Promoción cultural del patrimonio bibliográfico en las universidades cubanas
Enviado por Mayeli González
- Introducción
- Promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario
- Las universidades cubanas y el patrimonio bibliográfico universitario
- Situación actual de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas
- Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
El patrimonio durante años ha sido tema de discusión de abogados, arquitectos, artistas y estudiosos de la cultura. Los aportes iniciales sobre el patrimonio tienen origen en Europa, pues a partir de 1830 se crea una comisión nacional, pero solamente destinada a la restauración arquitectónica de los monumentos históricos.
En el siglo XX, cuando se instala la transdisciplinaridad en las ciencias, se abre una discusión desde múltiples puntos de vistas, aportando al patrimonio una valoración holística, por lo que resulta sumamente importante tomar en cuenta la comunidad que soporta y contextualiza el patrimonio. Por ello en el siglo XX, se orientó la interpretación del patrimonio de forma global y el estudio del mismo con mayor profundidad.
Los pronunciamientos sobre la divulgación, conservación y protección del patrimonio de cada pueblo son muy diversos, y constituyen un importante desafío para cualquier nación en estos tiempos de creciente globalización.
A partir de la consulta a la obra científica de autores como Rosa Fernández (2001), Jesús Guanche (2001) y Fujita Alarcón (2007), se confirma que el patrimonio registra y expresa largos procesos de evolución histórica y que constituye la esencia de disímiles identidades internacionales, nacionales y locales, y que poseen valor para las personas, lo que les pertenece, lo que los diferencia dentro del mundo vivo.
Es preciso destacar que la divulgación, conservación y protección del patrimonio debe ser un proceso continuo, constituir la mejor garantía de un desarrollo armónico y ordenado, comprometido con el progreso social y el bienestar colectivo, ya que están encaminados a representar una parte sustancial de la responsabilidad de las generaciones presentes hacia las futuras.
La primera medida que se ha de tener en cuenta en un estudio sobre patrimonio cultural ha de ser la promoción en aras de lograr un mayor acercamiento al objeto en sí, ya que para que un objeto posea valor patrimonial debe ser reconocido al menos, por la comunidad en la cual se encuentra ubicado.
Es importante destacar que una efectiva y dinámica promoción posibilita emprender una acción educativa, encaminada a desarrollar un sentimiento de respeto por los bienes patrimoniales, y por consiguiente, una mayor participación en su protección y preservación.
La organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) promueve en todo el mundo la identificación, la protección y la preservación del patrimonio cultural y natural considerado excepcionalmente valioso para la humanidad.
Por su parte, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC) del Ministerio de Cultura de la República de Cuba, es la instancia encargada de precisar y declarar los bienes que deben formar parte del Patrimonio Cultural de la Nación, los cuales estarán sujetos a los preceptos de la Ley No. 1, Ley de Protección al Patrimonio Cultural, aprobada por la Asamblea del Poder Popular el 4 de Agosto de 1977, y el decreto no. 118 del 23 de septiembre de 1983, Reglamento para la ejecución de la Ley de Protección al Patrimonio Cultural; en los cuales no se hace referencia al patrimonio bibliográfico como categoría.
A partir de la Resolución No. 11-97, es que se declaran cuáles son los libros, documentos, folletos y publicaciones seriadas que forman parte del Patrimonio Cultural de la Nación y regula su exportación, así como la Ley No. 163 del Sistema Nacional de Museos de la República de Cuba, la cual deroga la Ley No. 23 "De Museos Municipales" de 18 de Mayo de 1979.
El CNPC ejerce sus funciones a nivel provincial a través de los Centros Provinciales de Patrimonio Cultural, a los cuales están adscriptos los museos, los Equipos Técnicos de Monumentos y los Registros Provinciales de Bienes Culturales. Su acción se extiende no sólo al sistema institucional de la cultura, sino también hacia el resto de los organismos e instituciones que poseen patrimonio cultural o que requieren información, asesoramiento y control dentro y fuera de Cuba.
