacionados con drogas a su punto más bajo en más de un decenio.

    Estamos reduciendo la oferta de drogas en los mercados mundiales. En América Latina, Bolivia redujo en 55 por ciento el cultivo de coca desde 1995, y su cultivo en Perú disminuyó 66 por ciento en el mismo período. Los esfuerzos de ambos partidos por afrontar esta amenaza están pagando dividendos reales para el pueblo estadounidense.

    Pero no podemos dormirnos en nuestros laureles. Las drogas siguen causando tremendos daños en este país y en el plano internacional. Los estudios revelan un aumento en el uso de esteroides y MDMA (éxtasis) entre los jóvenes. Uno de cada cuatro internos de las prisiones estatales y más del 60 por ciento de los reclusos de cárceles federales son drogadictos. La producción de cocaína y heroína se ha disparado en Colombia.

    El Informe Anual 2000 ilustra dónde tenemos que enfocar nuestra energía y cuáles son las iniciativas necesarias para abordar los problemas más apremiantes:

    Debemos dar poder a los jóvenes estadounidenses para que rechacen las drogas ilegales.

    Tenemos que romper el ciclo de drogadicción y delincuencia, con una intensificación drástica de los programas de tratamiento de la drogadicción en el sistema de justicia penal. Se ha demostrado que estos programas abaten la drogadicción y evitan la reincidencia hasta en un 44 por ciento.

    Tenemos que cerrar la brecha entre el número de personas que tienen graves problemas de drogadicción y los recursos de tratamiento disponibles para quien los solicita. Los individuos adictos que desean librarse de las drogas merecen nuestra ayuda.

    Debemos redoblar nuestros esfuerzos para contener el flujo de drogas que llega a los Estados Unidos por nuestra frontera sudoccidental y otros puntos de entrada. Por medio de nuevas tecnologías y mejor coordinación, podemos acelerar el flujo de bienes y servicios legítimos, al tiempo que les cerramos el paso a las drogas.

    Es preciso que ayudemos a las democracias comprometidas a resistir la amenaza transnacional que implican las drogas ilegales y las organizaciones criminales que trafican con ellas.

    Estas iniciativas vitales son elementos clave de nuestro enfoque equilibrado y de amplia base para combatir la drogadicción.

    Trabajando juntos, el Congreso y la Administración, maestros, entrenadores, clérigos, investigadores, orientadores, profesionales del cuidado de la salud, activistas de la comunidad y otras personas han hecho grandes progresos para reducir el hábito de las drogas. Al hacerlo, hemos protegido los sueños de nuestros hijos. Hemos reforzado la sensación de seguridad de las familias estadounidenses en el hogar, en la calle y en la comunidad. Hemos ayudado a la comunidad internacional a combatir una amenaza que no respeta fronteras. Nos podemos enorgullecer de muchas cosas, pero aún tenemos mucho más que hacer. Espero trabajar muy de cerca con el Congreso en este esfuerzo.

    William J Clinton. La Casa Blanca.

    4. Como crecer libre de drogas Guía De Prevención Para Los Padres El siguiente artículo es un extracto de una publicación distribuida a los padres por el Programa de Escuelas Libres de Peligros y Drogas, del Departamento de Educación de Estados Unidos. Desde su primer edición, se la ha distribuido a los padres de todo el país.

    Desde La Perspectiva De Su Hijo

    Por qué un niño consume drogas

    Algunos padres, cuyos hijos consumen drogas, piensan que el mismo podría haberse visto presionado por sus compañeros y por los traficantes para que se entregue a ese consumo.

    Sin embargo los niños dicen que optan por consumirlas debido a que quieren librarse del aburrimiento; sentirse bien; olvidar sus problemas y relajarse; divertirse; satisfacer su curiosidad; jugar con el peligro; aliviar sus dolores; sentirse adultos; demostrar su independencia; pertenecer a un grupo específico; o mostrarse audaces y superiores.

    De modo que, niños y adolescentes a menudo cambian de compañeros para poder reunirse con otros que han elegido sus mismos estilos de vida.

