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Europa – Estados Unidos y la guerra de Iraq

Enviado por Carlos Baez Evertsz


Partes: 1, 2

  1. Cómo se hace un presidente
  2. Bush se va a la guerra. Blair y Aznar le siguen
  3. Aznar, el guerrero sin antifaz
  4. Bush, Blair, Aznar: la ley de la selva
  5. Las relaciones transatlánticas: la estrategia norteamericana para dividir la Unión Europea
  6. Las relaciones transatlánticas: el poder de Estados Unidos y la debilidad europea
  7. Las relaciones transatlánticas: ¿hacia dónde va el imperio americano?
  8. Iraq: de la tiranía al caos
  9. Bibliografía

1. CÓMO SE HACE UN PRESIDENTE

(LA HISTORIA DE CÓMO SE ALZÓ GEORGE W. BUSH CON LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES EN EL 2000)

1.1. El secreto mejor guardado… en los EE.UU.

En los Estados Unidos, el relato de cómo ganó George W. Bush los 25 votos del Estado de Florida que le llevaron a la Presidencia, sólo fue difundido por la gran prensa, después de que fuera casi imposible impedir que fuera proclamado como Presidente. Sin embargo, mucho antes de que se produjera su nombramiento y se diera como bueno y válido el resultado electoral, en otros lugares se había informado de los fraudes que se estaban cometiendo en el estado de Florida, donde Jeb Bush, hermano del entonces candidato, era Gobernador.

Tanto en el periódico británico The Guardian, como en The Observer, así como en la televisión del Reino Unido, BBC, se había dado cumplida cuenta del mecanismo empleado por las dependencias del Gobernador de dicho Estado para eliminar del censo electoral a miles de personas, la mayoría de ellas negras, hispanos y votantes demócratas. Lo que sigue es una crónica de cómo pudo Bush ganar la carrera de la presidencia al vicepresidente Al Gore, en Florida y alzarse así con la presidencia.

1.2. Limpieza étnica electoral en Florida

En los meses anteriores a las elecciones de noviembre de 2000, la secretaria de Estado de Florida, Katherine Harris, en coordinación con el Gobernador Jeb Bush, hermano de George W. Bush, ordenó a los supervisores electorales locales que purgaran de los listados a 57.700 votantes registrados. El motivo alegado para ello era que eran felones, es decir, criminales, delincuentes, convictos por delitos graves. En el estado de Florida los felones no tienen derecho a voto.

Ahora bien, aproximadamente un 90.2 de los que se encontraban en esas listas de excluidos del voto eran inocentes, y un 54 % de los mismos eran votantes negros e hispanos. Hay que recordar que la secretaria de Estado de Florida Katherine Harris, declaró a George W. Bush ganador en Florida, por 537 votos sobre Al Gore. Ahora bien, los investigadores de la BBC calcularon que Gore perdió cerca de 22.000 votos, por la inclusión en las listas negras del Estado de Florida de votantes favorables a este candidato.

Más de dos años después de las elecciones, y habiendo continuado investigando estos hechos, el periodista Greg Palast, uno de los periodistas de investigación más acuciosos e insobornables, afirma que el número real de excluidos del registro de voto fue aún mayor, que alcanzó los 90.000 votantes, la gran mayoría de ellos negros e hispanos, y también votantes demócratas. Una parte de los incluidos en la lista negra del registro electoral que les impedía votar no eran reales "felones" no habían cometido delitos sino faltas, por ejemplo, haber sido detenidos por la Policía por conducir bebidos (como lo han sido algunos miembros de la familia Bush, como la hija del presidente y como lo fue él mismo en el pasado), por tanto, no había derecho a quitarles el voto.

La labor informática de hacer los listados fue encargada por la oficina de Jeb Bush a la empresa DBT, una división de Choise Point, que se encontraba sometida a fuertes críticas por hacer mal uso de datos personales que se encontraban en los ordenadores del estado de Pennsylvania.

Hay que señalar que esta empresa tiene vínculos con personalidades influyentes del Partido republicano y que Florida era en ese momento el único estado que había contratado a una compañía privada para que hiciera la limpieza de los registros electorales, para lo cual pagó la suma de 4 millones de dólares. El portavoz de la empresa en ese momento Martin Fagan declaró que la empresa creía que como consecuencia de su trabajo en Florida "extenderían sus servicios a todo el país".

1.3. Saltarse la legalidad, utilizando como pretexto la purga de los registros electorales

La purga de los registros se estableció por una ley estatal contra el fraude de votantes como consecuencia de haberse descubierto numerosos casos de fraude en el voto, por tanto, los 67 municipios o condados de Florida tenían la exigencia de purgar los listados de personas duplicadas, de fallecidos y de delincuentes convictos a los que se les excluye del voto en Florida.