Es por ello que en el Capítulo IV dedicado a la Educación y la Cultura de la Constitución de la República de Cuba, establece en el inciso (i) del artículo 38 que "El Estado vela por la conservación del patrimonio cultural y la riqueza artística e histórica de la nación. Protege los monumentos nacionales y los lugares notables por su belleza natural o por su reconocido valor artístico o histórico". (CUBA, Constitución de la República de Cuba, 1976)
En ninguna de las leyes y resoluciones consultadas a nivel nacional e internacional se hace referencia al patrimonio bibliográfico universitario como concepto o categoría.
Las universidades cubanas tienen grandes compromisos sociales, que resuelven mediante el cumplimiento de sus funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión; estructuradas según sus características propias por una rectoría, varias vicerrectorías con sus direcciones, departamentos, facultades y sedes universitarias municipales correspondientes.
Para cumplir con su política científica, es necesario que las bibliotecas universitarias instituidas en los centros de altos estudios, garanticen colecciones con contenidos de alto valor científico e histórico, así como la atención a programas de formación de usuarios y el control de perfiles de interés de la comunidad universitaria.
Las primeras bibliotecas surgieron en Sumer con el objetivo de guardar tablillas de arcilla que registraban información acerca de cuestiones comerciales y legales, muchas de las cuales resultaron destruidas en terremotos e incendios, aunque gran parte de las tablillas que atesoraban se han conservado hasta la actualidad. La más importante del mundo antiguo fue la Biblioteca de Alejandría, fundada en dicha ciudad egipcia por el rey Tolomeo I Sóter, la cual llegó a ser el principal centro de erudición de todo el mundo helenístico; contando con una cifra aproximada de 700.000 pergaminos en papiro o lino.
El auge de las universidades italianas de Salerno y Bolonia, en el siglo XI, potenció también la creación de colecciones bibliográficas destinadas a alumnos y estudiosos. Más tarde la Biblioteca Bodleyana de la Universidad de Oxford fue fundada en 1602 por el estudioso y diplomático inglés sir Thomas Bodley, quien dispuso que se depositaran en ella ejemplares de todos los libros publicados en Inglaterra. Dentro de su extensa colección recoge, entre los tesoros más destacables, el primer manuscrito que ha llegado hasta la actualidad de la Canción de Roldán (finales del siglo XI y principios del XII), la Carta Magna de 1217, la copia más antigua existente de La regla de San Benito (principios del siglo VIII), y la principal colección de manuscritos del poeta Percy Bysshe Shelley.
Las bibliotecas universitarias de la actualidad son la fuerza motora de las universidades, espacios propicios para la gran creación intelectual, que contribuye a la información como un recurso de alto valor, sin la cual no existiría desarrollo humano. También se encarga de la gestión, mantenimiento, conservación y difusión del patrimonio bibliográfico universitario.
Resulta de vital importancia que la comunidad universitaria conozca el contenido general de los documentos que componen el patrimonio bibliográfico universitario, pues lo primordial no es la forma y el aspecto físico del documento a lo largo del devenir histórico, sino las ideas, ideales y fórmulas por las que la cultura actual ha llegado a ser lo que es. Se debe tener en cuenta la comprensión y apreciación de las obras literarias, tan básico para el desarrollo de la vida y del aprendizaje de virtudes colectivas.
Para la salvaguarda del patrimonio bibliográfico universitario, se analizan aspectos estrechamente relacionados con las medidas de conservación que deben considerarse en el diseño de los depósitos, la iluminación de los mismos, su seguridad, los niveles de humedad y temperatura, las estanterías y el control de las plagas. Se resalta el papel de la restauración como consecuencia de la conservación, así como las condiciones en que deben desarrollarse el préstamo y el inventario de dichos documentos, que resulta de vital importancia.
La autora durante la realización del Plan de Protección del Patrimonio Cultural de la Universidad Agraria de La Habana (UNAH), realizó un diagnóstico a partir de la aplicación de técnicas como: la observación participante, entrevistas en profundidad y consulta a informantes claves, que revelaron que:
los documentos considerados patrimonio bibliográfico están amenazados por: escaso mantenimiento en las edificaciones donde se encuentran ubicados,
carecen de un modelo organizativo de las acciones de conservación preventiva, y de un programa de actividades dinámicas que promueva su protección y conservación por medio de la sensibilización de la comunidad universitaria,
son escasos los estudios científicos relacionados con este tema,
la cuestión más alarmante es, que la mayoría de la comunidad universitaria desconoce los documentos que conforman el patrimonio bibliográfico, lo que trae consigo que desde las dimensiones curriculares y extracurriculares, no se realicen acciones encaminadas a su divulgación, conservación y protección.