    Los padres son quienes mejor conocen a sus hijos y, por lo tanto, están en mejores condiciones para sugerirles alternativas saludables al consumo de drogas.

    Los deportes, los clubes, las lecciones de música, los proyectos de servicio a la comunidad y las actividades adicionales a la actividad escolar, no sólo mantienen activos e interesados a niños y adolescentes, sino que también los acercan más a sus padres, que pueden asistir a juegos deportivos y actuaciones artísticas.

    Para desarrollar un sentido positivo de independencia, se puede alentar al joven a cuidar niños o servir de instructor de otro niño.

    Para satisfacer el gusto de correr riesgos, es sugerible trepar pequeñas montañas, practicar karate, participar en campamentos, entre otras actividades.

    ¿Qué se les informa a los Niños acerca de las Drogas?

    Desafortunadamente las modas que prosperan en nuestra cultura influyen notoriamente desnaturalizando los valores vigentes en la sociedad actual. Hoy, los niños viven rodeados de mensajes sutiles y explícitos sobre lo "bueno" que resulta el consumo de alcohol, tabaco y drogas.

    Sus hijos pueden ver personajes de televisión que viven en la opulencia y el esplendor gracias al dinero obtenido mediante el tráfico de drogas. Navegando en la web llegar a un sitio en el que se pregona la urgencia de legalizar la marihuana. Ver a sus estrellas favoritas fumando tabaco o alguna droga ilegal en sus películas. Escuchar canciones que describen lo excitante que es mantener relaciones sexuales mientras se está drogado.

    Para combatir estas impresiones, es imprescindible poner el televisor y la computadora en un área que pueda compartir toda la familia, de modo que los mayores puedan vigilar lo que ven los niños y adolescentes.

    Es aconsejable estar con ellos cuando miran televisión; explorar juntos en la Internet, para hacerse una idea de lo que les gusta. Cualquier cosa que sea perturbadora puede convertirse en un "momento de enseñanza". Es un momento ideal para establecer pautas con relación a los espectáculos televisivos, películas y sitios en la web que considera apropiados para los menores. También es útil aclarar a los niños que el mundo no es un lugar tan sombrío como aparece en las noticias, las que se concentran fuertemente en los problemas de la sociedad.

    De la misma manera, es necesario tener en cuenta cuáles son las emisoras de radio, CD y cassettes que prefieren sus hijos. Dado que, muchas de las canciones que escuchan, "demostrarían" que el consumo de drogas es incitante y libre de consecuencias, debiéndose combatir esta impresión oponiéndole una propia y clara posición contraria.

    Según una encuesta reciente, la mayoría de los adolescentes considera que escuchar música es su actividad no escolar favorita, y le dedican de tres a cuatro horas diarias.

    Cómo Enseñarle a su Hijo Acerca de las Drogas

    Niños en Edad Preescolar

    Puede parecer prematuro hablarles acerca de las drogas a niños de esta edad, pero las actitudes y hábitos que forman en esa época de sus vidas tienen una influencia importante en las decisiones que tomarán cuando sean mayores.

    En esta temprana edad, están ansiosos de conocer y memorizar reglas, y quieren que los mayores les brinden su opinión de lo que es "malo" y de lo que es "bueno".

    Aunque son bastante grandes como para comprender que fumar es malo para ellos, no están preparados para entender las complejidades del alcohol, el tabaco y otras drogas.

    Sin embargo, es una buena edad para que practiquen las destrezas de toma de decisiones y solución de problemas, las que necesitarán luego para decir que no.

    He aquí algunas maneras de ayudar a sus hijos en edad preescolar a tomar buenas decisiones acerca de lo que deben y lo que no deben ingerir:

    • Discuta por qué los niños necesitan alimentos sanos. Haga que su hijo cite varios de sus alimentos preferidos y explique cómo contribuyen a su salud y su fuerza.
    • Juegue con él; aprenda lo que a él o a ella le gusta y le disgusta; hágale saber a su hijo que usted lo ama; dígale a su hijo que es demasiado maravilloso y único como para entregarse a las drogas. Usted establecerá con sus hijos fuertes vínculos de confianza y afecto que harán que, en años futuros, sea más fácil apartarlos de las drogas.
    • Fije pautas como jugar limpio, compartir juguetes y decir la verdad, de modo que los niños sepan qué clase de comportamiento usted espera de ellos.
    • Aliente a su niño a seguir instrucciones y hacer preguntas si no las comprende.
    • Cuando su niño se sienta frustrado mientras juega, aproveche la oportunidad para fortalecer las destrezas de solución de problemas. Por ejemplo, si una torre de bloques se cae una y otra vez, colabore con él para encontrar posibles soluciones. Convertir una mala situación en un éxito refuerza la confianza que tiene el niño en sí mismo.
    • Siempre que sea posible, deje que su hijo elija su vestimenta. Aun si sus ropas se ven un tanto dispares, usted habrá reforzado la capacidad de su hijo de tomar decisiones.
    • Indíquele las sustancias tóxicas y dañinas que se encuentran comúnmente en una casa, tales como blanqueadores de ropa, líquido limpiador de cocina, líquido para lustrar muebles, y léales las etiquetas en voz alta. Explíqueles a sus hijos que no todas las drogas "malas" tienen etiquetas, de modo que sólo deben comer u oler alimentos o un remedio que les han dado usted, uno de los abuelos o una persona responsable a cargo de ellos.
    • Explíqueles que las recetas médicas son drogas que pueden ayudar a la persona para la cual han sido recetadas, pero que pueden hacerle daño a cualquier otro, especialmente a los niños, que deben mantenerse apartados de ellas.

    Desde Jardín de Infantes hasta Tercer Grado (de cinco a ocho años de edad)

    A esta edad, un niño demuestra por lo común, interés creciente en el mundo que está fuera de su familia y su casa. Ahora es el momento de comenzar a explicarle lo que son el alcohol, el tabaco y las drogas, que algunos las usan aun cuando sean dañinas, como así también las consecuencias que acarrean el uso de éstas.

    Es importante enseñar que cualquier cosa que se ingiere y no sea alimento puede ser extremadamente dañino. Cómo interfieren las drogas con la manera en que funcionan nuestros cuerpos y pueden enfermar a una persona, incluso hasta causarle la muerte. (A esta edad la mayoría de los niños tienen experiencias reales de la muerte de un familiar o de la muerte de un allegado de algún compañero de escuela).

    Explíquele la idea de la adicción, señalando como el consumo de drogas puede convertirse en un hábito malísimo, y muy difícil de abandonar.

    Elogie a sus hijos por cuidar de sus cuerpos y evitar cosas que pueden hacerles daño.

    Para cuando sus hijos están en tercer grado, deben comprender:

    • Cómo difieren entre sí los alimentos, venenos, medicinas y drogas ilegales;
    • Cómo la medicación recetada por un médico y administrada por un adulto responsable puede ayudar durante las enfermedades, pero puede ser dañina si se la usa incorrectamente, de modo tal que es necesario que los niños se mantengan apartados de cualquier sustancia o envase desconocido;
    • Por qué los adultos pueden beber alcohol, pero no los niños, incluso en pequeñas cantidades, ya que es perjudicial para los cerebros y cuerpos de los niños, que se están desarrollando.

    Grados Cuarto a Sexto (de 9 a 11 años de edad)

    Continúe asumiendo una posición firme en relación con las drogas. En esta edad, los niños pueden participar en una discusión de nivel más elevada acerca del por qué la gente se siente atraída por las drogas.

    Usted puede utilizar la curiosidad del niño acerca de acontecimientos traumáticos importantes en la vida de la gente (como un accidente de tránsito o un divorcio), para discutir cómo las drogas pueden ser causa de estos acontecimientos.

    A esta edad, a los niños les gusta también enterarse de hechos, especialmente cuando son extraños, y quieren saber cómo funcionan las cosas. Este grupo de edades puede sentirse fascinado por la manera como las drogas afectan el cerebro o el cuerpo del que las consume. Explique cómo cualquier cosa que se toma en exceso — ya sea jarabe para la tos o aspirina — puede ser peligrosa.