Sin embargo, la oficina de la secretaria de Estado de Florida (Harris) era la que enviaba los listados con las personas que tenían que excluirse. Algunos condados al darse cuenta de que en la lista había numerosos errores simplemente pasaron de ella, otros aplicaron la lista de exclusión con gran fervor, sobre todo, si en ellos la proporción de negros, hispanos y votantes demócratas era muy elevado.

Lo más interesante de esto era que la "carga de la prueba" era de los excluidos, que tenían que demostrar que no eran "felones", delincuentes, o que si lo fueron ya le habían restaurado sus derechos, es decir, a ellos les correspondía demostrar documentalmente su inocencia, algo contrario a la legalidad. Como es fácil de imaginar la mayoría de los excluidos de los listados no se tomaron la molestia de recurrir, sobre todo, si eran personas de escasos recursos económicos y bajo nivel educativo.

A todo ello hay que añadir que los pocos que se dedicaron a investigar el fraude electoral de Florida descubrieron que se había excluido de los votos a unos 8.000 votantes procedentes del estado de Texas, que estaban residiendo en ese momento en Florida, acusándolos de haber sido delincuentes, y también ocurrió lo mismo con un total de unas 40.000 personas que procedían de otros estados. Lo más importante, para cuantificar el enorme fraude, es que Florida no puede legalmente excluir del voto incluso a personas que han sido delincuentes siempre que procedan de estados en los cuales cuando se ha cumplido la pena impuesta, la persona ve restaurada sus derechos civiles y políticos.

Hay dos sentencias judiciales que ordenaban al Gobernador que reconocieran los derechos civiles y políticos de los felones llegados de otros estado, emitidas antes de que Jeb Bush y Harris, hicieran la trampa electoral excluyendo de las listas electorales a votantes, presumiblemente pro demócratas.

Una de ellas es la sentencia Schlenther vs. Florida Departament State, de junio de 1998, en la cual la Corte de Apelación de Florida, de manera unánime, declara que una persona convicta en otro estado, en este caso Connecticut, no tiene por qué solicitar en Florida que le restauren sus derechos civiles, "porque nunca los perdió" y por tanto él llega a ese estado "como cualquier otro ciudadano, con la totalidad de sus derechos ciudadanos".

A esta sentencia siguió otra de diciembre de diciembre de 1999, por la cual un juez de una Corte de Distrito de Florida expresa su indignación por la violación del Gobernador de la sentencia Schlenther.

Pues bien, saltándose la legalidad y por petición del Condado de Hillsborough, que exigió que le enviaran por escrito la orden de purgar los listados de todos los "felones" de ese condado, la Oficina del Gobernador de Clemencia del Ejecutivo respondió con una carta orden del 18 de septiembre de 2000, pocas semanas antes de las elección presidencial, en la que se afirma que cualquier persona convicta de felonía que trate de registrarse para votar, aún cuando haya entrado en Florida con sus derechos restaurados, por la ley de otro estado, debe hacer una solicitud de "restauración de sus derechos civiles en el estado de Florida". Esto significa que debe pedir clemencia al Gobernador Jeb Bush.

Esa actuación parece ser contraria a la Constitución de EE.UU. de América que requiere de cualquier estado aceptar las reglas legales de otro estado. Es decir, lo que pedía el Gobernador de Florida es que una persona le solicite la restauración de un derecho que él no ha perdido. Y si esto fuera poco, esa exigencia viola una Ley Federal de 1993 la "National Vote Registration Act", que se instauró para quitar los impedimentos al ejercicio de los derechos civiles.

1.4. Una imagen vale más que mil palabras

Si bien un cuadro o una figura no sé si se puede considerar en sentido estricto una imagen, démosla por buena y, para simplificar y resumir, quedémonos con ella como ejemplo de cómo se hizo el fraude electoral de Florida para dar al actual presidente de USA los 25 votos del estado de Florida y quitárselos a Al Gore, que con ellos hubiera sido el actual presidente de EE.UU., y el mundo no se vería abocado a afrontar una guerra de rapiña que puede causar decenas de miles de muertos, la inmensa mayoría de ellos niños y mujeres inocentes, que han tenido la desgracia de nacer y vivir en el país con la segunda reserva de petróleo del mundo.

Veamos a continuación las estadísticas del despojo de votos a los votantes de raza negra en Florida, la gran mayoría de ellos, votantes demócratas. Aquí se trata no de los votos contados sino de aquellos votos que no fueron contados, de las personas a las que se les impidió su derecho al voto.