De ahí que surjan los siguientes cuestionamientos:
¿Qué opinión posee la comunidad universitaria respecto a su función en el proceso de gestión de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario?
¿Qué situación actual presenta el patrimonio bibliográfico en las universidades cubanas?
¿Será semejante a lo expuesto en el caso de la UNAH?
¿Cómo involucrar a la comunidad universitaria en este proceso?
Partiendo de la problemática existente se plantea el siguiente problema científico: ¿Cómo analizar las vías empleadas para la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas para contribuir a su protección, conservación y preservación?
La promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario es el objeto de investigación.
Para solucionar el problema planteado la autora se trazó el objetivo general siguiente: analizar las vías empleadas para la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas que contribuya a su protección, conservación y preservación.
Para lo cual se plantearon las siguientes preguntas científicas:
¿Cuáles son los fundamentos teóricos e históricos que sustentan las investigaciones de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico en la literatura especializada?
¿Cómo identificar los elementos significativos de las universidades cubanas en el proceso de gestión de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario?
¿Cuál es la situación actual de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas?
Las tareas de investigación que se desarrollaron fueron:
Análisis de los fundamentos teóricos e históricos que sustentan las investigaciones de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico en la literatura especializada.
Identificación de los elementos significativos de las universidades cubanas en el proceso de gestión de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario
Caracterización de la situación actual de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas.
El tipo de investigación seleccionada fue la cualitativa. Se incluyeron estudios de tipo exploratorio con la finalidad de examinar el problema de investigación mediante el análisis de estudios precedentes; y descriptivo para caracterizar la situación actual de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas, mediante la aplicación de los métodos teóricos y empíricos.
En la investigación se determinaron un grupo de categorías fundamentales y sus componentes: (Cuadro1)
Cuadro 1: Categorías fundamentales y sus componentes.
Los métodos utilizados para la elaboración de la investigación partiendo del Enfoque Dialéctico –Materialista fueron:
Teóricos:
Histórico-lógico: con el fin de conocer la evolución y el desarrollo de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico, estableciendo los antecedentes y regularidades del mismo.
Analítico- sintético: contribuyó al análisis de las concepciones de investigación de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario y de las universidades cubanas.
Empíricos:
Consulta a informantes claves: se aplicó para obtener las informaciones precisas sobre la situación del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas en su devenir histórico; constituyó un método clave.
Análisis documental: se utilizó para revisar los documentos nacionales e internacionales que posibilitaron el análisis de los fundamentos teóricos e históricos que sustentan las investigaciones del patrimonio bibliográfico universitario y de las universidades cubanas.
Observación participante: se empleó para valorar el estado actual del patrimonio bibliográfico universitario en la Universidad Agraria de La Habana y de los locales donde se encuentra ubicado, así como el nivel de conocimiento y sensibilización de la comunidad universitaria hacia este.
Encuesta: utilizada para estudiar las necesidades de desarrollar la investigación en las universidades, determinar la cantidad, estado y valor del patrimonio bibliográfico universitario, así como el nivel de percepción de la comunidad universitaria hacia estos.
Entrevista: se utilizó para identificar el patrimonio bibliográfico universitario de las universidades cubanas, el nivel de reconocimiento por parte de la comunidad universitaria del valor de los mismos y sus condiciones en el devenir histórico.
Estudio de casos: empleado durante el proceso de determinación de la situación actual de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en la Universidad Agraria de La Habana.
La novedad de la investigación radica en el análisis de las vías empleadas para la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas que contribuya a su protección, divulgación y preservación, nunca antes realizado de donde se desprende también la importancia del tema.
El aporte práctico radica en la metodología seguida en el análisis de las vías empleadas para la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en las universidades cubanas.
La población está constituida por estudiantes y trabajadores docentes y no docentes de las universidades cubanas.
La muestra seleccionada para realizar el análisis de las vías empleadas en la promoción cultural en las universidades cubanas la integran 6 informantes claves consultados, y 10 personas encuestadas, pertenecientes a 8 universidades del país. (Cuadro2)
Cuadro 2: Muestra seleccionada para la encuesta.