    Los amigos — ya se trate del mejor amigo o de un grupo de amigos — son extremadamente importantes en esta edad, como lo es el armonizar con el grupo y ser considerado "normal".

    Cuando los niños entran en los primeros años o los años intermedios de la escuela secundaria, dejan su ambiente más reducido y protector y se unen a un grupo mucho más grande y menos íntimo de pre-adolescentes. Estos niños un poco mayores pueden exponer su hijo al alcohol, el tabaco o las drogas.

    Las investigaciones demuestran que cuanto más temprano empiezan los niños a consumir estas sustancias, más probable es que experimenten problemas graves.

    Es esencial que las actitudes antidrogas de su hijo sean estables y consecuentes, antes que entre en los primeros años o los años intermedios de la escuela secundaria.

    Antes de salir de la escuela primaria, su niño debe conocer:

    • Los efectos inmediatos del alcohol, el tabaco y las drogas en diferentes partes del cuerpo, inclusive el peligro de entrar en coma o ingerir una sobredosis mortal.
    • Las consecuencias de largo plazo , o sea, cómo y por qué las drogas pueden ser adictivas, y sus efectos, en quienes las consumen, pueden llegar a que los adictos pierdan el control de sus vidas.
    • Las razones por las cuales las drogas son especialmente peligrosas para los organismos en crecimiento.
    • Los problemas que el alcohol y las otras drogas ilegales pueden causarle no sólo a quien las consume, sino también a su familia y al resto del mundo.

    Ensaye situaciones potenciales en las que algunos amigos ofrecen drogas. Haga que sus hijos practiquen responder con un firme "¡Eso es realmente malo para vos!". Concédales permiso para que lo usen a Usted como excusa: "¡Mi mamá me mata si tomo una cerveza!".

    "No preocupar a mis padres" es una de las principales razones que aducen los pre-adolescentes para explicar por qué no consumirán marihuana.

    Enséñeles a sus hijos a estar enterados de cómo se promueven las drogas y el alcohol. Discuta cómo la publicidad, las letras de las canciones, las películas y los programas de televisión los bombardean con mensajes que dicen que consumir alcohol, tabaco y otras drogas tiene sus encantos.

    Asegúrese de que son capaces de separar los mitos de la realidad, en lo que se refiere al consumo de alcohol, tabaco y otras drogas, inclusive alábelos por saber pensar por sí mismos.

    Averigüe quiénes son los amigos de sus hijos, qué lugares frecuentan y qué les gusta hacer. Entable amistad con los padres de los amigos de sus hijos, de modo de poder apoyar los esfuerzos de los otros. Usted se sentirá en contacto más estrecho con la vida diaria de su hijo y estará en mejores condiciones para reconocer los puntos problemáticos. (Un niño cuyos padres consumen drogas, muy probablemente las consumirá también).

    Los niños de esta edad agradecen esta atención y participación. De hecho, dos tercios de los alumnos de cuarto grado dijeron que desearían que sus padres hablaran más con ellos acerca de las drogas.

    Del séptimo al octavo grado (de 12 a 14 años de edad)

    Un estereotipo común sostiene que los adolescentes son rebeldes, se dejan llevar por la presión de sus compañeros y juegan con el peligro hasta destruirse a sí mismos.

    Aunque a menudo los adolescentes parecen no mostrarse receptivos a los consejos de los padres mientras se esfuerzan por llegar a ser independientes, necesitan más que nunca el apoyo, la participación y la guía paternales.

    Los adolescentes más jóvenes pueden experimentar cambios extremados y rápidos en sus cuerpos, sus vidas emocionales y sus relaciones.

    La adolescencia es a menudo una época de confusión y tensiones, caracterizada por cambios de ánimo y una profunda inseguridad, a medida que los adolescentes luchan por establecer sus propias identidades. No es sorprendente que esta sea la época en que muchos jóvenes prueban por primera vez el alcohol, el tabaco y otras drogas.

    Los padres pueden no comprender que sus jóvenes hijos se sienten rodeados por las drogas. Cerca de nueve de cada diez adolescentes concuerdan en que "en estos días, parece que la marihuana está en todas partes". Los adolescentes tienen el doble de probabilidades de consumir marihuana que lo que creen sus padres, y se drogan en lugares que para sus padres están libres de riesgos, como la escuela, el hogar y las casas de los amigos.