Hay que tener en cuenta que en una elección que se decidió por 537 votos en Florida, simplemente, NO SE CONTARON, ¡¡¡179.855 votos!!! ¿Cuáles votos no se contaron? Eso dependió sobre todo del color de la piel del votante. En Leon (Tallahassee), un condado donde predominan habitantes de piel blanca no se contó 1 voto entre 500. En Gadsden, donde los negros predominan, no se contó 1 sobre cada 8 votos.

En los condados de predominio de habitantes negros no se contó el 35 % de los votos. En los condados blancos no se contó sólo el 7 % de los votos. ¿Es necesario utilizar más palabras? Como dice la frase biblica "quien tiene ojos para ver que vea".

VOTOS NO CONTADOS EN CONDADOS DE FLORIDA DE POBLACIÓN PREDOMINATEMENTE NEGRA Y BLANCA EN LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DEL 2000

Condados Negros

Población de 25 % o más de raza negra

Condados

Residentes negros

Votos no contados

Gadsden

52%

12%

Madison

42%

7%

Hamilton

39%

9%

Jackson

26%

7%

Total votos no contados

35%

Condados Blancos

Población de raza negra inferior al 5%

Condados

Residentes negros

Votos no contados

Citrus

2%

1%

Pasco

2%

3%

Santa Rosa

4%

1%

Sarasota

4%

2%

Total votos no contados

7%

1.5. Cómo se cumple con el derecho a la información

¿Le parece a usted este asunto importante? Pues bien, también lo creyó así la prensa y la televisión… del Reino Unido. En los EE.UU. esta noticia bomba no fue difundida por los periódicos ni por las televisiones, y sin embargo, la cobertura de las elecciones movilizó a cerca de 100 mil informadores.

Se da el caso de que The Guardian y The Observer están regidos por unas sociedades sin fines de lucro, y la BBC, es una televisión pública con un estatuto especial que la pone a cubierto de la manipulación interesada de los políticos de turno. Aunque durante la información de la guerra de Iraq ha habido fuertes críticas a la labor de desinformación llevada a cabo por algunos jefes de redacción.

De todos modos, quizás el tipo de empresas que son explique porque estos medios difundieron los fraudes de Florida y para los medios norteamericanos la noticia no era tal, quizás porque había intereses económicos en juego que eran más importantes que la libertad de información.

La CBS se interesó por la noticia cuando fue difundida en el Reino Unido. No obstante, no informaron de ello debido a que: "Nosotros llamamos a la oficina de Jeb Bush", y es de suponer que allí negaron los hechos y esta negativa bastó para "cerrar el caso". Hay que destacar que los únicos dentro del periodismo de Estados Unidos que difundieron la noticia fue una publicación digital, Salon.com, una revista en internet, que difundió la información el 4 de diciembre del 2000. La anunciaron como la primera parte de su principal historia política del año, pero nunca publicaron la segunda parte de la historia. Parece que ellos también contactaron con la oficina de Jeb Bush.

Quienes sí editaron la historia fue la revista de información The Nation, una revista que se puede considerar "liberal" según los términos norteamericanos, o progresista, según los nuestros. Ahora bien, para ser exactos, hay que decir que el fraude de Florida también fue difundido por el Washington Post.

¿Cuándo publicó la información el Washington Post? No la publicó en noviembre, ni diciembre del 2000, sino en junio de 2001, es decir, siete meses más tarde, cuando se conoció el informe de las indagaciones realizadas por la Comisión de los Derechos Civiles de los Estados Unidos, y ya nada se podía hacer para impedir el fraude electoral, ni cambiar el curso de los acontecimientos, es decir, cuando ya George W. Bush era el Presidente 42 de los Estados Unidos, aunque el real ganador de la presidencia fue Al Gore, si no se hubiera pasado por alto el fraude electoral del estado de Florida.

Torrelodones, 6 de marzo de 2003

2. BUSH SE VA A LA GUERRA. BLAIR Y AZNAR LE SIGUEN

2.1. Bush contra el Derecho Internacional

En esta tercera semana de enero de 2003 se ha producido uno de los hechos políticos más importantes desde la caída del Muro de Berlín en 1989, la quiebra, o por lo menos, el agrietamiento, del consenso transatlántico entre los principales países de Europa y los Estados Unidos, es decir, del Gobierno de los EE.UU. Es cierto que entre Europa y EE.UU. ha habido numerosas diferencias de todo tipo: recordemos las posiciones contrapuestas de algunos estados europeos respecto a la política norteamericana en Vietnam, la participación de ese país en el derrocamiento de Allende y posterior apoyo a la dictadura de Pinochet, el apoyo monolítico de casi todos los gobiernos de Washington a la política de expansión y represión desproporcionada del Estado de Israel, el bloqueo naval y organización y financiamiento de la guerra sucia en Nicaragua, etc.