No. | Nombre y Apellidos | Cargo | Profesión | Universidad | ||||||||||
1 | María del C. Martínez | Subdirectora de la Dirección de Información Científica | Bibliotecaria | Pinar del Río | ||||||||||
2 | Adrián Eduardo Cancino Gutiérrez | Director Centro de Gestión de Información | Comunicador Social | Camaguey | ||||||||||
3 | Idalmis Cabrera Morales | Jefa de Servicio Centro de Gestión de Información | Ingeniera Pecuaria | Camaguey | ||||||||||
4 | Liam Fidó Obregón | Directora Biblioteca | Licenciada en Letras | Holguín | ||||||||||
5 | Rosario Valdés Silva | Jefa de Dpto. Servicios Informativos | Lic. Información Científica y Biblioteca | IPSJAE | ||||||||||
6 | José Rivero Díaz | Director de la Biblioteca Universitaria | Las Villas | |||||||||||
7 | Elena Mojena Sánchez | Directora de la Biblioteca Universitaria | Bibliotecaria | Universidad de Oriente | ||||||||||
8 | Rodolfo Daniel Rivero Estrada | Director de Extensión Universitaria | UNICA | |||||||||||
9 | Yailí Márquez Alpízar | Directora de la Biblioteca Universitaria | UNAH | |||||||||||
10 | Juana María Benítez Paz | Directora de Informatización | Lic. Español-Literatura | Isla de la Juventud |
Para la realización de la investigación en el caso UNAH se encuestaron a 320 personas, de ellas 200 estudiantes (solamente del curso regular diurno), 80 trabajadores docentes y 40 trabajadores no docentes, 15 fundadores de la universidad, 1 compañero del Sector Militar de San José de Las Lajas y 4 directores de áreas claves durante el proceso.
La investigación tiene como salida científica una monografía integrada por tres capítulos.
CAPÍTULO I.
Promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario
En este capítulo se hace un análisis de los fundamentos teóricos e históricos que sustentan las investigaciones de la promoción cultural del patrimonio bibliográfico universitario en la literatura especializada; desde el ámbito nacional con los preceptos de autores como Alexis Aroche Carvajal, Maritza González Moreno y Mercedes González Fernández Larrea, mientras que desde el ambiente internacional se esgrimieron los postulados de Ezequiel Ander Egg, Fernando Cembranos, Fujita Alarcón y Rosa M. Fernández de Zamora.
Promoción cultural. Conceptos y tendencias.
El término promoción procede de la palabra promover, derivada del latín. La unión del prefijo pro (provecho, indica que algo se hace en favor o en ayuda de alguien o algo) y mover (relacionado principalmente con poner en movimiento, hacer que un cuerpo deje el lugar o espacio que ocupa y pase a ocupar otro; o dar motivo para algo; persuadir, inducir o incitar a ello).
En la conformación del concepto de promoción cultural existen diversas tendencias, las cuales se clasificaron según sus características en: consumista, participativa y procesal.
La tendencia consumista se aprecia desde los orígenes del término promoción, vocablo muy ligado a la mercadotecnia, a la publicidad y al marketing. El Diccionario de Marketing, de Cultural S.A. (1999), define la promoción en vínculo directo con la mercadotecnia, como: "Uno de los instrumentos fundamentales del marketing con el que la compañía pretende transmitir las cualidades de su producto a sus clientes, para que estos se vean impulsados a adquirirlo, por tanto, consiste en un mecanismo de transmisión de información."
Según Patricio Bonta y Mario Farber, (2004), la promoción es: "El conjunto de técnicas integradas en el plan anual de marketing para alcanzar objetivos específicos a través de diferentes estímulos y de acciones limitadas en el tiempo y en el espacio, orientadas a públicos determinados."
Los conceptos expuestos anteriormente coinciden en la idea de que la promoción solamente se da a nivel de mercado, excluyendo la posibilidad de adecuarla a otros procesos como puede ser la propia cultura, lo cual obstaculiza el verdadero papel de la promoción de la cultura. Se asume la participación de la comunidad como consumidora o beneficiaria, sin reconocer el papel transformador y la creatividad del hombre.