    Aunque los adolescentes pueden no demostrar que lo sienten así, los padres afectan profundamente las opciones de sus hijos acerca de las drogas. Saque partido de la intensidad con que muchos jóvenes se preocupan por su imagen social y su apariencia para ponerles de manifiesto las consecuencias inmediatas y desagradables del consumo del tabaco y la marihuana — por ejemplo, que el tabaco es causa del mal aliento y mancha los dientes y hace que las ropas y el pelo huelan mal.

    Al mismo tiempo, usted debería discutir los efectos a largo plazo de las drogas:

    • La carencia de destrezas sociales y emocionales decisivas, que de ordinario se aprenden durante la adolescencia.
    • El peligro de sufrir de cáncer pulmonar y enfisema debido al hábito de fumar.
    • Accidentes de tránsito fatales o invalidantes.
    • Lesiones hepáticas derivadas del alcoholismo.
    • Adicción, coma cerebral y muerte.

    Del décimo al duodécimo grado (15 a 17 años de edad)

    Los adolescentes ya mayores han tomado, en muchas ocasiones, decisiones acerca de probar o no drogas. Los adolescentes de hoy conocen lo que es el consumo de drogas, distinguen no sólo entre las diferentes drogas y sus efectos sino también entre probarlas, consumirlas ocasionalmente y ser adicto a ellas.

    Presencian cómo muchos de sus compañeros consumen drogas, algunos sin sufrir consecuencias obvias o inmediatas, mientras otros pierden el control al hacerlo.

    Para resistir la presión de sus compañeros, los adolescentes necesitan algo más que un mensaje general en el sentido de no consumir drogas. Es también apropiado mencionar cómo el consumo de alcohol, tabaco y otras drogas durante el embarazo ha sido vinculado con defectos de nacimiento en los bebés.

    A los adolescentes hay que advertirles de los efectos potencialmente mortales de combinar drogas. Necesitan oír que sus padres afirmen que cualquiera puede convertirse en un consumidor crónico o un adicto y que incluso el consumo no adictivo puede tener consecuencias graves y permanentes.

    Los adolescentes tienden a ser idealistas y disfrutan de oír cómo pueden ayudar a hacer que el mundo sea un lugar mejor donde vivir. Dígales a sus hijos adolescentes que el consumo de drogas no es un crimen sin víctimas, y asegúrese de que comprendan el efecto que tiene en nuestra sociedad el consumo de drogas.

    Llame la atención de su hijo adolescente señalándole que evitar las drogas puede ayudarlo a hacer de su ciudad un lugar mejor y menos peligroso, y que estar libre de drogas hace que, después de la actividad escolar, se disponga de más energía y voluntad para servir de instructor a niños más pequeños, en definitiva, actividades que la comunidad espera de él.

    Su hijo adolescente puede estar al tanto del debate en torno a la legalización de la marihuana y sobre si los médicos podrían recetarla con propósitos curativos. La idea que una droga ilegal puede ofrecer ventajas desde el punto de vista de la salud, induce a confusión.

    Ahora su hijo adolescente es lo bastante grande como para comprender la complejidad de la cuestión, es importante discutir el tema, quizás durante un informe de noticias relacionado a las drogas.

    Dado el grado de maduración del adolescente, este puede saber que, el ingrediente de la marihuana, que tiene un acotado valor medicinal, — delta-9-tetrahidrocannabinol (THC) –, puede ser recetado por los médicos en forma de píldora que no contiene las sustancias cancerígenas del humo de la marihuana.

    Otros analgésicos médicos son la codeína y la morfina, que luego de rigurosas pruebas y exámenes efectuados por organizaciones médicas científicas, se ha determinado que no hay peligro en recetarlas.

    Es importante que los padres encomien y alienten a los adolescentes por todo lo que hacen bien y por las decisiones positivas que toman.