La desavenencia ha sido más importante porque se trataba de saber si Europa iba a seguir la política de Bush de saltarse todas las normas del Derecho Internacional y de hacer añicos el sistema creado por los mismos Estados Unidos y sostenido por los principales Estados Europeos. Recuérdese que el sistema actual de organización internacional se comenzó a diseñar a partir de la Carta Atlántica de 1941, se fue precisando en la Conferencia de Moscú de 1943, en Dumbarton Oaks en 1944, en la conferencia de Yalta de febrero de 1945, y por último, las grandes líneas se establecieron entre abril y junio de 1945 en la Conferencia de San Francisco, en la cual se creó la Organización de las Naciones Unidas.

Bush lo que ha dicho es que está dispuesto a actuar con o sin el apoyo de las Naciones Unidas. Si los inspectores encuentran armas de destrucción masiva se habría confirmado la acusación de su país, si no la encuentran, se trata simplemente de que Iraq está engañando, y entonces, si el Consejo de Seguridad no aprueba una guerra para desarmar a Iraq, EE.UU. lo harán por su cuenta. Naturalmente, con el apoyo incondicional del Reino Unido, que mantiene la tradición de la llamada "relación especial".

2.2. La excusa de las armas de destrucción masiva

Desde el mismo corazón de EE.UU., el diario Washington Post, señalaba que una de las más fuertes reticencias de los europeos para apoyar las pretensiones de Bush es que él habla de que tiene pruebas de que Iraq tiene armas de destrucción masiva, pero de manera obstinada se niega a dar dichas pruebas. La única vez que se han dado fue en septiembre de 2002 cuando Bush dijo que Iraq había adquirido o trataba de adquirir, millares de tubos de aluminio reforzado, un material utilizado para enriquecer uranio a fin de fabricar una bomba nuclear. Luego tanto Cheney como Condolezza Rice repitieron estas palabras. Esta última llegó a afirmar:"La construcción de una bomba es el único uso posible de tales tubos de aluminio".

Después de examinar dichos tubos en Iraq, los inspectores de la ONU y los especialistas de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA) han estimado que ese aluminio no puede ser usado directamente para fabricar una bomba nuclear, sino que sirve a menudo para la construcción de cohetes clásicos. Justamente lo que habían dicho ya los iraquíes y que los dirigentes del gobierno de EE.UU. habían rechazado en bloque. El periódico cita a un experto en armas que dice que este incidente corroe la credibilidad de las informaciones de la administración Bush. "Esta declara tener pruebas irrefutables pero nunca las proporciona, y cuando se decide a dar una… es falsa".

El corresponsal en Europa del New York Times reconoce que una de las cosas que más irritan a la opinión pública europea es el estilo de cowboy de Bush, ese aire de matón, de ir apuntando con el dedo y de proferir amenazas. Aquella frase totalitaria de "quienes no estén con nosotros están contra nosotros", no puede ser olvidada, porque es la manifestación abierta y clara, de una voluntad de dominio unilateral en la cual no caben relaciones de alianza sino de subordinación.

Es cierto que los estados europeos mantienen una actitud hacia EE.UU. de gran lealtad estratégica: se sienten unidos a un país que realizó su revolución antes que la Francesa, y que consagra los principios democráticos. En ese sentido estiman que los EE.UU. forman parte del mismo espíritu europeo de la Ilustración y los Derechos del Hombre, que forman el núcleo de los que se ha denominado la civilización Occidental. Justamente por ello, no están dispuestos a romper con todo, aunque un Presidente accidental como Bush y su círculo de poder, estén dispuestos a quebrar todas las reglas del juego para imponer su voluntad y sus intereses económicos.

2.3. La doctrina Bush: "El mundo para los americanos"

Lo que Bush y sus halcones pretenden es sencillamente que la ONU se convierta en un justificador de lo que ellos decidan. Se pasaría así de la doctrina Monroe (1823), el principio de "América para los americanos", a una universalización de la misma con la doctrina Bush: "El mundo para los americanos". Con total franqueza Rumsfeld, Condolezza Rice y otros lo han expresado en su vertiente más economicista y descarnada: Los que cooperen con nosotros en hacer la guerra a Iraq tendrán opción a participar en el reparto del botín, la segunda reserva mundial de petróleo; los que no lo hagan que se atengan a las consecuencias.