El vinculo que realizan estos autores entre la promoción y la mercadotecnia, está relacionado con el criterio expresado por Canclini (1990) sobre consumo: " se tratará de promover más la actividad y la creatividad de la gente que su relación pasiva con espectáculos, nos preocuparemos menos por acumular bienes para consumir que por suscitar una comprensión cada vez más rica de la realidad para estar en mejores condiciones de transformarla."
Esta tendencia también está muy vinculada con la persuasión. El objetivo general de la promoción según Mc Carthy y Perreault (1997), es: "Influir en el comportamiento, para intentar influir en este comportamiento de la audiencia, se deben considerar tres objetivos específicos: informar, persuadir y recordar. Informar para dar a conocer al público las características, los beneficios y las funciones de lo promocionado. Persuadir para atrapar al público para que disfrute y participe de la muestra. Recordar para mantener el producto en la conciencia y la mente del público."
Por su parte Ivan Thompson (2005), en su artículo "Definición de Promoción", también plantea un concepto vinculado con la persuasión: "La promoción es el conjunto de actividades, técnicas y métodos que se utilizan para lograr objetivos específicos, como informar, persuadir o recordar al público objetivo, acerca de los productos y/o servicios que se comercializan".
Al analizar el objetivo general de la promoción expresado por Mc Carthy, Perreault y Thompson, la autora de esta investigación considera que ellos establecen una relación directa entre la información y la persuasión, realizada a través de la comunicación. Todas las actividades de promoción que se ejecutan están relacionadas entre sí, pero la intensidad y creatividad con que se informa influye en el nivel de persuasión que se obtenga, lo cual consideran que influye positivamente en el logro del proceso en general, pues posibilita que la persona informada se identifique y participe conscientemente del fenómeno.
Es importante analizar que la persuasión, que consiste en convencer a alguien para que haga o deje de hacer algo, no influye constantemente de manera positiva, pues la participación o el protagonismo de los persuadidos difieren de aquellos que por voluntad propia, conocimientos o capacidades se integra plenamente.
La segunda tendencia es la participativa, pues los conceptos analizados se concentran en el sistema de acciones o actividades que se generan desde afuera hacia dentro, estrechamente vinculado con el paradigma funcionalista generado durante la década de los sesenta donde identifican la cultura como un sistema autónomo de acción.
La promoción cultural, como acciones formales propiciadas por el estado y la sociedad civil, deben su origen a la necesidad de jerarquizar la función social de la cultura en el contexto del desarrollo económico.
Los antecedentes de la modalidad de promoción como acción cultural se pueden ubicar en la segunda mitad del siglo XX, cuando las grandes potencias económicas y militares, fortalecidas como resultado de la segunda conflagración mundial se convierten en un nuevo paradigma para occidente y el resto del mundo.
Durante el siglo XX, la elevación de los ingresos y el nivel de vida conducirían al progreso y modernización de la sociedad, de esta manera el avance de la industrialización y la tecnología trae como consecuencia el incremento de la productividad, aparejado un mayor tiempo libre del disfrute cultural.
El auge del desarrollo económico durante la década de 1950 frenó el desarrollo cultural y la formulación de políticas de este carácter, solo permitió realizar acciones aisladas por parte de algunas instituciones u organismos que iban surgiendo para atender asuntos culturales relacionados únicamente con la conservación del patrimonio, y la difusión de una cultura elitista que constituiría el patrón de referencia de los países calificados como desarrollados.
De esta concepción de cultura se derivó una acción cultural básicamente patrimonial o difusiva, las sociedades debían aprender para aproximarse a la cultura de la metrópoli y los sectores cultivados serían los responsables de mostrar las riquezas del patrimonio cultural.
En Europa Occidental se habían reconocido desde la década de 1960 un conjunto de iniciativas que los analistas denominaron animación cultural. Por su parte en América Latina, para esa misma época, se asientan acciones que asumen diversas denominaciones: los proyectos de corte social con el nombre de desarrollo comunitario y los de tipo cultural asociados a la educación popular.