    Cuando Usted se siente orgulloso de su hijo, dígaselo. Saber que los adultos lo perciben y aprecian, lo motiva en alto grado y puede reafirmar su compromiso de evitar el consumo de drogas. Su hijo adolescente puede también sentirse impresionado por la importancia que tiene servir de ejemplo para un hermano o hermana menor.

    Aspectos legales

    España ha suscripto y ratificado los más importantes Convenios Internacionales en vigor relativos al control y represión del tráfico ilegal de drogas, estupefacientes y sustancias psicotrópicas: Convención Única de 1961, Convención sobre Sustancias Psicotrópicas de 1971, y Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas de 1988, todas ellas acordadas en el marco de Naciones Unidas.

    El Código Penal, aprobado por la Ley Orgánica 10/1995, del 23 de noviembre, castiga como delito el cultivo, la elaboración, y el tráfico de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, así como en general, cualquier otra actividad que tienda a promover, favorecer o facilitar su consumo ilegal.

    En dicho Código se contempla, como circunstancia eximente, la intoxicación plena por consumo de estas sustancias, así como la comisión de un delito bajo la influencia del síndrome de abstinencia, y, como atenuante, la actuación del responsable a causa de su grave adicción a las mismas.

    El señalado instrumento contempla la posibilidad de suspender la ejecución de las penas privativas de libertad, de duración no superior a tres años, impuestas por delitos cometidos a causa de la dependencia de las citadas sustancias, siempre que los penados se encuentren ya deshabituados o sometidos a tratamiento, o se sometan al mismo, y no se trate de reos habituales.

    Igualmente, se castigan como delitos la adquisición, conversión o transmisión de bienes, si se conoce que su origen proviene de un delito de tráfico de drogas o de tráfico de precursores (blanqueo de bienes).

    También la fabricación, transporte, distribución y comercio de los denominados "precursores" (sustancias químicas susceptibles de empleo en la elaboración de drogas ilegales), conociendo que van a emplearse en el cultivo, fabricación o tráfico de estas sustancias está castigada penalmente.

    La Ley sobre Protección de la Seguridad Ciudadana, de 1992, establece que: son objeto de sanción administrativa el consumo en lugares públicos y la tenencia ilícita de drogas ilegales, aun cuando sea para el propio consumo, así como también el abandono en dichos lugares públicos de los útiles o instrumentos utilizados para el consumo de tales drogas.

    La misma Ley, no obstante, prevé la posibilidad de suspender la ejecución de tales sanciones, en los casos en que el infractor se someta a un tratamiento de deshabituación en un centro o servicio debidamente acreditado.

    La Ley 36/1995, del 11 de diciembre, sobre creación de un Fondo proveniente de los bienes decomisados por tráfico de drogas y otros delitos relacionados, regula el destino de los citados bienes, estableciendo que los mismos se aplicarán a la prevención de las toxicomanías y a la asistencia e inserción social y laboral de drogadependientes, así como a la mejora de las actividades de prevención, investigación y represión de los citados delitos, y a la cooperación internacional en estas materias.

    La Ley 3/1996, del 10 de enero, sobre medidas de control de sustancias químicas catalogadas susceptibles de desvío para la fabricación ilícita de drogas ("precursores"), establece un control administrativo sobre las actividades que tienen por objeto las referidas sustancias, a través de la imposición de diversas obligaciones.

    La Ley Orgánica 5/1999, de modificación de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, extiende la aplicación de la "entrega vigilada" a los precursores y a las ganancias obtenidas con el tráfico de drogas. Igualmente esta Ley Orgánica regula la figura del "agente encubierto" (agentes que operan bajo identidad ficticia en el interior de las organizaciones delictivas con el fin de obtener pruebas para la detención de los miembros y responsables de las mismas).

    Con ámbito de aplicación reducido a los territorios correspondientes, cabe significar la promulgación en los últimos años de diversas Leyes sobre drogas por parte de varias Comunidades Autónomas, que hacen referencia principalmente a aspectos relacionados con la prevención, la asistencia y la reinserción social de drogadependientes.

     

    Trabajo enviado por.

    Lic. Sergio Sáliche

    Red Asistencial de Buenos Aires