Las reticencias europeas, primero de su opinión pública y después de sus gobiernos, están fundamentadas también en que la "vieja Europa" quizás por vieja también es sabia, y conoce que Dick Cheney, Bush, y la misma Condolezza Rice están ligados a empresas relacionadas con el negocio del petróleo. Obviamente, la estrategia de estos círculos de poder no se reduce exclusivamente a una cuestión de petróleo, esto sería simplificar en exceso, va más allá. Se trata de que obteniendo el control del petróleo y estableciendo en Iraq un gobierno títere, y un estado cliente, se rediseñaría todo Oriente Medio, para que Israel juegue su papel de "ojo del amo" en toda la región y supervise a esos estados islámicos, evitando cualquier resabio de independencia o autonomía de lo que quiera o le dicte el eje Israel-Washington. Porque ya es difícil saber si quien manda es Israel o es Washington, tan imbricados están, que habría que ser muy sutil para saber quién es la mente que ordena y quién la mano que ejecuta.

El inefable Kissinger, en sus días de gloria personal, es decir, cuando Vietnam, afirmaba "su teoría" de las fichas del dominó: Puestas dichas fichas en fila si una cae arrastraría a las demás en su caída. Los críticos de las posiciones de Bush y su círculo consideran que si se accede a sus pretensiones, en contra del Derecho Internacional, ¿qué vendría después? ¿Irán? La primera reserva mundial de gas en el mundo. ¿China? La primera reserva de consumidores y una potencia en ascenso y además nuclear. Y luego, por esta dialéctica imparable de eliminar cualquier obstáculo a una visión totalitaria y de predestinación calvinista-capitalista, estaría Corea del Norte, Libia, Cuba, y ¿por qué no?, Venezuela y Brasil.

Hay que destacar que el temor a embarcarse en la aventura del círculo del petróleo en Washington en Iraq no es solamente de Alemania y de Francia –los dos estados principales de Europa Occidental–, sino que incluye al tradicional aliado de EE.UU., Turquía. Este país que ha recibido total apoyo americano para destruir aldeas y exterminar a miles de kurdos, y se convirtió en una base militar de EE.UU. para vigilar a la URSS y controlar el acceso de las tropas soviéticas al Mar Negro y al Mediterráneo, estrena un gobierno democrático islamista moderado, y su primer ministro Abdullah Gül, ha recibido grandes presiones para que se embarque en un apoyo a la guerra contra Iraq. Pese a ello, ha declarado que él no es "ni un Emir ni un Rey", es decir, un gobernante absolutista, que toma sus decisiones al margen de su pueblo y de las instituciones parlamentarias. Ha dicho esto porque en Turquía las encuestas señalan que más del 80% de la población está contra la guerra en Iraq, y él dice que no tomará ninguna decisión sin tener en cuenta este dato y la voluntad del Parlamento.

En otros países, a los gobernantes les importa menos su opinión pública y las instituciones parlamentarias, es el caso de Polonia, cuyo Presidente Kwasnieswski a dicho algo así como "lo que diga Bush… es lo que yo pienso". En Italia, Berlusconi, ha señalado que apoyará lo que haga EE.UU., y en España, donde su cada vez más impopular Presidente Aznar, con el 76% de la población contra la guerra, y sólo un 17 % que la apoya, se niega a ir al Parlamento a explicar la posición de su gobierno, no obstante que todos los grupos parlamentarios, excepto su partido, el PP, lo han solicitado. Aznar responde que no va al Parlamento porque sería tratar de cosas que no hay certeza de que ocurran, aunque crece la sospecha de que España ha comprometido su participación en la guerra de Bush, al margen del Parlamento.

Torrelodones, 24 de enero de 2003

3. AZNAR, EL GUERRERO SIN ANTIFAZ

3.1. Desprecio a la opinión pública

La reacción del presidente del gobierno de España, José María Aznar, ante el millón y medio largo de manifestantes del 15 de febrero contra la guerra, ha sido simplemente el desprecio arrogante a la opinión pública. Aznar se ha enroscado en una estrategia de guerra con Bush y Blair. Los tres han formado el "Eje Belicista" que está dispuesto a llevar a cabo la guerra contra Iraq, independientemente de lo que decida el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Blair continúa con la tradicional política exterior británica de subordinación a Washington, y está haciendo oídos sordos a su opinión pública, que se manifiesta mayoritaria contra la guerra, según los sondeos, amenazando con esta persistencia en el seguidismo guerrero, con quebrar la unidad del Partido Laborista. En las votaciones llevadas a cabo en el Parlamento, sobre la participación británica en la guerra de Iraq, 122 diputados de su partido le negaron el apoyo y 76 de otros partidos tampoco apoyaron a un Blair que está cada vez más debilitado y desprestigiado.