La animación sociocultural se identifica con acciones organizadas, que permiten que las personas generen iniciativas transformadoras desde su propia comunidad en la búsqueda del desarrollo individual y colectivo. Ésta puede llevarse a cabo independientemente, pero resulta más efectiva si por medio de la promoción se crean las condiciones socioculturales que favorezcan la autonomía comunitaria.
Casanovas y Carcassés (2000) plantearon en correspondencia con la relación existente entre ambas categorías que: "Tanto la promoción como la animación promueven niveles de participación en la toma de decisiones; la primera puede lograr una representatividad social para los criterios políticos y metodológicos, que, a nivel global garanticen la participación en diversas instancias de dirección y la segunda resulta el marco idóneo para que la población decida acerca de los proyectos creadores que modifiquen su realidad".
Según Palma (1999) la participación es: " una práctica responsable que busca modelar la realidad y que se caracteriza porque al mismo tiempo y en el único acto, constituye en sujeto a quien impulsa esa acción".
Al analizar el concepto asumido por la filósofa búlgara Kristova (1984), la cual define a la promoción cultural como: "El sistema de acciones que activa el ciclo de la cultura o al menos a uno de los componentes o fases del ciclo (creación, acumulación, conservación, divulgación y percepción de los valores culturales)"; se puede afirmar que dentro de este precepto desempeña un papel fundamental la divulgación cultural, pues es de vital importancia que la comunidad en la que se realiza esta actividad tenga conocimiento absoluto del proceso en el que se encuentra inmerso.
Cembranos (1995), por su parte, considera que: "Por su connotación vivificadora, la promoción cultural supone una escala micro social y se puede intensificar con aquellas acciones que, mediante la organización de la gente, se encaminan a generar las iniciativas transformadoras desde la Comunidad para el auto desarrollo individual y colectivo, utiliza técnicas pedagógicas y psicológicas que contribuyen a la formación y autogestión de beneficios."
En este sentido se considera que, en ocasiones, se obvian en el trabajo de promoción cultural estos presupuestos y las acciones no se desarrollan con carácter integrador, orientado a favorecer el progreso cultural de cada pueblo, comunidad o asentamiento. En otras circunstancias las acciones no responden a las particularidades, necesidades e intereses de la comunidad, sino a situaciones de diferente índole.
En el Programa para el Perfeccionamiento del Trabajo Cultural de la Comunidad (1996), la promoción cultural está entendida como "aquella actividad dirigida a establecer o impulsar la adecuada relación entre la comunidad y su cultura, implica por esencia, dos propósitos bien definidos que se hallan indisolublemente ligados: el primero consiste en promover las diferentes expresiones culturales así como el talento que las hace posible. En ello radica la tarea del Estado para la cultura y de hecho constituye la tarea vital de todos los trabajadores de este sector. El segundo se refiere a la acción de promover, movilizar y hacer participe de una u otra forma a la población en el disfrute de la vida cultural. Esta acción incluye el estudio y comprobación de todos los métodos e iniciativas que contribuyen a lograr que las diferentes manifestaciones artísticas y literarias sean asimiladas e incorporadas por la población."
La promoción cultural según González González (1996), es el "sistema de acciones que integradas de forma coherente impulsan el desarrollo de cada subsistema del ciclo reproductivo de la cultura (creación, conservación, difusión y disfrute) para alcanzar niveles superiores en el desarrollo cultural."
Este sistema de acciones, actividades prácticas y técnicas van a estar orientadas a estimular y dinamizar las iniciativas y la participación activa de individuos y grupos para desarrollar sus potencialidades de creación y expresión cultural. Aunque se encargue de poner en movimiento un proceso a través del cual se creen condiciones favorables para que los grupos y las comunidades encuentren sus propias respuestas y expresen, con toda libertad su sentido de identidad, continúan quedándose al nivel de acciones, sin sistematicidad.
"Las acciones que operan en este sistema pueden ser entre otras, las siguientes: la actividad de animación y divulgación, la difusión, la programación, la actividad de extensión, la promoción industrial de bienes culturales, la enseñanza artística, la educación estética, el rescate, conservación y revitalización de los bienes culturales, la comercialización, la labor de investigación en este campo, el desarrollo del movimiento de aficionados y toda acción donde se evidencie la interacción en el sistema cultural, vinculando a las diferentes etapas del ciclo reproductivo de la cultura. Es decir, promover es respaldar el desarrollo de la cultura, lo que implica como condición indispensable, el diagnóstico cultural o reconocimiento del punto de partida o situación cultural originaria." (González y González, 1999)
Por esta razón, dentro de los principios esenciales de la promoción cultural, según investigaciones realizadas por González y González (1999), se encuentran: la identidad y la participación.