Tony Blair ha resultado ser un fiasco político. Una imagen joven, un político aparentemente moderno, dispuesto a hacer el tránsito desde la "vieja" socialdemocracia a la "nueva" socialdemocracia de la Tercera Vía, que había teorizado el sociólogo Anthony Giddens, como un camino intermedio entre la política de la izquierda estatista reformista y el conservadurismo individualista y neoliberal. Sin embargo, sus hechos demuestran que es un odre nuevo con un contenido antiguo, rancio.

Blair no representa ninguna novedad en la política británica sino un lugar común más, con el agravante de que, si se produce la guerra, pasará como uno de los principales instigadores y justificadores de este atentado al Derecho Internacional y del rompimiento de la política exterior y de seguridad común de la Unión Europea.

3.2. Ruptura de la política exterior española seguida desde la transición

Aznar se ha subido al carro de la guerra rompiendo totalmente con la tradición de la política exterior española. En este sentido, no tiene ni la leve justificación de Blair de que los británicos siempre han seguido –con mayor o menor convencimiento– la política de Washington. La política exterior española de la democracia ha tratado de mantener buenas relaciones con los estados árabes, sin por ello romper con los israelíes. Y desde la llegada de Felipe González y los socialistas al gobierno de España fueron consecuentes europeístas.

Aznar quiebra toda esa tradición democrática: ha mantenido las peores relaciones que se recuerdan con Marruecos, se aleja de otros estados árabes con su alineamiento incondicional con Bush, Rumsfeld, Cheney, Rice y comparsa. Ha roto con la política consensuada europea, y se pone junto a Blair a instigar a búlgaros, rumanos, checos, polacos y otros países del Este para que apoyen a Washington frente a la Unión Europea, y a los Estados líderes de la misma, Francia y Alemania, por su volumen de población, aportación presupuestaria y peso político. Y no contento con ello, no tiene ningún empacho en ir a hacer el ridículo a México, actuando como procónsul de Bush, para tratar de convencer al presidente Fox, pensando quizás, que es un nuevo Cortés y Fox una Malinche a seducir.

Aznar debió sentirse en el cenit de su carrera política cuando fue invitado a pasar un fin de semana en el rancho tejano del presidente Bush. Allí dio su visto bueno a la nueva resolución que presentará el gobierno de EE.UU. al Consejo de Seguridad, y que auspiciará España y el Reino Unido. Esta nueva resolución se hace, sobre todo, para tratar de echarle una mano a Blair y evitarle mayores problemas internos de ir a una guerra sin que medie un intento previo ante la ONU.

Pero recordemos que Bush ya dijo que él no se sentía obligado por la decisión que tome el Consejo de Seguridad, es decir, que irá a la guerra con o sin el visto bueno del Consejo de Seguridad. Es lo que ha insinuado Colin Powell al recibir el rechazo a sus peticiones de apoyo a la guerra por parte de China. Por tanto, todo parece indicar que, pese a la opinión pública internacional contraria a la guerra, Bush está dispuesto a conquistar Iraq, pese a quien pese, y aunque el dictador de Bagdad siga desarmándose, nada de ello será suficiente, para impedir los designios que tiene trazados.

No obstante, ya comienza a manifestarse el costo político de la guerra, según una encuesta del diario USA Today, sólo un 47% de los votantes registrados votaría hoy para reelegir a Bush si las elecciones se celebrasen en este momento. Y es que la opinión pública ilustrada y parte de la masa de votantes están percibiendo parte de la trama del lobby petrolero que gobierna EE.UU, cuando el general de mayor rango del Pentágono, Eric Shinseki dijo ante el Senado que una fuerza de ocupación de Iraq requerirá cientos de miles de soldados, y cuando sale a la luz pública la pésima situación económica de ese país, una de las peores de los últimos veinte años según el New York Times.

3.3. El objetivo de Aznar: meter a España en la guerra

El viernes 28 de febrero se reunieron Blair y Aznar en La Moncloa para hacer balance de la situación. Debió ser una reunión de lamentos mutuos. Blair venía de ser vapuleado por su Parlamento, y sin la sonrisa de "ejecutivo moderno" y cínico que le caracteriza. Aznar con su proverbial simpatía y don de gentes, no tendría mucho que aportar de su gira mexicana, de la reiteración del desencuentro con Chirac, de la condena del Vaticano a esta guerra y a sus promotores con el adjetivo, inusualmente duro y directo tratándose de la diplomacia más sutil que ha conocido la humanidad, de "criminales contra la paz", es decir, criminales contra la humanidad.

Además las encuestas más recientes estiman en un 94% el rechazo de los españoles a la guerra, y el día anterior, el CIS, había hecho público el resultado de una encuesta en la que se comprobaba el arrollador avance de los socialistas en la intención del voto y como tanto Aznar como todos los miembros de su gobierno eran "suspendidos" por la muestra de unos 21 mil españoles encuestados (la del CIS es la encuesta que utiliza una muestra de población más elevada de las que se realizan habitualmente en España). Otra encuesta de la cadena de radio SER le daba una distancia de más de 2 puntos de intención de voto al Partido Socialista sobre el PP.

Aznar, que niega internamente que España esté comprometida con la guerra, se ha quitado el antifaz y muestra su verdadero rostro: el del guerrero dispuesto a meter a España en un conflicto armado en la que no tiene nada que ganar y sí mucho que perder. Pero esto a Aznar no le debe importar demasiado. Después de todo, él ha dicho que no se presentará a las elecciones del 2004. Quizás sus metas ahora estén más alejadas de las fronteras españolas y piense en un destino dentro del imperio global que está diseñando el "think tank" de Bush. España, para Aznar, parece ser ahora un simple peldaño en su ascenso personal a otros niveles superiores junto a los reales dueños del mundo: las grandes corporaciones de la economía global.

Dentro de unos pocos meses o años, se podrá ver que los verdaderos aliados de los intereses del pueblo norteamericano no son los Blair, Aznar y compañía, sino aquellos, como Francia y Alemania, que han sabido expresar sus diferencias y señalar que el camino que debe seguir Estados Unidos de América, no es el del rechazo del Derecho y la imposición del imperio de la fuerza, sino hacer valer su liderazgo para contribuir a un mundo en paz, libertad y democracia. Hacer cumplir las resoluciones de Naciones Unidas para todos los miembros y no con un criterio oportunista y sesgado, que ejerce de manera continuada el veto en el Consejo de Seguridad, cuando se trata de hacer cumplir la legalidad internacional, por ejemplo, a Israel, y que exige subordinación absoluta y no aliados, cuando se trata de la apropiación de las reservas petroleras de un país, ciertamente, gobernado por un déspota criticable, pero que no representa hoy ninguna amenaza para la paz y seguridad internacional y, menos, para la del pueblo de los Estados Unidos de América.

Torrelodones, 28 de febrero de 2003

4. BUSH, BLAIR, AZNAR: LA LEY DE LA SELVA

4.1. Se inicia la guerra contra Iraq

Los peores pronósticos se han cumplido: la guerra contra Iraq ha comenzado. Después de intentar que se les aprobara una nueva resolución por el Consejo de Seguridad de la ONU, autorizándoles a bombardear y conquistar ese país, han ido a la guerra sin esa resolución y contra la opinión pública de sus países y del mundo entero, que se ha manifestado contra la misma.

De nada valieron las amenazas, las promesas, las escuchas telefónicas y todo tipo de coacciones. Al final, no lograron los nueve votos requeridos, y ante la vergüenza de ser derrotados, prefirieron refugiarse en una pequeña y ventosa isla, en Las Azores, en una base militar, para perpetrar un gran crimen contra la paz (el Vaticano dixit), quebrar el Derecho Internacional, y condenar a la muerte a miles de inocentes en Iraq.

Se ha impuesto el Nuevo Orden del César del siglo XXI: el reinado puro y duro de la fuerza contra la razón y el derecho. A partir de ahora, las cosas están claras: quien desobedezca los dictados o los intereses de los EE.UU. de América, puede sufrir el asesinato de sus líderes, el bloqueo económico, y si aún así no se rinde, el exterminio.

El siglo XXI se inaugura con la barbarie. Cicerón decía que la ley queda muda entre las espadas. Estamos precisamente ante esto. El reinado de las bayonetas, las bombas inteligentes, y los pingües negocios. Todo ello aderezado con el perfume del petróleo, en este caso, pero en otros será el derecho a apoderarse de los mercados, porque en el Imperio que se ha instaurado, nadie podrá invocar ser soberano, ni proteger su mercado interno, ni evitar que su población se convierta en un proletariado en harapos. Ese derecho a proteger su industria, poner tasas a las importaciones, y defender a su población, es sólo de la nueva Roma.

4.2. La reunión de Las Azores

Las Azores estarán desde ahora, para vergüenza no deseada de sus habitantes, ligada a este hecho, que no es un nuevo Yalta sino a lo más una afrenta semejante al Pacto de Munich. Un pacto de canallas. Bush, Blair y Aznar, los tres mosqueteros de la ilegalidad internacional.