Identidad entendida como "producción de respuestas y valores que, un grupo o sujeto social determinado de la cultura, como heredero y transmisor, actor y autor de su cultura, realiza en un contexto histórico dado como consecuencia del proceso socio-psicológico de diferenciación-identificación en relación con otros grupos o sujetos culturalmente definidos" La participación como "proceso social sustentado en las necesidades y motivaciones de las personas las cuales expresan la real capacidad de asociarse, comunicarse, actuar y transformar la realidad". (González y González, 1999)
Sobre la base de los dos principios de la promoción: identidad y participación, se sostiene la promoción cultural, ya que en ellos se sintetiza la esencia de los objetivos propuestos por el promotor y que pueden contribuir a su desarrollo.
El concepto de Ander Egg (2001), es muy importante pues anteriormente la concepción de la cultura era nacionalista, vinculada directamente con el marketing, mientras que él considera las acciones bajo el nombre de programas de promoción cultural basándose en que "(…) el objetivo último de las mismas en América Latina consiste en impulsar el surgimiento y consolidación de las organizaciones de base y la movilización del pueblo para lograr una nueva sociedad: se promueven y generan procesos de participación popular para la búsqueda de modelos alternativos capaces de sacar al pueblo de su situación de subdesarrollo y dominación."
En esta tendencia también se ubica el concepto de Linares (2008), quien expresa que la participación es un: "Conjunto de actividades desplegadas por los distintos actores sociales (individuo, grupo y sociedad) en aras de un proyecto de acción, que responde a sus necesidades y que se expresa en diferentes formas y niveles de intervención en la vida sociocultural".
En la Selección de Lecturas sobre Trabajo Comunitario CIE "Graciela Bustillos" (2002), se planteó que: "La Promoción Cultural debe orientar y sensibilizar sistemáticamente a los medios de difusión, de manera que se refleje un adecuado balance de manifestaciones, géneros, instituciones, logros y críticas. También debe orientar la propaganda grafica, instrumento visual de gran repercusión promocional y utilizar mecanismos que lleguen directamente al público que constituye su campo de acción."
Desde esta misma perspectiva estará visualizado el concepto de promoción esgrimido a continuación en la Selección de lecturas sobre Trabajo Social Comunitario, (2003): "La Promoción Cultural es el conjunto de prácticas que tienen por finalidad la iniciativa y la participación de las comunidades en el proceso de su propio desarrollo y en la dinámica global de la vida sociopolítica en que están integrados. Metodología participativa dirigida a estimular la intervención de los grupos en la solución sociocultural de las comunidades (…) auxiliándose de la dinámica grupal. "
La autora González (2003), en su artículo "Promoción y extensión universitaria. Apuntes para una reflexión", consideró que para: "Promover la cultura es esencial conocer las características de la realidad cultural de cada comunidad, sus potencialidades y recursos, detectar sus problemas, conocer sus valores patrimoniales, los gustos, intereses, los niveles alcanzados en la creación y percepción por la población del lugar; en resumen el estado real de cada uno de los elementos del ciclo, de forma tal que se pueda influir positivamente, alentar y estimular el desarrollo y reproducción sociocultural, a partir de la integración de los procesos espontáneos generados por la propia comunidad."
La autora de la monografía considera que dentro del proceso de promoción y muy ligado a sus dos principios básicos, está la difusión como acción clave que desempeña un papel importante en el proceso, la cual logra captar esas sensibilidades y motivaciones culturales que existen en una comunidad o población determinadas y que conforman su identidad para transmitirlas a un determinado público y propiciar una mayor participación en este proceso gestado.
La investigadora venezolana Martín (2005), presenta otro enfoque acerca del tema, ya que realiza el análisis de la promoción desde la difusión, materializando también el paradigma funcionalista de la cultura: "En realidad los modelos no existen en estado puro, pues es la realidad la que construye y modifica constantemente el modelo. La promoción va a ser la acción en la que predominan los rasgos difusivos y de animación cultural."