Ha sido patético ver, como luego de romper las reglas de juego de las Naciones Unidas, se han desgañitado en sus discursos para decir que actúan apoyados en la legalidad. ¿Cuál legalidad? El único que tiene potestad para autorizar el empleo legítimo de la fuerza es el Consejo de Seguridad, salvo que se trate de un caso de agresión contra un país y que éste responda al mismo en legítima defensa.

Se autoproclaman los "liberadores" del pueblo iraquí, exponen los actos sanguinarios de Saddam, pero ya todo el que ha querido enterarse sabe muy bien que las matanzas realizadas contra los kurdos, el lanzamiento de armas químicas contra los iraníes, la construcción de armas de destrucción masiva, se hicieron con el silencio cuando no el respaldo de EE.UU. y el Reino Unido, entre otros.

Precisamente ahora, el régimen de Bagdad es débil militarmente y no representa una amenaza. Once años de control, espionaje, bombardeos selectivos, ahogamiento económico, no le permiten reproducir tales actos. La peligrosidad de Saddam es una excusa para hacerle la guerra y cumplir los planes de venganza personal de Bush, controlar recursos estratégicos, e imponer un orden en Oriente Medio basado en el control norteamericanoisraelita. Aunque no será ninguna sorpresa que en la propaganda de guerra y de desinformación, seguro que las tropas norteamericanas encontraran todo ese arsenal de armas de destrucción masiva, que hasta ahora nadie ha encontrado y que los iraquíes no han empleado contra los invasores, naturalmente, debidamente colocada como "medio de prueba" a posteriori.

Por todo lo anterior, es necesario que sigan las protestas contra esta guerra, ya que la misma es sólo el inicio de una carrera hacia el vacío de la legalidad, y si hoy se ataca Iraq, mañana, con cualquier pretexto, se seguirá invadiendo países, derrocando gobiernos que no sean sumisos al Imperio, asesinando líderes considerados potencialmente peligrosos, y todos nos vamos a retrotraer a los tiempos de las cavernas.

Si Blair y Aznar son los arquetipos de la sumisión servil al super-poderunilateral, Francia, junto a Alemania, han jugado un papel digno de reconocimiento para todos los demócratas y amantes de la libertad y el reinado del Derecho. Quizás sea un acto emocional, pero yo me he sentido estos días profundamente agradecido a la tradición dejada en Francia por el general De Gaulle, ese gran estadísta europeo, tan nacionalista francés como europeísta.

¡Ese sí es un modelo de hombre de Estado y no esas caricaturas, esas mediocridades, que hoy gobiernan el Reino Unido y España, por no referirme al presidente accidental de EE.UU.!

En Casablanca, esa película emblemática, al despedirse Bogart de Ingrid Bergman, le dice "W"ill always have Paris"! ¡Siempre nos quedará París! A los demócratas, a los que creemos en un mundo basado en el respeto a la legalidad, la justicia y la solidaridad, y no en una sociedad basada en el darwinismo social. A los que aspiramos a un modelo social diferente al imperante en las concepciones individualistas neoliberales, todavía nos quedan París y Berlín.

Torrelodones, 20 de marzo de 2003

5. LAS RELACIONES TRANSATLÁNTICAS: LA ESTRATEGIA NORTEAMERICANA PARA DIVIDIR LA UNIÓN EUROPEA

5.1. El desencuentro europeo-norteamericano

Una de las consecuencias más importantes de la guerra contra Iraq ha sido el gran desencuentro entre Europa y los EE.UU. La invasión de Iraq que ha emprendido Bush con el apoyo militar de Blair y el sostén en el Consejo de Seguridad, en la tramoya de la puesta en escena, y en la logística, de Aznar, ha puesto de manifiesto la ruptura o el desencuentro entre la Europa continental y los Estados Unidos. La otra Europa, la insular, ha sido siempre una seguidora fiel de las decisiones de EE.UU., aunque antes, este seguidismo conllevaba ir como aliados en plano de relativa igualdad, y en esta guerra Blair ha puesto al Reino Unido, según algún analista, en un papel de subordinación.

Sin embargo, la crisis de las relaciones entre Europa y los EE.UU., aunque ha estallado por el desconocimiento por EE.UU. del Consejo de Seguridad de la ONU, tiene antecedentes. Durante la guerra fría, la seguridad de Europa descansaba en el poderío militar de la gran potencia americana frente al de la URSS, ya que, en Europa Occidental, sólo Francia desarrollo su potencia nuclear, y para ello tuvo que hacer frente a una hostilidad abierta de los EE.UU., que siempre quiso monopolizar en Occidente el arma nuclear.

Partes: 1, 2
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