Cuando se realiza el análisis de los fundamentos teóricos e históricos que sustentan las investigaciones del proceso de promoción cultural, se puede apreciar que diferentes autores, tanto nacionales como internacionales, también emplean desde décadas anteriores el término de promoción sociocultural. Las definiciones que se argumentan acerca de este tema son muy similares a las analizadas de promoción cultural, aunque se aprecia que se alejan de la mercadotecnia y la puntualizan más como metodología, estrategia o sistema de acciones.
Según Vargas Alfaro (1999), "la promoción sociocultural constituye una metodología idónea para la acción social cuando se concibe en el marco de la dimensión cultural del desarrollo; en función de favorecer el diálogo interdisciplinario y conceder espacios de encuentro entre los distintos saberes; propiciar el acceso consciente a los procesos y auspiciar el desarrollo de éstos a partir del carácter diferencial."
Al asumir que la promoción sociocultural es un mecanismo de acción social se puede afirmar que esta estará encaminada a elevar el nivel de desarrollo cultural que presenta la sociedad actual, pues será el medio oportuno para explotar lo que en común existe en una población, pero además permite entender y aprovechar las particularidades de cada uno de sus miembros en la formación de nuevos procesos.
También es considerada como promoción sociocultural: "aquellas estrategias diseñadas con un carácter global, que pretenden transmitir e instrumentar acciones en los diversos niveles de decisión para facilitar las estructuras y canales que garanticen la participación" (Casanovas y Carcassés, 2000).
La tercera tendencia es la procesal, que debe atender directamente a transformaciones sistémicas. Resulta ser la más importante por el carácter integrador que posee, pero es la que menos se ha abordado en estudios científicos y conceptuaciones. De ahí que para futuras investigaciones se pudiera dar respuesta a la siguiente interrogante: ¿Cómo promocionar el patrimonio bibliográfico universitario desde los procesos sustantivos?
Linares (2008), propuso que: "Un movimiento participativo auténtico, tiene que estar sustentado en las necesidades y motivaciones de las personas, en su real capacidad de asociarse, comunicarse, actuar o transformar, pero nunca en la manipulación, la presión u obediencia, cuyo impacto social y cultural negativo se hará sentir a corto o a largo plazo".
Los miembros de la comunidad deben participar en todas las fases de la promoción cultural como proceso: identificación de las necesidades, planificación y ejecución de las actividades y evaluación de los resultados.
1.1.1 Particularidades de la promoción cultural en las universidades cubanas
A la promoción cultural se le ha dado un lugar privilegiado en Cuba por desempeñar un papel fundamental en la preservación de los valores culturales de las comunidades, lo que influye favorablemente en la formación integral de cada individuo. Sin embargo, a la luz de las concepciones del trabajo cultural cubano de hoy, el contenido de la promoción no ha variado, ya que mantiene como líneas básicas de la política en este campo, el estímulo a la creación artística y literaria, así como la creatividad y participación del pueblo en la cultura.
Los antecedentes de la promoción cultural en Cuba se remontan al movimiento asociativo gestado a nivel de la sociedad civil a fines del siglo XVIII, por entidades destinadas a la instrucción y el recreo, cuya labor se extiende al siglo XX como respuesta a la apatía de los gobiernos por el desarrollo social, logrando una gran influencia en el plano educativo y cultural hasta 1959, cuando sus objetivos se integran a las transformaciones que, en todos los órdenes de la vida social, propició el triunfo revolucionario.
Los programas culturales trazan las estrategias principales de desarrollo en diferentes campos de la cultura, a partir de que comienzan a introducir los resultados de las investigaciones en la práctica, mediante la participación de creadores, promotores, especialistas y dirigentes de las instituciones culturales.
Deriche y Rojas Blaquier (2007), investigadores del Centro de Superación de la Cultura, ofrecen el siguiente concepto citado a continuación:
"El Consejo Nacional de Casas de Cultura define funciones importantes que tiene la promoción dentro de la comunidad como son:
1- Contribuir al enriquecimiento cultural de la población sobre la base de la aplicación de los principios de la participación social, establecidos en la política cultural.
Página siguiente |